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GENERALIDADES

En los granos gruesos de los suelos, las fuerzas de gravitación predominan


fuertemente sobre cualesquiera otras fuerzas; por ello, todas las partículas gruesas
tienen un comportamiento similar. El comportamiento mecánico e hidráulico de tales
suelos está definido por características circunstanciales, tales como la compacidad
del depósito y la orientación de sus partículas individuales.
En los suelos de grano muy fino, sin embargo, fuerzas de otros tipos ejercen acción
importantísima; ello es debido a que en estos granos, la relación de área a volumen
alcanza valores de consideración y fuerzas electromagnéticas desarrolladas en la
superficie de los compuestos minerales cobran significación. En general, se estima
que esta actividad en la superficie de la partícula individual es fundamental para
tamaños menores que dos mieras (0.002 m m).
U na de las teorías más comunes hasta ahora desarrolladas para explicar la
estructura interna de las arcillas es la que se presenta a continuación. La superficie
de cada partícula de suelo posee carga eléctrica negativa, según se desprende de la
estructura iónica arriba descrita (Sección1-6). La intensidad de la carga depende de
la estructuración y composición de la arcilla. Así la partícula atrae a los iones
positivos del agua (H +) y a cationes de diferentes elementos químicos, tales como
Na+, K +, Ca++, M g,+, Al+++, Fe*++, etc. Lo anterior conduce, en primer lugar, al
hecho de que cada partícula individual de arcilla se ve rodeada de una capa de
moléculas de agua orientadas en forma definida y ligadas a su estructura (agua
adsorbida).
Las moléculas de agua son polarizadas, es decir, en ellas no coinciden los centros
de gravedad de sus cargas negativas y positivas, sino que funcionan como
pequeños dipolos permanentes; al ligarse a la partícula por su carga (+), el polo de
carga (-) queda en posibilidad de actuar como origen de atracción para otros
cationes positivos. Los propios cationes atraen moléculas de agua gracias a la
naturaleza polarizada de éstas, de modo que cada catión está en posibilidad de
poseer un volumen de agua en torno a él. El agua adsorbida por cada catión aun en
té con la carga eléctrica de éste y con su radio iónico. Por lo anterior, cuando las
partículas del suelo atraen a los cationes, se ve reforzada la película de agua ligada
a la partícula. El espesor de la película de agua adsorbida por el cristal de suelo es
así función, no sólo de la naturaleza del mismo, sino también del tipo de los cationes
atraídos.
La magnitud de las presiones de adsorción existentes en la película de agua que
rodea a un cristal de arcilla, fue reportada por Winter Korn y Baver, quienes dan un
valor de 20,000 K g/cm 2. Bridgm an3 estudió la variación del punto de congelación
del agua, cuando ésta está sujeta a grandes presiones, encontrando que dicho
punto corresponde a temperaturas cada vez mayores respecto al valor normal de 0°
C, a medida que la presión se incrementa a partir de 6,000 K g/cm 2; en particular,
señaló que a 10,000 K g/cm2 la congelación del agua ocurre a + 30° C.
De lo anterior puede deducirse que a las temperaturas a que se encuentra
normalmente en la masa de suelo, la película de agua adsorbida por los cristales de
arcilla, tendrá las propiedades similares a las del hielo sólido (capa sólida). Más
alejadas del cristal, otras moléculas de agua se encuentran sometidas a presiones
gradualmente menores; esta agua tiene propiedades intermedias entre el hielo y el
agua en estado líquido normal, pudiendo decirse que su comportamiento es el de un
fluido de alta viscosidad (capa viscosa). Las moléculas de agua no sujetas al cris tal
por fuerzas de superficie mantienen sus características usuales (agua libre o
gravitacional).
Terzaghi y Pcck4 estiman que la capa sólida y viscosa puede tener un espesor de
0.005 mieras, si bien indican que el agua no presenta sus propiedades normales por
completo hasta un alejamiento de 0.1 miera aproximadamente, a partir de la
superficie del cristal.

