Modos IAP

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Capítulo 1
Modos participativos de Investigación – Acción

para la reflexión y la producción
de conocimiento social
Nidia Abatedaga
El compromiso… es el “compromiso – acción”

que justifica a los activistas y a la ciencia social
en un momento histórico…
Jean – Paul Sartre en Fals Borda (2009)
Introducción
La Investigación – Acción o “Estudio Acción”, como la denomi-

nó Fals Borda1, es una particular modalidad metodológica de hacer
investigación cualitativa, que supone una epistemología y una pers-
pectiva gnoseológica también especiales. Esta propone básicamente
la integración entre la actividad de investigar y la acción, con el ob-
jeto de promover cambios en la estructura social y en las relaciones
intergrupales, desafiando la tradición positivista de construir cono-
cimiento, que pretende que el papel de la ciencia sea independiente
del orden práctico del mundo. (Frizzo: 2008; 152)
Algunos autores señalan especialmente la crítica que esta episte-
mología realiza, desde sus supuestos, a la visión única y objetivista del
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quehacer científico, caracterizado muchas veces como pensamiento

único y hegemonía positivista en las Ciencias Sociales. Y aunque las
discusiones acerca del positivismo se consideren superadas frente a
1
Esta denominación fue resultado de las reflexiones realizadas por este autor con base en las
experiencias que varias instituciones desarrollaron en Colombia desde los años ´70. (Fals
Borda; 2009)
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gestion horizontal
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la emergencia de contextos post empiristas, la IAP (Investigación-

Acción – Participativa) desenmascara la relación entre objetivismo,
monopolio del saber y control social, haciendo evidente el replanteo
de la relación existente entre ciencia y sociedad. (Gassino y Scribano:
2008; 182)
Aún cuando en la actualidad se toman como sinónimos, la In-
vestigación – Acción se diferencia de la Investigación Participativa
en que aquélla reúne investigación e intervención pero no asegura la
participación de los sujetos del estudio en el proceso de investigación;
en cambio la segunda reconoce la intervención de los sujetos aunque
no garantiza que este hecho conduzca a un cambio social deseado
y planeado por el investigador/planificador. La Investigación – Ac-
ción – Participativa procura superar estas limitaciones presentándose
como un proceso de investigación, producción de conocimiento e
intervención que parte de problemas sociales específicos buscando
transformarlos y concretar un proceso colectivo de producción de
saber. (Frizzo: 2008; 154)
Los orígenes de diversas investigaciones que comparten el enfo-
que participativo (la Educación para Adultos, la Animación Socio –
Cultural y el Desarrollo Comunitario) que se reconocen en España
y parecen favorecer la participación de los afectados en los procesos
de investigación y de reflexión colectiva, dieron lugar a la existencia
de estrategias y planteamientos teóricos diversos. Las diferencias en
el plano de las estrategias, es decir, lo referido al para qué y para
quiénes de la acción emprendida, dependen de quiénes son los su-
jetos reales de los procesos puestos en marcha y qué fines persiguen
a través de ellos. Estas diferencias a nivel estratégico se traducen en
lineas teóricas diferentes, que avalan de distinta manera los enfoques
particulares. Existen tradiciones donde se sitúan las escuelas que to-
man como referencia la IAP: la Tradición Pragmática – Operativa y
la Tradición Crítica – Implicativa y lo que denominamos Tradición
de Investigación Colectiva.
1) La Pragmática – Operativa fue iniciada por Dewey en el campo
de la educación y por Lewin en el área de la psicosociología, a quie-
nes se considera iniciadores de la Investigación – Acción en Estados
Unidos. Esta corriente surgió alrededor de 1929 en un contexto de
INTERNACIONAL DE BARCELONA
20
gestion horizontal
gran depresión económica, cuando reconocen que la participación

democrática es más efectiva para garantizar la productividad que el
taylorismo y el control rígido de la población. (Goyette y Lessard
– Herbert; 1988; 17) En este caso, la participación es un método
para resolver problemas grupales e institucionales bajo una óptica de
pragmatismo no crítico que no toma en consideración las relaciones
que éstos tienen con el conjunto del sistema social. Esta perspectiva
se aplicó exitosamente en la gestión de empresas comerciales y en
la preparación de operaciones militares durante la Segunda Guerra
Mundial. Algunos autores afirman que la preocupación por la efica-
cia del modelo operativo se impuso al debate democrático, y puede
tomarse como ejemplo los proyectos promovidos por la Unión Eu-
ropea en el marco de los Programas de Lucha contra la Pobreza 2
(Colectivo Ioe: 2003)
2) La Crítico – Implicativa propugna la Investigación – Acción
desde una perspectiva opuesta, con un rechazo global al status – quo
existente en sociedades desiguales, con exclusión, elitismo político
y segregación económica y con una propuesta de liberación social.
Asociada a la ideología tradicional de izquierda, tuvo su momento
más importante en América latina a mediados de los ´60, en Francia
durante 1968 y en los movimientos neomarxistas alemanes de esa
misma década. (Colectivo Ioe: 2003)
3) Una tercera perspectiva que denominamos Tradición de In-
vestigación Colectiva, con radicación geográfica en América Lati-
na, muestra una herencia que puede rastrearse desde la inmigración
anarquista y socialista de principios del siglo XX, aunque se extendió
más ampliamente a partir de los años ´60. Se hizo evidente la emer-
gencia franca con la aparición de ponencias que recurrentemente se
2
Los sucesivos Programas Europeos de Lucha contra la Pobreza han financiado muchos
programas locales y regionales bajo el sugerente rótulo de “investigación-acción” y algunos
de sus criterios de intervención son característicos de la IAP: multidimensionalidad,

cooperación (“partenariat”) y participación. Sin embargo, el desarrollo de los programas se
enmarcaba en el objetivo final de integrar a los colectivos desfavorecidos en las instituciones
económicas y sociales preexistentes, sin plantearse en ningún momento incidir en una
transformación de las mismas. Ver COLECTIVO IOÉ, “Consideraciones críticas en torno
al II Programa Europeo de Lucha contra la Pobreza”, en AA.VV., La pobreza en la España
de los años 80, Acebo, Madrid, 1989, págs. 178-85; y ABOU SADA, G., Luttes contre la
pauvrété, GEIE, Lille, 1991
gestion horizontal
vinculaban a este proceso en el Simposio Mundial sobre Investiga-

ción – Acción celebrado en 1977 en Cartagena, Colombia, y en el
X Congreso Mundial de Sociología realizado en México en 1982.
(Frizzo: 2008; 152). Este tipo de investigaciones, que abrevaron en
el paradigma hermenéutico – crítico, se desarrolló fecundamente en
el campo de la educación de la mano de Oscar Jara, Paulo Freire y
Orlando Fals Borda, a través del trabajo realizado por estos auto-
res en el campo de la Educación Popular, las escuelas sindicales, las
universidades populares y los movimientos culturales de protesta.
Además estuvieron muy vinculadas al activismo militante y a los
movimientos revolucionarios que presentaban una alternativa a las
dictaduras que azotaron el continente.
Esta última tradición es la que otorga sustento epistémico a la
propuesta teórico – metodológica que se realiza desde la Comunica-
ción Social en este material. A la vez, facilita la comprensión del con-
texto y los procesos de las experiencias ilustrativas que muestran el
trayecto metodológico y práctico recorrido por los agentes universi-
tarios conjuntamente con trabajadores de organizaciones de gestión
horizontal, en equipos de trabajo que permitieron la construcción
del conocimiento que hoy estamos mostrando para poder continuar.
Al reconocer la centralidad de la localización latinoamericana de
las experiencias se recupera la importancia de consolidar búsquedas
que focalicen el carácter local de las necesidades, pudiendo ensayar
soluciones cuyo carácter autóctono facilite la comprensión de prác-
ticas y sentidos habituales, puestos en juego en el autoconocimiento
de lo que nos pertenece. Coincidimos con Gassino y Scribano en
que la IAP es también resultado de un esfuerzo de autores de esta
región y agregamos a esto que además de “situado” es conocimien-
to producido en situación de fuerte desigualdad social. Este carác-
ter le otorga un doble valor heurístico, por un lado, porque abona
a la capacidad de descubrir nuevas realidades y por otro, porque
alimenta el arte de inventar y descubrir nuevas formas de conoci-

miento y posibilidades teórico – metodológicas locales. Además,
se le debe reconocer un alto valor político, por haberse desarrollado
en un continente y en comunidades históricamente marcadas por
diversos modos de dominación, cuyas capacidades y posibilidades
22
gestion horizontal
de emancipación estuvieron sistemáticamente condicionadas por los

sistemas del poder colonial local. (Mignolo; 2001). En virtud de
reconocer este contexto de dominación y la sistemática sujeción a la
que se encuentra sometida nuestra praxis latinoamericana, es valioso
precisar y diferenciar la especificidad comunicativa desde la cual se
propone trabajar la IAP, para aportar desde esta disciplina y en este
ámbito geográfico, una mirada que colabore con otros procesos con-
temporáneos abocados a producir transformaciones estructurales en
las relaciones de poder.
De la reconocida tradición en Investigación – Acción que se plan-
teó como modalidad de intervención psicosocial en las comunida-
des, y de la rica experiencia que emergió como parte de los procesos
de enseñanza – aprendizaje en el campo de la educación se tomaron
los aspectos ontológicos, epistemológicos y políticos que sostienen
este modo de producir conocimiento social. Sobre esta base y atra-
vesados por este modo de mirar, hacer, aprender y conocer, hacemos
un aporte específico desde el campo de la Comunicación Social a la
producción colectiva y horizontal de saber.
En tanto intervención psicosocial, la IAP es aplicada al abordaje
de situaciones problemáticas en procesos sociales con el objetivo de
diagnosticar los factores que inciden negativamente en el bienestar
de los individuos y grupos y proporcionar soluciones. En el campo
de la educación, por ejemplo, la IAP asume la resistencia a la apli-
cación de “recetas” uniformes y propone formas reflexivas sobre la
propia práctica educativa que permitan abordar las problemáticas
emergentes en el aula. (Gassino y Scribano: 2008; 192-3)
La experiencia y el contacto comunicacional de los ámbitos aca-
démicos con grupos de gestión horizontal del trabajo permitieron
diferenciar nociones que hablan de la comunicación desde una pers-
pectiva instrumental, referida a flujos de interacciones entre los suje-
tos que facilita procesos ajenos a la comunicación y sirve a propósitos
de información sobre determinados asuntos para tomar decisiones,

de conocimiento de situaciones antes desconocidas, de ampliación
del saber sobre algún tema, etc. Por otro lado lo comunicacional en
un nivel profundo, referido a la conformación del ser social, cuando
la interacción permite al sujeto poner en acto la capacidad de obje-
gestion horizontal
tivar colocando al otro en tanto alteridad, y vinculándose con él sin

enajenarse en la propia interacción.(Pasquali, 1963)
Este proceso de conformación subjetiva reconoce dos momentos:
el primero donde se efectiviza la apropiación comunicativa de la situa-
ción y se produce conocimiento con el descubrimiento que se realiza
a través del análisis y elaboración crítica de la realidad y del reempla-
zo de constataciones inmediatas (conciencia ingenua) por una con-
ciencia crítica, desarrollada a partir de deducir, relacionar y elaborar
síntesis. (Kaplún M., 1987: 51). La comunicación aquí posibilita
el proceso de significar y significarse como tal sujeto tendiendo a la
autodeterminación a partir de reconocer procesos de identificación
que favorezcan subjetividades autodefinidas en un nosotros (defini-
ción conjunta de sí mismos), colectivamente reconocido y buscado,
que considera conceptualizaciones y representaciones de su propia
situación. (Abatedaga, 2012)
El segundo momento se produce con la toma de conciencia y el
cambio de actitud en un movimiento orientado al hacer comunicati-
vo que se vuelve praxis, e implica la puesta en acto de la apropiación,
sujetos transformando su pensar y su hacer, autodeterminados, con
capacidad comunicativa autonómica de reconocerse. Es el proceso
de interacción comunicativa que parte de la puesta en común de sig-
nificados para arribar a formas de conciencia práctica en proceso de
sucesivos consensos colectivos. El despliegue de instancias dialogales
permite a los interlocutores construir significados compartidos, y a
partir de reconocerse como sujetos de acción y de pensamiento los
sujetos se transforman, dejando de ser una casi ‘cosa’ que lo niega
como un ser de transformación del mundo. (Freire, 1998:21).
El aporte de la comunicación no está referido sólo a la conforma-
ción de los aspectos subjetivos de las personas, y ni siquiera se reco-
noce sólo en un proceso de agregación de la subjetividad individual
para lograr una subjetividad colectiva, sino que permite objetivar el
saber, ponerlo en común, y crear conciencia compartida.

