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Presenta el:
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La presente tesis propone que la incidencia en política pública puede darse con mayor
eficacia a través de acciones colectivas con enfoque de desarrollo social, esto en
comparación con otras propuestas unisectoriales. Es así que a partir del caso de la gestión
de residuos sólidos urbanos en el municipio de Zapopan, Jalisco, se conjuga una propuesta
de incidencia intersectorial basada en el potencial endógeno de la comunidad, esto en
detrimento de las posturas individualistas. El afán del documento es contribuir en la
migración hacia un paradigma de mayor sustentabilidad.
ABSTRACT
This thesis proposes that the impact on public policy can be more effectively achieved
through collective action with a social development approach. Therefore, single-sector
proposals are taken as suboptimal alternatives. Thus, by using the case of municipal solid
waste management in Zapopan, Jalisco, the current work presents a proposal of collective
policy advocacy. This is based in endogenous communitarian potential that lessens
individualistic attitudes. This is done in order to build up a more sustainable paradigm.
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA.
El que suscribe, Dr. Gerardo Bernache Pérez, Director de tesis sustentada por el
Lic. Luis Carlos Mercado Maciel, "LA ACCIÓN COLECTIVA COMO ELEMENTO DE
INCIDENCIA EN POLÍTICA PÚBLICA: EL CASO DE LA GESTIÓN DE RESIDUOS
SÓLIDOS URBANOS EN EL MUNICIPIO DE ZAPOPAN, JALISCO" registrada con el
no. 014/11/10, hace de su conocimiento que habiendo efectuado el seguimiento del
proceso de investigación del tesista y revisado el producto final, considera que ésta
cumple con los requisitos para presentar el examen de grado
ATENTAMENTE
“PIENSA Y TRABAJA”
“2010 bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana”
__________________________________
DIRECTOR DE TESIS
“La tolerancia y la inteligencia para que dos
formas de organización radicalmente distintas
se conozcan y se comprendan parecen claves
para el éxito de este tipo de proyectos”.
AGRADECIMIENTOS V
INTRODUCCIÓN VII
JUSTIFICACIÓN XII
PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN XV
PREGUNTA GENERAL XV
PREGUNTAS ESPECÍFICAS XV
OBJETIVOS XVI
OBJETIVO GENERAL XVI
OBJETIVOS ESPECÍFICOS XVI
HIPÓTESIS XVII
METODOLOGÍA XVIII
I
CAPÍTULO 2. ELEMENTOS PARA UNA GESTIÓN DE RESIDUOS MÁS SUSTENTABLE EN MÉXICO 100
II
3.3.3.2 El paradigma sanitario de la gestión de residuos y la visión del director de aseo público de
Zapopan 224
BIBLIOGRAFÍA 278
III
ANEXOS 289
IV
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar agradezco a toda mi familia por recibirme cada que voy a refugiarme a
Colima. En específico: a mi papá, por todo su apoyo y por haber insistido en la
perseverancia, valor sin el cual no se puede aspirar a culminar esta labor, gracias por
aconsejarme bien en mis momentos de duda. A mi mamá, por los ánimos brindados
durante todo este tiempo en incontables charlas telefónicas, y por mantenerme vinculado
a las novedades familiares, ya platicaremos con más calma en estas navidades. ¡Ánimo
con tu Licenciatura! A mi hermana Ale, por comprender en lo que deriva esto del grado
académico: en un librito y muchos achaques. Y también por haber compartido conmigo
una infancia sin telecable, pero eso sí, llena de buenas obras literarias. ¡A ver qué sale!
También quiero mencionar a mis abuelas, Catalina y Guillermina, y a mis abuelos, Miguel
(q.e.p.d.) y Carlos (q.e.p.d.), por la convicción que me inculcaron, desde que tengo
memoria, de que la educación es indispensable para lograr nuestros objetivos en la vida.
Tienen toda la razón.
Especial mención merecen mis compañeros de Maestría: Ana, Nora, Paulo, Úrsula, Cony,
Rosy, Toño y Blanca. Los admiro por no rajar en todo este tiempo y por haber nutrido mi
postura a través de innumerables comentarios, acotaciones, confrontaciones, críticas
constructivas (y también las destructivas), experiencias, fiestas, textos, libros, etcétera.
¿Quién iba a creer que acabaría agradeciéndoles por atacarme ideológicamente todos los
jueves y viernes con ejemplar saña? Así es la ciencia… la de verdad.
Agradezco con singular nostalgia a la Maestría en Gestión y Desarrollo Social, porque fue
suelo fértil para que germinaran todas aquellas dudas que mi experiencia de 23 años me
había dado. Respuestas no me dio, pero mejores preguntas sí, y eso ya es un gran avance.
Esto no hubiera sido posible sin las valiosas perspectivas de mis profesores y profesoras:
Igor, Juan Diego, Gastón, Lupita Moreno, Ramón, Claudia, Fletes, Leti, Antonia, Rita,
Sustay, Erika, Lupita López, Villarruel y Fernando. No puedo describir mi agradecimiento
más que afirmando que elegiría una y mil veces otra vez este programa. Espero algún día
retribuir algo de todo lo que recibí.
Quedo en deuda con el Dr. Gerardo Bernache, del Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social (CIESAS), cuya postura e investigaciones en materia de
residuos sólidos fueron esenciales para iniciarme en este campo de estudio. Gracias por la
dirección, sin la cual me hubiera empecinado en seguir un par derroteros infructuosos.
También agradezco a la Dra. Claudia, por ayudarme a reconocer la importancia de la
V
educación en el desarrollo social. Fue un aporte determinante que espero haber plasmado
en esta tesis. Gracias.
A mis amigos y amigas, cuya amistad demostró ser fuerte a pesar de tanto abandono y
tanta distancia en estos años: Temo, Leguer, Andrea, Margarita. ¡Prometo dar lata más
seguido de aquí en adelante!
Finalmente, agradecer a las instituciones que de una u otra manera hicieron posible este
trabajo:
A la red de Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRESOL), por haberme brindado una
formación especializada en gestión de residuos. En verdad fue algo invaluable.
Al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), por el apoyo brindado durante este
periodo de dedicación exclusiva al posgrado.
VI
INTRODUCCIÓN
Para lograr fundamentar una transformación que involucra a una gran cantidad de actores
sociales de los sectores gubernamentales, empresariales, sociales y académicos, hemos
establecido un marco teórico que nos permita lidiar con esta tarea. En el primer capítulo
podemos observar cómo la acción colectiva se ha postulado como la manera más factible
de lograr esta evolución de un servicio público municipal que tradicionalmente ha sido
problemático y plural, pero no complejo. Así, se demuestra a partir del apoyo en distintos
asideros teóricos, que la vinculación intersectorial es capaz de promover pautas más
sustentables de comportamiento, siempre y cuando exista un potencial sustitutivo en la
comunidad, el cual permite que las prácticas ineficientes sean gradualmente
reemplazadas.
1
Entendida la visión sanitarista como el enfoque en el que la gestión de residuos tiene como finalidad
mantener la higiene e imagen del municipio, sin considerar el impacto ecológico y económico de dicha
actividad.
VII
útil para categorizar las prácticas afines a nuestra postura, también presenta una singular
ambivalencia.
Dicha dualidad está representada por la capacidad conceptual para también detectar
aquellas omisiones que provocan que los actores sociales incurran en errores ya
documentados, esto último en distintas etapas de las políticas públicas de gestión de
residuos.
Posterior a eso, en el capítulo sexto hemos aislado un par de tendencias claras que, a
través de la conjugación de las diversas voces y posturas documentadas, se nos revelan
como premisas a considerar para el futuro. En primer lugar tenemos el aumento de la
densidad de infraestructura urbana de acopio de residuos revalorizables, y en segundo
lugar, la migración del epicentro de la recolección informal, es decir, la salida de los
pepenadores del basurero y su arribo a las calles, donde se encuentran con los
carretoneros, quienes también tienen una historia en la urbe.
Un par de apuntes previos que vale la pena considerar antes de la lectura de este texto, es
que nos hemos centrado en la GRSU2. Así, hemos decantado múltiples vertientes de los
residuos sólidos, tales como son los de manejo especial, los peligrosos, y otros que se
suman al amplio espectro de los residuos sólidos.
2
Siendo los residuos sólidos urbanos la suma de los residuos municipales y la recolección contratada.
Entendidos los residuos municipales como los residuos domiciliarios (de casas y pequeños comercios) y los
de parques y jardines, plazas, calles, mercados y tianguis, así como edificios públicos y otros.
IX
Asimismo, y con la finalidad de facilitar la lectura del presente documento, es necesario
especificar que cada uno de los tres primeros capítulos responde a sendas preguntas de
investigación. De esta manera, la respuesta a la cuarta pregunta es trabajada en el
capítulo sexto, así como en nuestra propuesta de acción. De esta manera, los capítulos
cuarto y quinto se revelan como complementos que coadyuvan a fundamentar y dar
mayor coherencia interna al documento.
Por otro lado, es de mencionar que cada capítulo puede resultar apetecible para distintos
públicos. Así, el capítulo uno puede ser especialmente llamativo para aquellos
profesionales de las políticas para el desarrollo, así como para estudiantes y académicos.
El segundo y tercer capítulo incumben sobre todo a los funcionarios municipales y
estatales que son responsables de la gestión de los residuos en sus regiones. Los casos
documentados y el análisis realizado contiene elementos que sus homólogos consideran
como relevantes, de ahí que su conjugación en este texto pueda ser especialmente
llamativo para estos servidores públicos, así como para otros actores privados de la
gestión de residuos, por ejemplo: recicladores, recolectores, concesionarias,
organizaciones ecologistas, y otras. El capítulo cuarto, por otro lado, lidia casi
exclusivamente con la cuestión jurídica, por lo que su lectura es una mera descripción del
marco legal pertinente a la presente tesis. En el capítulo quinto encontramos un rescate
conceptual de categorías de la educación social, adaptadas a nuestra propuesta de
incidencia en política pública desde un enfoque de desarrollo social, de ahí que sea una
lectura pertinente para los y las interesadas en este campo de estudio. Finalmente, el
capítulo sexto representa un esfuerzo por sintetizar en breve las dos tendencias
detectadas a lo largo de la investigación, este último capítulo, junto con las
consideraciones finales, son recomendables como lectura para cualquier público, ya que
se trata de una concreción digerible y carente de terminología especializada.
X
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Decir que existen vacíos en un campo de estudio es ya un lugar común en política pública
para el desarrollo social. Es por ello que hemos tomado un problema muy concreto y
cotidiano para visibilizar cómo las “lagunas” en esta disciplina, no son más que
generalizaciones en espera de ser ceñidas a casos específicos.
El desarrollo social no puede ser generalista. De ahí que en el presente documento nos
hagamos cargo de una vertiente muy específica de una línea de investigación: “Desarrollo
social, vulnerabilidad, educación y sustentabilidad”. Dicha veta es la de la gestión de
residuos sólidos urbanos, la cual nos provee de escenarios conflictivos cuya
problematización nos lleva a cubrir todos y cada uno de los componentes de la línea de
investigación.
XI
Es en esta disyuntiva en que se inserta la presente investigación, la cual aspira a inclinar la
balanza a favor de una gestión de residuos más sustentable, comunitaria, menos
depredadora e individualista. En otras palabras, una gestión de residuos con enfoque de
desarrollo social.
Para lograr esto, se requiere incidir en la forma en que los gobiernos, los habitantes, las
empresas y las organizaciones de la sociedad civil perciben la gestión de residuos. Para
imponerse a un problema tan generalizado, no basta con ejecutar proyectos
voluntaristas. Se requiere modificar la política pública de gestión de residuos. De ahí que
el quid de este documento se dirija hacia la búsqueda de alternativas de incidencia sobre
todos y cada uno de los sectores de la sociedad.
XII
Justificación
La generación de residuos sólidos es un problema que requiere urgente atención. En
México, cada día aumenta el volumen de residuos generados por habitante. Al mismo
tiempo, la población también crece. Estos dos factores magnifican el impacto ambiental
negativo que se produce en los sitios de disposición final3, donde se entierran los residuos
generados por los habitantes de la ciudad.
Los problemas ecológicos que emanan de los sitios de disposición final son sólo la punta
de un iceberg. El escurrimiento de lixiviados a las cuencas hidráulicas, la emanación de
gases de efecto invernadero y los focos de infección latentes, son la parte más conocida
de la historia. Se les puede considerar la causa de distintas afectaciones, por ejemplo: el
envenenamiento de los mantos acuíferos (de donde extraemos el agua que consumimos),
el calentamiento global y la propagación de enfermedades.
A pesar de esto, si planteamos que los sitios de disposición final son la causa de los
problemas, entonces la solución radicaría en minimizar su impacto ambiental negativo
hasta niveles social, económica y políticamente aceptables (a través de la construcción de
múltiples rellenos sanitarios). Sin embargo, ya se mencionó que los sitios de disposición
final son sólo la punta de un iceberg, debajo del cual se oculta el núcleo del problema.
3
Los sitios de disposición final son los lugares donde se depositan los residuos recolectados en los pueblos y
ciudades. Existen distintos tipos de sitios de disposición final, los cuales se describen a continuación de
manera enunciativa no exhaustiva: los vertederos a cielo abierto no tienen ningún tipo de control sanitario,
los vertederos controlados que cuentan con algún tipo de control de acceso pero pocas o nulas medidas
higiénicas y de cobertura diaria de los residuos, y los rellenos sanitarios que cuentan con control de acceso y
una membrana plástica que evita la contaminación del subsuelo, canales y fosas para captación de
lixiviados, orificios para la extracción de gases de efecto invernadero y cobertura de los residuos con una
capa de tierra al final de cada jornada, entre otras características.
XIII
existiera, y sin cuya cooperación no se puede aspirar a encontrar soluciones. Dicho sujetos
son los habitantes del territorio.
Dicho lo anterior, se puede definir que un sistema de GRSU adaptado a la compleja trama
de actores que interactúan de manera simultánea en distintos contextos del municipio,
debe tener una composición heterogénea y sinérgica. Así, el estudio de las distintas
vinculaciones intersectoriales, se presenta como una línea de investigación elemental para
bosquejar las características de los futuros modelos de GRSU municipal que desfasarán
gradualmente a los actuales.
4
Una práctica de sustentabilidad real que se considerará en el presente estudio es la recolección específica,
la cual se refiere a la recolección de residuos sólidos de acuerdo a su futuro uso productivo/comercial. Esto
es, al contrario de la recolección selectiva, la cual se refiere a la recolección de residuos de acuerdo a su
clasificación conceptual (orgánicos, inorgánicos y sanitarios), ya que este último tipo de clasificación resulta
insuficiente para garantizar la homogeneidad y limpieza de origen que se requiere para evitar que el residuo
sea enterrado en un sitio de disposición final, y pueda ser reintroducido en ciclos productivos.
XIV
Preguntas de investigación
Pregunta general
¿Qué elementos debe contener una política pública con enfoque de desarrollo social que
sea capaz de vincular colectivamente las prácticas sustentables de GRSU en el municipio
de Zapopan?
Preguntas específicas
1. ¿Cuáles son los criterios para definir una política sustentable con enfoque de
desarrollo social?
2. ¿Cuáles son las prácticas no institucionalizadas que, a pesar de no ser
consideradas por la actual política pública, introducen elementos de
sustentabilidad en la gestión municipal de RSU?
3. ¿Qué elementos de la actual política de gestión de RSU, fundamenta las
prácticas institucionalizadas existentes?
4. ¿Cuáles son algunos itinerarios posibles para transitar hacia un paradigma
ecológico de GRSU en el que las prácticas sustentables no institucionalizadas
sean contempladas en la política pública?
XV
Objetivos
Objetivo general
Fundamentar la generación de una política pública con enfoque de desarrollo social y con
la capacidad para vincular colectivamente las prácticas sustentables de gestión de RSU en
el municipio de Zapopan.
Objetivos específicos
XVI
Hipótesis
La acción colectiva es la forma de incidencia en política pública más factible para transitar
hacia la institucionalización de un paradigma ecológico de la GRSU en el municipio de
Zapopan.
La premisa básica del presente estudio radica en la creencia de que existe potencial para
mejorar los sistemas de GRSU a partir de la implementación paralela de prácticas
sustentables ya documentadas que fomentan comportamientos compatibles con un
enfoque de desarrollo social, mediante la promoción de acciones colectivas que
involucran a actores pertenecientes a los gobiernos, empresas privadas y grupos de la
sociedad civil.
XVII
Metodología
En este estudio se utilizan distintos métodos y técnicas, dependiendo de la etapa
del proyecto de investigación. La primera fase consistió en la aplicación de un cuasi-
experimento5 en el que se recolectaron de residuos reciclables en treinta casas durante
ocho semanas en el municipio de Guadalajara, durante los meses de Abril y Mayo de
2008. El desarrollo y los resultados de esta etapa ya fueron publicados en Mercado Maciel
(2010). De manera simultánea se inició un proceso de observación participante que
continuó durante 18 meses después de terminado el cuasi-experimento, para completar
una duración total de 20 meses.
Durante la fase de observación participante se tuvo la oportunidad de conocer el
funcionamiento, la idiosincrasia y los distintos actores que confluyen en la amplia variedad
de escenarios que configuran el universo local de los residuos sólidos. Entre dichos
escenarios y actores, tenemos: las calles en las que se realiza la recolección, el interior de
las casas que almacenan sus residuos reciclables, los centros de acopio informales que se
concentran en los alrededores de sitios de transferencia y/o disposición final, las
empresas recicladoras y las empresas formales de acopio y clasificación de papel y cartón,
metales, plásticos, vidrio. En la misma etapa también se tuvo la oportunidad de analizar el
comportamiento en el interior de la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo
Sustentable (SEMADES), así como de los departamentos de aseo y limpia de Zapopan y
Guadalajara, además de una breve vinculación con una consultora de SEMARNAT.
El acceso al campo fue posible gracias a las funciones de recolección comercial que
se realizaron durante dicho periodo de tiempo, lo que nos permitió interactuar y
cuestionar de manera natural a los distintos actores, sin que esto provocara un sesgo en
sus respuestas al saberse investigados. El acceso al interior de SEMADES y a la vinculación
con SEMARNAT, se consiguió gracias a la pertenencia a una red de promotores
ambientales llamada GIRESOL. Dicha red facilitó la integración con SEMADES en uno de
sus proyectos, facilitando la entrada a ese campo gubernamental. El proceso para acceder
5
Entendiendo al cuasi-experimento como la versión de las ciencias sociales, en lo que se refiere a los
experimentos que existen en las ciencias exactas. La diferencia radica en que, en nuestra versión, se admite
la preexistencia de factores que escapan a nuestro control y que inciden sobre los resultados. Así,
sostenemos que en ciencias sociales no existen los experimentos puros.
XVIII
a la red GIRESOL requirió de capacitación y asistencia a tres encuentros en la Ciudad de
México, entre los meses de Marzo – Septiembre de 2009. Fue también gracias a la
pertenencia a dicha red, que se lograron obtener algunos de los testimonios referidos en
el capítulo dos.
La observación participante fue un método exitoso para conseguir información
que, de otra manera, no se hubiera podido conseguir. Sin embargo, cabe mencionar que
dentro del procesos de observación participante se estuvo en riesgo de sesgar la
obtención de datos debido a la tendencia a “hacerse nativo” (Flick, 2007, pág. 157) y la
consecuente pérdida de criticidad por parte del investigador. No obstante, se puede
afirmar que cualquier dosis de natividad obtenida no fue más que la requerida para
continuar con la observación participante sin que se perdiera la naturalidad de los actores
del entorno analizado.
La etapa de observación participante se puede dividir en dos secciones: una de
baja y otra de alta intensidad. La de alta intensidad comprende los meses de Abril de 2008
a Abril de 2009. Durante dicho periodo se realizó observación participativa diariamente.
Después, durante el periodo de baja intensidad que comprende los meses entre Mayo y
Noviembre de 2009, la observación participativa ocurrió de manera eventual.
La siguiente fase consistió en una revisión bibliográfica de distintas fuentes que
tratan el tema de los residuos sólidos desde diferentes enfoques, también se realizó un
análisis longitudinal de las noticias publicadas respecto a la temática de los residuos
sólidos en la región, una tercera fuente de información fueron las ponencias presentadas
en distintos encuentros de expertos en residuos sólidos.
La revisión bibliográfica ha sido útil para contrastar la experiencia obtenida en la
etapa anterior de la investigación. Así, a partir de la revisión de modelos de gestión de
residuos sólidos, legislación, documentos técnicos, distintas conceptualizaciones, y otras
dimensiones del fenómeno estudiado, ha sido posible enriquecer la propuesta que se
presenta en el presente texto.
Pasada la etapa de revisión de fuentes de segunda mano, se continuó con la cuarta
y última etapa del estudio, que consistió en la aplicación de entrevistas semiestructuradas
a dos funcionarios del ayuntamiento de Zapopan, dos empresas privadas del sector del
XIX
reciclaje, un carretonero, un propietario de un centro informal de acopio y un funcionario
del gobierno estatal. Cabe aclarar que en lo que se refiere a las entrevistas
semiestructuradas a funcionarios del ayuntamiento de Zapopan, en específico al director
del departamento de aseo y limpia y a un responsable del relleno metropolitano
Picachos, se realizaron sendas solicitudes de información, con la finalidad de obtener
información presupuestal y de recursos humanos, previo a las entrevistas.
La entrevista semiestructura nos fue útil como herramienta de recuperación de
información de tipo cualitativa. Nos dio flexibilidad para adaptarnos al discurso de los
entrevistados y profundizar en cuestiones de capital importancia que no se hubieran
considerado previamente.
Queda por explicar la selección de los informantes clave. Se buscó que los
entrevistados fueran personas con trayectoria en la gestión de residuos. La elección de
determinados actores fue filtrada por los 20 meses de observación participante, así
pudimos discriminar a aquellos cuya opinión está limitada por una corta experiencia.
Asimismo, es necesario brindar el argumento que nos llevó a centrarnos en el
municipio de Zapopan. Este tiene que ver con la viabilidad del estudio, debido a que en
Guadalajara se encuentra privatizado el servicio de recolección y disposición final de
residuos municipales. Derivado de eso, existe mayor opacidad y dificultad para acceder a
la información, de ahí que este municipio fuera descartado. Por otro lado, Zapopan se
presentó como un candidato con mayor transparencia, facilidad de acceso y libre de
concesionarias, por lo que fue seleccionado. Además, cabe mencionar que es el único
municipio que dispone de la mayor parte de sus residuos sólidos en su propio territorio, y
sin estar sometido financieramente a la capital del estado, motivo por el cual tiene una
perspectiva privilegiada de la cuestión en general.
Finalmente, es necesario aclarar que el cuarteto de etapas en la presente
investigación, obedece a la necesidad de obtener una alternativa a la validación. De esta
manera, nuestra “triangulación metodológica” (Flick, 2007, pág. 244) y los distintos
contrastes y complementariedades obtenidas en cada fase, actúan como un proceso de
vigilancia epistemológica, la cual no se puede decir que sea exhaustiva, sin embargo, nos ayuda
a garantizar por lo menos la consistencia de la lógica interna de la investigación que se presenta.
XX
CAPÍTULO 1. La acción colectiva como herramienta de política pública para el desarrollo
social
En este sentido, se han tomado las carencias documentadas de las políticas públicas como
indicadores de optimización. A pesar de que dichas carencias, fallas e ineficiencias ya se
encuentran publicadas, la novedad del presente apartado radica en la conjugación de
estos hallazgos. Gracias a esto, se han generado trece dicotomías y tricotomías
conceptuales, a través de las cuales pretendemos ilustrar la sinergia de factores que
contribuyen al fracaso de políticas públicas en las distintas etapas de su ciclo de vida,
siendo estas últimas la base para la clasificación de los grupos conceptuales.
Cada etapa del ciclo de las políticas públicas irá acompañada de una serie de
descripciones generales que nos permiten conjeturar, en un sentido genérico, el objetivo
de dicha fase. Después, se profundiza en las dicotomías y tricotomías conceptuales que
hemos adscrito a la etapa en cuestión.
2
1.1 Etapa I: Establecimiento de la agenda
La agenda de políticas públicas delimita el espectro de asuntos a los que se les considera
de atención prioritaria. No obstante, incluso dentro de estos, existen algunos que se
colocan por encima de otros y diversas razones influyen para ello. La relevancia del
análisis de dichos motivos y sus promotores, es la justificación para considerar el
establecimiento de la agenda. Así:
Cada marco implica una simplificación de la realidad. En otras palabras, nos ofrece una
herramienta abstracta para comprender los problemas y proponer soluciones. El hecho de
que se trate de una abstracción ya nos dice mucho acerca de su vigencia respecto al
problema social, esto debido a que un enfoque o marco de análisis está siempre
desfasado de la realidad. Si a esto sumamos la influencia que se recibe de otros enfoques
3
y marcos que en su momento se generaron para resolver otros problemas (debido a la
permeabilidad de los enfoques), entonces obtenemos una serie de visiones sobrepuestas
de limitada profundidad explicativa:
Como quedó demostrado con el original estudio de Allison (1971) sobre la crisis de
los misiles en Cuba, las decisiones en torno a este episodio pueden interpretarse a
través de una diversidad de "lentes", cada uno construye una historia distinta de lo
que sucedió en "realidad" (Parsons, 2007, pág. 274).
Es ingenuo concebir un primer y único diseño que logre ser funcional y además
4
consiga automáticamente imponer su propia lógica a las instancias participantes en
un proceso transparente y exento de problemas de coordinación inter e intra-
institucional, máxime si ésta se desarrolla en un sistema democrático. Una
respuesta más acertada se encuentra en la capacidad de adaptar las estrategias y
acciones del programa, con base en los resultados obtenidos y en el análisis de sus
prácticas comunes - formales e informales – en un proceso de crítica y renovación
constante (Roidriguez Wallenius y García Vázquez, 2003, pág. 113).
5
While most political language has little to do with how well people live, it has a
great deal to do with the legitimation of regimes and the acquiescence of publics in
actions they had no part in initiating (Edelman, 1985, pág. 12).
The language of promises that desired political goals will be reached similarly
illustrates the sense in which language constructs what people experience as their
subjetivity. *…+ Promises of peace, prosperity, and other inversions of current fears
win support for actions portrayed as the avenues to this brighter future. These
‘means’ consist very largely of unequal sacrifices in the present: cuts in social
benefits, restrictions on civil liberties, unemployment, taxes, military drafts, and
wars (1985, pág. 16).
6
Respecto a la opinión pública, los ciclos de atención y su incongruencia conceptual para las acciones
colectivas, se profundiza más adelante en el apartado: “El desarrollo local como amortiguador de los ciclos
de atención”.
6
engloba a distintas élites, algunas más plurales y numerosas que otras. En este sentido,
Crozier nos propone que no se trata de desgastar el análisis de agenda en lograr el
máximo apoyo para una sola cosa, sino de invertir en la construcción de un “mínimo
aceptable” para todas las temáticas:
¿Cómo debemos actuar entonces? Prescribir, castigar, quitar a éste para dar a
aquél son otras tantas intervenciones a menudo tan bárbaras como ineficaces.
Con el transcurso del tiempo la única solución válida consistirá en desarrollar
regulaciones que garanticen de un modo automático el mínimo aceptable y en
influir en el espíritu público para que cambien los criterios de evaluación de lo que
es tolerable (Crozier, 1989, pág. 130).
Un obstáculo que salta de inmediato a la vista, respecto a la postura de Crozier, es que los
mínimos aceptables pueden variar mucho. Existe desigualdad entre el grado de adelanto
de las diferentes temáticas, y esto es hasta cierto punto, algo normal. Así, una propuesta
de solución a este conflicto es que cada tema de la agenda pública debe iniciar su
optimización desde su nivel inicial, sin invertir previamente en un proceso de
“homogeneización”7 basado en la inyección de capital financiero exógeno ya que, como
ilustra Figueroa (2003, pág. 232), esta inversión sólo exacerbaría las desigualdades
iniciales. Entonces, si no se puede apostar por el establecimiento de mínimos aceptables
en el sentido monetarista de la propuesta, ya que se provocarían peores males, ¿qué
opciones quedan para construir una agenda pública que camine hacia la mejora social?
Dror propone que: “La gobernancia tiene que tratar de hacer que lo necesario sea factible,
educando al pueblo, mejorando la cultura política y proponiendo nuevas formas de
expresar la voluntad democrática” (1996, pág. 133). Esta opción resulta de provecho, ya
que brinda la posibilidad de que los problemas que las poblaciones perciben como
7
La homogeneización puede ser contraproducente: el crecimiento económico de un municipio puede traer
consigo problemas de sedentarismo, obesidad, movilidad, ruptura familiar, migración. Las temáticas de la
agenda pública, al estar vinculadas, poseen interacciones cuyo potencial puede proveernos de resultados
nefastos. Un ejemplo clásico de homogeneización de mínimos aceptables es el programa “Pisos firmes” de la
Administración Pública Federal.
7
prioritarios, sean solucionados a partir de decisiones locales. No obstante, el mismo Dror
nos da un argumento que sabotea lo que él mismo propone, ya que propone una postura
pedagógica8 pasiva por parte de los interesados, pues se basa en medios de comunicación
masiva (cuyo diseño implica control sobre lo que se aprende), o en procesos formales de
educación desapegados de la realidad cotidiana, en síntesis, para mejorar la participación
informada de la sociedad, en la formación de la agenda, Dror propone:
II Cursos revisados de educación cívica para escuelas que analicen con mayor
profundidad temas de envergadura, incluidos los asuntos globales, y pongan
especial empeño en que los alumnos aprendan a pensar en temas complejos”
(1996, pág. 204).
Decimos que Dror incurre en una incoherencia debido a que su propuesta no es más que
una herramienta de manipulación indirecta de la opinión pública, con una novedad: la
educación facilita el proceso de “convencimiento”, ya que los argumentos de los políticos
son interiorizados por la población durante su exposición a los medios masivos y a la
currícula escolar. Así, no queda más que dar “buenas razones”, como nos explica Edelman:
"What is accepted as a ‘good reason’ tells nothing about the cogency of its argument but
is a sensitive index to the problems, aspirations, and social situation of its audience"
(1985, pág. 17). Así, cuando la población recibe argumentos comprensibles acerca de un
tema del que ya escucharon, lo apoyan. Y no lo apoyan por conocerlo a fondo (como
supone Dror), sino simplemente porque lo creen.9
Otro punto que bien vale la pena debatirle a Dror, en lo que se refiere al establecimiento
8
Nuestra postura pedagógica se define en el capítulo 5.
9
Esta afirmación será fundamenta más adelante en el apartado: “Los mecanismos de la creencia: la
persuasiva política verbal”.
8
de la agenda pública, es la propuesta (insostenible) de que:
“En los países en desarrollo, el papel de los gobernantes es aún más decisivo debido
a la necesidad inherente de reestructuración sociopolítica y de conducción del
desarrollo social, así como a numerosas características de los cursos de acción
política del desarrollo” (1990, pág. 159).
Dicha afirmación, asume que sólo los recursos humanos que pertenecen al gobierno
están calificados para “conducir” el desarrollo social, lo cual es falso.10 De esta manera, al
pretender colocar a las élites políticas como timoneles de la “reestructuración
sociopolítica”, se da pie, como ya se explicó, a problemas con el establecimiento de una
agenda que represente la complejidad de una sociedad que se pretende mejorar de
manera integral. Esta postura nos remite a un problema básico, ya que al seguir un
esquema “de arriba hacia abajo”, se cae en dificultades como las ya descritas y como la
que se menciona a continuación.
10
Esta afirmación será fundamentada más adelante en el apartado: “La dispersión intersectorial de los
recursos humanos: la pérdida del monopolio Estatal”.
9
desprestigiados, así que en lugar de modificar el planteamiento del problema, este se
solidifica aún más, y así se envía el problema de regreso a “las provincias”. De esta
manera, a las comunidades se les culpa no sólo de la complicación inicial, sino de los
inconvenientes que se crean cuando la solución enviada no funciona. Al respecto de esta
“inflexibilidad” institucional tenemos el siguiente comentario:
"Un estilo rígido de análisis que insista en definir primero el problema antes de
buscar sus posibles soluciones llegará a problemas sin solución. Para evitar esta
trampa, lo más sencillo es encontrar un método de análisis menos rígido que no lo
encierre prematuramente a uno en una definición muy particular del programa"
(May, 1993, pág. 238).
11
“Arriba hacia abajo” se entiende como: “desde el gobierno para la población”, y viceversa.
12
Para ilustrar esta afirmación podemos utilizar el ejemplo del pepenaje: El problema de los residuos sólidos
no puede ser definido sin categorizar la importancia de esta actividad informal, y debido a ello, la solución
tampoco puede ignorar a los actores sociales que se dedican a esta actividad productiva. Así, la
10
Las categorías propuestas son comprensivas y no normativas, esto es: sirven para
designar fenómenos y para ubicarlos en un marco explicativo más amplio, no para
indicar cómo debería comportarse la realidad, a lo sumo sí para orientar la reflexión
hacia lo que podríamos aspirar (Canto Chac, 2006, pág. 411).
A pesar de las dificultades que presenta, la generación de una agenda desde lo local ha
demostrado ser más eficiente que los esquemas anteriores. Su popularización obedece a
los resultados que ha brindado en los municipios donde se ha aplicado. Esta forma de
diseñar la agenda pública también obedece a la complejización de una sociedad que exige
más de las instituciones locales, como bien concluye Guillén López:
categorización del problema en la definición del mismo, nos proporciona elementos para sus posibles
soluciones. Se profundizará en estos “itinerarios” de solución en el capítulo final de esta tesis.
11
instituciones de gobierno que requieren dar resultados aún en entornos desventajosos.
Así, en escenarios hostiles y de incertidumbre, las instituciones locales deben cerrar filas
para acrecentar sus fortalezas y disminuir las debilidades. Esta enseñanza también ha sido
documentada por Cabrero Mendoza, quien el respecto concluye: “La nueva gestión
municipal busca en la participación ciudadana su mística de gobierno, los esquemas de
cogestión se encontraron en todos los casos analizados” (1995, pág. 360).
De esta manera, desde su génesis, las organizaciones de la sociedad civil han seguido una
curva de aprendizaje, ya sea a través de movimientos efímeros o de grupos estables, sus
aportaciones en la definición de las problemáticas locales son invaluables, su
conocimiento del entorno y de los actores sociales es una ventaja que no se puede
despreciar. De esta manera, y debido al poder hegemónico que puede alcanzar este tipo
de organizaciones13, se propone que el posicionamiento de temas en la agenda pública
debe estar legitimado por su fundamentación en acciones colectivas ancladas en
instituciones de la sociedad civil.
Se insiste en que debe existir un anclaje en instituciones ya que se sostiene la tesis de que
estas proporcionan una base de estabilidad para mediar las relaciones sociales de los
habitantes de un territorio. Mientras que existen instituciones que pueden ocasionar
perturbaciones, otras pueden evitar que estas se generen. Tenemos la creencia de que el
estatus de una sociedad se ve materializado por la gama de instituciones que coexisten en
su territorio. Así, se propone un escenario en el que el propósito de las acciones colectivas
sea forjar nuevas instituciones especializadas en atender las necesidades cada vez más
complejas de la sociedad. Esta “fauna” institucional tiene su fundamentación en la
flexibilidad requerida para atender los problemas actuales. Acerca de esta postura,
Parsons opina que: “En ocasiones, cuando se rompe la estabilidad que rodea al tema, el
monopolio de las políticas se ve desafiado, es reconstruido o destruido, y finalmente es
reemplazado por otra serie de imágenes e instituciones dominantes (2007, pág. 233).
13
Después de haber transitado por un periodo “mediador”, las OSC puede convertirse en una hegemonía,
como se explica más adelante en la fase de implementación y evaluación.
12
Hasta ahora no hemos categorizado los enfoques de establecimiento de agenda, es decir,
no hemos “etiquetado” las posturas racionalistas o incrementalistas, ya que dicha
categorización es materia de debate en el primero de los siguientes apartados, en los
cuales también se buscará profundizar en otros conjuntos conceptuales cuya observancia
nos facilitará migrar hacia un paradigma de establecimiento de agenda pública en el que
las problemáticas se construyan a partir de posibles itinerarios de soluciones, las cuales
serán proporcionadas por instituciones de la sociedad civil que protagonizarán la gestión
de acciones colectivas intersectoriales, cuya materialización se encontrará en
vinculaciones especializadas no desprovistas de los recursos de la iniciativa privada ni de la
capacidad regulatoria del gobierno.
1.1.1.1 Institucionalismo
De esta manera, una característica del institucionalismo es que durante las transiciones
socioeconómicas puede darse lo que algunos fatalizan como: “desertificación
institucional”. Sin embargo, la metáfora eco-social dista mucho de tener alguna
fundamentación válida. Más bien se trata de una evolución de las organizaciones, ya que
estas no perecen antes de que surjan sus potenciales sustitutos.
El reto *…+ no sólo es desinstitucionalizar viejas prácticas, sino más bien se trata de
institucionalizar las nuevas; por ello se crean reglamentos, estructuras, sistemas
profesionales y departamentos o instancias no sujetos al cambio trienal. Se trata de
buscar un cambio radical enraizado en nuevas normas, reglas del juego e
instituciones. (Cabrero Mendoza, 2005, pág. 359)
14
Esto se fundamenta a partir de la extrapolación de las categorías del apartado: “Los mecanismos de la
creencia: la persuasiva política verbal”.
14
Hasta aquí, puede parecer que el hecho de fomentar un entorno fértil para el surgimiento
de instituciones puede ser una solución mecánica para generar procesos de desarrollo
local. No obstante, el factor formal organizacional sólo es un aspecto que se debe
considerar (ni más ni menos importante) para lograr un enfoque de establecimiento de
una agenda sustentable. Como bien señala Greenstein: “environments are always
mediated by the individuals on whom they act; environments cannot shape behavior
directly, and much politically important action is not reactive to immediate stimuli” (1992,
pág. 109).
Aquí vale la pena hacer una precisión acerca del significado de “costo”. No se está
hablando del tradicional costo político – electoral que sólo tiene capacidad para infligir
castigo en épocas electorales, y por lo tanto no es moneda de cambio en otros periodos.
Por “costo” aquí nos referimos a desequilibrios sociales, ecológicos y económicos en el
territorio, con capacidad para promover la inestabilidad cada hora, de cada día, hasta que
se dé resolución al asunto.
16
riesgo contribuye a la formación del dilema que se explaya en la parte final del presente
apartado.
Siguiendo esta línea, las amenazas externas no son las únicas que existen en lo que se
refiere al riesgo de corromper los productos de una institución arraigada. Desde el interior
también puede ocurrir. Al respecto, Etzioni comenta: "A political community is a
community which has (...) sufficient coercive power to countervail the coercive power of
any member unit or coalition" (Etzioni, 1968, pág. 554) .
15
En específico nos referimos a la elitización, la cual se trata en el apartado final de este capítulo.
17
1.1.1.2 Racionalismo
En este sentido, las contingencias sociales son percibidas por el enfoque racionalista como
inconveniencias no deseadas ni aceptadas. No obstante, cuando dichas contingencias
adquieren la capacidad para afectar, por ejemplo, la fundamentación de un problema
social previamente definido, en ese caso la conceptualización del racionalismo no nos
ayuda, ya que carece de categorías adaptadas para lidiar con cambios imprevistos
18
provenientes de una realidad circunstancial. Para ilustrar dicha incapacidad se puede decir
que:
Dicha analogía es fructífera porque nos permite concebir al espectro social como un
espacio en el que los elementos poseen vida e incentivos propios, y son capaces de la
improvisación, al contrario de las máquinas. Por otro lado, esta analogía tiene
limitaciones, como explaya García Sánchez:
Así, la concepción racionalista del mundo niega los factores culturales e históricos, y en
lugar de aceptar que existen categorías que escapan a la comprensión, radicaliza la
importancia de aquellos indicadores que sí se pueden medir con instrumentos y abstraer
en cifras, con las cuales se configura toda una serie de técnicas analíticas, tales como:
19
Análisis – Costo – Beneficio (ACB), previsión económica, planeación financiera,
investigación de operaciones (OP), indicadores sociales e evaluación de impactos (Parsons,
2007, pág. 423).