PROPIEDADES FISICO-QUÍMICAS

INTERCAMBIO CATIÓNICO
Los cristales de arcilla pueden cambiar los cationes adsorbidos en su película
superficial; por ejemplo, una arcilla hidrogena (con cationes H +) puede
transformarse en sódica, si se hace que circule a través de su masa, agua con sales
de sodio en disolución. En realidad lo que ocurre es un intercambio de cationes entre
el agua y las películas adsorbidas por las partículas minerales, algunas veces en
reacción rápida. Los cationes inter cambiables más usuales son: Na+, K +, Ca*+,
Mg++, H + y (N H 4) +. Las caolinitas son menos susceptibles de intercambiar sus
cationes que las montmorilonitas y las ilitas poseen la propiedad en grado
intermedio.
La capacidad de intercambio crece con el grado de acidez de los cristales, es decir
es mayor si el pH del suelo es menor: la actividad catiónica se hace notable, en
general, para valores del pH menor que 7. La capacidad de intercambio también
crece con la velocidad y concentración de la solución que circule por la masa de
suelo.
Las propiedades mecánicas de una arcilla pueden cambiar al variar los cationes
contenidos en sus complejos de adsorción, pues a diferentes cationes ligados
corresponden distintos espesores de la película adsorbida, lo que se refleja sobre
todo en las propiedades de plasticidad y resistencia del suelo. Por esta razón el
intercambio catiónico forzado se ha usado y se usa para tratar suelos con fines de
mejorar su comportamiento mecánico. En general, los cationes pueden disponerse
según su efecto benéfico decreciente en la resistencia de las arcillas de acuerdo con
la lista:(N H 4) +, H+, K +, Fe+++, Al+++, Mg++, Ba~, Ca++, Na+, Li+.
RELACIONES ENTRE LAS FASES SÓLIDA Y LIQUIDA EN UNA ARCILLA
Durante mucho tiempo se creyó que los minerales de las arcillas eran de naturaleza
amorfa, pero todas las investigaciones de detalle realizadas hasta ahora han
demostrado, por el contrario, que son cristalinos y al tan ente estructurados, tal como
fue descrito someramente en la sección 1-6. Como se ha indicado en diversos
puntos del cuerpo principal de este libro, las relaciones entre los cristales que
componen las arcillas y el agua que los rodea han adquirido última ente una
importancia cada vez más significativa, de la que se hace un uso reciente para
explicar los comportamientos macro físicos de las arcillas en las obras ingenieriles.
Hoy ya nadie discute una idea que una vez expuesta se antoja llena de sensatez: el
comportamiento macro físico, a gran escala, de las arcillas, de interés ingenieril, no
es más que un reflejo de la estimulación de toda una serie de fenómenos
microfísicas, que ocurren en lo más íntimo de los suelos finos. Así, el estudio de
estas relaciones a pequeña escala, por así decirlo, cobra cada vez mayor interés.
Antes de exponer algunas ideas sobre las relaciones agua-cristal, parece
conveniente mencionar algo sobre el tipo de nexos que existen entre los átomos que
constituyen a los últimos, pues ello ayudará a la comprensión de fenómenos de
importancia cuya descripción ocupa páginas posteriores de este anexo.
Es costumbre en la literatura distinguir entre las ligas o nexos que unen a los átomos
y las que unen a las moléculas. Los primeros se d e n o m in a n primario s y suelen
ser de alta energía; los segundos, llamados secundarios, en general, hacen uso de
niveles de energía mucho más bajos.
 Nexos primarios:
Los nexos primario s q u e ocurren entre los átomos de un cristal de arcilla son
principalmente los siguientes:
 Nexos iónicos
Se establecen entre dos átomos que tengan incompleto el número de los electrones
en sus bandas más exteriores. Así, un átomo pierde los electrones de su banda
extrema, que pasan a ocupar los lugares de los electrones faltantes en la banda
extrema del otro. El ejemplo clásico que ilustra este mecanismo es el Cloruro de
Sodio; el sodio, con u n solo electrón en su última órbita, lo cede al cloro, que tiene
únicamente siete electrones en su órbita extrema, completando el número ocho, lo
que transforma al cloruro de sodio en una molécula estable. Los átomos que pierden
o ganan uno o más electrones por este tipo de mecanismos se denominan iones y
poseen carga eléctrica desbalanceada, positiva o negativa según que hayan perdido
(catión) o ganado (anión) electrones. El nexo iónico es precisamente debido a las
fuerzas eléctricas originadas entre esas cargas desbalanceadas.

 Nexos covalentes
Ocurren entre dos átomos a cada uno de los cuales les falta uno o más electrones
en sus bandas extremas; en estos casos dichos átomos pueden combinarse para
compartir un paro más de electrones de manera que un átomo suple con algunos de
sus electrones la deficiencia del vecino, en tanto que éste completa al primero
compartiendo con él algunos de sus propios electrones. Como ejemplos de este
nexo pueden citarse la molécula del oxígeno (O2) y la del agua (H2O) . En el primer
caso, dos átomos de oxígeno, deficientes en dos electrones cada uno, comparten
dos pares de electrones para formar la molécula estable; en el caso del agua, un
átomo de oxígeno al que faltan dos electrones, se junta con dos átomos de
hidrógeno, a los que falta un electrón en su órbita, en tal forma que el átomo de
oxígeno comparte finalmente un par de electrones con cada átomo de hidrógeno.
 El nexo a través de un núcleo de hidrógeno
En ocasiones un átomo de hidrógeno se puede combinar con un átomo de oxígeno,
de flúor o de nitrógeno principalmente, cediendo su único electrón al átomo más
pesado. De esta manera, el núcleo del átomo de hidrógeno, con su carga positiva,
puede ejercer fuerzas de cierta consideración sobre átomos, iones o moléculas
vecinos. Esta liga así establecida a través del núcleo de hidrógeno resulta mucho
más débil que la iónica o que la covalente, estudiada más atrás y cuando se
establece entre dos láminas de las que constituyen un cristal de arcilla, producen
nexos de unión relativamente débil y no muy estable.
 NEXOS SECUNDARIOS

