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Proyecto de

Investigación
Arqueológica: Valle de
Huaura, Perú

INFORME FINAL 2004

Presentado por:

Katherine Rae Nelson, Directora (R.N.A. AR-0146)


Alvaro Ruiz Rubio, Co – director (R.N.A. BR-0137)
INDICE
Introducción

1. El valle de Huaura.

1.1. Ubicación y descripción de la región en estudio


1.2. Antecedentes
1.3. Estado de conservación de los sitios
1.4. Descripción general de los sitios, componentes y características

2. Equipo de investigadores y sus responsabilidades dentro del proyecto

3. Plan de labores efectuadas en campo, gabinete y laboratorio

4. Métodos y técnicas empleadas en el proyecto

4.1. Métodos y técnicas empleadas en el reconocimiento


4.2. Descripción de sitios y elementos asociados

5. Manejo de la información recopilada en el campo.

6. El Proyecto Valle de Huaura

6.1. Resultados de la Temporada 2004


6.2. Recomendaciones para investigaciones futuras
6.3. Problemática de protección y conservación de los sitios

7. Inventario de los sitios registrados

8. Bibliografía

9. Anexos

9.1. Plano de ubicación del área de investigación


9.2. Plano del valle de Huaura con la ubicación de los sitios
identificados
9.3. Fotografía satelital del área de investigación
9.4. Vistas fotográficas generales del valle de Huaura
9.5. Vistas fotográficas generales de los sitios identificados
9.6. Gráficos de planta de los sitios identificados mas importantes
Introducción

La sección del Norte Chico en la costa nor-central del Peru comprende


cuatro valles: Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza en los cuales los arqueólogos
han estado interesados por la presencia de sitios muy tempranos por mas de 40
años. Recientes investigaciones arqueológicas en esta zona han producido
nueva información. Los fechados de los cuatros valles del Norte Chico han
demostrado que muchos sitios arqueológicos con una impresionante
arquitectura monumental fueron ocupados hace 5,000 años. Esta evidencia ha
originado importantes preguntas acerca del desarrollo socio-político. Para
responder estas preguntas es muy importante entender las diferencias y
similaridades entre estos valles. Localizado en la misma área geográfica, el Valle
de Huaura tuvo un importante rol y relaciones con los otros tres valles durante
las diferentes etapas de su desarrollo histórico prehispánico. Aunque existen
trabajos pioneros y muy importantes, no se había llevado a cabo un exploración
exhaustiva y sistemática del mencionado valle. Por eso ahora estamos
presentando los primeros resultados de la prospección realizada, la cual servirá
para futuros trabajos de estudio, asi como para impulsar una campaña de
defensa del patrimonio cultural.
1. El Valle de Huaura

1.1. Ubicación y descripción de la región en estudio.

La región del Norte Chico en la costa norcentral peruana comprende los


valles, de sur a norte, de Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza. Este sistema de
cuatro valles esta geográficamente integrado por la proximidad física y los
rasgos topográficos. Tres de los valles, Fortaleza, Pativilca y Supe, desembocan
al Océano Pacífico en una extensión del litoral que no supera los 22 kilómetros.
Hay, a su vez, numerosas quebradas que conectan a los valles entre sí.
El Valle de Huaura nace en el nevado de Raura, al noreste de la Región
Lima entre los límites de Huanuco y Pasco. Este valle representa una unidad
geográfica de mucha importancia en las regiones Costa o Chala y Yunga
(Pulgar, 1981), puesto que constituye un corredor natural que unifica y conecta
la costa con la sierra y con la región amazónica cerca del Paso de Oyón. Su
cuenca es de 4.400 Km², y su volumen máximo medido es de 100m³/seg.,
mientras el mínimo es de 7m³/seg. En su cuenca superior hay aguas termales
en las poblaciones de Churín y Chiuchín (Peñaherrera, 2004:96-97)
El trayecto del valle de Huaura, permite una interrelación con las cuencas
hidrográficas del Marañón, del Huallaga e incluso hasta de región del valle de
Mantaro por la Laguna de Junín, unificando a las regiones ecológicas ya citadas.
Constituye una unidad geográfica, ambiental y cultural con los valles próximos
del Norte Chico, incluso con los de más al sur como Chancay y Chillón.
El área que comprende la presente investigación se extiende desde la
parte de la costa donde desemboca el río, hasta la localidad de Sayán en el valle
medio, en la zona de llanura fluvial, la cual constituye las faldas menos
empinadas de la cadena montañosa. (Ver mapa adjunto).
En la zona de influencia del valle de Huaura, por efecto de filtraciones de
las aguas de regadío, se han formado ecosistemas de albuferas en Santa Rosa,
en la zona de Bandurria, Playa Chica al sur de Huacho, y San Felipe, en la zona
de Medio Mundo, entre el cerro Atahuanca y Punta La Ventana, al norte de la
ciudad de Huaura (Cárdenas 1977). Este ecosistema de albuferas ha permitido
en un sector de la población local la explotación de fibras vegetales como el
junco, la caña brava y la totora, para la elaboración de artesanía y cestería.

