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SESIÓN 9

“Aristóteles y el Helenismo”
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00:08-00:16 [Cartel curso] [Música]
00:17-00:25 [Plantilla 9.0 [Música]
[Esc] Escena 1 [Ch.] Hola! ¿Cómo estás? Bienvenido a la 9ª sesión del curso de helenismo
y ya estamos por terminar de comentar el sistema de los estoicos. El
[logos] centro de esta filosofía es su concepción del Logos como impregnando
todo el kosmos, todo lo existente: el Universo, a quien equiparan, o dicen
que es Dios mismo. El mundo es un ser vivo material, impregnado de
racionalidad. Recuerden que hay dos principios: el activo y el pasivo, en el
universo: y que el pasivo es la materia, mientras que el activo es el Logos
que regula y da la ley del cambio a todo lo existente.
Los estoicos, claramente defienden una teología, una concepción de Dios,
pero que se trata de un Dios inmanente, no un Dios exterior a la creación,
como sí lo es el Dios de la religión cristiana que distingue al Ser Creador
supremo de su creación. Los estoicos mantienen que el universo es Dios y
[universo] Dios es el universo. El universo es un organismo viviente donde todas las
partes están interconectadas, en realidad aunque los entes parezcan
separados están conectados por el logos. El universo, en su principio
activo, de Logos, tiene alma, o psyché, que significa “vida”…la psyché, en
su significado original se refiere no sólo a la vida “psíquica” como quizá lo
entendemos hoy en día, vida psíquica, entendida como vida mental,
separada del organismo biológico, sino que para el griego, psyché significa
también vida “orgánica”, “biológica”..
Es Logos, que anima el universo material, que es el principio activo
inmanente, es indestructible e imperecedero. Es eterno, como ya decía el
mismo Heráclito sobre el kosmos: “este mundo, que no fue hecho por
ningún Dios ni ningún hombre es un fuego eterno que se apaga y se
[psyché] enciende según medida”. Esta alma, o psyché que el universo tiene, es
indestructible, y es diferente del alma humana que es perecedera, aunque
busca reintegrarse al Kosmos de nueva cuenta. Esta alma cósmica es como
un soplo o un pneuma que lo penetra todo, le da vida y lo dirige, le da
dirección, una que es racional y que obedece las leyes de causa y efecto.
[el timeo] Platón mismo en su diálogo “El Timeo” ya había hablado del universo
como un ser vivo dotado de perfecta inteligencia, y los estoicos
claramente convirtieron esa idea en un postulado fundamental, además
de añadir la base materialista a su filosofía: porque el universo es algo
material. Fin escena 1
[Plantilla 9.1] […] Este pneuma que permea con su carácter vivificador toda la materia,
ese principio divino de la physis, es la fuente de la actividad universal, de la
eterna energía cósmica. Este pneuma es inteligente y dinámico. A la
materia, que es indeterminada, le impone la forma y disposición
particulares. Por eso, es muy pertinente la observación de Long: “Es un
motivo de confusión el describir a los estoicos como ‘materialistas’. Los
cuerpos, en el sistema estoico, son compuestos de ‘materia’ e
‘inteloigencia’ (Dios o lógos). La inteligencia (en el sentido del término
inglés ‘mind’) no es otra cosa distinta de lo corpóreo, sino un constituyente
necesario del cuerpo, la ‘razón’ en la materia. Se describe mejor a los
estoicos como vitalistas. Su Naturaleza, como el Dios o la Naturaleza de
Spinoza, es algo de lo que el pensamiento y extensión son atributos a la
vez”. […] [Gual e Ímaz, La filosofía helenística: ética y sistemas, ed. Cincel,
España, 1987, p. 138]
[Esc.]Escena 2 [Ch.] La función de este hálito, el pneuma es cohesionar el compuesto
material. Es u principio estructurador de la materia y a la vez vivificador,
equivale y se parece a la forma aristotélica en ese sentido. La forma que da
sentido a la materia para ser algo determinado. Un trozo de manera se
convierte una silla o en una mesa dependiendo de la forma que le dé el
carpintero, la forma determina lo que la materia “es”, en el sentido de ser
[pneuma] algo individual, pero además de esto, el pneuma, este aire, vivifica, da vida
a todo lo que es, aunque es diferente en los seres inanimados. Entre los
seres animados, tenemos las plantas y los animales, y el hombre que,
como ya indicamos, tiene un lugar primordial en el Kosmos, porque su
alma tiene un principio activo racional, tiene un lugar privilegiado por su
cercanía con el logos divino. Crisipo se encargó de realizar una distinción
entre los seres, que dependía de cómo ese principio tomaba funciones
específicas en los entes que existen.