Estos movimientos de transformación colectiva, donde la comu-
nicación interviene de un modo trascendental, no se producen en
forma abstracta sino en el devenir concreto de la vida cotidiana; no
se realizan desde “la teoría” sino como praxis, en tanto acción políti-
24
gestion horizontal
ca transformadora, productora de conocimiento a partir de la acción

práctica.
A esto denominamos praxis comunicativa, procesos de auto reco-
nocimiento y auto constitución identitaria que surgen de la práctica
concreta y cotidiana de los sujetos, desde donde parten para la ela-
boración teórica y comprensiva del hacer en un proceso inductivo de
construcción colectiva y de conceptualización, para posteriormente
volver a la práctica enriquecida.
Comunicación para la participación: condiciones de la auto-

conciencia colectiva
Debido al carácter versátil de la IAP y tomando en considera-

ción un paradigma integral, se afirma que la clave de su éxito no
reside en la aplicación de mecanismos externos que incrementen las
inversiones, ni de una mejora en la asignación de los recursos sino
en generar las condiciones sociales en términos de “procesos parti-
cipativos” (Gassino y Scribano: 2008: 190). Esto es necesario para
que se produzcan procesos genuinos de participación y no se tienda
al participacionismo, en tanto formas aparentes y no sustantivas de
participación.
La participación se reconoce como parte del compromiso de los
actores sociales con el cambio, y se definen como “procesos de trans-
parencia y apertura y “de dar voz” tanto en escenarios públicos como
corporativos” (Stiglitz: 2000). Otros refieren al potencial que abre,
para “incidir en las decisiones que afectan la vida cotidiana, analizar
problemas, articular demandas frente a los problemas públicos, pro-
poner, planificar, implementar y evaluar soluciones” (Sirvent; 1994)
La participación puede ser simbólica3 , cuando se refiere a acciones
que ejercen poca o ninguna influencia sobre la política y gestión ins-
titucional, y que generan en los individuos y grupos la ilusión de un

poder inexistente o real, cuando tiene lugar entre los miembros de
una institución o grupo con posibilidades de influir efectivamente
3
El uso de la expresión participación simbólica como participación falsa o ilusoria se
relaciona con el concepto de cooptación y los trabajos sobre política simbólica (Seiznick,
1948 y Edelman, 1967).
gestion horizontal
sobre todos los procesos de la vida grupal e institucional y sobre la

naturaleza de sus decisiones, lo cual significa ejercer el poder real.
En momentos en que se reconocen numerosos sectores emergen-
tes que se encuentran disputando fragmentos de poder en diferen-
tes ámbitos de nuestra sociedad, se torna decisivo el análisis de las
condiciones que influyen en la participación. Para Bourdieu existen
dos grandes obstáculos con los que choca toda acción social parti-
cipativa: “la resignación de individuos desmovilizados y desmorali-
zados por una larga serie de fracasos y disoluciones y la inercia de la
administración atomizada y atomizante, encerrada en rigideces de
sus rutinas y supuestos, inoperante y tecnocrática” (1988; 133).
Desde un punto de vista pragmático se afirma que constituyen
condiciones a considerar para la participación de los sujetos, factores
tales como los beneficios que el hecho de participar implica tanto
en lo material como en lo cultural; los valores que se impulsan en el
proceso de participación (salidas individuales o valores solidarios ne-
cesarios para la solución, propuestas individuales o colectivas; men-
sajes de éxito, prestigio, bonanza o la búsqueda del fortalecimiento
de lazos de amistad, laborales colectivos más inclusivos). También
suelen incidir las experiencias organizativas previas, que cuando fue-
ron negativas pueden despertar escasa credibilidad en las iniciativas
actuales y a la inversa, si fueron enriquecedoras suelen favorecer la
participación en actividades actuales. Finalmente las características
de los proyectos que se proponen en cuanto se reconozcan factibles,
creíbles, asequibles y sean pertinentes.
Además de las condiciones señaladas existe una cuya importan-
cia la torna capaz de constituirse en condición de posibilidad de las
demás y consiste en aquella por la cual los individuos se constituyen
en sujetos de comunicación. Se contempla desde las más concretas
y esenciales condiciones de intercambio lingüístico, pasando por la
capacidad de escritura, hasta las más abstractas condiciones de auto
reconocimiento de ser sujetos de palabra y de decisión (y no objetos

de ellas), junto a la autopercepción consolidada de ocupar posiciones
de legítimos protagonistas de las transformaciones que vivencian.
A partir de estas condiciones de equiparación de sujetos diversos
en la comunicación y en la acción, los colectivos pueden desarro-
26
gestion horizontal
llar capacidades de participación, que se entienden como las actitudes

y las habilidades que los sectores, llamados a incorporarse a una
empresa común, han desarrollado a través de las prácticas y de la
reflexión sobre éstas que han efectuado con anterioridad, y que ellos
traen, como aporte a la realización de este desafío. Pero además los
actores sociales deben encontrar las oportunidades de poner en prác-
tica dichas capacidades, donde el juego se encuentre abierto a los
actores sociales.
Entonces podemos hablar de participación cuando se ha provo-
cado una adecuación entre las dos dinámicas, es decir que las capa-
cidades de participar del grupo se ajustan a las oportunidades que
se abren. Cuando el ajuste se produce porque las capacidades de los
incorporados se deben adecuar a las oportunidades que la política
propone, de acuerdo a las exigencias de coherencia interna propias
de la propuesta (racionalidad instrumental), entonces estamos en el
campo de la participación funcional.
La posibilidad de participación sustantiva se abre en la medida
en que el encuentro entre capacidades y oportunidades se persigue
al revés del modo señalado en el párrafo anterior, para el caso de
“participación funcional”: es la “capacidad” de cada grupo la que
se asume como núcleo duro de la búsqueda de correspondencia, las
oportunidades de participar se diseñan e incluyen en las políticas
como respuestas, intencionadamente adecuadas y voluntariamente
respetuosas de esas capacidades que traen los grupos a los que se
invita a participar.
La participación sustantiva puede ser definida entonces como
la adecuación de necesidades, capacidades y oportunidades para la
participación y en su desarrollo es indispensable la existencia de pro-
cesos de comunicación que, desde una perspectiva constitutiva de
subjetividades, faciliten su logro.
La propuesta ontológica de la IAP

Se entiende a la IAP como “un proceso dialéctico y dialógico,
cuya meta es la liberación del potencial creativo y la movilización de
recursos y problemas” (Budd Hall: 1975) un proceso que incluye la
gestion horizontal
investigación científica y la acción política y que considera el análisis

crítico, el diagnóstico de situaciones y la práctica, como fuentes de
conocimiento, a la vez que construye el poder del pueblo. (Fals Bor-
da: 1985 en Montero: 2006: 140)
La IAP aporta una dimensión cognoscitiva diferente a la tradicio-
nal, en tanto revisa y cuestiona las presunciones clásicas respecto de
quién produce conocimiento, cómo se lo distribuye, y quién se lo
apropia para qué fines. Al preguntarse por los sujetos cognoscentes y
colocar el eje en la propia comunidad y no en un sector social hiper
especializado y separado de la sociedad (como son los científicos, las
universidades y todo centro de producción de conocimiento), se re-
convierte la mirada hacia la noción de praxis, apostando, desde una
perspectiva hermenéutica crítica, al espiral de producción de cono-
cimiento que significa “una espiral de pasos que compone el círculo
de planificación, acción, búsqueda de datos acerca del resultado de
la acción” (Lewin, 1948 en Montero: 2006; 206)
El desplazamiento se orienta hacia una indispensable reflexividad
sobre el proceso investigativo, reconociendo los presupuestos episte-
mológicos, ontológicos y teóricos que subyacen a la acción. Es por
ello necesario señalar los supuestos de conocimiento, para dar cuenta
de la heterogeneidad y singularidad de las diversas realidades en las
cuales se conoce/transforma y realizar propuestas creativas en el di-
seño de las metodologías de acercamiento. Esto es necesario en fun-
ción de la precariedad de las situaciones sociales que muchas veces se
abordan y de la inadecuación que suele evidenciar el saber científico
para proporcionar opciones factibles de aplicar a los casos concretos.
Fals Borda parte de establecer las bases gnoseológicas desde las
cuales propone investigar la realidad para transformarla:
1) El problema de la relación entre el pensar y el ser se resuelve
por la observación de lo material que es externo a nosotros e inde-
pendiente de nuestra conciencia. Incluye lo constatable de la natura-
leza junto a las condiciones primarias fundamentales de la existencia

humana.
2) La formación y reducción del conocimiento plantea la diferen-
cia entre lo que es conocido y lo que todavía no se conoce, por lo que
parte de suponer que todo conocimiento es inacabado y variable,
28
gestion horizontal
quedando sujeto por lo mismo, al razonamiento dialéctico. Asume

que nace de la ignorancia, es un esfuerzo por reducirla y llegar a ser
más completo y exacto.
3) La vinculación entre pensar y actuar se resuelve reconociendo
una actividad real de las cosas a la cual sólo se adviene por la práctica
que, en este sentido, es anterior a la reflexión. Allí se demuestra la
verdad objetiva, que es la materia del movimiento.
4) En la relación entre forma y contenido debe reconocerse la
superación de su indiferencia por la práctica y no sólo por el com-
portamiento intuitivo o contemplativo. Todo proceso se da como
complejo inextricable entre forma y contenido. De allí que la teoría
no pueda separarse de la práctica ni el sujeto del objeto. (Fals Borda:
2009:256)
Desde esta perspectiva del conocimiento, la realidad no se entien-
de dada, sino como realidad construida, reconstruida, y destruida
criticamente de innumerables formas cada día. De allí que se con-
sidere al sujeto cognoscente como un ser que en su relación con el
mundo que lo rodea y al cual pertenece, es productor y reproductor
de conocimiento, además de ser actor de este proceso. Al hacerlo,
constituye la realidad y es construido por la realidad que construye.
No es un actor individual, aislado, sino que sólo existe en relaciones,
un ser cuya naturaleza es social, que no pierde su carácter de ser úni-
co en medio de lo colectivo, sino que construye su individualidad
en el proceso de relación con otros. Desde esta posición es que la
IAP considera que se debe partir de la totalidad, de la complejidad
y del dinamismo para entender cómo toda persona es productora de
conocimiento. (Montero: 2006; 149)
Esta concepción ontológica se alimenta de una específica dimen-
sión comunicativa de producción de la conciencia que se torna ne-
cesario desarrollar por la sustancial importancia que posee para el
sujeto en el proceso de construcción de la realidad y en el modo
como es construido por aquélla.

