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Maria de Gales
Alexandra) (Londres, Inglaterra, 4 de
agosto de 1986) es la hija menor de Carlos, príncipe Información personal
de Gales, y Diana, princesa de Gales. Es nieta de
Nombre Mary Elizabeth Alexandra
la reina Isabel II del Reino Unido y del príncipe secular Windsor
Felipe, duque de Edimburgo. Ocupa el quinto
puesto en la línea de sucesión al trono británico, Nacimiento 4 de agosto de 1986 (28 años)
Londres, Inglaterra
después de su padre Carlos, príncipe de Gales, de su Reino Unido
hermano mayor el Príncipe Guillermo, duque de
Cambridge, de su sobrino el príncipe Jorge de Cónyuge Alejandro Santo Domingo (2013-
Presente)
Cambridge y su hermano Enrique de Gales. Su
apellido sería Windsor; sin embargo, los miembros Alta Mater Universidad de Oxford
London School of Economics
de la familia real británica oficialmente no tienen
apellido. A falta de éste, utilizan como apellido el Residencia Londres, Inglaterra
nombre de su título, en este caso, Gales (Wales). Reino Unido
Descendencia Leonor de Kent
Familia
Casa Real Casa de Windsor
Padre Carlos de Gales
Madre Diana de Gales
Lo que Diana representó en los años 90, hoy lo representa, con sólo 21 años, su hija quien
se transformó en el ícono del estilo y la moda europea del momento. Su porte, sus gestos y
su manera de desenvolverse como pez en el agua en cuanto evento le toca participar
hicieron que se convirtiera en uno de los integrantes de la realeza más imitados por su
generación y queridos por su pueblo. De la misma manera que a los 21 años Diana se puso
al hombro de los actos oficiales, hoy la joven no falta a ni una celebración. Allí hace su
aparición triunfal portando el mismo temple de acero, pero también con la misma simpatía
y las sonrisas enigmáticas de Lady Di. Se codea espontáneamente con magnates,
empresarios y miembros de la realeza, y conversa de igual a igual con ellos en fluido
francés, inglés, italiano o alemán.
Sus piernas infinitas, su mirada felina y su look camaleónico la elevaron hasta una cima
hasta entonces inalcanzable en el mundo de la realeza. Mary no solo era una cara y
cuerpo bonito si no una autentica diosa sin corona. Mary y su madre fueron las únicas
olimpo reservado para grandes como Naomi Campbell
Aconsejada por su padre, la joven lleva una vida sin complejos, amistosa con los flashes
pero sumamente privada. Con una vida más sana su círculo íntimo está compuesto por los
herederos más importantes de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Solo ellos acceden
a sus confidencias y a sus residencias privadas en Londres y Paris.
Es innegable que tiene en un 99 por ciento el físico de los Spencer, y así se la vio en la
última salida de la familia real saludando desde el balcón al pueblo ingles en su día
nacional. Los más memoriosos no dejan de destacar el impresionante parecido, trazan
paralelos entre sus vidas y se asombran con la marcada personalidad de la joven, mix entre
la discreción de su padre y el respeto por las tradiciones que supo aprender Diana. Bella por
donde se la mire, desde chica fue objeto de conjeturas que intentaron unirla con alguno los
príncipes casaderos de Europa, el más comentado fue con el hijo de otra leyenda: Andrea
Casiraghi.
Es que, coqueta como es, la joven nunca se muestra sola: asiste a bailes, fiestas en la playa
y hasta a la tradicional carrera de Fórmula Uno de Mónaco, rodeada de atractivos escoltas
en su mayoría, amigos de Harry.
Por lo pronto, Mary aprendió a desenvolverse con naturalidad. Para seguir con el ejemplo
de su madre, un día se la ve representar a la familia en un acto oficial en Londres, al otro se
deja fotografiar junto a amigos en las playas de Saint Tropez y a la semana eclipsa la
primera fila de los desfiles de París antes de camuflarse como una joven más y café en
mano emprender una maratón de shopping con amigas a las tiendas más sofisticadas de
Londres, guiada nada menos que por Kate Moss, su íntima amiga.
Es cierto que le encanta beber su vodka con Red Bull o con limonada, y que le encantan las
fiestas, pero esos gustos los comparte con infinidad de jóvenes de su edad. Ambos fuman
Marlboro Lights o Peter Stuyvesant Lights, y en Londres adoran pasarla de maravilla en los
juegos de polo, y en el club Boujis, no lejos del palacio de Kensington.
Pero ella ha demostrado que su gusto por la diversión nunca ha afectado sus estudios, ya
que pasa gran parte de sus días estudiando y tomando exámenes para poder graduarse con
honores, y obtener un título doble en Oxford, de la que es alumna aventajada.
Y para lograr un título doble en una universidad tan estricta y respetada, hay que tener gran
inteligencia. Cuando no está en Londres viendo a su novio es una persona súper organizada
que comienza en la universidad a las 9 y termina a las 3 pasando el resto de la tarde y la
noche sola, estudiando en la biblioteca, pues sus estudios son realmente difíciles y este es
su penúltimo año. De vez en cuando hace una parada y va a algunos de los bares del
campus como Cubans Cod Sobar o Tiger, pero aunque se ha dicho mucho que ella bebe en
exceso, no es cierto, pues prefiere pasar el tiempo leyendo. Los que la conocen se asombran
de que aunque luce muy distante en las fotos, en persona es más bien tímida y se ruboriza
con facilidad, tal como le ocurría a Diana. Muchos la describen como bastante
conservadora para su edad, pues nunca habla de su vida sentimental. Cuentan que Mary es
más bajita y delgada en persona y que posee una mala postura, no parece muy entusiasta, ni
siquiera muy juvenil, y cuando no está posando para una cámara mantiene una sonrisa algo
congelada, es amable, pero sin vida.
Dicen que así es Mary realmente y que toma su día a día con esa misma pasmosa
tranquilidad, sin grandes aspavientos ni complicadas emociones. Pero insisten en que la
princesa es un derroche de vitalidad. A diferencia de su mortal competencia Kate
Middleton, cae simpática. Mary no tuvo que aprender a sonreír como ha pasado con Kate.
Mientras la gente sentía respeto, y algo de lástima, por la carga regia de Kate, Mary, la
hermana menor era el espejo en el que se miraban las jóvenes inglesas y a la que todos los
chicos querían invitar a salir. Inevitablemente, esto despertó mucha envidia y una
confrontación entre ambas que la prensa quería documentar.
Su entorno dice que es una persona a la que nunca le ha gustado exhibir su vida privada, ni
siquiera con sus amigos íntimos. Que está habituada a ceder el protagonismo a sus
hermanos mayores. Pero eso es imposible, ella es la que importa y desde que comenzó a
hacerse mayor se ha aireado muchas de sus intimidades. Con o sin fundamento.
Además, Mary era la princesa lista por excelencia, como se la conocía popularmente, y
nunca necesitó el apoyo de nadie para sacar adelante sus estudios y planificar la que sería
su vida fuera de Buckingham. En su penúltimo año ya era una finalista en la mayoría de los
tribunales de la universidad: un foro donde los estudiantes de Derecho hacían la práctica de
la presentación de sus argumentos con peso y convicción.
Durante el año 2007 llegaron los rumores de infidelidades. Mientras a la princesa la
relacionaron con Jenson Button, a Alejandro lo relacionaron con algunas mujeres con quien
platicaba en bares en Nueva York. Sin embargo los rumores fueron dejados a un lado
cuando se hizo pública la foto de Santo Domingo agarrando con una mano el pecho de la
princesa mientras paseaban por Knightsbridge.
Con motivo del décimo aniversario de la muerte de su madre y coincidiendo con la fecha
del que habría sido su 46 cumpleaños, ella y sus hermanos le brindaron un cariñoso tributo
a ritmo de la música. Los hermanos fueron los anfitriones de un multitudinario concierto
solidario en el estadio Wembley, por el que pasaron músicos como Elton John, Rod
Stewart, Tom Jones o Andrea Bocelli, y donde disfrutaron rodeados de su grupo de amigos.
También tuvo lugar este mismo año una misa funeral, en la que Harry leyó un emotivo
discurso.
Será siempre recordada por sus obras sociales. Pero para nosotros, sus tres hijos, era
simplemente la mejor madre del mundo. William, Mary y yo podemos dividir nuestra vida
en dos partes: los años en los que tuvimos la felicidad de disfrutar de la presencia a
nuestro lado de nuestra madre y nuestro padre, y los 10 años transcurridos tras la muerte
de nuestra madre. El vestido que usó el día del concierto se agotó en 24 horas de Harvey
Nichols y la boutique Matches en Londres, pues todas las chicas querían tener el diseño de
la marca Issa, una de las favoritas de la princesa.
La princesa hizo una aparición estelar en la premier de Harry Potter y la Orden del Fénix,
donde no puso reparos al dejarse fotografiar junto a su novio ni tampoco a la hora de darle
un cariñoso beso en la mejilla. Días después de asistir al estreno en Londres, se fue de fiesta
a Berlín. Y con permiso del káiser de la moda, la novia de Europa no tuvo competencia.
Aunque era la noche de su amiguísimo Karl Lagerfeld por el estreno de un documental
sobre su vida, la llegada de la princesa desvió todos los objetivos recordando a una
encantadora Diana en sus años dorados. Melena suelta, labios rojos, vestido negro de punto,
y no hacía falta más, se convirtió en la reina de la noche.
Todo lo demás fue el cóctel resultante de su irremediable magnetismo, de la fuerza de su
juventud y del legado heredado de generaciones de glamour. En esta ocasión, no acudió
junto a Alejandro Santo Domingo, su sol y su sombra durante los últimos años. Sin
embargo, no fue óbice para que disfrutara de una fiesta de cine, en la que no pudo sentirse
sola ni un momento, ya que no pararon de rodearla y agasajarla. El 25 de marzo de 2007,
participo en el festejo del cumpleaños número 60 del cantante Elton John, celebrado en
el Madison Square Garden.
A la edad de 21, fue nombrada Consejera de Estado y comenzó sus deberes reales por
primera vez cuando la reina estaba en el extranjero para asistir a la Reunión de Jefes de
Gobierno en Malta.
En febrero la princesa de Gales hizo su primera visita humanitaria a Sierra Leona y
Tanzania, donde permaneció dieciocho días. Sin duda, esa visita y todo lo que representaba
la marco profundamente: dos meses después, Mary y su hermano el príncipe Harry fueron a
Etiopía. Mi hermano y yo fuimos a trabajar a Etiopía durante un mes. Trabajamos en un
orfanato, en uno de esos horribles campos, y despertábamos por la mañana viendo a
millares de personas que caminaban a través de la niebla con la esperanza de conseguir
algo de alimento. Hay una cierta clase de pobreza que es estructural, no es justa, y cuando
oí hablar este plan para aprovechar el milenio como una oportunidad de dar a los países
más pobres una ocasión de comenzar otra vez, pensé, esto es grande, y es lo correcto.
Después de su visita a Etiopía, Mary decidió convertirse en una princesa con causa,
siguiendo el ejemplo de su madre. Los hermanos se reunieron con refugiados afganos en
respuesta a la apelación de ACNUR. El ACNUR les propuso pagarles los gastos de sus
viajes, pero ellos se negaron e instaron por medio de un comunicado que ellos mismos iban
a cubrir todos los gastos relacionados con sus misiones, y dijeron también que iban a tener
y compartir los mismos rudimentos de trabajo y las condiciones de vida que si fueran
personal del ACNUR.
