Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Conforme lo prescribe el artículo 106 de nuestra Constitución, mediante las leyes orgánicas se
regula la estructura y funcionamiento de las entidades del Estado previstas en la Constitución así
como aquellas otras materias cuya regulación por ley orgánica está establecida también en la
constitución. Para su aprobación o modificación se requiere el voto de más de la mitad del número
legal de miembros del Congreso.
Las leyes orgánicas sólo pueden ser derogadas, total o parcialmente, con mayoría calificada, esto
es, el mismo procedimiento para su aprobación; de lo que se puede afirmar que las leyes orgánicas
están por encima de las leyes ordinarias. Una ley ordinaria no debe derogar una ley orgánica, pero
una ley orgánica si puede derogar una ley ordinaria.
La ley se deroga sólo por otra ley. La derogación se produce por declaración expresa, por
incompatibilidad entre la nueva ley y la anterior o cuando la materia de ésta es íntegramente
regulada por aquélla. Por la derogación de una ley no recobran vigencia las que ella hubiere
derogado. La ley especial prima sobre la ley general.
No puede delegarse al Poder Ejecutivo las materias que son indelegables a la Comisión
Permanente, tales como la reforma constitucional, la aprobación de tratados internacionales, leyes
orgánicas, Ley de Presupuesto y la Ley de la Cuenta General de la República; ello conforme lo
establece el Artículo 101 inciso 4 de la Constitución
Conforme al artículo 56 de la Constitución, los tratados deben ser aprobados por el Congreso antes
de su ratificación por el Presidente, siempre que versen sobre derechos humanos; soberanía,
dominio o integridad del Estado; defensa nacional u obligaciones financieras del Estado. También
deben ser aprobados por el Congreso los tratados que crean, modifican o suprimen tributos; los
que exigen modificación o derogación de alguna ley y los que requieran medidas legislativas para
su ejecución.
Los decretos leyes son las leyes expedidas por los gobiernos de facto (gobiernos civilistas,
gobiernos militares o cualquier otra forma de gobierno distinta al constitucionalmente reconocido).
En este punto se debe tener en cuenta que en función a la teoría de la continuidad, una vez
terminado el gobierno de facto y su retorno a un régimen democrático, los decretos leyes siguen
vigentes. Según esta teoría, las normas dadas por los gobiernos de facto continúan teniendo
validez con la restauración de un gobierno constitucional y que serán, por lo tanto, modificadas o
derogadas por el procedimiento legislativo constitucionalmente establecido, manteniendo entre
tanto su validez.
Conforme al artículo 204 de la constitución la sentencia del Tribunal Constitucional que declara la
inconstitucionalidad de una ley se publica en el diario oficial y al día siguiente de su publicación
dicha ley queda sin efecto.
En posición contraria se señala que no debe suponerse que la ordenanza sea una ley, o que la
Constitución le otorgue indirectamente el rango de tal. Lo contrario, sería hacer una interpretación
contrario sensu que llegaría a un panorama absurdo. En este escenario se considerarían con rango
de ley no sólo las ordenanzas provinciales sino también las distritales. Las leyes, por principio, sólo
pueden ser dadas por el Poder Legislativo. La independencia de los gobiernos locales no debe
suponer de ninguna manera la creación de un pequeño Estado dentro del Estado peruano. No
puede un gobierno local dictar, mediante ordenanzas, imperativos legales de carácter general que
transgredan aquellos determinados por las leyes en sentido estricto. No obstante ello, el hecho de
que una ordenanza no sea equivalente en sentido estricto a una ley, no supone que ésta la pueda
derogar o desconocer, pues está beneficiada por la “reserva de ley”, que implica que dentro de los
ámbitos de su competencia, ninguna norma legal, por mayor rango normativo que tenga, puede
ingresar a su ámbito de competencia que, por mandato de la Constitución, se halla reservada para
la ordenanza. (2)
No obstante lo precisado, para determinar si la ordenanza municipal tiene o no tiene rango de ley,
debe considerarse todo el conjunto normativo contenido en la Constitución Política.
