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INTRODUCCIÓN
La historia de América ha sido un largo recorrido por las glorias y triunfos, por las tragedias,
batallas e ilusiones de quienes han escrito esas líneas. Pensar en la construcción de un ideal
americano, quizá utópico, pero que es el motor que genera una fuerza interior en todo aquel que
Los delicados hilos de esta historia no comienzan en 1492 cuando las naves españolas, en
asombroso, maravilloso pero incalculablemente rico en todo sentido y que más tarde le llamaran
negociantes…, sí, hombres que con la propia historia sobre sus hombros optaron por el bronce
otorgado en las batallas contradictorias pero que en determinado momento marcaron los caminos
La existencia de este vasto territorio ya tenía vida mucho antes de que los abanderados de la
“civilización” llegaran a destruir la magnificencia de una cultura edificada desde lo propio y con
una identidad forjada en lo distinto. Tenían unas formas de vida, cultura, lenguaje y escritura que
les eran suyos, edificados sobre la experiencia del acontecer cotidiano que no era otra cosa que
su civilización.
Una de las formas más evidentes de la expresión cultural fue su escritura, conocida como la
literatura precolombina donde se encontraban obras de la cultura Maya como “los anales de los
Cakchiqueles”, “el Chilam balam”, “Rabinal Achí” y el “Popol Vhu”, de los Aztecas como
relatos, una mezcla de realidad y ficción, cuentan cómo se originaron sus dioses y hombres, el
relación entre el ser humano y la naturaleza, el establecimiento de las jerarquías que distinguían
las labores humanas y divinas. Esto, en definitiva delineaba las esencias de lo que era América
poder que era el anhelo de una gloria diluida en las sombras de un pasado irrecuperable.
Pero el panorama cambió, llegó el día, aquel tan inesperado momento en que las naves de
Colón pisaron tierras Americanas y que emprendieron “su más violenta y sanguinaria cruzada
conquista que desarrollo nuevos sistemas impositivos en nombre de una bandera que tenía como
insignia la palabra “civilización” y como estandarte las bayonetas de una guerra que era ajena a
Apareció la figura de un ser divino engrandecido hasta hacerlo participe del Olimpo de los
dioses: Europa, alimentada por una historia mentirosa que fingía su condición humana y que no
nos permitía recordar que se podía ser humano con ideales altos, una historia solapada llena de
rezos, salmos y te deum que ocultaron de ella su verdadero rostro entre las personas de un pueblo
sediento de una tierra propia y no una América arrendada, arrebatada por la fuerza por unos
hasta hacernos sentir ajenos, extraños y extranjeros en nuestra propia patria y, que en el colmo
del cinismo pensaron que “el descubrimiento y colonización de América se llevó a cabo de
pasajero, de una ilusión desdibujada por el mas craso de los verdugos, por una inhumanidad tan
cercana “como la del golfo Pizarro ante el indio Atahualpa”[ CITATION Osp03 \l 9226 ] a la que
seguimos erigiendo estatuas de falsedad en un mundo que vive en las apariencias y reposa sobre
los supuestos del odio y la exclusión, porque nuestro orden, el heredado del anciano esquizoide,
la comunicación de la historia de una raza, América, y darnos la oportunidad de ver a los que no
una misma, frágil, divida, rica, diversa, alegre, jocosa y trágica especie, de una misma
Nuestros países, vivían y viven una realidad mucho más compleja y difícil que la de aquel
anciano loco, Europa; aquí se había asumido desde el comienzo el desafío de las fusiones, pero al
mismo tiempo se presenciaba la dificultad humana de que culturas distintas se entendían y seres
humanos distintos convivían. Una interesante mezcla donde no se tenían pretensiones de pureza
humanidad de toda nuestra cultura, que infundió con el sello propio de América lo que significa
ser hermanos, lo complejo que era la unidad y lo importante que es sentirse de aquí, de nuestra
tierra mestiza.
