Вы находитесь на странице: 1из 6

Memorias de Agua.

Sumergirse en recuerdos y sanar el presente


1
Cuando la confrontación entre Sendero Luminoso y el ejército peruano contra la
2
Comunidad Autogestionaria del Alto Pushka (CADIAP) ya amenazaba
irremediablemente la vida, la familia tuvo que salir del pueblo sin titubeos, dejando todo
atrás. De aquella experiencia, juntos, el periodista holandés, la socióloga peruana y sus
hijos ―todavía niños pequeños― debieron separarse de cuajo del poblado, a pesar del
dolor.

Quedaron en suspenso los afectos sembrados, un buen grupo de fotografías, escritos,


otros recuerdos atesorados en desorden y Masín ―en la quebrada del Alto Pushka,
Ancash, Perú― con todos los que murieron asesinados, sus tradiciones casi
exterminadas, el trauma de tanta violencia, robado “el aliento de vivir”.1

De esa experiencia de expulsión quedó también una marca en el cuerpo de la pequeña


Carlina, retenida dentro, en forma de lo que las curanderas andinas llaman un susto que
―desde huellas involuntariamente ocultas― enrareció su recorrido, durante
aproximadamente 25 años.

Carlina Derks Bustamante buscaba contar luchas por el agua pero, todavía sin saberlo y
a través de su práctica teatral, inició una inmersión hacia sí misma, sus propias luchas
enredadas entre las de aquel pueblo en sus más antiguos recuerdos ―con la compañía
de sus padres y de sus paisanos de Masín―.

1
Como dice uno de los parlamentos de esta acción escénica escrita por Carlina Derks Bustamante (2014).
3

Fue así, poco a poco y desde una investigación de tres años, que pudo encontrarse a
fondo con sus “memorias de agua”, mirar el rostro de ese susto de niña pequeña y
reconocer en cercanía a la gente de su pueblo de nacimiento, además de retribuirles lo
aprendido en esa compleja travesía de retorno vital.

El diálogo entre la directora Ana Correa ―venida de un maduro proceso de exploración


teatral con el Grupo Yuyachkani en torno a las capacidades simultáneamente poéticas y
políticas del testimonio― junto con las intenciones de Carlina, sus conocimientos como
antropóloga, sus habilidades escénicas y el reto de hacerse cargo del sentido de las
dificultades iniciales para encarnarse a sí misma, las condujeron a un tejido singular que
develó el carácter reflectante de la memoria en su relación con la historia
contemporánea del Perú.

Las preguntas hechas por y entre la autora/actriz y la directora las fueron llevando hacia
métodos creadores y heterodoxos para interpretar los hechos. Varios principios
condujeron esta búsqueda:
• El deseo de devolverle a los masinos lo dado en ese regreso para una sanación
4
aún desconocida aunque ya inminente, que le dio la sencillez formal e inseparable de
una honestidad profunda que se va haciendo más reveladora a medida que el relato
avanza.
• El uso de elementos como las formas hechizantes de máscaras y títeres, que
permitió el desdoblamiento necesario para contar afectos difíciles de mostrar a secas,
por su tan honda raigambre.
• La relación con las parteras de Cotacachi que Carlina traía de antes, dejaba
pendientes preguntas sobre los vestigios dejados a lo largo de las vidas por el modo de
nacer. De ellas también se nutrió el ángulo desde el que se narra el nacimiento de la
propia autora/actriz, en Masín a manos de la partera ciega.
• Las leyendas de agua que recorren el pueblo.

De este modo, la acción se desencadena entre aguas venidas desde los mundos que
conforman la vida de Carlina: su madre peruana; su padre holandés; la partera de 83
años y su madre de 102; sus abuela campesina holandesa y su abuelo traumáticamente
obligado a participar en la guerra; los paisanos masinos y la organización popular del
CADIAP; los cuentos de la infancia; los cantos y danzas de distintas proveniencias.
Todo ayuda a un trenzado entre cuatro recuerdos que tienen la profundidad del líquido
amniótico, para organizar la narración.
5
Esta propuesta es un aporte significativo mucho más allá del teatro, su abordaje está
hecho desde varias dimensiones de aproximación que la cargan de problemas de
carácter cultural, político, histórico, económico y antropológico, pero también de una
inusitada potencia afectiva que, en esta urdimbre acuática en acción, devela la raíz del
deterioro sufrido por Masín y sus personas.

Un aspecto peculiar es que, fuera del “escenario”,2 la propuesta está acompañada de la


muestra Rostros del Alto Pushka, un ensayo fotográfico de Enrique Derks ―padre de
Carlina―, como un complemento que nutre el testimonio escénico con imágenes
reveladoras entorno a la experiencia y los hechos concretos vividos en aquel Perú
profundo de los años 80.

La acción unipersonal Memorias de Agua ha ido tomando formas conmovedoras, que la


transforman en una suerte de espejo interpelador de toda aquella persona que la
presencia. Vale la pena participar de este torrente que continuará haciendo
conjugaciones del español, el quechua y el holandés con lenguajes creadores llenos de
femenina e insurgente ternura.

Albeley Rodríguez Bencomo


Quito, 27 de Julio 2017

2
Esta acción se ha presentado en espacios no teatrales, como comedores populares, por ejemplo.
Acción escénica: Memorias de Agua Autora del texto de la obra: Carlina Derks
Bustamante Dirigido por director/directora: Ana Correa Escenificada por la artista: 6
Carlina Derks Bustamante Producida por: Yama Colectivo (Carlina Derks y Natalia
Ortiz) Lugar de la acción: Sala Mandrágora. Casa de la Cultura Ecuatoriana. Quito,
Ecuador. Fecha en que se realizó: 27de mayo de 2017.

Ficha biográfica de la autora, productora y actriz de la acción Memorias de Agua:

Carlina Derks Bustamante


Nació en Ancash-Perú. Estudió Antropología Visual, Universidad de Utrecht, Holanda
donde presentó su tesis "Teatro desde y para la comunidad". Estudio teatro gestual en la
escuela El Cronopio, Quito, Ecuador. Ganó el Iberescena (2012), como actriz e
investigadora con la propuesta en torno al agua, mujer y minería, que la llevó a
desarrollar Memorias de Agua. Ha sido gestora cultural. Fundadora (2016) del Primer
Encuentro de Arte en Comunidad Parir, junto a la organización de mujeres parteras
indígenas de Cotacachi, Ecuador. Forma parte del Colectivo de Educación y
Comunicación El Maizal dedicado a trabajos comunitarios a través del arte
multidiciplinario.

Ficha biográfica de la autora de la reseña:

Albeley Rodríguez Bencomo


Es Candidata a Doctora en Estudios Culturales Latinoamericanos por la Universidad
Andina Simón Bolívar (Ecuador). Magister en Estudios de la Cultura, UASB (2010).
Tiene estudios de maestría en Museología en la UNEFM, Falcón, Venezuela. Es
Licenciada en Letras- Historia del Arte, ULA, Mérida, Venezuela, 2000. Fue integrante
del Grupo teatral Tarima Teatro (1989 -1995) y del colectivo performancero Danza T,
(1995- 2000). Fue investigadora -curadora del MAC, Caracas (2003 -2015). Fue
Directora de Posgrado de la Universidad de las Artes (Ecuador) 2015 -2016. Es autora
del libro Cuerpos irreales + arte insumiso en la obra de Argelia Bravo (2014).

Вам также может понравиться