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Cédula derecho penal “DELITOS CONTRA LA VIDA, LA INTEGRIDAD

CORPORAL, Y LA SALUD.DELITOS CONTRA LA VIDA HUMANA


INDEPENDIENTE”

Introducción

DELITOS CONTRA LA VIDA HUMANA INDEPENDIENTE.

En el párrafo primero y segundo del título VIII, libro


segundo del Código Penal, “Crímenes y delitos contra las
personas”,se contemplan los delitos de homicidio e
infanticidio respectivamente, y el bien jurídico protegido en
estos delitos es la vida humana independiente, entendida en
un sentido físico-biológico. Se introduce de esta manera el
tema para hacer la diferencia con el bien jurídico protegido
“vida humana dependiente”, bien jurídico que se encuentra
protegido en el delito de aborto, reglamentado por razones
históricas en el párrafo primero del título VII, libro
segundo del Código Penal, “Crímenes y delitos contra el orden
de las familias, la moralidad pública y la integridad
sexual”. En resumen, los delitos contra la vida humana
independiente protegen a las personas, y los delitos contra
la vida humana dependiente resguardan la vida del que está
por nacer.

DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD CORPORAL Y LA SALUD INDIVIDUAL.

La lesiones todo daño o detrimento corporal causado por


una herida, golpe o enfermedad. El epígrafe 3, el título
VIII, libro segundo del Código Penal, regula el delito de
lesiones corporales. Toda lesión supone un daño o detrimento
corporal, una afección a la salud individual. La salud
individual es el “estado en que el ser orgánico ejerce
normalmente todas sus funciones”.

Clasificación de los delitos contra la vida humana.

Delitos contra la vida humana independiente:

a) Homicidio simple (artículo 391 n°2)


b) Homicidio calificado (artículo 391 n°1)

c) Parricidio (artículo 390)

d) Infanticidio (artículo 394)

Delitos contra la vida humana dependiente:

a) Aborto causado por la propia mujer embarazada (artículo


344)

b) Aborto causado por terceros (artículo 342 y 345)

C) Mal llamado cuasidelito de aborto (artículo 343)

Clasificación de las Lesiones.

Lesiones menos graves: es una figura básica y


residual(artículo 399 del Código Penal).

Lesiones simplemente graves: es una figura básica


agravada por la duración de los efectos de la lesión
(artículo 397 N°2del Código Penal).

Lesiones graves-gravísimas: es una figura agravada por


los efectos graves y más o menos permanentes en la vida
futura del lesionado(artículo 397 N°1del Código Penal).

Castración (395), Mutilación de miembro importante (396


inciso 1°) y Mutilación de miembro menos importante
(396 inciso 2°): Son figuras agravadas por la forma de
producir la lesión(cercenar).

Lesiones leves: es una figura privilegiada(artículo 494


N°5 del Código Penal).

Lesiones en contexto de violencia intrafamiliar y


maltrato habitual: Son figuras especiales previstas en
Ley 20.066.
El Homicidio Simple.

EL homicidio simple es una figura residual, consistente


en “matar a otro”, frente a otros delitos que han de
concebirse como especies del mismo.Cada vez que se comete un
infanticidio, un parricidio, un homicidio calificado, se
ejecuta también un homicidio simple, que por ser una figura
genérica, no será empleada en el caso que sean aplicables las
figuras especiales mencionadas precedentemente, cuestión
dilucidada cómodamente en razón al principio de especialidad.

El sujeto activo en este delito, respecto a la comisión


por acción, es un sujeto indiferente. En cambio, si es por
omisión sólo es posible su comisión por quienes ostenten un
especial deber de cuidado, esto es, quienes se encuentren en
posición de garante.

Por su parte el sujeto pasivo se confunde con el objeto


material de este delito, a saber, otro ser humano con vida
independiente, en consecuencia no pueden ser objeto de
homicidio la persona del hechor (actos suicidas) ni los
muertos (cadáver) o los que están por nacer (feto).

Delimitación entre el aborto y el homicidio.


