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Como primer punto se debe tratar la posición que toma la santa iglesia católica frente a la
homosexualidad, desde la antigüedad los autores eclesiásticos han intentado interpretar la
Biblia de distintas formas para lograr establecer leyes en la sociedad, concluyendo en su
mayoría en que se debe tener como única posibilidad válida el amor heterosexual (Cornejo,
2008). Esta idea, si bien es cierto, es compartida por otras religiones, es la católica la que lo
reafirma y lo viene reforzando desde años anteriores.
[ la homosexualidad como perversión de las relaciones humanas por efecto del pecado, la
Iglesia se oponen al reconocimiento de derechos civiles de las parejas homosexuales
y conceptua que dicho reconocimiento atenta contra la familia y la sociedad misma ]
(Martínez, p. 43)
Tales creencias han causado de que la comunidad LGBT sea en muchos casos rechazada
en nuestra sociedad como lo afirma Eduardo Morillo
La comunidad LGBT siempre ha sufrido de rechazos, no sólo por los mismos ciudadanos
con los mismos derechos y deberes como ellos, sino también por parte de instituciones y
hasta de países con sus nuevas constituciones, las cuales prohíben o rechazan su orientación
sexual. Algunos ejemplos muy sonados de rechazo contra esta comunidad, son los de países
latinoamericanos, específicamente países del caribe. Barbados, país el cual no sanciona la
homosexualidad directamente, a cambio de eso rechaza la sodomía, acto sexual el cual
consiste en la penetración a un hombre, con cadena perpetúa. Según Vargas Soraya (2013),
otros países como Jamaica, San Cristóbal, Belice y Dominica sancionan estos actos de 10
años para adelante en prisión, y en el caso de Trinidad y Tobago hasta con 25 años. Costa
Rica según artículo de Vargas (2013) no castiga directamente la homosexualidad, pero si la
sodomía, la cual es relacionada como escándalo público y sancionadas con multas, señalado
así en su Código Penal (1970) artículo 382. Otro caso es el de Honduras, el cual tomó
medidas drásticas, incorporando una reforma a su constitución de 1982 a través del decreto
176 de 2006, el cual prohíbe expresamente la unión de dos personas del mismo sexo; este
último decreto incorporado se encuentra en una contradicción con el artículo 60 de la
Constitución Política de Honduras (1982), el que indica lo siguiente:
Artículo 60, Todos los hombres nacen libres e iguales en derechos. En Honduras no
hay clases privilegiadas. Todos los hondureños son iguales ante la Ley. Se declara
punible toda discriminación por motivo de sexo, raza, clase y cualquier otra lesiva a
la dignidad humana. (p.9)
Si analizamos este último artículo, podemos concluir que no se respeta este último, por el
motivo de que discriminan a dos personas homosexuales que se desean unir como las leyes
del estado lo indican, estas personas son prohibidas de este derecho por el motivo de la
diferencia de su orientación sexual.
Según los casos presentados de los distintos países, podemos concluir que estos violan
varios derechos humanos según lo estipulado en La Declaración Universal de los Derechos
Humanos (1948), los cuales son:
Artículo 1 “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos
y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los
unos con los otros”. (p.4)
Este artículo no es respetado, por el motivo que no permiten que las personas con
orientación sexual diferente puedan unirse de manera legal como la constitución lo indica,
violando entonces la cláusula de que todos los seres humanos contamos con los mismos
derechos.
Este artículo también es violado, debido que las personas homosexuales que no se les
permiten la unión civil, carecen del derecho de un matrimonio civil, el cual estipula que los
bienes de ambas personas serán compartidas desde el momento de su unión.
(…) En este sentido no es ningún secreto que de las condenas doctrinales genéricas, se ha
pasado a las amenazas de ex – comunión no sólo de los homosexuales que se resistan a la
castidad impuesta, sino también a las advertencias y amonestaciones expresas hacia
aquellos sacerdotes y religiosos(as) que evidencien alguna simpatía o cercanía con las
reivindicaciones del movimiento L.G.B.T.T. internacional; pasando, por cierto, por las
presiones y amenazas manifiestas a todos aquellos parlamentarios que den su voto
favorable en iniciativas legales que tiendan a resguardar los derechos humanos de esta
comunidad, así como igualarlos a los heterosexuales en el ejercicio de los derechos civiles.
(2008, p.35).
Como señala Cornejo, la Iglesia Católica en Chile está tomando medidas contra las posturas
internas de su institución que sean simpatizantes o aceptables hacia la homosexualidad. La
iglesia, como doctrina e institución, no podrá ofrecer una aceptación total hacia la
comunidad LGBTI.
En el Perú la situación también se repite. Teniendo una población del 75% de católicos, la
intransigencia contra los homosexuales aún sigue siendo fuerte. Según la primera encuesta
virtual realizada por el INEI:
Según esta encuesta en el Perú cerca a la mitad de la violencia y/o discriminación recibida
por la comunidad LGBTI son realizados por líderes religiosos, católicos y no católicos.
Estas cifras son sorprendentes ya que en teoría son estos líderes los que deberían guiar a su
comunidad religiosa por un camino de paz y amor.