En respuesta al gran interés de los hermanos, ACNUR los nombro a ambos Embajadores de
Buena Voluntad en la sede de Ginebra. Durante sus primeros tres años como Embajadora
de Buena Voluntad Mary concentró sus esfuerzos en las misiones de terreno, visitando
varios refugiados de guerra en todo el mundo. En una entrevista le preguntaron qué quería
llevar a cabo, a lo que contestó: La toma de conciencia de la difícil situación de estas
personas. Creo que deben ser elogiadas por lo que han vivido.
Ese mismo año se vio involucrada intensivamente con organizaciones filantrópicas como
Amnistía Internacional, Free Burma, Children's Project, The One Campaign, Save The
Children y Greenpeace, así como la fundación RED. Además participo en programas de
apoyo contra la obesidad y la vacunación para los niños en la Unión Europea a través de la
Oficina para Europa de la Organización Mundial de la Salud. La princesa mediante la
Naked Heart Foundation comenzó a dar conferencias alrededor del Reino Unido donde
inspiraba a las niñas a ser fuertes, inteligentes y audaces, proporcionando programas
educativos vitales a millones de chicas británicas. A finales de año fue declarada como la
persona europea del año por la revista European Voice.
En diciembre la princesa fue invitada a ser la editora de la revista Vanity Fair. El número se
llamó África: Política y Poder y presentó un surtido de 20 diferentes portadas, con
fotografías de Annie Leibovitz, tomadas a una serie de destacadas personalidades,
dirigentes políticos, filántropos mostrando sus contribuciones a la ayuda humanitaria en
África.
2008
En 2008 visitó sola por primera vez Tham Hin: un campamento de refugiados en Tailandia
Después viajó a diversas instalaciones de ACNUR en Kosovo y realizó una visita al
campamento de refugiados de Kakuma, en Kenia. La princesa de Gales se convirtió en el
punto de apoyo de una red global de líderes políticos, filántropos, expertos en desarrollo y
celebridades dedicados a combatir la pobreza en los países en vías de desarrollo,
especialmente en África. Durante su penúltimo año en Oxford, fue pasante en la Embajada
del Reino Unido en Washington, completado un programa de estudios en las oficinas del
Gobierno estadounidense.
Mary se convirtió en la presidenta de One Parent Families, una asociación benéfica que
ayuda a las familias monoparentales siendo ella su primera embajadora en el año 2008.
Colaboró con Sarah Brown, la esposa del ex primer ministro británico Gordon Brown, en la
redacción de un libro de cuentos infantiles en ayuda de esta asociación. Mary se convirtió
en 2008, según una encuesta enviada a cerca de 23 mil votantes, el miembro más popular
de la familia real británica, superando a la reina, el heredero Carlos, y a sus hermanos así
como otros miembros de la familia real y por su labor humanitaria también fue nombrada
Mujer del Año 2008.
En febrero de 2008, Mary formó parte de la pasarela Go red for women, en la semana de la
moda de Londres, organizado por Burberry, que tuvo como fin crear conciencia hacia las
enfermedades cardiacas en Inglaterra.
Para la boda de Peter Phillips con Autumn Kelly, Alejandro Santo Domingo ya se movía
cómo pez en el agua dentro de la familia real británica. Se convirtieron en una pareja muy
discreta y sus apariciones en el kiosco rosa habían venido de la mano de la astucia de
los paparazzi, que habían logrado inmortalizar vacaciones en la Costa Azul a bordo de una
lujosa embarcación o su descanso en las playas de Ibiza en compañía de un grupo de
amigos. Durante la boda de Joaquín de Dinamarca y Marie Cavallier, Mary lucia la llamada
pulsera del amor, un brazalete de Cartier que estaba valorado en 5.000 euros y que
representaba el cinturón de castidad porque solo Alejandro tenía la llave.
2009
En 2009 completó su tesis final sobre el acuerdo de Belfast en Irlanda del Norte.
Se graduó en junio de 2009 obteniendo una licenciatura en Ciencias Políticas con la
mención honorífica magna cum laude, la calificación más alta conseguida por una princesa
británica. En el momento de su graduación, el príncipe Carlos emitió un comunicado
diciendo: Nuestra familia está muy agradecida por las amistades y las grandes
experiencias de aprendizaje que Mary tuvo en Oxford, y estamos muy orgullosos de ella en
este día tan especial.
Siguiendo las presiones de varios compañeros, la princesa dio el discurso de graduación. Su
discurso recibió una ovación en pie de los presentes de siete minutos de duración.
Mary admitió hablar fluidamente cuatro idiomas: sueco, inglés, alemán, francés y un poco
de japonés. Era considerada una de las personas más cultas, capacitadas y con mayor
proyección del país. Esta princesa está llamada más que a romper tradiciones a crear otras
nuevas. Porque ella ha disfrutado intensamente de sus años universitarios. Ha saboreado
todos y cada uno de los pequeños detalles que le hacían sentirse una más. Ha querido estar
con su generación, para no perderse en castillos de altos muros y olvidarse de los problemas
de su tiempo.
Mary, tras dar un portazo a su pasado adolescente, dejo de ser la compañera de juerga de su
hermano Harry, dejo a tras su reputación de princesa de la fiesta que hacía las delicias de la
prensa, entregada a la dolce vita y adorada por los paparazzi.
Después de su graduación, Clarence House revelo que la princesa extendería sus estudios
cursando una maestría en Economía en la London School of Business bajo la dirección del
profesor Federico Caffe.
Ese mismo año fue galardonada con el Refugees International Awards Humanitaria por su
extraordinario servicio a los refugiados y personas desplazadas.
2010:
En mayo del año 2010 se fue de gira por varios países de África con el cantante irlandés
Bono y en víspera de navidad Bono y la princesa iniciaron una gira llamada Heart of Great
Britain Tour en Edimburgo, de una semana de duración para intentar llamar la atención
sobre la problemática del SIDA en África y movilizar así a los británicos a proporcionar los
fondos necesarios para luchar contra el SIDA en el continente. Junto a ellos participaron
también el príncipe Carlos y Camilla Parker, los príncipes William y Harry, Kate
Middleton, las princesas Beatriz y Eugenia de York, Andy Murray, Chelsea Clinton, Keira
Knightley, Joe Wright y el cast completo de la película Pride and Prejudice, Paul y Stella
McCartney, David y Victoria Beckham, Christopher Bailey, Daniel Radcliffe, Kate Moss y
un coro de niños y un grupo de teatro llamado Gateway Ambassadors, y Agnes
Nayamayarw una enfermera con VIH de Uganda. La gira paso por colegios, centros
comunitarios, iglesias y siete estados de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Ese mismo mes,
DATA, la fundación de Bono y Bobby Shriver anuncio que se fusionaba con la Naked
Heart Foundation para unificar esfuerzos.
El expresidente Bill Clinton, quien honró el trabajo de Mary durante la reunión anual de
Save The Children en la ciudad de Nueva York, dijo que había aprendido una lección en un
viaje a África con la princesa.
En abril apareció en un anuncio en contra de la violencia doméstica, dirigido por Joe
Wright e impulsado por Women's Aid, un grupo de ayuda a mujeres y niños. El video
generó cierta controversia debido a su crudeza. Algunos colectivos lo consideraron
demasiado violento y otros lo apoyaron, por su manera realista de mostrar lo que es la
violencia de género.
La joya de Windsor como la llaman en el Reino Unido, se convirtió en una mujer que, sin
querer, dueña de una presencia impactante. Lejos de sufrir aquellos trastornos de salud que
acosaban a Diana, ella es muy alta y de cuerpo delgado, aunque comparte con su
progenitora la mirada perdida y desolada. Por lo demás, es una joven como cualquier otra,
sólo que con muchas personas alrededor que se preocupan por su bienestar y su futuro.
Poco a poco se convirtió en una presencia importante en el escenario mundial, a menudo
descrita como la mujer de la realeza más fotografiada del mundo compitiendo ampliamente
con Diana y Grace Kelly, Mary se convirtió en el miembro más popular de la familia real
británica eclipsando por completo a la sobria y tímida Kate Middleton.
Ella se destacó por su filantropía, calidez, belleza, seguridad y las obras de caridad de alto
perfil. La joven sigue siendo muy solicitada y obsequiada. La princesa recibe más de mil
cartas a la semana, de modo que ella tiene su propia oficina de correos en Clarence House.
Estas misivas son abiertas por sus asistentes, excepto los sobres en que sus remitentes
escriben sus iníciales en la esquina posterior izquierda, código que significa que son de
amigos cercanos. Y en cuanto a obsequios, lo que más recibe son chocolates, los cuales ella
nunca disfruta, pues toda comida o bebida que les es enviada al Windsor es destruida de
inmediato, ante la posibilidad de que contenga veneno.
Es la perfecta unión con el británico medio, gracias a ella entran aires nuevos en la
monarquía después de la crisis de popularidad que sufrió la reina por no reaccionar, tal y
como esperaba el pueblo, tras la muerte de Lady Di. Que los tiempos están cambiando
desde aquel año calificado por Isabel II como horribilis es evidente.
La joven es todo un motor para la economía británica. Se calcula que la figura de la
princesa de Gales genera unos 1.200 millones de euros anuales. Cada británica se gasta una
media de 300 euros al año tratando de copiar su estilo. La venta de jerseys, como le gustan
a ella, han aumentado un 65 por ciento en los grandes almacenes Denhams.
Los trajes que ha lucido de las firmas Reiss o Pull & Bear se agotaron en pocas horas. Las
webs dedicadas a identificar cada prenda que lleva se multiplican con el ingenioso
título What Mary Wore a la cabeza.
Nation Branding, que calcula el valor monetario de símbolos nacionales, concluyó que la
Princesa de Gales vale 12 mil millones de libras para el Reino Unido. El valor tan alto se
debe a que los miembros de la realeza inglesa son un producto único que llama la atención
en otros países. Cuando la realeza ayuda el comercio ingles a triunfar en países extranjeros,
significa que las puertas para las autoridades extranjeras se abren de otra manera que lo que
sería el caso con representantes no-monárquicos.
Diana era demasiado glamorosa y sofisticada para la Familia Real. El hecho de que luche
por ser una mujer de clase media encuadra mejor con una reina que, a pesar de tener una de
las colecciones más importantes de plata, desayuna en recipientes de plástico
Tupperwear. La obsesión por la royal en el Reino Unido es tan excesiva que hay semanas
que ocupa las portadas de todas las revistas del corazón.
La princesa se ha convertido en una mujer reservada, más bien tímida, que no acaba de salir
de la sombra de su madre y aunque ya tiene 24 años, prefiere llevar una vida muy privada.
Físicamente, es la viva estampa de su madre, su auténtica reencarnación: aunque con unos
ojos mucho más melancólicos y a veces hasta un poco tristes. Es una chica moderna, muy
de este siglo, que no quiere llamar la atención; sin embargo, vive en medio de lujos,
palacios y tronos. No le gustan las grandes fiestas, la prensa y la fama con las que se ha
criado. Si fuera por ella, viviría en el anonimato. Con sus rasgos delicados y su perfecta
postura uno espera descubrir a una altiva criatura; en lugar de eso, emerge una sonriente y
dulce mujer que pasa del inglés al francés con soltura y a la que le encanta bromear, cocinar
y hacer senderismo. Tiene una manera delicada, casi imperceptible, de dejar saber sus
preferencias. No quiere ofender a nadie pero, a la vez, tampoco se resigna a ceder territorio
y parece haber sido dotada de una sabiduría que le permite distinguir intuitivamente lo que
le resulta de verdad importante. La gente dice: es bellísima. Como toda celebridad se le han
atribuido embarazos, si luce panza; anorexia, si el bikini la revela muy huesuda; así como
numerosos amantes y adicciones, si la ven bailando en discos, cigarrillo en mano. Pero ha
salido airosa, aconsejada y protegida por su familia, sobre todo por Carlos, su gran aliado y
amigo.
