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EVALUACIÓN ECONÓMICA DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN Y

DESARROLLO AGRÍCOLA

Álvaro Guerra*

INTRODUCCIÓN

Este documento es una introducción a la evaluación económica de proyectos de


investigación y desarrollo agrícola (I&D). Tiene como objetivo dar a conocer, de una manera
general, la importancia de la evaluación económica de las actividades de I&D y los distintos
enfoques metodológicos desarrollados para tales fines, analizando su utilidad, ventajas y
desventajas. El mismo provee una visión resumida e integral del proceso de evaluación
económica de proyectos de investigación y desarrollo agrícola, basada en la experiencia de
los centros internacionales de investigación agrícola y organismos multilaterales de
cooperación financiera, así como la experiencia en su implantación por Fundación para la
Investigación Agrícola Danac.

El documento está organizado de la siguiente manera: primero, se plantea la complejidad


creciente de las decisiones de inversión en investigación y desarrollo agrícola, mostrando
una posible relación entre asignación de recursos y beneficios de investigación; después, se
conceptualiza la evaluación económica y sus diferencias con la evaluación financiera y social
de proyectos; se continúa con el origen de la evaluación económica en el marco de la
investigación agrícola, los tipos de evaluación económica y una revisión de los enfoques más
utilizados; y finalmente se referencia el desarrollo y uso de software especializados en la
evaluación de proyectos.

LA INVERSIÓN EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO AGRÍCOLA

La innovación tecnológica, resultante de la aplicación de la investigación científica,


constituye el núcleo del crecimiento y el desarrollo económico de un país. Ésta es necesaria
para que los productores puedan dar respuestas a las circunstancias cambiantes del
entorno, permitiendo incrementar la productividad y los ingresos reales de manera
sostenible y, de esa forma, hacer disponible para la sociedad, mayores cantidades de bienes
a menores precios, lo cual es particularmente importante para los grupos de la población de
menores ingresos. Cuando se trata de alimentos esto es muy relevante dado que, los grupos
mas pobres de la población gastan una proporción muy alta de su ingreso en estos
productos (Rivas et al., 1998).

El esfuerzo de generación de tecnologías agrícolas demanda una alta proporción de recursos


financieros, los cuales tienen un alto costo de oportunidad, especialmente en los países en
desarrollo, donde resultan ser muy escasos y competidos, dadas las numerosas y crecientes
necesidades de la sociedad en materia de educación, salud, seguridad, infraestructura vial,
etc. (Rivas et al., 1998).

La innovación tecnológica agrícola puede ser enfocada hacia la solución de aspectos de


interés particular, pero la investigación agrícola, en general, puede contribuir al logro de
objetivos mucho más amplios como: el mejoramiento del nivel de vida de la sociedad; el
aumento de la seguridad alimentaria y la estabilidad económica; la reducción de la pobreza,
generando empleos y reduciendo los precios de productos alimenticios; y la conservación de
los recursos naturales (suelo, agua y biodiversidad). La investigación agrícola contribuye al
alcance de estos objetivos a través de la generación de distintos tipos de productos, tales
como tecnologías incorporadas (semillas mejoradas, maquinarias, agroquímicos) y
desincorporadas (prácticas de manejo), herramientas de gestión, información y recursos
humanos capacitados. Estos productos pueden afectar, en primer término, a las propias
instituciones de I&D, a través del entrenamiento de su recurso humano y de las asociaciones
estratégicas y, luego a los clientes de la investigación, a través de la información y la
tecnología generada, lo que en última instancia impacta los indicadores de las metas
establecidas por los programas o proyectos de I&D.

Desde la perspectiva de la administración de proyectos, todo esto sugiere la realización de


un conjunto de inversiones y de acciones coordinadas con el fin de lograr unos objetivos
específicos ligados a la satisfacción de necesidades o a la solución de problemas de orden
colectivos o particular, previamente diagnosticados y priorizados, en una dimensión espacio-
temporal determinada. En la Figura 1, se muestra que estas inversiones (asignación de
recursos), ya sean de origen público o privado, y las acciones (actividades de I&D),
conducen a la generación de resultados o productos (tecnologías y conocimientos) que
pueden desencadenar en muchos efectos1, cuya adopción genera finalmente el impacto, el
cual se define como el resultado de los efectos del proceso de I&D (Horton et al., 1994;
Castro y Wood, 1998).

FIGURA 1. Relación entre asignación de recursos y beneficios de investigación.


Tomado de Castro y Wood (1998)

Así, muchas de las investigaciones orientadas a la generación de tecnologías incorporadas


son conducidas por organismos privados, principalmente porque su adopción genera
beneficios apropiables que permiten recuperar los costos de inversión. Por consiguiente, la
investigación en semilla híbrida, maquinaria y productos químicos por lo general está en
manos del sector privado. Mientras que la mayor parte las investigaciones que resultan en
tecnologías desincorporadas como nuevas variedades de libre polinización, técnicas
agronómicas y política económica son típicamente conducidas por el sector público, dado
que éstas tecnologías tienen carácter de "bienes públicos", es decir, que una vez producidos
están disponibles para todos, sin tener que pagar por su uso.
1
El “efecto” puede ser todo aquel comportamiento o acontecimiento del que puede decirse “razonablemente” que ha
sido influido por algún aspecto de la investigación.
De este modo, los sistemas nacionales de ciencia y tecnología comprenden a las empresas
privadas, que realizan investigaciones orientadas a la generación de productos comerciales,
pero también a las universidades, cuya investigación está relacionada con la enseñanza. La
investigación asociada a “commodities” o rubros de exportación, por lo general, es dirigida y
financiada por asociaciones de productores o empresas de comercialización, ya que los
beneficios de la investigación en dichos rubros son capturados principalmente por estos
clientes. Pero la mayor parte de la investigación en alimentos básicos es financiada y dirigida
por los gobiernos, porque sus beneficios son distribuidos ampliamente entre todos los
productores y consumidores. Sin embargo, como los beneficios de este tipo de investigación
no son evidentes, es posible que ésta no reciba los niveles apropiados de financiamiento, a
no ser que los beneficios sean identificados y evaluados cuidadosamente.

En consecuencia, la productividad del sector agrícola depende de las inversiones de I&D


realizadas tanto por el sector público (institutos nacionales de investigación agrícola,
divisiones de los ministerios de agricultura y ciencia y tecnología, universidades y centros
internacionales y regionales de investigación) como por el sector privado comercial (fincas,
empresas de insumos y procesadoras) y no comercial (fundaciones, universidades y
organizaciones no gubernamentales), lo que determina la existencia de una tipología de
organizaciones que conducen o financian I&D agrícola (o ambas) según su propiedad,
orientación comercial y fuente de recursos financieros (Falconi y Elliot, 1994).