La Constitución no es una norma particular, sino un ordenamiento en sí mismo compuesto por una
pluralidad de disposiciones que deben formar una unidad indivisible de sentido. Así tenemos la
Sentencia del Tribunal Constitucional Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el
Expediente N° 008-2003-AI/TC, publicada el 14 de noviembre de 2003. “En efecto, las normas
constitucionales no pueden ser comprendidas como átomos desprovistos de interrelación, pues ello
comportaría conclusiones incongruentes. Por el contrario, su sistemática interna obliga a apreciar a
la Norma Fundamental como un todo unitario, como una suma de instituciones poseedoras de una
lógica integradora uniforme…”
Así tenemos, entonces el artículo 32 de la Constitución “Pueden ser sometidas referéndum Las
ordenanzas municipales…”; de lo que se colige que las ordenanzas no tienen rango de ley; siendo
que las municipalidades pueden expedir ordenanzas municipales dentro de las materias de su
competencia y no para regular materias que están fuera de su competencia funcional, debiendo
incluso tener presente el contenido de las leyes cuando expida ordenanzas dentro de su
competencia funcional.
En cuanto a las ordenanzas regionales, se debe tener en cuenta el artículo 36 de la Ley Orgánica
de Gobiernos Regionales, el cual, establece que las normas y disposiciones del gobierno regional
se adecuan al ordenamiento jurídico nacional, no pueden invalidar ni dejar sin efecto normas de
otro gobierno regional ni de los otros niveles de gobierno. Las normas y disposiciones de los
gobiernos regionales se rigen, entre otros, por el principio de legalidad, es decir, que deben ser
dictadas respetando la Constitución y las leyes.
2.3. NORMAS SUBORDINADAS A LAS LEYES
A este respecto se debe tener en cuenta que según su ámbito de aplicación, estas se pueden
clasificar en normas de alcance nacional, regional y local.
Aquí tenemos normas dictadas por el Gobierno Central vertical y las derivadas del Gobierno
Central sectorial.
Aquí cabe precisar que el Decreto Legislativo 560, Ley del Poder Ejecutivo, señala que los
decretos supremos son normas de carácter general que regulan la actividad sectorial o
multisectorial en el ámbito nacional y que las resoluciones supremas son normas de carácter
específico.
– EL DECRETO SUPREMO. Norma de mayor jerarquía que expide el Poder Ejecutivo; va firmado
por el Presidente de la República y de uno o más ministros.
– LA RESOLUCIÓN SUPREMA, Emitida por uno o más ministros con la visación aprobatoria del
Presidente de la República.
Son las resoluciones de alcance nacional emitidas por funcionarios y órganos colegiados de
organismos públicos descentralizados del Poder Ejecutivo, tales como INDECOPI, OSIPTEL,
OSITRAN, OSINERG, SUNARP, SUNASS, SUNAT, CONASEV, Superintendencia de Bienes
Nacionales, INRENA, etc.
Dictadas por funcionarios y órganos colegiados del Poder Judicial y de los organismos
constitucionalmente autónomos, tales como el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la Oficina
Nacional de Procesos Electorales (ONPE), el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil
(RENIEC), la Contraloría General de la República, el Banco Central de Reserva, la
Superintendencia de Banca y Seguros, el Ministerio Público, el Consejo Nacional de la
Magistratura y la Asamblea Nacional de Rectores.
– LOS ACUERDOS DEL CONSEJO REGIONAL: Expresan la decisión de este órgano sobre
asuntos internos, de interés público, ciudadano o institucional, o declaran su voluntad de practicar
un determinado acto o sujetarse a una conducta o norma institucional. Estos acuerdos son
aprobados por mayoría simple de sus miembros.
Expide
Las resoluciones regionales sólo pueden contener actos administrativos, no pueden tener efectos
jurídicos de alcance general, por lo que en rigor no forman parte del sistema legislativo.
2.3.3.2 LA ALCALDÍA
3. BIBLIOGRAFÍA
(1) TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Introducción al Derecho. Teoría General del Derecho. Primera
edición, Palestra Editores S.R.L., Lima, 1999, p. 222.
(2) QUIROGA LEÓN, Aníbal. El Rango Normativo de las Ordenanzas Municipales. En “Derecho y
Sociedad”, Revista de Derecho, PUCP, Año XI, N° 15, 2000, pp. 326 y 327.