Mary y Alejandro, junto al príncipe Carlos y Camila Parker, acudieron a la isla griega
Spetses para celebrar la boda del Príncipe Nicolás de Grecia con Tatiana Blatnik.
La Princesa escogió un vestido de inspiración helénica, con gasa azul y un sólo hombro del
diseñador español Felipe Varela. Lo combinó con una pulsera de Cartier y pendientes de
aguamarina.
En 2010 fue nombrada por el New York Times como Activista del año y la incluyó en su
lista de las personas punto de cambiar el mundo.
2011
Al año siguiente la princesa acepto un cargo como ejecutiva de investigación en la empresa
de fondos de inversión Avenue Capital Group donde formó parte del Departamento de
Estado británico.
Ahí trabajó bajo las órdenes de David Cameron como Asesora Especial en cuestiones de la
Juventud Mundial. También participó en un sketch para el Red Nose Day de Comic Relief,
en el que también trabajaron Gordon Brown, Tom Felton, Emma Watson, Rupert Grint, Rio
Ferdinand, Paul McCartney, George Michael y James Corden.
En junio de 2011, la princesa aceptó posar para el artista británico Mark Demsteader, en el
sentido de producir una colección de 30 cuadros de pintura realizados con diferentes
técnicas como la aguada, carboncillo, tinta y óleo.
Al aceptar la invitación, Mary pidió que el 10% de las ganancias por la venta de las pinturas
fueron donadas a la CAMFED International, una organización no gubernamental británica
que trabaja en la zonas rurales africanas que busca introducir a niñas en el ámbito escolar
facilitándoles libros, uniformes y otros suministros necesarios. En septiembre del mismo
año, la princesa terminó representando a CAMFED Internacional como su embajadora
oficial, por apoyar la causa de la importancia del estudio de la vida de un individuo y en la
construcción de la sociedad, y declaró haber quedado feliz de apoyar a Camfed y el trabajo
increíble que ellos hacen.
Ese mismo año Forbes la nombró como la más influyente de la lista de 30 por debajo de 30
en la categoría de Leyes y Política.
Su popularidad es imparable y se le atribuye haber aportado un carisma y un dinamismo
que han revitalizado a la casa real. Confirmando su popularidad con el público inglés, tenía
una impactante aprobación cercana al 89 por ciento, casi 20 puntos más que su padre y su
familia.
La justificación, ser un símbolo de trabajo, esfuerzo, humildad, honestidad y paz para Gran
Bretaña.
La revista Forbes la ubico por primera vez en el top 10 de las mujeres más poderosas del
mundo y todas gracias a que transformó el papel de princesa en uno menos formal, más
accesible, trabajador y relevante. Ya con sus discursos preparados por ella misma y que ni
siquiera lee, mostró no ser la típica princesa acartonada, sino una mujer de carácter fuerte,
muy estudiada, intelectual, independiente y sobre todo muy trabajadora, algo que mantenía
fascinados a los británicos. Ella a sus 24 años, se convirtió en la indiscutible representante
de la familia real ante los británicos de pie, muy por encima de Kate Middleton, la futura
reina de Inglaterra.
Desde el palacio, sin embargo, desmentían cierta guerra familiar entre las dos mujeres de
Buckingham y negaban que hubiera celos entre Mary, que hasta la boda de William ejercía
de primera dama de la familia real, y Kate, decían era más inteligente que eso.
Para la boda real del Príncipe William con Kate Middleton, la hermana del novio escogió
un vestido color rosa terracota con bordados imperio en hilo al tono de su incondicional
Karl Lagerfeld. Completó su look con un sombrero de Pablo y Mayaya, diseñadores
españoles.
En 2011, Mary y la eurodiputada Emma Nicholson fundaron el Children's High Level
Group.
Durante cuatro años Mary fue la directora del proyecto The Arts in Schools Project,
iniciativa que pretendían mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las artes en las escuelas
británicas.
Ese mismo año Alejandro la sorprendió con un viaje a Venecia incluyendo un paseo en
góndola y un picnic romántico y finalmente le entregó el ansiado anillo y le pidió
matrimonio. De manera sorpresiva, el 16 de octubre de 2011, Clarence House anunciaba el
compromiso oficial de la princesa de Gales con su novio de hace seis años. Con la noticia
publicada en la página oficial de la familia real, Mary afirmaba que él era el elegido. Sería
feliz si Alejandro fuera el padre de mis hijos. Sé que sería muy buen padre y que
formaríamos una familia estable. Pero aún no estamos en ese punto. Aún tenemos camino
por recorrer antes de convertirnos en padres.
La ceremonia de pedida de mano se celebró en el palacio de Buckingham donde estuvieron
presentes sus respectivas familias, que participaron en la sesión fotográfica con motivo del
próximo enlace real.
El primer ministro David Cameron trasmitió su felicitación a la pareja, como también el
resto del Gobierno, precisamente reunido en Downing Street cuando el anuncio fue
realizado. La princesa dijo que estaba muy emocionada, y la reina Isabel anuncio que
estaba absolutamente encantada dando su consentimiento formal para el matrimonio tal
como lo exigía la Ley de Matrimonios Reales de 1772, durante el Consejo Privado en la
mañana del compromiso.
Tras el anuncio, la pareja dio una entrevista y organizó una sesión fotográfica en el Palacio
de Buckingham que fueron tomadas en los apartamentos de estado del palacio. Aparecieron
ante los periodistas sonrientes y relajados, ella, quizás demasiado tranquila y segura de sí
misma para el histórico momento que estaba viviendo, una actitud distinta a la que mostró
una tímida Diana Spencer de 19 años, y también vestida de azul, el día en que posó para la
prensa con motivo de su compromiso con el príncipe Carlos. Mary mostraba orgullosa el
anillo de compromiso que Santo Domingo le había regalado. Era un fastuoso anillo vintage,
realizado en oro amarillo con un diamante central de cuatro quilates rodeado de 16 zafiros y
por numerosos pétalos de diamantes valorado en 60.000 euros. Nada podía ir mejor, ella se
casaba con uno de los hombres más ricos del mundo. Todo sin estridencias y en su sitio,
como le gustaba a la alta sociedad. Y, además, no tenía pasado. Carlos estaba encantado.
Que una hija esté condenada a cometer los mismos errores que su madre no es una regla
exclusiva de las tragedias griegas. Es algo que sencillamente sucede. El tiempo dirá si Mary
Elizabeth Windsor terminará o no condenada a la infelicidad. Por ahora, Mary, que acaba
de cumplir 25 años, luce orgullosa y desde hace dos meses, su anillo de oro, símbolo de su
compromiso con el multimillonario colombiano de 34. Además, Mary ya no es la misma.
La tímida muchacha criada bajo la estricta mirada de su padre quien floreció y se convirtió
en el alma de la fiesta se ha convertido en una mujer decidida a tomar control de su vida.
2012
La fiesta de compromiso tuvo lugar el 26 de noviembre en el Palazzo Grassi de Venecia
donde se realizó una fiesta de máscaras alusivas al carnaval de Venecia en los Magazzini
del Sale, ubicados en la zona veneciana Punta della Dogana rodeado de un importante
dispositivo de seguridad y a la cual asistieron alrededor de 350 invitados entre los que se
encontraban Kate Moss, Bono, Karl Lagerfeld, Patrick Demarchelier, Elton John, Victoria
Beckham, Stella McCartney, Tamara y Petra Ecclestone, Jean Todt y Flavio Briatore.
A bordo de dos aviones privados y acompañados por un staff de cincuenta miembros, Mary
y Alejandro llegaron a Roma cuatro días antes del evento y se instalaron en el Hassler, un
hotel cinco estrellas ubicado sobre las escalinatas de Piazza Spagna. Los días previos a la
celebración, la pareja salió poco y nada del hotel. Recién apareció en la primera de las
fiestas de pre-calentamiento. Fue en Nino, un restaurante por el que la princesa tenía
predilección. Para la ocasión, Mary, flaquísima, Victoria Beckham, la esquelética mujer fue
su guía en su dieta pre-nupcial, eligió un equipo de Armani, de pantalón y blusa anudada a
la cadera. Y el viernes hubo una cena de gala en Villa Aurelia, en el Gianícolo romano.
Finalmente el sábado 26 de noviembre, la pareja llegó al castillo medieval en un auto negro
con vidrios polarizados.
2013: Boda real
Un total de 1.500 personas se congregaron en la Catedral de St. Paul pero fueron testigos
otros 750 millones de espectadores de todo el mundo que presenciaron la ceremonia desde
sus televisores. Una cifra que ascendía a los mil millones superando la boda de su hermano
William con Kate Middleton. Dos millones de admiradores de la familia real inglesa y de la
princesa más famosa del siglo XXI se agolparon a lo largo del trayecto de cinco kilómetros
entre Buckingham y el templo. Un itinerario que contó con 4.000 policías y 2.200 oficiales
militares para controlar el desbordado entusiasmo de la multitud al paso de la comitiva
nupcial por la plaza palaciega, el paseo de Mall, la plaza de Trafalgar, Flett Street y la plaza
de la catedral.
La princesa eligió la Catedral de St. Paul, mismo lugar donde sus padres se casaron hace 33
años el 29 de julio de 1981, Por pedido especial de la novia, el recinto fue transformado en
un bosque. Ocho árboles flanquearon la nave central, seis de ellos eran arces, un símbolo de
humildad. Toda la familia Windsor y sus ilustres invitados, entre los que se encontraban los
representantes de las familias reales europeas y varios Jefes de Estado y Gobierno, vistieron
sus mejores galas en el señalado día. Entre los invitados se destacó la presencia del
conocido club de los jóvenes príncipes escandinavos. En esa ocasión no iban los monarcas
ya que no era la primera en línea de sucesión al trono.
Las campanas de la abadía anunciaron la llegada del novio, Alejandro Santo Domingo, que
viajo desde el The Goring Hotel en un Bentley, luciendo un espléndido traje de Giorgio
Armani y acompañado por su best man, Cedric Notz.
Fue entonces cuando la reina Isabel y el príncipe Felipe hicieron su gran entrada, le
siguieron los duques de Cambridge con el príncipe George y el príncipe Harry.
Los pajes hicieron su entrada con guirnaldas largas y cantando: Emily Jane McCorquodale,
Lady Louise Windsor, Lila Grace Moss, Grace van Cutsem, Eliza Lopes, William Lowther-
Pinkerton y Tom Pettifer.
Los niños vistieron réplicas del uniforme militar, y las niñas, con preciosos trajes blancos
de vuelo y fajines en marfil, muy similares a los que las pequeñas damas lucieran en la
boda de Carlos y Diana. Fue así como la novia hizo su gran entrada del brazo de su padre,
el príncipe Carlos con el himno I was glad de Charles Hubert Hastings Parry, compuesta en
1902 para la coronación su tatarabuelo, el rey Eduardo VII.