Es preciso analizar el paso de la vida humana
dependiente a la vida de la persona en cuanto tal
(independiente), a fin de resolver el problema de la
delimitación del aborto con el homicidio. El artículo 1° de
la Constitución Política de la República declara que las
personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y les
atribuye, a las persona, el carácter de sujetos de
derecho.Mientras ello no ocurre se trata de la vida del “que
está por nacer”, que es protegida penalmente por medio de la
figura del aborto. Para la doctrina penal moderna y dominante
los términos “nacimiento” y “parto” son sinónimos (expulsión
de la criatura del vientre materno) y tendrá, por tanto, vida
independiente de la madre, el ser que autónomamente tenga
funciones vitales de respiración y circulación sanguínea. En
el presente, carece de importancia que se haya o no cortado
el cordón umbilical o que la criatura no haya sido
completamente expulsada del vientre materno, doctrina que fue
propuesta en virtud del análisis del artículo 74 de Código
Civil, y que en la actualidad se encuentra superada.

El fin de la vida humana.

El sujeto pasivo del homicidio es una persona viva.


Luego la protección penal termina con su muerte. La Muerte se
concibe como la cesación total e irreversible de las
funciones circulatorias y respiratorias. Sin embargo, este
concepto de muerte es insuficiente para los efectos de la Ley
de Trasplantes (Ley 19.451, artículo 11), norma que señala
que se entenderá que se ha producido la muerte de un
paciente, a fin de poder realizar los trasplantes de órganos,
cuando una persona cesa total e irreversiblemente sus
funciones encefálicas y que, además,exista certeza
diagnosticada de la causa de su mal.

La conducta homicida.
El artículo 391 N° 2 del Código penal contempla como
conducta únicamente “el matar a otro” que equivale a
“quitarle la vida” según la RAE.El texto no limita los medios
de comisión del delito.Pueden ser medios físicos, morales, e
incluso la propia víctima, por ejemplo, se induce a una
persona al suicidio o a realizar un acto mortal con que el
autor cuenta y controla.También es plenamente admisible el
homicidio por omisión.

Para que el delito de homicidio se encuentre consumado,


en necesario que se produzca el resultado, es decir, la
muerte del ofendido. En tanto no se produzca el resultado,
estamos ante un delito de homicidio tentado o frustrado.
¿Cómo es posible establecer la relación causal cuando la
muerte del sujeto pasivo no se produce de inmediato?La
solución doctrinaria señala que dicha vinculación debe
efectuarse siguiendo los parámetros de la denominada
imputación objetiva. Esta teoría nos dice que no son
imputables los resultados extraordinarios provenientes de
causas concomitantes y preexistentes, imprevisible y fuera
del control de su autor. Por ejemplo, el que empuja o golpea
levemente a otro, quien cae al suelo producto de su estado de
embriaguez y muere días después producto del TEC que le causa
su caída. Tampoco lo son la creación de riesgos permitidos o
jurídicamente aprobados. Pero el saber especial del autor
elimina el carácter de extraordinario y permite su imputación
a título de homicidio, aunque la acción no aparezca a simple
vista como “matadora” o creadora de un “riesgo mortal”, como
el que propina un leve corte a su víctima conociendo que está
padece de hemofilia.

Intervención de terceros.

El resultado que proviene de la intervención de terceros


o de la propia víctima tampoco es imputable objetivamente al
autor a título de homicidio, pese a que el sujeto activo haya
creado un riesgo jurídicamente desaprobado y mortal, pues ese
riesgo creado por el autor no se realiza en el resultado,
sino en otro muy diferente. Por ejemplo, en el caso que se le
haya propinado una golpiza a la víctima que es atendida y
llevada en ambulancia al hospital, luego la ambulancia choca
y la victima fallece a consecuencia del accidente de
tránsito; o que a la víctima le hayan realizado
intervenciones quirúrgicas no vinculadas con las heridas que
las provocan, y que a propósito de estas intervenciones se
produzca su deceso.

Culpabilidad en el homicidio.