1.2. Antecedentes

Algunos cronistas nos hablan sobre el Valle de Huaura y su pasado


prehispánico pero es a partir del trabajo realizado por varios estudiosos que se
comienza a conocer de un mayor numero de asentamientos arqueológicos.
Aunque debemos señalar que el valle de Huaura no ha sido objeto de un trabajo
intensivo de exploración.
Entre quienes llegaron al valle de Huaura con fines científicos, podemos
mencionar al mismo Dr. Julio C. Tello quien el año de 1937 realizó exploraciones
superficiales, especialmente, en la desembocadura del Huaura. Aquí, identificó
los sitios de Visquira, Rontoy, La Centinela, Mazo, Vilcahuaura, de los cuales
ofreció algunas breves referencias (Mejía, 1956). Es en el año 1953 que el
arqueólogo Louis Stumer hace investigaciones de superficie en el sitio de
Caldera, margen derecha del valle de Huaura, e identifica algunos estilos
cerámicos, al parecer vinculados al Horizonte Medio (Stumer, 1952). Diez años
después en 1962, Went da conocer sus hallazgos de restos de grupos humanos
pertenecientes al período Arcaico Tardío, mediante excavaciones, en una zona
al sur del valle de Huaura, en la quebrada de Río Seco. Estos estudios
adquieren importancia, en la media que advierten las mas antiguas ocupaciones
en la zona. Un trabajo igualmente interesante es el desarrollado por Paul Kosok,
quien en base a numerosas fotos aéreas, descubre una serie de asentamientos,
que hoy vienen a ser valiosos testimonios del potencial de recursos
arqueológicos, no solo en el valle de Huaura sino en valles adyacentes (Kosok,
1965). Pero es hacia 1969 cuando la arqueóloga peruana Rosa Fung, identifica
varios paraderos del Arcaico en la zona sur del Valle de Huara, justamente en la
zona de las Lomas de Lachay, hallazgos que abonan para un mayor
conocimiento de nuevos sitios de bastante antigüedad (Fung, 1969). Otro hito
importante que realiza Fung son las exploraciones en la zona de Playa Chica, en
cuyo sector denominado Bandurria, recupera evidencias que atestiguan
ocupaciones del período Arcaico Tardío (Fung, 1988) . En 1977 el valle recibe la
atención para inventariarlo en cuanto a sus recursos arqueológicos, trabajo que
estuvo a cargo de la arqueóloga Mercedes Cárdenas quien dio a conocer mas
de 200 sitios a lo largo del valle entre la zona de Sayán y la desembocadura del
Huaura en el mar (1977). Otro de los trabajos de importancia para la
comprensión de las sociedades que poblaron la zona, es el realizado por la
Expedición Científica Polaca a los Andes. Bajo la dirección de Andrzej
Krzanowski, un grupo de arqueólogos puso su atención en la parte alta del Valle,
habiendo estudiado restos que correspondieron al Período Intermedio Tardío
aunque también identificaron restos anteriores al Horizonte Temprano. Uno de
los aportes de interés para la zona fue el estudio de la producción cerámica
denominada Cayash la cual no es sino aquel estilo que ya anteriormente Hans
Horkheimer lo había llamado Lauri Impreso en sus trabajos del valle de Chancay
(Krzanowski, 1986, 1991). Posteriormente, los arqueólogos peruanos, Ruth
Shady y Arturo Ruiz, hacen excavaciones en la parte norte del valle de Huaura,
cuyos resultados les permite confirmar la presencia de culturas vinculadas al
Período Intermedio Temprano y el Horizonte Medio. Sus investigaciones
estuvieron centradas en la zona de Végueta, adyacente al Océano Pacífico,
donde comprobaron procesos de interacción durante los períodos a los que
asignaron los restos encontrados (Shady y Ruiz, 1979). Nuevamente el año de
1986 el INC y el Seminario de Historia Rural Andina, hacen un catastro de restos
arqueológicos en el valle de Huaura, tarea que fue ejecutada por Jaime Miasta y
Francisco Merino, cuyos resultados son otra base de datos para tener una idea
de la distribución de sitios (Williiams y Merino, 1986)
A partir de 1980, Arturo Ruiz Estrada, explora el valle de Huaura y da a
conocer algunos estudios como resultado de sus trabajos centrados, en
especial, en culturas tardías de la zona (Ruiz, 1981, 1991).
Por otro lado, se han venido realizando investigaciones en los vecinos
valles norteños de Fortaleza y Pativilca, en aproximadamente 30 sitios
registrados. En total se han intervenido 13 complejos, obteniendo muestras
halladas en perfiles expuestos (Haas y Ruiz, 2003) y 95 fechados
radiocarbónicos (Haas et al. 2004). Algunas de las muestras fueron recolectadas
en las excavaciones llevadas a cabo en el sitio precerámico de Caballete (Haas
y Perales 2004). De estas excavaciones se han realizado análisis de basurales
bien constituidos con resultados favorables, que sugieren evidencias de restos
vegetales necesariamente cultivados como Canavalia (Canavalia sp.), Pallar
(Phaseolus lunatus), Frejol (Phaseolus vulgaris), Camote (Ipomea batatas), Ají
(Capsicum sp.), Pacae, Guayaba, Palta (Persea americana), Zapallo (Cucurbita
sp.), Mate (Lagenaria siceraria), Cansaboca (Bunchosia armeniaca), Achira
(Canna edulis), Palillo (Campomanesia liliatifolia), Algodón, entre otras (Alarcón
2005). Además se realizó un análisis de la arquitectura monumental en los 13
sitios intervenidos por el Proyecto Arqueológico Norte Chico en los valles de
Pativilca (Haas y Ruiz 2002) y Fortaleza (Haas y Ruiz 2003), ubicando
temporalmente a estos sitios en el Periodo Precerámico Tardío, hallando
evidencias de primeras edificaciones monumentales hacia el 2800 a.C.,
intensificándose la ocupación de edificios monumentales hacia los 2400 a 2200
a.C. (Advíncula 2005), en lo que se ha definido como un periodo de intensas
transformaciones culturales hasta los inicios del Periodo Inicial ca. 1800 a.C.
(Haas y Creamer 2004).
En el valle de Supe las investigaciones se encuentran en un estado más
avanzado. Zechenter (1987), en su trabajo de disertación de tesis, describió al
Precerámico con algodón (Precerámico Tardío) en el valle de Supe en términos
de economía de subsistencia marítima, sin embargo, la investigadora llegó a la
conclusión de que los llamados complejos del Precerámico y del Periodo Inicial
estuvieron caracterizados por diversos patrones de subsistencia en el área de la
costa. Ella refiere que está bien demostrado que la agricultura fue conocida
durante esta época, pero que la cuestión es saber cuándo y cómo la agricultura
a gran escala fue practicada; pues además para este Periodo ya se conocían
algunas plantas domesticadas en la costa. El problema es saber cuándo estas
plantas domesticadas se incrementaron en la economía de las sociedades de la
costa, así como establecer su impacto en las estrategias de subsistencia durante
los procesos de formación de grupos con una emergente organización
sociopolítica compleja.

