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ÉTICA Y CULTURA ORGANIZACIONAL

La cultura es algo que se comparte por todos los miembros de un grupo social, es algo que los miembros con mayor
permanencia de un grupo tratan de pasar o transferir a los miembros más recientes, y consiste en algo que conforma la
conducta, estructura la percepción que el individuo tiene del mundo e influye en la manera en que la persona responde
a su entorno.

En una organización, la cultura, además de establecer una diferencia entre una organización y otra, funciona como
elemento integrador y de identidad para las personas que la conforman y es una forma de comprometer al individuo a
los intereses de dicha organización. En otras palabras, la cultura organizacional define la forma de ser de la organización
y se manifiesta por medio de la conducta explícita e implícita de sus integrantes. Sin embargo, en un mundo tan
globalizado, donde hay diversidad de culturas, valores, intereses; las organizaciones deben ser capaces de manejar
diversos estilos administrativos, siempre adecuándose a diferentes valores, preferencias, motivadores. Se deben
comprender las consecuencias de las distintas culturas en la toma de decisiones basadas en valores y prácticas de
responsabilidad social.

La cultura organizacional constituye una fuerte ventaja competitiva, ya que a través de ella puede conseguir un
rendimiento superior y contribuir al éxito a largo plazo, siempre y cuando la cultura le añada valor a la organización,
siendo a su vez algo original y, por lo tanto, difícil de ser imitada, ya que restaría su valor. Además, debe ser adecuada
con la estructura de la organización e ir junto con las estrategias de la misma. Con valores sólidos, una empresa logra
atraer clientes y personal calificado, además de desterrar prácticas corruptas que perjudican el valor y la economía de
un país.

Para que una organización tenga una cultura exitosa, debe ver los valores de la empresa como el núcleo de la cultura
empresarial, los cuales van a aportar un sentido de dirección común a todas las personas. Si incorporamos valores éticos
básicos como la igualdad, el respeto, la solidaridad a toda la organización, se generarían mejores conductas y valores,
pudiéndose generar mayor valor económico. Por ende, la ética ayuda a mejorar la organización y el funcionamiento de
la empresa mediante varias vías, pero también ayudar a reducir conflictos entre los miembros de la misma, a mejorar su
imagen exterior y contribuir a la generación del concepto calidad total.

Un papel muy importante en la definición de la cultura dentro de una organización es la del directivo, líder o fundador,
ya que es un liderazgo basado en valores el que va a conducir la cultura de una empresa hacia la dirección deseada. Es
fundamental que el líder cree una cultura fuerte que esté difundida y aceptada a lo largo y ancho de toda la
organización, de modo que se genere un vínculo que ate todo el conjunto del sistema organizativo y que ayude a la
organización a canalizar la energía hacia comportamientos y repuestas productivas y predecibles. Esta cultura debe ser
flexible y adaptarse a los cambios y ser capaz de responder en tiempos de crisis, y, además, proporcionarle el sentido de
pertenencia e identificación a cada individuo que comprometido con la organización.

Los directivos deben contemplar en la toma de decisiones la existencia de fuerzas externas como la legislación, pero
también la de la sociedad, por lo que deben tener muy claro que la ética no es lo mismo que cumplir con la Ley, sino que
va más allá, ya que la sociedad hace que las empresas se responsabilicen de sus actos de manera aceptables desde el
punto de vista moral, lo cual les exige desarrollar una sensibilidad acerca de normas emergentes y contar con valores
relacionados al tema.

La incorporación de valores en los recursos humanos como estrategia para cambiar la forma de pensar, el trabajo en
equipo y la comunicación, contribuirían a generar un ambiente adecuado y más humano dentro de la empresa, por eso,
en cuanto a facilitar la conducta ética de parte de los empleados, las empresas tienen mucho que hacer al respecto. Es
importante que los empleados tengan a alguien a quien acudir por información o apoyo, que se cuente con un programa
que fomente la conducta ética y socialmente responsable como así también es importante asegurarse de que los
empleados comprendan los mensajes y modifiquen su conducta.

RESPONSABILIDAD Y MEDIO AMBIENTE


Un concepto muy ligado a la ética es la responsabilidad social, ya que la ética es el saber que nos orienta la conducta
reflexivamente y cuyo fin es la toma de decisiones prudentes y justas, y la responsabilidad social es el compromiso de
identificar los problemas de interés público como medio ambiente, pobreza, hambre, y que compete a todo tipo de
organizaciones para llevar a cabo acciones que generen impactos positivos en la sociedad, aportando soluciones basadas
en la ética, la sustentabilidad, pluralidad, transparencia.

Uno de los grandes retos de la empresa es combinar la generación de riqueza y la preservación del medio ambiente.
Para lograr esto, la empresa debe promover la optimización de recursos, prevenir la generación de desperdicios y
desarrollar procesos de reciclaje o reaprovechamiento de recursos o bien, incorporar sus productos y procesos a ciclos
naturales. Es decir, la empresa debe considerar los factores ambientales como un elemento importante en su toma de
decisiones y reflejar su liderazgo alcanzando la máxima calidad en su manejo y en su relación con el entorno.

La importancia del medio ambiente en general para las actividades de una organización es fundamental, motivo por el
cual las éstas deben encontrar la manera en que el proceso de producción de bienes y servicios siga el concepto de
generar a un precio competitivo. Es decir, bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas y contribuyan a
aumentar la calidad de vida, reduciendo a su vez, el impacto ecológico y la intensidad en el consumo de recursos
durante la vida del producto o servicio.

Usualmente nos concentramos en los logros económicos y financieros, desatendiendo las cuestiones sociales y
ambientales, pero existe un impulso a desarrollar una visión integradora que contemple las cuestiones ambientales
como una oportunidad, y es la innovación tecnológica, la cual puede implicar un mejor aprovechamiento de recursos no
renovables, menos contaminación y desarrollo de nuevos mercados, a la vez que contribuye a la competitividad. La idea
es que, cuando la empresa considera las cuestiones ambientales como oportunidad, valoriza la utilización de recursos y
ve en la contaminación, tiempo y materiales desperdiciados.

El desarrollo sostenible debe convertirse en un concepto que involucre a la empresa en su conjunto, ejecutando políticas
ambientales que garanticen un medio ambiente apto para el desarrollo humano, velando porque las actividades
empresarias y de la comunidad no produzcan daños, y asegurar una reparación justa en caso de que suceda. La
intervención política y cooperación internacional debe orientar las preferencias de los consumidores hacia productos y
tecnologías que promuevan un desarrollo sustentable, pero también debe plantearse cuál es la responsabilidad del
ciudadano como consumidor, donde su responsabilidad ética se extiende a la responsabilidad por su forma de consumo
y por la forma en que se consume en su sociedad.

La situación actual en materia ambiental es consecuencia de una economía más preocupada por el crecimiento que por
el desarrollo sustentable y de una sociedad caracterizada por el consumismo, motivo por el cual es importante la
exigencia por parte del Estado de una acción responsable a través de normas y políticas y también del ciudadano común
por su propio comportamiento y por influencia de éste en la sociedad.

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