Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Jeen-Merie Privat
Universidad de Metz
• Extraído ¿e Reuter, Yves y otros (dir.), Oidactique du Irenceise, Etat d'une discipline, Paris, Nathan, 1995,
Traducido por Mora Díaz Súnico.
1 Ministere de l'Education Nationale (ME N), Direction des tycees et Colleges, Horaires / Objectits / Programmes
/Instrucrions, "Francais, langues anciennes, elasses des colleges, 6e, Se, 4e, 3e', París, CNDP, 1993, p. 30.
2 P. Clarac, 'La foi dans la vertu des beaux textes", L'Enseignement du Irenceis. Paris, PUF, 1963, p. 144.
3 MEN, Direction des Lycees et Cclleges, Horelres /Objecrifs / Programmes /Instructions, "Francais, langues
. anciennes, elasses de seconde, prerniere et terminale', Paris, CNDP, 1992, p. 66.
o·'.
, --. . -. ·a·d"-'----;:J'-I·-I t -etnógrafos de la cultura: la Jnves- --f - - los usuarios. Ningún establecimiento escolar. incluso "experimental". está dotado de un dispositivo como éste.
gencla entre I actas oe a ec ura y , ". . Los pocos rítulcs que siguen traducen las preocupaciones de los investigadores de la BPI: J. F. Barbier-Bouvet y
tigación teórica pasó de un interés erudito -~as~a bibuófiic-- por I~s ~I- I M. Poulain. Publics.l l'oeuvre (1988). E. Véron, Espaces du livre: perception et usages du classement et de la clss-
sdication en bibliotbécue (1989). M. Chaudron et F. De Singly. tdentilé. lecture, écriture (1993). M. Burgos et alii,
bros, a una investigación sociológica y cuantitativa sobr~ la re~artl:lon
i.ivres, lectures et sociabilités (en prensa. 1995).
desigual de los bienes vlasprácticas culturales; para prívilegiar, final- 1 16 P. Bourdieu. "Les trois états du capital culturel", Actes de la recherche en Sciences sociales. nO30. 1979.
17 P. Bourdieu. Les Régles de lart, genése et estructure du champ littérsire, Paris, Seuil, 1992, p. 455.
13 P",Bourdieu'et A Arbel. L "stnour de IJrt, Paris. Éd. De Minuit. 1969.
14 F. Furet et J. Ozouf, Lire et écrire, /'alphabétisation
'. .' .
des Frant;als de Celvir: .l jules Ferry. París. Éd. De Mlnult. I
'1
18 Podríamos decir de la lectura. en particular. aquello que el etnógrafo americano Clifford Geertz dice del pen-
samiento humano en general: "Es social de cabo a rabo. Social en sus orígenes, en sus funciones, en sus formas,
en sus aplícaciones" (C. Geertz, Beli, interprétation d'une culture, París. Callírnard, 1983. p. 109), . .
1997. 2 volúmenes. I
I1
pag52 / 'Iulú coquette pagS3 / lulú coquette .-)
l
aprender a leer, consiste entonces en dominar ciertas técnicas de base vamente incorporada, eso tiene al menos dos series de consecuencias
---- y probarlas progresivamente en corrientes de agua o flotas de texto-s o ••••• _-- ••••• --~'--aidácticas que atañen al coraz6ññlismo del proceso de desarrollo lec-
cada vez más abundantes. El lector de signos pesca de línea en línea tor.
