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Introducción
En los últimos años, investigaciones en la costa norcentral del país enfocados en el período
Precerámico Tardío (PPT), se han centrado en el estudio de sitios con arquitectura
monumental (por ejemplo: Haas et al., 2004; Shady, 1997; Shady et al., 2001; Shady y
Leyva, 2003; Vega-Centeno et al., 1998). Estas investigaciones han demostrado que el PPT,
fue un periodo muy dinámico y crucial para entender los procesos culturales posteriores.
Sin embargo, estos estudios se han enfocado principalmente en el análisis de la arquitectura
monumental para explicar el surgimiento de la complejidad social y la civilización.
Consideramos que para entender a estas sociedades complejas debemos partir de las
unidades sociales básicas que conformaron estas sociedades. Por ello creemos que el
estudio de la unidad doméstica, es fundamental para entender los mecanismos sociales que
permitieron el surgimiento de la arquitectura monumental y la civilización en los Andes
Centrales. La unidad doméstica representa la unidad básica de estudio en estos períodos y es
a partir de ella que surgen las primeras comunidades sedentarias, las sociedades complejas,
y posteriormente el Estado. En este artículo hacemos una revisión de los datos hasta fecha
disponibles sobre unidades domésticas para los sitios precerámicos de la costa central y
norcentral desde de una perspectiva evolucionista aplicada en el Medio Oriente y
Mesoamérica.
Unos de los aspectos fundamentales del estudio de las unidades domésticas es decidir como
definirlas. En las ultimas décadas muchos investigadores que estudian la organización
social se han preocupado por definir la unidad doméstica como “aquel grupo mínimo de
individuos, que no necesariamente residen juntos, y que se encuentran relacionados por
parentesco y/o matrimonio, participando en diferentes roles sociales”. El surgimiento de una
“arqueología de las unidades domésticas” en la ultimas décadas del siglo XX, refleja el
interés de muchos arqueólogos por usar a la unidad doméstica como unidad de análisis. Sin
embargo como veremos a continuación la unidad doméstica es un termino que a veces
resulta complicado de aplicar.
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Primero tenemos que hacer una distinción entre familia y unidad doméstica. Como Bender
(1967) ha discutido la familia es una categoría relacionada al parentesco, mientras que la
unidad doméstica esta relacionada a la coresidencia. Esta problemática ha sido retomada por
Wilk y Netting (1984) quienes para evitar problemas entre la contradicción del concepto de
residencia con el de parentesco sugieren el definir la unidad doméstica a partir de criterios
funcionales y no estructurales. Estos autores sugieren que para identificar la unidad
doméstica debemos superponer las diferentes actividades realizadas por el grupo social;
siguiendo lo propuesto por Hammel (1984) quien define a la unidad doméstica como “el
grupo mas pequeño con la máxima función corporativa”, si por ejemplo usamos un
Diagrama de Venn para superponer las diferentes actividades realizadas por el grupo, el
área de mayor superposición corresponderá a la unidad doméstica. Desde un punto de vista
funcional, las unidades domésticas realizan funciones de producción, distribución,
transmisión, y reproducción social y biológica. La aplicación de estos conceptos a la
arqueología a veces resulta problemático ya que los arqueólogos no trabajamos con las
unidades domésticas directamente, sino con los restos materiales dejadas por estas. Como
arqueólogos, debemos de inferir las unidades domésticas a través de las estructuras y
artefactos excavados. Como Wilk y Rathje (1982) ya lo han mencionado “los arqueólogos
no excavamos unidades sociales, excavamos las casas y restos de sus actividades”.
Desde el punto de vista de la arqueología, la unidad doméstica requiere ser definida desde
una perspectiva morfológica. Para identificar unidades doméstica y definir su composición
sobre la base de proximidad y coresidencia se han sugerido estudios (Hirth, 1993;
Manzanilla, 1986) basados en la distribución interna y externa de artefactos, la arquitectura
doméstica y las asambleas de artefactos. Aquí es importante el concepto de unidad
habitacional que se aplica para definir el área física ocupada por la unidad doméstica,
siendo sinónimo de casa o vivienda. El tamaño y forma de la unidades habitaciones han
sido utilizados para identificar y definir unidades domésticas. A través de un extenso
análisis del registro etnográfico y estudios etnoarqueológicos (por ejemplo Kramer, 1982;
Robbins, 1966) se ha establecido que existe una correlación entre la forma de la vivienda y
el tipo de residencia. Una residencia temporal estaría asociada a estructuras circulares
construida de materiales perecederos como madera, caña y paja; mientras que estructuras
cuadrangulares, construidas de piedra o barro, estarían asociadas a una ocupación
permanente. Como veremos a continuación, este cambio de forma y tamaño en la vivienda
ha sido desarrollado con mas detalle.
