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COMERCIO ELECTRÓNICO, RESPONSABILIDAD Y

CONFIANZA
Trivisonno, Julieta B.
Publicado en: SJA 17/10/2018 , 63 • JA 2018-IV
Sumario: I. Introducción.— II. Plataforma fáctica.— III. La decisión de la
Cámara.— IV. La visión de la doctrina y la jurisprudencia.— V. Aplicabilidad del
criterio sentado en "Kosten".
Cita Online: AP/DOC/695/2018
I. Introducción
El comentario que se realizará a continuación recae sobre la sentencia
pronunciada en los autos "Kosten, Esteban c. Mercado Libre SRL s/ ordinario",
proveniente de la sala D de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de
Capital Federal. Desde su publicación, el fallo ha generado cierta polémica en el
seno de la doctrina nacional, en tanto se inclina por considerar que el sitio web de
mercado electrónico no debe responder por los daños sufridos por el actor en
virtud de la falta de entrega de un automotor adquirido por medio de la plataforma
digital.
Se trata de un caso cuyas derivaciones resultan de gran importancia, teniendo en
cuenta las proyecciones que ha adquirido —y continúa adquiriendo— el comercio
electrónico en el mercado nacional en términos de volúmenes e incluso de
diversificación de los productos y/o servicios que se comercializan por esta vía.
Basta citar, a modo de ejemplo, algunas de las cifras que arroja el "Estudio de
Comercio Electrónico 2017" elaborado por la Cámara Argentina de Comercio
Electrónico (CACE), según el cual durante el citado año la facturación en comercio
electrónico llegó a un monto de $156.300 millones de pesos (un 52% más que el
año anterior) y el 90% de los adultos argentinos que disponen de conexión a
internet ya compró online al menos una vez (esto representa 18,3 millones de
personas) (1).
En el presente aporte se pretende esbozar un breve análisis de los hechos del caso,
de los argumentos esgrimidos por la sala interviniente, así como también una
reseña de algunos de los pareceres vertidos por la doctrina y jurisprudencia, y por
último, se realizará una lectura del caso desde los principios generales que
propone el Código Civil y Comercial de la Nación.
II. Plataforma fáctica
Se relata en la sentencia anotada que el actor, Esteban Kosten, intentó adquirir un
automotor al tomar conocimiento de una publicación realizada por un usuario en
el sitio web de ventas y subastas dependiente de la demandada. Luego de
intercambiar algunos mensajes con la persona anunciante, se efectivizó el pago del
precio acordado por medio de transferencias internacionales con intervención de
una empresa local, siguiendo supuestamente indicaciones de la demandada.
Asimismo, se afirma haber realizado un pago a Mercado Libre supuestamente
destinado a afrontar "gastos de entrega y documentación" según la solicitud que a
tales efectos realizara dicha empresa. Pese a estas circunstancias, nunca se
concreta la entrega del rodado adquirido.
En virtud de ello, Kosten promueve demanda contra Mercado Libre SRL a fin de
obtener el resarcimiento de los daños y perjuicios sufridos. La demanda es dirigida
contra Mercado Libre como proveedor con responsabilidad concurrente en el
marco del art. 40 de la ley 24.240, alegando el defecto en el servicio prestado por
dicha empresa. El actor exige la restitución de lo pagado en virtud la operación
frustrada, la reparación del daño moral y la aplicación al proveedor de una multa
en concepto de daño punitivo.
Frente a esta demanda, Mercado Libre SRL opone excepción de falta de
legitimación pasiva basándose en tres grandes argumentos. En primer término,
señaló que en el supuesto de comercialización de bienes registrables la plataforma
opera desde una posición neutral, como una simple sección de avisos clasificados
que permite a los interesados en una operación contactarse entre sí, sin que
resulte necesario manifestar previamente la voluntad de comprar ni registrarse en
el sistema. De este modo, se considera que la operación realizada por el actor es
fruto de la vinculación con el anunciante en forma independiente y por fuera de la
plataforma. En segundo lugar, la demandada aduce que en este tipo de
operaciones, su neutralidad respecto de los negocios concluidos por los usuarios es
advertida a los mismos en los llamados "Términos y Condiciones" que
necesariamente deben ser leídos y aceptados al momento de registrarse. Por
último, Mercado Libre refiere que el servicio que presta "Mercado Pago" no se
utiliza en la sección de clasificados sino en la comercialización de bienes no
registrables.