La vastedad del territorio americano solo es comparable con el desbordado espacio utópico
que América ha cifrado a través de la historia. Desde el sueño del libertador que encontró su
paraíso en estas tierras y que se ha constituido en el lugar onírico o real de los más quiméricos
proyectos y de las más fecundas ambiciones de occidente y, sin embargo, ya es hora que
América, que siempre ha estado en función de un centro externo, Europa, empiece a soñarse a sí
misma, o mejor, a pensarse a sí misma, reconociendo milimétricamente su pasado milenario
hasta lo más presente de su historia, como unidad de salvar los profundos quiebres y
Ospina en una reflexión profunda sobre lo que significa pertenecer a América: “¿qué otra cosa
podemos pedirle al futuro, sino que nos hagamos dignos de la antigua y misteriosa condición
humana, dignos del planeta que compartimos todos, dignos de su belleza y sus dones?” [CITATION
Osp00 \p 265 \l 9226 ] Y yo pregunto: ¿Cuándo seremos dignos de la América grande, bella y
Colombia, una nación que comparte con el continente una historia común de violencia,
persecución y saqueos. Ella repite los modelos sociales, culturales y religiosos que le impusieron
a su progenitora y que en el devenir histórico ha emprendido una lucha por cambiarlos pero que,
por más antagónico que suene, están enraizados en sus entrañas y por eso es hija de América y
heredera de un conflicto que no le es suyo en esencia, que no le pertenece pero que sus vetustos
colonizadores le transmitieron en esa mezcla que no deja de ser gloriosa porque es justo ahí
donde está la grandeza de esta tierra, esta Colombia y “¡Estos hijos de nuestra América, que ha
A partir de este tejido se presentaran dos obras que ayudaran a adentrarnos en la reflexión y
tomar elementos de análisis de nuestra realidad Colombiana. Son “Manuela” de Eugenio Díaz
Castro y la Virgen de los Sicarios de Fernando Vallejo, serán estas dos las que nos adentraran en
el panorama y propiciaran una radiografía histórica de lo que somos y heredamos como Nación.
Es en esta dinámica donde se presentara una reflexión sobre lo que significa ser Latinoamericano
y colombiano, en clave de recuperar una identidad desdibujada por la novedad de lo extranjero,
La importancia de esta deliberación radica en que se desea generar una inquietud que ayude a
retomar lo propio, a develarle al mundo que esta tierra, que en otros tiempos fue desconocida y
esclavizada, tiene mucho que aportarle en materia de ciencia, arte y literatura; que si Europa es
reconocida por las grandes escuelas filosóficas y científicas, por autores eximios como Kant,
Hegel, Wittgestein, Rousseau, Nietzsche, Víctor Hugo… América es exaltada por aquellos que
en sus letras plasmaron la vida de un continente rico, diverso y mestizo como lo fue un Juan
Rulto, Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Gabriel García e incontables que nos hacen soñar con su
escritura y enriquecen la ciencia con su sabiduría y que nos hacen sentir orgullosos de ser de
aquí.
Este se construye con argumentos y con el ejercicio introspectivo que hace de estos dos
política se cuestione y gire en torno al bien común y a la edificación de una sociedad más justa,
igual y diversa. Pero queda una cuestión que es de vital importancia resolver ¿Cuál es nuestra
identidad?, ¿la que tenemos es propia o impuesta? Y ¿Cuál es la identidad que se desea construir
para el futuro?
EUROPA: PRESUNCION O LOCURA
De Europa es mucho lo que se puede decir, pero para el estudio sistemático, centraremos
énfasis en el concepto de mercado ya que es este el que arrojara muchos de los elementos que
darán luz acerca de las estructuras económicas y políticas que dirigieron el timón de su historia y
que en sus lógicas violentaría a naciones, sacándoles el mayor de los provechos, porque actuaban
en su propia ley.
De la gloria del imperio romano sólo quedaban las ruinas de un solitario santuario habitado
por la nostalgia de una inquieta ansiedad por recuperar dicho esplendor. Este a lo largo de su
historia había sufrido transformaciones profundas, que en palabras de José Luis Romero,
sumaba las invasiones bárbaras y el contacto musulmán darían la estocada final para que el
todo acceso a la región mediterránea, lo que significó una muerte temporal al sistema de
mercado.
