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La princesa Maria de Gales (Mary Elizabeth

Maria de Gales
Alexandra) (Londres, Inglaterra, 4 de
agosto de 1986) es la hija menor de Carlos, príncipe Información personal
de Gales, y Diana, princesa de Gales. Es nieta de
Nombre Mary Elizabeth Alexandra
la reina Isabel II del Reino Unido y del príncipe secular Windsor
Felipe, duque de Edimburgo. Ocupa el quinto
puesto en la línea de sucesión al trono británico, Nacimiento 4 de agosto de 1986 (28 años)
Londres, Inglaterra
después de su padre Carlos, príncipe de Gales, de su  Reino Unido
hermano mayor el Príncipe Guillermo, duque de
Cambridge, de su sobrino el príncipe Jorge de Cónyuge Alejandro Santo Domingo (2013-
Presente)
Cambridge y su hermano Enrique de Gales. Su
apellido sería Windsor; sin embargo, los miembros Alta Mater Universidad de Oxford
London School of Economics 
de la familia real británica oficialmente no tienen
apellido. A falta de éste, utilizan como apellido el Residencia Londres, Inglaterra
nombre de su título, en este caso, Gales (Wales).  Reino Unido
Descendencia Leonor de Kent
Familia
Casa Real Casa de Windsor
Padre Carlos de Gales
Madre Diana de Gales

Escudo de Mary of Wales


Mary Elizabeth Alexandra Windsor nació el 4 de agosto de 1986 en el St Mary’s Hospital
en Londres. Es la hija menor de Carlos, príncipe de Gales y Diana, princesa de Gales.
Es nieta de la reina Isabel II del Reino Unido y del príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
Ocupa el sexto puesto en la línea de sucesión al trono británico así como los dieciséis reinos
de la Mancomunidad. Su apellido sería Windsor; sin embargo, los miembros de la familia
real británica no tienen apellido. A falta de éste, utilizan como apellido el nombre de su
título, en su caso, Gales. Princesa Mary, sin embargo, continúa utilizando Gales como su
apellido para fines sociales.
Como nieta de la reina en línea paterna nació como princesa del Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del Norte con el tratamiento de Su Alteza Real, y, por lo tanto, su estilo
real es Su Alteza Real, La Princesa Maria de Gales.
Si su padre tiene éxito de obtener el trono se convertiría en la octava Princesa Real y seria
nombrada Su Alteza Real, La Princesa Maria del Reino Unido, Princesa Real. Fue
bautizada en el Salón del trono del Palacio de Buckingham por el arzobispo de Canterbury,
Robert Runcie siendo sus padrinos el príncipe Andrés, Duque de York, Lady Sarah
Armstrong-Jones, Lady Vestey, Mrs William Bartholomew y Gerald Ward, un ex oficial de
la caballería real.
Fue nombrada «Mary» en honor a la princesa Maria, princesa real y condesa de Harewood
«Elizabeth» en honor a su abuela Isabel II, y «Alexandra» por la madre de Jorge V, su
tátara abuela paterna.
En su presentación oficial apareció en brazos de su madre y acompañada por su padre y sus
hermanos mayores, William y Harry. La pequeña no tardó en convertirse en el ojito
derecho de su hermano Harry, quien siempre ejerció una gran protección sobre ella.
Desde el mismo día de su nacimiento, la princesita se instaló en el corazón de la mayoría de
los británicos y no dejó de ocupar amplios espacios informativos en la prensa del mundo
entero documentado sus primeras sonrisas, sus primeros pasos, sus primeros estudios. La
Reina la describe con las siguientes palabras: Es de rasgos delicados, la más bella de mis
nietas. Tiene la piel fina, una tez pálida, dientes blancos, bellos ojos y una figura perfecta.
Sus manos son extremadamente delicadas, el rosa y el blanco están perfectamente
mezclados en su piel. Jamás he visto ojos más bellos, son como perlas azuladas.
La llegada de un nuevo hijo a la familia real levantó rumores sobre que este era fruto de una
relación extramarital de la princesa Diana. Los rumores, falsos o verdaderos, no afectaron
al príncipe Carlos que reconoció sin dificultad su paternidad. La noticia de que la princesa
Diana estaba esperando su tercer hijo fue recibido con fervor y emoción en todo el país.
En muchas portadas de revistas aparecía la princesa embarazada. Hablaban mucho de su
estilo en esa etapa. Entonces, la familia que formaban el príncipe Carlos, su bella esposa y
sus hijos encantadores era la encarnación del sueño británico. Pero el cuadro ideal no tardó
en desmoronarse. 
Aunque su nacimiento causo conmoción y sorpresa dentro de la familia real, los abuelos de
la pequeña quedaron encantados con el nacimiento de su cuarta nieta, ya que esperaba que
el bebé consiguiera reconciliar a la pareja. Sin embargo, esto no sucedió: tres años después
su nacimiento, se filtraron conversaciones telefónicas que reflejaron los problemas
evidentes que mantenía la pareja. El nacimiento de la primera princesa nacida en la familia
real desde el nacimiento de la princesa Ana, en 1950 fue muy festejado, la felicidad
embargó a la pareja, y por ende a toda la Familia Real y cuando se comunicó que el
heredero de la Corona ya tenía su tercera descendencia, una niña de quien el Príncipe
señaló al conocerle que se parecía a los Spencer, un físico que gracias al cariño que siempre
se ha sentido por la figura de Diana ha jugado mucho en su favor. Alrededor de 1985, se
dijo que el padre de su hermano Enrique era en realidad James Hewitt, con quien Diana
tuvo un romance. Sin embargo, tras el nacimiento de Mary y siendo también ella pelirroja,
se comprobó que el cabello rojo era un rasgo conocido de la familia Spencer.
En sus años de infancia disfrutó de todas las comodidades de una vida entre algodones,
como correspondía a un ambiente privilegiado, prácticamente invariable desde los años
victorianos: equitación, una colección de perritos y gatitos, los baños en la piscina privada,
horarios fijos para las comidas y una primera educación.
La princesa Diana se encargó personalmente de la educación de sus hijos. Eligió a las
niñeras de su agrado. Llevaba a sus pequeños al colegio siempre que podía y se implicaba
tanto como una madre más. La actitud de normalidad ante sus hijos fue muy criticada por la
familia real. Pero el pueblo no solo lo vio con buenos ojos sino que les hizo apreciar aún
más a Diana como la princesa. El 9 de agosto de 1987, el Príncipe Carlos y Diana de Gales
pasaron unos días de vacaciones en la residencia de verano de la Familia Real Española, el
Palacio de Marivent, Palma de Mallorca donde la princesa Mary no se separaba del regazo
de su madre.
A los cuatro años, Mary comenzó su educación preescolar en el colegio privado Upton
House School. Ubicada al final de un camino sinuoso en medio del bosque, el colegio
ofreció el entorno ideal para la pequeña Mary.
Mary exhibió habilidades extraordinarias para las matemáticas a una temprana edad y
asistía a asignaturas de matemáticas de nivel preparatorio a la edad de nueve años y pronto
fue claro que se trataba de una niña prodigio.
Como consecuencia de los resultados de un test de inteligencia llevado a cabo en tercer
grado, que demostraban que tenía un cociente intelectual de 167,3 se le permitió saltarse
sexto y asistir directamente a séptimo. Sin embargo, sus padres se negaron y decidieron
ocultarlo ante la prensa.
Cuando cumplió siete años empezó a quedarse en el internado de St Mary Ascot. Semanas
antes de que regresara a la escuela, Carlos y Diana anunciaron su separación.
Para la princesa, la primera vez que pudo dormir fuera del palacio de Kensington fue con
una agrupación de niñas scout conocida como Brownies. Se unió a un grupo en St Mary
Ascot en Windsor en septiembre de 1994 cuando tenía ocho años. La siguiente pascua, se
fue a un campamento con las Brownies; visito un lugar conocido como Macaroni Wood en
la zona de los montes Cotswolds. Ahí, las niñas dieron de comer a las gallinas, recolectaron
huevos, vieron como nacían los pollos; alimentaron con biberón a los corderos, montaron a
caballo y fueron de paseo en carruajes tirados por caballos. También fueron a la granja de
Cogges Manor y aun sitio de ordeña en donde les ofrecieron helado. En el interior, hacían
manualidad como títeres y huevos de pascua, cocinaban, pelaban cebollas y patatas. La
princesa tenía que hacer trabajo doméstico para ganarse algún dinero. Luego, se recostaban
en sacos de dormir o en catres dentro de los dormitorios. Fue en ese momento que sus
padres estaban separados, lo que obligo a los hermanos a dividir su tiempo entre Carlos y
Diana cuando no estaban en la escuela.
Su interés por la actuación estuvo fuertemente motivado por las visitas que hacía a su
madre en el Teatro Liverpool Everyman. A partir de los 6 años, la joven Mary comenzó a
actuar en obras de teatro escolares, debutando con la producción de la escuela de Frodsham
Oliver.
A los 10 comenzó estudios paralelos de canto, danza y teatro en el Central School of
Speech and Drama, donde participó en varias obras de teatro como Arthur: The Young
years y The Happy Prince pero sin actuar profesionalmente. También interpretó papeles en
diferentes obras como Eliza Doolittle en una producción de My Fair Lady y participo en la
producción escolar de la obra de ballet de Tchaikovsky, completando su formación con
David Howard y Renato Paroni.
Diana quiso desde el primer momento que la educación de sus hijos fuese muy diferente a
la del príncipe Carlos.
Ella los educó para que fuesen capaces de vivir fuera de palacio aunque haciéndoles asumir
sus responsabilidades con experiencias normales, las cuales probablemente no habían sido
experimentadas por otros niños de la familia real hasta después de varios años, pero sobre
todo quería darles lecciones de vida profundas, por lo que los llevó a sitios
como McDonald’s y Disney World, pero los elementos de seguridad, los disfraces y los
paparazzi no eran parte de la realidad que otros pequeños experimentaban. Aunque comiera
muchas hamburguesas baratas, Mary vivía en un palacio, y su vida estaba inevitablemente
marcada por siglos de tradición, formalidad y protocolo. A lo largo de su niñez veía
personal por todos lados, notaba que la prensa esperaba afuera y tenía el peso de su destino
sobre sus hombros. La hija mayor de la princesa Carolina fue una niña espectacular, vivo
retrato de su madre y ya desde pequeña dejó cumplida muestra de que había heredado el
chic de mamá como refleja esta foto de madre e hija paseando por los alrededores de su
casa en la Avenida Foch de París. 
1996
En 1996, Diana se separó oficialmente de su marido, convirtiéndose en la única princesa no
real de la historia del Reino Unido; sin embargo pudo mantener su residencia en el palacio
de Kensington, donde vivía con sus hijos. Su intención era mantener una buena relación
con la Familia Real por el bienestar de sus vástagos.
En cuanto a su personalidad, la pequeña Mary tenía mucho en común con su madre: noble,
carismática, cálida, enamoradiza y fervientemente protestante. También heredó su delicada
estructura ósea, así como sus rasgos faciales. Es que para su madre, la depresiva y
desgraciada Diana, aquella pequeña junto a sus otros hijos se convirtieron en la única
alegría de su vida, una existencia en la que como en los cuentos tristes sobraba el dinero y
faltaba el amor.
Por entonces, los problemas de depresión, desórdenes alimenticios y abuso de
medicamentos de la princesa Diana eran ya un secreto a voces.
El enorme cariño que les tenía no impidió a Diana enfurecerse cuando su ex esposo
contrató a una niñera para que superaran el divorcio. Tiggy Legge-Bourke y ella no se
llevaban bien, y algunos de los comentarios ofensivos de la princesa, terminaron en
dimisión de miembros de su equipo personal de asesores. Ella lo percibía de otro modo.
Los chicos eran su motor y verdadera razón de su existencia y no quería interferencias.
Después de la separación de sus padres, en 1996, Harry, William y Mary pasaron sus
vacaciones escolares dividiendo su tiempo entre sus padres. Con él hacían deportes al aire
libre y viajes oficiales al extranjero. Con su madre, vacaciones en lugares exóticos, visita a
las clínicas de Sida del mundo y a ONG que otorgaban refugio para los sin techo.
1997: Muerte de Lady Di
Su vida hubiera podido ser un paseo por camino de rosas pero las espinas estaban
acechando constantemente. Y sobre todo, una que le rompió el corazón cuando apenas tenía
once años. La Princesa de Gales, su hija menor y Dodi Al Fayed, realizaron una parada en
París el 30 de agosto de 1997, después de haber estado pasando unos días juntos a bordo del
yate Jonikal, perteneciente al millonario egipcio. La idea era pasar la noche en el Hôtel Ritz
Paris, propiedad del padre de Dodi, y continuar por la mañana su viaje hasta Londres. Sin
embargo, inesperadamente la pareja cambió de planes y quiso dirigirse al apartamento
parisino de Al Fayed, localizado cerca de la Avenida Campos Elíseos.
Para ello, Henri Paul, Jefe de Seguridad del hotel, ideó un plan para eludir a los
paparazzi con el que un vehículo saldría primero del Ritz atrayendo a la masa de fotógrafos
y más tarde saldrían Lady Di, la princesa Mary y Dodi por una de las puertas traseras.
Abandonaron el hotel a las 12:20 a.m. de la madrugada del 31 de agosto, en un
automóvil Mercedes-Benz S280. Junto a ellos viajaba Trevor Rees-Jones, guardaespaldas
de Diana, y Henri Paul, que conducía el coche.
Al salir del hotel se incorporaron a la avenida Cambon, atravesaron la Plaza de la
Concordia, siguiendo por la avenida Cours la Reine y Cours Albert 1er, y finalmente
pasaron a través del túnel subterráneo debajo de la Plaza del Alma. Huyendo de los
paparazzi, después de haber tomado antidepresivos y alcohol, Henri Paul perdió el control
del vehículo a la entrada del túnel y chocó contra la decimotercera columna a una velocidad
de 190 km/h. El accidente, que se produjo cerca de las 12:23 a.m., no fue prevenido por
ningún riel de seguridad.
En seguida llegaron al siniestro varios fotógrafos que continuaron tomando imágenes. En la
escena fallecieron el chófer, Henri Paul, y Dodi, a quien los bomberos intentaron revivir
durante casi una hora hasta que fue declarado muerto a la 1:30 a.m. La causa de defunción
de ambos fue la ruptura del istmo de la aorta y fractura en la columna vertebral. Trevor
Rees-Jones y las dos princesas seguían con vida, el primero con heridas múltiples en la cara
y Lady Di, que sostenía a su hija en brazos en el asiento derecho posterior, se mantenían
conscientes.
Trevor era el único ocupante en llevar puesto el cinturón de seguridad. Uno de los primeros
paparazzi en llegar a la escena reportó que la princesa se encontraba recostada en su asiento
rodeando a su hija con los brazos para protegerla en el suelo del coche, el paparazzi intentó
sacarlas del vehículo pero sus pies estaban apresados; entonces le dijo que se mantuviera
consciente y que la ayuda venía en camino.
Las princesas fueron llevadas en ambulancia al Hospital Pitié-Salpêtrière. Tal ambulancia
se detuvo en medio de la vía por lo menos una hora, a pocos metros del Pitié-Salpêtrière.
No fue sino pasadas las 2 de la madrugada que la ambulancia llegó al hospital. Fueron
múltiples las heridas internas que padecía Lady Di. En el impacto, su corazón fue
desplazado al lado derecho del pecho, lo que desgarró la arteria pulmonar y el pericardio. A
pesar de la cirugía que se le practicó, el daño fue irreparable. Pasadas dos horas, a las 4 de
la mañana, Diana, princesa de Gales falleció. Su muerte fue anunciada por el Dr. Jean-
Pierre Chevènement, el Ministro de Interior de Francia y el embajador de Gran Bretaña en
Francia en una rueda de prensa a las 5:30 de la madrugada. Carlos, Príncipe de Gales, llegó
junto a las dos hermanas mayores de la princesa, Lady Sarah McCorquodale y Lady Jane
Fellowes, alrededor de las 2:00 p.m. de la tarde para recoger el cuerpo de la Princesa y
partir, hora y media después, de regreso al Reino Unido.
Fue así como en la madrugada del 31 de agosto de 1997, el mundo amanecía consternado
por la trágica muerte de una mujer joven, hermosa, que había recuperado la felicidad y
tenía toda una vida para disfrutar.
Por su parte, su hija, la princesa Mary sufrió múltiples fracturas y lesiones, entre ellas una
rotura de pelvis, así como fuertes daños internos y contusiones. También el accidente le
causó una importante herida en el ojo izquierdo, pero el otro también quedó afectado y tuvo
que ser intervenida quirúrgicamente.
Los médicos temieron que fuese a perder la vista en ese ojo, por lo que tuvo que tuvo que
someterse a una serie de operaciones pero el daño no se pudo enmendar del todo, dejándole
con una percepción de profundidad defectuosa y una pupila dilatada permanente por lo que
sus ojos se tornaron de distinto color, una sección de color avellana y otra completamente
azul aunque los dos iris tienen el mismo tono. Fue un milagro. Se salvó. Realmente fue un
milagro, comentó unas semanas después el doctor Elton Strauss, el jefe de Cirugía que la
atendió en el Hospital Pitié-Salpêtrière.
La princesa no fue a los funerales que despidieron a su madre. Permaneció dos meses en la
habitación 112 del Hospital Pitié-Salpêtrière con el príncipe Carlos siempre a su lado,
brindándole todo su amor paterno. Lady Sarah Spencer y su hija Emily Jane McCorquodale
también fueron un apoyo incondicional para la desdichada niña y desde entonces las tres
han sido muy unidas.
El funeral de la princesa Diana fue visto por 750 millones de personas alrededor del mundo
y el intenso interés mediático en torno a la pareja real incluyó a los tres hijos de Diana.
Se habilitaron cuatro libros para que todo aquel que quisiera pudiera transmitir su mensaje
de apoyo a los pequeños príncipes y a la familia Spencer. Sobre el féretro había un ramo de
flores que llevaba una tarjeta donde se podía leer la leyenda: MUMMY, puesta por el
príncipe Harry.
La princesa Maria regreso al Reino Unido el 2 de noviembre de 1997 después de haberse
recuperado de las heridas y se trasladó al Castillo de Balmoral en Escocia a vivir con su
padre y hermanos. Durante el funeral, el conde Spencer prometió que la familia Spencer
tomaría un interés activo en ocuparse de los niños de Diana, sin embargo; Charles, en una
polémica entrevista acuso públicamente a la familia real de tratar de limitar los contactos
entre sus sobrinos y la familia de Diana. Pues Lady Di lo nombró guardián de sus hijos en
su testamento. La reina eligió permanecer en su residencia escocesa para poner su deber
como abuela por encima de sus deberes como monarca. Allí, entre los inexpugnables muros
victorianos la pequeña era incapaz de ver y oír lo que ocurría en su país. Incluso rotativos
tan monárquicos como The Sun se preguntaban en sus portadas: ¿Dónde está la reina
cuando su país la necesita?
Además de esta ausencia, los británicos observaban con asombro que en el palacio ninguna
bandera ondeaba a media asta en señal de duelo. La Casa Real solo cumplía el protocolo:
La bandera nunca ondea a media asta en Buckingham Palace, no lo hizo cuando murió
Jorge VI. Así lo expresó el secretario privado de la reina, sir Robert Fellowes. Pero se
trataba de un anacronismo y desde Downing Street surgieron voces que se preguntaban si la
reina vivía en el mismo siglo que su pueblo. A los tres días del óbito, había gente en
Buckingham Palace que comenzaba a pensar lo mismo. En los medios de comunicación se
abrió un agrio debate sobre el futuro de la monarquía.
Los días que siguieron a la muerte de Lady Di fueron los más oscuros que se han vivido en
el reinado de Isabel II. Su ausencia incluso cuando se dejaban miles de ofrendas por parte
de los dolientes y que transformaron las calles aledañas al Palacio de Buckingham en
verdaderos mares de flores se atribuyó en ese momento a la antipatía que sentía hacia Diana
y que chocaba con el afecto que la gente le tenía a la princesa del pueblo. Sólo hasta que
intervino Tony Blair, entonces Primer Ministro, la reina regresó a Londres y reconoció el
derrame de dolor que se sentía, un gesto que le ayudó a ganar de vuelta el afecto de la gente
hacia la familia real.
Ni ella ni sus hermanos lograron superar ese dolor con rapidez, y a Mary todo lo sucedido,
especialmente la trágica muerte de su madre junto a otro hombre, le afectó muchísimo pero
la ternura y el afecto de su padre en aquellos años fueron de una importancia vital para que
recobrara la paz y con gran valentía pudo afrontar la devastadora perdida de su madre. Con
el paso del tiempo comprendió que la había perdido para siempre, aprendió a cuidar de sí
misma, y se volvió a su padre con la esperanza de encontrar algún consuelo y alguna clase
de figura materna en él. Asustada por la idea de que su padre también se fuera, a menudo
no podía dormir a menos que él estuviera cerca de ella. Fue así como Carlos se convirtió en
un padre entregado a sus hijos y trató de darles una vida lo más agradable posible. Criaré a
Mary con todo el amor que un padre puede darle a su hija y aún más. Aseguro el príncipe
Carlos a los medios británicos. Dentro de la programación del olvido, a finales de octubre,
Carlos y sus tres hijos se embarcaron en un safari en Bostwana para mezclarse con los
zulúes y conocer a las Spice Girls, heroínas de su hermano Harry, quienes accedieron a
estar con el chico en bambalinas y consolarlo luego de un show. Al viaje, además de su
padre y de un amigo, los acompaño su chaperona Tiggy Legge-Bourke, compañera de
colegio de Diana, consuelo sentimental de Carlos. Diana la había despedido como
institutriz de los niños poco antes de su muerte por celos. Sin embargo, después del funeral,
Carlos la trajo de vuelta a la finca de Highgrove a hacerse cargo de ellos. Tiggy, cada vez
que podía se refería a los chicos como mis bebés y denigraba a Diana por mala madre.
En los primeros años que siguieron las apariciones en público de los príncipes no fueron
más que las estrictamente oficiales. Cuando Mary hizo una rara aparición pública fue
asediada por los periodistas que querían hablar con ella, tocarla y preguntarle sobre su
famosa madre.
Arropados y protegidos por su familia, en especial por su padre, que procuraba pasar el
mayor tiempo posible con ellos pidió a la prensa que no los fotografiaran, que los dejaran
afrontar la muerte de su progenitora y así aprendieran a vivir con su ausencia.
La suya no fue una infancia como la de una niña cualquiera. Aun así como todos los niños
jugó, se disfrazó, paseo en bici, jugó con perros y se fue de vacaciones.