Partiendo de que el lenguaje no puede ser reducido en sus fun-
ciones a la mera elaboración de información, se reconoce que pro-
porciona el modo en que se estructura el pensamiento. Si bien el
lenguaje no es el origen de la conciencia, es la forma en que ésta
gestion horizontal
existe: el lenguaje desempeña un papel fundamental en la evolución

de las formas de pensamiento concretas y situacionales. (Ferrucio y
Landi: 1987; 185)
Para Bajtín el lenguaje tiene una función interna o subjetiva liga-
da a la conciencia, considerada como un “hecho real” materializado
en el lenguaje, que emerge de la relación material que se establece
entre sujetos: “la conciencia sólo puede realizarse y convertirse en un
hecho real después de plasmarse en algún material sígnico (…) sólo
deviene conciencia al llenarse de un contenido ideológico (sígnico)
y por lo tanto, sólo en proceso de interacción social” La lógica de la
conciencia, cuya materia prima es la ideología, se constituye a partir
de las condiciones y formas de la comunicación social: “surge en el
proceso de interacción entre conciencias individuales… La concien-
cia sólo deviene conciencia al llenarse de un contenido ideológico…
y se hace efectiva sólo en el proceso de interacción social “ Aún más,
el signo, que es ideología situada en el material sígnico, sólo surge
entre individuos socialmente organizados. El signo no puede apare-
cer en el territorio individual.” (Voloshinov, Valentín; 1992; 34)
En la construcción de la realidad, encontramos las “ideologías
cotidianas”, que Bajtín menciona junto a las experiencias vivenciales
y a las expresiones relacionadas directamente con éstas. “La ideología
cotidiana es un mundo caótico del discurso interior y exterior desordena-
do y no asentado, mundo que confiere sentido a todo nuestro acto ético
o acción, y a todo nuestro estado consciente” (Voloshinov, Valentín;
1992; 127) 4
Cuando Bajtin habla de comunicación social precisa que para su

análisis deberá considerarse la esfera global organizada, situando al
emisor y al sujeto oyente “en una atmósfera social” (que ambas partes
pertenezcan a un común colectivo lingüístico y a una sociedad orga-
nizada de un modo determinado). Además es necesario que ambos
individuos se reúnan en una situación social concreta, sobre “algún

terreno determinado.” (Voloshinov, Valentín; 1992; 75) Debe haber
unidad tanto en el proceso social un territorio material y discursivo
común a los sujetos de la comunicación.
4
El detacado es del autor
30
gestion horizontal
De esto se infiere la importancia que en este trabajo adquiere

la comunicación social, en la conformación ideológica de la subje-
tividad colectiva y en la construcción de la realidad social que los
trabajadores habitan.
Las bases epistemológicas de la IAP

Al basarse en una ontología que se concibe dinámica y dialéctica,
este tipo de investigación plantea la relación sujeto – objeto en tér-
minos de sujeto – sujeto y postula una concepción del conocimiento
en tanto construcción social (Gassino y Scribano: 2008; 183).
Así, la relación entre sujetos que conocen no supone la acción de
producción de conocimiento que se genera y emana de un solo polo
de la relación, sino que se reconocen como sujetos que investigan
situaciones problemáticas de uno de los grupos, que se constituyen
en el objeto que es necesario conocer. Son sujetos atravesados por la
realidad que transforman y a la vez son transformados por ella. La
investigación participante busca la identificación entre los sujetos
que conocen y el objeto a conocer.
En cuanto a las modalidades de vinculación que pueden estable-
cerse entre los investigadores externos a la comunidad y los miem-
bros de ésta, existen diferentes tipos: en un caso la comunidad par-
ticipa en el momento inicial, definiendo con los sujetos externos
el por qué, el para qué y el cómo de la investigación, quedando en
manos de los especialistas el resto del proceso, siendo los resultados
devueltos a la comunidad para su apropiación. Una segunda posibi-
lidad consiste en la participación activa de la comunidad, tanto en
la decisión político – científica que da curso a la investigación como
en la co producción del trabajo y en las decisiones sobre el uso del
mismo (Villasante, 1995: 415).
En cualquier caso se admite una doble producción de saber que
parte de la historia y las prácticas cognoscitivas de ambos tipos de

agentes sociales y que; gracias al proceso de investigación comparti-
do logran arribar a una tercera forma de conocimiento que generará
un saber nuevo y realimentará ambas formas iniciales. Desde la pers-
pectiva de la IAP no se reconoce que ambos saberes sean “puros”,
gestion horizontal
sino que todos son producto de otros múltiples saberes, a la vez que
muestra que la ausencia de reconocimiento institucional del saber
popular es parte del éxito de la institucionalización de la ciencia
como único saber válido, así como del proceso de ideologización
derivado del mantenimiento del poder que radica en esa institucio-
nalidad (Montero; 2006: 151).
Por otro lado, la IAP responde al principio de unión entre la
teoría y la práctica, la praxis, que conduce a una forma de vigilancia
epistemológica, producida a través del movimiento por el cual la
práctica genera teoría, y esa teoría genera nuevas prácticas.
Finalmente la horizontalidad se considera un factor esencial en
la producción de conocimiento que se desarrolla en este tipo de in-
vestigación, pues esa relación equipara a ambos agentes, y cada uno
aporta su conocimiento al problema investigado. Esta horizontali-
dad se sostiene en una relación de diálogo en que ambas voces se
unen, discuten, preguntan, intercambian, toman decisiones. (Mon-
tero; 2006; 152)
La existencia real de procesos horizontales tiene una relación de
dependencia directa con las posiciones que los sujetos asumen, des-
de las cuales establecen las vinculaciones. Estas posiciones debieran
contemplar modos de vinculación en los que se hayan reconocido
las diferencias desde las cuales los sujetos interactúan y se prevean
procedimientos de equiparación de las partes en diálogo, tanto desde
la perspectiva de los códigos a utilizar como desde el punto de vista
de los contenidos, para que el diálogo proceda entre sujetos con ca-
pacidades y posibilidades equivalentes de relación.
Por caso, un adecuado funcionamiento de las Asambleas de aso-
ciados de cooperativas de trabajo, en las que se respete la participa-
ción igualitaria de los socios, tiene como condición el reconocimien-
to de una equiparación y homogeneización de posiciones relativas
de los integrantes de la cooperativa en la toma de decisiones. En
tanto ámbito soberano resolutivo, estas instituciones constituyen

espacios de interacción discursiva que pueden promover el ejercicio del
poder para la acción práctica y proponen condiciones óptimas para
poner a discutir ideas, intercambiar y formar opiniones (Abatedaga
y Siragusa; 2012: 55).
32
gestion horizontal
Así, las instituciones democráticas de funcionamiento horizon-

tal deben contar con condiciones de interacción discursiva básicas
como conocimientos de uso del código compartido, de lectura y
escritura. En caso de carecer de él, por ejemplo si no comparten
idioma, no se alcanzó la alfabetización necesaria o el contenido a
discutir está expresado en un lenguaje o codificado de un modo in-
comprensible, el grupo deberá prever mecanismos para garantizar el
efectivo acceso y comprensión del material a todos los intervinientes
en el proceso para que haya una participación real en la producción
de conocimiento.
Además el contenido de información debe adecuarse a las cir-
cunstancias específicas y asegurar su composición y oportunidad. Es
necesario que sea posible acceder a él con la suficiente antelación
como para que todos los participantes arriben al intercambio con
los elementos de juicio que otorguen posibilidades reales de estar en
condiciones de entrar en el debate, tras haberse formado una idea ca-
bal del asunto a tratar e incluso haber asumido una posición inicial.
En otras palabras para lograr la horizontalidad en el proceso de
producción de conocimiento se requiere de un diálogo con emirecs
íntegros, es decir, emisores y perceptores críticos capaces de neutrali-
zar comunicativamente la pasividad, de decodificar críticamente los
mensajes codificados por otros porque inter-relacionan colectiva-
mente un hecho con otro y sacan sus propias conclusiones (Kaplún
M., 1987:52) En esta instancia los sujetos tienen la posibilidad de
significar y significarse como tal sujeto, pudiendo adquirir capacida-
des de autodeterminación laboral y reconocerse como diferentes a
otros, conformando una conciencia diferente.
Bajo estas condiciones es posible apostar a la praxis comunica-
tiva, con el horizonte puesto en el cuestionamiento colectivo a la
práctica y la duda sistemática. “Es vigilar y criticizar [sic] la verdad
social, legitimarla a partir de la percepción y la perspectiva del sujeto
histórico, como una manera de eficientizar su capacidad de acción

(Rodríguez Gabarrón; 1997: 7).
gestion horizontal
Indicios para comprender los aspectos metodológicos

En base al bagaje gnoseológico y epistemológico que supone este
modo de investigar, y comprendiendo los dos procesos básicos que
propone este modelo, la acción y la participación crítico – transfor-
madora de las comunidades, es necesario señalar los principios que
sustentaron las bases práxicas de los trabajos que realizaron miem-
bros de la Universidad Nacional de Córdoba, desde la cátedra Plani-
ficación y Evaluación de Proyectos, en mutua colaboración alumnos,
adscriptos, ayudantes y otros miembros del equipo de investigación,
junto a trabajadores autogestionados, en la provincia de Córdoba
desde hace 10 años.
Los principios que otorgan fundamento a estas actividades son:
1. El de catálisis social, consistente en “los procesos de cambio
que se desarrollan por virtud de la presencia real de portadores
de cultura activos en medio de un grupo, y cuya función es de
constante vigilancia para asegurar que las nuevas prácticas se
continúen sin necesidad de estímulo”. (Fals Borda; 1959: 51)
Este principio puede implicar la intervención inicial del in-
vestigador o agente externo y apunta a que se establezcan una
comunicación y una confianza entre éstos y los miembros de
la comunidad y grupos. Algunos autores recomiendan la for-
mación de líderes comunitarios por el rol fundamental que
juegan las personas afectadas por la situación que a la vez
están comprometidas con el proceso.
2. El de autonomía del grupo, que supone el control, dirección y
decisión de las acciones por parte de personas de la comuni-
dad, así como la orientación democrática de esas tareas, con
la participación tanto en la acción como en la opinión de los
miembros de la comunidad. (Montero; 2006: 136)
3. El de prioridades, que radica en el desarrollo de la capacidad,
por parte de las comunidades, para definir sus necesidades y

decidir la prioridad de los problemas que serán abordados en
la intervención. (Montero; 2006: 137)
4. El de realizaciones, que define el fin último del proceso, que
“no son las obras materiales, sino “el desarrollo de la con-
ciencia de unión, la cooperación, el espíritu de servicio” (Fals
34
gestion horizontal
Borda; 1959: 53). Estos objetivos se plasman en realizaciones

concretas, pero no dejan de reconocer los valores a los que
adscriben.
5. El principio de los estímulos, por el cual todo logro debe ser
celebrado mediante estímulos materiales y no materiales, ya
que están ligados a las mismas realizaciones (Montero; 2006:
137)
Estos principios asumen un modo de trabajo dialéctico que im-
plica evitar que el conocimiento producido se acomode a formas
viejas de pensamiento. Se apela así a planteamientos ad hoc, que
tratan de explicar las áreas no cubiertas por los paradigmas existentes
o que dirigen la atención a las porciones oscuras de las explicaciones
teóricas vigentes.
Para buscar soluciones teóricas alternas que permitiesen aproxi-
marse mejor a la realidad para entenderla y transformarla, Fals Borda
encontró que el método dialéctico, aplicado en pasos alternos y com-
plementarios, resultaba el más adecuado:
a) Propiciando un intercambio entre conceptos conocidos o pre-
conceptos y los hechos (o sus percepciones) con observaciones ade-
cuadas en el medio social.
b) Siguiendo con la acción a nivel de base para constatar en la
realidad del medio lo que se quería conceptualizar
c) Retornando a reflexionar sobre este conjunto experimental
para deducir conceptos más adecuados u obtener mejores luces so-
bre viejos conceptos o teorías que así se adaptaron al contexto real, y
d) Volviendo a comenzar el ciclo de investigación para culminar-
lo en la acción. (2009; 269)
Aspectos éticos y acción política

