Вы находитесь на странице: 1из 6

De escasa presencia mediática, pero audaz a la hora de hacer negocios, el

empresario peruano a logrado conformar un conglomerado, que factura más de


US$2.000 millones anuales, y cuyos nexos lo han llevado a crear fuertes relaciones
con actores locales.

Dioniso Romero Seminario, afamado y próspero hombre de negocios en Perú,


reconocido por su buen olfato y habilidad para encontrar buenas oportunidades, no
transa al defender su bajo perfil, quizás, su bien más preciado.

Con una exposición más bien baja, debido a su escasa figuración mediática, el
estandarte del Grupo Romero -que acaba de cumplir 120 años-, uno de los más
importantes de la nación andina (cuya facturación supera los US$2.000 millones),
sabe lo que hace. Y es que preparación no le falta. No por nada tiene un nutrido
currículo académico, en el que destaca su Máster en Administración de Empresas de
la Universidad de Stanford y un BA en Ciencias Económicas de Pomona College,
California.

Pero donde realmente brillan sus pergaminos, es en el campo empresarial. Dentro de


los directorios en los que esta presente, que por cierto no son pocos, asoma el sillón
que ocupa en la presidencia del Banco Crédito del Perú (BCP), del cual también es el
principal controlador. Es además, presidente del directorio de Credicorp Ltda., cargo
que desempeña desde agosto de 1995, y presidente de Atlantic Security Holding
Corporation, Gran Cayman.

Además, es presidente del Banco de Crédito de Bolivia, presidente del Grupo Crédito y
de las Subsidiarias del BCP, vicepresidente de Pacífico Peruano Suiza y director del
Banco de Crédito e Inversiones en Chile. En este última entidad financiera, destaca su
amistad con la familia Yarur, controladora del Bci.

Quizás por su formación anglosajona, es en extremo reservado y analítico. Ergo, sus


observaciones y apariciones públicas, no dejan de tener relevancia. En este sentido,
su venida a Chile el año recién pasado, invitado por la Cámara Chileno
Norteamericana de Comercio, causo más de algún comentario.

En aquella oportunidad, el empresario manifestó, haciendo gala de sus conocimientos


y previendo lo que ocurriría en el futuro, que "me temo, y cada vez me pongo más
pesimista, de que puede venir una recesión o que la tasa de crecimiento de Estados
Unidos puede bajar muy cerca del 1% ó 0%. Yo no creía esto hace unos seis u ocho
meses atrás".
Situación que para el empresario peruano es más que sensible, si se considera que
Estados Unidos es el mayor destino de las exportaciones de Perú, concentrando entre
enero y diciembre de 2007, el 19% de los envíos totales del país sudamericano. "Si
deja de crecer Estados Unidos (...) creo que al Perú le puede costar 2% ó 3% del
crecimiento en el producto bruto", aseguró el propietario del BCP, la mayor institución
financiera, junto al conglomerado Credicorp, ambas controladas por el grupo Romero.

Negocios y Amistades

Sin embargo, Romero ha sabido hacer bien su tarea. Y es que el grupo que logró
consolidar, actualmente participa a través de sus filiales en diversos rubros
económicos de Perú, entre ellos el retail, donde controla diversos centros comerciales
en las principales ciudades del vecino país, donde Plaza del Sol, se posiciona dentro
de los más importantes. De hecho, por medio de este rubro, ha logrado desarrollar
vínculos con las familias Said-Abumohor, con las cuales, a través de una sociedad con
Parque Arauco, se encuentra desarrollando algunos proyectos inmobiliarios en la
nación incaica.

Pero ello claramente no es todo, ya que Romero posee al mismo tiempo diversos
negocios, donde destacan aquellos relacionados con la minería, telecomunicaciones,
construcción, energía, combustibles y el negocio portuario, donde también mantiene
vínculos con empresarios chilenos. Entre estos destacan los controladores del grupo
Ultramar, administrado por la familia Von Appen, al igual que la petrolera estatal Enap,
a través de su sociedad Primax.

Alicorp principal brazo de distribución del consumo masivo del país andino, y que por
cierto, está guiada en la gerencia general por su hijo homónimo, es una de las
sociedades más importantes para el empresario, esto por la impronta que ha
dispuesto, en la continuidad de la misma, y que guió hasta el 2001, año en que
Romero le entregó la dirección a su hijo.

Otros de los negocios que tiene especial importancia para el empresario peruano, es
el Banco Crédito del Perú. Es en esta actividad es donde al parecer, Romero se siente
más a gusto y se maneja a sus anchas.

Cabe mencionar que este rubro es el que lo liga hace más de una década a nuestro
país. Esto, por cuanto desde la génesis del acuerdo de cooperación entre el Bci y BCP
en 1995, mantiene un sillón en el directorio del banco de capitales chilenos. Aunque,
eso si, con un porcentaje de acciones que bordea el 3%.

Lo mismo ocurre con su par Luis Enrique Yarur, quien ocupa un sillón en el banco
ligado a Romero. De esto se deduce que ambos se frecuenten un par de veces en el
año, encuentros que por cierto, son casi imperceptibles para el entorno.