Asimismo, la demandada esgrime algunos argumentos en subsidio de los ya
descriptos, indicando que: a) que el anunciante realizó una maniobra ilícita que se
consolidó en virtud de la "negligencia, ligereza o imprudencia" del actor, quien no
advirtió el llamativo bajo precio del rodado (menor a la mitad de su valor en el
mercado), b) la defectuosa redacción de los mails enviados por el anunciante y la
realización del pago sin la previa verificación de la situación jurídica y física del
automotor; c) no se cobró comisión por la operación, sino que el pago realizado
por el actor inducido por el anunciante creyendo que con ello afrontaba "gastos de
entrega y documentación" fue en verdad a los fines de cancelar el precio por el
servicio de publicación del aviso en la sección de clasificados; d) no puede ser
considerada responsable en los términos del art. 40 de la ley 24.240, debiendo el
actor demostrar la culpa del operador de la plataforma, en tanto no se trataba un
supuesto de responsabilidad objetiva, sino subjetiva, y e) el vendedor que estafó al
actor debe ser considerado un tercero por el cual Mercado Libre no debe
responder.
En primera instancia se decidió admitir la excepción de falta de legitimación pasiva
opuesta por Mercado Libre SRL, rechazar de la demanda e imponer las costas del
proceso al actor que resultó vencido. Frente a este fallo, el actor decide apelar y la
Cámara interviniente confirma la decisión de primera instancia, salvo en lo que
respecta a las costas, en tanto ordena que las mismas sean afrontadas en el orden
causado.
III. La decisión de la Cámara
La sentencia dictada por la Cámara inicia por señalar la inexistencia en el Derecho
argentino de un "plexo normativo especial relacionado con la responsabilidad de
los prestadores de mercados electrónicos como el que organiza y explota la
demandada para la venta y/o subasta 'on line' de bienes" (2). Desde este punto de
partida, se propone recurrir a la visión del derecho comparado en materia de
comercio electrónico por considerar que este ofrece un marco razonable de
estándares jurídicos aptos para resolver el caso conforme a criterios de equidad y
justicia.
De este modo, se toma como punto de referencia la Directiva 2000/31/CE del
Parlamento Europeo y del Consejo (08/06/2000) sobre "Determinados aspectos
jurídicos de los servicios de la sociedad de la información, en particular el
comercio electrónico en el mercado interior", puntualmente la sección
correspondiente a la "Responsabilidad de los prestadores de servicios
intermediarios (Secc. 4).
Dentro de la Directiva citada, la Cámara se concentra en dos disposiciones. Por un
lado, el art. 14 (relativo al alojamiento de datos o hosting) que impone a los
Estados miembros garantizar que el prestador de servicios no será
responsabilizado por los datos almacenados, siempre que i) no tenga conocimiento
efectivo de que la actividad o información son ilícitas, ii) en lo que respecta a las
acciones resarcitorias, desconozca hechos o circunstancias que hagan manifiesta la
ilicitud de la actividad o de la información alojada y por último. Asimismo, se
permite a los Estados obligar al prestador a actuar con rapidez para retirar los
datos o bien imposibilitar el acceso a ellos cuando tome conocimiento del carácter
ilícito de la actividad. Por otro lado, se hace referencia al art. 15 que ordena no
imponer a los prestadores de servicios una obligación general de supervisar los
datos que transmitan o almacenen, ni una obligación general de realizar búsquedas
activas de hechos o circunstancias que indiquen actividades ilícitas.
En el razonamiento que realiza el Tribunal interpretando las normas citadas —con
el auxilio de jurisprudencia de tribunales europeos—, resulta decisivo determinar
cuál es el ámbito de aplicación de las mismas, cuestión que permitirá dirimir la
responsabilidad de los prestadores. En este sentido, en el punto a) del
considerando cuarto se observa que "Puede hablarse de una exención de
responsabilidad del operador de un mercado electrónico de ventas o
subastas online cuando no ha desempeñado un papel activo que le permita
adquirir conocimiento o control de los datos almacenados, es decir, cuando ha sido
un 'mero canal' limitándose a proporcionar un foro para una transacción entre un
comprador y vendedor". De allí, que no pueda imponerse a estos prestadores las
obligaciones de supervisión o de realización de búsquedas activas a las cuales
refiere el mentado art. 15.