Estudios de las unidades domésticas para el periodo Precerámico en los Andes Centrales, son
escasos. Michael Malpass y Karen Stothert (1992) organizaron la información dispersa y
rastrearon los cambios en las unidades domésticas desde el Precerámico Temprano hasta el
Precerámico Tardío. Estos autores basaron sus conclusiones sobre el cambio social en la
transición del Precerámico Medio al Precerámico Tardío en el trabajo de Kent Flannery (1972,
2002) sobre el surgimiento de la aldea y las sociedades sedentarias.
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albergar a una familia nuclear. En contraste, unidades habitacionales de planta cuadrangular o
rectangular pueden acomodar a una familia de 3 ó 4 individuos con un área entre 25-35m2. La
transición a unidades habitacionales de planta ortogonal reflejaría la emergencia de la familia
nuclear como unidad social.
Es durante este periodo que también se pueden encontrar diferencias en el tamaño de las unidades
de almacenaje, asociado a las estructuras ortogonales. Esto ha sido interpretado como diferencias
en la producción, excedentes y acumulación entre las diferentes unidades domésticas. Otra
importante características de las viviendas de patrón ortogonal es que es fácil añadir o sustraer
cuartos (Flannery, 1972: 28; Malpass y Stothert, 1992: 149). Unidades domésticas en expansión
pueden fácilmente acomodarse adosando cuartos a la estructura previa. Para Flannery (1972: 29)
unidades habitaciones de planta ortogonal están relacionadas a sociedades sedentarias organizadas
para explotar recursos de alto potencial (por ejemplo los recursos marinos en la costa peruana).
Posteriormente, Flannery (2002) ha incluido el surgimiento de una unidad doméstica de familias
extendidas como una tercera etapa en la evolución de las aldeas. Varios factores se han propuesto
para el surgimiento de la unidades domésticas extendidas, pero el factor económico es uno de los
mas obvios (Flannery, 2002: 424). Una unidad doméstica extendida estaría conformada por una
familia extendida compuesta por padres, hijos, hermanos, tíos, primos, etc., esto permitiría una
unidad doméstica con mayor fuerza de trabajo, la posibilidad de mayores actividades y una
división del trabajo más allá de la familia nuclear. Estas unidades domésticas estarían relacionadas
con sociedades complejas del nivel de jefaturas y estados. Para ilustrar estas etapas, Flannery ha
encontrado la transición de estructuras circulares a cuadrangulares en sitios como Beidhal en
Jordania (~ 6,500 a.C.) y Tell Mureybit en Siria (~ 7,500 a.C.). La transición de unidades
habitaciones de familias nucleares a familias extendidas se ha registrado para el sitio de Hassuna
en Iraq (Flannery, 2002: 425). En este sitio, viviendas de familias nucleares de un área de 25 m2
para 3 ó 4 personas, ubicadas alrededor de espacios abiertos, cambian a casas de plantas más
formalizadas con áreas mayores de 140 m2 con un estimado de 15 a 20 personas por vivienda. Es
importante acotar que Flannery no encuentra ningún sitio en Mesoamérica que presente las dos
transiciones antes descritas.
La evidencia arqueológica para el Precerámico en la costa central y norcentral del Perú apoya el
modelo desarrollado por Flannery. En general se observa un cambio de estructuras de planta
circular a estructuras rectangulares o cuadrangulares. Sitios del Precerámico Medio, como Paloma
(Engel, 1980; Quilter, 1991) y sitios de comienzos del PPT, como Chilca (Donnan, 1964; Engel,
1977, 1988) se caracterizan por presentar estructuras circulares. Sin embargo podemos observar
que estas estructuras van aumentando en área a través del tiempo. Por lo reducido de las áreas,
muchas de las actividades domésticas se realizaron fuera de las estructuras, en áreas compartidas
por otros miembros de la comunidad (Malpass y Stothert, 1992: 147). Esta interpretación esta
reforzada por la evidencia etnográfica disponible.