Por ejemplo, el hálito o pneuma que da vida, en los seres inanimados se
presenta en la forma de cohesión (hexis). Los seres materiales, pero
inanimados, tiene una fuerza que los mantiene fijos y estables y eso es el
pneumna. En las plantas, que ya son seres animados se llama “physis”,
que es su naturaleza vegetativa, en los animales el pneuma se convierte
en psyché,alma, que hace que ellos tengan percepción (aisthesis) del
mundo y que puedan representarlo. Así, el alma del hombre es un
fragmento de esa gran Alma cósmica (pneuma). Es, por decirlo, la forma
más excelsa que puede tomar, además de la del Universo. El alma humana
tiene su centro y su elemento superior en lo que los estoicos llaman
hegemonikón o guía interior, y que se encarga de coordinar los impulsos
del hombre, así como de recolectar los estímulos que le transmiten los
sentidos. Esta guía interior, es el que se encarga de evaluar o clasificar las
representaciones que recibimos, y además gracias a él afirmamos o
negamos.
[pasiones] En cuanto a los apetitos del hombre, y sus pasiones, los estoicos no los
separan de la racionalidad, como sí lo hacía Platón. Las pasiones del
hombre pertenecen a la parte inferior del alma, no a la parte racional. Para
Crisipo, por ejemplo, el alma en su totalidad es racional. Las pasiones son,
según algunos estoicos, impulsos excesivos, es decir, respuestas a las
representaciones imaginativas que recibimos. El estoicismo considera que
el aspecto pasional es considerado como un tipo de enfermedad, algo que
es posible tratar con sólo trabajarlo desde el intelecto. Esto ha llevado a
considerar que los estoicos son intelectualistas. Intelectualismo quiere
decir que se da mayor importancia al aspecto racional-lógico del hombre,
y las pasiones o los aspectos instintivos son despreciados como algo
negativo.
¿Qué pasa con la cuestión de la inmortalidad del alma en los estoicos? En
esto son claros, el alma es material, aunque la materia de la que se
compone es sutil y distinta de las de los cuerpos materiales. En otro punto,
la muerte no es algo que le preocupa al sabio estoico, no hay otra vida a la
cual se aspire, donde se pueda encontrar la felicidad, un cielo, porque para
el sabio estoico no hay dos mundos, y Dios es inmanente, Dios es todo lo
que vemos y podemos percibir…El estoico no debe esperar nada, ninguna
recompensa o castigo, más allá de esta vida. El alma humana no es
eterna, ni es inmortal, lo único que admite esta distinción es la psyché o
principio vital del universo. Lo que sí es importante recuperar es que
queda la posibilidad de que el alma se reintegre en alma cósmica. Fin
escena 2
[Plantilla 9.2] La ética: concepción intelectual de una moral autónoma
[Esc.]Escena 3 [Ch.] El imperativo moral de la ética estoica depende de lo dicho
anteriormente en la Física. Hay que vivir de acuerdo con la naturaleza, vivir
[vivir racionalmente] racionalmente, y esto quiere decir; imitar el orden cósmico. La Naturaleza
es básicamente logos, razón…hay que tener en cuenta que nuestra alma
participa de cierta forma con el Logos del Cosmos. La parte interior del
hombre, el hegemonikón es el encargado de elegir la conducta apropiada
al hombre y que es racional. Los animales, a diferencia del hombre, van
guiando su vida a partir de impulsos instintivos, y eligen lo que más va
conviniendo a su bienestar: el hombre, por el lugar privilegiado que ocupa,
puede superar (aunque no siempre lo hace) estos impulsos con la Razón, y
encontrar un camino y objetivo adecuado a su lugar. Por esto es que los
estoicos no son cínicos; el estoico no recomienda volverse como los
animales, porque los animales no poseen el principio racional.
La conducta de cada ser lo lleva a la realización de su verdadero ser, en los
animales la conducta es instintiva, y en el hombre la conducta es instintiva;
en el hombre, nuestra naturaleza racional hace que nuestra conducta esté
“mediatizada” por el entendimiento. Esto quiere decir que nuestras
acciones no son simplemente un accionar inmediato, o al menos, no lo
son en tanto tiene que ver con la ética, porque tenemos instintos que
funcionan de manera similar. Las acciones humanas, morales, están
mediatizadas por la razón, por eso podemos hablar de responsabilidad
moral.
