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DESARROLLO AGRÍCOLA
Álvaro Guerra*
INTRODUCCIÓN
En muchos de estos casos, la I&D representa una de las tantas alternativas en el portafolio
de inversiones de las organizaciones, las cuales necesitan convincentes y claras evidencias
de los beneficios (públicos y privados) que son generados a través de tales inversiones, ya
que todas ellas tienen que justificar los gastos de inversión. Por esta razón, muchos
gobiernos, donantes y organismos de cooperación financiera están sometiendo a revisión
sus inversiones en I&D agrícola. Actualmente, los centros internacionales de investigación
agrícola del Grupo Consultivo en Investigación Agrícola Internacional, el Banco Mundial, el
Banco Interamericano de Desarrollo, Fontagro, Fundación internacional de Ciencia, GTZ,
entre muchos otros, exigen la evaluación económica de sus proyectos. Además, en muchos
países los contribuyentes y los funcionarios del gobierno exigen una prueba evidente de sus
beneficios. Satisfacer esta solicitud requiere de mecanismos de seguimiento y evaluación
efectivos que permitan demostrar esos beneficios a los formuladores de políticas, donantes,
organizaciones agrícolas y otros grupos interesados en la I&D agrícola y en la utilidad de sus
resultados (Horton et al. 1994).
Las decisiones de inversión de I&D tienen lugar en varios niveles, desde el nivel estratégico
de inversión en programas nacionales hasta el nivel operativo de inversión en varias
opciones técnicas en el nivel de proyectos. Al más alto nivel, en el contexto actual, las
decisiones estratégicas se han hecho más complejas por la dinámica global y regional, de
naturaleza política y económica. Los cambios del entorno, determinados por las tendencias
en la globalización económica, la liberalización de mercados, creación de bloques
económicos y de redefinición del papel del Estado, hacen necesario, en la actualidad, tener
que contar con estrategias bien definidas para incrementar la competitividad de la
agricultura, lo cual depende, en alto grado, de la innovación tecnológica y de adecuadas
inversiones en investigación agropecuaria.
A pesar de que se destinan menos fondos (en términos reales) para I&D agrícola, las
demandas sobre el uso de fondos están creciendo. Las instituciones de I&D agrícola, tanto
las públicas como las privadas, se enfrentan a constantes presiones para reestructurarse y
brindar respuesta a objetivos adicionales, que van más allá del incremento de la
productividad, tales como contribuir, mediante investigación, con la equidad social y el uso
sostenible de recursos naturales, haciendo que las decisiones estratégicas de invertir y
asignar recursos de I&D para obtener el máximo beneficio posible se torne una tarea difícil.
Por consiguiente, resulta oportuno contar con enfoques metodológicos de evaluación
económica que permitan medir el impacto real y potencial de la I&D en la economía, en los
mercados y en varios tipos de consumidores y productores.
En principio se debe resaltar que todas las decisiones de consumo y producción de bienes y
servicios implican la inversión de recursos (dinero, tiempo, humano, entre otros.), de modo
que, desde esta perspectiva, todos los proyectos son de inversión. Lo que es importante
tener claro, antes de realizar la evaluación, es sí la inversión se hace con fines de generar
beneficios privados o sociales. Entonces, la máxima rentabilidad financiera, económica o
social son los criterios que se deben considerar, según sea el caso, para tomar decisiones
pertinentes. Inclusive, un mismo proyecto puede ser objeto de todas estas evaluaciones,
dependiendo del punto de vista de los agentes involucrados en el mismo (Castro y Mokate,
1998 y Mokate, 1998).
