Вы находитесь на странице: 1из 6

DESCRIPCIÓN BREVE

La ovulación es considerada actualmente como un


proceso inflamatorio agudo y a nivel local, la
alteración de uno o más componentes podrían
contribuir a la patogenia de enfermedades
reproductivas como la enfermedad quística ovárica
(COD), uno de los desórdenes reproductivos más
frecuentes en el ganado bovino lechero.

Margarita de la luz Cendejas Alatorre


QUISTES Facilitador: Guillen Muñoz Juan Manuel

8vo semestre, grupo 2

OVARICOS UNIVERSIDAD AUTONOMA AGRARIA


ANTONIO NARRO UL

7 DE MAYO DE 2020
Clínica de Bovinos
Torreón, Coahuila
FORMACION DE QUISTE
El aparato reproductor de la vaca se encuentra expuesto a diversas patologías, debido a
una serie de factores que se encuentra expuesta; ya sea intrínsecos y extrínsecos, tales
como: factor hereditario (defectos congénitos); trastornos fisiológicos, alimentación
inadecuada, factor climático, etc. La importancia de conocer las patologías de los órganos
genitales de la vaca radica en mejorar la rentabilidad de los productores, que muchas
veces por la infertilidad del animal optan por enviarlos al canal. Los órganos genitales de la
vaca están sometidos a alteraciones cíclicas (ciclo estral), es por ello que se encuentran en
continuo cambio de acuerdo al estado funcional de los órganos, y por consiguiente las
alteraciones patológicas en las distintas partes del aparato reproductor, que trae como
consecuencia la infertilidad del animal. En el ganado lechero los quistes ováricos son
anomalías habituales. Se caracterizan por presentar anestro, celos irregulares, aumento
de intervalos reproductivos e infertilidad. Su origen es aún desconocido. Es importante
estudiar su patogenia y posible vinculación a ciertos factores predisponentes en su
presentación. Los quistes foliculares se definen por lo general, como folículos
anovulatorios de al menos 17 mm de diámetro (otros marcan el límite en 20 mm, otros
incluso en 25mm), con una pared fina (de menos de 3 mm de grosor) y persistentes
durante más de 6 días (como media, los quistes se mantienen durante 13 días). Los quistes
ováricos son más frecuentes e importantes que los problemas inflamatorios en el ovario,
en la vaca lechera. La palabra quiste proviene del griego Kystis, que significa saco o vejiga.
Se considera como quiste a una cavidad cerrada, rodeada por células que producen
líquido. La frecuencia e importancia clínica de cada quiste varía según la especie, raza,
edad y función. Los quistes ováricos se producen por un defecto de la ovulación. El
tamaño del folículo anovulatorio aumenta y da lugar a una estructura llena de líquido
mayor de 2.5 cm de diámetro y por lo general se interrumpen los ciclos ováricos normales.
CICLO ESTRAL DE LA VACA
El ciclo estral en la vaca consta de cuatro etapas bien definidas como fase folicular o de
regresión lútea proestro, fase estro es el periodo de aceptación de la copula y tiene una
duración de 12 a 18 horas. La ovulación ocurre durante en la fase metaestro y se
desarrolla el cuerpo lúteo a partir del folículo ovulatorio. La fase más duradera del ciclo se
caracteriza por la presencia de un cuerpo lúteo y se llama el diestro. Cuando la gestación
no se establece, el endometrio secreta prostaglandina que a su vez causa la degradación
el cuerpo lúteo, reiniciándose a un nuevo ciclo.
Las vacas con quistes foliculares que permanecen por largos periodos finalmente entran
en anestro permanente; los quistes se reducen en tamaño, disminuye la presión dentro de
ellos y las paredes son más gruesas. Estos quistes atróficos usualmente son múltiples y
bilaterales.
Los quistes ováricos se pueden clasificar como foliculares, luteales y cuerpos luteos
quísticos.
TIPOS DE QUISTES
Quiste folicular: la principal causa de su aparición es la permanencia y desarrollo de un
folículo con capacidad para ovular y que no ocurrió así por la ausencia de la hormona
luteinizante (LH), este quiste folicular es una estructura que presenta paredes delgadas y
en su interior presenta un líquido acuoso, muchas vacas exhiben más de una de estas
estructuras en uno o en ambos ovarios, a la palpación rectal se aprecian de estructura
blanda y fluctuante, este quiste presenta bajas cantidades de la hormona progesterona,
debido a la ausencia de un cuerpo amarillo funcional, folículo, generalmente mayor de 15
mm de diámetro, que persiste por más de una semana en ausencia de tejido luteínico
detectable a nivel macroscópico, En los casos de quistes foliculares de larga evolución es