También en el Valle de Supe, Shady ha iniciado grandes excavaciones en


el sitio de Caral (antiguamente Chupacigarro Grande), el cual se ubica en el
valle medio (Shady, 1997, 1999ª, 1999b, 1999c, 1999d, 2000ª, 2000b, 2000c)
Este trabajo se ha centrado en la descripción de las características
arquitectónicas del sitio y ha recuperado especimenes etnobotánicos y
etnozoológicos para su análisis. La investigación de Shady esta dando a
conocer la primera explicación detallada de un gran centro urbano precerámico
en los Andes. Una reciente publicación de fechados radiocarbónicos de Caral da
como resultado 4090±90 B.P. a 3640±50 B.P. (Shady, et al. 2001).
Como hemos mencionado, En el Valle de Huaura ha habido solo limitadas
excavaciones arqueológicas. Se realizaron excavaciones restringidas en un sitio
del Horizonte Medio en el poblado de Végueta (Shady y Ruiz 1979) y un sitio
costero del Precerámico Medio y Tardío en Playa Chica, Bandurria (Engel 1957,
1966, Fung 1974, 1988, 2004; Cardenas 1977-1978). Cárdenas realizó pozos
de prueba y trincheras en los sitios de Acaray, llamado por la autora “Fortaleza
de Huaura”, Pampa de la Industria, San Cristóbal, Rontoy, Carquín, Hualmay y
Punta Paraíso (Cárdenas 1977). En el 2004, se realizó un estudio del sitio
localmente conocido como “La Fortaleza de Acaray” (Enrile y Rivas, 2004).

I.3 Estado de conservación de los sitios

El estado de conservación de los sitios del valle de Huaura se encuentran


en general en lo que se puede decir una variable constante, puesto que las
actividades desarrolladas por gran parte de la población del valle, así como por
las empresas privadas que realizan actividades de producción tanto agrícola
como pecuaria afectan el estado de conservación de los sitios en todo momento.
Incluso algunas instituciones del Estado como son los municipios distritales han
venido realizando obras de construcción sobre sitios arqueológicos sin contar
con el debido saneamiento legal ni las evaluaciones correspondientes para
poder realizar construcciones sin dañar la buena conservación de los sitios.
En vista de eso es que cada día aumenta el grado de afectación a los
sitios de Huaura, tal y como se ha podido constatar en las actividades de
exploración sistemática que hemos venido haciendo en esta investigación. El
equipo de investigadores actuó muchas veces orientando a parte de la
población, recomendando siempre la participación y puesta en conocimiento del
Instituto Nacional de Cultura en cada actividad que se pretenda hacer en el valle,
puesto que realmente gran parte del valle presenta evidencias de ocupación
arqueológicas.
El estado de conservación de los sitios es por lo tanto muy variable, y es
probable que en el corto plazo la cantidad de sitios que presentan un buen
estado de conservación disminuya considerablemente, así como con los sitios
de regular estado de conservación. Creemos del mismo modo que muchos de
los sitios que clasificamos con mal estado de conservación están en latente
peligro de desaparecer, tal y como ha sucedido con una cantidad de sitios
extensos que siendo visibles en las fotos aéreas de la década del 60, no se
encuentren ya en el terreno. El caso del Centro Poblado de Andahuasi es sólo
uno que grafica elocuentemente la problemática expuesta. Este sitio presentaba
una de las más grandes extensiones en la foto aérea, e incluso estaba
registrado en la Carta Nacional 1/100,000, sin embargo los terrenos pertenecen
hoy a la Empresa Azucarera Andahuasi, y en su lugar sólo es posible apreciar
grandes cultivos de caña de azúcar. A continuación el cuadro siguiente presenta
la cuantificación de la cantidad de sitios reconocidos por nuestra prospección y
sus respectivos estados de conservación:
Cuadro 1: Estado de conservación de los sitios del valle de Huaura

Estado de Conservación Nº de sitios


Bueno   16
Regular   312
Malo   227
  Total 555

I.4 Descripción general de los sitios, componentes y características

Se ha anexado al final del Informe una lista general con la descripción


general de los sitios, donde se incluye el número de localidad que se le asignó a
cada uno de ellos. En algunos casos, un sitio presenta más de un número de
localidad, pero se ha consignado en primer lugar el número de localidad que se
le dio al polígono del sitio, elaborado en los casos en que esto era factible con la
utilización de los Sistemas de Posicionamiento Global que se han especificado
en la Metodología. Se consigna también la ubicación política, sus coordenadas
UTM (WGA 1984), una breve descripción del entorno natural, la extensión
espacial del sitio puesta en metros cuadrados, el tipo de sitio registrado, el
estado de conservación, la cronología tentativa en cada sitio y comentarios y
para realizar las observaciones y particularidades que no cubren las fichas
técnicas de cada sitio por ser demasiado particulares en cada sitio.
Se ha realizado la sectorización del valle de Huaura, tomando como base
referencias geográficas y zonas donde se encontró una mayor concentración de
sitios. Esta sectorización propuesta se ha empleado con fines metodológicos
para la mejor cuantificación de los datos y para el entendimiento de la naturaleza
de las ocupaciones en zonas geográfica y ambientalmente diferentes, por
ejemplo el litoral costero con la zona de valle medio de los alrededores de
Sayán, las cuales presentan incluso naturalezas diferentes en las ocupaciones
por periodos cronológicos tentativamente propuestos.
Los siguientes cuadros son la cuantificación de los datos generales,
llegándose a procesar un total de 555 sitios arqueológicos, cada uno de ellos
con más de un componente en muchos casos, siendo que un sitio puede
presentar más de una ocupación, puede cumplir más de una función y por lo
tanto puede tener uno o más tipos de elementos descritos en el cuadro general.
También se han elaborado cuadros comparativos con la extensión mínima y
máxima de los sitios en cada sector propuesto y en forma general. Esta
información detallada está consignada en el catálogo general de los sitios del
valle anexado al final del presente informe, pero los siguientes cuadros
presentan la siguiente información:

Cuadro 2: cantidad de ocupaciones por periodos en el valle de Huaura

Periodo Nº de ocupaciones
Horizonte Tardío 12
Intermedio Tardío: 221
Horizonte Medio: 66
Interedio Temprano 8
Horizonte Temprano 21
Periodo Inicial 20
Precerámico: 51
No definidos: 236
 Total de ocupaciones 635