Es importante aclarar que las limitaciones del enfoque racionalista pueden influenciar
incluso a la más coherente forma de institucionalismo. Así, basta con desapegar a los
tomadores de decisiones de los “prácticos”, para que inicie el ciclo de degradación y
deslegitimación institucional. No obstante, la anterior afirmación puede ser comprendida
de manera errónea, el centralismo no sólo implica concentración geográfica, sino de
iniciativa. En este sentido Crozier propone que las propuestas deben obtenerse a partir de
20
la pluralidad del espectro social, si se quiere migrar hacia una agenda compatible con los
intereses de los habitantes:
Otra crítica que no podemos ignorar y que se le hace al enfoque racionalista es que, en su
inflexibilidad, rigidez y abstracción, tolera el empoderamiento infundamentado de
individuos, por ejemplo, a través de puestos en la administración pública. El hecho de que
se empodere a los eslabones de la administración dice mucho acerca de los objetivos de la
organización, ya que la estructura organizativa es un reflejo de sus propósitos. En este
sentido, una administración racionalista intenta asignar valores a sus afiliados, con la
finalidad de saber qué tanto pueden hacer para cumplir con los objetivos de una agenda
pública generada a través del mismo enfoque (y por ende, desapegada de la sociedad).
Una explicación para este fenómeno nos lo da Easton, quien afirma que:
21
Podemos imaginar un juego que solo implique variables de posición (p. ej., el
esquema legislativo formal), y suponiendo que los participantes sean individuos
racionales, preguntar por el valor de cada posición. Debido a que este valor es una
medida directa de los recursos que el individuo puede obtener del sistema gracias a
su sola posición en el juego, constituye una medida razonable de poder de esa
posición (1967, pág. 79).
16
El asunto del poder se analiza en el siguiente apartado: El poder de cotidianizar, ¿hay otro tipo de poder?
22
1.1.1.3 Incrementalismo
La postura incrementalista promete que cualquier acción que se tome puede ser abonada
con correcciones, lo que es irreversible es la decisión que llevó a tomar el curso de acción
original. Nuevamente nos topamos con un enfoque convenientemente adaptado para
garantizar que una agenda planteada por las élites, sea llevada hasta sus últimas
consecuencias, sin cuestionar las razones de fondo para hacerlo. Aguilar Villanueva
tampoco se convence de dicho enfoque ya que:
23
Debido a esto, una vez que se ha decidido que una temática sí requiere tomar acciones, el
enfoque incrementalista nos ofrece el beneficio de la flexibilidad, pero sólo después de
que la acción ha sido exhaustivamente justificada por los actores involucrados. Dicho
razonamiento tiene afinidad con lo que Lindblom menciona: “Si se le considera de manera
abstracta, la política incremental tiene un aspecto saludable. Cuando se acompaña con
secuencias de ensayo y error es una exploración inteligente” (1992, pág. 237).
Dicho beneficio sólo es válido, cómo ya se mencionó, cuando ha sido la colectividad la que
ha justificado el inicio de la política. Greenstein nos proporciona una analogía del papel
que juega el entramado institucional para lograr que a la agenda lleguen sólo aquellos
temas que incumben a la sociedad:
The capacity of actors to shape events is a variable not a constant. The sources of
variation are parallel to the determinants of success in the game of pool. The
number of balls a player will be able to sink is in part a function of the location of
the balls on the table (Greenstein, 1992, pág. 117).
Siguiendo la metáfora del billar, las instituciones fungen como obstáculos o “filtros”,
responsables de permitir que sólo se logre aquello que los habitantes del territorio
requieren. No obstante, sería utópico hablar de una institución como una entidad que
desde su génesis es eficaz y eficiente. Estas también requieren una etapa de
afianzamiento o maduración como nos indica Cabrero Mendoza: “El desafío es, pues, un
problema de oportunidad en la acción estratégica de los actores y de compromiso para
permitir la maduración de las instituciones” (2005, pág. 16).
En este sentido, el incrementalismo admite una lógica más “orgánica”, admite el azar y la
contingencia dentro de sus categorías, pero no instruye acerca de cómo disminuirlas. Sí,
es benéfico tener la oportunidad para corregir, pero es posible tener el potencial para
prevenir. Respecto a este beneficio del enfoque incrementalista, su principal exponente
nos ofrece una explicación, la cual hemos extraído de un artículo que fue redactado
cuando el mismo Lindblom aún era un acérrimo incrementalista:
24
Lograr la hazaña imposible de la sinopsis es un ideal vano y estéril. En cambio,
aspirar a mejorar el análisis de políticas con el uso de estrategias de apoyo es una
aspiración con sentido, con guía. [...] Para una personas que detesta los directorios
telefónicos, ¿memorizar todos los números telefónicos que podría necesitar alguna
vez o memorizar el conjunto más pequeño de los números que utiliza con
frecuencia. (1992, pág. 232)
Hasta aquí, se ha tratado a las políticas como si fuera posible alterarlas de manera
unilaterial, es decir, sin considerar el tejido de políticas que se entrecruzan en un
municipio, sean ecológicas, de desarrollo, de seguridad, de infraestructura o salud,
difícilmente se puede modificar una sin alterar a las demás. Aún más, no se puede aspirar
a mejorar una sin contemplar modificaciones a las otras con las que interactúa. Un
comentario puntual al respecto es el de Cohen y Franco:
Puede parecer que se le atribuyen propiedades fantásticas a una institución arraigada, por
el solo hecho de representar a la pluralidad. No obstante, la otra opción disponible es
peor, ya que se trata de la subordinación de las políticas locales a las políticas estatales,
federales e internacionales, sin ningún contrapeso oriundo del municipio donde se aplica.
Dicha subordinación, al no encontrar grupos organizados que establezcan las coordenadas
25
del debate entre lo que se puede y lo que no se puede hacer, fomenta que el municipio se
convierta en esclavo de intereses ajenos, cuya voluntad se encuentra disponible a la vista
de todos: en los textos que sintetizan las acciones de las políticas foráneas, tales como los
programas, los tratados, pactos, etcétera.
La pluralidad nos da una idea de múltiples actores, la complejidad por otro lado, ilustra de
mejor manera lo que en realidad ocurre, porque sí son múltiples actores, pero no están
estáticos cada uno en su lugar, sino que se encuentran en constante conflicto. Esta
afirmación nos señala un derrotero obligado para cualquier enfoque que aspire a generar
consensos que permitan colocar temáticas adecuadas en la agenda:
La complejidad puede ser vista como algo fatal o como una oportunidad. La complejidad
nos brinda un constante flujo de interacciones que facilitan el contacto con el espectro de
actores sociales. Sin complejidad, la sociedad no podría adaptarse al ritmo que se
requiere, no obstante, esta requiere de organizaciones que articulen su voluntad, de lo
contrario sólo serían balbuceos ininteligibles, los cuales sólo servirían para seguir
justificando un discurso tecnocrático que excluye a aquellos incapaces de manejar la jerga
oficialista.
26
Así, al no tomar en cuenta dichas cuestiones, Lindblom dejaba abierta la puerta para que,
después de que una élite tomara una decisión unilateral, la sociedad lidiara con la
insufrible e ingrata labor de componer algo que nunca tuvo el objetivo de funcionar.
Etzioni es claro respecto a esta crítica: “Cuando faltan las decisiones fundamentales, las
decisiones incrementales se vuelven un cúmulo de acciones sin sentido” (1992, pág. 273).
Siguiendo la misma crítica, otros autores han señalado que el incrementalismo promueve
únicamente los cambios superficiales. Esto es verdad ya que si las instituciones arraigadas
no son capaces de colocar sus temas en la agenda, entonces estarán condenadas a lidiar
con los desatinos de políticas cuyos promotores probablemente hayan recibido su
recompensa desde antes de que la misma política se implementara, simplemente por
hacer labor de lobby en los centros neurálgicos de poder político (por ejemplo las cámaras
legislativas).
Así, a pesar de que no podamos decir que el presente apartado sintetiza una nueva
postura, sí se contribuye a señalar determinados elementos por considerar en una teoría
más amplia que explique el funcionamiento general del establecimiento de agenda para el
desarrollo sustentable, a partir de la participación de instituciones arraigadas cuyo origen
ya fue previamente sugerido.
Finalmente, cabe hacer mención a una crítica más que se le hace al enfoque
incrementalista, y es que no existe una exhaustividad (aunque sea mínima), en el análisis
predictivo de las acciones tomadas. Es decir, se realizan los “incrementos” o
modificaciones de la política esperando un resultado pero sin molestarse en establecer
posibles escenarios, como bien señalan nuevamente Goodin y Waldner: “Tratan al mundo
como una caja negra: meten insumos de políticas en un extremo para ver qué productos
salen del otro” (1992, pág. 285).
27
En dicho sentido, nuestra postura aún comparte este rasgo con el incrementalismo, con la
diferencia de que el carácter predictivo se sustituye17 por otro descriptivo a posteriori,
aunque este está condicionado a un diagnóstico que sólo toma en cuenta aquellos
elementos detectables. Es decir, pueden existir voces lo suficientemente desinformadas
como para no ser escuchadas o paupérrimas como para no tener la energía para
expresarse, ese hecho anula el potencial de una acción colectiva. Así, una verdadera
institución arraigada debe tener la capacidad de construir los puentes necesarios para
garantizar que el consenso general sea una condición esencial. Dicha condición, aunque
sugiere una labor titánica, es la misma que le da capacidad de gestión a la acción colectiva.
Más aún, a pesar de que se realice una gran labor de consenso, la sociedad sigue teniendo
una sana opacidad, la cual sólo se revela cuando como colectividad se considera
necesario.
Nuestra propuesta para el presente apartado es demostrar que el único poder que existe
es el de la cotidianización, el cual se entiende como la capacidad para lograr que, de
manera consciente o inconsciente, se consiga que las prácticas sociales diarias sean
benéficas para los objetivos de determinados actores sociales. De esta manera, a través
de la justificación de esta postura, se pretende fundamentar que una política pública
sustentable debe buscar que las prácticas surgidas de instituciones arraigadas sean
cotidianizadas y no enfrentadas contra otras prácticas unilaterales creadas por actores
pertenecientes a un sector en específico.
Las interacciones sociales están mediadas por decisiones, las cuales se puede tomar de
forma individual o grupal. No obstante, la mayor parte de dichas decisiones son tomadas
de manera involuntaria y superficial. El individuo no tiene los recursos para explorar las
consecuencias de una decisión, o el trasfondo de motivos que generaron las alternativas
17
Se analiza la cuestión de la predictividad y los escenarios en la etapa de “Toma de decisiones”.
28
analizadas. En este sentido, el esquema neoliberal que ha promovido el agigantamiento
de las empresas privadas, también está cocinando un caldo de cultivo para supra-
colectividades que representarán, en un sentido no monetarista, los intereses de sus
agremiados. De esta manera, la práctica habitual de tomar decisiones desinformadas
convenientes a la empresa privada (pequeña colectividad que también cotidianiza sus
prácticas), será sustituida por la práctica habitual de tomar decisiones desinformadas
convenientes a colectividades más grandes, que consideren como grupos de interés a un
espectro más amplio de la sociedad, y cuya pluralidad coercionará también a los
disidentes internos.
Easton nos dice que: “El concepto de poder es uno de los conceptos explicativos
fundamentales para el estudio de la elección social” (1967, pág. 67). Esta afirmación debe
ser acotada, ya que, como se mencionó en el párrafo anterior, el poder sólo es
fundamental en la medida que cotidianiza las nuevas prácticas. Los despliegues de fuerza
que se realizan bajo formas esporádicas, por ejemplo: manifestaciones, boicots o
campañas mediáticas, introducen una pseudocotidianización, ya que no ofrecen una
alternativa, sino el regreso a un status ya conocido. La principal crítica que se le puede
hacer a estas pseudocotidianizaciones es que sólo son factibles cuando en el escenario:
29
(1997, 2004 y 2008) y las demandas son las mismas" (EFE, 2008). De esta manera, no
pretendemos descartar tajantemente los recursos de manifestación popular, sino
establecer el marco bajo el cual pueden funcionar e identificar las situaciones en las que
no tienen potencial transformador.
Una vez que ha quedado claro que ciertas acciones o despliegues de poder, sin importar
qué tan grandes sean, no tienen el efecto deseado, entonces, debemos comenzar a
bosquejar escenarios en los que las acciones (que son una forma de despliegue de poder),
sin importar que tan pequeñas sean, contribuyan a transitar hacia el escenario deseado.
Hablar de cotidianización implica dos momentos: el primero tiene que ver con la
construcción de la nueva cotidianidad, y el segundo con la práctica cotidiana. Al respecto,
Lukes elige categorizar a lo cotidiano como poder pasivo:
Such 'passive' powers, where the agent 'receives' rather than 'makes' changes,
experiencing rather than bringing about the outcome, can be of great significance
[...] So we may say that human powers are, typically, abilities activated by agents
choosing to do so and also passive powers which agents may possess irrespective of
their wills (2005, pág. 71).
Es necesario ampliar la explicación del párrafo anterior, so pena de caer en una postura
típica del pluralismo (y su carencia de potencial explicativo respecto al consenso). La
acción colectiva no se realiza por el solo hecho de que existan prácticas ineficientes
realizadas por otros actores, sino que debe existir potencial interno para sustituir dichas
prácticas. En este sentido, la acción consiste en visibilizar dicha oportunidad y consensar
su materialización. No en todos los escenarios es fácil evidenciar el factor sustitutivo.
En este sentido, no es de esperar un apoyo inmediato a una acción colectiva, sobre todo si
la mayoría ni siquiera percibe dicha situación como un problema. Blumer nos advierte al
31
respecto: “It is a gross mistake to assume that any kind of malignant or harmful social
condition or arrangement in society becomes automatically a social problem for that
society” (1971, pág. 7). Así, la relevancia respecto a una temática se debe construir, pero
no de la manera en que se construyen los ciclos de atención de una política pública18 sino
de forma endógena. Respecto a la generación de relevancia, es innegable que lo más
relevante es lo indispensable, así, las acciones colectivas deben dirigirse a limitar las
alternativas disponibles y permitir la cotidianización sólo de aquellas cuya lógica de
funcionamiento esté certificada por una institución arraigada, la cual a su vez sólo puede
existir si obedece a los intereses de la colectividad .
El hecho de que la acción colectiva lidie con dos carencias del sector público y privado no
es casualidad. Esto obedece a una tendencia de “descentralización”, tanto por parte del
gobierno como de las empresas, al respecto Cohen y Franco nos dicen:
18
Esto se profundiza en el apartado: “El desarrollo local como amortiguador de los ciclos de atención”.
32
a las preferencias que se dan en ámbitos geográficamente diferenciados. Por otra
parte la descentralización económica introduce mecanismos de mercado en los
procesos productivos (2005, pág. 77).
33
Lo mismo da que queramos obtener una explicación cuantitativa que una
cualitativa: tenemos que decidir qué clase de invariables buscamos. Y a larga,
naturalmente, la elección no se regirá por nuestras preferencias sino por nuestro
éxito en el descubrimiento real de leyes invariables de una u otra clase (1967, pág.
39).
En este sentido, lo invariable no son las acciones colectivas, sino su proceso de formación.
Ya se explicaron los mecanismos para evitar que dichas acciones caigan en los defectos de
la postura racionalista e incrementalista, no obstante, ningún producto humano es
infalible y por lo tanto siempre debe existir un mecanismo estable que nos provea de
alternativas. En su momento, gobiernos y empresas pudieron tener un origen colectivo
primitivo, así sólo una acción colectiva puede salvar a otra, sólo una cotidianización puede
sustituir a otra, como sugiere Heller19:
19
Tomando en cuenta que desde nuestra postura, la transformación de la vida cotidiana está mediada por
la evolución (modificación, sustitución, erradicación, densificación) de la infraestructura institucional local.
34
El análisis de la agenda no se limita al estudio de las temáticas a posteriori, es decir,
después de que han sido elegidas como relevantes, sino que se trata de mantenernos en
alerta desde la concepción de las temáticas, antes de que siquiera se consideren como
temas públicos. Cervantes Barba (1999, pág. 139) nos explica que a partir de los ochenta,
los académicos comienzan a preocuparse por el proceso existente entre la aparición de las
problemáticas sociales y su llegada a la agenda pública. Es decir, se dejan de analizar los
noticieros y se comienza a estudiar cómo llegan a la televisión dichas noticias. En nuestra
opinión, el análisis del contexto público puede ser mejor realizado a partir del estudio de
movimientos y organizaciones sociales, las cuales requieren tiempo y trabajo para
formarse, a diferencia de la agenda mediática.
El hecho de que sea a partir de 1980 cuando el análisis de la agenda migra hacia el análisis
de la formación de la agenda tiene una explicación. Anteriormente, el centralismo político
en México asfixió la organización social, dejando que la agenda pública fuera en su mayor
parte establecida por el gobierno, cuyo principal escaparate fueron los medios
corporativistas de comunicación. Esta aseveración es fundamentada por Etzioni, quien
contempla que: “Totalitarian movements attempted, initially, to accentuate rather than
alleviate the ‘mass’ elements of the societies in which they arose by a heavy reliance on
mass propaganda, national leadership cults, and direct access of the state to the
individuals” (Etzioni, 1968, pág. 526).
Un error tradicional en el que caen los analistas de la agenda pública es creer que el
posicionamiento de temas en agenda tiene el objetivo de engañar a la ciudadanía, al
proponer propuestas que parecen resolver problemas pero que en realidad no lo hacen.
Lo único que demuestran dichos analistas es que han caído en el engaño del
posicionamiento positivo de agenda. Bardach nos ejemplifica dicha ingenuidad al referirse
a un mecanismo usado por los políticos para conseguir apoyo para una temática en
particular: “Un *…+ atajo es elaborar un paquete de opciones de políticas que parezcan
sólidas a primera vista, pero que en la realidad no resuelven el problema en cuestión
(1993, pág. 240).
35
Al respecto de lo anterior, Cohen y Franco nos ofrecen una postura un poco más escéptica
respecto al posicionamiento inicial de la agenda de gobierno (que pretende ser pública) y
los efectos que esta tiene en los gobernados.
Se parte del principio de que el Estado sabe cuáles son los problemas, y también lo
que hay que hacer para enfrentarlos. Esto hace que los usuarios de los servicios o
los beneficiarios de los programas carezcan de alternativas reales para escoger; sólo
les cabe aceptar o rechazar la prestación, cuando ella no es obligatoria (2005, pág.
60).
Al respecto, el mismo Gilbert nos clarifica una constante que debe existir para que una
propuesta sea considerada como algo verdadero, algo factible de ocurrir: “A proposition is
believed when the proposition's meaning is represented, coded, or symbolized in a mental
system and when that symbolic representation is treated as if it was true (1991, pág. 107).
Así, podemos deducir que lo verdadero tiene más facilidad para ser asimilado, si se le
compara con lo no verdadero, es decir, es más fácil creer la aseveración positiva que la
negación de la misma. El mismo Gilbert nos da una fundamentación basada en estudios
neurológicos: “Thinkers of all stripe have suggested that doubt is less quickly and easily
acquired than belief” (1991, pág. 110). Explicitado lo anterior, es momento de exponer el
impacto que tiene, en el posicionamiento de temas en agenda, el hecho de que se piense
en lo que se piensa al leer la frase: “No piense en un elefante”.
20
Esta línea psicologista de estudio propone que la creencia es el estado natural del cerebro humano,
debido a que en la prehistoria la duda era algo anormal, el escepticismo era una forma segura de morir, ya
fuera de inanición (por dudar del valor nutrimental de un alimento) o por un depredador (al dudar de la
capacidad de este para matar).
36
El hecho de que la negación sea difícilmente tomada en cuenta es una valiosa herramienta
para los que posicionan temas en la agenda pública. Para las élites es fructífero obtener
beneficios a partir de la promoción de formas imposibles de comportamiento. Esta
estrategia (de promover formas imposibles de comportamiento), tiene dos objetivos:
1. Impedir que tomen lugar las alternativas reales benéficas para la colectividad, o
como nos lo dice Majone:
2. C
analizar los esfuerzos sociales hacia acciones fútiles de protesta y desgaste ante
servicios y acciones que fueron diseñadas para beneficio de unos pocos y desmedro
de las mayorías, esto obedece a una táctica de desgaste fundamentada en la
hipótesis de que: “beliefs are most easily installed when the believer's cognitive
resources have been depleted” (Gilbert, 1991, pág. 111). Así, el desgaste emocional
y físico de los ciudadanos los vuelve más proclives a aceptar un status que no les es
favorable.21
21
La radicalización de esta propuesta puede analizarse en: “La doctrina del Shock”, de Naomi Klein.
37
hueso, y está sujeto a las limitaciones neuropsicológicas del cerebro huma” (1990, pág.
162). Así, la cantidad de variables que puede considerar un individuo aislado son
francamente despreciables comparadas con la efervescencia de argumentos que surgen a
nivel de tejido social.
Crozier nos da una visión acerca de los políticos, quienes: “Ciegos y sordos ante el mundo
real, deciden en función de principios y de visiones a priori, y nos mantienen en debates de
pura retorica” (1989, pág. 10). Así, la retórica, que puede ser fácilmente manipulable (justo
como la agenda mediática), se presenta como una herramienta para popularizar la creencia
en determinadas ideas sin fundamentación colectiva, y la creencia es el requisito sin el cual
no podemos aspirar a la aceptación de algo. De ahí que una verdadera acción colectiva no
se justifica a nivel de retórica ni de mediatización, sino que su relevancia es directamente
proporcional a la base popular que la construye y enriquece en la vida cotidiana.
Dados los anteriores argumentos, podemos visualizar escenarios en los que las creencias
son catalizadores de la aceptación, mientras que los argumentos persuasivos que se
22
La agenticidad como la capacidad para identificar al actor o agente que promueve algo que se considera
verdadero.
38
utilizan son generados por actores sociales que conocen tanto el funcionamiento del tejido
social como el poder institucionalizador de la retórica jurídica, todo esto enmarcado por un
contexto que favorece las prácticas individualistas. Lo que nos queda preguntarnos es, ¿por
qué la colectividad no reacciona ante los intereses mezquinos que provocan detrimentos
en la calidad de vida de la mayoría? Easton nos ofrece una explicación breve, buena y
sustanciosa:
Así, las acciones a favor del interés privado son enmascaradas por un discurso que
pretende perseguir el interés público. Easton no se encuentra solo en dicha
fundamentación, ya que esta es igualmente válida en tiempos más actuales, en una
disciplina que no es la ciencia política y en un contexto distinto, ya que Wolfgang Sachs
propone la misma idea al referirse a los objetivos del milenio y su falta de factibilidad para
ser cumplidos: “The cynicism of those who, knowing such limits, continue to proclaim the
myth, should be publicly exposed” (1992, pág. 22).
Respecto a la polarización entre discurso y acción, Parsons también apoya la idea de que:
“Las políticas pueden ser un éxito en el nivel simbólico de la reafirmación, pero un fracaso
rotundo en la práctica, como la expresión ‘la operación fue un éxito, pero el paciente
murió’ (Parsons, 2007, pág. 211). De ahí que nuestra postura sea que la acción colectiva es
algo que desde su concepción es percibible en la cotidianidad, no en el papel.
El principal problema con los argumentos retóricos es que pueden ser combatidos con
más retórica, la cual puede ser igualmente manipulada, individualista, descontextualizada
e infundamentada. Caer en el juego de la argumentación es entrar en un nuevo frente de
desgaste colectivo en el que no se tiene posibilidades de transformar la sociedad. En este
39
sentido: “el análisis es una actividad que consiste en someter los argumentos de las
políticas a la prueba de la persuasión en lugar de representar una prueba casi científica o
"verdad racional” (Parsons, 2007, pág. 463). Dicho en otras palabras, se trata más de dar
argumentos en lugar de evidencia. Es pura metarretórica sin potencial de transformación
colectiva.
23
No es de extrañar que las cúpulas de la dirección corporativa a menudo compartan recursos humanos con
las altas esferas del poder político.
40
posicionamiento de temas en agenda pública, sin manipulación deliberada, es la que
Cabrero Mendoza nos ofrece y en la cual se profundizará en la parte final de la presente
tesis, pero cuya sinopsis podemos adelantar:
El proceso de colocación de temas en la agenda pública puede ser analizado a través del
marco de los ciclos de atención. Tradicionalmente se ha considerado que dichos ciclos son
un termómetro para predecir cuáles problemáticas se convertirán en materia de política
pública y cuáles serán relegados.
Por otro lado, también existen las acciones de desarrollo local promovido desde las bases.
Dichas acciones se pueden considerar ajenas a los ciclos más amplios, ya que no requieren
de mediatización ni del conocimiento general de la población para llevarse a cabo, sino
que se dan en el momento en que la población local identifica la necesidad de realizarlo,
en términos vinculatorios, podría decirse que se trata de un micro ciclo de atención
pública (con instituciones locales, recursos endógenos y a nivel comunitario).
De ahí que nuestra propuesta para el presente apartado es que los micro ciclos de
atención pública, actúan como contenciones de los grandes ciclos de atención pública o
macro ciclos. Dicha contención es requerida para una acción colectiva auténtica, ya que su
justificación se construye a partir de la transformación de la realidad, en lugar de
generarse a partir del antagonismo en contra de intereses externos que pretenden afectar
a la comunidad sin tomarla en cuenta.
41
Los macro ciclos de atención pública que se desarrollan en ámbitos estatales o nacionales
contienen en su interior el potencial para prolongarse y diluirse hasta desaparecer. Esta
cualidad puede ser muy útil para aquellos que desean que efectivamente no se
transforme nada. Por el contrario, los micro ciclos no admiten esta posibilidad, ya que su
periodo de duración es corto y su utilidad o inutilidad se revela en el entorno local, dando
a sus proponentes la posibilidad inmediata de diagnosticar la factibilidad de la alternativa.
En este sentido, un micro ciclo de atención para una acción colectiva debe ser breve y
basar su justificación en referentes reales del territorio, los cuales, en su cotidianidad ya
tienen identificadas las acciones necesarias para el mejoramiento de su calidad de vida.
De esta manera, al tener un periodo breve de construcción de relevancia acerca de una
temática, se amplía el espacio de tiempo disponible para que la transformación inicie a
partir de propuestas transformadoras sencillas, cuyo diagnóstico es inmediato24. De esta
manera se evita caer en largos periodos de inactividad y estancamiento generalizado,
durante los cuales sólo unos pocos tienen voz y votos. Esto suele ser contraproducente ya
que:
Dicho lo anterior, se podría suponer que nuestra propuesta no es más que una intentona
que promueve el inmediatismo desarticulado. No obstante, nuestra sugerencia debe ser
tomada como parte integral de un escenario en el que se busca que aumente la densidad
de las instituciones arraigadas, cuya función es dotar de visión estratégica a los
emprendimientos voluntaristas.
24
Al respecto de la inmediatez, el análisis del potencial que tiene el hecho recibir una consecuencia
inmediata acerca de nuestras acciones, es un área de estudio que la que debe profundizar la disciplina del
desarrollo social.
42
Dichos emprendimientos no son espontáneos. Nuestra propuesta sólo se justifica en
entornos en los que exista un cansancio y una evidenciación exhaustiva de los problemas
que aquejan la población local. Es un requisito que exista la posibilidad de introducir
mejorías que embonen en el imaginario de los practicantes, de lo contrario, el proceso de
generación de relevancia acerca de las alternativas tomaría una cantidad de tiempo
prohibitiva, sin garantía de que esta se logre. Así, Crozier también nos indica que: “Es
necesario abordar con prioridad los problemas en cuyos casos se pueden lograr sensibles
adelantos. En cuanto a lo demás es indispensable esperar y aprovechar esa espera para
trabajar seriamente” (1989, pág. 36).
*…+ el problema de la falta de servicios y que esto iba a originar que el MUP25 fuera
punta de lanza para conformar un movimiento nacional que pudiera lograr
acumular fuerzas para luchas de mayor envergadura en el futuro (2003, pág. 103).
Dicho lo anterior, podemos afirmar que los micro ciclos de atención tienen mayor
25
Movimiento Urbano Popular.
43
potencial transformativo que los macro ciclos generales. No obstante, es de cuestionarse
qué fuerzas sustentan la generación de los grandes procesos de mantenimiento de
atención pública.
Esto último es una tendencia desarrollista que Madoery nos ayuda a explicitar:
Así se refuerza la idea que las construcciones locales son las únicas capaces de legitimarse
de manera coherente y estable en la comunidad. Por otro lado, el uso de los macro ciclos
de atención aparece como herramienta para evitar que dichas construcciones locales
44
surjan. Los medios de comunicación masiva actúan para producir un efecto de diáspora de
ideas que se dispersan por la comunidad a pesar de ser ajenas a ella, dichas ideas
absorben el potencial explicativo que la propia comunidad tiene, dejando en su lugar los
argumentos tecnocráticos de las élites que cuidadosamente diseñaron sus mensajes.
Bien se podría hacer la metáfora de que, las ciudades, con sus casas y edificios repletos de
aparatos de recepción de mensajes masivos, actúan como un vasto campo de flores que
constantemente expulsa mensajes destinado a llegar a la audiencia, justo como el polen
expulsado se transporte en el aire para que, una vez que pasa por ahí el receptor, se haga
la polinización, o en nuestro caso, la estatificación de la persona.
¿Qué motivos puede tener una élite para promover el desarrollo y funcionamiento de una
infraestructura mediática a nivel de tejido social? Las implicaciones de esta pregunta nos
obligarían a indagar en la historia de la construcción del federalismo en México. Sin
embargo, ese no es el objetivo de la presente tesis. Tomaremos al centralismo como una
característica del federalismo mexicano, durante cuya creación perdieron protagonismo
los estados y los municipios. Así, Cohen y Franco proponen:
Explicitado lo anterior, es necesario recalcar que dicho sistema no tuvo problemas para
mantenerse hasta que rebasó un determinado umbral, esto es, hasta que la capacidad de
absorción de recursos de la élite centralista rebasó la capacidad de producción de
recursos de las “provincias”. En palabras de Figueroa, "el orden social no puede existir
independientemente del grado de desigualdad de la sociedad” (2003, pág. 260).
45
Así, dadas las fracturas que provocó la exacerbación en la aplicación de dicho modelo
concentrador de recursos, es que han surgido nuevas propuestas, tanto de las bases como
de la administración pública federal, ya que esta última es incapaz de lidiar con las
patologías que sus instituciones favorecieron a crear. Dichas nuevas propuestas bien
pueden conceptualizarse bajo la forma de “descentralización”, la cual no se puede dar de
manera mecánica y por decreto, sino que requiere de una infraestructura social que se
fundamente en parámetros como los propuestos en la presente tesis.
Para lograr que las instituciones arraigadas sean capaces de lidiar con la descentralización
desde lo local, Canto Chac nos propone un rumbo de acción compatible con nuestra
propuesta:
46
cansancio por las políticas públicas tradicionales, y no ha sido hasta ahora, bajo el
novedoso “enfoque de participación e inclusión ciudadana” que se intenta reivindicar
aquellos factores que siempre fueron clave. Respecto al enfoque en el actor local, Norman
Long nos aconseja que:
En este sentido, debemos admitir que la presente tesis carece del andamiaje teórico
necesario para contextualizar la relevancia de la subjetividad individual de los actores del
territorio. No obstante, nuestra propuesta va más dirigida hacia la búsqueda de escenarios
donde dicho análisis sea relevante e indispensable26, lo cual consideramos que es una
aportación válida.
26
Lo más relevante es lo indispensable, cosa que ya se argumentó en el apartado que trata acerca de la
cotidianización y el poder.
47
ciencias económicas tradicionales. Sino que, incluso el más pequeño de los cambios
locales puede evidenciar y convertirse en testimonio de las grandes carencias del actual
status. Es precisamente gracias a la irrelevancia que los actores poderosos adjudican a lo
local, que es ahí donde se pueden cultivar las alternativas con poder sustitutivo, ya que,
como nos sugieren nuevamente Peet y Hartwick: “Local social movements often face
opposition embedded in global power structures. Even local success entails changing
these broader power structures” (2009, pág. 287).
Finalmente, podemos concluir que la generación de las acciones colectivas no debe estar
atada a los macro ciclos de atención, es decir, su iniciación no debe ser impulsada por la
agenda mediática, sino por intereses más constantes y comunes, de lo contrario estaría
condenada a ser intermitente y condicionada a intereses ajenos.
48
en las mismas comunidades donde se generan las acciones colectivas. Esto no se trata de
una tecnocratización de la acción colectiva, sino de un contraste con momentos del
pasado en los que los especialistas sólo podían encontrarse en gobiernos o, más
recientemente, en empresas lucrativas.
La tecnificación del discurso fue una estrategia que durante años pudieron esgrimir las
élites para evitar interferencias en los proyectos de su manufactura. Así, la inclusión de
capital humano especializado aparece como una estrategia indispensables para cualquier
acción colectiva, sin que por eso se pretenda ceder el control de la misma a una élite
intelectual, ya que se ha explicado previamente que ninguna cúpula de poder puede
desprenderse de los anclajes colectivos, so pena de perder su legitimidad, lo cual sería
inmediato en un entorno local.
27
Nótese que por formación especializada nos referimos a la educación formal. En el capítulo de Educación
ambiental se profundiza en lo que se refiere a procesos educativos sociales.
49
se hallan tan bien instalados en su papel de predicadores que en el fondo quisieran
mantenernos en el pecado con el fin de continuar amonestándonos de plena buena fe”
(1989, pág. 40).
Así, el cambio de las relaciones de poder es labor imprescindible para que se proyecte en el
exterior lo que las acciones colectivas son capaces de fraguar en su interior. Debido a esto,
la incidencia sobre el posicionamiento de temas se convierte en algo más o menos
irrelevante para la consecución de los objetivos comunitarios, pues estos se cumplen
gracias a la capacidad autogestiva, la cual en es apoyada por recursos humanos
especializados. De esta manera, no es la agenda pública la que se modifica, sino las
funciones del gobierno, las cuales deben adaptarse para engarzarse en un escenario en el
que las instituciones arraigadas se han filtrado. El mismo Crozier nos sugiere una síntesis
desapasionada al respecto:
Modernizar el Estado es, a primera vista, un trabajo mucho menos exaltador que
modernizar la sociedad, orquestar el cambio, ordenar que los demás cambien.
Pero es un trabajo más práctico, más serio y sobre todo más inteligente (1989,
pág. 51).
Se puede rastrear el origen de la anterior tendencia hasta el reporte que Yehezkel Dror
entregara al Club de Roma, en el cual él afirmaba que:
50
Destaca por tanto la necesidad, a largo plazo, de asegurar un flujo proporcional de
los mejor dotados hacia el gobierno *…+ sin embargo, no tengo sugerencia alguna
que hacer sobre cómo alentar a los mejores cuadros para participar en política.
(1990, pág. 110)
Aquí es donde nosotros sí tenemos sugerencias que hacer al respecto de lo que Dror
propone. En primer lugar, los “mejor dotados” no necesariamente deben tener interés en
trabajar en el gobierno. En segundo lugar, ha aumentado el espectro de organizaciones
disponibles con capacidad para iniciar acciones colectivas, estas no son monopolios del
gobierno, sino que ahora ni siquiera se espera que sea este el que las inicie.
Es necesario especificar que el desarrollo del capital humano, no es motivo suficiente para
que ocurra una transformación social, se requiere que dicho capital se articule a través de
instituciones, en palabras de Mazzotti: "El pueblo está condenado a ser masa, hasta que
no tome conciencia de sí para sí, sólo entonces podrá ser sociedad civil" (2008, pág. 34).
Dicho lo anterior, podemos percibir que la sociedad civil se presenta como un espacio en
el que pueden confluir las distintas visiones de la sociedad. En la actualidad dicho espacio
puede ser pensado como una arena de actores vinculados a otros sectores del espectro
social, sin embargo, en su origen la sociedad civil organizada se pensó aislada del gobierno
y de las empresas, como nos explica Nora Rabotnikof:
51
vida social frente al Estado autoritario (2010, pág. 22).
Finalmente, una acotación más que se debe hacer a la definición mencionada, es que la
sociedad civil y las acciones colectivas que surjan de ella, no pretenden sustituir al
gobierno, sino acotar su margen de acción para permitirle a los funcionarios hacer aquello
que les compete y limitar al máximo las acciones indeseables motivadas por el interés
individual:
La idea de menos estado y más sociedad civil no puede ser interpretada por lo
tanto en las líneas de relegar el interés político por el Estado dando por sentado
que será la sociedad civil en donde se resolverán tareas que compete resolver en
aquel (Osorio, 2009, pág. 238).
52
agenda sea cada vez más una actividad diferente, cada vez más desapegada de los medios
masivos y del gobierno, y en cambio, cada vez más cercana a las comunidades
pertinentes.
53
1.2 Etapa II: Toma de decisiones
Es por esto que ahora nos proponemos exponer algunas cuestiones básicas que se
consideran esenciales para una toma de decisiones en acciones colectivas con enfoque de
desarrollo social. Así pues, lo primero que queremos establecer es que la toma de
decisiones debe estar enfocada en la transformación social. Esta última se trata de una
visión holística de un conjunto de elementos que en ocasiones son convertidos en fines,
cuando en realidad se trata de medios.
Se parte del convencimiento de que el vector central que debe orientar la gestión
social es el impacto que los programas y proyectos producen en la población a la
que están dirigidos. Esto implica una inversión copernicana con respecto a la forma
usual de plantear el problema (2005, pág. 10).
54
Salisbury y Heinz (1970), quienes retomando la categorización clásica de Lowi (1992, pág.
102), establecieron cuatro tipos distintos de políticas: distributivas, regulatorias, auto-
regulatorias y redistributivas. La novedad que nos aporta esta clasificación con respecto a
la de Lowi, es que introduce en el terreno la conceptualización de la auto-regulación, esto
es, una actividad gestionada de forma endógena, a diferencia de la anterior clasificación
que basaba su existencia en relaciones de dominación respecto al gobierno, el cual
distribuía, regulaba y redistribuía.
28
Esto se analiza en el apartado “La toma de conciencia de la acción colectiva y su capacidad para
reconsiderar”.
55
Maximizar el impacto externo del proyecto y, para ello, optimizar la eficiencia
[interna] exigen un cambio del modelo que inspira la gestión social: el punto de
partida tiene que ser el impacto, sobre la base del cual se determina - justificada
sobre una rigurosa conexión causal - la cantidad y calidad de los productos que se
requieren para alcanzarlo y, a partir de ello, se define el programa de producción
con los procesos y actividades a través de los que se transforman los insumos en
productos (2005, pág. 70).
Se trata de un nivel en el que las alternativas a las cuales se dirige la atención, ya han sido
acotadas. Al respecto, Majone nos propone que:
Consideramos que lo anteriormente dicho es imperativo, ya que una acción colectiva que
pretende escamotear (o peor aún, ignorar), las contingencias sociales, en aras de lograr
una optimalidad instantánea, termina por proponer acciones que no son factibles en el
corto plazo, dicho en otras palabras: puede ser tan clara la visión del futuro, que se pierda
de vista que sólo es una visión simplificada, carente de un relieve que sí posee la
comunidad real y que matiza, moldea, simplifica y complejiza a los diversos elementos de
la acción colectiva en el presente.
Sin embargo, dichos escenarios, al igual que los cuasi-experimentos, poseen el potencial
para ser convertidos en un sustituto de la realidad y tomados como una justificación
57
simplificada y controlable, justo como la retórica, en contra de la cual ya se debatió en el
apartado de “Los mecanismos de la creencia: la persuasiva política verbal”. De esta
manera, el peligro que se corre es que se comiencen a tomar decisiones basadas en
escenarios óptimos que actúan como una pseudorealidad. Esto va en contra de nuestra
propuesta, ya que se reinicia un ciclo de auto intoxicación que ya se había combatido en la
etapa anterior y que se refiere a las asimetrías existentes entre la legalidad de facto y de
jure, la cual emana a partir de los “escenarios” construidos por los políticos, los cuales
pueden ser leídos en la jurisprudencia y cuya existencia coexiste al margen de la realidad,
la cual está más gobernada por las interacciones en el tejido social y las inclemencias de
los mecanismos del libre mercado.
Así, nuestra propuesta es que los escenarios tienen un potencial benéfico en la medida en
que se les utiliza a posteriori. Es decir, otorgarles un valor retrospectivo más que
predictivo, así se les confiere su verdadero valor didáctico, en lugar de intentar atribuirles
una cualidad reductora de incertidumbre, de la cual carecen por completo, pero que
otorga una ingenua tranquilidad mental a sus promotores. El uso retrospectivo no está
exento de dificultades, sin embargo, esta forma de uso nos permite tener una justificación
anclada en las contingencias provocadas por el descostramiento de la realidad, las cuales
poseen una agenticidad fácilmente rastreable, y por lo tanto, una legitimidad aterrizada
en la comunidad.
Finalmente, es necesario reconocer que la toma de decisiones está limitada por la previa
discriminación de cuestiones más o menos relevantes, no obstante, el hecho de que el
anterior proceso haya sido exhaustivo, no garantiza el correcto funcionamiento de las
etapas consecutivas. Para tratar este problema, en la presente sección se analizan cuatro
situaciones potencialmente problemáticas que se deben considerar desde este nivel de
planificación de las políticas públicas, ya que de lo contrario, dichas cuestiones adquieren
capacidad para desmantelar la propuesta una vez que esta se ha desplegado y expuesto al
escrutinio social.