Este traspié mercantil significo una metamorfosis en la vida urbana, que decayó totalmente,
convirtiéndose la vida rural en el sólido fundamento de esta nueva forma de sociedad. Con el
pasar del tiempo, esta comunidad, dio marcha a la formación de la sociedad cristiano feudal, que
para el siglo XI ya estaba densamente constituida. Este sistema se vio asediado por nuevos
enemigos que, poco a poco, y con violencia, permitían una recuperación en la actividad del
inmersas en este contexto, promovieron sangrientas luchas en nombre de la religión y que sin
querer abrieron grandes caminos al comercio entre oriente y occidente. Los reinos cristianos, al
reactivar tal actividad por el Mediterráneo, generaron una intensa actividad no solo en materia de
reliquias y objetos sagrados sino también en función de enseres para la vida diaria como lo era la
sal, el vino, el aceite, las pieles, la madera y la cera; contribuyendo de ese modo al
Ahora la pregunta es ¿Quién administraría todo esto?, la respuesta no se hizo esperar. Ante las
riquezas obtenidas, se comenzó a gestar una nueva clase social, la burguesía, que ordenaría las
leyes y daría las medidas para que el comercio funcionara de manera adecuada; que en materia
social implantarían la novedad a nivel cultural, político, social y por supuesto, comercial. Como
[CITATION Rom99 \p 6 \l 9226 ] “innumerables aglutinaciones, pequeñas acaso, pero pujantes, aparecieron
esparcidas por los campos, a las orillas del rio o del mar, sobre el borde o en el cruce de los caminos, al lado de las
murallas de una abadía o un castillo. También despertaron muchas ciudades adormecidas, poblándose y sumándose
De esta manera la cuidad se convirtió en el escenario propicio para entablar las relaciones
comerciales y las plazas fueron el lugar adecuado para establecer dialogo, intercambiar
opiniones, investigar sobre modos de vida ajenos a los suyos, crear normas, delinear proyectos y
pensar sistemáticamente la manera de expandirse fuera de los límites de sus aldeas para
conquistar nuevos territorios y adquirir nuevas dividendos con el ejercicio sutil del mercadeo,
por ello, “uno de esos provechos pudo ser y lo fue, el de sobre pasar los límites del mercado
pensamiento de este continente en la historia que, de aquí en adelante, trazaría en las blancas
páginas del libro de la vida. Pensamiento que se convirtió en la manía eurocentrista de creerse el
ombligo de la tierra, los dueños y señores de todo lo que se encontraran a su paso y lo que no se
vida de sociedades con costumbres totalmente ajenas a sus viciosas maneras de vivir.
Europa o el paraíso de los locos, como lo llama Germán Arciniegas [ CITATION Arc50 \l 9226 ],
coloca como antífona de su cantico el “divide y vencerás” heredado de los romanos y que
practicaron al pie de la letra a la hora de arrebatar tierras que no le pertenecían, como lo hizo
España, la madre católica, que en nombre de su Dios asesinó y mató, no solo físicamente sino
también las formas culturales más arraigadas de una gran nación que se llama América. Y su
cometido fue muy claro “que el pueblo no tenga tiempo de escuchar ni pensar, para que no
advierta de la dura situación en la que se encuentra puede tener remedio; ocupar el cuerpo y
Una iglesia que se apoderó de las franquicias del conocimiento y se corono así misma como el
centro de la humanidad, donde, fuera de ella no había otra cosa que barbaros, incultos y seres
extraños sin alma y que fue tan presumida que para alcanzar la altura que no tenía conquisto y
pretendió incrustar sistemas y jerarquías que ni en América ni en ninguna otra cultura que no
muchos aspectos provenientes de Europa, pero al tiempo es una gran generadora y gestora de
nuevos caminos en los procesos sociales, culturales políticos, económicos y académicos del
Sería una necedad decir que América tiene esplendor solo por el legado que Europa dejó
sobre sus hombros; si bien dejo muchos aspectos que influenciaron de manera positiva, se puede
afirmar también, que implantó en lo más profundo de la nación americana un conflicto que no le
pertenecía, que le era ajeno, distinto y que vivió subyugado por un reino extranjero que extirpó
de sus entrañas las más significativas riquezas a fuerza de violencia, dominación y conquista.