En muchos de estos casos, la I&D representa una de las tantas alternativas en el portafolio
de inversiones de las organizaciones, las cuales necesitan convincentes y claras evidencias
de los beneficios (públicos y privados) que son generados a través de tales inversiones, ya
que todas ellas tienen que justificar los gastos de inversión. Por esta razón, muchos
gobiernos, donantes y organismos de cooperación financiera están sometiendo a revisión
sus inversiones en I&D agrícola. Actualmente, los centros internacionales de investigación
agrícola del Grupo Consultivo en Investigación Agrícola Internacional, el Banco Mundial, el
Banco Interamericano de Desarrollo, Fontagro, Fundación internacional de Ciencia, GTZ,
entre muchos otros, exigen la evaluación económica de sus proyectos. Además, en muchos
países los contribuyentes y los funcionarios del gobierno exigen una prueba evidente de sus
beneficios. Satisfacer esta solicitud requiere de mecanismos de seguimiento y evaluación
efectivos que permitan demostrar esos beneficios a los formuladores de políticas, donantes,
organizaciones agrícolas y otros grupos interesados en la I&D agrícola y en la utilidad de sus
resultados (Horton et al. 1994).

Las decisiones de inversión de I&D tienen lugar en varios niveles, desde el nivel estratégico
de inversión en programas nacionales hasta el nivel operativo de inversión en varias
opciones técnicas en el nivel de proyectos. Al más alto nivel, en el contexto actual, las
decisiones estratégicas se han hecho más complejas por la dinámica global y regional, de
naturaleza política y económica. Los cambios del entorno, determinados por las tendencias
en la globalización económica, la liberalización de mercados, creación de bloques
económicos y de redefinición del papel del Estado, hacen necesario, en la actualidad, tener
que contar con estrategias bien definidas para incrementar la competitividad de la
agricultura, lo cual depende, en alto grado, de la innovación tecnológica y de adecuadas
inversiones en investigación agropecuaria.

Estos cambios son significativos desde un punto de vista de la investigación agropecuaria,


conforme se reducen los fondos para I&D, las instituciones públicas buscan nuevos
mecanismos de financiamiento, frecuentemente con mayor participación de los productores
y del sector privado. Estos cambios en la estructura del financiamiento de la investigación
tienen implicaciones relevantes al momento de establecer objetivos e identificar prioridades.
De manera similar, la reducción gradual y eliminación de los subsidios al productor y al
consumidor tiene un impacto relevante sobre la rentabilidad de las tecnologías actuales y
futuras (Castro y Wood, 1998).

A pesar de que se destinan menos fondos (en términos reales) para I&D agrícola, las
demandas sobre el uso de fondos están creciendo. Las instituciones de I&D agrícola, tanto
las públicas como las privadas, se enfrentan a constantes presiones para reestructurarse y
brindar respuesta a objetivos adicionales, que van más allá del incremento de la
productividad, tales como contribuir, mediante investigación, con la equidad social y el uso
sostenible de recursos naturales, haciendo que las decisiones estratégicas de invertir y
asignar recursos de I&D para obtener el máximo beneficio posible se torne una tarea difícil.
Por consiguiente, resulta oportuno contar con enfoques metodológicos de evaluación
económica que permitan medir el impacto real y potencial de la I&D en la economía, en los
mercados y en varios tipos de consumidores y productores.

Contar con opciones de I&D evaluadas de antemano (ex-ante) es un valioso instrumento


para apoyar la toma de decisiones de inversión. Asimismo, los resultados de la evaluaciones
retrospectivas (ex–post), además de proporcionar elementos que ayuden a justificar la
continuidad de inversiones en investigación, también ayudan a demostrar la responsabilidad
social de las instituciones de I&D.

EVALUACIÓN ECONÓMICA, FINANCIERA Y SOCIAL DE PROYECTOS

Para comprender mejor la justificación de la evaluación económica, es necesario remitirse a


la propia definición de “Economía“, como la ciencia que estudia la forma en que los agentes
o las instituciones pueden optimizar la asignación de sus recursos con el fin de satisfacer sus
necesidades crecientes. Como tal, la economía no se limita a un simple análisis de ganancias
financieras, sino que incorpora todos los elementos necesarios que conducen a la
satisfacción de dichas necesidades, es decir, su contribución al bienestar social. Así, se
puede entender la evaluación económica (análisis costo - beneficio) como el conjunto de
herramientas que tiene el evaluador para analizar los proyectos, programas o políticas, con
el propósito de asignar los recursos de tal forma que sea la más benéfica posible para un
grupo o población objetivo.

En tal sentido, es importante diferenciar la evaluación económica de la evaluación financiera


y social. Hay quienes dicen que los proyectos de inversión son de carácter privado, o que la
evaluación financiera es aplicable sólo a proyectos de carácter privado, o que los proyectos
sociales no necesariamente deben ser rentables, o que los beneficios financieros son iguales
a los beneficios económicos. A pesar de que estas afirmaciones pueden llegar a ser ciertas
en circunstancias muy específicas, su generalización es errónea.

En principio se debe resaltar que todas las decisiones de consumo y producción de bienes y
servicios implican la inversión de recursos (dinero, tiempo, humano, entre otros.), de modo
que, desde esta perspectiva, todos los proyectos son de inversión. Lo que es importante
tener claro, antes de realizar la evaluación, es sí la inversión se hace con fines de generar
beneficios privados o sociales. Entonces, la máxima rentabilidad financiera, económica o
social son los criterios que se deben considerar, según sea el caso, para tomar decisiones
pertinentes. Inclusive, un mismo proyecto puede ser objeto de todas estas evaluaciones,
dependiendo del punto de vista de los agentes involucrados en el mismo (Castro y Mokate,
1998 y Mokate, 1998).
De esta manera, es posible distinguir tres tipos de evaluaciones, según los puntos de vista y
los criterios utilizados por los evaluadores al momento de realizar un análisis determinado,
considerando siempre los objetivos que pretenden alcanzar los agentes involucrados en la
ejecución del programa o proyecto en cuestión:

Evaluación Financiera: Se enfoca desde el punto de vista del inversionista privado o del
accionista de un proyecto que persigue retribuir su inversión con las máximas ganancias
individuales. En este caso, la evaluación está dirigida a identificar los ingresos y los egresos
atribuibles, única y exclusivamente, a la realización de tal proyecto y, por ende, su
rentabilidad. Este tipo de evaluación juzga el proyecto desde la perspectiva del objetivo de
generar rentabilidad financiera, a través del flujo de fondos generado por el mismo durante
su vida útil. En este caso, los flujos de fondos se trabajan con los precios vigentes en el
mercado de insumos y de productos, y, dependiendo del objetivo del análisis, pueden
ajustarse para eliminar los efectos de la inflación sobre los mismos. Típicamente, se utilizan
como criterios de decisión el valor presente neto de los beneficios (VPN), la tasa interna de
retorno (TIR) y la relación beneficio–costo (RBC). Sin embargo, la evaluación financiera
puede variar según la entidad interesada. Se puede realizar la evaluación de un solo
proyecto, o alternativa, desde el punto de vista de los beneficiarios directos, de la entidad o
entidades ejecutoras o financieras, del gobierno y de la economía en su conjunto. En
cualquier caso, el ejercicio consiste en comparar los costos de participación en el proyecto
con los beneficios derivados del mismo, arrojando información sobre la conveniencia de
participar o no en éste.

Evaluación Económica: Se plantea siempre desde la perspectiva de la sociedad o nación


como un todo e indaga sobre el aporte neto que hace un determinado
proyecto o actividad al bienestar socioeconómico colectivo, sin tener en
cuenta para ello cuáles pudieran ser los efectos sobre la distribución del
ingreso o riqueza. Por definición este tipo de evaluación juzga el proyecto,
según su aporte al objetivo de contribuir con el bienestar de la sociedad. Por
consiguiente, no analiza un flujo de fondos financieros, sino un flujo de
recursos reales generados por el proyecto, esto es, la cuantificación de la
contribución neta (beneficios económicos menos costos económicos) del
proyecto a la producción de recursos que aporten bienestar o utilidad. Bajo
esta concepción, en los flujos de fondos se considera el flujo de recursos
reales valorados a precio sobra o precio cuenta (que elimina el efecto de las
distorsiones sobre los precios de mercado), reflejando el “verdadero” valor
asociado con el aporte de un bien o servicio al bienestar de la sociedad.
Convencionalmente, se utilizan los mismos indicadores de la evaluación
financiera para la toma de decisiones, pero valorados en términos
económicos, es decir el valor presente neto económico (VPNE) y la tasa
interna de retorno económica (TIRE) y la relación beneficio – costo
económica (RBCE).

Evaluación Social: Al igual que la económica, busca analizar el aporte neto del proyecto al
bienestar socioeconómico, pero en este caso, se le asigna una prima a los impactos del
proyecto que modifican la distribución de ingresos y riquezas, en otras palabras, este tipo de
evaluación analiza el aporte del proyecto al objetivo amplio de aumentar el bienestar social y
de mejorar la equidad distributiva de los recursos, por lo que se puede decir que la
evaluación social es una extensión de la evaluación económica.

En la Tabla 1 se resumen las diferencias fundamentales entre los distintos tipos de


evaluación según el elemento de evaluación utilizado. Cabe destacar que, en cualquier caso,
el producto principal de la evaluación es la INFORMACIÓN, y la responsabilidad de los
preparadores y evaluadores es la de optimizar el diseño del proyecto acorde con los distintos
puntos de vista involucrados, y luego proveer la mejor información posible a quienes tienen
que tomar las decisiones relevantes sobre su ejecución o sobre la asignación de recursos. La
evaluación siempre debe estar dirigida a suministrar información confiable, oportuna y tan
completa como sea posible.

TABLA 1. Diferencias entre evaluación económica, financiera y social de proyectos

ELEMENTO DE TIPO DE EVALUACIÓN


EVALUACIÓN FINANCIERA ECONÓMICA SOCIAL
Varios posibles,
incluyendo:
PUNTO DE VISTA inversionistas, Colectividad nacional Colectividad nacional
gobierno, beneficiarios,
etc.
Maximizar el aporte Maximizar el aporte neto
Maximizar rendimiento neto de los proyectos de los proyectos al
OBJETIVO DE
financiero de las al bienestar bienestar económico de la
EVALUACIÓN
inversiones económico de la sociedad, contemplando
sociedad objetivos redistributivos
Beneficio neto
Indicadores de
económico: valor
rendimiento financiero:
CRITERIOS DE TOMA presente neto Beneficio neto social:
valor presente neto,
DE DECISIÓN económico y tasa Valor presente neto social
tasa interna de retorno
interna de retorno
financiera, etc.
económica.
Precios de cuenta, Precios sociales, precios
PRECIOS Precios de mercado sombra o de ponderados por valores
eficiencia. distributivos
Impactos reales, directos e
Ingresos y egresos del
Impactos reales, indirectos, diferenciando
agente, desde cuyo
directos e indirectos. entre afectados,
punto de vista se
No diferencia quienes ponderando con valores
BENEFICIOS Y COSTOS evalúa, atribuibles al
son los afectados. que varían según el nivel
proyecto.
Incluye el análisis de de ingreso del afectado.
No incluye análisis de
externalidades. Incluye el análisis de
externalidades.
externalidades.
Incluye transferencias
No incluye ninguna
recibidas por el
transferencia
TRATAMIENTOS DE interesado (ingresos) o Registra las transferencias
monetaria o
TRANSFERENCIAS pagadas por el mismo para poder analizar su
financiera nacional. El
FINANCIERAS (egreso), siempre y impacto distributivo.
impacto neto sobre la
cuando sean atribuibles
colectividad es nulo.
al proyecto.
TASA DE DESCUENTO Tasa de interés de Tasa social de
Tasa social de descuento.
INTERTEMPORAL oportunidad. descuento.
Fuente: Mokate (1998).

ORIGEN Y ENFOQUES DE LA EVALUACIÓN ECONÓMICA EN INVESTIGACIÓN


Y DESARROLLO AGRÍCOLA

Theodore W. Schultz, premio novel de economía 1978, fue pionero en el esfuerzo de


integrar el análisis económico de los problemas de la agricultura en el marco de la economía
global. Bajo su dirección, en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago,
E.E.U.U., se conceptualizó el análisis económico de la investigación agropecuaria definida
como una actividad donde se incurren en costos y se generan beneficios, de carácter privado
y social y cuyas consecuencias afectan tanto a consumidores como a productores de bienes
agropecuarios. La tesis doctoral de Z. Griliches, donde por primera vez se estimaron los
beneficios de la investigación en el mejoramiento del maíz en los EE.UU., publicada en 1957
fue el primer resultado de esta línea de pensamiento que marcó rumbos y contribuyó
decisivamente a dar entidad a la investigación agropecuaria como una actividad de primera
importancia en el proceso de desarrollo económico.

