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*CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA 2 DE AGOSTO*

*MONICIONES*

*MONICIÓN DE ENTRADA*

¡Dios sea bendito, por siempre!

Bienvenidos a todos los miembros que componen nuestra familia matutina y que han
respondido al llamado de Jesús para compartir en familia la cena de la salvación. En cada
celebración eucarística Jesús nos invita a comer y beber con él. Nosotros somos los
invitados no sólo de la Última Cena, sino también de la multiplicación de los panes.
Estábamos presentes allí como lo estamos aquí. Jesús no quiere que sigamos
hambrientos de todo lo que podemos encontrar en él, de todo lo que es bueno y valioso.
Él se da a sí mismo a nosotros y está pidiéndonos que nosotros hagamos lo mismo:
“Denles ustedes mismos de comer; dense a sí mismos”. Con muchas ansias de
encontrarnos con Dios, comencemos acompañando con el canto de entrada.

*MONICIÓN A LA PALABRA*
El profeta Isaías aparece como un pregonero que anuncia la llegada de Dios e invita a
todos los que no tienen nada a acercarse y saciar la sed y el hambre que no calman otros
bienes. Es justamente la Palabra de Dios la que satisface los anhelos del ser humano,
que son de amor. A ese amor fiel de Dios que está dispuesto a hacer alianza se refiere el
apóstol Pablo en este hermoso himno de la Carta a los Romanos que proclama su amor
incondicional. La compasión y clemencia de Dios, que también alaba el salmista, son las
que Jesús manifiesta ante todos los que le rodean y llegan hasta él necesitados. Con
atención escuchemos esta Palabra.

*MONICIÓN DE OFRENDAS*
Acompañados con la alegría de nuestro canto, llevemos al altar las ofrendas de pan y
vino, que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Cristo; y junto a estas ofrendas el
trabajo y el esfuerzo de las casas de formación y de las obras de la Congregación de las
Hermanas de Bethania.

*MONICIÓN DE COMUNIÓN*
Lo que Jesús hizo a favor de la muchedumbre hambrienta lo hace de nuevo para nosotros
aquí y ahora: Nos da de comer, y él mismo es el alimento repartido. Con el mismo Jesús,
demos gracias al Padre por tener el privilegio de que nuestra familia sea sagrario
espiritual de esta comunión de amor.

*MONICIÓN DE SALIDA*
Hemos sido testigos de la presencia de Cristo en esta Santa Misa. Le hemos recibido
espiritualmente en nuestros hogares matutinos. Ahora vayamos a dar testimonio de
nuestra fe ante un mundo cada vez más hambriento y sediento de eternidad.
*ORACIÓN DE LOS FIELES*

*Sacerdote:* _Cuando la gente que le seguía sintió hambre, el corazón de Jesús se llenó
de lástima. Presentémosle ahora todas las preocupaciones y todas las hambres de
nuestros hermanos necesitados, y digámosle:_

*R./ Señor, satisface nuestra hambre.*

*1.* Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y diáconos para que puedan satisfacer el
hambre del pueblo, hambre de amor y justicia, de verdad y esperanza, proclamando sin
componendas el mensaje de la Buena Noticia de Jesús, roguemos al Señor.

*2.* Por los gobernantes y líderes políticos del mundo, por los científicos y economistas,
para que colaboren desinteresadamente a solucionar el problema del hambre en el
mundo, y provean a un mundo hambriento no sólo alimento material, sino también
dignidad, justicia y paz, roguemos al Señor.

*3.* Por los enfermos y por los que viven en soledad, por los discapacitados y los
desalentados, por los que tienen hambre de amor y de aceptación, para que nuestro amor
y preocupación por ellos sean signos de que Dios no los abandona, roguemos al Señor.

*4.* Por la Congregación de las Hermanas de Bethania y sus Casas de Formación, para
que sepa en todas partes ayudar a las gentes a descubrir y expresar sus aspiraciones
más profundas y las enriquezca con los más elevados valores del evangelio, roguemos al
Señor.

*5.* Por nuestro Colegio Stella Matutina y su comunidad educativa, para que siempre
recibamos por su mensaje, el alimento del pan de la Palabra y la Eucaristía, que sacia el
hambre más existencial del hombre, roguemos al Señor.

*6.* Por las familias matutinas y por todos nosotros, para que la participación de la
Eucaristía en la que el Señor se parte y se reparte a todos, nos mueva a nosotros a partir
y compartir lo que somos y tenemos, roguemos al Señor.

*Sacerdote:* Padre de las misericordias, escucha las oraciones de tu Iglesia y


concédenos el que siempre, y por sobre todas las cosas, busquemos en tu Hijo el único
alimento para la vida eterna. Te lo pedimos por Él, que contigo vive y reina por los siglos
de los siglos.

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