Вы находитесь на странице: 1из 457

EL EVANGELIO DE CRISTO

Parte I
“El día de Reposo, El día del Señor y El
primer día de la semana: Una
perspectiva canónica y, por tanto,
apostólica”
Primera Edición, Noviembre de 2017

1
CONTENIDO Pág.

Introducción….………………………………………………………………………………………………………………….4

1. Declaración de la doctrina “del día del señor” según los catecismos de nuestras
iglesias………………………………………………………………………………………………………………………………8

2. El día de reposo en la historia de la humanidad según la revelación divina………….……16

3. El primer día de la Semana para nuestra iglesia según La Escritura……………………………74

4. El Día del Señor en nuestro Canon.…..…………….………………………………………………………..115

5. Conclusiones preliminares .………………………………………………………………………………………142

6. Análisis al pastor Sam Waldron………………………………………………………………………………..145

7. Análisis al pastor John Piper……………………………………………………………………………………..230

8. Análisis y comentario a la confesión de Fe Westminster sobre el día de reposo


cristiano………………………………………………………………………………………………………………………..272

9. Análisis a la Confesión Católica Romana sobre el día de reposo cristiano.……………….294

10. Análisis al pastor Ignacio de Antioquía…………………………………………………………………..326

11. Análisis a la Didache en cuanto “al día del Señor”………………………………………………….344

12. La cuestión del lenguaje griego……………………………………………………………………………….359

13. Desarrollo histórico de la doctrina “del día del señor” en nuestra iglesia………………367

14. Conclusiones definitivas en cuanto al día de reposo, el primer día de la semana y el


día del Señor ………………………………………………………………………………………………………………..388

15. Aplicaciones para la iglesia cristiana del siglo XXI………………………………………………….397

16. Resumen………………………………………………………………………………………………………………….401

17. Referencias bibliográficas………………………….……………………………………………………………402

18. APÉNDICES………………………………………………………………………………………………………….…..408

A. Comentario de Sam Waldron al la doctrina del día de reposo expuesta en la Confesión


Bautista de 1689……………………………………………………………………………………………………………408

B. Sermón de John Piper “¿Existe en verdad un “día del Señor”?”……………………………...413

2
C. Capítulo 21 de la Confesión de Fe de Westminster…………………………………………………420

D. Carta a los Magnesios……………………………………………………………………………………………….423

E. La Didache: Texto griego y texto traducido al español …………………………………………….427

F. Sermón: Tomando la mesa del Señor indignamente…………………………………………………448

19. Acerca del Autor……………………………………………………………………………………………………..457

3
INTRODUCCIÓN

Leer este tratado cambiará sus vidas, se los aseguro. ¿Por qué hago una declaración tan
significativa? Porque el Evangelio es poder de Dios para salvación. Y este tratado se trata
precisamente de esto: Del Evangelio.

Piensen en esto: Nuestro Creador no nos dejo sin esperanza por el pecado de nuestro
padre Adán. Nuestro Creador tuvo compasión de nosotros, y nos dio una oportunidad de
salvación en Cristo Jesús, quien siendo Dios, se hizo hombre como nosotros y padeció
nuestra vejaciones; quien además fue nuestro sustituto en el madero, para librarnos del
castigo de nuestros pecados y darnos vida en él por medio no solo de su muerte sino
también de su resurrección, la cual también experimentaremos nosotros en el día de
Cristo, cuando venga en las nubes para juzgar al mundo y salvar a los que lo esperan, día
en el cual también serán creados cielos nuevos y tierra nueva donde morará para siempre
la justicia y los rectos de corazón verán a Dios. ¡Glorioso!

A su tiempo, nuestros días en esta tierra cesarán y llegado el día designado resucitaremos
para que cada uno de nosotros reciba según lo que haya hecho en el cuerpo, sea bueno o
malo. ¡Es evidente cómo viven los hombres! Su estilo de vida está caracterizado por el
odio, la envidia, la soberbia, el fraude, la mentira, la lujuria, la inmundicia sexual, y la
adoración a dioses que no son sino invento de los hombres que dan la espalda a su
Creador ¿Cuál será el destino eterno de tales hombres ante Dios?

Por eso, el ser humano precisa de una salvación que lo traslade de la oscuridad y la
condenación a la vida y la luz, y esta esperanza es dada a nosotros por medio de
Jesucristo, el Hijo de Dios, y Señor de todos.

Pero Jesucristo para que pueda ser obedecido por los hombres, necesita ser anunciado en
todo lugar y en toda época, y el mensaje de salvación en él, es lo que también conocemos
como el Evangelio, el anuncio de la buena nueva para la humanidad.

Así que, a la larga, la vida eterna o la condenación dependen de que los hombres puedan
escuchar este Evangelio de Jesucristo, el Salvador, y de que obedezcan lo que este
mensaje ordena. Pero si el contenido de este mensaje en algún momento es presentado
de forma distorsiva ¿Qué podría pasar?

En algunas ocasiones la distorsión del Evangelio de Cristo puede no conllevar a la


condenación de las personas, porque todavía contiene suficiente verdad, tanto que al ser
obedecido pueda todavía dar luz a los que lo crean. Pero algunas distorsiones pueden ser
tan graves y serias respecto al Evangelio, que aquellos que sigan tal mensaje distorsivo,
podrían estar en peligro de ser condenados, ya que lo que estarían poniendo en práctica

4
no sería el mensaje de Jesús que da vida a los que lo obedecen, sino un anuncio despojado
de verdad, de tal manera que no puede salvar a los que siguen tal Evangelio. ¡La vida de
los hombres depende de este Evangelio! ¡No es cosa efímera el esfuerzo de comunicarlo
fielmente!

Hermanos, lo que ayer pudo ser una pequeña desviación del mensaje evangelio, una
pequeña concesión en cuanto a su contenido, en cinco, diez, cincuenta o cien años, puede
resultar en una desviación seria (y lo ha hecho). Lo que hoy podría ser una distorsión
pequeña, en un siglo podrá ser una herejía. Y puede que el Evangelio distorsivo en algún
grado todavía salve a los hombres, pero puede llegar un punto en que la distorsión
empeore a tal magnitud que los hombres que sigan tal Evangelio, en vez de ser salvados
por Dios, sean llevados a la condenación (Y ha pasado en la historia de nuestra iglesia).

De ahí, la necesidad y la importancia eterna de conocer, comprender, asimilar, entender y


comunicar efectivamente el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo ¡De nuestra fe en él
depende nuestra vida eterna!

El asunto que ustedes van a leer en este tratado es apenas la punta del Iceberg, y puede
que al haber leído este tratado queden con la sensación de que mi tema aquí abordado
haya sido insignificante, aunque dudo que al final esa sea su reacción. Más bien, una vez
hayan leído este breve escrito, querrán conocer más y mejor el Evangelio del Señor, y no
solo querrán, sino que estarán en el deber de hacerlo.

Permítanme dar una ilustración de la importancia de este tratado: El arquitecto verificó


que las bases del edificio quedarán bien puestas, y así fue. Enseguida el constructos
comenzó a edificar sobre tales bases, pero no lo hizo con la excelencia requerida, así que
las columnas horizontales o vigas fueron instaladas de manera irregular, desniveladas,
pero aun así, se empezaron a levantar los muros. Al darse cuenta el constructor que las
paredes quedaban desniveladas, por muchas distracciones, prefirió construir las columnas
también torcidas y así se daba simetría a la construcción ¡Todo el primer piso del edificio
está inclinado!

Pero, el constructor del primer piso sufrió un accidente y no pudo continuar con el
segundo piso (son cinco pisos en total). Entonces otro constructor asumió la obra de
continuar, y así lo hizo: Movilizó su personal y siguió levantando los muros sobre las vigas
y columnas torcidas que venían del primer piso. Este constructor edificó el segundo y
tercer piso ¿Cómo creen que se verá esta edificación? ¡Está toda torcida! ¡Es un peligro
seguir edificando!

La cuestión es que desde la primera planta había desniveles en las vigas y columnas, y por
tanto en las paredes, y si seguía construyendo sobre ese primer piso, el resultado del

5
segundo piso no sería mejor. Para garantizar el éxito de la edificación se debía hacer la
corrección desde el primer piso: Enderezar las vigas y las columnas.

¿Qué si la doctrina de la Trinidad sobre la cual la iglesia (el constructor) ha edificado su


evangelio está torcida y desnivelada? ¡Qué peligro seguir construyendo así!

¿Qué si la doctrina de la segunda venida de Cristo sobre la cual la iglesia ha edificado está
distorsionada desde hace casi dos mil años? ¡Pudimos haber trabajado en vano todos
estos cientos de años!

¿Qué si la doctrina de la Ley y su relación con el cristiano sobre la cual la iglesia (el
constructor) ha formulado el resto de enseñanzas estaba equivocada desde un comienzo?
¡Necesitaremos derribar casi todo el edificio y bajar hasta el primer piso y comenzar de
nuevo!

Bien, este tratado no es acerca de la Trinidad o de la venida de Cristo, ni de la Ley y el


cristiano, pero he mencionado tales doctrinas para mostrar que es de suma importancia
tener unas columnas derechas y unas vigas bien niveladas para tener una buena
construcción, o al menos para garantizar que la estructura del edificio será apropiada.

En este tratado, lo que quiero contarles es que como ayudante de construcción, noté que
una pared estaba torcida, algunos ladrillos no encajaban, y eso que estaba haciendo lo
que mis maestros me decían. Así que al notar este problema, intenté averiguar la razón
que le daba origen, y tuve que descender desde el tercer piso al segundo, y una vez en el
segundo, me percaté que la falencia venía desde el primer piso, así que descendí para
encontrar la raíz del problema. ¡Y allí estaba! Una viga y dos columnas están torcidas, y
sobre ellas se ha seguido construyendo, y una vez que quise mirar todo el edificio, observé
que está quedando torcido ¡Prácticamente se nos está viniendo encima!

Pero la corrección no se puede hacer a menos que más ayudantes, e incluso los maestros
de obra, se percaten de la falla que hay en el primer piso, y si siguen construyendo,
podrán terminar en un colapso. La falla viene del primer piso.

La finalidad de este tratado es seguir construyendo, pero haciendo las correcciones


necesarias desde el primer piso ¡Vaya trabajo! ¡Pero gracia a Dios es posible!

Este escrito está pensado para los maestros de obra: Obispos, pastores, reverendos,
teólogos, profesores, cardenales, ancianos, sacerdotes, los presbíteros, en fin, para los
maestros de la obra, pues son ellos quienes necesitan percatarse de la corrección que hay
que hacer desde el primer piso, pues si siguen edificando sobre un primer y segundo piso
torcido, la edificación podría venirse al piso en cualquier momento.

6
Sin embargo, si usted no tiene el título de maestro, pastor, evangelista, obispo, no
importa, este libro también es para usted, ya que usted como yo, es un ayudador en la
edificación de esta construcción, y si logro hacerle ver a usted dónde y cómo podemos
hacer la corrección necesaria, podríamos ayudar a enderezar el edificio. Dos son más que
uno, y si somos tres, cuatro, diez, cien, mil, cien mil, un millón, mucho mejor.

Un día el Arquitecto volverá para ver cómo quedo su obra. Por eso, querido hermano,
aunque algunos de los nuestros no nos presten atención, ellos tendrán que dar cuenta al
inversionista. Nuestra función es señalar el problema y tratar de corregirlo ¡Oro al Señor
para que toda su iglesia corrija el desnivel que lleva ahí casi dos mil años!

Usted ya supondrá todo lo que puede ocurrir en un edificio de tres pisos que ha sido
construido sobre columnas y vigas que están torcidas desde el primer piso ¡Muchas
paredes tendrán que tirarse al suelo, muchas columnas tendrán que ser enderezadas y
veremos que mucho de lo construido no sirvió! Pero eso es mejor que seguir
construyendo sin corregir desde abajo.

Y el costo emocional también será alto, pues pensemos por ejemplo, en el desanimo de
los que llevan trabajando arduamente durante años en el tercer piso, y ahora deben ver
cómo sus paredes y adornos deben ser tirados al suelo ¡Pero es mejor sufrir un poco así,
en vez de seguir construyendo un edificio al borde del colapso! ¡Nuestro deber ético es
corregirnos!

¡Ayúdenme a enderezar lo que está torcido! ¡Venga, déjenme mostrarles dónde está el
problema!

7
1. DECLARACIÓN DE LA DOCTRINA EN LOS CATECISMOS DE NUESTRAS IGLESIAS

1.1 CATECISMO CATÓLICO ROMANO:

“SEGUNDA PARTE: La celebración el misterio cristiano, Primera sección: El misterio


pascual en el tiempo de la iglesia. Capítulo Segundo: La celebración Sacramental del
Misterio Pascual, “III ¿Cuándo celebrar?”:

El día del Señor

1166 "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama
con razón “día del Señor” o domingo" (SC 106). El día de la Resurrección de Cristo es a la
vez el "primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y el "octavo día"
en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el
"día que no conoce ocaso" (Liturgia bizantina). El "banquete del Señor" es su centro,
porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que
los invita a su banquete (Cf. Jn 21,12; Lc 24,30):

El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es
llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al
Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha
amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la
salvación (S. Jerónimo, pasch.).

1167 El domingo es el día por excelencia de la Asamblea litúrgica, en que los fieles "deben
reunirse para, escuchando loa palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar la
pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios, que los “hizo renacer
a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos”" (SC 106):

Cuando meditamos, oh Cristo, las maravillas que fueron realizadas en este día del domingo
de tu santa Resurrección, decimos: Bendito es el día del domingo, porque en él tuvo
comienzo la Creación... la salvación del mundo... la renovación del género humano... en él
el cielo y la tierra se regocijaron y el universo entero quedó lleno de luz. Bendito es el día
del domingo, porque en él fueron abiertas las puertas del paraíso para que Adán y todos
los desterrados entraran en él sin temor (Fanqîth, Oficio siriaco de Antioquía, vol 6, 1ª
parte del verano, p.193b)”1

“TERCERA PARTE: la vida en cristo. Segunda sección: Los Diez Mandamientos. Capítulo
primero: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus
fuerzas” artículo 3, El Tercer mandamiento: II El día del Señor:

8
II EL DÍA DEL SEÑOR

¡Este es el día que ha hecho el Señor, exultemos y gocémonos en él! (Sal 118, 24).

El día de la Resurrección: la nueva creación

2174 Jesús resucitó de entre los muertos “el primer día de la semana” (Mt 28, 1; Mc 16, 2;
Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto es el “primer día”, el día de la Resurrección de Cristo
recuerda la primera creación. En cuanto es el “octavo día”, que sigue al sábado (Cf. Mc 16,
1); Mt 28, 1), significa la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los
cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del
Señor (“Hè kyriakè hèmera”, “dies dominica”), el “domingo”:

Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día (después del sábado judío, pero
también el primer día), en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese
mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos (S. Justino, Apol.
1,67).

El domingo, plenitud del sábado

2175 El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente


cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza
plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el
descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de
Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (Cf. 1 o
10,11):

Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no
observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por Él y
por su muerte. (S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9, 1).

2176 La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del
hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su
bondad universal hacia los hombres” (S. Tomás de A., s. th. 2-2, 122, 4). El culto dominical
realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando
cada semana al Creador y Redentor de su pueblo.

La Eucaristía dominical

2177 La celebración dominical del día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel
principalísimo en la vida de la Iglesia. “El domingo, en el que se celebra el misterio pascual,

9
por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de
precepto” (? CIC can. 1246, 1).

"Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo
y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San
José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos" (? CIC can. 1246, 1).

2178 Esta práctica de la asamblea cristiana se remonta a los comienzos de la edad


apostólica (Cf. Hch 2, 42-46; 1 Co 11, 17). La carta a los Hebreos dice: “No abandonéis
vuestra asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animaos mutuamente”
(Hb 10, 25).

La tradición conserva el recuerdo de una exhortación siempre actual: “Venir temprano a la


iglesia, acercarse al Señor y confesar sus pecados, arrepentirse en la oración... Asistir a la
sagrada y divina liturgia, acabar su oración y no marcharse antes de la despedida... Lo
hemos dicho con frecuencia: este día os es dado para la oración y el descanso. Es el día
que ha hecho el Señor. En él exultamos y nos gozamos. (Autor anónimo, serm. dom.).

2179 “La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable
en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del obispo diocesano, se
encomienda a un párroco, como su pastor propio” (? CIC can. 515, 1). Es el lugar donde
todos los fieles pueden reunirse para la celebración dominical de la Eucaristía. La
parroquia inicia al pueblo cristiano en la expresión ordinaria de la vida litúrgica, le
congrega en esta celebración; le enseña la doctrina salvífica de Cristo. Practica la caridad
del Señor en obras buenas y fraternas:

No puedes orar en casa como en la iglesia, donde son muchos los reunidos, donde el grito
de todos se eleva a Dios como desde un solo corazón. Hay en ella algo más: la unión de los
espíritus, la armonía de las almas, el vínculo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes.
(S. Juan Crisóstomo, incomprehens. 3, 6).

La obligación del domingo

2180 El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: “El domingo y las
demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la misa” (? CIC
can. 1247). “Cumple el precepto de participar en la misa quien asiste a ella, dondequiera
que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la
tarde” (? CIC can. 1248, 1).

2181 La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso
los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que
10
estén excusados por una razón seria [por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños
pequeños] o dispensados por su pastor propio (Cf. ? CIC can. 1245). Los que
deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.”

2182 La participación en la celebración común de la Eucaristía dominical es un testimonio


de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión
en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la
salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo.

2183 “Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación
en la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles participen en la
liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado
conforme a lo prescrito por el obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un
tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en grupos de familias” (? CIC
can. 1248, 2).

Día de gracia y de descanso

2184 Así como Dios “cesó el día séptimo de toda la tarea que había hecho” (Gn 2, 2), así
también la vida humana sigue un ritmo de trabajo y descanso. La institución del día del
Señor contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz suficiente que
les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa (Cf. GS 67, 3).

2185 Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de
entregarse a trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia
del día del Señor, la práctica de las obras de misericordia, el descanso necesario del
espíritu y del cuerpo. Las necesidades familiares o una gran utilidad social constituyen
excusas legítimas respecto al precepto del descanso dominical. Los fieles deben cuidar de
que legítimas excusas no introduzcan hábitos perjudiciales a la religión, a la vida de familia
y a la salud.

El amor de la verdad busca el santo ocio, la necesidad del amor cultiva el justo trabajo. [S.
Agustín, civ. 19, 19).

2186 Los cristianos que disponen de tiempo de descanso deben acordarse de sus
hermanos que tienen las mismas necesidades y los mismos derechos y no pueden
descansar a causa de la pobreza y la miseria. El domingo está tradicionalmente
consagrado por la piedad cristiana a obras buenas y a servicios humildes para con los
enfermos, débiles y ancianos.

11
Los cristianos deben santificar también el domingo dedicando a su familia el tiempo y los
cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. El domingo es un tiempo de
reflexión, de silencio, de cultura y de meditación, que favorecen el crecimiento de la vida
interior y cristiana.

2187 Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada cristiano
debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor.
Cuando las costumbres [deportes, restaurantes, etc.] y los compromisos sociales (servicios
públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la
responsabilidad de dedicar un tiempo suficiente al descanso. Los fieles cuidarán con
moderación y caridad evitar los excesos y las violencias engendrados a veces por
espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los poderes públicos
deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al descanso y al culto divino. Los
patronos tienen una obligación análoga con respecto a sus empleados.

2188 En el respeto de la libertad religiosa y del bien común de todos, los cristianos deben
esforzarse por obtener el reconocimiento de los domingos y días de fiesta de la Iglesia
como días festivos legales. Deben dar a todos un ejemplo público de oración, de respeto y
de alegría, y defender sus tradiciones como una contribución preciosa a la vida espiritual
de la sociedad humana. Si la legislación del país u otras razones obligan a trabajar el
domingo, este día debe ser al menos vivido como el día de nuestra liberación que nos
hace participar en esta “reunión de fiesta”, en esta “asamblea de los primogénitos
inscritos en los cielos” (Hb 12, 22-23).

RESUMEN

2189 “Guardarás el día del sábado para santificarlo” (Dt 5, 12). “El día séptimo será día de
descanso completo, consagrado al Señor” (Ex 31, 15).

2190 El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el


domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo.

2191 La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado con
toda razón día del Señor, o domingo.

2192 “El domingo ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto”
(? CIC can. 1246, 1). “El domingo y las demás fiestas de precepto, los fieles tienen
obligación de participar en la misa”(? CIC can. 1247).

12
2193 “El domingo y las demás fiestas de precepto... los fieles se abstendrán de aquellos
trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del
Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo” (? CIC can. 1247).

2194 La institución del domingo contribuye a que todos disfruten de un “reposo y ocio
suficientes para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa” (GS 67, 3).

2195 Todo cristiano debe evitar imponer, sin necesidad, otros impedimentos para guardar
el día del Señor.”2

1.2 CONFESIÓN BAUTISTA DE LONDRES DE 1689

“Capítulo 22: De la adoración religiosa y del día de reposo

1. La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía sobre
todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que, por lo tanto, debe ser temido, amado,
alabado, invocado, creído y servido con toda el alma, con todo el corazón y con todas las
fuerzas.1 Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por él mismo,
y está de tal manera limitado por su propia voluntad revelada que no se debe adorar a
Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de
Satanás, ni bajo ninguna representación visible ni en ningún otro modo no prescrito en las
Sagradas Escrituras.2

1. Jer. 10:7; Mr. 12:33.


2. Gn. 4:1-5; Ex. 20:4-6; Mt. 15:3,8,9; 2 R. 16:10-18; Lv. 10:1-3; Dt. 17:3; 4:2; 12:29-32; Jos.
1:7; 23:6-8; Mt. 15:13; Col. 2:20-23; 2 Ti. 3:15-17.

2. La adoración religiosa ha de tributarse a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y a él


solamente;1 no a los ángeles, ni a los santos, ni a ninguna otra criatura; 2 y desde la Caída,
no sin un mediador; ni por la mediación de ningún otro, sino solamente de Cristo. 3

1. Mt. 4:9,10; Jn. 5:23; 2 Co. 13:14.


2. Ro. 1:25; Col. 2:18; Ap. 19:10.
3. Jn. 14:6; Ef. 2:18; Col. 3:17; 1 Ti. 2:5.

3. Siendo la oración, con acción de gracias, una parte de la adoración natural, la exige Dios
de todos los hombres.1 Pero para que pueda ser aceptada, debe hacerse en el nombre del
Hijo,2 con la ayuda del Espíritu,3 conforme a su voluntad,4 con entendimiento, reverencia,
humildad, fervor, fe, amor y perseverancia;5 y cuando se ora con otros, debe hacerse en
una lengua conocida.6

1. Sal. 95:1-7; 100:1-5. 2. Jn. 14:13,14. 3. Ro. 8:26. 4. 1 Jn. 5:14.

13
5. Sal. 47:7; Ec. 5:1,2; He. 12:28; Gn. 18:27; Stg. 5:16; 1:6,7; Mr. 11:24; Mt. 6:12,14,15; Col.
4:2; Ef. 6:18.
6. 1 Co. 14:13-19,27,28.

4. La oración debe ser por cosas lícitas, y a favor de toda clase de personas vivas, o que
vivirán más adelante;1 pero no a favor de los muertos ni de aquellos de quienes se pueda
saber que han cometido el pecado de muerte.2

1. 1 Jn. 5:14; 1 Ti. 2:1,2; Jn. 17:20.


2. 2 S. 12:21-23; Lc. 16:25,26; Ap. 14:13; 1 Jn. 5:16.

5. La lectura de las Escrituras,1 la predicación y la audición de la Palabra de Dios, 2 la


instrucción y la amonestación los unos a los otros por medio de salmos, himnos y cantos
espirituales, el cantar con gracia en el corazón al Señor, 3 como también la administración
del bautismo4 y la Cena del Señor:5 son parte de la adoración religiosa a Dios que ha de
realizarse en obediencia a él, con entendimiento, fe, reverencia y temor piadoso; además,
la humillación solemne,6 con ayunos, y las acciones de gracia en ocasiones especiales, han
de usarse de una manera santa y piadosa.7

1. Hch. 15:21; 1 Ti. 4:13; Ap. 1:3. 2. 2 Ti. 4:2; Lc. 8:18.
3. Col. 3:16; Ef. 5:19. 4. Mt. 28:19,20. 5. 1 Co. 11:26.
6. Est. 4:16; Jl. 2:12; Mt. 9:15; Hch. 13:2,3; 1 Co. 7:5. 7. Ex. 15:1-19; Sal. 107.

6. Ahora, bajo el evangelio, ni la oración ni ninguna otra parte de la adoración religiosa


están limitadas a un lugar, ni son más aceptables por el lugar en que se realizan, o hacia la
dirección que se dirigen;1 sino que Dios ha de ser adorado en todas partes en espíritu y en
verdad;2 tanto en cada familia en particular3 diariamente,4 como cada uno en secreto por
sí solo;5 así como de una manera más solemne en las reuniones públicas,6 las cuales no
han de descuidarse ni abandonarse voluntariamente o por negligencia, cuando Dios por su
Palabra o providencia nos llama a ellas. 7

1. Jn. 4:21. 2. Mal. 1:11; 1 Ti. 2:8; Jn. 4:23,24.


3. Dt. 6:6,7; Job 1:5; 1 P. 3:7. 4. Mt. 6:11. 5. Mt. 6:6.
6. Sal. 84:1,2,10; Mt. 18:20; 1 Co. 3:16; 14:25; Ef. 2:21,22.
7. Hch. 2:42; He. 10:25.

7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una proporción de tiempo, por
designio de Dios, se dedique a la adoración a Dios, así en su Palabra, por un mandamiento
positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todas las épocas, Dios ha
señalado particularmente un día de cada siete como día de reposo, para que sea guardado
santo para él;1 el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo fue el

14
último día de la semana y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la
semana, que es llamado el Día del Señor y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo
como el día de reposo cristiano, siendo abolida la observancia del último día de la
semana.2

1. Gn. 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27,28; Ap. 1:10.


2. Jn. 20:1; Hch. 2:1; 20:7; 1 Co. 16:1-2; Ap. 1:10; Col. 2:16,17.

8. El día de reposo se guarda santo para el Señor cuando los hombres, después de la
debida preparación de su corazón y de haber ordenado de antemano todos sus asuntos
cotidianos, no solamente observan un santo descanso durante todo el día de sus propias
labores, palabras y pensamientos1 acerca de sus ocupaciones y diversiones seculares, sino
que también se dedican todo el tiempo al ejercicio público y privado de la adoración de
Dios, y a los deberes que son por necesidad y por misericordia. 2

1. Ex. 20:8-11; Neh. 13:15-22; Is. 58:13,14; Ap. 1:10. 2. Mt. 12:1-13; Mr. 2:27,28”3

1.3 DECLARACIÓN DE LA DOCTRINA A ESTUDIAR: El primer día de la semana como


“día del Señor” y el día de reposo cristiano

Como se puede leer en los catecismos católicos y bautista (el de Westminster es idéntico
al bautista en este aspecto), nuestra iglesia ha enseñado y sigue enseñando que Dios
ordenó el día de reposo, el séptimo día, para adoración y alabanza, un día santo para él; y
que este día, luego de la resurrección del Señor ya no es más el séptimo día, sino el
primero, y que es llamado “el día del Señor” (Domingo – del latín Dominicus).

En este día los creyentes han de reunirse para adorar a Dios, y así mismo han de descansar
de sus labores en este día, y también de sus diversiones y dedicaciones seculares.

Ambos catecismos sostienen que este día es uno de precepto, es decir que su observancia
es obligatoria, y que su desatención e incumplimiento es considerada un pecado, por
cuanto este día vino a suceder al sábado, que era un día ordenado por el Señor como
santo, y que debía ser guardado so pena de castigo, tal como era el día de reposo.

Esta es la exposición de la doctrina eclesial del día del Señor como reposo cristiano.

Así que en este tratado me dispongo con la ayuda de Dios a ampliar, clarificar, revisar y
aplicar la doctrina apostólica sobre este asunto. ¡Dios me ayude!

15
2. EL DÍA DE REPOSO EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD SEGÚN LA REVELACIÓN
DIVINA

2.1 La Creación y el día de reposo

Gén.1.31; 2:1-3 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Fueron, pues, acabados los cielos y la
tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó
el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó,
porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”

En efecto, Dios cesó de su acción creadora el sexto día, y el séptimo día descansó y
bendijo este día, que duraba desde el atardecer del día sexto hasta el atardecer del
séptimo día.

 Adán y el séptimo día

¿Debía Adán reposar de sus labores en este día? ¿Estaba Dios ordenando que toda la
posteridad de Adán reposara también el séptimo día de cada semana?

En efecto, el séptimo día de la creación es un día santo, es un día bendito por Dios porque
en él reposo de toda su creación. No tenemos evidencia explicita de que Adán y su
posteridad debían igualmente reposar en este día, o al menos no se nos da en el libro de
Génesis. Pero eso no implica que no fuera así. Es decir, Adán en realidad pudo haber
guardado el día de reposo, pero aún así, aquí en Génesis 1-3, todavía no se nos dice de
qué manera Adán y su posteridad debía guardar este día, en caso que fuera algo que
debía hacer.

2.2 El día de reposo previo a la entrega de la Ley

Éxo.16.4-5 “Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo
saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi
ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger
cada día”

Éxo.16.22-30 “En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada
uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés. Y él
les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo
consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar,
cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana. Y ellos lo guardaron hasta la
mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió. Y dijo Moisés:

16
Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo. Seis
días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará. Y aconteció
que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron. Y Jehová dijo a
Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes? Mirad que
Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estese,
pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el
séptimo día”

No sabemos si entre Adán y Moisés la humanidad guardaba el séptimo día. En realidad no


lo sabemos. Dos posibilidades hay:

La primera es que en efecto así fuera, que la humanidad, o parte de ella, entre Adán y
hasta algún periodo de la humanidad, guardara el día sábado. De ser así, lo más probable
es que para la época en que Dios destruyó la tierra, ya no se guardara este día, pues desde
Noé hasta Moisés no se hace mención alguna de este precepto. Ni siquiera con los
patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.

La segunda posibilidad es que la humanidad desde la caída misma, desde Adán, no


guardara el séptimo día, aun cuando sus semanas fueran de siete días. Y por lo tanto
ahora Dios ordena a su pueblo, descendiente de su siervo Abraham, que guarde este día
como reposo.

Sea cual sea el panorama, una cosa es segura, y es que Dios le recordó a Moisés ahora
sobre el día de reposo: El séptimo día, aun antes de dar la Ley.

 ¿Qué implica que Dios ordenara reposar el séptimo día aun antes de dar la ley en
el Sinaí?

En mi opinión implica que Dios está mostrando a su pueblo que la santidad que él quiere
para ellos comenzó no en el Sinaí, sino desde que fueron sacados de Egipto, y que la
voluntad de Dios para ellos es que guardaran este séptimo día, este día de reposo.

Ahora bien ¿implica esto que toda la humanidad debe guardar el día de reposo por cuanto
fue ordenado aun antes de la Ley? En realidad, Dios aborrece el adulterio, la mentira, la
idolatría, y que se tomara su nombre en vano, aun antes de dar la ley, es decir, estas cosas
eran pecado, no solo a partir del Sinaí, sino aun antes de la entrega de la ley, pues ya
había pecado en el mundo. Así que en efecto, se puede concluir que este mandato implica
que el reposo del día sábado era un precepto de Dios permanente y continuo, que así
como el querría que ninguno matara, diera falso testimonio o codiciara, así tampoco
querría que alguno violara el séptimo día.

17
No obstante, este es un asunto que merece mucha más reflexión teológica, ya que la
implicación de mi anterior declaración conlleva en sí muchas consecuencias para la vida
de los hijos de Dios, incluyendo nosotros, los del Nuevo Pacto.

Así que, sin entrar por ahora a fondo en el asunto, también es posible que en esta ocasión,
días antes de la entrega de la Ley, fuera esta la primera vez que Dios ordenara
oficialmente a los hombres, en este caso, a los hijos de Jacob, guardar el séptimo día.
Recordemos que entre el relato de la Creación y la promesa del Maná, no hubo mención
alguna del día de reposo, solo que se asume que es posible que la humanidad, o parte de
ella (los fieles) observaran tal día.

2.3 El día de reposo en la Ley

 El día de reposo en el pacto del Decálogo

Éxo.19.3-4 “Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a
la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: Vosotros visteis lo que hice a los
egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí”

Dios habría ahora de hacer un pacto de vida con Israel, Dios quería que estos hijos de
Abraham heredasen la tierra prometida y tuvieran vida eterna, y este pacto eran Los Diez
Mandamientos:

Éxo.19.5-17 “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis
mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Entonces Moisés
descendió y se lo dijo al pueblo. Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová
tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses
ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en
el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni
las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los
padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y
hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. No
tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que
tomare su nombre en vano. Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días
trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no
hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu
extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la
tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto,
Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus
días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. No matarás. No cometerás

18
adulterio. No hurtarás. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. No codiciarás la
casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su
buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”

 El día de reposo en otras ordenaciones

Moisés no solo dio Los Diez Mandamientos, sino que también enseñó otras directrices al
pueblo de Dios, y en estas leyes el sábado era un precepto también reiterado:

Éxo.23.11-17 “mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu
pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu
olivar. Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu
asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. Y todo lo que os he dicho,
guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca. Tres veces
en el año me celebraréis fiesta. La fiesta de los panes sin levadura guardarás. Siete días
comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque
en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará delante de mí con las manos vacías.
También la fiesta de la siega, los primeros frutos de tus labores, que hubieres sembrado
en el campo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido los frutos
de tus labores del campo. Tres veces en el año se presentará todo varón delante de
Jehová el Señor”

Éxo.24.6-7 “Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra


mitad de la sangre sobre el altar. Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el
cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos”

Éxo.31.12-18 “Habló además Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel,
diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y
vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico.
Así que guardaréis el día de reposo, porque santo es a vosotros; el que lo profanare, de
cierto morirá; porque cualquiera que hiciere obra alguna en él, aquella persona será
cortada de en medio de su pueblo. Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de
reposo consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente
morirá. Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus
generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel;
porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó. Y
dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del
testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios”

19
Entonces el día de reposo ahora tomaba una connotación importante y es que era una
señal de que Dios santificaba a Israel. En esto pasaje no se refiere a todas las fiestas o días
de reposo, sino en particular al séptimo, que también le fue dado a Israel como señal de
que Dios los santificaba.

Ahora bien, nótese que el fundamento de esta señal y de esta santificación, era que Dios
mismo había reposado en el séptimo día. Es decir, Dios reposó en el séptimo día, luego
ordena a Israel que lo guarde aun antes del Sinaí, y entonces lo incluye dentro de la ley,
pero el mismo día de por sí es dado también como una señal entre Dios e Israel, de que
era él, el Creador, el mismo que descansó en el séptimo día, quien los santificaba a ellos.

Si bien, había otras cosas que Dios mandó, como no matar, no robar, no adulterar,
ninguna de estas era dada por señal al pueblo: “No mates, porque esta es una señal de
que yo los santifico”. No, solo el día de reposo, el reposo de Dios, fue dado como señal de
que él era quien santificaba a su pueblo.

Éxo.34.31-35;35:1-3 “Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos los príncipes de la


congregación volvieron a él, y Moisés les habló. Después se acercaron todos los hijos de
Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí. Y cuando
acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. Cuando venía Moisés
delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, decía a
los hijos de Israel lo que le era mandado. Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés,
veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su
rostro, hasta que entraba a hablar con Dios. Moisés convocó a toda la congregación de los
hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que Jehová ha mandado que sean hechas: Seis
días se trabajará, mas el día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera
que en él hiciere trabajo alguno, morirá. No encenderéis fuego en ninguna de vuestras
moradas en el día de reposo”

Así que el la observancia del día de reposo era enfática como voluntad de Dios para Israel.
No cabe duda.

 La seriedad del día de reposo

Núm.15.32-41 “Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que


recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y
a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado
qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre;
apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación
fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés. Y Jehová

20
habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los
bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un
cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los
mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y
de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis. Para que os acordéis, y hagáis todos
mis mandamientos, y seáis santos a vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de
la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios”

Dios fue tan certero en su mandato y santidad, que ni siquiera permitió que un hombre
que violó el sábado pudiera ser perdonado. Era cosa seria tomarse los mandatos de Dios.
Y el castigo fue tan severo que ni siquiera el robo se castigaba así. Era un pecado grave
ante Dios violentar el sábado, el día de reposo, el séptimo día.

2.4 El Séptimo día e Israel

 La maldad de Israel

Con el pasar del tiempo, Israel se fue corrompiendo cada vez más hasta el punto de
seguramente violar el día de reposo, y los profetas amonestaban continuamente tal
conducta:

Isa.1:13 “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y
día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas
solemnes”

La queja de Dios, no era que el pueblo ya no guardara el día de reposo, que no cesara de
trabajar, sino que su maldad no era cubierta por tal observancia.