informaciones, como el pescador sigue los signos del corcho sobre el
agua. La toma es buena cuando el lector no farfulla y cuando el pes-
cador no vuelve con el morral vacío. Los aprendizajes culturales
Esta visión es a la vez superficial e idealizada, común y estereo-
tipada: es banal mente reductora. El pescador sólo raramente es ese La etno-sociologta de las prácticas de lectura conduce, en un primer
dulce soñador un poco marginal y narcista, ese ser apartado del mun- momento, a idear un programa de trabajo que incluye nuevos objetos
do y cuyas prácticas y felicidad tiene algo de misterioso y secreto. El de aprendizaje cultural. La lectura no es sólo el momento en que ésta
pescador es también miembro de un club o asociación en el cual se se efectúa, sino un conjunto estructurado de prácticas social y cultu-
asegura el secretariado o asume la presidencia. Pagó su cuota a la fe- ralmente reguladas y diferenciadas. La lectura propiamente dicha no
deración que regula los usos ydicta los derechos de la pesca. Segura- es más que "el acto último de una serie de manipulaciones aparente-
mente, le gusta discutir acerca de su material y contar historias de pes- mente espontáneas y coyunturales que ponen un libro entre las manos
cadores a sus amigos en el café o durante la pausa en la oficina. Co- de su lector'?'. En esta hipótesis, se vuelve necesario que los lectores
lecciona cañas de pescar y pequeños trofeos ganados en los concur- aprendices se doten poco a poco de un capital de gestos codificado,
sos locales o regionales. Es un fiel abonado a las revistas especializa- de discursos técnicos, de saberes especializados, de costumbres cu Itu-
das y sigue por la televisión la mayoría de las emisiones sobre la pes- rales específicas exigidas por el campo lector. Construir esta compe-
ca en Francia o en los países extranjeros, en perjuicio de su esposa. En-· tencia y esta familiarización supone multiplicar y diversificar las situa-
seña a su hijo, desde su más temprana edad, a pescar como hobby y ciones de interacción entre libros y lectores.
le gusta verseregalar en su aniversario o en Navidad libros ilustrados Por consiguiente, se trata de introducir, 'por ejemplo, "diferen-
sobre la pesca ecológica en agua dulce (no siente más que desprecio' cias y, por lo tanto, preferencias" en la oferta Iibresca, desarrollando
o incomprensión por la pesca submarina sobrequipada). Finalmente, una cultura del libro: "conocimiento de los autores, de los editores, de
triunfa cuando puede posar con orgullo para el diario con "pez blan- las colecciones; lecturas en diagonal de la portada, evocaciones de
co de seis Kilos y medio y 83 centímetros de longitud, capturado con lecturas anteriores sobre un tema próximo, consultas eventuales de crí-
línea flotante en las rocas, con un anzuelo número diez y como car- ticas, conversaciones con los otros":".
nada 6 granos de maíz"!", etc. , Lejos de querer "desescolarizar" la lectura de acuerdo al mode-
. En resumen, pesca y lectura -Jejos de ser actos de pura técnica lo liberal, lejos-de desconocer lo que ponen en juego tales aprendiza-
y/o de pura intimidad individualista- están saturadas de sociabilidad jes, en el modelo legitimista, consideramos que la inserción práctica
(gestos aprendidos, discursos y objetosintercambiados, ritmos apro- en el funcionamiento codificado y estructurado del campo lector de-
piados, imaginarios compartidos, valores incorporados, estrategias, be ser objeto de un trabajo precoz, sistemático, regular. Se trata, en es-
etc.), estructuradas por redes de socialización instituidas o informales, ta didáctica de .Ias prácticas de los libros de "tareas escolares que obe-
pero que las miradas avanzadas de la sociología y la etnografía cultu- decen a consignas y cuya progresión se explicita poco a pOCci"23.Sin
. ral pueden volver "visibles". Dicho de otra manera, si admitimos que embargo, esta progresiva afiliación cultural a las reglas en vigor den-o
el tiempo del lector desborda ampliamente el tiempo de la lectura pro-
21 M. Poulain, Pour une sociologie de la lecture, lectures et lecteurs dans la France contemporaine, sous la dir.
piamente dicha y si lila ilusión del intimismo_de la lectura privada'"? _ De M. Poulain, Paris, coll, "Bibliotheques", Éditions du Cercle de la Librairie, 1998, p. 8.
se disipa, la didáctica no puede más que interesarse en las ciencias hu- 22 id, ibid, pp. 40-41
manas a las que hacemos referencia. En efecto, si el docente toma en 23 A. M. Chartier, "L'arrnoire de fer et le cousin", La Bitbiothéque. Aurrement, n0121, avril1991, pp.133-134.