común observar signos marcados de hiperestrogenismo: moco cervical abundante,
desarrollo de pezones, edema del útero, etc. En ocasiones se observan quistes que
presentan porciones de su pared engrosadas y de color amarillo naranja, que
corresponden a quistes foliculares parcialmente luteinizados; Están afectados uno o
ambos ovarios, se encuentran uno o más quistes, cuyo diámetro varía entre 2 y 8
centímetros aproximadamente; la pared del quiste es fina y clara, y el líquido contenido
también, la cavidad a veces esta tabicada (quiste multilocular). Los animales portadores de
este tipo de quiste tienen signo de virilización, al contrario de lo que ocurre en otros
animales que presentan manifestaciones de ninfomanía esto se da por el exceso de
estrógenos que produce el quiste lo que ocasiona que estas vacas intenten montar con
frecuencia a otras vacas, su conducta es nerviosa con disminución de la producción láctea
y perdida de la condición corporal.
Quiste luteal: son estructuras de paredes gruesas de tamaño superior a los 2.5 cm de
diámetro, cargadas de un fluido más espeso que el quiste folicular y que producen
grandes cantidades de progesterona lo cual impide la aparición del celo, generalmente
son únicos y unilaterales, a la palpación se aprecian duros y firmes, la mayoría de estos
quistes luteales probablemente se forman mediante la transformación de un quiste
folicular que en caso de persistir prolongadamente causan infertilidad. La pared de este
quiste está compuesta por tejido lúteo y a diferencia del quiste folicular, la cavidad en vez
de estar repleta de fluidos, se entremezcla con un contenido más denso y compacto que
se puede diagnosticar fácilmente usando ultrasonografía. El quiste lúteo no debe
confundirse con el cuerpo lúteo, el cual contiene una cavidad que va desde 0.2 hasta 1 cm
de diámetro durante algún momento del ciclo estral y en la preñez temprana. El quiste se
desarrolla a partir de un folículo que no ovula, continua madurando y presenta
luteinización en toda su superficie interna. Estos quistes han sido descritos en la vaca y se
forman como consecuencia de la luteinización de la teca interna en los folículos que no
ovularon. El óvulo no hace prominencia, y la cavidad quística es amplia y circular. Su pared
está constituida por células luteínicos y por un anillo fibroso. Predomina la ausencia de
celos como si se tratara de un cuerpo lúteo persistente, si este quiste persiste con el
tiempo, las vacas manifiestan una conducta sexual permanente hacia otras vacas,
tratando de montarlas todo el día, pero sin dejarse montar.
Cuerpos Amarillos Quísticos: Como su nombre lo indica, se trata de cuerpos lúteos
normales que sufren una transformación quística. Presentan papila de ovulación y la
cavidad quística es irregular. Cuando estos quistes son de gran tamaño, habitualmente se
relacionan con la infertilidad, y en la vaca los que alcanzan o superan 1 cm de diámetro
dan lugar a una mayor fertilidad.
ORIGEN DE LOS QUISTES OVARICOS
Lo quistes se forman cuando la hipófisis falla en la liberación del pico de LH en respuesta
al aumento preovulatorio de estradiol. El defecto primario reside en el hipotálamo, en el
cual falla la liberación del pico de GnRH en respuesta al estímulo del estradiol. La
insensibilidad hipotalámica al estradiol puede deberse a concentraciones intermedias de
progesterona en la circulación periférica o a una alteración en los receptores del eje
hipotálamo‐hipófisis‐ovario como consecuencia de los niveles aumentados que presentan
las vacas quísticas de LH y 17β‐ estradiol. El origen de las mayores concentraciones de LH y
17β‐estradiol es desconocido y la fuente de la progesterona no ha sido determinada,
aunque los propios quistes pueden ser los responsables. Si partimos de la base de que los
niveles intermedios de progesterona han sido producidos por un quiste ya formado,
queda la incógnita de la formación del primer quiste. Se tiene la hipótesis de que este
primer quiste, formado durante el periodo del postparto intermedio, puede surgir debido
a una luteinización prematura y parcial del folículo preovulatorio, quizás como
consecuencia de esos niveles elevados de LH y estradiol encontrados en algunas vacas que
desarrollan quistes. El bajo nivel de progesterona secretado a partir de ese folículo puede
ser suficiente para bloquear el pico preovulatorio de LH, resultando en la formación del
quiste.
A pesar de la abundante bibliografía, aún se desconoce su patogenia. En los ovarios,