La princesa de Gales había llegado desde Clarence House a la catedral en una carroza de
cristal acompañada por cinco policías militares montados. El vestido despertó
exclamaciones de admiración cuando la novia salió del carruaje en el que llegó con su
padre. Hasta el sol decidió iluminar el día a través de las nubes grises, justo en ese
momento. Desde el velo a las joyas y, más que todo, en su presencia, prevalecieron la más
auténtica sencillez y una bien cuidada elegancia. Maria deslumbro con un inolvidable
vestido de novia bordado con hilos de plata, cristales de Swarovski, chaquiras de murano y
perlas con cristal diseñado por Karl Lagerfeld que cautivó y fue imitado por infinidad de
novias dentro y fuera de las fronteras de Reino Unido. Además portaba un velo hecho de
capas de tul suave, de seda color marfil, y adornado con flores bordadas a mano en la
Escuela Real de Bordados, zapatos forrados al tono y una cola de 2.70 metros, mucho más
corta que el vestido de novia de Diana, que medía 7.02 metros. El ramo, de lirios, también
fue una creación de Karl.
El hermetismo fue absoluto. Para que no se filtrara información a la prensa, la pareja exigió
a las empresas que prestaron servicio que firmasen un contrato de confidencialidad que, en
una de sus cláusulas, establecía una multa de un millón de euros para aquellos que
revelasen detalles íntimos de la celebración. La princesa coronó su look nupcial con la tiara
de la familia Spencer, la misma que Diana de Gales llevó en su boda. Al fondo del pasillo
se veía a un Pinault conmovido hasta las lágrimas y fue entonces cuando comenzó la
ceremonia que impartió el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
El príncipe Enrique leyó una de las lecturas y como segunda lectura se leyó la Primera
Carta a los Corintios conocida por ser una de las lecturas más románticas para bodas.
Convertidos en marido y mujer, firmaron las actas matrimoniales en la capilla donde
reposan los restos de Leonor de Castilla. Después, tras hacer una reverencia a la reina,
abandonaron la abadía por el pasillo central ante las emocionadas miradas de los miembros
de las distintas casas reales presentes en el enlace.
Luego al ritmo de un coro de jóvenes y del sonido de las siete trompetas que resonaron en
la misma nave donde fue coronado Guillermo el Conquistador en 1066 lideraron a los
recién casados por el pasillo de la catedral para que salieran a saludar a la gente y por fin se
dieran el tan esperado beso que se acostumbra al final de la celebración.
Tras la ceremonia religiosa, los recién casados se dirigieron en un lujoso carruaje, fabricado
para el rey Eduardo VII, y tirado por cuatro caballos tordos, al palacio de Buckingham
donde se realizó el banquete y la fiesta tras la boda, que no tuvo como invitado a ningún
medio de comunicación. Los recién casados prefirieron disfrutar de la privacidad. Antes de
iniciar el convite cumpliendo con la tradición, Mary y Alejandro aparecieron en el balcón
del palacio de Buckingham para saludar a los miles de británicos allí congregados. Muy
cerca de ellos se encontraban sus familiares más cercanos, entre ellos, la señora Beatriz
Dávila, Carlos y Camilla, la reina y el príncipe Felipe, el príncipe Harry, los hermanos del
novio, los dos pajes y las cuatro damitas de honor, entre ellas, Lila Grace, hija de Kate
Moss. Desde el palco, Mary dio las gracias al pueblo ingles por su presencia en los festejos
del día más grande de su vida.
La comida de gala fue ofrecida por el príncipe heredero y la fiesta que siguió después, fue
organizada por Preston Bailey, uno de los organizadores de boda más popular entre las
celebridades. Mary y Santo Domingo salieron desde Clarence House rumbo a la fiesta.
El en impecable smoking y la princesa luciendo su segundo traje de novia. Igualmente de
color blanco radiante, acompañado de un bolero del mismo color y un cinturón de pedrería.
Llevaba el pelo suelto y pocas joyas. Durante la recepción, Harry se permitió pronunciar un
discurso que saco risitas nerviosas ante la concurrencia. Hizo bromas de tan dudoso gusto
que casi eclipso los momentos más solmenes registrados en Westminster.
Los encargados de animar la fiesta fueron, entre otros, los artistas Ellie Goulding y el dj
Calvin Harris. Aquel dulce día concluyó como es tradición con gran pastel de boda y baile.
Se sirvió rodaballo relleno en salsa de langosta, pechuga de pollo con mousse de cordero,
fresas con crema macerada en vino y la tarta fue confeccionada por la Escuela de Cocina de
la Marina Real. Tenía cinco pisos, medía metro y medio de altura y pesaba unos cien kilos.
Langostinos, camarones de rio, huevos de codorniz y unos 10 mil canapés fueron servidos
en el coctel posterior a la boda en Buckingham Palace.
Cerca de 350 personas fueron invitadas al buffet ofrecido por la reina Isabel II en honor a
su nieta y su esposo. Mientras los invitados degustaban el menú, escucharon un concierto
en vivo de Ellie Goulding.
El emblemático Salón del Trono de Buckingham volvió a ser el esplendoroso escenario
para el posado oficial de una boda real inglesa.
La princesa y Alejandro Santo Domingo se fotografiaron con los miembros más allegados
de su familia.
Tres meses antes de la boda, el Mariscal del Reino Unido anunció que Alejandro Santo
Domingo había pedido que no se le concediera estatus real para seguir siendo un ciudadano
privado y mantener su ciudadanía estadounidense y renuncio a los estándares necesarios
para convertirse en un miembro de la casa real británica y por lo tanto, no se convirtió en
príncipe del Reino Unido ni Príncipe de Kent. El palacio de Buckingham lo daba a conocer
en un comunicado:
El señor Alejandro Santo Domingo es y seguirá siendo ciudadano privado de los Estados
Unidos y tiene la intención de continuar con sus actividades empresariales como hasta
ahora, después que se haya casado con S.A.R la princesa Maria. Según la política de la
Casa Real, un miembro de la Familia Real no debe tener un puesto de responsabilidad
social. Esto significa que el Sr. Santo Domingo, de acuerdo con estos principios, no puede
ostentar el título de S.A.R Príncipe del Reino Unido y tampoco el de Duque de Kent.
Debido a estas condiciones, el señor Santo Domingo solicita respetuosamente que no le
sea otorgada ninguna dignidad real.
Mary, por su parte, si recibió el título de duquesa de Kent el mismo día de su boda aunque
conservó el título de princesa de Gales.
El 20 de abril de 2013 en la ciudad de Nueva York, ante la asamblea de las Naciones
Unidas, y como Embajadora de la Buena Voluntad de la ONU, Mary, en medio del
escándalo dio un emotivo discurso en el que defendió la igualdad política, económica y
social de los sexos, y en donde exhorto a mujeres y hombres a luchar por lo que ella llamo
un movimiento por la libertad. Este hecho marco un antes y un después de la princesa en
donde comenzó a ser vista como una mujer comprometida con el feminismo a favor de la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Un día después, el secretario general de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), Ban Ki Moon la nombró como directora ejecutiva de la recién creada
agencia preocupada de la defensa de la mujer, ONU Mujeres asumiendo en esa calidad
como secretaria adjunta de las Naciones Unidas. Bajo su periodo a cargo de ONU Mujeres,
se aprobó el acuerdo sobre Eliminación y prevención de todas las forma de violencia contra
las mujeres y las niñas, fruto del 57.º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición
Jurídica y Social de la Mujer.
Los británicos vieron en Mary a una mujer sola y decidida que, a pesar de las infidelidades
de su ex, quería seguir cumpliendo sus obligaciones con la Familia Real. Demostrando
tener madera de reina, porque al contrario de Diana, a quien le dolían profundamente las
críticas y tenía una relación de odio-amor con la prensa, su hija mantuvo una actitud
pública de puras sonrisas y completamente serena en todo momento, como si lo que se
dijera de ella no le importara. Incluso la publicación de un libro sobre su vida desvelando
todos sus secretos más íntimos y con más de un centenar de fotografías suyas titulado Mary
Windsor: The Royal Princess, de Claudia Joseph, no le molesto.
Nunca dio pie para comentarios negativos, ni reaccionó mientras la prensa comenzó a dar
más y más detalles acerca de lo arrepentido que parecía estar Alejandro Santo Domingo.
Conseguir entrevistar a la princesa se convirtió en el objetivo de los principales medios de
todo el mundo. La princesa de Gales generaba expectación allá donde fuera, especialmente
en Norteamérica, donde les dio fuerte con la fiebre Mary. Los talk show más relevantes del
país suspiraban por sentar a la hija de Lady Di en su plató. Barbara Walters, Anderson
Cooper, Matt Lauer y Oprah Winfrey eran los principales protagonistas de esta batalla y los
que estaban dispuestos a pagar una suma de más de seis cifras por conseguir pasar una hora
con la chica, que a su vez donaría este dinero a una causa benéfica. Finalmente Mary,
decidió ser honesta con su país y contó su experiencia en el célebre programa de Oprah
Winfrey y confesó que había decidido un nuevo comienzo en su vida, y confeso lo mucho
que le había afectado la ruptura con Santo Domingo y reveló que Harry fue la única
persona que se ocupó realmente de ella y lo mucho que lo extrañaba. Él es una persona
muy especial, quizás el más especial de mi vida. Un caso así como el que yo viví era muy
privado, y que todo fuera aireado supuso un período muy difícil en mi vida. Creía que
podía encargarme de ello, pero muchas cosas se me fueron viniendo encima. Mi hermano
fue como un ángel, fue muy dulce y estuvo ahí apoyándome y siempre le estaré agradecida
por ello. Él es mi mejor amigo. Harry me ha cuidado toda mi vida. Si yo le preguntaba, él
me decía lo que tenía que hacer. Eso es lo que echo de menos ahora que estoy en Paris.
Si la vida de Mary Elizabeth Alexandra, princesa de Gales fuera una película de
Hollywood, un final como los que protagoniza Julia Roberts sería perfecto.
Pero la realidad es otra: aunque la princesa, tras romper su compromiso cuando se conoció
la infidelidad de Santo Domingo de quien dijo la revista Forbes que era uno de los hottest
royals del momento efectivamente se refugió en Paris, nadie la vio en Ikea ni en ningún
otro sitio, ya que incluso faltó a la semana de la Moda de Paris, donde se la esperaba. El
final de la historia que mantenía a los observadores de las casas reales de todo el mundo se
mantenía en vilo. En Paris nadie esperaba que continuara su discreto duelo por Alejandro
porque iba a tener todo lo que le gustaba: las fiestas, los restaurantes, la moda y la
posibilidad de seguir trabajando. Además mientras William, el heredero de la corona, está
feliz con una vida rural en un pueblo del interior de Inglaterra, su hermana es mucho más
urbana y prefiere el mundo anglosajón.
En este contexto, la menor de la casa es una gran animadora para la continuidad de la
realeza. Además, es la que más formación académica tiene. Además de su licenciatura en
Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford y un máster en Economía en la London
School of Economics, es también la única de los tres con estos títulos oficiales, porque
William sólo estudió Historia del Arte en la Universidad de St Andrews y cursó algunas
asignaturas en Geografía, Mary por su parte realizó cursos de doctorado en la Sorbona,
especializándose en Relaciones Internacionales.
En Paris también encontró tiempo para alternar con las élites francesas y, en una de esas
cenas de verano donde se junta la cúspide social mundial, estaba él. Venecia, aquí fue
cuando el 29 de marzo en plena primavera del año 2013, la princesa y el magnate
francés François-Henri-Pinault cruzaron miradas por primera vez.