Cuadro 3: Tipos de sitios en el valle de Huaura y cantidad de sitios clasificados

Tipos de Sitio Abreviatura Nº de sitios


Cementerio C. 121
Montículos M. 79
Conjunto de Unidades
Arquitectónicas CUA. 96
Dispersion de artefactos DA. 100
Estructuras aglutinadas EA. 93
Muro aislado MA. 10
Conjunto arquitectonico con
murallas CAM. 3
Terrazas T. 33
Dispersion de moluscos DM. 65
Dispersion de ceramica DC. 21
Estructura grande aislada EGA. 2
Sitio con arte rupestre AR. 5
Dispersion de liticos DL. 5
Plataformas P. 10
Sitio de funcion ceremonial FC. 1
Muralla Mu. 1
  Total 645
Cuadro 4
Extensión espacial de los sitios del valle de Huaura
Valle de Huaura
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 30 Loc. 1593, Cerro Visquira
Máxima: 858,805 Loc. 1736, Quebrada Cañas
Promedio: 18,446
Extensión total: 9´378,738 (suma del área de todos los sitios)

Cuadro 5
Sector Végueta - Mazo
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 200 Loc. 5095, La Perla
Máxima: 146,388 Loc. 5105, La Perla
Promedio: 13,593

Cuadro 6
Sector Rontoy - Acaray
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 50 Loc. 5164, Rontoy
Máxima: 234,730 Loc. 1915, Rontoy
Promedio: 15,721

Cuadro 7
Sector Vilcahuaura - Humaya
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 180 Loc. 485, Vilcahuaura
Máxima: 14,306 Loc. 482, Vilcahuaura
Promedio: 5,603

Cuadro 8
Sector Chambara - Quipico
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 170 Loc. 1809 San Gerónimo
Máxima: 419,114 Loc. 1801 San Gerónimo
Promedio: 84,505

Cuadro 9
Sector Cañas - Maní
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 110 Loc. 1711 Qda. Calambacu
Máxima: 858,805 Loc. 1736 Qda. Cañas
Promedio: 121,418
Cuadro 10
Sector Huaura - Centinela
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 74 Loc. 5242 Chacaca
Máxima: 289,120 Loc. 5161 Huaura
Promedio: 20,863

Cuadro 11
Sector Huacho - Carquín
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 110 Loc. 1914 Cerro Colorado
Máxima: 147,493 Loc. 1891 Hualmay
Promedio: 20,263

Cuadro 12
Sector Pampa de las Ánimas - Santa Rosalía
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 60 Loc. 1914 Cerro Colorado
Máxima: 179,990 Loc. 1408 Algarrobal
Promedio: 10,010

Cuadro 13
Sector San José
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 87 Loc. 1282 Cerro Prieto
Máxima: 63,027 Loc. 1294 Cerro Prieto
Promedio: 5,580

Cuadro 14
Sector Huacán
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 110 Loc. 1129 Huacán
Máxima: 332,579 Loc. 975 Huacán
Promedio: 41,830

Cuadro 15
Sector Eniminga
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 110 Loc. 1389 Cerro Eniminga
Máxima: 88,682 Loc. 1405 Qda. Eniminga
Promedio: 13,838
Cuadro 16
Sector Visquira - San Julián
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 30 Loc. 1593 Cerro Visquira
Máxima: 47,204 Loc. 1625 Qda. Ladera
Promedio: 5,514

Cuadro 17
Sector Andahuasi - Sayán
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 180 Loc. 1682 Qd. La Toma
Máxima: 18,952 Loc. 1667 Cerro Huamilache
Promedio: 4,969

Cuadro 18
Sector Playa Chica - Paraiso
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 80 Loc. 5468 Cerro Sabu
Máxima: 460,133 Loc. 5291 Playa Chica
Promedio: 29,954

Cuadro 19
Sector Salinas
Extensión m2 Localidad y sitio
Mínima: 31,981 Loc. 5281 Las Salinas
Máxima: 121,680 Loc. 5289 Las Salinas
Promedio: 70,744
2. Equipo de investigadores y sus responsabilidades dentro del proyecto.

1. Katherine Rae Nelson Ph.D. Tulane University


Assistant Professor of Anthropology
Northern Illinois University.
Directora del Proyecto de Investigación.
Encargada de dirigir y supervisar
permanentemente los trabajos del proyecto en
general.

2. Álvaro Ruiz Rubio Licenciado en Arqueología. Universidad


Nacional Mayor de San Marcos, Perú.
Co-director del Proyecto de Investigación.
Encargado de realizar el reconocimiento así
como también la supervisión de los trabajps
del proyecto en total.

3. Arturo Ruiz Estrada Doctor en Antropología y Arqueología.


Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Profesor Principal de la E.A.P. de Arqueología.
Encargado de asesorar permanentemente los
trabajos del proyecto en general.

4. Manuel Perales Munguía Licenciado en Arqueología. Universidad


Nacional Mayor de San Marcos.
Jefe del equipo de campo y procesamiento de
los datos registrados en la prospección.
5. Miguel Aguilar Díaz Bachiller en Arqueología. Universidad Nacional
Federico Villarreal.
Arqueólogo de campo, encargado del registro
de campo, el fotografiado, mapeado y análisis
en el gabinete.

3. Plan de labores efectuadas en campo, gabinete y laboratorio

16 de Junio – 01 de Julio 2004 Estudio y análisis de las fotos aéreas y mapas


utilizando la Carta Nacional.
Digitalización de las fotos aéreas y elaboración
de ortofoto usando programas de Sistemas de
Información Geográfica. Preparación de la
base de datos para el registro de los sitios de
la prospección.

02 de Julio – 31 de Julio Inicio del reconocimiento sistemático del área


desde la desembocadura del río Huaura
margen izquierda desde Hualmay – Carquín
(Distrito de Huacho), hasta la zona de
Vilcahuaura (Distrito de Huaura).

01 de Agosto – 14 de Agosto Reconocimiento sistemático del área


comprendida entre Vilcahuaura hasta el
CC.PP. La Candelaria (Distrito de Sayán).