Desde entonces, la evaluación económica ha sido utilizada tradicionalmente en el campo de


la investigación y el desarrollo de tecnologías agrícolas, para la cuantificación de los costos y
los beneficios derivados de estas actividades, ya sea, antes de que se inicien (evaluación
ex–ante), durante su ejecución (evaluación ex–durante) o después de finalizadas
(evaluación ex–post). La evaluación ex–ante, permite conocer el impacto potencial del
proyecto, se efectúan para aportar elementos de juicio que ayuden a establecer prioridades
y elegir entre proyectos alternativos. Este tipo de evaluación es de interés para
planificadotes, diseñadotes de políticas, administradores e investigadores; y la información
utilizada es principalmente secundaria, proveniente de expertos. Por su parte, las
evaluaciones ex–post, buscan medir el impacto real, directo e indirecto, logrado en distintos
ámbitos regionales, mercados y actores sociales. La información empleada se deriva
especialmente de los estudios de monitoreo y seguimiento del proceso de adopción. En
cualquiera de estos casos, la evaluación económica puede realizarse utilizando precios de
mercado o en términos de los costos y beneficios reales ocasionados a la sociedad por la
puesta en marcha de una política, programa o proyecto en particular (precios de eficiencia).

La razón más usual para llevar a cabo la evaluación económica de proyectos, es la de ayudar
en la toma de decisiones relacionada con la identificación del uso más eficiente de los
recursos, lo que tiene que ver con la determinación del 'mayor y mejor uso'. No obstante, el
'mayor y mejor uso' para propósitos privados puede no serlo desde la perspectiva social.

La evaluación económica aplicada a I&D agrícola sirve para (Falconi, 1994):

a) Ordenar y la priorizar los proyectos, de acuerdo a la magnitud de los beneficios


económicos generados;
b) Analizar el origen de los cambios en la productividad agropecuaria nacional o de una
región particular;
c) Estimar el impacto de la investigación o tecnología;
d) Estudiar los roles de los sectores público y privado en la investigación agropecuaria;
e) Estimar la distribución de los beneficios de la investigación entre diferentes grupos; y
f) Examinar los efectos de la intervención gubernamental en los beneficios de la
investigación.

Durante los últimos años, el uso de las evaluaciones económicas en la investigación y el


desarrollo de tecnologías agrícolas ha sido un tema de interés creciente, especialmente en
los países en desarrollo, toda vez que la escasez de recursos para tales fines se ha visto más
acentuada. A pesar de esto, pocas entidades de investigación agropecuaria en estos países,
incluyendo a Venezuela, han hecho de la evaluación económica una parte estructural de sus
actuales actividades de seguimiento y evaluación. En la mayoría de los casos, las
evaluaciones económicas, realizadas por evaluadores externos, son auspiciadas por las
organizaciones de desarrollo interesadas en documentar los retornos de las inversiones en
I&D.

La literatura económica reporta la existencia de distintos enfoques y métodos que pueden


ser empleados en la evaluación económica. En este sentido, es importante aclarar que no
existe un enfoque único que sirva perfectamente a cualquier situación, por lo que la
selección de uno u otro método dependerá de las características del proyecto de
investigación, de la naturaleza del problema a tratar, de la información y de los recursos
disponibles. De este modo, cada método presenta ventajas y desventajas que afectan su
capacidad de adaptación a los propósitos específicos de la evaluación; de hecho, la
combinación de métodos resulta ser, con frecuencia, lo más indicado.

Indistintamente del método o de los métodos usados, lo importante es que todos se basan
en el cuerpo integral de la economía. En la Tabla 2, tomada de Falconi (1994), se muestran
los métodos más comunes empleados en la evaluación económica de proyectos de
investigación agrícola: el método calificación por puntaje, excedentes económicos,
econometría, programación matemática y los modelos de simulación, de los cuales, los
últimos cuatro son los más complejos y costosos y, por lo general, requieren de una
capacidad analítica y cuantitativa significativamente mayor con respecto a otros dos
métodos.

TABLA 2. Comparación de los principales métodos de evaluación económica de la


investigación agrícola

Eval. ex - Eval. ex - ante


Característica post
Ex Ec CP BC Si PM
1. Requiere expresión explícita de las metas no no si no no si
2. Establece efectos de distribución en consumidores y si no no si si no
consumidores de varios niveles de ingreso
3. Considera los efectos secundarios de la investigación en el av. no av. av. si no
empleo, el ambiente, la nutrición
4. Considerar el balance entre las metas av. no si av. si si
5. Considera la política económica y los efectos del intercambio si si si si si si
comercial
6. Costo relativo en tiempo de analista m a m m a a
7. Costo relativo en tiempo de científico b b m m a m
8. Costo relativo en tiempo de administrador b b m m m m
9. Requisitos relativos de información m a v v v v
10. Facilidad de comprensión por quienes toman las decisiones m b a m b b
11. Evalúa los beneficios de una investigación agregada si si n si si no
12. Evalúa los beneficios de una investigación sobre productos si si si si si si
agropecuarios
13. Evalúa los beneficios de los programas o proyectos de si no si si si si
investigación
14. Evalúa los beneficios de la investigación no orientada a la d no si d av. si
producción o no orientada a los productos agropecuarios
15. Suministra una clasificación de los proyectos de investigación no no si d av. si
basada en múltiples metas
16. Maneja las incertidumbres si d si si si si
17. Considera los retrasos implicados en la investigación y en la si si si si si si
adopción
18. Cuantifica la interacción de los sectores público y privado no av. si d av. d
19. Cuantifica la interacción entre la investigación y la adopción no av. si d av. d
20. Cuantifica los efectos externos “spillover” no av. no no av. no
21. Generalmente estima la tasa interna de retorno si si no si si no
22. Generalmente estima la tasa promedio de retorno n si no no av. no
23. Calcula el retorno, manteniendo constantes los insumos no si no no d av. no
relacionados con la investigación
24. Ayuda a identificar o a cuantificar los factores que más no no si si si no
afectan el progreso en una línea de investigación dada
25. Se emplea para evaluar investigación básica no av. av. d av. no
Fuente: Falconi (1994).
Ex: Excedente económico; Ec: Econometría; CP: Cuantificación por puntaje; BC: Beneficio–costo; Si:
simulación; PM: programación matemática; av.: a veces; d: con dificultad; b: bajo; m: medio; a: alto;
v: Variable.

