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Manuscrito B

(1900)
EJERCICIOS ESPIRITUALES PREDICADOS POR EL P. HOPPENOT (72)
SOLO DIOS BASTA 73
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa.
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza;
quien a Dios tiene nada le falta.
O padecer
O morir.
72 Isabel hace estos Ejercicios Espirituales en el mes de enero de 1900. Los dirige el P. Hoppenot, S.J.
El P. Hoppenot nació en Troyes el 15 de abril de 1856. Hizo sus estudios en el Colegio de Vaugirard que los
Padres Jesuitas tenían en París. Ingresó en la Compañía el año 1873.
Finalizada su carrera eclesiástica fue destinado a Dijon en 1891. Se ausenta de esta ciudad en 1894 para
encargarse de la dirección de la Casa de Ejercicios de Braine. Regresa nuevamente a Dijon en 1898 donde
permanece hasta 1903. Es profesor del Colegio de Dijon hasta que fue clausurado en 1901. Pasa entonces al
convenio Residencia que los Jesuitas tienen en la misma ciudad.
En 1903 es nombrado Superior de la Residencia de Troyes. Desempeña este cargo hasta 1908. Marcha ese
mismo año a Nancy para ser Director de la Casa de Ejercicios. Muere allí el 11 de noviembre de 1909.
Como escritor ascético mereció que alguna de sus obras fuera reeditada. Su generosidad con Dios le hizo ser
exigente consigo mismo y con las almas. Fue un profesor enérgico. Se impuso como norma dar ejemplo en
todo y no exigir a los damos lo que él no hubiera practicado.
(Archivo de los Padres Jesuitas de la Provincia de Champagne. Lille).
73 Isabel escribe de nuevo esta poesía de Santa Teresa y su clásica máxima espiritual al principio del
manuscrito "B" de su Diario.

Martes, 23 de enero. - Noche


LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES
Naturaleza de los Ejercicios. - Acción de Dios y cooperación del alma. - Fiestas de
sociedad. - Amor por la soledad. - «Quiero ser santa».
Los Ejercicios Espirituales son días de:
-reflexión
-resoluciones
-oración.
En realidad no es el predicador quien hace los Ejercicios Espirituales. El es como el poste
de señalización colocado en la carretera que sirve para indicar al viajero su camino. Sólo
existen dos agentes: Dios y nosotros.
-¿Qué parte corresponde a Dios?
El hablará a cada alma pero sin exigir a todas lo mismo.
-¿Qué debemos hacer nosotros?
Debemos buscar la soledad, esa soledad que Jesucristo amaba apasionadamente. El
realizó en la soledad los actos principales de su vida.
Dios mío, ya han llegado estos días de Ejercicios que tan impacientemente esperaba. Os
pido para ellos vuestra bendición. Ya que no puedo romper con el mundo, ni vivir
solitariamente, concededme, al menos, la soledad del corazón. Hacer que viva en íntima
unión con Vos y que nada, nada pueda distraerme de Vos. Que mi vida sea una oración
permanente.
Vos sabéis, Maestro divino, que cuando asisto a esas reuniones, a esas fiestas, mi único
consuelo consiste en recogerme interiormente y gozar de vuestra presencia. ¡OS siento tan
vivamente en mí!... ¡Oh mi Bien supremo, en esas reuniones apenas se piensa en Vos!
Creo, por lo tanto, que os agrada ver que un corazón, aunque pobre y miserable como el
mío, no os olvida en esos momentos.
Dios mío, cuántas gracias habéis concedido a vuestra pobre criaturilla desde los Ejercicios
del año pasado. Vos que lo sabéis todo, sabéis también que, al menos, os amo. Ayudadme a
hacer bien estos Ejercicios Espirituales. Quiero ser santa por Vos. Aún me queda un año
largo de vida en el mundo. Permitidme que lo pase haciendo mucho bien. Modelad en mí la
imagen de una verdadera carmelita porque puedo y quiero serio en mi espíritu. Dios mío,
¡qué dulzura produce el ser vuestra! Desde el primer día de estos Ejercicios pido en mis
oraciones por todas las jóvenes ejercitantes. Quisiera que derramaseis vuestra gracia sobre
ellas con tanta plenitud como lo hacéis sobre mi alma. Qué sublime es amaros y ser
totalmente vuestra. Quisiera que todas las almas experimentasen esa felicidad.
¡Oh María, mi querida Madre, pongo estos Ejercicios bajo tu protección. Ayudadme para
hacerme santa.