Tras destapar públicamente su relación en 1999 y ya sin la sombra de Diana, la siguiente
tarea para la pareja fue integrar a sus respectivos hijos. Para ello organizaron un crucero por
el mediterráneo donde tuvieron la oportunidad de presentarlos y convivir como una familia
normal aunque estaban muy lejos de serlo. No pasó mucho tiempo para que Carlos y
Camilla se dieran cuenta que eran totalmente diferentes, mientras los hijos de ella, Tom y
Laura, ejercían una libertad poco adecuada para su edad y se la pasaban en fiestas; los de él,
William, Harry y Mary, estaban mucho más cuidados y habían crecido con los límites que
Diana supo inculcarles desde niños.
Sin prisa pero sin pausa Camila fue presentada a los hijos de Diana. Con tacto y
sensibilidad, algo de lo que careció Diana debido a su propia experiencia con su madrastra
cuando era una adolescente, Camila no interfirió en absoluto cuando los niños necesitaban
estar a solas con su padre, aunque estaba a su disposición, ofreciéndoles el consejo maternal
que necesitaran. 
Tan concentrada estaba Camila en ganarse a los niños, que ignoró el profundo trauma que
su largo matrimonio abierto y posterior divorcio supuso para sus propios hijos.
En mayo de 1999 se descubrió que su hijo Tom era cocainómano, lo que obligó al príncipe
Carlos a realizar una declaración pública en la que afirmaba que William, Harry, Mary y
Tom y su hermana Laura eran todos miembros de la misma familia. Mientras tanto, la
operación presentación ha continuado durante los últimos tres años con la relación entre
Carlos y Camila siendo cada vez más aceptada como un hecho entre la vida de la realeza. 
El príncipe Carlos quería que su única hija creciera lo más normal posible teniendo en
cuenta sus circunstancias y con la esperanza de protegerla de la atención de los medios,
mediante un comunicado de prensa, el príncipe pidió a la prensa limitar la cobertura hacia
los niños. El príncipe fue apoyado por David Cameron que escribió una carta al editor de la
BBC por el daño que se les podría hacer si la prensa continuaba con el acoso. La prensa
accedió y así pudo disfrutar de una vida agradablemente tranquila aunque limitada, pues fue
apartada de todo acto público en el que participaban la familia real.
Adolescencia
Con doce años, la princesa ingresó al prestigioso Cheltenham College y pese a las críticas,
no apareció ante la prensa en su primer día de clases. Aquella decisión despertó
resentimiento en el Reino Unido, por lo que su padre, en 1998 dijo que aquel aparente
aislamiento le iba a permitir vivir en un marco de normalidad argumentando que si iba a
una escuela pública, la prensa nunca la dejaría en paz.
El colegio y los estudiantes se mantuvieron leales a su princesa. Durante su periodo de
educación, la familia real llegó a un acuerdo con la prensa que establecía que estudiaría en
libertad y sin la intrusión de paparazis a cambio de actualizaciones periódicas sobre su vida.
El presidente de la Comisión de Quejas de la Prensa, John Wakeham, declaró: La princesa
no es una institución, ni una superestrella. Es una niña, sin embargo, en los próximos
años, crecerá y se convertirá en una mujer.
El colegio, que fue elegido por Carlos, descartando enviarle a Aiglon College está situado
en el pueblo de Cheltenham en Gloucestershire, Inglaterra siendo parte del top ten de
internados británicos más prestigiosos. La matrícula, entre 52.000 y 80.000 euros, incluía
equipo de esquiar y forfait para toda la temporada. Los alumnos eran hospedados en ocho
casas, cuatro para chicos, cuatro para chicas, donde dormían, estudiaban, compartían y
crecían.
En su nuevo colegio, la niña dormía sola en un cuarto sencillo pero luminoso, de paredes
color crema, y amueblado con una cama, un armario y una mesa de estudio integrada en
una estantería. Su dormitorio estaba en un edificio medieval de gruesos muros de piedra
gris, grandes ventanales y tejados a dos aguas. Cada uno de los tres inmuebles donde
dormían las alumnas era supervisado por una profesora. Educada lejos del acoso, pasando
la mayor parte de su infancia y adolescencia entre Gloucestershire, Londres, Escocia y los
salvajes parajes que rodeaban al castillo de Windsor la princesa dominó a la perfección sus
estudios.
Para Mary, la vida fue todo lo normal que le permitió un padre obsesionado por el riesgo de
que su hija fuera secuestrada. Viajaba en un Mercedes Benz blindado escoltada por siete
guardaespaldas todos miembros del SAS, el cuerpo militar británico de élite, y cada noche
revisaban bajo su cama y entre las sábanas debido a las severas medidas de seguridad que
adoptaron para evitar cualquier intento de secuestro, una amenaza que la acompañaba desde
que era un infante.
Mientras su padre se afanaba en mantenerla fuera del ojo público, ella crecía en la tranquila
zona de Cheltenham.
La princesa se relacionaba muy bien, pero siempre iba pegada a su prima Emily Jane
McCorquodale y no era nada tímida, aunque tampoco era una líder. Charlatana, pero
también aplicada. Jamás la vieron como la princesa de Gales. Había hijos de fortunas
exorbitantes, como el de un constructor belga que llegaba al colegio en un Ferrari pero ella
era un personaje mítico. Era muy popular y siempre estaba rodeada de amigas. Sus
hermanos la visitaban casi todos los fines de semana.
Se destacó por ser una niña aplicada y estudiosa y recibió numerosas condecoraciones por
su brillante trayectoria. Mientras estudiaba en Cheltenham estuvo muy involucrada en el
teatro siendo la cabeza estudiantil del departamento teatral, actuando en obras y musicales,
realizando talleres con los estudiantes más jóvenes, y ayudando a realizar producciones.
También estuvo tan involucrada en las actividades ecuestres que llevó a la competencia a su
caballo Travolta.
Su vida era maravillosa en esta época. Tenía muchos amigos, su expediente académico era
magnífico, le encantaba bailar, formaba parte de un grupo juvenil exclusivamente para
chicas con el que cada verano iba de campamento e incluso participó en el equipo de
porristas y fue votada como reina del baile. También durante los veranos recibió clases
particulares con Rory Stewart, tutor de los príncipes de Gales.
A los trece años de edad, se sometió a una importante operación de cirugía en la columna
vertebral en la Royal National Orthopaedic Hospital de Londres para corregir su escoliosis.
La reina, que en el momento de la operación, estaba en una gira en el extranjero, se
mantuvo muy informada sobre su nieta tanto sobre la operación como del proceso de
recuperación.
2000
Comienza una nueva década y Diana ya era todo un mito, era eterna. Monedas en su
memoria, sellos, caminos que llevaban su nombre y decenas de monumentos y estatuas la
recordaban. Su madre era una de las grandes mujeres de la historia, y su trágica muerte,
ocurrida en 1997, la inmortalizó como una de las féminas más importantes del siglo XX.
Es por eso que los británicos necesitaban una digna sucesora de la Princesa de corazones, la
aclamaron con insistencia y la prensa no se resistió a saciar los deseos de sus lectores, lo
que acució aún más la salvaje persecución y la invasión permanente de la intimidad de la
única hija de Lady Di. Mary, a sus catorce años podía presumir de llevar en sus genes la
belleza enigmática y dulce que había hecho de su madre uno de los nombres
imprescindibles en toda la historia de la monarquía. Para los británicos, les resulta
dulcemente familiar. Y no era para menos, porque la niña había salido calcada a su madre.
2001
Ella es la más bromista de los hermanos y la que tiene un mayor sentido del humor. Vital,
animada, independiente y cargada de energía para mover el mundo, Mary es una joven, de
catorce años, que a pesar de su apariencia distante, tímida y seria, no se enfada nunca con
los fotógrafos. La princesa es aficionada a las carreras de coches, jamás se pierde el Gran
Prix de Montecarlo; desde las gradas se une al griterío de las masas y a la música clásica.
Le encanta tocar el piano y competir con su abuelo, que es otro apasionado del sonido
aterciopelado de este instrumento. Siente un gran aprecio por los animales; ama a sus
perros hasta el punto de pasear con ellos por los salones de Buckingham. En realidad, su
primer amor fue la música. Comenzó a tocar el piano cuando tenía 3 años, los pies le
colgaban de la banqueta del piano y su nariz quedaba justa a la altura de las teclas.
Le gustan los papagayos y los animales exóticos en general. Siente un amor desmedido por
su Romeo, un bulldog inglés que sigue a la familia a todas partes y tiene unas características
físicas y psíquicas excepcionales. Ella se encarga de pasearlo y de cuidarlo y de que no
asuste a nadie. Nunca se separa de Romeo. Durante su adolescencia fue, además, una fan
confesa de N´Sync y Backstreet Boys, también soñaba con Brad Pitt y no podía resistirse a
las películas de terror yanquis. La princesa tiene un hueco especial en el corazón de su
padre. ¿Quién sostenía las riendas del pony Travolta cuando a los cuatro años lo montó por
primera vez? El príncipe de Gales.
Los novios no tardaron en aparecer en su vida. Alrededor de los años 2000 y 2001 comenzó
a salir con Willem Marx, un adolescente rubio, genio de las matemáticas y de buena familia
con quien salía en pandilla en Cheltenham como cualquiera de su edad. Ambos pasaban
muchas horas en los picaderos y caballerizas reales, cuidando y entrenando a los ponis. Por
el momento, Mary no va a discotecas ni fuma. Prefiere el Chupa-chups y el móvil, de los
que no se desprende. La niña comienza a saber lo que es el acoso a su vida sentimental.
Procede de una familia en la que todo es noticia y habrá un montón de candidatos a casarse
con ella.
Sus contadas apariciones públicas junto a su inseparable prima Emily Jane McCorquodale
dejaron constancia de que había heredado los genes maternos, mientras que sus hermanos
se parecían más a los Windsor. Carlos estaba empeñado en mantenerla fuera del ojo
público, pues quería protegerla y evitar a toda costa que sufriera como le ocurrió a Diana.
Pese a la sobreprotección, Carlos no pudo evitar la presión insoportable, el intenso interés
de la prensa, ni las burlas. La experiencia de su hija inspiró la película Chasing Liberty
sobre lo que era ser la adolescente más acosada del Reino Unido. Había bastantes historias
para enriquecer el guion. El comediante Mike Myers tuvo que disculparse públicamente
cuando la parodiaron en el programa Saturday Night Live.
Las emisoras también empezaron a hacer sonar un casette con comentarios sobre famosos y
canciones sugestivas como Let’s Inhale.
Cuando el músico Rod Stewart vio en una revista la foto de la adolescente Mary ataviada
con su uniforme del colegio y sonriendo pensó que ahí había una canción. Era la viva
imagen de la inocencia, después de componer Sweet Mary.
2002: Un nuevo mito ha surgido: La Novia de Europa
Por su dieciséis cumpleaños, su abuelo Felipe, al que Mary adora, le regaló una isla en la
costa italiana valorada en 7,5 millones de euros.
La princesa celebró su cumpleaños en Disneyland, mediante la entrega de una donación de
un millón de dólares a la organización Youth Service England. El evento fue noticia y
estuvo en primera plana de los diarios.
Sin embargo la fiesta oficial, la de la presentación formal en sociedad, se realizó en el
castillo de Windsor, uno de los castillos más impresionantes de Inglaterra. Fue el mismo
Carlos junto a Camilla Parker quienes ultimaron todos los detalles para poner a punto la
celebración. El vestido de alta costura de la princesa fue un regalo de su abuela de casi
quince mil euros, diseñado especialmente por Karl Lagerfeld de la casa Chanel. El
diseñador habló maravillas de ella, la bautizó el cisne inglés y todo empezó a rodar a una
velocidad de vértigo. Mary tenía la pinta de una inocente adolescente, con un rostro
infantil, la piel muy blanca y unos llamativos ojos azules enmarcados por un cabello rojizo
y una altura impresionante, por su excepcional belleza la conocía el mundo entero.
Su voz, sin embargo, seguía siendo una incógnita para muchos, porque la princesa nunca
había hablado en público. Tímida y discreta, la hija de Lady Di era la rosa que iluminaba
Inglaterra. Un protagonismo que se había mantenido bajo control y que había saltado por
los aires tras su primera presentación en sociedad. Su primera y estudiada presentación en
sociedad. La que estaba llamada a ser la nueva Diana cogió el testigo de su madre y ya era
la protagonista de todas las portadas. Una circunstancia no muy bien vista en palacio, donde
se quería tener a su última perla bien oculta. Ninguna información acerca de la nueva joya
Windsor, ésa era la consigna. No querían que se repitieran los fantasmas de la princesa
Diana, y guardaron en una jaula de oro a su pequeña estrella, la nueva princesa de
corazones. Pero el glamour Di que Mary derrochaba a su paso convertía la misión en un
imposible.
Su padre se preocupaba por intentar preservar, lo máximo posible, su intimidad tanto fue
así, que decidió que no saliera en las fotografías oficiales de Navidad.
Carlos, quien vio cómo los cortesanos de palacio, con sus intrigas, y los paparazzi, con sus
persecuciones, arruinaron la vida de su ex esposa e hizo de su agresiva defensa de su hija
ante el mundo exterior su bandera. Rachel Johnson aplaudió esta decisión: La
princesa nunca concederá una entrevista, y eso es una decisión muy inteligente. Una vez la
das, te conviertes en una persona normal. El pasado aristocrático de Diana quedó reducido
a una suerte de telenovela cuando reveló, a lágrima viva y en prime time, que su marido le
había sido infiel.
Sin embargo, aquel aparente silencio sobre su persona se rompió en septiembre de 2002,
cuando acompañó a su padre y sus hermanos a un viaje oficial por Gales.
Miles fueron los periodistas que volvieron su mirada hacia aquella muchacha, a la que
calificaron de inteligente, bellísima y con mucha seguridad ante las cámaras.
Fue así como por primera vez la nueva princesa de Gales brindó sus mejores perfiles a los
cazadores de instantáneas, que a partir de entonces no la abandonaron ni a sol ni a sombra.
Escoltada bajo la mirada atenta de sus hermanos, Mary deslumbro al mundo con su belleza
clásica con cara de porcelana que le valió el apodo de la novia de Europa. Los dos vestidos
con los que se estrenó en sociedad provocaron un irrefrenable deseo de compra. Se
agotaron pocas horas después de hacerse públicas las imágenes. Y así iba a suceder con
todos sus estilismos desde entonces. Reiss, una firma nada relevante hasta que la princesita
decidió usar uno de sus vestidos, acababa de anunciar su expansión con 13 tiendas en EE
UU.
Su atractivo físico fue ampliamente reconocido. Fue nombrada como una de las 50
personas más bellas del mundo por la revista People y la edición de la revista Vanity Fair
que la declaró la británica más atractiva del país se agotó el primer día de ventas. La
edición británica de Vogue le dedico una editorial de 63 páginas titulada A Girl Called
Mary. La revista Time dijo de ella entonces: Princesa Mary es simplemente encantadora,
realmente atractiva y de gran carácter. Rolling Stone la presentó al público de América
como hecha a medida para los sueños más libidinosos y perversos del eurotrash. Mary ya
no era la niña de grandes ojos azules, sino una hermosa adolescente, de 1,80 de estatura, a
la que todos miraban.
Se convirtió en el rostro más visto en las revistas semanales de Estados Unidos: People, Us
Weekley, OK! y Star, todas presentaron a Mary en su portada. People la llamó una princesa
perfecta, Us Weekley hablaba de los elementos que involucraban la creación de una nueva
princesa, La revista OK!, que se declaró la revista oficial de la realeza ofrecía un especial
sobre la vida de Mary; y finalmente Star publicó El Retrato de una princesa.
A finales de 2002, la princesa ya se había convertido en uno de los rostros más reconocibles
en el mundo. Ya todos empezaron a anunciar la era Mary y el nacimiento de un nuevo mito
a la manera de Lady Di debido al impacto mediático que también empezó a provocar fuera
de las fronteras del Reino Unido. El diario británico Daily Mail aseguró: Ella tiene a la
gente esperando el momento en que empiece a ser menos tradicional. Es natural como
cualquier adolescente. Pero va a venir muy rápido. Tan pronto como su padre, el príncipe
Carlos la deje salir por sí misma va a empezar a ser interesante.  La editora
de Vogue Francia, Carine Roitfeld, agregó: No existe una receta para lograr su frescura y
estilo.
Kate Reardon, editora de la revista Tatler, lo avisaba poco después en unas declaraciones
para el NY Times: Todos los medios ahora la quieren a ella en su portada. Va a tener
muchas ofertas que pueden ir contra ellas. La revista Time la incluyó en la lista Time de
las 100 personas más influyentes en el mundo. Su reportaje fue escrito por Donny Osmond,
quien advirtió: La princesa de Gales ya ha debutado como reina de corazones. Será la
princesa del siglo XXI, honor que compartirá con sus hermanos mayores. Tres miembros
de la realeza europea que, a buen seguro, serán la imagen de la dinastía de la vieja
Europa durante los próximos años. Hablar sólo de sus clases de actuación fue la condición
impuesta por la joven para aceptar la primera nota de su vida. La chica prefería mantener
cierto perfil bajo, alejada de los escándalos pues ella sabía que nunca podría evitar que la
persiguieran los paparazzi y que todas las revistas hablaran de su vida, pero no estaba
dispuesta a conceder más que la exposición inevitable. Intentaba llevar una vida
relativamente normal como estudiante, sin dejar de hacer ninguna de las cosas que más le
encantaban: bailar, el arte, la moda y disfrutar de los lujos que la pertenencia a la realeza le
concedían.
Para saber cómo es Maria bastaba con mirar a Carlos. Padre e hija se sienten cada día más
cerca, vínculo reforzado por la complicidad pues ambos compartían aficiones y pasaban
muchas horas unidos.
Además, Carlos sabía por experiencia propia cuáles eran los peligros que entraña la edad en
la que se encontraba, así como la dificultad del ambiente que la rodeaba como miembro del
clan. Y parecía que los 200 kilómetros que separaban Cheltenham de Londres habían sido
el mejor fármaco para que encontrara la estabilidad. Su excelente relación con sus
hermanos era fundamental pues se protegían mutuamente. No solo era William el protector
y Harry el fiestero, sino que Maria era mucho más fuerte de lo que parecía e influía
muchísimo en la vida de ambos, en especial en William, pues ella evitaba que tuviera la
tendencia a la melancolía que heredó de ambos padres.
Mary y Harry crecieron sabiendo que su hermano sería el rey de Inglaterra. William tuvo
una infancia marcada por el hecho de ser el heredero y siempre comprendió los sacrificios y
deberes que esto implicaba, pero Mary, no. Ella era la que se abrazaba a las piernas de sus
padres para que no se fueran de viaje oficial y a la que más molestaba la falta de anonimato.
La relación con su abuela era una parte encantadora pues se llevaban de maravilla y se
tenían gran confianza.
Con 16 años, la novia de Europa tuvo su primer novio oficial: el aristócrata James Nicholas
Wentworth-Stanley, estudiante de Harrow School y perteneciente a una de las principales
familias aristócratas de Inglaterra y emparentado con el clan británico de los Milford
Haven, que contaba con toda la aprobación del príncipe Carlos y la reina. Pero solo un año
después, la princesa se dejó fotografiar con su primera conquista.
Miradas, coqueteos y sonrisas adolescentes dentro de un marco de familia; un día después
de que aquellas fotografías fueran publicadas en todos los rincones del planeta, The
Sun desveló para el mundo la identidad del joven que acompañó al príncipe Carlos y a la
familia durante las vacaciones en la estación de esquí austriaca: el afortunado caballero era
James Nicholas Wentworth-Stanley, de 17 años, con árbol genealógico y sangre azul.
Una relación que se fraguó en la discreción y lo más alejada del foco público: o bien era el
Grand Prix de Montecarlo o bien las vacaciones familiares de esquí en Zurs, Austria. Fue
cuando el mundo supo que la niña más famosa del mundo de pasado trágico y los augurios
fatales se había convertido en una mujer.
Durante toda su adolescencia la princesa se había hecho muy cercana a Camilla Parker,
quien la apoyaba y la aconsejaba y veía en ella una figura maternal pero a los británicos no
les hacía gracia que fuera amigas. Para ellos, Camilla era una intrusa, la otra mujer que hizo
la vida imposible a su adorada Lady Di. Por el contrario, veían en Mary la esperanza de
renovación en una Familia Real que no podía permitirse otro tropiezo. Lady Di se refería a
ella como la rottweiler, pero ahora Camilla quería tener a su hijastra, la nueva estrella de la
Familia Real británica, como aliada. No escatimo en atenciones. La ayudo en los
preparativos de su fiesta de cumpleaños y le tenía reservada una manicura sorpresa.
Además, le regaló una pulsera de eslabones de oro con la inicial M, muy similar a la que
ella misma lucia.
La cercanía entre Mary y Camilla era un tema que se comentaba mucho en el Reino Unido.
Cuando podía, Mary pasaba mucho tiempo con Camilla, ya fuera en Clarence House, de
compras en Paris o yendo a esquiar en Suiza. Fue así como la odiada e insensible Camilla
logró que la princesa encontrara en su hogar un oasis de cariño y una privacidad
desinteresada que ella no sentía desde la muerte de su adorada madre. ¿Manipulación o
sinceridad? Era lo que se preguntaban en la prensa, pero Camilla sabía llevarla muy bien e
incluso en su debut internacional, fue ella quien le aconsejo que mostrara independencia.
También Mary y Laura Parker Bowles, la hija de Camilla mantenían una relación muy
unida.
El 13 de abril de 2002, su retrato dibujado por Stuart Pearson Wright cuando la princesa
tenía catorce años se dio a conocer en el Royal National Theatre londinense. En ese año,
también se realizó una escultura hecha de rubíes de ella que fue colocada en el famoso
restaurante Sardi’s de Nueva York.
2003
Tras aprobar 12 O-Levels decidió orientar sus estudios de tres A-Levels hacia la Historia
del Arte, Historia General, Economía y Política. Se graduó dentro del 5% de los mejores de
su promoción.
Su infancia libre, su relación con el mundo real más allá del protocolo estricto de palacio y
el saberse protegida por todos, su propio abuelo había dicho que su nieta era una joven a la
que había que cuidar para luego no lamentar errores, le permitía asumir con naturalidad su
vida y su papel oficial. Poseía una belleza exuberante y personal, pero no era una copia de
su madre. De hecho, no tenía por qué vivir la misma vida que vivieron sus antecesoras.