senados y las academias sino en la arena de las batallas sangrientas. Expansiones acosta de vidas
movimiento político; llegó hasta el extremo del fanatismo que, sus ideales, los convirtió en la
tiempos antiguos seria casi una herejía decir que el nuevo continente ofrece aportes significativos
al anciano loco; pero la historia cambio, no en un golpe de suerte, sino en un proceso cultural,
social, político y académico que demostró lo contrario. Nuestra gran nación tiene una influencia
en el decrepito continente ya que en un nivel indiscutible antes de que se establecieran las
colonias “la ciencia no pudo llegar a ninguna conclusión positiva sobre la estructura del
Antes de la revelación de nuestro continente, en Europa, todo era ficción, novela, meros
relatos, con ella, se inicia la era moderna tanto científica como filosófica, resignificádolas y
dándoles nuevo sentido, haciendo que el otro mundo llegue a su nueva dimensión. América es la
realización de un sueño que Europa no pudo: una transformación de la visión del mundo, que
Si América ha sido el crisol donde se han fundido las más grandes ilusiones del hombre, si de América han
partido los fundamentos de la filosofía política que transformó al mundo, si con esos elementos se han cambiado las
bases del pensamiento europeo, no queda implicada en estas afirmaciones la exclusión del aporte hombre
y que al fin de cuentas es aquí donde el paisaje, onírico para un continente, se hace realidad y
vida en la evolución de un paradigma que parecía inquebrantable pero que el sueño de unos
pocos, con pretensiones impositivas, descubrió al mundo la gran maravilla: América latina.
COLOMBIA HIJA DE AMERICA Y HEREDEDRA DE UN CONFLICTO
descendiente de esta, se propone una mirada a las obras de Manuela de Eugenio Díaz [ CITATION
Dia03 \l 9226 ] y la virgen de los sicarios del escritor Fernando Vallejo [ CITATION Val06 \l 9226 ]
con el fin de esbozar a nivel histórico, social, político, cultural y religioso muchas de las
La historia de Colombia ha sido y será contada de muchas maneras, Manuela es una de esas
historia. Ella es un fiel reflejo de lo que somos ahora y de lo que constituye nuestro futuro como
La novela es una representación pintoresca pero a la vez una construcción de las modalidades
del espíritu de la época: un realismo sano pero ingenuo, al lado de una trama, en el sentido
Ricoueriano, donde se hace reminiscencia de la vida política de aquel tiempo y donde se cuenta
no cualquier historia sino la propia, la nuestra. Esta es una exposición cruda del problema social
que se vivía, donde la explotación a la clase humilde y desvalida era promovida por los
pisoteado y violentado por los herederos de una hidalgía[ CITATION Rom99 \l 9226 ] ficticia o quizá
por el embotamiento de una libertad otorgada a quien no sabía qué hacer con ella y que, por
consiguiente, optó por el camino del abuso y del maltrato; Manuela es el referente de la
reciedumbre, una mujer decidida, de principios y que reconocía de cualquier manera su origen:
ser mestiza, lo cual le recuerda a Don Demóstenes, otro de los personajes de este relato, en uno
de los pasajes donde sostiene un dialogo profundo acerca de la igualdad, donde el primero hace
una comparación de nuestra tierra con Estados Unidos a lo cual ella con una contundente
respuesta coloca en alto lo que significa ser mestizo: “nosotros, Señor don Demóstenes, no
A esta profunda introspección que el personaje de nuestra historia nos adentra es necesario
huida del ilustre Señor Don Demóstenes, quien siendo un letrado e instruido en las leyes e
historia de nuestro país y que va a la parroquia con las intenciones perversas de civilizar
intelectualismo que a la hora de la verdad se queda en meras categorías inteligibles y que se hace
estéril a la hora de proponer una solución eficaz a las problemáticas que aquejaban a la parroquia
Su huida es un fiel reflejo que en nuestra sociedad no caben otras categorías distintas a las
a la hora de la verdad es una imposibilidad de proponer unas vías de solución al eterno conflicto