Miércoles, 24 de enero. - Mañana 74


[LA SALVACIÓN DEL ALMA] 75
Sed de amor y de almas. -Intimidad con Dios. - Nostalgias de vida interior. - «Soy así,
Señor, un ser miserable,..
¿De qué sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? (MI. 16, 26).
El gran negocio, la única cosa necesaria, es salvar mi alma.
Dios mío, ayudadme. Quiero no solamente salvar mi alma sino también conquistaros otras.
Vos sabéis que este deseo consume mi corazón y que estoy dispuesta a soportar mil
muertes por la salvación de una sola alma.
¡Oh Amado mío! Tú conoces mi corazón, sabes que si tengo tantos deseos de padecer y de
abandonarlo todo no es para mitigar mis tormentos en el Purgatorio Sino únicamente para
consolarte. Si Tú lo quieres, estoy dispuesta a vivir eternamente en el infierno para que
suba hasta Ti desde aquel abismo la plegaria constante de un corazón que te ama.
Dios mío, os encomiendo todas las almas que hacen estos Ejercicios Espirituales. Si lo
deseáis, renuncio en su favor a todos los consuelos que pudierais otorgarme durante ellos.
Vos sabéis que soy débil. Por eso suplico vuestra protección. Que durante estos días santos,
viva más íntimamente unida con Vos. Que viva sólo en mi interior, en esa celda que habéis
construido en mi corazón, en ese rinconcito de mi ser, donde os veo y tan perfectamente os
siento. ¡Ah! Cuántas veces os dejo ahí solo como lo estuvisteis en el desierto. Soy así,
Señor, un ser miserable. Pero os amo, Dios mío, os amo apasionadamente y siento envidia
de esas almas extraordinarias que tanto os han amado.
Noche
EL PECADO
Rebeldía del pecado. - Humildes sentimientos de culpabilidad. - «Contempla tan sólo mi
amor».
He pecado y ¿qué me ha sucedido? (Ec. 5, 4).
El pecado es una rebelión:
-contra Dios nuestro Creador
-contra Dios nuestro Padre
-contra Dios nuestro supremo Legislador.
¡Oh mi Cristo crucificado, al contemplarte comprenda toda la malicia del pecado! ¡Oh
Amado mío! Mientras los verdugos taladraban tus pies y tus manos; mientras padecías
infinidad de tormentos en la cruz, tenías presente mis innumerables faltas y todas mis
infidelidades. ¡Ah! cuánto te hacían sufrir. Pero, Amado mío, conocías también el amor con
que algún día iba a amarte. Sabías que para corresponder a tu amor, para consolarte, para
conquistarte almas, estaría dispuesta a dar mil veces la vida. ¡Oh mi querido Crucificado,
perdón por todos los sufrimientos que causé a tu Corazón divino! Perdón. Contempla sólo
mi amor pues te amo tan apasionadamente y ardo en tantos deseos de conquistarte almas...
74 El manuscrito tiene en la parte superior de la página la siguiente anotación marginal: "Libro 1.", c. 20, 25".
Isabel se refiere ciertamente al libro de la Imitación de Cristo. Esos capitulas le servirían de lectura espiritual
en ese primer día de Ejercicios Espirituales.
75 Isabel Catez cambia en esta parte del Diario su forma narrativa. Hace menos síntesis de la doctrina
expuesta y escribe unas elevaciones personales más amplias.