Métodos de calificación por puntaje

Se basan en uso de criterios ponderados, es decir en la identificación y calificación de varios


criterios que permiten ordenar los productos agropecuarios o área de investigación según un
puntaje compuesto. Los criterios pueden ser cualitativos o cuantitativos. Estos métodos se
emplean como instrumentos para establecer prioridades en el proceso de toma de
decisiones, y también para evaluar propuestas de investigación, la investigación vigente o
finalizada y los productos de la investigación. Para ello se debe seleccionar un conjunto de
objetivos amplios de la investigación, tales como eficiencia, equidad, seguridad alimentaria o
protección del ambiente, etc., estableciendo indicadores sobre la contribución de la
investigación al logro de esos objetivos, por ejemplo, el valor de la producción agropecuaria,
el costo de la investigación y los niveles de adopción esperados. La información sobre los
productos o de las áreas agropecuarias en cuestión pueden obtenerse, para cada criterio, de
publicaciones, informes, entrevistas con investigadores, agricultores u otras fuentes de
información. Se asignan ponderaciones a los objetivos o criterios, luego se calculan
promedios de puntajes ponderados para cada área de investigación o producto.
Posteriormente, se clasifican los productos agropecuarios o programas de investigación
según cada objetivo, y estas categorías se multiplican por las ponderaciones para derivar un
clasificación final compuesta y una lista de prioridades de investigación.

En la Tabla 3 se presenta un ejemplo sencillo de este método, tomado de Falconi (1994). En


esta se muestran los cálculos requeridos para clasificar por puntaje un grupo de programas
de investigación en productos agropecuarios. Al final se obtienen dos índices (beneficios
económicos totales y beneficios para los pequeños agricultores), los cuales se ponderan para
derivar un índice ponderado y una clasificación asociada. En función de esta clasificación, se
asignan y comparan los recursos de investigación por rubro, se hacen discusiones sobre
posibles ajustes y finalmente se elaboran planes para los ajustes.

TABLA 3. Modelo sencillo de calificación por puntaje para una clasificación de


productos agropecuarios para uso en la investigación agrícola.
Arroz Maní Maíz frutas Café Ovinos Yuca
Valor de la producción1 15 30 10 8 5 4 7
Cambio esperado en rendimiento2 0,35 0,20 0,25 0,15 0,15 0,20 0,10
Probabilidad de éxito en la invest.3 0,65 0,50 0,60 0,50 0,45 0,50 0,50
Tasa max. De adopción4 0,30 0,40 0,25 0,20 0,40 0,20 0,15
Cambio esperado en el área5 1,10 0,90 1,0 1,0 0,95 1,1 1,0
Índice de eficiencia económica6 1.126 1.080 375 120 128 88 53
Nivel de eficiencia 1 2 3 5 4 6 7
Porcentaje de pequeños agricultores7 75 40 80 90 20 70 70
Índice de pequeños agricultores8 845 432 300 108 26 62 37
Nivel pequeño agricultor 1 2 3 4 7 5 6
Índice ponderado9 1.098 1.015 368 119 118 85 51
Nivel final10 1 2 3 4 5 6 7
1. Millones de dólares (promedio obtenido en últimos tres años; 2. cambio proporcional esperado en
rendimiento, que es causado por la investigación si ésta tiene éxito entre los agricultores que
la adoptan (resultado neto del cambio proporcional de costo por hectárea de tierra o por
animal); 3. probabilidad esperada de lograr el cambio en rendimiento; 4. fracción máxima
esperada de agricultores adoptantes de los resultados de la investigación; 5. cambio
esperado en área cosechada (1,0 = no hay cambio); 6. índice de eficiencia económica =
(valor de producción) x (cambio esperado en rendimiento) x (probabilidad de éxito de la
investigación) x (tasa máxima de adopción) x (cambio esperado en el área utilizada); 7.
porcentaje de área cultivada o de cría de ganado por los pequeños agricultores; 8. (índice de
eficiencia económica) x (porcentaje de pequeños agricultores/100); 9. (índice de eficiencia
económica x ponderación1) + (índice de pequeño agricultor x ponderación 2); 10. Nivel,
también puede ser categoría, posición, rengo, clasificación.
Fuente: Falconi (1994).

Método del excedente económico

Éste es el métodos más utilizado. Estima los retornos de la investigación (generalmente usa
una tasa promedio de retorno), de la siguiente manera: 1) se estiman los beneficios de la
investigación en términos del cambio en los excedentes de consumidores y productores,
debido al cambio tecnológico; y 2) se estima una tasa interna de retorno empleando el
excedente económico ajustado, una vez deducidos los costos de investigación y de
transferencia de tecnología.

La Figura 2 ilustra el cambio en el excedente económico, donde la curva de oferta con la


tecnología tradicional es O0 y la curva de demanda es D, de allí resulta un precio de
equilibrio inicial, P0 y una cantidad, Q0, respectivamente. La adopción de una nueva
tecnología por los productores, que reduce el costo unitario de la producción o eleva el
rendimiento, hace desplazar la curva hacia abajo y hacia la derecha, desde O0 hasta O1. Este
cambio resulta en un nuevo precio de equilibrio y en una nueva cantidad, o sea Q 1 y P1. Los
beneficios económicos debido al desplazamiento de la oferta están representados en el área
I0abI1. Los consumidores ganan si se adopta la nueva tecnología, porque pueden consumir
más a precios más bajos, y los productores también ganan porque el costo de producción de
sus unidades desciende. La distribución de los beneficios depende de las elasticidades de las
curvas de oferta y demanda, y de la magnitud del cambio de la oferta.
O0
Precio
O1
a
P0
P1 b

I0
D
I1

0 Q0 Q1 Cantidad
FIGURA 2. Cambio tecnológico en el excedente económico.
Tomado de Falconi (1994).

Distintas fórmulas han sido desarrolladas para medir la magnitud de este beneficio, sin
embargo, la formula básica para estimar el cambio en el excedente económico en un
determinado año (t) (∆ ESt) es:

∆ ESt = Kt Pt Qt [1 + (0.5Kt ε η / ε + η ) ]

Donde: Pt es el precio de producto agropecuario afectado por la investigación en el año t; Qt


es la cantidad de producción en el año t del productor agropecuario afectado por la
investigación, ε es la elasticidad de la oferta , η es la elasticidad de la demanda , y K es el
cambio proporcional en la curva de oferta en el año t, debido a la investigación. El
parámetro mas crítico, la variable K, se calcula como el cambio neto en los costos de
producción debido a la nueva tecnología (la cual es algunas veces aproximada por el
incremento en rendimiento por la adopción de la nueva tecnología), ponderada por la tasa
de adopción de la nueva tecnología en el año t.