Los autores que se nutrieron de la praxis que facilita esta pers-
pectiva, proporcionan nociones surgidas de la experiencia que con-

firman su alto valor práctico y político. La IAP es política en el más
amplio sentido del término, no partidaria ni gubernamental, sí po-
lítica por que incorpora al pueblo en todas sus dimensiones, en el
espacio público de transformación social. (Montero; 2006: 154)
gestion horizontal
Esta incorporación se hace con procesos de participación real (no

simbólica) con el objeto de lograr procesos colectivos de concien-
ciación conjunta: agentes externos y miembros de la comunidad o
grupo social. Es un movimiento de concientización que no implica
generar o crear conciencia desde un polo del saber hacia otro polo de
la ignorancia (Freire; 1998: 21), sino que trata de reestructurar for-
mas de conciencia dada hacia aspectos no reconocidos o entendidos
como naturales, se busca movilizar la restructuración lograda a través
de la reflexión discutida en el mismo proceso de desarrollar acciones
transformadoras. (Montero; 2006: 155).
Y es una concienciación conjunta debido, por un lado a que el
proceso de diálogo real entre los diferentes sujetos que intervienen
en el proceso, asume una forma equivalencial de puesta en común
de perspectivas distintas sostenidas por sujetos sociales con saberes
de diferente naturaleza, origen y legitimidad. Y la puesta en común
supone la transformación de todas las partes: si los miembros de
comunidad logran transformar aspectos problemáticos, ellos se mo-
difican y reconfiguran su subjetividad, pasaron de ser sujetos – en
– si a ser sujetos – para – sí, capaces de propiciar soluciones. Pero
los agentes externos, que intervinieron en el proceso tampoco salen
indemnes: son otros sujetos, transformados, re concienciados, mo-
vilizados.
Por otro lado, al admitir que la praxis de validación es ante todo
política, la problemática de la investigación – acción lleva necesaria-
mente a considerar las relaciones entre los investigadores y las bases
populares, con las cuales se desarrolla la labor política. Y este aspecto
es fundamental en tanto el propósito del método de investigación
consiste en producir conocimiento que tenga relevancia en la prác-
tica social y política. Al realizarse la acción concreta a nivel de la
base, es necesario entender las formas en que aquella se nutre de la
investigación y los mecanismos mediante los cuales el estudio a su
vez se perfecciona y profundiza por el contacto con la base. En la

investigación – acción es fundamental conocer y apreciar el papel
que juegan la sabiduría popular, el sentido común y la cultura del
pueblo para obtener y crear conocimientos científicos por una parte
y reconocer el papel de los partidos y de otros organismos políticos
36
gestion horizontal
y gremiales como contralores y receptores de parte del trabajo. (Fals

Borda; 2009: 279)
A su vez, estas reflexiones nos llevan a tomar en consideración los
aspectos éticos vinculados a los compromisos que todas las partes
deben asumir para llevar adelante el proceso, más allá de su éxito o
fracaso. Tanto los agentes externos como los miembros de la comu-
nidad deben reconocer y accionar desde la responsabilidad que les
cabe en el proceso: asumir el valor real del saber científico (sin sobre
ni sub estimarlo), sin descalificar a los investigadores externos por
no pertenecer a la comunidad y a la vez reconocer el saber popular
sin desacreditarlo por falta de sistematicidad. Ambos grupos deben
convertirse en un único “núcleo de transformación” cuyos compo-
nentes diferenciados trabajan juntos en el emprendimiento colectivo
para producir las modificaciones subjetivas y objetivas que se crean
necesarias.
Los comunicadores en tanto facilitadores, pueden crear las con-
diciones de intercambio y ser promotores del logro de consensos
que contemplen las diferencias y busquen la integración. Cuando las
condiciones permitan la producción de conocimiento cuya utilidad
pasa a ser patrimonio general de los grupos de base y particular de la
ciencia social crítica, de ninguna manera se puede salir del proceso
como se entró en él, porque todos los participantes evidencian pro-
fundas transformaciones.
La praxis de la IAP
Antes de analizar los procesos concretos es útil recordar que la
Investigación – Acción se fundamenta en una metodología induc-
tiva (inducción analítica de lo particular a lo general) 5 y el supues-
to central que la sostiene es que la comprensión y la introducción
de cambios en las prácticas son medios adecuados para producir el
mejoramiento de las mismas, tanto sobre la propia situación en la

que se realizan, como con respecto a la “racionalidad” de las mismas
5
La inducción analítica, propia de las metodologías cualitativas, consiste en postular
hipótesis que den cuenta de las descripciones – patrones, categorías, relaciones – contenidas
en los núcleos temáticos de análisis. A continuación se revierte el procedimiento y contrasta
la hipótesis con las descripciones en búsqueda de contradicción, analogía, se va de los datos
a las conceptualizaciones y de ellas a los datos. (Vizer; 2002)
gestion horizontal
prácticas y la comprensión del proceso integral (Vizer; 2002, 6)

El modelo pasó a tener una dimensión epistemológica, en la me-
dida en que al incorporar la condición participativa, incluye múl-
tiples formas de producir diversos conocimientos sin desvincularse
completamente del imperativo de la ciencia, que implica conocer el
mundo para vivir mejor en él aunque esto implique transformarlo.
Esta espiral, también denominada “recursividad” (circularidad de
etapas del proceso) permite que la comunidad (cuando logra un ni-
vel de participación amplio, criterioso y además haya madurado su
propio proceso de crecimiento) realice un análisis crítico recursivo
que permita la autoreflexividad y el logro de autodiagnósticos de los
problemas y de las condiciones comunitarias por consenso. Significa
instalar el método participativo en el análisis de los problemas y en
la toma de decisiones en el seno de las prácticas de la comunidad.
(Vizer: 2002: 8)
También descubre su capacidad de producir información valiosa
y francamente transformadora cuando se van realizando acercamien-
tos progresivos, en etapas que vayan sucesivamente realizando los
siguientes procesos:
a. Definición de problemas específicos
b. Identificación de un objetivo social
c. Examen crítico de las propias prácticas sociales
d. Recolección de información y discusión de la información
recolectada
e. Búsqueda de explicaciones y de alternativas para modificar las
prácticas
f. Experimentación de modos alternativos de hacer
g. Revisión de estrategias empleadas
h. Identificción conjunta de nuevas necesidades de información
i. Recolección y reflexión de las nuevas experiencias (Vizer:
2002; P. Castillo: 1998)
También Kurt Lewin había advertido la circularidad del proceso

cuando ya en 1948 menciona “una espiral de pasos que componen
el círculo de planificación, acción y búsqueda de datos acerca del
resultado de la acción” Esto suponía un proceso de autocorrección al
contrastar las ideas de los investigadores con el fenómeno estudiado.
38
gestion horizontal
(1948: 205 en Montero; 2006: 132) En términos hermenéuticos, la

espiral de producción de conocimiento de Lewin planteaba la “prue-
ba de las cosas mismas” (Montero; 2006: 133)
A los efectos de completar la propuesta teórica, a continuación
se muestran algunas situaciones práxicas, casos en los que se traba-
jó con metodologías de IAP desde una perspectiva comunicacional.
Los mismos, además de ilustrar otorgan densidad a la propuesta y
consolidan la apuesta para realizaciones futuras.
gestion horizontal
gestion horizontal
La IAP en acción: casos de Praxis

Comunicativa Aplicada
Podemos destacar los procesos de conversión de

subjetividades…
Suelo hablar de las conversiones políticas para
destacar cómo las palabras contienen relaciones
sociales y lucha de clases
Fernando Matamoros (Zapatismo- 2009)
Definiendo la identidad organizacional a partir de la participación

colectiva: el caso del Instituto para el Financiamiento de Coopera-
tivas de Trabajo (2010).
Por Melisa Villarroel,

Romina Cravero y
Claudia Ayala
La experiencia que aquí presenta- red comunicativa que permitiera a las

mos tiene como actores protagónicos cooperativas de trabajo asociadas al
a los trabajadores autogestionarixs Instituto superar problemas de ges-
asociadxs al Instituto para el Finan- tión interna a la vez que mejorar su
ciamiento de Cooperativas de Trabajo relación con el mercado y la comuni-
(I.Fi.Co.Tra)6. Durante el año 2010, dad, a través del trabajo sobre la iden-
implementamos con I.Fi.Co.Tra el tidad cooperativa y una visibilización
proyecto “Comunicación+Cooperac de la Economía Solidaria construida
ión+Trabajo7, que buscó diseñar una desde sus propios integrantes. Para
ello, se generaron estrategias de ca-
6
Una breve historia de la organización pacitación/reflexión en “Comunica-
se puede leer en capítulo 5. ción para la Organización” y “Cultura
7
Comunicación + Cooperación + Tra- Cooperativa”, así como instancias de
bajo: red comunicativa para el empode- intercambios comunicativos entre los
ramiento de cooperativas de trabajo vul- miembros de las cooperativas aso-
nerables, proyecto becado por la Secre- ciadas; y se promovieron lazos entre

taría de Extensión Universitaria de la ellas, y con otras organizaciones de la
Universidad Nacional de Córdoba por Economía Solidaria.
el período enero-diciembre de 2010.
Ver informe final en: http://www.pro-
ducciones.extension.unc.edu.ar/summa- to-de-cooperativas-de-trabajo-vulnerables/
ries/comunicacion-cooperacion-trabajo- AYALA%20-%20%20CRAVERO%20
red-comunicativa-para-el-empoderamien- -%20Informe%20Final.pdf
gestion horizontal
En ese proceso, nos servimos me- Ese mismo año, se incorporaron

todológicamente de la Investigación- ocho cooperativas a través de un pro-
Acción Participativa para proponer un grama de financiamiento con el cual
modo de trabajo en el que la parti- articuló el Instituto, y además nos
cipación y la apropiación/puesta en sumamos nosotras como estudiantes
juego de los saberes de los sujetos para realizar un diagnóstico comuni-
fuera el eje fundamental. cacional en el marco de la Cátedra de
Planificación y evaluación de proyec-
Recuperaremos aquí los encuen- tos de Ccac. ECI-UNC. Las “nuevas
tros realizados en torno a la creación cooperativas” tenían trayectorias dife-
de la carpeta institucional de I.Fi. rentes a las que ya pertenecían a I.Fi.
Co.Tra y su sitio web, que funciona- Co.Tra., debido a que sus proyectos
ron como componentes de los de- productivos estaban aún en constitu-
bates sobre la identidad de la orga- ción y/o eran de bajo impacto econó-
nización y movilizaron fuertemente la mico, contaban con menor trayecto-
participación de los/as asociados/as. ria en el movimiento cooperativista, y
muchxs de sus integrantes venían de
Contexto organizacional. experiencias recientes de trabajo y
Necesidad de visibilidad públi- militancia barrial, sindical, partidaria.
ca e integración.
La confluencia entre nuestras in-
Hacia el año 2008, más de una
tervenciones como estudiantes que
década después de su momento de
indagaron sobre la actividad de I.Fi.
lucha fundacional, I.Fi.Co.Tra se había
Co.Tra. y sus sentidos políticos, y las
convertido en una organización que
inquietudes de las “cooperativas nue-
limitaba su actividad al otorgamiento
vas” llevaron a que se recuperaran los
de microcréditos a sus cooperativas a
debates respecto a los objetivos polí-
partir del ahorro solidario. Actividad
ticos de la organización. Esto derivó
que podía prescindir de encuentros
en el año 2009 en un viraje en el que
periódicos entre el colectivo amplio
pasó de pensarse a I.Fi.Co.Tra. sólo
de las/los asociados a las cooperati-
como entidad crediticia, a asumirlo
vas, pues formalmente bastaba con
como un espacio valioso y necesario
la participación del Consejo de Admi-
para trabajar las demandas comunes
nistración para llevarla a cabo. Fuera
de lxs cooperativistas de trabajo: una
de la reunión de Consejo semanal, no
federación de cooperativas de trabajo
existían otras instancias de encuentro
en Córdoba. En este contexto, em-
y/o comunicación regulares en la que
prendimos junto a ellxs el desarrollo
lxs asociadxs pudieran participar y
de un plan de comunicación para tra-
reconocerse como parte de la orga-
bajar algunas de las problemáticas de