Jueves, 25 de enero. - Mañana


LA MUERTE
Morir en gracia. - Anhelos de felicidad eterna. - ",Jesús mío, tal vez muera pronto».
¡Dios mío, que muera en tu gracia! ¡Que muera llevándote en mi corazón! Cuando
comparezca en tu presencia, Jesús mío, Esposo mío, reconóceme por tu esposa, la que todo
lo abandonó por Ti. ¡Ah! No te avergüences de mí. Que no te vea con rostro airado. No.
Confío que no será así. ¡Te amo tanto!...
Entonces, Amado mío, te veré y te poseeré sin temor de perderte. Mi alma se embriagará de
tu amor. Este pensamiento me vuelve loca de felicidad. Jesús mío, tal vez muera pronto.
Que se cumpla tu voluntad. Sólo quiero lo que Tú quieras. Sabes que te he hecho donación
de todo. Quiero que hasta mis deseos sean también tus propios deseos. Ahora bien; si en
algún momento tuviera que ofenderte con un pecado mortal, ya te lo he dicho muchas
veces, llévame contigo. Te lo conjuro, te lo suplico, llévame contigo cuando aún esté en tu
gracia.
Nunca he oído cosas tan bellas sobre la muerte cristiana como las que nos ha dicho esta
mañana el P. Hoppenot. Mis ojos se .inundaron de lágrimas. Cuánto me emocioné.
¡Qué maravillosos Ejercicios Espirituales! ¡Qué bien sabe ese Padre llevar a Dios a las
almas! Me encanta poder confesar me esta noche con él. Es tan piadoso, tan santo... Arde
en tan grandes deseos por el bien y la conquista de las almas! 76
Noche
[LA CONFESIÓN]
Una confesión excepcional. - Vida eucarística. - Predilecciones divinas. - Dirección
espiritual. - «Comprendo
que necesito otra cosa».
¡Qué maravillosa confesión he hecho! ¡Cuánto bien hace al alma encontrar una persona que
sepa comprenderla y conducirla a Jesús! ¡cómo me mima el Señor! Mi corazón desfallece
de agradecimiento y de amor. Esta confesión me ha satisfecho. Desde ahora vaya tener la
dicha de comulgar normalmente cuatro veces por semana. Qué alegría siento, Amor mío, al
pensar que me uniré contigo tan frecuentemente. Ayúdame a conseguir la perfección. Dios
mío, contigo estoy dispuesta a todo. Sin Ti, nada puedo.
Cuánto me agradaría hablar con el Padre. Lo reconozco. Mi alma necesita algo más. Mi
confesor es excelente. Hace por mí todo cuanto puede. Pero comprendo que necesito otra
cosa. En fin, tengo a Jesús que me orientará y me dirigirá. Además en el Carmelo nuestra
querida Madre me ayuda tanto... 77 No encuentro palabras para decir qué admirablemente
sabe comunicarme al Señor y todo el bien que hace a mi alma. ¡Oh! Lo repito, Jesús me
mima, ¡cuántas gracias me ha concedido desde los Ejercicios Espirituales del año pasado!
La instrucción doctrinal de esta noche fue sobre la confesión. No dispongo
desgraciadamente de tiempo para escribir unas líneas sobre esta hermosa meditación.
76 Nueva anotación marginal en el manuscrito. Esta vez se encuentra en la parte inferior de la página. Dice
así: "Libro 2.., c. 3 y 4". Corresponde como en el caso anterior al libro de la Imitación de Cristo.
77 Se refiere a la Madre María de Jesús que desempeñaba por entonces el oficio de Priora en el Carmelo de
Dijon.

Viernes, 26 de enero. - Mañana


El JUICIO FINAL
Tres momentos. - Confianza en la hora de su muerte. Amor al sacrificio. - "Pero en el cielo
ya no podré sufrir más por Vos...
Cuando Jesucristo se presente en el valle de Josafat con la cruz, esa cruz tan ultrajada y
despreciada en este mundo pero triunfante en aquellos momentos. entonces se verificará: -
la resurrección de los cuerpos -la revelación de las conciencias -la sentencia final.
Ven, hija mía, amada mía, ven con tu Jesús para siempre, pues no has pertenecido al
mundo. El fue tu único amor, tu único bien en la tierra. Ven a poseerle ahora por toda la
eternidad...
Señor, que escuche entonces esas palabras de vuestros labios divinos. Lo sé. Mucho os he
ofendido. Soy un alma miserable. Pero os amo tanto... Acudo a Vos sencillamente con la
misma confianza con que se acude a un amigo entrañable. Creo que os agrada esta dulce
familiaridad. Espero también con total abandono y confianza el momento que me unirá a
Vos para siempre. Pero en el cielo ya no podré sufrir más por Vos. Sin embargo, espero
seguir trabajando por vuestra gloria.
Otorgad me la gracia de hacer algún bien mientras permanezco en este mundo. Soy vuestra
pequeña víctima.
Servíos de mí. Haced de mí lo que os plazca. Os ofrezco todo mi ser mi cuerpo y mi
alma, mis deseos y mi Voluntad. Os lo entrego todo.
Noche
[LA SAGRADA EUCARISTÍA]
Una conversación instructiva. - Fervores eucarísticos...Que mi corazón sea como vuestra
pequeña hostia que jamás abandonéis».
Antes de la instrucción doctrinal fui a ver nuevamente al P. Hoppenot. Quería consultarle
sobre mis propósitos de los Ejercicios. Además me había hecho ayer tanto bien que deseaba
intensamente verle de nuevo. Pude hablar con él durante mucho tiempo. Esta conversación
ha sido tan útil a mi alma como la anterior. Cuánto agradezco a mi amado Jesús todas las
gracias que tan generosamente me concede.
La instrucción doctrinal de esta noche sobre la Eucaristía estuvo admirable. Jesús mío,
deseo ser tan perfecta que se me pueda permitir la comunión diaria. Habré logrado
entonces, Dios mío, la plenitud de mis deseos. Recibiros todos los días, vivir de una
comunión a otra en vuestra unión, en vuestra intimidad. ¡Oh! Esto sería el paraíso en la
tierra. Jesús mío, conceded me, os suplico, esta gran felicidad. Reconozco que soy débil,
que soy un alma indigna, pero ¿no sois, Señor, el autor de la vida, el vino que engendra
vírgenes? ¿No sois toda mi fortaleza y todo mi apoyo? Venid, pues, venid todos los días a
mi pobre corazón. Que él sea, Amado mío, como vue3tra pequeña hostia que jamás
abandonéis.