Lo que es apropiado para cada ente, o ser es lo que lleva a la realización y
por ello a su felicidad. La conducta del sabio estoico lo lleva a apropiarse
de lo real, del Logos que estructura el mundo. Por eso, aquí también es
diferente del epicúreo: mientras que para Epicuro, lo primero que se
impone al hombre y a todo ser vivo es la búsqueda del placer, es un
impulso instintivo primero, y de ahí se toma uno de los principales axiomas
o verdades incuestionables de Epicuro. Para el Estoico, no es así. Para el
estoico el primer impulso el hombre, al que tiende, es la
“autoconservación”. Todo ser o ente vivo tiende primero a preservar su
ser, su propia realidad.
En segundo lugar, tienden a aceptar las cosas que van de acuerdo con la
Physis, con la naturaleza, y rechazar las contrarios. Así, cada animal busca
[physis] alimentación que corresponda con su propia especie, protección, etc. La
salud, en un ejemplo, es algo que naturalmente se prefiere, y la
enfermedad, algo rechazable y antinatural. En esto, los estoicos
consideran que para el hombre la salud, la belleza, la riqueza, la habilidad
técnica, y la buena reputación son cosas preferibles y van de acuerdo a lo
natural, y sus opuestos son antinaturales. A pesar de esto, para el sabio
estoico, estas sólo son “bienes” desde un punto de vista vulgar.
En cambio, los bienes reales; lo bueno y lo malo, en un sentido estricto y
fundamental, no están en ese ámbito natural, sino que son propios del
hombre: que es el propiamente ámbito moral, y no se puede dejar a la
Fortuna o los azares de la circunstancia. O sea, que la Ética nos va a
permitir enfrentar lo azaroso y lo contingente de la vida, para que
podamos obtener una felicidad duradera, que no varíe de un momento a
otro, o que depende de lo exterior. Para el estoico lo propio del ser
humano es la virtud y lo impropio es el vicio. Fin escena 3
[Plantilla 9.3] […] La virtud es la meta de toda actividad gobernada por nuestro guía
interior y lo que proporciona una felicidad autárquica. El intelectualismo
estoico prolonga el socrático, y admite que existe una virtud única, que es
la phronesis (algo así como la prudencia o sensatez moral), de la que las
demás virtudes tradicionales, como el valor, la templanza y la justicia no
son sino manifestaciones sociales. Bueno y malo son calificativos que el
estoico aplica sólo a la acción moral, en cuanto realiza una elección
acertada o no. Las demás cosas, al margen, pues, de la virtud y el vicio, son
consideradas como “indiferentes” (adiaphora) moralmente, aunque se
admite que de ellas las unas son preferibles (proegména), como por
ejemplo, la salud y la riqueza, y otras, las contrarias, rechazables. Sin
embargo, aquéllas, que no están totalmente en poder del obrar humano,
aunque el hombre tienda a conseguir las preferibles y evitar las
rechazables, no son un definitivo bien, sino sólo algo ventajoso, desde un
punto de vista vital. […][Gual e Ímaz, La filosofía helenística: ética y
sistemas, ed. Cincel, España, 1987, pp. 142-3]
[Esc.]Escena 4 [Ch.] La lógica nos ha mostrado cómo pueden los acontecimientos del
mundo unos a otros, y la física nos ha mostrado cómo se ligan o conectan
entre sí los entes o cosas, y ahora se trata del hombre, de la moral y de
cómo deben guiarse o llevarse a cabo nuestras acciones, para encontrar
la felicidad o ataraxia. La virtud o areté, excelencia traducida al español,
se la phrónesis, que se suele traducir por “prudencia”, y que implica un
[conocimiento intelectual] conocimiento intelectual. Ahora, esto es algo natural a lo que tiende el
hombre, no es algo que provenga del exterior, de lo social, sino de nuestra
constitución misma porque tenemos psyché y no sólo el tipo de pneuma o
alma que tienen otros organismos como los animales.