Lo anterior es solo una de las aristas más conocidas del empresario, puesto que,
como buen hombre de negocios, sus horizontes son en extremo amplios, razón por la
cual su grupo ingresaría al rubro de la producción de biocombustibles, a través de su
matriz Agroenergía, que según diversos medios del vecino país, entraría en operación
en 2009.

En este mismo sentido, Romero comentó en su última visita a Chile, que “el potencial
energético del Perú es envidiable, porque si va continuar la producción sustitutoria de
la energía del petróleo, hay capacidad y oportunidad para tener energía proveniente
de biocombustibles, en grandes extensiones del Perú, que se pueden destinar para
producir etanol”, y agregó que su grupo empresarial tiene dos proyectos de siembras
para producir biocombustibles, además de una planta de producción a partir de esta
fuente energética.

Entrevista a Dionisio Romero


Paoletti, presidente de Credicorp:
"Cometí todos los errores habidos y
por haber"
En su primera entrevista presencial a un diario, el sucesor del Grupo Romero y cabeza de
Credicorp se sincera sobre su estilo de liderazgo y su proceso de aprendizaje

Sábado 30 de octubre de 2010 - 09:19 am16 comentarios


Llegó a Nueva York de improviso y con nuevo ‘look’ para celebrar con un campanazo los
15 años de Credicorp en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE). Sorprendió con una
elocuencia desconocida en él, como de quien –aparentemente– ha atravesado un intenso
programa de ‘media training’. Dionisio Romero Paoletti, también conocido como Dioni o
DRP, es ahora el timonel del principal holding financiero del país, aunque él diga con
modestia que es solo el eslabón entre el directorio y la gerencia.
¿En qué sentido ha madurado Credicorp durante estos tres lustros en NYSE?
Debo confesar que se me hace difícil hablar sobre un proceso que no he liderado, aunque
haya sido parte de él. En retrospectiva, no he tenido la visión con la que uno cuenta
cuando está de presidente o gerente general, sino una parcial por conocer algunos
negocios. Habiendo dicho eso, creo que el proceso de maduración ha estado enfocado
principalmente en encontrar sinergias dentro del holding. Por ejemplo, el haber salido
como un todo a NYSE nos permite levantar capital si quisiéramos, aunque no lo hemos
hecho, o emitir deuda a un menor costo, cosa que sí hemos hecho. Esta búsqueda de
sinergias a veces se toma como algo sencillo, pero es un proceso bien complicado y que
demora. Además, con los vaivenes de nuestra economía uno a veces pierde el enfoque y
se distrae por otro tipo de problemas.
¿Cómo les ha ido con esto?
En los últimos dos años, le hemos estado sacando el jugo a la corporación, no solo
emitiendo nuevamente deuda con buenos resultados en el extranjero y localmente, sino
haciendo que los equipos de personas trabajen de manera conjunta. Quizá el cambio más
notorio ha sido en Pacífico, que era un satélite y ahora está plenamente integrado. No solo
compartimos la misma cultura corporativa, sino que manejamos los riesgos y velamos por
el ahorro de nuestros clientes de manera integrada. Seguimos las mismas buenas
prácticas, pues sabemos que el buen manejo del riesgo determinará nuestros resultados a
largo plazo.