Este enfoque ha sido ampliamente utilizado para la calcular la RBC, TIR, y el VPN de los
beneficios generados por la investigación agropecuaria. Estos indicadores pueden usarse
para evaluar los beneficios de la investigación en productos agropecuarios, en los programas
y proyectos de investigación, y para asignar recursos a cada rubro o proyecto de
investigación. También puede usarse para estimar la distribución de los beneficios de la
investigación entre productores y consumidores; para evaluar los efectos multiplicadores de
los beneficios de la investigación entre las diferentes tecnologías; y para estimar los efectos
de las políticas agropecuarias en los beneficios que surjan de la investigación.

El uso de este método tiene varias limitaciones. Una concierne a los desembolsos
sustanciales de recursos para recolección, procesamiento e interpretación de los datos
técnicos y económicos. Otra es que no se adaptan bien a la categorización de las áreas en
las que no se investigan productos agropecuarios, tales como la socioeconomía, la
investigación básica o la investigación multidisciplinaria; asimismo, para incorporar objetivos
múltiples, el enfoque de excedentes económicos necesita combinarse con los calificación por
puntaje o con la programación matemática. Este método es mejor aplicarlo con analistas
que tengan una capacitación básica en economía. Para el análisis ex–ante de los beneficios
potenciales de la investigación se requiere de información sobre los valores esperados de la
producción, los incrementos en rendimientos esperados, la reducción de los costos unitarios,
además, o si son necesarios, los efectos de mantenimiento de la investigación, las
probabilidades de éxito de la investigación, las condiciones probables de mercado, las tasas
de adopción y la tasa apropiada de descuento para convertir los beneficios futuros y costos
en valores presentes o para compararlos con una tasa interna de retorno. Para el análisis
ex–post de los beneficios recibidos por productores y consumidores se requiere de
información histórica sobre el valor de la producción, los cambios en rendimiento o en la
reducción de costos unitarios, los costos de la investigación y transferencia de tecnología, los
esquemas de adopción, las elasticidades precio de la oferta y la demanda, el cambio en los
costos de los insumos y los cambios en las tasas de interés.

Métodos econométricos

Se emplean para ajustar las funciones de producción, de oferta, de costo o de utilidad, como
herramientas de apoyo para la toma de decisiones. Se usan para estimar las variaciones en
la producción que se deriven del uso de insumos agrícolas (fertilizantes, herbicidas y mano
de obra), así como de la investigación agrícola. Los gastos de investigación pueden incluirse
junto con los gatos de insumos agrícolas como variables independientes en las funciones de
producción. El coeficiente estimado de la variable de investigación se usa para calcular, ya
sea el producto marginal de la investigación (el producto adicional que resulta de un insumo
de investigación adicional) o la tasa marginal de retorno de las inversiones en investigación.

Este enfoque es mas exacto que otros para analizar la contribución de las investigaciones
pasadas a los cambios en el producto total, siempre que se disponga de datos históricos
confiables y que el analista sea muy competente en econometría. Las tasas marginales de
retorno pueden usarse para fijar prioridades en una lista de productos agropecuarios o
proyectos de investigación, y para analizar la asignación de los recursos disponibles para
investigación. También puede emplearse para estimar las contribuciones relativas de los
programas de investigación y desarrollo, la distribución del excedente de los beneficios de la
investigación entre diferentes regiones y productos agropecuarios, las interacciones entre los
sectores público y privado, los efectos de la política económica y del comercio y los retornos
de la investigación adaptativa.

Los métodos econométricos se usan poco en el ordenamiento de áreas de investigación no


orientadas a la producción, como las ciencias sociales o la conservación del suelo, y no
pueden incorporar fácilmente metas u objetivo múltiples. Algunas de las limitaciones de
estos métodos puede superarse cuando se combinan con el modelo de excedentes
económicos. Después de estimar una función de oferta, el coeficiente de investigación puede
utilizarse apara calcular la tasa interna de retorno del gasto de investigación; entonces el
método de excedentes económicos puede emplearse para estimar los efectos distributivos. A
continuación se presenta el ejemplo de un modelo econométrico ajustado para una función
de producción agrícola agregada, tomada de Norton et al. (1981). En esta ecuación el
coeficiente de la producción parcial de la investigación, representa la contribución marginal
del gasto de investigación a la producción agrícola.

m
β n
α
∏ X ∏R e
ν
Q=A i t− j

i t −i
i =1 j =1

Donde: Q es el valor de la producción agrícola, A es un factor de cambio, Xi es el i-ésimo


insumo convencional de producción, Rt-j es el gasto de investigación (y transferencia de
tecnología) en el año t-j, β 1 es el coeficiente de producción de el i-esimo insumo
convencional, α t-j es el coeficiente de producción parcial de la investigación (transferencia
de tecnología) en el año t-j, y ν es el término de error estocástico.

Programación matemática

Esta es una técnica empleada para solucionar problemas, que maximiza los beneficios
esperados de la inversión en investigación. Establece categorías con base en la identificación
de un portafolio óptimo de investigación basado en múltiples metas y restricciones de
recursos (tales como financiación, capital humano, factores ambientales y tecnología). En
teoría, la programación matemática puede ayudar a un director de investigación a asignar
los recursos de investigación entre productos agropecuarios, áreas y programas de
investigación. Puede incorporar múltiples objetivos como también restricciones en los
recursos impuestas a la investigación. La información requerida es similar a la que se
necesita para el enfoque de calificación por puntaje y excedentes económicos. Como en la
calificación por puntaje, la programación matemática, se vale de ponderaciones para reflejar
la importancia política y económica de un conjunto de prioridades de investigación. Este
método, exige un alto nivel de habilidad analítica y de tiempo, y no es un enfoque sencillo
como para que los administradores o los investigadores lo incorporen en la labor de fijación
de prioridades. La aplicación de este método no ha sido reportada en países en desarrollo.

