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personalidad adictiva
Hay personas que se obsesionan con actividades de forma más rápida que otras. Le
cuesta más controlar lo que hacen y cuando lo hacen. Estos rasgos de personalidad lo
hacen más vulnerables a la adicción.
En la actualidad, cada vez más especialistas describen las características de la “Personalidad
adictiva”. Los mismos se refieren a la existencia de ciertos rasgos de personalidad que se
asocian con comportamientos adictivos. Es decir, aquellas personas que presentan estos
rasgos son más propensas o vulnerables a desarrollar conductas adictivas, con evolución
hacia un trastorno de este tipo. Las características a las que nos referimos son las siguientes:
-Eric Clapton-
Así, recuperarse de una adicción no consiste únicamente en romper un hábito, es decir, dejar de
consumir una sustancia o de vivir una determinada experiencia. Se necesita además, comprender
cómo es la personalidad adictiva para gestionarla y en definitiva, superarla. Para conseguirlo
es importante conocer sus características, sobre todo, aquellas que no son tan evidentes. Estas son
siete de ellas.
1. Labilidad en compromisos y proyectos
Una de las características más notable de la personalidad adictiva es la dificultad para cumplir con
compromisos o completar proyectos. Son personas que se entusiasman fácilmente, pero que
pronto pierden el interés y abandonan.
Lo usual es que se les dificulte llegar a la hora correcta. También mantenerse por mucho tiempo en
una misma actividad y perseverar. Por lo general, existe mucha inestabilidad en sus planes y
proyectos. Sobre todo, no saben decir por qué han perdido el interés de repente.
2. Dificultad con las normas y las figuras de autoridad
Quien tiene una personalidad adictiva generalmente no ve nada positivo en las normas o
reglamentos. Los considera un obstáculo. No les parece que haya algo constructiva en poner
límites a las realidades.
También es usual que les guste desafiar a la autoridad o, en todo caso, desconocerla. Ven a las
figuras que ejercen control como una simple molestia. No le dan valor a sus acciones y asumen
que su papel es simplemente el de reprimir.
3. Mentir para justificar los actos
Es muy común que quien tiene predisposición a las adicciones sea también una persona a
quien no le importa mentir. No solo lo hace en relación a su dependencia, sino en cualquier
ámbito de la vida. No ve nada malo en ello porque ha convertido a la mentira en su forma de vida.
La principal función que cumplen sus mentiras es la de eludir las consecuencias de sus
actos. Cada vez que sabe que hizo algo incorrecto, mentirá para justificarlo o negarlo. Piensa que
es perfectamente legítimo eludir responsabilidades.
Las adicciones siempre esconden algo más, que aún no siendo conscientes de ello, suele ser el
verdadero problema. Hoy descubriremos qué hay detrás.