Los seres humanos elegimos, y hay que elegir lo necesario, en el sentido
de lo racional. Los estoicos no es que desprecien la pobreza, o la fealdad,
la enfermedad, sino que sobre la balanza de elección, son preferibles a las
los contrarios positivos: riqueza, belleza, salud. Son preferibles, pero no
necesarias para lograr la virtud, que es lo único a lo que no podemos ser
indiferentes. Lo indiferente, que es lo que se refieren estas cosas, es
independiente de lo moral, que es la virtud y el vicio.
[tendencia] En todas las cosas que existen hay una tendencia que representa un signo
que la naturaleza ha dejado en nosotros, y que expresa esa armonía
universal que hay entre las partes y el todo. Pero además, como la
naturaleza y la razón son lo mismo, physis y logos, siendo esa tendencia
natural algo racional….Vivir rectamente conforme a la razón significa vivir
según la naturaleza.
[Plantillas 9.4] [La sabiduría estoica]
[Esc.] [Ch.] Como hemos visto, para los estoicos todas las partes de la filosofía
están en conexión unas con otras, en estrecha relación: la Lógica implica a
la Física y la Física a la Ética…si estudiamos o consideramos una
[nublado] proposición condicional, como por ejemplo: “si está nublado es que
lloverá” (tenemos una señal, una causa, y luego un efecto, la lluvia),
estudiar este enunciado es estudiar la simpatía universal que existe. Esto
nos conecta, desde el principio con la naturaleza y así, con Dios mismo, y
nos acerca a la sabiduría.
La sabiduría estoica es una comprensión de las implicaciones o relaciones
entre los sucesos que vemos en la naturaleza y en la vida humana. El bien
supremo del hombre, su telós final, consiste en vivir gracias a ese saber y
actuar conforme a él. Si comprendemos la armonía que hay, incluso en la
desdicha o en lo que nos parece caótico, veremos que por eso el sabio es
feliz. Los estoicos definen el bien como lo útil, pero nosotros tenemos un
[utilidad] sentido de utilidad muy marcado por lo pragmático, por lo práctico, y esto
no es claramente lo que quieren decir los estoicos. Lo útil a lo que se
refieren no es un valor técnico, sino aquello que va de la mano del destino
y la voluntad del Logos. Por eso el naturalismo de los estoicos permite
establecer las siguientes diferencias:
[…] entre las cosas que existen: unas son bienes, como la reflexión, como
la justicia, el valor y la sabiduría; otras son males, como la irreflexión, la
injusticia, la cobardía, etc.; otras, por último, son indiferentes
(adiasphora) porque no son ni útiles ni nocivas, por ejemplo la vida, la
muerte, la salud, la enfermedad, el placer, el dolor, la belleza, la
vergüenza, la pureza, la debilidad, la riqueza, la pobreza, la gloria, la
obscuridad, la nobleza, etc. Todas estas cosas se llaman indiferentes
porque no sirven ni añaden nada por sí mismas, pero el hombre puede
servirse de ellas para hacer daño o para ser útil, y por tanto, puede de
elles desprenderse la desdicha o la felicidad según el uso. […][Brun, J., El
estoicismo, UAEM, 1992, p. 105]
[Ch.] Lo que realmente importa al sabio es el bien supremo, aquello de lo
cual todas las demás cosas son accesorias, y ello para los estoicos es la
virtud, una virtud es sabiduría, que tiene un carácter teórico, pero con
implicaciones prácticas: un saber vivir. La virtud es una disposición
armónica, una asimilación de nuestro ser con la naturaleza…una vez que
estamos en la virtud, que la poseemos, estamos en armonía con lo
exterior.
Pero sólo hay una virtud, no es que podamos ser más o menos virtuosos,
estar más cerca o más alejados…se es virtuoso o no lo es. No existe, para
los estoicos un intermedio entre la virtud y el vicio. En realidad siempre
que se habla de otras virtudes como la templanza, la valentía, etc., son
sólo puntos de vista diferentes de la única virtud. Todos los puntos de
vista se encuentran conectados, y si poseemos una (por ejemplo, la
justicia), poseemos todas en realidad: no se puede ser justo y cobarde, no
se puede ser valiente y ser injusto. Para los estoicos la Física y la
comprensión del Ser a través de sus leyes es una moral, y un modo
[sabiduría] racional de vida; la Física misma es sabiduría y no sólo un medio para
llegar a ella, como decían los epicúreos, que sólo le daban un valor
instrumental a la ciencia, no se busca por sí misma, sino como
instrumento.