muerte de Manuela, la protagonista de una historia que se hizo pueblo, que se entregó a la causa
de la liberación de una nación, que soportó con la perseverancia de un héroe las injusticias y
abusos de unos pocos que ostentaban del poder, que corrió el riesgo de llevar en alto la bandera
de la igualdad y la libertad; que al fin de cuentas nos recuerda lo necesario que es vivir por una
permaneció en el recuerdo de una población entera pero que representa el fracaso de un pueblo
que sigue cometiéndolos mismo errores con el correr del tiempo y que repite casi como una
fórmula matemática la sentencia que se hace vida en nuestros lugares, la cual Manuela intento de
evadir, pero que el hecho natural de la muerte interrumpió, un fracaso que se quiera o no
anónima de que “pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” pero no nos
La historia del conflicto en Colombia ha sido uno de los procesos más largos, lentos y crueles
del continente americano, parece que la violencia, el dolor y la muerte se convirtieron en uno de
nosotros, haciendo parte de nuestro cotidiano vivir. Por ello, en consonancia con la obra
anteriormente analizada y que mostró un contexto, época específica y que muestra que las
dificultades siguen siendo las mimas que Eugenio Díaz describe en una época muy diversa,
aparece La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo, esta ilustra de una manera detallada el
conflicto en Colombia, sus causas, efectos, sus ires y venires en el desarrollo de un país donde se
cree que las armas son la manera de darle solución a la problemática social.
por el contrario nos adentra en ella no para distorsionarla, “no como aquellos que fuman bazuco
para ver más torcida la realidad” [CITATION Val06 \p 7 \l 9226 ], sino para inmiscuirnos en ella y
develar las causas de una guerra sin sentido que se sigue librando sin tregua alguna.
Alexis, el ángel exterminador, que vaga, sin padre, sin Dios y sin ley recorre las violentas
calles de una ciudad con una intención: “limpiarlos del prójimo.” Poseído por un ascetismo craso
de destrucción, su vida avanza en medio de cadáveres, que para él no son otra cosa que “muertos
en esencia iguales: con sus rumores, sus murmullos, sus tumultos, con su infamia.” [ CITATION
Val06 \l 9226 ]
Un conflicto que es la tragicómica imagen de una Colombia entorpecida por las promesas de
equidad y justicia de unos pocos que ostentan el poder y haciendo mal uso de él reflejan la
perversión de un pueblo conquistado y abusado que no encuentra otra manera de hacer justicia
sino haciendo de los suyos, sus hermanos, carroña para las aves rapaces con ínfulas de
En medio del conflicto hay un elemento, cautivador por cierto, y es el testimonio mudo de las
iglesias donde el sicario las vacía de feligreses pero que aun así acoge a aquellos que generan
conflicto, que llenan las morgues de cadáveres. Una religiosidad impuesta que embruteció al
pueblo colocando intereses particulares por encima del bien común y, bien que mal, sigue
alimentando el deseo perverso de olvidarse del otro, una piedad unida al impulso tanático, donde
una prueba contundente de la vida divina es descrita así: “desde el morro del pan de azúcar hasta
el picacho vuelan los gallinazos con sus plumas negras, con sus almas limpias sobre el valle, y
son, como van las cosas, la mejor prueba que tengo de la existencia de Dios.” [CITATION Val06 \p
48 \l 9226 ]
Así pues, Alexis encarna la figura de aquel que es víctima y victimario de una estructura que
lo obliga a ser el conflicto y que sigue reflejando la vida de los americanos que se acuestan como
placidos mártires al lado de su verdugo, el anonimato. El problema de una Colombia que heredó
un conflicto que no era el suyo, que fue la hija de una gran matrona que sufrió el mismo proceso
perseverar en la práctica de estos. Es un ejercicio que deleita pero que cuesta, aunque suene
antagónico, así es y que es vital en la actuación del profesional que orienta la vida de otros seres,
por ellos nos ocuparemos de mirar cuán importante son estas dinámicas en labor académica.