Asumes el cargo cuando el negocio bancario es blanco de severas críticas. ¿Te


sientes parte de una transformación que quizá termine revalorizando la relación
entre el banco y su cliente?
A la banca peruana no le pasó lo mismo que a las instituciones financieras de otros países,
pues demostró ser muy sólida. La mecánica de empaquetar deuda hipotecaria y luego
venderla y eliminarla de tus balances no se dio en el Perú ni estuvo cerca. En nuestro
caso, los balances reflejan en gran medida los créditos que damos. Ahora, con esto no
quiero decir que es lo único o lo mejor que se debe hacer, porque sí creo que en algún
punto, bastante más adelante, sí va a ser necesario para la banca en el Perú que parte de
los créditos sea empaquetado y ‘securitizado’. Pero hay formas de hacerlo sin perder el
control.
Credicorp tiene cuatro columnas (banca, seguros, AFP y banca de inversión). ¿Se
animará por una quinta?
Nunca está cerrada esa posibilidad. Lo que queremos es estar en todos los negocios
financieros que tengan potencial en el mediano y largo plazo. Por ejemplo, en
microfinanzas el BCP ya atendía a la parte superior de la pirámide y con la compra de
Edyficar llegamos a la base, pero hay un gran segmento intermedio en el que Mibanco, por
ejemplo, es muy fuerte. Ahí hay todo un mundo en el que creo que no estamos muy bien.
Por ello, estamos estudiándolo y vamos a ver qué hacemos. Ese mismo análisis lo
estamos haciendo para banca de consumo, corporativa, etc.
¿Cuando un inversionista aquí en NYSE ve el símbolo BAP (que representa a
Credicorp) en la pantalla, qué esperan que perciba?
Lo primero: una inversión líquida en el Perú. Y no solo eso, sino un reflejo del riesgo Perú.
Lo que ve ese inversionista es la acción de una corporación básicamente ligada al país –
aunque tiene algunas operaciones de banca ‘offshore’ y en Bolivia–, enfocada
principalmente en el área financiera, que es el corazón de la economía, y con una
participación de mercado que bordea el 30%. Ese señor está haciendo entonces una
apuesta por el país, pero también una apuesta por la calidad de nuestra gestión, en la que
también tenemos mucho valor que mostrar.
Solo ustedes y Buenaventura cotizan aquí en NYSE. ¿Por qué no han venido más
empresas peruanas?
Estar en NYSE o en la bolsa de Londres no necesariamente es bueno para todas las
compañías. Sí es complicado, pues exige mayor rigor no solo en cómo lleva uno sus
estados financieros, sino en cómo informa al mercado. Pero, aun así, es beneficioso para
las empresas que tienen cierto tamaño y que requieren estar en una bolsa grande y líquida
para tener un reflejo de su performance y así levantar grandes cantidades cuando se
necesiten. Si no se tiene ese tamaño o esos requerimientos de fondeo, tal vez no vale la
pena estar hoy en NYSE. Ahora, a medida que el país y las firmas crezcan, va a llegar un
punto en que el nivel de palanca financiera alcanzará ciertos límites, ya sea por los
balances de las empresas mismas o por tener estas proyectos de tal envergadura que ya
no puedan ser financiados solo por la banca. No sé cuál límite se alcance primero, pero,
cuando ello ocurra, se empezará a ver a más empresas peruanas listando tanto en NYSE
como en Lima.
¿Qué valoras en la gente que sostiene tu organización?
Muchas cosas. Primero, es gente muy capaz, que conoce muy bien sus negocios y que en
varios casos ha salido de la cantera del BCP. Lo que destaco en ellos es que están
demostrando que tienen ideas para hacer crecer lo que se les ha encomendado y no solo
mantenerlo. Por nuestro tamaño, en algunos ámbitos como banca corporativa o depósitos
CTS, en los que tenemos cerca del 40% de participación, es difícil pedir crecimientos
sustanciales. Pero, aun así, recibo constantemente ideas muy interesantes sobre cómo
defender nuestra participación, hacerla más rentable o mejorar el servicio al cliente para
retenerlo. Pero, aun con todo ello, sí confío en que seguiremos creciendo con solidez,
pues la bancarización en el Perú es todavía muy baja y allí hay un enorme potencial por
aprovechar.
¿Qué es lo que te caracteriza como líder?
Esa es una pregunta que debería responder alguien más. A ver… [pausa extensa]. La
cultura de las organizaciones que lidero, y con la cual estoy sumamente de acuerdo, es la
de empoderar a los gerentes. Es casi imposible que sea de otra manera por la dispersión
organizacional de Credicorp –al igual que la del Grupo Romero, aunque este en su
conjunto es menor que Credicorp–. Esta hace necesario delegar responsabilidades. Yo no
pretendo ser omnipresente ni saber más de banca que Walter Bayly. Con el talento que
tiene Credicorp, ¿qué haría yo diciéndoles cómo hacer su trabajo? Mi posición, entonces,
es ser el eslabón entre el directorio y la gerencia, y filtrar y liderar los conceptos y
estrategias más importantes. Doy y recibo retroalimentación constantemente, para saber si
todos estamos alineados. Ahora, esto de ser presidente del directorio es complicado,
porque no se ven los resultados inmediatamente. Cuando se mete la pata, los problemas
pueden aflorar recién en el mediano plazo. Por eso es importante consultar las cosas. Yo
no me creo dueño de la verdad.
Has estudiado aquí, en Estados Unidos, en las universidades de Brown y Stanford,
pero también has pasado por varios negocios del grupo Romero. ¿En dónde
aprendiste más y por qué?
Uno aprende diferentes cosas en diferentes lados. Pero recuerdo con nostalgia cuando
trabajé en una empresa muy pequeña del grupo Romero que se llamaba Interamérica de
Comercio. Esta hacía muchísimas cosas: distribuíamos automóviles en el norte del país,
electrodomésticos, materiales de construcción, tuvimos una franquicia de Monterey en su
momento y otras cosas más que ni me acuerdo. Y ahí cometí todos los errores habidos y
por haber. Luego, a uno le enseñan en la maestría las cosas que no debe hacer y yo las
había hecho todas. Pero cuando me acuerdo de ello, sonrío: fue una empresa pequeña y
un aprendizaje en campo muy importante. Y, después, liderar al grupo Romero ha sido
algo totalmente distinto, un aprendizaje quizá más sutil, más conceptual, difícil de
transmitir. Son distintas formas de aprender, pero creo que he aprovechado todas.
EL PERFIL
Nombre: Dionisio Romero Paoletti.
Cargo: Presidente del directorio de Credicorp.
Estudios: Economía en la Universidad de Brown y MBA en la Universidad de Stanford.
Edad: 45 años.

Вам также может понравиться