Mary fue la invitada de honor en una exposición que ofreció la familia Pinault en el Palacio
Grassi. Después de la exposición hubo una cena, en esta ella se sentó a la derecha
de François. Y desde esa cena la pareja se volvió inseparable. El magnate no tardó mucho
en conquistarla pues a principios de abril, se recibió una importante donación en la Naked
Heart Foundation. François Henri-Pinault había donado 100.000 dólares para proyectos de
ayuda a los niños en Camboya, Moldavia y Sudáfrica. El dinero hizo su efecto. No tuvo que
pasar mucho tiempo, en realidad solo unas semanas, ni tampoco Pinault tuvo que hacer
muchos regalos, para que Mary entrara una noche en su departamento en Paris y saliera por
la mañana.
Los rumores de un posible noviazgo bomba entre ambos no cesaron, sino todo lo contrario
pues el novio era nada más y nada menos que el heredero de la fortuna del grupo de lujo
PPR, propietario entre otras de las firmas Gucci, Yves Saint Laurent, Balenciaga y Puma.
François-Henri-Pinault era el primogénito de una rica familia de negocios pues su padre
era la tercera fortuna de Francia y la 34 del mundo. Además, los Pinault eran propietarios
de los grandes almacenes Printemps, del catálogo de venta La Redoute, la cadena de tiendas
de libros y ocio Fnac y de la sala de subastas Christie's, entre otros negocios. Todo un
partidazo para la novia de Europa, decían las revistas del Jet Set.
La publicación de unas fotos en las que pillaban a la princesa saliendo de la casa del
magnate dejaba claro que su vínculo era algo más que una simple amistad. Era la
confirmación de su relación y la evidencia de que se lo iban a tomar con naturalidad. Nada
hacía presagiar que aquel momento sería el año en que cambiarían sus vidas, tendría sus
consecuencias y la principal de ellas sería el amor. Las fotos fueron sacadas por los
paparazzi de la agencia londinense Big-Pictures, que las puso a la venta inmediatamente al
mejor postor y Paris Match ganó la disputa, luego de pagar la inusual cifra de 500.000 por
ellas, el más alto precio que la revista haya pagado por unas fotografías. Desde el comienzo
de la relación, algunos diarios franceses llegaron a pagar 50.000 por una imagen que la
certificara.
Sorpresa, admiración, incredulidad. Así fue recibida la noticia en el ambiente del jet-lag
internacional. Esa historia ¿era una repetición del pasado? Quizás sí. Pues parecía que la
bella en cuestiones de amor, le estaba siguiendo los pasos a la madre.
De la misma manera que Diana se enamoró locamente del playboy y también millonario
Dodi Al Fayed, un conquistador egipcio, ahora le tocaba el turno a su hija. La primogénita
de Lady Di tenía que lidiar a diario con fotógrafos que no paraban de perseguirla para
conseguir la ansiada instantánea que evidenciara la nueva relación. Múltiples diarios
internacionales le dedicaron la primera plana a la historia de amor del momento y todos sus
detalles. Además de destacar sus respectivos noviazgos pasados, el periódico Paris Match
hizo hincapié en la semana romántica que pasaron en Bariloche, donde Pinault habría
gastado 150 mil euros en sesiones especiales de esquí. La nota también hacía mención a la
aprobación que recibió el novio de parte del entorno más íntimo de la princesa. Pese a
que se especulaba que el príncipe Carlos no veía con buenos ojos la nueva relación de su
hija, la opinión pública dictamino que el padre no podía reprocharle nada a la hija. Mary no
aceptaba intromisiones. Los franceses veían las salidas como si se tratase de un cuento de
hadas entre una princesa y un gigante de los negocios pero los británicos sentenciaron el
romance. Era inevitable reflexionar sobre dos bellezas tan antagónicas. Ella una princesita
de porcelana y él, cuarentón y con una cara imperfecta.
En internet, las referencias al nuevo amor de la princesa distaban mucho de la devoción o la
simpatía. Lo cierto, lo obvio, lo que sí se veía es que Mary lo eligió sin miedo al qué dirían.
¿Pero Por qué fastidiaba tanto una historia de amor? Flamantes protagonistas de un drama
romántico, quizá demasiado tórrido para ser estadounidense: atrás quedaron el decoro que
caracterizó los siete años de Mary con Goldsmith. Es verdad, están saliendo y ella está
muy interesada en él, aseguraba una fuente cercana. Ella siempre se está quejando de que
los chicos de su edad no son lo suficientemente maduros para ella, así que François es
perfecto para ella.
La bella a quien el protocolo le importaba poquísimo, prometía seguir una vida muy a su
aire junto a su nueva pareja.
La exposición en los medios, las constantes comparaciones con Lady Di y ser llamada la
princesa triste le colmaron la paciencia. Cansada de la situación, opto por dejar el asunto en
manos del abogado Alain Touca, el mismo que llevó el caso de Diana de Gales. El letrado
inicio una serie de litigios contra algunos medios, mi clienta ha sido perseguida sin
descanso, día y noche, por una docena de individuos y fotógrafos. Tal y como ha dejado
claro la joven, siente que está siendo víctima de un acoso mediático y físico. Toucas
advirtió que la situación que estaba viviendo supone sin lugar a dudas un peligro: La
princesa vive un infierno diario. Estas persecuciones de coches de motos y coches
representan un riesgo muy grave de violencia física. También ponen en riesgo a otros. Yo
lo viví con su madre, la princesa Diana de Gales a quien tuve el honor de representar y no
tengo ningún deseo de repetir.
La persecución y acoso hacia la joven se había convertido en un caso de orden público. El
príncipe Carlos emitió a través de sus abogados un comunicado en el que exigió a la prensa
precaución y respeto a la intimidad de la princesa, y también amenazaron con tomar
acciones legales si la prensa no cumpliese la petición. Como resultado, las dos empresas
responsables de la publicación de algunos de los más importantes periódicos del Reino
Unido decidieron abstenerse a publicar fotografías e historias realizadas por paparazis.
Consecuentemente, para los medios de comunicación el romance fue poco menos que un
regalo caído del cielo. El hecho de que François Henri Pinault fuese veinticuatro años
mayor que ella, divorciado, padre de cuatro hijos y con un extenso currículo de amores
entre ellos: Linda Evangelista y Salma Hayek proporcionaba a la prensa una excusa
inmejorable para informar pormenorizadamente de todos los movimientos de la pareja.
2014: La Princesa Humanitaria
Mary era la niña dorada. Siempre lo había sido. De ahí en más, hizo todo lo que tenía que
hacer porque, en realidad, nunca se le pidió que hiciera demasiado. Bastaba y sobraba con
ser la hija de Lady Di, ser bella y salir con chicos multimillonarios. Y, más allá de las
muchas inquietudes paternales, todo bien; porque nadie esperaba que fuera un genio sino
nada más y nada menos que fuera un Windsor: la flamante y aerodinámica modelo de un
diseño clásico y venerable. Ella siempre será la eterna Novia de Europa.
Ni su cuñada, la popularísima duquesa de Cambridge; ni sus dos hermanos, el heredero del
heredero al trono de Inglaterra, y el rebelde y divertido príncipe Harry. Ni el baby George,
ni siquiera su augusta abuela, la reina Isabel II: el miembro más popular de la familia real
por antonomasia, era también la más díscola de sus integrantes: la princesa Mary. Sí, la que
fue pillada acompañando a su novio mientras este esnifaba líneas de cocaína en sus años
mozos, la misma al que apodaban la novia de Europa. La joven capaz de superar con creces
la infidelidad de su prometido y que no en vano le valió el titular de la princesa triste. Tan
mítica como Diana, Mary así se desprendió de un sondeo realizado entre 2.000 personas, y
en el que se llevó a sus 28 años el favor de un 80% de los encuestados. Cifra que le situó
por encima de su freenemi: Kate Middleton. Era bien sabido que aunque ambas jóvenes
guardaban las formas en público y se esforzaban por parecer amigas, existía un fuerte
antagonismo entre ellas. Un antagonismo alimentado por los medios que organizaba
concursos para elegir a la mejor vestida, a la más bella, a la que mejor se expresaba o a la
que mejor cumplía con sus obligaciones.
Decían que Kate se veía constantemente eclipsada por la exhibición de la princesa en actos
públicos dentro y fuera del palacio, y su inmediata repercusión en las revistas del corazón,
que ejercían de boletín oficioso con llamativos comentarios en los que se alaba su
elegancia, su belleza y, sobre todo, su porte regio.
Aparte de las evidentes diferencias de estilo, condición y físico, Mary y Kate eran dos tipos
muy distintas de mujer y de royal. La tímida Kate representaba los gustos de la clase media
con aspiraciones. Pulió su imagen, pero seguía manteniendo cierta dejadez propia de las
clases altas británicas y su reticencia a aparecer en actos oficiales le causo que tuviera fama
de perezosa. A Kate le quedaba un largo camino por recorrer para poder acercarse al
charme de la novia de Europa y, por supuesto, al de la princesa Diana de Gales. Con todo
esto, Kate Middleton lo tenía difícil, pues no solo tenía que luchar contra un rival del
presente, también con una sombra del pasado.
Pero muy a pesar de que Kate fuera la próxima reina de Inglaterra y hubiera dado a luz al
príncipe George, no consiguió hacerle sombra. Al revés. La princesa Mary seguía
eclipsando, sin siquiera proponérselo, con su belleza, sus causas y su temple de acero. En
efecto: todos los actos oficiales estaban protagonizados por William y Kate.
Sin embargo, la languidez de la duquesa de Cambridge y la falta de simpatía que generaba
William no interesaban demasiado a las cámaras. Tampoco eran útiles para las crónicas.
Era mucho más fascinante todo lo que envolvía a Mary, una de las más enamoradizas,
intrigantes y misteriosas princesas de la última generación: Pues para gran parte de los
británicos era ella quien representaba lo mejor de la dinastía Windsor. No sólo era el
glamour, sino que ella era la herencia viva de la princesa Diana. Los que criticaban a
William ponían como ejemplo de buena actitud y saber hacer a su hermana, quien a pesar
de no ser la heredera, ella contaba con una agenda completísima y nunca había tenido
ningún problema en hablar con los medios. La pequeña del clan no se escondió y explicó a
los británicos su problema, al igual que ocurrió con su dislexia.
De su estatus hacia arriba, Mary no tenía competencia alguna en Inglaterra. Por sí sola,
Kate solo presidia únicamente actos menores e incluso, le fabricaron una fundación con su
nombre para que luciera. Pero no lucio. El ubicuo William también estaba presente en todo
lo demás, como le correspondía. Harry, el ex príncipe rebelde, apenas se asomaba en la foto
más que para alguna gala benéfica y asistía a los actos imprescindibles que le marcaba el
protocolo. Muy pocos.
Sin embargo, acallando los rumores, Mary definía de esta manera su relación con la
duquesa de Cambridge: Kate y yo somos amigas y cómplices. Nos conocemos hace ya
muchos años y compartimos muchas cosas. Además, recalcó que no había que poner una
etiqueta a Kate o pedirle que fuera otra persona. Kate es Kate y es importante no hacer
comparaciones ni con mi madre, ni con conmigo. Cada persona es diferente y gestiona las
cosas a su manera, con su pasado, su alma, su corazón, sus sentimientos y sus ideas. No
hay que intentar encerrar a la gente en moldes prefabricados, hay que respetar la
personalidad de cada uno, lo que le hace vibrar a cada cual. En septiembre fue elegida por
más de 25 millones de personas en distintos países, la tercera persona más confiable y
respetada del mundo, siendo superada por Nelson Mandela y el tenista Roger Federer.