Sus aspiraciones, por lo tanto, fueron muy distintas a las que pudo tener Diana, con la que
tanto se la comparaba. Nadie podía permanecer indiferente ante ella. Encantadora, vivaz,
alegre y generosa confirmaba, inconscientemente, el pronóstico que Karl Lagerfeld hizo de
ella: Con solo verla me refleja a una joven Diana. De su madre, heredo la elegancia, el
gusto por las manifestaciones culturales y la inteligencia. Otro de los atributos made in
Diana fue el gusto por la ropa y el detallismo extremo en los modelitos. Elegante y
distinguida, adoraba los trapos de firma. Uno de los diseñadores predilectos de la
adolescente era el mítico Karl, quien además de ser su consejero fue el creador de su primer
vestido de gala.
Elegía lo que se ponía, eso sí, siempre bajo la supervisión de su padre y con consejos de
Camilla Parker, con quien compartía una excelente relación.
En su extenso guardarropa se podían encontrar conjuntos de Chanel al lado de jeans de
Armani, Valentino o Versace. Siempre iba a la última. Y se apuntaba a más de un viajecito
a Nueva York o Milán para renovar vestuario y tomar nota de las tendencias pues la niña
era parte de la crème de la crème inglesa.
Porque su progenitora, aunque desapareciera de su vida no había dejado de estar presente
jamás. Carlos mantuvo su memoria viva. Sus deseos y sus sueños y trato de educar a sus
tres hijos siguiendo las pautas que Lady Di, sin saber de su triste destino, dictaba
constantemente con sus palabras: Lejos del protocolo, lejos de la prensa. Cuidar su
intimidad, proteger sus vidas. Maria se presentó a su gente como una joven simpática y
accesible. Desbordaba vitalidad, era emprendedora, con buen humor y no podía disimular
una singular timidez que reafirmaba su dulzura innata. Pero, al mismo tiempo, mostro el
carácter testarudo y rebelde propio que hacia recordar a una Diana en sus primeros años de
casada. Era la menor, la preferida, sólo tenía once años cuando se convirtió en el refugio
para las lágrimas del desolado Carlos. Pero como parece innato, alcanzo la madurez de una
forma prematura, casi meteórica. Crecer y vivir rápido era el lema, el código genético al
que no se podía resistir. Y a buen seguro ya había eclipsado por completo no sólo a sus
mayores, sino al resto de la realeza. Creció porque no le quedó otra, decían los medios
internacionales, que sospechaban cierta maldición Di.
Mary comenzaba a mostrar la clase y potencial que había heredado de su madre, uno de los
iconos mundiales de estilo más emblemáticos de todos los tiempos. Los primeros síntomas
de convertirse también en una verdadera embajadora de la moda y que ya se había ganado
el aplauso de los expertos con sus sofisticados tocados, gorros de piel y sus joyas
minimalistas. Otro estilo distinto, pero igualmente encantador. Fue apodada los pechos
ingleses por inspirar a 36.000 cirugías realizados ese año en Inglaterra. En un artículo de
para la revista Vogue, el escritor Plum Sykes, dijo que ella se ha convertido en la más
excitante musa de la moda.
La joven fue definida como una persona totalmente fiable, de ideas independientes y con
los pies bien anclados en la tierra. Cherie Blair, esposa del ex primer ministro británico.
Desde su infancia se convirtió en una de las figuras más buscadas por los paparazzi. Su
clásica belleza con un tremendo parecido con su progenitora, su estilo y sus salidas se
convirtieron en noticia fresca para todos los tabloides. Glamorosa pero sencilla, vivió sus
primeros años entre eventos de la familia real, discretas salidas por Londres, las playas de
Saint Tropez y vacaciones en los Alpes suizos.
Bautizada como la perla de la corona, se movía en un reservado círculo íntimo.
En noviembre el Daily Mail se hacía eco de su ruptura con James Wentworth-Stanley y
unos días antes, la BBC emitía el reportaje Crazy About Mary y fue coronada por la
revista Tatler como la soltera de oro del Reino Unido. Además, ese verano, se convirtió en
un icono de la moda en el país. Su nombre se popularizó entre los recién nacidos y el
vestido rojo de Hobbs, que lució en Wimbledon, se agotó en las tiendas tres días después.
Mary apareció en un comercial de la caridad J/P Relief Organization y se asoció con el
príncipe Harry para diseñar una edición limitada de camisetas y sudaderas con capucha
para la caridad. Todas las ganancias de la venta de los artículos fueron hacia la campaña,
Get Ur Good On, que además apoyaba la educación de los niños desfavorecidos.
Junto a sus hermanos presentó los premios Bafta en abril de 2002 y El Premio Booker en
agosto del mismo año, pero esta vez lo hizo sola.
Tras graduarse de la preparatoria en 2003, decidió emplear nueve meses antes de entrar en
la universidad a prepararse profesionalmente. La princesa de Gales se estrenó por primera
vez en la política como administrativa para la multinacional Jardine Matheson en Paris.
Durante su estancia en Francia comenzó a salir con el joven francés Félix Winckler, hijo de
un millonario abogado de un estudio internacional británico con base en Bruselas y una
galerista. Para tranquilidad de Carlos, su pequeña parecía inclinarse por relaciones estables
y con potenciales buenos candidatos. Aunque siempre los elegía de sangre azul, también
solían formar parte de su círculo súper exclusivo pues muchos eran hermanos de amigas, de
su edad y pertenecían a familias milmillonarias y ninguno llevaba piercing ni grandes
tatuajes, y todos tenían profesiones normales.
2004
La juventud y los diferentes proyectos de vida que cada uno tenía en esos momentos,
hicieron que se separaran tras un año de ser novios.
No ha sido nada dramático ni hay terceros involucrados. Ellos siguen hablando y siendo
amigos. No hay ningún drama porque nadie engañó a nadie. Simplemente han cambiado,
han evolucionado. Ellos simplemente se distanciaron como los adolescentes
frecuentemente hacen durante los años de crecimiento. Mary está ahora concentrándose
en obtener notas altas. Explicaron desde su círculo íntimo.
Mary acudió al enlace del príncipe Federico y Mary de Dinamarca acompañada de su
padre, su madrastra y como siempre, brillo con un espectacular vestido rojo de Alexander
McQueen escoltada por sus hermanos. En su presentación ante la realeza la Princesa triunfó
con un look genial y arriesgado.
En agosto de 2004 cuando tenía 18 años apareció en la portada de Vogue UK, fotografiada
por Mario Testino. Posó enfundada en joyas Cartier, zapatos Louboutin y diseños de
Chanel. La transformación favorita de los paparazzi a modelo estaba completa.
En su primera entrevista oficial con motivo de su cumpleaños destacaba que por el
momento prefería que simplemente la llamaran Mary, demostrando al mundo que quien
estaba en el tercer puesto en la línea de la sucesión al trono de Inglaterra, era una joven
sencilla, a la que le quedaban muchos sueños por cumplir, y que, por sobre todo, era de
buen corazón.
Dijo que quería usar su posición para ayudar a los demás a través de obras de caridad. Ella
no la olvida y aseguro que nadie podía reemplazarla como madre. Al igual que Diana, ella
era compasiva, solidaria, responsable, dulce. Del mismo modo que ella les enseñó, William,
Harry y Mary combinaron a la perfección sus compromisos dinásticos y las limitaciones
que éstos implicaban con la informalidad y el saber disfrutar de cada momento.
Fueron, indudablemente, una buena mezcla de Windsor y los Spencer. Impecables cuando
la situación lo requiere, pero con una actitud valiente, despreocupada y de aventura ante la
vida
Describió a su abuela como una de las mujeres más increíbles de su vida y confesó que su
madre siempre fue su espejo como persona y por ello le gustaría que estuviera orgullosa de
su trabajo. Mi madre siempre ha sido un modelo para mí. También para otras personas de
todo el mundo. Ella hizo mucho bien con sus obras de caridad y creo que la gente la
quería tanto por ello. Al igual que ella, sé que como miembro de la Casa Real británica
estoy en una posición privilegiada y todo lo que me ha sido dado tengo que utilizarlo para
llamar la atención sobre temas importantes. Señaló que su infancia había sido muy feliz y
había crecido rodeada de mujeres fuertes e independientes.
La princesa se convirtió en la portavoz de anti-bullying de la organización PACER.
Además mostró su apoyo al programa Child Friendly School de la Unicef en la lucha contra
el acoso escolar.
De esta forma, visitó varias escuelas de Inglaterra donde compartió charlas interactivas con
los niños y en diciembre asistió a una obra de caridad para UNICEF, junto con el
mago David Copperfield.
La prensa internacional se encontraba fascinada con la hija de Lady Di y la apodaron La
Novia de Europa, pues ella era la joven más famosa, y la más fotografiada del mundo. Con
18 años, deslumbro en el panorama de las princesas europeas. Con una belleza magistral y
un impresionante parecido a su madre, comenzó a dejarse ver en todas las fiestas y desfiles
de la noche londinense acompañada de su exclusivo círculo de amigas multimillonarias,
todas elitistas y de apellidos aristocráticos. Empezó a mostrarse con ceñidos bikinis y tras
finalizar su romance con Félix Winckler se dispuso a ligar como una cosaca. Su vida
galante y frívola colmó de felicidad a los paparazzi y a los merodeadores de la prensa del
corazón. Su estatura de un metro con ochenta acompañados de un espectacular cuerpo de
supermodelo, un rostro pálido y aniñado con melancólicos y expresivos ojos azules, fue el
referente de belleza para las jóvenes sobretodo británicas de esta nueva década. De esta
manera, se convirtió en un indiscutido ícono de la belleza y del fashion ya con nombre
propio.
Vista internacionalmente como un símbolo sexual, fue listada en el ranking de las 50
personas más bellas, de la revista People, en 2004. En otra lista de People, Solteros más
sexys de 2004 también fue incluida.
A los 18 ingresó en la Royal Academy of Dramatic Art.
2005: A royal romance
Hizo su debut profesional en el escenario con la obra Forty Winks en el Royal Court
Theatre en Londres. Después se convirtió en el primer miembro de la familia real en
aparecer en una película haciendo su debut cinematográfico al año siguiente con la
cinta Pride and Prejudice, adaptación cinematográfica de la novela de Jane Austen,
retratando a Kitty Bennet estrenada en el Reino Unido en 2005.
Después de graduarse, la especulación de los medios de comunicación con respecto a su
elección de universidad tuvo como resultado una cobertura de prensa demandante. Maria se
mostró reacia a comprometerse públicamente a cualquier institución y dijo que anunciaría
su decisión por primera vez mediante un comunicado oficial.
El Palacio de Buckingham declaró que ella había elegido la Universidad de Oxford donde
estudiaría Ciencias Políticas. Se matriculó bajo el nombre Mary Wales en la Universidad de
Oxford, en la que entró a formar parte como alumna tras superar con éxito las pruebas
pertinentes. La semana antes de su llegada al campus, el príncipe Carlos escribió una carta
abierta pidiendo a los periodistas dejar a su hija sola. 
En una entrevista realizada poco antes de dar comienzo a sus estudios universitarios la
joven confesaba: Solo quiero ir a la universidad, divertirme y ser una estudiante normal y
común.
La princesa llegó a Oxford en una caravana con su padre, Camilla Parker, sus hermanos y
cerca de 350 periodistas rodeados de unas impresionantes medidas de seguridad, que
incluían numerosos guardaespaldas y miembros de los servicios secretos de la elite
británica. 
Por su seguridad, se instalaron vidrios a prueba de balas en las ventanas de su dormitorio y
cámaras de seguridad fueron colocadas en los pasillos del campus. Sus compañeros de
estudios le mostraron reciprocidad manteniendo una leal discreción. Dejo Clarence House
para irse sola a vivir en el campus de la Universidad, además de comprar un departamento
en el centro de Oxford declarando que es importante para las mujeres ser independientes y
fuertes. Una época de la que ella guarda muy buenos recuerdos y a la que se refiere como
una de sus mejores decisiones. 
Y mientras Mary se preparaba para comenzar sus estudios, las solicitudes de estudiantes
para ingresar a Oxford se dispararon aumentando en un sesenta por ciento por parte de los
solicitantes británicos y duplicándose parte de los extranjeros. Misma situación ocurriría en
el 2001 cuando el príncipe Guillermo entro a St Andrews. A pesar de la atención que
recibió no cambió de parecer y siguió con su carrera. Obtuvo una puntuación de 1580 en
sus pruebas de acceso a la universidad, incluyendo una nota perfecta (800) en la prueba
verbal. 
La princesa estaba lejos de su padre por vez primera en su vida. Era la ruptura definitiva de
un cordón umbilical que Carlos se había negado a romper desde que nació. Diecinueve
años después de que los británicos vieran por primera vez a la hija de Lady Di consideran
que el príncipe ha sido un padre ejemplar. Incluso con todos los escándalos que le rodean,
un 81% de los británicos cree que ha sido un buen padre.
Esa niña se ha hecho mujer, ha crecido para convertirse en una joven atractiva, de formas
amables. Lejos están el aparato que llevaba en sus dientes de niña, los vestidos que
ocultaban el despertar de su pecho y la llegada de la pubertad. Ahora se viste con vaqueros
y hasta con una camiseta que enseña el ombligo. Su cuerpo está endurecido por 20 horas de
ballet a la semana. Algunos de los consejeros políticos han sido debidamente amonestados
por sugerir que utilizar a Maria para beneficiar la imagen de Carlos como un hombre de
familia no sería malo. El príncipe se marchó a finales de septiembre a ayudarla a poner los
cuadros en su dormitorio y se llevó una caja de herramientas, que sacó de la limusina, y se
puso a decorar la habitación de su hija.
En Oxford compartía una casa con Lord Edward Innes-Ker, un hijo del duque de
Roxburghe, y con el conde Percy, George Dominic Percy, heredero del ducado de
Northumberland.
En su primer año como estudiante fue seleccionada como editora de la revista Oxford Law
Review, debido a sus calificaciones y por un concurso de escritura y escribió una carta al
periódico estudiantil Oxford Crimson en respuesta a un ensayo que criticaba las acciones de
los israelíes hacia los palestinos.
Mientras estudiaba en Oxford, apareció en las obras de estudiantes, incluyendo  Atis en la
que interpretó el papel principal,  y en La comedia de los errores de Shakespeare para la
gira de verano del Ouds a Japón, protagonizada junto a Harry Lloyd.
Su tutor, el profesor Vernon Bogdanor la describió como una de las estudiantes más
capaces a los que había enseñado, con una visión política conservadora moderada y
sensata. No obstante, durante un debate en 2010, el profesor Bogdanor tacharía a su alumna
de confusa y contradictoria en su discurso acerca de la reforma de la ley de derechos
humanos inglesa.
Las solicitudes de entrevistas o comentarios acerca de la joven siempre se encontraron con
la firme negativa de la familia real. Incluso, a pesar de sus incursiones en los circuitos de
fiestas de Londres, sigue mostrándose esquiva. Nos encantaría invitarla a nuestras fiestas,
se quejó un prominente agente de relaciones públicas de eventos sociales. Sin embargo, no
sabemos cómo llegar hasta ella. De hecho la mayoría de las invitaciones se le enviaban a
su habitación de Oxford, pero eso ya no es posible, pues el año pasado se contrató una
dirección pública hecho que ameritó una mención destacada en casi toda la prensa
sensacionalista británica. Sus compañeros le mostraron reciprocidad manteniendo una leal
discreción. Un estudiante que vendió un reportaje acerca de su vida universitaria fue
descrito severamente como patético y miserable.
Descrita como la frívola del Palacio, ella es en la actualidad, en palabras de Geordie Greig,
editor de la revista social Tatler, una de las personas que más invitaciones recibe; Mary es
una invitada que todos se disputan, pero aun cuando ha sido fotografiada en varios
eventos de alto perfil, realmente no asiste a tantos, dice Graig.
Sin embargo, quizás haya encontrado un mundo nuevo en el cual surgir. Graig, aunque no
la describe precisamente como un petardo social, alaba que sea una gran conversadora,
como su padre. No obstante, no cree que se encuentre trazando deliberadamente una
trayectoria social: No está realmente ascendiendo escala social alguna, sólo divirtiéndose.
Cuando llegó la adolescencia y Mary empezó a comportarse como el resto de sus amigas, la
gran idea se convirtió en tormento. A la prensa poco le importaba que fuera brillante en los
estudios.
Lo que interesaba a los periodistas era que entraba en los locales de moda de Londres sin
hacer cola y que reservaba mesas en la zona vip para beber copas y alternar. Junto con sus
hermanos era una de las pocas royals que tenían guardaespaldas las 24 horas del día, lo que
le costaba al pueblo 750 mil dólares al año.
Sir Paul Stephenson, jefe de la Policía Metropolitana de Londres, comentó que cuando ella
bailaba en un club o se iba de vacaciones a una playa, ellos tenían que pasar la noche
cuidándole. La princesa se hospedaba en hoteles de lujo, pero los guardaespaldas que no
estén de guardia en esos momentos, debían dormir en lugares más económicos.
La flamante fotografía de la adulta princesa de Gales, se convirtió en portada de todos los
periódicos de medio mundo pues su particular belleza cotiza mucho.
Tiene los ojos felinos más impactantes del mundo: son rasgados y en ellos se combina el
azul y el verde magistralmente, creando una mirada penetrante de misterio y seducción que
llama la atención. Su comportamiento y su llamativa imagen le dieron el prototipo de
princesa moderna y rebelde.
Los tres hermanos componen el frente para llevar la monarquía inglesa al siglo veintiuno,
con el increíble beneplácito de la reina. Durante este periodo asumía perfectamente su papel
dentro de la monarquía, sometido al protocolo y a obligaciones sociales. La princesa
saborea su juventud convirtiéndose en uno de los personajes más populares y queridos en
toda la historia de la Monarquía. Muy consciente de esta responsabilidad, afirmó que con
los años ha logrado aceptar su posición y prepararse para sustituir, como regente interina, a
su padre y hermanos ante cualquier viaje u otro tipo de situación imprevista. 
En torno a Mary, la pequeña del clan, gravita la alta sociedad internacional. Con un aire
entre snob y chic, la joya Windsor acapara la atención de los medios y allá donde va
provoca una gran expectación. Al igual que sus hermanos ha protagonizado cientos de
portadas, tanto por su buena presencia como por su modo de vida, que en ocasiones tiene
más que ver con los bajos fondos que con las buenas maneras de palacio. Descendientes de
sagas adineradas y fashion victims. Estos eran los dos requisitos básicos que la prensa
informaba para formar parte de un club muy exclusivo: el círculo más íntimo de la princesa
de Gales. Pues solo un puñado de amigas y sus cuñadas contaban con el carné de socias
preferentes. Las amigas de la princesa tienen en común la pertenencia a familias que
están forradas. Han tenido la vida muy fácil, por eso, lo más habitual es encontrarles en
playas exclusivas, discotecas de moda y eventos de alto caché a los que solo pueden asistir
unos cuantos afortunados. Lo suyo es sobre todo la fiesta y no hay cita importante que no
cuente con su presencia, por algo son expertas en animar lo más in de las capitales de
moda. Todas tienen apellidos conocidos: Niarchos, Hilfiger, Pozzo di Borgo y Anstruther-
Gough-Calthorpe. Juntas han creado una pandilla en la que solo los glamurosos, ricos y
famosos de familia bien tienen cabida.
Entre ellas, son inseparables y acuden a los eventos de cinco en cinco. Ally Hilfiger, hija
del famoso diseñador Tommy Hilfiger, Eugenie Niarchos, nieta de Stavros Niarchos, uno
de los armadores más importantes de Grecia, Valentine Pozzo di Borgo, descendiente
directa de un conde italiano que fue consejero del zar Alejandro y la bella aristócrata
Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe perteneciente a una familia con un árbol genealógico
de prestigio que se remonta al siglo XVII e hija de la millonaria lady Mary Gaye-
Curzon. Isabella fue novia de William, el hermano de Mary pero luego la sustituyó por
Kate Middleton.
Por supuesto también Chelsy Davy, la novia de Harry se unió al ambiente de su cuñada y
no hay fiesta que no cuente con la presencia de ambas en las primeras filas.
Han sido educadas en colegios ingleses y suizos, hablan varios idiomas y trabajan en algo
relacionado con la moda. Para eventos importantes, está a su disposición la
casa Valentino o el mismo Karl Lagerfeld, el gran amigo incondicional de las cinco.
Cuando las invitan a los desfiles de París o Nueva York, también les ceden ropa del
diseñador, para que la luzcan sentadas en primera fila, entre Kate Moss, Anna Wintour y
Mario Testino.
Durante las vacaciones de invierno la familia Windsor se va a esquiar a Stolien, una clásica
estación de esquí sueca, pero la pandilla de Mary lo hace en Suiza, en un entorno más
exclusivo y chic. En verano, William, a la vieja usanza, se instala en Soliden, la casa estival
oficial de Carlos, mientras que los hermanos menores se van a Torekov, un balneario en
Skane descrito por The New York Times como los Hamptons suecos.
Cuando hace un año comenzó a mostrarse por los desfiles con unas botas blancas y negras
de Chanel, las imitaciones de ese modelo se agotaron en de las zapaterías de todo el mundo.
Clásica y elegante en los eventos oficiales, su look más copiado por las adolescentes es el
informal. Algunas marcas como las Ray-Ban Wayfarer que utiliza con monturas de colores
o las botas de Moncler, le deben en cierta medida que se haya renovado su popularidad. Los
largos collares alrededor del cuello, los pendientes de argolla, los pañuelos en el pelo y las
zapatillas Converse rematan su uniforme.
Aunque ella había hecho pocas apariciones públicas, el efecto Mary ya estaba causando
impacto en las tendencias de la moda británica. El vestido azul zafiro de la marca Issa, de
870 dólares, que usó en la graduación de William, lanzó a la fama a la marca y en apenas
24 horas se realizaron miles de copias a diferentes precios. El de seda cruda que utilizó para
una de las dos fotos oficiales de la familia real británica llamado Nanette dress, también fue
un éxito de ventas. Los aros que lució ese día a 500 dólares el par se agotaron incluso en
Nueva York. Otra estampida de compras se produjo después de la visita de los príncipes de
Gales a la Universidad de Oxford, donde llegó con un vestido rojo de la diseñadora Luisa
Spagnoli de 900 dólares. Algunas comentaristas señalaron que ese traje, a los que sumó
accesorios negros, cinturón, botas, medias, guantes y un clutch se convertía en su propio
estilo personal, sin ser comparada con nadie. 