 El día de reposo en el profeta Isaías

Isa.56.1-7 “Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi
salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace
esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y
que guarda su mano de hacer todo mal. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable
diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy
árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y
escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis
muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca
perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el
nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no

21
profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa
de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa
será llamada casa de oración para todos los pueblos”

- La bendición de guardar el día de reposo por los extranjeros y eunucos

Aquí Dios dice que tanto extranjeros como eunucos, que seguramente moraban entre
Israel, podrían ser bendecidos siendo llevados al santo monte de Dios, y estar en casa de
oración divina, esto, si ellos abrazaban su pacto y guardaban sus días de reposo.

Sin embargo, no puede entenderse como diciendo “solamente con que guarden el día de
reposo” ¿Pues de qué serviría eso si los hombres practicaran maldad? Así que esta es una
manera de decir, que aunque ellos no fueran parte del pueblo de Dios, de todos modos,
por abrazar la justicia (y esto incluía la observancia del séptimo día) ellos podrían gozar de
la salvación y favor divinos.

Isa.58.13-14 “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y
lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios
caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te
deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la
heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”

Esta es una promesa que Dios también hace a Israel respecto a guardar el día sábado,
indicando que lo que él buscaba no era solamente una cesación de labores, sino una
reorientación de la vida misma hacia él, un buscar su voluntad en este día, y eso llamando
a este día, un día santo y glorioso. Así era como Dios, a través del profeta Isaías, ordenaba
y revelaba que esperaba que su pueblo guardara el día de reposo, el séptimo día.

 El pecado de profanar el día de reposo

Jer.17.21-25 “Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de
reposo, y de meterla por las puertas de Jerusalén. Ni saquéis carga de vuestras casas en el
día de reposo, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el día de reposo, como mandé a
vuestros padres. Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su cerviz
para no oír, ni recibir corrección. No obstante, si vosotros me obedeciereis, dice Jehová,
no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en el día de reposo, sino que
santificareis el día de reposo, no haciendo en él ningún trabajo, entrarán por las puertas
de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el
trono de David, ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los moradores de Jerusalén; y
esta ciudad será habitada para siempre”

22
Así Dios instaba a su pueblo a guardar el día de reposo para poder bendecir a Israel con
tantas y poderosas bendiciones.

Eze.20.10-13 “Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto, y les di mis estatutos,
y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá. Y les di
también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos para que supiesen
que yo soy Jehová que los santifico. Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el
desierto; no anduvieron en mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el
hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días de reposo profanaron en gran manera; dije,
por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos”

Así que el pueblo mismo habiendo recibido la doctrina del día de reposo, lo desechó y lo
profanó y por esto mismo Dios los castigó. Aquí queda mostrado que Dios veía en el día de
reposo una señal también para Israel, de que él, el Señor era quien los santificaba.

 El celo por el día de reposo luego del exilio

Luego del regreso de Babilonia los restauradores determinaron que el sábado debería ser
guardado celosamente para no incurrir otra vez en pecado:

Neh.10.28-31 “Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los
sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la
ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y
discernimiento, se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar
que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y
cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor. Y que
no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para
nuestros hijos. Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y
comestibles en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día
santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra, y remitiríamos toda
deuda”

Neh.13.15-19 “En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en el día de
reposo, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de uvas, de higos y
toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día de reposo; y los amonesté acerca del
día en que vendían las provisiones. También había en la ciudad tirios que traían pescado y
toda mercadería, y vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén. Y reprendí a
los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así
el día de reposo? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal
sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día

23
de reposo? Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes
del día de reposo, dije que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta
después del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de
reposo no introdujeran carga”

2.5 El día de reposo y las naciones gentiles antes de Cristo

¿Israel era la única nación que guardaba el día de reposo? Por lo visto así era, las demás
naciones no tenían este sagrado mandamiento, además de que tenían otros dioses, para
los cuales no existía un día de reposo, como sí lo era el caso de Jehová. Así que es del todo
bien seguro, que la única nación que observaba el día de reposo y que guardaba este día
para su Dios era el pueblo israelita.

 ¿Exigía el arrepentimiento gentil observar el sábado?

La nación de Nínive había suscitado la ira de Dios, por lo que en un movimiento de


misericordia ordenó al profeta Jonás profetizar contra Nínive, de que por su pecado sería
destruida:

Jon.1.2. “Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha
subido su maldad delante de mí”

Así que Jonás, luego de ser reprendido por el Señor, llegó a predicar contra ella:

Jon.3.4 “Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo:
De aquí a cuarenta días Nínive será destruida”

Habiendo Jonás dado su mensaje, esta ciudad se arrepintió de su pecado:

Jon.3.5-8 “Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron


de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y
se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre
ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes,
diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé
alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios
fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus
manos”

El Señor vio entonces su arrepentimiento y perdonó su pecado:

24
Jon.3.10 “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió
del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo”

Ahora bien, no quiero ser impertinente, pero ¿los ninivitas se arrepintieron de no guardar
el sábado? Es decir ¿reconocieron que no observar el sábado era parte de su pecado?
Entonces cuando se arrepintieron ¿comenzaron a observar el sábado? Uno podría
responder que fue así. Que los ninivitas de ahora en adelante, dado que el sábado no era
solo una señal para Israel, sino también una expresión de la voluntad de Dios para toda la
humanidad, entonces ellos ahora guardaron el sábado.

Pero esta posibilidad en mi parecer es muy remota, porque se hubiera precisado que
Jonás les entregara la Ley de Dios y que la observaran, pero al menos eso no es lo que el
libro dice. Solo se nos informa que ellos se arrepintieron, y en particular de su maldad, de
su rapiña.

No descarto que no haya sido posible que los ninivitas hayan sido ordenados por Dios para
guardar el día de reposo también, porque no hay evidencia de que ellos no hayan
guardado el sábado, pero el contexto de toda la historia de la Escritura, me lleva a pensar
que es muy improbable que los ninivitas y las demás naciones fueran reprendidas por el
Señor por no guardar sus días de reposo, por no guardar el sábado. Pero esto merece
muchas más reflexión de la aquí planteada.

Probablemente años más tarde Nínive sería nuevamente el tema de la profecía, esta vez
en boca del profeta Nahum, quien la denuncia contra Dios, pero no se le acusa de violar el
sábado:

Nah.1.1 “Profecía sobre Nínive. Libro de la visión de Nahum de Elcos”

Nah.3.1-4 “¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte
del pillaje! Chasquido de látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta;
jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y
multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres tropezarán, a causa de la
multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que
seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos”

Por tanto, reitero que no me parece lo más acertado aseverar que Jonás acusó a Nínive de
no guardar el sábado, y así el arrepentimiento de Nínive no implicó que esta ciudad y sus
habitantes ahora establecieran el día de reposo.

¿Acaso no dice la Escritura, que el Señor bendeciría a los que abracen su pacto y guarden
sus días de reposo? Claro que sí. Pero lo hace mediante el profeta Isaías, que es leído no
25
en Nínive sino en Israel, y es dado a aquellos extranjeros que se encuentran en Israel, no
en todas las naciones. Y además esta profecía fue escrita después de que el profeta Jonás
visitara Nínive. El contexto impide hacer esta conexión:

Is. 56:3-7 “Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente
Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová:
A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi
pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos
e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que
sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos
los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a
mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los
pueblos”

- Los extranjeros no estaban en pacto con Dios

Además de esto, al leer la Ley uno encuentra que no todos los que estaban en Israel eran
israelitas, sino que allí había extranjeros con quienes Dios no había concertado pacto
alguno, sino que el pacto solo lo había establecido con Israel, pues había leyes que los
extranjeros como tal no estaban ordenados guardar:

Deu.14:21 “Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la
darás, y él podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a
Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre”

Por ejemplo, los extranjeros no tenían derecho a comer la Pascua, primero debían ser
circuncidados:

Éxo.12.43-48 “Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún


extraño comerá de ella. Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella,
después que lo hubieres circuncidado. El extranjero y el jornalero no comerán de ella. Se
comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo.
Toda la congregación de Israel lo hará. Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere
celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y
será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella”

Ahora bien, la orden de la Pascua no era que todos la comieran, sino los israelitas, y que si
algún extranjero quería hacerlo también, debía ser circuncidado. Pero también era

26
posible, y seguramente así sucedió, que hubo entre Israel personas extranjeras que no
comieron la Pascua.

Así que aunque hubiera extranjeros en Israel, éstos no necesariamente estaban en pacto
con Dios, ellos no estaban beneficiados con el pacto divino que fue concertado en el Sinaí.
Entonces ¿debían los extranjeros guardar el Sábado?

Éxo.20.9-11 “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para
Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu
criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días
hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el
séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”

Éxo.23.11- 2 “mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu
pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu
olivar. Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu
asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero.”

Aunque el mandamiento incluye a los siervos, tanto naturales como extranjeros, no


necesariamente implica que los extranjeros estuvieran bajo la misma ley, bajo el día de
reposo, sino que lo guardarán como extensión de la obediencia del israelita, y que el
mismo extranjero se llegaba a beneficiar de este descanso que el pueblo de Israel tomaba.

Por supuesto esta interpretación tiene dificultades y es que si había extranjeros, éstos
tenían que traer sus sacrificios al Señor:

Lev.17.8-9 “Les dirás también: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros
que moran entre vosotros, que ofreciere holocausto o sacrificio, y no lo trajere a la puerta
del tabernáculo de reunión para hacerlo a Jehová, el tal varón será igualmente cortado de
su pueblo”

Así que si había extranjeros en Israel, era casi seguro que también adoraban a Dios, así no
fueran pueblo suyo por heredad de Abraham, Isaac y Jacob. Y con esto concuerdan las
palabras del profeta Isaías:

Isa.56.1-7 “Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi
salvación para venir, y mi justicia para manifestarse. Bienaventurado el hombre que hace
esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y
que guarda su mano de hacer todo mal. Y el extranjero que sigue a Jehová no hable
diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy
árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y
27
escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis
muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca
perecerá. Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el
nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no
profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa
de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa
será llamada casa de oración para todos los pueblos”

Así que, los extranjeros no estaban en pacto con Dios, aunque aun así lo adorasen, pero el
guardar el día de reposo por voluntad de ellos, era una señal de santificación y una
manera por la que el extranjero vendría a ser bendecido por Dios.

2.6 El día de reposo en los días de Jesús

El pueblo de Israel recibió la orden de guardar el día de reposo de manera oficial en el


Sinaí, y hasta los mismos tiempos de Jesús esto no había cambiado:

Mat.12.1-14 “En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus
discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los
fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de
reposo. Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él
estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la
proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente
a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en
el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el
templo está aquí. Y si supieseis qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no
condenaríais a los inocentes; porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.
Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he aquí había allí uno que tenía seca una
mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Él
les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo
en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que
una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Entonces dijo a
aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. Y
salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle”

Mat.24.20-22 “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo
hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por
causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”

28
Una cosa es segura mediante una lectura del Evangelio de Mateo, y es que Jesús no abolió
el día de reposo, o no al menos para los judíos, ya que Mateo de por sí es un Evangelio
para judíos. Compárese el ultimo pasaje escrito por Marcos y Lucas, escritos como es
reconocido universalmente para gentiles:

Mar.13.18-19 “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; porque aquellos días
serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó,
hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería
salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días.

Lc. 21:20-24 “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su
destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en
medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son
días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las
que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la
tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas
las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los
gentiles se cumplan”

A diferencia del Evangelio de Mateo, ni Lucas ni Marcos incluyen el día de reposo en su


exhortación sobre el tiempo del fin, cosa que Mateo sí hace en su amonestación:

Mat.24.20-22 “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo
hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por
causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”

 Jesús no abolió el día de reposo

Entonces, ya sea leyendo Mateo, Marcos, Lucas o incluso el mismo Juan, aunque no lo
cito acá, uno se puede persuadir de que Jesús no abolió el día de reposo.

 Jesús no cambió el día de reposo al primero de la semana

Ni durante su ministerio terrenal, ni después de su resurrección Jesús cambió alguna vez


el día de reposo para que su pueblo, sus seguidores, inicialmente de los judíos, lo
observaran el primer día de la semana.

Mar.16.1-18 “Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo,
y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer
día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos

29
removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la
piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado
al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os
asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí;
mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va
delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. Y ellas se fueron huyendo del
sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque
tenían miedo. Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la
semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete
demonios. Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y
llorando. Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.
Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo.
Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron. Finalmente se
apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su
incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto
resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas
señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas
lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño;
sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”

Mat.28.1-20 “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron
María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un
ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre
ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de
él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a
las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el
Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va
delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo
del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y
mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro,
diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús
les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me
verán. Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a
los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Y reunidos con los
ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros:
Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo
oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y ellos,
30
tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre
los judíos hasta el día de hoy. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde
Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús
se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”

Luc.24.1-50 “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo
las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y
hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús. Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos
varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a
tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que
ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es
necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que
sea crucificado, y resucite al tercer día. Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y
volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los
demás. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas,
quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. Mas a ellos les parecían locura las palabras de
ellas, y no las creían. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro,
vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido. Y he aquí,
dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios
de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.
Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba
con ellos. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. Y les dijo:
¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis
tristes? Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único
forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos
días? Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón
profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le
entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le
crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y
ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. Aunque
también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron
al sepulcro; y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto
visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. Y fueron algunos de los nuestros al
sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. Entonces él
les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
31
¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y
comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las
Escrituras lo que de él decían. Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más
lejos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace
tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando
sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les
fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían
el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino,
y cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén,
y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el
Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les
habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan. Mientras
ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a
vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les
dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis
manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni
huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como
todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de
comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y
comió delante de ellos. Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con
vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde
Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi
Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis
investidos de poder desde lo alto. Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los
bendijo”

Hec.1.4-9 “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen
la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con
agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino
a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones,
que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y
hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le
recibió una nube que le ocultó de sus ojos”
32
Jua.20. “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro,
al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al
otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y
no sabemos dónde le han puesto. Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero
al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó
Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que
había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un
lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al
sepulcro; y vio, y creyó. Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario
que él resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos. Pero María estaba
fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del
sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la
cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron:
Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han
puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que
era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el
hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). Jesús
le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y
diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue entonces María
Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le
había dicho estas cosas. Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la
semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos
por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando
les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron
viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre,
así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos. Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús
vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en
sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi
mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro,
y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo:
Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu
mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás
respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás,
creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. Hizo además Jesús muchas otras

33
señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas
se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre”

Jua.21 “Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de
Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el
Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo.
Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba
amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y
les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la
derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran
cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el
Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había
despojado de ella), y se echó al mar. Y los otros discípulos vinieron con la barca,
arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos. Al
descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. Jesús les dijo:
Traed de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena
de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. Les
dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién
eres? sabiendo que era el Señor. Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del
pescado. Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de
haber resucitado de los muertos. Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro:
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te
amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea
mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de
que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes
que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras
más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus
manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con
qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme. Volviéndose Pedro,
vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había
recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él
quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. Este dicho se extendió entonces entre
los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si
quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Este es el discípulo que da testimonio
de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. Y hay
34
también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una,
pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén”

Así que en realidad no hay mención alguna de que Jesús cambiara el día de reposo, el
séptimo día, por el primer día de la semana. Si hubo tal cambió no fue en las palabras de
Jesús, o al menos, no quedo registrado en las Escrituras.

2.7 El día de reposo para la iglesia primigenia

¿Cuál era el día de reposo para la iglesia primigenia? ¿El séptimo día? ¿El primer día? En
efecto, aquí debemos buscar la respuesta en la literatura canónica, en el Nuevo
Testamento, y en efecto, eso me dispongo a hacer.

Lucas escribió dos historias, una sobre Jesús, y la otra acerca de la expansión de la fe
cristiana desde Jerusalén hasta Roma misma, por medio del apóstol Pablo. Este último
ante todo es un libro histórico, pero no necesariamente está desprovisto de riqueza
teológica y doctrinal, pues en él podemos hallar verdades permanentes para la iglesia
cristiana, ya sea porque en él mismo se dictaminan, o bien porque en él se halla apoyo
indirecto de tales verdades.

Así que voy a revisar el relato de Lucas para constatar de primera mano, cuál sería el día
de reposo para la iglesia primigenia.

2.7.1 El día de reposo para la iglesia judía según Lucas

El cristianismo comenzó en Jerusalén como tal, por supuesto, sin querer con este
desconocer el ministerio del Señor Jesús, sino que lo hago para resaltar que la primera
iglesia fundada oficialmente sería la iglesia de Jerusalén.

Por supuesto esta iglesia estaba conformada en su mayoría de judíos nativos, o bien
prosélitos al judaísmo. Era una iglesia judía que proclamaba a Cristo como el Mesías. Esta
era su particularidad.

 La iglesia Judía como regla general siguió guardando la Ley

Hec.2.41-42 “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron
aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”

Hec.6.7 “Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba


grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe”

35
Hec.10.9-15 “Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad,
Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. Y tuvo gran hambre, y quiso
comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, y
que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado
a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo.
Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque
ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que
Dios limpió, no lo llames tú común”

Hec.10.25-29 “Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies,
adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. Y
hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. Y les dijo: Vosotros sabéis
cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí
me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; por lo cual, al ser
llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?

Hec.11.1-3 “Oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los
gentiles habían recibido la palabra de Dios. Y cuando Pedro subió a Jerusalén, disputaban
con él los que eran de la circuncisión, diciendo: ¿Por qué has entrado en casa de hombres
incircuncisos, y has comido con ellos?”

Por la misma historia que Lucas nos cuenta, es evidente que los creyentes judíos no
habían cambiado su patrón de vida, que era guardar la Ley del Señor, y esto implicaba
necesariamente que el día de reposo para la iglesia de Jerusalén como para todo Israel
seguía siendo el séptimo día, como quedo establecido desde la Creación.

 El Concilio de Jerusalén no cambió el día de reposo

Aproximadamente en el año 49 d.C, se celebró en Jerusalén un concilio al que asistieron


en su mayoría judíos, cuyo objetivo era definir la doctrina apostólica de la observancia de
la Ley para los gentiles, y en este concilio se deja ver claramente cuál era el día de reposo
establecido: El sábado.

Hec.15.1-30 “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os


circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé
tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y
Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar
esta cuestión. Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y
Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los
hermanos. Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los

36
ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la
secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario
circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. Y se reunieron los apóstoles y
los ancianos para conocer de este asunto. Y después de mucha discusión, Pedro se levantó
y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios
escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios,
que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a
nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus
corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos
un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por
la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. Entonces toda la
multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y
maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Y cuando ellos callaron,
Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó
por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto
concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré Y
reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a
levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los
cuales es invocado mi nombre, Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos
antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de
fornicación, de ahogado y de sangre. Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada
ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. Entonces
pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos
varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre
Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; y escribir por conducto de
ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles
que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. Por cuanto hemos oído que algunos
que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras,
perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido
bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros
amados Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro
Señor Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os
harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no
imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo
sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os
guardareis, bien haréis. Pasadlo bien”

37
Así que en el Concilio de Jerusalén tampoco hubo cambio alguno sobre el día de reposo.
Este día seguiría siendo el sábado, y ninguna indicación se da acá de este día cambiaría.

 El día de reposo para Lucas y Teófilo

Hec.17.1-4 “Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una
sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo
discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario
que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio,
decía él, es el Cristo. Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de
los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas”

Lucas es el escritor de Hechos, y él relata que Pablo acostumbraba visitar las sinagogas los
días de reposo, por supuesto podía hacerlo porque él mismo era un judío y tenía entrada
en ellas, él estaría siendo algo lícito. ¿Qué día dice Lucas que era el día de reposo a su
lector Teófilo? ¿Tenía dos días de reposo el apóstol Pablo? ¿Reposaba Pablo el Sábado y
luego el primer día de la semana?

Hec.18.1-11 “Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un
judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por
cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, y como
era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era
hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a
griegos. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por
entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. Pero
oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea
sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles. Y saliendo de
allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la
sinagoga. Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y
muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. Entonces el Señor dijo a Pablo
en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno
pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios”

Es probable que entre los corintios que creyeron estuvieran varios judíos, y no solo Crispo,
sino con él otros también. Así que para estos judíos, de acuerdo a la ley, el día de reposo,
era por supuesto el séptimo día. Pero ahora se habían convertido a Cristo ¿Les enseñó
Pablo que el día de reposo había cambiado a algún otro día? Al menos Lucas no lo dice, y
no parece ser una posibilidad.

38
 La iglesia judía guardó la ley aun después del concilio de Jerusalén

Hacia el año 60 d.C, Pablo viajó a Jerusalén para hacer un peregrinaje en la fiesta de
Pentecostés, y allí recibió la noticia de que millares de judíos celosos de la ley habían
creído. ¿Qué día observan estos judíos celosos de la ley? ¿Cuál era el día de reposo para
estos judíos incluyendo al mismo Jacobo? ¿El sábado o algún otro día de la semana?

Hec.21.18-20 “Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban
reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por
una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo
oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay
que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que
enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles
que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se
reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre
nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo,
purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos
comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también
andas ordenadamente, guardando la ley. Pero en cuanto a los gentiles que han creído,
nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se
abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación”

El día de reposo según la Ley era el sábado, así que estos judíos por supuesto guardarían
este reposo el día señalado en ella. Un cambio en el día, sería tomado por los judíos, no
solo como apostasía a Moisés, sino una profanación al mismo Dios: “Alguien cambia la
Ley”.

Ahora bien, esta multitud de judíos por supuesto guardaban la Ley, y Jacobo le aconseja a
Pablo que participe con ellos, para que se sepa que él también anda conforme a la ley, y
que no es un apostata ni falso maestro. ¿Qué sería el día de reposo para Pablo según la
ley? ¿El séptimo día o algún otro?

 La iglesia judía guardó el día de reposo el séptimo día, tal como está en la ley

Así que si la iglesia judía era celosa de la ley y de las costumbres, es muy poco probable
que ellos hubieran cambiado el día de reposo por otro día. Además, porque la Ley, tanto
el Decálogo como la Creación, estipula que el día de reposo es el séptimo día. Los judíos,
por supuesto seguirían guardando el séptimo día.

2.7.2 El día de reposo para la iglesia gentil según Lucas

39
Esteban evangelizó a los samaritanos, pero fue Pedro quien evangelizó a los primeros
gentiles como tal, y esto no sin revelación divina, sino que el Espíritu le guió a Cesarea
para predicar a Cornelio y su familia.

Hec.11.18 “Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De
manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!”

Posteriormente se fundaría la iglesia en Antioquía, conformada por griegos, es decir, por


gentiles, la cual fue consolidada por los ministerios de Bernabé y Pablo, allí se les llamó a
los discípulos por primera vez como cristianos.

Hec.11.26 “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y
a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”

Luego Pablo y Bernabé son enviados por esta iglesia a hacer discípulos entre los gentiles,
más gentiles, esto sería probablemente para el año 46 d.C.

Pablo y Bernabé regresan a Antioquía para el año 49 d.C, y allí disputan con los fariseos
que ordenaban a los gentiles guardar la ley. Entonces se celebra el Concilio de Jerusalén:

Hec.15.1-30 “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os


circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé
tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y
Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar
esta cuestión. Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y
Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los
hermanos. Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los
ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la
secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario
circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. Y se reunieron los apóstoles y
los ancianos para conocer de este asunto. Y después de mucha discusión, Pedro se levantó
y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios
escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios,
que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a
nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus
corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos
un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por
la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. Entonces toda la
multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y
maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. Y cuando ellos callaron,

40
Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó
por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto
concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré Y
reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a
levantar, Para que el resto de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los
cuales es invocado mi nombre, Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos
antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de
fornicación, de ahogado y de sangre. Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada
ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. Entonces
pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos
varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre
Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; y escribir por conducto de
ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles
que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. Por cuanto hemos oído que algunos
que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras,
perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido
bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros
amados Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro
Señor Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os
harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no
imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo
sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os
guardareis, bien haréis. Pasadlo bien”

 El Concilio de Jerusalén no ordena guardar “Los Diez Mandamientos”

Notemos hermanos que en este Concilio la solución acerca de la Ley, no fue planteada en
términos del Decálogo. Es decir, la proposición apostólica a la solicitud de los Fariseos de
enseñar a los gentiles a guardar la Ley, no fue que los gentiles guardarían únicamente Los
Diez Mandamientos, sino que en realidad no guardarían nada, ellos no estarían bajo la
Ley, y se les pide hacer cosas, como lo explico en otro tratado, acerca de la convivencia
con los Judíos.

Si los gentiles en realidad para esta época, para el año 49 d.C, guardaban Los Diez
Mandamientos, implicaría entonces que guardaban el día de reposo, o bien, un día de
reposo. ¿Es así? Y si era así ¿Qué día reposaban?

41
Los Diez Mandamientos son Los Diez Mandamientos, y el Cuarto de ellos especifica un día
de reposo, y este día es el establecido por Dios en la Creación, el séptimo día, a menos
que tengamos evidencia alguna de que para esta fecha ya los apóstoles habían cambiado
el día de reposo del séptimo a otro día. Pero tal cosa no es mencionada en la Escritura, ni
en Lucas aquí en su relato.

Y esta hubiera sido la oportunidad y el momento más adecuado que tenía la iglesia para
resolver acerca de la Ley en cuanto al Evangelio, y notemos que su resolución no fue
ordenar Los Diez Mandamientos.

Este pensamiento lo amplio en mi tratado: “El Evangelio III Parte: La ley y el Evangelio”.

Pero por ahora señalo que el decálogo no fue establecido como obligatorio para la iglesia,
y de haber sido así, el séptimo día sería entonces el día en que la iglesia gentil habría de
reposar. Pues ¿Quién, cómo o cuándo cambió el día de reposo?

 Para Lucas y Teófilo, el día de reposo era el séptimo día

No se sabe con certeza la fecha de redacción de Lucas, pero de todos modos, en su relato
histórico tenemos buena información para conocer e identificar cuál era el día de reposo
para Lucas y para su destinatario Teófilo: El séptimo día.

Luc.23.54-56; 4:1 “Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo. Y
las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el
sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y
ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento. El primer día de la
semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que
habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas”

¿A qué día de reposo se refería Lucas en su Evangelio? Por supuesto, al sábado. Y esto
mismo fue lo que entendió Teófilo.

Hec.13.13-15 “Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de


Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. Ellos, pasando de Perge,
llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron. Y
después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a
decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo,
hablad”

Pablo entraba en las sinagogas en los días de reposo a predicar allí, los cuales según Lucas
y así lo entendía Teófilo, era el séptimo día de cada semana, el sábado.

42
Hec.18:4 “Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a
griegos”

Este era el año 52 d.C probablemente, y Pablo tenía la costumbre de predicar en las
sinagogas en los días de reposo, los cuales según Lucas y así lo entendía Teófilo, era el día
séptimo de cada semana.

 En la cosmovisión de Lucas, el día de reposo era el séptimo día

Así que leyendo a Lucas uno puede darse cuenta que él consideraba que el día de reposo
era el séptimo día, el sábado; y de esta manera se lo transmitió a Teófilo su lector, y lo que
es importante para la iglesia cristiana es que Teófilo no tendría razón alguna para haber
entendido que el día de reposo había cambiado. Si Teófilo se hubiera convertido en un
maestro cristiano, seguramente hubiera enseñado que el día de reposo era el séptimo día,
tal y como lo había sido enseñado por los apóstoles y por Lucas mismo.

 Para Lucas el día de reposo no es otro día sino el séptimo

Una implicación inequívoca de que para Lucas el día de reposo era el séptimo día, y
también para Teófilo es que el primer día de la semana no era el día de reposo:

Hec.20.4-7 “Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de


Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. Estos, habiéndose
adelantado, nos esperaron en Troas. Y nosotros, pasados los días de los panes sin
levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde
nos quedamos siete días. El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el
pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la
medianoche”

Tanto en el Evangelio de Lucas como en su relato sobre los hechos apostólicos, el día de
reposo era el séptimo día, y no otro. Así que Lucas al informar a Teófilo que la iglesia de
Troas se reunió el primer día de la semana para partir el pan, no estaba diciendo que era
el día de reposo.

Además nótese que la iglesia de Troas se reunió de noche para comer el pan, y no existe
manera alguna de demostrar que ese día la iglesia de Troas reposó, como si fuera un día
de reposo, un sábado.

No, Teófilo no entendió eso, para Teófilo el día de reposo era el séptimo día, y la iglesia de
Troas se reunió a partir el pan el primer día de la semana, que es el día después del día de
reposo. Pero Lucas no le informa a Teófilo que el Sábado fue cambiado por otro día.

43
Esperaría el primer versículo o frase que implique tal cosa. Hasta ahora la Iglesia no la ha
dado.

 El día de Reposo para la Iglesia Primigenia según Lucas era el séptimo día

En conclusión, leyendo la literatura lucana, se puede evidenciar que al igual que en toda la
historia de la humanidad, el séptimo día era el día de reposo. No hubo cambios en la
iglesia que encontramos registrada en los Hechos, ni en la iglesia judía, ni en la iglesia
gentil. El día de reposo siguió siendo considerado el séptimo día de la semana.

2.8 El día de reposo en las cartas apostólicas

Habiendo revisado el asunto en el registro histórico que tenemos de la iglesia, ahora me


dispongo a hacerlo en el resto de literatura del Nuevo Testamento, ya habiendo revisado
los Evangelios, ahora lo haré con las demás escritos: Las cartas apostólicas.

2.8.1 Jacobo

San.2.1-14 “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin
acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de
oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con
agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al
pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre
vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados,
oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y
herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado
al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los
tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en
verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo,
bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos
por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere
en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio,
también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has
hecho transgresor de la ley. Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados
por la ley de la libertad. Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere
misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio. Hermanos míos, ¿de qué
aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?”

 La Ley Real según Jacobo

44
Aquí Santiago llama al mandato de amar al prójimo como La Ley Real. Y esto es acorde con
Pablo quien también hizo una declaración similar:

Gál.5:14 “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a
ti mismo”

Rom.13.8-10 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al
prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás
falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se
resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el
cumplimiento de la ley es el amor”

 La Ley Real no es el Decálogo

Esta es una lectura que se hace de esta porción de la Escritura, en la que se implica que la
Ley Real a la que se refiere Santiago es el Decálogo, ya que él dice que si una persona no
viola el séptimo mandamiento, pero sí el sexto del decálogo, entonces ya es transgresor
de toda la Ley, y queda convicto como violador de ella:

Stg. 2:8-11 “Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo
como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y
quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la
ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No
cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio,
pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley”

Sin embargo, esta es una interpretación equivocada de las palabras de Santiago y lo


explico en dos razones:

La primera es que Santiago no dice que la Ley Real sea el Decálogo, él dice que cumplir la
Ley Real, es decir, amar al prójimo es hacer bien, pero que hacer acepción de personas es
violar el sexto mandato del decálogo, el de no matar, y por tanto, quien transgrede el
sexto mandato ya no estaría cumpliendo la Ley Real, es decir, ya no estaría amando al
prójimo, ya sería un transgresor de la Ley Real. Entonces, la Ley Real no es el Decálogo,
sino amar al prójimo, y esto es lo mismo que enseñarían otros apóstoles.

La segunda razón, es que si la Ley Real es amar al prójimo, y amar al prójimo es guardar el
Decálogo, entonces violar un punto de éste, por ejemplo, el octavo mandamiento, sería
violentar la Ley Real ¿no es así? Entonces violar el primer mandamiento sería transgredir
la Ley Real ¿no es así? Y lógicamente transgredir el cuarto mandato sería violar la Ley Real
¿No es así?

45
Así que si violar el cuarto mandato es transgredir la Ley Real, por ende el creyente debe
cuidar de no hacerlo, es decir, debe guardar el cuarto mandamiento, debe acordarse del
día de reposo, del séptimo día para santificarlo, pues así estará guardando la Ley Real.

Entonces si la Ley Real es el Decálogo, en ultima instancia, porque este es el amor por el
prójimo, entones hay que guardar el cuarto mandamiento. Hay que reposar el séptimo
día, el sábado.

Así que esperaría y llamaría a toda la cristiandad a amar a su prójimo mediante el reposo
sabatino, y acordarse de este séptimo día para santificarlo. Y yo tendría que hacerlo.

Esa sería la implicación lógica de que el Decálogo sea la identidad de la Ley Real.

 La Iglesia debería guardar el sábado si la Ley Real es el Decálogo

Así que si el Decálogo es el amor por el prójimo, y este debe ser observado, entonces la
conclusión inherente es que en definitiva la iglesia judía y gentil ha de observar el sábado,
el Cuarto Mandamiento.

 ¿Guardar el día de reposo fue una doctrina apostólica?

Entonces si nuestra interpretación de que el Decálogo ha de ser guardado, y por tanto el


sábado ha de ser observado, debe necesariamente sostenerse que esta es la doctrina
apostólica, es decir, que los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo enseñaron que la
iglesia, tanto de judíos como de gentiles, debe acordarse del día de reposo para
santificarlo. Y por ende, esta tuvo que ser una enseñanza dada por los apóstoles. Es decir,
que Pedro, los Doce y posteriormente Pablo enseñaban a la iglesia a guardar el día de
reposo, tanto a judíos como a gentiles. Y uno esperaría que lo hicieran con el mismo
ahínco que reprendían a los creyentes respecto al robo, la mentira, el adulterio, la
idolatría y la codicia. Que con el mismo celo reprendieran tanto a judíos como a gentiles a
vivir en santidad también lo hicieran para acordarse del día de reposo para santificarlo.
Esta aplicación de la Ley sería la aplicación coherente con la premisa de que la Ley Real, la
del amor por el prójimo, se cumple guardando el Decálogo.

Este no es el momento para analizar y discutir si la iglesia debe guardar o no el día de


reposo. Por ahora, lo que expongo es que el día de reposo fue establecido en la creación,
que Jesús no lo cambió, y tampoco sus apóstoles. El día de reposo sigue siendo el séptimo
día. Así que si la iglesia ha de guardar el día de reposo, ha de hacerlo el séptimo día.

 Jacobo no cambió el día de reposo

46
Si Jacobo está diciendo que el amor por el prójimo son Los Diez Mandamientos, entonces
implícitamente estaría diciendo que se debe guardar cada punto, para no ser transgresor
de la Ley Real, y eso implica guardar el día de reposo, que al menos Jacobo no dice que ha
cambiado. Más bien, él cita el séptimo y sexto mandato del Decálogo en su exhortación
¿qué nos hace pensar que él cambió el día de reposo?

Jacobo, no es el apóstol ni maestro que cambió el día de reposo.

2.8.2 Primera y Segunda a los Tesalonicenses

Pablo había conformado esta iglesia mediante un ministerio que comenzó por su
predicación en las sinagogas judías en los días de reposo:

Hec.17.1-4 “Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una
sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo
discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario
que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio,
decía él, es el Cristo. Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de
los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas”

 Para la iglesia de Tesalónica el día de reposo era el sábado

Entonces allí había judíos y gentiles que escuchaban la ley cada día de reposo ¿de dónde
venía la idea de un día de reposo? En efecto, de la Tora, tanto del día de reposo divino,
como del cuarto mandato. Eso es una realidad innegable.

Y todas estas personas sabían que el día de reposo era el séptimo día de la semana, el
sábado.

Hermanos, ¿será que Pablo enseñó a la iglesia recién fundada que el día de reposo ya no
sería el séptimo día sino otro día? Bueno, al menos yo mismo no encuentro evidencia de
ello.

En su carta a los Tesalonicenses, Pablo es enfático en condenar dos pecados que al


parecer eran practicados en Tesalónica: La idolatría y la inmoralidad sexual:

1 Tes. 1:9-10 “porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis,
y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero”

1Te.4.2-6 “Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la
voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de

47
vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de
concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe
en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos
dicho y testificado”

Si Pablo no menciona exhortaciones contra el robo, la mentira, la codicia, la blasfemia, la


deshonra de los padres y la observación del sábado, es porque quizá estos no eran
pecados problema en la iglesia tesalónica, y si lo fueran entonces Pablo debió haberles
exhortado respecto a ellos. ¿Les enseñó que el día de reposo ya no era el séptimo día?

Si la iglesia de Tesalónica, creía que debía guardar el Decálogo, entonces sería evidente
que lo haría observando el día de reposo, tal y como está estipulado en la Ley: El séptimo
día.

Así que el punto aquí no es si la iglesia debía o no guardar el Decálogo, y por ello el día de
reposo. El tema en cuestión es que si era así, entonces el séptimo día debió ser observado
por la iglesia, siguiendo la doctrina de que Los Diez Mandamientos debían ser guardados.
Algo que por supuesto no es apostólico, es decir, guardar el Decálogo. ¿O sí lo es?

 Pablo no cambió el día de reposo en su carta a los Tesalonicenses

Por tanto, lo más probable, según la evidencia, no es que la Iglesia de Tesalónica


considerara el día de reposo cualquier día, sino el séptimo, y ante tal enseñanza Pablo no
dijo nada diferente.

2.8.3 Pablo a los Gálatas

 ¿Enseñó Pablo que los creyentes deben guardar el Decálogo?

