Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Contenido
INTRODUCCIÓN
Continuando con los tópicos que estoy abordando para desenhebrar cuestiones que llevan al
hombre a la infelicidad y maldad, toca ahora hablar sobre la mujer. Su creación, pureza, madre
del hijo de Dios y de los hombres. Su conversión a mujer impura, corrupción y adulteración en
alma y cuerpo.
LA MUJER
La mujer nace limpia y pura, toda una “inocencia de origen”.
En la creación del hombre, Dios se dio cuenta de que no podría vivir solo y dijo:
”No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.”, por eso hizo a
la mujer y no de polvo del suelo, ni de las estrellas, ni de los animales, ni de la piedra, sino
del propio hombre ”De la costilla que Dios había tomado del hombre formó una mujer y la
llevó ante el hombre” .
Por eso el hombre exclamó al verla:
”Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne, ésta será llamada mujer, porque
del varón ha sido tomada.” y por el dominio que dio Dios a nombrar todo viviente, la nombró
mujer. “Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los
llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el
nombre que el hombre le diera”.
Y no hay nada más grande que una madre. La madre es la semilla, es la germinadora, es la
procreadora del hombre.
“La madre es nuestra providencia sobre la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo
más firme en los años siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los
años borrascosos de la juventud, la madre siempre estará presente en todas nuestras
necesidades”.
No hay en la vida del hombre ser más hermoso y divino que ella. Tiene cinco elementos
fundamentales de la realidad de su ser, no superadas por nadie: sus sentimientos, su cuerpo,
su amor, creación y familia.
1- Su sentimentalidad es maravillosa, es bondadosa, generosa, tierna, misericordiosa,
compasiva, humanitaria, piadosa.
2- Su cuerpo es una subliminidad, su belleza una preciosidad, la emoción y pasión que
produce lleva a la elevación sublime del hombre.
3- Su amor es la donación de ella misma, sin su amor no tiene sentido la vida del hombre,
es la motivación del peregrinar en la vida y fin último.
4- Su creación es ser madre del hombre, de la humanidad. Nadie más puede ser madre
del hombre, la madre es única e irrepetible.
5- En la familia, mantenedora de las condiciones de los hijos, hogar y familia, forjadora del
grupo familiar como célula fundamental.
Su pureza
Como será madre, su pureza es su exaltación. Es requisito indispensable su pureza. Desde su
nacimiento es pura y limpia.
“Es libre y exenta de toda mezcla de otra cosa o ser, conserva en sí la pureza y hermosura
con que se crió y aleja toda idea de sensualidad o malos pensamientos en quien la
contempla.”
Es por ello que es la madre y señora de la humanidad y madre del hijo de Dios.
”Quien halla una mujer buena encuentra un tesoro de inestimable valor y ha recibido
realmente un don de Dios”.
“La primera persona que percibe los beneficios de ese don de Dios es su propio marido.
Puede confiar en ella y dejar en sus manos el gobierno de la casa cuando él tenga que
marchar a sus negocios, porque es hábil administradora de su hogar, en el que, por lo
mismo, jamás faltará cosa alguna al esposo, que no recibirá de ella más que alegrías y
satisfacciones durante los días de su vida. Con razón exclamó Ben Sirac: “Dichoso el marido
de una mujer virtuosa... Alegra a su marido, cuyos años llegarán en paz a la plenitud.”
“Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la
mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios”.
“Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a
vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas”.
“Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos
no creen en la Palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus
mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa”.
“Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del
corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: esto es precioso ante Dios”. Y
digo yo, ante los hombres igualmente.
Y entendible los sentimientos y sabiduría de aquellas señoras y damas que entendieron el
significado de la pureza en la mujer y prefirieron la castidad ante los divorcios y separaciones.
Su amor fue más verdadero y fuerte para soportar la arremetida de las influencias del mal y de
las malas tentaciones para arrastrarla a los caminos de la oscuridad, de la perversión, de la
maldad, de la prostitución, de la inmoralidad, de la fornicación, del adulterio, infidelidad y de la
impureza.
Para que la mujer sea pura es necesario que sus padres sean también puros.
La madre de la mujer debe ser pura, ya que, en “ella recae mayor responsabilidad” como dijo
Santo Tomás Aquino.
Si la madre no es pura, entonces sus hijos no serán puros.
“De los impuros, ¿qué pureza puede resultar? de la mentira, ¿qué verdad puede salir?”.