Chanel, Christian Lacroix, Armani, Jimmy Choo, Manolo Blahnik eran algunas de sus
firmas preferidas, y en cuestión de joyas: Chopard o Cartier. Cada vestido que llevaba era
imitado por miles de adolescentes y mujeres que seguían al pie de la letra el estilo la Novia
de Europa. Versace llegó a ofrecerle un millón de libras por protagonizar una de sus
campañas publicitarias. 
De París a Milán, se pasea con soltura por los desfiles donde luce como nadie los modelos
exclusivos de los grandes modistos. Como lo fue su madre, ha sido portada de las
principales revistas del mundo. Es una de las jóvenes más deseadas y la revista Time la
volvió a presentar como la soltera de oro más codiciada del mundo, solo por debajo de su
hermano el príncipe William. Apareció en las revistas de moda más importantes siendo un
total de más de 600 portadas: un total que es sólo es superado por su propia madre.
Mary y Harry, a diferencia de William, eran fieles a su modo de vida y asiduos de Saint-
Tropez, Ibiza y Paris. Protagonizaban juntos portadas rosas en un resort de lujo en Kenia,
en Ibiza o en las primeras filas de las pasarelas de París. Los pequeños hijos de Carlos eran
los reyes de la fiesta, más fashion y más cool. La princesa fue elegida por las
revistas Vanity Fair y People como La mujer más bella del mundo. Además la
revista FHM la eligió entre las 100 mujeres más sexies del mundo y uno de los
mayores Sex Symbols contemporáneos y los expertos en moda y el público en general la
coronaron como uno de los iconos de moda del siglo XXI. Su belleza no pasó desapercibida
para Marc Jacobs, que tal era su admiración que le diseño un bolso con su nombre, The
Marc Jacobs Princess que acabaría convirtiéndose en todo un it bag.
Diseñadores como: John Galliano, Valentino, Ralph Lauren, Yves Saint Laurent, Alexander
McQueen y Karl Lagerfeld la nombraron su musa, gracias al particular estilo con que lucía
sus diseños.
Se colocaron ocho estatuas de cera de la princesa en diferentes museos Madame
Tussauds de distintas partes del mundo, como Ámsterdam, Berlín, Londres y Shangai, lo
que la convirtió en la persona con más réplicas hasta la fecha. La directiva encargada de la
creación de las figuras, explicó en un comunicado que la princesa es uno de los mayores y
más exclusivos talentos en el mundo, ella es el sujeto perfecto para el mayor lanzamiento
de figuras en la historia de Madame Tussauds. Marc Quinn le dedicó la mayor escultura de
oro desde el Antiguo Egipto, de 50 kilos de peso, que se expuso en el Museo Británico de
Londres. El más importante de los pintores vivos del Reino Unido, Lucian Freud, le dedico
un retrato que dio la vuelta al mundo. Le siguieron Tracey Emin, Jake y Dinos Chapman y
Sam Taylor-Wood. Marc Quinn esculpió una espectacular escultura de hielo de la joven a
tamaño natural que se expuso en un refrigerador destinado a fundirla en el plazo de meses,
una metáfora perfecta de la manera en que consumimos su belleza. Maria se evaporará en
la galería y la gente podrá literalmente respirarla, explicó el escultor. 
En 2005 fundó la Naked Heart Foundation, una organización filantrópica sin ánimo de
lucro que se esfuerza por proporcionar un ambiente seguro y estimulante para los niños que
viven en el Reino Unido, así como para dar apoyo a las familias que crían niños con
necesidades especiales. También hecha para la ayuda contra el sida en África.
Cada verano, la BBC lleva a cabo campañas para recaudar fondos a través de mensajes en
la televisión, estos se concentran especialmente en torno a la fiesta nacional de Inglaterra y
en el cumpleaños de la princesa. Los medios para la Naked Heart provienen principalmente
de donaciones por parte del público, pero también de las grandes empresas
como BHP, Lloyds Banking Group PLC y HSBC Holdings son socios patrocinadores
constantes. La fundación recibe el apoyo incondicional por parte de la Asociación de
Panaderos y Pasteleros ingleses que cada año organizan una Princess Cake Week en el que
participan los cafés y panaderías más grandes del Reino Unido.
El resultado de esta campaña de recaudación de fondos se suele presentar el mismo día de
su cumpleaños, y el monto de apertura fue de 200 000 libras. 
La fundación tiene un vínculo con otras asociaciones, entre las que se cuentan John D. and
Catherine T. MacArthur Foundation, Make a Wish y la Universidad de Edimburgo.
Además, fue honrada por David Cameron, quien le entregó varios regalos en un concierto
nacional, el 20 de agosto de 2005, llamando ese día Mary Day.
Los días 1 y 2 de diciembre la princesa hizo una lectura en el Radio City Music
Hall de Nueva York, junto con JK Rowling, Stephen King y John Irving. En octubre,
asistió a una fiesta organizada por Elton John para la que se pidió a los clientes a diseñar su
bar ideal, con los diseños y luego vendidos en una subasta a beneficio de la Fundación de
Elton John contra el SIDA. Participó en una serie animada llamada Robbie the Reindeer,
poniendo voz a uno de los personajes. Los ingresos de esta producción se donaron a Comic
Relief y ese mismo año realizó un breve viaje de beneficencia a Etiopía, junto a un grupo
de personas entre las que se encontraba su hermano Harry, su amiga la actriz Keira
Knightley y Richard Curtis, director de Love Actually.
Sus primeros años universitarios dejaron cientos de rumores de quiénes eran, y quiénes no,
novios de la joya Windsor. Varios medios recogían casi de forma constante las fiestas a las
que acudía y en compañía de quién lo hacía. Y esto fue hasta tal punto que la Casa Real se
vio obligada a llegar a un acuerdo por el que no se podrían tomar instantáneas de la
princesita durante sus años de estudio. Todos los medios de información agudizaban su
fantasía para atribuirle romances. La belleza de esta princesa de cuento, su simpatía, su
pasado algo rebelde y la amable seriedad con la que cumplía con sus deberes, la
convirtieron en la protagonista de la atención nacional e internacional. Por eso, no era de
extrañar que incluso las agencias de noticias más veteranas y fiables lanzaran al vuelo las
campanas de la información con el nuevo novio de Mary, como si se tratara de una novedad
heavy sobre una naciente y secreta pasión de la hija de Lady Di.
Y es que entre los miles de candidatos, la princesa puso sus ojos sobre un discreto y apuesto
heredero colombiano que entonces dirigía una parte de la empresa Bavaria: el afortunado
era Alejandro Santo Domingo, de 28 años, nueve más que ella y considerado como uno de
los solteros de oro de Nueva York, siendo el tío de Tatiana Santo Domingo, la novia de otro
royal: Andrea Casiraghi. El padre era Julio Mario Santo Domingo, el hombre más rico de
Colombia, con un patrimonio estimado en 11.700 mil millones convirtiendo a Alejandro en
uno de los jóvenes más ricos del mundo y estando entre los cien hombres más ricos de la
lista Forbes.
La pareja fue presentada por el propio Carlos. Les presentaron en la primavera de ese
mismo año e inmediatamente ocurrió el flechazo. Alejandro no perdió el tiempo y la invitó
luego a cenar a un restaurante italiano en el elegante barrio de Chelsea. A partir de aquel
momento, Alejandro y Mary ya eran novios.
Pasaron los primeros meses escondiéndose y casi no salían solos. Aunque en septiembre de
2005 la pareja fue fotografiada en un partido de rugby, a la princesa se le seguía
relacionando con Félix Winckler y eran tan fuertes los rumores de que seguían juntos, que
Clarence House negó las acusaciones.
Hasta ese momento ella hacía vida de socialite millonaria, aturdida por tanto halago y
fiestas corridas por Europa y mientras la joven era bombardeada con invitaciones a bailes y
fiestas, los pretendientes zumbaban alrededor de ella como moscas sobre la miel. Alejandro
Santo Domingo por aquella época salía con Lady Charlotte Wellesley, una distinguida
joven que provenía de una de las familias más ilustres de Gran Bretaña que cayó en una
depresión horrorosa al ver que su amor de muchos años la dejaba por la princesa más it de
la jet-internacional.
Alejandro Santo Domingo era quien más se había alejado de la vida bohemia y quien se
empeñaba en proteger el legado familiar. Amigo de Ben Elliot, el sobrino político de la
duquesa de Cornwall y del ministro de Educación Michael Gove, Alejandro se movía como
pez en el agua en las altas esferas. Fue entonces cuando surgió el primer gran amor de la
heredera de Lady Di: el divino Alejandro, milmillonario, heredero, guapo, de reputación
intachable y, por encima de todas las cosas, tan rico como todos los novios de la princesa.
Era el verdadero príncipe que realmente merecía la hija de Lady Di.
La princesa estaba estupefacta con su nueva adquisición, el hombre de negocios,
colombiano y maduro. Era, sobre todo, su físico y actitud pues era totalmente diferente a lo
que ella estaba acostumbrada. Su relación con Santo Domingo le cambió la vida. Adelgazó
20 kilos, controló la compulsión y se la comenzó a ver feliz. Además, él le compraba las
joyas de las que se encaprichaba. Estaba extasiada. Por su parte, Alejandro sentía que
levitaban dos palmos por encima del suelo. No tenía ninguna duda de que Mary era su
verdadero amor. Con ella vivió un año intenso, lleno de subidones, un año el que Santo
Domingo lo dio todo pues sentía no solo pasión, también amor verdadero.
Todo el mundo alababa la perfección del nuevo candidato, que lucía una imagen siempre
inmaculada. Incluso el príncipe Carlos, el más duro a la hora de aprobar las relaciones de su
hija se rindió a sus encantos. Por esa razón Alejandro fue recibido casi inmediatamente en
el palacio, y con los brazos abiertos. La misma acogida favorable que tuvo entre la prensa y
el pueblo. 
Es un hombre culto, refinado, que disfruta junto a la gente poderosa. Decían desde su
círculo más íntimo. Formar parte de la Familia Real culminó sus aspiraciones. A finales de
2005, los rumores comenzaron a dispararse. Si bien salían juntos en ningún momento se los
vio besándose o en situaciones que confirmaran el noviazgo. Se habló de románticas
escapadas a Balmoral, pero no hubo fotos. Algunos les habían visto cenando en el
restaurante Bilbao o el Botafumeiro, ambos en el barrio de Chelsea. También habían
cenado alguna vez en el restaurante Mussol, en la avenida Diagonal casi con la calle
Barnes.
El recuerdo del guapo francés Félix Winckler iba borrándose poco a poco a medida que se
hacían más frecuentes las apariciones en público de la princesa con su nuevo novio.
2006:
El tiempo paso y en febrero de 2006 los paparazzi consiguieron lo que hasta ese momento
era algo imposible: el primer beso de la pareja que dio la vuelta al mundo. La princesa y su
nuevo novio parecieron por primera vez colmándose de besos y gestos de cariño en una
tribuna repleta de espectadores mientras asistían a un concurso hípico en Francia. El
romance había comenzado, y ya no querían ocultarlo.
Durante una de sus estancias en Nueva York llenaron de champán la bañera de su suite en
los Hamptons y llegaron a hacer el amor en todas las habitaciones del Chateau Marmont de
Paris. La gente de todo el mundo los vigilaba como protagonistas de un cuento de hadas.
La pareja atrajo la atención de los medios de comunicación en el Reino Unido y de todo el
mundo. Ese mismo año se mostraron juntos en las vacaciones familiares de esquí en Los
Alpes. Todo 2006 fue un gran año para ellos pues vivieron plenamente su relación.
Tranquila, seria e intelectual, ella lo acompaña en su aventura en el mundo de los negocios.
Ella está en sus cosas, los estudios y la familia, con la que se lleva muy bien. Son todos
muy normales. Ultras normales. Para Alejandro, esto, sin embargo, no es la gran cosa. No
la trata como a una estrella ni ella se comporta como tal, Mary es muy discreta y se queda
calladita pegada a su suegra. No es particularmente simpática y es menos espectacular de lo
que aparenta en las revistas.
El primer evento social de la familia real británica en el que Alejandro participó fue como
uno de los invitados en la graduación del príncipe Guillermo de la Real Academia de
Sandhurst en junio de 2006 y a la tradicional carrera de Cheltenham en la que ocupó uno de
los sitios del palco real junto a las otras novias oficiales Kate Middleton y Chelsy Davy.
Para ese entonces el colombiano ya contaba con toda la aceptación de su suegro sin
mencionar la de sus cuñados, la Reina y del resto de la sucesión real. En septiembre de
2006 la pareja se mudó a un lujoso piso en el frondoso y acaudalado barrio de Highgate en
Londres.
Con vecinos dramaturgos, actores de teatro y cineastas como Christopher Nolan la princesa
se había alejado de los integrantes de la llamada Primrose Hill Set, sus antiguos
compañeros de correrías.
Para consternación del pueblo británico, vivir juntos sin estar casados no era raro en el
Reino Unido, pero como ella era la princesa de Gales y una influyente figura pública, no
estaba muy bien visto. La princesa heredo la belleza, la dulzura y la sensualidad de Lady Di
pero no sus desventuras. Desde sus primeras apariciones públicas, dio muestras de
concentrar todo lo bonito, lozano e incorrupto de la realeza inglesa. La pregunta es cómo se
hace. A sus 21 años recién cumplidos, la princesa de Inglaterra ha crecido marcada por las
posibles amenazas que evoca su apellido. La fatalidad y el mal ejemplo han sido sombras
malignas persiguiendo su joven existencia y, sin embargo, solo en dos ocasiones han
conseguido alcanzarla. A los once años perdió a su madre y fue aislada en el Castillo de
Balmoral y allí, pensando en protegerlos de los peligros externos, la ausencia de Diana se
volvió una gruesa costra alrededor de sus hijos. Entre los muros escoceses, la hija de la
malograda princesa de corazones floreció, decidió acabar con su injusto anonimato y salió a
la superficie montada sobre uno de sus caballos.
Al menor descuido, se les ocurría que la adolescente estaba embarazada y que Carlos yacía
en su castillo al borde de la demencia, avergonzado de su pasado distendido, dándose
golpes en el pecho y temiendo que su pequeña acabara procreando con libidinosos o caza
fortunas. Los medios se frotaban las manos imaginando portadas con el rostro magullado de
aquella vulnerable chiquilla, mientras esperaban que no pudiera evitar el eterno retorno.
Pero pudo.
Mientras Harry se emborracha y armaba broncas ahí donde fuera, la novia de Europa
decidió no apostar por ser un terrible infante y decidió no rebelarse contra nada, para único
consuelo del agotado Carlos. Entre tanta oveja descarriada, de vez en cuando aparece una
ovejita que no se despega del redil. Esa es Maria, alguien que no ha necesitado ser un
infante terrible para su familia ni provocadora con los medios para llamar la atención. Que
se siente bien con sus novios, sus trapos y sus yates, sin dramatismo.
Con los cinco idiomas que maneja a la perfección, sus estudios de Derecho que la hacen
una princesa intelectual, sus vacaciones tranquilas y sus amigos ricos. Reina de corazones,
así se le conoció a Lady Di durante años y ahora el mismo título honorífico ha recaído en
ella. Aunque ya se pintaba los labios antes de abandonar los pañales y pese a ser la
encarnación del estilo elegante chic, ahijada de Karl Lagerfeld e incondicional de los jeans
de Versace y los abrigos de Chanel, la hija de Diana es por encima de todo una belleza
natural y una mujer de actitud salvaje.
Su estética le iba de maravilla a su esencia de adulta contemporánea precoz, a una vida
sentimental tórrida y frívola, con pequeños pero jugosos sobresaltos, muy similar a la de su
mentora. Los británicos no la quieren: la adoran. También, o quizá debido a que se muestra
como una princesa de buen corazón, cálida y sobre todo, común y corriente.
Todo un ejército de asesores cuida al detalle para que la opinión pública no discuta
demasiado sobre la vida de la joya más preciada de la corona Windsor. Así como antes los
personajes de la realeza inspiraban fábulas infantiles, ahora la vida de los reyes y los
príncipes nutre las principales revistas y programas de tevé de chismes y del corazón. En el
caso de la monarquía europea, la estrella indiscutible es Maria (21). Como salida de un
cuento de hadas moderno ella es la que todos los jóvenes ingleses desean. Altísima,
pelirroja y de ojos azules, en 2006 fue elegida nuevamente por la revista People como la
mujer más bella del mundo.
Tiene clubes de fans en cada rincón del planeta y cuentas en redes sociales muy populares.
Cualquiera de estas definiciones cuadraría bien en alguna estrella de la música, ídolo de
adolescentes, pero resulta insólita para ella, una princesa de la Casa Windsor, una de las
dinastías más tradicionales y herméticas del mundo.
El escenario es inmejorable: los jardines del castillo de Windsor. El ambiente, espectacular:
350 invitados elegidos entre los miembros de la realeza y lo más distinguidos de la
sociedad europea. La anfitriona, deslumbrante: una joven de 20 años que impacta con sus
inmensos ojos azules, su belleza y su estilo elegante y exótico. La fiesta de cumpleaños de
la princesa de Inglaterra no tuvo nada que envidiarles a los más famosos cuentos de hadas.
Entonces ya no quedaron más dudas: la princesa del siglo veintiuno, la gran apuesta de la
familia Windsor logró volver a imponer la fantasía y el glamour de la legendaria Diana.
Los primeros días de agosto se vivieron intensamente en el palacio de Buckingham. El día
4, comenzaron los festejos que se prolongaron durante casi toda la semana. El viernes Mary
decidió celebrar a su estilo: hamburguesas, cerveza y música disco para sus amigos más
íntimos en un local de moda en Londres. Los festejos continuaron el sábado con un
almuerzo para 150 invitados en una de las playas más chic de lugar, que William y Harry
organizaron para homenajear a su hermana menor.
Mary, acostumbrada a llamar la atención, llegó al evento con un pequeño bikini junto a sus
cuatro mejores amigas: Ally Hilfiger, Eugenie Niarchos, Valentine Pozzo di Borgo, e
Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe.
La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada y a los miembros de la familia real les
costó disimular las huellas del cansancio cuando al día siguiente debieron reunirse en el
Palacio de Buckingham para un desayuno organizado por la reina Isabel, el último acto
dedicado para homenajear a su querida nieta. La mirada se repite, la gracia se repite, los
gustos se repiten. A la hora de describirla es imposible no compararla con la belleza, la
elegancia y distinción de su madre. Pero más allá del parecido físico, Mary tiene un
carácter más rebelde. Vivaz y arriesgada, es más decidida y segura que Diana. Todo Reino
Unido vive pendiente de ella, quien ocupa el cuarto lugar en la sucesión al trono.
Las revistas y diarios locales y del mundo analizan minuciosamente cómo se viste, dónde
va, con quién anda. Es comprensible, la chica nació con el futuro hipotecado, está destinada
a ser la abanderada de la casa Windsor en el próximo milenio. Maria es la esperanza de la
monarquía para regenerar la desgastada corona británica y traer a la familia la paz que no
ha tenido en las últimas décadas. Sin embargo, ni los estrictos cuidados ni la rigurosa
educación alcanzó para frenar el desplante y la audacia de Mary. Con sólo 12 ya era tapa
del New York Times y daba de que hablar al mundo. Ahora con 20, la chica decidió hacer
suyo el lema de su antecesora: crecer en forma prematura, casi meteórica, consumir el
tiempo con urgencia para ser mayor cuanto antes.
Durante su segundo año, trabajó en el Oxford Child Study Center, donde estudió acerca de
las nuevas investigaciones en cuanto al desarrollo temprano del cerebro durante la infancia
y trabajó como asistente de investigación del artículo.
También trabajo voluntariamente en New Haven Legal Services para ofrecer asistencia
legal gratuita a los pobres. Se involucró con la Fundación Make-A-Wish, cumpliendo los
deseos de niños con condiciones médicas que amenazan la vida. Mary cumplió más de 100
deseos por diversas organizaciones de la concesión de deseos, la mayoría por la Fundación
Make-A-Wish convirtiéndose en la celebridad más solicitada y recibida por dicha
fundación.
En agosto, Mary, protagonizó una campaña de concientización en las calles de Londres que
fue encabezada por ella para recaudar fondos para su fundación Naked Heart. El evento fue
todo un éxito y recaudaron más de 330.000 libras.
Mientras sus compañeros de estudios evitaron la lectura o la redacción de ensayos, ella
trabajó diligentemente abriéndose camino por la labor social británica. En víspera de
navidad, visitó a los niños de una escuela de bajos recursos llevándoles comida y
obsequiándole regalos. Y por esta causa y muchas más, la princesa de Gales no solo
brillaba por su belleza y calidez si no que se convirtió en un gran ejemplo para muchos
adolescentes alrededor del mundo.
2007
Algo está pasando en el Reino Unido. Sin prisa y sin pausa, la fascinación que muchos
sienten por Diana se está transformando en otra nueva que tiene a su hija como
protagonista. Mary, con su armoniosa figura y belleza, es la favorita de los flashes. Ante
sus apariciones públicas, a todos les queda claro que todo su esplendor, la chica va camino
a eclipsar a su madre. Y no se trata de que la princesa Diana haya perdido su encanto pues
ella siempre será por siempre leyenda. Sin embargo, todo indica que ha llegado la hora de
que Mary tome el trono de su madre.
No es de extrañar que los jóvenes de ambos lados del océano mueran de amor por ella y
que las chicas estén fascinadas con su estilo y llenen cada vez más blogs en Internet con sus
fotos, elevándola al sitio de chica fashion e inviten a imitarla.

El 4 de febrero de 2007, la revista Newsweek publicó un artículo que hizo hincapié en la


cultura del modelaje en Alemania debido a Mary. En Alemania, donde la belleza es muy
valorada tanto como el fútbol, la princesa de Gales se convirtió en una verdadera obsesión.
Una docena de agencias de modelaje de renombre como Marilyn o Storm se establecieron
en Renania del Norte-Westfalia y desplegaron un ejército de cazadores de talentos para
encontrar nuevas caras.
1.100 adolescentes británicas aclamaron que su modelo a seguir era la princesa de Gales.
La razón de esa locura se encontraba en 1,80 metros de altura y ardientes ojos azules: su
nombre era Su Alteza Real, la princesa Mary, conocida por todos como Mary, ella era la
británica más famosa desde su propia madre, Lady Di declararon las revistas
internacionales; Sería difícil exagerar el impacto de la princesa, no sólo en el Reino Unido,
sino en la industria de la moda también. Hace apenas dos años, la popularidad de la realeza
británica parecía una especie en peligro de extinción. El público estaba tan cansado de las
princesas mimadas que fueron empujados fuera de la revista y sensacionalista cubre por
cantantes pop, estrellas de cine, incluso los políticos. Luego vino Diana y luego Mary. "Ella
tenía pechos y caderas y un buen cabello", dice James Scully, reserva editor de Harper 's
Bazaar. "Los hombres la quieren. Las mujeres quieren ser ella. No hemos tenido que ya
Cindy y Naomi. "Y así, los amantes de la moda pululaban a Brasil para clones Gisele.