Como ya lo dije, este es un tema que abordo en otro tratado, en el que amplio la relación
entre la Ley y el Evangelio, pero por ahora deseo que leamos el siguiente texto:

Gál.4.21-31;5:1-14 “Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?
Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero
el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una
alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual
da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y
corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la
Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes
dolores de parto; Porque más son los hijos de las desolada, que de la que tiene marido. Así

48
que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el
que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así
también ahora. Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no
heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos
hijos de la esclava, sino de la libre. Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos
hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que
si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se
circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. De Cristo os desligasteis, los que por la
ley os justificáis; de la gracia habéis caído. Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe
la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la
incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó
para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco
de levadura leuda toda la masa. Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no
pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.
Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En
tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la
libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque
toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

El argumento de Pablo para los que quería sujetarse a la ley, ya fuera a toda ella, o
solamente a Los Diez Mandamiento es que, en primer lugar, los creyentes no están bajo el
pacto del Sinaí, donde el Decálogo fue dado, sino que vienen de la Jerusalén celestial, que
es libre. Ellos no son ciudadanos según la circuncisión en la carne, sino la que se hace en
espíritu. En segundo lugar, Pablo dice que lo que importa en Cristo es la fe que se expresa
a través del amor, y por ello mismo articula que el creyente está libre, y que debe amar a
los demás, pues toda la ley en esta sola palabra se cumple: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”

Así que Pablo no enseñó explícitamente que los creyentes deben guardar el Decálogo, la
enseñanza apostólica es que la Ley, incluyendo el decálogo se cumple en la Sentencia
Real, la misma que citó Santiago (suponiendo que Jacobo escribió antes de Pablo):
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

 Si Pablo hubiera enseñado a guardar el Decálogo, entonces enseñaría a guardar


el día de reposo, es decir, el séptimo día

Ahora bien, admitiendo que Pablo sí enseñó a guardar el Decálogo, como lo sostiene tanto
la iglesia católica y reformada, entonces Pablo enseñó a guardar el cuarto mandamiento,
es decir, a reposar el séptimo día, pues ¿en qué parte de sus escritos Pablo cambió el día
49
de reposo, cambió el séptimo día por otro? Al menos en su carta a los gálatas tampoco lo
hace.

 Los gálatas consideraban que el día de reposo era el séptimo día

Entonces al decir Pablo: “Porque la ley se cumple en una sola palabra” ¿Qué ley o leyes
vendrían a la mente de los gálatas? Exacto, por lo menos y en esencia el Decálogo, y éste
sostenía como tal que el séptimo día es el mismo en que Dios reposó. Los gálatas no
deberían haber llegado a la conclusión de que el día de reposo cambió, pues Pablo no les
dijo eso. ¿O ustedes cómo saben que los gálatas observaban otro día? ¿Tienen evidencia?

2.8.4 Primera a los Corintios

Probablemente hacia el año 57, Pablo escribiría a los corintios esta carta. Recordemos que
Pablo había estado con ellos por un año y medio enseñándoles la palabra de Dios:

Hec.18.1-11 “Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. Y halló a un
judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por
cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, y como
era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era
hacer tiendas. Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a
griegos. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por
entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. Pero
oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea
sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles. Y saliendo de
allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la
sinagoga. Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y
muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. Entonces el Señor dijo a Pablo
en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno
pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.
Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios”

 ¿Enseñó Pablo a guardar el día de reposo?

Como se evidencia en el relato histórico de Lucas, Pablo fue los días de reposo, que hasta
ahora seguía siendo el sábado, a discutir en las sinagogas de los judíos. Allí fue a persuadir
a judíos y a griegos acerca del Evangelio.

Si el Evangelio enseña que los creyentes han de guardar Los Diez Mandamientos, entonces
Pablo pudo haber enseñado esto durante este año y medio que permaneció con la iglesia
de Corintio, conformada por judíos y gentiles.

50
Y si Pablo enseñó Los Diez Mandamientos como obligatorios para la iglesia, entonces el
día de reposo indiscutiblemente sería el séptimo día.

Esta iglesia estaba conformada por judíos que conocían las Escrituras, y Pablo si en
realidad cambió el día de reposo, debió darles evidencia escritural o al menos apostólica,
con la cual dijera algo así: “El día de reposo ahora es el primer día de la semana o el
tercero”. Y algo que sabemos de Pablo es que su enseñanza era común para todas las
iglesias, es decir no solo se lo debió haber enseñado a Corinto, sino al resto de iglesias que
él plantaba: Desde el año 45, la iglesia de Antioquía, la Iglesia de Galacia, de Cilicia, de
Siria, etc. Pero hasta ahora, ninguna evidencia hay de tal enseñanza apostólica. Lo que
sabemos es que él mismo sostenía que la ley se cumplía amando al prójimo.

 El primer día de la semana es un día después del día de reposo

Suponiendo que se mantenía el calendario de semanas de siete días en el imperio, o aun si


no fuera así, los judíos reposaban el séptimo día de su semana, el sábado, y este era el día
en que los judíos se reunían en la sinagoga para leer la Tora.

Ahora, bien, no había de manera regular un octavo día, sino que el ciclo comenzaba de
nuevo, es decir, luego del día de reposo, seguía nuevamente el primer día de la semana,
no el octavo.

Y a este día es que Pablo hace referencia en su carta apostólica:

1Co.15.58; 16:1-4 “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo
en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. En
cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en
las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte
algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan
entonces ofrendas. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a
éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. Y si fuere propio que yo
también vaya, irán conmigo”

 El primer día de la semana no era el día de reposo

El contexto histórico de este verso es que la Iglesia de Jerusalén tenía una necesidad física
y las iglesias gentiles habían acordado enviar una ayuda monetaria a ella, y es posible que
aquí los corintios le hayan preguntado en una carta acerca del asunto a Pablo, no tanto de
cuándo recoger ofrendas para sus pastores, sino de cómo se haría el procedimiento para
recolectar y llevar la ofrenda a la iglesia de Jerusalén.

51
Lo primero que Pablo les aclara es que él no quiere que se recojan ofrendas cuando él
vaya, sino que ya todo esté listo, y solamente se debe designar quiénes llevarían el
donativo a Jerusalén. Y esto era algo que Pablo quería que se hiciera no solo en Corintio
sino en todas las iglesias, incluyendo las de Galacia.

En este contexto es que Pablo dice a los corintios que él quiere que recojan el donativo
para la iglesia de Jerusalén, cada primer día de la semana, mientras él llega allá, que este
sea el día en que cada hermano, dé conforme ha sido prosperado.

¿Quiere decir aquí Pablo que el día de reposo ha cambiado al primer día de la semana?
Por el hecho de que se recoja un donativo particular para la iglesia de Jerusalén no pienso
que implique que Pablo con esta directriz esté diciendo y enseñando que éste es el nuevo
día de reposo. ¿O En realidad Pablo dice que éste es el nuevo día de reposo que ha
cambiado el sábado? Yo espero pacientemente evidencia que constate que así es.
Evidencia bíblica que hasta ahora nuestra iglesia que enseña que el día de reposo cambió,
no ha dado.

Pablo no está diciendo que este primer día de la semana es el día de reposo ¿O cómo se
puede llegar a esa conclusión? ¿Cómo es que se entiende tal premisa implícita en el texto?

La iglesia corintia por supuesto seguía rodeada de judíos, allí había sinagogas judías, y ellas
se reunían el día de reposo, que era el séptimo día. Aquí Pablo menciona el primer día de
la semana, no el día de reposo.

Si este primer día de la semana era el día de reposo, implícitamente la iglesia corintia
debería haberlo guardado cesando de toda obra, descansando, lo cual es improbable, a
menos que este haya sido el día de mercado en el imperio romano.

 La iglesia corintia conocía que el día de reposo era el séptimo día

Pablo no les ha dicho que ellos deben recoger la ofrenda para Jerusalén el día de reposo,
sino el primer día de la semana, un día después del día de reposo. Además era evidente
que los corintios también conocían la Ley:

1Co.11.8-9 “Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el
varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón”

Por tanto, si se le preguntase a la iglesia corintia cuál era el día de reposo, no hay
evidencia que permita inferir que ella respondería: “El segundo”, o “el tercero de la
semana”, sino tal y como está estipulado en la Ley, en el Génesis y en el Sinaí: “El séptimo
día”. No, Pablo no cambió el día de reposo.

52
2.8.5 Pablo a los Romanos

Rom.13.8-14; 15:1-7 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que
ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no
dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se
resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el
cumplimiento de la ley es el amor. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de
levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que
cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras
de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente;
no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino
vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. Recibid al débil en
la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de
todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y
el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres, que
juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque
poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Uno hace diferencia entre día y día; otro
juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El
que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor
no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come,
para el Señor no come, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y
ninguno muere para sí”

 Pablo declaró que el Decálogo se cumple amando al prójimo

Nuevamente Pablo asevera que la Ley se cumple en amando al prójimo, y cita cinco
mandatos del Decálogo, los cuales dice que se cumplen amando al prójimo, y también
cualquier otro mandamiento se cumple de la misma manera. Esa es la declaración
explicita de Pablo.

Ahora bien, si se quiere sostener que de todos modos Pablo enseña que se debe guardar
el Decálogo, y por ende el día de reposo, entonces el día señalado por la Ley, es el mismo
que quedo designado por Dios desde la creación: El séptimo día, a menos que se
demuestre que Pablo enseñaba que el día de reposo había cambiado, pero por lo visto,
para esta fecha, año 57 d.C, nada de eso había sucedido. El día de reposo era el sábado, y
siempre fue el sábado.

 Los que guardaban el día, observaban el sábado

53
Pablo dice que en la iglesia de Roma, había hermanos que hacían caso de un día y otros
no. Había algunos que pensaban que un día era mejor que otro, para otros todos los días
eran iguales.

Suponiendo que era un hecho que la iglesia de Roma, conformada tanto por judíos como
por gentiles, guardaba la doctrina que enseña que el Decálogo es obligatorio para la
iglesia, ¿qué día consideraría la iglesia como día de reposo? ¿Será que los judíos de la
iglesia romana reposaban el sábado y los gentiles el domingo o lunes?

Por supuesto toda la iglesia reposaría el mismo día ¿qué día? Si la respuesta se base en
que la iglesia ha de guardar el Decálogo, entonces ¿qué día ordena el Decálogo? En efecto,
el séptimo.

Si la respuesta es que era el primer día de la semana u otro día, ¿en qué se basa la
respuesta? ¿Qué evidencia bíblica, apostólica y teológica se da para sostener esa premisa?
¿En que parte del registro apostólico quedo consignado el cambio de día?

Por lo tanto, el día que la iglesia consideraba como día de reposo, es el que señalaba y
señala la Tora: El séptimo día.

Así que si se sostiene que la iglesia cristiana guarda el Decálogo y por ende el día de
reposo, entonces el día que se guardaba era el séptimo día, si es que se guardaban Los
Diez Mandamientos.

Desde esa perspectiva, se interpretaría que Pablo se refiere al conflicto entre días, como
que algunos quería guardar más días, como las fiestas ordenadas en la Tora, la Pascua, el
Pentecostés, entre otras; y que otros no haría caso de tales días, pues ellos solamente
guardaban el Decálogo, incluyendo por supuesto el reposo del séptimo día.

 El día de reposo para la iglesia romana era el séptimo día

No hay doctrina alguna apostólica hasta el momento, año 57 d.C, fecha aproximada en
que fuera escrita esta carta que señale un cambio en el día de reposo. Así que si la iglesia
romana reposaba, lo habría hecho conforme al Decálogo: El Séptimo día. Esto en caso de
que en realidad hubiera guardado el Cuarto Mandamiento, o bien, el Decálogo.

2.8.6 Primera a Timoteo

En su primera carta a Timoteo, o bueno, una de los ejemplares que tenemos, pues
seguramente entre Pablo y Timoteo hubo mucha más correspondencia por el ministerio
que ambos compartían, no se nos dice mucho sobre el día de reposo, si éste cambió o
siguió siendo el séptimo día como está escrito en la ley.

54
1Ti.1.3-11 “Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que
mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y
genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es
por fe, así te encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de
corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose
algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni
lo que hablan ni lo que afirman. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa
legítimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los
transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y
profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los
sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se
oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha
sido encomendado”

Pablo dice que la Ley es dada o fue dada para cuanto se oponga a la sana doctrina:
sodomismo, matricidio, irreverencia, inmoralidad, secuestro, entre otros pecados. ¿Se
incluirá la transgresión al día de reposo?

Si Pablo se está refiriendo al Decálogo en particular, éste sostenía que el día de reposo era
el séptimo día, y en ese sentido Pablo en este escrito a Timoteo no hace referencia alguna
al día de reposo, y mucho menos lo cambia.

Así que en esta carta es improbable que Timoteo haya recibido instrucción alguna de que
el día de reposo fuera cambiado de día, del séptimo a otro día de la semana. Hacer eso
sería cambiar la ley misma.

2.8.7 Segunda a los Corintios

2Co.3.7-17 “Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria,
tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la
gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el
ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más
abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es
glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que
perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. Así que, teniendo tal
esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su
rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser
abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando
leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es
quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el

55
corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor
es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”

 La ley es el ministerio de Muerte

Esto no lo digo yo, lo dice Pablo mismo: “el ministerio de muerte fue grabado con letras
en piedra” ¿qué fue grabado en piedra sino la Ley?

Éxo.31.15-18 “Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo consagrado a
Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo, ciertamente morirá. Guardarán, pues,
el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo.
Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los
cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó. Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar
con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el
dedo de Dios”

Pablo aquí hace referencia inequívoca a Los Diez Mandamientos que fueron escritos en
piedra, por el mismo dedo de Dios ¿fue esto glorioso? Pablo mismo dice que lo fue.

Ahora bien, ¿qué día era el día de reposo en esta Ley, en este ministerio de muerte? Por
supuesto, el séptimo día, el día que desde la creación fue establecido. Y como tal no ha
habido cambio.

Si la doctrina apostólica es en verdad que la iglesia ha de guardar el ministerio de muerte


(El Decálogo), entonces ese ministerio declara con suma claridad que ha de reposar el
séptimo día. A menos que por algún apóstol, o el Señor mismo tal día haya cambiado,
pero cambiar el día ¿no es cambiar la ley?

 La iglesia de corintio sabía que el día de reposo era el que estaba estipulado en la
ley, el séptimo día

Por tanto, es inequívoco en mi opinión, dada la evidencia de ambas cartas, que el séptimo
día era el día de reposo. Y que si la iglesia hubiera guardado el Decálogo lo habría hecho
observando el séptimo día.

2.8.8 A Tito

En su carta a Tito, Pablo no hace mención explicita de que el día de reposo haya
cambiado, aun cuando él dice a Tito que él debe enseñar lo que está de acuerdo con la
sana doctrina, interesantemente, en un contexto de reprender a los de la circuncisión que
por ganancia deshonesta enseñaban cosas que no conviene. Pero por lo visto Pablo no

56
resuelve el asunto ordenando que la iglesia guarde únicamente el Decálogo, sino que
menciona una serie de comportamientos sociales:

Tit.1.10-11 “Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y


engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que
trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene.

Tit.1.16 “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y
rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”

Tit.2.1 “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina”

Notemos cómo el enfoque de Pablo no fue aclarar a Tito que lo único que debían guardar
los creyentes era el Decálogo, sino que le dio una serie de instrucciones de vida para que
las guardasen los discípulos, y ninguna instrucción se dio respecto al día de reposo.

Hasta ahora, no se ha dado evidencia en ningún escrito de que el día de reposo fuera
cambiado por otro día. No hay evidencia.

 Zenas el interprete de la ley

Además Tito también debía proveer sustento para Zenas, interprete de la ley. ¿Cuál sería
el día de reposo para este interprete de la ley? ¿Cómo podría este interprete de la ley de
Moisés mostrar que el día de reposo fue cambiado a otro día? Nuevamente no hay
evidencia de tal cosa.

 Para Tito el día de reposo era el Sábado

Pablo nos cuenta que Tito lo acompañó en su viaje a Jerusalén y que estuvo en el Concilio
de Jerusalén:

Gál.2.1-5 “Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando
también conmigo a Tito. Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido
en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico
entre los gentiles. Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue
obligado a circuncidarse; y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas,
que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a
esclavitud, a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad
del evangelio permaneciese con vosotros”

Esto nos permite inferir que Tito era ya un discípulo de Cristo para el año 49 d.C, fecha
aproximada del Concilio, entonces analicemos:
57
¿Enseñaba Pablo a guardar el día de reposo? Si era así ¿qué día era señalado? Si era el
primer día de la semana ¿no hubo una contradicción entre Pablo y Jacobo, quien citó que
el día de reposo era el sábado?:

Hec.15.13-21 “Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos,


oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de
ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como
está escrito: Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está
caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres
busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, Dice el
Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Por lo cual yo juzgo que no se
inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de
las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. Porque Moisés
desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es
leído cada día de reposo”

Cuando Tito sube a Jerusalén ¿qué día guardaba esa iglesia como el día de reposo? ¿El
primer día de la semana o el sábado? Si la respuesta es que la iglesia judía guardaba el
primer día de la semana como reposo ¿no contradice eso toda la evidencia de una iglesia
judía celosa de la ley, que guardaba aun las costumbres de los padres?

Así que se debe demostrar que para el año 49, o la fecha del Concilio, la iglesia ya
guardaba el primer día de la semana como día de reposo. ¿Qué evidencia hay de ello?
Ninguna.

En la iglesia de Jerusalén estaban los de la circuncisión, hombres que habían creído en el


Señor Jesucristo, ¿qué día reposaban ellos? La evidencia muestra que era el día
establecido, es decir, el séptimo, pues eran hombres ceñidos a la Tora. Así que Pablo
hubieran enseñado otro día de reposo sería acusado en realidad no solo de enseñar que
no se guarde la ley, sino peor aun, de cambiarla.

Por tanto, Tito allí encontró que los apóstoles, ancianos y creyentes de Jerusalén
guardaban el día de reposo como estaba establecido: el día que se leía la Tora, es decir, el
séptimo día.

Y Tito escuchó que la iglesia gentil no debía guardar nada de la ley, “que no se inquiete a
los gentiles, porque Moisés ya tiene quien lo predique cada día de reposo” ¿qué día? El
séptimo. ¿Le enseñó Pablo a Tito que el día de reposo fue cambiado? ¿Dónde está la
evidencia?

58
Por tanto, para Tito, un viejo discípulo de Pablo, el día de reposo era inequívocamente el
que está descrito en la Tora: “reposó Dios el séptimo día y lo bendijo”.

2.8.9 A los Filipenses

En la carta a los filipenses tampoco se halla el cambio de día de reposo. Allí Pablo dice que
él era un hombre ceñido a la justicia de la ley, irreprensible en cuanto a ella:

Fil.3.4-6 “Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene
de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la
tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo,
perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible”

¿Cuál era el día de reposo para Pablo? Por supuesto, si él era un hombre irreprensible en
cuanto a la justicia de la ley, eso implica que él guardaba el Decálogo tanto como pudiera,
y ello implica necesariamente que observaba el día de reposo, el séptimo día.

Ahora bien, Pablo mismo acostumbraba a visitar las sinagogas judías para predicar allí en
el día de reposo, como ya lo hemos visto de manera contundente, pero interesantemente
Pablo dijo a los corintios que él hacía esto para poder ganar a los judíos, él se comportaba
como si estuviera bajo la ley:

1Co.9.19-21 “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a
mayor número. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que
están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a
los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no
estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley”

Si Pablo habría de sujetarse a la ley para ganar a los judíos ¿qué día reposaba? En efecto,
el séptimo día, pues así lo estipula la ley.

Si Pablo sabía que el día de reposo había cambiado por otro día ¿cómo lo supo? ¿Cambió
el día Jesús o los apóstoles? Hubo doctrinas que Pablo dice que recibió por revelación,
pero de todas ellas, ninguna ha dicho que el día de reposo cambió.

Así que para los Filipenses, de la provincia de Macedonia, el día de reposo era por
supuesto el sábado, y Lidia, la mujer de Filipos lo sabía bien:

Hec.16.11-14 “Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día
siguiente a Neápolis; y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de
Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. Y un día de reposo
salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos,

59
hablamos a las mujeres que se habían reunido. Entonces una mujer llamada Lidia,
vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el
Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”

2.8.10 A los Efesios

 ¿Fue abolida la ley?

Efe.2.14-16 “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la
pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los
mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y
nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un
solo cuerpo, matando en ella las enemistades”

Pablo dijo hacia el año 63 d.C en su carta a los Efesios que el Señor abolió en su carne la
ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, lo que implicaría que ya no hay una
ley que separa a judíos y a gentiles, sino que ambos son un cuerpo en Cristo.

Si la ley sigue en pie, entonces se ha de reposar el sábado, y los gentiles, que no lo hacen,
sería acusados legítimamente de pecado; pero si la ley, es abolida, aquellas cosas que los
gentiles ya no guarden de la ley, no pueden ser objeto de culpa ante los judíos, como los
alimentos y los días.

Sin embargo, más adelante Pablo menciona el cuarto mandamiento en la misma carta:

Efe.6.1-3 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu
padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y
seas de larga vida sobre la tierra”

Si se interpreta que por esta cita del quinto mandamiento, la ley sigue en pie, es decir el
Decálogo, entonces para el año 63 d.C, el día de reposo sigue siendo el séptimo día. Si
Pablo no cambia el Quinto mandamiento ¿por qué habría de cambiar el Cuarto? Y si tiene
la potestad ¿cuándo y cómo lo hizo? ¿En verdad lo hizo?

 Para los Efesios el día de reposo era el Sábado

Así que ya sea que Pablo esté diciendo que la ley fue abolida (y cumplida ahora en el amor
por el prójimo), o que ésta está en pie, de cualquier manera no hay cambio en el día de
reposo. Éste sigue siendo el séptimo día. En su carta a los Efesios no hay cambio al
respecto. Ese es el punto.

60
2.8.11 A los Colosenses

Col.2.5-23 “Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con
vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y
sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando
en acciones de gracias. Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas
sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y
no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y
vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él
también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el
cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo,
en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le
levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión
de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie
os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de
reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os
prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo
que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la
Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y
ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios. Pues si habéis muerto con Cristo en
cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis
a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a
mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales
cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y
en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Si,
pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a
la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque
habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra
vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los
hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando
vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual
61
conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde
no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino
que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados,
de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra
otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas
estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en
vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed
agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y
exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones
al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra
o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por
medio de él. Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a
vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor”

 ¿Guardaban los Colosenses las fiestas, luna nueva y días de reposo?

Pablo dice que los colosense estaban completos en Cristo, que tenían vida en él y esto
porque habían resucitado con Cristo, estaban vivos, y por tanto no debían permitir que
nadie los juzgara en cuanto a días de reposo, fiesta o luna nueva. ¿Qué quiso decir? Hay
dos manera de interpretar esta frase:

Una, como queriendo decir que los Colosenses guardaban estas cosas y que no debían
permitir que nadie les impidiera esta gracia, la de celebrar los días de reposo, luna nueva o
fiestas, e incluso tener preferencia respecto a algunos alimentos. Y la otra, es que ellos,
no guardaban tales días, y que no debían preocuparse del juicio de otros sobre ellos ¿cuál
es la más coherente con el texto y la historia? La segunda es preferible.

Pues de ser la primera interpretación la verdadera implicación, entonces quedaría por


sentando que la iglesia de Colosas y otras iglesias, celebraban Luna Nueva, Fiestas y Días
de reposo, y que además seleccionaban sus comidas y bebidas, pero esto es algo que
Pablo mismo argumenta en otras cartas diciendo que estos son los rudimentos del
mundo:

Gál.4.8-11 “Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servíais a los que por
naturaleza no son dioses; mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por
Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os
queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo
de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros”

62
Rom.14.2-3 “Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come
legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al
que come; porque Dios le ha recibido”

Así que por la misma doctrina paulina, ese no parece ser significado de la frase, e incluso
el contexto de la carta no se centra en festividades o celebraciones sino en “buscar las
cosas de arriba, no las de la tierra”, y esta es la exhortación de Pablo, que busque la
renovación del hombre interior, no mediante festividades sino vistiéndose de toda virtud
divina. Para Pablo someterse a tales cosas, en cuanto a comida, bebida, días de fiesta, o
de reposo, sería someterse a los rudimentos del mundo.

Entonces la frase: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días
de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero
el cuerpo es de Cristo”, implica que los Colosenses en virtud de su fe no deberían
preocuparse por tales cosas, ni permitir que se les opaque en su fe, ya que en Cristo están
completos.

Entonces ¿no se preocupaban los Colosenses por comida y bebida? Tal parece que no.
Que para Pablo el reino de Dios no consistía en comida o bebida, sino paz y gozo en el
Señor, era evidente.

¿Se preocupaban los colosenses por días de fiesta? ¿Qué fiestas? Por el contexto se
entienden que serían fiestas judías: El día del perdón, la Pascua, Los Tabernáculos, las
primicias y otras fiestas determinadas por los líderes de Israel. Entonces los colosenses no
estaban preocupados por ponerlas en práctica, y no debían permitir que nadie los juzgara
en esto. Ellos estaban completos en Cristo.

¿Guardaban los colosenses los días de reposo? ¿Cuáles días? En la ley había dos clases de
días de reposo: La primera eran días de reposo que acompañaban a cada fiesta, es decir,
en cada fiesta, había días de reposo extraordinarios, aparte del día de reposo común, que
era el séptimo día:

Lev.23.2-28 “Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales
proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: Seis días se trabajará, mas el
séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de
Jehová en dondequiera que habitéis. Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las
convocaciones santas, a las cuales convocaréis en sus tiempos: En el mes primero, a los
catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová. Y a los quince días de este mes
es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin
levadura. El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Y
ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación;

63
ningún trabajo de siervo haréis. Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de
Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis
al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote
mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de
reposo la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin
defecto, en holocausto a Jehová. Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina
amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor gratísimo; y su libación será de
vino, la cuarta parte de un hin. No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta
este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo
es por vuestras edades en dondequiera que habitéis. Y contaréis desde el día que sigue al
día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete
semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis
cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. De vuestras habitaciones
traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de
harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. Y ofreceréis con el pan siete
corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros; serán holocausto
a Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor grato para Jehová.
Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio
de ofrenda de paz. Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehová,
con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a Jehová para el
sacerdote. Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos
haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones. Cuando
segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu
siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios. Y habló Jehová
a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del
mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa
convocación. Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.
También habló Jehová a Moisés, diciendo: A los diez días de este mes séptimo será el día
de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová. Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para
reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios”

Así que había días de reposo ordinarios, es decir, el séptimo día; y había días de reposo
extraordinarios, que señalaban el comienzo y/o final de una fiesta al Señor.

Entonces ¿a qué días de reposo se refiere Pablo en esta carta? Si los colosenses no se han
de preocupar por fiestas, eso implica que no los ha de afanar los días de reposo de esas
fiestas, así que “días de reposo” en lo que respecta a los colosenses por la evidencia lógica
es una referencia al día de reposo ordinario, es decir, el séptimo día.

64
Aunque también podría ser una referencia a esos días extraordinarios de reposo, citados
aparte como un refuerzo a la idea de que no deben preocuparse por tales fiestas. Esto
también es probable, aunque yo me inclino por la primera interpretación, es decir, que a
los colosenses no les ha de preocupar el día de reposo.

Ahora bien, admitiendo que en realidad la iglesia de Colosas y con ella toda la iglesia, sí
debe preocuparse por un día de reposo ¿cuál es ese día? Si es el día estipulado en la ley,
entonces no hay otra opción más que el séptimo día. Pues hasta ahora no había habido
cambio alguno en cuanto al día de reposo, sino que fue establecido en la creación: “Dios
reposó el séptimo día y lo santificó”

 Para la iglesia de Colosas, el día de reposo sería el séptimo día

Al menos por esta carta no se dice que el día legal de reposo haya cambiado. Seguía
siendo el séptimo día.

2.8.12 A Filemón

En esta carta Pablo no abarca muchos temas teológicos, y aunque es importante, de todas
maneras, en ella no se dice si los creyentes han de guardar la ley, o si el día de reposo ha
cambiado.

Por consiguiente yo concluyo por toda la evidencia dada hasta ahora, que para Filemón, el
día de reposo, es el séptimo día.

2.8.13 Último escrito de Pablo

Pablo declaró que Timoteo conocía las Escrituras desde niño, y eso implica que él sabía
Los Diez Mandamientos, él conocía el Decálogo, y sabía cuál era el día de reposo ordenado
en él: El Séptimo Día.

Así que si Timoteo creía que él y la iglesia debía guardar el Decálogo, entonces sabía por
tanto, que el día de reposo que debía guardar era el séptimo día, pues para la fecha, año
67 d.C, nadie había cambiado el día de reposo.

 Pablo no cambió el día de reposo

Por tanto, al leer los textos divinos que fueron escritos por el apóstol Pablo uno no puede
encontrar rastro de que el día de reposo ha cambiado, y por tanto, se debe sostener
necesariamente que el día de reposo es el mismo día que Dios ha bendecido desde el
principio, a saber, el séptimo día.

65
2.8.14 Primera y Segunda de Pedro

En ninguna de las dos cartas Pedro hace alusión al día de reposo, no insta a la iglesia a
guardar el séptimo día, más bien su enfoque es hacer exhortaciones para que la iglesia
crezca en el Señor Jesucristo.

Si Pedro, sostenía que la iglesia debía guardar el Decálogo, algo que hasta ahora no ha
dicho apóstol alguno, de todos modos el día de reposo que la iglesia debiera observar es
el séptimo día.

 Pedro no propuso un cambio en el día de reposo

Así que tampoco el apóstol Pedro propuso u ordeno cambio alguno en el día de reposo, el
cual fue establecido por Dios desde el mismo principio: El séptimo día.

2.8.15 Judas

En esta breve epístola el autor insta a al iglesia a defender la fe de los santos, que por lo
visto, según el contexto, tiene que ver más con la moralidad y santidad de la iglesia, que
con alguna doctrina esencial del Evangelio, la fe, la justificación, la salvación en Cristo,
entre otras.

Y en esta epístola tampoco Judas hace cambio alguno sobre el día de reposo o sobre el
Decálogo. El día de reposo permanece intacto desde su establecimiento en la creación y
afirmación en el Decálogo, sigue siendo el sábado.

2.8.16 A los Hebreos

Heb.3.7-19; 4:1-16 “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No
endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el
desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta
años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan
vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No
entrarán en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón
malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros
cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el
engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos
firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su
voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los
que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano
de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que

66
pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su
reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de
incredulidad. Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su
reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se
nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por
no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el
reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo;
aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Porque en cierto
lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. Y otra
vez aquí: No entrarán en mi reposo. Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en
él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de
desobediencia, otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por
medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones.
Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto,
queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también
ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel
reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Porque la
palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra
hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones. del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta
en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a
quien tenemos que dar cuenta. Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó
los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un
sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro”

 El día de reposo para el autor de hebreos es evidentemente el séptimo día

En este pasaje no voy a entrar a explicarlo, pero sí quiero hacer notar que el autor habla
de dos reposos como tal:

Uno que es un reposo prometido, un reposo futuro, que se supone Israel debiera haber
alcanzado por medio de Josué, pero que a causa de incredulidad no logró; pero este
reposo, sí es alcanzado por aquellos que tienen fe en Dios, es un reposo tanto en el
presente como un reposo que apunta hacia el futuro: “procuremos entrar en ese reposo”.

67
Y en este contexto el autor se refiere al reposo de Dios también, recordando que las
obras de Dios estaban acabadas desde la fundación del mundo: “Por tanto, juré en mi ira,
No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas (las de Dios) estaban acabadas desde la
fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de
todas sus obras en el séptimo día. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo”

Así que es claro, contundente y evidente, que para el autor de Hebreos, el día de reposo
que Dios estableció es el séptimo día, y este reposo es el que él relaciona con el reposo
futuro al cual entraran los creyentes: “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de
las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo”

Así que si este pasaje implica que los creyentes deben guardar el día de reposo, porque
están bajo el Decálogo, este es un pasaje inequívoco en cuanto a que el día de reposo que
tendría que observar la iglesia es el séptimo día.

 El autor de Hebreos no dice que el día reposo es otro día

Heb.10.24-25 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas


obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”

¿Qué día se congregaba la iglesia judía? Si era el sábado, entonces no había caso en
discutir si había otro día de reposo, pero si era el primer día de la semana, u otro día,
entonces ¿el día de reposo cambió?

¿Que la iglesia se reuniera ahora un domingo o un lunes, implicaría que el día de reposo
fue cambiado? Esa podría ser una conjetura aceptable, es decir, deducir que el día de
reposo cambió ya que la iglesia judía se congrega ordinariamente otro día de la semana,
pero notemos hermanos, que este es un razonamiento netamente personal, especulativo
y que no tiene asidero teológico ni bíblico. Yo no puedo concluir que por el hecho de que
la iglesia judía ahora se reuniera el primer día de la semana, entonces el día de reposo
cambió. Si esa es la premisa que quiero sostener, al menos debo dar algo de evidencia.

Argumentar y declarar que el día de reposo cambió por cuanto la iglesia judía o gentil se
reunía otro día, es pasar por alto la abundante evidencia escritural en cuanto al día de
reposo, de que este es el séptimo día.

Si la iglesia se reunía otro día, eso significaba eso y nada más, es decir, que la iglesia se
reunía no el día de reposo, es decir, el séptimo día, sino otro día. Eso es lo que la evidencia

68
bíblica permite inferir. Ir un paso más allá, es moverse fuera de la información de la misma
Escritura.

Por tanto, no es bíblico, apostólico ni teológico argumentar que el día de reposo cambió a
otro día, cuando la Escritura es consistente en la misma verdad: El día de reposo es el
séptimo día. La iglesia solía reunirse otro día. Son datos diferentes.

 Para los hebreos el día de reposo era el séptimo

Entonces los Hebreos a partir de esta carta escrita a ellos no pudieron haber concluido
que el día de reposo había cambiado, por cuanto en ella misma el autor declara que el día
de reposo, es el séptimo día, el día que Dios bendijo desde la creación.

Si la iglesia judía se reunía otro día de la semana, eso no implicaba que ellos estaban
razonando que el día de reposo había cambiado.

Si se le preguntase a los Hebreos, cuál es el día de reposo ¿qué contestarían ellos?

2.8.17 El Evangelio de Juan

Jua.5.1-18 “Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a
Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en
hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos,
ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel
descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía
al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad
que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres
ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando
se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Jesús le dijo:
Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho,
y anduvo. Y era día de reposo aquel día. Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido
sanado: Es día de reposo; no te es lícito llevar tu lecho. Él les respondió: El que me sanó, él
mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. Entonces le preguntaron: ¿Quién es el que te dijo:
Toma tu lecho y anda? Y el que había sido sanado no sabía quién fuese, porque Jesús se
había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. Después le halló Jesús en el templo,
y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. El
hombre se fue, y dio aviso a los judíos, que Jesús era el que le había sanado. Y por esta
causa los judíos perseguían a Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en el
día de reposo. Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. Por esto

69
los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino
que también decía que Dios era su propio Padre, haciéndose igual a Dios”

Jua.7.19-24 “¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué
procuráis matarme? Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura
matarte? Jesús respondió y les dijo: Una obra hice, y todos os maravilláis. Por cierto,
Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de
reposo circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para
que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo
sané completamente a un hombre? No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con
justo juicio”

 Jesús no cambió el día de reposo

En estas dos referencias sobre el día de reposo sobre las que Jesús fue acusado de haber
quebrantado el día de reposo, una cosa es segura, aquí Jesús no cambió el día de reposo,
más bien el dice que los judíos circuncidaban en el día de reposo, es decir en el séptimo
día. No hay cambio sobre el día de reposo.

Jua.19.30-31 “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo
inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Entonces los judíos, por cuanto era la preparación
de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues
aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las
piernas, y fuesen quitados de allí”

 Los lectores de Juan reconocía al séptimo día como día de reposo

Juan cuenta a sus lectores que el día de reposo de la Pascua era un día de reposo “de gran
solemnidad” ¿Qué día era ese día de reposo para estos lectores? En efecto, estos lectores
del Evangelio de Juan, que probablemente estarían leyéndolo posterior a la destrucción
de Jerusalén, es decir, después del año 70 d.C, identificaban al séptimo día como día de
reposo.

Los lectores de Juan no pudieron llegar a otra conclusión, a otra idea, por ejemplo de que
el día de reposo había cambiado.

Si se le preguntase a los lectores de Juan, cuál es el día de reposo ¿qué contestarían ellos?
Si pensamos que ellos podrían decir: “el primero de la semana o el segundo” ¿Con base en
qué hacemos esa presunción? Más bien, la evidencia genérica y coherente de la Escritura
es que el día de reposo es el séptimo día.

70
2.8.18 Las cartas de Juan

1Ju.3.1-8 “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;
por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos
de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que
tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. Todo aquel que
comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis
que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que
permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos,
nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado
es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios,
para deshacer las obras del diablo”

Asumamos que Juan está diciendo lo que se lee en su carta, que el pecado es infracción de
la ley, y que esta ley es el Decálogo, y que Cristo nos libera de la transgresión de la Ley,
entonces por esa lógica los creyentes debemos guardar el Decálogo, y por ende velar por
cada mandato en él ¿Qué ordena el Cuarto Mandamiento? En efecto, que los israelitas se
acuerden del séptimo día, para reposar en él, que cesen de toda labor cotidiana, y por
ende esto mismo debería hacer la iglesia gentil: Cesar de toda labor productiva cotidiana y
reposar el séptimo día.