Ser madre
Al ser madre, desencadena todas las cualidades de ser de madre y mujer: es maravillosa, es
bondadosa, generosa, tierna, misericordiosa, compasiva, humanitaria, piadosa. Sus hijos son la
ternura y hermosura maravillosa jamás comparable con otro ser, es iluminación y brillo de su
vida, sus ojos se dilatan ante la mirada de su hijo enternecida hacia su madre, los cuidados que
le provee son los más generosos que pueda ofrecer. Una madre nunca abandona a sus hijos.
Los hijos son una bendición de Dios y es por ello que la madre recibe de Dios entonces los
dones sagrados en su alma y cuerpo, como divinidad de Dios madre de su hijo Jesús, y como
señora y dama del hombre.
Los hijos
Para los hijos la madre es todo, Amor-Armonía-Felicidad. Desde su nacimiento la madre
representa su posibilidad de vida, un hijo sin la madre muere espiritualmente y podría morir
físicamente. Los hijos nunca desean separarse de su madre.
Es por ello que:
“La madre es nuestra providencia sobre la tierra en los primeros años de vida, nuestro apoyo
más firme en los años siguientes de la niñez, nuestra amiga más tierna y más leal en los
años borrascosos de la juventud, la madre siempre estará presente en todas nuestras
necesidades”.
Es cierto mujeres!
Ustedes son una divinidad de Dios y subliminidad para el hombre.
Son la madre del Hijo de Dios, Jesús. La madre de los hijos de Dios: los hombres.
Son la belleza más grande que el hombre pueda tener.
Para los hijos es la dignidad y orgullo más alta que ser humano pueda poseer.
Son las señoras y damas que representan al hombre.
LA IMPUREZA
Pero algunas mujeres se vuelven impuras.
Trataré de argumentar en profundidad detalles de la conversión a impura, porque estamos
viviendo una sociedad donde se están perdiendo valores y virtudes que impactan fuertemente la
vida de la mujer y del hombre, hijos, hogar, familia, padres, madres, vecinos, amigos, llevando a
la maldad e infelicidad y no a lo deseado por todos: Amor-Armonía-Felicidad.
Siendo cierto también que, desde tiempos remotos, como desde nuestra era a partir de Jesús
estamos afrontando múltiples problemas que todavía se siguen manifestando como en aquella
época. Estos problemas son por todos conocidos, pero se están convirtiendo en algo normal
y no debe ser así. Por ejemplo, la impureza de la mujer, muchas mujeres están perdiendo su
pureza, dignidad, honor, escrúpulos, virtud, pulcritud, aseo y limpieza.
Llegando a la inmundicia, fornicación, prostitución, adulterio, vida alegre, relaciones
prematrimoniales, promiscuidad, desenfrenos sexuales, sexo libre, tener hijos sin padre,
abandonar y entregar hijos, divorcio, adulterio, convivencia con diferentes hombres, cambiar de
hombre como cambiar de ropa, conversión en padrastros, madrastras, abuelastros, tíastros.
Ponerle a los hijos padrastros, madrastras, abuelastros, tíastros, etc.
Por eso esta escrito:
”Sólo se oye hablar de inmoralidad entre vosotros, y una inmoralidad tal, que no se da ni
entre los gentiles, hasta el punto de que uno de vosotros vive con la mujer de su padre.
«Todo me es lícito»; mas no todo me conviene. «Todo me es lícito»; mas ¡no me dejaré
dominar por nada!.
¿O no sabéis que quien se une a la prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues está
dicho: “Los dos se harán una sola carne”.
Más el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con él.
¡Huid de la fornicación! Todo pecado que comete el hombre queda fuera de su cuerpo; más
el que fornica, peca contra su propio cuerpo.”
Y eso nos esta pasando a nosotros, inmoralidad, fornicación, adulterio, prostitución, infidelidad
e impureza y decimos que estamos con Dios, Jesús, los Santos y la Virgen. Realmente nos
estamos engañando, mintiendo y fingiendo. Nos amparamos diciendo que estamos tranquilos
con la conciencia y que estamos con Dios, nada más alejado de la realidad y verdad.
La mujer tiene un alto grado de responsabilidad en la ocurrencia de estas deformaciones del
hombre y familia en cuanto a su conversión en impura, prostituta, adultera, inmoral, infiel y
fornicadora 2000 años después de Cristo.
Podemos clasificar 2 tipos de impureza en la mujer: la que esta en los burdeles o bares y la de
vida alegre o mundana.
