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Introducción
Se parte de la premisa que los espacios son construidos y dotados de sentido sólo
a partir de ser practicados. Estas prácticas y sentidos cambian según los sujetos o
los grupos sociales, siguiendo ejes de tiempo-espacio definidos, donde las
actividades que se desarrollan en lugares determinados con la participación de
actores sociales explícitos componen socioculturalmente sus escenarios. En este
sentido, la cabecera municipal de San Pedro Cholula es contexto de múltiples
dinámicas sociales, que son producto de las prácticas y significaciones que sujetos
insertos en tramas socioculturales específicas configuran su vida cotidiana y es
posible observar dinámicas que evidencian la apropiación de espacios, éstas dan
cuenta de una forma habitar, identidad comunitaria y la configuración de territorios
culturales concretos.
Este trabajo plantea que el Carnaval anual de Cholula, es una expresión más de un
territorio lúdicamente apropiado, que posibilita y genera el despliegue de capitales
culturales que, por parte de los participantes, reconfigura los sentidos y formas
económicas, políticas, religiosas y sociales de lugares cotidianos y emblemáticos
de la cabecera municipal como casas, calles, plazas, iglesias, parques, panteones,
etc. En las que los participantes del carnaval recorren las calles de Cholula vestidos
con trajes coloridos y mosquetes elaborados por ellos mismos, las calles de la
cabecera municipal se ven envueltas por la pólvora, la danza de los personajes y la
música de las bandas que cada batallón de carnavaleros lleva consigo expresiones
socioculturales que dan cuenta del papel activo y reflexivo de los sujetos en la
dinámica del día a día, impregnada por la sociabilidad y la pertenencia local, con lo
cual se perfila una identidad enmarcada en territorios concretos a partir de una
compleja vida ritual y religiosa que los habitantes de la cabecera municipal de San
Pedro Cholula llevan a cabo.
El Carnaval Anual de Cholula es realizado todos los años por habitantes de los
barrios de San Pedro Cholula y la administración municipal del Estado de Puebla,
sin embargo, la organización y la preparación de esté es planeado durante todo el
año por las comitivas de los batallones barriales; los sujetos reúnen recursos,
preparan los trajes y se elige al nuevo comité organizador que se encarga de
administrar todos los bienes y acervos. En este sentido, existen diversas
temporalidades en el Carnaval Anual de Cholula, en donde los actores y participes
realizan ciertas prácticas y actividades en lugares específicos de la ciudad.
Cuatro domingos antes del fin de semana señalado por la iglesia católica para
iniciar las “fiestas de la carne”, en Cholula se realiza en el primer domingo la “pega
de bandos” que señala el inicio de las fiestas, actividad que consiste en pegar el
cartel en el cual se dan a conocer los lineamientos a seguir por parte de los
participantes, reglamento que ha sido autorizado por el gobierno local y el comité
organizador; las actividades continúan con dos domingos de “mascaritas” o
“desfiguros” y un domingo de “presentación de batallones”; el cuarto domingo,
señalado como Domingo de Carnaval, se deja libre, pues es en esta fecha en que
se realiza la celebración en Huejotzingo; al siguiente fin de semana se lleva a cabo
la celebración en Cholula. (Figura 1) Sin embargo, esta temporalidad en que se
manifiestan las actividades de carácter lúdico son sólo el momento cúspide que
lleva de trasfondo una planeación de todo un año por parte de los miembros del
comité organizador de cada batallón, en conjunto con el comité general, con el fin
de preparar todos los elementos necesarios para llevar a cabo la fiesta: la
obtención de recursos económicos que permitan costear los gastos que conlleva
organizar los alimentos que se darán a cada uno de los participantes durante el
carnaval, organizar a los participantes para que adquieran los trajes
correspondientes, los permisos ante la SEDENA para el uso de la pólvora, la
compra de municiones, la contratación de las bandas musicales que amenizarán
los recorridos y las comidas, etc.
Muchos barrios poseen sus cuerpos organizativos y sus propios batallones, cada
uno caracterizado por el tipo de trajes e individuos que lo integran, a diferencia de
otros carnavales conocidos en la región del valle Puebla-Tlaxcala, los actores
participes del Carnaval de Cholula aseguran que sus trajes y movimientos no
asemejan a la de los Huehues, sino se conciben personajes propios según el
batallón o barrio del que procedan; los batallones y barrios que participan con sus
respectivos personajes y comités son: El batallón del Centro, del Carmen, Santiago
Mixquitla, los batallones de Indios y Turcos de San Miguel Tianguisnahult, de Jesús
I, San Dieguito, San Juan II, Zacapoaxtlas de San Juan Calvario, Indios de
Tlatempa, Zuavos de Santa María Xixitla, Zapadores del Centro y de Jerusalén.
La composición y organización de cada batallón durante los recorridos se describe
a continuación: al frente se encuentra el general de batallón acompañado por un
elenco de bailarinas y abanderadas, encargadas de llevar la bandera y/o cartel con
el nombre del barrio y el batallón del que proceden, siendo las presentadoras y
animadoras de cada contingente; acto seguido se encuentran los niños que lucen
sus trajes y en ocasiones llevan pequeños mosquetones sin pólvora, siendo los
más jóvenes en participar, acompañados por sus padres y las familias de los
demás carnavaleros; después se encuentra la banda de música que
constantemente brinda melodías con las cuales se incentiva el ambiente y se
produce el baile. Al final se encuentra el cuerpo principal, donde los participantes
lucen vestidos según el personaje que desempeñe su batallón, por ejemplo, el
Batallón de Turcos del Barrio de San Miguel elabora sus trajes según personajes o
figuras de soldados turcos, cuyo traje consta de prendas y telas azules, acompañas
con pequeñas cajas de madera adornadas con objetos brillantes y el nombre del
batallón que cada miembro porta en la espalda y de la cual funciona como
contenedor de las cargas de pólvora; usan también una máscara o careta que
pretende asemejarse al soldado; con una barba postiza, turbante y pipa.