 El día de reposo es el séptimo día

Lo que aquí quiero enfatizar no es tanto sobre el uso del Decálogo para la iglesia, si ésta
debe o no guardarlo, sino si el día de reposo ha cambiado por otro día. Al menos Juan
tampoco dice aquí que tal día ha cambiado. Además, en mi opinión, es lícito suponer que
los lectores del Evangelio, puedan ser los mismos que los de esta carta, y en ninguno de
los dos escritos se dice que el día de reposo ha cambiado.

Y aun si los lectores del Evangelio no fueran los mismos que los de esta carta, de todos
modos, nada ha cambiado en el Decálogo, el día de reposo sigue siendo el mismo.

2.8.19 El Apocalipsis

En el libro profético de Apocalipsis no se halla referencia alguna al día de reposo o a


cambio alguno de su día por otro. En este libro profético se alaba el guardar los mandatos
de Dios, y si estos mandatos incluyen el Decálogo, entonces queda claro que el día de
reposo es el séptimo día.

71
2.9 Literatura extra – canónica

2.9.1 No hay un cambio del día de reposo en la literatura canónica

Así que habiendo revisado nuestra literatura canónica, aquella que la iglesia cristiana
reconoce como autoritativa y como inspirada por Dios, puedo decir con confianza,
humildad y disposición a ser corregido, que no hay evidencia alguna para sostener que
Dios haya cambiado el día de reposo del séptimo día por otro día. Por tanto al no haber
cambio, se debe seguir sosteniendo, enseñando e instruyendo a la iglesia que el día de
reposo fue el séptimo día, es el séptimo día y será el sábado. Esto es lo primero que
quiero afirmar y dejar por sentado con evidencia que puede ser constatada.

2.9.2 El cambio de día de reposo por otro día ha sido propuesto por maestros
cristianos, pero sin evidencia apostólica

¿Entonces cómo, cuándo y quién propuso en nuestra iglesia que el día de reposo cambió?
En el capítulo 13 de este tratado expongo la manera en que la doctrina del cambio de día
de reposo fue tomando lugar en la Iglesia Cristiana.

Por lo pronto, me resta decir que esta doctrina fue formulada por nuestros maestros de la
fe sin evidencia apostólica, cosa que hasta el día de hoy muchos de ellos siguen
sosteniendo. El Catecismo católico por ejemplo, menciona a San Ignacio en su exposición
del cambio de día de reposo al domingo:

“2175 El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente


cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza
plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el
descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de
Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (Cf. 1 o
10,11):

Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no
observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por Él y
por su muerte. (S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9, 1)” 1

Más adelante analizaré las palabras de Ignacio pero por ahora quiero señalar lo siguiente,
y es que nótese que Ignacio dice que los cristianos ya no deberían sabatizar, observar el
sábado, sino guardar el día del Señor (admitiendo que es el primer día de la semana), pero
Ignacio no dice en su cita que el día del Señor remplazó el sábado. ¿Lo notan?

72
Así que en realidad, no sé cómo nuestra iglesia llegó a la conclusión equivocada de que el
día de reposo fue cambiado. Al menos Ignacio no lo dijo.

Entonces, el hecho es que nuestra iglesia ha propuesta esta teoría del cambio de día de
reposo al primer día de la semana, al cual llamó “hemera kuriakos” o “Dominicus”, en
nuestro idioma “El Día del Señor” sin dar evidencia bíblica de ello. Algún maestro cristiano
confesó esta teoría, y la iglesia, seguramente sin mala intención, pero sin tomarse el
trabajo de analizar la premisa, la aceptó, promulgó y ordenó.

Hasta la fecha, tanto la iglesia católica como reformada sostiene esta premisa errónea de
un cambio del día de reposo.

2.10 Conclusión sobre el día de reposo según los apóstoles

Por tanto, a la luz de la Escritura, de la Ley y los Profetas, del registro histórico de la iglesia
apostólica, de las cartas apostólicas y de la literatura canónica, puedo afirmar que el día
de reposo establecido por el Señor fue el séptimo día, tal y como él lo ordena en la
creación. Que este día fue ordenado en la ley del Sinaí para ser conmemorado cesando de
todo trabajo cotidiano. Que este día, siendo el séptimo día, no ha cambiado, no ha sido
modificado, por Dios, por profeta, ni por apóstol alguno.

Invito a mi iglesia a confesar esta realidad bíblica y evangélica: El día de reposo es el


Séptimo día, el sábado, no otro día.

73
3. EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA PARA LA IGLESIA SEGÚN LA ESCRITURA

Habiendo establecido fijamente con evidencia textual, teológica y exegética (no tan
exhaustivamente como quisiera pero abierto a que se me demande más de ella) que el día
de reposo es el séptimo día, el sábado, ahora me dispongo a ampliar el pensamiento
apostólico en lo que respecta al primer día de la semana.

3.1 El primer día de la Semana entre Adán y Moisés

El primer día de la historia de la creación fue hecha la luz:

Gén.1.1-5 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y
vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la
faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y
separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y
fue la tarde y la mañana un día”

Con toda la importancia del primer día en mente, de todos modos Dios no ordenó
conmemorar el primer día, sino que bendijo al séptimo día:

Gén.2.1-3 “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó
Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y
bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había
hecho en la creación”

Y entre Adán y Moisés, quien recibió la Ley en el Sinaí, no hubo hincapié alguno en
celebrar, guardar o conmemorar el primer día de la semana, el primer día de la creación, si
se puede decir.

 El octavo día

Gén.17.9-13 “Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu


descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto, que guardaréis entre
mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre
vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto
entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros
por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier
extranjero, que no fuere de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el
comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo”

74
Aquí hago una referencia al octavo día, ya que en el catecismo católico al primer día de la
semana, al domingo se le llama el octavo día:

“2191 La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado
con toda razón día del Señor, o domingo”1

Por ahora, quiero hacer notar hermanos que el octavo día, el día de la circuncisión del
niño, no necesariamente coincidía con el primer día de la semana. Supongamos que Isaac
nació el tercer día de la semana (miércoles para nosotros), eso implica que al cuarto día de
la semana siguiente (jueves), es decir, el octavo día de su nacimiento ha de ser
circuncidado, pero no necesariamente sería el primer día de la semana (el Domingo). Esto
es importante notarlo.

3.2 El primer día de la Semana entre Moisés y la división del reino

Ahora bien, una vez que Dios ordena la ley en el Sinaí, y la entrega a Moisés, en ella es
claro e inconfundible el hecho de que Dios ordena reposar el séptimo día, no el primero
de la semana. Eso es un hecho bien marcado.

3.2.1 El primer día de la semana y el octavo día en la Ley

Sin embargo, en la ley se hace mención del primer día de la semana y del octavo día, con
un significado particular, pero solamente en relación con las fiestas del Señor,
purificaciones y rituales de adoración, allí se le menciona porque en ellos hay
ordenamientos que Israel debía seguir:

 La fiesta de las primicias (Pentecostés) – El día cincuenta

Lev.23.10-23 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo
os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros
frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis
aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla,
ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. Su ofrenda será dos
décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor
gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. No comeréis pan, ni grano
tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de
vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis. Y
contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla
de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo
día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. De

75
vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas
de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. Y ofreceréis
con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros;
serán holocausto a Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor
grato para Jehová. Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de
un año en sacrificio de ofrenda de paz. Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida
delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a
Jehová para el sacerdote. Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún
trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras
generaciones. Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón
de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová
vuestro Dios”

Los israelitas debían presentar una ofrenda el día siguiente del día de reposo, es decir,
necesariamente un primer día de la semana, y a partir de este día contar cincuenta días, y
al día cincuenta, nuevamente hacer una ofrenda, la ofrenda de las primicias, y este día,
necesariamente sería también un primer día de la semana, y este día, en la fiesta de las
primicias, sería por orden de Dios, un día de reposo, ningún trabajo de siervo se hará en
él.

Ahora bien, notemos que el día cincuenta es día de reposo, pero no el día que fue ofrecida
la ofrenda primera, es decir, el día uno en la cuenta de los cincuenta días. Solo el último
día es día de reposo. Y esto es habitual en las fiestas del Señor, las cuales comienzan y
terminan con días de reposo:

Lev.23.4-8 “Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las
cuales convocaréis en sus tiempos: En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos
tardes, pascua es de Jehová. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los
panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis
santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Y ofreceréis a Jehová siete días
ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de siervo
haréis”

El punto entonces en la Fiesta de Pentecostés, no es celebrar cada primer día de la


semana, pues en esta fiesta se involucran ocho primeros días de la semana, y en los tales
no hay celebración alguna, sino solo en el último día.

Así que la Fiesta de las Primicias, no es la fiesta del primer día de la semana, es la Fiesta de
las primicias, que comienza y termina en un primer día de la semana.

76
 La fiesta de los Tabernáculos - El Octavo Día

Lev.23.34-43 “Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será
la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. El primer día habrá santa
convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Siete días ofreceréis ofrenda encendida a
Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a
Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis. Estas son las fiestas solemnes de
Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida a Jehová,
holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo, además de los días
de reposo de Jehová, de vuestros dones, de todos vuestros votos, y de todas vuestras
ofrendas voluntarias que acostumbráis dar a Jehová. Pero a los quince días del mes
séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días;
el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de reposo. Y tomaréis el
primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles
frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por
siete días. Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por
vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis. En tabernáculos habitaréis siete días;
todo natural de Israel habitará en tabernáculos, para que sepan vuestros descendientes
que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de
Egipto. Yo Jehová vuestro Dios”

Aquí la fiesta ordenada es la de los Tabernáculos, la cual comenzaba y terminaba con un


día de reposo, pero no necesariamente la fiesta comenzaba un primer día de la semana y
finalizaba otro, sino que empezaba a los quince días del mes séptimo, que podía, según el
calendario, ser cualquier día numérico de la semana. Por tanto, la fiesta podía comenzar
un primer, segundo o cualquier día de la semana, inclusive podía ir de día de reposo a día
de reposo, y por tanto Israel tener dos días de reposo seguidos. Esto era probable en la
Teocracia.

Ahora bien, en esta fiesta no se dice el siguiente primer día de la semana sino el octavo
día, y yo creo que hay una razón muy particular para ello, y es que la fiesta duraba siete
días, y se cerraba con un día de reposo adicional, que no necesariamente coincidiría con
un primer día de la semana, sino con cualquier otro día, y por eso se le llama el octavo día.

Por ejemplo, la Fiesta de los Tabernáculos, comenzaría el cuarto día de la semana (un
martes en la tarde), y entonces finalizaría el siguiente martes en la tarde, donde
comenzaría el octavo día (un miércoles).

Además, que se menciona “el octavo día” porque la instrucción de cerrar la fiesta con un
día de reposo obliga a que se le llame “el octavo día”, es decir, el octavo día de la fiesta

77
(siendo este día el cierre oficial de la celebración), el cual como he mencionado no
necesariamente sería un primer día de la semana, sino bien podría ser cualquier otro día.

Es decir, “el octavo día” aquí señala una instrucción: “Celebren por siete días, y al octavo
día reposen, como al principio de la fiesta” La instrucción en otras palabras podría ser:
“Celebren por siete días, y al día siguiente reposen” ¿Cuál es el día después de terminar la
fiesta de siete días? Así es, el octavo. ¿Y luego del octavo día seguía el noveno? Por
supuesto que no. El octavo día, solo cobraba sentido cuando se le usaba como el cierre de
la fiesta de los Tabernáculos.

 La circuncisión ordenada el octavo día

Lev.12.2-3 “Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón,
será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. Y al
octavo día se circuncidará al niño”

Ya he dicho que la circuncisión del niño al octavo día no necesariamente es el primer día
de la semana.

Así que si se quiere resaltar la importancia del octavo día, en efecto, debe hacerse
comprendiendo que el octavo día puede ser cualquier día de una semana.

 La purificación del leproso – El octavo día

Lev.14.2-10 “Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al sacerdote, y
éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra
del leproso, el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas
vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. Y mandará el sacerdote matar una
avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes. Después tomará la avecilla viva, el
cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla
muerta sobre las aguas corrientes; y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra,
y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. Y el que se purifica lavará sus
vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después entrará en el
campamento, y morará fuera de su tienda siete días. Y el séptimo día raerá todo el pelo de
su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su
cuerpo en agua, y será limpio. El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una
cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada
con aceite, y un log de aceite”

78
Aquí también se menciona el Octavo día, pero del mismo modo se llama octavo día,
porque no coincide con ningún día en particular, este día octavo, puede ser cualquier día.

 La edad del cordero para sacrificio – El octavo día

Lev.22.26-30 “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: El becerro o el cordero o la cabra,


cuando naciere, siete días estará mamando de su madre; mas desde el octavo día en
adelante será acepto para ofrenda de sacrificio encendido a Jehová. Y sea vaca u oveja, no
degollaréis en un mismo día a ella y a su hijo. Y cuando ofreciereis sacrificio de acción de
gracias a Jehová, lo sacrificaréis de manera que sea aceptable. En el mismo día se comerá;
no dejaréis de él para otro día. Yo Jehová”

Del mismo modo se menciona el Octavo día, porque este día octavo puede ser cualquier
día. El becerro puede nacer un miércoles y ser sacrificado entonces el Jueves de la
siguiente semana. La importancia aquí no es tanto el octavo día sino más bien los siete
días que permanece el cordero con su madre siendo amamantado.

 El año de reposo – El octavo año

Lev.25.2-7; 18-22 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra
que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. Seis años sembrarás tu tierra, y seis
años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso,
reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. Lo que de suyo naciere en
tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será
para la tierra. Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva,
a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; y a tu animal, y a la bestia que hubiere
en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer. Ejecutad, pues, mis estatutos y guardad
mis ordenanzas, y ponedlos por obra, y habitaréis en la tierra seguros; y la tierra dará su
fruto, y comeréis hasta saciaros, y habitaréis en ella con seguridad. Y si dijereis: ¿Qué
comeremos el séptimo año? He aquí no hemos de sembrar, ni hemos de recoger nuestros
frutos; entonces yo os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por
tres años. Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno,
hasta que venga su fruto, comeréis del añejo”

Se le ordenó a Israel dejar reposar la tierra cada siete años, cultivando la tierra seis años y
dejándola descansar el séptimo año, siguiendo el patrón de seis de trabajo y uno de
descanso. Y después del descanso de la tierra, se podría retomar labores en ella, por
supuesto, el octavo año. No hay otra manera mejor de describir el ciclo.

 El octavo día en el reino

79
1Re.8.62-66 “Entonces el rey, y todo Israel con él, sacrificaron víctimas delante de Jehová.
Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y
ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.
Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de
Jehová; porque ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de
paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era pequeño, y no cabían
en él los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz. En aquel tiempo
Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel, una gran congregación, desde donde entran en
Hamat hasta el río de Egipto, delante de Jehová nuestro Dios, por siete días y aun por
otros siete días, esto es, por catorce días. Y al octavo día despidió al pueblo; y ellos,
bendiciendo al rey, se fueron a sus moradas alegres y gozosos de corazón, por todos los
beneficios que Jehová había hecho a David su siervo y a su pueblo Israel”

Aquí después de catorce días de fiesta, se hubiera podido decir, al día quince despidió al
pueblo, pero no se hace así, señalando la duración de dos semanas de fiesta, dos semanas
de siete días, y luego al octavo día de esa ultima semana, despidió al pueblo. Ese octavo
día, bien pudo ser un Lunes, un martes, o cualquier otro día.

 En la Ley no hay orden alguna de celebrar “el primer día de la semana” o “los
primeros días de cada semana”

Entonces nótese que en la Ley no fue ordenado celebrar ningún primer día de la semana,
ni siquiera en la fiesta de Pentecostés, pues lo que se celebraba a allí era el comienzo y
final de la fiesta, que en efecto comenzaba un primer día y finalizaba un primer día de la
semana. Pero no necesariamente se celebran todos los siete primeros días de la semana
durante esta fiesta, sino solo el último día, el día cincuenta, y éste era convocado como
reposo. Así Israel reposaba dos días seguidos, el día cuarenta y nueve, un sábado y luego
el día cincuenta, un primer día de la semana.

3.3 El primer día de la Semana entre la división del reino y el exilio

Eze.43.21-27 “Tomarás luego el becerro de la expiación, y lo quemarás conforme a la ley


de la casa, fuera del santuario. Al segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto, para
expiación; y purificarán el altar como lo purificaron con el becerro. Cuando acabes de
expiar, ofrecerás un becerro de la vacada sin defecto, y un carnero sin tacha de la manada;
y los ofrecerás delante de Jehová, y los sacerdotes echarán sal sobre ellos, y los ofrecerán
en holocausto a Jehová. Por siete días sacrificarán un macho cabrío cada día en expiación;
asimismo sacrificarán el becerro de la vacada y un carnero sin tacha del rebaño. Por siete
días harán expiación por el altar, y lo limpiarán, y así lo consagrarán. Y acabados estos

80
días, del octavo día en adelante, los sacerdotes sacrificarán sobre el altar vuestros
holocaustos y vuestras ofrendas de paz; y me seréis aceptos, dice Jehová el Señor”

Esta es una profecía dada por Ezequiel, la cual ni siquiera establece el octavo día como el
primer día de la semana, sino como cualquier día, habiéndose dicho que por siete días se
limpiaría el altar, y luego, al octavo día, no necesariamente un primer día de la semana, se
aceptarían sacrificios.

Este no es el momento de tratar sobre la interpretación de esta profecía.

3.4 El primer día de la Semana entre el exilio y la venida de Cristo

Neh.8.14-18 “Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés,
que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo; y
que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid
al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo
árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito. Salió, pues, el pueblo, y
trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los
patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta
de Efraín. Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en
tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no
habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande. Y leyó Esdras en el libro de
la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por
siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito”

Aquí Israel, habiendo regresado de la cautividad, no celebró el octavo día, sino la fiesta de
los Tabernáculos, que finalizaba con un día de reposo, independientemente de su número
en la semana, fuera el día primero, segundo o tercero.

3.5 El primer día de la semana entre la encarnación y la ascensión de Cristo

 No había fiesta o mandato alguno de celebrar “los primeros días de la semana”


en los días de Jesús

Como lo he expuesto hasta ahora, Dios no ordenó en su Ley guardar “el primer día de
cada semana”, y tampoco “el octavo día de cada semana”. Dios ordenó sus fiestas para
Israel, sus purificaciones y sus rituales, en los cuales el numero siete era prominente y se
otorgaba el octavo día como cierre de algunas fiestas o fin de un ciclo. Pero como tal no se
ordenó guardar el octavo día de la semana. No existía tal mandamiento.

 Jesús no ordenó guardar el primer día de cada semana en su ministerio terrenal

81
Al menos leyendo los Evangelios no parece que durante su ministerio Jesús haya
ordenado a sus discípulos guardar o celebrar el primer día de la semana. Este sería un día
cotidiano en los discípulos.

 El Señor resucitó un primer día de la semana

Mar.16.1-18 “Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo,
y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer
día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol. Pero decían entre sí: ¿Quién nos
removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Pero cuando miraron, vieron removida la
piedra, que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado
al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas él les dijo: No os
asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí;
mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va
delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo. Y ellas se fueron huyendo del
sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque
tenían miedo. Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la
semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete
demonios. Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y
llorando. Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.
Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo.
Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron. Finalmente se
apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su
incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto
resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que
creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas
señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas
lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño;
sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”

Mat.28.1-20 “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron
María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un
ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre
ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de
él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a
las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el
Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va
delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo

82
del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y
mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro,
diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús
les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me
verán. Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a
los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Y reunidos con los
ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros:
Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo
oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y ellos,
tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre
los judíos hasta el día de hoy. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde
Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús
se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”

Luc.24.1-50 “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo
las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y
hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús. Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos
varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a
tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que
ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es
necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que
sea crucificado, y resucite al tercer día. Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y
volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los
demás. Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas,
quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. Mas a ellos les parecían locura las palabras de
ellas, y no las creían. Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro,
vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido. Y he aquí,
dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios
de Jerusalén. E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.
Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba
con ellos. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen. Y les dijo:
¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis
tristes? Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único
forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos
días? Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón
83
profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; y cómo le
entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le
crucificaron. Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y
ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. Aunque
también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron
al sepulcro; y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto
visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. Y fueron algunos de los nuestros al
sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron. Entonces él
les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y
comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las
Escrituras lo que de él decían. Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más
lejos. Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace
tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando
sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les
fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían
el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino,
y cuando nos abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén,
y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el
Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les
habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan. Mientras
ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a
vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les
dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis
manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni
huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como
todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de
comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y
comió delante de ellos. Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con
vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras; y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde
Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi
Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis
investidos de poder desde lo alto. Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los
bendijo”

84
Jua.20. “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro,
al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al
otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y
no sabemos dónde le han puesto. Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero
al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó
Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que
había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un
lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al
sepulcro; y vio, y creyó. Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario
que él resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos. Pero María estaba
fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del
sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la
cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron:
Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han
puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que
era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el
hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). Jesús
le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y
diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue entonces María
Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le
había dicho estas cosas. Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la
semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos
por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando
les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron
viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre,
así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos. Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús
vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en
sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi
mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro,
y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo:
Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu
mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás
respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás,
creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. Hizo además Jesús muchas otras

85
señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas
se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre”

 Jesús no ordenó celebrar el día de su resurrección cada semana

Entonces es completamente evidente que nuestro Señor resucitó el primer día de la


semana, un día pasado el día de reposo. Cabe la pena recordar que este primer día de la
semana comenzaba en la tarde del Sábado y terminaba en la tarde del domingo, así que
no se puede leer el texto como queriendo decir que el día comenzó a la media noche,
entre sábado y domingo. Aquí hay que hacer una lectura que haga justicia tanto al
calendario judío como al romano. Una cosa es segura, para la mañana del primer día de la
semana, un domingo (aunque el día no se llamaba así), ya el Señor no estaba en la tumba,
y se dice que esto fue aun siendo oscuro, bien podría ser a las 5 o 6 am. ¡Nuestro Señor
resucitó!

Notable es también que nuestro Señor no dio mandamiento alguno a sus apóstoles de que
guardaran el primer día de la semana en conmemoración a su resurrección. El Señor no
ordenó tal cosa.

 El Señor y la Fiesta de las primicias

Dado que el Espíritu Santo fue enviado el día de Pentecostés, es decir el día cincuenta de
la fiesta de Pentecostés, esto nos permite hacer una aproximada reconstrucción de los
hechos y fechas que rodearon la muerte, resurrección y ascensión de nuestro Señor
Jesucristo.

El Señor comió la pascua con sus discípulos el catorce del mes primero según el calendario
judío, como lo estipulaba Dios en la ley:

Lev.23.4-8 “Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas, a las
cuales convocaréis en sus tiempos: En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos
tardes, pascua es de Jehová. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los
panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis
santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Y ofreceréis a Jehová siete días
ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de siervo
haréis”

Así que entre la tarde del Jueves y la tarde del Viernes, era la Pascua del Señor, la fecha en
que se sacrificaba al cordero:

86
Mar.14.1-2 “Dos días después era la pascua, y la fiesta de los panes sin levadura; y
buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y
decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo”

Luc.22.7-9 “Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el
cordero de la pascua. Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua
para que la comamos. Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?”

Así que el Señor murió en la fiesta de la pascua. Murió entre la tarde del Jueves y la tarde
del Viernes. Así que tan pronto acabó el día viernes, se dio comienzo a la fiesta de los
panes sin levadura, por siete días comerían panes sin levadura. Y este primer día era
solemne, era un día de santa convocación y también reposo. En esta ocasión coincidieron
dos días de reposo: El día de reposo ordinario semanal, y el día de reposo que marcaba el
inicio de la fiesta de los panes sin levadura, Juan mismo lo denota en su Evangelio:

Jua.19.31 “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los
cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran
solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí”

Así que la fiesta de los panes sin levadura comenzó la tarde o la noche del viernes, y
nuestro Señor fue sepultado con prisa para que no quedara ese primer día de la fiesta,
que era día de reposo, sin sepultura:

Jua.19.40-42 “Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias


aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos. Y en el lugar donde había sido
crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había
sido puesto ninguno. Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y
porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús”

Entonces el sábado, que comenzó en la tarde del viernes, fue el primer día de los panes
sin levadura, y estos siete días de fiesta terminaría el siguiente viernes en la tarde, y el
séptimo día sería entre el jueves, a los ocho días de la entrega del Señor, y el viernes, este
día también tuvo que ser santa convocación. Y al día siguiente, el siguiente sábado sería
entonces un día de reposo ordinario.

Ahora bien, la Fiesta de las primicias era celebrada a partir del primer día de la semana,
después del primer sábado de la Pascua. En este caso, el día primero de la fiesta de las
primicias sería entonces el mismo día en que resucitó nuestro Señor:

Lev.23.10-23 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo
os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros

87
frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis
aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla,
ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. Su ofrenda será dos
décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor
gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. No comeréis pan, ni grano
tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de
vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis. Y
contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla
de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo
día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. De
vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas
de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. Y ofreceréis
con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros;
serán holocausto a Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor
grato para Jehová. Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de
un año en sacrificio de ofrenda de paz. Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida
delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a
Jehová para el sacerdote. Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún
trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras
generaciones. Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón
de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová
vuestro Dios”

Así que si la Fiesta de las Primicias comenzó el primer día de la Semana, después del
sábado de Pascua2 o de Panes sin Levadura, que en este año coincidió con un sábado
ordinario, de ahí en adelante se deben contar cincuenta días, y el quincuagésimo día, sería
el día de Pentecostés, en el que descendió el Espíritu Santo.

Entonces el Señor resucitó el primer día de la Fiesta de primicias, un primer día de la


semana, y el Pentecostés se cumplió ocho domingos después, incluyendo el día de la
resurrección del Señor. Por tanto, si según Lucas el Señor estuvo cuarenta días con ellos,
entonces el Señor fue llevado al cielo un viernes, el día cuarenta en la fiesta de primicias, y
envió el Señor el Espíritu el día cincuenta ¡Aleluya!

Sin embargo, la Fiesta de las Primicias como tal, no era todo el periodo de cincuenta días,
sino el primer día de la fiesta, que era un primer día de la semana, y el último día, que
también sería un primer día de la semana, un día después del séptimo día, del día de
reposo.

88
Así que el Señor resucitó el primer día de la fiesta de primicias, y envió su Espíritu en el día
en que se ofrecían las primicias como tal.

- Pablo llama al Señor “las primicias”

1Co.15.20-23 “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un
hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también
en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias;
luego los que son de Cristo, en su venida”

Este pasaje se interpreta de dos maneras, una en la que Cristo se llama las primicias, y
otra en la que Cristo, es el primero en resucitar, y las primicias son aquellos que
resucitaron luego de la resurrección del Señor:

Mat.27.51-53 “Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra
tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos
que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la
resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos”

De cualquier modo hay una asociación entre Cristo y las primicias, y aun en lo que tiene
que ver con la fiesta como tal. Aunque yo mismo me inclino en llamar a Cristo, las
primicias.

- Pablo dice que los creyentes tienen las primicias del Espíritu

Rom.8.22-23 “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores
de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las
primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando
la adopción, la redención de nuestro cuerpo”

Así que aquí Pablo podría estar diciendo que él y los creyentes tienen las primicias del
Espíritu, que en realidad es el mismo Espíritu, y no algo que él añade al don del Espíritu
Santo, sino que el Espíritu es las primicias, pues él fue enviado el día de las primicias
también.

Así que el Señor marcaría el inicio de las primicias y así mismo también el Espíritu sería
enviado como primicias. Y ambos eventos acontecen un primer día de la semana.

- El Señor no ordenó celebrar la fiesta de las Primicias

89
Ahora bien, aun con toda esta tipología cumplida, el Señor mismo no ordenó celebrar la
fiesta de las primicias, él no ordeno que su iglesia conmemora cada año su resurrección y
el descenso de su Espíritu.

Así tampoco ordenó que se celebrase cada primer día de la semana una conmemoración
en su nombre. No hay tal ordenamiento.

- El Señor comió pan durante las primicias

Jua.21.12-14 “Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a
preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor. Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y
les dio, y asimismo del pescado. Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus
discípulos, después de haber resucitado de los muertos”

Luc.24.29-31 “Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque
se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que
estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.
Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista”

Este dato es interesante porque durante el periodo de cincuenta días de las primicias,
Israel no podía comer pan, como se puede leer en las indicaciones de la fiesta. ¿Por qué el
Señor comió pan y lo dio a sus discípulos?

Varias opciones: La primera es que la fiesta de los panes sin levadura era concomitante
con la de las primicias, y en esto no pecarían los discípulos al guardar aun la Ley. La
segunda es que la fiesta de las primicias todavía no se había inaugurado, sino que correría
al menos tres semanas después, pues si aceptamos que la tercera aparición del Señor,
pudo ser quince días después de su resurrección, así estarían las cuentas. O en tercer
lugar, que el Señor, siendo Señor, y él mismo las primicias, partiría el pan con sus
discípulos.

Yo me inclino por pensar que se comía el pan como fiesta concomitante con las primicias,
o bien se comía el pan durante este periodo, por alguna razón, sin ser delito contra la ley.
Desconozco el asunto a profundidad.

 El Señor no estableció el primer día de la semana para conmemorar alguna


celebración

Habiendo explicado la posibilidad de que el Señor cumpliera la fiesta de primicias, queda


claro que el Señor mismo tampoco ordenó que su iglesia celebrara la fiesta de las
primicias, o “los primeros días de cada semana”. No hay indicación alguna.

90
Antes bien, como se dijo anteriormente, la iglesia judía seguiría guardando la ley, y esto
incluye la celebración de las fiestas del Señor, incluyendo Pentecostés mismo.

3.6 El primer día de la semana desde la ascensión de Cristo hasta su nuevo regreso

3.6.1 Para Jacobo

Santiago escribió su carta a la iglesia judía para amonestarla sobre su conducta descuidada
en cuanto a la santidad. En ella como tal no se hace mención alguna del primer día de la
semana como tal.

No obstante hay una cita que reconoce que la iglesia judía como tal se congregaba:

San.2.1-3 “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin
acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de
oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con
agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al
pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado”

Aquí no se nos dice el día específico en que la iglesia judía se congregaba, sin embargo es
de notar que la palabra traducida a nuestro español como “congregación” en este texto,
proviene no del vocablo griego ekklesia, sino de sunagoge, que es la palabra más usual
para describir sinagoga, como el lugar de reunión de judíos.

Además por lo visto en este carta, es muy posible que esta comunidad no estuviera
compuesta por judíos y gentiles, sino exclusivamente judíos, pues aunque la iglesia puede
ser equiparada en algunos contextos con “el Israel de Dios”, no obstante Santiago hace
una mención muy explicita de sus destinatarios, que no parece incluir a los gentiles: “Las
doce tribus”

San.1.1 “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la
dispersión: Salud”

Así que lo más posible entonces, es que esta carta fuera escrita a judíos, y esa sea una
razón por la que Jacobo utiliza el término sinagoga en esta carta.

¿Cuándo se congregabas estas doce Tribus? Aquí no se nos dice. Si estas tribus guardaban
el día de reposo, entonces es posible que se reunieran el sábado a leer a los profetas,
ahora a la luz del Mesías.

De cualquier modo no se nos dice explícitamente el día en que ellos se reunían.

91
3.6.2 Para Pablo

 Los Tesalonicenses

En estas cartas como tal no hay mención del primer día de la semana. Aunque era
evidente que estas iglesias se reunían, pero no se nos dice el día como tal de reunión.

Esta era una iglesia conformada tanto por gentiles como por judíos, y por tanto, se
reconocía y sabía que el día de reposo era el sábado. Entonces si los judíos observaban el
sábado ¿lo harían los gentiles? Si los gentiles también reposaban, sería lo más lógico
entonces pensar que ese probablemente sería el día de reunión establecido.

De todos modos no sabemos con certeza el día de reunión de la iglesia a través de la


lectura de estas dos cartas.

 Gálatas

Esta iglesia también estaría conformada por judíos y gentiles, y en ella se hace hincapié en
que las personas no necesitan estar bajo la ley para heredar el reino de Dios, sino es
suficiente la fe que obra por medio del amor, y este amor es el que cumple toda la ley.

Si las iglesias de Galacia creían que el Decálogo era normativo para ellos, entonces sería
un hecho que ellos reposaban el sábado, y posiblemente este sería su día predilecto de
reunión.

Pero como acontece en otras cartas, en este tampoco se da información de cuándo la


iglesia se reunía formalmente.

 Primera a los Corintios

Esta carta fuera escrita hacia el año 57 d.C3, casi diez años después del Concilio de
Jerusalén y casi 20 años después del llamado de Pablo para discipular gentiles.

En esta carta es la única en que se hace mención del primer día de la semana:

1Co.15.58; 16:1-4 “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo
en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. En
cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en
las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte
algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan
entonces ofrendas. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a

92
éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. Y si fuere propio que yo
también vaya, irán conmigo”

Nuevamente recordemos el contexto: Las iglesias gentiles habían acordado enviar un


donativo a la iglesia de Jerusalén, porque seguramente estaba en necesidad, o bien en
muestra de hermandad:

Rom.15.25-27 “Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. Porque Macedonia
y Acaya (Provincia donde está Corinto) tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres
que hay entre los santos que están en Jerusalén. Pues les pareció bueno, y son deudores a
ellos; porque si los gentiles han sido hechos participantes de sus bienes espirituales,
deben también ellos ministrarles de los materiales”

Y las indicaciones de Pablo en esta carta tienen apariencia de ser una respuesta a alguna
pregunta o inquietud sobre la ofrenda para los santos. Nótese “En cuanto a la ofrenda
para los santos”. Así que era un tema que ya había estado sobre la mesa entre los
corintios y Pablo. Es muy posible que Acaya fuera la provincia que hizo la proposición,
luego se sumó Galacia, y luego Macedonia (el orden no es prioridad ahora), y ahora Acaya
pregunta a Pablo sobre cómo llevar a cabo este donativo. Y Pablo responde:

1 Cor 16:1-4 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la
manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de
vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo
llegue no se recojan entonces ofrendas. Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis
designado por carta, a éstos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. Y si
fuere propio que yo también vaya, irán conmigo”

Así que la misma orden que recibe Corinto aquí es la misma que Pablo ha dado en las
iglesias de Galacia, los gálatas. ¿Cuál es la orden?

“Cada primer día de la semana, cada uno ponga aparte algo, según haya prosperado,
guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”.

Veamos más detalladamente la orden apostólica para las iglesias, que por supuesto no
sería solo para Corinto, sino también para Galacia y luego para Macedonia.

“Cada uno ponga aparte algo según haya prosperado” El que crea que ha prosperado
mucho, dará mucho, el que poco, dará poco. Cada uno dará con liberalidad. De todos
modos se enfatiza que cada uno ponga aparte algo. Se implica la participación de toda la
iglesia, y un continuo apartar algo, pues cada primer día de la semana, cada uno debía
apartar algo, no era cada mes, o cada quince días, sino cada primer día de la semana.

93
“Guardándolo” ¿Querrá decir Pablo que cada quien guarde en su casa la ofrenda que ha
apartado? Puede ser. Entonces ¿Para qué quiere Pablo que cada quien vaya guardando su
ofrenda semanalmente? El texto sigue diciendo: “para que cuando yo llegue no se recojan
ofrendas”. ¿Qué juego hace esta frase con el hecho de querer que cada quien guarde su
ofrenda?

Bien, aquí podría entenderse que la ofrenda de cada uno ya está lista para ser entregada
cuando Pablo llegue, y la misma iglesia ya debería tener designado a quien enviar con el
donativo para Jerusalén.

Así que esto es probable, sobre todo en una cultura donde no había bancos. Pensemos en
cada persona llevando su ofrenda el primer día de la semana a la iglesia, y dándolo a
guardar allí. Esto sería un peligro.

Aunque también ese puede ser el significado. Es decir, que Pablo quiere que la ofrenda se
guarde por la iglesia, se reúna poco a poco, cada primer día de la semana. En tal caso
debería alguien estar guardándola, contabilizando y siendo responsable de la ofrenda.
Esto también es posible.

En cualquier caso, Pablo no quiere que cuando él llegue no haya nada recogido, ya sea en
casa de cada quien o en la iglesia, y esto no lo hace porque está interesado en la cantidad,
aunque Pablo estimula un dar generoso en su segunda carta, sino tal vez que no se diga
que su presencia física influyó en algo para que la gente diera. Así la ofrenda sería
netamente personal, sin la presencia de Pablo. Muy sabio de su parte.

Ahora bien, la cuestión es que si se trata de poner algo aparte en casa de cada uno,
entonces cada quien podría guardarlo en su casa cualquier día. Pero si se trata de llevarlo
a la asamblea y depositarlo mientras viene Pablo, esto sí implicaría que se haga en lo
posible un día en que la asamblea se haya reunido. Así que, lo más probable es esto
último. Es decir, que en efecto, cada quien pusiera algo aparte y lo diera a guardar en la
iglesia, y cuando Pablo llegue, la ofrenda de toda la iglesia ya estaría lista.

Pero ¿por qué el primer día de la semana? ¿Por qué no el segundo o tercero? ¿Por qué no
el día de reposo?