En cambio, la exención de responsabilidad no resulta aplicable en aquellos
supuestos en los que el prestador desempeña un rol activo, en modo tal que su
conducta le permite adquirir conocimiento o control de los datos proporcionados
por los clientes. El prestador dejará su rol pasivo cuando, verbigracia, preste una
asistencia consistente en optimizar la presentación de las ofertas de venta o realice
actividades dirigidas a promoverlas.
En consecuencia, la distinción entre el carácter y el grado de intervención del
operador de la plataforma resulta fundamental en orden a dirimir si el prestador
es o no responsable por los daños sufridos por el actor. Así, se señala en el fallo
anotado que "la manera y el grado en que un operador interactúa con los
vendedores y los propietarios es un aspecto fundamental para los tribunales a la
hora de determinar la responsabilidad o no del sitio web de mercado
electrónico" (3).
La Cámara considera que, en este supuesto, Mercado Libre asume una posición
neutra entre las partes, un rol pasivo de tratamiento técnico y automático de los
datos proporcionados por los anunciantes, motivo por el cual no resulta posible
exigirle el control de la información publicada y por ende no se genera
responsabilidad. Entre los extremos que sustentan la decisión destacamos los
siguientes: a) surge de la pericia que no es necesario registrarse en el sitio web
previamente ni ingresar con usuario o clave para navegar en la sección de avisos
clasificados de automotores y que el nombre y teléfono del vendedor son de libre
acceso; b) es de fácil acceso la lectura de los términos y condiciones en los que se
aclara la intervención de Mercado Libre como "sección de avisos"; c) los "Términos
y condiciones" cumplen con los estándares impuestos por los arts. 4º de la ley
24.240 y 1107 del Cód. Civ. y Com.; d) no se probó que Mercado Libre tuviese
conocimiento efectivo de alguna ilicitud vinculada con el aviso en cuestión; e) no se
acreditó que el actor accedió al aviso clasificado a través de motores de búsqueda,
merced al servicio de keywords o enlace privilegiado que revele la participación de
la demandada en la optimización de la oferta; f) el vendedor fue inhabilitado por
Mercado Libre el 10/10/2013 y el actor indicó que la fecha de inicio de las
negociaciones fue posterior sin que se acreditara que el aviso permaneciera
accesible en el sitio con posterioridad a la inhabilitación; g) Mercado Libre no
cobró comisión por la operación y el pago internacional del precio se realizó por
medio de una empresa ajena a la demandada.
Si bien la sentencia anotada da por definida la decisión sobre la base de los
lineamientos precedentes, merece párrafo aparte la visión de la Cámara respecto
de la conducta del actor, calificada e forma reiterada como "negligente". Se destacó
que el actor hizo caso omiso a los términos y condiciones, que mantuvo contacto
con una cuenta de e-mail falsa sin denunciar a Mercado libre la presencia de
un spoof (mail de falso remitente) y que no le resultó llamativo el bajo precio del
vehículo. Asimismo, se agrega que el actor "ha sido víctima de su propia torpeza"
en tanto no cumplió con los recaudos de verificación física del vehículo y de su
situación jurídica conforme es exigido en el régimen legal propio a la transferencia
de los automotores.
IV. La visión de la doctrina y la jurisprudencia
La cuestión que plantea el fallo anotado exhibe cierta complejidad, probablemente
vinculada a la ausencia de un régimen especial relativo al comercio electrónico, así
como también a la diversidad de transacciones que se engloban bajo este gran
género. Cada uno de estos tipos de operaciones posee estructuras diversas que
requieren de respuestas jurídicas específicas (4).
Tal como se adelantó en la introducción, la sentencia que se anota ha generado
debates en el seno de la doctrina nacional que se reflejan en los diversos
comentarios a fallo realizados por los especialistas.
Algunos autores, en una visión anclada en los aspectos negociales del comercio
electrónico, se manifiestan a favor de la sentencia, señalando que se trata de un
"leading case que vuelve a su cauce el régimen de responsabilidad" en materia de
comercio electrónico. Se destaca, desde este punto de vista, la remisión a la
Directiva citada y el acierto de la distinción entre el rol activo y pasivo de quien
gestiona la plataforma de comercio electrónico en orden a dirimir su
responsabilidad (5). Se agrega, además, que la decisión tomada en los autos
"Kosten" es coherente con el precedente de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en el caso "Rodríguez, María Belén" (6) en el que se resuelve que al no
existir una obligación de vigilar los contenidos, no existe en principio
responsabilidad.
