No se intentará una teoría de la historia del capitalismo en las páginas que siguen. Muchas hay para que un no especialista como yo pretenda que quede espacio para una más. Me limitaré aquí a delinear algunos de los procesos históricos que hicieron del capitalismo europeo el centro de la economía mundial por cuatro siglos. Si alguna teoría recorre estas páginas está in nuce en algunas ideas-fuerza cuya presentación en el texto me exime de la necesidad de una apretada síntesis aquí. En esta primera parte del libro intentaremos una operación parecida al juego de las sombras chinas. Se tratará de que aparezcan proyectados sobre una pantalla sólo los trazos mayores de los procesos históricos que no se dieron (o se dieron de manera históricamente imprevista respecto al molde original) en los países cuyo desarrollo capitalista comenzó con la incorporación subor- . dinada a la hegemonía europea. Hablando de la formación histórica del capi- talismo europeo, en cierta medida hablaremos, en negativo, de las razones por las cuales el desarrollo capitalista en otras latitudes asumirá características muy distintas. Intentaremos bosquejar algunos rasgos del proceso formativo "por medio del cual los avances técnicos, los cambios en los estilos de vida, la ampliación de los intercambios internacionales, las aventuras viajeras y las guerras termi- narán por soldarse recíprocamente en la configuración de una nueva organi- zación de la sociedad: el capitalismo. Cuando esta nueva y poderosa forma de organización social comienza a extenderse al resto del mUJ:?do,extiende sus adquisiciones y rasgos presentes sin trasmitir, sin embargo, los impulsos que pudieran permitir la reproducción, en otras latitudes, del proceso formativo que la hizo posible. No es aventurado suponer que sea justamente esta dificultad (¿¡mposibili- dad?) de repetir "en propio" las experiencias del periodo formativo del capi- talismo europeo lo que, en gran medida, explica el desarrollo peculiar de las regiones que fueron incorporadas tardíamente al capitalismo. Ocuparnos de las raíces históricas del capitalisn10 es una forma de centrar la atención sobre aquellos factores históricos que explican e1 atraso y el subdesarrollo como resultados de una reproducción fallida o trunca del modelo inicial e ideal. Las claves de lectura son aquí las siguientes: tres dimensiones distintas, pero ligadas entre sí, han intervenido con modalidades específicas en países y tiem- pos distintos preparando el terreno para la consolidación histórica del capita- lismo. Estas tres dimensiones han sido: el desarrollo del comercio, las trans- forn1aciones sociales y productivas de la agricultura, y el Estado como factor global de congruencia entre presiones, retos y necesidades de signos y orígenes distintos. 33 34 EL CAPITALISMO: UNA EMPRESA EUROPEA
A lo largo de los siglos, las transformaciones en cada uno de estos dominios
preparó y condicionó ulteriores cambios en los otros, en un movimiento que sin eliminar las especificidades nacionales, las ordenaba en favor de una lógica global de funcionamiento del nuevo sistema económico. En las oscilaciones entre especificidad nacional y homogeneidad estructural se ha jugado a escala mundial una historia que sigue avanzado y proponiendo retos y acertijos, al- gunos de los cuales surgen de tareas incumplidas en tiempos ya lejanos. Empecemos aislando el primer aspecto: el COInercio.