La tesis de Eduardo Novoa (1945) que sostenía que la ley


chilena no exigía un dolo de matar o animus necandi, sino que
sólo bastaba la intención genérica e indeterminada de herir,
golpear o maltratar, atribuyéndose a esa intención todos los
resultados de tales actos, previstos e imprevistos, se
encuentra obsoleta. Se criticaba principalmente por que
eliminaba las diferencias entre homicidio y lesiones en el
plano de la imputación subjetiva, lo que provocaba que estos
delitos fueran calificados por el resultado.

La Tesis moderna soluciona el problema por la vía del


reconocimiento de las figuras del dolo directo y del dolo
eventual. Hoy la mayoría de los autores y la jurisprudencia
acepta que actúa con dolo eventual quien se representa el
resultado mortal pero con indiferencia hacia su producción.
Por tanto, aparece como innecesario apreciar un dolo
específico de matar, y a consecuencia de aquello se excluye
un dolo genérico (intención indeterminada de herir, golpear o
maltratar), pues si el sujeto ni siquiera se representó el
resultado, no podría haber en su conducta ni dolo directo ni
eventual.

El error en el homicidio

El error no esencial en el curso causal no excluye la


punibilidad en el homicidio. Se hace imperioso analizar la
frase descrita precedentemente, con el caso del llamado“Dolo
de Weber”, el cual nos indica que la realización de un acto
posterior a la conducta, generalmente de ocultamiento de la
misma, en la creencia de haber dado muerta a la víctima, la
que sólo fallece producto de ese acto de encubrimiento, se
solucionada del modo que sigue: quien se representa la
posibilidad de sobrevivencia de su víctima y decide
enterrarla de todos modos, responderá por el homicidio doloso
consumado y no por un hecho culposo. Pero si no hay
antecedentes para afirmar un dolo eventual, se debe juzgar el
hecho secundario separadamente del primero. Luego, en nuestro
ordenamiento jurídico, en el segundo caso habrá que aplicarse
la regla del artículo 74 de Código Penal o la del artículo
351 del Código Procesal Penal.

El error en la persona y la aberratio ictus.

EL artículo primero inciso 3° del Código Penal, impone


la pena del delito que se comete “aunque el mal recaiga en
una persona distinta de la que se proponía ofender”. Esta
alusión hace referencia al error en la identidad de la
víctima del delito, pero no manifiesta nada respecto de los
casos de la aberratio ictus o error en el golpe. En la
doctrina y la jurisprudencia, se incluye también el error en
el golpe, considerando este simple hecho como un error
accidental. La solución propuesta por los teóricos es
recurriendo a la distinción entre dolo eventual y culpa
consciente. Los casos prácticos que ejemplifican la aberratio
ictus, son de aquel sujeto que dispara un arma con precisión
y el disparo se desvía por causa ajena a su voluntad (la
interposición de la víctima en la trayectoria de la bala). En
este caso, la muerte de quien no era destinatario sólo será
imputable a título de culpa. Por otra parte, se presenta el
caso del sujeto que dispara un arma con varios tiros a una
persona que se encuentra rodeada de otras, y a consecuencia
de esta acción, muere una de las personas que acompañaba a
aquella cuyos disparos iban dirigidos. En este ejemplo, hay
dolo eventual o de consecuencias necesarias respecto del
homicidio, y tentativa de homicidio respecto de la víctima
originaria.