Esta postura se propone ir más allá, distinguiendo entre la promoción que pueda
hacer Mercado Libre en general en su rol de market place y la promoción de
productos en particular. En el primer supuesto no se presentaría un rol activo de la
plataforma, y en consecuencia no se generaría responsabilidad. En el segundo caso,
se asume la existencia de un rol más activo en esta suerte de voluntad de asociarse
a la oferta del producto del tercero, no obstante lo cual se observa que no
necesariamente en todos los casos exista un supuesto de control o conocimiento
del producto (7). Con esta idea, se restringe aún más el ámbito de responsabilidad
de quien gestiona una plataforma de comercio electrónico.
En cambio, desde un punto de vista crítico, se ha señalado que la resolución del
Tribunal en los autos "Kosten" implica un retroceso protectorio en materia de
comercio electrónico, que soslaya la existencia de una relación de consumo y la
responsabilidad objetiva que se produce en el caso (8). De hecho, una revisión de
la jurisprudencia en esta materia, nos permite hallar importantes precedentes en
las causas "Claps", "LAN", "Ferreiro" —entre otros—cuyas soluciones reflejan una
correcta aplicación del principio protectorio y del principio de confianza en
materia de defensa del consumidor (9).
En esta línea, se destacan dos grandes cuestiones íntimamente vinculadas entre sí:
a) El rol central que juega el principio de confianza, en tanto los sitios web facilitan
la concreción de las transacciones al crear estos mercados virtuales que
proporcionan el ámbito necesario para que vendedores y compradores entren en
contacto. La organización de la plataforma genera una especial confianza en la
profesionalidad del prestador y en la expectativa de un comportamiento razonable
del proveedor (10).
b) La especial vulnerabilidad que caracteriza al consumidor electrónico, fundada en
"la fragilidad técnica del consumidor, que se manifiesta como una circunstancia
desfavorable que hace que los consumidores sean aún más susceptibles de daños
perdurables, privados de la capacidad de decidir lo que es mejor para ellos, debido
a la conducta no personalizada y no dialogada que caracteriza el comercio
electrónico" (11). El hecho del medio técnico hace que se necesiten ciertas
cualidades para afrontar la contratación online, acentuándose la debilidad
estructural presente en todo consumidor (12). Por este motivo, se critica
fuertemente la alusión del fallo anotado a la negligencia del consumidor en la falta
de verificación de la situación jurídica y física del vehículo que se pretendía
adquirir.
Por supuesto que el debate sobre el tema no concluye en "Kosten", muy por el
contrario, apenas comienza. En efecto, recientemente se dio a conocer otro
precedente que responsabiliza a Mercado Libre. Nos referimos a la sentencia
recaída en los autos caratulados "Mercado Libre SRL c. Dirección General de
Defensa y Protección al Consumidor s/ recurso directo sobre resoluciones de
defensa al consumidor" (de fecha 11/06/2018) proveniente de la sala I de la
Cámara en lo Contencioso administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos
Aires (13).
V. Aplicabilidad del criterio sentado en "Kosten"
Previo a realizar algunas consideraciones personales en relación con la sentencia
anotada, parece oportuno advertir que a medida que se avanza en la lectura del
fallo, se vislumbra la voluntad del tribunal de circunscribir la solución a las
circunstancias del caso ponderadas (14), sin que pueda extrapolarse del mismo
una regla general aplicable a todo conflicto suscitado entorno al comercio
electrónico. En tal sentido, la Cámara manifiesta expresamente que la aplicación de
la exención de responsabilidad debe evaluarse caso por caso (15).
Siguiendo este criterio, el vocal preopinante señala que la exención de
responsabilidad se aplica sólo a la cuestión relativa al alojamiento de datos, y no
comprende otros servicios o actividades realizados por la plataforma, entre ellos,
el recurso a medios de evaluación o calificación, seguro, modalidades de pago,
verificación de la identidad; etc. Asimismo, se aclara que el hosting tampoco se
exime de responsabilidad en lo relativo a la protección de datos personales.