1- La que esta en burdeles sabemos que cobra por prestar un servicio sexual. El hombre
va al sitio satisface su desenfreno, paga y se acabó la relación.
2- Mientras que las mujeres de vida alegre son más dañinas. Porque no buscan la paga
por servicio sexual, sino que buscan en los hombres una mejor vida, sin importar que sean
hombres solteros, casados, divorciados, enviudados.
Causan daño a los hombres solteros, casados, enviudados ya que los convierten en
prostitutos, en mundanos, de vida alegre y truncan sus vidas para que tengan una vida de
futuras familias en Amor-Armonía-Felicidad.
Tienen preferencia por los casados, ya que les pueden ofrecer mejor estabilidad económica
y pulcritud. Aquí es donde esta el mayor daño, ya que no les importa destruir matrimonios y
generar las desgracias que les sobrevienen.
Dios y Jesús nos dejaron un legado o libro de vida muy explícito “La Biblia”. Si somos hijos de
Dios, entonces no se concibe un padre que no nos ayude al peregrinar de nuestra vida y
encontrar el fin último de ella. A Dios lo aceptamos por padre y creador nuestro, porque todo lo
que nos manifiesta y revela es para el bien, sino fuera así, no lo consideraríamos como creador
y padre nuestro.
Así, Dios y Jesús son la inspiración y revelación para escribir este documento y porque como
dijo San Agustín de Hipona:
“en la Biblia no se enseña nada que no sea de utilidad para la salvación del hombre. La
Biblia es esencialmente la historia de la revelación, la historia de la salvación de la
humanidad”.
Se trata pues de salvar a la mujer de la impureza, adulterio, prostitución, infidelidad, inmoralidad
o fornicación y consecuentemente a sus hijos, hogar y familia. Siendo la Virgen María la
representación y exaltación, más hermosa y ejemplo para todas las mujeres.
“lo que sale de la boca procede del corazón, y eso es lo que mancha al hombre. Del
corazón proceden las malas intenciones, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los
robos, los falsos testimonios, las difamaciones. Estas son las cosas que hacen impuro al
hombre, no el comer sin haberse lavado las manos”.
Penetraciones líquidas
La saliva a través de los besos, labios y lengua llegan no solamente a la boca, sino también a
todo la carne del cuerpo: cara, oídos, vista, nariz, cabello, piel, cuello, senos, vientre, nalgas,
vagina, piernas. A través de la saliva se transmiten: bacterias, virus, microbios, enfermedades
sexuales, semen, sudor, flujos vaginales y penéales.
El sudor generado es intercambiado entre los cuerpos por el revolcamiento y contacto a través
de los conductos de las glándulas sudoríparas, llegando también a todo el cuerpo: cara, oídos,
vista, nariz, boca, lengua, labios, piel, cabello, cuello, senos, vientre, nalgas, ano, vagina,
piernas.
El semen junto con los espermatozoides eyaculado es depositado en la vagina, llegando hasta
el útero, también es difundido al resto del cuerpo: cara, oídos, vista, nariz, boca, lengua, labios,
piel, cabello, cuello, senos, vientre, nalgas, ano, vagina, piernas. Enfermedades sexuales
también son transmitidas a través de éste, llegando a boca, lengua, labios y más adentro.
Lubricantes mucosos de vagina y pene, también son difundidos al resto del cuerpo: cara,
oídos, vista, nariz, boca, lengua, labios, piel, cabello, cuello, senos, vientre, nalgas, ano, vagina,
piernas.
En consecuencia, todos estos líquidos, que a la vez llevan células y partículas que son esencia
y sustancia del hombre, penetran a las interioridades del cuerpo de la carne de la mujer: sangre,
boca, garganta, tubo digestivo, estómago, intestinos, pulmones, hígado, vagina, uretra, vejiga,
útero, ovarios, alojándose en la carne y formando parte de el.
Penetraciones carnales
Penetración carnal del pene en la vagina. El pene adicionalmente de penetrar y depositar el
semen en la vagina, se manipula para tocar y penetrar el resto del cuerpo: cara, oídos, vista,
nariz, boca, lengua, labios, piel, cabello, cuello, senos, vientre, nalgas, ano, vagina, piernas.
Penetración carnal de la lengua. Adicionalmente de penetrar la boca se usa para penetrar,
oídos, nariz, ojos, vagina.
Penetración carnal de manos y dedos. Se usan para introducirlo en la boca, oídos, nariz, ano
y vagina.