Leyendo la sola carta de Corintios, uno no podría comprender bien el porqué de este día.
Sin embargo, uno podría aventurarse a afirmar que este día podría ser el más probable
para que la iglesia estuviera reunida en pleno ¿con que fin?

- Toda iglesia se reunía en un solo lugar

Pablo asume que la iglesia se reúne eventualmente en un solo lugar:

94
1Co.14.23 “Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y
entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?”

1Co.14.34-35 “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido


hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo,
pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la
congregación”

Cito estos dos pasajes como sustento de que en efecto la iglesia se reunía eventualmente
toda en un solo lugar, incluyendo aquí las mujeres.

- La iglesia se reunía para edificación

1Co.14.26 “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene
salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo
para edificación”

Así que era evidente que Pablo quería que cuando la iglesia se reuniera, lo hiciera para
edificación.

- La iglesia se congregaba para comer la Mesa del Señor

1Co.11.17 “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para
lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que
hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es preciso que entre vosotros
haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.
Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque al comer,
cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.
Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y
avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche
que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed;
esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo
tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en
mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas
las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis
hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa
del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto,
pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come
y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo
cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos

95
examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos
castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así que,
hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si alguno tuviere
hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré
en orden cuando yo fuere”

No sé si la iglesia tenía varias reuniones, pero una cosa es segura y es que había una
reunión cuyo motivo era comer la mesa del Señor. Había una reunión cuyo motivo era lo
mejor, y esto era comer el pan y beber la copa. ¿Qué día se reunía la iglesia para este fin?
Al menos en esta carta no se nos dice el día en la iglesia lo hacía.

Podría suponerse que este día fuera el primer día de la semana, pero al menos aquí en
Corintio no se nos da esta información.

- La iglesia de Troas se reunió el primer día de la semana para comer la Mesa del
Señor

Aunque aquí en esta carta no se nos dé información explicita sobre cuando se reunía la
iglesia a comer la Mesa del Señor, sí hay una persona, muy afín a Pablo, compañero y
discípulo suyo, que nos da una información sobre este asunto: Lucas.

Hec.20.2-12 “Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de


palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas
asechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver
por Macedonia. Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de
Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. Estos, habiéndose
adelantado, nos esperaron en Troas. Y nosotros, pasados los días de los panes sin
levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde
nos quedamos siete días. El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el
pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la
medianoche. Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un
joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo,
por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue
levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os
alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló
largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente
consolados”

Aquí Lucas cuenta a Teófilo que la iglesia de Troas se reunió el primer día de la semana
para partir el pan. Ni siquiera se reunieron para escuchar a Pablo, sino para partir el pan.

96
- Partir el pan es comer la Mesa del Señor

Aunque Lucas no dice que la iglesia se reunió para comer la Mesa del Señor, no obstante,
parece lo más probable que es eso lo que quiere implicar por la frase “partir el pan”.
Notemos que esta es una imagen que también Pablo mismo usa para describir la Santa
Cena:

1Co.10.16-17 “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de


Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el
pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel
mismo pan”

1Co.11.23-24 “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor
Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de
mí”

Debemos recordar que Pablo fue el maestro de Lucas, así que no podemos menospreciar
el hecho de que Lucas esté influenciado por Pablo en su teología. Es cosa segura que así
es. Y ambos, pueden usar términos similares, por su relación de amigos, compañeros y
maestro – discípulo.

- Corinto se reunía el primer día de la semana para partir el pan

Entonces con la información que tenemos puedo deducir, no con un cien por ciento de
certeza, pero sí con bastante, de que la iglesia de Corinto también se reunía el primer día
de la semana para partir el pan, pues en la carta se nos deja ver que la iglesia se reunía
con el propósito de comer la Mesa del Señor, y en la misma carta se hace una exhortación
a separar la ofrenda el primer día de la semana, que es el día que Lucas cuenta que la
iglesia de Troas se reunió para comer el pan. Y no solo Corinto sino también Galacia se
podía haber reunido el primer día de la semana para lo mismo, y allí también se apartarían
las ofrendas este día.

- El primer día de la semana era el día apto para recolectar las ofrendas porque
toda la iglesia se reunía

Así que en lo que respecta a la ofrenda para los santos de Jerusalén, la indicación de Pablo
no parece entonces que cada uno el primer día de la semana aparte algo y lo deje en su
casa, sino la implicación más bien sería que ese día lo deposite en la iglesia, y así cuando
Pablo llegue, la ofrenda ya esté lista, y todos hayan podido dar poco a poco.

- La iglesia apostólica se reunía el primer día de la semana para partir el pan

97
Entonces es un hecho, o yo lo veo así, de que la iglesia primigenia se reunía cada primer
día de la semana para partir el pan. Este era el día estipulado por ellas para comer la mesa
del Señor. Y es que en efecto era una Cena, es decir, que incluso el horario en que podían
reunirse no era necesariamente la mañana sino la noche, pues por ejemplo en Troas,
Pablo predicó en aquella reunión y por la información se sabe que era de noche, tanto que
a la postre comieron el pan hacia la media noche, ya casi el día siguiente.

Así que por esta información que tenemos podemos concluir que era una práctica de la
iglesia apostólica reunirse cada primer día de la semana para partir el pan, es decir, para
comer la Mesa del Señor. ¿Es ilícita y apresurada mi conclusión? Espero sus comentarios.

- El motivo de la congregación cristiana era comer la cena del Señor

Por tanto, la reunión cristiana, o al menos la del primer día de la semana tenía como
motivo de celebración y congregación, participar del pan y de la copa del Señor. La iglesia
se reunía con este fin. Por supuesto, puede que esto no fuera lo único que se hiciera en
esta reunión, sino que en ella también se ministraran los dones espirituales para el
beneficio de la iglesia:

1Co.14.26 “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene
salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo
para edificación”

Pero el motivo central era la Mesa del Señor.

- Para Pablo el primer día de la semana era el día de partir el pan

Por tanto, según la literatura Paulina, el primer día de la semana no era el día de reposo,
ni el día que cambió al reposo, o al menos eso no se dice en sus textos. Más bien por
medio de ellos y con la información de Lucas, podemos determinar que Pablo reconocía
que este día era el día que la iglesia se reunía a partir el pan.

No se nos dice en sus textos quién, cómo y cuándo se estableció este día para partir el
pan. Pues en su carta a los Corintios Pablo no está dando la orden de reunirse el primer
día para partir el pan, pues esto ya es un hecho, así que la señalación del día tuvo que ser
una instrucción previa, pero no se nos dice cómo fue establecida o a raíz de qué fue
determinado este día como tiempo para comer la mesa del Señor.

3.6.3 Para Lucas y Teófilo

 Lucas informa a Teófilo que el partimiento del pan es una institución del Señor

98
Luc.22.14-20 “Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. Y les dijo:
¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo
que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios. Y habiendo tomado la
copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no
beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. Y tomó el pan y dio
gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced
esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa,
diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”

Interesantemente Lucas le informa a Teófilo que el partir el pan, o el comer la Mesa del
Señor, es un ordenamiento del mismo Señor, y que esta es la razón por la cual la iglesia
celebra esta comida en honor al Señor.

Esto también lo afirma Pablo, quien seguramente, fue quien lo enseñó a Lucas:

1Co.11.23-26 “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor
Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de
mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del
Señor anunciáis hasta que él venga”

Así que la cosa más probable es que Lucas haya aprendido de Pablo que la mesa del Señor
era un mandato suyo, un memorial en su honor.

 El apóstol Pablo debió continuar y enseñar la celebración

Por supuesto, Pablo sería el apóstol que enseñaría en cada una de sus iglesias, de las que
plantaba y fundaba, que el Señor había establecido una comida en su honor, un pan y una
copa de bendición.

Así que no cabría duda que en sus viajes misioneros él mismo establecería este memorial
en nombre del Señor, así por ejemplo lo hizo en Galacia y Corinto, e incluso pudo ser el
mismo quien lo haya hecho en Troas.

Por tanto, sería casi un hecho que en todas aquellas regiones que él predicaba y hacía
discípulos ordenara y estableciera la Mesa del Señor, en Siria, Cilicia y Galacia.

Sin embargo, Pablo no era el único misionero a los gentiles, también Bernabé por ejemplo
luego del Concilio de Jerusalén, se separó de Pablo para ir a Chipre, y posiblemente de allí
saldría a otro lugar a evangelizar:

99
Hec.15.37-41 “Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por
sobrenombre Marcos; pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había
apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. Y hubo tal desacuerdo
entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a
Chipre, y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del
Señor, y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias”

Entonces, es muy posible que no solo Pablo sino también los demás evangelistas
enseñaran la mesa del Señor a las iglesias, y continuaran con esta celebración.

 El día establecido por Pablo era el primer día de la semana

Vemos un patrón general entonces y es que todas las iglesias, al menos las gentiles, se
reunían el primer día de la semana para comer esta mesa del Señor, y esto posiblemente
era efectuado no en la mañana, sino en las noches, pues sería incluso contraproducente
que personas estuvieran bebiendo vino a primera hora del día.

Pero ¿por qué Pablo y los demás evangelistas establecieron el primer día de la semana
para este memorial?

- Pablo no informa el porqué del primer día

Como ya lo dije anteriormente, al menos el apóstol Pablo no informa porqué él escogió el


primer día para esta celebración.

- ¿Comían el pan las iglesias judías?

La iglesia cristiana como tal no fue iniciada en tierras gentiles, sino en el mismo centro
geográfico de adoración: Jerusalén. Allí fue donde el Espíritu Santo descendió y allí se dice
que ya había una iglesia establecida:

Hec.2.41-47 “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron
aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor
a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los
que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y
perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el
pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”

100
Entonces queda claro que ya había una iglesia en Jerusalén como tal. Allí estuvo instalada
la primera iglesia del Nuevo Pacto.

En este mismo registro, Lucas informa a Teófilo que esta iglesia de Jerusalén tenía unos
rasgos particulares:

Hec.2.41-47 “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron
aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor
a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los
que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y
perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el
pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”

Esta iglesia de Jerusalén, perseveraba en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos


con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. ¿Qué es aquí el partimiento del
pan?

Para Teófilo “el partimiento del pan” podría ser visto como una muestra de generosidad
de los unos a los otros, que se servían unos a otros. Sin embargo, también es posible que
Teófilo entendiera aquí como “partimiento del pan” aquel partimiento del pan en
memoria del Señor. Y este parece ser el significado preferente ¿Por qué?

En primer lugar, porque Lucas le había escrito a Teófilo en su primer tratado que el Señor
había instituido partir el pan en memoria de él:

Lc. 22:19-20 “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo,
que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que
hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por
vosotros se derrama”

Así que este “partimiento del pan” ya tenía una referencia en el anterior tratado.

En segundo lugar, Lucas describe “partir el pan” como una experiencia diferente a
“comunión unos con otros” y parece que esta comunión era de tal grado que: “los que
habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno” Esto era
tener comunión. Incluso la palabra comunión es traducida del vocablo koinonia, y cómun,
es propiamente koinos, en griego.

101
Así que tener una muestra de tener comunión, por supuesto sería partir el pan, pero
también y en eso se enfoca Lucas, sería cubrir con los bienes de uno las necesidades de
otros. Eso sería comunión aquí.

Y por tanto “partimiento del pan” podría ser una experiencia diferente.

Y en tercer lugar, Teófilo al seguir la lectura se encontraría con el pasaje de Pablo


predicando en Troas, donde la iglesia se reunió el primer día de la semana para partir el
pan.

Así que lo más probable es que aquí Lucas este describiendo “el partimiento del pan”
como la Mesa del Señor.

Hec.20.2-12 “Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de


palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas
asechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver
por Macedonia. Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de
Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. Estos, habiéndose
adelantado, nos esperaron en Troas. Y nosotros, pasados los días de los panes sin
levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde
nos quedamos siete días. El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el
pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la
medianoche. Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un
joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo,
por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue
levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os
alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló
largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente
consolados”

Entonces esto indica que la Mesa del Señor era celebrada por la iglesia de Jerusalén
también y esto como la primera iglesia apostólica.

- ¿Cuándo cenaba la iglesia de Jerusalén?

Entonces si era un hecho que la iglesia de Jerusalén partía el pan en memoria del Señor
¿qué día lo hacían? Aquí tenemos cuatro opciones:

La primera es que Teófilo haya asumido que la iglesia judía celebraba la Mesa el día de
reposo, es decir el sábado en la noche.

102
Si la iglesia judía comía el pan en la noche del sábado, entonces en efecto ya no sería en el
día de reposo, pues incluso el mismo Lucas afirma implícitamente en su primer tratado
que el día de comenzaba en la noche del sexto día (viernes):

Luc.23.51-56 “Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el


acuerdo ni en los hechos de ellos, fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Y quitándolo, lo
envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se
había puesto a nadie. Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo.
Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el
sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias aromáticas y
ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento”

Así que, tal parece que el tratado de Teófilo con la comprensión del calendario judío, y eso
implicaría que si la iglesia judía comía en la noche del sábado, en realidad, no sería ya el
día de reposo, sino el primer día de la semana y eso podría dar luz al relato de Lucas sobre
la partición del pan en Troas:

Hec.20.7, 11-12 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan,
Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la
medianoche…Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta
el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados”

Si el primer día de la semana comenzaba oficialmente en la noche del sábado, entonces


podría ser que Lucas se esté refiriendo acá en su relato de Pablo en Troas, a la noche del
sábado. Eso es lícito desde este punto de vista judío.

No obstante, Lucas también dice que Pablo predicó hasta la media noche porque “él debía
salir al día siguiente” y que una vez llegada la luz del día, partió. Veamos. Si Pablo debía
salir al día siguiente, entonces implicaría que debía salir el segundo día de la semana, pero
Lucas dice que lo hizo fue al amanecer, lo que implica que “el día siguiente” ya sería al
otro día después de la noche en que fueron reunidos los discípulos, y eso es un lenguaje
de un horario romano, en el que el día termina no en la tarde (como el judío) sino en la
noche y eso implicaría que Pablo zarpó el segundo día de la semana. Así que aquí Lucas
está utilizando un lenguaje romano de los días.

Entonces si la iglesia judía cenaba en la noche del sábado, eso sería el primer día de la
semana desde la perspectiva judía, pero sería el séptimo día desde la perspectiva romana.
Si la iglesia de Troas cenó en la noche del primer día de la semana, eso ya sería el segundo
día desde la perspectiva judía, pero todavía el primer día desde una visión romana.

Entonces, no sabemos exactamente cuál horario hubiera podido usar la iglesia judía.

103
La segunda es que Teófilo no haya conocido el día de la mesa del Señor en la iglesia judía
como tal.

Ahora bien, si Teófilo no sabe cuándo la iglesia judía cenaba, debe haber concluido esto
porque no hay información explicita en el tratado de Lucas. Y así queda en incógnita
cuándo los discípulos de Jerusalén cenaban. No hay más que decir al respecto.

La tercera es que Teófilo haya asumido que la iglesia de Jerusalén cenaba el primer día de
la semana estableciendo el patrón para todas las iglesias posteriores, incluyendo las
gentiles.

O bien, Teófilo pudo asumir que así como la iglesia de Troas se reunía el primer día de la
semana, entonces también la iglesia judía haría lo mismo, siendo que esta sería una iglesia
que desde el principio perseveraba en la cena del Señor.

Pero si Teófilo concluye que la iglesia de Jerusalén cenaba el primer día de la semana,
entonces en realidad, la iglesia judía cenaría, según su propio horario, más bien al segundo
día de la semana, en la noche del primer día.

Entonces si la iglesia de Jerusalén cenaba el primer día de la semana, lo haría en tres


posibles horarios: Uno en la noche del Sábado, que en realidad ya es el primer día de la
semana; otro sería en la noche del domingo, que sería entonces ya el segundo día; o
tercero, en un horario entre la mañana y la noche del domingo, sin que pase de este día,
pero la complejidad de este ultimo horario sería la ingesta de vino durante el día y la
reunión de los discípulos durante el jornal de trabajo, pues en aquel tiempo el primer día
de reposo no era un día de descanso ordinario.

Sin embargo, parece ser que la hora de la cena, el día exacto de la cena no es tanto lo que
está en juego, pues incluso en Troas, Pablo cenó con los discípulos casi hacia la media
noche, que en un horario judío, sería ya el segundo día.

Hec.20.2-12 “Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de


palabras, llegó a Grecia. Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas
asechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver
por Macedonia. Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de
Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. Estos, habiéndose
adelantado, nos esperaron en Troas. Y nosotros, pasados los días de los panes sin
levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde
nos quedamos siete días. El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el
pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la
medianoche. Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un

104
joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo,
por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue
levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os
alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló
largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente
consolados”

Así que si existe una rigidez en cuanto a la hora del día, aquí Pablo un judío, si él viera el
horario desde su cosmovisión judía, entonces en realidad cenó el segundo día de la
semana, y si fue desde la perspectiva gentil, fue casi al segundo día, pues incluso pudo ser
pasada la media noche que cenaron.

Entonces desde esta perspectiva parece poco importante si la iglesia judía cenaba por
ejemplo el domingo en la noche, es decir, al segundo día según su calendario.

Y la cuarta opción es que la iglesia cenaba cada vez que pudiera, si fuera posible todos los
días.

Hec.2.41-47 “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron
aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la
comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor
a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los
que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus
propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y
perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían
juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el
pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”

Lucas dice que los discípulos estaban todo los días en el templo, y que partían el pan en las
casas, con sencillez y alegría. Por supuesto no se podía cenar en el templo, sería engorroso
hacerlo e inapropiado, era un lugar de oración y meditación, y enseñanza. Sería
complicado para los discípulos comer la mesa del Señor allí. Así que en efecto lo harían en
casas, esto implica que lo hacían en subgrupos, cada casa sería un subgrupo, aunque era la
iglesia de Jerusalén. ¿Comían todos los días? Puede ser que sí, puede ser que no.

- El Señor partió el pan y comió el segundo día de la semana judía

La historia de Lucas dice que el Señor halló dos discípulos que iban hacia Emaus, y que fue
invitado por ellos a comer, a quedarse con ellos, porque el sol ya se había ocultado, o
estaba ya a punto de ocultarse. Esto implicaría que el primer día de la semana en sus
mentes, ya estaba declinando:

105
Luc.24.28-43 “Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. Mas ellos
le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya
ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando sentado con
ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos
los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro:
¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos
abría las Escrituras? Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a
los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: Ha resucitado el Señor
verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaban las cosas que les
habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan. Mientras
ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a
vosotros. Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. Pero él les
dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? Mirad mis
manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni
huesos, como veis que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Y como
todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de
comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y
comió delante de ellos”

Aquí vemos a nuestro Señor partiendo el pan con sus discípulos ya cuando el día había
declinado, esto sería ya el segundo día judío. Y aun más luego comió con los Once, y ya
seguramente era más tarde, ya sería con seguridad el segundo día.

Así que es posible que la iglesia judía si cenaba el primer día de la semana no estuviera tan
interesada en la rigidez del día, sino en cenar el primer día de la semana, así esto implicara
que ya fuera el segundo día, y así lo pudo entender Teófilo.

- Es posible que la iglesia judía comiera el domingo en la noche

Habiendo analizado la situación del día y de los horarios ¿qué día sería el más probable
que la iglesia judía comiera el pan? ¿Sería el sábado en la noche? ¿Sería el domingo en la
noche? ¿Serían todos los días?

Para la época en que Teófilo leería el segundo tratado de Lucas, ya el cristianismo estaba
establecido, aun si lo leyó antes del año 70 d.C. Lo que implica que Teófilo ya sabía y
conocía las costumbres cristianas. Es más, es posible que Teófilo perteneciera a una
iglesia, sea judía o gentil. Así que Lucas aquí informando entonces a Teófilo, cómo, por
qué y desde cuándo vendría la práctica de la que él mismo participa, es decir, del partir el
pan.

106
Y si el patrón de comer el primer día de la semana no es solo gentil, sino también judío,
entonces se comprendería que la iglesia judía comería también este mismo día. Y este
podría ser el patrón que siendo practicado por la iglesia judía, estableció en la iglesia
gentil.

- Al menos sabemos que la iglesia gentil comía la noche del domingo

Entonces, no tenemos mucha certeza sobre el patrón del cenar de la iglesia judía, sino que
se asume que era el mismo de las gentiles, siendo evidente que no es que los judíos
imitaron a aquellos, sino viceversa.

Lo que sí sabemos es que los apóstoles y evangelistas establecieron este patrón en las
iglesias gentiles.

 ¿Por qué el primer día de la semana?

Lucas tampoco da información explicita del porqué la iglesia debía celebrar la mesa el
primer día de la semana, o al menos yo no la veo.

En su Evangelio, su primer tratado, Lucas no informa que el Señor estableció este día para
cena suya, y es que de haberlo hecho así, entonces hubiera quedado establecido, según el
horario judío, no el primer día, sino el segundo día de la semana.

Así que por ahora ni por la información de Pablo ni de Lucas se sabe el porqué del primer
día de la semana para partir el pan.

3.6.4 Para Pedro

En ninguna de las dos cartas de Pedro, ni en sus intervenciones relatadas por Lucas, se
puede conocer la cosmovisión de Pedro en cuanto al primer día de la semana.

3.6.5 Para Juan

Jua.13.1-30 “Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado
para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el
corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el Padre le
había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se
levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua
en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con
que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los
pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo

107
entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no
te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino
también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse
los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. Porque sabía
quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos. Así que, después que les
hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he
hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el
Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los
unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros
también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el
enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las
hiciereis. No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla
la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. Desde ahora os lo
digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. De cierto, de cierto os
digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que
me envió. Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto,
de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se
miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús
amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que
preguntase quién era aquel de quien hablaba. Él entonces, recostado cerca del pecho de
Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél
es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás
entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno de
los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto
que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o
que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya
de noche”

Jua.20. “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro,
al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al
otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y
no sabemos dónde le han puesto. Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero
al sepulcro. Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. Luego llegó
Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que
había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un
lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al
sepulcro; y vio, y creyó. Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario
que él resucitase de los muertos. Y volvieron los discípulos a los suyos. Pero María estaba
108
fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del
sepulcro; y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la
cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Y le dijeron:
Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han
puesto. Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que
era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el
hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré.
Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). Jesús
le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y
diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue entonces María
Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le
había dicho estas cosas. Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la
semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos
por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Y cuando
les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron
viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre,
así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos. Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús
vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en
sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi
mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro,
y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo:
Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu
mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás
respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás,
creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. Hizo además Jesús muchas otras
señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas
se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre”

Jua.21 “Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de
Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el
Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo.
Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba
amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y
les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la
derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran
109
cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el
Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había
despojado de ella), y se echó al mar. Y los otros discípulos vinieron con la barca,
arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos. Al
descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. Jesús les dijo:
Traed de los peces que acabáis de pescar. Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena
de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. Les
dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién
eres? sabiendo que era el Señor. Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del
pescado. Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de
haber resucitado de los muertos. Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro:
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te
amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea
mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de
que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes
que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras
más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus
manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con
qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme. Volviéndose Pedro,
vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había
recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él
quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. Este dicho se extendió entonces entre
los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si
quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Este es el discípulo que da testimonio
de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. Y hay
también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una,
pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén”

 Juan no relata que el Señor estableció la Mesa del Señor

Particularmente Juan no se enfoca en su libro sobre el partimiento del pan ni del vino, ni
en la institución de esta mesa para la iglesia. Ese no es su enfoque.

Por tanto es muy difícil hacer una conexión entre el primer día de la semana y la
institución de la mesa del Señor a partir del Evangelio de Juan. Ese no es su interés en este
pasaje.

110
Además para sus lectores, si son creyentes, y es muy posible que lo sean, ya es un hecho
que ellos conmemoraban la mesa del Señor, y es muy probable que lo hicieran el primer
día de la semana, como las demás iglesias.

Sin embargo, aun así, nada les dice Juan sobre el porqué celebran la mesa el primer día de
la semana en este evangelio.

 El Señor apareció en la noche del primer día de la semana

Juan relata en su libro sobre Jesús, que el Señor resucitó en efecto el primer día de la
semana, después del día de reposo, y que este día apareció a los discípulos y allí les
comisionó para enviarlos al mundo. Esto fue en la noche de aquel primer día de la
semana, es decir, en realidad, ya el segundo día según el horario judío.

Así que Juan, al menos para mí, aquí no establece ninguna señal que nos lleve a entender
porqué el primer día de la semana se habría de comer la mesa.

 El Señor aparece nuevamente otro primer día de la semana

En esta ocasión estaban otra vez reunidos los discípulos, no comiendo la Mesa del Señor,
pues ni siquiera en su primer encuentro con el Señor fue así, sino que estaban reunidos
por miedo a los judíos.

Aun en esta aparición tampoco el Señor estableció el primer día como día de adoración o
de comer la mesa del Señor. ¿O sí? ¿Me lo pueden indicar ya que no lo leo esto en los
textos?

 Juan no nos informa el porqué la iglesia ha de cenar el primer día de la semana

Así que aunque Juan menciona dos episodios de aparición del Señor, no da información
sobre el establecimiento del primer día de la semana para comer la mesa del Señor o
mucho menos como día de adoración.

3.7 ¿Existía el primer día de la semana antes de la resurrección del Señor?

¿Cómo llamamos nosotros al día después del Domingo? Lunes ¿Y después del Miércoles
que día sigue? Jueves ¿Y luego del Viernes? Sábado (del griego Sabbaton) ¿y luego del
Sábado que día sigue? Así es, el Domingo.

Hermanos, ¿cómo llamaban los judíos al séptimo día? Así es Shabbath ¿Y luego del día de
reposo cuál día seguía? El primer día de la semana ¿Y luego del tercer día de la semana

111
qué día seguía? El Cuarto. ¿Y luego del Quinto día de la semana? El Sexto ¿Y luego del
sexto día? El séptimo, llamado Shabbath, reposo.

Hermanos míos, los judíos llamaban los días de la semana por orden cardinal, primero,
segundo, tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo también llamado Shabbath.

Y para la época de Jesús, así es como se denominaban los días. Por eso sabemos que en la
cosmovisión judía el Señor cenó el quinto día, fue crucificado el sexto día, estuvo en la
tumba el séptimo día, el día de reposo, y se levantó al día siguiente ¿qué día seguía? El
primer día de la semana.

El asunto no es más complejo que esto.

3.8 El primer día de la semana en la literatura extra-canónica

3.8.1 Catecismo Católico

1166 "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama
con razón “día del Señor” o domingo" (SC 106). El día de la Resurrección de Cristo es a la
vez el "primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y el "octavo día"
en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el
"día que no conoce ocaso" (Liturgia bizantina). El "banquete del Señor" es su centro,
porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que
los invita a su banquete (Cf. Jn 21,12; Lc 24,30):

El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es
llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al
Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha
amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la
salvación (S. Jerónimo, pasch.).4

3.8.2 Confesión de Londres de 1689

“7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una proporción de tiempo, por
designio de Dios, se dedique a la adoración a Dios, así en su Palabra, por un mandamiento
positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todas las épocas, Dios ha
señalado particularmente un día de cada siete como día de reposo, para que sea guardado
santo para él; el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo fue el
último día de la semana y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la
semana, que es llamado el Día del Señor y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo

112
como el día de reposo cristiano, siendo abolida la observancia del último día de la
semana.” 5 Énfasis mío.

 Equiparar al día de reposo con el primer día de la semana es una idea sin apoyo
textual ni teológico.

Así que hasta ahora, yo no he recibido un análisis exegético, bíblico, teológico o textual de
nuestra iglesia y obispos que sustente que el primer día de la semana es un día de reposo,
que ha sustituido el Sábado ordenado en la creación, y que éste día se llame el día del
Señor.

En realidad no sé sobre cuál base textual y teológica es que nuestros obispos sostienen
esta premisa. Pero lo que quiero mostrar es que por ahora es únicamente literatura extra-
canónica la base de esta creencia.

Más adelante comentaré, con la ayuda de Dios, los catecismos que explican y sostienen
esta enseñanza.

3.9 Conclusión sobre el primer día de la semana

3.9.1 El Señor resucitó el primer día de la semana

La profecía decía que el Señor resucitaría al tercer día, y en efecto esto se cumplió, pues
siendo que el Señor murió el viernes, y resucitó el domingo, según el horario judío, fueron
tres días que el Señor estuvo muerto: Viernes, sábado y domingo.

Entonces es muy importante el dato que cuentan los historiadores sobre la resurrección
del Señor, pues allí quieren ser insistentes en que nuestro Señor resucitó en efecto al
tercer día, y por ello señalan que el resucitó el primer día de la semana, para que no haya
dudas del cumplimiento de la profecía. ¡Nuestro Señor es real!

3.9.2 El Señor no ordenó guardar el primer día de la semana en memorial suyo

Leyendo el Nuevo Testamento no se ve evidencia alguna de que el Señor haya ordenado a


su iglesia guardar de alguna manera el primer día de la semana, ni él ni sus apóstoles
hicieron tal cosa.

3.9.3 El primer día de la semana era el día ordinario de comer la mesa del Señor en
la iglesia primigenia

113
Lo que sí es evidente por la información que hay, aunque es poca, es que la iglesia comía
la mesa del Señor, lo más probable la noche de cada domingo. Ese era al menos el día
ordinario de Cenar.

3.9.4 No se sabe por qué los apóstoles cenaban el primer día de la semana

Tampoco hay evidencia del por qué la iglesia escogió cenar el primer día de la semana. Ya
vimos las complejidades de establecer el horario, y también que el mismo Señor en
realidad, si quiso establecer su Mesa el primer día de la semana, lo hizo cenando el
segundo día, según el horario judío.

3.9.5 La motivación de la reunión semanal de la iglesia gentil primigenia era comer


el pan

Lo que sí se ve es que la Cena del Señor es el evento que congrega a la iglesia (al menos la
gentil) cada primer día de la semana. Si se retira esta celebración ¿qué convocaría a la
iglesia?

3.9.5 El primer día de la semana no es un día de reposo ni el día que sustituyó al


Shabbath

Una cosa que sí es muy clara es que el Señor no estableció el primer día como día de
reposo. Tampoco los apóstoles lo hicieron. El domingo no es el nuevo día de reposo de la
iglesia cristiana. Afirmar que el domingo remplazó al sábado, es una premisa sin sustento
textual y teológico. No es real.

114
4. EL DÍA DEL SEÑOR EN NUESTRO CANON

4.1 El día del Señor antes de Moisés

 Abraham

Jua.8.47-59 “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros,
porque no sois de Dios. Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien
nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? Respondió Jesús: Yo no tengo
demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. Pero yo no busco mi gloria;
hay quien la busca, y juzga. De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra,
nunca verá muerte. Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio.
Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas
murieron! ¿Quién te haces a ti mismo? Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi
gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.
Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería
mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. Abraham vuestro padre
se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. Entonces le dijeron los judíos: Aún
no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os
digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero
Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue”

De acuerdo a Juan, Jesús dijo que Abraham “se gozó de que habría de ver el día de Cristo,
y lo vio, y se gozó” ¿A qué día se está refiriendo Jesús?

¿Se referiría al día de reposo? ¿Se referiría a la muerte de Cristo? ¿Se referiría a su
resurrección? ¿Se referiría a su segunda venida? ¿Se referiría a la eternidad?

Yo considero que uno puede hacer un análisis de todas estas opciones y dar razones de
que “el día que vio Abraham” fue este u otro, no obstante, me parece a mí, que la
información es insuficiente para saber a qué día se refiere Jesús acá.

Alguno podría decir: “Se refiere al día de reposo. Es evidente” Alguno más: “Se refiere a la
resurrección. Es obvio” y así cada uno podría pensar que se refiere a cierto día. Lo
importante entonces es la evidencia que cada uno proporcione para sustentar que se
refiere a éste u otro día, o evento como tal. De mi parte, no creo contar con evidencia
suficiente para afirmar que se refiere al día de la resurrección, al día de la muerte de
Jesús, o tampoco al día de reposo.

115
De cualquier manera, no vemos a Abraham enseñando a sus hijos acerca “del día del
Señor”, o al menos no explícitamente.

 El juicio del gran día

Jud.1.3-7 “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común
salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente
por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado
encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación,
hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el
único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Mas quiero recordaros, ya que una vez lo
habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después
destruyó a los que no creyeron. Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que
abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas,
para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la
misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza,
fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”

Judas dice que el Señor encerró en prisiones de oscuridad y eternas a los ángeles
pecadores, y los reservó para el juicio del gran día. Esto implica que ya desde aquella
época, desde el mismo comienzo del mundo y de la caída angelical, había establecido un
gran día, que sería día de juicio.

Sin embargo, aun así no se llamaba el día del Señor en aquel tiempo, es decir cuando el
Señor aprisionó a los ángeles rebeldes.

 El día de reposo, el séptimo día

Suponiendo y admitiendo que Adán sabía del día de reposo, del séptimo día, pareciera
entonces lógico que él pudiera enseñar a sus hijos acerca de él. No sabemos si él ordenó
reposar en este día, pues al menos no tenemos ese mandato en la creación, sino
solamente se dice explícitamente que Dios bendijo el séptimo día.

Aun así, si Adán en efecto enseñó que se debía guardar el día de reposo (aunque no hay
evidencia de ello), entonces este día sería conocido como el sábado o reposo, no se nos
dice explícitamente que se llamara en aquel tiempo “el día del Señor”, sino el séptimo día
o día de reposo. Y esto, suponiendo que en realidad Adán enseñó sobre el día de reposo a
sus hijos.

116
 No hay referencia explicita sobre el día del Señor antes de Moisés

Así que aunque en la mente de la personas pudiera estar la idea del día de reposo, este
día no era llamado “el día del Señor”, sino el sábado (reposo). Y así mismo, aunque
pudiera haber un día de juicio de parte del Señor en la cosmovisión de algunas personas
antes de Moisés, no obstante, no se le llamaba “el día del Señor”:

Jud.1.14-15 “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí,
vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar
convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de
todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él”

4.2 El día del Señor entre Moisés y la división del reino

Cuando Moisés saca a Israel de Egipto, el Señor ordena a su pueblo acordarse del día de
reposo y guardarlo santo, el séptimo día:

Éxo.16.4-5 “Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo
saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi
ley, o no. Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger
cada día”

Éxo.16.22-30 “En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada
uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés. Y él
les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo
consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar,
cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana. Y ellos lo guardaron hasta la
mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió. Y dijo Moisés:
Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo. Seis
días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará. Y aconteció
que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron. Y Jehová dijo a
Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes? Mirad que
Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estese,
pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el
séptimo día”

Ahora bien, este reposo es un día consagrado o apartado para el Señor, y esto implica que
es un día del Señor. Y este día de reposo para el Señor también fue dado a los israelitas
para que ellos reposaran cada semana.

117
 Todo lo santo es del Señor

Ex. 20: 8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Aquí claramente se dice que el Señor santificó el séptimo día, y un aspecto de la


santificación es que le pertenece al Señor, es del Señor. Y esto se sabe porque así también
habla el Señor no solo del día de reposo, sino de todo aquello que es santo:

- El santo tabernáculo:

Éxo.20.25-26 “Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares


herramienta sobre él, lo profanarás. No subirás por gradas a mi altar, para que tu
desnudez no se descubra junto a él”

- Los santos sacerdotes

Éxo.29:44 “Y santificaré el tabernáculo de reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón


y a sus hijos, para que sean mis sacerdotes”

- El santo aceite de la unción

Éxo.30.29-33 “Así los consagrarás, y serán cosas santísimas; todo lo que tocare en ellos,
será santificado. Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean
mis sacerdotes. Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa
unción por vuestras generaciones. Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis
otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros.
Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será
cortado de entre su pueblo”

- El santo pacto de Dios

Éxo.19.5 “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi
especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra”

Así que todo lo que es consagrado y dedicado al Señor viene, con todo derecho, a ser del
Señor.

118
Por tanto, desde esta perspectiva en efecto, el día de reposo también es día del Señor, es
un día suyo, santificado por él, y que pertenece a él. Es un día del Señor en ese sentido.

 El día de reposo es conocido como el día de reposo, no como el día del Señor

No obstante, aunque con legítimo derecho, el día de reposo es día del Señor, de todos
modos en la mente de los Israelitas, este día no era conocido como El día del Señor (Yom
Yahweh), sino el día de reposo (Yom Shabbath). La evidencia es tanta que por esa razón
no la incluyo, porque es plenaria en este aspecto. ¿O hay alguna duda al respecto?