cambios celulares y moleculares en el crecimiento folicular podrían contribuir a la
anovulación y formación de los quistes. Dentro de estos cambios pueden incluirse: las
concentraciones inapropiadas de expresión de receptores hormonales, ya sea para
hormonas esteroides o para las gonadotropinas; la alteración en la producción de factores
de crecimiento, como el factor de crecimiento fibroblástico-2 (FGF-2), factor-I y II de
crecimiento tipo insulina (IGF-I y II) y el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF).
Otros autores como Frique y Shaver manifiestan que la fisiología y etiología de los quistes
ováricos no es muy conocida y hay muchas conjeturas en relación con los factores de
riesgo para los quistes ováricos. Algunos factores implicados en la aparición de los quistes
ováricos son la herencia, la alimentación, la producción de leche, el momento
reproductivo, la condición corporal y las infecciones uterinas. La alta producción láctea y
durante la lactancia temprana se correlaciona positivamente con el desarrollo de quistes,
pero se considera una consecuencia más que una causa. La tasa de quistes ováricos
aumenta con la edad. La condición corporal de los animales es un factor predisponente.
Las vacas con condición corporal > 4 (escala de 1 a 5) tienen una frecuencia de 2,5 veces
superior de presentación de quistes con respecto a las que poseen condición corporal ≤ 3.
Las raciones ricas en proteínas utilizadas para elevar la producción de leche y los
requerimientos de mantenimiento provocan una mayor vulnerabilidad de las vacas a
trastornos endocrinos. Además, durante el posparto, las hembras bovinas lecheras son
susceptibles a una alta variedad de procesos patológicos, que incluyen retención
placentaria, endometritis, metritis, hipocalcemia y anestro posparto.
DIAGNOSTICO
El diagnóstico de quistes ováricos se ha venido haciendo mediante palpación rectal como
método tradicional, económico y rápido. Actualmente se cuenta con la técnica
ultrasonografía, utilizada en este estudio, que permite distinguir estructuras difíciles de
clasificar por palpación, concretar el tipo de quiste existente y elegir el tratamiento más
adecuado. La precisión del diagnóstico se incrementa cuando se usa ultrasonografía
transrectal, la cual arroja una identificación correcta de quistes luteales (90 %) y
foliculares (75 %).
TRATAMIENTO
Con respecto a los tratamientos, éstos se basan en hormona liberadora de gonadotropinas
(GnRH) con un porcentaje de resolución hasta del 80%2, considerándose efectivo el
mismo, si la regresión del quiste fue seguida por la ovulación y la formación de un cuerpo
lúteo normal.
CONCLUSION
Los quistes ováricos impiden que las vacas ciclen normalmente; son frecuentes durante el
periodo posparto en ganado lechero, y constituyen una de las principales causas de falla
reproductiva, dado que esta circunstancia provoca una prolongación de los intervalos
parto primer celo, parto-concepción y parto-parto. De acuerdo con esto, se puede afirmar
que el efecto económico de los quistes ováricos se encuentra en función de su influencia
sobre los días improductivos y otros costos asociados. Por lo anterior, la importancia del
estudio de quistes ováricos radica en las consecuencias que tienen para los productores,
ya que la mayoría de los quistes son anovulatorios. Este problema causa graves retrasos
en la reproducción y eficiencia de los animales afectados, lo cual conduce a que la
producción disminuya paulatinamente.
LITERATURA CITADA
Chamba Ochoa HR, Benítez González EE, Pesántez Campoverde MT. Factores
predisponentes para la enfermedad quística ovárica bovina y su efecto en la eficiencia
reproductiva. Rev Med Vet. 2017;(35):17-28.
Duque Muñoz, Leonardo; Loaiza, Erica Tatiana; Olivera, Martha. Quistes foliculares en
vacas posparto y su evolución con tratamiento de GnRH Y PGF2. Revista Lasallista de
Investigación, vol. 8, núm. 2, julio-diciembre, 2011, pp. 89-95. Corporación Universitaria
Lasallista, Antioquia, Colombia
Javier Fernández Pino.2012. ESTUDIO DE LA PREVALENCIA DE QUISTES OVÁRICOS EN UNA
EXPLOTACIÓN DE GANADO VACUNO LECHERO. Tesis de Master. Universidad de Valencia.
1-48
BARAVALLE, M. E.; STASSI, A.; VELAZQUEZ, M. M. L.; BELOTTI, M.; ORTEGA, H. H. &
SALVETTI, N. R. 2013. LA FALLA EN LA OVULACIÓN COMO UN COMPONENTE DE LA
PATOGENIA DE LA ENFERMEDAD QUÍSTICA OVÁRICA BOVINA: ROL DE CITOQUINAS.
Revista FAVE - Ciencias Veterinarias 12 (1-2).

Вам также может понравиться