Sobre ejemplos de trabajos que apuntan a iniciar a los alumnos en el funcionamiento del campo, ver en princi-
cuenta que una práctica de lector conjuga una competencia cultural
que se enriquece constantemente y una disposición práctica progresi- I pio P. Cassagnes, Cl. Garcia-Debanc et J. P. Debanc, 50 activités pour apprivoiser les livres en c1asse ou en 8eD,
CDOP de Tarbes, CRDP Midi-Pyrénées, Toulouse, 1994 et la revue Argos (CRDP de Créteil): en segundo lugar, ir
a diferentes números de la revista Pratiques (nO 27, "L'écrivain aujourd'huir": nO 32, "La littérature et ses institu-
tions"; nO52, "Prati.ques de lecture"; nO 63, "L'innovation pédagogique"; nO 80, "Pratiques de lecteurs"), a D. Du-
I,
19 Peche Pratique, nO 21, 1994, p. 7.
20 J. Balhoul, Lectures préceires. études sociologiques sur les faibles lecteurs, Services des Études e¡ de la pont, Y. Reuter et J-M. Rosier, Manuel dhistoire littéreire, 1, Paris-Bruxelles, De Boeck-Duculot, 1988, y al nO 102
del Fram;:ais aujourd'hui sobre "Les Lieux de lecture". .
Recherche, Paris, BPI, Centre G. Pompidou, 1998, p. 45.
., i
I
I
pag54 / IUlúcDquette.
¡ pag55 / lulu cDquette
I-- -- __ tro del campo.de las prácticas no excluye una iniciación crítica en la
volver a los alumnos atentos a la producción novelesca de hoy y ha-
que el lector se construye poco a poco una identidad cultural".
cerlos parte del debate literario.' En suma, se trata de "volver al clásico
Estadinámica de la socialización cultural se traduce, entonces, en
centrismo y construir la historia de la literatura hacia atrás: en lugar de
términos didácticos, en estrategias que involucran de manera más gene-
abordar la historia de la literatura desde un punto de vistapseudo-ge-
ral a la práctica y a ras prácticas del campo lector. Me limitaré a algunos
nético, tendríamos que volvemos nosotros mismos el centro de esta
ejemplos complementarios. .'
historia. De esta manera, hablaremos de la literatura pasada en un len-
La literatura más leída es la menos enseñada y la más desvaloriza-
guaje actual, incluso en la lengua actual: no se verán más escolares in-
da. Esteprimer hecho, objetivo, ligado al funcionamiento del campo lite-
felices obligados a trabajar primero el siglo XVI, del que apenas entien-
rario y a sus instancias de consagración y celebración, es suficiente para
den la lengua, bajo pretexto de que viene antes que el XVII, totalmen-
indicar cuánto hace falta una reflexión sobre el corpus de las obras pro-
te ocupado por querellas religiosas, sin ninguna relación con su situa-
puestas en las clases. A salvo de la resignación de excluir !ectores ~or el
ción presente'?". Se trata también de complejizar las representaciones
soio juego, brutal, de las exclusivas (y, por I<?tanto, exclusiones) cultura-
de los alumnos sobre "la institución literaria" indisociablemente cons-
les la reflexión didáctica conduce a abrir el abanico de lecturas posibles.
tituida por luchas simbólicas, instancias de legitimación, maniobras
, Una' segunda interrogación concierne al tipo de obras selecciona-
económicas, discursos mediáticos; en resumen, de iniciarlos de un
das. Si se tiene en cuenta, no las disposiciones de los alumnos sino el tra-
modo crítico en el "mundo de la literatura".
bajo que se podrá llevar a cabo con las obras de dificultades variadas .y
ambición cultural, entonces' la elección de los textos se pla~tea en térmi-
nos de aprendizaje (y no de lógica patrimonial o de propensión personal).