15 de Agosto – 01 Setiembre Reconocimiento sistemático desde el CC.PP.


La Candelaria hasta los alrededores de Sayán.
02 Setiembre – 14 Setiembre Reconocimiento desde Sayán hasta Quebrada
Visquira en la margen izquierda del valle de
Huaura (Distrito de Sayán).

15 Setiembre – 30 de Octubre Reconocimiento desde Quebrada Visquira


hasta Hacienda Santa Rosalía (Distrito Santa
María)

31 de Octubre – 15 Noviembre Reconocimiento desde la Hacienda Santa


Rosalía hasta la Pampa de las Ánimas (Distrito
Santa María)

16 Noviembre – 01 Diciembre Reconocimiento desde Pampa de las Ánimas


hasta La Campiña de Huacho (Distrito de
Huacho)

02 Diciembre – 16 Diciembre Reconocimiento desde La Campiña de


Huacho, Luriama, Cerro Colorado hasta la
desembocadura del río Huaura, Manzanares
(Distrito de Huacho)

06 de Enero – 15 Enero 2005 Reconocimiento sistemático del Litoral y área


de influencia de las aguas de regadío del Río
Huaura hacia la margen izquierda (Amay,
Hornillos, Playa Chica, Pampas de la
Bandurria, Punta Paraíso y Salinas de
Huacho).

16 de Enero – 30 de Enero Reconocimiento sistemático del área de


influencia de las aguas de regadío del Río
Huaura hacia la margen derecha (Cerro La
Centinela, Chacaca, Mazo, Punta Végueta)
Distritos de Huaura y Végueta.
01 de Febrero – 15 de Abril Mapeo de los sitios principales del Valle de
Huaura reconocidos durante la prospección
utilizando Sistemas de Información Geográfica,
Equipos de GPS (Sistemas de
Posicionamiento Global) diferenciales y
software de uso arqueológico en ArcGIS.

16 de Abril – 15 de Mayo Procesamiento de datos y elaboración del


Informe Final.

4. Métodos y técnicas empleadas en el proyecto

Se contó con una metodología apropiada para el reconocimiento y


registro de los sitios y las evidencias arqueológica presentes en el valle de
Huaura, desde el litoral hasta la zona alrededor de Sayán. Se contó con fotos
aéreas tomadas en diferentes años para tener una aproximación a los sitios
monumentales desaparecidos en la actualidad, y para determinar su grado de
depredación. Además de tener la Carta Nacional 1/100,000 y de diferentes
escalas, con los que se llevó a cabo la prospección total de todo el valle.
Durante el reconocimiento se utilizaron dos GPS (Sistemas de Posicionamiento
Global) diferenciales marca Trimble, con los que se puede tener una precisión
casi exacta, con un margen de error de unos 25 cm. sobre la superficie total del
globo terráqueo. Se contaron con dos computadoras de mano modelo HP-Ipac,
con las que se procesaron los datos recolectados por los GPS. Además, en el
gabinete se contó con una computadora Estación Base donde se realizó la
corrección diferencial de la información recolectada en el campo con la que la
Base recolecta de los satélites durante todo el día. Las fotografías se tomaron
con una cámara digital modelo Canon EOS 100, con las que se tiene una alta
resolución de fotografías, con las que se realizó un archivo gráfico detallado para
cada sitio registrado, incluyendo sus materiales asociados de superficie y el
registro del medio ambiente y el ecosistema donde se ubican los sitios.
Los sitios arqueológicos han sido numerados para llevar un conteo
metodológico por localidades, que llegan a ser en muchos casos varios
componentes por sitio. Por ejemplo, si un sitio presenta una unidad
arquitectónica, y un cementerio, cada uno de los componentes del sitio
arqueológico representa una localidad, con su registro y descripciones propias.
De este modo se tiene una descripción muy detallada por cada sitio, y en
algunos casos se determinó que varios componentes no presentan una
correlación temporal incluso dentro de un área muy reducida. La nomenclatura
con la que se reconoce a cada sitio en el presente informe fue determinada por
cuestiones metodológicas, siendo que por ejemplo en el caso del sitio “04HGS-
01”, quiere decir que es el sitio “01” registrado en la prospección general
(“General Survey” o “GS”) del valle de Huaura “H”.

4.1 Métodos y técnicas empleadas en el reconocimiento

Antes de iniciar el reconocimiento de campo se analizaron las fotografías


aéreas de todo el valle para identificar las posibles ubicaciones de los sitios
arqueológicos. Se realizó un mosaico fotográfico de toda la zona de estudio, en
la que se superpuso una ortofoto y se pasó la información de los sitios
registrados en el campo con el GPS. De este modo se tuvo una visión amplia
con la distribución y densidad de los sitios en todo el valle, y se elaboró un mapa
consignado con el mapeo de los sitios y los dibujos de planta de los más
importantes y monumentales.
En el campo se llevó un control sistemático de la exploración superficial,
de tal modo que no quedó ninguna zona del valle hasta la demarcatoria de
aguas del río Huaura sin explorar. Para el caso, el equipo de campo estuvo
compuesto por 2 grupos de exploración quienes avanzaban siguiendo transectos
paralelos, de tal modo que se cubrió incluso evidencias pequeñas y aisladas de
actividad arqueológica, como pequeños conchales y basurales, y áreas de
actividades especializadas, como canteras y dispersiones de líticos y tiestos
cerámicos.
Cada equipo de investigadores contó con el equipo descrito arriba,
además de un diario de campo con elaboración de croquis, observaciones
particulares en cada sitio, descripción de la flora y fauna y de las actividades
modernas que se desarrollan afectando en alguna medida la conservación de
los sitios. En las computadoras de mano Ipac que utilizó cada equipo, se
consignó una ficha de registro de localidad electrónica, consignándose la
información técnica relevante y otros datos cuantitativos. Se tuvo una visión más
completa gracias al continuo contacto y diálogo con la población local, con
quienes incluso se llegó a entablar contactos institucionales, vale decir colegios,
instituciones y comunidades. El equipo de investigadores realizó charlas a la
población sobre aspectos culturales y académicos sobre su patrimonio cultural,
contribuyendo de esta manera al fortalecimiento de la educación y de la
identidad de la población con su patrimonio.