Paloma, es una de la pocas aldeas del precerámico que ha sido extensamente excavada. Los
trabajos de investigación se han concentrado en un extenso basural denominado Unidad I, de un
área de 6,500 m2. A partir de la década de 1970, excavaciones en la Unidad I descubrieron los
restos de una aldea precerámica perteneciente al período Precerámico Medio. Frederic Engel
excavó un total de 936 m2 de la Unidad I y posteriormente Robert Benfer excavó un total de 1862
m2. Ambas excavaciones descubrieron un área de 2798 m2 aproximadamente el 43% del total de
la Unidad I. Estos trabajos permitieron identificar 81 viviendas divididas en dos fases de
ocupación. La primera ocupación fechada antes de 5,050 a.C. corresponde a viviendas de planta
irregular o circular, (Fig. 2.a) de un área promedio de 10.9 m2, construidas sobre el piso estéril
aprovechando depresiones naturales (Engel, 1980: 19) estas estructuras habrían sido ocupadas
durante cortos periodos de tiempo. La segunda ocupación del sitio, fechada entre 5,050 – 3520
a.C., corresponde a viviendas de planta circular u ovalada, mas formalizadas (Fig. 2.a) con una
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área promedio de 10.9 m2, los pisos de estas viviendas se encontraban 25 cm por debajo de la
superficie, con una serie de agujeros de postes alrededor del perímetro. Investigaciones de los
entierros de Paloma, por Jeffrey Quilter (1981, 1989) permitieron definir un patrón funerario de
entierros colectivos donde un hombre adulto era ubicado en el centro de la casa con mujeres y
niños a su alrededor. Este patrón ha llevado a Quilter (1989) sugerir que la unidad doméstica en
Paloma estaba compuesta por la familia nuclear. El área de las unidades habitacionales, estaría
apoyando esta hipótesis ya que hemos calculado una media de 5 individuos por unidad doméstica
(Tabla 1).
En el sitio cercano de Chilca I, investigaciones efectuadas por Engel (Donnan, 1964; Engel,
1988), han identificado dos ocupaciones, la primera corresponde al denominado Pueblo A,
fechado entre 4,550 – 3,900 a.C. que presenta unidades habitaciones de forma circular (Fig. 2.b) y
de una área promedio de 5.2 ± 5 m2. La segunda ocupación del sitio, denominada Pueblo B, de
3,800 – 2,600 a.C., presenta viviendas de forma circular de mayor área con un promedio de 9.2 ±
4 m2. El área de las unidades habitaciones de la primera ocupación es significativamente más
pequeña que la segunda. En la transición del Pueblo A al Pueblo B, se nota un claro aumento en el
numero de individuos por vivienda (Tabla 1). En ambas ocupaciones se encontraron entierros bajo
los pisos de las casas, muy similares a los encontrados en Paloma. El sitio presenta ocupaciones
posteriores del Periodo Inicial y el Intermedio Tardío que no han sido discutidas en las
publicaciones.
Para sitio que sitios del PPT o el denominado Precerámico con Algodón, como Culebras (Engel,
1957; Lanning, 1967; Willey, 1971), en el valle de Culebras y Los Chinos (Lumbreras, 1969;
Proulx, 1973;), en el valle de Nepeña, se ha reportado que presentan arquitectura doméstica
ortogonal de piedra (Tabla 1). Aunque la información publicada es insuficiente para definir las
actividades realizadas en estas estructuras, ambos sitios al parecer están compuestos de pequeñas
viviendas en la superficie y subterráneas que estarían ocupadas por individuos o familias
nucleares. Hasta la fecha no se estudiado con detalle esta transición en la forma de las viviendas en
la costa. Aunque hemos encontrado dos ejemplos en donde podríamos estar ante la transición de
estructuras de planta circular a aquellas de planta ortogonal.
El sitio de Asia I, ubicado en el valle de Asia, es el primero en el que se reporta una posible
ocupación de dos diferentes aldeas durante el PPT. Bajo la estructura multi-recintos en el sitio
arqueológico (Fig. 2.e), se encontró una ocupación en la que se identificaron agujeros de postes,
de posibles chozas según Engel (1963: 19), y pozos. Esta ocupación denominada “ocupación 1”
se encontró inmediatamente sobre el estrato estéril y parcialmente sellado por una concreción de
caliche. Las excavaciones en el sitio no se concentraron en descubrir esta ocupación ni la forma de
las estructuras, pero debemos suponer que se trataría de viviendas de planta circular asociada a
pozos de almacenaje de las mismas características a los encontrados en Paloma.