Mary y François se vieron envueltos en una crisis durante la primavera pero en el verano la
relación ya se había afianzado y ya paseaban su amor sin reparos, hubiera o no cámaras, y
el día 26 de julio, las revistas se hicieron con las primeras fotos de besos. Juntos se
escaparon a las islas Galápagos, y cuando fueron fotografiados jugueteando en la cubierta
de un yate, el Palacio Real se vio casi en un callejón sin salida.
El morbo estaba servido para la prensa que no paraba de comentar la agitada vida
sentimental de la princesa. A sus escasos 28 años, Maria de Gales había soportado de todo.
Llevando en su rostro el peso de una infidelidad, la pérdida inconsolable de su madre,
escándalos, críticas y el peso de una familia demasiado desgraciada.
La novia de Europa, como siempre la llamaron, venía haciendo todo lo posible para cortar
la trágica saga familiar y, en especial, no repetir la desgraciada historia de su madre.
Se volvió a desatar un torbellino mediático luego de la publicación de la foto tomada a
larga distancia, en la que se los mostraba abrazándose en la cubierta bajo el titular La
princesa y Pinault. Un paparazzi de incógnito contrató un barco y acechó durante días hasta
que invadió su ámbito privado en forma devastadora. A pesar de la excesiva atención de la
prensa y las historias que se publicaban su relación resistió firmemente. Desde ese
momento, el infiel Alejandro Santo Domingo quedo en el olvido y el maduro François
Henri-Pinault se convirtió en el novio oficial de la joya Windsor.
El nuevo candidato se perfilaba cada vez más como futuro marido. En cuestión de meses se
había convertido en el último entre los muchos candidatos, el nuevo aspirante a príncipe del
Reino Unido. Para él, no existía nada más importante de allí en adelante que su amor por la
princesa. Les dijo a sus amigos que ella era el amor de su vida y que, a pesar de la incesante
presión de los medios, jamás se había sentido tan feliz. También Mary había encontrado por
fin al hombre que siempre había buscado y no había podido hallar hasta el momento: un
hombre fuerte, amable y afectuoso que la hacía sentir completamente realizada.
En enero de 2014, David Blunkett, Ministro de Educación y Empleo británico, la puso al
frente del comité consultivo nacional sobre educación creativa y cultura. Comité que
realizó la mayor investigación nacional sobre la importancia de la creatividad en la
educación y la economía del Reino Unido. Fruto del trabajo en dicho comité, se publicó el
llamado Informe Princess Mary. El informe tuvo un gran impacto pues ponía de relieve el
escaso papel que hasta entonces había recibido la creatividad y la importancia que sobre
ella recaía el futuro, ya no sólo del país, sino de la propia humanidad.
En abril fue galardonada por la ONU, mención que recibió gracias a su labor humanitaria y
a la creación de la fundación Naked Heart Foundation.
En dicha ceremonia declaró: No olvidemos que al final de día cuando todos se vayan a
casa, 960 niños habrán muerto en la parte central de África.
A continuación se unió a la Campaña de Little T para el tratamiento del cáncer de mama y
su conferencia las escuelas matan la creatividad expuesta en el congreso TED, se convirtió
inmediatamente una de las más comentadas.
Desde el 20 de abril, Mary era miembro del Consejo de Estado, el organismo
gubernamental más importante de asesoramiento de Inglaterra. La princesa se convirtió en
una voz activa a nivel mundial sobre la importancia de la inclusión financiera para reducir
la pobreza y el logro de los objetivos de desarrollo. Al comentar sobre el debut de la
princesa como miembro del consejo de Estado, Anne Perkins de The Guardian señaló que
ella no será títere de nadie, mientras que Cristina Odone de The Daily Telegraph predijo
que Mary era una estrella en ascenso del gobierno de coalición. Quentin Letts del Daily
Mail posteriormente la felicitó por su rol como miembro del Consejo de Estado,
describiéndola como imperturbable. Y Allegra Stratton, luego con The Guardian, la elogió
como una muestra de visión nueva.
Nombrada por el Secretario General de la ONU como Abogada Especial para la
Financiación para el Desarrollo Inclusivo, comenzó a trabajar con líderes gubernamentales,
reguladores y supervisores financieros, organizaciones intergubernamentales, parlamentos,
sociedades civiles y sectores privados para aumentar la sensibilización y promover la
acción. Como defensora especial, desempeñó un papel de liderazgo en la promoción de
mejores prácticas y políticas para el aumento del acceso a la financiación, la protección de
los consumidores y la educación financiera. Se ocupaba de estas cuestiones durante sus
visitas a los países y en los foros internacionales como la ONU, el FMI, el Banco Mundial,
el G20 y el GAFI. También creaba conciencia sobre la importancia de la inclusión
financiera en su propio país.
La joven, estaba al tanto de la política internacional y expresaba sus opiniones políticas en
público y colaboraba activamente en la gestión del país junto a su hermano Harry, su eterno
aliado.
Su posición como miembro de la familia real a la hora de participar en el proceso político
quedó reflejadas en su discurso en la Universidad de Oxford La princesa como ciudadana,
reproducido íntegramente por el New York Times y el Washington Post.
La princesita participo en la cumbre Women in the World en la ciudad de Nueva York,
donde se reunieron gran parte de las mujeres más poderosas e influyentes del planeta, para
luchar por la educación de las mujeres y niñas del mundo y en diciembre, fue nominada
al Premio Príncipe de Asturias de Cooperación y Concordia por su labor solidaria. También
recibió el tercer Premio anual Cronkite a la Excelencia en Exploración y Periodismo en
reconocimiento a su trabajo incluyendo su desempeño en UNICEF como Portavoz de la
Juventud, sus esfuerzos en la ACNUR y su increíble trabajo en la Naked Heart Foundation.
A finales del 2014, la princesa fue nombrada por primera vez como la mujer más admirada
por los británicos relegando a Kate Middleton en un segundo plano.
Su imagen mejoro dramáticamente ante el público y se convirtió en una respetada figura
mundial. Ella consistentemente obtuvo altos índices de aprobación que fueron los más altos
de cualquier figura de la realeza británica nacionalmente prominente activa.
La princesa, dispuesta a romper paradigmas, fue calificada por Forbes como la tercera
mujer más poderosa del mundo, solo por detrás de Ángela Merkel y Janet Yellen.
2015: El legado de una princesa
En 2015 volvió a presentarse en TED, con el mismo éxito que en el año 2013. Participo en
el Consejo británico de micro finanzas para apoyar el espíritu empresarial en el Reino
Unido.
Participó en la campaña de UNICEF Soccer Aid y viajó a Chad el día de su cumpleaños y
realizó un diario de viaje con el fin de mostrar la situación de los niños de Chad y ayudar a
recaudar fondos para la causa. La prensa británica e internacional se encontraba enamorada
de la princesa de Gales pues la describían como una mujer moderna, inteligente y
preparada. Fuerte. Con opinión. Y carácter. Una princesa a la que no le bastaba con ayudar
a la mejora de las condiciones de vida de los niños desfavorecidos o las mujeres. Mary
parecía dispuesta a no ser relegada como otras princesas a un papel secundario en la
dirección de su país.
A los 29 ya era directora de varias fundaciones e institutos filantrópicos internacionales.
Cuando Mary y François-Henri Pinault empezaron a mostrar públicamente sus arrumacos
nadie daba un duro por su relación. Las apuestas en su contra se pagaban a mil a uno en el
mundo del cuore. Sus 24 años de diferencia y sus mundos distintos: él, las inversiones y el
lujo; ella, el protocolo y la rigidez de la realeza no ayudaban mucho sin olvidar los dos
hijos del divorciado Pinault, de 12 y 10 años, August, el hijo que tuvo con Linda
Evangelista y Valentina Paloma con Salma Hayek. Todo apuntaba entonces a un capricho
de la novia de Europa que volvía con fuerza al candelero porque eso de emparentar con el
Elíseo francés, aunque fuera solo unos meses, le hacía recuperar su cache.
Entre los planes de Mary no entraba dar el sí, quiero tan rápido. Pero François le colocó un
pedrusco tamaño XXL tallado en 1953 por Cartier en oro amarillo con un diamante de
cuatro quilates rodeado de zafiros y pétalos de diamantes. 60.000 euros en su anular.
Cualquiera pondría el grito en el cielo, pero para la princesa casi se puede considerar una
minucia.
La pareja fue fotografiada mientras caminaban por las calles de Paris. Ella trataba sin éxito
de pasar inadvertida y, tal vez por tanta sencillez en su atuendo, los fotógrafos repararon en
un pequeño detalle en el dedo anular de su mano izquierda. Un anillo con tres diamantes y
una esmeralda en el centro cuyo valor fue estimado en 100.000 dólares por el periódico The
Sun. Los rumores tomaron otro curso. La pregunta sobre un posible compromiso comenzó a
circular por las redacciones con tanta insistencia que finalmente Clarence House tuvo que
salir a dar respuestas. El 16 de septiembre de 2015 Clarence House emitió un comunicado
de prensa el cual establecía que la princesa de Gales y el multimillonario François-Henri
Pinault contraerían matrimonio. Con la noticia publicada en la página oficial de la familia
real, Mary afirmaba que él era el elegido. Sería feliz si François fuera el padre de mis
hijos. Sé que sería muy buen padre y que formaríamos una familia estable. Pero aún no
estamos en ese punto. Aún tenemos camino por recorrer antes de convertirnos en padres.
François siguió los dictámenes de la tradición, pidiéndole primero la mano al padre de la
novia, el príncipe heredero, quien acto seguido solicitó el consentimiento de la reina Isabel
II. Que una hija esté condenada a cometer los mismos errores que su madre no es una regla
exclusiva de las tragedias griegas. Es algo que sencillamente sucede. El tiempo dirá si Mary
Elizabeth Windsor, la hija menor de la princesa Diana, terminará o no condenada a la
infelicidad. Por ahora, Mary, que acaba de cumplir 29, luce orgullosa y desde hace dos
meses, un anillo de oro, símbolo de su compromiso con el multimillonario francés François
Henri Pinault de 52. Además, Mary ya no es la misma. La tímida muchacha criada bajo la
estricta mirada de su padre quien floreció y se convirtió en el alma de la fiesta se ha
convertido en una mujer decidida a tomar control de su vida.
La fiesta de compromiso tuvo lugar el 26 de noviembre en el Palazzo Grassi de Venecia
donde se realizó una fiesta de máscaras alusivas al carnaval de Venecia en los Magazzini
del Sale, ubicados en la zona veneciana Punta della Dogana rodeado de un importante
dispositivo de seguridad y a la cual asistieron alrededor de 350 invitados entre los que se
encontraban Kate Moss, Bono, Karl Lagerfeld, Patrick Demarchelier, Elton John, Victoria
Beckham, Stella McCartney, Bernie Ecclestone, Jean Todt y Flavio Briatore.