Absorción de impurezas
Una vez llegado el orgasmo y la eyaculación empiezan los cuerpos a desahogarse, relajarse y
descansar, también empiezan a cerrarse la vagina conteniendo el semen, espermatozoides. La
boca conteniendo la saliva, sudor, bacterias y semen. Y conductos de la piel conteniendo el
sudor, saliva, semen.
Entonces cada uno de los cuerpos absorbe en la carne la sustancia corporal del otro, lo que hay
de permanente él, la materia de que están formados, siendo las huellas y marcas propias que
penetran a cada uno.
Las partículas extrañas o elementos anatómicos primordiales de los seres vivos, son
consistentes en una masa microscópica. La mayoría de las células son desnudas, protegidas
sólo por la membrana plasmática originadas por secreción. Las células viven, ya aisladas e
independientes (seres unicelulares), ya en conjunción unas con otras, formando los tejidos
orgánicos: grasientos como la saliva, los flujos de vagina y semen.
Como se puede inferir, entonces, la pulcritud, el aseo, la limpieza, el cuidado, el esmero y la
delicadeza de la mujer se degenera, pudiéndola llevar a la suciedad, inmundicia y porquería.
De allí pues, esta penetración de sustancias extrañas en la carne de la mujer la convierte
en impura.
Pero, también esta escrito:
“que el hombre disfrute de los senos y el vientre de su mujer “ y que “se convertirá en una
sola carne con el hombre”.
El acto sexual mencionado, entonces la convierte en una sola carne con el hombre, por que la
impureza adquirida con ese hombre es compartida, no habiendo rechazo porque es realizada
por amor y donación mutua, pura y libre, entonces, no es una mujer impura, es la mujer de ese
hombre, ahora son una sola carne.
“Así los maridos deben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo. El que ama a su
mujer, a sí mismo se ama, y nadie aborrece jamás su propia carne, sino que la alimenta y
la abriga como Cristo a la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo”.
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán dos en
una carne.” Gran misterio éste, pero en la perspectiva de Cristo y de la Iglesia. Por lo demás,
ame cada uno a su mujer, y ámela como a sí mismo, y la mujer reverencie a su marido”.
Porque está ahora contaminada con la esencia y sustancia de diferentes hombres, como se
describió en los párrafos anteriores.
La humanidad de la mujer no esta hecha para tener relaciones sexuales con diferentes
hombres. La bondad y racionalidad no lo acepta, los hijos no lo aceptan, los padres no lo
aceptan, los amigos no lo aceptan, la familia no lo acepta, la sociedad no lo acepta, las leyes no
lo aceptan, y por supuesto Dios, la Virgen y los Santos tampoco lo aceptan.
Y esta escrito que:
“De los impuros, ¿qué pureza puede resultar? de la mentira, ¿qué verdad puede salir?”. “os
digo que quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio”.
Por lo tanto, las relaciones sexuales con un segundo o más hombres la convierte en una mujer
impura, infiel, inmoral, prostituta, adultera y fornicadora.
San Agustín en “La concupiscencia y el matrimonio” dice:
“Por lo cual, si una mujer se une a muchos hombres, al no aumentar por ello el número de
hijos, sino sólo la abundancia del placer, será una meretriz, nunca una esposa.”
Y, ¿qué es fornicar?
La fornicación son las relaciones sexuales que tiene una persona sin haber contraído
matrimonio, prematrimoniales, amor libre, libertinaje.
Entonces estas relaciones sexuales son ilegales, impuras, infieles, inmorales, que llevan al
adulterio, prostitución y fornicación.
Y, ¿qué es prostitución?
La prostitución es la relación sexual o entrega del cuerpo, del espíritu, del alma, del corazón,
de la interioridad, intimidad, honor, honra, dignidad; de los labios, senos, vientre, vagina que en
su conjunto es esa mujer, a un segundo hombre o más, donde el amor no es la esencia ni
sustancia sublime; por algún interés como: dinero, abandono, celos, envidia, venganza,
ignorancia, enfermedad, soledad, lujuria, soberbia, ira, rencor, gula, egoísmo, desenfreno
sexual, vida alegre.
Es infidelidad hacia ella misma en cuerpo y alma.
La podemos dividir en dos tipos: 1 prostitución por necesidad o profesión y 2 por fornicación.
1 Por necesidad o profesión: las mujeres que venden su cuerpo por dinero o bien material y lo
ejercen en prostíbulos, burdeles, hoteles, moteles, calle, casas y en su casa.