4.2 Descripción de sitios y elementos asociados

Al término de los trabajos de campo se procesó la información obtenida


en el campo. Se realizaron las descripciones de los sitios y de los materiales
registrados de acuerdo a la información de los diarios de campo y las fichas
electrónicas, observándose el material donado por la población y producto de las
discusiones de todos los investigadores. Se adjuntan al informe los mapas
efectuados en los sitios principales y las fotos de los materiales más
representativos. Para un orden metodológico, se han agrupado a los sitios de
acuerdo a sus rasgos cronológicos de superficie. En los casos de presumirse
más de una ocupación, se han consignado los elementos predominantes en la
determinación cronológica de los sitios, es decir la ocupación de mayor
extensión y/o volumen.
5. Manejo de la información recopilada en el campo.

El presente informe ha sido producto de la síntesis de la información


registrada en los diarios de campo, en los Sistemas de Información Geográfica,
y en las discusiones de los investigadores. No se realizó ningún tipo de
recolección de materiales de superficie como lo estipula nuestro permiso de
investigación; sin embargo durante el recorrido de prospección se tuvo un pleno
contacto con la población local, siendo una actividad del proyecto la proyección
social, realizando conferencias y presentaciones académicas en colegios e
instituciones. Como producto de esta labor de extensión, la población que en
muchos casos tenía posesiones arqueológicas enteras (cerámica y madera),
donó algunas de sus piezas al Museo Bolivariano de Pativilca, gracias a la
intercesión de los miembros de los equipos de campo. Se ha realizado un
inventario de las piezas donadas, y se depositaron en las instalaciones del
Museo, el mismo que cuenta con las infraestructuras de almacenamiento
adecuadas para su depósito y conservación.
Adjuntamos a este informe el inventario del material donado y
almacenado en el Museo Bolivariano de Pativilca.
Es parte de la política del proyecto la labor de difusión en los medios
locales, comunicando los resultados y expectativas de nuestras labores de
investigación, con el objetivo de contribuir mejor a la apreciación de la historia
regional, y promover la preservación y cuidado de los sitios arqueológicos.
Al mismo tiempo, los investigadores se encuentran preparando artículos
para ser publicados en revistas especializadas, de modo que se pueda presentar
resultados del proyecto en forma amplia para toda la comunidad científica. Estas
publicaciones describirán los resultados de la prospección arqueológica y de los
análisis realizados para la elaboración del SIG y podrá ser consultado por los
investigadores interesados en el estudio de la región y de otros valles de la costa
y sierra peruana. Las publicaciones serán entregadas a las instituciones
educativas locales y a las autoridades pertinentes.
6. El Proyecto Valle de Huaura

6.1 Resultados de la Temporada 2004

Durante la Temporada de investigación de la prospección general al valle


de Huaura se ha tenido una visión integral de la problemática arqueológica, tanto
en el sentido académico como en el que afecta directamente en su
conservación, que es el aspecto social. Realizaremos una comparación de esta
prospección con las anteriores que se han realizado en este valle. A partir de
este aspecto, se podrá tener un balance objetivo al comparar los resultados de
todas las prospecciones en la zona de estudio.
Sólo recientemente se ha ingresado en una etapa de prospecciones
detalladas en los valles mencionados, y se espera relacionar todos estos datos
en cuanto se obtenga la información completa. En el caso del valle de Huaura, el
estudio del sitio registrado como Bandurria en la prospección reciente (y en
investigaciones anteriores: Fung 1974, Cárdenas 1977-1978), permitirá
comprender la naturaleza de las ocupaciones del sitio de acuerdo a los objetivos
señalados y contrastarlos con evidencia procedente de los demás sitios
registrados tanto en el valle como en el litoral, y en toda la región en general. Se
espera de este modo determinar la importancia de los sitios denominados “del
litoral” y realizar su comparación con otros complejos de las mismas
características, tanto a nivel local como a lo largo de toda la costa norcentral,
sobre todo con los sitios que se encuentran al interior de los valles durante la
misma época, cuyas recientes excavaciones han arrojado información suficiente
para repensar la hipótesis del “Bases Marítimas de la Civilización Andina” y
contemplar la posibilidad de una fuerte proporción de alimentos producidos de
origen terrestre, de acuerdo a las características ambientales regionales. No se
pueden descartar aún, sin embargo, las hipótesis sobre los orígenes de estas
primeras formaciones sociales complejas y sus medios de subsistencia sin antes
esclarecer las evidencias materiales de las características alimenticias y sus
relaciones con la arquitectura en cada uno de estos sitios.
Anterior a nuestra prospección, ha habido solamente dos prospecciones
realizadas en el valle de Huaura. La primera, realizada por Mercedes Cárdenas
Martín con el Seminario de Arqueología del Instituto Riva Agüero de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, en los meses de junio y julio del año 1977
(Cárdenas 1977). El segundo y más reciente, fue el realizado por Jaime Miasta
Gutiérrez y Francisco Merino Jiménez, en 1986.
Mercedes Cárdenas reconoció un total de 235 sitios arqueológicos, los
cuales han separados metodológicamente en categorías específicas, tal y como
se consigna en los resultados de su prospección publicados en el año de 1977.
Algunos sitios reconocidos han sido incluidos en dos o más tipos de sitios por
tener características múltiples, por lo que Cárdenas suma un total de 251 sitios,
tomando en cuenta este principio. A cada uno de los sitios se le otorga una
cronología tentativa basada en las evidencias de superficie, y en las
características arquitectónicas de acuerdo a cada caso. A continuación
presentamos un cuadro con los tipos de sitios de acuerdo a su función o
funciones, seguido de la cantidad de éstos, basado en los resultados de la
prospección de Cárdenas (Cuadro 1):
Categoría de sitio Nº
Conchales 5
Taller Lítico 1
Basurales 6
Murallas y Caminos 7
Paredones y recintos aislados 42
Poblados 26
Corrales 3
Cementerios 33
Montículos 54
Pirámides y Huacas 13
Plataformas y terrazas 4
Recintos ceremoniales 5
Centros ceremoniales 2
Edificios defensivos 3
Sitios destruidos 5
Sitios por verificar 42
Total: 251

Cuadro 1: Tipos de sitios y cantidad de acuerdo a Cárdenas (1977).