A bordo de dos aviones privados y acompañados por un staff de cincuenta miembros, Mary
y Pinault llegaron a Roma cuatro días antes del evento y se instalaron en el Hassler, un
hotel 5 estrellas ubicado sobre las escalinatas de Piazza Spagna. Los días previos a la
celebración, la pareja salió poco y nada del hotel. Recién apareció en la primera de las
fiestas de pre-calentamiento. Fue en Nino, un restaurante por el que la princesa tenía
predilección. Para la ocasión, Mary, flaquísima, Victoria Beckham, la esquelética mujer fue
su guía en su dieta pre-nupcial, eligió un equipo de Armani, de pantalón y blusa anudada a
la cadera. Y el viernes hubo una cena de gala en Villa Aurelia, en el Gianícolo romano.
Finalmente el sábado 26 de noviembre, la pareja llegó al castillo medieval en un auto negro
con vidrios polarizados.
2016: Boda real
Un total de 1.500 personas se congregaron en la Catedral de St. Paul pero fueron testigos
otros 750 millones de espectadores de todo el mundo que presenciaron la ceremonia desde
sus televisores. Una cifra que ascendía a los mil millones superando la boda de su hermano
William con Kate Middleton. Dos millones de admiradores de la familia real inglesa y de la
princesa más famosa del siglo XXI se agolparon a lo largo del trayecto de cinco kilómetros
entre Buckingham y el templo. Un itinerario que contó con 4.000 policías y 2.200 oficiales
militares para controlar el desbordado entusiasmo de la multitud al paso de la comitiva
nupcial por la plaza palaciega, el paseo de Mall, la plaza de Trafalgar, Flett Street y la plaza
de la catedral.
La princesa eligió la Catedral de St. Paul, mismo lugar donde sus padres se casaron hace 33
años el 29 de julio de 1981, Por pedido especial de la novia, el recinto fue transformado en
un bosque. Ocho árboles flanquearon la nave central, seis de ellos eran arces, un símbolo de
humildad. Toda la familia Windsor y sus ilustres invitados, entre los que se encontraban los
representantes de las familias reales europeas y varios Jefes de Estado y Gobierno, vistieron
sus mejores galas en el señalado día. Entre los invitados se destacó la presencia del
conocido club de los jóvenes príncipes escandinavos. En esa ocasión no iban los monarcas
ya que no era la primera en línea de sucesión al trono.
Las campanas de la abadía anunciaron la llegada del novio, François Henri Pinault, que
viajo desde el The Goring Hotel en un Bentley, luciendo un traje de Giorgio Armani y
acompañado por su best man, Cedric Notz.
Fue entonces cuando la reina Isabel y el príncipe Felipe hicieron su gran entrada, le
siguieron los duques de Cambridge con el príncipe George y el príncipe Harry.
Los pajes hicieron su entrada con guirnaldas largas y cantando: Emily Jane McCorquodale,
la princesa Charlotte de Cambridge, Lila Grace Moss, Grace van Cutsem, Eliza Lopes,
William Lowther-Pinkerton y Tom Pettifer.
Los niños vistieron réplicas del uniforme militar, y las niñas, con preciosos trajes blancos
de vuelo y fajines en marfil, muy similares a los que las pequeñas damas lucieran en la
boda de Carlos y Diana. Fue así como la novia hizo su gran entrada del brazo de su padre,
el príncipe Carlos con el himno I was glad de Charles Hubert Hastings Parry, compuesta en
1902 para la coronación su tatarabuelo, el rey Eduardo VII.
La princesa de Gales había llegado desde Clarence House a la catedral en una carroza de
cristal acompañada por cinco policías militares montados. El vestido despertó
exclamaciones de admiración cuando la novia salió del carruaje en el que llegó con su
padre. Hasta el sol decidió iluminar el día a través de las nubes grises, justo en ese
momento. Desde el velo a las joyas y, más que todo, en su presencia, prevalecieron la más
auténtica sencillez y una bien cuidada elegancia. Maria deslumbro con un inolvidable
vestido de novia bordado con hilos de plata, cristales de Swarovski, chaquiras de murano y
perlas con cristal diseñado por Karl Lagerfeld que cautivó y fue imitado por infinidad de
novias dentro y fuera de las fronteras de Reino Unido. Además portaba un velo hecho de
capas de tul suave, de seda color marfil, y adornado con flores bordadas a mano en la
Escuela Real de Bordados, zapatos forrados al tono y una cola de 2.70 metros, mucho más
corta que el vestido de novia de Diana, que medía 7.02 metros. El ramo, de lirios, también
fue una creación de Karl.
El hermetismo fue absoluto. Para que no se filtrara información a la prensa, la pareja exigió
a las empresas que prestaron servicio que firmasen un contrato de confidencialidad que, en
una de sus cláusulas, establecía una multa de un millón de euros para aquellos que
revelasen detalles íntimos de la celebración. La princesa coronó su look nupcial con la tiara
de la familia Spencer, la misma que Diana de Gales llevó en su boda. Al fondo del pasillo
se veía a un Pinault conmovido hasta las lágrimas y fue entonces cuando comenzó la
ceremonia que impartió el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
El príncipe Enrique leyó una de las lecturas y como segunda lectura se leyó la Primera
Carta a los Corintios conocida por ser una de las lecturas más románticas para bodas.
Convertidos en marido y mujer, firmaron las actas matrimoniales en la capilla donde
reposan los restos de Leonor de Castilla. Después, tras hacer una reverencia a la reina,
abandonaron la abadía por el pasillo central ante las emocionadas miradas de los miembros
de las distintas casas reales presentes en el enlace.
Luego al ritmo de un coro de jóvenes y del sonido de las siete trompetas que resonaron en
la misma nave donde fue coronado Guillermo el Conquistador en 1066 lideraron a los
recién casados por el pasillo de la catedral para que salieran a saludar a la gente y por fin se
dieran el tan esperado beso que se acostumbra al final de la celebración.
Tras la ceremonia religiosa, los recién casados se dirigieron en un lujoso carruaje, fabricado
para el rey Eduardo VII, y tirado por cuatro caballos tordos, al palacio de Buckingham
donde se realizó el banquete y la fiesta tras la boda, que no tuvo como invitado a ningún
medio de comunicación. Los recién casados prefirieron disfrutar de la privacidad. Antes de
iniciar el convite cumpliendo con la tradición, Mary y François aparecieron en el balcón del
palacio de Buckingham para saludar a los miles de británicos allí congregados. Muy cerca
de ellos se encontraban sus familiares más cercanos, entre ellos, el magnate Señor Pinault,
Carlos y Camilla, la reina y el príncipe Felipe, el príncipe Harry, los hermanos del novio, y
los dos pajes y las cuatro damitas de honor, entre ellas, Lila Grace, hija de Kate Moss y su
sobrina, la princesa de Cambridge.
Desde el palco, Mary dio las gracias al pueblo ingles por todo el cariño que le han
demostraron desde que le demostraron y por su presencia en los festejos de " día más
grande de su vida.
La comida de gala fue ofrecida por el príncipe heredero y la fiesta que siguió después, que
contó hasta con DJs, fue organizada por Ally Hilfiger. Mary y Pinault salieron desde
Clarence House rumbo a la fiesta.
El en impecable smoking y la princesa luciendo su segundo traje de novia. Igualmente de
color blanco radiante, acompañado de un bolero del mismo color y un cinturón de pedrería.
Llevaba el pelo suelto y pocas joyas. Durante la recepción, Harry se permitió pronunciar un
discurso que saco risitas nerviosas ante la concurrencia. Hizo bromas de tan dudoso gusto
que casi eclipso los momentos más solmenes registrados en Westminster.
Los encargados de animar la fiesta fueron, entre otros, los artistas Ellie Goulding y The
Goo Goo Dolls. Aquel dulce día concluyó como es tradición con gran pastel de boda y
baile. Se sirvió rodaballo relleno en salsa de langosta, pechuga de pollo con mousse de
cordero, fresas con crema macerada en vino y la tarta fue confeccionada por la Escuela de
Cocina de la Marina Real. Tenía cinco pisos, medía metro y medio de altura y pesaba unos
cien kilos.
Langostinos, camarones de rio, huevos de codorniz y unos 10 mil canapés fueron servidos
en el coctel posterior a la boda en Buckingham Palace.
Cerca de 350 personas fueron invitadas al buffet ofrecido por la reina Isabel II en honor a
su nieta y su esposo. Mientras los invitados degustaban el menú, escucharon un concierto
en vivo de The Goo Goo Dolls, la banda estadounidense favorita de la princesa.
El emblemático Salón del Trono de Buckingham volvió a ser el esplendoroso escenario
para el posado oficial de una boda real inglesa.
La princesa y François-Henri Pinault se fotografiaron con los miembros más allegados de
su familia.
Tres meses antes de la boda, el Mariscal del Reino Unido anunció que François-Henri
Pinault había pedido que no se le concediera estatus real para seguir siendo un ciudadano
privado y mantener su ciudadanía francesa y renuncio a los estándares necesarios para
convertirse en un miembro de la casa real británica y por lo tanto, no se convirtió en
príncipe del Reino Unido ni Príncipe de Kent. El palacio de Buckingham lo daba a conocer
en un comunicado:
El señor François-Henri Pinault es y seguirá siendo ciudadano privado de Francia y tiene
la intención de continuar con sus actividades empresariales como hasta ahora, después
que se haya casado con S.A.R la princesa Maria. Según la política de la Casa Real, un
miembro de la Familia Real no debe tener un puesto de responsabilidad social. Esto
significa que el Sr. Loudon, de acuerdo con estos principios, no puede ostentar el título de
S.A.R Príncipe del Reino Unido y tampoco el de Duque de Kent. Debido a estas
condiciones, el señor Pinault solicita respetuosamente que no le sea otorgada ninguna
dignidad real.
Mary, por su parte, si recibió el título de duquesa de Kent el mismo día de su boda aunque
conservó el título de princesa de Gales.
Princesa Leonore de Kent
Remeras holgadas, vestidos que no marcaran su figura, mientras sus amigos disfrutaban del
agua, ella se quedaba a la sombra para esconder su embarazo. Hasta que la panza se hizo
imposible de esconder y lució un traje de baño azul que confirmó las especulaciones que
circulaban en el entorno.
Después de que se dispararon los rumores, el The Sun confirmó lo que la familia real
inglesa no había hecho: el embarazo de la hija de Lady Di, de 30 años, quien con la carita
más redonda, muy sonriente y una expresión de gran felicidad, mostraba su prominente
panza. Durante ese tiempo, fue fotografiada con frecuencia sosteniendo una distintiva bolsa
de cuero fabricada por Hermes. La cartera o Sac à Depeches, era un escudo para evitar que
el embarazo quedara expuesto a las miradas indiscretas de los paparazzi. Las fotografías,
sin embargo, popularizaron la bolsa y se convirtió en un icono, a partir de entonces sería
conocida como la Bolsa Mary.
Finalmente, el 3 de julio se anunció públicamente que la princesa estaba esperando su
primer hijo.
La princesa Mary y su esposo François-Henri Pinault tienen la gran alegría de comunicar
que están esperando su primer hijo. La futura madre se encuentra bien, y se calcula que dé
a luz a finales de 2016. Finalmente el 23 de noviembre de 2016 la ansiada niña nació en el
St Mary Hospital en Londres, Inglaterra.