Sábado, 27 de enero. - Mañana


[CLAUSURA DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES]
Fervorosa comunión. - Propósitos de los Ejercicios. Temores a la vida de sociedad. - «Sólo
Tú puedes satisfacer los anhelos de mi corazón,..
He asistido a la misa de siete en la devota capillita donde he hecho mis Ejercicios
Espirituales,78 ya que no pude comulgar en la misa de clausura por tener que cantar
durante la comunión. Qué feliz me he sentido después de recibir a Jesús en mi corazón. Qué
plenitud de consuelos me ha otorgado el Señor. No todo puede decirse. Hay cosas que
pierden su perfume cuando se comunican. Se trata de pensamientos tan íntimos que no
pueden expresarse con palabras humanas porque pierden, al momento, su sentido celestial y
profundo.
Me he consagrado totalmente al Señor. Le he entregado todo mi ser. Le he confiado
también el deseo que más amo. Sólo quiero lo que El quiera. Soy su víctima. Que haga de
mí lo que más le agrade. Que me lleve cuando a El le plazca. Estoy dispuesta... y espero.
Cuando pienso que después de estos días tan hermosos de recogimiento, de oración, tendré
que comenzar de nuevo mi vida ordinaria, mi vida de visitas, de reuniones, me entra un
sentimiento de tristeza y de terror que me es imposible expresar. Os ofrezco, Señor, este
sufrimiento. Estoy dispuesta a todo lo que Vos queráis y a seguiros donde mejor os plazca.
¡Oh! No os señalo la hora. Llevadme cuando Vos lo deseéis. Me pongo en tus manos. Es
esto tan dulce, tan sublime!. ..
Este año he vuelto a hacer los mismos propósitos de otras veces: la humildad, la renuncia
de mí misma. En esto consiste todo. Ruego a mi Jesús que me ayude a cumplirlos con toda
fidelidad. Sí, Amado mío, os prometo humillarme y renunciar a mí misma cuantas veces se
me presente la ocasión.
El P. Hoppenot ha pronunciado unas palabras conmovedoras sobre la Eucaristía en la
comunión de la misa de clausura. El alma es semejante a un desierto. En efecto, las
características del desierto son: la soledad y la aridez. ¿No es cierto que mi alma posee
también estas cualidades?
. Venid y comed (Pr. 9, 5). Sí, Jesús mío, iré a Ti que eres mi fortaleza, mi apoyo, mi vida; a
Ti que ilumin1rás mi inteligencia y me inundarás con el agua de tu gracia; a Ti porque
solamente Tú puedes llenar el vacío de mi alma. Que nada busque fuera de Ti porque sólo
Tú puedes satisfacer los anhelos de mi corazón.
Toma y recibe, Oh Maestro, a quien adoro,
los tesoros todos que he recibido de Ti,
y pues mi corazón puede aún desfallecer,
¡oh! -por piedad, mi Dios- posesiónate de mí,
¿No eres Tú sólo mi Señor y mi Rey?
Toma y recibe si todavía algún bien me queda.
tesoro alguno, cualquier frívolo honor,
un solo placer que celestial ya no sea,
yo te lo devuelvo ¿no eres Tú el Señor?
Para Ti mi corazón, mi cuerpo,
mi alma entera para servirte siempre,
sin volver atrás, no;
mas, déjame tu gracia y tu luz verdadera.
¡Oh mi Dios, mi Dios, concédeme tu amor!