En otros términos, parece acertado pensar que no debe asociarse en forma directa
la actividad de hosting con ausencia de responsabilidad, sino que es preciso
analizar las circunstancias particulares de organización y actuación del prestador
en cada caso concreto. Aunque no se comparte la decisión del Tribunal, resulta
imperioso darle al precedente la dimensión que posee, limitada a las
características del caso particular, sin pensar en su aplicación automática e
indiscriminada a cualquier tipo de plataforma fáctica.
VI. Una lectura del caso desde los principios generales
Si bien no existe en el seno del Derecho nacional un régimen especial y sistemático
vinculado al comercio electrónico ni a la responsabilidad de los proveedores que
se ocupan de organizar y explotar la venta y subasta en mercados on-line, no es
preciso afirmar que exista un vacío legal al respecto. Ello es así en tanto es posible
identificar diversas normas referidas directamente al comercio electrónico. Entre
ellas, la ley 24.240, por ejemplo en sus arts. 10 ter y 34; b) el Código Civil y
Comercial de la Nación, en sus arts. 985, 1107, 1108, 1109 y 1110 a 1116 (poner
los temas a los que se refieren los artículos. Asimismo, en el ámbito del Mercosur
cabe referir a la res. 21/04 relativa al derecho a la información del consumidor en
las transacciones comerciales efectuadas por internet, incorporada al régimen
nacional por la res. 104/05 de la ex Secretaría de Coordinación Técnica. En el
ámbito del llamado soft law, cabe citar a las Directrices de Naciones Unidas para la
Protección del Consumidor (reformadas recientemente en el año 2015) (16).
De todas maneras, el caso invita a construir una respuesta jurídica cuyo anclaje se
halle en las normas de la responsabilidad civil y los contratos así como también en
los principios generales del Derecho Privado argentino.
En lo que respecta al comercio electrónico se pone en juego el principio de
confianza y sus derivaciones. La confianza implica que todo aquel que con sus
conductas o sus manifestaciones de voluntad suscite en otro una razonable
creencia con respecto a ellas, está obligado a no defraudar esa expectativa, y en
caso contrario a resarcir los daños y perjuicios ocasionados (17). Se trata de un
criterio de gran contenido ético que impone a quienes participan del tráfico en las
relaciones jurídicas patrimoniales el deber de honrar las expectativas despertadas
en los demás, en cuanto sean legítimas y fundadas en todas las etapas del
contrato (18).En el marco del Código Civil y Comercial, se invoca el principio de
confianza en diversas oportunidades a fin de tutelar la expectativa generada. Ello
es así, por ejemplo, en los arts. 776, 1067, 1725 (19).
En el ámbito de la relación de consumo, el principio de confianza "se expande (a
favor del consumidor) y se reduce (en contra del proveedor) en razón de una
subjetivización que pondera la especial situación de las partes (relación débil-
fuerte, profesional-inexperto, etc.)" (20). Así, en referencia concreta al caso
"Kosten", cabe afirmar que el entorno gráfico que el sitio web presenta a los
usuarios genera en estos la apariencia de que el sistema, las condiciones y el rol
que aquel cumple, son los mismos para cualquier tipo de bien que se pretenda
adquirir, intervenga el sitio o no en la recepción de los pagos. De hecho, al ingresar
a la página es posible desplegar un catálogo de productos que van desde
herramientas y juguetes hasta vehículos e inmuebles. El entorno gráfico induce a
pensar que en todos los casos el proveedor actúa en el mismo carácter y se
despierta en el usuario la confianza en el prestigio que el sitio posee en el ámbito
del comercio electrónico y en la seguridad que proporciona.
No en vano se han producido recientemente algunas modificaciones en el sitio web
en cuestión. En relación con la adquisición de automotores, se publicita hoy un
servicio al que se denomina "Nueva reserva online", anunciando en el entorno
gráfico y en un lugar central de la página "Ahora comprar vehículos es más fácil y
seguro". Recurriendo a gráficos y a un lenguaje asequible, se indican debajo los
diversos pasos que el usuario debe seguir para completar la operación,
mencionándose incluso la verificación física del vehículo (21). Evidentemente, el
proveedor advirtió la necesidad de modificar el sistema relativo a la
comercialización de vehículos, previniendo de este modo futuros conflictos
similares al caso "Kosten". Sin perjuicio de otras derivaciones contractuales que
puedan generarse (por ejemplo el carácter del dinero entregado en "reserva"),
parece aportarse mayor seguridad a la operación y reforzarse la eficiencia del
sistema y la confianza del consumidor en el marco del comercio electrónico.