nización. De esta manera, entre lxs
la organización. El trabajo se realizó
trabajadorxs que se iban integrando
a partir de “reuniones ampliadas”/
a las distintas cooperativas de trabajo
asambleas mensuales abiertas a todxs
existía un desconocimiento generali-
lxs asociadxs, cuyas decisiones eran
zado de qué era I.Fi.Co.Tra y el por
implementadas por un grupo más
qué de su existencia.
reducido de participantes activxs que
42
gestion horizontal
coordinaba acciones en las reuniones Por ello, se elaboró una estrate-

de Consejo semanales.8 gia que buscó, en primera instancia,
potenciar el encuentro e intercambio
Entre los problemas sentidos por de experiencias entre cooperativistas
las organizaciones y marcados como que posibilitase el reconocimiento
prioritarios a la hora de realizar un del otro y el autorreconocimiento en
abordaje comunicacional, se encon- términos de lucha compartida, y una
traban la escasa visibilidad del coopera- autovalorización de las acciones y los
tivismo de trabajo y la presencia de una saberes propios como base para la ac-
imagen pública negativa del sector.9 ción conjunta. Esto implicó empezar
Por ello, se decidió trabajar sobre una a construir colectivamente una identi-
estrategia de comunicación de visibilidad de trabajadores autogestionarixs
dad y revalorización de las experiencias cooperativistas de trabajo que pudie-
de Economía Solidaria. Su objetivo era ra instituirse como sujeto político de
colocar en el espacio público al sector la acción federativa. Y, en segundo
de lxs trabajadores autogestionarixs lugar, intentó instituir públicamen-
organizadxs en cooperativas de tra- te la imagen deseada de I.Fi.Co.Tra.,
bajo para hacerlxs visibles frente a la como federación de cooperativas de
invisibilización y/o el desprestigio me- trabajo, enmarcada en el sector más
diático, al tiempo que ellxs se ubica- amplio de la Economía Solidaria.
ban en el lugar de agentes de enun-
ciación y acción, al organizar un dis- Las primeras acciones de esta es-
curso propio sobre sus experiencias y trategia fueron la elaboración de una
trabajar en una definición autónoma carpeta institucional y de la página
de su identidad colectiva. web de I.Fi.Co.Tra, dos productos co-
municacionales que fueron sentidos
Sin embargo, la falta de encuen- por la organización como necesarios
tros entre las cooperativas, y por lo para emprender el camino de la visi-
tanto, de puesta en común de mar- bilización y la integración coopera-
cos de referencia disímiles, imposibi- tiva.
litaba construir un discurso propio y
compartido, desde donde proponer Encuentros de definición de los
esas nuevas significaciones sociales productos de comunicación:
en relación a la Economía Solidaria. carpeta institucional y sitio
De esta manera se reconoció la inte- web.
gración entre organizaciones del sector
como herramienta fundamental para Entendemos que los productos
llevar a cabo ese objetivo. comunicacionales de una organiza-
ción, la página web, la carpeta insti-

tucional –con sus definiciones sobre
8
En principio se intentó la modalidad misión, valores y objetivos, entre
de trabajo en comisiones temáticas, otras-, explicitan la identidad y cultura
pero ésta no logró sostenerse. organizacionales. Es por esto que su
9
Ver Definiciones: Algunas notas acerca del elaboración, desde una perspectiva
cooperativismo vulnerable en la prensa escrita crítica de la comunicación, no pue-
dominante en Abatedaga (2012).
gestion horizontal
de quedar relegada a la elaboración mera parte de este capítulo.

hecha por unx expertx en “comuni-
cación institucional”, sino que debe Para transformar este modelo de
partir de lxs mismxs protagonistas participación e interacción grupal,
de la organización: ellxs son quienes hicimos gran énfasis en la prealimen-
deben entablar un proceso de discu- tación, instancia en la que se busca
sión que les permita dejar asentadas conocer al otro y reconocer sus ex-
sus definiciones políticas en papel, te- periencias a la hora de generar accio-
niendo en cuenta que éstas pueden nes y/o productos comunicacionales.
ser reelaboradas cuando resulte per- Esto incluyó:
tinente. Por ello los encuentros para -Trabajar fuertemente en la difu-
trabajar sobre los productos comuni- sión y convocatoria de los encuen-
cacionales –desarrollados entre mayo tros: además de llamados telefónicos
y octubre de 2010- fueron encarados e invitaciones por correo electrónico,
desde una construcción colectiva que se realizaron visitas a cada cooperati-
se llevó adelante a partir del debate y va para poder compartir y sensibilizar
la discusión grupal. sobre el trabajo que se llevaría ade-
lante desde I.Fi.Co.Tra. El objetivo era
Como comunicadoras/facilitado- garantizar el acceso a la información
ras asumimos la tarea de propiciar por parte de todas las cooperativas
condiciones que posibilitaran la partici- como pre-condición para el desarro-
pación de lxs asociadxs. Generar con- llo de una comunicación horizontal.
diciones de participación requería po- -Escuchar y atender las experien-
sibilitar que en los encuentros hubiera cias, logros, problemas y necesida-
circulación de la palabra y posibilidad des de las cooperativas para elaborar
de expresión inter-subjetiva. Como conjuntamente propuestas de trabajo
mencionamos, I.Fi.Co.Tra había re- sobre distintos temas –no reducidos
ducido sus espacios de participación al financiamiento- y preparar tex-
a las reuniones de Consejo. Si bien tos borradores sobre las definiciones
éstas eran abiertas a todxs lxs asocia- político-organizacionales que fueran
dxs, un temario técnico vinculado al realizando lxs cooperativistas.
otorgamiento y devolución de micro- También se realizaron instancias
créditos producía la centralización de de realimentación-evaluación: se ela-
la palabra entre quienes poseían un boraron registros de cada encuentro
saber experto –los asesores externos que servían como insumo para traba-
y los miembros del Consejo-. La idea jar en los encuentros posteriores y se
de participación se equiparaba a la llevaron a cabo momentos específicos
de asistencia a la reunión y a la trans- de evaluación para validar –o no- lo
misión de información. Este modelo ya realizado.

de funcionamiento nos permitió ob- Es así que, para los encuentros
servar que la presencia de interlocu- de definiciones institucionales elabo-
tores cara a cara, no alcanzaba para ramos un borrador partiendo de las
generar una comunicación horizontal definiciones que los mismos coope-
ni condiciones para una participación rativistas habían enunciado en dife-
sustantiva, como se indica en la pri- rentes instancias durante el 2009. El
44
gestion horizontal
material, circuló durante las semanas rar un punto de partida común para
previas a los encuentros, recibiendo el debate, vinculado a qué es una pá-
modificaciones y agregados. En los gina Web y la importancia de Inter-
encuentros fue revisado de forma net como herramienta de visibilidad
conjunta entre lxs cooperativistas y y establecimiento/fortalecimiento de
se consensuaron modificaciones que relaciones institucionales y comer-
ampliaban y/o aclaraban lo ya dicho ciales. Los objetivos eran conocer las
en el material presentado. experiencias y saberes previos de lxs
En la definición colectiva que se asociadxs en relación a un sitio web,
elaboró, I.Fi.Co.Tra fue identificada acercarnos al lenguaje de computa-
en clave de red de organizaciones de ción, y principalmente conocer cuáles
la Economía Solidaria como espacio eran sus intereses específicos en rela-
de economía alternativa a la capitalis- ción a construir el sitio de I.Fi.Co.Tra.
ta, que antepone el trabajo al capital En ese encuentro lxs cooperativistas
y busca la integración y fortalecimien- explicitaron la necesidad de difundir
to de las cooperativas de trabajo. De la experiencia de Economía Solidaria
esta manera, las cooperativas cons- a partir de cómo la entendían ellxs
truyeron significaciones propias en mismxs: el sitio debía ser un herra-
torno al deber ser de la organización, mienta para llegar a otrxs trabajado-
y definieron su horizonte político y res pero también a la sociedad en ge-
de acciones futuras. En esta definición neral, a los medios de comunicación
lxs cooperativistas se reconocieron y ser visibles para el “poder político”.
mutuamente en tanto trabajadores Asimismo, lxs cooperativistas propu-
autogestionadxs, como parte de un sieron que en el próximo encuentro
sector más amplio de la sociedad: el realizáramos un boceto de web para
cooperativismo de trabajo y la Eco- poder consensuar de manera más
nomía Social Solidaria en general. práctica cómo debería ser el sitio del
Asimismo, se posicionaron como im- Instituto.
pulsores de una nueva construcción En los encuentros posteriores
colectiva: I.Fi.Co.Tra debía ser la fede- trabajamos sobre ese boceto. Este es-
ración que represente a las cooperati- quema hizo surgir debates que pro-
vas de trabajo en Córdoba y juegue movían la construcción de un discur-
un papel protagónico en la defensa so propio sobre la economía solidaria
de sus reivindicaciones, promoviendo y sobre la institución, a la vez que re-
–a través del asesoramiento, la difu- forzaban la idea de una participación
sión y la capacitación- el cooperativis- activa de cada cooperativa de base en
mo como opción de vida. la federación:
La construcción de la página web -Lxs cooperativistas consideraron
de la federación permitió seguir tra- que en el sitio de la federación, cada

bajando en esas primeras definiciones cooperativa asociada debía contar
que surgieron, guiadas por la pregun- con un espacio para presentarse. La
ta sobre cómo y qué decidimos mos- idea era no sólo generar un canal para
trar a otros acerca de nosotros. Para el visibilizarse en tanto cooperativa de
primer encuentro de trabajo, elabora- trabajo –integrada a I.Fi.Co.Tra-, sino
mos un material pensado para gene- también para entablar lazos comer-
gestion horizontal
ciales con otras organizaciones de la al uso del término “empresa” para

Economía Solidaria. La propuesta ini- nombrar a las cooperativas de I.Fi.
cial era que cada cooperativa pudiera Co.Tra: para varixs de lxs cooperati-
administrar su espacio a partir de una vistas se debía usar los términos “coo-
cuenta propia.10 perativas”, “asociadas” o “socias”
-Se realizó un énfasis en la inte- pero de ningún modo “empresa”, ya
ractividad del sitio web. Lxs traba- que ésta remitía a la concepción de
jadorxs entendían que la web debía empresa capitalista con la cual no se
servir para dialogar con la comuni- quería estar vinculada, pues la Econo-
dad, abriendo la posibilidad de que mía Solidaria era alternativa –y opues-
los usuarixs de la página pudieran ta- a ese modo hegemónico de en-
dejar comentarios, realizar consultas, tender la economía. Otrxs asociadxs
e incluso enviar sus datos para poder defendían la noción de “empresa” en
asociarse a la federación. un sentido de decodificación crítica de
-Con respecto a la descripción de las significaciones imaginarias institui-
cómo estaba constituida la organiza- das, enfatizando la idea de la coope-
ción, lxs cooperativistas rechazaron rativa de trabajo como “empresa so-
la idea de presentar “autoridades” o cial”. Este debate fue saldado en ese
realizar un organigrama. Decidieron momento consensuando el término
incluir un apartado llamado “Inte- “asociadas” como el más adecuado
grantes” para presentar a quienes para presentarse a sí mismas en el si-
formaban parte del Consejo de Ad- tio web. En algunos apartados de la
ministración y de la Sindicatura en presentación institucional se utilizó
representación de sus cooperativas igualmente la expresión “empresas
de base, y nombrar a cada coopera- de propiedad colectiva democrática-
tiva asociada, formara o no parte del mente controladas”.
Consejo.
-Se discutió respecto a cómo nom- Este proceso, demostró –a nues-
brarse y qué materiales se difundirían tro entender- cómo la construcción
en la página, lo cual constituyó una colectiva de productos comunicacio-
discusión política en relación al senti- nales pudo ir más allá de contar con
do y fin de la Economía Solidaria. Se una carpeta institucional y una pági-
desarrolló una polémica con respecto na web. Posibilitó abrir la discusión en
relación a las percepciones, inquietu-
10
Este objetivo fue parcialmente desarro- des, deseos, que atravesaban a lxs
llado, pero se retomó en años posteriores cooperativistas en torno a I.Fi.Co.Tra.
con la elaboración del Catálogo Coopera-
Los encuentros de trabajo fueron
tivo. Ver: “Laboratorio de comunicación y
producción de contenidos para potenciar oportunidades donde poner en prácti-
la Red de Economía Solidaria en Córdo- ca las capacidades de participación que