De esta manera, es posible distinguir tres tipos de evaluaciones, según los puntos de vista y
los criterios utilizados por los evaluadores al momento de realizar un análisis determinado,
considerando siempre los objetivos que pretenden alcanzar los agentes involucrados en la
ejecución del programa o proyecto en cuestión:
Evaluación Financiera: Se enfoca desde el punto de vista del inversionista privado o del
accionista de un proyecto que persigue retribuir su inversión con las máximas ganancias
individuales. En este caso, la evaluación está dirigida a identificar los ingresos y los egresos
atribuibles, única y exclusivamente, a la realización de tal proyecto y, por ende, su
rentabilidad. Este tipo de evaluación juzga el proyecto desde la perspectiva del objetivo de
generar rentabilidad financiera, a través del flujo de fondos generado por el mismo durante
su vida útil. En este caso, los flujos de fondos se trabajan con los precios vigentes en el
mercado de insumos y de productos, y, dependiendo del objetivo del análisis, pueden
ajustarse para eliminar los efectos de la inflación sobre los mismos. Típicamente, se utilizan
como criterios de decisión el valor presente neto de los beneficios (VPN), la tasa interna de
retorno (TIR) y la relación beneficio–costo (RBC). Sin embargo, la evaluación financiera
puede variar según la entidad interesada. Se puede realizar la evaluación de un solo
proyecto, o alternativa, desde el punto de vista de los beneficiarios directos, de la entidad o
entidades ejecutoras o financieras, del gobierno y de la economía en su conjunto. En
cualquier caso, el ejercicio consiste en comparar los costos de participación en el proyecto
con los beneficios derivados del mismo, arrojando información sobre la conveniencia de
participar o no en éste.
Evaluación Social: Al igual que la económica, busca analizar el aporte neto del proyecto al
bienestar socioeconómico, pero en este caso, se le asigna una prima a los impactos del
proyecto que modifican la distribución de ingresos y riquezas, en otras palabras, este tipo de
evaluación analiza el aporte del proyecto al objetivo amplio de aumentar el bienestar social y
de mejorar la equidad distributiva de los recursos, por lo que se puede decir que la
evaluación social es una extensión de la evaluación económica.
La razón más usual para llevar a cabo la evaluación económica de proyectos, es la de ayudar
en la toma de decisiones relacionada con la identificación del uso más eficiente de los
recursos, lo que tiene que ver con la determinación del 'mayor y mejor uso'. No obstante, el
'mayor y mejor uso' para propósitos privados puede no serlo desde la perspectiva social.
Indistintamente del método o de los métodos usados, lo importante es que todos se basan
en el cuerpo integral de la economía. En la Tabla 2, tomada de Falconi (1994), se muestran
los métodos más comunes empleados en la evaluación económica de proyectos de
investigación agrícola: el método calificación por puntaje, excedentes económicos,
econometría, programación matemática y los modelos de simulación, de los cuales, los
últimos cuatro son los más complejos y costosos y, por lo general, requieren de una
capacidad analítica y cuantitativa significativamente mayor con respecto a otros dos
métodos.
Éste es el métodos más utilizado. Estima los retornos de la investigación (generalmente usa
una tasa promedio de retorno), de la siguiente manera: 1) se estiman los beneficios de la
investigación en términos del cambio en los excedentes de consumidores y productores,
debido al cambio tecnológico; y 2) se estima una tasa interna de retorno empleando el
excedente económico ajustado, una vez deducidos los costos de investigación y de
transferencia de tecnología.
I0
D
I1
0 Q0 Q1 Cantidad
FIGURA 2. Cambio tecnológico en el excedente económico.
Tomado de Falconi (1994).
Distintas fórmulas han sido desarrolladas para medir la magnitud de este beneficio, sin
embargo, la formula básica para estimar el cambio en el excedente económico en un
determinado año (t) (∆ ESt) es:
∆ ESt = Kt Pt Qt [1 + (0.5Kt ε η / ε + η ) ]
Este enfoque ha sido ampliamente utilizado para la calcular la RBC, TIR, y el VPN de los
beneficios generados por la investigación agropecuaria. Estos indicadores pueden usarse
para evaluar los beneficios de la investigación en productos agropecuarios, en los programas
y proyectos de investigación, y para asignar recursos a cada rubro o proyecto de
investigación. También puede usarse para estimar la distribución de los beneficios de la
investigación entre productores y consumidores; para evaluar los efectos multiplicadores de
los beneficios de la investigación entre las diferentes tecnologías; y para estimar los efectos
de las políticas agropecuarias en los beneficios que surjan de la investigación.