4.3 El día del Señor entre la división del reino y el exilio

4.3.1 El profeta Amós

 “El día” es un ordenamiento de un evento profético

Amó.8.7-14 “Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras.
¿No se estremecerá la tierra sobre esto? ¿No llorará todo habitante de ella? Subirá toda,
como un río, y crecerá y mermará como el río de Egipto. Acontecerá en aquel día, dice
Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en
el día claro. Y cambiaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en
lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la
volveré como en llanto de unigénito, y su postrimería como día amargo. He aquí vienen
días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni
sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte
hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán. En aquel tiempo
las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed. Los que juran por el pecado de
Samaria, y dicen: Por tu Dios, oh Dan, y: Por el camino de Beerseba, caerán, y nunca más
se levantarán”

Aquí el Señor profetiza que habrá un día de castigo, pero ¿será esto una referencia a un
día de veinticuatro horas, de salida del sol a salida del sol, o de salida de sol a puesta de
sol? Lo que se narra en esta profecía no puede acontecer en un solo día físicamente, sino
que es la descripción de un evento que tendrá que suceder. Además enseguida el profeta,
reitera: “vienen días”, y por esta frase, se implica el cumplimiento de un evento que el
Señor está anunciando, y no necesariamente se refiere a que todo tenga que cumplirse en
un día ordinario, en veinticuatro horas sino en un periodo de tiempo predeterminado por
Dios. Veamos otro ejemplo:

119
Amó.9.11-12 “En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus
portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos
sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones,
dice Jehová que hace esto”

Hec.15.14-18 “Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para
tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas,
como está escrito (citando a Amós): Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo
de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto
de los hombres busque al Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi
nombre, Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos”

La referencia que cita Jacobo en el Concilio es el pasaje de la Septuaginta del profeta


Amós, que he copiado aquí de la biblia Hebrea, de ahí la diferencia de lenguaje, pero es el
mismo pasaje como tal.

Nótese que el profeta habla de “aquel día”, pero si “día” acá fuera un periodo ordinario de
veinticuatro horas, entonces todo lo profetizado acontecería en un solo día, pero Santiago
está diciendo que la profecía se está cumpliendo y no necesariamente en un periodo de
veinticuatro horas, sino en un periodo de tiempo estimado, por ejemplo, desde el
descenso del Espíritu y la fundación de la iglesia hasta que Pedro predicara a los gentiles,
eso pudo bien haber sido un periodo de doce años.

Así que “día” en la Escritura no se refiere siempre a un periodo de veinticuatro horas, o a


un lapso entre dos atardeceres, sino que su lenguaje es tipológico de un evento que se
llevará a cabo. Por ejemplo, “llegará el día cuando en mi universidad sea el mejor y todos
vengan a reconocer mi esfuerzo” No necesariamente, estoy señalando una fecha
particular, sino un periodo de tiempo en el que estos eventos se llevarán a cabo, podrían
ser dos meses, tres meses, en fin.

 El día del Señor, Yom Yahweh

Amó.5.16-21 “Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos: En todas las plazas
habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador llamarán a lloro, y a
endecha a los que sepan endechar. Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré en
medio de ti, dice Jehová. ¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este
día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se
encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le
muerde una culebra. ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene

120
resplandor? Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras
asambleas”

¿Se referirá el profeta al día de reposo en esta profecía? En realidad, no parece ser ese el
caso. Pues aquí el advierte que el día de Jehová, Yom Yahweh, no será un día de gozo y
alegría, sino uno de oscuridad y miedo. Así que no parece ser una referencia al día de
reposo.

Por lo menos el profeta Amós nos deja saber que ya para aquella época (750 a.C)1, los
israelitas hablaban de un día del Señor, en hebreo Yom Yahweh, y que no necesariamente
era el día de reposo ordinario.

4.3.2 El profeta Isaías

 El día del castigo, el día de Jehová (Yom Yahweh)

Isa.1.10-13 “Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro


Dios, pueblo de Gomorra. ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros
sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no
quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de
vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me
traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo
(Yom Shabbath), el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas
solemnes”

La referencia aquí del Señor es en cuanto al día de reposo ordinario, que por la maldad del
pueblo ya no era un día agradable al Señor, sino un día en que él se sentía hastiado del
pecado de su pueblo.

Pero más adelante Isaías hace otra referencia al día de Jehová:

Isa.2.6-21 “Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de
costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de
extranjeros. Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su
tierra llena de caballos, y sus carros son innumerables. Además su tierra está llena de
ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos.
Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones.
Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del
resplandor de su majestad. La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de
los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de

121
Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será
abatido; sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de
Basán; sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; sobre toda torre
alta, y sobre todo muro fuerte; sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas
preciadas. La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada;
y solo Jehová será exaltado en aquel día. Y quitará totalmente los ídolos. Y se meterán en
las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de
Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra.
Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de
oro, que le hicieron para que adorase, y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las
cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su
majestad, cuando se levante para castigar la tierra”

Aquí el Señor señala que habrá un día, un periodo de tiempo en el que él castigará a los
hombres, y que solamente él será exaltado. En aquel día el Señor será exaltado. He aquí
otra referencia similar:

Isa.13.6-13 “Aullad, porque cerca está el día de Jehová (Yom Yahweh); vendrá como
asolamiento del Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo
corazón de hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos;
tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero;
sus rostros, rostros de llamas. He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y
ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual
las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la
luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su
iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.
Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. Porque
haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová
de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira”

Aquí el profeta Isaías profetiza que el día de Jehová, Yom Yahweh, vendrá y en este día
habrá destrucción para el pecador. Es un día de castigo para los malos.

 El día de delicia, santo, glorioso y venerado del Señor: El día de reposo

Isa.58.1-14 “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia
a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y
quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese
dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. ¿Por qué,
dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por

122
entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís
a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir
con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza
como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a
Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar
las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No
es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que
cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu
luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la
gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá
él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar
vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá
tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las
sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como
manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas;
los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de
portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeres del día de reposo tu pie, de
hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo
venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus
propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de
la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha
hablado”

Por lo visto en este pasaje, el pueblo determinaba un día de ayuno, que bien podría ser un
día de reposo, o cualquier otro día. Y los judíos denominaban este día de ayuno o era su
intención hacer de él “día agradable al Señor”. Y para esto se humillaban, se vestían de
cilicio y se afligían, y con ello esperaban agradar a Dios y deleitarse en él. Pero Dios les
reprende diciendo que tal cosa en realidad no era para él nada agradable, sino que más
bien le ordenaba hacer justicia, cubrir al desnudo y saciar al hambriento. Y otra indicación
era que el pueblo llamara al día de reposo, día de delicia, santo y glorioso del Señor, y que
venerasen ese día, no haciendo su voluntad ni sus caminos. Por todas estas obras de
justicia, Dios les recompensaría.

Aquí el día en cuestión inequívocamente es el día de reposo (Yom Shabbath), que como lo
vimos anteriormente, es el séptimo día. Así que a los judíos se les ordeno venerar este día,
tenerlo como santo y glorioso del Señor.

123
¿Es el día de reposo el día del Señor? En efecto, es un día santo, el Señor dice que es su
día, que le pertenece a él. Es el día que él ha santificado. Es también día del Señor. De eso
no hay duda.

Sin embargo, aquí no se llama al día de reposo como Yom Yahweh, como se ha venido
mostrando que hay un día del Señor, que está relacionado en particular con un periodo de
castigo ¿Era el Yom Shabbath idéntico al Yom Yahweh?

4.3.3 Sofonías

 El día de Jehová (Yom Yahweh)

Sof.1.7-9 “Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano;
porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados. Y en el día del
sacrificio de Jehová castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey, y a todos los que visten
vestido extranjero. Asimismo castigaré en aquel día a todos los que saltan la puerta, los
que llenan las casas de sus señores de robo y de engaño”

Idéntico a la referencia del profeta Isaías, Yom Yahweh aquí es descrito por Sofonías como
un día de castigo para los pecadores.

4.3.4 Ezequiel

Eze.30.2-5 “Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Lamentad: ¡Ay
de aquel día! Porque cerca está el día, cerca está el día de Jehová; día de nublado, día de
castigo de las naciones será. Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando
caigan heridos en Egipto; y tomarán sus riquezas, y serán destruidos sus fundamentos.
Etiopía, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos de las tierras aliadas, caerán con ellos a filo
de espada”

Nuevamente, un anuncio profético de Yom Yahweh como día de castigo. Aunque en este
contexto se profetiza, no un castigo mundial, sino uno para naciones específicas, de ahí se
podría inferir que este día del Señor, ya se cumplió, o bien que es un anuncio profético
todavía.

4.4 El día del Señor entre el exilio y la primera venida de Cristo

4.4.1 Abdías

 Día de castigo para las naciones, pero salvación para el remanente

124
Abd.1.1-17 “Visión de Abdías. Jehová el Señor ha dicho así en cuanto a Edom: Hemos oído
el pregón de Jehová, y mensajero ha sido enviado a las naciones. Levantaos, y
levantémonos contra este pueblo en batalla. He aquí, pequeño te he hecho entre las
naciones; estás abatido en gran manera. La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que
moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón:
¿Quién me derribará a tierra? Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas
pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová. Si ladrones vinieran a ti, o robadores de
noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti
vendimiadores, ¿no dejarían algún rebusco? ¡Cómo fueron escudriñadas las cosas de
Esaú! Sus tesoros escondidos fueron buscados. Todos tus aliados te han engañado; hasta
los confines te hicieron llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti; los
que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en ello entendimiento. ¿No haré que
perezcan en aquel día, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?
Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados; porque todo hombre será cortado del
monte de Esaú por el estrago. Por la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y
serás cortado para siempre. El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su
ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú
también eras como uno de ellos. Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu
hermano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el
día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia. No debiste
haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día de su quebrantamiento; no, no debiste
haber mirado su mal en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el
día de su calamidad. Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los
que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de
angustia. Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste
se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza. De la manera que vosotros
bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán, y
engullirán, y serán como si no hubieran sido. Mas en el monte de Sion habrá un
remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones”

Como viene siendo usual en los profetas, Yom Yahweh viene siendo asociado con día de
castigo, aunque aquí hay una referencia de que en ese tiempo habrá un remanente de
Israel que se salve.

4.4.2 Profeta Joel

 El profeta del Yom Yahweh

125
Joe.1.14-16 “Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos
los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová. ¡Ay del
día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el
Todopoderoso. ¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el
placer de la casa de nuestro Dios?”

Joe.2.1-2 “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los
moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de
tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el
alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después
de él lo habrá en años de muchas generaciones”

Joe.2.9-12 “Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las
ventanas a manera de ladrones. Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los
cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Jehová dará
su orden delante de su ejército; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que
ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá
soportarlo? Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón,
con ayuno y lloro y lamento”

Joe.2.28-31 “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán


vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes
verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en
aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de
humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y
espantoso de Jehová”

Joe.3.12-16 "Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré
para juzgar a todas las naciones de alrededor. Echad la hoz, porque la mies está ya
madura. Venid, descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque mucha
es la maldad de ellos. Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el
día de Jehová en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas
retraerán su resplandor. Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y
temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza
de los hijos de Israel”

Joel es en realidad el profeta que anuncia el día de Jehová, el día del Señor, Yom Yahweh,
y lo representa como un día de castigo, de oscuridad, en que el sol deje de resplandecer y
la luna se convierta en sangre. Por supuesto, otros profetas ya lo habían anteriormente
anunciado, pero éste en su corta profecía, tiene al día del Señor como elemento central de

126
ella. Porque viene el día del Señor es que Israel y las naciones deberían convertirse ¿Les
suena ese mensaje algo evangélico?

4.4.3 Zacarías

Zac.14.1-4 “He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus
despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la
ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la
ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Después
saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se
afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de
Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y
hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia
el norte, y la otra mitad hacia el sur”

Nuevamente Zacarías, este también profetiza un Yom Yahweh, día del Señor, que será de
Juicio, pero de esperanza para Israel.

4.4.4 Malaquías

Mal.4.1-6 “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y
todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi
nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como
becerros de la manada. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de
vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos. Acordaos de la
ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He
aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él
hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”

4.4.5 Los profetas anuncian un Yom Yahweh espantoso y terrible

Por todas las evidencias que se presentan aquí, una cosa es segura, hay un día del Señor,
que será espantoso, terrible, de castigo para las naciones y de esperanza para Israel. Y por
este día es que se ordena a las naciones arrepentirse y buscar de Dios.

Si Malaquías, cuatrocientos años antes de Cristo, profetizó de este día, es porque en


efecto, aunque habían acontecido días de castigo en el pasado, todavía queda un día del
Señor para castigar a las naciones. Un día de juicio. Y antes de este día, él enviaría a Elías,
es decir, a Juan el Bautista:
127
Mat.17.9-13 “Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a
nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Entonces sus
discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario
que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y
restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que
hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”

4.5 El día del Señor para Cristo

 Cristo profetizó un día de Juicio Universal

En su ministerio terrenal el Señor no se refirió al Yom Yahweh como tal, aunque sí se


refirió de manera evidente a un día de juicio universal:

Mat.10.14-15 “Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa


o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será
más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad”

Mat.11.20-24 “Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho
muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: Ay de ti, Corazín! Ay
de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido
hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por
tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón,
que para vosotras. Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades
[nombre griego del lugar de los muertos] serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran
hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por
tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de
Sodoma, que para ti”

 Cristo habló del día de su venida

Mat.24.36-44 “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo
mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque
como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en
casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el
diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces
estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán
moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no
sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia
supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto,
128
también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no
pensáis”

 El Señor habló de un día en que comerá de nuevo la pascua

Mar.14.22-25 “Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio,
diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio;
y bebieron de ella todos. Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es
derramada. De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en
que lo beba nuevo en el reino de Dios”

 Cristo dijo que su día será cuando venga el reino de Dios

Luc.17.20-30 “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les
respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo
allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros. Y dijo a sus discípulos: Tiempo
vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Y os
dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. Porque como el relámpago que al
fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del
Hombre en su día. Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por
esta generación. Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del
Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró
Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días
de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot
salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en
que el Hijo del Hombre se manifieste”

En la anterior enseñanza, considero que “días del Hijo del Hombre” podría referirse a los
tiempos en que Jesús estuvo en Judea ministrado, pero también puede ser una referencia
a los días en que el Señor volverá, y entonces tal evento será “el día del Hijo del Hombre”.

 Jesús habló de un día en que él vendría, castigaría a las naciones y comería con
sus discípulos la Pascua

Aunque el Señor no habló de el día del Señor como tal, sí hizo entonces referencia a un
juicio futuro, a una venida y a un día donde el volverá a estar con sus discípulos, y esto lo
asoció a un día, el día en que el Hijo del Hombre se manifieste.

4.6 El día del Señor para los apóstoles

Ahora veamos el concepto de lo que era el día del Señor para los apóstoles.

129
4.6.1 El día del Señor para Jacobo

San.5.7. “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el
labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba
la lluvia temprana y la tardía”

Jacobo como tal no hace referencia al día del Señor, sino a la venida del Señor, que por
supuesto, se relaciona con su regreso y todos los eventos que sucederán en aquel
momento. ¿Es esta venida el día del Señor? ¿Son realidades idénticas?

4.6.2 El día del Señor para Pedro

Hec.2.14-21 “Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló
diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd
mis palabras. Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la
hora tercera del día. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice
Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas
profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de
cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y
profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego
y vapor de humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el
día del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo”

 Pedro reitera que el Yom Yahweh vendrá

Aquí Pedro insta a sus oyentes a arrepentirse, declarándoles que el día del Señor vendrá,
ese día espantoso y terrible, como lo profetizó Joel.

Entonces aquí tenemos una idea de lo que en la mente de Pedro era el día del Señor,
traducido del griego jo hemera kurios.

 Pedro afirma que el día del Señor es la venida del Señor

2Pe.3.1-13 “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con
exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que
antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador
dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán
burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la
promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran

130
voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos,
y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de
entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están
reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la
perdición de los hombres impíos. Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor
un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor
vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los
elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros
andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del
día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y
tierra nueva, en los cuales mora la justicia”

Así que el día del Señor es definitivamente en la mente de Pedro un nombre que se da a la
venida del Señor, es decir, el día Señor será la venida del Señor, y la venida del Señor será
el día del Señor, o al menos, la venida del Señor será parte del día del Señor. Y este día
será día de juicio, aunque también día de esperanza para los creyentes, que esperan cielos
nuevo y tierra nueva, donde mora la rectitud.

Así que Pedro escribe a las iglesias de su época que jo hemera kurios es la venida del
Señor, o al menos que serán eventos concomitantes, si es que son diferentes.

4.6.3 El día del Señor para Pablo

 El día del Señor se refiere a la venida del Señor

1Te.4.16-18; 5:1-6 “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre
con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. Pero acerca de
los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.
Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la
noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción
repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos,
no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos

131
vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por
tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”

Por tanto, el día del Señor, en griego, jo hemera kurios, será un día de gloria para los
creyentes, en el que recibirán al Señor en santidad, pero será destrucción para los impíos.

2Te.1.6-12;2:1-2 “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os
atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego,
para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro
Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia
del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus
santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido
creído entre vosotros). Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que
nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y
toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea
glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor
Jesucristo. Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión
con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de
pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra,
en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera;
porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado,
el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es
objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por
Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora
vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque
ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene,
hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a
quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su
venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto
no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”

La evidencia entonces es inequívoca: Los apóstoles llamaba al día del Señor, el día de su
venida, que es esperanza para los creyentes y destrucción para los impíos ¿No era esto
mismo lo que decían los profetas judíos?

4.6.4 El día del Señor para Juan

 El último día

132
Jua.6.39-40 “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me
diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del
que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le
resucitaré en el día postrero”

Por la evidencia apostólica, este día postrero, será cuando el Señor venga, y resucite a los
que creyeron en él. Ese es el último día.

 El día que vio Abraham

Jua.8.47-59 “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros,
porque no sois de Dios. Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien
nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? Respondió Jesús: Yo no tengo
demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis. Pero yo no busco mi gloria;
hay quien la busca, y juzga. De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra,
nunca verá muerte. Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio.
Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas
murieron! ¿Quién te haces a ti mismo? Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi
gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.
Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería
mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra. Abraham vuestro padre
se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó. Entonces le dijeron los judíos: Aún
no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os
digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero
Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue”

Como dije al principio de este punto, aquí el día que vio Abraham, que Cristo llama su día,
puede ser referenciado al día de reposo ordinario, a la resurrección de Cristo, a su muerte,
o bien a su venida.

Sin embargo, por toda la cosmovisión que tenían los apóstoles en aquella época, es
posible, pero solo posible, que Jesús se esté refiriendo aquí a su venida, al día en que los
muertos resucitarán, y por tanto, también Abraham, quien está muerto, resucitará. Pero
esto es una conjetura y no tengo la suficiente evidencia para definirlo.

 El día del juicio

1Ju.4.17 “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza
en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo”

133
En la mente de Juan y los demás apóstoles, estaba claro que este día, el día de juicio sería
el día en que él se manifieste de nuevo. ¿No es así?

 El día del Señor, jo hemera kuriakos

Apo.1.9-11 “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino


y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra
de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí
detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el
primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están
en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”

- El día del Señor, jo hemera kuriakos, es Su gran día de ira y salvación.

Juan está diciendo que él llegó a estar en el Espíritu en el día del Señor, jo hemera
kuriakos, haciendo alusión al día de la venida del Señor Jesucristo, al día del juicio, al día
en el que el castigaría a las naciones, al día en que él daría recompensa a sus siervos, al día
en que nuevos cielos y nueva tierra sea establecida, al día en que los muertos resucitarían.
¿Será posible? Voy a mostrar evidencia de que en efecto Juan está en el día escatológico
del Señor, es decir, en su espantoso, terrible y glorioso día:

Primero. Permítanme recordar cómo está escrito el texto griego:

“Ginomai en pneuma en jo hemera kuriakos kai akou mou pone mega hos salpigx”

La palabra griega en los textos base de nuestra traducción castellana, de la cual se traduce
“estaba yo”, no es el verbo ser o estar, que en griego sería eimi, o jen u otro, sino ginomai,
que un erudito griego, sin duda sabrá que significa en primer lugar “ser hecho, convertirse,
llegar a ser”.

Por tanto, una traducción también posible (aun preferible) del texto sería esta: “Llegué a
estar en el Espíritu en el día del Señor”

Entonces “llegar a estar en el Espíritu” no era un estado ordinario en el que estuviera


Juan, sino que en su libro profético, la frase “llegar a estar en el Espíritu” cobra
significados similares a los que cobraba la frase para Ezequiel:

Eze.2.1-2 “Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. Y luego que
me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba”

Eze.3.11-12 “Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha
dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar. Y me levantó el Espíritu, y oí detrás

134
de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su
lugar”

Eze.37.1 “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso
en medio de un valle que estaba lleno de huesos”

Apo.4.1-2 “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz
que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas
que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba (ginomai) en el Espíritu; y he aquí,
un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado”

Traducción griega de Apocalipsis 4:2:

“Kai eutheos ginomai en pneuma kai idou thronos keimai en jo ouranos kai en jo thronos
khatemai”

Apo.17.3 “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia
escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos”

Apo.21.10-11 “Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran


ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su
fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el
cristal”

Nótese nuevamente que Juan utiliza la frase ginomai, para denotar que él llegó a estar en
el Espíritu. Así que yo estoy interpretando que “estar en el Espíritu” es un estado espiritual
extático en el que el profeta ve cosas y oye cosas de una dimensión celestial, así como
Ezequiel también por el Espíritu pudo recibir sus profecías y ver cosas gloriosas que
tendrían lugar en su futuro.

Así también, Juan por estar en el Espíritu, en este éxtasis, es que podía ver cosas
espirituales:

Ap. 1:10-11 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz
como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en
un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”

Segundo. El tema de la Revelación de Cristo a Juan es una profecía que abarca varios
sucesos y realidades: La condición de la Iglesia actual, la gloria del Hijo, el gobierno del
Hijo, la preeminencia del Cordero, la venida del Señor, la acción del anticristo, la derrota
del anticristo y del mundo pecador, la aparición gloriosa de Jesús, los juicios divinos sobre

135
la tierra, la ira de Dios castigando al mundo, el juicio eterno, la venida del reino, y la gloria
sempiterna, cielos nuevos y tierra nueva.

Y todos estos acontecimientos describen lo que desde los profetas se venía anunciando
como Yom Yahweh, el día de Jehová, el día del Señor, espantoso y terrible. Miremos
algunas referencias en la revelación de Juan sobre el día que ha llegado:

Apo.6.15-17 “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos,
y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y
decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel
que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha
llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”

Apo.16.13-14 “Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del


falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios,
que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la
batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”

Isa.13.6-13 “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del
Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de
hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán
dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus
rostros, rostros de llamas. He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor
de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las
estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna
no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad;
y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. Haré más
precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. Porque haré
estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los
ejércitos, y en el día del ardor de su ira”

Mal.4.1-6 “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y
todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi
nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como
becerros de la manada. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de
vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos. Acordaos de la
ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He
aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él

136
hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”

Así que si Juan con la frase jo hemera kuriakos se refiere al día del Señor, es decir, el gran
día de su juicio y salvación, al Yom Yahweh, en realidad estaría haciendo justicia a todo el
tema de su libro.

Además Juan vio eventos particulares en el día del Señor: vio sus juicios, su liberación,
eventos cósmicos que acompañarían la venida de Cristo. En realidad, Juan “estaba en el
Espíritu en el día del Señor”.

Tercero. La audiencia original a la que escribió Juan eran las siete iglesias de Asia:

Ap. 1:10-11 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz
como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en
un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna,
Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”

¿Quiénes eran estas iglesias? ¿Quiénes habían sido sus pastores y maestros?

Con respecto a Éfeso sabemos inequívocamente que allí predicó Pablo y también Timoteo.

Con respecto a Laodicea, tenemos igualmente una referencia inequívoca de que Pablo
había sido al menos un escritor a esta iglesia.

Sin embargo, tenemos una carta que fue dirigida a todas las iglesias de Asia: La primera
carta de Pedro, y probablemente su segunda carta también fue para estas mismas iglesias:

1Pe.1.1-2 “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto,


Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en
santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia
y paz os sean multiplicadas”

2Pe.1.1-2 “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la
justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:
Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús”

2Pe.3.1 “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con
exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que
antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador
dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán
burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la

137
promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como desde el principio de la creación”

Ahora bien, la fecha aproximada de la muerte de Pedro, se calcula hacia el 67 d.C, es decir,
que Pedro tuvo que escribir estas cartas como ultima fecha posible ese mismo año.
Entonces para el año 67 d.C, estas iglesias recibieron instrucciones apostólicas.

¿Qué eral el día del Señor (jo hemera kurios) para estas iglesias?

2Pe.3.1-13 “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con
exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que
antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador
dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán
burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la
promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran
voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos,
y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de
entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están
reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la
perdición de los hombres impíos. Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor
un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor
vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los
elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán
quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros
andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del
día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y
tierra nueva, en los cuales mora la justicia”

Sin lugar a dudas, las iglesias de Asia habían sido enseñadas que jo hemera kurios, era el
día escatológico del Señor, es decir, su gran día de juicio y salvación, era el mismo Yom
Yahweh que había sido profetizado desde los profetas antiguos.

La iglesia de Asia esperaba el día del Señor, se apresuraba para él, y era un día de
esperanza para ella.

Así que cuando Juan escribió que él estaba en el día del Señor, ¿qué entendió la iglesia
asiática? ¿Asumió que Juan estaba en el primer día de la semana (teoría que discutiré

138
posteriormente)? ¿O asumió que estaba en el gran día del Señor terrible y espantoso?
Según la evidencia ¿a qué premisa nos debemos inclinar? Yo me inclino a la segunda, por
la evidencia textual que tengo.

A menos que se nos demuestre y dé evidencia de que la iglesia asiática llamaba jo hemera
kuriakos a otro día, en realidad no existe fundamente teológico para asumir que “Juan
estaba en el Espíritu otro día que no fuera el día del Señor, el Yom Yahweh”

Cuarto. Juan usa una construcción griega diferente a los demás autores del Nuevo
Testamento:

Pablo y Pedro hablaron del día del Señor, como jo hemera kurios, que en efecto su
traducción es “El día del Señor”. Jo, como artículo “el”; hemera, como sustantivo para
“día”; y kurios, como nombre para “Señor”. De ahí la traducción el día del Señor.

Pero Juan usa jo hemera kuriakos. Jo, el artículo “el”; hemera, el sustantivo día; y kuriakos
el adjetivo “del Señor”.

La diferencia radica en que Kurios es un nombre, en cambio kuriakos es un adjetivo. Es


decir, un día, el día que le pertenece al Señor, que es suyo y de nadie más. Es un día de él.
¿Cuál es ese día? Recordemos que todo lo santo le pertenece al Señor: días, personas,
objetos, sacrificios, cosas, etc. Pero en este contexto, el día que le pertenece al Señor, que
es suyo, que es de él, no es otro sino el Yom Yahweh: Su gran día, el día de su venida, en el
que ha de castigar a la tierra y salvar a sus seguidores. Este es el día del Señor.

Así que en conclusión, doy evidencia de que Juan en realidad, llegó a estar en el Espíritu
en el día del Señor, en su glorioso, santo y terrible día, el día en que sus juicios vendrían y
su salvación aparecería. Este el día del Señor, un único día. Por supuesto, esto no implica
que Juan viajó en el tiempo, sino que tuvo una visión del día del Señor, llegó a verlo en el
Espíritu.

4.6.5 El día del Señor para la iglesia apostólica

Por tanto, mediante la evidencia textual y la reflexión exegética y teológica, he expuesto


que el día del Señor en la visión apostólica era el Gran Día del Señor, el día de su aparición
y manifestación. Ese era su día, el Yom Yahweh, el día del Señor. ¡Aleluya!

4.7 El día del Señor en la literatura extra – canónica

4.7.1 Citas extra – Escriturales que llaman al primer día de la semana “el día del
Señor”

139
La realidad es que en nuestra literatura canónica jamás se llama el día del Señor a otra
realidad aparte de la venida de Cristo y su glorioso juicio sobre el mundo y salvación para
los hombres. En nuestra Escritura, el día del Señor es uno, uno solo, y es el gran día de
Dios, de Cristo, el Yom Yahweh.

Sin embargo, desde tiempos antiquísimos, nuestros maestros han enseñado que cada
primer día de la semana, también ha de llamarse “el día del Señor”:

 Catecismo católico

“1166 "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama
con razón “día del Señor” o domingo" (SC 106). El día de la Resurrección de Cristo es a la
vez el "primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y el "octavo día"
en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el
"día que no conoce ocaso" (Liturgia bizantina). El "banquete del Señor" es su centro,
porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que
los invita a su banquete (Cf. Jn 21,12; Lc 24,30):

El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es
llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al
Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha
amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la
salvación (S. Jerónimo, pasch.)”3

 Confesión Bautista de Londres, 1689

“7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una proporción de tiempo, por
designio de Dios, se dedique a la adoración a Dios, así en su Palabra, por un mandamiento
positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todas las épocas, Dios ha
señalado particularmente un día de cada siete como día de reposo, para que sea guardado
santo para él; el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo fue el
último día de la semana y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la
semana, que es llamado el Día del Señor y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo
como el día de reposo cristiano, siendo abolida la observancia del último día de la
semana”4

Sin embargo, siendo escriturales, apegados a la palabra de Dios, asiduos en recorrer la


revelación divina, y tratando de determinar mediante un proceso histórico – gramático,

140
cuál sea el concepto apostólico sobre el día del Señor, considero que no hay razón lógica
ni coherente para sostener que el primer día de la semana sea el día del Señor.

La postulación de que el primer día de la semana sea y pueda llamarse también “el día del
Señor” sencillamente no es canónica, apostólica, bíblica ni evangélica.

141
5. CONCLUSIONES PRELIMINARES

A continuación expongo de forma concisa las conclusiones que un estudio somero, ni


siquiera tan exhaustivo como se quisiera, me permite inferir, y esto antes de dar
respuesta a las objeciones que se puedan plantear a mis proposiciones. Las conclusiones
que aquí relaciono son el fruto del análisis de la doctrina tomando en cuenta únicamente
los hechos y los datos canónicos de la palabra de Dios y su consistencia sobre un tema en
particular: “El día de reposo, el primer día de la semana y el día del Señor”

5.1 El día de reposo fue establecido por Dios desde la creación misma.

Suficiente evidencia bíblica hay respecto a que el Señor mismo estableció el día de reposo
en el séptimo día de su creación, día que en realidad cesó su obra creadora, y día que
bendijo y santificó.

5.2 El día de reposo santificado por el Señor es el séptimo día

A lo largo de toda la revelación bíblica respecto al día de reposo, se puede determinar con
una certeza absoluta, que el día de reposo es el séptimo día y esto sin duda. Pues en este
día el Señor cesó de hacer los cielos y la tierra, obra que había acabado en seis días.

Este fue el mismo día que sería ordenado más adelante en el Sinaí, en el pacto de Dios,
Los Diez Mandamientos.

No hay ni un solo texto divino, ni una sola conexión teológica que puede permitir dudas en
cuanto al día ordenado para reposar, es decir, el séptimo día.

5.3 El pacto en el Sinaí ordena guardar el día de reposo, el séptimo día.

Ya sea que la iglesia cristiana, adherida no al Antiguo sino al Nuevo Pacto, tenga que
guardar o no la Ley (incluyendo el Decálogo) sigue siendo cosa segura que de ser
necesario guardar la ley, entonces el día de reposo que la iglesia debiera observar, si se
aferra y sujeta al Decálogo, sería inequívocamente el séptimo día.

5.4 Ningún apóstol dijo que el día de reposo había sido remplazado por otro día

Si admitimos que la voz de nuestros apóstoles está registrada en sus escritos, de los cuales
nosotros tenemos algunos ejemplares consignados en lo que llamamos “El Canon”,
entonces no tenemos ninguna voz profética y apostólica que haya que el día de reposo fue
cambiado. Según nuestros apóstoles el día de reposo no fue remplazado por ningún otro
día.

142
Así que, humildemente espero se me suministre referencia textual canónica y/o teológica
que nos permita a mí y a muchos creyentes, comprender y entender que en realidad el
sábado fue cambiado divinamente por otro día. Pero entre tanto afirmo con humildad que
no hay tal evidencia, sino más bien la Escritura demuestra otra cosa, a saber, que el día de
reposo, sigue siendo el sábado, y por lo visto no hay razón para pensar que va a cambiar.

5.5 Jesús resucitó el primer día de la semana

Decir que Jesús resucitó el séptimo día, o el segundo día de la semana, o el cuarto, es una
afirmación que niega y se aparta de los hechos claros del Evangelio, por el que se nos da a
conocer sin duda alguna que nuestro Señor resucitó el primer día de la semana, un día
después del día de reposo. Que en un calendario judío comenzó en la noche del sábado, y
en uno romano, a la medianoche entre sábado y el primer día. Sabemos que el Señor
resucitó el primer día de la semana.

5.6 El primer día de la semana era el día ordinario en que la iglesia se reunía a comer
la Cena del Señor

La evidencia textual y teológica ha arrojado como resultado de este análisis sobre el


primer día de la semana en la vida cristiana de la iglesia primigenia, que este era el día
regular en que la iglesia se reunía a conmemorar la muerte del Señor, celebración
instituida por Cristo mismo, y que debe ser perpetuada hasta que él venga.

5.7 No existe evidencia textual canónica ni teológica que nos informe la razón por la
que los apóstoles consideraron cenar el primer día de cada semana

Los registros bíblicos no brindan información, o al menos no la suficiente, para determinar


el porqué la iglesia escogió por mano de los apóstoles cenar el domingo de cada semana.
Si tiene evidencia de este asunto, la espero con gusto. Gracias.

5.8 El día del Señor es uno: El día escatológico del Señor

Como se expuso, es lícito llamar al día de reposo, día del Señor, puesto que todo aquello
que es santificado por él, viene a ser suyo: Cosas, sacrificios, personas, e incluso los días
por él santificados, incluyendo el día de reposo (este es el único día ordinario santificado).

Sin embargo, en los profetas, la ley y los escritos apostólicos, el día del Señor
predominante es Yom Yahweh, o jo hemera kuriakos, es decir, el día del Señor que viene
siendo anunciado como día de juicio para los malos, castigo para los impíos, pero con
todo, día de esperanza para los fieles que siguen a Dios y al Cordero.

143
Son dos categorías diferentes el día de reposo y el día del Señor, aun cuando exista
elementos afines a ambas, como por ejemplo, “ser del Señor”; pero siempre el día de
reposo (Yom Shabbath) era un día y una realidad diferente al día del Señor (Yom Yahweh)
profetizado en los profetas y el Evangelio.

5.9 El primer día de la semana no es “el día del Señor” ni “el día de reposo”.

Por tanto, cada primer día de la semana, en realidad, no es “el día del Señor”, y mucho
menos, el primer día de la semana sustituyó al sábado como reposo.

5.10 Las implicaciones y aplicaciones de la verdad sobre este asunto se brindarán


más adelante

Todavía no es el momento apropiado para determinar las implicaciones y las aplicaciones


para la teología de la iglesia cristiana y para su praxis. Estas dos cosas se darán después de
examinar, argumentar y analizar las posiciones y formulaciones históricas que la iglesia ha
dado respecto a esta doctrina. Pero una vez se respondan y se analicen los puntos
expuesto por la iglesia en lo que respecta al domingo como día de reposo cristiano,
procederé a formular implicaciones y aplicaciones para mis hermanos en Cristo. ¡Dios me
ayude!

144
6. ANALISIS DE LA EXPOSICIÓN DE SAM WALDRON SOBRE EL DÍA DE REPOSO
CRISTIANO

 ¿Por qué analizar los escritos de hombres piadosos respecto a este tema?

En el punto anterior he formulado unas conclusiones bastante serias para la fe cristiana y


su práctica, y ante ellas y sus implicaciones, algunos de ustedes quizá quieran aportar
contestando a mis interrogantes y brindando evidencia que sostenga la teoría del
domingo como día de reposo cristiano, tal como está planteada en el catecismo católico y
bautista.

Así que es posible que algunos de ustedes estén pensando a medida que leen: “Yo puedo
y quiero dar evidencia a Juan Pablo de que lo planteado en los catecismo es correcto y es
verdad”. Y para ese efecto, mi correo está a la disposición.

Solo que he decidido dar un paso adelante de su reacción y respuesta, y por ello me he
dispuesto a analizar las respuestas que otros hombres santos han dado respecto a este
asunto.

Teólogos ya han elaborado y formulado una teología que no solo hace declaraciones sobre
la doctrina, sino que intentan articularla desde la Escritura, y así se tiene la meta de
establecerla como verdad apostólica, como doctrina del Señor y su Evangelio.

Así que por ello, he querido interactuar con alguna literatura sobre el asunto. Es como si
pudiéramos tener un debate escrito con ellos. Esa es la idea.

 La metodología de mi análisis

En cada caso, pido amablemente que ustedes puedan leer previamente todo el contenido
teológico que cada uno de los maestros pro-reposo cristiano que me dispongo a analizar,
que, en este primer caso, será Samuel Waldron.

En cada análisis, distribuiré mi contenido analítico en partes para ayudar a su lectura y


comprensión, tratando de mantener el hilo expositivo de cada uno de los autores. Es
decir, evitando descontextualizar sus frases, pues esto es lo último que conviene a este
estudio.

Al finalizar mi análisis, daré unas conclusiones sobre lo que a mí me pudo haber parecido
el planteamiento teológico de cada autor y así mismo daré una síntesis de mis análisis de
sus exposiciones, pero pido a ustedes leer cuidadosamente todo el comentario que hago a
cada uno de los expositores y catecismos.

145
6.1 ¿Por qué Sam Waldron?

