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“DESBORDANDO” LA CATEGORÍA DE BORDE

REFLEXIONES DESDE LA EXPERIENCIA BOGOTANA

(Laura Milena Ballén-Velásquez)

Reseña

El crecimiento urbano ha generado desafíos para el gobierno de las ciudades, estos procesos
dan lugar a políticas, estrategias y prácticas de ordenamiento territorial enfocadas en dar
estructura y regular la urbanización de los bordes y a un campo de estudio orientado a
comprender porque se desarrollan estos espacios. En ese contexto, el propósito del artículo es
brindar una alternativa en la comprensión acerca de los bordes urbanos cuya redefinición
tiene impacto en la interpretación, gestión de urbanización de los bordes y su relación con el
entorno regional.

La autora analiza el estudio del borde urbano-rural y los conceptos desarrollados alrededor de
este, partiendo del borde como área de confluencia entre lo urbano, lo ambiental y lo rural,
pensando el borde no como límite o transición si no como un espacio social, configurado
desde distintas dimensiones, agentes con intereses en contraposición y procesos que
intervienen, sugiriendo un esquema para su comprensión, tomando como ejemplo la
expansión urbana que constantemente sufre la ciudad de Bogotá, que desde los años 90 está
desarrollando políticas públicas que permitan regular los modos de crecimiento urbano..

Dentro de la metodología empleada por Ballén para la compresión de la expansión urbana


sobre los territorios de periferia de la ciudad de Bogotá, caracterizada por la ocupación
fragmentada derivada de dinámicas de crecimiento no planificado. Parte del análisis de las
distintas iniciativas de ordenamiento territorial que se plantearon entre 1990 y 2013
enfocadas a dar estructura y regular su crecimiento. Además, dar prioridad a la conservación
de áreas naturales debido a su potencial agroecológico y a repensar su relación con el
entorno regional permitiendo consolidar límites definitivos, entre los instrumentos que
expone la autora se destacan, Pactos de Borde este caso se convirtió de las primeras
experiencias de delimitación de territorios de borde en la localidad de chapinero el cual es
concebido como un acuerdo de voluntades entre las comunidades y las instituciones del
distrito orientado a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones residentes. De igual
manera se incluyó el concepto de corredor ecológico de borde definido como una franja de 50
a 100 metros ubicada en suelo rural, contigua y paralela al perímetro urbano orientada a la
provisión de un límite enfocado a la recuperación ambiental y mitigación de impactos
ambientales además de generar un espacio público (Artículo 99 y 100. Decreto 190 de 2004).
También el Protocolo Distrital de Pactos de Borde, que resignificó los bordes como
territorios socioculturales que se diferencian de las franjas de transición, siendo éstas
definidas como áreas que marcan un límite entre lo construido y el entorno natural. En
contraste, se planteó para los territorios norte y suroriental, el Plan de Ordenamiento Zonal
del Norte que considero la urbanización de suelos rurales a partir de altas densidades para
evitar expandir la ciudad y la Operación Estratégica Nuevo Usme la cual configura el
borde tanto para el reasentamiento productivo y la protección de la población campesina,
como para el establecimiento de un límite físico de la ciudad.

Más adelante, Ballén a través de la presentación de diferentes desarrollos de este concepto


abre la mirada a ver los bordes desde una perspectiva multidimensional y multi-escalar que
permite estudiar los elementos de integración y diferenciación territorial a nivel ciudad hasta
el espacio destinado como franja de transición y que permite comprender la producción de
este, además, puede ser una oportunidad para propuestas creativas de gestión de dichas áreas.
con respecto a lo anterior Ballén dice:

“En contraste, si se considera como el espacio de interacción entre diversas


formas de vida y de procesos, que cuenta con sus propias dinámicas y se
desenvuelven múltiples escalas, es posible incluir nuevos factores explicativos a la
comprensión de la producción de la urbanización periférica, por ejemplo, a los
actores involucrados, sus discursos, sus estrategias y sus recursos de poder. Es
decir, permite rescatar el papel de lo simbólico. Al asumir los bordes urbano-
rurales no sólo como un espacio concreto en el que se integran tres realidades:
las ecosistemicas, las del sector rural y de las de la ciudad, sino como un sistema
en sí mismo con sus propios procesos y actores es posible identificar las
conexiones, redes y flujos que intervienen en la estructuración. al igual que su
condición de espacio deconfluencia de varios “desbordes” de situaciones
sociales.” (Ballen 2014)

Considerando los elementos anteriores Ballén ofrece una propuesta analitica que integrar los
aportes sobre la producción social del espacio de Soja (1989, 1996) que desde la propuesta
trialéctica de Lefebvre (1991 ) invita a analizar las formas en las que el espacio es generado,
percibido y utilizado en la cotidianidad. Con las reflexiones sobre el papel de lo no humano
en los procesos de mediación y articulación social, efectuadas por la teoría actor red
esbozada por Latour (2005) y los aportes de Hajer (1995) sobre el papel de lo cognitivo y las
coaliciones de discurso en la producción de políticas públicas.

De esta manera se puede concluir que los bordes urbanos son áreas de confluencia entre lo
urbano, lo ambiental y lo rural, que más allá de ser un límite o zona de transición en la
dimensión física y de las consecuencias que son visibles como el deterioro ambiental y las
condiciones de habitabilidad derivada de los modos de ocupación, son espacios de conllevan
a verse desde múltiples dimensiones que permiten comprender todos los factores que influyen
en este espacio, pues a través del tiempo estos espacios son el reflejo de lo que ocurre a una
escala mayor, donde diversos actores demandan la reivindicación de sus intereses, por lo
cual, deben ser espacios de integración que den lugar a acuerdos enfocados a generar un
espacio cuya capacidad sea proporcional a la necesidad de su entorno y a la cualidad de
mutación dada por el constante cambio de las formas territoriales y de los procesos que en
esta intervienen.

Finalmente la autora nos lleva a entender que a través de identificar qué condiciones inciden
en la producción de estos espacios se logra comprender y proponer acciones de impacto sobre
estos territorios y además de reflexionar no solo acerca de las implicaciones que tiene sobre
sus habitantes y sobre quienes desean intervenir aprovechando sus recursos, pues más allá de
parecer un conjunto aislado tiene repercusiones y se origina desde la escala metropolitana.

JULIANA LEÓN

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