El Homicidio preterintencional, es una figura creada por


la doctrina,que consiste en tener la intención de lesionar a
otro, sin querer matarlo, pero pudiendo haberse previsto la
posibilidad de provocar su deceso. La tesis dominante, acepta
este tipo de delito una vez probada la falta de dolo
homicida, ya que no puede atribuirse al autor el homicidio a
título doloso sino que sólo culposo. La respuesta a este
problema, se resuelve entendiendo que existe un concurso
ideal de delitos, un solo hecho configura dos hechos
ilícitos, a saber, lesiones dolosas con homicidio culposo,
cuya solución más justa parece ser la manifestada en el
artículo 75 del Código Penal. El inconveniente se suscita en
la determinación de las lesiones dolosas que entran en
concurso don el homicidio culposo, y además, la dificultad
probatorio en cuanto a vislumbrar la ausencia de dolo
homicida del sujeto activo del delito. Las soluciones que
entrega la doctrina son de índole probatoria,y se verá en
cada caso en particular. Así, habrá un concurso ideal del
delito de homicidio culposo con el de lesiones menos graves,
graves, graves gravísimas, etc., cuando el informe forense
pudiese determinar la entidad de las heridas provocada al
occiso, o solo será sancionado el hechor por el delito de
homicidio culposo si las heridas clínicamente diagnosticados
son de una entidad insignificante que pudiesen ser absorbidas
por este delito. En cuanto a la prueba de ausencia de dolo
homicida, es preciso que el tribunal tenga presente factores
concomitante a la perpetración del delito, tales como los
medios empleados para la comisión, la o las partes del cuerpo
donde fueron dirigidas las heridas, el calibre del arma
homicida, las amenazas o manifestaciones hechas a la víctima,
etc.

Itercriminis y concursos.
El Homicidio constituye un delito material o de
resultado por tanto es concebible la figura del delito
frustrado y de la tentativa. El problema se presenta al
determinar desde cuando el autor pone de su parte “todo lo
necesario” para que el delito se consume. La doctrina pone
como ejemplo el caso del que dispara un arma de fuego con
mala puntería y que ni siquiera alcanza a herir a la víctima.
Buena parte de los teóricos considera, en el ejemplo
señalado, que se debiese entender esta conducta como
homicidio tentado, aunque hay otra parte de la doctrina que
considera este hecho frustrado.

Relaciones entre homicidio frustrado, tentado y el


delito de lesiones.

Como se ha dicho el dolo de matar incluye el de


lesionar. Si la intensidad criminal del homicidio es mayor
que la de las lesiones, de manera que éstas pueden verse como
actos meramente acompañantes, anteriores o propiamente
agregados copenados, de aquél, operaria el principio de
consunción.

Pero cuando esa mayor intensidad desaparece en el hecho


concreto, ya no existe consunción y se produce un
resurgimiento de la ley en principio desplazada, cuya propia
entidad no puedes ser copenada con el acto principal.

Casos:

A quiere dar muerte a B. A yerra en el golpe, y B,


aunque no fallece queda ciego.

Un sujeto dispara dos veces a la víctima, con el primer


disparo lo deja ciego, al segundo lo mata.

Relaciones:

1.- Cualquiera que sea la naturaleza de las lesiones


causadas el desistimiento en la tentativa o en la frustración
sólo excluye la punibilidad por el homicidio tentado,
resurgiendo la correspondiente a las lesiones causadas.

2.- También resurgen las lesiones causadas cuando éstas


merezcan una mayor valoración para el legislador que el
homicidio tentado o frustrado, en cuyo caso habrá concurso
ideal entre el homicidio tentado o frustrado y las lesiones
(ejemplo, artículo 397 N°1 del Código Penal).

3.- Pero no hay resurgimiento de lesiones menos graves


(artículo 399 del Código Penal) en relación al homicidio
frustrado o tentado de que se trate.

4.- Respecto de las lesiones simplemente graves, habrá


que estar al grado de desarrollo de éstas y su intensidad
para determinar si pueden o no considerarse como actos
acompañantes copenados del homicidio frustrado o tentado.

Homicidio y uso de armas.

Los artículos 9° y 11 de la Ley 17.798 castiga a los que


poseyeran o portaren armas de fuego sin la autorización o
inscripción de la autoridad competente, con presidio menor en
su grado medio a presidio mayor en su grado mínimo. Si se
pudiere presumir que no están destinadas a alterar el orden
público, atacar las Fuerzas Armadas o a las de Orden y
Seguridad Pública o perpetrar otro delito, se aplicará una
multa de 11 a 57 UTM.

Concursos: Porte o posesión ilegal de armas: delito de


peligro común, su uso en el homicidio implica un concurso
ideal (medio a fin) entre el porte ilegal de arma de fuego y
el homicidio, pues dicho medio es libremente elegido por el
autor y no es inherente a la comisión del homicidio.