La generación de Mary creó una generación de niñas que querían ser modelos y ese sueño
es el que daba combustible a una máquina que atraía a cientos de mujeres de toda Alemania
hasta Renania del Norte-Westfalia. Pero sobrevivir como maniquí no tiene nada que ver
con tener éxito. Desde entonces no producimos ni una sola súper modelo comparable en
términos de imagen ni de dinero, contaba Jocler Turmina, responsable de caras nuevas en la
agencia Joy, una de las más importantes del sector. Y es que la estela de Mary Wiles abrió
la puerta del mundo a modelos alemanas, pero ha encallado la aparición de la próxima
generación de tops. Los expertos dicen que candidatas y agentes se han confiado al creer
que convertirse en la número uno se consigue en dos días.

Lo que Diana representó en los años 90, hoy lo representa, con sólo 21 años, su hija quien
se transformó en el ícono del estilo y la moda europea del momento. Su porte, sus gestos y
su manera de desenvolverse como pez en el agua en cuanto evento le toca participar
hicieron que se convirtiera en uno de los integrantes de la realeza más imitados por su
generación y queridos por su pueblo. De la misma manera que a los 21 años Diana se puso
al hombro de los actos oficiales, hoy la joven no falta a ni una celebración. Allí hace su
aparición triunfal portando el mismo temple de acero, pero también con la misma simpatía
y las sonrisas enigmáticas de Lady Di. Se codea espontáneamente con magnates,
empresarios y miembros de la realeza, y conversa de igual a igual con ellos en fluido
francés, inglés, italiano o alemán.

Sus piernas infinitas, su mirada felina y su look camaleónico la elevaron hasta una cima
hasta entonces inalcanzable en el mundo de la realeza. Mary no solo era una cara y
cuerpo bonito si no una autentica diosa sin corona. Mary y su madre fueron las únicas
olimpo reservado para grandes como Naomi Campbell

Aconsejada por su padre, la joven lleva una vida sin complejos, amistosa con los flashes
pero sumamente privada. Con una vida más sana su círculo íntimo está compuesto por los
herederos más importantes de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Solo ellos acceden
a sus confidencias y a sus residencias privadas en Londres y Paris.
Es innegable que tiene en un 99 por ciento el físico de los Spencer, y así se la vio en la
última salida de la familia real saludando desde el balcón al pueblo ingles en su día
nacional. Los más memoriosos no dejan de destacar el impresionante parecido, trazan
paralelos entre sus vidas y se asombran con la marcada personalidad de la joven, mix entre
la discreción de su padre y el respeto por las tradiciones que supo aprender Diana. Bella por
donde se la mire, desde chica fue objeto de conjeturas que intentaron unirla con alguno los
príncipes casaderos de Europa, el más comentado fue con el hijo de otra leyenda: Andrea
Casiraghi.
Es que, coqueta como es, la joven nunca se muestra sola: asiste a bailes, fiestas en la playa
y hasta a la tradicional carrera de Fórmula Uno de Mónaco, rodeada de atractivos escoltas
en su mayoría, amigos de Harry.
Por lo pronto, Mary aprendió a desenvolverse con naturalidad. Para seguir con el ejemplo
de su madre, un día se la ve representar a la familia en un acto oficial en Londres, al otro se
deja fotografiar junto a amigos en las playas de Saint Tropez y a la semana eclipsa la
primera fila de los desfiles de París antes de camuflarse como una joven más y café en
mano emprender una maratón de shopping con amigas a las tiendas más sofisticadas de
Londres, guiada nada menos que por Kate Moss, su íntima amiga.
Es cierto que le encanta beber su vodka con Red Bull o con limonada, y que le encantan las
fiestas, pero esos gustos los comparte con infinidad de jóvenes de su edad. Ambos fuman
Marlboro Lights o Peter Stuyvesant Lights, y en Londres adoran pasarla de maravilla en los
juegos de polo, y en el club Boujis, no lejos del palacio de Kensington.
Pero ella ha demostrado que su gusto por la diversión nunca ha afectado sus estudios, ya
que pasa gran parte de sus días estudiando y tomando exámenes para poder graduarse con
honores, y obtener un título doble en Oxford, de la que es alumna aventajada. 
Y para lograr un título doble en una universidad tan estricta y respetada, hay que tener gran
inteligencia. Cuando no está en Londres viendo a su novio es una persona súper organizada
que comienza en la universidad a las 9 y termina a las 3 pasando el resto de la tarde y la
noche sola, estudiando en la biblioteca, pues sus estudios son realmente difíciles y este es
su penúltimo año. De vez en cuando hace una parada y va a algunos de los bares del
campus como Cubans Cod Sobar o Tiger, pero aunque se ha dicho mucho que ella bebe en
exceso, no es cierto, pues prefiere pasar el tiempo leyendo. Los que la conocen se asombran
de que aunque luce muy distante en las fotos, en persona es más bien tímida y se ruboriza
con facilidad, tal como le ocurría a Diana. Muchos la describen como bastante
conservadora para su edad, pues nunca habla de su vida sentimental. Cuentan que Mary es
más bajita y delgada en persona y que posee una mala postura, no parece muy entusiasta, ni
siquiera muy juvenil, y cuando no está posando para una cámara mantiene una sonrisa algo
congelada, es amable, pero sin vida.
Dicen que así es Mary realmente y que toma su día a día con esa misma pasmosa
tranquilidad, sin grandes aspavientos ni complicadas emociones. Pero insisten en que la
princesa es un derroche de vitalidad. A diferencia de su mortal competencia Kate
Middleton, cae simpática. Mary no tuvo que aprender a sonreír como ha pasado con Kate.
Mientras la gente sentía respeto, y algo de lástima, por la carga regia de Kate, Mary, la
hermana menor era el espejo en el que se miraban las jóvenes inglesas y a la que todos los
chicos querían invitar a salir. Inevitablemente, esto despertó mucha envidia y una
confrontación entre ambas que la prensa quería documentar.
Su entorno dice que es una persona a la que nunca le ha gustado exhibir su vida privada, ni
siquiera con sus amigos íntimos. Que está habituada a ceder el protagonismo a sus
hermanos mayores. Pero eso es imposible, ella es la que importa y desde que comenzó a
hacerse mayor se ha aireado muchas de sus intimidades. Con o sin fundamento.
Además, Mary era la princesa lista por excelencia, como se la conocía popularmente, y
nunca necesitó el apoyo de nadie para sacar adelante sus estudios y planificar la que sería
su vida fuera de Buckingham. En su penúltimo año ya era una finalista en la mayoría de los
tribunales de la universidad: un foro donde los estudiantes de Derecho hacían la práctica de
la presentación de sus argumentos con peso y convicción.
Durante el año 2007 llegaron los rumores de infidelidades. Mientras a la princesa la
relacionaron con Jenson Button, a Alejandro lo relacionaron con algunas mujeres con quien
platicaba en bares en Nueva York. Sin embargo los rumores fueron dejados a un lado
cuando se hizo pública la foto de Santo Domingo agarrando con una mano el pecho de la
princesa mientras paseaban por Knightsbridge.
Con motivo del décimo aniversario de la muerte de su madre y coincidiendo con la fecha
del que habría sido su 46 cumpleaños, ella y sus hermanos le brindaron un cariñoso tributo
a ritmo de la música. Los hermanos fueron los anfitriones de un multitudinario concierto
solidario en el estadio Wembley, por el que pasaron músicos como Elton John, Rod
Stewart, Tom Jones o Andrea Bocelli, y donde disfrutaron rodeados de su grupo de amigos.
También tuvo lugar este mismo año una misa funeral, en la que Harry leyó un emotivo
discurso.
Será siempre recordada por sus obras sociales. Pero para nosotros, sus tres hijos, era
simplemente la mejor madre del mundo. William, Mary y yo podemos dividir nuestra vida
en dos partes: los años en los que tuvimos la felicidad de disfrutar de la presencia a
nuestro lado de nuestra madre y nuestro padre, y los 10 años transcurridos tras la muerte
de nuestra madre. El vestido que usó el día del concierto se agotó en 24 horas de Harvey
Nichols y la boutique Matches en Londres, pues todas las chicas querían tener el diseño de
la marca Issa, una de las favoritas de la princesa.
La princesa hizo una aparición estelar en la premier de Harry Potter y la Orden del Fénix,
donde no puso reparos al dejarse fotografiar junto a su novio ni tampoco a la hora de darle
un cariñoso beso en la mejilla. Días después de asistir al estreno en Londres, se fue de fiesta
a Berlín. Y con permiso del káiser de la moda, la novia de Europa no tuvo competencia.
Aunque era la noche de su amiguísimo Karl Lagerfeld por el estreno de un documental
sobre su vida, la llegada de la princesa desvió todos los objetivos recordando a una
encantadora Diana en sus años dorados. Melena suelta, labios rojos, vestido negro de punto,
y no hacía falta más, se convirtió en la reina de la noche.
Todo lo demás fue el cóctel resultante de su irremediable magnetismo, de la fuerza de su
juventud y del legado heredado de generaciones de glamour. En esta ocasión, no acudió
junto a Alejandro Santo Domingo, su sol y su sombra durante los últimos años. Sin
embargo, no fue óbice para que disfrutara de una fiesta de cine, en la que no pudo sentirse
sola ni un momento, ya que no pararon de rodearla y agasajarla. El 25 de marzo de 2007,
participo en el festejo del cumpleaños número 60 del cantante Elton John, celebrado en
el Madison Square Garden.
A la edad de 21, fue nombrada Consejera de Estado y comenzó sus deberes reales por
primera vez cuando la reina estaba en el extranjero para asistir a la Reunión de Jefes de
Gobierno  en Malta.
En febrero la princesa de Gales hizo su primera visita humanitaria a Sierra Leona y
Tanzania, donde permaneció dieciocho días. Sin duda, esa visita y todo lo que representaba
la marco profundamente: dos meses después, Mary y su hermano el príncipe Harry fueron a
Etiopía. Mi hermano y yo fuimos a trabajar a Etiopía durante un mes. Trabajamos en un
orfanato, en uno de esos horribles campos, y despertábamos por la mañana viendo a
millares de personas que caminaban a través de la niebla con la esperanza de conseguir
algo de alimento. Hay una cierta clase de pobreza que es estructural, no es justa, y cuando
oí hablar este plan para aprovechar el milenio como una oportunidad de dar a los países
más pobres una ocasión de comenzar otra vez, pensé, esto es grande, y es lo correcto.
Después de su visita a Etiopía, Mary decidió convertirse en una princesa con causa,
siguiendo el ejemplo de su madre. Los hermanos se reunieron con refugiados afganos en
respuesta a la apelación de ACNUR. El ACNUR les propuso pagarles los gastos de sus
viajes, pero ellos se negaron e instaron por medio de un comunicado que ellos mismos iban
a cubrir todos los gastos relacionados con sus misiones, y dijeron también que iban a tener
y compartir los mismos rudimentos de trabajo y las condiciones de vida que si fueran
personal del ACNUR.
En respuesta al gran interés de los hermanos, ACNUR los nombro a ambos Embajadores de
Buena Voluntad en la sede de Ginebra. Durante sus primeros tres años como Embajadora
de Buena Voluntad Mary concentró sus esfuerzos en las misiones de terreno, visitando
varios refugiados de guerra en todo el mundo. En una entrevista le preguntaron qué quería
llevar a cabo, a lo que contestó: La toma de conciencia de la difícil situación de estas
personas. Creo que deben ser elogiadas por lo que han vivido.
Ese mismo año se vio involucrada intensivamente con organizaciones filantrópicas como
Amnistía Internacional, Free Burma, Children's Project, The One Campaign, Save The
Children y Greenpeace, así como la fundación RED. Además participo en programas de
apoyo contra la obesidad y la vacunación para los niños en la Unión Europea a través de la
Oficina para Europa de la Organización Mundial de la Salud. La princesa mediante la
Naked Heart Foundation comenzó a dar conferencias alrededor del Reino Unido donde
inspiraba a las niñas a ser fuertes, inteligentes y audaces, proporcionando programas
educativos vitales a millones de chicas británicas. A finales de año fue declarada como la
persona europea del año por la revista European Voice.
En diciembre la princesa fue invitada a ser la editora de la revista Vanity Fair. El número se
llamó África: Política y Poder y presentó un surtido de 20 diferentes portadas, con
fotografías de Annie Leibovitz, tomadas a una serie de destacadas personalidades,
dirigentes políticos, filántropos mostrando sus contribuciones a la ayuda humanitaria en
África.
2008
En 2008 visitó sola por primera vez Tham Hin: un campamento de refugiados en Tailandia
Después viajó a diversas instalaciones de ACNUR en Kosovo y realizó una visita al
campamento de refugiados de Kakuma, en Kenia. La princesa de Gales se convirtió en el
punto de apoyo de una red global de líderes políticos, filántropos, expertos en desarrollo y
celebridades dedicados a combatir la pobreza en los países en vías de desarrollo,
especialmente en África. Durante su penúltimo año en Oxford, fue pasante en la Embajada
del Reino Unido en Washington, completado un programa de estudios en las oficinas del
Gobierno estadounidense.
Mary se convirtió en la presidenta de One Parent Families, una asociación benéfica que
ayuda a las familias monoparentales siendo ella su primera embajadora en el año 2008.
Colaboró con Sarah Brown, la esposa del ex primer ministro británico Gordon Brown, en la
redacción de un libro de cuentos infantiles en ayuda de esta asociación. Mary se convirtió
en 2008, según una encuesta enviada a cerca de 23 mil votantes, el miembro más popular
de la familia real británica, superando a la reina, el heredero Carlos, y a sus hermanos así
como otros miembros de la familia real y por su labor humanitaria también fue nombrada
Mujer del Año 2008.
En febrero de 2008, Mary formó parte de la pasarela Go red for women, en la semana de la
moda de Londres, organizado por Burberry, que tuvo como fin crear conciencia hacia las
enfermedades cardiacas en Inglaterra.
Para la boda de Peter Phillips con Autumn Kelly, Alejandro Santo Domingo ya se movía
cómo pez en el agua dentro de la familia real británica. Se convirtieron en una pareja muy
discreta y sus apariciones en el kiosco rosa habían venido de la mano de la astucia de
los paparazzi, que habían logrado inmortalizar vacaciones en la Costa Azul a bordo de una
lujosa embarcación o su descanso en las playas de Ibiza en compañía de un grupo de
amigos. Durante la boda de Joaquín de Dinamarca y Marie Cavallier, Mary lucia la llamada
pulsera del amor, un brazalete de Cartier que estaba valorado en 5.000 euros y que
representaba el cinturón de castidad porque solo Alejandro tenía la llave.
2009
En 2009 completó su tesis final sobre el acuerdo de Belfast en Irlanda del Norte.
Se graduó en junio de 2009 obteniendo una licenciatura en Ciencias Políticas con la
mención honorífica magna cum laude, la calificación más alta conseguida por una princesa
británica. En el momento de su graduación, el príncipe Carlos emitió un comunicado
diciendo: Nuestra familia está muy agradecida por las amistades y las grandes
experiencias de aprendizaje que Mary tuvo en Oxford, y estamos muy orgullosos de ella en
este día tan especial.
Siguiendo las presiones de varios compañeros, la princesa dio el discurso de graduación. Su
discurso recibió una ovación en pie de los presentes de siete minutos de duración.
Mary admitió hablar fluidamente cuatro idiomas: sueco, inglés, alemán, francés y un poco
de japonés. Era considerada una de las personas más cultas, capacitadas y con mayor
proyección del país. Esta princesa está llamada más que a romper tradiciones a crear otras
nuevas. Porque ella ha disfrutado intensamente de sus años universitarios. Ha saboreado
todos y cada uno de los pequeños detalles que le hacían sentirse una más. Ha querido estar
con su generación, para no perderse en castillos de altos muros y olvidarse de los problemas
de su tiempo.
Mary, tras dar un portazo a su pasado adolescente, dejo de ser la compañera de juerga de su
hermano Harry, dejo a tras su reputación de princesa de la fiesta que hacía las delicias de la
prensa, entregada a la dolce vita y adorada por los paparazzi.
Después de su graduación, Clarence House revelo que la princesa extendería sus estudios
cursando una maestría en Economía en la London School of Business bajo la dirección del
profesor Federico Caffe. 
Ese mismo año fue galardonada con el Refugees International Awards Humanitaria por su
extraordinario servicio a los refugiados y personas desplazadas.
2010:
En mayo del año 2010 se fue de gira por varios países de África con el cantante irlandés
Bono y en víspera de navidad Bono y la princesa iniciaron una gira llamada Heart of Great
Britain Tour en Edimburgo, de una semana de duración para intentar llamar la atención
sobre la problemática del SIDA en África y movilizar así a los británicos a proporcionar los
fondos necesarios para luchar contra el SIDA en el continente. Junto a ellos participaron
también el príncipe Carlos y Camilla Parker, los príncipes William y Harry, Kate
Middleton, las princesas Beatriz y Eugenia de York, Andy Murray, Chelsea Clinton, Keira
Knightley, Joe Wright y el cast completo de la película Pride and Prejudice, Paul y Stella
McCartney, David y Victoria Beckham, Christopher Bailey, Daniel Radcliffe, Kate Moss y
un coro de niños y un grupo de teatro llamado Gateway Ambassadors, y Agnes
Nayamayarw una enfermera con VIH de Uganda. La gira paso por colegios, centros
comunitarios, iglesias y siete estados de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Ese mismo mes,
DATA, la fundación de Bono y Bobby Shriver anuncio que se fusionaba con la Naked
Heart Foundation para unificar esfuerzos.
El expresidente Bill Clinton, quien honró el trabajo de Mary durante la reunión anual de
Save The Children en la ciudad de Nueva York, dijo que había aprendido una lección en un
viaje a África con la princesa.
En abril apareció en un anuncio en contra de la violencia doméstica, dirigido por Joe
Wright e impulsado por Women's Aid, un grupo de ayuda a mujeres y niños. El video
generó cierta controversia debido a su crudeza. Algunos colectivos lo consideraron
demasiado violento y otros lo apoyaron, por su manera realista de mostrar lo que es la
violencia de género.
La joya de Windsor como la llaman en el Reino Unido, se convirtió en una mujer que, sin
querer, dueña de una presencia impactante. Lejos de sufrir aquellos trastornos de salud que
acosaban a Diana, ella es muy alta y de cuerpo delgado, aunque comparte con su
progenitora la mirada perdida y desolada. Por lo demás, es una joven como cualquier otra,
sólo que con muchas personas alrededor que se preocupan por su bienestar y su futuro.
Poco a poco se convirtió en una presencia importante en el escenario mundial, a menudo
descrita como la mujer de la realeza más fotografiada del mundo compitiendo ampliamente
con Diana y Grace Kelly, Mary se convirtió en el miembro más popular de la familia real
británica eclipsando por completo a la sobria y tímida Kate Middleton.
Ella se destacó por su filantropía, calidez, belleza, seguridad y las obras de caridad de alto
perfil. La joven sigue siendo muy solicitada y obsequiada. La princesa recibe más de mil
cartas a la semana, de modo que ella tiene su propia oficina de correos en Clarence House.
Estas misivas son abiertas por sus asistentes, excepto los sobres en que sus remitentes
escriben sus iníciales en la esquina posterior izquierda, código que significa que son de
amigos cercanos. Y en cuanto a obsequios, lo que más recibe son chocolates, los cuales ella
nunca disfruta, pues toda comida o bebida que les es enviada al Windsor es destruida de
inmediato, ante la posibilidad de que contenga veneno. 
Es la perfecta unión con el británico medio, gracias a ella entran aires nuevos en la
monarquía después de la crisis de popularidad que sufrió la reina por no reaccionar, tal y
como esperaba el pueblo, tras la muerte de Lady Di. Que los tiempos están cambiando
desde aquel año calificado por Isabel II como horribilis es evidente.
La joven es todo un motor para la economía británica. Se calcula que la figura de la
princesa de Gales genera unos 1.200 millones de euros anuales. Cada británica se gasta una
media de 300 euros al año tratando de copiar su estilo. La venta de jerseys, como le gustan
a ella, han aumentado un 65 por ciento en los grandes almacenes Denhams.
Los trajes que ha lucido de las firmas Reiss o Pull & Bear se agotaron en pocas horas. Las
webs dedicadas a identificar cada prenda que lleva se multiplican con el ingenioso
título What Mary Wore a la cabeza.
Nation Branding, que calcula el valor monetario de símbolos nacionales, concluyó que la
Princesa de Gales vale 12 mil millones de libras para el Reino Unido. El valor tan alto se
debe a que los miembros de la realeza inglesa son un producto único que llama la atención
en otros países. Cuando la realeza ayuda el comercio ingles a triunfar en países extranjeros,
significa que las puertas para las autoridades extranjeras se abren de otra manera que lo que
sería el caso con representantes no-monárquicos. 
Diana era demasiado glamorosa y sofisticada para la Familia Real. El hecho de que luche
por ser una mujer de clase media encuadra mejor con una reina que, a pesar de tener una de
las colecciones más importantes de plata, desayuna en recipientes de plástico
Tupperwear. La obsesión por la royal en el Reino Unido es tan excesiva que hay semanas
que ocupa las portadas de todas las revistas del corazón.
La princesa se ha convertido en una mujer reservada, más bien tímida, que no acaba de salir
de la sombra de su madre y aunque ya tiene 24 años, prefiere llevar una vida muy privada.
Físicamente, es la viva estampa de su madre, su auténtica reencarnación: aunque con unos
ojos mucho más melancólicos y a veces hasta un poco tristes. Es una chica moderna, muy
de este siglo, que no quiere llamar la atención; sin embargo, vive en medio de lujos,
palacios y tronos. No le gustan las grandes fiestas, la prensa y la fama con las que se ha
criado. Si fuera por ella, viviría en el anonimato. Con sus rasgos delicados y su perfecta
postura uno espera descubrir a una altiva criatura; en lugar de eso, emerge una sonriente y
dulce mujer que pasa del inglés al francés con soltura y a la que le encanta bromear, cocinar
y hacer senderismo. Tiene una manera delicada, casi imperceptible, de dejar saber sus
preferencias. No quiere ofender a nadie pero, a la vez, tampoco se resigna a ceder territorio
y parece haber sido dotada de una sabiduría que le permite distinguir intuitivamente lo que
le resulta de verdad importante. La gente dice: es bellísima. Como toda celebridad se le han
atribuido embarazos, si luce panza; anorexia, si el bikini la revela muy huesuda; así como
numerosos amantes y adicciones, si la ven bailando en discos, cigarrillo en mano. Pero ha
salido airosa, aconsejada y protegida por su familia, sobre todo por Carlos, su gran aliado y
amigo.