58
1.2.1 El umbral de la percepción humana
La toma de decisiones con enfoque de desarrollo social debe considerar el factor del
umbral. Esto es porque se debe buscar que el funcionamiento de nuestra propuesta sea
aceptable en un espectro social amplio y a largo plazo, en lugar de que sólo sea admisible
para pocas personas y en el corto plazo. Esta es una de las principales críticas que le
hacemos a los cuasi-experimentos, los cuales pregonan que determinados patrones
sociales de comportamiento tienen potencial para transformar la realidad, cuando esto
sólo ha sido demostrado en una pequeña comunidad durante un breve periodo de
tiempo. Es por esto que sostenemos la idea de que, desde su génesis, la acción colectiva
debe mostrar vocación para una potencial ampliación en su espectro de influencia. So
pena de nunca abandonar el status experimental.
La cuestión del umbral se sostiene a partir de las diferencias que existen en las dinámicas
de interacción en la sociedad. De esta manera, una forma de trabajo que puede funcionar
para pocas personas, puede ser potencialmente deficiente cuando amplía su número de
agremiados. Hay diversos factores en los que se debe tomar en cuenta la cuestión del
umbral, de manera enunciativa no exhaustiva proponemos:
59
La escalabilidad de una acción colectiva requiere tomar en cuenta los factores
mencionados y muchos otros más, de ahí que anteriormente se haya propuesto la
fundación de instituciones arraigadas para lidiar con este tipo de imprevistos. Para ilustrar
un caso típico de rebase de umbral, Cohen y Franco nos dicen:
No obstante, siguiendo el argumento del caso anterior, cuando se llega a un punto en que
la mayoría tiene educación, esta se devalúa y genera nuevos estándares más altos. En este
caso, el umbral fue rebasado y neutralizó parte del potencial benéfico de las iniciativas
emprendidas. Es por lo anterior que se debe mantener una postura crítica incluso ante el
excelente funcionamiento de un emprendimiento, ya que la aparición de este tipo de
ineficiencias refleja el escaso anclaje comunitario29 que la propuesta tuvo en su génesis.
Entonces, la cuestión del umbral puede parecer que entra en conflicto con nuestro
planteamiento anterior en el que sugeríamos una aversión al uso de escenarios
predictivos. Cabe hacer la aclaración de que el hecho de que surjan ineficiencias debido al
rebase de un umbral es, en un nivel más amplio, una labor de descostramiento. Es decir, la
colectividad completa puede también sumergirse en derroteros infructuosos en el largo
plazo, de esto, lo que cabe rescatar es que se deben diseñar los mecanismos para lidiar
con esta situación cuando se presente. El uso de escenarios no nos ayudará a prevenir que
rebasemos un umbral, pero sí nos podría dar una falsa sensación de confianza que de
nada nos servirá cuando eso ocurra.
29
Entiendo por comunidad, en este caso, al país entero, cuya capacidad de asimilación de profesionistas no
se consideró en el largo plazo.
60
ineluctable certeza de que ocurrirán todo tipo de errores e ineficiencias. Esto se debe en
parte a que nuestro funcionamiento como sociedad difiere de nuestro comportamiento
individual, así, el simple hecho de pensar en términos grupales ya significa el rebase del
umbral de nuestra cotidianidad, en la cual acostumbramos pensar en términos de
nosotros mismos. Al respecto Parsons nos dice:
Los seres humanos tienden a pensar en el todo y no en las partes. Así, si se le pide a
alguien hacer una taza de té, no empezará por fragmentar la meta en múltiples
tareas *…+ La complejidad exige la simplificación y reducción de una meta a una
serie de etapas definidas, accesible a nuestras limitadas capacidades cognitivas
(2007, pág. 380).
30
En el apartado de “Acción colectiva y capital social: encuentros y desencuentros”
61
resulta contraproducente, ya que el rebase de umbrales es esencial para revelar
condiciones contrarias de fondo que a su vez requerirán de otras soluciones. Esto se
descubre tanto en la práctica como en el análisis de las acciones colectivas de incidencia,
ya que:
Las teorías con frecuencia pueden decirnos que algunas políticas fallan, no porque
se sustenten en errores fundamentales, sino más bien porque son demasiado
modestas y, de alguna manera, parciales (Goodin y Waldner, 1992, pág. 296).
Tal como puede ocasionar problemas la falta de mecanismos para lidiar con las
contingencias de los umbrales, el excesivo recato en una acción colectiva bien puede ser
motivo de invalidez y de inutilidad. Como ya se ha dicho, el objetivo último de nuestra
propuesta es la transformación social, y no nos debe temblar la mano para proponer cosas
que sabemos que chocarán con un límite, ya que el hecho de haber llegado hasta ahí,
implica el inicio de nuevos procesos colectivos, más amplios y más informados.
Supongamos que el experimento central para probar una teoría implica hacer
desaparecer una especie o una ciudad. Estos experimentos de política se llevarán a
cabo sólo en el rarísimo caso de que la recompensa práctica fuera inmensa (1992,
pág. 306).
En resumen, la cuestión del umbral y las implicaciones que este tiene, son relevantes para
nuestro objetivo. No se puede pensar en términos de colectividad sin pensar en términos
62
de los umbrales que se van a rebasar, y se debe trabajar para disminuir el impacto
negativo que esta situación genera tarde o temprano. Ignorar este asunto crítico ya ha
llevado a varios municipios mexicanos a estar en una situación crítica de la cual no pueden
escapar, como se ejemplifica en el capítulo dos.
El municipio es el entorno más inmediato en el que toma forma una acción colectiva.
Asimismo, en su interior tienen lugar la gama de interacciones que dan forma a la
sociedad. A menudo, se considera a la administración pública local como funcionarios que
pueden tomar casos de estudio de otras administraciones para aplicarlas en la localidad.
Al mismo tiempo, nosotros sostenemos que también las instituciones arraigadas tienen la
capacidad para proponer modelos de colaboración cuya inspiración se encuentre en otras
colectividades de otros municipios.
Cierto, el Estado, o mejor dicho sus agentes, pueden ser muy competentes; su
dedicación, su punto de vista de más alcance, con frecuencia son útiles. Pero lo que
pueden aportar de positivo, por lo general se estropea, y mucho más, por la
lentitud y falta de realismo que necesariamente acarrea el recurso a los
mecanismos estatales (1989, pág. 65).
Visto de esta forma, los promotores de la acción colectiva tienen más potencial para
innovar en las formas de vinculación con la administración local, en comparación con lo
que los mismos funcionarios pueden hacer. Cabrero Mendoza (2005, pág. 23) nos propone
que la gobernanza debe ser más una herramienta de acción pública que de dirección
jerárquica. En este sentido, la vinculación con funcionarios locales es útil en la medida en
que estos también se convierten en promotores de la acción colectiva, sin perseguir el
63
protagonismo.
Esta vinculación tiene múltiples propósitos, por un lado, nos permite conocer el quid de
las problemáticas al interior del ayuntamiento, lo cual es innegablemente ventajoso.
Además, el conocimiento de dicha información permite que en el largo plazo la institución
arraigada provea de asesoramiento a los funcionarios a cargo de áreas pertinentes,
evitando así las ineficiencias que constantemente se le atribuyen a funcionarios
inexpertos que desconocen las sutilezas del tejido social, como nos relata Blumer:
“Frequently, various kinds of subterranean adjustments are developed which leave intact
central areas of the social problem or transform other of its areas in ways that were never
officially intended (1971, pág. 13).
En concordancia con esta óptica, resulta de utilidad ilustrar una inocente intentona
gubernamental documentada por Crozier, la cual, a través de la replicación automática, ha
intentado que los casos de éxito obtenidos en un contexto sean copiados en otro, sin
considerar las cuestiones de fondo que contribuyeron para obtener el resultado deseado:
Impresionados por el éxito de Gourvenec, los poderes públicos han querido regular
otros mercados de productos tempranos utilizando la misma fórmula del "mercado
selectivo". Fracasaron en todos salvo en uno de los casos. La razón es simple: para
ellos se trataba de introducir un modelo económico, en consecuencia automático.
Eran incapaces de percibir la importancia de las regulaciones sociales que lo
apoyaban y que Gourvenec y sus amigos por su parte conocían tanto mejor cuando
que ellos habían tenido que organizarlas (1989, pág. 113).
En el citado caso, la labor de Gourvenec y sus amigos actúa simulando la función de una
institución arraigada, con la deficiencia de que obedecen a intereses exógenos. No
obstante, ya es un avance el hecho de que se tome en cuenta al entorno social como
condición esencial para lograr impactos. En este sentido, cabe recordar el anterior
paradigma en el que: “the economists were more inclined to acknowledge social aspects
64
as 'social obstacles' (Esteva, 1992, pág. 13).
A partir de eso, la institución arraigada comienza a actuar como nodo histórico de una red
independiente de las estructuras gubernamentales, intocable en su patrimonio por
tratarse de un sujeto privado, y por lo tanto, con capacidad para mantener toda la
información que considere relevante para el cumplimiento de su objeto social. Esto
resulta indispensable ya que, según nos explica Becker: “para entender completamente un
problema social, debemos saber cómo llegó a definirse como problema social", citado en
(Parsons, 2007, pág. 133).
En síntesis, se trata de crear una historia interna y externa de la incidencia en las políticas
públicas. Una memoria temática permanente y libre, en la que se puedan consultar
procesos de otras acciones colectivas conservadas en la institución arraigada que las
respaldó en su momento.
65
como un articulador de la voluntad de la comunidad (la cual también incluye a empleados
y a empresarios). De esta manera, los principios de la oferta y demanda regeneran su
validez, la cual ha sido desfasada en una época de grandes corporaciones interconectadas
e individuos aislados. A este respecto, nuestra postura es que la acción colectiva tiene
potencial para “recalibrar” las relaciones entre consumidores y productores de bienes y
servicios.
Nuestra postura busca desmarcarse de propuestas previas en las que los gobiernos
pretendieron absorber al sector productivo. Esto dio pie a múltiples ineficiencias
agravadas por la capacidad del erario público para disimularlas durante años. Con
66
referencia a esto, Crozier nos recuerda que intentar mantener una política de pleno
empleo a través del control del sector productivo es una práctica que bloquea cursos de
acción más fructíferos: “Crear empleos no es ‘colocar’ gente, es crear necesidades y
mercados nuevos, lo que por necesidad implica innovación” (Crozier, 1989, pág. 49).
Si bien es cierto que pretender regular el mercado, a partir de una entidad externa, puede
tener efectos colaterales indeseados, tampoco se puede permitir que las asimetrías en la
información se utilicen como fuente de ventaja competitiva. En este sentido, dichas
desigualdades entre lo que ignora el consumidor y lo que conoce el productor, dan pie a
decisiones desinformadas cuyo impacto tampoco se tiene bien identificado. Como ya se
explicó previamente en el apartado acerca de la cotidianización, es mínima la capacidad
que los individuos aislados tienen para tomar una decisión informada.
El discurso neoliberal pretende que sean las mismas empresas las que actúen como
instituciones arraigadas encargadas de canalizar la voluntad colectiva. Esto no puede
ocurrir ya que existe un conflicto de intereses. En este sentido, las empresas imitan pautas
de comportamiento gubernamental, comienzan a buscar los mínimos aceptables dentro
de los cuales puedan generar más capital. Además, establecen una agenda promovida por
sus catálogos de productos y servicios que, a través de la publicidad, imponen a la
colectividad, fomentando que cada quien se identifique con alguna de sus propuestas.
Derivado de lo anterior, es posible comprender que las fallas del mercado emanan de un
exacerbamiento del individualismo, el cual forza a los menos afortunados a caer en
prácticas consideradas como ilegales, aunque visto desde una perspectiva holística,
mucho de lo que se considera legal también tiene fuertes matices violatorios.
En virtud de que existen críticas serias y fundamentadas al libre mercado, cabe recordar
qué motivo nos orilló a dirigir los esfuerzos de la sociedad a reforzar dicho modelo:
Cabría preguntarse entonces, una vez que tanto el Estado como el libre mercado han
mostrado sus peores daños colaterales, ¿qué nos queda? El mismo Crozier nos instruye al
respecto, al proponer que la visión de “un mercado” es errónea: “No hay ningún gran
mercado abstracto que corresponda a la visión, útil pero no realista, de los teóricos de la
economía clásica, sino mercados concretos, muy numerosos, muy diversos, muy
complejos en sus interrelaciones” (1989, pág. 108).
68
Lo anterior es necesario con la finalidad de que el mercado no pierda vigencia ante las
necesidades reales de la población, justo como le ha ocurrido a la labor gubernamental en
relación con las empresas, como se explicita a continuación:
[Los altos funcionarios] ¿Qué hacen? ¿Qué aportan a los prácticos que sobre el
terreno deben dirigir empresas sometidas a la competencia y a las presiones del
cambio permanente? Planes, proyectos, consejos que en realidad son, si no
órdenes, cuando menos presiones - por no decir chantajes - que interfieren con las
responsabilidades de los prácticos (Crozier, 1989, pág. 125).
A pesar de la claridad de la anterior crítica a los altos funcionarios, esta pierde algo de
vigencia en la actualidad, en una época en la que grandes empresas han logrado que esos
mismos altos funcionarios trabajen para ellos mediante la realización de labores de lobby
favorables a los intereses financieros de las élites políticas y económicas, y son las
pequeñas y medianas empresas las que sufren del desfase descrito por Crozier.
Habida cuenta de lo anterior, se hace visible que un cambio cupular tiene escasas
probabilidades de éxito, por otro lado, la organización a nivel de tejido social tiene
mayores posibilidades de incidir sobre los mecanismos de producción, no tanto por su
poder de reclamación sino por el potencial de privilegiar a las alternativas sustitutivas que
sí respeten los criterios de consumo de la comunidad.
En este sentido, nuestra propuesta se dirige más a buscar que a través del fortalecimiento
comunitario, las unidades de producción y sus agentes se vean atraídos por las ventajas de
estar avalados por una institución arraigada, en lugar de pretender que se generen nuevas
unidades de producción cooperativa que entren en competencia con las ya existentes.
Dicha competencia es una lucha que se dio en décadas pasadas y que las cooperativas
perdieron en su mayoría, debido a que estas desplegaron una variedad de deficiencias,
algunas de las cuales pueden ser analizadas a través de nuestra propuesta teórica.
69
Cabe considerar por otra parte, qué alternativas se le dan a las unidades productivas y a
sus practicantes, que también son parte de una comunidad. En este sentido, la institución
arraigada no debe promover una tiranía del consumidor, sino que se debe fomentar la
búsqueda de opciones que permitan satisfacer las necesidades de la población de forma
simbiótica con las unidades de producción, externalizando los efectos colaterales hacia las
prácticas individualistas, es decir, que sean las pautas de consumo individual las que
sufran el efecto repentino y violento de la instauración de un paradigma colectivo de
producción y consumo.
Esta forma de regular el mercado es a la que nos referíamos al inicio del presente
apartado, como se puede vislumbrar, esta ruta nos lleva hacia el establecimiento de
criterios científicos para la producción y el consumo, los cuales son menos manipulables
por las relaciones de poder, justo como Parsons nos propone: “Cuanto más se sitúa un
tema como de carácter técnico/científico, más se le define como ‘apolítico’ o ‘no
partidista’” (2007, pág. 164).
Como ya se explicó en otro apartado, esta cientificidad no busca promover una nueva
tecnocracia productiva, y mucho menos generar una nueva élite. Tiene que ver más con la
generación de argumentos creíbles y aceptables cuyo beneficio se note en el corto plazo
en la vida cotidiana y no en retórica de largo plazo. Cabe aclarar también que una élite
tecnocrática no tendría muchas posibilidades de existir en nuestros días, ya que en su
momento, dicha élite generó estructuras organizacionales que, para su mantenimiento,
requirieron de más y mejores recursos humanos capacitados, por lo que en la actualidad
estos abundan, así:
70
Finalmente, cabe repetir que nuestra propuesta no es carente de efectos colaterales,
como ya se explicó, se pretenden que estos dirijan su daño hacia las prácticas
individualistas, al mismo tiempo que se crea una alternativa colectiva. La propuesta, a
pesar de valerse de mecanismos de mercado, es distinta a la de los teóricos clásicos del
libre mercado, quienes pregonaban que, a través del exacerbamiento del interés
individual (y el posterior desmantelamiento de las colectividades tradicionales), se genera
beneficio social, no obstante, dicho argumento ha demostrado ser francamente
deficiente.
Para canalizar la energía dispersa de la sociedad: “Es indispensable crear sistemas más
abiertos, que susciten mayor participación y aporte de clientes, beneficiarios o víctimas.
Aunque nos tome tiempo, es urgente que nos adentremos por ese camino” (Crozier, 1989,
pág. 137). Así, y sólo así, se puede garantizar que un movimiento social sea
auténticamente consciente de sí mismo, que la frustración dispersa a lo largo y ancho del
tejido social sea canalizada en esfuerzos fructíferos. De lo contrario, si dejamos al
individuo aislado para que mejore su situación, este corre el riesgo de caer en las ya
mencionadas prácticas informales o ilegales, las cuales sólo contribuyen a apuntalar aún
más al paradigma individualista.
71
se comentó previamente, como individuos no tenemos la capacidad ni los recursos para
tomar decisiones informadas. De ahí que, a pesar de no tener la capacidad de ser actores
de nuestro desarrollo cotidiano todo el tiempo todos los días, sí es posible tener la certeza
de que existe una conciencia colectiva a partir de la cual se están enmarcando las mejores
decisiones para la comunidad, siendo esta certidumbre representada por la institución
arraigada, la cual depende de su reputación para gozar del apoyo de base, y no puede
darse el lujo de considerarse independiente de sus legitimadores, como ocurrió con las
instituciones gubernamentales, al respecto de las cuales Crozier nos dice:
De ahí que la toma de conciencia sea indispensable no sólo para institucionalizar una
72
acción colectiva, sino que también es útil para mantenerla en etapas posteriores. Aquí es
necesario establecer una característica esencial de dicha toma de conciencia. Por tratarse
de una acción local, es posible evidenciar en un periodo corto de tiempo aquellas
ineficiencias o errores en los planteamientos iniciales de la acción colectiva. De ahí que
propongamos que una institución arraigada debe ser lo suficientemente hábil para
promover nuevas pautas cotidianas, como para fomentar el rediseño de las mismas.
Llamamos a esto reversibilidad.
Partimos de la idea que: “Es claramente imposible establecer normas tan potentes como
para eliminar todo peligro contra la salud humana o satisfacer cualquier necesidad
concebible” (Majone, 1992, pág. 416). Esto es, siempre hay cosas que pueden salir mal y
que son indetectables en un principio, previo al descostramiento del status quo. De ahí
que, las decisiones tomadas para fomentar una acción pública con enfoque de desarrollo
social, debe contener en sí misma la capacidad para desandar sus pasos. Esto es: “Elegir
de manera no arbitraria la intervención *…+ que se espera maximice utilidades, pero con la
restricción de que cualquier curso de acción que se emprenda debe ser reversible”
(Goodin y Waldner, 1992, pág. 310).
Como ya se mencionó, las prácticas individualistas son el principal destino de los efectos
colaterales de una acción colectiva. Este hecho garantiza una gran fuente de conflictos, a
favor de los cuales no pretendemos que trabaje la reversibilidad, ya que:
73
llegue a un acuerdo general sobre la implantación de cambios (y hasta que se llegue
a él), cualquier modificación entraña coerción de algunas personas sobre otras
(Easton, 1967, pág. 57).
De lo anterior, se puede sugerir que la acción colectiva entraña una postura que coerciona
al beneficio individualista. Y lo hace. La justificación para proponer esto es que nuestra
propuesta no excluye al individuo, sino a las prácticas individualistas, cuyas nocivas
consecuencias son ya ilustradas por Esteva quien nos comenta:
Peasants and grassroots groups in the cities are now sharing with people forced to
leave the economic centre the ten thousand tricks they have learned to limit the
economy, to mock the economic creed, or to refunctionalize and reformulate
modern technology (1992, pág. 21).
En virtud de lo visto a lo largo de los cuatro apartado de esta etapa, se reconoce que la
toma de decisiones se debe generar a partir de las necesidades detectadas en el terreno,
con la finalidad de que estas evolucionen a su propio ritmo, y la organización sólo canalice
sus recursos a soluciones que ya existen en el imaginario colectivo y que presentan una
menor oposición debido a su mayor legitimación, siempre teniendo a una institución
arraigada que vigile los umbrales existentes, los procesos de reversibilidad, así como la
“domesticación” de los mecanismos del mercado y la gradual formación de una memoria
inter-institucional histórica.
74
1.3 Etapa III: Implementación y evaluación
La aplicación local de una política estatal o federal involucra a los funcionarios del
ayuntamiento. En muchas ocasiones, se les adjudica a ellos el éxito o fracaso de los planes
y programas gubernamentales. Así que, mientras el funcionario local batalla para reportar
resultados exitosos, tiene que lidiar con comunidades que no se adaptan a sus
propuestas32. Esto genera altos niveles de frustración en el administrador público local.
Debido a esto, ¿no es normal entonces que estas personas busquen salidas que les
permitan cumplir con sus jefes y con la comunidad, aunque sea a través de las prácticas
menos apropiadas? Al respecto, Dror nos propone una escenario hipotético en el que el
ayuntamiento se ha rendido ante la presión descrita, y así: “Se preferirán las satisfacciones
32
Es grotesca la idea de una comunidad que no se adapta a lo que el gobierno propone.
75
a corto plazo a las inversiones de futuro, y la política será cada vez más una cuestión
emocional” (Dror, 1996, pág. 85).
A la práctica descrita, también hay que sumar la rotación trianual de funcionarios, lo cual
se ha convertido en el común denominador de la administración pública local. Esto puede
ser en parte explicado por Valencia Carmona: “El desafío medular del gobierno
municipal radica en conciliar la rotación perenne de los cargos municipales que sufrimos y
la necesidad que tiene el gobierno municipal de planear a mediano y largo plazo”
(Valencia Carmona, 2005). Dicha brevedad en las estadías del personal a cargo del
ayuntamiento, también es denunciada por Dror:
33
Lo que nos hace preguntarnos: ¿qué tan vulnerable es esta gente en realidad?
76
Sobre la base de las ideas expuestas, cabe preguntarse: ¿cómo se relaciona la frustración
de un funcionario local con la tendencia a buscar su propia satisfacción y no el bien
público? Nuestra postura es que el actual diseño de la administración pública local fue
realizado para una época en la que la labor del ayuntamiento era la de dar mantenimiento
básico al territorio (Guillén López, 1996, pág. 104), derivado de las obligaciones que la
Constitución le confiere al municipio.
Conforme han evolucionado las problemáticas y se han rebasado los primitivos umbrales
que separan el desempeño eficiente y el ineficiente, los funcionarios se han visto no sólo
rebasados, sino agobiados con una suerte de lluvia de problemáticas que se les han
achacado debido a que son percibidos como “la institución local”, cuando en realidad su
capacidad de acción no está adaptada para tratar dichos conflictos. De esta manera, no se
trata de que los funcionarios sean ineptos o deshonestos, sino que se les están asignando
labores para las que estructura gubernamental se queda corta, y por otro lado, la idea
generalizada de que es su responsabilidad promover el bienestar social también es
peligrosa, ya que esto abre la puerta a que se beneficien prácticas individualistas que en el
discurso promueven el bien colectivo.
Por ello, se hace necesario evidenciar las fallas del gobierno local como fundamentación
para que la labor del ayuntamiento sea profundamente acotada. Así, las labores de
implementación de políticas deben ser más dirigidas hacia las organizaciones civiles, las
cuales tienen mayor potencial para promover acciones colectivas, de la forma que
Cabrero Mendoza nos ejemplifica:
77
Al respecto de la anterior afirmación, debemos hacer la aclaración de que nuestra
ambición no es que las instituciones arraigadas se conviertan en gobierno, de hecho, nada
más fácil que eso para deslegitimarlas y destruirlas, ya que al convertirse en sujetos
públicos su rango de acción disminuye considerablemente en los aspectos en que gozan
de mayor experticia.
78
desempeño, y peor aún, está sujeta a la voluntad y arbitrio de personas desapegadas a la
comunidad.
The program was designed to overcome an acute economic crisis brought about by
heightening political struggles and the first petrol shock *…+ It has been called a
“shock therapy”, and could only have been imposed by a military regime (1997,
pág. 33).
Ahora bien, cabe hacer la aclaración de que los cambios “pequeños, graduales y
consensados” no necesariamente son lentos, sino que pueden ocurrir en cascada cuando
una propuesta goza del apoyo popular, o detenida y modificada en caso contrario. Esa es
79
la esencia de nuestra propuesta.
Otras razones de fondo que se deben tener en mente al optar por un enfoque gradual de
transformación, es que ya existen inercias políticas que, literalmente, se alimentan del
tejido social. Y estas van a convertirse en antagonistas de cualquier propuesta de
transformación. Parsons (2007, pág. 591) nos ofrece una síntesis de Bardach (1976), en la
que ofrece argumentos ilustrativos acerca de los argumentos discrepantes que se
presentan a la hora de terminar con una política anterior a la propuesta por la acción
colectiva:
- Las políticas están diseñadas para durar largo tiempo. Se han invertido enormes
sumas en ellas.
- Los conflictos en torno a la terminación son asuntos brutales. Las coaliciones anti-
terminación son poderosas y tal vez los diseñadores de políticas no tengan
estómago para la pelea y la sangre derramada. El cambio es difícil para los
públicos y los procesos.
- ¿Quién quiere reconocer que se equivocó?
- Los costos de la terminación pueden verse en términos del daño que ésta puede
hacer a otros programas.
- No hay incentivos políticos para cesar las políticas. La política (politics)
recompensa la innovación.
Por otro lado, el mismo autor nos facilita una serie de situaciones con potencial para
facilitar la transformación, siendo estas:
80
- Para amortiguar el golpe. La terminación de políticas puede estar diseñada para
aminorar los daños de los afectados.
El hecho de considerar las cuestiones cualitativas del quehacer cotidiano nos facilita
interpretar el fondo de las evaluaciones de impacto que suelen ser cuantitativas. ¿Cuántas
veces no se ha caído en injusticias por creer a rajatabla las evaluaciones de impacto de los
programas gubernamentales? En la sociedad civil no podemos darnos el lujo de cometer
el mismo error.
Se plantea entonces la cuestión de saber ¿por qué si hay tales alternativas estas no han
surgido ante el apabullante fracaso de las políticas gubernamentales, las cuales han sido
evaluadas hasta el cansancio? Parsons (2007, pág. 618), quien siguiendo a Wilson (1995,
págs. 132-134), nos ofrece una explicación al aclararnos que: “Si la investigación
[evaluación] es llevada a cabo por aquellos que implementan la política en cuestión (o sus
colegas), entonces la investigación mostrará que los resultados son los deseados. Si (según
la segunda ley) la investigación está en manos de analistas independientes, arrojaran
resultados negativos". Citado en: (Parsons, 2007, pág. 618).
De este modo, la institución arraigada aparece como analista independiente que evalúa el
impacto local de las políticas externas, a través de un proceso alejado de los intereses de
la estructura gubernamental. No obstante, dicho proceso, a pesar de estar emancipado de
las instituciones tradicionales, debe tomar en cuenta las cuestiones que se tratarán en los
siguientes apartados de esta etapa del ciclo de las políticas públicas, so pena de caer en
34
La sedición representada como la voluntad local del funcionario por hacer modificaciones al programa
estatal o federal.
82
errores que ya han sido documentados apropiadamente y que se presentan de manera
cotidiana en los municipios del país.
Cuando se topan con la presencia de las organizaciones civiles, una primera reacción de
las instituciones de gobierno, suele ser el intento de establecer una relación de
dominación. Este primer impulso, obedece en parte al financiamiento exógeno que han
recibido las organizaciones durante su despertar social, y también se debe a la inercia
regulatoria habitual, como nos expresa Moreno Mena:
Observamos que la postura descrita tiene más posibilidades de ocurrir en contextos en los
que el gobierno, las organizaciones civiles y las unidades productivas con fines de lucro
(empresas), trabajan teniendo como único vínculo al objeto social que atienden (sea un
grupo vulnerable, un entorno ecológico u otros), en lugar de contar con una interacción
procesual de mayor superficie de contacto.
La anterior afirmación es una fundamentación para abonar a las ventajas que la acción
colectiva nos presenta, en comparación con las actividades unilaterales de cualquiera de
83
los actores mencionados, cuyas ineficiencias son más criticables cuando se trata del
gobierno, debido a que este tiene una mayor exposición. Esto debido a los motivos que
Crozier nos menciona: “Un Estado arrogante, omnipresente y omnicompetente es por
necesidad impotente, pues sólo sabe ordenar a partir de principios abstractos y de
perspectivas generales. Sólo un Estado modesto puede en verdad mostrarse activo”
(1989, pág. 9).
Llama la atención que sea generalizada la crítica que se le hace al gobierno en lo que se
refiere a su impotencia. Esto nos debe convencer acerca de las causas estructurales de
dicha deficiencia. En este sentido, culpar a los empleados de gobierno puede resultar una
labor infructuosa, ya que probablemente no ayude a cambiar los procesos internos
holísticos, ya que:
Esta tendencia que goza de completa vigencia, es enriquecida por los intentos de la
administración pública de pretender que tiene completo control de las responsabilidades
que se le atañen, buscando distraer la atención del hecho de que existen otras entidades
sociales las cuales pueden atacar los problemas de mejor manera, pero que no
necesariamente buscar sustituir al gobierno. Una de estas “distracciones” ocurre cuando,
a partir de investigaciones independientes, se evidencian las carencias de los programas,
en cuyo caso se busca refutar los argumentos o peor aún: “suele ‘premiarse’ ese fracaso
aumentándoles el presupuesto, para tratar así de enfrentar el agravamiento de la
situación social” (Cohen y Franco, 2005, pág. 66).
84
veces se le considera al sector empresarial como una entidad que destila eficiencia, o
también como en ocasiones se le atribuye al sector social una connotación de bondad y
caridad. En la realidad, cada uno de los sectores enunciados confina a una variada fauna
de organizaciones, o como nos describe Allison: “Un "gobierno" consiste en un
conglomerado de organizaciones semi-feudales, débilmente enlazadas, cada una con su
vida propia” (1992, pág. 137).
Por consecuencia, es justo decir que cada dependencia pública tiene sus propias fallas,
justo como las organizaciones privadas, sean o no de lucro. De ahí que cada acción
colectiva debe idear su propia estrategia para amalgamarse con las dependencias
gubernamentales que le competen en su radio de acción. Así, nuestra propuesta se dirige
hacia derroteros que buscan asimilar a la burocracia local, con y a pesar de los programas
estatales y federales, facilitándoles a los funcionarios locales cumplir con sus indicadores
por un lado, y por el otro, profesionalizarse en la labor que se le encomendó y dotarles de
la posibilidad de hacer carrera fuera del gobierno pero en la disciplina en que se
especializan.
Lo anterior se propone ya que no hay nada más triste que un funcionario público que,
durante su estancia en el gobierno, sólo hiciera enemigos por haber impuesto los
reglamentos gubernamentales a los actores privados y sociales. Nada peor que un
funcionario que le da la razón a un sistema corrompido por miedo a quedar fuera de él.
Asimismo, catalizar la generación de un campo de incidencia pública, desconcentrado del
gobierno, es de una utilidad anti-centralista, como nos evidencian Cohen y Franco:
Ahora bien, existe un factor a considerar en toda esta invectiva contra los intentos
85
Estatales de cooptación de la acción colectiva. Se trata de las estrategias creativas que la
burocracia es capaz de desplegar para proteger sus intereses. Ejemplo de ello es la
externalización en la prestación de servicios. Al respecto se ha dicho:
Por consiguiente, debemos decir que los cursos de acción colectiva no suelen encontrarse
al principio de la lista de opciones que consideran los funcionarios. Esto se debe en parte a
las dificultades que representa dicha vinculación, para ellos, ya que no cuentan con el
capital social36 del que sí gozan las organizaciones civiles, o la experticia de las unidades
productivas. Dadas estas condiciones, es necesario identificar una situación genérica en la
que existe potencial para promover la vinculación del sector gobierno en nuestra
estrategia: “El burócrata típico no se embarca en modalidades de acción colectiva para
35
De antemano se pueden descartar las implicaciones éticas si el beneficio colectivo es el fin que se
persigue.
36
Al respecto del capital social se habla en el apartado de “Acción colectiva y capital social: encuentros y
desencuentros”.
86
mejorar su bienestar a menos que haya agotado las estrategias que apuntan a disparar el
bienestar individual" (Parsons, 2007, pág. 346).
De esta manera, este tipo de estrategia colectiva tiene las virtudes suficientes para seducir
a aquellos funcionarios que sí tienen vocación de gobierno, esto lo afirmamos tomando en
cuenta que: “Los verdaderos estadistas son los que supieron gobernar no para complacer
a sus electores y a sus amigos, sino para llevar a la sociedad por una vía constructiva”
(Crozier, 1989, pág. 21). Así, la relación con las autoridades locales puede ser provechosa
si somos capaces de convencerles de que este nuestra propuesta es una ruta viable de
incidencia, la cual se diferencia de las órdenes inflexibles que provienen de niveles más
altos de la administración gubernamental.
Para iniciar este recorrido, Cabrero Mendoza nos propone una clasificación de cuatro
posibles itinerarios en el cambio organizacional, siendo estos: “Inercia, excursiones
abortadas, reorientaciones, excursiones no resueltas” (2005, pág. 36). Por consiguiente, es
87
posible identificar que la mayor parte de las acciones cotidianas caen bajo la codificación
de la inercia, es decir, las cosas se hacen de una manera porque siempre se han hecho así.
En su nivel el funcionario jamás tendrá otra cosa que visión sintética, no podrá
ponerse en el lugar del practicante, cuya capacidad de innovación será propenso a
asfixiar. Su acción de interés general será siempre de regularización, de
normalización, que siempre estará contra la sorpresa, la ruptura, la propia
violencia, incluidas de manera inevitable en el descubrimiento de nuevos caminos y
en su manifestación en actos (Crozier, 1989, pág. 65).
No obstante, las acciones cotidianas, como ya se vio, tienen el potencial para cruzar un
umbral que no se había distinguido sino hasta que la colisión es inevitable. Es en dicho
momento cuando el aparato gubernamental comienza a ingeniar nuevos estándares de
conducta para imponer al resto de la colectividad. Easton ha nombrado a estos estándares
como “equilibrios”, acerca de los cuales nos dice:
Un sistema puede muy bien tener otras metas que la de alcanzar uno u otro punto
de equilibrio. [...] Los miembros de un sistema pueden desear a veces destruir
mediante acciones positivas, un equilibrio anterior e incluso alcanzar algún nuevo
punto de desequilibrio continuo (1967, pág. 220).
De acuerdo a las ideas anteriores, es factible comprender por qué una revolución no debe
imitar a las instituciones del pasado. Ya que de caer en ese error, los actores que toleraron
la llegada de la crisis, vuelven a reclamar sus puestos de dominación aunque sea a través
de procesos diferentes. Lo repetimos, eso no es más que una sustitución de élites. Por
otro lado, la ruta de la acción colectiva difiere, ya que, continuando con la alusión
insurrectiva:
Tenemos pues que, la idea de la transformación social tiene más que ver con la gradual
recuperación de poder que actualmente “está diseminado en infinidad de trincheras”
(Portantiero, 1977), que con la romántica idea revolucionaria del rompimiento repentino.
La revolución le llega poco a poco al que va tomando conciencia de ella. La idea de un
rompimiento a partir de una crisis sólo es útil para las élites políticas, quienes encuentran
en esa figura un motivo para justificar acciones antipopulares.
En oposición al paradigma que pretende demostrar que la crisis es una condición esencial
para la transformación social, Peet y Hartwick nos proponen un postulado que va más en
89
la dirección de nuestra propuesta, no obstante, careciendo del nervio necesario para
descartar completamente la necesidad de una crisis:
Una deficiencia del argumento de que es necesaria una crisis para la transformación
social, nos la propone Cohen y Franco (2005, pág. 65), quienes plantean la cuestión de que
son los “sectores más necesitados contra sectores más organizados” los que se confrontan
para ser los beneficiarios cuando el gobierno inicia un programa para combatir una
situación crítica. De esta manera, aquellos que gozan de una organización previa tienen
mayor facilidad para ser hegemonía. Debido a esto, en los casos en que una acción
colectiva ya ha sido organizada previamente y se encuentra en proceso de transformación
social, puede ser expuesta y retomada a partir de una crisis, pero de ninguna manera es
esta última su principal promotora. Y, por otro lado, ante la ausencia de acciones
colectivas materializadas en instituciones arraigadas, ni siquiera la más profunda de las
crisis podrá convertirse en pilar de una transformación social en el largo plazo.
90
estrechamente este apartado con la conceptualización del capital social, el cual se debate
en la siguiente sección.
En este sentido, cabe repetir que el gobierno, a pesar de ser una entidad responsable de
satisfacer necesidades comunes de la sociedad, sus objetivos van más enfocados a evitar
“el peor escenario posible”, en lugar de que se trate de una organización encaminada a
lograr “el mejor escenario”. Esto último no demerita la labor gubernamental, sino que
delimita el campo de acción de las organizaciones civiles. Así, estas últimas encuentran su
área de oportunidad en la redefinición de los procesos que realizan las instituciones
públicas, desde el análisis de la agenda hasta la evaluación de políticas.
¿Qué ventajas otorga una organización civil en una acción colectiva que reúne actores de
los sectores público, privado y social? La cercanía que tienen las OSC con su población
objetivo es una ventaja clave para lograr una correcta retroalimentación de cualquier
proyecto que se pretenda aplicar a nivel de campo. Dicho en otras palabras: “Una
sociedad se enriquece y se hace más sustentable mientras mejor exprese las distintas
miradas y aproximaciones que frente a una misma realidad tienen las personas” (Elizalde
Hevia, 2003, pág. 5).
37
La interdependencia radica en que la población objetivo de una OSC es su fuente de sustento.
91
Un emprendimiento intersectorial en el que gobierno, empresas y OSC generen una
organización responsable de algo en el municipio, requiere legitimación a nivel popular
para que funcione. De esta manera, no se busca que las personas cambien sus conductas
por decreto, lo cual Crozier considera risible (1989, pág. 55), sino que cada actor del
espectro social adquiere una responsabilidad en uno o más de los eslabones de la cadena
productiva del objeto dado, desde la promoción de base hasta la regulación
reglamentaria.
Es mejor que las organizaciones hagan lo que saben hacer y que no hagan lo que no saben
hacer. A pesar de que el aprendizaje institucional es ya un lugar común en lo que a teoría
política se refiere, es mejor no forzar la capacidad de resiliencia que tienen las
instituciones, sobre todo las de gobierno. Así, el hecho de facilitarles, a estas últimas, el
acceso a una postura regulatoria, facilita la transición hacia una acción colectiva
permanente, debido a que:
Esto en cuanto se refiere a las interacciones entre los actores de la acción colectiva y el
gobierno. No obstante, es necesario mantener en mente que una acción colectiva efectiva
se centra en los impactos requeridos, y no en mantener intacta la estructura interna de
organizaciones gubernamentales. De esta manera, los cambios que se buscan son a nivel
de campo. Al respecto, y para ejemplificar un caso en el que el impacto se ha sacrificado
para mantener la estructura gubernamental, Canto Chac nos dice que “llama la atención el
escaso conocimiento que tiene la población de estos programas” (2006, pág. 413). Aquí, el
autor se refiere (paradójicamente) a programas que buscan impulsar la participación
social, es decir, la sociedad no sabe que hay programas encaminados a impulsar su
participación.
92
Esto puede ser explicado en parte por el enfoque de toma de decisiones que precede al
diseño de la mayoría de los programas gubernamentales. Al aplicar un enfoque
racionalista, se genera un sentimiento de invulnerabilidad ante las contingencias de la
nebulosidad social, no obstante dicha protección es una ilusión. Contingencias son
contingencias, y sólo los que están ahí38 las pueden percibir y, en el mejor de los casos,
detectar y, tal vez (si somos triunfalistas) acotar o incluso controlar. Etzioni propone un
enfoque distinto a los dos clásicos que ya tratamos en la primera etapa del capítulo39.
Dicho tercer enfoque propone que el paradigma racional no permite evaluar las acciones
desatadas sobre un territorio, así: “La información acerca de las consecuencias es *…+ en el
mejor de los casos, fragmentaria. Los responsables de la toma de decisiones no tienen ni
los recursos ni el tiempo para recoger la información que requiere una elección racional
(Etzioni, 1992, pág. 267).