No sería aplicable en tal caso la agravante del art. 12


N°20 por infracción del artículo 63 del Código Penal (non bis
in idem)

Tratándose de otro tipo de armas (cortantes o punzantes,


288 bis Código Penal), se entienden absorbidas en su
utilización en el castigo del delito de homicidio.

Concurso de homicidios (múltiples).

Se cometerá un homicidio múltiple, en el caso que un


solo hecho causa la muerte de varias víctimas. Por ejemplo,
se hace explotar una dinamita en una estación de buses que
causa la muerte a varios pasajeros. Es difícil concebir este
hecho de manera aislada, ya que frecuentemente la conducta
descrita en el ejemplo se calificará de terrorista, la cual
conlleva la aplicación de un régimen penal especial. Sin
embrago, si no fuese así (terrorismo), el problema es
determinar si ese mismo hecho se resuelve con la aplicación
del concurso ideal del artículo 75 del Código Penal o con la
acumulación jurídica de delitos de una misma especia que
consagra el artículo351 del Código Procesal Penal. Garrido
Montt, propone que no se considere el medio empleado para la
perpetración del delito, y que ese hecho se razone en una
reiteración de delitos de la misma especia, atendido el
absurdo que se produciría si de aplicase las reglas del
artículo 75 del Código Penal, se beneficiaría a quien causa
varios homicidios de forma estragosa, en oposición a quien da
muerte a varias personas con sus propias manos.

Eutanasia.

El concepto básico de eutanasia es la ayuda que se


presta a una persona gravemente enferma, por su deseo o por
lo menos en atención a su voluntad presunta, para
posibilitarle una muerte humanamente digna en correspondencia
con sus propias convicciones.

En sentido estricto, la eutanasia es la ayuda


suministrada después de que el suceso mortal haya comenzado,
por lo que la muerte está próxima con o sin ayuda. En cambio,
en un sentido amplio, es la colaboración de un tercero a la
muerte de una persona que podría vivir todavía por más
tiempo, pero que quiere poner fin a una vida que le resulta
insoportable por causa de una enfermedad.

En el año 1605 el filósofo y estadista inglés Francis


Bacon emplea el concepto por primera vez (del griego, eu:
bien, tanatos: muerte).

En el Siglo XIX se entendió por eutanasia el acto de


apresurar el proceso de la muerte del que padece una
enfermedad incurable, mediante la aplicación o la omisión de
un tratamiento médico, con el propósito de ahorrar una muerte
dolorosa al paciente que reclama una muerte digna y sin
sufrimiento.

EL problema a esta figura, surge por la falta de una


regulación expresa sobre la materia.Es un tema que desborda
el Derecho Penal y concierne la medicina, filosofía,
teología, afecta a corrientes ideológicas, propagandística y
de opinión.¿Es admisible reconocer circunstancias en que se
puede poner término a la vida de una persona a su ruego?

En las decisiones médicas que se refieren a los medios


de sobrevida artificial, en cuanto a la eutanasia pasiva,
respecto de pacientes en estado terminal “salvo expresa
voluntad del afectado o de quienes puede manifestarla por
él”, no importan una obligación inherente al tratamiento
médico. Así el artículo 23 inciso 3° del Código de Ética del
Colegio Médico de Chile, señala que “ante la inminencia de
una muerte inevitable, es lícito que el médico, en
conciencia, tome la decisión de no aplicar tratamientos que
procuren únicamente una prolongación precaria y penosa de la
existencia”.

El Código de Ética estima conforme a la lexartisla


llamada eutanasia indirecta, esto es, la aceleración de la
muerte del paciente a consecuencia de la administración de
fármacos cuando no siendo posible la curación de la
enfermedad, sí lo es al menos sus penosos o dolorosos
efectos.

Artículo 23 inciso 1 ° del Código de Ética consagra el


derecho a una muerte digna. Además, podría en estos casos
configurar una causal de justificación tal como el ejercicio
legítimo de un derecho.

La eutanasia activa en el derecho comparado.

