ENSAYO

EL ABORTO: ¿ES O NO UN ASESINATO?

Asignatura:
COMUNICACION ESCRITA Y PROCESOS LECTORES
NCR 7979

Docente:
FERNANDO ROMERO AMBITO

Presentado por:
YULIETH TATIANA BERMUDEZ SEPULVEDA ID:764018
GINA PAOLA RODRIGUEZ DUSSAN ID: 762628

CONTADURIA PUBLICA I

NEIVA

2020
 EL ABORTO: ¿ES O NO UN ASESINATO?

¿ES O NO? Para dar inicio a nuestro interrogante vamos a comenzar por explicar que es el
aborto y es la interrupción del embarazo, ya sea en forma voluntaria o involuntaria. Pero
detrás de este concepto tan corto y frívolo existe una gran profundidad de tema para
analizar, desde el mismo instante en que sucede, hasta las razones de si hay peligro tanto
para la madre o el feto, o si es una decisión personal y consiente de la mujer que se somete
al procedimiento. El aborto siempre ha sido un tema polémico y motivo de muchos debates
entre quienes están en contra de su legalización y quienes buscan se despenalice en todos
los casos. Una de las razones con mayor peso e influencia sobre la humanidad es el punto
de vista religioso, ya que la alta jerarquía católica señala que la vida es sagrada desde la
fecundación del óvulo por el espermatozoide, por lo que el ser humano no puede intervenir
para interrumpirla, pues ello significa ir contra la voluntad de Dios.

Al hablar de aborto el uso de las palabras crimen y asesinato resulta ambiguo pues, aunque
se trata de un acto generalmente penado por la ley, también está lo permite en tres casos
específicos que son: 1. Cuando el embarazo constituya peligro para la salud o vida de la
mujer. 2. Cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida. 3. Cuando
el embarazo sea resultado de una conducta debidamente denunciada, es decir (violación).
Sin embargo, esto no deja de ser un crimen y, por lo tanto, no puede ser legal. Véase desde
el punto que se quiera, sigue siendo un acto de crueldad el solo hecho de pensar que esta
práctica no incurre a ningún delito violento hacia una criatura indefensa e inocente, que no
pidió venir a este mundo a sufrir, por el simple hecho que sus procreadores se dejaron
llevar más por las (ganas) como se dice coloquialmente, que por la razón y haber tomado
medidas preventivas como lo son los anticonceptivos de planificar o simplemente evitar el
acto y así no ser cómplices de un crimen como cualquier otro. Ya que este ser viviente no
se puede defender por sí mismo, sino que su existencia aquí en la tierra depende de la
decisión de una persona adulta con sus sentidos cuerdos, pero con poca muestra de sensatez
y madurez suficiente, para si quiera pensar que la solución a sus problemas de liquidez
económica, educativa y de convivencia es que se practique el aborto como un deporte más,
como si fuera algo común y corriente como todo en nuestra sociedad, sin tener en cuenta la
parte espiritual por la que se rige el ser humano aquí en la tierra, y es el principio de la
vida. Nadie puede ni tiene la potestad de acabar con la vida de otro ser humano sean las
condiciones que sean, reitero que es mucho más responsable tomar conciencia que si no
contamos con las posibilidades necesarias para traer al mundo una vida, tomemos medidas
de protección, de responsabilidad antes de pensar en cometer un crimen para justificar
nuestras carencias para poder subsistir. El argumento de quienes están a favor del aborto
habla de que el embrión fecundado, en la primera etapa del embarazo, aun no constituye un
ser humano, sino un conjunto de células y, por tanto, al decidir interrumpir el embarazo, en
realidad no se está acabando con la vida de una persona.

Para tomar una posición al respecto del aborto hay que primero informarnos, ya que es un
tema como decíamos en el primer párrafo cruel pero demasiado profundo para las dos
partes, siendo así un tema que genera enfrentamientos entre la sociedad, ya que va crear
una división entre sus detractores y sus defensores. Lo que queremos con este trabajo es
que todos los seres humanos en general tomemos conciencia de lo que realmente queremos
en nuestras vidas, que asumamos la responsabilidad con sensatez y no para justificar
nuestros errores y ser cómplices de un delito igual o mayor a otros. Nada justifica querer
acabar con la vida de otro ser humano, y más cuando tenemos nuestros cinco sentidos para
ser racionales y decidir que está bien y que está mal.

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