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La evidencia de los sitios revisados, refleja un incremento en las áreas de las unidades
habitaciones a través del PPT. Malpass y Stothert (1992: 149) sugieren que las viviendas de la
parte final del PPT pudieron haber contenido familias extendidas. Ellos llegan
independientemente, a la misma conclusión que Flannery (2002: 424). Sitios como Asia I (Engel,
1963), en el valle de Asia, y Río Seco (Wendt, 1964) en la quebrada de Río del León, son claros
ejemplos de complejos habitaciones de múltiples recintos, aunque lamentablemente no se ha
publicado detalladamente la cultura material asociada a las estructuras, y con excepción de Asia,
no se ha publicado un plano de las estructuras. Las excavaciones de Willey y Corbett (1954: 21-
34) en el sitio de Aspero, en el valle de Supe descubrieron una estructura de varios recintos (Fig.
2.c) que presenta muchas similitudes con la estructuras de Río Seco y Asia, lamentablemente esta
estructura no ha sido fechada directamente, pero por otros fechados del sitios podemos ubicarla
entre 3,500 – 2000 a.C.
Recientemente, investigaciones de Ruth Shady (1997; 2002) en el sitio de Caral, en el valle medio
de Supe, han descubierto una serie de complejos habitaciones asociados a la arquitectura
monumental del sitio (Fig. 2.d), que han sido interpretados como viviendas de elite (Shady y
Leyva, 2003). Las similitudes de algunos de los complejos habitaciones excavados en Caral con
los presentados por Flannery (2002) para el Medio Oriente es muy grande. Aunque los datos sólo
provienen de Caral, hay una clara correlación entre casas de planta ortogonal de múltiples recintos
y la emergencia de arquitectura monumental para el PPT.
Discusión y Conclusiones
La evidencia presentada demuestra que existe un claro incremento en el número de individuos que
conforman la unidad doméstica durante el Precerámico Tardío como se puede inferir a través del
incremento en el tamaño de las áreas de las unidades habitacionales. La Tabla 1 resume las
diferentes áreas y formas de las unidades habitaciones de los sitios revisados. Al parecer,
basándonos en las áreas de las unidades habitacionales, tanto en los sitios de Paloma y Chilca,
estaríamos ante unidades domésticas compuestas por familias nucleares. El patrón funerario
encontrado en ambos sitios estaría reforzado esta afirmación. En la revisión de la literatura no
hemos encontrado hasta el momento, evidencias de estructuras domésticas únicamente para una o
dos personas. Al parecer, para el periodo Precerámico Medio, la familia nuclear es la unidad social
básica.
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agrícolas, entre los que destaca el algodón como el principal recurso agrícola. Este primer
paso seria el inicio de una serie de procesos sociales que desembocarían en el surgimiento
de la arquitectura monumental en la región y un grado de complejidad social que hace unas
décadas atrás era inconcebible para períodos tan tempranos.
Queda por determinar las características de los cambios que se dieron lugar en las unidades
domésticas durante la transición al PPT. La arqueología de unidades domésticas para el
Precerámico Peruano aún esta en sus inicios. Al parecer aún no hemos encontrado los restos de
sociedades en donde la familia nuclear no era la unidad social básica. Se deben desarrollar
investigaciones enfocadas que busquen el definir claramente la unidad doméstica, las actividades
que estas unidades realizaron y el tipo de interacción entre ellas. Para la costa norcentral, el sitio
arqueológico de Bandurria es el único ejemplo documentado que tenemos de la transición de
estructuras circulares a ortogonales.
Notas
1. a.C.: Años antes de Cristo. Todos los fechados presentado han sido calibrados empleando el
programa OxCal ver. 3.5.
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GRÁFICOS
Fig. 1. Ubicación de los sitios mencionados en el texto. 1. Los Chinos, valle de Nepeña. 2. Culebras, valle
de Culebras. 3. Aspero, valle de Supe. 4. Caral, valle de Supe. 5. Bandurria, Playa Chica, Huaura. 6. Río
Seco, Río Seco de León. 7. Paloma, Chilca. 8. Chilca Pueblo I, Chilca. 9. Asia Unidad 1, valle de Asia.
Fig. 2. Comparación de las unidades habitaciones de los sitios Precerámico de la costa central y
norcentral a través del tiempo. Las estructuras se encuentran todas a la misma escala y orientadas al norte.
Claramente se puede apreciar un incremento del área de la estructuras circulares y un incremento en el
área de las estructuras de múltiples recintos. (Tomado de Engel, 1963, 1980, 1988; Shady y Leyva, 2003;
Willey y Corbett, 1954)
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