La eutanasia activa conlleva abreviar la vida de quien


teniendo aún amplias perspectivas de sobrevivencia, no puede,
sin embargo, llevar dicha sobrevivencia dignamente.Se previó
en códigos penales de fines del siglo XIX y XX como una
hipótesis atenuada o privilegiada de homicidio.
En la actualidad el artículo 216 del Código Penal Alemán
y artículo 293 del Código Penal Holandés, la permiten pero
requiere de petición expresa y seria de la víctima. Por otro
parte, el Código Penal Italiano y el noruego consagran el
llamado “homicidio por piedad” que a su vez requiere que se
cause con el solo propósito de poner término a los
sufrimientos del paciente.

El Código Penal Español de 1995 exige, para aplicar una


figura atenuada de homicidio, el propósito del hechor de
poner fin a los padecimientos de la víctima y la súplica de
ésta en tal sentido.

Regulación en Chile.

Al redactarse el Código Penal Chileno, se suprimió la


norma que regulaba el homicidio consentido del modelo de
Código Penal Español de 1848-1850 (artículo 409), ya que el
hecho a juicio de la comisión redactora “constituye un
verdadero homicidio y debe ser castigado como tal”,
argumentando al respecto que los posibles errores de
diagnóstico pudieran conducir a una legislación permisiva.

Homicidio Calificado o Asesinato.

Es una especie agravada de homicidio simple que se


encuentra regulado en el artículo 391 N°1 del Código Penal y
se castiga con presidio mayor en su grado máximo a perpetuo a
quien mate a otro concurriendo las siguientes circunstancias:

1) Con alevosía.
2) Por premio o promesa remuneratoria.
3) Por medio de veneno.
4) Con ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente
el dolor al ofendido.
5) Con premeditación conocida.

1) Con Alevosía.

EL concepto de Alevosía se encuentra descrito en el


artículo 12 N°1 del Código Penal, el cual reza:
“entendiéndose que la hay cuando se obra a traición o sobre
seguro”. Por tanto,implica un aprovechamiento o la creación
de un estado de indefensión de la víctima. Si el sujeto
activo no ha abusado o no se ha aprovechado del estado de
indefensión de la víctima, no concurre esta calificante. Por
ejemplo, un sujeto actúa alevosamente si espera atacar al
momento de encontrarse sólo con la víctima indefensa,
alejando a quienes podrían socorrerla en caso de peligro.

2) Por medio de veneno.

Esta calificante se dice que es una mera especificación de


la alevosía.El veneno como calificante del homicidio no
corresponde a la idea de veneno como medio estragoso del
artículo 12 N°3 del Código Penal, aquí lo que la define es
que se haya administrado en forma insidiosa. En este sentido,
no hay envenenamiento en forzar a la víctima a tomar una
sustancia letal o inyectándole veneno, ya que en nada difiere
dicha conducta de la muerte que se infiere disparándole o
estrangulándola. Lo que se necesita es que la conducta de
suministrar veneno sea malévola y oculta.

3) Con premeditación conocida.

Según la tesis mayoritaria se entiende que procede esta


circunstancia en cuanto se deduzca de una combinación de dos
criterios: El cronológico, que consiste en la persistencia en
el tiempo del ánimo del autor de la decisión de cometer el
delito de homicidio, y del criterio psicológico, que es el
ánimo frío del autor.

Por ende, los requisitos exigidos por los autores son: la


resolución de cometer el delito; un intervalo de tiempo entre
tal resolución y la ejecución del hecho; la persistencia
durante dicho intervalo de la voluntad de matar; la frialdad
y la tranquilidad de ánimo; y para algunos, que esa frialdad
y tranquilad sea conocida, es decir, que se pruebe por una
vía distinta a la confesión.

Se critica esta calificante atendido a que no parece ser


distinta del dolo homicida, por tanto sería superflua en
cuando ella supone un mayor reproche, ya que se encuentra
implícita en la alevosía, el veneno y el premio o recompensa.

4) Por premio o promesa remuneratoria.