Mary y Alejandro, junto al príncipe Carlos y Camila Parker, acudieron a la isla griega
Spetses para celebrar la boda del Príncipe Nicolás de Grecia con Tatiana Blatnik.
La Princesa escogió un vestido de inspiración helénica, con gasa azul y un sólo hombro del
diseñador español Felipe Varela. Lo combinó con una pulsera de Cartier y pendientes de
aguamarina.
En 2010 fue nombrada por el New York Times como Activista del año y la incluyó en su
lista de las personas punto de cambiar el mundo.
2011
Al año siguiente la princesa acepto un cargo como ejecutiva de investigación en la empresa
de fondos de inversión Avenue Capital Group donde formó parte del Departamento de
Estado británico.
Ahí trabajó bajo las órdenes de David Cameron como Asesora Especial en cuestiones de la
Juventud Mundial. También participó en un sketch para el Red Nose Day de Comic Relief,
en el que también trabajaron Gordon Brown, Tom Felton, Emma Watson, Rupert Grint, Rio
Ferdinand, Paul McCartney, George Michael y James Corden.
En junio de 2011, la princesa aceptó posar para el artista británico Mark Demsteader, en el
sentido de producir una colección de 30 cuadros de pintura realizados con diferentes
técnicas como la aguada, carboncillo, tinta y óleo.
Al aceptar la invitación, Mary pidió que el 10% de las ganancias por la venta de las pinturas
fueron donadas a la CAMFED International, una organización no gubernamental británica
que trabaja en la zonas rurales africanas que busca introducir a niñas en el ámbito escolar
facilitándoles libros, uniformes y otros suministros necesarios. En septiembre del mismo
año, la princesa terminó representando a CAMFED Internacional como su embajadora
oficial, por apoyar la causa de la importancia del estudio de la vida de un individuo y en la
construcción de la sociedad, y declaró haber quedado feliz de apoyar a Camfed y el trabajo
increíble que ellos hacen.
Ese mismo año Forbes la nombró como la más influyente de la lista de 30 por debajo de 30
en la categoría de Leyes y Política.
Su popularidad es imparable y se le atribuye haber aportado un carisma y un dinamismo
que han revitalizado a la casa real. Confirmando su popularidad con el público inglés, tenía
una impactante aprobación cercana al 89 por ciento, casi 20 puntos más que su padre y su
familia.
La justificación, ser un símbolo de trabajo, esfuerzo, humildad, honestidad y paz para Gran
Bretaña.
La revista Forbes la ubico por primera vez en el top 10 de las mujeres más poderosas del
mundo y todas gracias a que transformó el papel de princesa en uno menos formal, más
accesible, trabajador y relevante. Ya con sus discursos preparados por ella misma y que ni
siquiera lee, mostró no ser la típica princesa acartonada, sino una mujer de carácter fuerte,
muy estudiada, intelectual, independiente y sobre todo muy trabajadora, algo que mantenía
fascinados a los británicos. Ella a sus 24 años, se convirtió en la indiscutible representante
de la familia real ante los británicos de pie, muy por encima de Kate Middleton, la futura
reina de Inglaterra.
Desde el palacio, sin embargo, desmentían cierta guerra familiar entre las dos mujeres de
Buckingham y negaban que hubiera celos entre Mary, que hasta la boda de William ejercía
de primera dama de la familia real, y Kate, decían era más inteligente que eso.
Para la boda real del Príncipe William con Kate Middleton, la hermana del novio escogió
un vestido color rosa terracota con bordados imperio en hilo al tono de su incondicional
Karl Lagerfeld. Completó su look con un sombrero de Pablo y Mayaya, diseñadores
españoles.
En 2011, Mary y la eurodiputada Emma Nicholson fundaron el Children's High Level
Group.
Durante cuatro años Mary fue la directora del proyecto The Arts in Schools Project,
iniciativa que pretendían mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las artes en las escuelas
británicas.
Ese mismo año Alejandro la sorprendió con un viaje a Venecia incluyendo un paseo en
góndola y un picnic romántico y finalmente le entregó el ansiado anillo y le pidió
matrimonio. De manera sorpresiva, el 16 de octubre de 2011, Clarence House anunciaba el
compromiso oficial de la princesa de Gales con su novio de hace seis años. Con la noticia
publicada en la página oficial de la familia real, Mary afirmaba que él era el elegido. Sería
feliz si Alejandro fuera el padre de mis hijos. Sé que sería muy buen padre y que
formaríamos una familia estable. Pero aún no estamos en ese punto. Aún tenemos camino
por recorrer antes de convertirnos en padres.
La ceremonia de pedida de mano se celebró en el palacio de Buckingham donde estuvieron
presentes sus respectivas familias, que participaron en la sesión fotográfica con motivo del
próximo enlace real.
El primer ministro David Cameron trasmitió su felicitación a la pareja, como también el
resto del Gobierno, precisamente reunido en Downing Street cuando el anuncio fue
realizado. La princesa dijo que estaba muy emocionada, y la reina Isabel anuncio que
estaba absolutamente encantada dando su consentimiento formal para el matrimonio tal
como lo exigía la Ley de Matrimonios Reales de 1772, durante el Consejo Privado en la
mañana del compromiso.
Tras el anuncio, la pareja dio una entrevista y organizó una sesión fotográfica en el Palacio
de Buckingham que fueron tomadas en los apartamentos de estado del palacio. Aparecieron
ante los periodistas sonrientes y relajados, ella, quizás demasiado tranquila y segura de sí
misma para el histórico momento que estaba viviendo, una actitud distinta a la que mostró
una tímida Diana Spencer de 19 años, y también vestida de azul, el día en que posó para la
prensa con motivo de su compromiso con el príncipe Carlos. Mary mostraba orgullosa el
anillo de compromiso que Santo Domingo le había regalado. Era un fastuoso anillo vintage,
realizado en oro amarillo con un diamante central de cuatro quilates rodeado de 16 zafiros y
por numerosos pétalos de diamantes valorado en 60.000 euros. Nada podía ir mejor, ella se
casaba con uno de los hombres más ricos del mundo. Todo sin estridencias y en su sitio,
como le gustaba a la alta sociedad. Y, además, no tenía pasado. Carlos estaba encantado.
Que una hija esté condenada a cometer los mismos errores que su madre no es una regla
exclusiva de las tragedias griegas. Es algo que sencillamente sucede. El tiempo dirá si Mary
Elizabeth Windsor terminará o no condenada a la infelicidad. Por ahora, Mary, que acaba
de cumplir 25 años, luce orgullosa y desde hace dos meses, su anillo de oro, símbolo de su
compromiso con el multimillonario colombiano de 34. Además, Mary ya no es la misma.
La tímida muchacha criada bajo la estricta mirada de su padre quien floreció y se convirtió
en el alma de la fiesta se ha convertido en una mujer decidida a tomar control de su vida.
2012
La fiesta de compromiso tuvo lugar el 26 de noviembre en el Palazzo Grassi de Venecia
donde se realizó una fiesta de máscaras alusivas al carnaval de Venecia en los Magazzini
del Sale, ubicados en la zona veneciana Punta della Dogana rodeado de un importante
dispositivo de seguridad y a la cual asistieron alrededor de 350 invitados entre los que se
encontraban Kate Moss, Bono, Karl Lagerfeld, Patrick Demarchelier, Elton John, Victoria
Beckham, Stella McCartney, Tamara y Petra Ecclestone, Jean Todt y Flavio Briatore.
A bordo de dos aviones privados y acompañados por un staff de cincuenta miembros, Mary
y Alejandro llegaron a Roma cuatro días antes del evento y se instalaron en el Hassler, un
hotel cinco estrellas ubicado sobre las escalinatas de Piazza Spagna. Los días previos a la
celebración, la pareja salió poco y nada del hotel. Recién apareció en la primera de las
fiestas de pre-calentamiento. Fue en Nino, un restaurante por el que la princesa tenía
predilección. Para la ocasión, Mary, flaquísima, Victoria Beckham, la esquelética mujer fue
su guía en su dieta pre-nupcial, eligió un equipo de Armani, de pantalón y blusa anudada a
la cadera. Y el viernes hubo una cena de gala en Villa Aurelia, en el Gianícolo romano.
Finalmente el sábado 26 de noviembre, la pareja llegó al castillo medieval en un auto negro
con vidrios polarizados.
2013: Boda real
Un total de 1.500 personas se congregaron en la Catedral de St. Paul pero fueron testigos
otros 750 millones de espectadores de todo el mundo que presenciaron la ceremonia desde
sus televisores. Una cifra que ascendía a los mil millones superando la boda de su hermano
William con Kate Middleton. Dos millones de admiradores de la familia real inglesa y de la
princesa más famosa del siglo XXI se agolparon a lo largo del trayecto de cinco kilómetros
entre Buckingham y el templo. Un itinerario que contó con 4.000 policías y 2.200 oficiales
militares para controlar el desbordado entusiasmo de la multitud al paso de la comitiva
nupcial por la plaza palaciega, el paseo de Mall, la plaza de Trafalgar, Flett Street y la plaza
de la catedral.
La princesa eligió la Catedral de St. Paul, mismo lugar donde sus padres se casaron hace 33
años el 29 de julio de 1981, Por pedido especial de la novia, el recinto fue transformado en
un bosque. Ocho árboles flanquearon la nave central, seis de ellos eran arces, un símbolo de
humildad. Toda la familia Windsor y sus ilustres invitados, entre los que se encontraban los
representantes de las familias reales europeas y varios Jefes de Estado y Gobierno, vistieron
sus mejores galas en el señalado día. Entre los invitados se destacó la presencia  del
conocido club de los jóvenes príncipes escandinavos. En esa ocasión no iban los monarcas
ya que no era la primera en línea de sucesión al trono.
Las campanas de la abadía anunciaron la llegada del novio, Alejandro Santo Domingo, que
viajo desde el The Goring Hotel en un Bentley, luciendo un espléndido traje de Giorgio
Armani y acompañado por su best man, Cedric Notz.
Fue entonces cuando la reina Isabel y el príncipe Felipe hicieron su gran entrada, le
siguieron los duques de Cambridge con el príncipe George y el príncipe Harry.
Los pajes hicieron su entrada con guirnaldas largas y cantando: Emily Jane McCorquodale,
Lady Louise Windsor, Lila Grace Moss, Grace van Cutsem, Eliza Lopes, William Lowther-
Pinkerton y Tom Pettifer. 
Los niños vistieron  réplicas del uniforme militar, y las niñas, con preciosos trajes blancos
de vuelo y fajines en marfil, muy similares a los que las pequeñas damas lucieran en la
boda de Carlos y Diana. Fue así como la novia hizo su gran entrada del brazo de su padre,
el príncipe Carlos con el himno I was glad de Charles Hubert Hastings Parry, compuesta en
1902 para la coronación su tatarabuelo, el rey Eduardo VII.
La princesa de Gales había llegado desde Clarence House a la catedral en una carroza de
cristal acompañada por cinco policías militares montados. El vestido despertó
exclamaciones de admiración cuando la novia salió del carruaje en el que llegó con su
padre. Hasta el sol decidió iluminar el día a través de las nubes grises, justo en ese
momento. Desde el velo a las joyas y, más que todo, en su presencia, prevalecieron la más
auténtica sencillez y una bien cuidada elegancia. Maria deslumbro con un inolvidable
vestido de novia bordado con hilos de plata, cristales de Swarovski, chaquiras de murano y
perlas con cristal diseñado por Karl Lagerfeld que cautivó y fue imitado por infinidad de
novias dentro y fuera de las fronteras de Reino Unido. Además portaba un velo hecho de
capas de tul suave, de seda color marfil, y adornado con flores bordadas a mano en la
Escuela Real de Bordados, zapatos forrados al tono y una cola de 2.70 metros, mucho más
corta que el vestido de novia de Diana, que medía 7.02 metros. El ramo, de lirios, también
fue una creación de Karl.
El hermetismo fue absoluto. Para que no se filtrara información a la prensa, la pareja exigió
a las empresas que prestaron servicio que firmasen un contrato de confidencialidad que, en
una de sus cláusulas, establecía una multa de un millón de euros para aquellos que
revelasen detalles íntimos de la celebración. La princesa coronó su look nupcial con la tiara
de la familia Spencer, la misma que Diana de Gales llevó en su boda. Al fondo del pasillo
se veía a un Pinault conmovido hasta las lágrimas y fue entonces cuando comenzó la
ceremonia que impartió el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
El príncipe Enrique leyó una de las lecturas y como segunda lectura se leyó la Primera
Carta a los Corintios conocida por ser una de las lecturas más románticas para bodas.
Convertidos en marido y mujer, firmaron las actas matrimoniales en la capilla donde
reposan los restos de Leonor de Castilla. Después, tras hacer una reverencia a la reina,
abandonaron la abadía por el pasillo central ante las emocionadas miradas de los miembros
de las distintas casas reales presentes en el enlace.
Luego al ritmo de un coro de jóvenes y del sonido de las siete trompetas que resonaron en
la misma nave donde fue coronado Guillermo el Conquistador en 1066 lideraron a los
recién casados por el pasillo de la catedral para que salieran a saludar a la gente y por fin se
dieran el tan esperado beso que se acostumbra al final de la celebración.
Tras la ceremonia religiosa, los recién casados se dirigieron en un lujoso carruaje, fabricado
para el rey Eduardo VII, y tirado por cuatro caballos tordos, al palacio de Buckingham
donde se realizó el banquete y la fiesta tras la boda, que no tuvo como invitado a ningún
medio de comunicación. Los recién casados prefirieron disfrutar de la privacidad. Antes de
iniciar el convite cumpliendo con la tradición, Mary y Alejandro aparecieron en el balcón
del palacio de Buckingham para saludar a los miles de británicos allí congregados. Muy
cerca de ellos se encontraban sus familiares más cercanos, entre ellos, la señora Beatriz
Dávila, Carlos y Camilla, la reina y el príncipe Felipe, el príncipe Harry, los hermanos del
novio, los dos pajes y las cuatro damitas de honor, entre ellas, Lila Grace, hija de Kate
Moss. Desde el palco, Mary dio las gracias al pueblo ingles por su presencia en los festejos
del día más grande de su vida.
La comida de gala fue ofrecida por el príncipe heredero y la fiesta que siguió después, fue
organizada por Preston Bailey, uno de los organizadores de boda más popular entre las
celebridades. Mary y Santo Domingo salieron desde Clarence House rumbo a la fiesta.
El en impecable smoking y la princesa luciendo su segundo traje de novia. Igualmente de
color blanco radiante, acompañado de un bolero del mismo color y un cinturón de pedrería.
Llevaba el pelo suelto y pocas joyas. Durante la recepción, Harry se permitió pronunciar un
discurso que saco risitas nerviosas ante la concurrencia. Hizo bromas de tan dudoso gusto
que casi eclipso los momentos más solmenes registrados en Westminster.
Los encargados de animar la fiesta fueron, entre otros, los artistas Ellie Goulding y el dj
Calvin Harris. Aquel dulce día concluyó como es tradición con gran pastel de boda y baile.
Se sirvió rodaballo relleno en salsa de langosta, pechuga de pollo con mousse de cordero,
fresas con crema macerada en vino y la tarta fue confeccionada por la Escuela de Cocina de
la Marina Real. Tenía cinco pisos, medía metro y medio de altura y pesaba unos cien kilos.
Langostinos, camarones de rio, huevos de codorniz y unos 10 mil canapés fueron servidos
en el coctel posterior a la boda en Buckingham Palace.
Cerca de 350 personas fueron invitadas al buffet ofrecido por la reina Isabel II en honor a
su nieta y su esposo. Mientras los invitados degustaban el menú, escucharon un concierto
en vivo de Ellie Goulding.
El emblemático Salón del Trono de Buckingham volvió a ser el esplendoroso escenario
para el posado oficial de una boda real inglesa.
La princesa y Alejandro Santo Domingo se fotografiaron con los miembros más allegados
de su familia.
Tres meses antes de la boda, el Mariscal del Reino Unido anunció que Alejandro Santo
Domingo había pedido que no se le concediera estatus real para seguir siendo un ciudadano
privado y mantener su ciudadanía estadounidense y renuncio a los estándares necesarios
para convertirse en un miembro de la casa real británica y por lo tanto, no se convirtió en
príncipe del Reino Unido ni Príncipe de Kent. El palacio de Buckingham lo daba a conocer
en un comunicado:
El señor Alejandro Santo Domingo es y seguirá siendo ciudadano privado de los Estados
Unidos y tiene la intención de continuar con sus actividades empresariales como hasta
ahora, después que se haya casado con S.A.R la princesa Maria. Según la política de la
Casa Real, un miembro de la Familia Real no debe tener un puesto de responsabilidad
social. Esto significa que el Sr. Santo Domingo, de acuerdo con estos principios, no puede
ostentar el título de S.A.R Príncipe del Reino Unido y tampoco el de Duque de Kent.
Debido a estas condiciones, el señor Santo Domingo solicita respetuosamente que no le
sea otorgada ninguna dignidad  real.
Mary, por su parte, si recibió el título de duquesa de Kent el mismo día de su boda aunque
conservó el título de princesa de Gales.
El 20 de abril de 2013 en la ciudad de Nueva York, ante la asamblea de las Naciones
Unidas, y como Embajadora de la Buena Voluntad de la ONU, Mary, en medio del
escándalo dio un emotivo discurso en el que defendió la igualdad política, económica y
social de los sexos, y en donde exhorto a mujeres y hombres a luchar por lo que ella llamo
un movimiento por la libertad. Este hecho marco un antes y un después de la princesa en
donde comenzó a ser vista como una mujer comprometida con el feminismo a favor de la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Un día después, el secretario general de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), Ban Ki Moon la nombró como directora ejecutiva de la recién creada
agencia preocupada de la defensa de la mujer, ONU Mujeres asumiendo en esa calidad
como secretaria adjunta de las Naciones Unidas. Bajo su periodo a cargo de ONU Mujeres,
se aprobó el acuerdo sobre Eliminación y prevención de todas las forma de violencia contra
las mujeres y las niñas, fruto del 57.º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición
Jurídica y Social de la Mujer.
Los británicos vieron en Mary a una mujer sola y decidida que, a pesar de las infidelidades
de su ex, quería seguir cumpliendo sus obligaciones con la Familia Real. Demostrando
tener madera de reina, porque al contrario de Diana, a quien le dolían profundamente las
críticas y tenía una relación de odio-amor con la prensa, su hija mantuvo una actitud
pública de puras sonrisas y completamente serena en todo momento, como si lo que se
dijera de ella no le importara. Incluso la publicación de un libro sobre su vida desvelando
todos sus secretos más íntimos y con más de un centenar de fotografías suyas titulado Mary
Windsor: The Royal Princess, de Claudia Joseph, no le molesto.
Nunca dio pie para comentarios negativos, ni reaccionó mientras la prensa comenzó a dar
más y más detalles acerca de lo arrepentido que parecía estar Alejandro Santo Domingo.
Conseguir entrevistar a la princesa se convirtió en el objetivo de los principales medios de
todo el mundo. La princesa de Gales generaba expectación allá donde fuera, especialmente
en Norteamérica, donde les dio fuerte con la fiebre Mary. Los talk show más relevantes del
país suspiraban por sentar a la hija de Lady Di en su plató. Barbara Walters, Anderson
Cooper, Matt Lauer y Oprah Winfrey eran los principales protagonistas de esta batalla y los
que estaban dispuestos a pagar una suma de más de seis cifras por conseguir pasar una hora
con la chica, que a su vez donaría este dinero a una causa benéfica. Finalmente Mary,
decidió ser honesta con su país y contó su experiencia en el célebre programa de Oprah
Winfrey y confesó que había decidido un nuevo comienzo en su vida, y confeso lo mucho
que le había afectado la ruptura con Santo Domingo y reveló que Harry fue la única
persona que se ocupó realmente de ella y lo mucho que lo extrañaba. Él es una persona
muy especial, quizás el más especial de mi vida. Un caso así como el que yo viví era muy
privado, y que todo fuera aireado supuso un período muy difícil en mi vida. Creía que
podía encargarme de ello, pero muchas cosas se me fueron viniendo encima. Mi hermano
fue como un ángel, fue muy dulce y estuvo ahí apoyándome y siempre le estaré agradecida
por ello. Él es mi mejor amigo. Harry me ha cuidado toda mi vida. Si yo le preguntaba, él
me decía lo que tenía que hacer. Eso es lo que echo de menos ahora que estoy en Paris.
Si la vida de Mary Elizabeth Alexandra, princesa de Gales fuera una película de
Hollywood, un final como los que protagoniza Julia Roberts sería perfecto.
Pero la realidad es otra: aunque la princesa, tras romper su compromiso cuando se conoció
la infidelidad de Santo Domingo de quien dijo la revista Forbes que era uno de los hottest
royals del momento efectivamente se refugió en Paris, nadie la vio en Ikea ni en ningún
otro sitio, ya que incluso faltó a la semana de la Moda de Paris, donde se la esperaba. El
final de la historia que mantenía a los observadores de las casas reales de todo el mundo se
mantenía en vilo. En Paris nadie esperaba que continuara su discreto duelo por Alejandro
porque iba a tener todo lo que le gustaba: las fiestas, los restaurantes, la moda y la
posibilidad de seguir trabajando. Además mientras William, el heredero de la corona, está
feliz con una vida rural en un pueblo del interior de Inglaterra, su hermana es mucho más
urbana y prefiere el mundo anglosajón.
En este contexto, la menor de la casa es una gran animadora para la continuidad de la
realeza. Además, es la que más formación académica tiene. Además de su licenciatura en
Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford y un máster en Economía en la London
School of Economics, es también la única de los tres con estos títulos oficiales, porque
William sólo estudió Historia del Arte en la Universidad de St Andrews y cursó algunas
asignaturas en Geografía, Mary por su parte realizó cursos de doctorado en la Sorbona,
especializándose en Relaciones Internacionales.
En Paris también encontró tiempo para alternar con las élites francesas y, en una de esas
cenas de verano donde se junta la cúspide social mundial, estaba él. Venecia, aquí fue
cuando el 29 de marzo en plena primavera del año 2013, la princesa y el magnate
francés François-Henri-Pinault cruzaron miradas por primera vez. 