Ante la imposibilidad de conocer los impactos que tiene una acción gubernamental, las
siguientes decisiones que se tomen irán guiadas por información errónea, y por lo tanto
resultarán aún más desviadas. Esto revela una ventaja estratégica para las OSC con
capacidad para evaluar los impactos, ya que, una vez aceptado que no es concebible que
se tenga toda la información necesaria para tomar una decisión (como pretenden los
racionalistas), entonces se debe admitir que cualquier acción encaminada a incidir en lo
social irá acompañada de algún grado de incertidumbre, la cual es mejor aceptar de una
vez por todas ya que:
38
En el pueblo, rancho, gueto, fraccionamiento, edificio o cualquier otro tipo de territorio.
39
Entendiéndose por enfoques clásicos el racionalista y el incrementalista.
93
Es por esto que, en una acción colectiva intersectorial, las OSC fungen como
administradoras de la incertidumbre, y este hecho permite migrar de un estatus de
mediador hacia otro de hegemonía.
Hablar de una hegemonía de las OSC puede parecer arrogante. Sin embargo, se justifica
debido a la legitimación que les da el hecho de conocer mejor a la población objetivo. No
obstante, este conocimiento puede ser percibido como una amenaza por algunas
autoridades, como bien destaca Moreno Mena: “Llegaron otros funcionarios públicos con
una visión distinta y comenzaron a eliminar los fondos de coinversión *…+ Eso resultó un
duro golpe a las organizaciones civiles” (2009, pág. 9).
Es necesario conocer los riesgos de la propuesta de una OSC hegemónica dentro de una
acción colectiva. No todos los riesgos son exógenos, Crozier y Friedberg nos relanzan una
puntual advertencia acerca del potencial desenlace de un empoderamiento mal
administrado por el sector social: “Un cambio de relaciones de fuerza no necesariamente
trae consigo el desarrollo de una capacidad nueva y un cambio en la naturaleza y en las
reglas del juego: podría tratarse de una simple inversión de las élites” (1990, pág. 321).
Después de conocer un par de riesgos al que se enfrentan las OSC que participan en
acciones colectivas, podemos analizar algunas ventajas que el conjunto de actores sociales
obtienen al aprovechar las ventajas de la interacción intersectorial. Al respecto, Etzioni y
su enfoque comunitarista que exploraremos en el siguiente apartado, propone que las
colectividades son una base significativa para determinar las perspectivas sociales de una
persona, y que por ello actúan como una barrera de contención entre la persona y las
supraunits del Estado y de la sociedad (1968, pág. 439). Así, entendiendo como
colectividad a una población que interacciona con una OSC, la cual a su vez está vinculada
con gobierno y empresas, se logra que se generen filtros que impiden el surgimiento de
prácticas nocivas que, sin una acción colectiva con protagonismo de las OSC, se podrían
dar sin ninguna consecuencia y podrían minr la capacidad operativa del programa en
cuestión.
94
Otra ventaja de la acción colectiva es la capacidad de autogestión que adquieren los
actores sociales no gubernamentales (y los mismos funcionarios en su faceta de
ciudadanos, empresarios, onegeros, etcétera). Dicha creciente capacidad autogestora es
benéfica, ya que finalmente: "No todos los problemas, en el sentido de insatisfacción de
los ciudadanos, pueden o deben ser de la incumbencia del gobierno" (Bardach, 1993, pág.
228). Para ilustrar estas dos afirmaciones, Mazzotti percibe a las OSC como una especie
de “zona de proximidad Vigotszkyana40”, en la que las personas reciben una formación ad
hoc a sus necesidades:
"La organización se convierte en un lugar donde cada actor moviliza sus propios
recursos y aprende nuevas habilidades, adquiere un oficio profesionalizado, se
identifica con los principios de la organización a partir de su propia visión del
mundo y transita fluidamente en otras organizaciones del sector" (2008, pág. 199).
Hasta ahora, sólo se han establecido las coordenadas que delimitan el debate en torno a
la pertinencia de generar acciones colectivas con protagonismo social. Así, los pros y
contras establecidos son considerados de relevancia, no de mayor o menor importancia
que otros aspectos, simplemente factores fundamentales que no nos podemos dar el lujo
de ignorar.
El capital social es considerado por Cabrero como: “una condición previa para el
desarrollo" (2005, pág. 47). Entonces la pregunta es: ¿cómo se genera el capital social en
ausencia del desarrollo? ¿Podría tratarse de una forma embrionaria de interacciones que
surgen a partir de necesidades comunes?
Por otro lado, y siguiendo la relación existente entre capital social y el éxito en la
implementación de un programa, Canto Chac cuestiona: “¿Qué tanto los programas
federales de desarrollo social destruyen capital social?” (2006, pág. 418). Dicho de otra
manera, ¿requiere el capital social la intervención exógena?
96
Ver a la participación ciudadana como sustituto de las instituciones representativas,
quienes así lo sostienen suponen que la participación tiene un carácter transitorio
sólo en tanto que no se encuentren desarrolladas las instituciones de
representación, y una vez que esto ocurra la participación debe reducirse a su
ámbito específico del ciudadano elector y contribuyente fiscal (2006, pág. 404).
The idea of 'missing link' provides strong conceptual support for programmes that
emphasize such tasks as 'identifying pockets of social capital’, and then using
them and participation to deliver projects; or for programmes that identify the
construction of social capital with encouragement for participation (2002, pág. 7).
Así, las siguientes preguntas indispensables serían: ¿para quién funciona el capital social?
Y ¿cómo lograr que funcione a favor de la comunidad? El planteamiento de esta cuestión
es delicado ya que nos interna en el centro de los preceptos comunitaristas. Al
comunitarismo se le critica que excluye a los que están fuera de la comunidad (Harriss,
2002, pág. 9), provocando que el capital social sea utilizado como fuente de poder en
detrimento de la calidad de vida de otros.
97
En este sentido, cabe recordar nuestra propuesta inicial de tejer una acción colectiva
intersectorial entre OSC, gobierno y empresas privadas, con la finalidad de lograr una
institución arraigada que favorezca los intereses locales. Planteado de esta manera,
nuestro escenario se convierte en el candidato ideal para insertarse en el enfoque
comunitarista, ya que: “la implementación con bases ‘comunitarias’ puede fundarse en la
creencia en el desarrollo o utilización de instituciones como espacios en los que las
personas pueden aprender acerca de los problemas” (Parsons, 2007, pág. 50).
De esta manera, al lograr que nazca una institución a partir de una acción colectiva
intersectorial, estaremos materializando el espectro de las voces existentes en el entorno
municipal. Así, a pesar de que la complejidad es representada, en el largo plazo esto se
puede debilitar. Para explicitar dicha pérdida de representatividad, nos valemos de una
definición de capital social que tiene la cualidad de carecer de juicios de valor:
Dada la “neutralidad” propuesta por Rabotnikof, podemos re-concluir que una institución
gestionada a partir de una acción colectiva, eventualmente formará una élite hegemónica
que influenciará la toma de decisiones al interior de la organización, y por ende,
impactará el exterior de la misma. Es en ese momento cuando se genera la exclusión de
“los otros” de los que no están en la comunidad. Una propuesta para lidiar con dicha
crítica (dado que no encontramos una forma de evitarla) es que se debe buscar que la
hegemonía sea la de las OSC41, las cuales afilian a las colectividades sin fines de lucro
personal ni intereses cortoplacistas, y a cambio, la exclusión se dirija hacia las prácticas
individualistas que fomentan el detrimento de la calidad de vida de la comunidad.
Es verdad que se cae en un intercambio de élites, la diferencia es que la nueva élite social
representa un paradigma al cual no se le ha dado la oportunidad de expresarse. El nuevo
41
Por los motivos que ya se explicitaron en el apartado anterior.
98
liderazgo encontraría múltiples problemas de implementación para la acción colectiva,
tales como la creencia generalizada de que las crisis son esenciales o la falta de respaldo
de la burocracia local, no obstante, la resolución de dichas cuestiones entraña mayores
posibilidades de transitar hacia un paradigma sustentable, al contrario de la actual
situación, en la cual las soluciones nos alejan de dicho destino.
99
CAPÍTULO 2. Elementos para una gestión de residuos más sustentable en México
Se han tomado los testimonios y ponencias de dichos eventos como punto de referencia,
debido a la oportunidad que nos brindan para conocer distintas situaciones de la gestión
de residuos a nivel nacional, las cuales han sido documentadas por actores del sector
académico, en el 2° y 3° Encuentro Nacional de Expertos en Residuos Sólidos, así como de
los sectores social, privado y gubernamental42, en el caso de la Red GIRESOL, cuyos casos
provienen de los siguientes estados: Guerrero, México, Baja California Sur, Aguascalientes,
Nayarit, Oaxaca, Jalisco, Quintana Roo, Tabasco y Michoacán.
42
Cabe mencionar que los testimonios obtenidos de funcionarios públicos son mantenidos en anonimato, ya
que para nosotros sólo es relevante la información brindada, así como el nivel de gobierno en el que se
encuentra la persona que expuso su caso.
100
No pretendemos crear un recetario de situaciones en las que la acción colectiva resulta
útil o inútil para construir una política más sustentable de gestión de residuos. Nuestro
objetivo es demostrar cómo, incluso bajo un marco jurídico federal homologado, el
avance en materia de gestión de residuos es variable, y que esto se debe a las
contingencias propias de las comunidades donde se intenta aplicar. Es en dichos
territorios donde las poblaciones despliegan una serie de acciones no previstas, y es en la
explicación de estas, en lo que se centra el capítulo. Así, se busca documentar prácticas
que, teniendo un mayor o menor grado de institucionalización, han fomentado el
surgimiento de acciones colectivas con potencial de incidencia en la política de gestión de
residuos, o en su defecto, han encontrado dificultades debido a que no toman en cuenta
los elementos de nuestra propuesta teórica.
Finalmente, no está de más advertir que el diálogo que buscamos articular entre los
distintos actores del espectro social, está desprovisto de exhaustividad, ya que las
aportaciones obtenidas no obedecen a una sistematización de las etapas de la gestión de
residuos, sino que fueron filtradas por el imaginario de sus exponentes, quienes en el
momento de emitir sus mensajes, consideraron dichas aportaciones como prioritarias. Al
mismo tiempo, debemos prevenir al lector de que, al igual que en el apartado anterior, la
búsqueda de una consistencia inmediata entre los casos mencionados y la categorización
en que se les incluye, no será fructífera. Se trata de una propuesta conceptual integral que
resulta incoherente si se le intenta comprender de manera aislada.
101
2.1 Etapa I: Establecimiento de agenda
Otra forma de intentar atribuir funciones a una institución que no está instruida para
realizarlas, es la capacitación. A través de procesos de enseñanza se busca adaptar la
capacidad de gestión de una organización para que sea capaz de lidiar con situaciones que
102
tradicionalmente no había realizado. Esto, a pesar de ser potencialmente exitoso (en la
medida que las nuevas funciones se adapten al imaginario colectivo de los recursos
humanos de la institución), también cae en un peligro muy común en el universo de los
residuos sólidos, el cual tiene que ver con “capacitar a la persona incorrecta”. Tenemos el
caso de una funcionaria de una delegación estatal de SEMARNAT quien, al encontrarse
con que los municipios carecen del conocimiento necesario para realizar sus programas
para la prevención y gestión integral de los residuos sólidos urbanos, propone:
Lo que sí quiero hacer es realizar una serie de pláticas o reuniones con la gente del
ayuntamiento, pero específicamente la que trabaje en residuos, porque a veces
mandan a otras personas que luego de nada sirve, [esto es] para decirles el
proyecto, no sé, hasta armarles el plan, que realmente luego lo ejecuten,
obviamente esto va a depender de estar detrás de ellos, que nos manden sus
avances.
En los dos casos anteriores hemos visto cómo los ayuntamientos demuestran incapacidad
para realizar una labor para la cual están completamente desadaptados. No obstante, las
estructuras superiores de gobierno, e incluso actores privados, intentan achacarles la
responsabilidad. Para expresar otra visión de los escenarios en los que hay una baja
densidad de unidades productivas de reciclaje, tenemos el caso de Lorax Consultores S.A.
de C.V., cuyo asesor de proyectos, al encontrarse en un proceso de asesoría técnica para
ejecutar una propuesta proveniente del sector social, encuentra un vacío en la capacidad
de procesamiento de la región, en este sentido, su postura nos parece más realista porque
103
va y choca contra un umbral de la gestión de residuos en Ensenada, lo cual se sintetiza en
su frase: “El vidrio no se comercializa allá, no hay quien lo compre.”
A diferencia del caso anterior y del de Chilpancingo, Quispe Limaylla nos presenta un
escenario retrospectivo a diez años, en el que se creó una institución arraigada con la
finalidad de dar tratamiento a la fracción orgánica de los residuos en una colonia de
Texcoco. La especialización de esta institución, la cual no se atribuye a un reglamento o
función asignada por el gobierno, sino por la legitimidad de la población, queda
sintetizada por el mismo autor, quien especifica: “En el CCC [Centro de Compostaje
Comunitario] se recibe solamente basura orgánica, cuya composición está integrada
mayormente por residuos de cocina y frutas y verduras en descomposición” (Quispe
Limaylla, 2010, pág. 7).
104
número de factores a considerar en semejante propuesta puede ser abrumador para un
actor ajeno a la comunidad, de ahí que se sostenga que los practicantes de este tipo de
experiencias a favor de la sustentabilidad, deben ser locales.
Ahora bien, cabe hacer la aclaración de que no se está proponiendo que sean los
ayuntamientos los que “promuevan” este tipo de prácticas. Ya que la labor de la
recolección municipal es garantizar que no existan contingencias sanitarias, el servicio de
limpia se debe seguir brindando con todas sus virtudes y carencias. Al respecto, podemos
enriquecer el testimonio anterior con el caso de la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila
(JIRA) en Jalisco, acerca de la cual Bernache Pérez documenta que durante la
implementación de estrategias para realizar la recolección específica:
Cada municipio establece las rutas, los horarios, los tipos de contenedores y otros
detalles de la forma en que se recolecta el residuo separado. Es importante señalar
que los residentes de los municipios siguen disponiendo de sus basuras (residuos
orgánicos y los inorgánicos no incluidos en los programas de separación) en las
rutas de recolección regulares. (Bernache Pérez, 2010, pág. 6)
Así, se puede distinguir cómo la gestión sanitaria de los residuos no entra en conflicto
directo con la gestión ecológica de estos. Sino que, las prácticas encaminadas a fomentar
la sustentabilidad de la gestión de residuos poco a poco van suplantando a los sistemas
tradicionales de recolección mixta. En otras palabras ya dichas en el capítulo anterior: la
optimización de las instituciones no va a ocurrir cuando estas dejen de hacer lo que no
deben hacer, sino que se dará cuando otras instituciones (por muy primitivas que sean)
hagan lo que se tiene que hacer.
105
2.1.2 El poder de cotidianizar, ¿hay otro tipo de poder?
Una política de gestión de residuos con elementos sustentables sólo puede tener éxito en
la medida en que se logran cotidianizar sus prácticas. En el apartado anterior ya se explicó
que la baja densidad institucional no garantiza que surjan emprendimientos colectivos, de
la misma manera que la presencia de una alta densidad de organizaciones gestoras de
residuos no cohíbe el surgimiento de otras más arraigadas.
En esta sección se ilustran casos en los que las funciones tradicionales de gestión
municipal de residuos son externalizadas a actores de la sociedad civil, debido a que estos
se encuentran mejor adaptados para realizarlas. Dicha adaptación es lo que en el capítulo
anterior hemos nombrado como potencial sustitutivo, el cual es requisito indispensable
para que cualquier acción encaminada a incidir en la gestión de residuos tenga
oportunidades reales de lograrse.
Esta situación, puede tener dos lecturas: la primera es que los actores sociales dominan a
tal grado su labor, que al gobierno no le queda más remedio que adaptarse. La otra
postura promueve que desde la administración pública se busca asignar funciones a las
organizaciones, como si se trataran de “apéndices” del gobierno. Esta última es
difícilmente sostenible de acuerdo a la evidencia que presentamos.
106
municipal nos explica lo que ocurrió: “Nos dedicamos a ponernos en contacto con el
Comité de medio ambiente y con las autoridades municipales, teniendo más respuesta
por el lado del Comité, y no tanto por los regidores, que eran los que primero querían
participar”.
De esta manera, se puede ver cómo incluso las iniciativas de gobierno que llegan a
embonar en el imaginario colectivo, sí pueden ser apropiadas por los practicantes locales,
dependiendo del grado de compatibilidad que estas tengan. En este caso, dicha
compatibilidad o potencial sustitutivo fue garantizado por las posturas iniciales de los
miembros del Comité (no tanto por los regidores), como se podrá analizar a detalle en
otros apartados de este capítulo.
Frente a este panorama, y para intentar cubrir los elementos básicos del sistema de
aseo, el ayuntamiento de San Luis Potosí permitió, e incluso alentó, la participación
del sector informal en la recolección (carretoneros), pero también en otra parte del
manejo de desechos: la separación de estos (pepenadores). A partir de finales de
107
los 80’s, con el reconocimiento que el ayuntamiento le concedió a organizaciones
dedicadas a la recolección voluntaria, el sector informal ha sido un actor activo,
participante e influyente en la gestión de los desechos en San Luis Potosí. (Macías
Manzanares, 2010, pág. 2)
De ahí que sostengamos que es a partir de la experticia lograda por una colectividad, que
el ayuntamiento decide delimitar su margen de acción. De ahí que para la administración
pública local se presente continuamente el dilema de elegir entre la realización eficiente
de una de sus funciones, o la realización de la misma pero de manera subordinada.
Ahora bien, las prácticas cotidianas toleradas y/ fomentadas por los ayuntamientos no
siempre se dirigen a buscar un beneficio para la colectividad. Existen situaciones en las
que una práctica informal provoca detrimentos en la calidad y cobertura de los servicios
108
de recolección, como documenta Aviña Hernández:
Por consiguiente, se debe vigilar que las cotidianizaciones propuestas vayan encaminadas a
buscar el beneficio colectivo. De lo contrario, la inercia del día a día, o sea, el poder pasivo
de la cotidianización, estaría actuando en contra de la comunidad.
Hay dos formas de discurso que constantemente pretenden modificar las creencias de
población, estas son la publicidad y los instrumentos jurídicos. Ambas pretenden abstraer
y reflejar las contingencias de la sociedad, con la finalidad de dar una impresión de control
y mejoría, cuando en la realidad su impacto sobre el problema suele ser mínimo o
negativo.
109
situaciones en las que el uso de estos recursos es utilizado para disfrazar las fallas e
ineficiencias y de la gestión de residuos en distintos niveles.
Informantes clave mencionaron que el gobierno invierte en aquello que pueda ser
visto por las personas, como los camiones, debido a que políticamente es más
redituable. Los efectos de una inversión en el relleno sanitario no son visibles por la
sociedad, mientras que leer en el periódico sobre la compra de nuevos camiones da
la sensación de respuesta al problema de los residuos (2010, pág. 5).
43
Se analiza en el capítulo de educación ambiental.
110
De esta manera, el uso de los medios de comunicación se revela como una estrategia de
posicionamiento político individual, con nulo potencial de transformación social. Por otro
lado, el surgimiento de legislación en materia de residuos sólidos y sus afanes
regulatorios, a pesar de tener un mayor alcance, puede derivar en conflictos durante su
aplicación. Esto se puede ilustrar a partir de la frustración expresada por el consultor de
Lorax consultores S.A. de C.V, quien al respecto de la situación en Ensenada comenta:
Resulta paradójico que se sugiera la necesidad de una política para ejecutar otras
políticas. Más aún cuando, en Quintana Roo, un funcionario público de nivel estatal, al
encontrarse en una situación en la que sí existe legislación y reglamentación, descubre
que estas no se aplican, de lo que él concluye: “Eso lo hemos investigado, lo hemos
indagado a través de encuestas y preguntas en los municipios, desconocen la
normatividad, no la conocen. No saben cuáles son sus facultades. No saben hasta qué
punto pueden emplear acciones”.
Incluso, hay una área, donde está el agua, realmente no va a llevar geomembrana,
que porque el proyecto no lo pide [por haber suelo rocoso impermeable], entonces,
desde ahí no estamos cumpliendo con la norma, independientemente de que lo
111
pida el proyecto o no, *…+ porque la norma 083 te está marcando que a fuerza
tienes que meter geomembrana.
Entonces, ¿la legislación en materia de residuos es inútil? No, pero tiene un gran potencial
para serlo. Existen escenarios retrospectivos en los que la legislación vigente ha
demostrado ser muy útil para conseguir recursos para apuntalar acciones colectivas que
han demostrado ser funcionales. Ejemplo de esto es el ya mencionado caso del municipio
de Asunción Nochixtlán, acerca del cual su asesor municipal nos dice:
Con referencia a las opciones comunicativas que no caen en la retórica, sostenemos que la
mejor forma de comunicación es la observación y participación directa en las prácticas
alternativas. Esta hipótesis es sostenida por Quispe Limaylla, quien nos comenta acerca de
112
su experiencia de diez años en compostaje comunitario:
Visto de esta forma, la retórica publicitaria y jurídica se revelan como meros accesorios
ornamentales de una acción colectiva real, la cual es conocida y legitimada mucho antes de
aparecer en televisión o en las leyes. Finalmente, y como ya se sostuvo, el
empoderamiento colectivo interno es la forma más focalizada de incidencia externa.
La agenda pública tradicional está regida por macro ciclos de atención que son fijados
desde los centros neurálgicos de poder. Esto conlleva distintos tipos de ineficiencias,
algunas de las cuales ilustraremos en el presente apartado. Por otro lado, la acción
colectiva local se sustenta en micro ciclos cuyos referentes son fácilmente rastreables en
la comunidad. De esta manera, buscamos establecer que los micro ciclos de atención
comunitaria son contrapesos ideales para lidiar con la agenda impuesta desde niveles de
gobierno estatales y federales.
Una primera causa de fallas, en lo que se refiere a los macro ciclos, es el desfase existente
entre la llegada de una propuesta y su aplicación. En este sentido, un ejemplo típico de
ineficiencias provocadas por este motivo es la ausencia de recursos. Al respecto tenemos
el caso de INT-GRA Consultores S.A. de C.V., quienes al comenzar a trabajar en
Chilpancingo a través de un financiamiento federal, se encontraron en una situación
conflictiva, descrita por su propio director de proyectos: “Esta capacitación se viene ya
planeando desde principios de año pero, como siempre, hubo un recorte de presupuesto,
todavía SEDESOL no ha asignado este recurso económico por lo tanto se ha ido
posponiendo”.
113
En el caso anterior es posible distinguir que una propuesta que basa su factibilidad en los
mecanismos de financiamiento del gobierno, está destinada a caer en las ineficiencias
tradicionales del sector público. Esto a diferencia de las acciones comunitarias ya
descritas, las cuales tienen presupuestos modestos pero disponibles en los momentos de
necesidad.
Otro punto que cabe resaltar es la factibilidad de entretejer los ciclos de atención micro y
macro, ya que, en ocasiones, los programas estatales y federales dejan abierto el rango de
acción para que los municipios busquen aliados a discreción. Justo como señalara un
funcionario estatal al interrogársele si los planes estatales de acción contemplan la
participación de la sociedad civil, a lo que respondió:
Esa parte es más bien municipal. Mi trabajo es acercar a los municipios, trabajar
con ellos, plantearles todo esto, y las estrategias que pudieran aplicarse post a eso,
ya sería cuestión de irlas dialogando con ellos, pero de inicio pues no, el (programa)
está enfocado al municipio, yo a ti te capacito como municipio, y lo que quieras
hacer después con sociedad civil, etcétera, será bienvenido.
De esta manera, queda abierta un área de oportunidad para que las acciones colectivas
propuestas desde la sociedad civil, encuentren eco en el ayuntamiento local. De esta
manera, proponemos que, en materia de gestión de residuos, los macro ciclos de atención
que normalmente tienden a diluirse en una retórica que actúa como conservador del
status quo, sean inmediatizados y aprehendidos por la comunidad, para su propio
provecho.
114
Siguiendo esta línea vinculatoria entre los ciclos de atención micro y macro, tenemos el
testimonio documentado por Saldaña y Marceleño, quienes a partir de la cohesión social
de una comunidad, logran que esta interactúe en una relación equitativa con otros
actores externos, los cuales también intentan promover una cultura ambiental pero sin
aspirar siquiera a conocer las motivaciones internas que median para lograr dicho
objetivo. Así:
Ahora bien, las motivaciones internas que son tan ajenas para el observador externo,
suelen ser la principal fuente de afinidad en una comunidad. Tomemos como ejemplo a un
grupo de pepenadores, cuya labor se realiza en condiciones insalubres e inseguras, pero
que a pesar de eso, defienden su fuente de ingresos ante los embates de actores políticos
externos (gobiernos estatales) que pretenden extraerlos de su campo de trabajo. En este
sentido, Macías Manzanares nos propone una explicación para esta situación
115
se alinean a partir de micro ciclos de atención, en detrimento de los grandes ejes rectores.
Esta pauta es la que promovemos como una guía a seguir, ya que es a partir de esta
cohesión interna que los intereses exógenos se pueden someter a una lógica local.
Dentro de este marco, cabe contrastar este caso de éxito con la ya mencionada
experiencia de Lorax Consultores S.A. de C.V en Ensenada, en la cual la empresa
consultora encuentra un escenario adverso, el cual nos describe su asesor: “No hay
116
dinero, sobre todo ahora después de la crisis, y aunque hubiera dinero *…+ lo que no hay
es gente capacitada para hacer algo, ni hay infraestructura *…+ [el municipio] si lo quisiera
hacer no lo puede hacer *la mejora en la gestión de residuos+”.
Del anterior testimonio se desprenden las implicaciones que conlleva la clausura temporal
de un relleno sanitario así como su posterior regularización y el costo ecológico,
económico, social y político. Todo esto provocado por una confianza ciega en recursos
humanos externos que realizan una labor a cambio de dinero y con el más evidente
desprecio por la comunidad local44. Se puede evidenciar que, en este caso, son los
recursos humanos del estado los que vienen a aportar un rumbo de acción emergente
para evitar la contingencia sanitaria, lo cual, como ya se insistió, es su prioridad.
44
No decimos que construir un buen relleno sanitario sea una acción benéfica, pero definitivamente
construir un relleno sanitario defectuoso es todavía peor.
117
El anterior testimonio tiene el propósito de mostrar cómo los recursos humanos
capacitados se mueven entre distintos sectores, el día de hoy pueden trabajar en una
dependencia y mañana en una consultora, para después pasar a una empresa privada y
luego fundar una asociación civil de asesoría a municipios. Las interacciones son muy
dinámicas, y para prevenir corrupciones, la prioridad de participación se debe dar a
aquellos que poseen un arraigo en la comunidad a la que incumben los proyectos.
Incluso, dentro de una acción colectiva pueden coexistir recursos humanos de distintos
sectores, caso ejemplar es el Comité ambiental del ya mencionado municipio oaxaqueño
de Asunción Nochixtlán, el cual se conformaba por: “*Ex-asesores] una parte, otros son
profesores que llegaron ahí, que están dando la asesoría”. Así, un organismo que es
apoyado por la colectividad, puede llegar a tener en su dirección a miembros de distintos
sectores, lo que aporta una sana variedad de contrapesos y promueve el surgimiento de
propuestas más complejas pero mejor adaptadas al entorno local.
Otro factor que se debe vigilar es que, en ocasiones, en la gestión municipal de residuos
sólidos ocurren desbandadas de recursos humanos capacitados, quienes al encontrarse
sin opciones, son sometidos a la lógica de nuevas hegemonías ajenas a la comunidad. Para
poner esto en perspectiva, contamos con el testimonio de un funcionario municipal quien
tuvo que lidiar con esta situación durante la etapa de privatización del servicio de limpia:
118
las personas que ya tenían conocimiento, de esa manera pues iba a ser más fácil
incidir en el mejoramiento, porque ya tenían esa gente responsable que había
trabajado en la limpia. Así no sucedió, todas las personas que eran chóferes
pasaron a ser barredores, hubo una gran pérdida de recurso humano, y fue un
desbarajuste total. *…+ son personas que ya han trabajado con residuos, que se
sienten totalmente devaluadas porque les pagan muy poco, no les dicen que su
función es importante, anteriormente, en los otros años se tenía ganada esa
responsabilidad con los choferes que manejaban.
A partir del caso anterior podemos establecer que un proceso de privatización no siempre
respeta a los recursos humanos existentes, aunque existen casos en los que sí se logra un
estilo más consensado, incluso con grupos de presión (pepenadores) que no
necesariamente se encuentran en la nómina del ayuntamiento.
119
2.2 Etapa II: Toma de decisiones
Por tratarse de una cuestión de largo plazo, la incidencia en política pública requiere
considerar distintos tipos de umbrales que se rebasan durante la realización de una acción
colectiva. Estos umbrales pueden ser de tipo geográfico, temporal, monetario, de
saturación o de recursos humanos, sin descartar otros que puedan surgir.
En relación con las implicaciones, tenemos que, incluso en aquellos casos en los que se
presume de tener una experticia técnica en el manejo de este tipo de instalaciones,
pueden ocurrir errores, como documenta Macías Manzanares acerca de un caso de
remediación, es decir, se fracasa incluso durante la reparación de la falla original: “En lo
que respecta a los trabajos de remediación la empresa cumplió parcialmente y fuera de
tiempo con los acuerdos pactados: la nueva celda de confinamiento tenía deficiencias tan
evidentes como rasgaduras en la geomembrana” (2010, pág. 7).
120
Volviendo la mirada a este caso, se trata de una remediación realizada después de años de
funcionamiento del sitio, esto es, una vez que se han rebasado los umbrales mencionados.
En realidad, el hecho de contar con instalaciones de disposición final refleja el fracaso,
total o parcial, de las etapas previas de la gestión de los residuos, ya que una vez que se
ha llegado al punto de contar con un sitio de confinamiento, las acciones preventivas que
se puede realizar son mínimas e insuficientes, como nos refiere Bernache Pérez acerca del
vertedero de Los Laureles en la Zona Metropolitana de Guadalajara:
Los Laureles tenía en 1999 una docena de puntos de captación de lixiviados (nueve
charcos o lagunas de oxidación y unas tres fosas construidas para tal fin) para los
escurrimientos líquidos de los cerros de basura. Las acciones para el manejo de los
lixiviados se resumen en: no dejarlos escapar del sitio, captarlos en charcos y fosas
por el escurrimiento propio de la topografía del sitio y, finalmente, bombearlos a la
cima de los depósitos para inyectarlos conforme la lógica de la recirculación como
método de tratamiento (2009, pág. 4).
Así, el problema de los lixiviados se convierte en una prueba tangible de cómo los
ayuntamientos y las empresas privadas pueden planificar el rebase de los umbrales, pero
sin comprometerse a evitar sus consecuencias ecológicas y sociales. Una opción para lidiar
con los residuos orgánicos (que son la principal fuente de lixiviados), es el composteo de
los mismos, aunque se debe cuidar que también en este tipo de actividad existen
umbrales a considerar, como documenta nuevamente Bernache Pérez:
Hay que reconocer que el composteo es una solución importante para el problema
de la disposición final de residuos ya que la tecnología requerida es simple, aunque
se requieren espacios amplios, maquinaria y personal para compostear cientos de
toneladas de residuos cada semana (2010, pág. 7).
Al respecto tenemos también documentados otros umbrales que han sido rebasados
durante la aplicación de proyectos de compostaje. En este sentido, un centro de
compostaje comunitario bien puede ver minada su capacidad de funcionamiento si rebasa
121
la capacidad de las personas para realizar labor voluntaria, como bien nos explica Quispe
Limaylla:
Así, el hecho de asignar una retribución económica puede significar el rebase de un umbral
monetario, lo cual no tiene que ver con la paralización del proyecto, sino con la búsqueda
de mayor financiamiento, esto es a lo que nos referimos con realizar una labor de
“descostramiento”, es decir, develar aquellas situaciones que impiden la
institucionalización de una acción colectiva.
Por otro lado, cabe hacer hincapié en una cuestión, y es que se debe procurar que el
rebase de umbrales ocurra residuo por residuo, es decir, de nada nos sirve intentar
hacernos responsables de toda la gama de residuos desde el inicio, esto es una fórmula
para el fracaso como ya se documenta en Mercado Maciel (2010), por otro lado, tenemos
el caso de Taaf Consultoría Integral S.C., en el cual podemos ver cómo se dirigen los
esfuerzos a una fracción inorgánica para después comenzar a planificar el tratamiento de
los residuos orgánicos:
Hasta este momento, propiamente las etapas en las que hemos avanzado ha sido la
recuperación de los materiales reciclables que tienen valor comercial, estamos por
arrancar con la producción de biofertilizantes, es decir compostaje más
lombricultura, y pretendemos desarrollar dos líneas de fertilizantes sólidos y
líquidos, estamos haciendo ahora un tipo de pruebas.
Visto desde esta perspectiva, es sencillo visibilizar que una forma eficaz de evitar
122
encontronazos con múltiples umbrales al mismo tiempo, es utilizar una estrategia de
“dividir y vencer”, esto es, atacar a un tipo de residuo a la vez. Esta labor no la puede
realizar el ayuntamiento o la entidad responsable de la gestión municipal de residuos,
debido a que significaría lograr la excelencia en lo que se refiere al tratamiento de un
residuo, pero provocar contingencias sanitarias debido al abandono de todo lo demás. Así,
es a partir de esfuerzos sociales que se debe dar este comportamiento.
Por otro lado, desde una perspectiva más general, el sobrepasar umbrales también puede
tener consecuencias positivas. Ejemplo de esto son los casos en los que, a partir del buen
funcionamiento de una acción colectiva o de una institución arraigada, disminuyen los
estándares de desgaste en los sistemas municipales de gestión de residuos. Esto es, se
crea una sinergia positiva que beneficia tanto al gobierno local como a la comunidad,
como bien destaca Quispe Limaylla:
El impacto también se dejó notar cuando se observa que el carro de la basura del
servicio municipal recoge, en gran medida, sólo basura no putrescible. El volumen
es cada vez menor y no contiene humedad, con lo que se evita la corrosión de los
metales de los vehículos (2010, pág. 9).
Otra forma en que puede contribuir la vigilancia de los umbrales, tiene que ver con la
cuestión sanitaria del personal responsable del tratamiento de los residuos. En este
sentido, encontramos que Taaf Consultoría Integral S.C., retoma el cuidado de un umbral
higiénico, ya que considera factores de largo plazo que son imperceptibles en el presente,
y los previene, como nos indica el testimonio de su coordinador, al ser interrogado acerca
de la seguridad industrial del personal:
123
ya que éste es un área híper ventilada, decidimos no hacer una nave industrial
precisamente a consecuencia de que lo que lograríamos sería encerrar malos
olores.
Así, se revela un umbral más a considerar en la cuestión del tratamiento de los residuos
sólidos, el de la salubridad del personal que está en contacto con los residuos. De esta
manera, la vigilancia de dicho umbral debería ser suficiente para buscar alternativas a los
procesos actuales tradicionales, no obstante, en la mayor parte de los casos
documentados, esta es una cuestión que ni siquiera se menciona ya que, por tratarse de
algo que no se refleja en el presente, es difícil imaginar las consecuencias en el futuro.
En este sentido, sí es necesario aclarar que, en comparación con una acción colectiva
incipiente, es más factible para una institución arraigada introducirse en cuestiones que
requieren un mayor control jurídico, contable, organizativo, etcétera. Para ilustrar cómo
una institución arraigada logra manejar incluso residuos que cumplen con la
denominación CRETIB45, tenemos el caso de una funcionaria municipal, quien trabaja de la
mano con esta organización social y que le resuelve el problema de la gestión de un
residuo específico, como nos indica su testimonio: “Es una Asociación Civil y se dedica al
reciclaje de pilas, e incluso tiene la autorización de manejo de material peligroso”.
Frente a dicha formulación, es posible bosquejar múltiples líneas de acción para este tipo
45
Definido por la NOM-052-SEMARNAT-1993, se refiere a las características de los residuos peligrosos:
Corrosivos, Reactivos, Explosivo, Tóxicos, Inflamables y Biológicos infecciosos.
124
de organizaciones, siempre tomando en cuenta las categorizaciones de nuestra propuesta.
Así, en principio una acción colectiva no tiene límites respecto a la relevancia que puede
alcanzar en su territorio y con su población, sólo la evolución de su situación puede
marcarle rumbos de acción factibles, los cuales tienen mayores posibilidades de ser
favorables si se mantiene una vigilancia constante de los umbrales que se rebasarán en el
futuro.
De esta manera, se percibe una cierta dosis de resignación ante las transiciones
administrativas, casi tan inminente como la misma temporada de lluvias. La diferencia es
que, al tratarse de una construcción organizacional humana, es sujeta de incidencia. Sobre
dicha labor de modificación de esta práctica es que se enmarca la necesidad de contar con
una organización que extraiga la memoria histórica municipal y la proteja. Esta labor se
puede visualizar en el caso del municipio oaxaqueño ya mencionado, en el cual, parte de
la labor del Comité ambiental, externo al ayuntamiento, consiste en fungir como
contrapeso de la citada práctica transitoria, así, en esa localidad se tiene el objetivo de
que:
Este Comité perdure dentro del municipio y sea este quien exija a la siguiente
administración, debido a que las elecciones en Oaxaca son cada tres años, y barren
con todo, se llevan todos los documentos, hasta el alma del municipio se llevan. *…+
Entonces se decidió en el consejo, que se armara un comité, el cual se va a formar
como una Asociación Civil, y este sea el que le dé, ahora sí, el peso y la exigencia a
las administraciones que vayan pasando.
Asimismo, una labor continua por parte de una organización externa al ayuntamiento, no
sólo garantiza la disponibilidad de información sino la continuidad operativa de proyectos
previos, los cuales suelen ser desmantelados tan pronto llega otro partido al poder 46. Un
ejemplo de esto lo encontramos en el mismo caso oaxaqueño, a partir del cual se logró la
construcción de una planta de compostaje, cuya dirección se decidió a partir de la siguiente
disertación:
46
Finalmente no hay formas priístas, panistas o perredistas de realizar la gestión de residuos, pero sí hay
formas más sustentables que otras.
126
¿A quién se le va a dar este proyecto? ¿A los productores o al municipio? Y como
sabemos, *…+ en el compostaje municipal, quizás una administración sí le eche
ganas para poder hacer algo de composta, pero la siguiente administración ya no le
pone interés. Entonces, ahí se decidió *…+ que se le diera igual al Comité ambiental
[la organización civil].
[A la población] les hablas, les pláticas, pero hay que darle seguimiento, no nomás
llegar, y decirles: sabes qué, *…+ tienes que hacer esto, tienes que hacer lo otro y
separarme el PET y sepárame esto, pero, y por parte de las autoridades qué es lo
que van a hacer. Por ejemplo, van a ir y recolectar el PET. Esas cosas son las que
hablamos con los del ayuntamiento y ellos se comprometieron *…+ sobre todo a
ofrecer una mejor cobertura, para que no se tenga basura. Y que una persona vaya,
esta sería una persona particular, *…+ que vaya a recogerles el PET y los reciclables.
127
A partir del anterior razonamiento, se busca transitar hacia un municipio donde se pueda
rastrear la responsabilidad de cada eslabón de la cadena de gestión de residuos, en lugar
de contar con escenarios como el de la Zona Metropolitana de Guadalajara, donde
tenemos incontables casos en los que “alguien” se hacía cargo de alguna recolección
selectiva, pero dejó de hacerse porque “esa persona dejó de venir”47.
[Existe] interés de todos los asistentes por formar una red regional de intercambio
de experiencias, ya que estamos lejos de establecer una estrategia para la gestión
47
Lo que suele ocurrir al rebasar un umbral monetario o de recursos humanos, es decir, que el proyecto ya
no sea redituable o que la persona se canse, como pudimos evidenciar durante la realización de un cuasi-
experimento y durante la observación participativa.
128
regional de los residuos, por lo menos está enriqueciéndonos todas las
problemáticas y soluciones que estamos constantemente enfrentando.
129
conocimiento exhaustivo de los actores involucrados y sus capacidades, así como de una
estructura organizacional sin precedentes documentados.
¿Qué conviene más? Ser nosotros operadores, o dejarlo todo a la iniciativa privada
y simplemente ser observadores del cumplimiento de la normatividad. *…+ Y pues
bueno, entra en eso mucho el papel de la iniciativa privada como algo que le daría
una continuidad más allá de las administraciones municipales.
Así, es interesante observar que para este funcionario público, la “continuidad más allá de
las administraciones municipales” es una característica sólo alcanzable a través de la
privatización de los servicios. Esto, como ya se demostró anteriormente, es falso, ya que
también desde la sociedad civil han surgido y se han implementado propuestas que
satisfacen dicha condición.