Así, el hombre virtuoso, el hombre sabio, que es la aspiración y el objetivo
de la ética estoica es un ser no solamente intelectual, sino activo. El que
posee la virtud ya no puede perderla, no es algo que se adquiera con
facilidad, y de la misma manera, tampoco se pierde fácilmente.
[determinismo] EI estoicismo, aunque no mecanicista, es determinista. Una irrompible
cadena de causas y efectos, regida por la divina fuerza natural inmanente,
determina todo acontecer. Y como todo lo que sucede está originado en el
logos, que es racional, la determinación de lo que sucede, al ser voluntad
de ella se llama providencia. De la conexión de las cosas, sympátheia de
todas las cosas con todas se desarrollan como un todo orgánico las
posibilidades de origen común, esto hace posible o da resultado la unidad
de la naturaleza, y de esta racionalidad, de tener una causa común, surge
la belleza y el todo armónico. El hombre, si bien no puede escapar a
aquella conexión ni romper la armonía existente, cuando se convierte en
sabio puede aceptar voluntariamente y dar su asentimiento cooperador
al orden cósmico, y Séneca tiene una frase para explicar eso: “el destino
conduce a quien consiente y arrastra a quien no consiente”.
¿Cómo podemos conciliar, sin embargo, esto con la libertad del hombre?
Fin escena 4
[Plantilla 9.5] […] En cuanto a la conciliación del determinismo natural con la libertad, el
lado más agudo del problema para una filosofía de propósito ético era el
relativo a la responsabilidad. ¿Cómo puede ser “responsable” quien no
puede decidir en sentido distinto al de lo que tiene que ser? Fue una vez
más Crisipo quien aportó la doctrina que confiaba la solución. La decisión
humana, atada a la cadena ineludible de causas, es en sí libre en cuanto
puede conformarse a la propia naturaleza. Es libre aquel que en sus juicios
y en las obras que son consecuencia de éstos decide de acuerdo a la razón,
cuando, ante los sucesos que solicitan su elección, no se siente forzado ni
mecánica ni instintivamente (ni desde fuera ni por un impulso ciego), sino
que obra de acuerdo con lo que lógicamente se impone a su razón. Como
repetirá Spinoza, en la pasión yo soy dominado, pero soy libre si me
determino según razón. […][Camps, V., Historia de la ética 1. De los griegos
al renacimiento, Crítica, España, 2006, p. 216]
[Esc.] Escena 5 [Ch.] El estoicismo hace mucho énfasis en estas ideas sobre la idea de la
predeterminación de los acontecimientos, del destino, y a la Providencia
que es una forma de determinismo. Todo está encadenado bajo una línea
de causas y efectos. ¿Cómo, por eso se puede preguntar, es que el hombre
es libre? La libertad del estoico, como decimos, no es salir de esa cadena
de causas y efectos naturales, racionales, sino más bien adaptarnos y
aceptar la necesidad. Se puede ser feliz cuando se acepta lo que es, y si lo
que es, es expresión de la sabiduría del Logos, entonces: se es plenamente
libre cuando se actúa a sabiendas de esto, siendo conscientes de ello, y
claro, genera menos dolor y frustración, que son pasiones humanas.
[ciego] La posición del estoico respecto a las pasiones es clara: turban y enturbian
la mente, son movimientos irracionales del alma. Son parte del alma
misma, no de una parte inferior ni nada de eso, como creía Platón, y quizás
Aristóteles también.
Si la pasión es parte de la tendencia del hombre, y como dijimos antes,
toda tendencia es movimiento de algo natural y racional, ¿cómo es que las
pasiones pueden ser irracionales y actuar de manera negativa respecto al
hombre? Las pasiones son enfermedades del alma, así como el cuerpo
puede ser víctima de una enfermedad, el alma es víctima de las pasiones
que no le permiten encontrar la ataraxia. La sabiduría o vida sabia tiene
que hacer lo posible por extirpar las pasiones del alma, y si no puede
lograrlo, al menos controlarlas con la razón. El sabio no conoce el dolor es
sincero, piadoso, pero además es sociable…sólo el verdadero sabio puede
ser rico y libre. La virtud que el sabio puede desarrollar es útil para poder
contrarrestar las pasiones, superarlas…si bien el ideal del estoico es
eliminar las pasiones, pienso que a lo mucho que puede aspirar es a
moderarlas.