Mary fue la invitada de honor en una exposición que ofreció la familia Pinault en el Palacio
Grassi. Después de la exposición hubo una cena, en esta ella se sentó a la derecha
de François. Y desde esa cena la pareja se volvió inseparable. El magnate no tardó mucho
en conquistarla pues a principios de abril, se recibió una importante donación en la Naked
Heart Foundation. François Henri-Pinault había donado 100.000 dólares para proyectos de
ayuda a los niños en Camboya, Moldavia y Sudáfrica. El dinero hizo su efecto. No tuvo que
pasar mucho tiempo, en realidad solo unas semanas, ni tampoco Pinault tuvo que hacer
muchos regalos, para que Mary entrara una noche en su departamento en Paris y saliera por
la mañana.
Los rumores de un posible noviazgo bomba entre ambos no cesaron, sino todo lo contrario
pues el novio era nada más y nada menos que el heredero de la fortuna del grupo de lujo
PPR, propietario entre otras de las firmas Gucci, Yves Saint Laurent, Balenciaga y Puma.
François-Henri-Pinault  era el primogénito de una rica familia de negocios pues su padre
era la tercera fortuna de Francia y la 34 del mundo. Además, los Pinault eran propietarios
de los grandes almacenes Printemps, del catálogo de venta La Redoute, la cadena de tiendas
de libros y ocio Fnac y de la sala de subastas Christie's, entre otros negocios. Todo un
partidazo para la novia de Europa, decían las revistas del Jet Set.
La publicación de unas fotos en las que pillaban a la princesa saliendo de la casa del
magnate dejaba claro que su vínculo era algo más que una simple amistad. Era la
confirmación de su relación y la evidencia de que se lo iban a tomar con naturalidad. Nada
hacía presagiar que aquel momento sería el año en que cambiarían sus vidas, tendría sus
consecuencias y la principal de ellas sería el amor. Las fotos fueron sacadas por los
paparazzi de la agencia londinense Big-Pictures, que las puso a la venta inmediatamente al
mejor postor y Paris Match ganó la disputa, luego de pagar la inusual cifra de 500.000 por
ellas, el más alto precio que la revista haya pagado por unas fotografías. Desde el comienzo
de la relación, algunos diarios franceses llegaron a pagar 50.000 por una imagen que la
certificara. 
Sorpresa, admiración, incredulidad. Así fue recibida la noticia en el ambiente del jet-lag
internacional. Esa historia ¿era una repetición del pasado? Quizás sí. Pues parecía que la
bella en cuestiones de amor, le estaba siguiendo los pasos a la madre.
De la misma manera que Diana se enamoró locamente del playboy y también millonario
Dodi Al Fayed, un conquistador egipcio, ahora le tocaba el turno a su hija. La primogénita
de Lady Di tenía que lidiar a diario con fotógrafos que no paraban de perseguirla para
conseguir la ansiada instantánea que evidenciara la nueva relación. Múltiples diarios
internacionales le dedicaron la primera plana a la historia de amor del momento y todos sus
detalles. Además de destacar sus respectivos noviazgos pasados, el periódico Paris Match
hizo hincapié en la semana romántica que pasaron en Bariloche, donde Pinault habría
gastado 150 mil euros en sesiones especiales de esquí. La nota también hacía mención a la
aprobación que recibió el novio de parte del entorno más íntimo de la princesa. Pese a
que se especulaba que el príncipe Carlos no veía con buenos ojos la nueva relación de su
hija, la opinión pública dictamino que el padre no podía reprocharle nada a la hija. Mary no
aceptaba intromisiones. Los franceses veían las salidas como si se tratase de un cuento de
hadas entre una princesa y un gigante de los negocios pero los británicos sentenciaron el
romance. Era inevitable reflexionar sobre dos bellezas tan antagónicas. Ella una princesita
de porcelana y él, cuarentón y con una cara imperfecta.
En internet, las referencias al nuevo amor de la princesa distaban mucho de la devoción o la
simpatía. Lo cierto, lo obvio, lo que sí se veía es que Mary lo eligió sin miedo al qué dirían.
¿Pero Por qué fastidiaba tanto una historia de amor? Flamantes protagonistas de un drama
romántico, quizá demasiado tórrido para ser estadounidense: atrás quedaron el decoro que
caracterizó los siete años de Mary con Goldsmith. Es verdad, están saliendo y ella está
muy interesada en él, aseguraba una fuente cercana. Ella siempre se está quejando de que
los chicos de su edad no son lo suficientemente maduros para ella, así que François es
perfecto para ella.
La bella a quien el protocolo le importaba poquísimo, prometía seguir una vida muy a su
aire junto a su nueva pareja.
La exposición en los medios, las constantes comparaciones con Lady Di y ser llamada la
princesa triste le colmaron la paciencia. Cansada de la situación, opto por dejar el asunto en
manos del abogado Alain Touca, el mismo que llevó el caso de Diana de Gales. El letrado
inicio una serie de litigios contra algunos medios, mi clienta ha sido perseguida sin
descanso, día y noche, por una docena de individuos y fotógrafos. Tal y como ha dejado
claro la joven, siente que está siendo víctima de un acoso mediático y físico. Toucas
advirtió que la situación que estaba viviendo supone sin lugar a dudas un peligro: La
princesa vive un infierno diario. Estas persecuciones de coches de motos y coches
representan un riesgo muy grave de violencia física. También ponen en riesgo a otros. Yo
lo viví con su madre, la princesa Diana de Gales a quien tuve el honor de representar y no
tengo ningún deseo de repetir. 
La persecución y acoso hacia la joven se había convertido en un caso de orden público. El
príncipe Carlos emitió a través de sus abogados un comunicado en el que exigió a la prensa
precaución y respeto a la intimidad de la princesa, y también amenazaron con tomar
acciones legales si la prensa no cumpliese la petición. Como resultado, las dos empresas
responsables de la publicación de algunos de los más importantes periódicos del Reino
Unido decidieron abstenerse a publicar fotografías e historias realizadas por paparazis.
Consecuentemente, para los medios de comunicación el romance fue poco menos que un
regalo caído del cielo. El hecho de que François Henri Pinault fuese veinticuatro años
mayor que ella, divorciado, padre de cuatro hijos y con un extenso currículo de amores
entre ellos: Linda Evangelista y Salma Hayek proporcionaba a la prensa una excusa
inmejorable para informar pormenorizadamente de todos los movimientos de la pareja.
2014: La Princesa Humanitaria
Mary era la niña dorada. Siempre lo había sido. De ahí en más, hizo todo lo que tenía que
hacer porque, en realidad, nunca se le pidió que hiciera demasiado. Bastaba y sobraba con
ser la hija de Lady Di, ser bella y salir con chicos multimillonarios. Y, más allá de las
muchas inquietudes paternales, todo bien; porque nadie esperaba que fuera un genio sino
nada más y nada menos que fuera un Windsor: la flamante y aerodinámica modelo de un
diseño clásico y venerable. Ella siempre será la eterna Novia de Europa.
Ni su cuñada, la popularísima duquesa de Cambridge; ni sus dos hermanos, el heredero del
heredero al trono de Inglaterra, y el rebelde y divertido príncipe Harry. Ni el baby George,
ni siquiera su augusta abuela, la reina Isabel II: el miembro más popular de la familia real
por antonomasia, era también la más díscola de sus integrantes: la princesa Mary. Sí, la que
fue pillada acompañando a su novio mientras este esnifaba líneas de cocaína en sus años
mozos, la misma al que apodaban la novia de Europa. La joven capaz de superar con creces
la infidelidad de su prometido y que no en vano le valió el titular de la princesa triste. Tan
mítica como Diana, Mary así se desprendió de un sondeo realizado entre 2.000 personas, y
en el que se llevó a sus 28 años el favor de un 80% de los encuestados. Cifra que le situó
por encima de su freenemi: Kate Middleton. Era bien sabido que aunque ambas jóvenes
guardaban las formas en público y se esforzaban por parecer amigas, existía un fuerte
antagonismo entre ellas. Un antagonismo alimentado por los medios que organizaba
concursos para elegir a la mejor vestida, a la más bella, a la que mejor se expresaba o a la
que mejor cumplía con sus obligaciones.
Decían que Kate se veía constantemente eclipsada por la exhibición de la princesa en actos
públicos dentro y fuera del palacio, y su inmediata repercusión en las revistas del corazón,
que ejercían de boletín oficioso con llamativos comentarios en los que se alaba su
elegancia, su belleza y, sobre todo, su porte regio.
Aparte de las evidentes diferencias de estilo, condición y físico, Mary y Kate eran dos tipos
muy distintas de mujer y de royal. La tímida Kate representaba los gustos de la clase media
con aspiraciones. Pulió su imagen, pero seguía manteniendo cierta dejadez propia de las
clases altas británicas y su reticencia a aparecer en actos oficiales le causo que tuviera fama
de perezosa. A Kate le quedaba un largo camino por recorrer para poder acercarse al
charme de la novia de Europa y, por supuesto, al de la princesa Diana de Gales. Con todo
esto, Kate Middleton lo tenía difícil, pues no solo tenía que luchar contra un rival del
presente, también con una sombra del pasado.
Pero muy a pesar de que Kate fuera la próxima reina de Inglaterra y hubiera dado a luz al
príncipe George, no consiguió hacerle sombra. Al revés. La princesa Mary seguía
eclipsando, sin siquiera proponérselo, con su belleza, sus causas y su temple de acero. En
efecto: todos los actos oficiales estaban protagonizados por William y Kate.
Sin embargo, la languidez de la duquesa de Cambridge y la falta de simpatía que generaba
William no interesaban demasiado a las cámaras. Tampoco eran útiles para las crónicas.
Era mucho más fascinante todo lo que envolvía a Mary, una de las más enamoradizas,
intrigantes y misteriosas princesas de la última generación: Pues para gran parte de los
británicos era ella quien representaba lo mejor de la dinastía Windsor. No sólo era el
glamour, sino que ella era la herencia viva de la princesa Diana. Los que criticaban a
William ponían como ejemplo de buena actitud y saber hacer a su hermana, quien a pesar
de no ser la heredera, ella contaba con una agenda completísima y nunca había tenido
ningún problema en hablar con los medios. La pequeña del clan no se escondió y explicó a
los británicos su problema, al igual que ocurrió con su dislexia.
De su estatus hacia arriba, Mary no tenía competencia alguna en Inglaterra. Por sí sola,
Kate solo presidia únicamente actos menores e incluso, le fabricaron una fundación con su
nombre para que luciera. Pero no lucio. El ubicuo William también estaba presente en todo
lo demás, como le correspondía. Harry, el ex príncipe rebelde, apenas se asomaba en la foto
más que para alguna gala benéfica y asistía a los actos imprescindibles que le marcaba el
protocolo. Muy pocos.
Sin embargo, acallando los rumores, Mary definía de esta manera su relación con la
duquesa de Cambridge: Kate y yo somos amigas y cómplices. Nos conocemos hace ya
muchos años y compartimos muchas cosas. Además, recalcó que no había que poner una
etiqueta a Kate o pedirle que fuera otra persona. Kate es Kate y es importante no hacer
comparaciones ni con mi madre, ni con conmigo. Cada persona es diferente y gestiona las
cosas a su manera, con su pasado, su alma, su corazón, sus sentimientos y sus ideas. No
hay que intentar encerrar a la gente en moldes prefabricados, hay que respetar la
personalidad de cada uno, lo que le hace vibrar a cada cual. En septiembre fue elegida por
más de 25 millones de personas en distintos países, la tercera persona más confiable y
respetada del mundo, siendo superada por Nelson Mandela y el tenista Roger Federer.
Mary y François se vieron envueltos en una crisis durante la primavera pero en el verano la
relación ya se había afianzado y ya paseaban su amor sin reparos, hubiera o no cámaras, y
el día 26 de julio, las revistas se hicieron con las primeras fotos de besos. Juntos se
escaparon a las islas Galápagos, y cuando fueron fotografiados jugueteando en la cubierta
de un yate, el Palacio Real se vio casi en un callejón sin salida. 
El morbo estaba servido para la prensa que no paraba de comentar la agitada vida
sentimental de la princesa. A sus escasos 28 años, Maria de Gales había soportado de todo.
Llevando en su rostro el peso de una infidelidad, la pérdida inconsolable de su madre,
escándalos, críticas y el peso de una familia demasiado desgraciada.
La novia de Europa, como siempre la llamaron, venía haciendo todo lo posible para cortar
la trágica saga familiar y, en especial, no repetir la desgraciada historia de su madre.
Se volvió a desatar un torbellino mediático luego de la publicación de la foto tomada a
larga distancia, en la que se los mostraba abrazándose en la cubierta bajo el titular La
princesa y Pinault. Un paparazzi de incógnito contrató un barco y acechó durante días hasta
que invadió su ámbito privado en forma devastadora. A pesar de la excesiva atención de la
prensa y las historias que se publicaban su relación resistió firmemente. Desde ese
momento, el infiel Alejandro Santo Domingo quedo en el olvido y el maduro François
Henri-Pinault se convirtió en el novio oficial de la joya Windsor.
El nuevo candidato se perfilaba cada vez más como futuro marido. En cuestión de meses se
había convertido en el último entre los muchos candidatos, el nuevo aspirante a príncipe del
Reino Unido. Para él, no existía nada más importante de allí en adelante que su amor por la
princesa. Les dijo a sus amigos que ella era el amor de su vida y que, a pesar de la incesante
presión de los medios, jamás se había sentido tan feliz. También Mary había encontrado por
fin al hombre que siempre había buscado y no había podido hallar hasta el momento: un
hombre fuerte, amable y afectuoso que la hacía sentir completamente realizada.
En enero de 2014, David Blunkett, Ministro de Educación y Empleo británico, la puso al
frente del comité consultivo nacional sobre educación creativa y cultura. Comité que
realizó la mayor investigación nacional sobre la importancia de la creatividad en la
educación y la economía del Reino Unido. Fruto del trabajo en dicho comité, se publicó el
llamado Informe Princess Mary. El informe tuvo un gran impacto pues ponía de relieve el
escaso papel que hasta entonces había recibido la creatividad y la importancia que sobre
ella recaía el futuro, ya no sólo del país, sino de la propia humanidad.
En abril fue galardonada por la ONU, mención que recibió gracias a su labor humanitaria y
a la creación de la fundación Naked Heart Foundation.
En dicha ceremonia declaró: No olvidemos que al final de día cuando todos se vayan a
casa, 960 niños habrán muerto en la parte central de África.
A continuación se unió a la Campaña de Little T para el tratamiento del cáncer de mama y
su conferencia las escuelas matan la creatividad expuesta en el congreso TED, se convirtió
inmediatamente una de las más comentadas.
Desde el 20 de abril, Mary era miembro del Consejo de Estado, el organismo
gubernamental más importante de asesoramiento de Inglaterra. La princesa se convirtió en
una voz activa a nivel mundial sobre la importancia de la inclusión financiera para reducir
la pobreza y el logro de los objetivos de desarrollo. Al comentar sobre el debut de la
princesa como miembro del consejo de Estado, Anne Perkins de The Guardian señaló que
ella no será títere de nadie,  mientras que Cristina Odone de The Daily Telegraph predijo
que Mary era una estrella en ascenso del gobierno de coalición. Quentin Letts del Daily
Mail posteriormente la felicitó por su rol como miembro del Consejo de Estado,
describiéndola como imperturbable. Y Allegra Stratton, luego con The Guardian, la elogió
como una muestra de visión nueva.
Nombrada por el Secretario General de la ONU como Abogada Especial para la
Financiación para el Desarrollo Inclusivo, comenzó a trabajar con líderes gubernamentales,
reguladores y supervisores financieros, organizaciones intergubernamentales, parlamentos,
sociedades civiles y sectores privados para aumentar la sensibilización y promover la
acción. Como defensora especial, desempeñó un papel de liderazgo en la promoción de
mejores prácticas y políticas para el aumento del acceso a la financiación, la protección de
los consumidores y la educación financiera. Se ocupaba de estas cuestiones durante sus
visitas a los países y en los foros internacionales como la ONU, el FMI, el Banco Mundial,
el G20 y el GAFI. También creaba conciencia sobre la importancia de la inclusión
financiera en su propio país.
La joven, estaba al tanto de la política internacional y expresaba sus opiniones políticas en
público y colaboraba activamente en la gestión del país junto a su hermano Harry, su eterno
aliado.
Su posición como miembro de la familia real a la hora de participar en el proceso político
quedó reflejadas en su discurso en la Universidad de Oxford La princesa como ciudadana,
reproducido íntegramente por el New York Times y el Washington Post.
La princesita participo en la cumbre Women in the World en la ciudad de Nueva York,
donde se reunieron gran parte de las mujeres más poderosas e influyentes del planeta, para
luchar por la educación de las mujeres y niñas del mundo y en diciembre, fue nominada
al Premio Príncipe de Asturias de Cooperación y Concordia por su labor solidaria. También
recibió el tercer Premio anual Cronkite a la Excelencia en Exploración y Periodismo en
reconocimiento a su trabajo incluyendo su desempeño en UNICEF como Portavoz de la
Juventud, sus esfuerzos en la ACNUR y su increíble trabajo en la Naked Heart Foundation. 
A finales del 2014, la princesa fue nombrada por primera vez como la mujer más admirada
por los británicos relegando a Kate Middleton en un segundo plano.
Su imagen mejoro dramáticamente ante el público y se convirtió en una respetada figura
mundial. Ella consistentemente obtuvo altos índices de aprobación que fueron los más altos
de cualquier figura de la realeza británica nacionalmente prominente activa.
La princesa, dispuesta a romper paradigmas, fue calificada por Forbes como la tercera
mujer más poderosa del mundo, solo por detrás de Ángela Merkel y Janet Yellen.
2015: El legado de una princesa
En 2015 volvió a presentarse en TED, con el mismo éxito que en el año 2013. Participo en
el Consejo británico de micro finanzas para apoyar el espíritu empresarial en el Reino
Unido.
Participó en la campaña de UNICEF Soccer Aid y viajó a Chad el día de su cumpleaños y
realizó un diario de viaje con el fin de mostrar la situación de los niños de Chad y ayudar a
recaudar fondos para la causa. La prensa británica e internacional se encontraba enamorada
de la princesa de Gales pues la describían como una mujer moderna, inteligente y
preparada. Fuerte. Con opinión. Y carácter. Una princesa a la que no le bastaba con ayudar
a la mejora de las condiciones de vida de los niños desfavorecidos o las mujeres. Mary
parecía dispuesta a no ser relegada como otras princesas a un papel secundario en la
dirección de su país.
A los 29 ya era directora de varias fundaciones e institutos filantrópicos internacionales. 
Cuando Mary y François-Henri Pinault empezaron a mostrar públicamente sus arrumacos
nadie daba un duro por su relación. Las apuestas en su contra se pagaban a mil a uno en el
mundo del cuore. Sus 24 años de diferencia y sus mundos distintos: él, las inversiones y el
lujo; ella, el protocolo y la rigidez de la realeza no ayudaban mucho sin olvidar los dos
hijos del divorciado Pinault, de 12 y 10 años, August, el hijo que tuvo con Linda
Evangelista y Valentina Paloma con Salma Hayek. Todo apuntaba entonces a un capricho
de la novia de Europa que volvía con fuerza al candelero porque eso de emparentar con el
Elíseo francés, aunque fuera solo unos meses, le hacía recuperar su cache.
Entre los planes de Mary no entraba dar el sí, quiero tan rápido. Pero François le colocó un
pedrusco tamaño XXL tallado en 1953 por Cartier en oro amarillo con un diamante de
cuatro quilates rodeado de zafiros y pétalos de diamantes. 60.000 euros en su anular.
Cualquiera pondría el grito en el cielo, pero para la princesa casi se puede considerar una
minucia.
La pareja fue fotografiada mientras caminaban por las calles de Paris. Ella trataba sin éxito
de pasar inadvertida y, tal vez por tanta sencillez en su atuendo, los fotógrafos repararon en
un pequeño detalle en el dedo anular de su mano izquierda. Un anillo con tres diamantes y
una esmeralda en el centro cuyo valor fue estimado en 100.000 dólares por el periódico The
Sun. Los rumores tomaron otro curso. La pregunta sobre un posible compromiso comenzó a
circular por las redacciones con tanta insistencia que finalmente Clarence House tuvo que
salir a dar respuestas. El 16 de septiembre de 2015 Clarence House emitió un comunicado
de prensa el cual establecía que la princesa de Gales y el multimillonario François-Henri
Pinault contraerían matrimonio. Con la noticia publicada en la página oficial de la familia
real, Mary afirmaba que él era el elegido. Sería feliz si François fuera el padre de mis
hijos.  Sé que sería muy buen padre y que formaríamos una familia estable. Pero aún no
estamos en ese punto. Aún tenemos camino por recorrer antes de convertirnos en padres.
François siguió los dictámenes de la tradición, pidiéndole primero la mano al padre de la
novia, el príncipe heredero, quien acto seguido solicitó el consentimiento de la reina Isabel
II. Que una hija esté condenada a cometer los mismos errores que su madre no es una regla
exclusiva de las tragedias griegas. Es algo que sencillamente sucede. El tiempo dirá si Mary
Elizabeth Windsor, la hija menor de la princesa Diana, terminará o no condenada a la
infelicidad. Por ahora, Mary, que acaba de cumplir 29, luce orgullosa y desde hace dos
meses, un anillo de oro, símbolo de su compromiso con el multimillonario francés François
Henri Pinault de 52. Además, Mary ya no es la misma. La tímida muchacha criada bajo la
estricta mirada de su padre quien floreció y se convirtió en el alma de la fiesta se ha
convertido en una mujer decidida a tomar control de su vida.
La fiesta de compromiso tuvo lugar el 26 de noviembre en el Palazzo Grassi de Venecia
donde se realizó una fiesta de máscaras alusivas al carnaval de Venecia en los Magazzini
del Sale, ubicados en la zona veneciana Punta della Dogana rodeado de un importante
dispositivo de seguridad y a la cual asistieron alrededor de 350 invitados entre los que se
encontraban Kate Moss, Bono, Karl Lagerfeld, Patrick Demarchelier, Elton John, Victoria
Beckham, Stella McCartney, Bernie Ecclestone, Jean Todt y Flavio Briatore.
A bordo de dos aviones privados y acompañados por un staff de cincuenta miembros, Mary
y Pinault llegaron a Roma cuatro días antes del evento y se instalaron en el Hassler, un
hotel 5 estrellas ubicado sobre las escalinatas de Piazza Spagna. Los días previos a la
celebración, la pareja salió poco y nada del hotel. Recién apareció en la primera de las
fiestas de pre-calentamiento. Fue en Nino, un restaurante por el que la princesa tenía
predilección. Para la ocasión, Mary, flaquísima, Victoria Beckham, la esquelética mujer fue
su guía en su dieta pre-nupcial, eligió un equipo de Armani, de pantalón y blusa anudada a
la cadera. Y el viernes hubo una cena de gala en Villa Aurelia, en el Gianícolo romano.