De esta cantidad de datos cuantitativos se puede deducir que una


cantidad significativa, el 16.7% de los sitios registrados, de acuerdo a estas
investigaciones, no presentan evidencias suficientes para ser relativamente
tipificados. Nuestra prospección, en relación a esta cifra, ha sido desarrollada
sobre una minuciosa estrategia de reconocimiento de superficie, hecho que ha
permitido registrar todos los aspectos en cada sitio arqueológico y superar esa
cifra. En este sentido, la cantidad de sitios no determinados en términos de
filiación cultural y de cronología relativa ha sido mucho menor. Sin embargo, la
labor de otorgar cronologías tentativas a los sitios a partir de los rasgos de
superficie es complicada, puesto que es necesaria una visión no sólo diacrónica
sino sincrónica de los sitios. Es interesante mencionar lo que indica la
investigadora precedente: Muchos de los sitios presentan reocupaciones o son
parte de una secuencia cultural mucho más amplia que el desarrollo de una sola
cultura (1977:21). El equipo de investigación de la investigadora también realiza
una cuantificación de sitios asignables a un periodo de forma relativa. Y de ese
total de la información se desprende el siguiente cuadro:
Cronología tentaviva % Nº
Cazadores 0.3 1
Precerámico 4.0 11
H. Temprano 2.0 6
Intermedio Temprano 8.7 30
H. Medio 14.0 43
Intermedio Tardío 32.0 94
H. Tardío 2.0 6
Por verificar 37.0 100

Cuadro 2: Porcentaje del número de sitios asignados por Cárdenas, 1977

En este Cuadro 2, la autora consigna una cantidad de 291 sitios, de los


cuales resaltamos que el 37% no presenta una cronología tentativa. Sin
embargo, ya en la relación catastral que presenta Cárdenas se presentan los
231 sitios registrados, señalando correctamente la nomenclatura local de cada
sitio, la nomenclatura oficial, la cronología tentativa, la función de cada sitio, el
estado de conservación de los sitios y por último si presentan material asociado.
En este último caso resaltamos que sólo 66 de los sitios registrados presentaron
material de superficie en esta prospección, lo que corresponde sólo al 28.5% de
los sitios registrados. Esto hace suponer que el restante 71.5% de los sitios en el
valle de Huaura no presentaron material de superficie visible. Este aspecto no ha
sido repetitivo en nuestra prospección, y en comparación hemos tenido un bajo
porcentaje de sitios donde no se haya podido localizar ningún tipo de material de
superficie. Es posible que con el transcurrir de los años, haya habido tal grado
de depredación de los sitios arqueológicos en el valle que los posibles sitios que
se encontraban sin depredar hacia el año de 1977 hayan ya sido excavados
clandestinamente y expuesto parte de sus materiales culturales asociados. Sin
embargo, en la clasificación de la investigadora no se consignan sitios con buen
estado de conservación, llegando a haber solamente dos (2) sitio en buen
estado de conservación (Quipico y San Cristóbal “E”), siendo que en los mejores
casos el estado es de regular a malo. Se registraron un total de tres (tres) sitios
destruidos de acuerdo a sus evidencias.
La segunda prospección precedente fue la que realizaron los arqueólogos
Jaime Miasta y Manuel Merino publicada en el año de 1986. Esta es una
prospección que presenta una descripción mucho más detallada por cada sitio
registrado, conteniendo las fichas de análisis descriptivo de cada sitio, junto con
sus coordenadas UTM y una breve explicación de acceso. A diferencia de
Cárdenas, quien toma una nomenclatura basada por completo en la distribución
de lo sitios dentro de los cuadrantes de la Carta Nacional de izquierda a
derecha, el inventario de Miasta y Merino presenta una nomenclatura numérica
simple, desde el sitio 1 hasta el 131 que es la cantidad de sitios reconocidos. Sin
embargo, este inventario y catastro de monumentos arqueológicos complementa
la información con la posición georeferencial en cordenadas UTM, además de
referenciar su respectivo número catastral con el código de la carta nacional y
otro código que no está especificado. Por último se dio el siguiente nombre al
sitio número uno: “Huaura-Sayán – 1”, concluyendo en el “Huaura-Sayán – 131”.
La disposición de las fichas elaboradas para cada sitio están en orden
correlativo de menor a mayor, y luego de elaborar los autores un cuadro general
numérico y porcentual de los tipos por sitio, de los elementos arquitectónicos
ubicados en cada sitio y de la funcionalidad de la arquitectura, se pasa a la
descripción de cada sitio. Es importante señalar que la cantidad de sitios
registrados corresponden a varios tipos y componentes en cada uno de ellos,
pero por cuestiones metodológicas se agruparon varios sectores por sitio para
evitar el manejar una larga lista de sitios en el valle. Otro aspecto a tomar en
cuenta en este catastro e inventario, es que el registro de información de los
sitios estuvo basado en la foto interpretación con generación de fichas,
bibliografía general y por sitios, ubicación de los sitios en las hojas del catastro
de Reforma Agraria, delimitación de los sitios sobre las fotos y la medición de las
mismas. En los casos en que los autores encontraron distorsiones de las
imágenes ocasionadas por el ángulo inconveniente en las tomas de las fotos
aéreas, se realizó la visita física a los sitios, que ellos denominaron “lugares
problemas” (Miasta y Merino 1986). La forma de realizar el reconocimiento del
valle empleada en esta prospección, si bien es cierto es un método válida inicial
para abordar la disposición y presencia en el valle, no lo es para llegar a
conclusiones finales. Debe ser considerado más bien como una primera etapa
en el reconocimiento de los sitios, para llegar al reconocimiento sistemático y
completo de toda el área geográfica del valle. De esta forma en nuestra
prospección se tomó en cuenta el aporte de estos investigadores, sin embargo
se realizaron nuevamente el registro de sitios y llenado de fichas por completo.
Con nuestra prospección se pudo determinar de manera más precisa los tipos
de materiales culturales de superficie asociados a los sitios, además del análisis
espacial y de elementos arquitectónicos que es lo único que permite el análisis
estereoscópico sobre las fotos aéreas.