El uso de este método tiene varias limitaciones. Una concierne a los desembolsos
sustanciales de recursos para recolección, procesamiento e interpretación de los datos
técnicos y económicos. Otra es que no se adaptan bien a la categorización de las áreas en
las que no se investigan productos agropecuarios, tales como la socioeconomía, la
investigación básica o la investigación multidisciplinaria; asimismo, para incorporar objetivos
múltiples, el enfoque de excedentes económicos necesita combinarse con los calificación por
puntaje o con la programación matemática. Este método es mejor aplicarlo con analistas
que tengan una capacitación básica en economía. Para el análisis ex–ante de los beneficios
potenciales de la investigación se requiere de información sobre los valores esperados de la
producción, los incrementos en rendimientos esperados, la reducción de los costos unitarios,
además, o si son necesarios, los efectos de mantenimiento de la investigación, las
probabilidades de éxito de la investigación, las condiciones probables de mercado, las tasas
de adopción y la tasa apropiada de descuento para convertir los beneficios futuros y costos
en valores presentes o para compararlos con una tasa interna de retorno. Para el análisis
ex–post de los beneficios recibidos por productores y consumidores se requiere de
información histórica sobre el valor de la producción, los cambios en rendimiento o en la
reducción de costos unitarios, los costos de la investigación y transferencia de tecnología, los
esquemas de adopción, las elasticidades precio de la oferta y la demanda, el cambio en los
costos de los insumos y los cambios en las tasas de interés.
Métodos econométricos
Se emplean para ajustar las funciones de producción, de oferta, de costo o de utilidad, como
herramientas de apoyo para la toma de decisiones. Se usan para estimar las variaciones en
la producción que se deriven del uso de insumos agrícolas (fertilizantes, herbicidas y mano
de obra), así como de la investigación agrícola. Los gastos de investigación pueden incluirse
junto con los gatos de insumos agrícolas como variables independientes en las funciones de
producción. El coeficiente estimado de la variable de investigación se usa para calcular, ya
sea el producto marginal de la investigación (el producto adicional que resulta de un insumo
de investigación adicional) o la tasa marginal de retorno de las inversiones en investigación.
Este enfoque es mas exacto que otros para analizar la contribución de las investigaciones
pasadas a los cambios en el producto total, siempre que se disponga de datos históricos
confiables y que el analista sea muy competente en econometría. Las tasas marginales de
retorno pueden usarse para fijar prioridades en una lista de productos agropecuarios o
proyectos de investigación, y para analizar la asignación de los recursos disponibles para
investigación. También puede emplearse para estimar las contribuciones relativas de los
programas de investigación y desarrollo, la distribución del excedente de los beneficios de la
investigación entre diferentes regiones y productos agropecuarios, las interacciones entre los
sectores público y privado, los efectos de la política económica y del comercio y los retornos
de la investigación adaptativa.
m
β n
α
∏ X ∏R e
ν
Q=A i t− j
i t −i
i =1 j =1
Programación matemática
Esta es una técnica empleada para solucionar problemas, que maximiza los beneficios
esperados de la inversión en investigación. Establece categorías con base en la identificación
de un portafolio óptimo de investigación basado en múltiples metas y restricciones de
recursos (tales como financiación, capital humano, factores ambientales y tecnología). En
teoría, la programación matemática puede ayudar a un director de investigación a asignar
los recursos de investigación entre productos agropecuarios, áreas y programas de
investigación. Puede incorporar múltiples objetivos como también restricciones en los
recursos impuestas a la investigación. La información requerida es similar a la que se
necesita para el enfoque de calificación por puntaje y excedentes económicos. Como en la
calificación por puntaje, la programación matemática, se vale de ponderaciones para reflejar
la importancia política y económica de un conjunto de prioridades de investigación. Este
método, exige un alto nivel de habilidad analítica y de tiempo, y no es un enfoque sencillo
como para que los administradores o los investigadores lo incorporen en la labor de fijación
de prioridades. La aplicación de este método no ha sido reportada en países en desarrollo.