Razón tenía Nietzsche cuando sentenciaba que “para leer y escribir hay que hacerlo con
sangre”[CITATION Nie11 \p 52 \l 9226 ] , cosa que habla por sí sola y que nos adentra en el
maravilloso mundo de la lectura y escritura. Con ellas podemos conocer mundos insólitos,
escrutar el corazón humano y descubrir en este los deseos que mueven su actuar, su vivir, su
sentir…
La escritura es un camino, a la manera Heideggeriana del habla, que requiere de intimar con
las palabras para poder conocerlas y entrar en un contacto directo con su ser. Ellas son, porque
justamente comunican a los demás lo que nos constituye como humanos y nos develan ante la
nosotros mismos. Si bien, el habla, habla como lo propone el escritor Alemán, la palabra escrita
descubierto, nos pone en evidencia ante los demás y, claro está, ese es el riesgo que se toma al
escribir.
Escribir es volar por las alturas insospechadas del saber, del conocer, del actuar y sentir
humano. El deseo de ejercitarnos en esta práctica requiere de una disciplina perseverante y para
ello debe ser tocado desde lo más íntimo de su corazón de manera que sea un motor para
compartir la experiencia con los demás y romper definitivamente con ese paradigma educativo
que tan presente está en los institutos, donde se nos educa con demasiada ausencia del otro en
nosotros, cosa que trae como consecuencia un solipsismo que hace estéril toda labor académica
plasmada en la escritura.
Si el escribir es un deleite no quiere decir que no tenga rigor, en ella es necesario este para no
dar paso a malos entendidos y expresar lo que se quiere de manera diáfana porque es una
en un entorno donde existe formación sin información, pretexto bajo el cual, invisibilizan y
cosifican al ser humano haciéndolo, en palabras de Vicente Verdú, un sobjeto [ CITATION Ver \l
9226 ], es decir, un objeto de lujo donde la pretensión es dejarse lucir para que los demás me
adquieran como una mercancía, el reto está sobre la mesa quien escribe debe tener una clara
conciencia social.
Leer, otra actividad esencial en la vida de toda persona. Leer no es solamente el acto
personajes jamás vistos en la realidad; leer es una pasión, es recorrer reglón por reglón aquellos
maravillosos universos por los cuales cada lector se aventura. Leer es vivir intensamente; por lo
cual debe ser una de nuestras necesidades fundamentales básicas tanto en la vida intelectual
como personal, ella enriquece y hace más digna la vida del hombre, ayuda a conocer los
problemas fundamentales de la existencia estudiados ya por otros y que son aplicados en cada
y la escritura como procesos de comunicación? Ello tiene varios aspectos que es importante
pensar con detenimiento. En un primer momento la escritura y la lectura son una responsabilidad
social, es decir, se está en el deber de brindar orientaciones y pautas que permitan a las personas
Quien lee y escribe debe tener una mirada crítica de la realidad y el entorno que lo rodea.
Estas prácticas deben llevar a cada persona a ser responsable de dar aportes significativos a la
construcción de una sociedad inspirada bajo unos principios más benevolentes con los demás,
con la tierra y con el medio que habitamos, de formar que seamos gestores de nuevos caminos
para la humanidad y se rompa con los paradigmas establecidos que derrochan de manera
irracional los recursos y mal gastan la vida de los seres humanos que, como decía Herman Hesse,
Estas actividades son sustanciales en la vida tanto a nivel personal como profesional, son tan
arriesgadas como vivir, es plasmar cada pensamiento con la conciencia plena de responder por lo
escrito. Es manifestar nuestro propio ser en todo su esplendor porque allí se revelan nuestras
intimidades, noblezas, debilidades… en fin, todo lo que es cada uno; son ejercicios de la vida
que perpetúan nuestro nombre y pensamiento durante todo el fluir de los años porque el escribir
estos, es adentrarse en la dinámica de aprender cuerpo a cuerpo a entrar en contacto con cada
leer y escribir es hacer intimidad, es formar parte de la humanidad y plasmar nuestra vida y
nuestra historia en letras de oro, porque leer y escribir es tan sublime como el mayor acto de
2017
Bibliografía
Arciniegas, G. (1950). El Caballero de la leyenda del dorado. Buenos Aires : Losada.