Los fundamentos de esta calificante son el carácter vil,


las dificultades de persecución penal y la mayor peligrosidad
que para la comunidad representa la profesionalización del
crimen.En caso que concurra esta calificante en el delito de
homicidio, operaria como un delito de participación
necesaria, por cuanto debe existir un inductor (el que paga
el premio o realiza la promesa) y un inducido (el que ejecuta
el homicidio). Ambos responden a este mismo título, pero no
ya en calidad de partícipes, sino de coautores, ya que tanto
el uno como el otro tienen el dominio del hecho y pueden
decidir sobre su realización o no.

Existe una importante diferencia con la agravante del


artículo 12 N°2 del Código Penal, toda vez que se exige que
aquel premio o promesa debe ser remunerada, esto es avaluable
en dinero. En consecuencia, se excluyen los premios o
promesas afectivas (favores sexuales) o las recompensas
honoríficas, y de cualquier otra índole en que no haya de por
medio un pago en dinero o en otra especie de valor. La
consecuencia lógica de esta exigencia, es evitar el peligro
de la profesionalización del delito.

5) Con ensañamiento.

Consiste en “aumentar inhumana y deliberadamente el dolor


del ofendido” diferenciándose del “lujo de males” a que se
refiere el artículo 12 N°4 del Código Penal, puesto que aquí
es sólo un mal el que interesa, que es el aumento del dolor
del ofendido. Ya que todo homicidio lleva asociado
generalmente cierto dolor, sólo hay un mayor injusto al
producirse sufrimientos innecesarios a la víctima. No
concurre esta calificante con los “ensañamientos en el
cadáver”, la producción de otros males diferentes al dolor,
como la deshonra, o el dolor propio de la ejecución del
delito.

Elemento subjetivo:
Al emplearse la palabra deliberadamente, significa que la
conducta debe realizarse con dolo directo. Por su parte, el
significado de “inhumanamente”, importa crueldad, afán de
hacer sufrir a la víctima innecesariamente o de deleitarse
con sus sufrimientos.

Culpabilidad.

El homicidio calificado requiere de dolo directo. Respecto


del veneno también requiere dolo directo. En caso de que el
sujeto activo negligentemente vierte veneno en el vaso de la
víctima, no habrá homicidio calificado, toda vez que falta la
“alevosía” en la conducta.Tampoco puede darse la calificante
de veneno con dolo eventual,porque es necesario que el autor
conozca que está suministrando insidiosamente a otro una
sustancia que le producirá la muerte, y además, es lo que
desea; ahora pretender atribuir a esa conducta un dolo
eventual, no sería consecuente, por tanto que su aparente
indiferencia moral frente al resultado no es tal, sino una
simple excusa.

Comunicabilidad de las circunstancias.

En el caso de que el homicidio sea cometido por dos o más


sujetos activos, las circunstancias calificantes se
aplicaran, sólo, según lo dispone el artículo 64 del Código
Penal, a aquel o aquellos en quienes concurra la disposición
moral. De no apreciarse la calificante en algún partícipe,
siempre subsistirá la figura básica del homicidio simple para
su sanción. Por tanto, se aplica el homicidio calificado sólo
en quienes la disposición moral (su plus subjetivo) se
encuentre presente.

Concurso de circunstancias.

En el supuesto que se aprecie un concurso de calificantes


con circunstancias genéricas (artículo 12 N° 1 al N° 5 del
Código Penal) será aplicable la regla del artículo 63 del
Código Penal, ya que es imposible considerarlas sin infringir
el principio “non bis in indem”.Si concurren varias
calificantes, de conformidad a este principio, no se pueden
tomar en cuenta dos veces, sólo se considerará homicidio
calificado, eso sí, debiendo apreciarse el mayor “disvalor”
de la conducta al momento de la concreta aplicación de la
pena para efectos del artículo 69 del Código Penal.

El Parricidio.

En los códigos penales de Alemania, Francia y España, la


figura del parricidio ha sido suprimida, constituyendo así un
delito en proceso de extinción de la mayoría de los
ordenamientos jurídicos modernos.

La justificación de la figura del parricidio, en nuestro


país, es el mayor reproche moral por el atentado contra la
propia sangre o de los lazos de confianza mutua supuestamente
derivados del matrimonio o la convivencia.