La nueva princesa del Reino Unido pesó 3,8 kilos al nacer, informó la casa real, que hacia
las 8:00 de la noche hizo el anuncio oficial, el cual desempolvó de inmediato una cadena de
tradiciones. A la entrada del Palacio de Buckingham, sobre un caballete, fue publicado el
boletín oficial, firmado por el equipo médico que la asistió, encabezado por el doctor
Marcus Setchell, ex ginecólogo de la reina y quien le realizó una histerectomía a la duquesa
Camilla de Cornualles, la esposa del príncipe Carlos. Otra tradición que la familia real
Windsor siguió al pie de la letra fue la repartición de 2013 Royal Mints, o peniques
conmemorativos del acontecimiento, a los súbditos que fueron padres el mismo día que la
princesa. Además, como desde los tiempos de la reina Victoria, 62 salvas de artillería
fueron disparadas en la histórica torre de Londres, y otras 41 en el Green Park. El palacio
de Buckingham anuncio que la niña seria nombrada Su Alteza Real, La princesa Leonor,
duquesa de Kent.
El día anterior, el 22 de noviembre, el mundo finalmente había oído la noticia del suceso,
tres semanas de expectativa por un bebé que era el cuarto bisnieto de la reina Isabel II y la
sexta en la línea de sucesión al trono.
Desde el pasado nacimiento de Charlotte, no se veían tantos periodistas de todo el planeta
en Londres. Pero esta vez la protagonista era una bebé que no había balbuceado sus
primeras palabras y ya era llamada la bebe más rica de Francia.
A mediados de noviembre, la entrada del pabellón Lindo del hospital St. Mary se convirtió
en el epicentro de la espera donde el wi-fi en el área colapsó y las cafeterías aledañas se
convirtieron en salas de redacción improvisadas. Pero como lo dijo la propia Mary alguna
vez, los bebés no tienen una agenda, y para el 20 de noviembre no había indicios de que el
parto estuviera cerca, aunque no escasearon las especulaciones sobre su inminencia. El caso
es que con su impaciencia, los fans de la monarquía ya habían contagiado a los que no
siguen a esta institución. Finalmente, el día 23, cuando se decía que el asunto podría
prolongarse hasta fin de mes y los periodistas manifestaban su frustración por la demora, el
desenlace se dio de modo rápido y discreto. Hacia las 5:30 de la mañana, la pareja llegaba a
la clínica, pero burlaron a la prensa ingresando por una entrada lateral, sin darles tiempo a
los fotógrafos de reaccionar.
El trabajo de parto duró cerca de once horas, cinco menos que el del nacimiento de Mary.
La bebe llegó a las 4:24 de la tarde, pero sus padres quisieron estar en privado con ella unas
horas antes de dar la noticia. Siguiendo el protocolo, la primera a la que la princesa llamó
fue a su abuela, la reina Isabel II, quien desde antes de que naciera había nombrado a su
bisnieta princesa de Kent. Así, la reina rompió una tradición, según la cual solo los hijos del
soberano en el trono y los hijos de sus hijos tienen derecho a recibir títulos.
Mientras Mary cargaba a su pequeña envuelta en una manta blanca, Pinault les decía a los
periodistas que su hija afortunadamente, se parecía a su madre, a lo cual ella respondió que
no tenía certeza aún.
Es una niña grande, tiene buen peso. Aún estamos trabajando en buscarle un nombre, y lo
tendremos tan pronto como sea posible, le respondió el consorte a un reportero que le
preguntó si Diana, favorito en las apuestas, figuraba entre las opciones. Mary, vestida con
un traje de jersey azul estampado con pepas blancas de Chanel declaró: es muy
emocionante, es un momento muy especial. Cualquier madre sabe cómo es este
sentimiento. La pareja volvió a entrar al hospital tras la presentación de su hija, a quien su
padre puso en una silla para auto, antes de salir una vez más para abordar una camioneta
Range Rover. Como cualquier padre, Pinault quiso tomar él mismo el volante para conducir
a su familia a casa, dejando atrás una estela de ovaciones de la multitud.
Leonor no era solamente una princesa más pues pese a sus apenas 48 horas de vida la
pequeña ya había recibido el título de la bebé más rica de Francia. Una niña que nada más
con haber llegado al mundo ya podía presumir una gran fortuna. Su abuelo François Pinault
ocupaba el lugar 34 en la lista de hombres más poderosos y ricos del mundo y su padre
François Henri-Pinault era el encargado de administrar dicha fortuna como Presidente del
grupo Pinault. El volumen de negocios de este conglomerado se valuó en 14.5 billones de
dólares en 2007 y congregaba empresas de perfumes, ropa, casa de subastas, un equipo de
futbol, un teatro, una empresa de espectáculos culturales, una maderera, entre otros
negocios. Gucci, Yves Saint Laurent, Christie y Le Point son algunas de las marcas que
resaltaban entre los negocios del abuelo Pinault. Por supuesto, su padre de 54 años de edad,
también tenía su acumulado, valuado en 11 millones de euros. Eso sería sólo por parte de la
familia paterna, pero por el lado de la madre corrían por sus venas los genes, ni más ni
menos, de la bellísima y legendaria princesa Diana aquella mujer que sacudió la anquilosis
de la aristocracia, y dejó muy claro que la nobleza está en los afectos más que en los títulos
que se heredan y de Maria de Kent, su madre, la princesa más bella del mundo.
Leonore Lilian Maria lo tenía todo. Todo. Pudiendo presumir de llevar esa herencia
genética privilegiada, Leonor a pesar de ser un bebe ya tenía una vida de cuento de hadas,
decían las revistas de la jet set.
Leonor además, tenía cuatro medios hermanos, François y Mathilde, hijos que su padre
tuvo con su primera esposa Dorothée Lepère de quien se divorció en 2003. August, fruto de
la relación que Pinault tuvo con la supermodelo Linda Evangelista y Valentina Paloma
Hayek, la hija que tuvo después de su matrimonio de 5 años con la actriz mexicana Salma
Hayek.
La ceremonia de bautizo se celebró el 1 de febrero de 2017 en la capilla de St James.
Sus padrinos fueron: el Príncipe Harry e Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe.
Madame Tussauds en Nueva York creó una figura de cera de Leonor, de dos meses de
edad. Fue la primera niña en ser imitada en cera en este museo.
Una vez que culminó su MBA en Economía inició sus estudios de doctorado en la
Universidad de Paris por un periodo de dos años con una especialización en Relaciones
Internacionales. Se graduó con el pregrado académico Doctor en Jurisprudencia o Juris
Doctor.
2017: Octava princesa real y renuncia de la Duquesa Maria de Kent
El 6 de febrero de 2017, murió la reina Isabel II y su padre ascendió al trono. Desde ese
momento, la princesa fue nombrada únicamente como la princesa Maria, debido a su
posición de hija del rey y se convirtió en la octava princesa real.
Sin embargo, una semana después de la coronación de su padre, Mary renunció al
tratamiento de Su Alteza Real para quedar dispensada de las obligaciones oficiales y poder
dedicarse a una profesión de su elección pero no quiso renunciar a su título de princesa del
Reino Unido ni a sus derechos de sucesión. También aceptó voluntariamente empezar a
pagar impuestos, un privilegio que tenía la familia real.
Ante la sorpresiva noticia, Mary explicó sus razones: Es una emancipación que me permite
integrarme a la vida activa y ganar mi propio dinero. Es la mejor solución para todas las
partes. La princesa explico que tenía previsto dedicarse a sus dos grandes pasiones, la
política y la filantropía. Aquella decisión fue ampliamente aplaudida por los británicos
quienes
2018
La entrada y los pasillos del hospital St Mary de Londres estaban a rebosar de multitudes.
Cientos de británicos y otros tantos fotógrafos, periodistas y cámaras de por lo menos 12
canales de televisión de varios países, que trasmitían en directo, querían ser los primeros en
ver a los gemelos de la princesa Maria de Kent. Una niña y un niño que salieron del
hospital en brazos de sus orgullosos padres, pasadas las tres y media de la tarde del 14 de
enero de 2018. Los bebes gemelos, vestían dos colores distintos. El niño con una blusa de
tonos grises y la niña con otra de color rosa pálido. La pareja se paraba para hablar con la
gente y así poder mostrarles de cerca sus nuevos retoños. Los bebes dormían plácidamente
en los brazos de sus padres y ni siquiera se inmutaron en su primera aparición en público.
Tiene temperamentos distintos; la niña es más tranquila, pero a los dos les gusta estar
juntos. Explicaba Mary. La princesa ingreso en el centro hospitalario a las 6 y media, y
cuatro horas después, a las 10.30, llegaba al mundo el primero de los dos bebes; una
hermosa niña y casi tres minutos después, nació el niño. La nueva princesa y el nuevo
príncipe del Reino Unido ocupan el octavo y noveno puesto en la línea de sucesión a la
corona británica, por detrás de su abuelo, el rey Carlos, sus tíos William y Harry y su
primo, el príncipe Jorge de Cambridge de un año. El rey fue el primero de la familia real en
aparecer en el hospital y posteriormente, Alex Loudon también llego enseguida y confesó
haber llorado de emoción cuando se enteró del feliz acontecimiento. El abuelo paterno fue
el que encargo de cuidar a su otra nieta, la princesa Leonor. Camilla Parker no quiso
esperar mucho tiempo también, al contrario de otras ocasiones, llego muy pronto al hospital
donde prefirió entrar por la puerta de atrás y no hablo con la prensa hasta la salida.
Es también una tradición que las antiguas baterías de cañones de los castillos ingleses
anuncien la llegada al mundo de un nuevo príncipe. Pero esta vez las salvas de 21
cañonazos disparadas a las doce en punto de la mañana del sábado 14 de enero fueron por
partida doble. Un total de 42 disparos salieron de los cañones que
2017: Abdicación del príncipe Guillermo y ascensión de Maria
El 10 de diciembre de 2017, en una sencilla y breve ceremonia celebrada en el ámbito
familiar del palacio de Buckingham, el príncipe William renunció oficialmente a sus
derechos dinásticos cediendo a su hermana menor la Jefatura de la familia y la Casa Real
Británica.
La princesa Maria, duquesa de Kent accedió al trono como Maria I del Reino Unido.
La hija mayor de Mary, la princesa Leonor, ocupó el primer lugar en la línea de sucesión,
convirtiéndose en la presunta heredera.
Leonor de Kent
La princesa Leonor, duquesa de Kent (Leonore Princesa del Reino Unido
Lilian Mary) (Londres, 23 de noviembre de 2016) es
la hija mayor de la princesa Maria, duquesa de Kent
y de su esposo, el empresario francés François Henri-
Pinault así como nieta de Carlos, príncipe de
Gales y Diana, princesa de Gales fallecida en 1997 y
la cuarta bisnieta de la reina Isabel II. Por tanto, es la
séptima en la línea de sucesión al trono británico y a
los tronos de los dieciséis reinos independientes de
la Mancomunidad de Naciones.
Su padre es el actual presidente del conglomerado del
grupo de artículos de lujo y distribución Pinault-
Printemps-Redoute, PPR, propietaria de marcas
como Gucci, Yves Saint-Laurent,
Información personal
Balenciaga y Puma, de la casa de
subasta Christie's, La Redoute, el semanario Nombre Leonore Lilian Mary Windsor
secular
conservador Le Point, el canal de televisiónTF-1, con
participación en el periódico Le Monde, en FNAC, y Nacimiento 22 de julio de 2012 (14 años)
Londres, Reino Unido
en el equipo de fútbol Stade Rennais e hijo y
heredero de François Pinault. Es considerado uno de Residencia Londres, Reino Unido
los hombres más ricos del mundo, con una fortuna Familia
estimada para finales de 2014 en 15 100 millones de Casa real Casa de Windsor
dólares.
Dinastía Windsor
Padre François Henri-Pinault
Madre Princesa Maria, Duquesa de Kent