EL FUEGO Los piros estaban ansiosos de poseer candela.

La
querían para cocinar. También por su luz y para calentarse
(El origen del uso del fuego por las mujeres y hombres piros)
cuando hacía frío. Se la pedían al gallinazo, pero él se la negaba.
Varias veces fueron a la casa del gallinazo en su ausencia, para
Los primeros piros comían crudos los plátanos, la yuca y todos
robársela, pero no pudieron encontrarla.
sus alimentos. La carne y el pescado los asoleaban y así nomás los
comían. Pero una noche en que estaban durmiendo cayeron varios
Este gallinazo criaba como hijastro a un lorito de pico largo y
rayos sobre algunos árboles y produjeron un incendio. Los piros se
blanco. Los piros rogaron al lorito que robara unas brasas y se las
despertaron y vieron con asombro que el fuego al producir luz
vendiera. El lorito, por miedo al gallinazo, se negó. Pero el
hacía desaparecer la oscuridad, y notaron que su calor entibiaba
gallinazo ––envidioso y mal pensado–– lo vio hablando con los
el frío aire del invierno.
piros y sospechó que estaban poniéndose de acuerdo para
robarle la candela. Por esto se enojó y con su duro pico golpeó
Pero el fuego se apagó. Y ellos no sabían cómo encenderlo.
fuertemente a su hijastro hasta dejarlo casi muerto.
Sólo el gallinazo conocía el secreto de encender el fuego. Él nunca
dejó de comer crudos el pescado y la carne, pero le gustaba mucho
Ante tan cruel e injusto castigo, el lorito no gritaba, callaba.
la chicha, y para hervirla usaba el fuego. Cuando la chicha estaba
Pero después bajó a la casa, sacó de la olla un tizón y voló con él
lista, guardaba en una olla unos tizones encendidos y lo demás lo
en su largo pico. El gallinazo lo persiguió, pero no pudo darle
apagaba con agua.
alcance. El lorito se estaba quemando el pico y dejó el tizón en un
árbol de capirona seco. La capirona comenzó a quemarse poco a
poco. El gallinazo regresó a su casa sin poder quitarle el tizón al
lorito y encontró que las brasas de la olla se habían apagado.
Se había quedado sin fuego. El lorito abandonó a su
padrastro el gallinazo y se fue a vivir al monte, pero quedó
con el pico pequeño y negro a causa de la quemadura, como
hasta ahora lo tiene.
Cada piro llevó a su casa un palo encendido. Desde ahí se
propagó el fuego. Desde entonces, todos los piros pudieron
comer cocinados o asados sus alimentos.
LEYENDA DEL PUEBLO PIRO
(Recopilador: Ricardo Álvarez O. P.)

Días después, un piro fue al monte a cazar. Al regresar con

dos maquisapas, pasó al lado de la capirona seca y vio en el
suelo un palo que humeaba. Lo cogió con los dedos de su pie y
se quemó. Dio un grito y un salto de susto. Pero pensó que
aquello sería la candela de la que hablaban sus paisanos, y lo
llevó a la casa. En su casa la mujer juntó palos y hojarasca y los
colocó sobre el tizón. Aquel montón comenzó a arder. Metió
adentro yuca y plátano y se asaron. La mujer se puso contenta.
Entonces dieron la noticia a los demás piros, quienes llevaron
leña, la echaron a la candela y la leña ardió.