Como se ha indicado, se conocen por este nombre aquellos nexos que se


establecen entre las moléculas y a ellos corresponden niveles de energía
relativamente bajos en comparación con los que ocurren entre los átomos.
De los nexos que ahora se trata el más importante es el que resulta ele la existencia
de las llamadas fuerzas de Van der Waals. Estas fuerzas son hasta cierto punto una
consecuencia de la naturaleza polar de las moléculas d ^ p u c h a s substancias,
entre ellas las del agua; en estas moléculas, los centros de carga positiva y nega tiva
110 coinciden, de manera que la molécula en conjunto funciona ionio un pequeño
dipolo permanente. Cuando dos moléculas están próximas el campo de cada una
orienta a la otra de manera que el centro de carga positiva de una queda próximo al
contrario de la otra, ejerciéndose entre ambas moléculas una fuerza neta de
atracción. Fuerzas de Van der Waals pueden ejercerse entre las moléculas «pie
forman dos láminas de un cristal de arcilla, dando lugar a un, nexo especial entre
ellas que depende del medio que pueda existir entre las láminas. Finalmente entre
los cristales de suelo y el agua o entre cualquiera de estos dos iones libres que
pueda haber en disolución en el agua del suelo, se distingue otro tipo de nexo
molecular, llamado eléctrico, según el cual, las partes planas del cristal cargadas
negativamente pueden captar iones positivos e incorporarlos así a su atmósfera de
adsorción, o moléculas de agua polarizadas, que constituyen el elemento básico de
dicha atmósfera de adsorción; también pueden establecerse atracciones entre
moléculas de agua adsorbidas por el cristal e iones positivos en disolución. Se ve
entonces que, según estas concepciones, la atmósfera de adsorción de un cristal
mineral de suelo depende de la naturaleza y abundancia de iones en disolución en la
propia agua que impregna el suelo. Los nexos secundarios aquí reseñados pueden,
en conclusión, establecerse entre cualesquiera tipos de moléculas, sean
pertenecientes al propio cristal de suelo, unas al cristal y otras al agua que lo rodea,
ambas al agua o bien que ocurran entre esas moléculas y los iones en solución.
RELACIONES ENTRE LAS PARTÍCULAS CRISTALINAS DE ARCILLA Y EL AGUA
En esta sección se tratarán someramente algunas ideas modernas que explican las
relaciones q u e existen entre los cristales de arcilla que forman la estructura sólida
del suelo y el agua que las rodea. Estas relaciones de carácter químico-eléctrico
están hoy muy lejos de ser comprendidas totalmente y es mucho lo que falta por
dilucidar en torno a éllas al grado de q u e es posible ver interpretaciones diferentes
y a ún contradictorias de los pocos hechos experimentales disponibles en el
relativamente escaso número de investigadores en estos campos. El esquema que a
continuación se presenta peca de simplista y n o trata de dar una visión científica
completa de las concepciones actuales, sino únicamente de comunicar en forma
didáctica algunas inquietudes al lector, en torno a un campo que no por complicado,
deja de ser considerado en el momento presente como el trasfondo fundamental
sobre el cual es necesario ver todos los fenómenos del comportamiento mecánico
de los suelos, si se desea tener conocimiento científico serio de ellos.
Cuando una partícula cristalina de arcilla queda rodeada de agua, los átomos de
oxígeno del cristal quedan en las superficies de éstos, como consecuencia de su
constitución interna, a la que ya se ha hecho referencia en el cuerpo de este
capítulo. Si el cristal se considerase como un en te ideal sería eléctricamente neutro,
con todas sus cargas eléctricas positivas y negativas balanceadas. Aunque la
realidad es otra y en los vértices y aristas de los cristales se rompe de hecho la
continuidad de la estructura, por lo q u e verdaderamente se tiene, p o r lo menos en
estas zonas, cargas desbalanceadas, es una hipótesis razonable y muy simplificaría
en un análisis elemental el considerar q u e el cristal en conjunto es neutro. Las
cargas negativas de los átomos de oxígeno en consecuencia, crean en la superficie
del cristal real, un campo eléctrico hacia el exterior, con lo cual las moléculas del
agua vecina se ionizan, de manera que los iones de hidrógeno positivos resultan
captados por el cristal, así como también lo hacen los cationes q u e pudiera haber
en disolución en el agua.
La atracción eléctrica del cristal disminuye rápidamente con la distancia, de manera
que la concentración de cationes en la atmósfera el cristal disminuye también.
Puesto que el agua que rodea al cristal es, por lo menos en principio, eléctricamente
neutra, la concentración de iones positivos cerca del cristal debe estar balanceada
por un número igual de iones negativos moviéndose libremente en el fluido.
a) Solución diluida b) solución concentrada

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