El caso "Kosten", al igual que otros vinculados al comercio electrónico, abren la
necesidad de repensar el rol Derecho del Consumidor y su funcionamiento en clave
de principios generales. Con la agudeza que la caracteriza, Lima Márquez ha
señalado que "El nuevo lenguaje visual, fluido, rápido, agresivo, pseudo-individual
y masificado de los negocios jurídicos de consumo a distancia por medio de
internet propone desafíos serios para el derecho privado, en especial para el
derecho del consumidor y su paradigma moderno de la buena fe en las relaciones
contractuales" (22).
La autora señala que el uso del medio virtual hace que el principio de buena fe
pierda hoy eficiencia, motivo por el cual en tiempos posmodernos propone la
"evolución" hacia el paradigma de la confianza, como criterio más visual (basado
en la apariencia) y de más socialidad (cualquier forma de declaración vincula al
profesional organizador de la cadena de comercialización). Ello ocurre en nuestro
caso, en donde la obligación de informar (cuya raíz reside en la faz objetiva de la
buena fe) se concreta supuestamente por la presencia de los "Términos y
Condiciones" en donde se diferencia el rol del sitio web en la compra de
automotores.
Por último, y también desde una lectura vinculada a los principios generales, en el
marco de la relación de consumo corresponde realizar una interpretación
restrictiva en orden a la consideración de la culpa del consumidor en materia de
responsabilidad. Ello viene impuesto como derivación del principio protectorio
(art. 42 de la CN y art. 1094 del Cód. Civ. y Com.).
Sin dudas, quedan muchos aspectos para analizar en profundidad en vinculación
con la sentencia anotada, entre otros, el gran esfuerzo probatorio que se le impone
al consumidor, que seguramente serán objeto de un próximo trabajo.
(1) Para acceder a la versión completa del "Estudio de Comercio Electrónico 2017"
puede visitarse la página web de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico
(CACE): http://www.cace.org.ar. Asimismo, se hallan en la web citada.
(2) Ver al respecto el consid. 3º. El vocal preopinante destaca que no se trata de
seguir un criterio extranjerizante, sino que se recurre al derecho comparado en la
convicción de que puede servir para fundar decisiones justas, basadas en criterios
que han recibido aceptación en países con un desarrollo jurídico similar al nuestro.
(3) A este respecto ver el ítem d) del considerando cuarto.
(4) Tales transacciones han sido categorizadas en diversos grupos teniendo en
cuenta los sujetos entre los que se traba la relación; verbigracia operaciones: B2B
(entre empresas), B2C (entre empresa y consumidor), C2C (entre consumidores),
G2C (entre gobierno y consumidor), B2E (entre empresa y empleado), etcétera.
(5) BARRY, Luis D. - BAUER, Eugenio, "El rol activo como dirimente en materia de
responsabilidad en el comercio electrónico", LA LEY 02/05/2018, p. 6, LA LEY
2018-B, 526 y RCyS 2018-VI-73.
(6) CS, 28/10/2014, "Rodríguez, María Belén c. Google Inc.", Fs. CS 337:1174, LA
LEY cita online: AR/JUR/50173/2014.
(7) BARRY, Luis D. - BAUER, Eugenio, ob. cit. p. 6.
(8) En sentido crítico a la sentencia, pueden verse los valiosos aportes de:
TAMBUSSI, Carlos E., "Relación de consumo y responsabilidad objetiva entre los
usuarios de plataformas de venta y el proveedor del servicio", LA LEY 22/05/2018,
p. 2, LA LEY 2018-C, 101 y RCyS 2018-VII-59; BAROCELLI, Sergio S. -
ESTEVARENA, Emiliano, "La protección de los consumidores en plataformas de
comercio electrónico", LA LEY 2018-C, 180.
(9) CNCiv., 05/10/2012, sala K, "Claps, Enrique M.n y otro c. Mercado Libre SA s/
daños y perjuicios", Ed. Thomson Reuters, Cita online: AR/JUR/55788/2012;
CNFed. Cont. Adm., sala IV, 22/12/2015, "Lan Airlines SA c. DNCI s/ defensa al
consumidor - ley 24.240", LA LEY online: AR/JUR/67027/2015; C. Civ. y Com. III
Jujuy, 15/09/2016, "Ferriero, Pablo A. c. Mercado Libre SRL s/ acción emergente
de la ley del consumidor", LA LEY 16/12/2016, AR/JUR/67450/2016.