130
el empleado del ayuntamiento encuentra que las vinculaciones con la industria recicladora
es una veta de posibilidades para lograr su objetivo, así que nos dice:
Ahora bien, este tipo de interacciones entre gobierno e iniciativa privada se dan cuando ya
se han agotado otras opciones. Así, es factible entrever que el ayuntamiento comienza a
buscar opciones dignas de una acción colectiva, pero sólo cuando ya fallaron todos los
demás mecanismos tradicionales de gestión de residuos. En el caso que tratamos, el
municipio ya tenía una larga serie de acusaciones y problemáticas con una empresa
concesionaria, acerca de la cual menciona el funcionario:
Lamentablemente, y ellos lo saben, esta empresa [Domus] tiene una multa por la
celda del relleno sanitario, entonces estamos con una empresa que aunque tenga
131
también las ganas, no tiene ni el dinero ni conoce los pasos básicos de la
recolección *…+ en ese sentido lo único que podemos hacer es seguir fomentando la
instrucción y formación.
Este es un caso sui generis, en el sentido de que, para la creación de este sistema,
participa el gobierno municipal, las autoridades ambientales del estado de México y
la iniciativa privada.
A partir del análisis de este caso, podemos detectar y analizar un factor clave que
concierne a la gestión de residuos, y este es la inversión privada. Esta aparece en
ocasiones como una condición indispensable para gestionar cualquier proyecto, no
obstante, sólo resulta en verdad imprescindible en los casos en que no hay posibilidades
de que una comunidad apoye una causa, en este caso: ¿qué comunidad apoyaría una obra
encaminada a mejorar la gestión de un vertedero? El coordinador del proyecto nos
explica:
Algo que fue todo un reto es el hecho de lograr que los inversionistas *…+ del lugar,
decidieran apostarle a un proyecto de esta naturaleza, aún cuando en su mayoría
132
todo mundo decía que la basura deja mucho dinero, logramos romper con el mito,
les planteamos un proyecto de inversión, les resultó atractivo, y una parte muy
importante [del retorno de inversión] son los cobros que se efectúan a los
ayuntamientos que depositan la basura y por otra parte los recursos que se están
recuperando a través de los materiales revalorizables que se encuentran en la
basura.
De esta manera, se tendría que tomar como “comunidad de inversionistas” a aquellos que
deciden invertir en la mejora de la gestión de un vertedero, los cuales, como ya se explicó,
representan el fracaso de las etapas previas de gestión de residuos. Así, se evidencia que,
a pesar de que existan emprendimientos intersectoriales, estos no necesariamente son
colectivos porque no van dirigidos al beneficio de la colectividad, sino a la obtención de un
beneficio monetario, como bien ilustra la continuación del testimonio:
De lo anterior se debe advertir que no puede existir acción colectiva en labores que no van
encaminadas al beneficio colectivo. Esto es, a pesar de que el citado proyecto
aparentemente no perjudica directamente a la población de dicho municipio, en el fondo sí
lo hace, porque permite postergar el rebase de los umbrales naturales que hubiera
encontrado (y que encontró), la gestión tradicional, de manera que le permite al
ayuntamiento retomar esta forma de vinculación artificial con el sector privado, en lugar de
buscar formas más orgánicas de interacción que limiten desde el origen la cantidad de
residuos que llegan al vertedero, como sucede al negociar con los recicladores.
Por otro lado, Taaf Consultoría Integral S.C. pudiera iniciar una verdadera acción colectiva
al promover prácticas de separación en origen y recolección específica, sin embargo, las
posibilidades de esto son mínimas, ya que una acción colectiva auténtica se comporta
133
como tal desde sus inicios.
Por lo tanto, se puede decir que la labor regulatoria de una acción colectiva consiste en
adueñarse de las actividades productivas en las que los emprendimientos lucrativos
abrevan. Así, el proyecto anterior no podría existir en presencia de una auténtica acción
colectiva, por ejemplo, si hacemos un esfuerzo de imaginación: ¿qué le quedaría por
enterrar a Taaf Consultoría Integral S.C. si se encontrara con que el municipio al que presta
sus servicios ya está saturado de instituciones del estilo de los CCC del Dr. Quispe Limaylla,
y de otros mecanismos de recolección, acopio y reciclaje de inorgánicos?
Las dependencias gubernamentales no han sido del todo impermeables a la influencia que
ejercen sobre ellas las acciones colectivas, así como sus fases embrionarias. Para ser
consideradas como acción colectiva, las iniciativas locales deben contar con una
conciencia. Así, el sector público también se ha adaptado a dicha lógica de
funcionamiento, en lo que se refiere a los residuos sólidos.
134
La figura organizacional que han adoptado las entidades gubernamentales que, siguiendo
un proceso de mimetización, han comenzado a buscar una hegemonía regulatoria propia
que exceda a la duración de las administraciones estatales y federales, es la de Organismo
Público Descentralizado (OPD). Así, el OPD, a pesar de no ser una figura legal nueva, sí
representa un intento original de regulación. Esto surge principalmente debido a las
razones que nos da un funcionario y legislador estatal:
Así, al contar con una organización consciente de sí misma, al igual que cualquier
dependencia pública, pero con la diferencia de que su periodo de duración va más allá de
lo que marcan los periodos electorales, el sector público garantiza que contará con un
representante adaptado a las tendencias que surgen en la gestión de residuos y que tienen
que ver con la planificación a cada vez mayor largo plazo.
De acuerdo con lo anterior, se puede asegurar que hasta el día de hoy los intentos más
claros de toma de conciencia en acciones colectivas han surgido en el sector de los
pepenadores. Ejemplo de esto nos lo ofrece Macías Manzanares, quien nos explica cómo
sucedió esto en San Luis Potosí:
Con el paso de los años los pepenadores que laboran en Peñasco se concentraron
en un grupo bien organizado, la intención era movilizarse para gestionar diversos
apoyos a través del ayuntamiento de San Luis Potosí, incluso el gobierno del estado.
El Sindicato Único de Pepenadores, aunque formalmente no está constituido como
un sindicato, opera como tal al luchar por mejores condiciones laborales para sus
135
agremiados (2010, pág. 3).
Luego del testimonio anterior, hemos establecido que en la gestión de residuos sólidos es
necesario contar con organizaciones de largo plazo si se quiere garantizar una posición
estratégica. Por parte del sector público se tienen los OPD, y en el sector social existen los
sindicatos. Por otro lado, las empresas privadas han sido consideradas tradicionalmente
como entidades estables, no obstante, dicha estabilidad entra en conflicto cuando se
enfrenta con otras organizaciones que también gozan de una legitimidad fundamentada en
una tradición de trabajo, como nos relata la misma autora:
El caso anterior no es aislado, pues también Cuoto Benitez nos señala un caso proveniente
del norte del país, en el que explicita el conflicto naciente entre la concesionaria
Promotora Ambiental S.A. B. de C.V (PASA) y una organización sindical: “El desempeño
mostrado por la concesionaria PASA-Reynosa representa una amenaza por diversos
factores: 1) por la existencia de un sindicato de trabajadores de la limpieza al que están
afiliados los empleados de la empresa” (2009, pág. 8).
Lograr esto, es indispensable para que una acción colectiva sea capaz de discernir entre
aquellas acciones que podrían llevarlas a traicionar sus objetivos iniciales, y otras que la
136
fortalezcan. Esto es necesario sobre todo en el sector informal, debido a su relevancia en
lo que se refiere a prácticas sustentables de gestión de residuos, las cuales han sido
desdeñadas por otros actores, por los motivos que ya se han expresados. La importancia
del sector informal tiene que ver con la habilidad que ha demostrado para cubrir las
ausencias de gobiernos y empresas concesionarias, como nos proponen Favela Ávila y
Ojeda Benítez:
Acerca de esto, cabe remitirnos a la cuestión del umbral rebasado por los voluntarios en el
CCC del Dr. Quispe Limaylla, y preguntarnos: ¿cuánto tiempo podrán los promotores
voluntarios realizar su labor antes de que requieran un pago o se agoten? Sólo a partir de
la solución de esta problemática (y después del descostramiento que prosigue a cualquier
empresa voluntariosa), es que se puede comenzar a aspirar a emprendimientos colectivos
48
Lo relevante es lo indispensable.
137
que en verdad tomen conciencia de sí mismos y protejan sus intereses. Estos últimos
también pueden ser socavados por el origen gubernamental de la propuesta de Atemajac,
con todos los sesgos que esto imprime en un intento de acción colectiva, el cual
difícilmente se logrará si su principal afán es cumplir con la retórica reglamentaria, por
más local que esta sea.
138
2.3 Etapa III: Implementación y evaluación
En este caso, la labor del gobierno se centra en dos frentes: dirigir los esfuerzos de la
empresa consultora y fiscalizar el uso de los recursos. En este caso, por estar la empresa
139
supeditada al financiamiento exógeno, no le quedan más opciones que aceptar la
supervisión. De ahí que insistamos en la necesidad de obtener recursos locales, los cuales
catalizan la obtención de mayor autonomía estratégica. Un caso similar, en el que las
facultades de una propuesta social son sometidas por los intereses de la burocracia local, lo
encontramos con Lorax Consultores S.A de C.V., cuyo asesor explica cómo la lógica de
funcionamiento de una propuesta de la Sociedad Civil, se ve condicionada por el
ayuntamiento:
Así, cuando un proyecto se plantea de manera cupular desde sus inicios, las posibilidades
de represión son superiores. Eso a pesar de que la alternativa sea mejor que la forma
tradicional de hacer las cosas. Esto en realidad no importa, ya que la burocracia local tiene
una agenda de intereses propios que nada tienen que ver con la población. Así, sólo en
casos de emergencia es cuando los funcionarios comienzan a escuchas propuestas, ya sea
que provengan del tejido social o de proposiciones desde las empresas lucrativas, como
ocurrió en el citado caso:
141
rubro productivo a otro, provoca que los funcionarios tomen decisiones sesgadas, aunque
como ya se explicó en el apartado pertinente, es natural que consideren como verdadera
una información que se representa como tal. Además, el factor de la premura y de la
urgencia influye definitivamente en provocar que se tomen cursos de acción que
normalmente no se elegirían.49
Otra veta de conflicto, en lo que se refiere a las acciones de la burocracia frente a las
acciones colectivas, es la negociación posterior a la llegada de un nuevo concesionario, el
cual comienza a fungir como un brazo operativo de la burocracia local. Esto les permite a
los funcionarios mantener su posición de poder al mismo tiempo que la empresa privada
ordeña los recursos del ayuntamiento y les libera50 de parte de su responsabilidad.
Se puede visibilizar la alianza existente entre estos dos actores sociales (burocracia y
concesionarias), en casos como el de San Luis Potosí, en el cual la comunidad de
pepenadores tuvo que ganarse a pulso su lugar y a fuerza de utilizar diversas estrategias
que les permitieron enfrentar prácticas que amenazaban su subsistencia, de la forma que
nos explica Macías Manzanares:
49
Como ya nos explicó Gilbert previamente: “las creencias se instalan más fácilmente cuando los recursos
cognitivos del creyente han sido devastados” (1991, pág. 111) (Debido al cansancio, la presión y/o la
urgencia).
50
Esta liberación es ficticia, ya que legalmente el ayuntamiento sigue siendo corresponsable.
142
de nuestra propuesta radica en la vinculación directa que tienen los actores sociales con la
población en general, y dicho vínculo se encuentra en un nivel de interacción demasiado
fuerte como para que una embestida de actores antagónicos lo puedan fracturar. Sólo las
deficiencias de la misma acción colectiva pueden promover la disolución de dicha afinidad
que se materializa en prácticas más sustentables de gestión de residuos.
Por otro lado, también vale la pena mencionar la situación del CCC, el cual consideramos
como el único caso, en este documento, que se trata de una verdadera acción colectiva
que ha logrado fraguar en una institución arraigada. Al respecto, Quispe Limaylla nos
menciona como fue la reacción del ayuntamiento ante este emprendimiento social:
Una de las limitantes desde el inicio del proyecto ha sido la escasez de recursos,
tanto para la construcción de la infraestructura como para la operación del mismo
*…+. Otra de las situaciones que limitó el avance del proyecto ha sido la escasa
valoración del proyecto por parte de las autoridades locales y municipales, lo que
ha motivado la poca respuesta a las solicitudes de apoyo (2010, pág. 10).
143
En relación con las implicaciones de la evaluación, consideramos que deben ser los propios
beneficiarios quienes evalúen y establezcan las recomendaciones y alternativas para
mejorar las prácticas cotidianas. En este sentido no descartamos el hecho de que puedan
existir otras instituciones, con mayor o menor grado de arraigo, pero que también pueden
convertirse en evaluadores válidos para el desempeño de una acción colectiva, o en su
caso, de una institución arraigada. Esto a partir de que ya hemos sostenido que se requiere
de una densidad institucional para garantizar que exista un nivel aceptable de vigilancia
entre unas acciones colectivas y otras, con la finalidad de que no se caiga en prácticas auto-
intoxicantes que, a pesar de ser benéficas para la localidad, pueden dañar a otras
poblaciones. Para ilustrar una situación cercana a nuestra propuesta, el asesor de Lorax
Consultores S.A. de C.V. nos explica la estructura de su proyecto, el cual no es una acción
colectiva de acuerdo a nuestros criterios, pero sí comparte algunos rasgos comunes, y dada
la carencia de acciones colectivas documentadas, nos permitimos utilizar su testimonio:
Una acción colectiva con enfoque de desarrollo social no inicia por emergencia, ya que en
una contingencia se disminuyen las probabilidades de generar nuevas prácticas
144
consensadas. En lugar de esto, se reconstruyen élites que no cambian el fondo de la
cuestión pero dan una sensación de cambio.
Explicitado lo anterior, tenemos el caso de INT-GRA Consultores S.A. de C.V., quienes nos
explican la situación ante la cual el ayuntamiento aceptó su colaboración:
Cabe además explicar que en el citado caso, la estrategia del ayuntamiento era que la empresa
consultora brindara capacitación ambiental a la población de la zona aledaña a los vertederos,
como si fueran ellos los únicos responsables del problema.
En la misma sintonía, tenemos el caso de Taaf Consultoría integral S.C., cuyo caso ya se discutió
145
previamente. Para comprender qué arrincona a un ayuntamiento a decidirse por apoyar este tipo
de proyectos en lugar de buscar soluciones a largo plazo, tenemos que recordar las limitantes
trianuales, los vicios de la burocracia, las carencias de recursos humanos, el desconocimiento de la
comunidad, la baja densidad de instituciones que asesoren al respecto, es decir, se trata de un
caldo de cultivo para que abunden los proyectos que se dedican a “mejorar la forma de fracasar”,
como nos explica el coordinador:
El único municipio que de alguna manera demostró interés [en el proyecto], eso
porque tenía ya una multa grandísima, fue Santa Cruz Atizapán, y ahorita que ya
están viendo los beneficios, los demás municipios quieren que hagamos
exactamente lo mismo, pero lo que estamos buscando no es tanto replicar ese
modelito en todos los municipios, sino lograr que la capacidad instalada crezca, y
que realmente se transforme en un proyecto regional. *…+ El presidente municipal
estaba muy preocupado, al grado que decía que ya tenía una multota del tamaño
del mundo, y pos evidentemente por eso nos dio chance de trabajar.
146
Si bien es cierto que los proyectos encaminados a la mejora en la gestión de los sitios de
disposición final probablemente se seguirán requiriendo hasta que exista una
infraestructura social, económica e industrial para dar tratamiento a la totalidad de los
residuos, sostenemos que no es recomendable la forma apresurada en que suelen
implementarse.
En este sentido, nuestra crítica hacia las acciones urgentistas promovidas por las crisis
también encuentra eco en un caso que ya conocemos, en el cual un funcionario municipal
se vio responsabilizado por la inexperiencia de la empresa a la que asignó la concesión del
servicio municipal de recolección y disposición final. Para comprender cómo fue el
proceso de dicha licitación tenemos el testimonio de este empleado del ayuntamiento:
El municipio nada más permaneció como observador *…+ Cuando pidieron las
licitaciones, salió la licitación muy rápido, se hizo muy rápido el proceso *…+, es
decir, fue un momento coyuntural, porque se necesitaba la celda de inmediato.
Entonces [la vinculación] fue realmente con alguien [con quien] ya se había
tratado.
Así, se puede comprender el potencial dañino de afrontar una crisis con acciones
apresuradas. Toda esta gama de experiencias de crisis van diametralmente opuestas a los
procesos de acción colectiva, los cuales toman tiempo para cultivarse en el tejido social y
147
adaptarse al imaginario colectivo. No obstante, también a nivel de gobierno existen
actores que denuncian la irresponsabilidad confinada en este tipo de decisiones
aceleradas. En este caso, es un funcionario estatal del mismo estado quien dirige su
crítica, no tanto al empleado municipal sino al municipio en conjunto:
Tenemos el caso del municipio de [X] que, *…+ sin querer perjudicar a nadie, no han
querido o no han podido *…+, no lo sé, establecer una estrategia que pudiera ir
encaminada a más de tres años. Sino que, entra una nueva administración y como
sea se la rascan para poder llevar a cabo sus acciones, tanto de recolección como
de disposición final, y le dejan esos problemas a la siguiente administración, y así se
han ido, se han ido, se han ido.
Por otro lado, es necesario mencionar la postura de una institución arraigada ante los
intentos que, de buena voluntad pero poca factibilidad, emprenden los ayuntamientos
cuando procuran buscar formas más sustentables de gestión de residuos. En este caso,
Quispe Limaylla nos describe una situación que también hemos atestiguado de forma
exhaustiva en la ZMG, y se trata del revolvimiento de los residuos separados (en
fracciones orgánica e inorgánica) cuando entran en el camión recolector:
[La separación] aún en los casos en que esta se realice, al momento de su traslado,
los trabajadores de los servicios de limpia, las vuelven a mezclar, o la porción
orgánica no es manejada apropiadamente, trayendo como consecuencia la
incredulidad de la gente para separarla (2010, pág. 5).
Esta incredulidad de la que nos habla el investigador, es otro daño colateral que también
se puede explicar a partir de nuestra conceptualización de los mecanismos de la creencia.
¿Cómo se va a creer algo que está demostrando ser falso frente a nuestros ojos? La
148
realidad es que la separación sí ahorra tiempo a los pepenadores en los vertederos, no
obstante, eso no lo ve la gente.
A diferencia de todo lo anterior, la acción colectiva se maneja bajo una lógica distinta
capaz de permear incluso en los ambientes de mayor incredulidad y hostilidad. Esto se
debe a su tendencia conciliatoria, dialogada, arraigada y estabilizada por los plazos de
años y años durante los cuales se optimiza y pone a prueba su coherencia, día a día, hora a
hora, como bien sugiere la siguiente síntesis:
149
evidencias de la necesidad de que esto ocurra, si aspiramos a introducir elementos
sustentables que transformen las prácticas tradicionales.
Tenemos un testimonio que nos es útil para ilustrar la importancia de contar con
organizaciones que actúen como filtros o mediadoras entre los intereses comunitarios y
los de otros actores. Esto no sólo representa una ventaja para la población, la cual se ve
protegida ante las supraunits exógenas, sino que también es útil para estas últimas, ya
que sus propuestas pueden ser más coherentemente evaluadas y retroalimentadas
respecto a sus posibilidades reales de implementación, al contrario de lo que actualmente
ocurre, como nos ilustra el director de proyectos de INT-GRA Consultores S.A. de C.V:
Muchas veces yo estuve del lado del gobierno, [pero] ya como consultor *…+ puedes
sugerir, puedes pedir, puedes proponer las maravillas, pero a la hora de la
aplicabilidad ahí tú no puedes hacer nada, es uno de los problemas que yo [he
detectado].
A partir del anterior testimonio, cabría preguntarse qué tan colectiva es una propuesta
descontextualizada de la comunidad. En este sentido, los actores de la iniciativa privada
pueden proponer cursos de acción a los gobiernos, los cuales también están desapegados
del tejido social. Esto nos revela la situación imperante de alienación existente y lo absurdo
de pretender que una propuesta planteada “desde arriba” funcione.
150
los beneficios que se obtienen del establecimiento de una planta de esta
naturaleza.
Llama la atención que se perciba como una dificultad el hecho de que exista una pluralidad
de voces en el terreno, cuando en realidad, ya hemos establecido que la complejidad (más
que la pluralidad), es una oportunidad para establecer los mejores rumbos de acción
disponibles. Esta incapacidad para lidiar con la complejidad es precisamente lo que se
pretende remediar a partir de propuestas más colectivas, que no escatimen en sumergirse
en el discurso de la amplia gama de actores sociales existentes en una comunidad, con la
finalidad de acordar rumbos de acción aceptables.
Habría entonces de por medio una negociación en donde se acordó que los
pepenadores permitirían el "acceso" de la empresa en el tiradero para realizar la
remediación, mientras que la empresa no se inmiscuiría de ninguna manera en la
labor de la pepena (Macías Manzanares, 2010, pág. 6).
A partir de los dos anteriores casos, podemos establecer un contraste y obtener una
conclusión: comunidades con baja densidad de acciones colectivas e instituciones
arraigadas, estarán condenadas a ser sujetas de los intereses individualistas, sean externos
o internos. Ahora bien, pueden existir situaciones excepcionales en las que una propuesta
externa sea tan compatible con los intereses comunitarios, y exista tal potencial sustitutivo,
que el proyecto sea arrebatado por la colectividad a pesar de haber pertenecido a una
pequeña élite local, como nos explica el asesor de Asunción Nochixtlán, Oaxaca:
Ellos [los regidores], eran los más interesados en cuestión de trabajar lo de los
residuos, y a la mera hora se les cambió la versión *…+, la comunidad se asoció
151
mucho, se adueñó de ese programa, y se le exigió por parte del consejo que la
Comisión [ambiental] lo manejara, *…+ porque ahí, el factor que hizo que esto se
cambiara, fueron los actores [asesores locales] que ya han trabajado algo de
residuos, algo de composta, algo de reforestación, de conservación de los recursos
naturales, para que los del Comité [ambiental] cambiaran la versión y dijeran, pues
sabes qué, la [planta] de composta no te la podemos dejar municipio, porque tú
sales en el 2010 y de ahí quién le va a dar [seguimiento]. Ese tipo de opiniones
fueron las que cambiaron todo favorablemente, pues el municipio dijo, está bien, te
lo vamos a dar porque, pues lo estás exigiendo *…+. Pero eso nos ocasionó que
ninguno de los regidores siguiera participando.
A pesar de que el caso anterior es una excepción, nos es útil para ilustrar como una
colectividad con potencial sustitutivo no sólo puede imponerse, sino que tiene el poder de
arrebatar lo que le sirve de otros actores para su propio beneficio.
Ahora bien, para cerrar el presente apartado, cabe hacer un contraste entre la situación
anterior en que la población se adueña de la posibilidad de recolectar y compostear sus
propios residuos orgánicos. Esto a partir de la socialización del conocimiento con el que
cuentan los recursos humanos más capacitados de dicha comunidad, comparado con las
dificultades que encuentra una funcionaria de una delegación estatal de SEMARNAT para
capacitar a los responsables de los servicios municipales de limpia:
Esta situación nos alecciona acerca de la capacidad de una acción colectiva para sortear
umbrales geográficos y temporales (debido a la cercanía geográfica de la comunidad local),
al mismo tiempo que nos permite identificar los umbrales que, para los distintos niveles de
152
gobierno, resultan complicados de allanar. Este sólo es un ejemplo de las múltiples
dimensiones (ideológicas, económicas, culturales, territoriales, de conocimiento, etcétera)
en las que una acción colectiva puede anclarse para convertirse en una hegemonía que se
imponga a los intereses individualistas que busquen drenar el potencial benéfico de la
comunidad.
Para ilustrar la relevancia del capital social en una acción colectiva, carecemos de los
suficientes casos que nos permitan evidenciar cómo esta cuestión es indispensable en
cada etapa de la formación de nuestra propuesta. No obstante, sí contamos con un par de
testimonios que nos permiten distinguir la importancia de manejar con cuidado el asunto
de las élites de un movimiento social, así como la sustitución de las mismas.
Como ya se estableció en el capítulo anterior, una acción colectiva entraña una sustitución
de élites, con la diferencia de que se promueve que sean actores de la sociedad civil
quienes ejerzan un mayor peso sobre el rumbo de la sociedad, en comparación con las
tradicionales pautas unilaterales de gobiernos y empresas privadas. De esta manera, para
mitigar una crítica que se le puede hacer a nuestra propuesta, nos enfocamos en ilustrar la
relevancia de contar con una élite proveniente del sector social, ya que, en caso de no
haberla, se puede caer en posturas plutocráticas que de nada nos sirven.
De esta manera, utilizamos el ejemplo del CCC, que es el único que reconocemos en este
153
documento como una auténtica institución arraigada. Para demostrar cómo funciona la
dirección de dicha institución, Quispe Limaylla nos indica que: “El proyecto está bajo la
responsabilidad de un comité, integrado por cinco miembros, elegidos en asamblea de la
comunidad” (2010, pág. 9).
Nunca hubo alguien que lidereara el proyecto, ya fuera gobierno federal, gobierno
estatal o gobierno municipal, algunas de las dificultades que suscitaron esto, es
que, al final todos eran líderes del proyecto y todos aportaban cosas que muchas
veces eran temas interesantes, pero que no venían a colación con respecto a los
objetivos que estábamos planteando.
Finalmente, después de exponer cómo el asunto del capital social sí puede llevar a críticas
acerca del elitismo y la marginación de aquellos que se encuentran fuera de la comunidad,
no nos queda más que aceptar que se requiere más trabajo de documentación en lo que se
refiere a la labor que juega el capital social en toda nuestra propuesta, lo cual, a pesar de
tratarse de un asunto clave, se trata de una conceptualización difícil de asir, y más cuando
el presente capítulo se construyó a partir de testimonios concentrados en el tiempo y
espacio, es decir, durante eventos a los que acudieron representantes de gobierno,
empresas y organizaciones civiles y académicas. Esto denota una realidad: la acción
colectiva, por realizarse en un territorio dado y con una población local, puede
documentarse más fácilmente in situ, y su catalizador principal, el capital social, es
endémico a su comunidad. Difícilmente se le puede abstraer dentro de este documento de
retórica académica.
154
CAPÍTULO 3. La gestión de residuos sólidos urbanos (GRSU) en Zapopan
Después de haber abordado la correlación existente entre nuestro andamiaje teórico y los
casos documentados a lo largo y ancho de la República, es momento de territorializar
nuestro foco de atención al municipio de Zapopan. Anteriormente hemos ilustrado el
potencial explicativo de nuestra conceptualización, en lo que se refiere a episodios
específicos y aislados de la gestión de residuos a nivel nacional. Esto ha sido una prueba
inicial que nos es útil para familiarizarnos con el uso de nuestros conceptos.
Previo a dicha etapa final, se han evidencian los antecedentes con los que se cuenta para
la redacción del presente documento, los cuales, a través de un exhaustivo proceso de
discriminación, fueron reducidos a sólo tres productos académicos que reflejan de manera
clave los esfuerzos previos en materia de investigación de residuos sólidos en esta
municipalidad.
Es necesario aclarar que se carece de una contextualización regional o estatal per se,
155
aunque esta sería útil, los testimonios que utilizamos en la presente tesis fueron limitados
por el carácter exclusivo que tienen los eventos de los que se obtuvieron los casos. De
esta manera, esperamos que la naturaleza metropolitana que persiguen la mayor parte de
los sujetos entrevistados, compense en parte dicha carencia.
156
Tabla 1. Proyección poblacional de Zapopan de 2006 a 2030
Este cambio poblacional es relevante para Zapopan y para la ZMG debido a que, a pesar
de tratarse de una zona conurbada, cada municipio aún ostenta autonomía en lo que se
refiere a la GRSU. No obstante, incluso en un futuro escenario en el que exista un
mecanismo metropolitano para la GRSU, en el que se incluya a todos los municipios de la
ZMG, incluso entonces el factor poblacional será un criterio elemental ya que el futuro
aumento poblacional integral de la ZMG se puede percibir en las figuras 1 y 2, y “este es
un factor importante para hacer las proyecciones de servicio a futuro” (SEMARNAT y
GTZ, 2006).
157
Figura 1. Población de ZMG en 2010
2010
Zapopan
1,286,447
Guadalajara
1,549,506
El Salto
Tonalá 137,657
469,954 Tlajomulco
Tlaquepaque de Zúñiga
641,669 308,187
Fuente: Elaboración propia con datos del CONAPO
2030
Guadalajara
Zapopan 1,216,292
1,680,215
El Salto
239,374
Tlajomulco
Tonalá de Zúñiga
674,933 Tlaquepaque 688,046
898,842
Fuente: Elaboración propia con datos del CONAPO
Por otro lado, de acuerdo al Consejo Estatal de Población (COEPO) el número de viviendas
que se tiene registrado en el municipio es de 276,433, perteneciendo este último dato al
año 2005. Conocer el número de viviendas es importante para la GRSU, debido a que
estas son los principales núcleos poblacionales con los que se cuenta, y por lo tanto
158
actúan como fuente de engendramiento y generación de residuos sólidos, según
Escamirosa Motalvo (2001, pág. 25). Por ende, es en el interior de dichos núcleos
poblaciones (las viviendas), donde se debe iniciar el proceso de GRSU, y no una vez que los
residuos han salido a la calle y su composición se ha heterogeneizado.
Guadalajara
Zapopan 382,062
276,433
Tonalá El Salto
85,557 24,299
Tlajomulco
Tlaquepaque de Zúñiga
123,572 51,003
3.1.2 Territorio
159
Figura 5. Ubicación de Zapopan en la ZMG, en Jalisco, México.
Zapopan se compone de 10 distritos urbanos y una zona rural. A su vez, cada distrito
urbano se divide en una variable cantidad de subdistritos.No obstante, cabe aclarar que
esta subdivisión distrital no afecta la distribución de las rutas de recolección de residuos
sólidos, las cuales cruzan de manera transversal todo el municipio.
160
Figura 6. Mapa de distritos urbanos y zona rural de Zapopan.
3.1.3 Economía
51
Incluye micro, pequeña, mediana (mipyme) y grandes empresas.
161
Tabla 2. Desglose de empresas ubicadas en Zapopan
Número de
empresas de
Municipio recolección
Guadalajara 355
Zapopan 69
Tlaquepaque 42
Tonalá 21
El Salto 21
Tlajomulco 8
Total 516
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de (SEMADES, 2010)
162
la tabla 4, el número de empresas que se encuentran fuera de la capital de Jalisco es
mayoría, respecto al número total de empresas ubicadas en la ZMG. Esto a diferencia de
las empresas recolectoras, las cuales centralizan la mayor parte de sus registros en
Guadalajara.
Número de
empresas de
acopio y
Municipio reciclaje
Zapopan 14
Tlaquepaque 11
Guadalajara 9
El Salto 6
Tlajomulco 5
Tonalá 3
Total 48
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de (SEMADES, 2010)
3.1.4 Hidrología
Según INEGI53 (2002), el municipio de Zapopan cuenta con una precipitación pluvial
promedio de 992.6 milímetros, esto entre los años de 1987 a 2001. En los mismos años, se
tiene una mínima 896.6 milímetros y una máxima de 1185.5 milímetros. La mayor parte
de esta precipitación se presenta durante los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre,
por lo que se puede considerar que una tercera parte del año es lluviosa, y por ende,
durante una tercera parte del año la GRSU municipal corre los riesgos que ya se
describieron anteriormente.
52
Debido a que cualquier proceso de deshumidificación de lixiviados, por definición genera lodos de variable
toxicidad, los cuales requieren de un tratamiento antes de ser considerados como inertes y de nula
toxicidad, para su posterior disposición final definitiva como cenizas.
53
A partir de datos obtenidos por la Comisión Nacional del Agua (CNA).
164
Figura 7. Promedio mensual de precipitación pluvial en Zapopan de 1987 a 2001.
350.0
300.0 286.0
250.0 233.8
193.3
200.0 164.8
150.0
100.0
56.6
50.0 24.1
0.7 4.8 5.9 6.2 7.7 8.8
0.0
E F M A M J J A S O N D
Milímetros de precipitación
Más aún, si observamos la figura 8, podremos notar la abundancia de vías fluviales que
existen en el municipio. Estos cuerpos de agua corren el riesgo de contaminarse debido a
la presencia de filtraciones de lixiviados en los vertederos y rellenos sanitarios. Como se
puede ver, las zonas de disposición final son riesgos permanentes.
165
Figura 8. Hidrología de Zapopan.
166
3.2 Antecedentes
El tratamiento que se da a estos trabajos es breve. Esto con la finalidad de que sea el
mismo texto el que, capítulo por capítulo, vaya demostrando la vigencia de estos estudios
y su complementariedad con el nuestro. En pocas palabras, se trata de no caer en
posturas exhaustivistas de documentación del pasado, ya que esta labor ya ha sido
realizada y de mejor manera, hasta el año 2006.
El primer estudio que consideramos es el libro “Cuando la basura nos alcance. El impacto
de la degradación Ambiental”, del Dr. Gerardo Bernache. Dicha publicación nos provee de
un panorama actualizado de la gestión de residuos en la ZMG, el cual incluye:
caracterización de los residuos sólidos, estudios comparativos con otras ciudades de
México, el efecto degradador de los contaminantes y los sitios de disposición final, así
como una relatoría detallada, municipio por municipio, de cómo y quién realiza las labores
167
de gestión de residuos, desde la recolección hasta la disposición final, pasando por las
acciones de revalorización de residuos y otras prácticas encaminadas a disminuir el
impacto sobre el entorno.
Asimismo, se nos provee de una serie de retos para la gestión de residuos en la ZMG. Es a
partir de estos que se configura la presente tesis. De esta manera, se puede deducir que
las conclusiones obtenidas en el mencionado estudio, nos han servido como base para
buscar alternativas de incidencia en política pública de gestión de residuos, desde un
enfoque de desarrollo social.
168
en el segundo reto que Bernache Pérez nos plantea:
En segundo lugar viene el proceso de reciclaje propiamente que incluye, por una
parte, la consolidación de programas de separación y, por otra, la eficiente
comercialización de los materiales separados para incorporarlos como materia
prima en un proceso de producción industrial (2006, pág. 514).
En conjunto, las dos citadas premisas contribuyen a lograr la disminución de los residuos
revalorizables que son enterrados en un vertedero. Este es un escenario alejado de la
perfección, como se nos sugiere:
Así, el presente documento busca desmarcarse de posturas que buscan incidir en las
pautas de consumo de los productos y empaques que, una vez finalizada su vida útil, se
convierten en residuos. Esto a partir de que una mejor gestión actual de los residuos
puede convertirse en una punta de lanza para incidir sobre los procesos de producción y
consumo de envases y embalajes, sin embargo, las acciones encaminadas en esa dirección
no incumben a la presente tesis.
Dicho lo anterior, es momento de explorar un par de conclusiones a las que llegó la Dra.
Velázquez Patiño, durante la realización de un estudio comparativo entre la ZMG y las
169
experiencias de la unión europea. En su tesis doctoral, la autora propone dos líneas de
acción que, en 2006 se plantearon como propuesta, pero que actualmente, y como se
mostrará en el capítulo final de la presente tesis, se han convertido en estrategias
gubernamentales, además de ser coherentes con nuestra conceptualización.
Una primera sugerencia que nos aporta el mencionado texto, es el aumento de los
espacios dedicados al acopio de los reciclables, en este sentido, la propuesta textual es:
Otra posibilidad de afrontar los gastos que este nuevo sistema implica, podría
afrontarse mediante la concesión a particulares para operar sistemas de
recolección, selección y disposición de todos o de determinadas fracciones de
residuos (Velazquez Patiño, 2006, pág. 445).
170
El valor de este estudio es sobre todo etnográfico, y nos brinda una visión cercana a los
conflictos que viven los pepenadores en el día a día en la ZMG. A pesar de que se trata de
un estudio realizado en 1999, sostenemos que su validez está vigente. Esto se demostrará
en el presente capítulo a partir de los testimonios de los entrevistados, quienes no
podrían sino compartir la conclusión a la que llegó el autor:
171
3.3 Situación actual de la gestión de residuos en Zapopan
Es por lo anterior que el presente apartado sigue una redacción más libre, en la que el
principal objetivo fue buscar las concordancias entre los distintos discursos de los actores.
Se trata de un trabajo de tejido fino en el que confluye toda la subjetividad de los
entrevistados y del entrevistador, así como la de este mismo en su faceta de recuperador
de las experiencias y redactor del presente documento.
172
más que el seguimiento de las fases de las políticas públicas, las cuales deben ser tomadas
como algo secundario, ya que, a diferencia del capítulo conceptual, en este caso no se
pueden esquematizar los hallazgos con el mismo rigor que se hiciera previamente. De esta
manera, en el presente apartado son las afinidades discursivas las que aparecen como
entidades empoderadas, que si bien pueden clasificarse arbitrariamente bajo la tutela de
alguna etapa de las políticas públicas, la realidad es que bastaría con profundizar un poco
en cualquiera de dichas mixturas de testimonios, para otorgarles un valor explicativo
distinto, que las hiciera candidatas a pertenecer a otra adscripción de las etapas de las
políticas públicas.
173
3.3.1 Establecimiento de agenda
Existe un desconcierto social de que dicen [las personas], ¿para qué sirve separar si
el camión se lo lleva junto? Ya se demostró [que sí es útil], con un estudio que se
hizo con recolectores particulares, no con los camiones de los municipios, *…+
porque las bolsas de sanitarios van cerradas, las bolsas de orgánicos van cerradas y
la de inorgánicos va cerrada, entonces, una bolsa así sea de color negro, al
momento que la toca un pepenador, por el peso sabe que no es inorgánico, *…+
[Así] ya el pepenador no se va por cualquier bolsa. Si anteriormente nos decía el
promedio nacional que se rescataba el 4% por los pepenadores, *…+ esto ha incidido
2% más *…+ sin haber transformado el sistema de separación selectiva, todavía.
Abrimos el presente apartado con un testimonio de SEMADES, que ilustra el impacto real
que ha tenido la campaña de separación de residuos iniciada en 2008 y que continúa
hasta la fecha. Dicho emprendimiento fue promovido a partir de la publicación de la
Norma Ambiental Estatal SEMADES 07/2008. Como se puede ver, el citado impacto
ecológico positivo (ya que al extraer inorgánicos reciclables se reduce el volumen del
entierro) es promovido, bajo el actual esquema de recolección, por el grupo de
pepenadores ubicado en el relleno sanitario de Picachos, el cual recibe los residuos
municipales de Zapopan.
Para dimensionar el citado porcentaje, vale la pena establecer que, de acuerdo al director
de aseo público de Zapopan, actualmente se tienen avances de un 65% en la recolección
separada. Esto, significa que en 182 rutas de recolección de las 280 que se tienen en el
municipio54, ya se realiza la recolección separada, es decir, un día para orgánicos y
sanitarios y otro día para los inorgánicos. A partir del anterior dato, es posible deducir la
relevancia que representa un 65% de avance, tomando en cuenta que el total de residuos
54
Ver Anexo 1 con la solicitud de información realizada al departamento de Ecología.
174
municipales recibidos en Picachos es de 1,300 toneladas diarias.
Debido a lo anterior, vale la pena plasmar un breve esbozo de la visión que se tiene acerca
de los grupos de pepenadores que laboran en los rellenos sanitarios zapopanos de
Picachos y el de Hasar.
El Ing. Elías Ávila comentaba que, a pesar de dedicarse a lo mismo, los procesos de
formación de los grupos de pepenadores son distintos. En Hasar, el grupo se encuentra
agremiado bajo la forma de cooperativa. “Sí están sindicalizados pero bajo un proceso de
cooperativa”. Además cuentan con seguro social, que es cubierto por la misma
cooperativa. “No es lo mismo que los que están en CAABSA o en Picachos”.
El director de aseo público especifica que se trata de dos grupos sindicales distintos, la
CROC y la CTM. Siendo los primeros los que se encuentran en Picachos y los segundos en
la estación de transferencia de los Belenes. De esta manera, parte de los residuos que son
enterrados en Picachos ya llevan una preselección realizada en Los Belenes.
55
A través de la solicitud de información disponible en el anexo 1.
175
pepenadores trabajando en el relleno de Picachos y en la estación de transferencia de Los
Belenes.
Otro dato interesante que nos brindó el actual director de aseo público es que los
pepenadores reducen el volumen de los residuos entre un 30% y un 50%. Especificando
que por parte del municipio no se les provee de un pago por esta labor, es decir, por
aumentar la vida útil del relleno al disminuir el espacio que los residuos requieren. No
obstante, de acuerdo al testimonio brindado por el Ing. Haro en el relleno sanitario de
Picachos, podemos deducir que la cifra del 30% - 50% se trata de una interpretación
errónea por parte del director de aseo público, ya que durante la entrevista realizada al
Ing. Haro, comentó que en realidad los pepenadores rescatan el 1% de los residuos. “En
realidad los pepenadores no reducen tanto el volumen, sino la compactación. La grúa de
cuña es la que se encarga de 30% - 40% de la compactación”.