2 Por fornicación: mujeres que tienen relaciones sexuales con hombres no motivadamente por
el dinero como las que están en burdeles, sino aquellas mujeres que padecen de
concupiscencia o lujuria de la carne, avaricia, egoísmo, envidia, que les gusta llevar una vida
alegre y mejor, utilizando los hombres sin importar su estado: soltero, casado, viudo, divorciado,
joven, viejo, rico (no los pobres). Estas mujeres son más dañinas que las que están en los
burdeles.
Siendo estas mujeres casadas, solteras, divorciadas, concubinas, madres solteras, abortadas,
dejadas, abandonadas, plantadas, separadas, apartadas, repudiadas, violadas, ultrajadas,
mancilladas, vejadas.
Entonces, estas relaciones sexuales son ilegales, impuras, infieles, inmorales, que llevan al
adulterio, prostitución y fornicación.
Se concluye que el denominador común de estas relaciones sexuales es la impureza, la
infidelidad, la inmoralidad, el adulterio, la prostitución y la fornicación, por lo tanto:
prostitución = fornicación = adulterio = infidelidad = inmoralidad = impureza.
Es por ello que cuando la mujer se entrega en pensamiento, palabra y cuerpo a un segundo o
más hombres entra en depravación, desnaturalización, perversión, corrupción, vicio,
asquerosidad, suciedad, inmundicia.
Contamina, mancha, infecta, intoxica, transmite, propaga, pega, transfiere, traspasa, endosa,
traslada, cede, introduce elementos extraños: semen, flujos de pene y vagina, sudor, salivas,
gérmenes, bacterias, etc. a hijos, padres, amigos, casa, hogar, oficina, carro, por eso se habla
de depravación, desnaturalización, perversión, corrupción, vicio, asquerosidad, suciedad,
inmundicia.
Entrar en impureza
Cuando una mujer “entrega amor y su cuerpo” a un segundo o más hombres entra en
IMPUREZA e inmundicia (Ver libro Cuestiones Términos Inmundicia).
La impureza de estas mujeres se empieza a evidenciar. La mezcla de partículas y sustancias
extrañas a la carne empieza a ocurrir. La pureza o castidad se empieza a alterar. Hay mancha y
defecto moral. La desnaturalización de la familia por la mezcla de raza se tiene por mala, e
impura por la mezcolanza con extraños.
¿Cuál es la pureza de una mujer que llegue a casarse con un segundo o más?
¿o cohabitar con un segundo o más hombres?
¿Qué tenga hijos de cada uno?.
¿Qué llegue a tener 3, 4, 5, 6 o más hombres?
¿o hijos de cada uno?.
Ninguna, no hay pureza. Porque es una mujer que es la contaminación y la desfloración de
diferentes hombres. ¿Realmente puede ofrecer amor a un hombre?. El amor sólo es posible
en la pureza.
¿A qué hombre le gustan las mujeres usadas por otros?, sólo a los prostitutos y adúlteros,
depravados, pervertidos, enfermos sexuales, infieles, inmorales, fornicadores e impuros.
A qué mujer le gustan los hombres usados por otras?, sólo a las prostitutas y adúlteras,
depravadas, pervertidas, enfermas sexuales, infieles, inmorales, fornicadoras e impuras.
La mujer pura glorifica el alma y cuerpo de su entorno familiar y particular. Si tiene hijos los
lleva a la gloria, a los padres a la honra, a los abuelos al honor, a los hermanos a la progresión,
a los tíos al mérito, a los primos a la consideración, a los nietos al crédito, a las amigas al
prestigio, a los amigos al respeto, a los extraños al cumplido y al marido a la vida.
Por eso Dios la escogió como la madre de su hijo unigénito Jesús y como madre de todos los
humanos. Por eso es la señora, la dama de Dios y del hombre.
Siendo la Virgen María la representación y exaltación, y ejemplo para todas las mujeres.
EL ROL DE LA MUJER
Es muy importante este punto, el rol de la mujer. Las formas y estilos de vida han cambiado
bastante desde los tiempos remotos primitivos y desde Jesús a nuestros días.
En la actualidad el rol de la mujer esta fijado sin ambigüedades.
• Primero: Amar a Dios sobre todas las cosas, la Virgen y los Ángeles,
• Segundo: Amar al hombre,
• tercero: ser madre,
• cuarto: ser pura y
• quinto: ser mantenedora del hogar y familia,
estas son verdades irrefutables ante Dios y los hombres.
