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PROPIEDADES FISICO-QUÍMICAS
INTERCAMBIO CATIÓNICO
Los cristales de arcilla pueden cambiar los cationes adsorbidos en su película
superficial; por ejemplo, una arcilla hidrogena (con cationes H +) puede
transformarse en sódica, si se hace que circule a través de su masa, agua con sales
de sodio en disolución. En realidad lo que ocurre es un intercambio de cationes entre
el agua y las películas adsorbidas por las partículas minerales, algunas veces en
reacción rápida. Los cationes inter cambiables más usuales son: Na+, K +, Ca*+,
Mg++, H + y (N H 4) +. Las caolinitas son menos susceptibles de intercambiar sus
cationes que las montmorilonitas y las ilitas poseen la propiedad en grado
intermedio.
La capacidad de intercambio crece con el grado de acidez de los cristales, es decir
es mayor si el pH del suelo es menor: la actividad catiónica se hace notable, en
general, para valores del pH menor que 7. La capacidad de intercambio también
crece con la velocidad y concentración de la solución que circule por la masa de
suelo.
Las propiedades mecánicas de una arcilla pueden cambiar al variar los cationes
contenidos en sus complejos de adsorción, pues a diferentes cationes ligados
corresponden distintos espesores de la película adsorbida, lo que se refleja sobre
todo en las propiedades de plasticidad y resistencia del suelo. Por esta razón el
intercambio catiónico forzado se ha usado y se usa para tratar suelos con fines de
mejorar su comportamiento mecánico. En general, los cationes pueden disponerse
según su efecto benéfico decreciente en la resistencia de las arcillas de acuerdo con
la lista:(N H 4) +, H+, K +, Fe+++, Al+++, Mg++, Ba~, Ca++, Na+, Li+.
RELACIONES ENTRE LAS FASES SÓLIDA Y LIQUIDA EN UNA ARCILLA
Durante mucho tiempo se creyó que los minerales de las arcillas eran de naturaleza
amorfa, pero todas las investigaciones de detalle realizadas hasta ahora han
demostrado, por el contrario, que son cristalinos y al tan ente estructurados, tal como
fue descrito someramente en la sección 1-6. Como se ha indicado en diversos
puntos del cuerpo principal de este libro, las relaciones entre los cristales que
componen las arcillas y el agua que los rodea han adquirido última ente una
importancia cada vez más significativa, de la que se hace un uso reciente para
explicar los comportamientos macro físicos de las arcillas en las obras ingenieriles.
Hoy ya nadie discute una idea que una vez expuesta se antoja llena de sensatez: el
comportamiento macro físico, a gran escala, de las arcillas, de interés ingenieril, no
es más que un reflejo de la estimulación de toda una serie de fenómenos
microfísicas, que ocurren en lo más íntimo de los suelos finos. Así, el estudio de
estas relaciones a pequeña escala, por así decirlo, cobra cada vez mayor interés.
Antes de exponer algunas ideas sobre las relaciones agua-cristal, parece
conveniente mencionar algo sobre el tipo de nexos que existen entre los átomos que
constituyen a los últimos, pues ello ayudará a la comprensión de fenómenos de
importancia cuya descripción ocupa páginas posteriores de este anexo.
Es costumbre en la literatura distinguir entre las ligas o nexos que unen a los átomos
y las que unen a las moléculas. Los primeros se d e n o m in a n primario s y suelen
ser de alta energía; los segundos, llamados secundarios, en general, hacen uso de
niveles de energía mucho más bajos.
Nexos primarios:
Los nexos primario s q u e ocurren entre los átomos de un cristal de arcilla son
principalmente los siguientes:
Nexos iónicos
Se establecen entre dos átomos que tengan incompleto el número de los electrones
en sus bandas más exteriores. Así, un átomo pierde los electrones de su banda
extrema, que pasan a ocupar los lugares de los electrones faltantes en la banda
extrema del otro. El ejemplo clásico que ilustra este mecanismo es el Cloruro de
Sodio; el sodio, con u n solo electrón en su última órbita, lo cede al cloro, que tiene
únicamente siete electrones en su órbita extrema, completando el número ocho, lo
que transforma al cloruro de sodio en una molécula estable. Los átomos que pierden
o ganan uno o más electrones por este tipo de mecanismos se denominan iones y
poseen carga eléctrica desbalanceada, positiva o negativa según que hayan perdido
(catión) o ganado (anión) electrones. El nexo iónico es precisamente debido a las
fuerzas eléctricas originadas entre esas cargas desbalanceadas.
Nexos covalentes
Ocurren entre dos átomos a cada uno de los cuales les falta uno o más electrones
en sus bandas extremas; en estos casos dichos átomos pueden combinarse para
compartir un paro más de electrones de manera que un átomo suple con algunos de
sus electrones la deficiencia del vecino, en tanto que éste completa al primero
compartiendo con él algunos de sus propios electrones. Como ejemplos de este
nexo pueden citarse la molécula del oxígeno (O2) y la del agua (H2O) . En el primer
caso, dos átomos de oxígeno, deficientes en dos electrones cada uno, comparten
dos pares de electrones para formar la molécula estable; en el caso del agua, un
átomo de oxígeno al que faltan dos electrones, se junta con dos átomos de
hidrógeno, a los que falta un electrón en su órbita, en tal forma que el átomo de
oxígeno comparte finalmente un par de electrones con cada átomo de hidrógeno.
El nexo a través de un núcleo de hidrógeno
En ocasiones un átomo de hidrógeno se puede combinar con un átomo de oxígeno,
de flúor o de nitrógeno principalmente, cediendo su único electrón al átomo más
pesado. De esta manera, el núcleo del átomo de hidrógeno, con su carga positiva,
puede ejercer fuerzas de cierta consideración sobre átomos, iones o moléculas
vecinos. Esta liga así establecida a través del núcleo de hidrógeno resulta mucho
más débil que la iónica o que la covalente, estudiada más atrás y cuando se
establece entre dos láminas de las que constituyen un cristal de arcilla, producen
nexos de unión relativamente débil y no muy estable.
NEXOS SECUNDARIOS