El ciclista espero que pasaran los coches ,y al ver que un
camion doblaba la esquina, le siguio. Desgraciadamente, un camion, que venia en sentido contrario,paso rozando las barandas del otro camion, y arrollo salvajemente al ciclista, tirandole bajo las ruedas de un bus que venia tras el. El bus no respondio a los frenos aplicados por su conductor, y los pasajeros gritaron de horror, al ver un trozo de bicicleta pasar volando frente a sus ventanillas, doblada en un increible ocho. El ciclista grito, al estrellarse contra el bus. Pero poco demoro ese grito de espanto, pues el ciclista se desintereso de todo, al desparramarse sus sesos, rota su caja craneana en el parabrisas del bus. El chofer debio hacer funcionar los limpiaparabrisas ,a fin de mirar hacia adelante. Restos de sesos caian hacia abajo, y una pasajera encinta grito,aterrada, mientras le venian los dolores de un parto prematuro. Un pasajero corrio hacia el chofer, y trato de ayudarle a frenar, pero solo consiguio que el vehiculo, sin perder la velocidad, se fuera a estrellar contra el cristal de una panaderia, atestada de gente. Derribo la mole del bus cristales y mamparas, y arrojando a un lado y otro cuerpos de damas, deshizo su camino la caja del local; su ocupante, la cajera, grito espeluznada al ver ese monstruo mecanico, pero nada pudo hacer: su cuerpo fue impactado violentamente , y arrojado contra un estante lleno de tortas de cumpleaños. El bus detuvo su carrera contra el muro del fondo del local, aprisionando asi a mas de siete personas, que quedaron hechas una masa sanguinolenta. El chofer, ileso, bajo del vehiculo, en medio del polvo y los gritos destemplados de mas de una cincuentena de damas, que habian visto todo, pero que no habian sido impactadas por el bus, gracias a hallarse fuera de su angulo de ataque. Pero no pudieron gritar por mucho mas tiempo: el bus ,dañado en el motor, prendio fuego, y estallo, a poco, el tanque de la bencina. Todo el local se transformo en una sucursal del Infierno, y aun hasta el chofer, que habia quedado , hasta entonces, ileso, vio su vida tronchada por el liquido inflamable, que le lamio, con lengua de fuego, el rostro y las ropas.