Profundizando en esto, el Ing. Haro dijo que los pepenadores se enfocan sobre todo en la
recolección de PET y bote lechero. Acerca del papel y cartón, “sólo lo separan en caso de
que venga en puños grandes”. Explicaba que si llega mezclado (sucio), ya no les conviene,
además de ser muy voluminoso, recalcó.
Hasta ahora, se puede percibir cómo la presencia de los pepenadores y la labor que
realizan es algo cotidiano en los rellenos sanitarios. Para nosotros, es de capital relevancia
que estos actores sociales sean capaces de imponer su micro agenda a la de los intereses
municipales, estatales y /o federales. Como ya se comentó, paradójicamente son los
176
pepenadores quienes han logrado capitalizar la acción benéfica que puede tener la
separación primaria en origen, de acuerdo a lo establecido por los actuales sistemas de
gestión de residuos. Esto a pesar de que, el mismo instrumento jurídico que ellos
coadyuvan a operabilizar, pretende extraerlos de sus actuales posiciones. Esto, como se
podrá ver más adelante, es una demanda de todos los actores pertinentes, es decir, a todo
mundo le interesa que ellos sigan ejerciendo su función de segregación y venta de
residuos reciclables, pero no es objetivo de nadie que lo hagan en las condiciones
inhumanas en que actualmente lo realizan.
Entonces, ¿cómo se han logrado mantener en esa posición durante tantos años? Para
responder a esta duda es necesario salir del relleno y buscar a las empresas que compran
los residuos reciclables. Son estas entidades las que, a través de su capacidad de
procesamiento y comercialización de subproductos industrializables, han logrado proveer
a los pepenadores y otros recolectores, segregadores y centros de acopio a flote,
mediante el pago de los materiales que ellos obtienen.
No buscamos hacer una denuncia hacia estas empresas, eso sería injustificado. Lo que se
pretende ilustrar es cómo la presencia de instituciones con capacidad de procesamiento y
comercialización de materiales reciclables, tiene más que ver con la disminución en el
volumen de residuos enterrados, con y a pesar de programas gubernamentales. Esto se
demuestra a partir de que la sinergia entre empresas y grupos de pepenadores es mucho
más antigua que los intentos gubernamentales de regular dichas actividades.
177
capacidad tecnológica para producir resina reciclada de grado alimenticio. Las
implicaciones de esto se explicarán posteriormente.
Ahora bien, la labor de los pepenadores se ha intentado limitar debido al nivel de riesgo
que presenta la función que ellos realizan. Esto principalmente a los riesgos sanitarios, y
por otro lado, a que trabajan de forma cercana a la maquinaria que da el mantenimiento
del sitio. En palabras del Ing. Ávila, “complican la labor de la maquinaria”. Esto aunado a la
presión que reciben del gobierno estatal para evitar la pepena directa en la zona de
vaciado, según comentó.
178
tiene para ellos el hecho de que exista o no exista maquinaria en el sitio donde compran
materiales reciclables: “Hay vertederos o tiraderos en los que el material, como no usan
trascabos que aplasten, y son más pequeños, pues llega el material más limpio. Pero son
normalmente basureros pequeños. Los basureros grandes pues siempre siempre viene
muy sucio”. Así, se matizan las diversas posturas respecto a temáticas particulares, como
es el caso del uso de la maquinaria y cómo esta impacta en los diversos actores del
espectro social.
Por otro lado, es necesario profundizar en las complicaciones que se viven cotidianamente
en las funciones de la empresa Avangard, la cual es el eslabón que recolecta y transforma
los residuos reciclables para reintegrarlos en ciclos productivos. De esta manera, y a partir
del siguiente testimonio, será posible comprender que para la empresa privada importen
poco los conflictos entre sindicatos, ayuntamientos y gobiernos estatales ya que los
procesos industriales de acopio y transformación presentan sus propias complejidades, de
cuya resolución depende la existencia de esta unidad económica:
A partir del anterior testimonio se puede distinguir cómo se da una evolución de las
interacciones institucionales. Es decir, estas no guardan una relación estática sino
179
dinámica, que se transforma para beneficio de ambas partes, manteniendo resultados
aceptables para los interesados. De ahí que se sostenga que la institucionalización es
necesaria para lograr que se superen las contingencias del entorno, de esta manera,
mediante la optimización de las relaciones organizacionales, se evita la ruptura de la
vinculación interinstitucional o peor aún, la desaparición de una entidad que es benéfica
para la gestión ecológica de los residuos.
Puesto que, bajo el actual sistema de gestión de residuos, la principal fuente de PET son los
rellenos sanitarios, se interrogó al representante de Avangard acerca de cuántos residuos
potencialmente reciclables se quedan en el vertedero, teniendo lo siguiente como
respuesta:
Cuando estaba la planta de Arrow, los Miramontes alcanzaron a comprobar que era
180
más negocio operarlo con separación que como relleno sanitario, y por eso, era una
banda, y ellos en un año pusieron otras dos bandas. *…+ [Los pepenadores] deben
estar en un lugar especializado. Pueden estar en una transferencia, en una planta
separadora, donde realmente la parte inorgánica que está llegando se aproveche,
porque ahí en el vertedero están a la intemperie, están en condiciones inhumanas
de vida que siempre han estado. Ellos han sobrevivido ante eso y están resistiendo,
pero qué necesidad de tanto cochinero si la gente es la obligada a separar y ellos
únicamente a recibirlo en un área especializada.
De lo anterior es posible interpretar que, el rechazo a la actual forma en que laboran los
pepenadores, no es una guerra contra ellos como grupo, sino contra la forma degradante
en que realizan su labor, y más cuando ya se tienen bosquejadas formas más dignas,
seguras y eficientes de cumplir con el mismo propósito. No obstante, buenas intenciones
es lo que sobra, como bien nos advierte Avangard, cuando se le cuestiona acerca de la
evolución en la mejora de la estructura de captación de residuos reciclables en los últimos
años:
No tanto que haya mejorado, yo creo que ha habido más apertura, lo que yo siento
es que, durante algún tiempo algunos basureros, por ejemplo, Picachos, durante
mucho tiempo no permitió la pepena, entonces era material que no se recuperaba.
*…+ Yo creo que en la medida en que haya pepenadores, o que haya… o sea, porque
luego dicen: oye, y ¿por qué no industrializan? Digo, porque hay basureros que
tienen maquinaria y no la utilizan, [esto es] porque no es barato, porque no es fácil,
porque no... O sea, por muchas cosas, porque ya entran las cuestiones políticas,
porque ya entran los intereses de muchos, o sea, no es fácil. Pero creo que sí se ha
incrementado, pero es en la medida de la cantidad de pepenadores que hay, y lo
que se les exige que saque a cada uno de los pepenadores.
181
número de pepenadores y la cantidad de material acopiado. Esto nos habla del nivel de
cotidianización de las prácticas de pepenaje, al grado de que se le considera al grupo
como un requisito indispensable para la existencia del acopio.
Por otro lado, también es posible detectar que, por parte de la empresa recolectora,
existe un desinterés, al menos en el nivel del discurso, acerca de lo que ocurre al interior
de los grupos de pepenadores. Esto por motivos que ya explicamos. No obstante, los
actores gubernamentales con experiencia en el estado, no son ajenos a estas cuestiones.
Así, SEMADES nos brinda una explicación acerca de la evolución interna de estas
colectividades de trabajadores informales:
La opinión de los que están en cooperativa, a la opinión del pepenador común, son
bien distintas, y aunque sean del mismo sindicato, son bien distintas las visiones.
*…+ Parte de los que están en Picachos vienen de los Laureles, el sindicato los
mandó para acá. *…+ Pero vas con los de Hasar y es otro rollo, y son del mismo, en
su momento cruzaron los mismos caminos, eran la misma gente, pero los alinearon
o se alinearon, tienen que dar un pago porque tiene que sacarse la cuota para
pagar el seguro de la familia. O sea, ellos se auto-pagan en esa cooperativa,
entonces si no sacan $300 pesos al día para ellos no les conviene, y ese día se
reportan mejor que no trabajaron para que no les descuenten una cuota para el
pago del seguro, pero *…+ [si duran] tres días que no te paraste a trabajar, te
castigan una semana. Son bien cumpliditos, andan con uniforme naranja, y pues no
se los dio Hasar, eso es de ellos. Tienen sus pacas bien ordenaditas, *…+ entran en la
mañana, llenan sus góndolas y en la tarde las sacan, no dejan nada en el relleno.
Siguiendo esta línea, abonada con los testimonios de Avangard, se descubre una tendencia
actual a colocar a estos trabajadores de la pepena en instalaciones adecuadas. Se trata de
una tendencia extinta que no ocurrirá, y si se da, no funcionará. Sostenemos el anterior
argumento a partir del testimonio documentado de un pepenador que nos refleja la
tendencia real del futuro en la captación de residuos en la ZMG. Dicho testimonio, a pesar
de haberse obtenido en el vertedero de Matatlán, refleja el impacto que ha tenido la
separación primaria, la cual, a pesar de facilitar el trabajo de un pepenador, también lo
hace para todos los intermediarios (recolectores, cartoneros, carretoneros) que hay entre
las casas y los sitios de disposición final:
183
Andrés Gaona Ortega, secretario de la Asociación Civil 15 de septiembre, que
aglomera a 400pepenadores registrados en Matatlán, asegura que la basura les
pertenece y que no están dispuestos a que involucren intermediarios a los que
califica como ‘vivales’.
Al igual que sus compañeros, denuncia que día a día ha mermado el volumen de
residuos reciclables, porque ahora que se sabe el provecho que se puede obtener
con su venta, se está desviando a otros puntos.
‘Le estamos batallando más que sin el programa, porque sacábamos más, porque
hay intermediarios en la calle que son vivales y que precisamente no han vivido de
esto y ahora están aprovechando la oportunidad y no está llegando nada’
(Informador Redacción, 2008).
Para cerrar el presente apartado, profundizaremos un poco en el testimonio del Ing. Haro,
en el que se ilustra la situación actual de Picachos. Por tratarse de un relleno
metropolitano, bajo control del Consejo Metropolitano, el servicio que brinda es de
naturaleza gratuita, según informó. Al interrogársele acerca de las posibilidades de utilizar
las instalaciones para compostear residuos orgánicos, la respuesta fue que esta actividad
se realiza en otro lugar, que es administrado por parques y jardines, quienes poseen un
molino grande para desquebrajar las ramas. De esto, podemos deducir que el tipo de
184
maquinaria delimita la labor de las instalaciones, en este sentido lo que sí se tiene en
Picachos es una grúa de 50 toneladas de peso, encargada de realizar la compactación. De
lo anterior, se puede ver que la cuestión de los orgánicos aún está muy lejos de ser
tratada, y las posibles líneas de acción, en este sentido, son más visibles a partir de los
testimonios de SEMADES que se exponen en los siguientes apartados.
El Ing. Haro también negó que se reciban residuos que cumplen con la denominación
CRETIB, ya que, como explicó, existen instituciones responsables de residuos peligrosos
específicos, tales como los provenientes de hospitales o incluso los animales muertos, que
deben ir a incineración. De esta manera, se evita que existan mayores riesgos sanitarios
en el sitio y que estos se conviertan después en lixiviados de más alta peligrosidad.
Como que dicen, pa’ que le buscamos, pa’ que nos complicamos. *…+ Cuando
ofrecemos la solución ambiental nos dicen, ok y a cómo nos vas a comprar los
plásticos o la basura. Es así como, tú estás pagando quién sabe cuánto por
deshacerte de la basura, yo vengo a ofrecerte la solución ambiental y ahora quieres
cobrarme a mí, o sea, te estoy liberando de hacer ese gasto. Ni me pagues, nomás
te la transformo. [Y dicen] ¿Y cuánto me vas a dar? Así como que es esa mentalidad
185
de, a mi me han fregado y ahora yo te friego a ti.
Un inconveniente extra provocado por los carretoneros advenedizos es que rompen las
bolsas para llevarse lo que necesitan, y esto provoca la inconformidad de las señoras.
Según el carretonero, a él la gente le favorece más porque ya lo conocen, y saben que
lleva muchos años realizando esa labor. Otra queja que tiene esta persona es que los
186
empleados del servicio de limpia también son una competencia para él, ya que se llevan
los residuos reciclables, a pesar de que “ya tienen salario y/o reciben una propina en las
casas”, expresó.
Como se puede ver, la labor del carretonero a pesar de no estar libre de dificultades, al
menos le ha dado para sobrevivir durante 12 años. En este sentido, cabe preguntarse, por
qué no se ha institucionalizado a este tipo de actores. La respuesta nos la provee
SEMADES, que, a pesar de tomar al municipio de Guadalajara como punto de referencia,
su explicación puede ser extrapolada al municipio de Zapopan, si hacemos el ejercicio de
imaginar que el departamento de aseo actúa como “concesionario” de la gestión
municipal de los residuos sólidos. De esta manera, obtenemos una visión estatal de lo que
sería un escenario en el que los carretoneros estuvieran organizados al estilo de los
pepenadores, es decir, en cooperativas y/o sindicatos. Para ilustrar dicho escenario,
SEMADES hace mención de “centros comunitarios”, los cuales son parte de una estrategia
que se describe en el capítulo final de la tesis:
187
Dicho lo anterior, es factible comprender que los ayuntamientos se encuentran
entrampados en una zona de riesgo, es decir, si se radicaliza la presión sobre los sistemas
de gestión de residuos, al grado de multar o de “tronar” las concesiones, se provocaría
una contingencia sanitaria debido a que nadie más puede hacerse cargo de las miles de
toneladas de residuos. Por otro lado, si los sistemas de gestión de residuos se radicalizan
con los habitantes del municipio, al grado de no recoger la basura al menos que realicen
una separación perfecta, también se provocan contingencias sanitarias a nivel de calle.
Por otra parte, de acuerdo al citado testimonio, sí existe una ventana de oportunidad. Los
emprendimiento sociales que construyen canales de recolección en origen, es decir, en las
casas, son libres de realizar las acciones que consideren necesarias, previo a que la basura
llegue el camión recolector. Es por eso que se ha popularizado el oficio del carretonero, ya
que la basura puesta en la calle no pertenece a nadie, el que la encuentra se la lleva. Un
segundo factor que contribuye al aumento de carretoneros es la alta densidad de centros
de acopio. Al respecto, el representante de Avangard nos explica su postura:
Lo que normalmente hacen los carretoneros, *…+ es que aquí en la ZMG existen
varios depósitos, entonces esos depósitos ya tienen muchísimo tiempo, y es algo
que a lo mejor otras empresas han querido atacar, y que no existan estos depósitos
y que el material llegue hacia tu empresa. Y ha sido muy difícil erradicarlos, yo te
puedo decir, por ejemplo, de los carretoneros de Tlaquepaque, el 100% te puedo
casi asegurar, que llegan y dejan en depósitos.
En este sentido, el siguiente caso de uno de estos centros de acopio nos permite
comprender una dificultad que presenta su funcionamiento. Al realizar la entrevista al
dueño del depósito, explicó que la labor que él hace favorece al ambiente, ya que él retira
del flujo general de residuos un volumen considerable de materiales cuyo destino era el
entierro, es decir, él coadyuva a aumentar la vida útil de Picachos, a pesar de que los
administradores del sitio ignoren dichas acciones. Además, el propietario profundizó en
otro factor a tomarse en cuenta: el del empleo. Esto debido a que él comercializa palos de
escoba, es decir, compra escobas y trapeadores desechados, les quita las fibras y vende los
palos de madera a otras personas, para que ellas vuelvan a integrarles fibras de palma o de
tela, y comercializarlos de casa en casa, como trapeadores y escobas. No obstante, el
entrevistado refirió que su mayor dificultad es cumplir con la reglamentación estatal, ya
que los compradores de palos de escoba son incapaces de expedirle cualquier tipo de
comprobante, por lo que él no puede comprobar ante SEMADES el destino de los palos de
189
madera. Las consecuencias de estas dificultades se explicitan posteriormente en otro
apartado.
A partir de la anterior comparación, puede surgir la duda: ¿por qué una empresa
recicladora no se interesa tanto en fungir como centro de acopio y contar con una red de
carretoneros a su disposición? Una probable respuesta es que es complicado acumular la
cantidad de residuos reciclables en la misma proporción en que se hace en un sitio de
disposición final. Esto se debe principalmente a los motivos que nos provee Avangard:
Como se puede inferir, parte de la cuestión es que existe una competencia para captar los
materiales reciclables. Además, si se hace un ejercicio maquiavélico, es posible percibir que
una empresa no va a invertir en crear una red de carretoneros, para que después sean ellos
los que surtan a la competencia. Se trataría de una estrategia riesgosa, en su lugar, se
tienen clientes que gozan de cierta estabilidad, pero sin estar vinculados más allá de la
transacción cotidiana de compra-venta.
190
Además, otra cuestión que se puede percibir es que, dado que la principal fuente de PET
son los sitios de disposición final, entonces, todo aquello que representa mermas para el
volumen de PET que llega al vertedero, es percibido como un obstáculo. Así, el pequeño
volumen que un carretero en triciclo puede aportar, es sinceramente despreciable si se le
compara con las toneladas que los pepenadores segregan a diario, sin embargo, los
pequeños volúmenes de los carretoneros en triciclo, multiplicados por centenares,
provocan el efecto que el pepenador de Matatlán denunciara previamente.
Todo esto apunta hacia una cuestión muy clara: existe escasez de residuos reciclables en la
ZMG, al menos en los canales tradicionales de acopio. Esto puede ser comprobado a partir
del testimonio del representante de Avangard, quien especifica que, en ocasiones, la
necesidad de obtener materiales era tan apremiante que se volvía necesario buscar en
zonas más alejadas en el estado:
[La capacidad instalada para procesar PET], mil toneladas, al mes. *…+ [No se rebasa
esa capacidad debido a que] aquí ya entra mucho el mercado, por ejemplo, mira,
aquí en la ZMG tenemos competidores fuertes, y pues como te digo, todo mundo
está peleado por el material, porque no hay suficiente, todo mundo quiere que 500
toneladas, que yo quiero 20 diarias, que yo quiero 10, en fin, entonces no hay
suficiente material para surtirle a todos.
191
Hasta aquí puede parecer que la necesidad de PET es estable. Sin embargo, durante la
etapa de observación participante pudimos ser testigos (y víctimas) de los altibajos que se
dan en dicho mercado. Esta cuestión merece ser explorada aparte, labor que se realizará
en la fase de toma de decisiones.
Ahora bien, la labor de compra-venta de residuos reciclables, a pesar de que pueda tener
un origen informal, tarde o temprano llega a unidades económicas que requieren cumplir
con obligaciones fiscales y jurídicas, so pena de verse afectadas. Dado que ya hemos
explicado la principal fuente de los residuos de PET que la empresa Avangard recolecta
para su posterior reciclaje, es necesario profundizar en las acciones de las que se vale esta
unidad económica para cumplir con los requerimientos fiscales y ambientales:
Si hacemos un análisis crudo de la ZMG, yo te puedo decir que hay por lo menos,
cuatro empresas que quieren más material, que son de alguna manera grandes,
que siempre van a querer más y siempre están buscando más y están en una
guerrita de precios, y que si ya fallaste pues ahí me meto. *…+ De las más grandes
están Láminas y reciclados, Ecotec, Plastimex y CyCOSA, yo creo que son [las
mayores], y sobre todo Láminas [y reciclados].
A partir de lo anterior surge la cuestión de qué canales alternativos se utilizan para captar
reciclables. Se requiere profundizar en dicho asunto ya que, como se puede deducir a partir
del citado testimonio, los canales tradicionales de captación de PET están en una constante
competencia, de ahí que se pueda comprender que el surgimiento de canales novedosos y
creativos sea una actividad bien vista por las empresas recicladoras. Otro motivo para
justificar el surgimiento de canales alternativos de acopio es que las mencionadas cuatro
empresas tienen mayor capacidad de compra que otras recicladoras más pequeñas, de ahí
que el surgimiento de nichos también puede convertirse en una herramienta de captación
de material reciclable para pequeños recicladores. En el siguiente testimonio, el
representante de Avangard explica cómo funcionaba en la ZMG un mecanismo de
captación de PET organizado por una organización civil llamada ECOCE A.C.:
193
Nosotros en Guadalajara, lo que nosotros teníamos era la recolección de las
escuelas, le dábamos servicio a las empresas que estaban registradas con ECOCE.
Teníamos camionetas con propaganda de ECOCE, y nos hablaban las escuelas y se
iba y se recogía el material y se procesaba. Todo eso se le reportaba a ECOCE, oye
sabes qué, de tal escuela se recibieron tantos kilos, y esos kilos se convertían en
puntos, y al final del año, los intercambian por regalos. Esta parte, al desaparecer la
planta, desapareció por lo menos aquí en Guadalajara con nosotros. *…+ De hecho
ECOCE las únicas oficinas que tiene son en México.
Como se puede ver, en este caso Avangard se convirtió en el reciclador de los materiales
acopiados en las escuelas, lo cual era fomentado por una organización civil que ni siquiera
tiene oficinas en la ZMG. Esto nos debe decir algo acerca de las posibilidades que pueden
encontrar las organizaciones civiles que sí se encuentran en el territorio. Además, para esta
empresa la vinculación con una organización civil era provechosa debido a que:
Eran nichos que al final de cuentas iban a dar con nosotros, o sea, era una
permanencia de todo el año escolar, en donde había escuelas, por ejemplo, un
Anáhuac, cuando hacía sus campañas, sacaba muy buen material, limpio, de muy
buena calidad, con bastante volumen, *…+ son escuelas muy grandes. Había
escuelas más pequeñas, *…+ que lo hacían de manera más frecuente. Al final de
cuentas, lo importante para nosotros era que el material llegaba a nuestras puertas
y que eran nichos que nosotros no buscamos, *…+ [sino que] nos llegaba a través de
ECOCE.
De lo anterior se puede percibir que así como existen actores e instituciones que dinamizan
la vinculación entre actores formales e informales, a través de la realización de un función
de intermediario cuyo valor agregado consiste en emitir facturas y comprobantes
ambientales, también existen otro tipo de actores institucionalizados que catalizan la
vinculación entre empresas recicladoras y nichos de acopio, los cuales sería muy difícil de
abordar para la empresa privada por sí sola.
194
Esto nos habla de un escenario en el que existe una gran desinformación acerca del
potencial que las instituciones locales tienen, para mejorar la gestión de residuos. Este
desconocimiento es bien ilustrado por el representante de Novajal, quien al respecto
comenta:
A partir de todo lo dicho en el presente apartado, debe saltar una duda: ¿es trabajo de las
organizaciones civiles (pepenadores, escuelas, etcétera) asegurar una fuente estable de
materias primas para las industrias recicladoras? No tenemos una respuesta sencilla para
eso, sin embargo, una línea argumental que nos podría ayudar a resolver la cuestión,
radica en la labor mediadora con la que suele iniciar una acción colectiva desde la
sociedad civil, para después convertirse en una hegemonía. Esto es, el empoderamiento
lleva tiempo, y la realidad es que la empresa privada requiere de insumos obtenidos en el
territorio a partir del trabajo de actores sociales, quienes a su vez requieren de los
recursos que la empresa privada les provee a cambio de su trabajo. Se trata de una labor
simbiótica que implica relaciones de dominación por ambas partes. En este sentido,
nuestra propuesta, como se explayará en el capítulo final, apunta hacia un escenario en el
que se garantice que las relaciones de dominación sean mediadas por instituciones,
195
siendo estas las empresas privadas, las organizaciones civiles y las entidades
gubernamentales. De esta manera, no se busca una fórmula que se dirija hacia el control
de los vaivenes del mercado a través de hipotéticos mecanismos de regulación, sino que la
propuesta va más dirigida hacia el empoderamiento de los actores que actualmente se
encuentran atomizados, esto con la finalidad de que se reduzcan al mínimo las asimetrías
de la información, que pueden ser utilizadas por actores organizados (empresas privadas
y/o intermediarios) como fuente ilegítima de ventaja competitiva frente a otros grupos de
actores dispersos.
3.3.1.3 Oferta, demanda, nicho, masificación y tecnología: factores críticos del mercado
de reciclables
196
consumo de reciclables que sea proporcional a la producción de los mismos, de lo
contrario siempre existirá una sobreoferta que castigará el precio y provocará una
inestabilidad permanente en las cadenas de abastecimiento de materiales reciclables,
promoviendo así, momentos de gran escasez y precios altos, seguido por largos periodos
de estancamiento y abandono de la recolección, cosa que también puede ocurrir debido a
factores externos, como se explica en el siguiente apartado.
Dentro del marco referido, PetStar funge como una recicladora masificada, ya que tiene
capacidad para reintegrar los residuso a la misma cadena productiva original, es decir, las
botellas de PET son convertidas en hojuela de grado alimenticio, con las que se fabrican
más botellas de PET. Por otro lado, Novajal surge como una recicladora de nicho, que se
especializa, como se verá más adelante, en el reciclado de todo tipo de plásticos, con la
finalidad de producir materiales de construcción o muebles de aspecto rústico.
197
acerca de las estrategias para conseguir PET en el municipio de Zapopan:
El anterior argumento demuestra ser cierto, ya que si lo contrastamos con la situación que
nos describe Novajal, nos damos cuenta de que, una empresa recicladora de nicho, la cual
no tiene garantizada la compra de su producción, comienza a verse saturada cuando
aumenta el caudal de residuos que se canaliza hacia planta, aunque no se trate de una
gran cantidad de toneladas provenientes de un vertedero, sino de los plásticos de un
centro privado de acopio ubicado en la colonia Seattle, en Zapopan:
Cabe mencionar que en este caso, el plástico recolectado era regalado, es decir, carecía de
un precio en el mercado. De esta manera, el valor del plástico se obtiene hasta que ha sido
198
convertido en un producto final, y no cuando sólo es una materia prima. Aunado a esto,
incluso cuando el producto final ya ha sido terminado, el producto reciclado tiene
complicaciones para comercializarse, como nos explica el representante de Novajal:
A la ama de casa, va al súper *…+, y agarran *…+ [establece un diálogo simulado con
la señora] este está más bonito y se acabó, no pero este es reciclado, pues sí, pero
este está más bonito y no les voy a dar a mis hijos *…+ al menos nuestros productos
son rústicos, para ese mercado vamos.
Por consiguiente, sostenemos que para garantizar que exista una demanda constante de
reciclables, deben existir instituciones con capacidad de reciclaje masivo, aunque estas no
estén desprovistas de problemas. Un conflicto que nos refiere Avangard, y que provocó el
cierre de su planta en Guadalajara, fue precisamente su excesiva capacidad de
procesamiento de PET para exportación y no para producción local. En este sentido, la
empresa decidió apostarle a la producción e inversión nacional, por motivos que se
explayan en el siguiente apartado, sin embargo, podemos adelantar la magnitud de la
reducción que realizó Avangard en el consumo de PET en la ZMG, lo cual es relevante para
comprender que sus competidores sí tienen la capacidad para asimilar lo que dejó de
consumir esta empresa recolectora:
199
teníamos que hacer estos cambios.
Hasta aquí, podría intuirse una tendencia a promover exclusivamente el reciclaje masivo y
abandonar el reciclado de nicho. Eso no sería inteligente, ya que existen plásticos que son
de difícil digestión para el reciclaje masivo, mientras que las tecnologías como la de
Novajal puede fácilmente lidiar con ellas. Un ejemplo de este tipo de materiales que
tienen mayor potencial en el reciclaje de nicho, nos lo da el representante de Avangard:
Yo te puedo decir que aquí hay botellas de PET que nadie las quiere. Sobre todo los
que son colores muy llamativos, azules, verdes, naranjas, o por ejemplo, las botellas
que sacan a veces Coca-Cola o Pepsi, plateadas, doradas. Todas esas, es una
realidad que es muy difícil procesarla, porque imagínate la cantidad de material que
requeriríamos para generar un fleje de ese color, o dices, lo puedo usar para fleje
negro, es cierto, pero a veces los pigmentos que traen pues, cuando revuelves todo,
no te sale uniforme el negro. [...] Entonces dicen [los recicladores], sí es cierto, sí se
pueden reciclar, pero es más problema, y, a ver, ¿a ti te gustaría un fleje medio
moteado? Pues no, entonces lo que tú quieres es un fleje uniforme y negro.
Entonces dice [el reciclador], oye sí lo puedo meter pero le tengo que meter a lo
mejor más pigmento, o de plano no se le puede hacer nada, y así como es en el PET
es en todos los demás productos, lecheros y multicolor [plásticos].
En líneas generales, es posible evidenciar que los plásticos de difícil reciclaje masivo se
perfilan como materia prima ideal para el reciclado de nicho, ya que el material resulta
gratuito por carecer de un precio en el mercado (derivado de su “inutilidad” para el
200
reciclador tradicional). No obstante, el problema para el reciclador de nicho no radica en
la obtención de materia prima, ya que durante el periodo de observación participante
pudimos ser testigos (y participantes) de la gran cantidad de plásticos recibidos por
Novajal, al grado de que se encuentran saturados ante la falta de pedidos. Esta carencia
de ventas nos la explica su propio representante:
Como que a veces, al final, nos toca competir contra los materiales que no son
reciclados, son materiales vírgenes, y al final, porque ya tienen muchos años en el
mercado, pueden, por la sobreproducción que tienen, pueden bajar costos, y
nosotros tenemos que competir contra ellos porque el consumidor muchas veces
no le importa si es o no reciclado. O el reciclado normalmente tiene un acabado un
poco más rugoso, más rústico, y lo que es material virgen no, entonces tenemos
que competir contra ellos.
Un punto en el que cabe profundizar es el uso de la tecnología para mejorar las técnicas de
reciclado. Conforme la maquinaria se vuelve más productiva y permite generar
subproductos que compiten con los materiales vírgenes, los residuos reciclables se cotizan
mejor. En el caso de Novajal, la tecnología fue desarrollada por el fundador de la empresa,
cuyo trasfondo nos explica el entrevistado:
201
Observamos cómo, después de transitar por una institución responsable del
procesamiento de metales, un recurso humano de una gran empresa privada inicia un
emprendimiento encaminado a desarrollar una tecnología capaz de lidiar con los residuos
plásticos, siguiendo el ejemplo que la siderúrgica hubiera sentado más de 30 años atrás,
cuando la situación era como nos describe el entrevistado: “Alrededor de la siderúrgica
había muchos barrancos, bueno, los siguen habiendo, pero estaban llenos de
refrigeradores, estufas, la gente iba y tiraba carros, o sea, desbarrancaban carros, [...] y ahí
los abandonaban”. Es a partir del desarrollo tecnológico de la siderúrgica que comienzan a
limpiarse los barrancos, ya que la recién adquirida capacidad de procesamiento permitió
reintegrar los materiales en procesos productivos, con la consecuente disminución de los
residuos.
Empresas que manejan fibra de PET para sus telas, *…+ también se andan metiendo
en el mercado, todavía no se han establecido, pero, por ejemplo, una Atlética, ya
anda metiéndose en el reciclado. Imagínate, si ahorita están comprándole a China,
mejor aquí yo la hago, compro la tecnología y aquí la hago. Ellos como empresa son
generadores de telas, no nada más se dedican a la maquila de prendas, ya de
alguna manera están en el mercado, lo único que les hace falta es procesar la fibra.
Finalmente, para cerrar el presente apartado, podemos resumir que en lo que se refiere a
infraestructura de transformación, al menos para residuos plásticos, que es en lo que nos
hemos centrado dados los testimonios obtenidos, existe y existirán unidades productivas
que absorban los residuos que se logren recolectar a través del actual sistema de gestión
202
de residuos y a través de las alternativas que surjan en el futuro. Dicha conclusión es
apoyada por el representante de Avangard, quien comenta:
Si estamos hablando de PET sí, hay empresas que se dedican a comercializar pacas y
molidos o, en su defecto, hay empresas que hacen todo el proceso, desde la
recuperación hasta un producto final como puede venir siendo el fleje o charolas de
huevo, o ya algún otro tipo de producto, entonces sí hay empresas que le apuestan
al reciclado.
203
3.3.2 Toma de decisiones
El mercado se rige por la oferta y la demanda. Este hecho, sin embargo, puede verse
pervertido por negociaciones secretas de alto nivel. No obstante, en el presente apartado
buscamos explicar un hecho significativo del que fuimos testigos durante la etapa de la
observación participante, esto fue la caída de los precios de los plásticos. Pretendemos,
inicialmente, establecer un ejemplo de la dinámica en los intercambios comerciales en
materia de residuos en la ZMG. Después analizaremos la postura gubernamental al
respecto y finalmente redimensionaremos esta situación para establecer líneas
argumentativas que develen le relevancia que tiene el mercado internacional en la gestión
municipal de residuos. Asimismo, explicaremos las estrategias de supervivencia de las que
se valen las unidades económicas locales, desde grandes industrias hasta pequeños
centros informales de acopio.
Dentro del universo de los residuos sólidos reciclables existen distintos mercados, cada
tipo de material tiene distintos actores pertinentes, ya que su forma de recolección,
acopio, traslado, transformación y comercialización es variada. Así, el mercado de los
reciclables se compone de múltiples mercados concretos56, los cuales enmarcan a diversas
cadenas productivas.
Para ilustrar cómo Avangard lidia con esta situación, tenemos un testimonio que nos
indica la postura de una empresa que ha fungido como nodo histórico de la gestión de
residuos en la ZMG, y en otras regiones del país. La experiencia de esta unidad económica
la ha llevado a diseñar una política de compra de materiales, la cual les ha permitido
prevalecer ante el surgimiento de nuevos competidores, o por las variaciones de los
56
Como nos indicara Crozier (1989, pág. 108).
204
distintos mercados concretos en los que la empresa participa, así:
205
levantar el funcionamiento, equipamiento de tus máquinas, siempre y cuando se
detonen productos locales. [...] Se va a apoyar a proyectos locales, de producción
local, y si es con aprovechamiento de algún material que lo haga ser
ambientalmente rentable, va a ser mejor el puntaje.
A partir de lo anterior, se puede percibir que existe una tendencia inmediatista por parte
de las empresas, ya que, al privilegiar al mercado internacional, se ignora que
eventualmente esa oportunidad desaparecerá, es decir, una vez rebasado un determinado
umbral de capacidad de acopio en Asia, los compradores se retirarán. Esta situación es
descrita por el representante de Avangard, quien complementa el argumento de
SEMADES:
A partir de los citados testimonios, se puede establecer que, a pesar de que las cadenas de
recolección, acopio y transferencia de residuos reciclables, en su faceta formal e informal,
son capaces de mantenerse funcionando con presupuesto propio, aún es necesario que se
mantenga una responsabilidad por parte del municipio, ya que las caídas en los precios de
los residuos reciclables pueden provocar un desinterés temporal en la captación de
determinados residuos. Afortunadamente, los sistemas municipales tradicionales de
recolección y aseo público aún se consideran indispensables, sin embargo, en un futuro
206
próximo en el que su labor haya sido profundamente acotada y sean canales especializados
los que se dediquen a la gestión de residuos, aún entonces el municipio tendrá que
garantizar la existencia de mecanismos de recolección de “emergencia”. Otra estrategia
para lidiar con la inestabilidad del mercado, es apuntalar el consumo de reciclables a través
de la creación de unidades locales de reciclamiento masivo, como se verá posteriormente.
De esta manera, se garantiza que siempre exista el potencial para reiniciar una gestión de
residuos capaz de mantener al municipio libre de contingencias sanitarias, aún cuando ya
se haya migrado a un paradigma eco-social de recolección y procesamiento de residuos.
Si el [plástico a] granel anda en $4.5, ¿en cuánto crees que esté el peletizado?, $8 o
$9 pesos, cuando a lo mejor el virgen está a $11 o $12 pesos, entonces sí hay un
207
margen. Entonces este cuate [un reciclador nuevo] me dice, es que yo traigo
dinero, pues sí mi chavo, pero primero métete a investigar, métete a ver. Yo no te
voy a dar la información: 1) porque yo estoy en el mercado, 2) porque yo trabajo
con una empresa, y 3) porque no sería ético de mi parte. [...] Entonces muchos se
meten sin conocer y apostándole al negocio, porque es basura, porque saben que
hay empresas que ya están dentro. Pero si tú haces un recuento, Avangard
comenzó en 1994, estamos en 2010. Lo de [la fusión con PASA] se vino de 2007,
más o menos, para acá. Si no es que en 2009. La adquisición es reciente. Entonces
imagínate toda la trayectoria y todos los embistes y golpes que nos hemos dado
con el conocimiento del mercado. ¿Por qué se le apostó a hacer una sociedad y
hacer un PetStar? O sea, el sueño de Avangard era hacer PetStar, obviamente el
capital faltaba porque la tecnología es tecnología de punta.
Siguiendo esta línea argumental, es posible denunciar que existe un alejamiento del
objetivo inicial del presente documento, es decir, la fundamentación de políticas públicas
que fomenten las acciones colectivas para el aumento de prácticas sustentables en la
gestión de residuos. No obstante, afirmamos que el conocimiento de las problemáticas de
la empresa privada es parte de una acción colectiva. Finalmente, un grupo social
organizado capaz de tener canales de recolección y acopio en origen, eventualmente se
enfrentará con las mismas problemáticas que en su momento afectaron a Avangard y que
derivaron en la formación de una alianza que fraguó en una empresa denominada PetStar,
la cual, si bien es una empresa concesionaria de Promotora Ambiental Sociedad Anónima
Bursátil de Capital Variable (PA S.A.B. de C.V), es indudable el beneficio que esta alianza ha
brindado a la gestión local del PET.
El anterior dato nos permite afirmar nuevamente que la carencia de capital financiero se
puede ver superada a través de recursos humanos capaces de gestionar los recursos
necesarios. En este sentido, el factor financiero se convierte en un área de experticia de la
que muy pocas organizaciones civiles se benefician hoy en día, pero que sin embargo,
como se puede ver, es un factor clave para la gestión de residuos y la tecnificación de los
procesos de reciclaje. No obstante, la figura jurídica (S.A.B.) que avala a las empresas que
promueven dicha estrategia de endeudamiento/financiamiento, promueve la
concentración indiscriminada del capital social de la empresa57. Esto se expresa a partir de
la distribución de los porcentajes de posesión de las acciones de Promotora Aambiental
S.A.B. de C.V., los cuales se informan en la siguiente tabla:
57
Entendiendo el concepto de capital social en términos financieros, es decir, el valor nominal del total de
las acciones bursátiles.
209
Tabla 5. Distribución del capital social de PASA al día 28 de abril de 2009
La anterior visión nos sugiere que, por más capital que se tenga, sin el apoyo de las
59
Esto en un sentido directo, aunque en una connotación indirecta, la reputación de los propietarios del
capital social de una firma bursátil también puede sufrir un descalabro, dificultando así la adquisición de
futuros créditos. Como se ve, la historicidad también es importante en el mundo bursátil.
211
colectividades no se puede llegar muy lejos, y viceversa. Aquí la cuestión es, desde una
visión competitiva: ¿quién puede sustituir a quién? O dicho en términos cooperativistas:
¿cómo se pueden complementar de mejor manera? De ahí que se sostenga que en la
medida en que se disminuyen las asimetrías en la información, es posible disminuir la
desigualdad por un lado para las bases, y el riesgo para los inversionistas.
Le fuimos dando forma y constituimos tres empresas, [...] a veces pienso que eso
fue lo malo, o lo bueno, no sé, porque como que empezamos grandes y luego como
que hicimos un monstruo, y el monstruo necesita comer mucho, o sea, no
empezamos chiquitos y luego fuimos creciendo poco a poco, sino que, las
circunstancias se dieron de tal forma que, como que comenzamos grandes. [...] se
consigue dinero y se hicieron inversiones y bla bla, y antes de [...] terminar las
máquinas y todo el proceso industrial, se acabó el dinero. Y entonces nos
quedamos truncos y no hubo ventas, o sea, no pudimos empezar a generar
productos para vender y empezar a [...] darle vuelta al dinero.