Modelos de simulación

En este caso, las relaciones matemáticas que ligan a unas variables con otras se exponen en
varios escenarios para estimar el mejor resultado. Estos modelos pueden incorporar muchos
factores que influyen en las prioridades de la investigación tales como los múltiples
objetivos, las restricciones a la investigación, las variables socioeconómicas, el riesgo y la
incertidumbre el resultado de un modelos de simulación, es n conjunto de prioridades de
investigación que logran el mejor ajuste con los objetivos del sistema. Un proceso de
simulación típico comprende cuatro pasos: 1) postular una relación matemática entre los
gastos de investigación y la productividad agropecuaria, por ejemplo; 2) desarrollar un
conjunto de escenarios en los que se proyecte el crecimiento de la productividad
agropecuaria; 3) evaluar el impacto de la productividad derivada de la investigación
agropecuaria en los beneficios totales; 4) estimar la tasa de retorno ex – ante de las
inversiones realizadas en investigación. Los modelos de simulación, proporcionan un
instrumento adaptable que puede incorporar datos no cuantificados y desarrollar, desde
modelos relativamente sencillos hasta otros mas complejos. La principal desventaja de este
método es la fuerte inversión de recursos, tanto de información como del tiempo de un
analista experimentado que se requiere para poder ejecutarlos. Los datos requeridos deben
tener mucho mayor extensión que en otros métodos económicos, y hay además pocas
aplicaciones practicas de este enfoque.

Adicionalmente, a continuación se presentan otros métodos, revisados por Horsetkotte et al.


(2002), cuya aplicación se ajusta a la evaluación ex-ante de proyectos. De
éstos, los más utilizados son el análisis costo beneficio, costo-efectividad,
índice de eficiencia y evaluación de riego.

Análisis costo beneficio: Simplificación del métodos de excedentes económicos

Dependiendo del tipo de dato disponible y del propósito de la evaluación económica, el


enfoque del excedente económico es a menudo simplificado para calcular los beneficios de la
investigación en el año t como el producto de Kt Pt Qt . El análisis costo-beneficio asume que
las elasticidades de la oferta y la demanda son polares, esto es la demanda es infinitamente
elástica y la oferta perfectamente inelástica o viceversa. Si el objetivo de medir solamente el
excedente económico total y no su distribución entre productores y consumidores, entonces
este enfoque simplificado da estimaciones razonables de los beneficios de la investigación.

Índice de eficiencia

Es otras simplificación que realiza frecuentemente en el análisis ex – ante de programas o


proyectos individuales. El índice se usa para ordenar determinados proyectos en relación con
otros proyectos. Para el proyecto i, el índice de eficiencia neta Ii se calcula mediante la
siguiente ecuación:

Ii = [(Kimax * Pi * Qi)/Ci]

Donde Kimax se calcula como la máxima tasa de adopción, Ci es el costo del proyecto de
investigación, Pi es el precio de producto agropecuario afectado por el proyecto de
investigación i, y Qi es la cantidad de producción del producto afectado por el proyecto de
investigación. El valor del índice de eficiencia neta de cada proyecto, entones es utilizado
para justificar económicamente el proyecto, pero solamente como una medida de
ordenamiento y priorización de la investigación con base en el criterio de eficiencia
económica.

Análisis costo-efectividad

Este método se emplea cuando los beneficios del proyectos no fácilmente cuantificables en
términos monetarios. En este caso los beneficios son medidos en unidades no monetarias
(como el número de productores beneficiarios de un servicio o en entrenamiento) y se
relacionan con los costos del proyecto para calcular la relación costo-efectividad (costo por
unidad de producto). Si el beneficio consiste en el mejoramiento de varias áreas (como
tecnología adoptada, capacitación y difusión de información), entones varias áreas de
beneficios son ponderadas y reducidas a una sola medida en un análisis ponderado costo
efectividad. El análisis costo-efectividad es siempre comparativo. Ésta es utilizado para
comprar diferentes formas de alanzar el mismo objetivo. Puede determinar la alternativa
que logre el mismo producto al menor costo, o la alternativa que genera los más altos
productos con un nivel dado de insumos o recursos.

Análisis de equilibrio

Si los beneficios de la investigación son desconocidos o difíciles de estimar en la evaluación


ex – ante, un análisis de equilibrio (o de umbral) puede ser realizado como un primer paso
para la cuantificación. A través de este enfoque, el analista determina el beneficio mínimo
que la investigación debería generar para justificar sus costos. Este método permite el
análisis ex – ante del proyecto solamente cuando se conocen claramente los costos. Sin
embargo, este se basa en una conjetura del analista en relación con los beneficios mínimos
necesarios, pero no dice nada acera de los impactos distributivos de la investigación.

Medición del riesgo

Por la naturaleza los la investigación agrícola implica riesgos. Debido a que la evaluación
económica ex–ante se basa en eventos futuros inciertos, la medición de los costos y de los
beneficios inevitablemente involucra explícita o implícitamente juicios de probabilidades. Las
herramientas para la medición del riesgo incluye los análisis de sensibilidad. A través del uso
de esta herramienta, se pueden identificar las variables que tienen mayor influencia sobre
los beneficios netos de un proyecto, tal como los costos y beneficios agregados, los
elementos críticos del costo y los beneficios, y los efectos de rezago. Los valores se
expresan generalmente relacionando el cambio porcentual en la variable analizada y las
respectivas variaciones en el valor el VPN de los beneficios del proyecto. Los resultados se
pueden presentar ordenando las variables analizadas en término del nivel de la sensibilidad
de los beneficios. Para las variables, cuya variación se espera que ocurra simultanea (por
ejemplo precio y la cantidad vendidas), se debe examinar la sensibilidad de los resultados a
los cambios ante esas variables.

El defecto principal del análisis de la sensibilidad radica en la falta explicación de las


probabilidades de los resultados futuros. A través del uso de enfoques más elaborados sobre
medición de riesgo, tal como técnicas de la simulación, se pueden asignar probabilidades a
una gama de los resultados para las variables importantes. Sin embargo, dado que en los
datos comúnmente disponibles para I&D agrícola, estas probabilidades son, por lo general,
subjetivas, no es recomendable hacer ejercicios de simulación.