Por último, en esta breve consideración del pensamiento estoico es
importante recalcar que el estoico, al igual que el epicúreo, predicaba la
[libertad] independencia, la libertad del hombre sabio, y la calma interior, pero
aparte de que para el epicúreo el objetivo y el fin de la vida está en el
placer, sostenía que se debía recluir de la multitud, del vulgo, y refugiarse
en ese jardín, en su grupo de amigos. La actitud estoica en este asunto es
distinta. El estoico afirma una solidaridad con todos los demás hombres y
una vida activa, que puede llevarlos a participar en la política. Esto llevó al
estoico a plantear una nueva definición del hombre, no cómo un animal
político (zoon politikón), sino como zoon koinonikón, es decir, un ser
comunitario, y así un ciudadano no simplemente de la ciudad sino de la
comunidad universal de seres racionales, cuyas condiciones eran las
mimas que las de la polis: justicia y fraternidad entre sus conciudadanos.
Los estoicos, gracias a esta idea, fueron los primeros en ofrecer un primer
concepto de Humanidad.
En este sentido los estoicos se diferencian de los epicúreos porque se
[comunidad universal] aspira a la comunidad universal, y la sociabilidad del hombre es algo que
debe buscarse. Pues el destino o la providencia liga las cosas y los
acontecimientos entre sí, y también a los hombres entre sí. Tanto Atenas
como Roma, que son las dos ciudades donde florece el estoicismo, se
encuentran abiertas a influencias del exterior. Diógenes de Sínope, el
fundador del Cinismo, viviendo en las calles y haciendo abstracción del
mundo a su alrededor, dejándolo de lado, no podría representar la imagen
del sabio estoico.
El sabio estoico es que el regula sus deseos conforme a lo que depende de
él, pues es consciente de que de las cosas del mundo, algunas dependen
de nosotros y otras no. Las que dependen de nosotros son nuestras
opiniones, nuestros movimientos y nuestros deseos, nuestras
inclinaciones y aversiones: las acciones. Bajo esta idea de que hay cosas
que dependen de nosotros y otras no, está la idea de que no debemos
preocuparnos ni debe perturbarnos eso. Ni siquiera la muerte, que
muchos consideran un mal, no es más que un hecho natural de esa cadena
[sabio] de causas y efectos. El sabio halla su felicidad en soportar lo que sucede
con valor, porque acepta los acontecimientos y se puede divorciar
intelectualmente de todo, en su fuero interno. El desprecio del dolor y la
muerte son características importantes para la filosofía estoica. En Marco
Aurelio, el emperador romano, encontramos estas ideas en una suerte de
pesimismo de la resignación. Fin escena 5
[Plantilla 9.6] […] Debemos esperar la muerta con un corazón. En el desenlace fatal,
todos los hombres se ven reducidos al mismo estado: Alejandro Magno
vale lo mismo que su arriero. La esfera de la muerta nos hace medir mejor
su vanidad de la gloria: “dentro de un instante sólo será ceniza: un
esqueleto, un nombre o quizás ni siquiera un nombre. Y el nombre es sólo
un ruido, sólo un eco. Lo que tanto estimamos en la vida es sólo un vacío,
pobredumbre, pequeñez: perros que muerden, niños que pelan, que ríen
para llorar poco después. ¿Qué puede entonces retenerte aquí abajo? […]
La muerte es una operación de la naturaleza. No debemos de temerle
puesto que es útil a la naturaleza en cuanto disolución que origina algo
nuevo. […] [Brun, J., El estoicismo, UAEM, México, 1992, p. 122]
[Esc.] Escena 6 [Ch.] Gracias a este último párrafo podemos darnos una idea de cómo el
estoicismo concibe la muerte y cómo el sabio puede enfrentarla. Pero
sobre todo, una idea importante a recuperar es el cosmopolitismo; la
idea de que somos ciudadanos de una comunidad mucho más grande, y en
la naturaleza racional fundamenta una comunidad, una sociedad que no
se basa en las convenciones locales, y que se extiende en toda la
humanidad. Todos somos, ciertamente, parientes, con un origen y destino
similar, estamos sujetos a la misma ley, que no es una ley social o
política, y que no tiene que ver con alguna institución social particular.
Cleantes, importante discípulo de Zenón y continuador, sostuvo que hay
una ley universal que quienes se guían por la razón reverencia, y Crisipo
formuló la idea de un solo Estado y una sola ley soberana, que sería el
código moral de toda la Humanidad, pasada, presente y por venir.
