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TALLER, EL ALCIBÍADES DE PLATÓN.

Preguntas.

1 ¿En qué consistía el método Mayeútico utilizado por Sócrates? ¿Cuáles eran sus
momentos?
2. ¿Es importante el conocimiento de sí mismo para el ejercicio de la política?
3. ¿Qué características debe poseer un buen gobernante que quiera llevar a su pueblo a la
prosperidad?
4. ¿Cómo está constituida la naturaleza humana?

En el presente texto, nos dedicaremos a darle respuesta a estos interrogantes planteados en


clase, basándonos en el texto de Platón, titulado “El primer Alcibíades”. Para hacer más
práctica la actividad hemos decidido no desvincular las preguntas, entonces, durante la
lectura, se topará con la respuesta a cada una de ellas.

Para dar inicio, es necesario aclarar que Platón, recopiló de cierta manera los
pensamientos de su maestro Sócrates en este texto, el cual es narrado en forma de dialogo el
encuentro que tuvo Sócrates, con su supuesto alumno estrella, Alcibíades. Platón, se esfuerza
por hacernos entender que él es la representación de la búsqueda de la perfección política,
hasta tal punto de tratar de ir por encima de ella.

Sócrates, después de reconocer el amor que siente por Alcibíades, da inicio a una
discusión, en donde decide utilizar el método mayeútico por lo que tanto es conocido, ya que
se ve en él la necesidad de dar elementos para poder generar solución a las dudas en las que
se encontraba Alcibíades, él mismo no tiene ningún problema en aceptarlo Platón
[CITATION Pla71 \n \t \l 9226 ] realiza una evidencia de ello y se puede encontrar en este
pequeño fragmento del dialogo;

“-Sócrates: ¿Te acuerdas lo que hemos dicho, hablando de la justicia, y en lo que


estamos de acuerdo?
-Alcibíades: Estamos de acuerdo, me parece, en que las acciones justas son
necesariamente honestas.
- Sócrates: Y lo que es bueno ¿es bueno?
1
- Alcibíades: Sí.
- Sócrates: Por lo consiguiente, Alcibíades, todo lo que es justo es útil.
- Alcibíades: Así parece.
- Sócrates: Ten bien presente, que eres tú mismo el que asegura todas estas verdades,
porque yo no hago más que interrogar.” [CITATION Pla71 \p 149 \n \y \t \l 9226 ]

Una vez deja en claro la utilización de su método da, ahora si por iniciada su
estrategia, la cual se puede resumir en dos pasos, o más bien, momentos; la utilización de
preguntas irónicas es el primero de ellos, –y el más largo de los dos– es principalmente
utilizada confundir al interlocutor, contradecirlo para luego hacerlo reconocer su ignorancia,
ahí es donde nace el segundo momento, el interlocutor –Alcibíades– debe aceptar su
ignorancia, para que el locutor –Sócrates– le ayude a encontrar progresivamente las
respuestas del tema, Platón, [CITATION Pla71 \n \t \l 9226 ] luego de narrar durante casi
todo el dialogo el primer momento de la mayéutica, finalizando el texto, además de narrar el
segundo momento, demuestra que este método puede funcionar, ya que Alcibíades logró
responderse a sí mismo la duda que durante el proceso del método se planteó, al igual de que
nos servirá como soporte para poder responder otra pregunta que nos planteamos al iniciar
este texto; ¿Es importante el conocimiento de sí mismo para el ejercicio de la política?;

“-Sócrates: Mi querido Alcibíades, ¿no sucede lo mismo con el alma? Para verse ¿no
debe mirarse en el alma, y en esta parte del alma donde reside toda su virtud, que es la
sabiduría, o en cualquiera otra cosa a la que esta parte del alma se parezca en cierta manera?
-Alcibíades: Así me lo parece.
-Sócrates: ¿Pero podremos encontrar alguna parte del alma, que sea más divina que
aquella en que residen la esencia y la sabiduría?
- Alcibíades: No ciertamente.
- Sócrates: En esta parte del alma, verdaderamente divina, es donde es preciso
mirarse, y contemplar allí todo lo divino, es decir, Dios y la sabiduría, para conocerse a sí
mismo perfectamente.
- Alcibíades: Conocerse a sí mismo es la sabiduría, según hemos convenido.
- Sócrates: Es cierto.
…….
- Alcibíades: Seguramente.