6.2 Recomendaciones para Investigaciones futuras

Para las investigaciones futuras que tengan como objeto de estudio a las
ocupaciones arqueológicas del valle de Huaura, firmemente recomendamos,
igual a lo que hemos venido haciendo desde nuestra posición de investigadores,
a asumir una posición activa y vigilante en la protección del patrimonio cultural
mueble e inmueble en el valle y en los valles de toda la región de la costa
norcentral. La depredación sistemática de los restos arqueológicos de la que
viene siendo parte nuestra área de estudio es parte de un problema mucho más
amplio, donde interactúan diversos agentes que de manera directa o indirecta
son parte en este proceso de destrucción. La expansión de las tierras agrícolas y
de los canales de irrigación es una de las causas más importantes en este
proceso. A esta se suman el establecimiento sistemático de grandes granjas de
crianza avícola, casi siempre sobre cementerios y ocupaciones arqueológicas.
En el caso del valle de Huaura, las granjas prefieren siempre las zonas eriazas
en la desembocadura de quebradas y pampas adyacentes al lecho del valle,
compartiendo de este modo el patrón de ubicación de cementerios
pertenecientes culturalmente a la sociedad Chancay registrados en esta
prospección. La expansión urbana ha sido una causa relativamente menor,
afectando a sitios sobre todo en los sectores más cerca al litoral, en Huacho,
Carquín, Huaura y Végueta. Hacia dentro del valle la expansión de comunidades
y centros poblados rurales es una causa aún menor. Pero debemos mencionar
lo que sin duda es la causa principal de destrucción del valle, y está solventada
por causas e intereses particulares completamente diferentes a las causas
anteriores, y es el saqueo sistemático e intensivo que realizan los buscadores de
tesoros o “huaqueros”. Estos son parte de una mafia mayor financiada por
coleccionistas particulares y anticuarios, tanto locales como nacionales y
foráneos. Es por estos motivos que recomendamos fuertemente a los futuros
investigadores del valle de Huaura y de toda la región asumir una posición de
cuidado, defensa y valorización del patrimonio. Una de las formas más efectivas
para la conservación del patrimonio es realizar actividades de educación cultural,
llevando y ampliando el campo de acción de la arqueología hacia el público.
Por otro lado, las investigaciones arqueológicas desarrolladas en el valle
de Huaura durante el presente año, han permitido obtener una mejor idea acerca
de las posibilidades y potenciales que ofrece el sitio para el conocimiento de la
naturaleza de los cambios culturales, el surgimiento de tradiciones culturales y la
conclusión de otras durante todo el espacio cronológico del valle, desde el
Periodo Precerámico hasta el Horizonte Tardío en la cronología de John Rowe
(1967). Hemos podido confirmar la presencia de numerosos estilos cerámicos
que hasta la fecha no han sido bien definidos, o se ha contado con una escasa
muestra, como son los estilos Tricolor Geométrico, Pativilca Impreso, atribuidos
de forma no precisa para el Periodo Horizonte Medio, así como estilos como el
Blanco Sobre Negro o Chancay, el Cayash o Lauri Impreso (Krzanowski 1991)
que están mejor definidos por la literatura arqueológica. En esta prospección los
reconocimientos sistemáticos del campo se dieron sin preestablecer una idea fija
sobre la evidencia que se pueda encontrar, más bien se realizó con la
minuciosidad y la disposición necesarias como para no perder de vista
elementos que incluso no habían sido registrados previamente en el valle, y no
esperar encontrar los elementos usualmente más conocidos, error en el que han
caído muchos arqueólogos, que en algunas ocasiones han registrado sólo lo que
han esperado encontrar (Willy y Corbett, 1948).

6.3 Problemática de protección y conservación de los sitios.

La expansión agrícola en el valle ha comenzado a partir de la década del


50. En los territorios de las antiguas haciendas, o lo que los pobladores locales
conocen como “el tiempo de los patrones”, y luego con el establecimiento de las
cooperativas agrarias de producción. Como se ha hablado anteriormente, este
ha sido una de las principales causas de destrucción del patrimonio cultural
mueble en el valle. Otra causa es la expansión del área urbana que en sitios
como Chacra Socorro o Huaura Antigua ha dañado seriamente las estructuras
arqueológicas. Esta problemática que afecta la conservación de los sitios
prehispánicos tiene que ser enfrentada en forma conjunta, es decir con la
participación de autoridades políticas y la población organizada. Para lograr esto
es necesario iniciar un programa de concientización de la población a través de
charlas y talleres que expliquen sobre la importancia de la defensa del
patrimonio cultural para la reconstrucción del proceso histórico en la zona.
Tenemos como tarea principal el proyectar hacia la población los resultados de
nuestro trabajo en la zona. Creemos que es muy importante establecer un fuerte
nexo entre los arqueólogos y los pobladores para juntos impulsar la
conservación de los sitios.
7. Inventario de los sitios
registrados.
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Foto 1. Bandurria.

Foto 2. Bandurria vista desde el norte.

Foto 3. Bandurria vista general


Foto 4. Bandurria. Vista de los perfiles de basural y zona de fabricación de cesteria.

Foto 5. Bandurria. Huanca


Foto 6. Bandurria. Monticulo

Foto 7. Bandurria. Monticulo


Foto 8. Bandurria. Perfil que muestra la gran cantidad de basura arqueológica.

Foto 9. Bandurria. Zona de elaboración de cesteria.


Foto 10. Bandurria.

Foto 11. Bandurria. Vista general de monticulo


Foto 12. Bandurria. Vista General de monticulo

Foto 13. Vista general montículo. Bandurria


Foto 14. Bandurria. Huanca

Foto 15. Bandurria. Huanca


Foto 16. Bandurria. Monticulo

Foto 17. Bandurria. Vista general de Montículo principal.


Foto 18. Bandurria. Huanca
Foto 19. Bandurria. Vista que muestra la densidad de la acumulación de basura preceramica

Foto 20. Bandurria. Vista General del montículo principal.

Foto 21. Vista General del sitio de Bandurria.


Quebrada Viña

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