ba”, proyecto becado en el año 2012 por las cooperativas habían desarrollado.
Secretaría de Extensión de la Universidad En ellos se produjo un acercamiento
Nacional de Córdoba. http://www.produc- de cooperativas que antes no asistían
ciones.extension.unc.edu.ar/summaries/ a las reuniones y también la toma de
laboratorio-de-comunicacion-y-produc- palabra de sujetos que antes asistían
cion-de-contenidos-para-potenciar-la-red- como espectadores.
de-economia-solidaria-en-cordoba
46
gestion horizontal
Abrir el debate permitió que lxs válido para la acción colectiva donde
interlocutores se encontraran en una los trabajadores pueden organizarse
situación de comunicación donde para resolver necesidades comparti-
poder volver explícitos los marcos das. No sólo un espacio de finan-
de referencia desde los que partían, ciamiento a través del microcrédito
así como ir transformándolos en el solidario sino también un lugar para
mismo proceso de comunicación. el fortalecimiento de las cooperativas
Aquellas percepciones y marcos de integradas desde diferentes frentes:
referencia divergentes, comenzaron a capacitación, asesoramiento, repre-
tener convergencias: en términos de sentación. Un índice significativo de
identificación, lxs asociadxs se reco- ello fue que se dejó de hablar de I.Fi.
nocieron como trabajadores coopera- Co.Tra como una cooperativa de se-
tivistas autogestionarixs, integrantes gundo grado o “instituto de finan-
de una parte de la sociedad que bus- ciamiento” para hacer énfasis en el
caba construir economías alternativas referente identitario de la federación
a la hegemónica, e I.Fi.Co.Tra comen- de cooperativas de trabajo de Córdoba.
zó a ser visualizado como un espacio
gestion horizontal
La IAP en la Cooperativa de Trabajo El Abasto

“Lo que queremos nosotros al seguir avanzando
con proyectos es que nuestro trabajo sea recono-
cido como lo que es, un trabajo digno”
Miguel “Peco” Cabrera

“Nuestra Revista” Marzo/2014
Por Germán Vivas Vizcarra

Romina Guevara
Tadeo Otaola
La experiencia de investigación- Los distintos procesos pusieron en
acción-participativa que llevamos a evidencia una serie de problemáticas,
cabo en la Cooperativa de Trabajo que fuimos abordando desde una
El Abasto Ltda. se extiende desde el perspectiva de planificación a través
año 2009 hasta el 2013 y se podría de la cual nosotros, como grupo de
sintetizar en tres etapas de trabajo: la estudiantes junto a los asociados pro-
primera fue motivada desde la cáte- gresivamente realizamos redireccio-
dra de Planificación y Evaluación de namientos de las actividades, en fun-
Proyectos en Comunicación Social de ción de procesos sucesivos de acción
la ECI (U.N.C.), a través del trabajo – reflexión para la evaluación – ac-
de diagnóstico comunicacional reali- ción. Este modo de abordaje afectaba
zado durante los años 2010 y 2011, de manera significativa las posibilida-
que puso en evidencia los problemas des de consolidar la organización en
más urgentes de la organización. Una términos de autogestión, así como
segunda etapa que se realizó en el también colaboraba en el fortaleci-
marco de las becas de extensión de miento de lazos solidarios bajo la lógi-
la Secretaria de Extensión Universi- ca asociativista, y la expansión de una
taria de la U.N.C., a partir de la cual trama socio-cultural donde se logre
comenzamos a implementar un plan destacar el protagonismo del sujeto
de comunicación tendiente a solucio- trabajador, entre otras cuestiones.
nar las problemáticas evidenciadas. Y Es por esto que los procesos de
por último, en el marco del Progra- intervención que realizamos median-
ma de Voluntariado Universitario del te diversos planes de comunicación
Ministerio de Educación de la Nación, tuvieron como objetivo fundamental
garantizando la continuidad del plan generar espacios que pudiesen pro-

anterior y de la totalidad del proceso mover la participación activa de los
de investigación-acción-participativa changarines del Abasto en orden a
(IAP) impulsado desde 2010 en la favorecer la integración, el sentido de
cooperativa El Abasto. pertenencia a una organización co-
lectiva y el crecimiento de la concien-
cia de la lógica cooperativista.
48
gestion horizontal
Primera etapa espacios formales de la organización

cooperativa.
Aquí buscábamos alcanzar, a par-
tir de diversas herramientas y técni-
Organizamos talleres una vez por
cas, una participación activa por par-
semana con una duración aproxima-
te de los trabajadores, que permitiese
da de dos horas, generalmente du-
el fortalecimiento de una identidad
rante el almuerzo y previo al inicio de
colectiva como organización, y con
la jornada laboral para que los traba-
ello la resolución de las problemáticas
jadores pudiesen formar parte activa
más urgentes. Realizamos diversos ta-
de los mismos. Fue fundamental que
lleres de participación colectiva, enmar-
a dichas actividades las efectuáramos
cados en la educación y la comuni-
en los espacios de circulación de la
cación popular, que coordinamos los
cooperativa, específicamente en el lu-
estudiantes de comunicación y estu-
gar donde los socios retiran su carro
vieron dirigidos específicamente a la
para la carga y descarga de bultos11,
constitución de un espacio extra-ins-
y que incluyeran consignas concretas
titucional en el cual los trabajadores
de discusión y elaboración de conte-
de la cooperativa pudiesen participar
nidos para que pudieran constituirse
y debatir a cerca de la realidad de la
como espacios de carácter dinámico
organización.
y distendido.
La técnica del taller posibilita el in-

La experiencia nos demostró que
tercambio de la palabra fortaleciendo
la dinámica era óptima para el abor-
la construcción de vínculos entre los
daje de todas las temáticas de inte-
trabajadores nos ayudamos, también,
rés, pero no alcanzaba el objetivo
utilizando estrategias de comunica-
principal de participación continua y
ción para generar participación, inte-
masiva por parte de los trabajadores.
racción, trabajo colectivo, horizonta-
Esto se debió específicamente a las
lidad y confianza entre nosotros, que
características propias de la actividad
llevábamos a cabo las actividades de
del trabajador changarín, que impo-
coordinación, y los trabajadores.
En estos espacios abordamos dife- 11
Esta aclaración es necesaria porque
rentes temáticas de relevancia para la si bien los changarines trabajan en los
organización y sus socios: la identifi- puestos del mercado de Abasto de la ciudad
cación de problemáticas y necesida- de Córdoba, entre las naves donde se
des a resolver, los canales comunica- desarrolla la actividad de carga y descarga,
tivos necesarios y la información que hay un predio específicamente destinado al
debería tener una circulación mayor, guardado de los carros, donde tiene la sede
formal la cooperativa y donde se desarrollan
con más frecuencia y darle más im-

otras actividades, tales como reuniones,
portancia entre los trabajadores, in- el registro de retiro del carro y pago de su
cluyendo los medios soportes y sus alquiler, el compresor con el que se inflan
contenidos. En general, enfatizamos las gomas de los carros y el espacio donde
en la planificación de actividades que algunos changarines almuerzan. En este
pudiesen fomentar y profundizar la lugar también se encuentran los paneles
participación de los socios en otros informativos y se desarrollan los talleres de
capacitación y de comunicación.
gestion horizontal
sibilitaba la concurrencia a los distin- tintos talleres y encuentros, la necesi-

tos talleres por la poca disponibilidad dad de construir un canal de comuni-
de tiempo para realizar el trabajo (la cación propio, que fue el caracterizó
tarea de carga y descarga se limita a el desarrollo de esta segunda etapa
unas pocas horas al día) y una fuerte del proceso.
necesidad de aprovechar al máximo
la jornada diaria laboral ya que su ga- Así, en este momento nos con-
nancia está supeditada a la cantidad centramos en la realización de “Nues-
de bultos que puedan transportar en tra Revista”, primer producto gráfico
el día. elaborado conjuntamente entre no-
sotros, los coordinadores y los traba-
Fue necesario entonces que ela- jadores de la cooperativa. A la vez,
boráramos nuevas técnicas, que desa- no dejamos de realizar los talleres de
rrollamos y aplicamos en las siguien- participación colectiva, que siguieron
tes etapas con el objetivo de acrecen- siendo la herramienta fundamental
tar las intervenciones de los socios, para generar un espacio colectivo de
sus opiniones y visiones acerca de lo debate que también se constituyó en
realizado sin la presión de mantener el lugar para planificar y elaborar el
una asistencia constante a los talleres. contenido de “Nuestra Revista”.
Segunda etapa En esta segunda etapa decidimos

insistir fuertemente en actividades de
En esta segunda etapa perseguía-
difusión de los talleres para asegurar
mos el objetivo de instrumentar pro-
la convocatoria y mantener informa-
cesos de participación colectiva para
dos a los socios de su realización. Si
la producción de medios de comuni-
bien en la etapa anterior ya se habían
cación que permitiesen la conforma-
realizado actividades de difusión, en
ción de una identidad comunitaria de
ese momento se convirtieron en acti-
trabajadores y la visibilización externa
vidades sistemáticas que consistieron
de la cooperativa El Abasto.
en repartir volantes que pudiesen re-
cordar los días y horarios en que se
Las condiciones del grupo nos
efectuarían cada uno de los talleres y
mostraban que existía una carencia
en invitar a los trabajadores mediante
de herramientas comunicacionales
el contacto cara a cara, que a su vez
y de espacios colectivos, y esto no
permitió reforzar los vínculos entre
favorecía ni reforzaba una identidad
nosotros y con ellos.
como trabajadores y como organiza-
ción. También encontramos que los
La revista fue concebida a partir
changarines tenían dificultades para
de las necesidades expresadas por la

acceder al espacio público y para visi-
organización. Sobre esta premisa, se
bilizar sus demandas como sector de
fue constituyendo en un medio grá-
trabajadores-cooperativistas.
fico que posibilitó a los changarines
expresar sus necesidades, logros e
Es por esto que surgió, a partir de
intereses, a la vez que generó un pro-
las discusiones que tuvimos en los dis-
ceso de apropiación por parte de los
50
gestion horizontal
trabajadores que lograban con la pu- vino en disparador de discusiones y