Modelos de simulación
En este caso, las relaciones matemáticas que ligan a unas variables con otras se exponen en
varios escenarios para estimar el mejor resultado. Estos modelos pueden incorporar muchos
factores que influyen en las prioridades de la investigación tales como los múltiples
objetivos, las restricciones a la investigación, las variables socioeconómicas, el riesgo y la
incertidumbre el resultado de un modelos de simulación, es n conjunto de prioridades de
investigación que logran el mejor ajuste con los objetivos del sistema. Un proceso de
simulación típico comprende cuatro pasos: 1) postular una relación matemática entre los
gastos de investigación y la productividad agropecuaria, por ejemplo; 2) desarrollar un
conjunto de escenarios en los que se proyecte el crecimiento de la productividad
agropecuaria; 3) evaluar el impacto de la productividad derivada de la investigación
agropecuaria en los beneficios totales; 4) estimar la tasa de retorno ex – ante de las
inversiones realizadas en investigación. Los modelos de simulación, proporcionan un
instrumento adaptable que puede incorporar datos no cuantificados y desarrollar, desde
modelos relativamente sencillos hasta otros mas complejos. La principal desventaja de este
método es la fuerte inversión de recursos, tanto de información como del tiempo de un
analista experimentado que se requiere para poder ejecutarlos. Los datos requeridos deben
tener mucho mayor extensión que en otros métodos económicos, y hay además pocas
aplicaciones practicas de este enfoque.
Índice de eficiencia
Ii = [(Kimax * Pi * Qi)/Ci]
Donde Kimax se calcula como la máxima tasa de adopción, Ci es el costo del proyecto de
investigación, Pi es el precio de producto agropecuario afectado por el proyecto de
investigación i, y Qi es la cantidad de producción del producto afectado por el proyecto de
investigación. El valor del índice de eficiencia neta de cada proyecto, entones es utilizado
para justificar económicamente el proyecto, pero solamente como una medida de
ordenamiento y priorización de la investigación con base en el criterio de eficiencia
económica.
Análisis costo-efectividad
Este método se emplea cuando los beneficios del proyectos no fácilmente cuantificables en
términos monetarios. En este caso los beneficios son medidos en unidades no monetarias
(como el número de productores beneficiarios de un servicio o en entrenamiento) y se
relacionan con los costos del proyecto para calcular la relación costo-efectividad (costo por
unidad de producto). Si el beneficio consiste en el mejoramiento de varias áreas (como
tecnología adoptada, capacitación y difusión de información), entones varias áreas de
beneficios son ponderadas y reducidas a una sola medida en un análisis ponderado costo
efectividad. El análisis costo-efectividad es siempre comparativo. Ésta es utilizado para
comprar diferentes formas de alanzar el mismo objetivo. Puede determinar la alternativa
que logre el mismo producto al menor costo, o la alternativa que genera los más altos
productos con un nivel dado de insumos o recursos.
Análisis de equilibrio
Por la naturaleza los la investigación agrícola implica riesgos. Debido a que la evaluación
económica ex–ante se basa en eventos futuros inciertos, la medición de los costos y de los
beneficios inevitablemente involucra explícita o implícitamente juicios de probabilidades. Las
herramientas para la medición del riesgo incluye los análisis de sensibilidad. A través del uso
de esta herramienta, se pueden identificar las variables que tienen mayor influencia sobre
los beneficios netos de un proyecto, tal como los costos y beneficios agregados, los
elementos críticos del costo y los beneficios, y los efectos de rezago. Los valores se
expresan generalmente relacionando el cambio porcentual en la variable analizada y las
respectivas variaciones en el valor el VPN de los beneficios del proyecto. Los resultados se
pueden presentar ordenando las variables analizadas en término del nivel de la sensibilidad
de los beneficios. Para las variables, cuya variación se espera que ocurra simultanea (por
ejemplo precio y la cantidad vendidas), se debe examinar la sensibilidad de los resultados a
los cambios ante esas variables.
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