Tarde
[LA ORACIÓN]
Visita al Carmelo. - "¡Oh querido y pobrecito locutorio del Carmelo!». - Consagración a
la Virgen. - La oración y sus cualidades. - "¡Santa voluntad de mi Dios, sed siempre mi
voluntad».
He visitado a nuestra querida Madre con motivo de la clausura de mis Ejercicios
Espirituales.79 ¡Cuánto fruto he sacado de esa larga conversación! ¡Oh querido y pobrecito
locutorio del Carmelo, qué momentos más felices paso cuando estoy ahí! Jesús mío, os
ruego que recompenséis a esa buena Madre todo lo que hace por mí. ¡Qué mara-
villosamente sabe comunicaros a mi alma! ¡Cuánto bien ya me ha hecho!
Después de visitar a la Madre María de Jesús, entré en la capilla y, postrada ante el altar de
la Virgen, me consagré nuevamente a esta buena madre. Le he confiado mi inocencia. ¡Oh!
Que Ella me conserve pura, que preserve de la mancha más ligera este corazón que es total-
mente de Jesús.
La instrucción doctrinal de esta tarde versó sobre la oración. Tiene que ser humilde,
confiada, perseverante, ininterrumpida. Sí, continua, pues ofreciendo todos nuestros actos
al Señor, obrando solamente por El y viviendo en íntima unión con El, nuestras acciones,
aun las más humildes, resultan meritorias ante el Señor.
Maestro divino, que mi vida sea una oración continua. Que nada, nada pueda distraerme de
Ti; ni mis ocupaciones, ni mis alegrías, ni mis sufrimientos. Que viva abismada en Ti... Que
obre siempre bajo tu mirada. Señor, toma posesión de todo mi ser.
Dentro de cinco días, María Luisa lo abandonará todo por Ti. 80 Te la entrego,
agradeciéndote entre lágrimas, que nos hayas elegido a las. dos para ser tus esposas.
Quisiera como ella despedirme de mis seres tan queridos y abandonarlo todo por Ti. No ha
llegado aún mi hora. Que se cumpla tu voluntad. ¡Santa voluntad de mi Dios sed siempre
mi voluntad! También en el mundo puedo pertenecerte. Soy tuya. Toma posesión de mí, de
mi voluntad y de todo cuanto soy, que Isabel desaparezca y sólo quede Jesús.

78 No se sabe con certeza de qué capilla se trata. Puede ser la que tenían los Padres Jesuitas en la calle Santa
Ana o la de las Hijas de María donde ellos daban también tandas de Ejercicios Espirituales .
79 Se refiere nuevamente a la Madre María de Jesús, Priora de las Carmelitas de Dijon.
80 Se refiere a Maria Luisa Hallo, la amiga más intima que tuvo Isabel Catez. Durante su niñez asistieron al
mismo tiempo al Catecismo de la parroquia de San Miguel e hicieron la Primera Comunión en el mismo día.
También recibieron juntas el sacramento de la Confirmación el 8 de junio de 1891 en la iglesia de Notre-
Dame de Dijon. Maria Luisa ingresó en la Congregación de enseñanza del Sagrado Corazón el 1 de febrero de
1900 en Conflans. Más tarde tuvo que abandonar el convento por motivos de salud. Entre las familias Hallo y
Catez existió siempre una amistad muy profunda. Isabel llama a la señora Hallo "mi segunda madre".
En Elevaciones Espirituales (una selección de las Obras de Ruysbroeck hecha por Ernesto Hello), libro usado
por Sor Isabel de la Trinidad en el último año de su vida, se halla una estampa que representa una imagen de
la Virgen en una gruta. A pesar de que Isabel no había ingresado aún en las Carmelitas de Dijon, aparece ante
la imagen una Carmelita de rodillas con un rosario en las manos. Hay también una rama de hojas verdes y en
el centro de él una flor blanca. En el anverso se lee: "La flor se aprecia por su perfume. Dios reconoce las
almas en la oración". La estampa lleva esta afectuosa dedicatoria: "A mi querida Isabel. Recuerdo de una
hermana que la ama siempre y que pensará en ella a pesar de las distancias". María Luisa Hallo. 20 de enero
de 1900.

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