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- Sócrates: Y si no conociésemos lo que está en nosotros, no conoceríamos tampoco
lo que se refiere a las cosas que están en nosotros.
- Alcibíades: Lo confieso.
- Sócrates: Hemos hecho mal. Cuando hemos convenido en que hay gente, que no
conociéndose a sí mismo, conocer lo que está en nosotros, y conocer las cosas que pertenecen
a lo que está en nosotros, están ligados entre sí, son efecto de un solo y mismo arte.
- Alcibíades: Así parece.
- Sócrates: Todo hombre que no conoce las cosas que están en él, no conocerá
tampoco las que pertenecen a otros.
……
-Sócrates: Por lo tanto, mi querido Alcibíades, los Estados para ser dichosos no tienen
necesidad de murallas, ni de buques, ni de arsenales, ni de tropas, ni de grande aparato; la
única cosa de que tienen necesidad para su felicidad es la virtud.
- Alcibíades: Es cierto.
- Sócrates: Y si quieres manejar bien los negocios de la república, es preciso que
imbuyas a tus conciudadanos en la virtud.
-Alcibíades: Estoy persuadido de eso.” [CITATION Pla71 \p "191, 192, 193, 194"
\n \y \t \l 9226 ]

Sócrates, una vez demuestra la falta de capacidades de Alcibíades para ejercer la


política, intenta establecer qué es lo que se necesita para alcanzar el objetivo político buscado
por su alumno, por eso, de cierto modo, intenta enseñarle la equivalencia entre lo bueno, lo
justo y lo útil, y el aspecto que se tocará en este apartado, el conocimiento de sí mismo y su
importancia para el ejercicio de la política.

Más allá de un llamado de prudencia hacia el hambre de poder en medio de la


ingenuidad de Alcibíades, Se puede interpretar ese “conócete a ti mismo” como una
condición para el cuidado de sí, una buena manera de llegar a la virtud, ideal de perfección en
la civilización griega, en donde solo alguien virtuoso puede gobernar con justicia. Platón
[CITATION Pla71 \n \t \l 9226 ] lo deja ver de manera explícita;
“-Sócrates: Lo mismo sucede con todas las ciudades, repúblicas y todos los poderes;
si están privados de la virtud, su ruina es infalible.
-Alcibíades: Imposible de otra manera.

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-Sócrates: Por consiguiente, mi querido Alcibíades, si quieres ser dichoso tú y que lo
sea la república, no es preciso un grande imperio, sino la virtud”. [CITATION Pla71 \p
197 \n \y \t \l 9226 ]

Luego de reconocer esta cualidad del cuidado de sí y de la virtud, existen otras


características a las que, en su debido momento haremos énfasis. Por el momento,
presenciemos características que se deben hacer visibles a la hora de recomendar qué se
necesita para ser un buen gobernante y llevar a su pueblo a la prosperidad, Platón
[CITATION Pla71 \n \t \l 9226 ] narrando el diálogo dirigido por Sócrates propone que los
de gran nacimiento1 deben tener ciertas particularidades para el perfeccionamiento de la
misma virtud, entre estas podemos exponer que la educación es un factor muy necesario a la
hora de conocerse a sí mismo y obtener cualidades para dirigir, dice que hay que saber sobre
los deberes que ha tener un buen rey, sobre la verdad –aunque esté en contra de sí mismo–,
sobre la religión o el culto y también debe ser intrépido ya que si le teme a algo, dice
Sócrates, puede llegar a ser un esclavo. Se pueden comparar estas particularidades con las
que ha de tener un atleta, pensando demás, al igual que los atletas pero en el caso de la
política, debe haber personas que estén totalmente instruidas sobre lo que harán y sobre lo
que han visualizarse, de otro modo deben mezclarse también personas que tomen la
ignorancia como la causante de todos los males.

Otro momento que existe en el texto para dar una aclaración sobre lo que se necesita
para ser buen gobernante es cuando se hace referencia a lo justo y lo honesto, en el proceso
mayéutico Sócrates hace percatar a Alcibíades que al obrar bien se obtiene la dicha y desde
que se encuentre lo justo, lo honesto, el obrar bien y la dicha, se puede decir que el proceso
que estamos llevando es útil, según el dirigente del proceso mayéutico. Podemos notarlo en
este momento del diálogo:

“-Sócrates: No hay nada honesto que sea malo, en tanto que honesto, ni nada de
inhonesto que sea bueno, en tanto que inhonesto.
.
-Alcibíades Así me parece.