blicación una nueva visibilidad en el consultas entre los asociados acerca
Mercado de Abasto. de las temáticas tratadas: autoges-
tión, cooperativismo, canalización
Mientras tanto, los talleres conti- del “fondo solidario” (fondo social
nuaron desenvolviéndose como es- de la cooperativa que funciona como
pacios propicios para abrir el juego préstamos para los socios) seguro de
a discusiones acerca de la identidad salud, precio unificado del bulto de
del trabajador changarín, las caracte- carga, mantenimiento de los carros,
rísticas del oficio, el lugar que ocupan inscripción en el secundario a distan-
en el espacio del Mercado de Abasto cia que funciona en el mercado, mo-
y en relación con otros trabajadores, notributo social, etc. Las discusiones
así como también las características más importantes se dieron en rela-
del trabajo autogestionado y el rol ción al cooperativismo como forma
del socio cooperativista en una or- de organización de trabajo que per-
ganización colectiva. A través de los mite conquistar y garantizar los dere-
talleres intentamos generar una parti- chos laborales, en tanto condiciones
cipación activa en la construcción de básicas para el desarrollo pleno del
un “nosotros” al interior del grupo, y trabajador.
que sirva de base para la consolida-
ción de una imagen pública donde las “Nuestra Revista” contaba con
acciones de comunicación tiendan a publicaciones de elaboración indivi-
re-significar los discursos que refieren dual de los trabajadores, en su ma-
a su condición de “changarines”. Es- yoría relacionadas con producciones
tos discursos muchas veces vinculan de tipo artísticas (poemas, canciones,
el traslado de bultos con la idea de historietas, etc.), que se mezclaban
trabajo transitorio, precario; última con algunas entrevistas a socios de la
y única posibilidad para quienes no cooperativa y con registros fotográfi-
tienen recursos educativos ni antece- cos del oficio del changarín y de los
dentes laborales para aspirar a traba- distintos momentos de reunión de la
jos en relación de dependencia o con organización. Esta última estrategia
cierta estabilidad. en particular – el uso de imágenes
de los trabajadores y de las situacio-
A pesar de que los talleres no pu- nes cotidianas – fue lo que aportó
dieron contar con asistencia masiva ni en mayor medida al reconocimiento
regular por parte de los socios – por y la visibilización de los socios de la
las propias características de su traba- cooperativa, resignificando la activi-
jo – con la revista conseguimos cana- dad del trabajador y su lugar como
lizar discusiones y demandas plantea- parte de una organización colectiva

das en los talleres, que alcanzaron los de trabajo. El ver su propia imagen
espacios formales de participación de en la revista, generó un interés y un
la cooperativa (la asamblea). sentido de pertenencia en la mayoría
de los socios – incluyendo los que
En este sentido la revista fue muy no habían participado de los talleres
solicitada por los changarines y de- – al poder reconocerse individual y
gestion horizontal
colectivamente en la publicación grá- grupos para conversar con ellos acer-

fica que circulaba en el Mercado de ca de la información transmitida en el
Abasto. panel. Les hacíamos algunas pregun-
tas cortas, que permitieran una breve
Tercera etapa reflexión sobre el tema elegido y que
no le quitaban al trabajador más de
En esta tercera etapa del proceso
unos pocos minutos. Las respuestas
hicimos un cambio fundamental en
en su totalidad fueron grabadas para
las estrategias que utilizamos para la
obtener un registro de toda la activi-
intervención a partir de la necesidad
dad y tener así la posibilidad de una
de incrementar la participación de los
posterior devolución y con ello, que
trabajadores en los talleres que hasta
pudiésemos generar otra actividad.
el momento continuaban teniendo
una escasa asistencia en relación a la
Esta modalidad de talleres pro-
cantidad de socios de la cooperativa.
dujo una mayor participación de los
trabajadores y permitió desarrollar
Comenzamos a implementar los
actividades encadenadas para cada
“Talleres Móviles” a partir de la figura
tema planteado. La particularidad de
del “panel”, que si bien ya había sido
obtener las respuestas grabadas en
utilizada para transmitir información
audio permitió entablar diálogos en-
a los asociados, a partir de este mo-
tre los trabajadores sin la necesidad
mento pasó a tomar un papel fun-
de reunirlos en un mismo espacio y
damental para generar discusiones y
tiempo, que por la experiencia hasta
ampliar el debate.
el momento, claramente eran algo
dificultoso. De esta forma las res-
Los “Talleres Móviles” consistieron
puestas de cada taller servían como
en instalar un panel en el principal es-
inicio para el próximo, ya que eran
pacio de circulación de la cooperativa
exhibidas anónimamente en el panel
– donde los asociados retiraban el ca-
y nuestras preguntas se referían a la
rro de carga – en el momento previo
síntesis de respuestas brindadas y ex-
al comienzo de la jornada laboral, con
hibidas.
información sobre algún tema en es-
pecial, que previamente coordinába-
También las respuestas grabadas
mos con la comisión directiva.
nos sirvieron para la realización de dis-
tintos spots radiofónicos que fueron
La información debía ser acotada
reproducidos en las jornadas de fes-
y gráficamente llamativa para su fá-
tejo de la cooperativa, acompañados
cil y rápida lectura, por lo que consi-
de una secuencia de fotografías. Las
deramos que las imágenes siguieron

usamos así mismo para el contenido
siendo un componente fundamental
de posteriores ediciones de “Nuestra
para que los trabajadores pudieran
Revista”, como una forma reflexiva de
reconocerse en la gráfica del panel.
hacer intervenir a los changarines que
Nuestra actividad en ese momento
no hacían notas.
consistía en interpelar a los changari-
nes individualmente o de a pequeños
52
gestion horizontal
En esta etapa del proceso pudi- De esta forma lo planificado mu-

mos tratar temáticas mas específicas taba permanentemente en función
que en la mayoría de los casos surgie- de las necesidades que iban surgien-
ron desde los mismos trabajadores. Si do y los conocimientos académicos
bien los talleres siempre tuvieron un se cruzaron con los conocimientos
eje predefinido, el contenido trabaja- populares de los trabajadores gene-
do en los paneles dependía de las res- rando debates y reflexiones que ex-
puestas de los changarines obtenidas cedieron el ámbito de los espacios
anteriormente y por ello, las temáti- formales de la cooperativa.
cas expuestas así como las preguntas
se diseñaban a partir de las necesida-
des e inquietudes de los socios de la
cooperativa.
gestion horizontal
Los procesos participativos de la investigación- acción

en la constitución de sujetos políticos: el caso de la
cooperativa “El Telar Ingenieria”
Nuestro problema no es estar contra la academia
sino rehacerla…
Hay que prestigiar a la academia, esto es
ponerla al servicio del pueblo.
Paulo Freire
El grito manso
Por Bianca Armano

Rocío Comba
Corina Demarchi
El trabajo con la cooperativa El Te- a los miembros de la organización

lar comenzó en el año 201212, con la como sujetos activos de este recorrido
realización de un diagnóstico comu- y a nosotros como parte del proceso.
nicacional en base a la propuesta de En este sentido, entendemos que la
autodiagnóstico comunitario de Da- comunicación cumple un papel esen-
niel Prieto Castillo (1990). Allí iden- cial en esta experiencia ya que no sólo
tificamos, de manera conjunta con la concebimos desde una perspectiva
los socios, los problemas/necesidades instrumental sino, principalmente,
prioritarios posibles de ser abordados como un proceso que puede contri-
desde una perspectiva comunicacio- buir a la conformación de sujetos re-
nal. Desde entonces, desarrollamos flexivos, críticos y de acción colectiva.
un proceso colectivo que busca re- La comunicación entendida de este
flexionar, actuar y transformar situa- modo, facilita instancias de autodefi-
ciones problemáticas dentro de la nición de los socios y la conformación
misma. de identidades, ya que permite la re-
definición del lugar que ocupan y la
Partimos de la decisión teórica, transformación de su realidad inme-
epistemológica y metodológica de diata y mediata.
abordar este proceso desde la pers-
pectiva de la Investigación – Acción Primera etapa
– Participativa, es decir, de concebir
Consistió en un análisis general
de la situación de la cooperativa, es
12
Esta experiencia se desprende de un decir, en una lectura de su realidad
proceso de investigación con organizaciones
para reconocer, evaluar y planificar la
de gestión horizontal, que lleva a cabo
desde 2004, la Cátedra de Planificación y comunicación. Se trató de una instan-
Evaluación de Proyectos de Comunicación cia participativa y colectiva, donde los
Social de la Escuela de Ciencias de la socios, junto a nosotros, reflexionaron
Información (UNC). y reconocieron el lugar donde estaba
54
gestion horizontal
parada la organización y lo que que- mismo (Montero, 2006).

rían cambiar y transformar.
Para llevar a cabo este proceso,
En primer lugar, realizamos entre- utilizamos la técnica de Grupo Nomi-
vistas grupales e individuales para dis- nal propuesta por Pineault y Daveluy
tinguir percepciones y aportes que, (1995), a través de una dinámica de
junto con nuestras observaciones, taller, para jerarquizar los proble-
contribuyan a la reconstrucción co- mas y necesidades identificados. En
lectiva de la situación. De esta mane- la sesión de trabajo, la consigna fue
ra, a través del análisis de las caracte- que los socios se reconocieran o no
rísticas generales, el proceso de traba- en los problemas identificados en el
jo y las experiencias de comunicación diagnóstico –expresados en un mapa
de la organización, identificamos con de problemas – y agregaran los que
los socios, los problemas/necesida- surgieron en el tiempo posterior a los
des más urgentes. La indefinición de encuentros, escribiéndolos de mane-
una imagen colectiva desde la cual ra individual. Luego, se inició un pe-
construir un ser laboral cooperativo, ríodo de puesta en común y discusión
surgió como el principal problema para agregar y/o descartar problemas
comunicacional de la organización, en el mapa.
acompañado de otros como: diversos
grados de apropiación del espacio en- Con respecto a la indefinición de
tre los socios, desorganización de la la imagen colectiva, los socios consi-
información y deficiencias en el uso deraron que éste ya no era un proble-
de los canales de comunicación. ma, sino que existen diferentes mira-
das acerca de El Telar y eso no signi-
Esta etapa de autodiagnóstico ficaba que hubiera “indefinición”. De
buscó ser una instancia de sensibi- este modo, establecimos como pro-
lización junto a los socios de la coo- blemas principales a resolver, aquellos
perativa, es decir, un proceso que de tipo organizativos como: rotación
nos permitiera reconocer situaciones en la división de tareas, definición de
problemáticas naturalizadas en la co- criterios para aceptación de trabajos,
tidianeidad de la organización. En el planificación de objetivos y necesidad
marco de este proceso participativo de hacer más jornadas/encuentros
y colectivo, realizamos una discusión entre los socios. Este proceso conllevó
sistemática evaluadora (Gonçalves y la reconstrucción del mapa de proble-
Montero: 2006:327) que sirvió como mas que se planteó en forma solar.
un espacio democrático y de inter-
cambio horizontal. Finalmente, transcribimos y je-
rarquizamos estos problemas/nece-