Las apropiaciones culturales
Se comparan los funcionamientos textuales, se construye la jerarquía de
los valores en el campo literario, se acercan códigos culturales más o me-
Sin embargo, los aprendizajes culturales no s~ transforman automáti-
nos eufemizados, se identifican pactos de lectura (y, por lo tanto, lectora-
camente en apropiación cultural y hasta podemos alimentar el temor
dos) muchas veces opuestos.
de fabricar Oiafoirus de la cultura del libro. El rol del docente -ni
Una tercera interrogación se refiere a la apuesta del comercio con
maestro ni animador sino mediador- en la implementación de situa-
obras literarias estrictamente contemporáneas. El "Goncourt des Iycéens" I ciones didácticas que favorezcan la paulatina incorporación de las
es un buen ejemplo de la irrupción en la clase de novelas lanzadas a la !
prácticas y la interiorización crítica de las apuestas es, en efecto: c~.~i-
conquista de sus lectorados. Esta"actualidad literaria", estas "últimas apa- ·1 tal. Dicho de otra manera, aquí, -corno hace un tiempo para la lingüis-
riciones", estos "acaba de salir", estas "novelas del regreso:' tienen la ven-
taja de despertar la curiosidad intelectual de los jóvenes lectores en la I tica- el aplicacionismo puro y simple puede causar estragos y recha-
zos temibles: "Del hecho de que un saber sea más exacto, más próxi-
medida en que no tienen (o muy poco) los comentarios que suelen acom-
mo a una teoría de referencia legitimada, no se sigue que sea de en-
pañarlas y entonces no tienen nada "servido en bandeja", como dice
trada más ajustado al sistema en el cual debe interesarse, ni más fácil
Hoggart. Por el contrario, tenemos ahí un ejemplo de lecturas activas que
a ser adquirido por el plano cognitivo, ni más accesible c~lturalmente
provocan a veces "conflictos de opinión" fuertes, en· la medida en gue la
que el saber que reemplaza, ni -en fin- .en tO,doslos casos ~ás perfor-
situación "plantea desafíos?". Uno de estos desafíos es precisamente el de
mante que otro tipo de saber?". La sociologta y la etnografía pueden
otorgar o no,' según criterios a precisar, valor literario a textos que no per-
sugerir algunas reflexiones útiles para una didáctica de las prácticas
tenecen "al eterno presente de la cultura consagrada en la que las tenden-
cu Iturales. .
cias y las escuelas más incompatibles pueden coexistir pacíficam~~~e,_:..n_. ...Ciertamente, inspirada en trabajos teóricos de los historiadores _
"tanto canonizadas.racadernizadas, neutralizadas"26.-·- . -- .
y los sociólogos de la cultura, la iniciación de los alumnos en las re-
El provecho educativo que se descuenta es, por supuesto, el de
gias institucionales que rigen la producció~ y.la circulación de lo: b.ie-
nes culturales (estatuto de los escritores, lógica del mercado y lógica
24 Ir a J. M. Privat et M.e. Vin~on, "Le~ intermédiaires de lecture", Pretiques nO 63, septembre 1989, pp. 63-101,
en donde se subraya particularmente el papel de fa escritura en la apropiación cultural.. . .
25 R. Hoggart, 33 Newport Street, aurobiographie d'u« intellectuet issu des classes populsires snglsises, Paris,
"Hautes Études", Gallimard-Le Seuil, 1991, 'p. 199. '.
;e
27 R. Barthes, "Reflexions sur un ";anuel", L~ Bruissement de la la~gue, Essaiscrir~ques,.v, Paris, Seuil'.l ~84: p. 5~ .•
28 J. F. Halté, "Les impasses de lappltcatlonlsrne", La didectique du frant;a/s, Paris, col!. Que-sais-jei", PU,
26 P. Bourdieu, Les régles de 'en, p. 221 .
1992, pp. 47-49.