-Sócrates: Y obrar bien ¿no es ser dichoso?

-Alcibíades: Sí.

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Refiriéndose a los que nacieron bajo la posibilidad y los recursos para ser gobernantes.

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-Sócrates: Las bellas acciones ¿son siempre buenas?

-Alcibíades: ¿Quién puede negarlo?

-Sócrates: Lo que es honesto y lo que es bueno ¿nos parecen la misma cosa?

-Alcibíades: Es indudable.

-Sócrates: Por consiguiente ¿todo lo que encontremos honesto debemos encontrarlo


bueno?

-Alcibíades: Es de una necesidad absoluta.

-Sócrates: Y ahora, lo que es bueno, ¿es útil ó no lo es?


-Alcibíades: Muy útil.” [CITATION Pla71 \p "147, 148, 149" \l 9226 ]

Entonces, llegando a la conclusión de que lo que es útil trae anticipadamente la


particularidad de ser justo y asemejándolo a los otros términos también es estar arraigado por
la dicha, las buenas obras, el valor y la honestidad, se le puede agregar un penúltimo
elemento que estaría conectado con los anteriores y más aún con el último que
presentaremos, el arte de aconsejar bien, [CITATION Pla71 \p 169 \l 9226 ] para poder
asesorar, porque la mejor prueba de que se sabe bien una cosa, es el estar en posición de
enseñarla á otros. [CITATION Pla71 \p 155 \l 9226 ] Ya que si sabe bien sobre sí mismo y
sobre lo que ocurre habitualmente en su círculo estará bien involucrado en lo que ocurre con
los demás, y no conociendo las cosas pertenecientes a los demás, no puede conocer las del
Estado. [CITATION Pla71 \p 193 \l 9226 ] Entonces, hay que seguir un proceso para poder
obtener las características que debe tener un buen gobernante y para guiarlo a la prosperidad,
finalmente, Sócrates pregunta: Y en un Estado, ¿qué es lo que debe haber ó no haber para que
se halle en la mejor situación posible? A lo que Alcibíades responde: Me parece, Sócrates,
que es preciso que la amistad reine entre los ciudadanos, y que se destierren entre ellos el
odio y la división. No es del todo trabajo del gobernante, debe haber un crecimiento recíproco
para que las cosas en un territorio marchen de buena manera, se puede predecir que sin estas
características tanto del gobernante hacia los gobernados y de los gobernados hacia el
gobernante caería el reino en el peor de los casos, en la misma ruina.

A lo largo de este ejercicio notamos que ha habido mucha injerencia de la razón y que
sin el conocimiento de sí mismo o más allá, de la naturaleza humana, no podemos establecer
el perfeccionamiento del hombre para la política. Se puede entender por naturaleza humana el

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uso de la razón para poder controlar las propias particularidades del hombre, ya que,
contamos con tres conocimientos: conocerse á sí mismo, conocer lo que está en nosotros, y
conocer las cosas que pertenecen á lo que está en nosotros. [CITATION Pla71 \p 192 \l
9226 ] Cuando hablamos de particularidades podemos hacer énfasis en las aptitudes que toma
el hombre frente a la cotidianidad. Sabemos que el alma es donde reside la virtud y que la
virtud tiende a asemejarse la sabiduría y que esta misma ha de estar ligada a la razón, la razón
pues, es la que debe liderar cada cosa que hagamos, es la que debe mantenerse por encima de
nuestras pasiones o nuestras ambiciones, hablando más coloquialmente, de nuestros ánimos y
de nuestra inclinación hacia algún bien en particular. En nuestra naturaleza, hay prioridades
bien y mal instaladas, la idea es que a partir de la razón y del dominio de esta se le pueda dar
lugar a cada una de esas preferencias dejando que se desenvuelvan casualmente pero sin ir
por encima de lo más importante que hay que preservar: la razón.

Ahora bien, podemos concluir que desde la misma naturaleza humana toma relevancia
el conocimiento de sí mismo que es tan importante para el ejercicio de la política, que gracias
a conocernos a nosotros mismos y posteriormente a las cualidades de los demás, tendremos la
posibilidad de ser acreedores de características benéficas para el pueblo y nuestra forma de
ser como gobernantes.

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