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Ligmeldy Cedeno
Matrícula:
17-1073
Tema:
Asignatura:
Ética profesional
INDICE
Introducción
Tema 1.
1.1 Marco teórico conceptual de la ética y la función pública.
1.2 Ética publica
1.3 Objeto de la ética
1.4 Que persigue la ética pública.
1.5 Ética pública: El mejor control de los gobernantes.
Tema 2.
2.1 Desviación de la ética pública: La corrupción
2.2 La corrupción
2.3 Definición de corrupción
2.4De la corrupción en el sector publico a la corrupción en el sector privado.
Introducción
Una clasificación general respecto del personal que opera en el gobierno señala que
existen dos tipos de personas que participan en la dirección y operación de las
instituciones: políticos y funcionarios. En ambos casos tienen por objetivo común servir
a la sociedad a la que representan, es decir son servidores públicos.
Una persona responsable es aquella que toma las decisiones de una forma consciente,
con conocimiento de lo que hace, y que a su vez acepta las consecuencias de sus
actos. Es una virtud, es la capacidad de asumir las consecuencias de sus decisiones,
respondiendo por ellas con argumentos validos y enmarcados dentro de una moral y
una legitimidad.
Un servidor público con responsabilidad ética debe observar los principios y las reglas
de la conducta Ética, ejecutar sus funciones con eficacia y calidad, satisfaciendo y
respondiendo de forma continua las necesidades de la sociedad que es la esencia de
su quehacer cotidiano.
La Ética Pública tiene por objeto hacer que las personas que ocupen un cargo público
lo hagan con diligencia y honestidad como resultado de la razón humana, la conciencia,
la madurez de juicio, la responsabilidad y el sentido del deber. Una adopción verdadera
de la ética exige un profundo cambio de concepción, de actitud psíquica, de mentalidad,
que impida pensamientos corruptos.
Para Jaime Rodríguez-Arana (1998,6) “El objetivo material de la ética serían los actos
humanos de funcionarios públicos, la rectitud moral de la actuación del funcionario.” La
ética busca cultivar la inteligencia en valores y moderar el carácter de los gobernantes,
y si bien ésta es importante en cualquier disciplina, lo es más en la política y en la
administración pública porque ambas son responsables de conducir los asuntos de un
Estado.
Es conveniente reiterar una y otra vez la necesidad de la ética en los servidores
públicos ya que es precisamente su ausencia la que provoca que muchos de ellos en
diferentes instituciones públicas caigan y sigan cayendo en escándalos de corrupción.
Personas sin escrúpulos ocupan cargos importantes del Estado escudándose además
en la imagen de ser hombres respetables u honorables.
La razón por la que la ética es un instrumento necesario radica en que ésta se orienta al
estudio de las acciones humanas por lo cual las explicaciones a las distintas conductas giran en
torno a ésta disciplina. Cada acto que realiza el hombre tiene su fundamento o justificación en
la ética. Cuando los hombres públicos responden a una filosofía ética, se autocontrolan al ser
responsables de su conducta y de cada uno de sus actos. De esta manera, la ética es el mejor
instrumento porque conlleva al autocontrol mediante el uso correcto de la razón a partir de la
idea de servicio colectivo, elemento importante en los servidores públicos ya que como señala
Adela Cortina (1998, 65) “El interés del Estado no puede depender de las pasiones del príncipe,
ni siquiera de su deseo de ser malo o bueno sino que exige un profundo autocontrol”.
Capitulo 2.
Desviación de la ética pública: La corrupción
Resultado del descuido que se ha tenido de la ética en el ámbito público son las
distintas actitudes antitéticas de los servidores públicos. Una de ella es la corrupción, la
cual aparece como un rasgo en distintos gobiernos y administraciones públicas al grado
de que es posible afirmar que hoy en día la corrupción es un fenómeno mundial.
Actualmente, la corrupción es una enfermedad dentro de los gobiernos. No obstante es
importante señalar que en los últimos años cobra importancia el interés por combatir
este mal mediante distintas maneras, una de ellas: la ética pública.
Desde esta perspectiva clásica, la corrupción supone una utilización desviada, desleal o
perversa de potestades públicas para satisfacer intereses privados o particulares del
titular de esas potestades y/o de uno o varios terceros relacionados con él mediante
relaciones económicas ilícitas (sobornos) o mediante relaciones de confianza
(relaciones familiares y de amistad, pactos fiduciarios), que menoscaban la satisfacción
objetiva de los intereses generales y contrariando la cláusula constitucional del Estado
Social de Derecho, según la cual todos los intereses privados quedarán supeditados al
interés general de la nación
Conclusión
El análisis de la ética pública es un tema de primer nivel, se halla en el debate entre los
neoliberales y los neocomunitaristas, éstos últimos precisamente evocan a los griegos
para retomar las virtudes públicas. En 1982, el filósofo MacIntyre publicó su libro “Tras
la Virtud” en el que planteó un retorno a la tradición aristotélica de las virtudes.
Para contar con funcionarios responsables necesitamos contar también con políticos
responsables, ya que éstos, al ser figuras públicas, se encuentran en la mira social, por
lo que en todo acto deben ser ejemplo a emular. Cualquier intento por fomentar la ética
pública que no incluya al cuerpo político está destinado al fracaso. Política y
administración son algo indisoluble. Una ética concentrada sólo en los funcionarios y
ajena a los políticos, lleva directamente al fracaso.
La corrupción es una constante en la historia de la humanidad, ha existido, existe y
seguramente existirá en el futuro. Su costo es muy alto para los gobiernos y
administraciones públicas pues altera la vida ciudadana y de las instituciones, merma la
confianza, desvía recursos que siendo para beneficio colectivo se quedan entre
particulares. El hecho de que se existan gobernantes corruptos tiene un precio para la
comunidad: el sufrimiento humano en sus distintas formas: pobreza, desempleo,
enfermedad, hambre, injusticia y en ocasiones, la muerte. Estos sufrimientos se
perpetúan e incluso crecen al incumplirse las metas de los programas de gobierno. El
observar tanto dolor habla de la impotencia de los gobernantes para resolver las
demandas ciudadanas.
La corrupción es una práctica mundial que invade no sólo el ámbito público sino el
privado y el social. En el ámbito público toca principalmente a políticos y funcionarios
públicos de alto nivel. La codicia, la avaricia por el dinero así como el anhelo por el
poder son causas internas o personales que impulsan a la corrupción. En nuestros días,
debido a los beneficios que conlleva el mal uso del poder y el expolio de las fuentes
públicas hay un gran interés por ocupar un cargo y permanecer en él.
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Bibliografia