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El otro lado de Chuparse el dedo

Cerca de un SEnS SFlb tercio de los niños menores de 2 años se chupa el dedo, según datos de
investigaciones realizadas a escala mundial.

Muchos bebés tienen el hábito de chuparse el dedo, algo que suele durar hasta que tienen
unos 5 o 6 años. Aunque en esa edad es común que lo hagan, esta práctica ha sido muy
cuestionada por los dentistas y los pediatras, la razón: los daños que puede ocasionar en los
dientes y en el paladar.

Sin embargo, aunque es un tema muy polémico y nadie recomienda que los niños se lleven los
dedos a la boca, existe un punto positivo en este mal hábito. Según una investigación,
realizada por científicos de varias universidades del mundo, en las manos hay muchos
gérmenes que, al ponerlas en la boca, ayudan a crear una resistencia a ciertas alergias y
enfermedades.

Esto se debe que se genera una especie de sensibilización atópica, según explicó el portal BBC
Mundo. Esto permite que los niños vayan entrenando su sistema inmunológico para afrontar
luego enfermedades o agentes externos que pueden causar algunos tipos de alergias como el
pelo de los animales, por ejemplo.

Para llegar a estas conclusiones, un equipo de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva


Zelanda, analizó la prevalencia de chuparse el dedo y morderse las uñas -hábitos que se
producen en la infancia y tienen el mismo efecto- en más de 1 000 niños neozelandeses,
cuando tenían 5, 7, 9 y 11 años de edad.

Luego, cuando cumplieron 13 y 32 años, les realizaron pruebas de alergias para ver cómo
reaccionaban. En los resultados se encontró que las probabilidades de desarrollar reacciones
alérgicas a los ácaros del polvo o al pelaje de gatos, perros o caballos era aproximadamente un
tercio menor que entre los niños que no tenían esos hábitos.

Sin embargo, este hábito se debe detener, porque conforme pasan los años, el morderse las
uñas o chuparse los dedos puede traer consecuencias terribles para la salud, porque bajo las
uñas existe una gran cantidad de bacterias que pueden causar problemas gástricos y en la
boca. Los médicos recomiendan que se corten estos hábitos a temprana edad, porque
conforme pasa el tiempo será más difícil hacerlo y luego será una compulsión.

Pero, ¿por qué los niños se llevan los dedos o las uñas a la boca?

Según las investigaciones, la succión es un reflejo normal, natural y hasta cierto punto es
considerado sano en los niños. Las razones por las que un bebé se chupa el dedo no están del
todo claras; este hábito no tiene un nexo directo con el hambre, de hecho se ha logrado
comprobar que los bebés sienten consuelo o bienestar al chuparse el dedo o bien al usar un
chupón. Es decir, está más relacionado con una necesidad psicológica de bienestar, más que
fisiológica.

Otra de las ventajas de que los niños se chupen el dedo también está relacionada con una
nueva forma de autonomía. En los primeros meses de vida, los bebés que se chupan el dedo
suelen sufrir menos interrupciones en su sueño, porque si se despiertan por la noche, no
tienen que buscar el chupón para volver a ponérselo.
Además, a estos pequeños les resulta más fácil autorregularse en situaciones de estrés, es
decir, deben aprender a calmarse por sí mismos. Así, durante el primer año de vida, en el que
el niño está expuesto a muchas novedades, poder chuparse el dedo le da seguridad para
afrontar situaciones nuevas: la primera separación de los padres, aprender a dormir solo,
entrar a una guardería... entre otros momentos importantes.

Por ello, dar seguridad a los niños conforme avanzan en sus etapas de desarrollo les ayudará a
que pierdan la ansiedad y que sean más seguros de sí mismos. Además, se ha comprobado que
el morderse las uñas o chuparse los dedos puede dejar graves secuelas en el desarrollo, más
allá de las conocidas en el ámbito físico.

Según la Asociación de Pediatría de Estados Unidos, si los niños continúan mordiéndose las
uñas después de los 2 años, se incrementa el riesgo de desarrollar problemas de lenguaje,
porque se acostumbran a hablar mal.

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