La mujer NUNCA podrá hacer las funciones del hombre, como el hombre tampoco podrá hacer
las funciones de la mujer. La mujer es el complemento del hombre, como el hombre es el
complemento de la mujer. No podría subsistir la mujer sola, como tampoco el hombre, si fuera
así, se iría al fin de la humanidad.
“Cuando la mujer ha tratado de igualarse o someter al hombre siempre a salido perdiendo,
porque no esta en su rol.”
El hombre esta hecho para el trabajo fuerte, para la guerra, para la muerte, para someter a la
naturaleza, para crear y amar la familia, el hogar, los hijos.
La mujer esta hecha para los trabajos de formación de los hijos, el hogar y la familia, es la
mantenedora de la casa, del linaje.
El cuidado de la casa, familia, hogar, hijos, marido es una de las empresas más difíciles y una
de las más importantes que tiene mujer alguna. Y es que es trascendental en la vida de la
humanidad, porque sin hogar, hijos, sin marido no hay familia y sin familia no hay célula
fundamental de la sociedad.
Y ocurren casos en que las abandonan en casa de mujeres adulteras, fornicadoras, prostitutas,
infieles, inmorales o impuras; madres solteras, divorciadas, separadas o concubinadas, o
matrimonios con problemas críticos donde las enseñanzas y ejemplos que recibe no son
morales, de virtud, dignidad, decencia, integridad, justicia, y que no le permitirán desarrollar o
perfeccionar las facultades y aptitudes [del niño o adolescente] para su perfecta formación
adulta.
Por tanto, su futuro para la formación de hogar, hijos y familia esta en peligro, son muchos
traumas vividos. ¿Cuál será su futuro?.
Prácticamente, esta sin padre y sin madre, sin hermanos, sin familia, requisitos fundamentales
para la correcta formación de familia. Triste pero cierto.
Esta escrito:
“La mujer está ligada por todo el tiempo de vida de su marido, mas una vez que fallece el
marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero en el Señor. Más feliz será si
permanece así, conforme a mi consejo, pues también creo tener yo el espíritu de Dios.
El varón no debe cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios; mas la mujer es gloria
del varón, pues no procede el varón de la mujer, sino la mujer del varón; ni fue creado el
varón para la mujer, sino la mujer para el varón.
Debe, pues, llevar la mujer la señal de la sujeción por respeto a los ángeles. Pero ni la mujer
sin el varón, ni el varón sin la mujer en el Señor. Porque así como la mujer procede del
varón, así también el varón viene a la existencia por la mujer, y todo viene de Dios.
Someteos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las casadas estén sujetas a sus
maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de
la Iglesia y salvador de su cuerpo. Y como la Iglesia está sujeta a Cristo, así las mujeres a
sus maridos en todo.
Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó
por ella para santificarla, purificándola mediante el lavado del agua con la palabra, a fin de
presentársela a sí gloriosa, sin mancha o arruga o cosa semejante, sino santa e intachable.
Así los maridos deben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer,
a sí mismo se ama, y nadie aborrece jamás su propia carne, sino que la alimenta y la abriga
como Cristo a la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo.
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán dos en
una carne.”
Por lo demás, ame cada uno a su mujer, y ámela como a sí mismo, y la mujer reverencie a
su marido.
Las mujeres estén sometidas a los maridos, como conviene en el Señor. Y vosotros,
maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis duros con ellas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que esto es grato al Señor. Padres, no
provoquéis a ira a vuestros hijos, para que no se hagan pusilánimes < falto de ánimo,
cobardes o tímidos.>.
Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como obedeciendo al Señor y no a los hombres,
teniendo en cuenta que del Señor recibiréis por recompensa la herencia. Servid, pues, al
Señor, Cristo. El que hace injuria recibirá según la injuria que hiciere, que no hay en El
acepción de personas.
Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. “Honra a tu padre y a
tu madre,” como dice el primer mandamiento seguido de promesa: “para que te vaya bien y
tengas larga vida sobre la tierra.”
Y vosotros, padres, no exasperéis <sulfuréis, impacientéis> a vuestros hijos, sino criadlos en
disciplina y en la enseñanza del Señor.“
DESENLACE DE LA MUJER
• Entonces, la pureza lleva a la grandeza.
• La adulteración lleva a la impureza.
• La impureza degenera el linaje, estirpe, raza, casta, descendencia.
• La lujuria lleva a la fornicación.
• La fornicación lleva a la prostitución.
• La prostitución lleva a la depravación y la muerte.