Así establece la filosofía estoica un camino individual para la felicidad, y
aunque mantiene que el hombre es un ser sociable por naturaleza, sabe
que la sociedad quizás no haga mucho para la felicidad personal. Tenemos
dos tipos de hombres para el estoico: los sabios, y los necios. El estoicismo
insiste en la autosuficiencia del individuo para encontrar la felicidad, pero
a diferencia de los epicúreos no renuncia a los valores de la sociedad, y
tampoco adopta el placer como objeto último de nuestra acción, sino que
se acerca más a una forma intelectual de vida, pero no se olvida de la
acción. Como ya lo comenté, el estoicismo postula este gobierno de todo
por la Providencia, por la ley divina, inmanente al mundo, y gracias a esto
pierde valor cualquier intento de modificar la situación histórica concreta,
[ideología] por lo que el estoicismo también puede interpretarse como una ideología
conservadora…porque en realidad no intenta cambiar nada, sino aceptar
que lo que existe es racional, y es lo que tiene que ser. Y ahora pasaremos
a revisar algunas ideas claves de otra escuela muy importante que es el
escepticismo. Fin escena 6
[Plantilla 9.7] [El escepticismo]
[Esc] Escena 7 [Ch.] Frente a estos sistemas filosóficos, dos que son los principales de la
época helenística: estoicismo y epicureísmo, nos encontramos con otra
posición importante también en la filosofía, y que va a ser muy relevante
para cualquier época de la filosofía. Estos dos sistemas filosóficos que
hemos analizado son optimistas respecto a la posibilidad de
conocimiento del mundo, del conocimiento científico de la realidad, la
ciencia, y de hecho defienden que tal conocimiento tiene una función en la
búsqueda de la felicidad, de la ataraxia. Son sistemas filosóficos en el
sentido de presentar diversas teorías sobre la realidad que se conecta de
manera lógica y coherente, y además defienden posiciones positivas
[Epicuro] respecto a las preguntas: es decir, afirman, como los epicúreos, por
ejemplo: que el universo se compone de átomos y vacío, o como los
[estoicos] estoicos, que el universo se compone de dos principios: uno activo y otro
pasivo, logos y materia. A partir de estas teorías sacan conclusiones y
argumentan.
Pero, esta próxima escuela no es como las que hemos estudiado, sino que
se remontan, o tienen sus orígenes en los pensadores llamados Sofistas,
los grandes educadores de políticos, y que fueron criticados por Platón y
Aristóteles. Los Sofistas son pensadores cuya actitud respecto a la verdad y
el conocimiento oscila entre lo siguiente: entre la idea de que no es
posible acceder a ningún tipo de verdad última, incluso si existiera
alguna, no podemos conocerla pues hay muchos obstáculos para llegar a
ella; ya sea porque estamos limitados con nuestras capacidades, o porque
nuestra misma forma de conocer nos limita, o porque toda verdades
relativa. Esta posición relativista se asocia con Protágoras, un sofista muy
[Protágoras] importante, y a quien Platón le dedica un diálogo. Esta es la primera idea.
La otra idea es la idea de que no existe la verdad, no hay valores…esta
tesis suele asociarse con Gorgias, otro sofista, y se conoce como nihilismo.
Pero lo que comparten estas dos ideas es que ambos sofistas son
escépticos. El escepticismo es una corriente que pone en duda la
posibilidad de que se pueda conocer o saber algo verdaderamente.
El escéptico en general, lo entendemos como alguien que no cree en algo.
El escepticismo se entiende, y puede entenderse de distintas maneras.
Uno puede ser escéptico respecto a distintas cosas. Uno puede no creer en
el conocimiento y la verdad, y dudar que existan, o que podamos llegar a
conocerles. Como puedes ver, no es lo mismo decir: no existe la verdad y
no podemos conocerla, a decir: existe la verdad en sí misma, pero no
podemos conocerla. Son distintos tipos de escepticismo, pero en todo
caso, niegan algo. Protágoras, por ejemplo, no negaba la existencia del
mundo exterior que vemos, sino que negaba que nuestras afirmaciones
tuvieran una validez más allá de nuestra experiencia individual. El
escepticismo es negación, de varias maneras de algunas pretensiones de la
filosofía, y de los sistemas filosóficos.
