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Libertades individuales
Adam Smith defendía un sistema social liberal porque el objetivo primordial de sus
teorías era la defensa de la libertad de cada individuo para seguir su propio
interés, la igualdad ante la ley y una justicia que permita tener salvaguardada la
propiedad.
Defender la libertad con la que nace todo individuo y los derechos fundamentales
a ella asociados, como la propiedad privada y la búsqueda de la propia felicidad
sin afectar la libertad de terceros, debería ser motivo más que sobrado para
respaldar y/o acoger el pensamiento smithiano, tanto desde el punto de vista
político como desde el económico y social.
Sin duda como piensa Smith, lo mejor sería lo deseable, pero implicaría entre los
hombres un alto grado de virtud y sabiduría y que las relaciones entre los hombres
las mida el desinterés y el afecto, siendo así, una sociedad smithiana podría vivir
con personas que tienen distintos intereses, sin desinterés benevolente, sino más
bien con interés recíproco, de esta manera con el libre comercio el hombre
corriente obtiene propiedad y con ella cierta independencia y seguridad, sería
cierta “garantía” moral, pues nada corrompe tanto al hombre como la dependencia
de los que tienen poco respecto de aquéllos que tienen mucho.