Antes de entrar a comentar y argumentar mediante preguntas y replicas al trabajo de


exposición que ha hecho Sam Waldron respecto a la Confesión de Fe de Londres de 1689,
del cual me serviré con su conocimiento, expreso que de acuerdo a mi concepción
teológica de lo que significa ser creyente y ser un hijo de Dios, no vacilo por un momento
de la santidad y justicia que el profesor Sam posee por medio de su fe en Cristo, razón por
la cual, con toda certeza y humildad le reconozco como mi hermano y consiervo en la fe
del Señor Jesús, ante quien doy gracias por la fe del pastor Sam y a quien pido que pueda
fortalecerlo en toda buena obra.

He determinado analizar la exposición del profesor Sam Waldron, porque como lo


mencioné en la introducción su respuesta a mi pregunta “infantil” (para mí lo era, no para
él), contribuyó a la hechura del tratado que ustedes están leyendo. Además, porque Sam
Waldron, representa a uno de los teólogos reformados influyentes de mi época (yo lo
considero así), por lo cual es un privilegio enorme poder interactuar con su trabajo al
respecto.

Así que, con el conocimiento de mi hermano de que estoy utilizando su exposición acerca
del día de reposo, me dispongo a comentar y replicar su exposición escrita. Pues aunque
somos hermanos, esto no implica que no tengamos el derecho y la responsabilidad de
exhortarnos unos a otros y crecer en el conocimiento del Señor Jesucristo.

En el APÉNDICE A, se encontrará toda la exposición que el profesor Sam ha hecho


defendiendo y sosteniendo lo que él llama “el principio del día del Señor”. En este punto
lo que haré es ir párrafo a párrafo de su exposición escrita del capitulo 22 sobre la
adoración religiosa y del día de reposo de la Confesión de fe de Londres de 1689, versión
en español.

No he copiado aquí todo el capitulo 22 de la Confesión (ustedes pueden y deberían leerlo)


porque considero que es posible hacer mis análisis sin necesidad de transcribir todo el
capítulo, sino únicamente lo que respecta al día de reposo. Sin embargo, he copiado el
artículo primero porque es el encabezado en el que se supone el resto de doctrinas son
enseñadas, incluyendo la de “el día del Señor”

6.2 Exposición de la Doctrina en la Confesión Bautista de Fe (CFBL) en lo que respecta


al día de reposo cristiano:

CFBL Capítulo 22, artículos 1, 7 y 8:

146
“1. La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía sobre
todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que, por lo tanto, debe ser temido, amado,
alabado, invocado, creído y servido con toda el alma, con todo el corazón y con todas las
fuerzas.1 Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por él mismo,
y está de tal manera limitado por su propia voluntad revelada que no se debe adorar a
Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de
Satanás, ni bajo ninguna representación visible ni en ningún otro modo no prescrito en las
Sagradas Escrituras.2

1. Jer. 10:7; Mr. 12:33.2. Gn. 4:1-5; Ex. 20:4-6; Mt. 15:3,8,9; 2 R. 16:10-18; Lv. 10:1-3; Dt.
17:3; 4:2; 12:29-32; Jos. 1:7; 23:6-8; Mt. 15:13; Col. 2:20-23; 2 Ti. 3:15-17” Énfasis mío.

7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una proporción de tiempo, por
designio de Dios, se dedique a la adoración a Dios, así en su Palabra, por un mandamiento
positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todas las épocas, Dios ha
señalado particularmente un día de cada siete como día de reposo, para que sea guardado
santo para él;1 el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo fue el
último día de la semana y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la
semana, que es llamado el Día del Señor y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo
como el día de reposo cristiano, siendo abolida la observancia del último día de la
semana.2

1. Gn. 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27,28; Ap. 1:10.


2. Jn. 20:1; Hch. 2:1; 20:7; 1 Co. 16:1; Ap. 1:10; Col. 2:16,17

8. El día de reposo se guarda santo para el Señor cuando los hombres, después de la
debida preparación de su corazón y de haber ordenado de antemano todos sus asuntos
cotidianos, no solamente observan un santo descanso durante todo el día de sus propias
labores, palabras y pensamientos1 acerca de sus ocupaciones y diversiones seculares, sino
que también se dedican todo el tiempo al ejercicio público y privado de la adoración de
Dios, y a los deberes que son por necesidad y por misericordia. 2

1. Ex. 20:8-11; Neh. 13:15-22; Is. 58:13,14; Ap. 1:10. 2. Mt. 12:1-13; Mr. 2:27,28”1 Énfasis
míos.

6.3 Análisis de la Exposición de Sam Waldron

En su libro “Exposición de la Confesión Bautista de Fe de 1689”, el hermano y pastor


Samuel Waldron, comentando el capitulo 22, sobre el día de reposo argumenta:

147
“1. La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía sobre
todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que, por lo tanto, debe ser temido, amado,
alabado, invocado, creído y servido con toda el alma, con todo el corazón y con todas las
fuerzas.1 Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por él mismo,
y está de tal manera limitado por su propia voluntad revelada que no se debe adorar a
Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de
Satanás, ni bajo ninguna representación visible ni en ningún otro modo no prescrito en las
Sagradas Escrituras.2

1. Jer. 10:7; Mr. 12:33.


2. Gn. 4:1-5; Ex. 20:4-6; Mt. 15:3,8,9; 2 R. 16:10-18; Lv. 10:1-3; Dt. 17:3; 4:2; 12:29-32; Jos.
1:7; 23:6-8; Mt. 15:13; Col. 2:20-23; 2 Ti. 3:15-17”Énfasis mío.

6.3.1 Primera parte de mi análisis:

He citado este artículo primero del capítulo 22, porque quiero partir de un terreno que
comparto en común con mi profesor Sam Waldron, y es la autoridad final de las Escrituras
en asuntos de fe y practica. Esto significa que me moveré en las Escrituras y que no
apelaré a una autoridad fuera de ella en mi argumentación, ya sea un concilio histórico
(aparte del de Jerusalén, en el siglo I), una enseñanza papal, otra Confesión de fe, o un
libro extra-canónico. Me apegaré completamente a lo que está registrado en la Escritura,
y desde este principio haré mi argumentación al profesor Waldron.

6.3.2 Segunda Parte:

Sam Waldron expone:

“III. Su día señalado

La idea clave del párrafo 1 de este capítulo es que Dios tiene y ejerce el derecho de
establecer cómo quiere ser adorado. El hombre no tiene derecho a entrometerse con sus
propias ideas, sus opiniones o su autoridad en la adoración divina. Es solo desde este
marco y desde esta perspectiva como podemos apreciar la enseñanza puritana y bíblica
sobre el día de reposo. De la misma manera que cualquier otro elemento de la adoración
esta establecido por Dios y no por una autoridad eclesiástica, así también el día de la
adoración publica no esta dejado a la decisión del hombre. Por un mandato positivo,
moral y perpetuo, Dios establece el día.

Ahora bien, al tratar el día señalado de la adoración, la Confesión explica: Su institución


(Parrafo 7) y su santificación (Parrafo 8). La explicación aquí tratará solo de su institución.

148
La Confesión menciona en primer lugar la necesidad natural de un día señalado para la
adoración. La Confesión enseña que la ley de la naturaleza requiere un día señalado para
la adoración. Hay dos cosas que son evidentes por la luz de la naturaleza. En primer lugar,
Dios debe ser adorado pública y colectivamente por parte de los hombres. En segundo
lugar, tal adoración pública y colectiva requiere una proporción de tiempo publica y
colectivamente acordada. Tal proporción de tiempo debe ser señalada por Dios, porque la
única alternativa (que los hombres la señalaran) violaría las prerrogativas de Dios en su
adoración.

A continuación se menciona la promulgación positiva del día señalado. Si bien la


revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario un día señalado
para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede especificar qué día debería
ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o en el primer día no está escrito por la
Creación en los corazones de los hombres. Puesto que la ley de la naturaleza no especifica
la proporción correcta o la parte especifica de nuestro tiempo para la adoración publica,
debe haber un mandamiento positivo de Dios para especificar ese tiempo. El término
“positivo” utilizado aquí en la Confesión significa algo añadido a la ley de la naturaleza y la
revelación general. El día señalado debe ser revelado mediante una revelación especial.
Algunos han preguntado: “Si el día de reposo es una ley moral ¿por qué los gentiles sin
revelación especial no son condenados en la biblia por quebrantarlo?”. La razón es
evidente. Es un mandamiento positivo revelado solo mediante una revelación especial.
Los mandamientos positivos, como deja claro la Confesión, pueden ser también morales.
De esta manera, el carácter especialmente revelado del día de reposo no significa que sea
ceremonial”3

6.3.2.1 Mi análisis:

 “El hombre no tiene derecho a entrometerse con sus propias ideas, sus opiniones o
su autoridad en la adoración divina”

Esta es la base del “principio regulador” de la adoración puritana, y es que Dios mediante
las Escrituras es quien legisla la adoración a él, la adoración tal y como a él agrada. Dado
que este no es un tratado sobre el “principio regulador puritano” no entraré a analizar
aquí su validez, sino que me atendré a algo en lo que estoy de acuerdo, y es que la
Escritura ha de ser el estándar y la autoridad sobre nuestra adoración, y se esperaría
entonces que ella sea la legisladora en cuanto al día de adoración.

Ahora bien, antes de que pueda decírseme que yo debo analizar el principio puritano,
puedo decir que lo que estoy haciendo es puritano, pues al analizar la doctrina de la
Confesión, contrastándola y revisándola con la Escritura, estoy practicando ya el principio

149
regulador puritano, que sé que Waldron también sostiene y enseña. Así que en este que
hago, soy puritano. Me apego a la Escritura, a lo que está allí ordenado y prohibido.

Hay que recordar que el principio regulador sostiene que la forma de adorar a Dios es
haciendo únicamente lo que él manda tal y cómo está presentado en las Escrituras, y que
cualquier cosa que se haga en términos de adoración que no esté en la Escritura es una
adoración falsa. Este es el enunciado de los puritanos.

Así que para Waldron, desde este principio, no guardar el día del Señor ¿sería una falsa
adoración? Su respuesta podría ser afirmativa si quiere ser congruente con el principio
regulador.

 “De la misma manera que cualquier otro elemento de la adoración está establecido
por Dios y no por una autoridad eclesiástica, así también el día de la adoración
publica no está dejado a la decisión del hombre. Por un mandato positivo, moral y
perpetuo, Dios establece el día”

Bien, Sam anuncia que el día de adoración está establecido por Dios mediante un
mandato positivo, moral y perpetuo. Y quiero entonces conocer ese mandato por el que
Dios ha ordenado el día de adoración. Nos conviene a todos conocer cuál es ese mandato.

 “La Confesión menciona en primer lugar la necesidad natural de un día señalado


para la adoración. La Confesión enseña que la ley de la naturaleza requiere un día
señalado para la adoración. Hay dos cosas que son evidentes por la luz de la
naturaleza. En primer lugar, Dios debe ser adorado pública y colectivamente por
parte de los hombres. En segundo lugar, tal adoración pública y colectiva requiere
una proporción de tiempo pública y colectivamente acordada. Tal proporción de
tiempo debe ser señalada por Dios, porque la única alternativa (que los hombres la
señalaran) violaría las prerrogativas de Dios en su adoración.” Énfasis mío.

Me pregunto si “la necesidad natural”, “la ley de la naturaleza” y “la luz de la naturaleza”
son sinónimos aquí, o en caso contrario, a qué se refiere cada uno de ellos.

En primer lugar es posible conocer qué es “la ley de la naturaleza”, ya que Sam mismo
afirma que la Confesión la usa para dar su enseñanza sobre el día de adoración. Bien,
¿cuál será esa ley de la naturaleza que menciona la Confesión?

En su artículo 7 de este mismo capítulo, la Confesión señala:

“7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una proporción de tiempo, por
designio de Dios, se dedique a la adoración a Dios, así en su Palabra, por un mandamiento

150
positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todas las épocas, Dios ha
señalado particularmente un día de cada siete como día de reposo, para que sea guardado
santo para él;1 el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo fue el
último día de la semana y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la
semana, que es llamado el Día del Señor y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo
como el día de reposo cristiano, siendo abolida la observancia del último día de la
semana.2

1. Gn. 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27,28; Ap. 1:10.


2. Jn. 20:1; Hch. 2:1; 20:7; 1 Co. 16:1; Ap. 1:10; Col. 2:16,17”6

En este párrafo, la Confesión menciona “la ley de la naturaleza”, pero no especifica cuál
sea esa ley ¿lo notan?

Ahora bien, la misma Confesión, en su capítulo primero podría darnos una señal de lo que
es “la ley de la naturaleza”:

“1. Las Sagradas Escrituras constituyen la única regla suficiente, segura e infalible de todo
conocimiento, fe y obediencia salvadores 1. Aunque la luz de la naturaleza y las obras de la
creación y de la providencia manifiestan de tal manera la bondad, sabiduría y poder de
Dios que dejan a los hombres sin excusa 2, no obstante, no son suficientes para dar el
conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación 3. Por lo tanto,
agradó al Señor, en distintas épocas y de diversas maneras, revelarse a sí mismo y declarar
su voluntad a su iglesia4; y posteriormente, para preservar y propagar mejor la verdad y
para un establecimiento y consuelo más seguros de la iglesia contra la corrupción de la
carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó poner por escrito esa revelación en su
totalidad, lo cual hace a las Santas Escrituras muy necesarias 5, habiendo cesado ya las
maneras anteriores por las cuales Dios revelaba su voluntad a su pueblo 6

1. 2 Ti. 3:15-17; Is. 8:20; Lc. 16:29,31; Ef. 2:20.


2. Ro. 1:19-21,32; Ro. 2:12a,14,15; Sal. 19:1-3.
3. Sal. 19:1-3 con vv. 7-11; Ro. 1:19-21; 2:12a,14,15 con 1:16,17 y 3:21.
4. He. 1:1,2a.
5. Pr. 22:19-21; Lc. 1:1-4; 2 P. 1:12-15; 3:1; Dt. 17:18ss.; 31:9ss., 19ss.; 1 Co. 15:1;2 Ts.
2:1,2,15; 3:17; Ro. 1:8-15; Gá. 4:20; 6:11; 1 Ti. 3:14ss.; Ap. 1:9,19; 2:1,
etc.; Ro. 15:4; 2 P. 1:19-21.
6. He. 1:1,2a; Hch. 1:21,22; 1 Co. 9:1; 15:7,8; Ef. 2:20”4

Aquí la confesión usa por primera vez en ella la frase “la luz de la naturaleza”, que si bien
no se llama acá “ley de la naturaleza” podría arrojarnos alguna pista de lo esta última es

151
podría ser. Notemos que la Confesión adjunta tres citas bíblicas para referirse a “la luz de
la naturaleza y las obras de la creación y de la providencia que reflejan a Dios y que dejan
al hombre sin excusa (de su pecado)”. Esos tres textos son como siguen:

Rom.1.19-21, 32 “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo


manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las
cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido… quienes habiendo entendido el
juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen,
sino que también se complacen con los que las practican ”

Rom.2:12a, 14, 15 “Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán…
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley,
éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en
sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos”

Sal.19.1-3 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No
hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz”

Entonces, según la Confesión ¿cuál es la luz de la naturaleza? En estos pasajes se dice que
el testimonio de Dios está expresado en la creación, que las cosas invisibles de Dios se
hacen manifiestas por medio de las cosas creadas, de modo que (los hombres pecadores)
no tienen excusa. Entonces esta podría ser la luz de la naturaleza, que consistiría en el
testimonio de Dios por medio de la creación, en la que los cielos cuentan la gloria de Dios.

Pero la Confesión también cita el clásico pasaje que se utiliza para proponer la escritura de
la ley en el corazón de los hombres, citando el texto de Romanos 2:12-15, para referenciar
su frase de la “luz de la naturaleza, las obras y la providencia de Dios”.

Entonces, ¿la luz de la naturaleza consiste en el testimonio de Dios en la creación y en la


ley escrita en el corazón del hombre? También en el capítulo 20, la Confesión menciona
una vez más “la luz de la naturaleza”:

“Esta promesa de Cristo, y la salvación por medio de él, es revelada solamente por la
Palabra de Dios.1 Ni las obras de la creación ni la providencia, con la luz de la naturaleza,
revelan a Cristo, o la gracia que es por medio de él, no en forma general ni velada; 2 igual

152
como tampoco los hombres que no tengan una revelación de él por la promesa del
evangelio pueden obtener una fe salvadora o arrepentimiento. 3

1. Hch. 4:12; Ro. 10:13-15.


2. Sal. 19; Ro. 1:18-23
3. Ro. 2:12a; Mt. 28:18-20; Lc. 24:46,47 con Hch. 17:29,30; Ro. 3:9-20”5

Aquí nuevamente la Confesión al mencionar la luz de la naturaleza cita el pasaje del Salmo
19 y de Romanos 1:18-23. Así que es indudable que cuando la Confesión se refiere a “la
luz de la naturaleza” lo hace haciendo alusión al testimonio de Dios a los hombres por
medio de la creación. Esa es para la Confesión “la luz de la naturaleza”.

Pero ¿Incluye la “Luz de la naturaleza” la ley escrita en el corazón de los hombres? Según
el capítulo primero de la Confesión así sería. Prosigamos.

Sam Waldron menciona “la ley de la naturaleza” y también “la luz de la naturaleza”:

“La Confesión menciona en primer lugar la necesidad natural de un día señalado para la
adoración. La Confesión enseña que la ley de la naturaleza requiere un día señalado para
la adoración. Hay dos cosas que son evidentes por la luz de la naturaleza. En primer lugar,
Dios debe ser adorado pública y colectivamente por parte de los hombres. En segundo
lugar, tal adoración pública y colectiva requiere una proporción de tiempo pública y
colectivamente acordada. Tal proporción de tiempo debe ser señalada por Dios, porque la
única alternativa (que los hombres la señalaran) violaría las prerrogativas de Dios en su
adoración.”

Ya sabemos a qué se refiere “la luz de la naturaleza”, pero a ¿qué se refiere Waldron con
“la ley de la naturaleza”?

Bueno, el mismísimo Sam Waldron nos lo explica:

“A continuación se menciona la promulgación positiva del día señalado. Si bien la


revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario un día señalado
para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede especificar qué día debería
ser…Puesto que la ley de la naturaleza no especifica la proporción correcta o la parte
especifica de nuestro tiempo para la adoración publica, debe haber un mandamiento
positivo de Dios para especificar ese tiempo”

Entonces es inequívoco y seguro que “la ley de la naturaleza” según Sam Waldron es “la
revelación general”. Ahora bien ¿qué es la revelación general para Waldron?

153
En su mismo libro, nuestro hermano Sam, comentando el capítulo 20 de la CBFL “El Del
evangelio y del alcance de su gracia” expresa su pensamiento sobre la revelación general:

“II. La necesidad de esta revelación (Párrafo 2)

El párrafo 2 trata el tema de la necesidad de la revelación del evangelio que se menciona


en el párrafo 1 (véase el capítulo 1). Comienza afirmando que “esta promesa de Cristo, y la
salvación por medio de él es revelada solamente por la Palabra de Dios” es decir, solo por
la revelación especial y redentora contenida en la Biblia. Esto se resalta después
mencionando sus implicaciones negativas. Nos concentraremos aquí en la primera parte
de tales implicaciones, mientras que la segunda se tratará bajo el párrafo 3.

El acento que pone este párrafo en la revelación escriturada no tiene el propósito de


menospreciar la claridad o el alcance de la revelación general. Tales pasajes como Génesis
1:31; Salmo 19:1-6; Hechos 14:16-17; Romanos 1:18-23 y 2:12-14 declaran explícitamente
que el ser, la sabiduría, la santidad, la justicia, la ley, la ira y la bondad (gracia común) de
Dios se revelan clara y convincentemente en la Creación. La bondad o gracia común de
Dios no es, sin embargo, el evangelio. La promesa de un Redentor no es ni podía ser
revelada a un mundo no caído en que todo era muy bueno (Gn. 1:31).” 6 Énfasis mío

Notemos que en la teología de Sam, él mismo implica que esa revelación general incluye
“la obra de la ley escrita en los corazones” citando Romanos 2:12-14, la cual ha sido
interpretada como que todos los hombres tienen la ley de Dios escrita en sus corazones
de manera constitucional:

“John Murray observa: “La Ley de Dios los confronta y se graba ella misma en sus
conciencias sobre la base de lo que ellos son nativa y constitucionalmente”. La implicación
de esto es obvia. Si los salvajes están en posesión de la Ley de Dios, esto es solo porque la
Ley fue escrita en el corazón de Adán en la Creación y no ha sido borrada ni aun por la
caída” 7

Entonces, de acuerdo a Sam Waldron y también de acuerdo a la CBFL “la ley de la


naturaleza” y “la luz de la naturaleza” serían términos sinónimos, pues tanto Waldron
como los teólogos de la CFBL implican que en tal ley y luz se incluye el testimonio de la
gloria de Dios en la creación y la escritura constitucional de la ley en el corazón de los
hombres.

Y ahora habiendo definido lo que la Confesión y Sam llaman “la ley de la naturaleza” y
sabiendo que esa ley de la naturaleza incluye la escritura de la ley en el corazón de los
hombres, como lo sostiene la Confesión, quiero determinar cuál es esa ley escrita en el

154
corazón de los hombres, y en esto, tanto la Confesión como Waldron tienen el mismo
pensamiento:

La Confesión Bautista de Londres es clara en su capítulo 19, artículos 1 y 2:

“1. Dios dio a Adán una ley de obediencia universal escrita en su corazón, 1 y un precepto
en particular de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal; 2 por lo
cual le obligó a él y a toda su posteridad a una obediencia personal completa, exacta y
perpetua; prometió la vida por el cumplimiento de su ley, y amenazó con la muerte su
infracción; y le dotó también del poder y de la capacidad para guardarla. 3

1. Gn. 1:27; Ec. 7:29; Ro. 2:12a, 14,15. 2. Gn. 2:16,17. 3. Gn. 2:16,17; Ro. 10:5; Gá. 3:10,12.

2. La misma ley que primeramente fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo
una regla perfecta de justicia después de la Caída;1 y fue dada por Dios en el monte Sinaí,2
en diez mandamientos, y escrita en dos tablas; los cuatro primeros mandamientos
contienen nuestros deberes para con Dios, y los otros seis, nuestros deberes para con los
hombres.3

1. Para el Cuarto Mandamiento, Gn. 2:3; Ex. 16; Gn. 7:4; 8:10,12; para el Quinto
Mandamiento, Gn. 37:10; para el Sexto Mandamiento, Gn. 4:3-15; para el Séptimo
Mandamiento, Gn. 12:17; para el Octavo Mandamiento, Gn. 31:30; 44:8; para el Noveno
Mandamiento, Gn. 27:12; para el Décimo Mandamiento, Gn. 6:2; 13:10,11. 2. Ro. 2:12a,
14,15. 3. Ex. 32:15,16; 34:4,28; Dt. 10:4” 8

Así que, de acuerdo a los teólogos de Londres, la Ley escrita en los corazones de los
hombres, según ellos, es El Decálogo, Los Diez Mandamientos ordenados también en el
Sinaí. No hay duda de ello. ¿Qué piensa Sam sobre la identidad de esa ley en el corazón de
los hombres? Veamos:

“La principal afirmación del párrafo 1 y 2 (de la Confesión, capitulo 19, La ley de Dios) es
que la misma Ley escrita en el corazón de Adán fue reiterada en los Diez Mandamientos. El
texto clásico que debe examinarse aquí es Romanos 2:12.14-15…”9

Y también afirma: “…Así, al afirmar que los gentiles están en posesión de la ley, Pablo
enseña que existe una identidad sustancial entre los Diez Mandamientos y la Ley de Dios
escrita por creación en el corazón de Adán y todos sus descendientes” 10

- Para la CBFL y Sam Waldron la ley natural incluye el Decálogo de Dios escrito en
el corazón de los hombres.

155
Así que este es el punto al que hemos llegado, y es que cuando la Confesión y también
Sam Waldron se refieren a “la luz de la naturaleza” y también a “la ley de la naturaleza”
(revelación general según Waldron), en ello se implica el testimonio de la gloria de Dios en
la creación y también la obra del Decálogo escrito en el corazón de Adán y sus
descendientes, siendo esta ley escrita constitucionalmente en ellos la misma que fue dada
en el Sinaí. Ese es el punto.

- ¿Cómo sabe el hombre la necesidad de adorar un día en especial?

Traigamos de nuevo el párrafo que estamos analizando:

“La Confesión menciona en primer lugar la necesidad natural de un día señalado para la
adoración. La Confesión enseña que la ley de la naturaleza requiere un día señalado para
la adoración. Hay dos cosas que son evidentes por la luz de la naturaleza. En primer lugar,
Dios debe ser adorado pública y colectivamente por parte de los hombres. En segundo
lugar, tal adoración pública y colectiva requiere una proporción de tiempo pública y
colectivamente acordada. Tal proporción de tiempo debe ser señalada por Dios, porque la
única alternativa (que los hombres la señalaran) violaría las prerrogativas de Dios en su
adoración.” Énfasis míos.

Hermanos, aquí Waldron dice que “la ley de la naturaleza requiere un día señalado para la
adoración” ¿cómo es que la ley de la naturaleza señala un día para la adoración? Es más
¿cómo es que es evidente por medio de la luz de la naturaleza (sinónimo de la ley de la
naturaleza) que Dios debe ser adorado pública y colectivamente y que tal adoración
requiere una proporción de tiempo acordada colectivamente?

Notemos que lo que Waldron está diciendo es que por la ley y luz de la naturaleza (la
creación y la ley escrita en el corazón humano) el hombre ya sabe que hay un día para
adorar. ¿No es lo que está él diciendo? Continuemos.

6.3.3 Tercera Parte

Sam Waldron expone:

“A continuación se menciona la promulgación positiva del día señalado. Si bien la


revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario un día señalado
para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede especificar qué día debería
ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o el primer día no está escrito por la
Creación en los corazones de los hombres. Puesto que la ley de la naturaleza no especifica
la proporción correcta o la parte especifica de nuestro tiempo para la adoración publica,
debe haber un mandamiento positivo de Dios para especificar ese tiempo” 15

156
6.3.3.1 Mi análisis

Hermanos ¿leen bien lo que acaba de decir Sam Waldron solo un párrafo después del que
acabábamos de analizar? Nuevamente: “…la ley de la naturaleza no especifica ni puede
especificar qué día debería ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o el primer
día no está escrito por la Creación en los corazones de los hombres”

Pero Sam, tú mismo dices que la revelación general, la ley de la naturaleza, la luz de la
naturaleza, implica e incluye la ley escrita en el corazón de los hombres, la cual es idéntica
y es la misma que aquella ley dada por Dios en el Sinaí, es decir El Decálogo ¿por qué
afirmas ahora que descansar en el séptimo día no está escrito en los corazones de los
hombres?

Hay tres posibilidades del porqué Sam hace esto:

La primera es que Sam, en realidad, no crea que la Ley, los Diez Mandamientos, está
escrita en los corazones de los hombres de manera constitucional. Y si es así entonces
Sam es incoherente en su libro y así mismo sería un hecho que Sam ya no confiesa el
capítulo 19 de la Confesión, y por tanto su perspectiva de la ley ya no sería reformada,
pues la Confesión es clara en que la ley escrita en el corazón de los hombres es la misma
que fue dada en el Sinaí:

“2. La misma ley que primeramente fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo
una regla perfecta de justicia después de la Caída;1 y fue dada por Dios en el monte Sinaí,2
en diez mandamientos, y escrita en dos tablas; los cuatro primeros mandamientos
contienen nuestros deberes para con Dios, y los otros seis, nuestros deberes para con los
hombres.3

1. Para el Cuarto Mandamiento, Gn. 2:3; Ex. 16; Gn. 7:4; 8:10,12; para el Quinto
Mandamiento, Gn. 37:10; para el Sexto Mandamiento, Gn. 4:3-15; para el Séptimo
Mandamiento, Gn. 12:17; para el Octavo Mandamiento, Gn. 31:30; 44:8; para el Noveno
Mandamiento, Gn. 27:12; para el Décimo Mandamiento, Gn. 6:2; 13:10,11. 2. Ro. 2:12a,
14,15. 3. Ex. 32:15,16; 34:4,28; Dt. 10:4” 12

Entonces, sería bueno y justo que Sam publica y explícitamente confiese cuál es su
verdadera posición en cuanto a la CBFL y su teología de la Ley.

La segunda posibilidad es que Sam haya experimentado un olvido mientras redactaba este
párrafo. Es decir, que aunque él sí cree que la ley en el corazón del hombre es el Decálogo,
experimentó un olvido involuntario al escribir: “Descansar para la adoración en el séptimo
día o el primer día no está escrito por la Creación en los corazones de los hombres” Quizá
157
lo escribió en momento de cansancio y sus editores tampoco lo notaron. Esa es otra
posibilidad.

Y si esto fue así, entonces Sam se equivocó, porque la ley escrita en el corazón de los
hombres, que sería según la CBFL, idéntica al Decálogo, sí enseña y señala el día de
adoración: El séptimo día, como también la misma Confesión lo sostiene.

Y la tercera posibilidad es que Sam Waldron tenga que hacer una negación de alguna de
sus premisas teológicas (inclusive negando dos puntos de la Confesión) para seguir
sosteniendo una doctrina, y así, él mismo cae en una bancarrota teológica, y no solo él
sino también la misma CBFL en este punto sobre el día señalado de la adoración. ¿Por qué
digo esto? Veamos.

La Confesión misma afirma:

“1. Dios dio a Adán una ley de obediencia universal escrita en su corazón, 1 y un precepto
en particular de no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal; 2 por lo
cual le obligó a él y a toda su posteridad a una obediencia personal completa, exacta y
perpetua; prometió la vida por el cumplimiento de su ley, y amenazó con la muerte su
infracción; y le dotó también del poder y de la capacidad para guardarla. 3

1. Gn. 1:27; Ec. 7:29; Ro. 2:12a, 14,15. 2. Gn. 2:16,17. 3. Gn. 2:16,17; Ro. 10:5; Gá. 3:10,12.

2. La misma ley que primeramente fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo
una regla perfecta de justicia después de la Caída;1 y fue dada por Dios en el monte Sinaí,2
en diez mandamientos, y escrita en dos tablas; los cuatro primeros mandamientos
contienen nuestros deberes para con Dios, y los otros seis, nuestros deberes para con los
hombres.3

1. Para el Cuarto Mandamiento, Gn. 2:3; Ex. 16; Gn. 7:4; 8:10,12; para el Quinto
Mandamiento, Gn. 37:10; para el Sexto Mandamiento, Gn. 4:3-15; para el Séptimo
Mandamiento, Gn. 12:17; para el Octavo Mandamiento, Gn. 31:30; 44:8; para el Noveno
Mandamiento, Gn. 27:12; para el Décimo Mandamiento, Gn. 6:2; 13:10,11. 2. Ro. 2:12a,
14,15. 3. Ex. 32:15,16; 34:4,28; Dt. 10:4” Énfasis mío 13

Entonces si en realidad esto es así, si el Decálogo, Los Diez Mandamientos, son escritos
constitucionalmente en el corazón de los hombres, entonces la ley natural, la ley de la
naturaleza, la revelación general sí señalan que hay un día de adoración y así mismo
(contrario a lo que Sam dice) señala el día en que tal adoración debe ser hecha: El séptimo
día.

158
Sin embargo Sam Waldron plantea una teología en los siguientes términos:

1. “La principal afirmación de los párrafos 1 y 2 es que la misma Ley escrita en


corazón de Adán fue reiterada en los Diez Mandamientos”, Comentario a la CBFL,
pág. 324.
2. “Si bien la revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario
un día señalado para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede
especificar qué día debería ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o el
primer día no está escrito por la Creación en los corazones de los hombres”
Comentario a la CBFL, pág. 374.

Hermanos, si Los Diez Mandamientos están escritos en el corazón del hombre, entonces el
día de adoración ya está señalada constitucionalmente: El Séptimo día. Pues es evidente y
obvio que hay un Cuarto Mandamiento que sí señala el día de descanso.

Por eso, no entiendo la declaración de Sam, pues su incoherencia se hace evidente. Pues
si la Ley en realidad está escrita en el corazón del hombre, y esta ley incluye el Cuarto
Mandamiento, por el que Dios ordena reposar el séptimo día ¿Cómo es que ahora Sam
confiesa que en el corazón del hombre no se sabe cuál es el día de descansar para la
adoración?

Si en realidad, por la ley y luz de la naturaleza, el ser humano no sabe cuál es el día para
reposar o como la CBFL dice para adorar, entonces la premisa de que la Ley esté escrita en
el corazón del hombre es negada.

Hermanos, si vamos a sostener que Los Diez Mandamientos están escritos en el corazón
del hombre, debemos sostener su integralidad, como lo hace la Confesión, mostrando que
este Decálogo son Los Diez Mandamientos y por ende, si queremos afirmar que el hombre
ha de adorar cómo la ley de la naturaleza lo prescribe, entonces es claro, lógico y evidente
que ya hay un día señalado por la ley: El Séptimo día.

Pero si nosotros afirmamos (como lo hace Waldron) que la ley en el corazón del hombre
no dictamina el día en que debe ser hecha la adoración, entonces estamos negando el
cuarto mandamiento en el corazón humano, y por ende la ley en el corazón del hombre.

Hermanos míos, yo sé porque Sam Waldron y muchos de ustedes tienen que recurrir a
estas peripecias teológicas contra-racionales y antilógicas, yo lo sé, pero solo hasta el final
se darán cuenta de ello y lo podré mostrar. ¡Adelante!

159
6.3.4 Cuarta Parte

Sam prosigue:

“A continuación se menciona la promulgación positiva del día señalado. Si bien la


revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario un día señalado
para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede especificar qué día debería
ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o el primer día no está escrito por la
Creación en los corazones de los hombres. Puesto que la ley de la naturaleza no especifica
la proporción correcta o la parte especifica de nuestro tiempo para la adoración publica,
debe haber un mandamiento positivo de Dios para especificar ese tiempo. El término
“positivo” utilizado aquí en la Confesión significa algo añadido a la ley de la naturaleza y la
revelación general. El día señalado debe ser revelado mediante una revelación especial.”14

6.3.4.1 Mi análisis

Recordemos que para Sam la Revelación General (Ley de la naturaleza) implica e incluye la
ley escrita en el corazón de los hombres, el Decálogo, pero él férreamente declara: “El
término “positivo” utilizado aquí en la Confesión significa algo añadido a la ley de la
naturaleza y la revelación general. El día señalado debe ser revelado mediante una
revelación especial”

Reitero que estoy desconcertado en la manera en que Sam interpreta la ley escrita en el
corazón del hombre, al punto que debe negar que en ésta se señale el día de adoración,
cuando tal cosa es clara en el Cuarto Mandamiento. Pero sabiendo las razones de esta
contradicción, seguiré la corriente del pensamiento teológico de Sam, porque esta no será
la ultima vez que le veamos haciendo peripecias teológicas. Se los aseguro.

Entonces, Sam habiendo concluido (negando el capítulo 19 de la misma Confesión


Bautista) que el día de adoración no está señalado en la ley natural (que incluye el
Decálogo según CBFL), él ahora dice que “debe haber un mandamiento positivo de Dios
para especificar ese tiempo”.

Ahora bien, puesto que para Sam, la ley escrita en el corazón del los hombres no señala el
día de descanso para la adoración, él argumenta que “debe haber un mandamiento
“positivo” de Dios para señalar ese tiempo” y que “positivo” significa “algo añadido a la
ley de la naturaleza y la revelación general”.

Es decir, hermanos, que si teníamos dudas de la lógica de Waldron, aquí él mismo nos
está aclarando que con valentía él prosigue, pues aunque él mismo sostiene el Decálogo
escrito en el corazón del hombre, también afirma que en ese Decálogo no se muestra el
160
día de adoración, sino que debe haber un mandamiento añadido a esa ley natural. No hay
dudas de que Sam aquí está haciendo lo mejor que puede para que su incoherencia con la
Confesión no sea detectada (Obviamente, es como tratar de tapar el sol con un dedo). Lo
entiendo. Sé porque debe hacerlo. Es el resultado de querer sostener la Confesión tanto
en su capítulo 19 (La ley escrita en el corazón del hombre), como su capítulo 22 (El cambio
de día de reposo y adoración).

Bien, ¿cuál será ese mandamiento dado por Dios por el que él señala el día de adoración?

6.3.5 Quinta Parte

Sam expone:

“Algunos han preguntado: “Si el día de reposo es una ley moral ¿por qué los gentiles sin
revelación especial no son condenados en la biblia por quebrantarlo?”. La razón es
evidente. Es un mandamiento positivo revelado solo mediante una revelación especial.
Los mandamientos positivos, como deja claro la Confesión, pueden ser también morales.
De esta manera, el carácter especialmente revelado del día de reposo no significa que sea
ceremonial”15

6.3.5.1 Mi análisis

La primera cosa que quiero que notemos es que Sam Waldron, contra viento y marea, no
niega que se está hablando del día de reposo, pues a la pregunta “Si el día de reposo es
una ley moral ¿por qué los gentiles sin revelación especial no son condenados en la biblia
por quebrantarlo?” El no contesta: “Yo estoy hablando de un día de adoración diferente al
día de reposo”, sino que él mismo admite que se está hablando de un día de reposo, o
como él mismo lo específica: “el día de reposo que es una ley moral”.