Ya Platón y Aristóteles trataron de responder a los sofistas, pero los
escépticos volverán a plantear el problema del conocimiento y la verdad, y
son todavía más radicales en la figura del fundador del movimiento
escéptico de la época helenista. [Fin escena 7]
[imágenes, mini documentalito] [Imagen 1] [El fundador de la escuela escéptica fue Pirrón de Elide, y vivió entre el año
365 y 275 a.C., y no escribió nada, cosa que lo hace parecido a la figura de
[Imagen 2] Sócrates. Todo lo que sabemos de Pirrón lo sabemos gracias a sus
discípulos. Se dice que fue discípulo de Euclides de Mégara, y que aprendió
[Imagen 3] dialéctica de discípulos de Protágoras y Demócrito. Se cuenta que Pirrón
acompañó una expedición de Alejandro Magno a la India, donde tuvo
[Imagen 4] contacto con sectas ascetas hindúes, que vivían en la meditación y el retiro
del mundo, felices y serenos, en una pobreza menos radical que la de los
cínicos. Puede que esto influyera también en su convicción moral
[imagen ataraxia] fundamental de que la felicidad es una serenidad del ánimo, la
imperturbabilidad o ataraxia.
[imagen percepción] Una de las tesis fundamentales de Pirrón es que la percepción sensorial no
puede proporcionarnos un conocimiento efectivo de las cosas mismas, ya
que sólo conocemos lo que se relaciona con nuestra percepción, que son
[apariencias] los fenómenos, o “apariencias” de los objetos. Sólo conocemos como
imágenes que son transmitidas a los sentidos, pero en realidad no
tenemos un conocimiento objetivo de cómo son en sí, pues estas
[imagen deformación] apariencias o fenómenos implican ya una deformación que se realiza al
entrar en nuestros sentidos. Las apariencias son vagas, fugaces y pueden
llevarnos a contradicción: por ejemplo, yo digo que el agua está caliente,
[imagen verdad] pero alguien dice que no, que está fría. ¿Quién dice la verdad sobre el
objeto? Pirrón concluye que ambas expresiones son apariencias, y que en
[imagen esceptico] realidad ninguna da un conocimiento real de las cosas. De este sentido
concluyen muchos argumentos escépticos, en demostrar que no es posible
alcanzar un conocimiento real de cómo son las cosas mismas.
Por lo tanto, nuestra actitud con respecto al mundo debe ser la siguiente:
[Pirrón] debemos abstenernos de emitir juicios, y todo juicio implica que es
verdadero o falso, por lo tanto, para evitar caer en contradicciones, y que
a todo juicio siempre se le puede oponer su contrario, Pirrón recomienda
[Epoche] suspender el juicio o epoché. Este término va a aparecer de nuevo en una
corriente filosófica contemporánea muy importante, que por cierto no es
escéptica, sino que aspira al conocimiento real de las esencias mismas: la
[Husserl] fenomenología.
[Esc.][Escena 8] [Ch.] El escepticismo, entonces, no es una doctrina o incluso teoría
sistemática filosófico respecto al conocimiento del mundo, de las cosas, de
la verdad, sino que es la negación de esta posibilidad, es una ignorancia
que va mucho más allá de la ignorancia socrática: del “Yo sólo sé que no sé
nada”, pues Pirrón afirmaría que no podemos incluso ni siquiera afirmar
eso. El escepticismo, sin embargo, va a proponer la base de una actitud
ética, que nos lleva, de igual a manera a una vida tranquila, serena, pues
busca evitar compromisos con la verdad, y también con la falsedad. Todo
esto, el establecer compromisos con la verdad de un enunciado, con la
verdad misma, nos llevará a contradicciones y malos entendidos, al
sufrimiento.
Lo que resta y lo que queda es vivir de acuerdo con el sentido común,
respetando las normas sociales de convivencia y las leyes de la ciudad, no
porque sean verdaderas, sino útiles, lo cual no puede demostrarse
racionalmente. El escepticismo, a pesar de no considerarse a veces un
sistema teórico (pues pretende dar las bases para dudar de todo), tiene
una vena pragmática que permite lograr la ataraxia, y esto lo analizaremos
la próxima sesión que concluiremos el curso, junto con algunas ideas
centrales del neoplatonismo y cómo entra en escena en el periodo
helenístico. Espero que la sesión haya sido clara y las ideas comprendidas,
de cualquier modo, ya sabes que puedes escribirnos por nuestra página de
Facebook para enviarnos tus dudas y comentarios.
Continuemos con las lecturas y que tengan excelente semana! No olvides
tampoco enviarnos tus actividades para poder evaluar tu progreso! Ciao!
Fin escena 8

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