Esta discusión tuvo como objetivo sidades en un panel, que los socios
lograr que los sujetos se reconozcan decidieron colocar en un lugar visible
en el diagnóstico realizado y que se de la sede de la organización. En este
apropien de él, buscando conocer y sentido, el reconocimiento y apropia-
reconocer las opiniones, sentidos y ción de los socios del área problemá-
evaluaciones que se le otorgaban al tica, no sólo permitió evidenciar un
gestion horizontal
compromiso con este proceso, sino propias de la totalidad dinámica y

también una toma de conciencia y compleja en la cual la organización
actitud crítica de su realidad, necesa- estaba inserta.
rias como paso previo a la transforma-
ción. Este proceso de re-diagnóstico
comenzó con la realización de un ple-
La complejidad y el dinamismo nario grupal que se focalizó en reco-
propios de la realidad social hicieron nocer los acontecimientos externos e
que, durante el transcurso de esta internos que implicaron modificacio-
experiencia, la organización se fuera nes en El Telar. En esta instancia, los
modificando. Para poder desarrollar socios pudieron discutir acerca de sus
acciones concretas y transformadoras visiones actuales de la cooperativa y
de la situación de la cooperativa, es poner en común los cambios ocurri-
necesario entender el proceso de in- dos en el contexto amplio y específi-
vestigación –acción de manera flexi- co de la organización, descubriendo
ble, es decir, que pueda adaptarse a que muchas situaciones concebidas
los cambios que continuamente ocu- anteriormente como problemáticas
rren y, al mismo tiempo, al contexto ya no lo eran.
espacio-temporal pero también so-
cial, económico y político. En este sentido, la incorporación
y el alejamiento de algunos socios, el
Segunda Etapa cambio de sede de la cooperativa, el
incremento de la demanda laboral y
Dado que la Investigación Acción
la modificación de la coyuntura so-
Participativa es un proceso de acción-
cioeconómica, fueron introduciendo
reflexión-acción, determinado por las
cambios en El Telar.
necesidades de la propia organiza-
ción, fue necesario que revisáramos
También hubo otro tipo de trans-
y analizáramos lo ocurrido durante
formaciones que se produjeron a par-
la primera etapa del proceso. En un
tir del proceso de autorreflexión que
segundo momento, entonces, reali-
conllevó la primera etapa de esta ex-
zamos una actualización del diagnós-
periencia. El pensarse y definirse a sí
tico que permitió redefinir metas y
mismos, junto con el reconocimiento
objetivos.
de las situaciones problemáticas, hizo
que los socios tomaran conciencia de
Siguiendo los lineamientos de la
su capacidad transformadora y co-
discusión sistemática evaluadora, lle-
menzaran a modificar esas situacio-
vamos a cabo diferentes instancias
nes no deseadas. De esta manera, al-
para discutir y reflexionar colectiva-
gunos problemas del tipo organizati-

mente el nuevo escenario. En ellas,
vos como la rotación en la división de
los socios pudieron asimilar las trans-
tareas, la definición de criterios para
formaciones habilitadas por el pro-
aceptación de trabajos, la sistematiza-
ceso de sensibilización y problema-
ción de la información y la realización
tización de la etapa anterior, a la vez
de encuentros entre los socios, fueron
que identificaron las modificaciones
resolviéndose a partir de un espiral
56
gestion horizontal
de acción-reflexión-acción, en el que lidad de la organización y los nuevos

pensar y discutir su realidad genera- objetivos a cumplir.
ron acciones impulsadas por los pro-
pios socios. Decidimos llevar a cabo una ac-
tividad de revisión, reactualización
En este nuevo escenario no sólo se y rearmado del mapa de problemas
resolvieron estas cuestiones operati- construido en la primera etapa, si-
vas sino que, también, surgieron nue- guiendo los lineamientos de la me-
vos problemas que hicieron necesario todología de Cartografía Social que
redefinir líneas de acción. Para ello, propone Catalina García (2005). Para
desarrollamos una nueva instancia de ello, presentamos los problemas es-
discusión colectiva bajo la dinámica critos en diferentes cartas e incluimos
de taller y mediante la técnica de bra- algunas en blanco para agregar aque-
instorming, propuesta por Pineault y llos problemas no contemplados has-
Daveluy (1995). De esta manera, los ta el momento.
socios aportaron visiones individua-
les acerca de lo que concebían como La representación gráfica sobre un
nuevas situaciones a transformar, panel permitió visualizar cronológica-
para dar paso a la discusión y delimi- mente los avances de la organización
tación de prioridades. en materia de resolución de proble-
mas y necesidades pero, también,
Con el armado de esta nueva lis- priorizar la necesidad de establecer
ta, se evidenció la necesidad de con- y fortalecer la interrelación con otras
tinuar y profundizar esos cambios organizaciones autogestivas. De este
hacia el interior de la organización. modo, se estableció como línea de
En este sentido, en las primeras dos acción la creación de espacios de
etapas, acompañamos un proceso comunicación donde El Telar se en-
que se focalizó, principalmente, en la cuentre con otros colectivos del sec-
solución de cuestiones internas de la tor para construir redes de intercam-
organización. bio. En esta tercera etapa, entonces,
acompañamos las primeras instancias
Tal como expresamos en un co- de encuentro entre la cooperativa y
mienzo, abordamos esta intervención otras organizaciones del sector en pos
desde la perspectiva de la IAP no sólo de la consolidación de, las redes socio
porque creemos que los miembros de – comunicativas.
la cooperativa pueden desnaturalizar
su situación y problematizarla sino Tercera Etapa
también, porque esto permite liberar
El II y III Foro de Intercambio de

su potencial creativo para movilizar
Experiencias Cooperativas13 se cons-
recursos y herramientas que aporten
una solución a sus problemas. El con-
tinuo examen y evaluación que impli-
13
Organizados con la Cátedra de Planifica-
ción y Evaluación de Proyectos de Comu-
ca este proceso, nos condujo a reali-
nicación Social de la Escuela de Ciencias
zar una nueva instancia de discusión
de la Información (UNC) en el mes de no-
para debatir colectivamente la actua- viembre de los años 2012 y 2013.
gestion horizontal
tituyeron como los espacios iniciales llo de una actitud colectiva crítica y
que brindaron la posibilidad de ac- transformadora, no sólo a partir de la
tivar y visibilizar esas redes entre El reflexión grupal de las organizacio-
Telar y otras organizaciones. A través nes en su conjunto, sino también, del
de plenarios con mesas de exposi- pensarse y definirse individualmente
ción y discusión, los socios de las en la interrelación.
diferentes organizaciones pudieron
intercambiar y compartir reflexio- Un eje transversal y permanente
nes, experiencias y problemáticas. El en este recorrido fue la sistematiza-
compromiso e interés de El Telar con ción de las experiencias desarrolla-
estas instancias le permitieron gene- das a lo largo del proceso de trabajo
rar lazos con otras organizaciones y con la cooperativa. A través de esta
colectivos autogestivos, pudiendo es- metodología pudimos reconstruir
tablecer ejes de trabajo compartidos, lo sucedido, al tiempo que ordenar
intercambio de productos y servicios, los datos objetivos y subjetivos, para
canales de comunicación y relaciones poder comprenderlo, interpretarlo
intercooperativas solidarias. críticamente y aprehender de la pro-
pia experiencia (Bernechea, González
Otra instancia para la consolida- y Morgan, 2009). En este sentido, la
ción de redes socio – comunicativas sistematización y el registro perma-
fue la Jornada de Debate14 entre or- nentes fueron útiles para la constante
ganizaciones autogestivas y estu- evaluación y posterior acción, gene-
diantes en la Universidad Nacional rando la recursividad necesaria para ir
de Córdoba, en la que la cooperativa de la práctica a la teoría y viceversa.
participó para pensar en conjunto la
relación entre la teoría y las prácticas Palabras finales
concretas de estos colectivos. A través La experiencia con la cooperativa
de un plenario, El Telar junto con la El Telar forma parte de un proceso de
cooperativa El Abasto y la asociación conocimiento y aprendizaje colectivo
civil AMMAR, aportaron sus visiones y sobre el que vamos pensando al an-
experiencias en la discusión de con- dar. Como reflexiones preliminares e
ceptos y nociones, lo que les permitió inacabadas, podemos decir que du-
re-pensar la autogestión en el con- rante el proceso de investigación-ac-
texto actual y hacerse conscientes de ción, El Telar pudo constituirse como
su potencial colectivo en las acciones sujeto de acción al tomar conciencia
transformadoras futuras. de su realidad y querer transformarla.
A través de esta experiencia participa-
De esta manera, estos espacios de tiva y horizontal, los socios pudieron
comunicación habilitaron el desarro- transformar su realidad como orga-

nización y transformarse en sujetos
14
Jornada organizada para el cierre del Se- cualitativamente distintos. El poder
minario de Investigación Cualitativa reali- reflexionar sobre y desde su hacer
zada en junio de 2014 en las instalaciones cotidiano y, el poder significar sus
de la Escuela de Ciencias de la Información situaciones problemáticas, permitió
(UNC)
58
gestion horizontal
que se reconocieran y autodetermi- sirvieron para potenciar los procesos

naran como sujetos políticos y sujetos de transformación en la organización.
de acción. En este proceso, la comu- Transformaciones que se dieron, en
nicación cobró una importancia fun- un primer momento, a partir de una
damental, ya que posibilitó y dio lu- toma de conciencia por parte de los
gar a instancias y espacios colectivos socios que les permitió volverse críti-
donde los socios pudieron cuestionar cos y reflexivos sobre su actuar, sobre
lo establecido, desnaturalizar y pro- qué Telar querían, para luego, a tra-
blematizar otras y sus propias prác- vés de la puesta en acto y la praxis
ticas. Esos espacios de comunicación transformadora, poder lograrlo.
gestion horizontal
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Modos participativos de Investigación – Acción

El compromiso… es el “compromiso – acción”

Jean – Paul Sartre en Fals Borda (2009)

La Investigación – Acción o “Estudio Acción”, como la denomi-

quehacer científico, caracterizado muchas veces como pensamiento

la emergencia de contextos post empiristas, la IAP (Investigación-

gran depresión económica, cuando reconocen que la participación

de sus criterios de intervención son característicos de la IAP: multidimensionalidad,

vinculaban a este proceso en el Simposio Mundial sobre Investiga-

alimenta el arte de inventar y descubrir nuevas formas de conoci-

de emancipación estuvieron sistemáticamente condicionadas por los

de información sobre determinados asuntos para tomar decisiones,

tivar colocando al otro en tanto alteridad, y vinculándose con él sin

saber, ponerlo en común, y crear conciencia compartida.

ca transformadora, productora de conocimiento a partir de la acción

Comunicación para la participación: condiciones de la auto-

Debido al carácter versátil de la IAP y tomando en considera-

titucional, y que generan en los individuos y grupos la ilusión de un

sobre todos los procesos de la vida grupal e institucional y sobre la

reconocimiento de ser sujetos de palabra y de decisión (y no objetos

llar capacidades de participación, que se entienden como las actitudes

La propuesta ontológica de la IAP

investigación científica y la acción política y que considera el análisis

leza junto a las condiciones primarias fundamentales de la existencia

quedando sujeto por lo mismo, al razonamiento dialéctico. Asume

como es construido por aquélla.

existe: el lenguaje desempeña un papel fundamental en la evolución

Cuando Bajtin habla de comunicación social precisa que para su

individuos se reúnan en una situación social concreta, sobre “algún

De esto se infiere la importancia que en este trabajo adquiere

Las bases epistemológicas de la IAP

parte de la historia y las prácticas cognoscitivas de ambos tipos de

tanto ámbito soberano resolutivo, estas instituciones constituyen

Así, las instituciones democráticas de funcionamiento horizon-

histórico, como una manera de eficientizar su capacidad de acción

Indicios para comprender los aspectos metodológicos

por parte de las comunidades, para definir sus necesidades y

Borda; 1959: 53). Estos objetivos se plasman en realizaciones

Aspectos éticos y acción política

pectiva, proporcionan nociones surgidas de la experiencia que con-

Esta incorporación se hace con procesos de participación real (no

vez se perfecciona y profundiza por el contacto con la base. En la

y gremiales como contralores y receptores de parte del trabajo. (Fals

mejoramiento de las mismas, tanto sobre la propia situación en la

prácticas y la comprensión del proceso integral (Vizer; 2002, 6)

También Kurt Lewin había advertido la circularidad del proceso

(1948: 205 en Montero; 2006: 132) En términos hermenéuticos, la

La IAP en acción: casos de Praxis

Podemos destacar los procesos de conversión de

Definiendo la identidad organizacional a partir de la participación

Por Melisa Villarroel,

La experiencia que aquí presenta- red comunicativa que permitiera a las

nerables, proyecto becado por la Secre- ciadas; y se promovieron lazos entre

En ese proceso, nos servimos me- Ese mismo año, se incorporaron

bajar algunas de las problemáticas de

coordinaba acciones en las reuniones Por ello, se elaboró una estrate-

ción, la página web, la carpeta insti-

de quedar relegada a la elaboración mera parte de este capítulo.

misión de información. Este modelo ya realizado.

de la federación permitió seguir tra- que en el sitio de la federación, cada

ciales con otras organizaciones de la al uso del término “empresa” para

la Red de Economía Solidaria en Córdo- ca las capacidades de participación que

La IAP en la Cooperativa de Trabajo El Abasto