Los sujetos activos y pasivos en este delito son: el


padre, la madre, el hijo, los ascendientes y descendientes, o
quien es o ha sido su cónyuge o su conviviente. Si la víctima
es o ha sido la cónyuge o la conviviente del autor del
delito, este pasa a denominarse femicidio.

EL Parricidio por omisión, no puede operar, pues el


parentesco es la fuente de la posición de garante y por tanto
de la atribución de ese resultado. Tampoco puede operar,
además, como fuente de agravación, ya que vulneraría el
principio del non bis in idem.

En cuanto a la culpabilidad exigida, es que solo procede


por dolo directo, atendida la expresión “Conociendo las
relaciones que lo ligan”. Por tanto, se descarta el dolo
eventual y culpa.

Participación.

El parricidio es un delito especial impropio, por lo que


los partícipes no mencionados en el artículo 390 del Código
Penal (extraneus), cometerán siempre y únicamente el delito
de homicidio simple o calificado según corresponda. Por su
parte, el pariente del referido artículo (intraneus)
participará de un parricidio o de un homicidio según su
propio grado de participación en el hecho. Por ejemplo, si el
intraneus es cómplice de un extraneus, responde por
homicidio, con la agravante del artículo 13 del código Penal.

FEMICIDIO

hasta hace poco, el femicidio convivía con el parricidio en nuestra


sistema penal, pero en marzo de este año se reforma y pasa a tener
un carácter propio.

Se introduce el articulo 390 bis.- El hombre que matare a una


mujer que es o ha sido su cónyuge o conviviente, o con quien
tiene o ha tenido un hijo en común, será sancionado con la
pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo
calificado.

La misma pena se impondrá al hombre que matare a una mujer en


razón de tener o haber tenido con ella una relación de pareja
de carácter sentimental o sexual sin convivencia.

Artículo 390 ter.- El hombre que matare a una mujer en razón


de su género será sancionado con la pena de presidio mayor en
su grado máximo a presidio perpetuo.
Se considerará que existe razón de género cuando la muerte se
produzca en alguna de las siguientes circunstancias:
1.- Ser consecuencia de la negativa a establecer con el autor
una relación de carácter sentimental o sexual.
2.- Ser consecuencia de que la víctima ejerza o haya ejercido
la prostitución, u otra ocupación u oficio de carácter
sexual.
3.- Haberse cometido el delito tras haber ejercido contra la
víctima cualquier forma de violencia sexual, sin perjuicio de
lo dispuesto en el artículo 372 bis.
4.- Haberse realizado con motivo de la orientación sexual,
identidad de género o expresión de género de la víctima.
5.- Haberse cometido en cualquier tipo de situación en la que
se den circunstancias de manifiesta subordinación por las
relaciones desiguales de poder entre el agresor y la víctima,
o motivada por una evidente intención de discriminación.
Infanticidio.

Esta figura extraña se tipifica en el artículo394 del


Código Penal. Se critica doctrinariamente por ser un
homicidio privilegiado respecto del parricidio, e incluso del
homicidio simple. Su fundamento tiene su origen en el Código
Penal Español de 1848-1850, cuyo bien jurídico que
salvaguardaba, era “el honor de la madre”. Hoy no se
justifica, más allá de afirmar que dentro de las primeras 48
horas la vida humana tiene menos valor.

En cuanto a su tipicidad, los sujetos activos son los


ascendientes de la víctima, es decir, padre o madre y los
demás ascendientes, y el sujeto pasivo, es el descendiente
recién nacido siempre que se le dé muerte dentro de las 48
horas después del parto. Respecto de la conducta, al ser un
homicidio privilegiado, se puede aceptarse un infanticidio
por omisión si con ello se evita la pena del homicidio
calificado.

Por su parte, si participan, intraneus con extraneus, y


al ser una figura privilegiada, el resurgimiento de la figura
básica para los partícipes (extraneus), en la forma de
homicidio calificado se encuentra vedada, porque de otra
forma el privilegio carecería de sentido.

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