Capítulo 3: Abuso de los derechos de la comunidad LGBT
3.1 Las creencias religiosas como justificante de los abusos de los derechos de la
comunidad LGBT
“Por eso, Dios los ha abandonado a pasiones vergonzosas. Incluso sus mujeres han
cambiado las relaciones naturales por las que van contra naturaleza; y, de la misma manera,
los hombres han dejado sus relaciones naturales con la mujer y arden en malos deseos los
unos por los otros. Hombres con hombres cometen actos vergonzosos y sufren en su propio
cuerpo el castigo de su perversión.” (Epístola a los romanos, 1:26-27, Pablo de Tarso)
(…) En este sentido no es ningún secreto que de las condenas doctrinales genéricas, se ha
pasado a las amenazas de ex – comunión no sólo de los homosexuales que se resistan a la
castidad impuesta, sino también a las advertencias y amonestaciones expresas hacia
aquellos sacerdotes y religiosos(as) que evidencien alguna simpatía o cercanía con las
reivindicaciones del movimiento L.G.B.T.T. internacional; pasando, por cierto, por las
presiones y amenazas manifiestas a todos aquellos parlamentarios que den su voto
favorable en iniciativas legales que tiendan a resguardar los derechos humanos de esta
comunidad, así como igualarlos a los heterosexuales en el ejercicio de los derechos civiles.
(2008, p.35).
Como señala Cornejo, la Iglesia Católica en Chile está tomando medidas contra las posturas
internas de su institución que sean simpatizantes o aceptables hacia la homosexualidad. La
iglesia, como doctrina e institución, no podrá ofrecer una aceptación total hacia la
comunidad LGBTI.
En el Perú la situación también se repite. Teniendo una población del 75% de católicos, la
intransigencia contra los homosexuales aún sigue siendo fuerte. Según la primera encuesta
virtual realizada por el INEI:
Él 63% de participantes manifestaron haber sido víctimas de algún acto de discriminación
y/o violencia. Los escenarios donde ocurrieron estos hechos, han sido principalmente los
espacios públicos (65,6%), otro porcentaje ocurrieron en el ámbito educativo (57,6%) y un
tercer lugar han sido los medios de transporte y los espacios comerciales y de ocio (42% y
41%, respectivamente). En cuanto a los agresores, el 55,8% son los compañeras/os de
escuela y padres de éstos, seguidos por el 43% de líderes religiosos, el 33% de funcionarios
públicos, el 28% de miembros de la propia familia y el 22% personal administrativo de
algún servicio público. También es agredida la población en el ámbito laboral por los jefes
y compañeros de trabajo (17,4%) y por el personal de los servicios de salud (15.4%). (2018,
22).
Según esta encuesta en el Perú cerca a la mitad de la violencia y/o discriminación recibida
por la comunidad LGBTI son realizados por líderes religiosos, católicos y no católicos.
Estas cifras son sorprendentes ya que en teoría son estos líderes los que deberían guiar a su
comunidad religiosa por un camino de paz y amor.
Las circunstancias que se presentan en las últimas décadas ha llevado a la religión a adoptar
posturas que responden a ciertas cuestiones como es el caso de la homosexualidad que en el
pasado era algo escondido y sobre todo por los derechos de los individuos que poseen esta
orientación sexual. La red latinoamericana Católicas por el Derecho a Decidir - Perú refiere
que la Iglesia Católica sostiene una postura de resistencia y no aceptación a las personas
con inclinación sexual hacia personas del mismo sexo y su desaprobación al matrimonio
civil gay. Asimismo, alude al principio de Yogyakarta que es un documento donde protege
los derechos humanos en relación de su orientación sexual e identidad de género.
La red latinoamericana Católicas por el Derecho a Decidir - Perú menciona que, según el
Organización Mundial de la Salud (OMS), está demostrado que la homosexualidad no es
una enfermedad y que relativamente el 75.8 % de la población peruana indica que es una
decisión. Sin embargo, una minoría del 24.2% señala que es una enfermedad15 pues hay
cierta oposición en la población peruana donde manifiesta que la Iglesia Católica debe
intervenir para que no se realice la unión oficial de las personas del mismo sexo.
“Claro, son personas como todos y tienen derechos, no merecen ser discriminados, pero no
casarse. Eso es diferente, no es discriminación, pero no debería permitirse. (Natalia, 26
años).” (Católicas por el Derecho a Decidir - Perú (CDD - Perú) 2009: 64)
“No sé, pero no es normal, ¿no? O sea, son persona como todos, pero no son normales,
como tú o como yo no creo que deban casarse y tener hijos…no sé, es complicado. (Carlos,
29 años).” (Católicas por el Derecho a Decidir - Perú (CDD - Perú) 2009: 65)
Todas estas opiniones evidencian que CDD - Perú engloba la realidad de la
homofobia como algo secundario cuando se menciona acerca de la unión civil de las
personas del mismo sexo. Las versiones de estas personas simplemente dicen aceptar que
son diferentes pero no tienen respuesta cuando se trata de una unión con todos los derechos
de la ley.
A pesar de todos los prejuicios que tuvo que enfrentar Freda, el buscó dar un
mensaje de concientización a las personas ya que el hecho de ser homosexual no significa
tener una condición naturalmente desordenada sino que es una condición inevitable y que
no puede lucharse contra ello. El objetivo de Freda es devolverles la libertad las personas
LGBT, que no se sientan presos es es
sociedad en la que viven, que hay de libertad para decidir y no vivir en la clandestinidad.
Por ello pide a la tolerancia y no necesariamente la aceptación.
Ante estas manifestaciones de la sociedad y de la comunidad LGBT, la iglesia
católica que estaba cerrada en su pensamiento optó por respetar los derechos de la
comunidad LGBT pero no la comparte.