Como se puede ver, los problemas financieros suelen ser provocados por falta de ingresos, aunado
a la inexperiencia. En este sentido, el anterior testimonio nos permite comprender localmente lo
que ocurrió a nivel internacional cuando los compradores chinos se retiraron del mercado, así como
la decisión tomada por Avangard en su momento:
Cerraron los chinos su mercado porque no ocupaban [PET], y les dio en la torre a
todos, y localmente ya nadie estaba funcionando porque habían cerrado las
plantas. *…+ Nosotros, la empresa, lo que tomó de decisión fue asociarse y generar
212
una empresa que se llama PetStar, que es una empresa que te produce o te genera
nuevamente pellet grado alimenticio, para generación de botella. Esto, ¿con qué
afán? Pues precisamente de darle la vuelta un poco a lo que es el mercado chino y
poder garantizar la compra a nivel nacional. Obviamente, nos queda claro que
muchas veces no podemos competir con el precio de los chinos, porque, como te
digo, pues sí lo traen sobrevaluado, pero en base a confianza, estabilidad, pues
hemos seguido trabajando con proveedores que han apostado por nosotros y que
han sido de alguna manera leales, o que han sido leales durante ese trance en el
que llegan los chinos, y bueno, tratamos de apegarnos a los precios lo más posible,
revisando el mercado internacional. Pero bueno, gran parte [de la capacidad local
de compra-venta] es que se tiene esa empresa donde constantemente se está
consumiendo el material.
Así, la estrategia de generar capacidad local de reciclaje, aunque se haga a partir de capital
extranjero, aparece como una paradójica solución que favorece a los grupos vulnerables
que se dedican a la recolección informal y venta de reciclables, en este caso, del PET. No
obstante, los grupos informales tienen una estrategia propia de supervivencia: la
diversificación. Esto se explica a profundidad en el siguiente apartado.
El propietario del depósito señalaba que si al plástico le bajan el precio por kilo a 20
centavos, después de haber estado a $1 peso, para él ya no es negocio y temporalmente
deja de comercializarlo. Él no recuerda la cuestión del 2008 como algo extraordinario, sino
213
que se limita a opinar: “Cuando se abren las fronteras e inundan el mercado de
reciclables, obviamente baja el precio, y ese residuo se deja de trabajar por un rato”. Esta
seguridad se debe a otro hecho que él mismo señala:
No ha pasado que todo se caiga, no hay un momento en que todos los materiales
bajen de precio al mismo tiempo. *…+ a veces hay mucho de uno o de otro, a veces
se paga bien uno u otro, la gente va dejando de recolectar lo que se paga más
barato para dar prioridad a otras cosas, pero en general el negocio es y ha sido así
siempre.
Para comprender la autoridad que esta persona tiene en el tema, hay que conocer su
trasfondo, el cual él mismo nos explica: “Yo me hice en esto, crecí aquí”. El depósito
perteneció a su padre, y luego pasó a sus manos. Dos generaciones de acopiadores
informales que han sobrevivido a partir de la diversificación de sus fuentes de ingresos:
palos de escoba, aparatos funcionales, plásticos, vidrio, papel y cartón, metales. Así, en la
misma proporción variada se reciben a diversos carretoneros y camiones que comercializan
sus residuos revalorizables.
Esta visión del negocio encuentra divergencias cuando se le compara con la postura
gubernamental, que si bien insiste en regularizar a este tipo de actores sociales, también
reconoce la complejidad que esto implica. Así, SEMADES se encuentra en una posición en la
que, por un lado la ley le obliga a intentar regularizar a centros de acopio y carretoneros,
sin embargo, esto presenta limitaciones, las cuales muchas veces son resueltas por los
intermediarios que emiten facturas, como ya vimos anteriormente. Sin embargo, esto sólo
se da en los casos en que se mueven toneladas, pero qué pasa con todos aquellos que se
manejan en el espectro de la compra-venta de unas pocas decenas de kilogramos. Al
respecto el entrevistado de SEMADES nos dice:
El que me lo reporta me dice: ¿qué voy a hacer con todos los chiquitos? Les voy a
recibir y a todos te los voy a poner en el informe semestral, pero ¿qué sucede? Que
214
a la hora en que yo, para comprobar que él me dejó [residuos], tienen que
facturarme, pero [ellos] no están dados de alta ni ante Hacienda. Entonces, hay
muchos chiquitos que no te estoy reportando, SEMADES sábelo que si llegaron 30
reporté de 10, porque son los que tienen RFC y requirieron el manifiesto, y son los
que realmente pueden comprobar que sí me lo llevaron. Los demás hoy vinieron y
mañana no. [...] Y si no se los recibo me los van a tirar afuera de todos modos. Sí me
los han dejado. [...] Algo muy típico es CEMEX: no les recibo la llanta y me la tiran, y
luego tengo que ir a pagar para que me la junten, discúlpame SEMADES pero
aunque no estén registrados yo se las voy a recibir. Pero sí son situaciones difíciles
que tenemos que replanteárnoslas.
Siguiendo lo anterior, el dueño del centro de acopio comenta que SEMADES no le ha dado
su permiso porque no puede comprobar quién le da a él los residuos, los cuales obtiene
directamente de los camiones de aseo público que paran en su depósito antes de llegar a
Picachos. Además, comenta que las personas que le compran a él sí le obligan a facturar.
En este sentido, actúa como un intermediario.
A partir de lo dicho, se puede ver que el universo formal de los residuos sólidos suele iniciar
en centros de acopio, ellos son los primeros que fungen como intermediarios entre la
formalidad e informalidad, y absorben el costo que esto representa. De esta manera,
cuando los residuos llegan a las recicladoras, ya van facturados y registrados en los
reportes ambientales.
Ahora bien, el dueño del centro de acopio comentaba que, en lo que se refiere a metales,
él le vende a otro acopiador, ya que la siderúrgica requiere 300 toneladas mensuales como
mínimo, si se quiere ser su proveedor. Esto resulta imposible para el centro de acopio, que
genera 1 ó 2 toneladas al mes. Por otro lado, comenta que el papel y cartón sí se le
compran a cualquier persona. Refirió que su depósito genera una tonelada diaria de papel
y cartón. Acerca de los plásticos, comenta que le conviene llevar a vender una vez que
reúne una tonelada, ya que le pagan a $1 peso el kilo, y los gastos de transporte se llevan
215
$500 pesos o más. No especificó cuánto tiempo tarda en reunir una tonelada de plásticos.
Un factor clave para su giro es la ubicación. El entrevistado refiere que los camiones se
detienen a vender los residuos reciclables debido a que se encuentra ubicado a bordo de
carretera. También comenta que los camiones que van al relleno de Hasar no se detienen,
ya que ellos cobran por tonelada.
Finalmente, a lo largo de la fase de toma de decisiones en las políticas públicas, hemos sido
capaces de establecer la importancia de tomar en cuenta la “capacidad de procesamiento”
del mercado local a internacional, es decir, el umbral a partir del cual el negocio del
reciclaje colapsará. Dicho umbral ha sido modificado por el aumento de la capacidad local
de procesamiento, lo que le da mayor autonomía al mercado local de reciclaje de PET. Esta
estrategia se fundamenta en el conocimiento que los actores empresariales tienen, y es
además apoyado por un marco jurídico y fiscal que permite el surgimiento de entidades
bursátiles que gozan de confianza en el escenario financiero internacional. No
pretendemos establecer que se trata de una fórmula a seguir, sino que en este capítulo nos
limitamos a describir la situación actual de la gestión de residuos. De esta manera,
guardamos las conclusiones y propuestas para el capítulo final.
216
3.3.3 Implementación y evaluación
Ahorita, el que más recibe en forma continua es la zona de Picachos, porque recibe
Picachos y recibe Hasar que están en forma continua. [...] Si sumas más o menos en
la zona de Picachos se reciben alrededor de 2300 toneladas, 1000 de Hasar y las
1300 del municipio, entonces, te vas a cuánto recibe CAABSA y más o menos recibe
lo mismo: de Guadalajara, El Salto, Juanacatlán, Tlajomulco y Tonalá.
Una de las estrategias para atacar a dicha problemática, es la creación de una red estatal
de promotores ambientales, afiliada a la red GIRESOL (en la cual se participó durante la
etapa de observación participante). Dicha acción va encaminada a que los responsables
municipales de la gestión de residuos en Jalisco, aprendan a realizar sus programas
municipales para la prevención y gestión integral de los residuos sólidos urbanos. Esto nos
lo explica el entrevistado de SEMADES:
217
En la red [estatal GIRESOL] desde el principio se les dijo, su objetivo es hacer el
programa municipal [de gestión de residuos], el único que ya lo llevaba [hecho] era
Guadalajara, pero iba sin autorización de cabildo.
Así, nuevamente se visibiliza una tendencia a cumplir con la regulación, como se vio en el
capítulo anterior. Sin embargo, el mismo funcionario estatal explica algunas de las
complejidades que se presenta a la hora de intentar aplicar la jurisprudencia en el terreno,
en este caso, acerca de las dificultades que tiene un centro informal de acopio para
regularizarse:
Aquí, el funcionario se refiere a una problemática territorial que puede ser solucionada a
partir de una decisión discrecional por parte del municipio. Además, contempla a los
centros de acopio, lo cual es una estrategia afín a nuestra postura, y que se documentará
a detalle en el apartado final, pero podemos adelantar que se trata de que los
ayuntamientos potencien el surgimiento de depósitos o nodos de una red de centros
comunitarios de acopio de residuos reciclables, aumentando así la densidad de este tipo
de unidades.
60
Licencia Ambiental Única para el estado de Jalisco y sus municipios. Este formato es requerido para darse
de alta ante SEMADES.
218
Esto es particularmente benéfico para los carretoneros que se trasladan en triciclos, ya
que para ellos el factor del traslado a tracción humana, sumado al peso de los residuos
que transportan, complejiza su labor.
Cabe considerar, por otra parte, que los carretoneros se cruzan todos los días con los casi
900 empleados y más de 200 camiones del departamento de aseo. No es extrañar que
para ellos resulte incómodo que aquellos que se transportan en vehículos motorizados se
lleven los reciclables, además de que tienen salario y/o propinas, según se documentó
previamente.
219
Por otro lado, el director de aseo público expresa que también existen dificultades propias
de los operadores de los camiones de aseo. En este sentido, nos describe cómo se elabora
una ruta de recolección y como se enfrentan las contingencias del día a día:
En esta perspectiva, es factible decir que las unidades de recolección que son las
responsables de promover el agigantamiento de la zona de vertederos más grande de la
ZMG, son financiadas por el municipio, y llevan varios empleados que cargan alrededor de
9 toneladas por viaje, mientras que aquellos que pugnan por retirar residuos reciclables
del caudal, van en triciclos empujados por su propia tracción y no pueden rescatar más de
50 kilogramos ya que el peso resultaría prohibitivo. No cabe duda que el sistema formal
de recolección mantiene la higiene en las calles, pero es el sistema informal el que ha
demostrado que las prácticas sustentables de gestión de residuos también son posibles.
Otro punto de vista que vale la pena analizar, es el del riesgo que representan para el
sistema de limpia los actores informales que recogen a nivel de calle. Ya establecimos
posteriormente que la tendencia será cada vez más a realizar la segregación de origen, y
que la labor del pepenador se trasladará cada vez más a las calles. Sin embargo, merece
prestar atención al efecto que esta misma tendencia está comenzando a tener. Para dejar
esto claro, en términos del gobierno estatal, SEMADES nos expresa su postura respecto a
dicha tendencia. Aunque lo hace ejemplificando a la concesionaria de Guadalajara, el
testimonio aplica para cualquier departamento municipal de aseo:
220
CAABSA lo tiene clarísimo, la basura es de ellos puesta en el camión. Y no puede
hacer nada, así está su convenio, y así está el convenio de todos los concesionarios.
[...] Puesta en el camión es de ellos, antes no. Por eso están más amigables con el
proceso, a ellos les conviene decir, sí voy, si quieres voy el lunes por plásticos, el
viernes por vidrio, ¿por qué?, porque va a venir en mi camión y va a entrar al
pesadero. Ya es de ellos. Entonces, ya cobraron por traer la tonelada, [...] tú me
dices SEMADES, te exijo venderlo, comercializarlo, valorizarlo, pero ya le sacaste el
doble.
Ahorita ya los municipios, cada semana se están juntando para plasmar la claridad
del programa. Están haciendo estudios, unos están haciendo análisis, otros ya
abrieron centros de acopio municipales, otros ya los tienen en el DIF, otros están
sugiriendo que sean escuelas, y estas ya están haciendo campañas de acopio de
plástico. Ahorita por ejemplo, Tonalá en sus dos prepas va a abrir un centro de
acopio de scrap [electrónico], [...] porque sí hay muchos electrónicos. Y bueno, hay
que hacer campañas para que la gente vaya sensibilizándose que va a haber una
prepa Tonalá que va a tener un contenedor permanente. Entonces, esa es la figura
que se está creando, y ha nacido de adentro hacia afuera, entonces, eso de adentro
hacia afuera es porque dijeron, a mi me interesa porque al cartón sí le saco aunque
sea pa' las canchas. Y no dejan que se caiga el programa. Ahorita por ejemplo la
prepa de Tonalá tiene programa de pilas, de cartón, de plástico.
221
Una cuestión más que vale la pena señalar, es que la estrategia de los centros de acopio
podría coadyuvar en la formalización del sector informal. Esto es, dichos nodos de acopio
podrían emitir comprobantes para los pequeños carretoneros, según la actual visión de la
SEMADES. De esta manera, vale la pena referir el testimonio en que se plasma esta idea, a
partir de la gestión de residuos de manejo especial61 (RME):
[Los RME] Esas no son las toneladas de los pepenadores, eso es lo que se llevan los
carretoneros. Qué sucede si tu regularizas a tu carretonero y le dices, sí Soriana, tú
le vas a poder vender a esta persona porque sí está empadronada, y a la hora de
que diga Don Pedro Juárez le sacó el material a Soriana y le dio un recibito que dice:
‘Pedro Juárez se llevó el cartón’. Y es válido para Soriana. [...] Y dependiendo el
nivel quizá no me tiene que informar ni a mí, sino al ayuntamiento, porque
tampoco voy a empadronar a todos los carretoneros.
Esto refleja una posible línea de solución para la actual problemática a la que se enfrentan
algunos actores, quienes se ven limitados por la dificultad para emitir comprobantes
ambientales. No obstante aún quedaría por arreglar el asunto de los comprobantes
fiscales, que también presenta una dificultad adicional. Al respecto de estos casos en los
que la gestión de residuos con enfoque ecológico se ve entorpecida, tenemos el testimonio
del dueño del centro de acopio informal al que se entrevistó. Él comentaba que, por
ejemplo, un vendedor de escobas al que él le vendía los palos, ya arreglados, es decir,
despelucados y amarrados. En el momento en que se realizó la entrevista, el propietario
tenía alrededor de 12 metros cúbicos de estos palos, apilados y listos para venderse. Él
comentaba que SEMADES le dice que obligue a la persona que le compra los palos que se
formalice, para que él pueda demostrar a quién le vendió los palos de madera. Pero esto le
parece complicado al dueño del depósito, ya que dice:
Es un vendedor de escobas que me compra 200 palos, y les vuelve a poner las fibras
para barrer, y sólo quiere ganarse la vida vendiendo de casa en casa las escobas.
61
Los RME no provienen de casas, sino de procesos industriales. Se caracterizan por generarse de forma
homogénea por centenares de kilogramos o toneladas.
222
Cuando yo le digo que se formalice él dice, pues mejor ya no hago esto y no te
compro, o al menos no a ti.
Así, se revela la paradoja de la formalidad. Esta cuestión busca ser atacada a partir de la
simplificación de la comprobación de la compra-venta de residuos, esto a través de la
instalación de centros de acopio. Hasta aquí, puede parecer que el gobierno estatal busca
regular todo de forma indiscriminada, sin embargo, el siguiente testimonio nos sugiere
que en realidad, los funcionarios también encuentran dificultades para mantener su
conducta dentro del discurso oficial, como nos indica el siguiente escenario hipotético:
Visto de esta forma, se nota que las interacciones entre sectores y actores del mismo
sector son múltiples y complejas. El mercado se regula a sí mismo, es verdad, pero si no
existiera una autoridad que pusiera atención en las problemáticas, la inventaríamos, eso es
un hecho. Entonces, ante este escenario, la propuesta de los centros de acopio parece ser
una veta de integración entre los esfuerzos sociales, empresariales y gubernamentales. De
esta manera, la regulación podría convertirse en una labor menos burocrática y más
cotidiana, incluso útil para la contabilidad personal de los actores involucrados.
Dado que, como se estableció previamente, la regulación suele ser la actividad en la que el
gobierno tiene mayor afinidad, se interrogó al funcionario acerca de, ¿cuál es el motivo de
regular? ¿Para qué saber a dónde van y de dónde vienen los residuos? Teniendo como
respuesta lo siguiente:
Aunque pueda parecer vano el hecho de contar con dichos datos, debemos admitir que
para la realización del presente documento se solicitó precisamente la información
estadística acerca de las toneladas de RME que se comercializan en la ZMG. Dicha
información se publicará en próximas fechas por la misma Secretaría. Y para bien o para
mal, es la única entidad que actualmente tiene la posibilidad de realizar dicha
investigación, lo que además resulta ser una facultad obligatoria.
Un punto central a considerar son los ingresos que recibe el personal que actualmente
labora en el departamento de aseo, que, según la solicitud de información realizada al
anterior director, se componía de 494 empleados formales y 396 informales. Así pues, el
actual director informa que los operarios de los camiones tienen un salario, así como
algunos de los ayudantes. Los demás sólo obtienen las propinas que las personas les dan.
A su vez, el Ing. Ávila comentó que el ayuntamiento no puede forzar a la gente a dejar de
dar propina a los ayudantes. Además, no considera que en el futuro debiera establecerse
un cobro por el servicio, ya que se trata de una labor que ya se paga a través de los
224
impuestos.
En la misma línea argumental tenemos otro factor clave, y este es que, además del
presupuesto que recibe, el departamento de aseo no puede obtener recursos propios, ya
que sería mal visto pues se supone que son una dependencia de gobierno y que tienen
que funcionar con lo que se les asigna, según refirió el entrevistado. De esta manera, por
ejemplo, en el relleno sanitario no puede recibirle a ninguna empresa recolectora los
residuos, ni realizar labores de compostaje y venta de mejoradores de suelo.
Por otro lado, en lo que se refiere a la obtención de ingresos extras a partir de Picachos, el
director expresó que la regionalización de vertederos es buena porque le da más
presupuesto a Zapopan. Además, confirmó que a Picachos no le afecta presupuestalmente
si se reduce el flujo de residuos que reciben, ya que tiene su presupuesto asegurado, por
otro lado, señaló que a las empresas privadas que manejan rellenos sanitarios sí les puede
afectar negativamente esto último. Opinó que también a los pepenadores les puede
afectar la reducción en la llegada de residuos al sitio de disposición final, cosa que ya está
ocurriendo.
En lo que se refiere a las recientes críticas y manifestaciones de las que ha sido sujeto el
sitio, debido a derrames de lixiviados que han afectado los cuerpos de agua que surten a
225
poblaciones aledañas, el director comenta que no han comprobado que los lixiviados
escurridos sean contaminantes. Descarta las críticas de las poblaciones aledañas y las
clasifica como “una estrategia de la población para hacer que se cumplan compromisos de
la administración pasada. Quieren caminos, infraestructura básica”. Este es uno más de
los problemas que finalmente provoca cualquier sitio de disposición final que filtre
lixiviados, los cuales, independientemente de su toxicidad, representan un vector de
contaminación para el entorno. Finalmente, cualquier remediación que se haga no hace
más que ilustrar la vigencia del postulado de que la transformación social no requiere a
este tipo de crisis, las cuales no llevan a mejorías comunes, sino a la postergación del
problema real.
226
de residuos orgánicos que se entierran (y que son los que contienen la humedad que
genera el lixiviado incluso fuera de temporada de lluvias), pero que, dada la cantidad de
toneladas que ya se han enterrado, de alguna manera se requerirá de dicha maquinaria
durante los años siguientes, mientras se sigan filtrando lixiviados, cosa que ocurrirá
aunque se dejaran de sepultar residuos el día de hoy. Se trata de un problema de largo
plazo en el que se planifica el rebase de la capacidad de carga del entorno ecológico, así
como la tolerancia de las poblaciones vecinas.
Por otro lado, el entrevistado refirió que los recolectores, es decir, los ayudantes del
operario del camión, no pepenan mucho porque no tienen tiempo de segregar los
residuos reciclables y tampoco tienen mucho espacio en el camión. No obstante, lo que
sea que saquen es suficiente para provocar la inconformidad de carretoneros y
pepenadores.
227
Es claro que la consigna es mantener la imagen y la salud pública. Esto tiene lógica, ya que
los residuos en descomposición son vectores de contaminación con capacidad para
promover distintos tipos de enfermedades.
Por otro lado, los residuos putrescibles se trasladan al sitio de disposición final donde
laboran los pepenadores. Es decir, dadas las condiciones actuales, ellos no se benefician
de los mismos derechos que el resto de la población. El Ing. Ávila explica su postura, y nos
dice que los sindicatos tienen convenios con empresas grandes de reciclaje, y que estas
prefieren mantener la dinámica de trabajo así como está, ya que no tienen que invertir en
maquinaria o pagar salarios, pues no le pagan a los pepenadores. Además, agrega, el
sindicato les lleva los residuos a la puerta de su empresa. Así, aunque pagan un mayor
precio por kilo (las empresas), y nos da un precio ilustrativo de 50 centavos por kilo, les
conviene continuar con esta forma de trabajo.
Otra cuestión sobre la que echa luz el funcionario es acerca de las alianzas del sindicato,
acerca de las cuales comenta que anteriormente había demasiados pepenadores porque
el hermano del presidente tenía trato con la CROC. Explica que había alrededor de 400
pepenadores, que trabajaban para la empresa recicladora del hermano del presidente
municipal. De esta manera, externalizaban todo el problema social al ayuntamiento y a los
pepenadores, obteniendo solamente el beneficio de la materia prima.
Finalmente, como se puede ver en el anterior párrafo, el hecho de contar con una
organización cohesionada en la base, no significa que esta se encuentre libre de intereses
externos, los cuales determinan la situación del grupo. Además, es posible comprender
cómo los grupos de pepenadores, a pesar de actuar en ocasiones como una hegemonía
que se impone a intereses ajenos al grupo, están lejos de convertirse en una organización
sustentable en el largo plazo, dada la actual tendencia a reducir la cantidad de residuos
reciclables que llegan al vertedero. Por otro lado, es factible vincular las prácticas de la
anterior administración que se valió del trabajo de esta organización informal para
228
cumplir objetivos nepotistas, con el uso defensivo-partidista que la actual administración
le da a dichos argumentos.
Las conclusiones derivadas de este capítulo nos ayudarán a construir una propuesta de
incidencia en la actual política pública de gestión de residuos. Esto resulta especialmente
complicado en este momento en el que la política establecida en 2008 se encuentra en
proceso de migración hacia una fase de mayor operabilidad. Esto también representa una
oportunidad para nosotros, pues, como se fundamentará más adelante, consideramos
que la nueva tendencia sí tiene oportunidades reales de reducir dramáticamente la
cantidad de toneladas que llegan a los sitios de disposición final, pero también tiene el
potencial para funcionar únicamente en el discurso y desapegada de la realidad. Será en la
medida en que los grupos formales e informales logren (o logremos) operabilizar una
pauta legitimada por el gobierno pero surgida en la vasta red de actores que, día a día,
hora a hora, han luchado por tener una mejor gestión de residuos, algunos por motivos
ecológicos y otros para buscar el sustento diario. De cualquier manera, las rutas que
anteriormente seguían de forma separada los gobiernos y los practicantes, parecen
estarse alineando hacia un paradigma de recolección con prioridad ecológica, social y
económica, vigilada de cerca por la tradicional tendencia a contar con una gestión de
residuos con fines de manutención de la salud e imagen pública. El éxito de la primera
delimitará el margen de acción de la segunda.
229
CAPÍTULO 4. Marco jurídico de la GRSU en México y sus contextos territoriales
230
presente capítulo se divide en los siguientes contexto: internacional, nacional, estatal y
municipal.
A nivel global, se puede considerar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como
el principal propulsor de la creación de lineamientos a seguir por las naciones, con el
objetivo de garantizar el desarrollo sustentable. Siguiendo la definición propuesta en el
Informe Brundtland en 1987 y establecida como oficial en el principio 3° de la Declaración
de Río en 1992: “Humanity has the ability to make development sustainable to ensure
that it meet the needs of the present without compromising the ability of future
generations to meet their own needs”.
Como se puede ver, ante la embestida de prácticas productivas con efectos colaterales
negativos que afectan al territorio en que se encuentran, los gobiernos se “manifiestan” en
contra de estas prácticas. Esto es, y con todas la desproporción que la afirmación entraña,
un recurso popular de denuncia sin capacidad real de incidencia. La diferencia es que en
lugar de ser llevado a cabo por habitantes de un municipio, es realizada por los gobiernos
de la Tierra.
231
la presente intervención es la creación del Programa 21, el cual consta de cuatro secciones
y 40 capítulos, siendo el 21° de singular trascendencia para nosotros ya que se titula y versa
acerca de: “Gestión ecológicamente racional de los desechos sólidos y cuestiones
relacionadas con las aguas cloacales”
232
desarrollo sostenible, pero las empresas y organizaciones se perfilan como las entidades
adecuadas para asegurar la calidad de la ejecución de los planes nacionales.
No obstante, a pesar del acuerdo alcanzado, la misma debacle habrá de generarse en todos
y cada uno de los niveles inferiores en que se pretendieron aplicar los lineamientos
acordados. Esto es, la desadaptación de los instrumentos jurídicos será una constante. Esto
ya fue documentado en capítulos previos, no obstante, vale la pena seguir la ruta
legislativa para comprender los motivos que coexisten detrás de su argumentación. Esto
con la finalidad de develar que las pautas gubernamentales sí tienen un primitivo origen
colectivo y a favor del bien común, pero que durante su tránsito por la estructura
burocrática, han perdido arraigo comunitario y se han descontextualizado, y por ende son
desconocidas en los territorios donde se les pretende aplicar.
En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) otorga los
ejes rectores a seguir para asegurar el desarrollo sustentable. Además del artículo 4° que se
refiere al derecho de toda persona para contar con un ambiente adecuado para su
desarrollo y bienestar, existen otros recursos legales que posibilitan la consecución de la
citada meta.
Debido a que en la CPEUM existe el artículo 73, fracción XXIX G, es que el Congreso obtiene
las facultades para expedir las leyes necesarias en materia de protección al ambiente y
preservación del equilibrio ecológico. Con base en esta fracción se promulgó la Ley General
del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) en 1988.
233
En el eje cuarto del PND, la sección siete que se refiere a los residuos sólidos y peligrosos,
instaura el Objetivo 12: “Reducir el impacto ambiental de los residuos”. Esto se pretende
lograr a través de cuatro estrategias, la primera y más oportuna de las cuales promueve el
manejo adecuado y el aprovechamiento de residuos sólidos con la participación del sector
privado y la sociedad.
En concordancia con el cuarto eje del PND surge el Programa Sectorial de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (PSMARN), el cual busca, a través del cumplimiento de su tercer
objetivo: “Consolidar el marco regulatorio y aplicar políticas para prevenir, reducir y
controlar la contaminación, hacer una gestión integral de los residuos y remediar sitios
contaminados para garantizar una adecuada calidad del aire, agua y suelo”. Esto se
pretende lograr a través de cuatro estrategias, la segunda de las cuales se refiere en
específico al tema de los residuos sólidos, teniendo como objetivo:
Derivada de la primera de seis líneas de acción que marca la segunda estrategia del tercer
objetivo del PSMARN, surge el Programa Nacional de Prevención y Gestión Integral de
Residuos Sólidos (PNPGIRS), en el cual
Por otro lado, tanto en el PND como en el PNPGIRS, se establece el uso de la educación
ambiental como un medio para lograr la participación ciudadana en las acciones
encaminadas a lograr una correcta gestión de los residuos sólidos, así como la disminución
de estos.
234
Cabe mencionar también que en el PNPGIRS se asignan las funciones que corresponden a
cada orden de gobierno, quedando los estados con la responsabilidad de formular los
programas en materia de residuos de manejo especial, y por otro lado, siendo los
municipios los responsables de los RSU.
Para crear una sinergia también es necesario tomar en cuenta a la Ley General para la
Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), la cual explaya en el artículo 35°:
235
Es a partir del breve recorrido anterior que podemos comenzar a comprender que, si bien
los instrumentos regulatorios proponen una base a partir de la cual se pueden iniciar a
bosquejar líneas de trabajo, su fundamentación suele estar desprovista de anclajes en las
colectividades que tienen el potencial de operavilizarlas. Esta carencia, al ser detectada,
intenta ser combatida a partir de la “convocatoria a los grupos sociales organizados”. La
vocación de la propuesta es válida, pero el hecho de que dicha convocatoria vaya dirigida a
generar información, en lugar de incidir en la cotidianidad, provoca que la legislación
federal carezca de mecanismos puntuales para lidiar con la complejidad local.
La regulación estatal que a continuación se describe, actúa en sintonía con las atribuciones
que los instrumentos jurídicos federales le confieren a las entidades federativas, teniendo
como antecendente federal a las leyes mencionadas que fomentan la revalorización de los
residuos sólidos y el uso de la educación ambiental como herramienta para lograr la
participación de la ciudadanía. El tema de la educación se trata a profundidad en el
siguiente capítulo, por lo que no queda más que señalar que, a nivel federal, existe una
lógica que es puesta a prueba en el nivel estatal, en el cual los funcionarios intentan
adaptar los macro preceptos a las micro esferas autónomas que radican en el entorno,
siendo estas representadas por los actores sociales formales e informales que ya hemos
analizado.
236
reutilizables o reciclables a un ciclo productivo para su revalorización y desarrollo de
mercados de subproductos.
Tanto la LEEEPA como la LGIREJ emanan de decretos del Ejecutivo Estatal, el cual está
facultado por la Constitución Política del Estado de Jalisco (CPEJ) a través del Artículo 50,
fracciones XX y XXI para expedir decretos en pro del medio ambiente y en otros rubros.
237
4.4 Contexto municipal
Por un lado se tiene el “Reglamento para el manejo de residuos sólidos del municipio de
Zapopan”. Además, se encuentran en proceso de diseño el “Programa para la prevención y
gestión integral de los residuos sólidos urbanos”. Es en este nivel donde la legislación
pierde su lógica retórica y palidece ante la abrumadora efervescencia de actores sociales
que inventan y reinventan sus prácticas cotidianas de supervivencia.
Es en el municipio donde los funcionarios son puestos entre la espada y la pared. Es aquí
donde se escuchan las voces que ya documentamos previamente, donde la incongruencia y
las incoherencias son parte del raciocinio colectivo, del cual toman parte los funcionarios
del ayuntamiento. Es lógico entonces que sea a partir de las pautas sociales locales que
surjan nuevos patrones operativos. Así, son los esquemas prácticos y oriundos los que
legitiman a todas las retahílas legaloides y advenedizas. En este sentido, posteriormente
sintetizaremos esta tendencia, no sin antes resumir que, incluso en términos
reglamentarios, la comunidad actúa como un espacio de aprendizaje y enseñanza común,
cosa que sustentaremos en el siguiente capítulo.
62
Al igual que en cada uno del resto de los 2,445 municipios del país.
238
CAPÍTULO 5. Educación ambiental
Junto con la NAE SEMADES 07/2008, también nació un programa educativo estatal
llamado: “Separada no es basura”. Dicho programa:
Este programa educativo se enfoca en lograr que por lo menos un 50% de los residuos
sólidos estatales sean clasificados en el año 2012. Se pretende lograr este objetivo a
través de cinco etapas, en cada una de las cuales se buscará que distintos sectores se unan
a la campaña de separación de residuos, siendo dichos sectores: las instituciones de
gobierno, el sistema educativo, el sector productivo, la Iglesia y grupos religiosos, y
finalmente las organizaciones civiles.
Una estrategia inicial que se propuso a través de este programa, fue el uso de bolsas, tiras
y botes de colores para diferenciar los residuos clasificados63. Sin embargo, a pesar del
63
Verde para orgánicos, azul para inorgánicos y naranja para sanitarios.
239
tenue aroma didáctico que emite dicha estrategia, esta nunca llegó a generalizarse porque
la mayoría de la población nunca tuvo claro qué residuos van en qué bolsa, además de la
continuación de prácticas previas de revolvimiento en el camión recolector y el
incremento en los precios de las bolsas de colores. Dichos factores terminaron por
enterrar la estrategia del uso de colores.
240
Dicho lo anterior, es necesario especificar que en residuos sólidos, un diagnóstico
temporal64 en el que se cuente con la participación voluntaria de la población, siempre
conllevará sesgos, y por lo tanto no será confiable. Dichos sesgos están representados por
la posibilidad de que los ciudadanos sigan disponiendo de una fracción de sus residuos por
los medios tradicionales, o que deliberadamente se abstengan de entregar algunos tipos
de residuos por motivos personales (medicinas, residuos sanitarios, papelería de oficina, y
otros). De esto se puede concluir que un diagnóstico que pretenda generar una
abstracción que represente el nivel educativo ambiental de la ciudadanía, en materia de
residuos sólidos, no sería útil para diseñar modelos o escenarios, ya que las condiciones
del mismo sistema lo impiden, e insistir en esto65 significaría un desperdicio de recursos.
64
Diagnóstico temporal se entiende como una caracterización de residuos que se realiza a partir de la
clasificación de todos los residuos que un determinado número de hogares generan durante un periodo de
tiempo.
65
Por ejemplo a través de encuestas de conocimiento general en las que las personas responden lo que es
políticamente correcto, a pesar de que en la práctica realicen lo que resulta más económico, más fácil y
menos coercionable.
241
La sociedad pasa, en fin, de ser un todo cohesionado, integrado y relativamente
estático a ser un conjunto diverso y dinámico de instituciones y sistemas
especializados y autónomos cuyos intereses y proyectos es preciso coordinar o,
cuando menos, hacer compatibles (Sánchez Vidal, 1999, pág. 14).
242
La naturaleza de estas acciones les permite ser contabilizadas al margen del desempeño
de los sistemas de GRSU, de manera que la aplicación directa del programa de educación
ambiental se desentiende de su impacto real. En otras palabras, el medio se convierte en
el fin, y el fin real desaparece. Esto es comprensible a partir del proyecto en el que se
enmarca el componente de capacitación ambiental, siendo este el proyecto número 1:
“Fortalecimiento y actualización de los instrumentos de planeación así como la promoción
de la elaboración de ordenamientos ecológicos locales y el desarrollo de una cultura
ambiental integral” (Gobierno de Jalisco, 2009). En este sentido, el componente educativo
queda sujeto a una lógica que no le otorga los facilitadores operativos que lo lleven a
tener un impacto fuera de la fiscalización del presupuesto público.
A pesar de esto, los componentes de educación ambiental son distinguibles en cada uno
de los nueve proyectos de SEMADES. De esta manera, y teniendo como base los
programas que ya existen y sus indicadores, encontramos que es factible la migración de
algunos indicadores (cuyas metas son fácilmente alcanzables66 pero cuyo impacto y
sostenibilidad son mínimos), hacia una operatividad que incentive a los funcionarios
públicos a buscar el fomento de sinergias que, a través de la vinculación de actores de la
iniciativa privada y de la sociedad civil, garanticen la existencia de una campaña educativa
permanente atada indisolublemente a la calidad de su propio funcionamiento, y cuyo
fracaso deliberado signifique también el reemplazo de sus ejecutores.
66
Por ejemplo las pláticas educativas en escuelas, los materiales didácticos entregados, los talleres
realizados, los spots transmitidos, los anuncios desplegados en prensa y vallas, así como la organización de
eventos relacionados.
243
actores, la dispersión de la incertidumbre, y el surgimiento de una informalidad educativa
recalcitrante que nacería como mala hierba por doquier.
La metáfora de la mala hierba permite ilustrar una futura tendencia que adquiere matices
identificables desde la teoría educativa de aprendizaje situado. Para comprender
cabalmente el potencial de este modelo en la educación ambiental en materia de residuos
sólidos, debemos considerar que: “todo pensamiento debe ser visto como situado, y por
lo tanto es mejor explicado por conceptos de percepción y acción en lugar de la
conceptualización de la psicología del procesamiento de la información” (Young, 1993,
pág. 45). De esta manera, es comprensible que los aprendizajes en materia de clasificación
de residuos sólidos y su correcta disposición, se darán de manera más sencilla a través de
innumerables acciones cotidianas promovidas por los más diversos actores sociales, en
lugar de ser generados por campañas mediáticas unidireccionales que carecen de la
capacidad para retroalimentar.
Antes de cerrar la presente sección, es imperativo insistir que los logros obtenidos hasta
ahora son significativos, ya que la tendencia educativa hacia la que se propone migrar, no
hubiera tenido potencial para materializarse si se hubiese sugerido de manera apriorística
al programa educativo ambiental: “Separada no es basura”, ya que no hubiesen estado
reveladas las condiciones y los actores intersectoriales pertinentes, para llevar a cabo la
migración.
244
Dicho lo anterior, es necesario explicitar que el enfoque conductista se materializa en la
etapa operativa de la GRSU con enfoque sanitario, en la que el ciudadano entrega sus
residuos sólidos al camión recolector, para después obtener un reforzamiento positivo o
negativo, siendo positivo en los casos en que se realiza la clasificación de manera
satisfactoria y se entregan los residuos el día que corresponde, y negativo cuando se
realiza de otra manera. En las situaciones descritas, el reforzamiento positivo consiste en
el retiro de los residuos, por parte del camión recolector, y en caso contrario, en el
abandono de los residuos en el domicilio.
Por otro lado, el enfoque cognoscitivista y las acciones que lo sustentan, se pueden
apreciar previo al momento de la recolección. Ejemplos de actividades encaminadas a
fomentar aprendizajes son las labores de divulgación mediática, los talleres y los eventos
organizados para crear relevancia acerca de la clasificación de residuos. No obstante, es
necesario especificar que los aprendizajes surgidos a través de estas herramientas
didácticas, a pesar de que pueden llegar a permear la práctica cotidiana y facilitar la
obtención de reforzadores positivos67, no son suficientes para generar sistemas de GRSU
más sustentables que funcionen bajo el paradigma ecológico.
67
Entendiendo un reforzamiento positivo como el retiro de los residuos del domicilio, en los casos en que se
realiza la clasificación correctamente (o al menos de manera más o menos aceptable) y se entrega el día que
corresponde.
245
tenido aprendizajes significativos, y alguien que no lo hace, no ha tenido dichos
aprendizajes, por lo que se requiere generar desequilibrios (abandonar la basura en su
domicilio), para que exista la motivación necesaria para generar el aprendizaje requerido y
tener éxito en la clasificación de los residuos.
Hasta aquí ambos enfoques son simbióticos y actúan como una eficiente pinza capaz de
sujetar cualquier práctica escurridiza que pueda afectar el funcionamiento de la
recolección selectiva. Hasta aquí no se ha tocado la disposición final en vertedero, y hasta
aquí sólo se ha hablado de enfoques teóricos diseñados de manera unilateral y siguiendo
pautas que promueven el protagonismo del sector público que da certeza e
institucionalidad a un programa que por su naturaleza primigenia tiene un alcance
limitado, lo cual debe cambiar ya que: “La nueva configuración social, hace que no
podamos pensar en un sistema vertical sino en multitud de itinerarios, situaciones,
espacios, ritmos, tiempos y lugares en los que se da el acto educativo” (Asociación
profesional de educadores sociales de Castilla La Mancha, 2010).
246
La complejización de las labores del sistema de GRSU tiene que ver con la generación de
“zonas de desarrollo próximo” (ZDP) (Guzmán y Hernández Rojas, 1993, pág. 23) más
variadas, adaptadas a las condiciones de cada ciudadano y de su contexto económico,
social, arquitectónico, laboral, educativo, etcétera. Dicha complejización requiere la
pluralización de los actores y la personalización de los servicios de recolección. Mediante
la multiplicación de los actores involucrados se encuentra la posibilidad de contar con
instructores mejor adaptados que generen la ZDP apta para cada ciudadano y/o para cada
hogar.
Siguiendo la línea argumental anterior, se nos revela que los centros de acopio formales e
informales se presentan como dichas ZDP. En este sentido, también la estrategia de los
puntos verdes representa una oportunidad para ejecutar esta estrategia pedagógica. Por
otro lado, los carretoneros representan a la pluralización de los actores involucrados en la
labor de enseñanza, cosa que implica largos periodos de tiempo para cotidianizarse, pero
que sin duda nos presenta un panorama más alentador.
Así, a través del reenfoque del programa de educación ambiental, es posible conseguir, de
manera gradual pero sostenible, que diversos actores del sector productivo del acopio y
reciclaje de materiales, se involucren en la recolección domiciliaria, ya que son los actores
de dicho sector los que poseen la experticia para generar las ZDP requeridas. Esto en
contraste con los actuales empleados de los servicios municipales de limpia, cuyas
prioridades están más encaminadas a mantener las ciudades limpias y libres de
contingencias ambientales ocasionadas por la acumulación de residuos sólidos.