mente vinculado al primero, es la idea de que los procesos de acomo- Vemos, entonces, cómo todo dogmatismo en la materia está pla-
dación cultural (podríamos decir también de acomodamiento) son lar- gado de dificultades (y éste es uno de los puntos que los profesores re-
gos, demandan tiempo y solicitan la participación activa del sujeto. sidentes que tienen que redactar memorias profesionales excluyen, se-
Pongamos por ejemplo las representaciones que los jóvenes guros de sus saberes y de su convicción "esclarecida" pero no de su
lectores se hacen a menudo de los escritores, de su trabajo, de su si- ciencia). Tanto para dejar atrás el abandono relativista que consistiría
tuación, de su carrera. Informar sobre las condiciones reales de la en no intervenir sobre las concepciones de la escritura o los modos de
práctica de escritura, informar para desmitificar (es la palabra conve- lectura espontáneos o familiares de los sujetos en tren de aprendizaje,
nida), es frecuentemente presentado como necesario y suficiente a la como para evitar los callejones sin.salida del legitimismo cultural que
vez. Me encuentro lejos de estar convencido de la eficacia de este bru- se adjudiacaría el derecho de imponer a todos un estilo de lectura ar~
taLpositivismo pedadógico. En efecto, es precisamente_el JeIW[ mítico britaria cuyas exigencias corren el riesgo de desviar de la literatura a la
gran mayoriaruna -(Jable· e-strategia didáctico-cu Itural- se impone. Esta
(romántico) de esta representación, .10 que la vuelve particularmente
encantadora y, por lo tanto, muy difícil de modificar. Además, destruir
una ilusión con un.simple discurso de develamiento es, a menudo, co-
rrer el riesgo de destruir la "creencia" necesaria para una práctica. Co- 30 Sobre los usos sociales de las ficciones ver, por ejemplo, N. Robine, Les jeunes Travail/eurs et la lecture, Paris,
La documentation francaise, 1984. pp. 156-159 especialmente, y el. Lafarge, La Valeur littéraire, Paris, Fayard,
1983, pp. 209-281 (citas).
29 M. de Certeau, "lire: un braconnage", L'invention du quotidien.i Arts de {aire 1, Pari;, UGE, coll. "10/18", 31 P. Bourdieu, "La lecture: une pratique culturelle", conversación con R. Chartier, Pratiques de lecture, Marseille,
1980, pp, 289-290. rivages, 1985, pp. 227-228. .
,1
41 P. Bourdieu, Les Regles de l'sn, pp. 242-243. Extendido al lector lo que Bourdieu dice de la "fabricación" de la obra.
42. M. Burgos et J. M. Privar. "Le Goncourt des Iycéens: vers une sociabilité littéraire/", "Biblithéques", Éditions
du Cercle de la Librairie, 1993, pp. 163-181.
43 Ver el ejemplo desarrollado por O. Leliévre-Portalier y M. e. Vinson, "La bouquinerie au collége: un nouveau
marché de lecture", Pretiques, nO 80, déc, 1993', pp. 35-55.
44 A. Petitjean, "Pour une didactique de la littérature",-Perspectives didactiques en Irenceis, Actes du colloque
de Cerisy, "Oidactique et pédagogie du francais, recherches actuellés", Metz, Centre d'analyse syntaxique de
l'universiré de Metz, coll. "Oidactique des Textes", 1990, p. 123.
Ver también J. M. Privat et M.e. Vinson, "Scriptor in fábula", Les inter-sctions lectute-écriture, Y. Reuter éd.. Actes
du col/oque de Lil/e, Exploration, Peter Lang, 1994, pp.243-261, Para un ejemplo de socialización literaria por
la escritura y de construcción meta-cultural del sujeto.
4S Para desarrollos más completos, ir a J. M. Privar, "L'institurion 'des lecteurs", Practiques, n" 80, déc, 1993, pp.24-32.
46 Las expresiones citadas son respectivamente de J. F. Halté, op. cit., p. 99 Y de A. Petitjean, "Pour une didactique
de la littératute",.Perspectives didactiques en franpis, Actes du colloque de Cerisy, coll. '~Oidactique des Textes", 47 Este punto es relevado por G. Vergnaud, "La didacrique a-t-elle beso in de la sociologie?",. Per~~nenc~ et re-
Metz, 1990, pp. 101-127. nouvel/ement en sociologie de leducstion. perspectives de rechercbes 1950-1990, sous la dir, d Éric Plaisance,
série Références, Paris, INRP, í.'sl-tarmattan. 1992, pp. 239-244.