Finalmente el sábado 26 de noviembre, la pareja llegó al castillo medieval en un auto negro
con vidrios polarizados.
2016: Boda real
Un total de 1.500 personas se congregaron en la Catedral de St. Paul pero fueron testigos
otros 750 millones de espectadores de todo el mundo que presenciaron la ceremonia desde
sus televisores. Una cifra que ascendía a los mil millones superando la boda de su hermano
William con Kate Middleton. Dos millones de admiradores de la familia real inglesa y de la
princesa más famosa del siglo XXI se agolparon a lo largo del trayecto de cinco kilómetros
entre Buckingham y el templo. Un itinerario que contó con 4.000 policías y 2.200 oficiales
militares para controlar el desbordado entusiasmo de la multitud al paso de la comitiva
nupcial por la plaza palaciega, el paseo de Mall, la plaza de Trafalgar, Flett Street y la plaza
de la catedral.
La princesa eligió la Catedral de St. Paul, mismo lugar donde sus padres se casaron hace 33
años el 29 de julio de 1981, Por pedido especial de la novia, el recinto fue transformado en
un bosque. Ocho árboles flanquearon la nave central, seis de ellos eran arces, un símbolo de
humildad. Toda la familia Windsor y sus ilustres invitados, entre los que se encontraban los
representantes de las familias reales europeas y varios Jefes de Estado y Gobierno, vistieron
sus mejores galas en el señalado día. Entre los invitados se destacó la presencia  del
conocido club de los jóvenes príncipes escandinavos. En esa ocasión no iban los monarcas
ya que no era la primera en línea de sucesión al trono.
Las campanas de la abadía anunciaron la llegada del novio, François Henri Pinault, que
viajo desde el The Goring Hotel en un Bentley, luciendo un traje de Giorgio Armani y
acompañado por su best man, Cedric Notz.
Fue entonces cuando la reina Isabel y el príncipe Felipe hicieron su gran entrada, le
siguieron los duques de Cambridge con el príncipe George y el príncipe Harry.
Los pajes hicieron su entrada con guirnaldas largas y cantando: Emily Jane McCorquodale,
la princesa Charlotte de Cambridge, Lila Grace Moss, Grace van Cutsem, Eliza Lopes,
William Lowther-Pinkerton y Tom Pettifer. 
Los niños vistieron  réplicas del uniforme militar, y las niñas, con preciosos trajes blancos
de vuelo y fajines en marfil, muy similares a los que las pequeñas damas lucieran en la
boda de Carlos y Diana. Fue así como la novia hizo su gran entrada del brazo de su padre,
el príncipe Carlos con el himno I was glad de Charles Hubert Hastings Parry, compuesta en
1902 para la coronación su tatarabuelo, el rey Eduardo VII.
La princesa de Gales había llegado desde Clarence House a la catedral en una carroza de
cristal acompañada por cinco policías militares montados. El vestido despertó
exclamaciones de admiración cuando la novia salió del carruaje en el que llegó con su
padre. Hasta el sol decidió iluminar el día a través de las nubes grises, justo en ese
momento. Desde el velo a las joyas y, más que todo, en su presencia, prevalecieron la más
auténtica sencillez y una bien cuidada elegancia. Maria deslumbro con un inolvidable
vestido de novia bordado con hilos de plata, cristales de Swarovski, chaquiras de murano y
perlas con cristal diseñado por Karl Lagerfeld que cautivó y fue imitado por infinidad de
novias dentro y fuera de las fronteras de Reino Unido. Además portaba un velo hecho de
capas de tul suave, de seda color marfil, y adornado con flores bordadas a mano en la
Escuela Real de Bordados, zapatos forrados al tono y una cola de 2.70 metros, mucho más
corta que el vestido de novia de Diana, que medía 7.02 metros. El ramo, de lirios, también
fue una creación de Karl.
El hermetismo fue absoluto. Para que no se filtrara información a la prensa, la pareja exigió
a las empresas que prestaron servicio que firmasen un contrato de confidencialidad que, en
una de sus cláusulas, establecía una multa de un millón de euros para aquellos que
revelasen detalles íntimos de la celebración. La princesa coronó su look nupcial con la tiara
de la familia Spencer, la misma que Diana de Gales llevó en su boda. Al fondo del pasillo
se veía a un Pinault conmovido hasta las lágrimas y fue entonces cuando comenzó la
ceremonia que impartió el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
El príncipe Enrique leyó una de las lecturas y como segunda lectura se leyó la Primera
Carta a los Corintios conocida por ser una de las lecturas más románticas para bodas.
Convertidos en marido y mujer, firmaron las actas matrimoniales en la capilla donde
reposan los restos de Leonor de Castilla. Después, tras hacer una reverencia a la reina,
abandonaron la abadía por el pasillo central ante las emocionadas miradas de los miembros
de las distintas casas reales presentes en el enlace.
Luego al ritmo de un coro de jóvenes y del sonido de las siete trompetas que resonaron en
la misma nave donde fue coronado Guillermo el Conquistador en 1066 lideraron a los
recién casados por el pasillo de la catedral para que salieran a saludar a la gente y por fin se
dieran el tan esperado beso que se acostumbra al final de la celebración.
Tras la ceremonia religiosa, los recién casados se dirigieron en un lujoso carruaje, fabricado
para el rey Eduardo VII, y tirado por cuatro caballos tordos, al palacio de Buckingham
donde se realizó el banquete y la fiesta tras la boda, que no tuvo como invitado a ningún
medio de comunicación. Los recién casados prefirieron disfrutar de la privacidad. Antes de
iniciar el convite cumpliendo con la tradición, Mary y François aparecieron en el balcón del
palacio de Buckingham para saludar a los miles de británicos allí congregados. Muy cerca
de ellos se encontraban sus familiares más cercanos, entre ellos, el magnate Señor Pinault,
Carlos y Camilla, la reina y el príncipe Felipe, el príncipe Harry, los hermanos del novio, y
los dos pajes y las cuatro damitas de honor, entre ellas, Lila Grace, hija de Kate Moss y su
sobrina, la princesa de Cambridge.
Desde el palco, Mary dio las gracias al pueblo ingles por todo el cariño que le han
demostraron desde que le demostraron y por su presencia en los festejos de " día más
grande de su vida.
La comida de gala fue ofrecida por el príncipe heredero y la fiesta que siguió después, que
contó hasta con DJs, fue organizada por Ally Hilfiger. Mary y Pinault salieron desde
Clarence House rumbo a la fiesta.
El en impecable smoking y la princesa luciendo su segundo traje de novia. Igualmente de
color blanco radiante, acompañado de un bolero del mismo color y un cinturón de pedrería.
Llevaba el pelo suelto y pocas joyas. Durante la recepción, Harry se permitió pronunciar un
discurso que saco risitas nerviosas ante la concurrencia. Hizo bromas de tan dudoso gusto
que casi eclipso los momentos más solmenes registrados en Westminster.
Los encargados de animar la fiesta fueron, entre otros, los artistas Ellie Goulding y The
Goo Goo Dolls. Aquel dulce día concluyó como es tradición con gran pastel de boda y
baile. Se sirvió rodaballo relleno en salsa de langosta, pechuga de pollo con mousse de
cordero, fresas con crema macerada en vino y la tarta fue confeccionada por la Escuela de
Cocina de la Marina Real. Tenía cinco pisos, medía metro y medio de altura y pesaba unos
cien kilos.
Langostinos, camarones de rio, huevos de codorniz y unos 10 mil canapés fueron servidos
en el coctel posterior a la boda en Buckingham Palace.
Cerca de 350 personas fueron invitadas al buffet ofrecido por la reina Isabel II en honor a
su nieta y su esposo. Mientras los invitados degustaban el menú, escucharon un concierto
en vivo de The Goo Goo Dolls, la banda estadounidense favorita de la princesa.
El emblemático Salón del Trono de Buckingham volvió a ser el esplendoroso escenario
para el posado oficial de una boda real inglesa.
La princesa y François-Henri Pinault se fotografiaron con los miembros más allegados de
su familia.
Tres meses antes de la boda, el Mariscal del Reino Unido anunció que François-Henri
Pinault había pedido que no se le concediera estatus real para seguir siendo un ciudadano
privado y mantener su ciudadanía francesa y renuncio a los estándares necesarios para
convertirse en un miembro de la casa real británica y por lo tanto, no se convirtió en
príncipe del Reino Unido ni Príncipe de Kent. El palacio de Buckingham lo daba a conocer
en un comunicado:
El señor François-Henri Pinault es y seguirá siendo ciudadano privado de Francia y tiene
la intención de continuar con sus actividades empresariales como hasta ahora, después
que se haya casado con S.A.R la princesa Maria. Según la política de la Casa Real, un
miembro de la Familia Real no debe tener un puesto de responsabilidad social. Esto
significa que el Sr. Loudon, de acuerdo con estos principios, no puede ostentar el título de
S.A.R Príncipe del Reino Unido y tampoco el de Duque de Kent. Debido a estas
condiciones, el señor Pinault solicita respetuosamente que no le sea otorgada ninguna
dignidad  real.
Mary, por su parte, si recibió el título de duquesa de Kent el mismo día de su boda aunque
conservó el título de princesa de Gales.
Princesa Leonore de Kent
Remeras holgadas, vestidos que no marcaran su figura, mientras sus amigos disfrutaban del
agua, ella se quedaba a la sombra para esconder su embarazo. Hasta que la panza se hizo
imposible de esconder y lució un traje de baño azul que confirmó las especulaciones que
circulaban en el entorno.
Después de que se dispararon los rumores, el The Sun confirmó lo que la familia real
inglesa no había hecho: el embarazo de la hija de Lady Di, de 30 años, quien con la carita
más redonda, muy sonriente y una expresión de gran felicidad, mostraba su prominente
panza. Durante ese tiempo, fue fotografiada con frecuencia sosteniendo una distintiva bolsa
de cuero fabricada por Hermes. La cartera o Sac à Depeches, era un escudo para evitar que
el embarazo quedara expuesto a las miradas indiscretas de los paparazzi. Las fotografías,
sin embargo, popularizaron la bolsa y se convirtió en un icono, a partir de entonces sería
conocida como la Bolsa Mary.
Finalmente, el 3 de julio se anunció públicamente que la princesa estaba esperando su
primer hijo.
La princesa Mary y su esposo François-Henri Pinault tienen la gran alegría de comunicar
que están esperando su primer hijo. La futura madre se encuentra bien, y se calcula que dé
a luz a finales de 2016. Finalmente el 23 de noviembre de 2016 la ansiada niña nació en el
St Mary Hospital en Londres, Inglaterra.
La nueva princesa del Reino Unido pesó 3,8 kilos al nacer, informó la casa real, que hacia
las 8:00 de la noche hizo el anuncio oficial, el cual desempolvó de inmediato una cadena de
tradiciones. A la entrada del Palacio de Buckingham, sobre un caballete, fue publicado el
boletín oficial, firmado por el equipo médico que la asistió, encabezado por el doctor
Marcus Setchell, ex ginecólogo de la reina y quien le realizó una histerectomía a la duquesa
Camilla de Cornualles, la esposa del príncipe Carlos. Otra tradición que la familia real
Windsor siguió al pie de la letra fue la repartición de 2013 Royal Mints, o peniques
conmemorativos del acontecimiento, a los súbditos que fueron padres el mismo día que la
princesa. Además, como desde los tiempos de la reina Victoria, 62 salvas de artillería
fueron disparadas en la histórica torre de Londres, y otras 41 en el Green Park. El palacio
de Buckingham anuncio que la niña seria nombrada Su Alteza Real, La princesa Leonor,
duquesa de Kent.
El día anterior, el 22 de noviembre, el mundo finalmente había oído la noticia del suceso,
tres semanas de expectativa por un bebé que era el cuarto bisnieto de la reina Isabel II y la
sexta en la línea de sucesión al trono.
Desde el pasado nacimiento de Charlotte, no se veían tantos periodistas de todo el planeta
en Londres. Pero esta vez la protagonista era una bebé que no había balbuceado sus
primeras palabras y ya era llamada la bebe más rica de Francia.
A mediados de noviembre, la entrada del pabellón Lindo del hospital St. Mary se convirtió
en el epicentro de la espera donde el wi-fi en el área colapsó y las cafeterías aledañas se
convirtieron en salas de redacción improvisadas. Pero como lo dijo la propia Mary alguna
vez, los bebés no tienen una agenda, y para el 20 de noviembre no había indicios de que el
parto estuviera cerca, aunque no escasearon las especulaciones sobre su inminencia. El caso
es que con su impaciencia, los fans de la monarquía ya habían contagiado a los que no
siguen a esta institución. Finalmente, el día 23, cuando se decía que el asunto podría
prolongarse hasta fin de mes y los periodistas manifestaban su frustración por la demora, el
desenlace se dio de modo rápido y discreto. Hacia las 5:30 de la mañana, la pareja llegaba a
la clínica, pero burlaron a la prensa ingresando por una entrada lateral, sin darles tiempo a
los fotógrafos de reaccionar.
El trabajo de parto duró cerca de once horas, cinco menos que el del nacimiento de Mary.
La bebe llegó a las 4:24 de la tarde, pero sus padres quisieron estar en privado con ella unas
horas antes de dar la noticia. Siguiendo el protocolo, la primera a la que la princesa llamó
fue a su abuela, la reina Isabel II, quien desde antes de que naciera había nombrado a su
bisnieta princesa de Kent. Así, la reina rompió una tradición, según la cual solo los hijos del
soberano en el trono y los hijos de sus hijos tienen derecho a recibir títulos.
Mientras Mary cargaba a su pequeña envuelta en una manta blanca, Pinault les decía a los
periodistas que su hija afortunadamente, se parecía a su madre, a lo cual ella respondió que
no tenía certeza aún.
Es una niña grande, tiene buen peso. Aún estamos trabajando en buscarle un nombre, y lo
tendremos tan pronto como sea posible, le respondió el consorte a un reportero que le
preguntó si Diana, favorito en las apuestas, figuraba entre las opciones. Mary, vestida con
un traje de jersey azul estampado con pepas blancas de Chanel declaró: es muy
emocionante, es un momento muy especial. Cualquier madre sabe cómo es este
sentimiento. La pareja volvió a entrar al hospital tras la presentación de su hija, a quien su
padre puso en una silla para auto, antes de salir una vez más para abordar una camioneta
Range Rover. Como cualquier padre, Pinault quiso tomar él mismo el volante para conducir
a su familia a casa, dejando atrás una estela de ovaciones de la multitud.
Leonor no era solamente una princesa más pues pese a sus apenas 48 horas de vida la
pequeña ya había recibido el título de la bebé más rica de Francia. Una niña que nada más
con haber llegado al mundo ya podía presumir una gran fortuna. Su abuelo François Pinault
ocupaba el lugar 34 en la lista de hombres más poderosos y ricos del mundo y su padre
François Henri-Pinault era el encargado de administrar dicha fortuna como Presidente del
grupo Pinault. El volumen de negocios de este conglomerado se valuó en 14.5 billones de
dólares en 2007 y congregaba empresas de perfumes, ropa, casa de subastas, un equipo de
futbol, un teatro, una empresa de espectáculos culturales, una maderera, entre otros
negocios. Gucci, Yves Saint Laurent, Christie y Le Point son algunas de las marcas que
resaltaban entre los negocios del abuelo Pinault. Por supuesto, su padre de 54 años de edad,
también tenía su acumulado, valuado en 11 millones de euros. Eso sería sólo por parte de la
familia paterna, pero por el lado de la madre corrían por sus venas los genes, ni más ni
menos, de la bellísima y legendaria princesa Diana aquella mujer que sacudió la anquilosis
de la aristocracia, y dejó muy claro que la nobleza está en los afectos más que en los títulos
que se heredan y de Maria de Kent, su madre, la princesa más bella del mundo. 
Leonore Lilian Maria lo tenía todo. Todo. Pudiendo presumir de llevar esa herencia
genética privilegiada, Leonor a pesar de ser un bebe ya tenía una vida de cuento de hadas,
decían las revistas de la jet set.
Leonor además, tenía cuatro medios hermanos, François y Mathilde, hijos que su padre
tuvo con su primera esposa Dorothée Lepère de quien se divorció en 2003. August, fruto de
la relación que Pinault tuvo con la supermodelo Linda Evangelista y Valentina Paloma
Hayek, la hija que tuvo después de su matrimonio de 5 años con la actriz mexicana Salma
Hayek.
La ceremonia de bautizo se celebró el 1 de febrero de 2017 en la capilla de St James.
Sus padrinos fueron: el Príncipe Harry e Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe.
Madame Tussauds en Nueva York creó una figura de cera de Leonor, de dos meses de
edad. Fue la primera niña en ser imitada en cera en este museo.
Una vez que culminó su MBA en Economía inició sus estudios de doctorado en la
Universidad de Paris por un periodo de dos años con una especialización en Relaciones
Internacionales. Se graduó con el pregrado académico Doctor en Jurisprudencia o Juris
Doctor.
2017: Octava princesa real y renuncia de la Duquesa Maria de Kent
El 6 de febrero de 2017, murió la reina Isabel II y su padre ascendió al trono. Desde ese
momento, la princesa fue nombrada únicamente como la princesa Maria, debido a su
posición de hija del rey y se convirtió en la octava princesa real.
Sin embargo, una semana después de la coronación de su padre, Mary renunció al
tratamiento de Su Alteza Real para quedar dispensada de las obligaciones oficiales y poder
dedicarse a una profesión de su elección pero no quiso renunciar a su título de princesa del
Reino Unido ni a sus derechos de sucesión. También aceptó voluntariamente empezar a
pagar impuestos, un privilegio que tenía la familia real.
Ante la sorpresiva noticia, Mary explicó sus razones: Es una emancipación que me permite
integrarme a la vida activa y ganar mi propio dinero. Es la mejor solución para todas las
partes. La princesa explico que tenía previsto dedicarse a sus dos grandes pasiones, la
política y la filantropía. Aquella decisión fue ampliamente aplaudida por los británicos
quienes
2018
La entrada y los pasillos del hospital St Mary de Londres estaban a rebosar de multitudes.
Cientos de británicos y otros tantos fotógrafos, periodistas y cámaras de por lo menos 12
canales de televisión de varios países, que trasmitían en directo, querían ser los primeros en
ver a los gemelos de la princesa Maria de Kent. Una niña y un niño que salieron del
hospital en brazos de sus orgullosos padres, pasadas las tres y media de la tarde del 14 de
enero de 2018. Los bebes gemelos, vestían dos colores distintos. El niño con una blusa de
tonos grises y la niña con otra de color rosa pálido. La pareja se paraba para hablar con la
gente y así poder mostrarles de cerca sus nuevos retoños. Los bebes dormían plácidamente
en los brazos de sus padres y ni siquiera se inmutaron en su primera aparición en público.
Tiene temperamentos distintos; la niña es más tranquila, pero a los dos les gusta estar
juntos. Explicaba Mary. La princesa ingreso en el centro hospitalario a las 6 y media, y
cuatro horas después, a las 10.30, llegaba al mundo el primero de los dos bebes; una
hermosa niña y casi tres minutos después, nació el niño. La nueva princesa y el nuevo
príncipe del Reino Unido ocupan el octavo y noveno puesto en la línea de sucesión a la
corona británica, por detrás de su abuelo, el rey Carlos, sus tíos William y Harry y su
primo, el príncipe Jorge de Cambridge de un año. El rey fue el primero de la familia real en
aparecer en el hospital y posteriormente, Alex Loudon también llego enseguida y confesó
haber llorado de emoción cuando se enteró del feliz acontecimiento. El abuelo paterno fue
el que encargo de cuidar a su otra nieta, la princesa Leonor. Camilla Parker no quiso
esperar mucho tiempo también, al contrario de otras ocasiones, llego muy pronto al hospital
donde prefirió entrar por la puerta de atrás y no hablo con la prensa hasta la salida.
Es también una tradición que las antiguas baterías de cañones de los castillos ingleses
anuncien la llegada al mundo de un nuevo príncipe. Pero esta vez las salvas de 21
cañonazos disparadas a las doce en punto de la mañana del sábado 14 de enero fueron por
partida doble. Un total de 42 disparos salieron de los cañones que
2017: Abdicación del príncipe Guillermo y ascensión de Maria
El 10 de diciembre de 2017, en una sencilla y breve ceremonia celebrada en el ámbito
familiar del palacio de Buckingham, el príncipe William renunció oficialmente a sus
derechos dinásticos cediendo a su hermana menor la Jefatura de la familia y la Casa Real
Británica.
La princesa Maria, duquesa de Kent accedió al trono como Maria I del Reino Unido.
La hija mayor de Mary, la princesa Leonor, ocupó el primer lugar en la línea de sucesión,
convirtiéndose en la presunta heredera.
Leonor de Kent
La princesa Leonor, duquesa de Kent (Leonore Princesa del Reino Unido
Lilian Mary) (Londres, 23 de noviembre de 2016) es
la hija mayor de la princesa Maria, duquesa de Kent
y de su esposo, el empresario francés François Henri-
Pinault así como nieta de Carlos, príncipe de
Gales y Diana, princesa de Gales fallecida en 1997 y
la cuarta bisnieta de la reina Isabel II. Por tanto, es la
séptima en la línea de sucesión al trono británico y a
los tronos de los dieciséis reinos independientes de
la Mancomunidad de Naciones.
Su padre es el actual presidente del conglomerado del
grupo de artículos de lujo y distribución Pinault-
Printemps-Redoute, PPR, propietaria de marcas
como Gucci, Yves Saint-Laurent,
Información personal
Balenciaga y Puma, de la casa de
subasta Christie's, La Redoute, el semanario Nombre Leonore Lilian Mary Windsor
secular
conservador Le Point, el canal de televisiónTF-1, con
participación en el periódico Le Monde, en FNAC, y Nacimiento 22 de julio de 2012 (14 años)
Londres,   Reino Unido
en el equipo de fútbol Stade Rennais e hijo y
heredero de François Pinault. Es considerado uno de Residencia Londres,   Reino Unido
los hombres más ricos del mundo, con una fortuna Familia
estimada para finales de 2014 en 15 100 millones de Casa real Casa de Windsor
dólares.
Dinastía Windsor
Padre François Henri-Pinault
Madre Princesa Maria, Duquesa de Kent

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