El interés del sector productivo del acopio y reciclaje es distinto al de los sistemas
municipales de GRSU. Dicha dicotomía revela una limitante de los ayuntamientos, ya que
el fin último de los departamentos de limpia tiene más que ver con mantener la higiene
pública, y esto deriva directamente del trasfondo jurídico – histórico que le transfiere la
247
Constitución a los municipios. Así la inclusión de educadores/recolectores provenientes de
sectores especializados en los distintos materiales de embalaje y compostaje, equilibra la
complejidad actual de los residuos sólidos con la tarea de la recolección selectiva, ya que,
al tener interés en la recuperación de los materiales para su reutilización en lugar de su
entierro, se forjan incentivos genuinos y sostenibles para generar ZDP en el corto,
mediano y largo plazo, de acuerdo a la evolución de la sociedad.
68
Otras fracciones, por ejemplo la clasificación secundaria: plásticos, metales, vidrio, papel. E incluso más
allá, por ejemplo los plásticos: PET, PEAD, PEBD, PP y PS.
248
residuos reciclados y composteados. De esta manera, la educación ambiental se convierte
en un factor decisivo y no accesorio para el funcionamiento de los sistemas municipales
de GRSU.
249
considerando la educación como una dimensión más de la vida social integrada” (2000,
pág. 36).
69
Por mecanismos se entiende la seguridad social, medidas de higiene y precaución, salarios estables,
horarios aceptables, y otros.
250
instituciones públicas que, a través de su discurso, promueven la ausencia de acciones
colectivas auténticas, ya que en apariencia parece haber suficientes propuestas en el
terreno, cuando en realidad estas no van dirigidas a satisfacer necesidades de la
comunidad sino de la misma administración pública y de los detentores del poder político
institucionalizado.
251
CAPÍTULO 6. Tendencias en la gestión de residuos de Zapopan
En este capítulo plantearemos las dos tendencias que hemos logrado sintetizar a partir de
la situación actual de los residuos sólidos en Zapopan, enmarcado con la
conceptualización de la acción colectiva como herramienta de incidencia en política
pública, y comparado con los casos nacionales que fueron ya fueron referidos. Todo esto
en concordancia con nuestra postura en materia de educación ambiental.
Algo que se tiene que se tiene que plantear y quedar bien claro es que la línea que
estás planteando de hacer una conformación de un grupo que pudiera ser el
intermediario entre la parte de generadores y la parte del aprovechamiento,
valorización de residuos, vertederos y transferencias, se encamina ahorita en un
proceso que está planteando la Secretaría. Se hizo un diagnóstico de las
especificidades técnicas con las que se cuenta, las tecnificaciones con las que se
pudiera contar, y esto va encaminado a centros de acopio comunitarios, que es
parte de lo que estás planteando tú como parte inicial.
Para ilustrar la justificación de esta tendencia basta recordar las palabras de Crozier: “Si el
252
sistema cambia, no dejarán ir la primera oportunidad de reiniciar su marcha al frente [los
funcionarios públicos+” (1989, pág. 74). Debido a lo anterior, es de esperar que esta nueva
tendencia, cuyo origen está profundamente arraigado en la informalidad, sea retomada
por el gobierno. No obstante, y a pesar de que el protagonismo se atribuirá el sector
público, son las organizaciones sociales las que garantizarán la eficacia de la propuesta.
Esto se debe a que, idealmente y en papel, la fórmula de “copiar” la labor que tienen los
depósitos y extrapolar las funciones de estos en puntos verdes del ayuntamiento, podría
funcionar. En la práctica, esto es más complejo, por los motivos que nos ayuda a esgrimir el
representante de Avangard:
Lo veo muy difícil porque, de alguna manera, pues lo que yo he vivido, sobre todo
con las escuelas, ese es un parámetro que te puede decir si funciona o no.
Normalmente empiezan con muchas ganas, y ya al final del curso dicen, sabes qué
pues hasta aquí y ya. Depende mucho también de la gente y las ganas que tengan.
Hubo una escuela en el municipio de Ixtlahuacán, en que ellos, como programa a mí
se me hizo muy interesante, contrario a lo de las demás escuelas, o sea, porque
normalmente las escuelas te dicen, trae tus botes, trae tu cartón, y lo van
acumulando y almacenando, y como te digo, a veces no es ni el lugar ni el espacio
adecuado, y se le carga a una persona. Acá lo que hicieron fue un plan de entregas
por mes, entonces, si eran 18 grupos, 9 entregaban un día, y los otros entregaban el
siguiente mes. Entonces, qué es lo que pasaba, en un día podían llevar botella y
cartón, y al día siguiente yo pasaba por ellos, entonces realmente no había
almacenaje, por así decirlo. Y pues era muy redituable porque todo mundo llevaba
ese día. A lo mejor la situación se complicaba en las casas de cada uno de los niños,
porque a lo mejor estaban juntando botellas o cartón, durante todo el mes, y las
mamás estaban histéricas. Entonces, al final de cuentas, la problemática se te va a
reflejar en algún lado, en tu casa, o en la escuela o en el punto verde, al final de
cuentas se va a trasladar a algún lado.
253
gubernamentales (y de muchos de nosotros), sino que acota los escenarios dentro de los
cuales la estrategia tendría más posibilidades de funcionar.
Esto se debe en parte a la presión que ejerce la legislación federal, pero también a la
existencia de alternativas provenientes del sector informal. Así, el gobierno estatal,
presionado para dar resultados, voltea hacia los actores que mejor ejemplifican la gestión
de residuos con enfoque sustentable, y, mediante una transmutación de las prácticas, así
como una transconceptualización que pretende alejar un poco a la nueva estrategia del
contexto local y alinearla bajo el paradigma europeo de los puntos verdes 71, es que surge
este nuevo tipo de infraestructura, cuyo funcionamiento nos describe el representante de
SEMADES:
70
Derivadas de las filtraciones de lixiviados en Picachos.
71
No porque sea incorrecto lo que los informales locales hacen, pero en los casos europeos se hace algo
similar desde la formalidad, y es de esperarse que cualquier gobierno se alinee bajo una conceptualización
proveniente de instituciones formalizadas.
254
centro de acopio de la zona industrial en Lázaro Cárdenas y la [calle] 14. Que si
bien [...] tenemos toda la serie de centros particulares de acopio en esa zona, pero
[la gente] no ve la sensibilidad de decir: ‘hay yo voy a llevar las botellas que saqué’,
no se sienten seguros de llevar 5 botellas, porque ven a las empresotas, entonces,
estos 27 puntos verdes, que es como los están denominando, va a ser con
infraestructura municipal, y en cierto momento se buscará el apoyo tanto estatal
como federal. Pero se está buscando que en forma inicial [...] que pudieran ser
comunitarias, [o] que pudieran ser particulares, pero que se abran al público.
Mira, yo lo veo difícil, es muy buena la idea de los 27 puntos, pero no es tan fácil,
porque estamos hablando de una [gran] cantidad de material. O sea, si empieza a
tener afluencia, [...] te lo voy a trasladar a lo que hacen a veces las escuelas. Las
escuelas quieren reciclar y se meten en estos rollos, pero luego ya que se meten se
dan cuenta de que no es tan fácil: 1) porque no tienen el espacio, 2) porque de lo
que estamos hablando es más de volumen que de peso, 3) porque son focos de
infección, al final de cuentas. Y no cualquier persona te maneja ese tipo de
materiales ni tiene las instalaciones con la capacidad, en cuanto a volumen, de
recibir y clasificar, de sacar materiales por tipo de producto. Sería fenomenal, pero
yo la verdad no creo que se pueda dar, o sea, quizá se haga pero con una capacidad
menor, y no con la que se debería tener, sería como algo secundario y adicional a lo
que ya se está haciendo, desde mi punto de vista.
255
Ahora bien, el anterior argumento nos ayuda a replantear la estrategia de los puntos
verdes y darle su justa dimensión. Se trata de una alternativa novata, y como tal, se tiene
que cuadrar ante sus hermanos mayores, que son los depósitos informales. En este
sentido, la cuestión entraña una posible coerción hacia los informales, ya que al
cuestionársele a SEMADES acerca del destino de un depósito informal, respondió: “Ese se
tiene que regularizar conforme a la ley de SEMADES, si quiere prevalecer. *…+ Los puntos
verdes van a ser todos los nuevos”.
Cabría preguntarse qué ocurrirá cuando entren en competencia los centros de acopio
informales y los puntos verdes. Aquí no es necesario hacer ejercicios de imaginación, pues
los antecedentes abundan. ¿Qué ha ocurrido en las zonas aledañas a los vertederos
durante decenas de años? Los depósitos informales han coexistido unos con otros, basados
en la confianza y estabilidad, lo que se representa con pago en efectivo y básculas bien
calibradas, pero sobre todo, el factor clave ha sido la abundancia de residuos reciclables.
Así, de nada serviría tener un solo acopiador para un relleno sanitario, ya que: ¿cuántas
camionetas tiene para transportar el material? ¿Cuántos ayudantes tienen para segregar lo
que los camiones dejan? El poco o mucho valor que los centros de acopio le dan al residuo
reciclable, toma tiempo y trabajo por parte de los propietarios y empleados del depósito.
Así, la cuestión de los umbrales vuelve a retomar una relevancia que ya había sido ilustrada
a nivel de empresas, como nos explicara previamente el representante de Avangard al
explicar que se puede tener la voluntad para comprar 20 toneladas diarias, pero es la
capacidad de procesamiento la que tiene la última palabra.
Las concepciones del párrafo anterior nos pueden dar una falsa idea de que las empresas
recicladoras tienen las mejores propuestas. Esto es erróneo. Los argumentos brindados por
la iniciativa privada provienen de su interés en mantener o generar escenarios beneficiosos
para ellos. Nada más fácil para demostrar esto que plasmar la propuesta del representante
de Avangard para mejorar la gestión de residuos:
256
Yo creo que, si tuviéramos la posibilidad de mecanizar este proceso, como hacer
pequeñas plantas dentro de los vertederos, sería bueno, o sea, tener bandas de
segregación, funcionando dentro de los vertederos, para que los camiones llegaran
y vaciaran en bandas, no en la tierra, sino que llegaran y tiraran en las bandas y que
se seleccionara, y lo que es orgánico pasara y pues va a terminar enterrado, pero
que lo que se pueda reciclar que se recicle. Obviamente a lo mejor estoy diciendo
una tontería, porque la cantidad de basura que llega todos los días, a lo mejor es
demasiada, como para tener esas pequeñas plantitas. Porque te estoy hablando de
1000 toneladas de basura diarias. Pero si se hace un poco cada vez, pues podría
mejorar. Y pues hay muchos intereses aparte: políticos, de partidos, de municipio,
de estado, de organizaciones, hay mucha disputa.
257
Esta voluntad de contar con capacidad de compostaje en los puntos verdes, es loable. Sin
duda requerirá de un periodo de aprendizaje, para dominar esta actividad productiva,
como ya nos explicó previamente el caso de Quispe Limaylla. No obstante, lo que se
puede resaltar de la cuestión es que, tentativamente, existirá una certidumbre para la
comunidad. Esto es, no habrá duda de que dichos puntos verdes tendrán capacidad para
revalorizar los residuos segregados, cosa que actualmente no existe, pues el camión
recolector no brinda dicha certeza. En este sentido, se trata de un objetivo explícito de
SEMADES:
Lo que se busca ahora es una cadenita en la cual ya no digamos, pos sí, yo sé que el
vecino [compra y] vende [reciclables], pero, y si le llevo y se dedica a otra cosa,
entonces [se trata de] que no exista esa incertidumbre, que sean centros
totalmente abiertos y se puedan llevar materiales de cualquier tipo. [...] Ya llegas tú
con tu cartón y va en esta esquina, el aluminio va en esa otra, y lo único que van a
hacer son transferencia. [...] Quizá metamos al DIF y a grupos sociales de apoyo, o
a algún grupo comunitario que digan, bueno, lo que saque del material, porque
sabemos que todo el material es comercializable, entonces eso va a ser para los
colonos, para el fraccionamiento, para la escuela, o sea, se va a organizar de tal
manera que funcione solo.
A partir de 2011 ahora sí las rutas van a ser selectivas, un día una cosa [inorgánicos]
y otro día las otras dos [orgánicos y sanitarios]. Entonces, bajo ese concepto, la
258
gente va a tener la elección, ‘me espero el día que toque, o separo la etapa
secundaria y yo lo llevo a vender o a regalar para que alguien se beneficie con eso’.
[...] Se va a tener un beneficio directo o un beneficio social. [...] Se la entregas al
camión o la llevas para que nos arreglen la calle [...], va a haber como una especie
de conformación de grupitos, donde el municipio abandere el proceso, pero [el
punto verde] esté a cargo de algún grupo social [...] bien alineado. Sabemos que el
cartón de a kilo no cuesta, pero de a tonelada sí, y ¿quién es el beneficiario? [Se
trata de] que [la gente] sepa exactamente para qué es ese proceso y cómo lo
pueden hacer, y que socialmente se llegue a ese punto donde el municipio elija una
estrategia para todos, [que no] administre ese recurso, *…+ porque se cambiaría la
figura, [...] entonces tienen que manejarlo desde el principio como un proceso
social, no puede ser una enajenación municipal.
Resulta también interesante que la estrategia de los puntos verdes se maneje como algo
abierto, es decir, de libre adquisición para distintos grupos. Al tratarse de espacios
legitimados por los ayuntamientos, gozarán del beneficio de cualquier estrategia
promocional que se haga. No obstante, esto también atraerá a actores que deseen
beneficiarse personalmente de esta táctica de gestión de residuos. Así, una visión
determinista pugnaría por prohibir la concesión de estas instalaciones a empresas
lucrativas, sin embargo, no creemos que eso sea necesario. El proyecto se maneja como
algo abierto, de acuerdo a la siguiente descripción:
259
la sociedad civil para administrar esta infraestructura municipal. En primer lugar, se
trataría de un privilegio artificial, en segundo, nada garantiza que una organización civil
administre de mejor manera un centro de acopio, y en tercero, no es recomendable que
sean neófitos los que se dediquen a la administración de un negocio de este tipo, y menos
en los albores de la estrategia. Sí sería benéfico que se vincule al punto verde a una
organización, pero su administración interna debe realizarse por recursos humanos
capacitados en las labores de: pesaje de los residuos, pagos, segregación, detección de
fraudes (arena o piedra en botes de aluminio, identificación de metales, humidificación
deliberada del papel y cartón, plásticos contaminados, residuos peligrosos disfrazados,
venta de materiales robados, residuos no reciclables72, etcétera), prensado, carga de
vehículos, estibado, comercialización, transporte, permisos. Todo esto es relevante para el
éxito de un depósito, y puede resultar abrumador para el que no conoce dicha dinámica
de trabajo, además de redundar en pérdidas monetarias, multas e incluso clausuras.
Finalmente, debemos continuar con la siguiente tendencia que hemos detectado durante
la elaboración del presente documento. No sin antes aclarar por qué la tendencia se ha
denominado “puntos verdes metropolitanos” y no “puntos verdes municipales”. La
explicación nos la ofrece el representante de SEMADES:
72
Fuimos testigos de este tipo de fraudes durante la etapa de la observación participante. No significa
necesariamente que hayamos incurrido en todos ellos.
260
6.2 Segregación en origen
Esta tendencia comenzó a surgir a partir del proceso de recolección selectiva que comenzó
en 2008, sin embargo, conforme ha ido madurando, su impacto aumenta y nos permite ver
con mayor claridad los posibles derroteros que esta directriz tomará. Por un lado, nuestra
propuesta, que se explora más adelante, se dirige hacia el acompañamiento en la
organización de actores informales, para que sean ellos quienes realicen el traslado de los
residuos segregados, con la finalidad de que la población no sea forzada a realizar un
73
Gracias a la promoción que se dio, hay que decirlo, a la NAE SEMADES 07/2008.
261
comportamiento demasiado alejado de lo cotidiano. Por otro lado SEMADES sí busca que
esto último se realice, como nos ilustra el siguiente testimonio:
Así, se visibiliza que se pretende que, la población y los camioneros trasladen los residuos
revalorizables a los puntos verdes. La experiencia y los testimonios previos nos indican
que el escenario se complejizará y estabilizará en una nueva distribución de las funciones
cotidianas de cada actor. En este sentido, también vale la pena explorar el papel que
tendrán las empresas recicladoras en esta nueva tendencia. Al respecto, tenemos la
opinión del director de aseo de Zapopan, quien comenta que podrían ser empresas más
pequeñas de reciclaje las que sí quisieran entrarle a esta dinámica de trabajo, más
comunitaria, con promotores, y de manera que, como ahorita están fuera de la jugada por
no tener trato con el sindicato de Picachos, probablemente estén más dispuestas a
participar en nuevas modalidades de intercambio de residuos sólidos reciclables. No
obstante, no pasará mucho tiempo antes de que las grandes recicladoras también
reclamen la parte que les corresponde en este nuevo paradigma de recolección.
Asimismo, los actores mejor empoderados tampoco serán indiferentes a esta nueva
tendencia. Los sindicatos de pepenadores pronto buscarán adaptarse a esta nueva labor
de recolección domiciliaria, la cual si bien es más higiénica, también presenta riesgos
262
como el tráfico, al cual se enfrentan los carretoneros día a día. En este sentido, es de
esperarse que la ZMG pueda absorber a los recursos humanos que se trasladen a esta
labor, los cuales buscarán adherirse a aquellas organizaciones, sean empresariales,
sociales o gubernamentales, que les garanticen no sólo la compra de los materiales, sino
la exclusividad de recolección en determinadas rutas.
Esta cuestión, aunque será el quid de la nueva tendencia, aún no se ha vislumbrado como
una potencial fuente de ventaja competitiva para los carretoneros. La estrategia parece
estar más dirigida a mejorar la regulación de la recolección cotidiana, como nos ilustra el
representante de SEMADES:
263
estas personas saldrán a la calle de manera organizada y, dado que en la calle la basura no
es de nadie, será cuestión de tiempo antes de que surjan los primeros conflictos, en caso
de que los sindicatos no sean capaces de asimilar a todos los carretoneros neófitos y
arraigados que todos los días transitan por la ciudad.
264
aunque sí realizan la clasificación de los mismos.
Finalmente, cabe mencionar el punto de vista del director de aseo público, quien, al
interrogársele acerca de la factibilidad de que los camiones recolectores tengan prohibido
recoger aquellos residuos para los que existen canales alternativos de revalorización, su
postura es tajante: “Para que la recolección en origen funcione, tiene que haber un canal
alternativo que sea 100% fiable”.
Así, queda establecida otra coordenada de la tendencia: los carretoneros tendrán que
ganarle al camión recolector o, en su caso, establecer un sitio de recolección distinto a la
banqueta, y esto último se tendrá que hacer de casa en casa, persona por persona. Esto
debido a que promover que los canales informales son 100% fiables, implica posibles
rumbos indeseables de acción para los ayuntamientos municipales, quienes en algún
momento podrían considerar prescindibles a los departamentos de aseo y limpia.
265
CONSIDERACIONES FINALES
Propuesta de acción
A partir de las dos tendencias detectadas, las cuales surgen del análisis de la situación de
los residuos sólidos urbanos en el municipio de Zapopan, así como su contraste con los
casos registrados a nivel nacional, además de la categorización conceptual de todo este
caudal de testimonios surgidos del terreno, es que podemos aspirar a sugerir una ruta
para incidir sobre la política pública de gestión de residuos, desde un enfoque de
desarrollo social.
El presente apartado, al igual que el resto, no busca ser exhaustivo, más bien se trata de
un mero pretexto para hacer un llamado a la acción y catalizar la transición paradigmática
que está ocurriendo en materia de gestión de residuos. Así, nuestra propuesta va
encaminada a ser ejecutada por organizaciones de la sociedad civil, sobre todo aquellas
con experiencia operativa en labores de desarrollo comunitario, ecologismo, protección
de los derechos sociales, educación y otras similares. Esto no significa necesariamente el
nacimiento de una nueva súper organización, sino la adopción de nuestras breves y
humildes sugerencias por parte de aquellas instituciones que ya realizan labores
operativas tendientes a seguir el paradigma ecológico de gestión de residuos.
266
Vinculación de pepenadores y carretoneros en recolección de origen.
En un primer momento es necesario identificar a aquellos recursos humanos que, de
forma atomizada, habitan en el territorio y se dedican a las labores informales de
recolección y segregación de residuos reciclables. Este proceso tiene como finalidad
conocer las problemáticas a las que se enfrentan estas personas y comenzar a bosquejar
líneas de trabajo. De ninguna manera se pretende generar un “mapeo” para obtener el
número de gente que se dedica a eso. Finalmente, en un primer momento ese dato es
irrelevante. Lo que importa es conocer de qué manera la acción sinérgica promovida por
una potencial acción colectiva puede mejorar la vida de estas personas, a través de la
facilitación de la labor que ya realizan. No es hasta que se cuenta con rutas de hogares
que han aceptado participar en esta modalidad de recolección, que vale la pena comenzar
a buscar, ahora sí, a carretoneros que deseen cubrir dichas rutas de hogares que realizan
la separación en origen.
267
esculquen la basura. Finalmente, nada garantiza que la totalidad de la población
participará, sin embargo, una vez que una idea demuestra ser verdadera, es creída, y
aceptada por los que se enteran.
Aquí cabe hacer hincapié en que no se trata de formar un sistema demasiado rígido, sino
que sea las mismas ventajas de esta modalidad de trabajo las que impriman formalidad y
la rigidez necesaria en los procesos. En términos claros, llanos y coloquiales: no se trata de
solicitar a la población que realice una clasificación exhaustiva, porque el día que no pase
el carretonero habrá mucha frustración. Tampoco se trata de intentar obligar a los
carretoneros a que recorran determinadas rutas de manera obligatoria, ya que puede
haber gente muy comprometida pero que, sinceramente, no genera gran cantidad de
residuos valiosos. ¿Entonces qué diferencia hace el hecho de que se inmiscuya una
entidad organizadora?
La vinculación de los carretoneros a una organización que los cohesione, puede fomentar
el surgimiento de nuevas prácticas que deriven en la simplificación del trabajo de estas
personas. Se pueden establecer puntos intermedios de acopio en los que un transporte
mecanizado puede fácilmente realizar una labor de carga y descarga, liberando a estas
personas de la labor de pedalear y caminar cargando decenas de kilos de peso de
material. Otra posible ventaja es la legitimación del sistema de recolección alternativo,
esto es, al estilo del grupo de pepenadores de Hasar, (y dada la simpatía percibida por
parte del funcionario estatal hacia el grupo que utiliza un uniforme), se puede formar una
identidad colectiva que utilice los recursos semióticos de los que se valen las
organizaciones para distinguirse en el espectro de la sociedad, a pesar de que al interior
exista cierta flexibilidad, la cual los mismos miembros deben acotar para su propio
beneficio.
268
acopio (si somos triunfalistas) como eslabones de un sistema alternativo de recolección,
que se vuelve posible pensar en negociaciones de venta al mayoreo a las industrias
recicladoras, con el objetivo de obtener mayores beneficios económicos para los
participantes. En este sentido, no se busca “comprar” centros de acopio, ni siquiera
invertir en terrenos y colocación de este tipo de instalaciones, sino crear alianzas que sin
comprometer el patrimonio propio, permitan trabajar en conjunto en aras de obtener un
beneficio superior. Es decir, se sacrifican algunas cosas, por ejemplo la posibilidad de
pagar más barato el precio por kilo a cada carretonero, pero se gana en otras, por
ejemplo, la posibilidad de obtener más material de más carretoneros. Por otro lado, para
el recolector informal tal vez le afecta en que se le limitaría a vender en un solo sitio todo
lo que encuentra (aunque ya de por sí así sucede), pero puede obtener un poco más de
beneficios por su trabajo, o un menor tiempo de traslado a partir de zonas intermedias de
carga y descarga.
Para las empresas recicladoras, pagar un precio más alto puede redundar en mayor
seguridad de abastecimiento, lo cual, como ya vimos, es una incertidumbre constante.
Finalmente, para este tipo de empresas no haría mucha diferencia esta nueva dinámica de
trabajo, ya que están acostumbradas a tratar con sindicatos que agremian a decenas o
centenas de pepenadores, sólo que en este caso, esas mismas personas laborarían para
otra organización (o incluso para el mismo sindicato si este hace alianzas con
organizaciones que se encarguen de consensar el apoyo de la gente a nivel de calle).
Una cuestión más en la que cabe profundizar, es, ¿intentará la institución arraigada
sustituir a la empresa recicladora en algún momento? Consideramos que, dada la
experticia que estas entidades tecnificadas tienen, el costo de transitar hacia el
crecimiento vertical sólo sería factible si las empresas recicladoras no garantizaran un
precio justo, dadas las condiciones del mercado.
Esto nos lleva a una cuestión que se vincula con el siguiente apartado: la transparencia. La
institución arraigada debe ser transparente y rendir cuentas a todos sus agremiados,
incluyendo a la población en general. Esto obliga a la empresa recicladora a compartir
269
información sensible, el cual sería un requisito que, en caso de incumplirse, derivaría en
una dura escisión74 con el resto del sistema alternativo de recolección.
Por otro lado, y siguiendo las cuestiones que tienen que ver con las empresas privadas,
¿qué hay del financiamiento? Cómo puede pagar una empresa recicladora los
rendimientos que sus accionistas exigen, dado que, por otro lado, sus proveedores de
materia prima también reclaman un pago decente.
Esa es la historia más antigua y no tiene una resolución sencilla, pero una línea explicativa
para desenrollar la cuestión es la siguiente: en la medida en que los financiamientos
puedan ser endógenos y colectivos, se podrá prescindir de los onerosos pagos de
rendimientos bursátiles a los inversionistas. Finalmente, estas personas se arriesgaron al
invertir y desde un inicio plantearon cuánto querían de utilidades. El hecho de que sea o
no sea inmoral es un debate que no nos interesa. Hasta que no sea posible abandonar las
prácticas de financiamiento provenientes de capital concentrado, se estará sujeto al pago
de rendimientos financieros abusivos, que impactarán en la calidad de vida de los
colaboradores de la institución arraigada. Otra línea de solución es que, obtenido el
retorno de inversión inicial, los inversionistas acepten acotar sus márgenes de ganancias a
cambio de obtener un ingreso estable en el largo plazo. Finalmente, las acciones de sus
empresas también pueden ser bien calificadas por las evaluadoras internacionales si los
directivos pueden garantizar que existe una seguridad financiera en el largo plazo. Esto
último se trata de la acotación de los detentores del capital financiero a partir del
empoderamiento de supracolectividades con potencial sustitutivo.75
74
Tanto para la recicladora que se queda sin materia prima, como para la estructura de recolección que
debe iniciar un proceso de adquisición de tecnología y experiencia en reciclaje masivo, sin garantía de éxito.
75
Aquí se describe un pequeño bosquejo de algunas líneas de acción, sin embargo, explicar la batalla que se
podría dar entre una supracolectividad con capacidad para comprar tecnología propia, contra un grupo
bursátil, capaz de importar materia prima barata, sería materia de una tesis financiera. En este sentido, la
supracolectividad deberá buscar la globalización, dada la naturaleza global del capital financiero y sus
detentores. Sólo así se pueden obstruir futuras vías de dominación hacia la institución arraigada. Esto a
partir de que, por ejemplo, si en China hay dispersión de recolectores de residuos reciclables, se obtendrán
materiales a bajo precio, castigando la calidad de vida de estas personas asiáticas, y destruyendo nuestra
estrategia local de desarrollo social. Claro que la competencia juega en contra de esta estrategia anti-
hegemónica (refiriéndonos a la hegemonía de la institución arraigada), pues al escasear el recurso, el precio
270
Vinculación con gobierno para cumplir con regulación y ser un interlocutor empoderado.
A partir de la existencia de una mayor organización, es posible generar una “economía de
escala”, en lo que se refiere a la regularización de los recolectores informales. Así, se
vuelve factible contar con una contabilidad general y con comprobantes fiscales y
ambientales, mejorando así la postura del gobierno hacia los carretoneros y centros de
acopio.
aumenta. Como se ve, la ley de la oferta y la demanda puede jugar a favor de la acción colectiva en una
economía de libre mercado, y si bien pueden existir embargos a la supracolectividad a partir de pactos entre
jugadores poderosos del mercado del reciclaje, también están aquellos sediciosos que no dejarán ir una
oportunidad de obtener ventajas en esas épocas de crisis, aunque signifique traicionar a los de su ramo.
(Léase en voz alta) Finalmente, la última palabra la tiene el que es capaz de incidir en las decisiones
cotidianas de la población, ya que en último término, un boicot masivo al consumo de productos
provenientes de empresas que embalan sus mercancías en envases producidos con materia prima
proveniente de empresas controladas por grupos bursátiles hostiles a la institución arraigada, es capaz de
reducir a “números negativos” incluso a la corporación más poderosa, en menos de un trimestre. Claro que
para esto deben existir alternativas de consumo, lo que nos lleva de regreso al principio, pero en otro nivel,
y de ser posible, sin necesidad de que sea una crisis la que medie para llegar a ese otro nivel.
271
Por otro lado, en lo que se refiere al consumismo de los productos per se, nuestra postura
es que esto requiere de transformaciones sociales de otro nivel, las cuales por el
momento ni siquiera podemos bosquejar.
Conclusiones
El anterior recorrido nos llevó desde las hediondas zonas de vaciado de los basureros de
Zapopan hasta las acaudaladas cúpulas financieras de la Bolsa Mexicana de Valores.
Hemos intentado plasmar una propuesta de incidencia en política pública a través de una
acción colectiva, la cual proviene de nuestro enfoque de desarrollo social.
272
Hemos demostrado que sí es a través de acciones colectivas, y no a través de
emprendimientos de sectores aislados, que se está migrando hacia un paradigma
ecológico de la gestión de residuos en el municipio de Zapopan. De esta manera, a partir
de la inicial categorización de los criterios deseables en una política pública sustentable,
seguido por la identificación de prácticas deseables institucionalizadas y no
institucionalizadas, así como una breve exploración por el territorio y los actores
zapopanos, nos ha sido posible delimitar itinerarios para continuar sobre la línea de
trabajo que actualmente se está dando en el municipio, y que a pesar de de ser benéfica
aún tiene potencial para ser mejor.
76
La cual permitió deshacer el problema de saturación de residuos reciclables de PET.
273
Además, el potencial sustitutivo para amalgamar el paradigma ecológico de gestión de
residuos, de forma paralela a las prácticas sanitaristas tradicionales, no había existido
hasta hace poco. Haber atacado previamente el problema hubiera encontrado un
sinnúmero de inconvenientes extras, cosa que efectivamente sucedió como se documenta
en nuestros antecedentes académicos. De ahí que sostengamos que nuestra hipótesis sólo
puede considerarse verdadera a partir de la existencia de las instituciones que se
describieron en el documento, ya que estas han dotado al espectro social de tecnología,
relevancia, actores, y muchos otros elementos sin los cuales no se podría aspirar a
conjugar un “producto societal”, que aunque carece de auto-conciencia, da muestras de
dirigirse hacia la formación de una.
Volviendo la mirada en retrospectiva, vale la pena señalar cuestiones que aún quedan
pendientes por investigar. Ejemplo de esto es el análisis de la migración hacia nuevas
formas de administración de sitios de disposición final que permitan considerar en el corto
plazo el costo por metro cúbico de los entierros. De esta manera, se podría avanzar hacia
escenarios en los que el costo futuro del entierro impacte el presente, y facilite la
canalización de un pago a cambio del tratamiento de residuos orgánicos y otros que son
reciclables pero carecen de un valor en el mercado. De esta manera, en lugar de invertir
274
en futuras zonas de disposición final, se estaría invirtiendo en la formación de cadenas
productivas que promuevan la escasez de residuos enterrables.
Una temática más que queda pendiente por investigar es el mapeo de las unidades
acopiadoras de residuos reciclables. Esta es una labor básica para la institución arraigada
que tanto pregonamos. Contribuir con esa información es parte de la labor de la entidad
que proponemos como catalizadora de la acción colectiva, y no tanto como dueña de la
misma.
Otra cuestión que no se debe dejar de señalar es el papel que tuvo el gobierno estatal en
esta historia. De este modo, la obligatoriedad y la promoción de la NAE SEMADES
07/2008, promovió que a partir de 2008 se iniciara un aumento en el rescate de residuos
reciclables, pero no a partir de los canales formales, sino de los informales. Es de recalcar
que este hecho no fue lo que inicialmente se proyectó, sin embargo, se convirtió en un
factor clave para operabilizar a un producto regulatorio que, de otra manera,
probablemente hubiera terminado por convertirse en letra muerta.
Por otro lado, dado que el gobierno da muestras de permeabilidad en aquellas cuestiones
que le resultan favorables, también es de esperar que, una vez institucionalizada la acción
colectiva, el sector informal sea capaz de asimilar prácticas formales que sean compatibles
con sus intereses. Esto significa que, dado que ya se tocó el tema de la importancia de la
transparencia, será cada vez más importante contar con mecanismos internos de control y
organización, los cuales necesariamente derivarán en una fiscalización de las prácticas
cotidianas. No obstante, como ya se fundamentó exhaustivamente, estas formas de
275
control internas no podrán desapegarse del objeto social de la organización, so pena de
promover su extinción. Aún así, la poca o mucha fiscalización que se logre, será suficiente
para demostrar al gobierno que la informalidad no es un hecho, sino una opinión, y que
cuando sus prácticas son mediadas por una adecuada organización, pueden ser
compatibles con las de las entidades reguladoras, siempre que estas hayan primero
aceptado que sus propuestas están sujetas al arbitrio de los practicantes.
Una institución arraigada sólo visibiliza a la acción colectiva, y fomenta la toma de una
conciencia entre los actores pertinentes. Ya existen acciones colectivas en todo el
espectro de las actividades humanas, aunque sean percibidas como informales. Capitalizar
la organización de estas interacciones de base que coexisten en el territorio, y convertirlas
en un interlocutor que no es desdeñado por el solo hecho de desconocer la regulación
formal, mientras que ya cuenta con la legitimación social, y sobre todo, la capacidad para
mantener la cotidianidad bajo su tutela, es tarea de los gestores de desarrollo social.
Como profesionales tenemos a nuestro favor todas las inercias sociales degenerativas,
pues las alternativas benéficas se pueden evidenciar más claramente en un entorno tan
hostil y de incertidumbre como en el que vivimos. De esta manera, el caso de la gestión de
residuos sólidos urbanos representa sólo un asidero para adentrarnos en una compleja
lógica social que nos obliga a ser humildes. Así, nuestra propuesta, en caso de
materializarse a través de una institución arraigada, sentará un precedente del que se
podrán desprender personas, experiencias y otros recursos esenciales para promover este
tipo de incidencia, pero en otras áreas productivas del espectro social.
276
gobierno, que lo han conceptualizado como acción pública77, o desde fundaciones
globales78, que, mientras escribimos esto, se encuentran avanzando en materia de
“cadenas híbridas de valor”. La ruta apunta hacia la búsqueda de vinculaciones entre los
más diversos actores sociales, con la finalidad de maximizar el valor al mismo tiempo que
los intereses son sometidos a la lógica de colectividades más amplias.
77
Ejemplo de esto es el Centro de Investigación y Docencia Económica.
78
ASHOKA y su programa de Ciudadanía Económica para Todos nos ilustra al respecto.
277
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Nacional
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Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente
Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos
Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de Residuos Sólidos
Estatal
Constitución Política del Estado de Jalisco
Ley Estatal de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente
Ley de Gestión Integral de los Residuos del Estado de Jalisco
Norma Ambiental Estatal SEMADES 07/2008
Municipal
Reglamento para el manejo de residuos sólidos del municipio de Zapopan
288
ANEXOS
289
290
291
292
Anexo 2. Solicitud de información a la administración del relleno sanitario Picachos.
293
294
295
Anexo 3. Cuestionario de entrevista a empresas recicladoras: Novajal y Avangard.
296
Anexo 4. Cuestionario de entrevista al Ing. Elías Ávila Castro. Dirección de aseo público
de Zapopan.
2. Puede una OSC aspirar a obtener fondos, ya sean municipales o de otra fuente, a
partir de una propuesta de disminución de la cantidad de residuos que se entierran
en el relleno sanitario, es decir, garantizado mayor vida útil?
4. Existen vinculaciones con empresas del sector del reciclaje, con la finalidad de que
estas se encarguen de la recolección especializada de los residuos que a ellos les
son útiles, por ejemplo: PET, metales, electrónicos, vidrio, orgánicos limpios,
etcétera? ¿Sería posible realizarlo? ¿Qué dificultades se pueden prever? ¿Se ha
calculado el potencial de esta vinculación?
297
9. ¿Se ha experimentado con procesos participativos, en los que la ciudadanía es la
que diseña rutas de recolección, elige el lugar de puntos de acopio, o incide en
cualquier otro factor de la GIRSU municipal? ¿Cuál ha sido el resultado? ¿Qué
limitantes existen para lograrlo?
10. ¿Se cuentan con mecanismos para garantizar que la educación ambiental esté
disponible de manera permanente para que la ciudadanía pueda responder sus
dudas cuando estas surgen en su práctica cotidiana?
14. ¿Existen grupos de presión que hayan identificado como antagónicos a las
prácticas de clasificación de residuos en origen o hacia otras prácticas
sustentables? ¿Qué incentivos tienen estos grupos de presión para oponerse?
15. ¿Cómo han afectado las transiciones trianuales a la GIRSU municipal de Zapopan y
qué mecanismos hay para disminuir el impacto?
16. ¿Qué propondría para que las empresas concesionarias tengan incentivos para
disminuir la cantidad de residuos que entierran en un relleno? Dado que estas
dependen del pago por tonelada que el ayuntamiento les facilita.
17. ¿Por qué las campañas de clasificación en origen inician con varios tipos residuos
en lugar de un solo para el que ya se tenga un comprador? ¿Por qué no dirigir las
campañas de educación hacia un solo residuo a la vez con la finalidad de explicitar
el fin que este tendrá? ¿Se pretende que el shock o la resistencia de la ciudadanía
ocurran una sola vez?
18. ¿Cómo fue el proceso para elegir la gradualidad con que se aplicaría la recolección
selectiva en las distintas zonas y colonias del municipio? ¿Qué criterios o rutas se
tomaron en cuenta?
19. Respecto a la administración anterior, qué cosas se han innovado y cuáles han
continuado de la manera que se estaba realizando.
298
20. ¿Cuáles son las principales dificultades que surgen desde la ciudadanía, para el
correcto funcionamiento de la GIRSU municipal?
21. ¿En qué porcentaje se reduce la cantidad de residuos que van a Picachos, después
de pasar por la estación de transferencia de Los Belenes?
299
Anexo 5. Cuestionario de entrevista a carretonero de Zapopan
300
Anexo 6. Cuestionario de entrevista al Ing. Haro. Relleno sanitario de Picachos.
301
Anexo 7. Cuestionario de entrevista al dueño de un centro informal de acopio.
302
Anexo 8. Cuestionario de entrevista a SEMADES
303
experiencia se hagan cargo de recolección y composteo de orgánicos? ¿Ha llegado
alguien que llegue con un proyecto aplicable?
9. ¿El desmantelamiento de los pepenadores? ¿La NAE 07 no acepta el pepenaje,
cómo lidiar con eso?
10. En general las autoridades estatales dejan a criterio de los ayuntamientos la
vinculación con OSC. ¿Es mejor así? ¿Qué mecanismo hay para tener un visto
bueno por parte de una instancia superior al ayuntamiento?
11. Carretonero con 12 años de experiencia se queja de que han entrado muchos
nuevos en los últimos 6 meses y de que no recolectan papel, cartón y metales
como él, sino que sólo se llevan cosas que pueden vender, y rompen las bolsas. A
él ya lo conoce la gente. ¿Cómo ve SEMADES a los carretoneros?
12. ¿Qué impacto se ha logrado con la difusión mediática masiva?
13. Sirven de algo las crisis como la de los lixiviados en Picachos, o sólo son mejoras
superficiales. ¿Qué se necesita para que haya cambios en verdad profundos?
304
Anexo 9. Recuperación inicial de observables
Tabla 7. Listado de observables que construyeron los conceptos
305
Cooptación de prácticas La simplificación de los Tecnificación del discurso
sustentables procesos sociales
Figura 9. Esquema de observables y sus referencias, obtenido a través del software Nvivo 8.
306
Figura 10. Esquema de observables y sus referencias, obtenido a través del software Nvivo 8.
Figura 11. Esquema de observables y sus referencias, obtenido a través del software Nvivo 8.
Figura 12. Esquema de observables y sus referencias, obtenido a través del software Nvivo 8.
307
Anexo 10. Construcción de categorías
309
Figura 13. Esquema de los conceptos y sus referentes, obtenido a través del software Nvivo 8.
310