LA EVALUACIÓN ECONÓMICA EL DESARROLLO DE SOFTWARE

En la actualidad existen varios paquetes de software disponibles (Tabla 4) que aplican


variadas técnicas del análisis costo-beneficio en la evaluación de proyectos de I&D agrícola.
La mayoría de éstos han sido desarrollados principalmente para evaluaciones ex–ante, lo
cual es una señal de preocupación de las instituciones de I&D por el uso de enfoques para la
evaluación formal de la investigación (ayudar a establecer prioridades y asignar recursos),
aunque varios de ellos también han sido aplicados para evaluaciones ex–post (Wood, 1998).
El software tiene el potencial para integrar una gran cantidad y una amplia diversidad de
datos, procesarlos rápidamente de una manera analíticamente robusta y consistente, y
entregan resultados en un rango de formatos y medios. El software de evaluación de I&D,
bien diseñado, puede aumentar considerablemente la accesibilidad a métodos analíticos
sofisticados, comprobables y fácilmente manejables, a la vez, que su uso puede ayudar a
sistematizar, acelerar y reducir los costos de evaluación, así como también entregar un
rango comprensivo de información más oportuna para la toma de decisiones. Sin embargo,
como cualquier nueva tecnología, su adopción se asegura solo sí su uso provee beneficios
significativos para las instituciones. Una crítica con respecto a una mayor accesibilidad de
paquetes sofisticados de evaluación de I&D es la posibilidad de que los analistas no
comprendan totalmente los análisis iniciados, ni aprecien los supuestos y limitaciones
prácticas de los modelos y métodos reunidos en el software.

Ningún software puede transformar las metas y objetivos institucionales en un conjunto de


temas de I&D del mundo real, ni construir escenarios con opciones alternativas de inversión
en I&D. Tampoco puede asegurar que la información generada por un ejercicio de
evaluación se incorporará apropiadamente en el proceso de toma de decisiones en la
inversión. El uso de software solo tiene relevancia como componente de un proceso de
evaluación estructurado de la investigación, por lo que es conveniente dar una prioridad
alta a la institucionalización de este proceso. Esto significa que la evaluación debe jugar un
papel importante y transparente para la asignación de recursos y que exista una
preocupación constante por supervisar y mejorar la calidad del proceso de evaluación en sí
mismo.

TABLA 4. Paquetes de software para la evaluación de la investigación agrícola


Categoría Paquete Versión revisada Institución Autores
responsable
Estratégic MODEXC Ver. 2, dic.1993 CIAT Rivas et al. Lynam et al.
a DREAM Ver. 1.1, jun. 1996 IFPRI Alston et al. Wood et al.
RE4 Ver. 4, sep. 1990 ACIAR Davis et al.
DREAMSUR Ver. 2, 1997 PROCISUR Wood et al.

Proyecto APPRAISAL Ver. 1.0 ago. 1994 DoA, Victoria, Australia Desconocido
PREVSYS Ver. 4.1b, feb. DPI, Queensland, Culpit (?)
1996 Australia
REVS Ver. 2.0c, dic. 1994 DoA, WA, Australia Desconocido
APEAR Ver. 1.1, ene. 1996 NSW, Ag, Australia Butler, Brennan
EVALTEC Ver. 1.0, jun. 1933 IICA/EMBRAPA Da Cruz et al.

Fuente: Modificado a partir de Wood (1998).

SITIOS WEB RECOMENDADOS

Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo


http://www.cimmyt.cgiar.org/english/wpu/soc_scien/index.cfm
Centro Internacional de Agricultura Tropical
http://www.ciat.cgiar.org/impact/index.htm
Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias
http://www.ifpri.org
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos
http://www.ipgri.cgiar.org/system/page.asp?theme=1
Servicio Internacional para la Investigación Agrícola Nacional
http://www.isnar.cgiar.org/index1.htm
Servicio de Investigaciones Económicas. Departamento de Agricultura de Estados Unidos
http://www.ers.usda.gov/
Centro Australiano para la Investigación Agrícola Internacional
http://www.aciar.gov.au/
Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del
Cono Sur.
http://www.procisur.org.uy/online/inicial.asp
Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria
http://www.fontagro.org/sindex.htm
Banco Interamericano de Desarrollo
http://www.iadb.org/publications/index.cfm?language=Spanish
Banco Mundial
http://www.worldbank.org/oed/
Dirección de Economía Agrícola y del Desarrollo. FAO
http://www.fao.org/es/ESA/index_es.htm

BIBLIOGRAFÍA
- Castro, R., y Mokate, K. 1998. Evaluación económica y social de proyectos de inversión.
Ediciones Uniandes. Bogotá.
- Falconi, C. 1994. Evaluación económica. En Horton, D., Ballantyne, P., Peterson, W.,
Uribe, B., Gapasin, D. Y Sheridan, K.. Seguimiento y evaluación de la investigación
agropecuaria. ISNAR. Colombia. 75-86 p.
- Falconi, C., y Ellior, H. 1994. Investigación agrícola y el sector privado: hacia un marco
conceptual. Briefing Paper N° 10. ISNAR. 12 pp.
- Horsetkotte-Wesseler G., M. Maredia, D. Byerlee, y G. Alex. 2002. Ex-Ante Economic
Analysis in AKIS Projects. Agricultural Knowledge & Information Systems (AKIS) Good
Practice Note. Washington, D.C. The World Bank, Rural Development Department. 21 pp.
- Horton, D., Peterson, W. y Ballantyne, P. 1994. Principios y conceptos de seguimiento y
evaluación. En Horton, D., Ballantyne, P., Peterson, W., Uribe, B., Gapasin, D. Y
Sheridan, K.. Seguimiento y evaluación de la investigación agropecuaria. ISNAR.
Colombia. 3-19 p.
- Medina C., H. y Wood, S. 1998. Evaluación económica de nuevas tecnologías
agropecuarias. Multimercados zonificación agroecológica transferencia de tecnología.
Documento de Trabajo N °3. Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria. 30 pp.
- Mokate, K. 1998. Evaluación financiera de proyectos de inversión. Ediciones Uniandes.
Bogotá.
- Norton, G. W., y Davis, J. S. 1981. Evaluating returns to agricultural research: a review.
American Journal of Agricultural Economics. 63. 685-699.
- Rivas R., L., García, J., Seré, C., Jarvis, L., Saint, R y Pachico, D. 1998. Modelo de
excedentes económicos (MODEXC). CIAT. Colombia. 59 pp.
- Wood, S. 1998. Una revisión del software de evaluación de la investigación agropecuaria.
Serie priorización de la investigación en América Latina y el Caribe. IICA-BID-IFPRI.
Costa Rica. 30 pp.

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