El barrio y el carnaval
Gilberto Giménez establece una estrecha relación entre espacio y territorio, siendo
el espacio un escenario pre existente al territorio, como posible valor de uso para la
construcción de éste último, pero que no ha sido modificado por la intervención
humana. Por lo tanto, el territorio es una creación directa del ser humano, por
medio de una apropiación que también permite otorgar un valor al espacio, en una
interacción de campos de poder presentes en las relaciones de los actores
sociales, que a su vez van estableciendo límites o fronteras. (Giménez, 1999: 27).
Sin embargo, Alicia Barabas (2010) señala que el espacio, a diferencia de la
opinión de Giménez o de Gupta y Ferguson (1992:7), que consideran al espacio
como una hoja en blanco, resaltando el carácter neutro, en el cual las diferencias
culturales, organización social y la memoria de un grupo se inscriben, el espacio es
un principio activo en la construcción del territorio donde se generan interacciones
entre usuarios y espacios específicos.
En este sentido, el barrio como espacio que condensa una fuerte unión socio-local
entre sus habitantes al llevar a cabo actos lúdicos y socio-religiosos en las calles,
iglesias y unidades habitacionales que siguen un calendario festivo anual, funge
como uno de los principales ejes socio-espaciales por los cuales el Carnaval Anual
de Cholula se expresa; pues el barrio en Cholula “se caracteriza por la participación
activa de sus integrantes y su organización a través del sistema de cargos, el cual
destaca por ser un complejo conjunto socio-religioso”(Gámez, Ramírez, Villalobos,
2016:67), además de ser guia en la adscripción y pertenencia de los sujetos, al
diferenciarse de actividades económicas y lugares donde se socializa que marcan
diferencias entre un barrio y otro, formas de identidad barrial muchas veces
marcada y trasladada a las dinámicas carnavaleras al salir del barrio propio durante
los recorridos de los batallones a los lugares céntricos de la ciudad, donde el
habitante lúdico se trasforma.
Los cuarteles
Las “Rancheadas”
Al momento de visitar las casas, son recibidos con una botella de tequila, refrescos
y agua de sabores, mientras ellos se concentran en la entrada de la casa que los
recibe, y ceden la palabra al general de batallón, quien agradece a los miembros
del hogar las atenciones y solidaridad que expresan hacia el batallón. Acto seguido
se reparten los alimentos donados, mientras algunos integrantes de la familia
anfitriona, principalmente niños, aprovechan el momento para tomarse una foto con
alguno de los personajes que integran el batallón. La música de banda no se hace
esperar y suenan las “dianas” o fanfarrias en honor a los anfitriones, a manera de
agradecimiento por parte de los carnavaleros, quienes aprovechan el momento y
realizan detonaciones de sus mosquetones para deleite y sorpresa de propios y
extraños. Una vez que la banda musical ha ejecutado un par de melodías que son
acompañadas por los pasos de baile de quienes están presentes en el lugar, el
general reitera el agradecimiento con sus anfitriones, se dan unas detonaciones
finales y el batallón continúa su recorrido para visitar el siguiente “rancho”, antes de
llegar al cuartel para reagruparse y preparar su salida hacia la calzada de
Guadalupe, lugar de concentración masiva para los batallones, previo al recorrido
rumbo al centro de la ciudad.
Conclusiones
Bibliografía:
BONFIL BATALLA, Guillermo (1988) Cholula. La ciudad sagrada en la era
industrial. Puebla, México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
GUPTA, Akhil y FERGUSON, James (1992) "Beyond Culture: Space, Identity and
the Politics of Difference", Culture Anthropology, USA: vol. 7, núm. 1
Anexos:
Figura 3: Recorrido de los batallones durante el fin de semana de Carnaval. Elaboró Daniel
Sánchez Aguila, con la información recopilada en trabajo de campo
Fotografía 1. Batallón de Turcos de San Miguel Tianguisnahuac recorriendo las calles del barrio
propio, Fotografía: Sebastián Licona Gámez, 2016.
Fotografía 2. Batallón de Turcos de San Miguel Tianguisnahuac desfilando por las principales
calles del centro histórico de San Pedro Cholula. Fotografía: Sebastián Licona Gámez,2016.
Fotografía 3. Toma de la Plaza de la Concordia por parte de los batallones de San Pedro Cholula,
Fotografía: Sebastián Licona Gámez, 2016.
Fotografía 4. Paso del batallón de Indios de Tlatempa, captado desde el interior de un autobús
Directo Cholula. Fotografía: Daniel Sánchez Aguila, 2016.
Fotografía 5. Carnavaleros detonando sus mosquetones al interior del panteón del barrio de Jesús
Tlatempa. Fotografía: Daniel Sánchez Aguila, 2016.
Fotografía 6. Miembros del batallón de Indios de San Miguel en la rancheada ofrecida en casa de
la familia Ávila. Fotografía: Daniel Sánchez Águila, 2016.