(10) BAROCELLI, Sergio S. - ESTEVARENA, Emiliano, ob. cit., p. 180, y TAMBUSSI,
Carlos E., ob. cit., p. 2.
(11) BAROCELLI, Sergio S. - ESTEVARENA, Emiliano, ob. cit., p. 180.
(12) TAMBUSSI, Carlos E., ob. cit., p. 2.
(13) CCont. Adm. y Trib. CABA, sala I, , 11/06/2018, "Mercado Libre SRL c.
Dirección General de Defensa y Protección al Consumidor s/ recurso directo sobre
resoluciones de defensa al consumidor", Ed. Thomson Reuter, cita online:
AR/JUR/24534/2018. En este caso, Mercado Libre apela ante la Cámara una multa
de $30.000 que le había sido impuesta por la autoridad de aplicación en virtud de
la configuración de una infracción al art. 4º de la ley 24.240. La consumidora había
adquirido un catering (sándwiches), había pagado mediante el uso de la
plataforma, y nunca se efectivizó la entrega de lo adquirido. Mercado Libre realizó
la devolución de parte del dinero pagado y ante el requerimiento de la usuaria se
negó a brindarle información básica relativa al proveedor. Esta última conducta fue
motivo de la imposición de la multa en sede administrativa. Al margen de ello, la
sentencia remite a un tramo de la causa "Claps", en el que se señala que "Mercado
Libre interviene —y por ende es responsable— desde el mismo momento en que,
creando apariencia, logra atraer para sí la confianza de sus clientes. Y
precisamente, esa confianza constituye la fuente primaria de sus obligaciones.
También lo es de sus ganancias. Sea cual sea el argumento que se tome, no es
discutible que Mercado Libre es un intermediario que integra una cadena
comercial".
(14) Remitimos al respecto al apartado III de este trabajo en el que se analizan
todos los extremos tenidos en cuenta por la Cámara en el decisorio.
(15) En este sentido puede verse el punto f) del considerando cuarto del fallo
anotado. Este criterio responde a un reclamo que viene realizando la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, en torno a la necesidad de que los magistrados
tengan en consideración las particularidades de cada caso al elaborar sus
decisiones.
(16) Una síntesis sobre el régimen relativo al comercio electrónico en nuestro país
puede verse en el interesante aporte de: BAROCELLI, Sergio S. - ESTEVARENA,
Emiliano, ob. cit., p. 180.
(17) NICOLAU, Noemí L., "El contrato en el contexto de la Teoría General", en
NICOLAU, Noemí L. - HERNÁNDEZ, Carlos A. (dirs.) - FRUSTAGLI, Sandra A.
(coord.), Contratos en el Código Civil y Comercial de la Nación, Ed. La Ley, Buenos
Aires, 2016, p. 63.
(18) REZZÓNICO, Juan Carlos, Principios fundamentales de los contratos, Ed.
Astrea, Buenos Aires, p. 376
(19) QUAGLIA, Marcelo C., "El desequilibrio relacional y el orden público
económico de protección. Defensa del consumidor y revalorización de los
principios generales (con especial referencia a la buena fe y a la protección de la
confianza. La equidad en el ámbito del Derecho del Consumidor", en STIGLITZ,
Gabriel - HERNÁNDEZ, Carlos A. (dirs.), Tratado de Derecho del Consumidor, Ed.
La Ley, Buenos Aires, 2015, t. I, p. 290.
(20) Ibidem, p. 292.
(21) Al respecto puede verse:
https://www.mercadolibre.com.ar/reservavehiculos#D[EI:12355]. Luce incluso
un video promocional en el cual se explican los nuevos pasos del sistema para la
adquisición de vehículos y una leyenda que reza "Protegemos tu dinero. Si te
arrepentís o tenés algún problema antes de la entrega del vehículo, podés cancelar
y te devolvemos el 100% de la reserva".
(22) LIMA MÁRQUES, Claudia, "O novo modelo de direito privado brasileiro e os
contratos: entre intereses individuais, sociais e direitos fundamentais", en LIMA
MÁRQUES, Claudia (coord.), A nova crise do contrato. Estudos sobre a nova Teoria
Contratual, Revista dos Tribunais, 2007, ps. 17 y ss.

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