Aquí uno pensaría que es suficiente evidencia para que Sam se detenga y admita que hay
un día de reposo: El séptimo día. Pero contra todo pronóstico y tratando de evadir la
lógica humana, él sencillamente sigue. Lo comprendo. Entiendo la encrucijada en que
está. Me compadezco de él.

Así que es inequívoco que Sam ve al día de reposo como el día de adoración, y más
adelante lo veremos aun más ratificado por él mismo. Entonces si es así ¿por qué Sam
sencillamente no admite que ya hay un día señalado de adoración: el séptimo día?
Porque no puede. Y ya veremos el porqué.

Notemos lo que Sam dice respecto al día de reposo: “Es un mandamiento positivo
revelado solo mediante una revelación especial”

161
Contra toda lógica Sam insiste en que la ley no muestra qué día se debe adorar, y afirma
que hay un mandamiento por revelación especial (de Dios) que dictamina cuál debe ser
ese día. Abróchense sus cinturones, porque pronto veremos cuál es ese mandamiento.

6.3.6 Sexta Parte

Sam escribe:

“Pero no solo se llama positivo a este mandamiento por será algo añadido a la ley de la
naturaleza; también se lo llama moral y perpetuo. Este mandamiento de un día en siete
como día de reposo puede verse que es moral y perpetuo por al menos tres buenas
razones”16

6.3.6.1 Mi análisis

Hermanos, tengo ganas de llorar. ¿Por qué? Noten el mandamiento positivo, moral y
perpetuo que Sam Waldron dice que Dios ha ordenado, léanlo:

“Pero no solo se llama positivo a este mandamiento por será algo añadido a la ley de la
naturaleza; también se lo llama moral y perpetuo. Este mandamiento de un día en siete
como día de reposo puede verse que es moral y perpetuo por al menos tres buenas
razones”

¿No es esto digno de que irrumpamos en llanto? El hombre que comenzó afirmando que
era Dios quien tenía el único derecho de ordenar lo que es lícito o no para la adoración,
ahora dice que hay un mandamiento añadido a la ley (positivo) moral (obligatorio para
todos los hombres) y perpetuo (para todas las épocas) ¿Cuál? “Este mandamiento de un
día en siete como día de reposo”

Querido Sam, con dolor en mi corazón, te imploro que por favor nos muestres dónde,
cuándo, cómo y quién promulgo este mandamiento positivo moral y perpetuo de un día
en siete como día de reposo. Espero humildemente tu respuesta.

Yo conozco solo un mandamiento que ordenó Dios con su propio dedo:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

162
¿Ustedes hermanos conocen otro mandamiento de un día en siete como reposo? Pues
Sam se ha inventado un nuevo mandamiento: “un día en siete como reposo”. ¿Está
hablando Sam del día de reposo ordinario del séptimo día? Por supuesto que no, pues él
mismo dice que la ley natural no señala tal día de adoración o reposo, (niega la premisa de
la ley escrita en el corazón del hombre), y dice que es por medio de un mandamiento
positivo (añadido a la ley) que el hombre conoce este reposo. Así que no hay duda, de que
Sam está hablando de un mandato diferente al Cuarto Mandamiento del Decálogo.

En algunos casos, Sam admite que está hablando del día de reposo, pero ahora niega que
ese mandamiento sea el mandato positivo, moral y perpetuo dado por Dios. Sam está
enredado en su propia teología, que de teología (conocimiento de Dios por medio de la
Escritura) ya queda poco.

Sin embargo, Sam prosigue dando el sostén escritural de ese mandamiento de un día en
siete como reposo. Lo veremos a continuación.

6.3.7 Séptima Parte

Sam Waldron sostiene:

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones.

Fue instituido en la Creación (Ge 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27). Lo que fue instituido desde la
Creación tiene significado mientras continúe la Creación. Así tanto Jesús como Pablo
basan el deber ético de que algo fue instituido en la Creación. (Mt. 19:4-8; 1 Ti. 2:13; 1
Cor. 11:8-9).

Fue incluido en el Decálogo (Ex. 20:8-11). Dios considero oportuno incluir la ordenanza del
día de reposo en los Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos tienen una importancia
que trasciende las demás leyes del Antiguo Testamento (Véase capítulo 19 de la
Confesión). Solo ello fueron hablados directamente por Dios. Solo ellos fueron escritos por
el dedo de Dios. Solo ellos fueron colocados en el Arca del Pacto. Se dice que están
escritos en los corazones de los creyentes de Nuevo Pacto (Jer. 31:33). Se lo cita
repetidamente como leyes morales fundamentales de significado perpetuo en el Nuevo
Testamento (Ro. 13:8-10; Mt. 22:18-19). La idea de que el día de reposo es una ley
ceremonial y temporal contradice abiertamente estos hechos bíblicos.

Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del día
de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor”22
163
6.3.7.1 Mi análisis

Según Waldron, el sostén escritural, profético y divino del mandamiento (dado por Dios)
de un día en siete como reposo, se fundamenta sobre tres pilares: Su institución en la
Creación; su inclusión en el Decálogo; y el principio del día del Señor.

En esta séptima parte me dispongo a analizar el primer y segundo fundamento, o sea, su


institución en la Creación y su inclusión en el Decálogo.

 “…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es
moral y perpetuo por al menos tres buenas razones.

Fue instituido en la Creación (Ge 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27). Lo que fue instituido
desde la Creación tiene significado mientras continúe la Creación. Así tanto Jesús
como Pablo basan el deber ético de que algo fue instituido en la Creación. (Mt.
19:4-8; 1 Ti. 2:13; 1 Cor. 11:8-9)”

Leamos el sostén bíblico que proporciona Sam Waldron de su anterior observación:

Gén.2.3 “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra
que había hecho en la creación”

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Mar.2.27 “También les dijo: El día de reposo (Jesús aquí se refería también al séptimo día)
fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo”

Queridos hermanos ¿Qué día hace referencia los textos que el profesor Waldron
suministra como sostén de “un día en siete como reposo”? Permítanme decir dos cosas.

La primera es que los textos de Sam Waldron, no sostienen ni son base escritural de un
mandamiento dado por Dios de un día en siete como día de reposo. Si en la Creación, Dios
hubiera dicho: “Dios reposó el séptimo día, y bendijo este día, y así se debe reposar alguna
día de la semana” o “Acuérdate de santificar un día entre siete para reposar” o “El día de
reposo, que puede ser cualquier día, fue creado a causa del hombre”, yo podría considerar
la propuesta de Waldron; pero no lo puedo hacer (ojalá ustedes tampoco) porque los

164
textos que él mismo suministra no prueban ni informan de un mandamiento positivo
(añadido a la ley), moral y perpetuo de un día en siete para el reposo.

En segundo lugar, los tres textos divinos que suministra Waldron, en realidad son un
sustento, no de un día entre siete para reposar, sino del día de reposo, que claramente ha
sido establecido como el séptimo día. Los textos de Sam prueban más bien que hay un día
de reposo establecido por Dios, ordenado en el Decálogo (que se supone está en el
corazón de todo hombre) y citado por Jesús, y ese día no es un día enigmático ni
desconocido, sino que es el séptimo día, el último día de la semana.

Vamos al segundo sustento del mandamiento de reposar un día en siete:

 “…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es
moral y perpetuo por al menos tres buenas razones.

…Fue incluido en el Decálogo (Ex. 20:8-11). Dios considero oportuno incluir la


ordenanza del día de reposo en los Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos
tienen una importancia que trasciende las demás leyes del Antiguo Testamento
(Véase capítulo 19 de la Confesión). Solo ello fueron hablados directamente por
Dios. Solo ellos fueron escritos por el dedo de Dios. Solo ellos fueron colocados en el
Arca del Pacto. Se dice que están escritos en los corazones de los creyentes de
Nuevo Pacto (Jer. 31:33). Se los cita repetidamente como leyes morales
fundamentales de significado perpetuo en el Nuevo Testamento (Ro. 13:8-10; Mt.
22:18-19). La idea de que el día de reposo es una ley ceremonial y temporal
contradice abiertamente estos hechos bíblicos”

A continuación los textos de base o de referencia:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Muy bien Sam, estoy de acuerdo contigo. Dios ordenó reposar un día a la semana ¿cuál?
En efecto, el séptimo día, porque en este día Dios mismo reposó de sus obras, eso es lo
que él enseña en el Cuarto Mandato del Decálogo, el cual recuerda que según la CBFL, y tú
mismo está escrito en el corazón del hombre.

Ahora Sam provee una línea lógica de aplicación de esta ordenanza, como sigue:

165
- Solo ellos (Los Diez Mandamientos) fueron hablados por Dios directamente
- Solo ellos (El Decálogo) fueron escritos por el dedo de Dios.
- Solo ellos fueron colados en el Arca del Pacto
- Se dice que están escritos en los corazones de los creyentes (Jer. 31:33)*
- Se los cita repetidamente como leyes morales fundamentales de significado
perpetuo en el Nuevo Testamento.**
- Afirmar que el día de reposo es una ley ceremonial y temporal contradice los
abiertamente los hechos bíblicos.

*Jer.31.33 “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días,
dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por
Dios, y ellos me serán por pueblo”

** Rom.13.8-10 “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama
al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás
falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se
resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el
cumplimiento de la ley es el amor”

Mat.22.18-19 “Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis,
hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario”
Considero que esta referencia está errada.

Hermanos míos, si Dios ordenó en el Decálogo que se tuviera que reposar no cualquier
día, sino el mismo día en que él reposo de la creación, a saber, el séptimo día; si este
Decálogo es tan particularmente glorioso; si este Decálogo está en el corazón del
creyente; y sus Diez ordenanzas son de obligatorio cumplimiento en el Nuevo Testamento
¿qué día deberían reposar los cristianos?

En efecto, si el Decálogo es de obligatorio cumplimiento, la iglesia no necesita buscar un


nuevo día de reposo, porque ya está establecido y el mismo Sam Waldron ha suministrado
los textos que lo enseñan: El séptimo día, el Shabbath.

A estas alturas uno esperaría, con toda la evidencia bíblica que Sam suministra, que él
mismo admita que si existe tal cosa como un mandato positivo, moral y perpetuo,
establecido en la creación, incluido en el Decálogo, de adorar un día en siete, sea el
séptimo día, El Shabbath.

Hasta ahora un resumen de su teología respecto a este día de adoración:

- La ley de la naturaleza ordena un día de adoración

166
- La ley de la naturaleza incluye el Decálogo (Los Diez Mandamientos, inclusive el
Cuarto) escrito en el corazón de todos los hombres
- Pero, La ley de la naturaleza no señala cuál día debe adorarse
- Dios tuvo que promulgar un mandamiento para especificar ese día de adoración,
un mandato de un día entre siete
- Ese día entre siete fue establecido en la Creación
- Ese día entre siete fue incluido en el Decálogo
- El Decálogo, por su particularidad, obliga a los cristianos a que se le obedezca

Entonces, Sam ¿Es ese el día ordenado por Dios? Para Sam no lo es. De lo contrario, no
tendría que acudir a diseñar y poner en boca de nuestro Dios un mandato que no existe,
(de reposar un día en siete).

- Sam no ha mostrado evidencia bíblica, profética, escritural ni apostólica de que


Dios haya dado un mandamiento de reposar un día en siete.

“Puesto que la ley de la naturaleza no especifica la proporción correcta o la parte
especifica de nuestro tiempo para la adoración publica, debe haber un
mandamiento positivo de Dios para especificar ese tiempo” 18

Sam Waldron dice que Dios dio un mandamiento positivo (que no está en el corazón de
los hombres (la ley natural)) para especificar el día de adoración, luego cita como sostén
bíblico de un mandato de adoración “de un día en siete” textos divinos que señalan
claramente la ordenanza del día de reposo, el séptimo día, y aun así, Sam sigue diciendo
que no hay una ley natural (la ley en el corazón del hombre) que muestre cuál es el día de
adoración. Desconcertante, ¿no les parece? Pero sé porque él y quizá algunos de ustedes
tienen que hacerlo. No los juzgo.

- Hasta ahora Sam ha mostrado con los textos bíblicos que hay un día de
adoración establecido en la creación, ordenado en el Decálogo, (supuestamente
escrito en los creyentes), y citado por Jesús, y además de obligatorio
cumplimiento: El séptimo día.

Pero con toda esta evidencia bíblica, él mismo hace una peripecia anti-racional al afirmar
que en la ley natural (revelación general) que incluye el Decálogo en el corazón de los
hombres, no se sabe el día de reposo o adoración. Sam, mi hermano, ¿no estás leyendo lo
que escribes?

Hermanos, si para ustedes esto es una teología lucida, clara, evidente, sensata, racional,
lógica, escritural, profética ¿quién soy yo para decirles que no? Solamente que para mí no

167
lo es. En realidad, para mí, Sam mismo echa por el piso su propia teología. Y entiendo
porque es así, no lo condeno, lo comprendo.

6.3.8 Octava Parte

Sam expone:

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones.

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor.

1. La designación “el Día del Señor” alude a las frases bíblicas que describen el día de
reposo: “mi día santo”, “el día santo del Señor” (Is. 58:13); “Señor del día de reposo” (Mt.
12:8).

2. Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el


día del Señor es la celebración de un día que tiene lugar semanalmente.

3. Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el


día del Señor presupone así la semana de siete días de la Creación.

4. El día del Señor es un memorial tanto de la Creación como de la redención. Así como el
día de reposo conmemoraba la primera Creación y el Éxodo de Israel de Egipto, así
también el día del Señor conmemora una nueva creación y una mayor redención.

5. El día del Señor es un día que pertenece especialmente a Dios. Dieciséis veces habla
Dios de “mis días de reposo.

6. El día del Señor es un día santo y debe guardarse santo. El día de reposo era un día
santo. Era santificado y había que guardarlo santo. (Gen. 2:3; Ex. 20:8). El día del Señor es
también un día santo. La palabra “santo” significa apartar del uso común para Dios. Algo
que se aparta para Dios es su posesión especial. Viceversa, si es la posesión especial de
Dios, es santo. Ser santo y pertenecer especialmente a Dios son equivalentes. (Ex. 13:22;
Nm. 16:3-7). ¿Es el día del Señor posesión especial de Dios en un sentido en que no lo son
otros días? Sí. Entonces es santo y debe ser santificado. Debemos por tanto, recordarlo el
día del Señor, para guardarlo santo.

168
7. Al igual que el día de reposo, el día del Señor es un día de adoración colectiva y publica
(Hch. 20:7; 1 Cor. 16:1-2). Pero si es un día señalado para la adoración publica, debe ser un
día de descanso o reposo. Esto por tres razones. En primer lugar, todos los días de culto
publico y colectivo son días de reposo en la Biblia. Un día de adoración que no fuera un día
de reposo habría sido incomprensible para los discípulos judíos de Jesús. En segundo
lugar, el día del Señor es un día santo y, por tanto, debe apartarse de trabajos cotidianos y
apartarse para la adoración. Esto es lo que requiere la santificación del día. Tal día es, sin
embargo, claramente un día de descanso. En tercer lugar, nadie puede tomar parte en la
adoración publica sin, al menos durante una o dos horas, descansar de sus trabajos
seculares.

Ahora es evidente por qué el día del Señor debe considerarse como el día de reposo. La
institución del día de reposo en la Creación, la inclusión del día de reposo en el Decálogo y
la continuación del principio del día de reposo en el día del Señor lo demanda. Esta es la
razón por la que no debemos preocuparnos cuando alguien dice: “El término “día de
reposo” siempre se refiere al día de reposo judíos en el Nuevo Testamento”. Por
supuesto, el día de reposo en la Biblia se refería al día de reposo del séptimo día. Este se
había referido a esta ordenanza durante cuatro mil años. Sobre la base de la evidencia que
acabamos de citar, sin embargo debemos distinguir entre la ordenanza judía del día de
reposo, que está abolida, y el concepto del día de reposo, que continua en el día del
Señor. Esta distinción entre la ordenanza del día de reposo y el concepto del día de reposo
viene demandada por su institución en la Creación, su inclusión en los Diez Mandamientos
y el significado mismo de la frase “Día del Señor”.

En la ultima parte del párrafo 7 (de la Confesión), se considera la trascendental alteración


del día señalado desde el séptimo día de la semana al primero. Muchos han sentido que
este es el punto débil en la Doctrina de la Confesión sobre un día de reposo cristiano. A
primera vista, su razonamiento parece plausible. Se arguye que si el mandamiento del día
de reposo es una ley moral, no podría alterarse. Pero hay dos conclusiones diferentes que
se han deducido de esta premisa. Algunos, como los Adventistas del Séptimo día, han
deducido de esta premisa que el día no ha sido cambiado y que el día señalado para la
adoración es aún el séptimo día. Otros han deducido que ya que el día ha cambiado, no es
posible que el día de reposo fuera una ley moral.

La respuesta al dilema planteado por esta premisa se halla en el peculiar carácter del
mandamiento del día de reposo implícito en el lenguaje que utiliza la Confesión para
describirlo. Se lo llama “un mandamiento positivo, moral y perpetuo”. Esta ley moral se
compone de dos elementos distintos: La ley de la naturaleza y la promulgación positiva. La
Ley de la naturaleza no puede ser ni es alterada. La promulgación positiva puede serlo y lo

169
es. Así la alteración del día no constituye un argumento contra la moralidad y perpetuidad
del mandamiento del día de reposo.

En este punto puede suscitarse una cuestión adicional. El mandamiento del día de reposo
es un mandamiento positivo instituido en la Creación. ¿Cómo puede alterarse una
ordenanza de la Creación? La respuesta es, desde luego, que solo una nueva creación
podría alterar una ordenanza de la Creación. Cristo, sin embargo, ha inaugurado una
nueva Creación (2 Cor. 5:17; Gá 6:15). De ahí que es de esperarse un cambio en la
ordenanza de la Creación del día de reposo. Que la observancia del último día de la
semana está abolida se prueba en Colosenses 2:16-17. Si bien este texto no está hablando
del concepto o principio del día de reposo, está enseñanza que la ordenanza del séptimo
día de la antigua Creación y el Antiguo Pacto está abolida.

Otra dificultad que tiene la gente acerca de la alteración del día es que no puede
encontrar una mención en las Escrituras de este cambio del día. Si se ha de resolver este
problema, debemos comprender primero el principio por el que se señala el día de
adoración en la ordenanza de la Creación. Debe entenderse el principio de la designación.
En Génesis 2:3 dice que Dios separó el séptimo día porque descansó en dicho día.
Reconociendo que lo que Dios hizo en la redención fue tan grande que nada menos que el
concepto de una nueva creación podía describirlo, debemos entender que Dios en la
nueva creación utiliza el principio de designación. El día de reposo de la nueva Creación es
designado según el mismo principio que el del día de reposo de la antigua creación. Es el
día de descanso de Dios. El primer día de la semana fue el día en que acabaron las obras
de Cristo para expiar los pecados de su pueblo y Él entró en su reposo en la gloria de la
resurrección. El día del Señor es el octavo día, el día de nuevos comienzos. Al igual que el
séptimo día estaba relacionado con la antigua obra de la Creación y la conmemoraba, así
el primer día está relacionado con una nueva Creación y la conmemora. ”19

6.3.8.1 Mi análisis

Hay una razón por la que me he visto forzado a copiar todo el resto del capítulo 22, y es
que quiero que noten que Sam al soportar “el día del Señor” suministra siete puntos que
lo sostienen según Waldron, pero en ninguno de esos siete puntos (solo indirectamente
en el séptimo punto, el último) dice o aclara cuál es “el día del Señor”. Solamente después
de haber abordado sus siete fundamentos del “día del Señor” es que menciona cuál es el
día de reposo: “En la ultima parte del párrafo 7 (de la Confesión), se considera la
trascendental alteración del día señalado desde el séptimo día de la semana al primero”

Así que yo no podía haber hecho algún análisis de sus siete puntos sin saber cuál es el día
del Señor para él. Es decir, él presenta que hay un día del Señor y lo sostiene en ciertos

170
enunciados, pero no nos dice de entrada cuál es ese día del Señor y cómo es que él sabe
que existe tal día del Señor.

Sam ha dado varios puntos de sostén de un “día del Señor”, pero notemos que la base
concluyente, el fundamento de la existencia de tal día, entendiendo que él no se refiere al
día escatológico del Señor, ni al día ordinario de Reposo (El Shabbath), sino a otro día
referido como “el día del Señor”, es en realidad la última parte de la Confesión.

La primera cosa que se debe analizar no son sus siete puntos, sino la base teológica sobre
la cual él sustenta la existencia de un “día del Señor”, que tiene la forma de día de reposo,
y que no es el día escatológico del Señor (Yon Yahweh) sino el primer día de la semana.

Así que en el punto siguiente abordaré sus últimos cuatro párrafos, que tratan sobre el día
del Señor en sí, es decir, cómo llegó un día de la semana a ser el día del Señor, y en puntos
posteriores responderé a sus siete sustentos para el día del Señor, ya sabiendo cuál día es
el que él llama “el día del Señor”.

6.3.9 Novena Parte

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones...

…En la ultima parte del párrafo 7 (de la Confesión), se considera la trascendental


alteración del día señalado desde el séptimo día de la semana al primero. Muchos han
sentido que este es el punto débil en la Doctrina de la Confesión sobre un día de reposo
cristiano. A primera vista, su razonamiento parece plausible. Se arguye que si el
mandamiento del día de reposo es una ley moral, no podría alterarse. Pero hay dos
conclusiones diferentes que se han deducido de esta premisa. Algunos, como los
Adventistas del Séptimo día, han deducido de esta premisa que el día no ha sido cambiado
y que el día señalado para la adoración es aún el séptimo día. Otros han deducido que ya
que el día ha cambiado, no es posible que el día de reposo fuera una ley moral.

La respuesta al dilema planteado por esta premisa se halla en el peculiar carácter del
mandamiento del día de reposo implícito en el lenguaje que utiliza la Confesión para
describirlo. Se lo llama “un mandamiento positivo, moral y perpetuo”. Esta ley moral se
compone de dos elementos distintos: La ley de la naturaleza y la promulgación positiva. La
Ley de la naturaleza no puede ser ni es alterada. La promulgación positiva puede serlo y lo
es. Así la alteración del día no constituye un argumento contra la moralidad y perpetuidad
del mandamiento del día de reposo

171
En este punto puede suscitarse una cuestión adicional. El mandamiento del día de reposo
es un mandamiento positivo instituido en la Creación. ¿Cómo puede alterarse una
ordenanza de la Creación? La respuesta es, desde luego, que solo una nueva creación
podría alterar una ordenanza de la Creación. Cristo, sin embargo, ha inaugurado una
nueva Creación (2 Cor. 5:17; Gá 6:15). De ahí que es de esperarse un cambio en la
ordenanza de la Creación del día de reposo. Que la observancia del último día de la
semana está abolida se prueba en Colosenses 2:16-17. Si bien este texto no está hablando
del concepto o principio del día de reposo, éste enseñanza que la ordenanza del séptimo
día de la antigua Creación y el Antiguo Pacto está abolida.

Otra dificultad que tiene la gente acerca de la alteración del día es que no puede
encontrar una mención en las Escrituras de este cambio del día. Si se ha de resolver este
problema, debemos comprender primero el principio por el que se señala el día de
adoración en la ordenanza de la Creación. Debe entenderse el principio de la designación.
En Génesis 2:3 dice que Dios separó el séptimo día porque descansó en dicho día.
Reconociendo que lo que Dios hizo en la redención fue tan grande que nada menos el
concepto de una nueva creación podía describirlo, debemos entender que Dios en la
nueva creación utiliza el principio de designación. El día de reposo de la nueva Creación es
designado según el mismo principio que el del día de reposo de la antigua creación. Es el
día de descanso de Dios. El primer día de la semana fue el día en que acabaron las obras
de Cristo para expiar los pecados de su pueblo y Él entró en su reposo en la gloria de la
resurrección. El día del Señor es el octavo día, el día de nuevos comienzos. Al igual que el
séptimo día estaba relacionado con la antigua obra de la Creación y la conmemoraba, así
el primer día está relacionado con una nueva Creación y la conmemora. 20

6.3.9.1 Mi análisis

 “En la ultima parte del párrafo 7 (de la Confesión), se considera la trascendental


alteración del día señalado desde el séptimo día de la semana al primero. Muchos
han sentido que este es el punto débil en la Doctrina de la Confesión sobre un día
de reposo cristiano”

Sam mismo dice en la Confesión “se considera la trascendental alteración del día señalado
desde el séptimo día de la semana al primero” Veamos entonces lo que la Confesión tiene
que decir sobre este trascendental cambio:

“7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una proporción de tiempo, por
designio de Dios, se dedique a la adoración a Dios, así en su Palabra, por un mandamiento
positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todas las épocas, Dios ha
señalado particularmente un día de cada siete como día de reposo, para que sea guardado

172
santo para él;1 el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo fue el
último día de la semana y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la
semana, que es llamado el Día del Señor y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo
como el día de reposo cristiano, siendo abolida la observancia del último día de la
semana.2

1. Gn. 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27,28; Ap. 1:10.


2. Jn. 20:1; Hch. 2:1; 20:7; 1 Co. 16:1-2; Ap. 1:10; Col. 2:16,17”

Veamos los textos bíblicos que la Confesión suministra para sostener o al menos para
guiarnos sobre el trascendental cambio de día:

Jua.20.1 “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún
oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”

Hec.2.1 “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos”

Hec.20.7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

1Co.16.1-2 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se
recojan entonces ofrendas”

Apo.1.10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como
de trompeta”

Col.2.16-17 “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de


fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el
cuerpo es de Cristo”

De acuerdo a Sam, en este párrafo y por ende con esta evidencia bíblica, es que los
teólogos de Londres se han percatado del trascendental cambio de día de reposo, del
séptimo al primero de la semana. Queridos hermanos, ¿pueden ustedes diseñar una
teología sostenible exegética, textual, apostólica y canónica a partir de los versos que la
Confesión suministra? Si lo logran, ya conocen mi correo.

Por ahora dejemos que sea Sam mismo quien nos hable sobre el cambio del día:

 “Muchos han sentido que este es el punto débil en la Doctrina de la Confesión sobre
un día de reposo cristiano. A primera vista, su razonamiento parece plausible. Se

173
arguye que si el mandamiento del día de reposo es una ley moral, no podría
alterarse. Pero hay dos conclusiones diferentes que se han deducido de esta
premisa. Algunos, como los Adventistas del Séptimo día, han deducido de esta
premisa que el día no ha sido cambiado y que el día señalado para la adoración es
aún el séptimo día. Otros han deducido que ya que el día ha cambiado, no es
posible que el día de reposo fuera una ley moral”

Sam, no es que hemos sentido que este sea el punto débil, sino que tú mismo has tenido
que recurrir a peripecias exegéticas (que no son exégesis) para sostener la Confesión en
este punto, por ejemplo, poner en boca de Dios un mandato de un día en siete (como lo
hace la Confesión). ¿Lo recuerdas? Por ejemplo, negar que la ley de la naturaleza, la
revelación general, señalara el día de adoración, cuando la misma Confesión sostiene que
en el corazón de todos los hombres está escrito el Decálogo, Los Diez Mandamientos. ¿Lo
recuerdas?

Así que en efecto, consideramos que si el día de reposo es una ley moral, y que aun más
escrita constitucionalmente en el corazón del hombre (El Decálogo, Ro. 2:12a,14-15),
lógicamente este mandato no puede ser alterado. Y por eso han surgido dos conclusiones
diferentes: O bien el día de reposo sigue siendo el sábado, o bien el día de reposo no es
una ley moral, o sea, una que obligue a todos los hombre de todas las épocas a que se le
guarde ¿O ustedes reposan el sábado?

Así mismo, si la Ley es de obligatorio cumplimiento entonces los creyentes deben reposar
el Shabbath ¿No es así?

A este el dilema planteado anteriormente, Sam Waldron tiene ya una solución:

 “La respuesta al dilema planteado por esta premisa se halla en el peculiar carácter
del mandamiento del día de reposo implícito en el lenguaje que utiliza la Confesión
para describirlo. Se lo llama “un mandamiento positivo, moral y perpetuo”. Esta ley
moral se compone de dos elementos distintos: La ley de la naturaleza y la
promulgación positiva. La Ley de la naturaleza no puede ser ni es alterada. La
promulgación positiva puede serlo y lo es. Así la alteración del día no constituye un
argumento contra la moralidad y perpetuidad del mandamiento del día de reposo”

La solución de Sam, o como él mismo implica, la de la Confesión, es que este


mandamiento del día de reposo se le llama mandamiento positivo, moral y perpetuo.

Hermanos ¿qué mandamiento es el que la Confesión llama positivo, moral y perpetuo?


¿Lo recuerdan? Hagamos una remembranza:

174
“Puesto que la ley de la naturaleza no especifica la proporción correcta o la parte
especifica de nuestro tiempo para la adoración publica, debe haber un mandamiento
positivo de Dios para especificar ese tiempo…

…Pero no solo se llama positivo a este mandamiento por será algo añadido a la ley de la
naturaleza; también se lo llama moral y perpetuo. Este mandamiento de un día en siete
como día de reposo puede verse que es moral y perpetuo por al menos tres buenas
razones”21

Por supuesto, Sam no se está refiriendo como mandamiento positivo (añadido a la ley de
la naturaleza, la revelación general que incluye el Decálogo en el corazón de los hombres),
moral y perpetuo al Cuarto Mandamiento de la ley, sino a un mandamiento (inventado)
de un día en siete para adorar.

Es decir, Sam mismo dice que la Confesión enseña que hay un mandamiento dado por
Dios de adorar un día en siete, y que este mandamiento fue establecido en la creación
(escrito en el corazón del hombre), incluido en el Decálogo y continua con “el día del
Señor” (el primer día de la semana). Así que en efecto, Sam no se está refiriendo al día de
reposo, al séptimo día, sino a otro mandamiento, cuyo sostén bíblico es la combinación
del día de reposo dado en la creación, el cuarto mandato del Decálogo, y el supuesto “día
del Señor”.

Así que se ratifica que la misma Confesión (sus teólogos) niegan implícitamente que el
Cuarto Mandamiento, el de reposar el séptimo día, esté escrito en el corazón de los
hombres, pues si así se creyera, no habría necesidad de apelara a un supuesto
mandamiento moral de reposar o adorar un día en siete.

Ya vimos que el día establecido en la creación es el séptimo día. También que es


inequívoco que el día ordenado para reposar en el Decálogo (que supuestamente también
está escrito en el corazón de los hombres según Sam y la CBFL) es el séptimo día, y ahora
Sam tiene que mostrar que existe “el día del Señor”, porque hasta ahora no lo ha hecho.
Sam prosigue:

 “Esta ley moral se compone de dos elementos distintos: La ley de la naturaleza y la


promulgación positiva. La Ley de la naturaleza no puede ser ni es alterada. La
promulgación positiva puede serlo y lo es. Así la alteración del día no constituye un
argumento contra la moralidad y perpetuidad del mandamiento del día de reposo”

175
Hermanos, yo no quiero hacer decir a Sam cosas que él no ha dicho, pero es que él mismo
dice que este mandamiento de un día en siete se compone de dos elementos: La ley de la
naturaleza y la promulgación positiva.

Primero, según Waldron “la ley de la naturaleza no puede ser ni es alterada”. Ahora bien,
déjenme hacer un repaso de lo que Sam llama la ley de la naturaleza:

“A continuación se menciona la promulgación positiva del día señalado. Si bien la


revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario un día señalado
para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede especificar qué día debería
ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o el primer día no está escrito por la
Creación en los corazones de los hombres. Puesto que la ley de la naturaleza no especifica
la proporción correcta o la parte especifica de nuestro tiempo para la adoración publica,
debe haber un mandamiento positivo de Dios para especificar ese tiempo”22

“El acento que pone este párrafo en la revelación escriturada no tiene el propósito de
menospreciar la claridad o el alcance de la revelación general. Tales pasajes como Génesis
1:31; Salmo 19:1-6; Hechos 14:16-17; Romanos 1:18-23 y 2:12-14 declaran explícitamente
que el ser, la sabiduría, la santidad, la justicia, la ley, la ira y la bondad (gracia común) de
Dios se revelan clara y convincentemente en la Creación. La bondad o gracia común de
Dios no es, sin embargo, el evangelio. La promesa de un Redentor no es ni podía ser
revelada a un mundo no caído en que todo era muy bueno (Gn. 1:31).”23

¿Lo notan? Sam Waldron llama a la ley de la naturaleza “la revelación general” y él mismo
reconoce que en esa revelación general está incluida la escritura de la ley en el corazón de
los hombres, citando Ro. 2:12-14. ¿Ya lo notaron?

Entonces él dice que ese elemento (la ley de la naturaleza, el Decálogo) no permite una
alteración de su moralidad. Es decir obliga a todos para que se le obedezca. Pero hermano
Sam, ¿cuál mandamiento está escrito en el corazón del hombre? ¿Uno de un día en siete
de adoración? ¿O uno de reposar el séptimo día? ¿O ambos? ¿O reposar el primer día de
la semana? Por favor hermano Sam, decídase.

Segundo, Sam dice que este mandamiento dado por Dios de un día en siete además debe
ser positivo, porque aunque su moralidad descansa en la ley de la naturaleza
(constitucional en el hombre), pues de todos modos en ella no se dice el día a reposar o
adorar, sino que Dios debe especificar el día.

Nuevamente, Sam dice que la ley de la naturaleza escrita en el corazón del hombre no
dice el día que se debe adorar, lo que implica que Sam niega intrínsecamente que el

176
cuarto mandato (que ordena reposar el sábado) esté escrito en el corazón del hombre, lo
que sugiere que el Decálogo no está escrito en el ser humano de manera constitucional.

Así que Sam termina negando que Los Diez Mandamientos estén escritos en el corazón
del hombre, o al menos no el Decálogo dado por Dios en el Sinaí. Para Sam parece que lo
que está escrito en el corazón del hombre son estos Diez Mandamientos, léanlos bien:

1. No tengas dioses aparte de mí.


2. No te hagas imagen…ni las adores.
3. No tomes mi nombre en vano.
4. Acuérdate de reposar un día en siete. (Luego se especificará qué día: En el Sinaí, y luego
con “el día del Señor”)
5. Honra a tus padres
6. No mates.
7. No adulteres
8. No robes.
9. No digas falso testimonio
10. No codicies.

Esto no lo digo yo, lo dice Sam, pues él mismo dice que la revelación general (la ley en el
corazón) no especifica el día:

“Si bien la revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario un día
señalado para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede especificar qué
día debería ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o el primer día no está
escrito por la Creación en los corazones de los hombres”

 “Esta ley moral se compone de dos elementos distintos: La ley de la naturaleza y la


promulgación positiva. La Ley de la naturaleza no puede ser ni es alterada. La
promulgación positiva puede serlo y lo es. Así la alteración del día no constituye un
argumento contra la moralidad y perpetuidad del mandamiento del día de reposo”

Pero eso no es todo, Sam dice que este mandamiento tiene una promulgación positiva, es
decir, añadida a la ley de la naturaleza. Bien, suponiendo (contra las mismas palabras de la
Confesión y Sam y con toda la irracionalidad de sus argumentos) que en la ley escrita en el
corazón del hombre no se especifica el día de reposo o adoración, entonces, según Sam,
Dios dio un mandamiento promulgado que especifique tal día. ¿Dónde Dios hizo tal
promulgación? Aquí está:

- Sobre el reposo del séptimo día:

177
Gén.2.3 “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra
que había hecho en la creación”

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

- Sobre el reposo del primer día de la semana:

“Nada. No hay nada en la Escritura que lo sostenga, y ni siquiera que lo insinúe”

Sigo esperando la evidencia. Si la tienes Sam, envíamela. Si ustedes la tienen envíenmela.


Pero sé que algunos de ustedes posiblemente estén apelando a los textos bíblicos que
sostienen la promulgación positiva la promulgación positiva del primer día de la semana
como día de reposo y adoración:

Jua.20.1 “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún
oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”

Hec.2.1 “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos”

Hec.20.7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.

1Co.16.1-2 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se
recojan entonces ofrendas”

Apo.1.10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como
de trompeta”

Col.2.16-17 “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de


fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el
cuerpo es de Cristo”

Noten hermanos, que a diferencia del Cuarto Mandato ordenado en el Decálogo, y del día
santificado por Dios en la creación, no existe ninguna orden divina de reposar el primer
día de la semana, ni ninguna insinuación de la santificación de este día de parte de Dios.

178
No existe ningún mandamiento positivo que ordene reposar el primer día de la semana. Y
si no existe tal mandamiento positivo, sino solamente el Cuarto Mandamiento del día de
reposo, entonces, o bien el hombre debe reposar el séptimo día si en verdad es una ley
moral y perpetua, o como algunos han concluido, tal mandato no es perpetuo
moralmente. Es decir, hay personas que aunque no reposen el Sábado, son aun así
inocentes ante Dios. No reposar el sábado no sería pecado.

Notemos que Sam no tiene evidencia bíblica del mandamiento de Dios de un día en siete
como día de adoración. ¿Por qué? Sencillo, porque tal mandamiento no existe. Todo lo
que Dios ha dicho sobre reposar un día es que él santificó el séptimo día y lo dio como
reposo en el Decálogo.

No obstante, Sam continua, pues él mismo reconoce la lógica de su propia teología:

 “Así la alteración del día no constituye un argumento contra la moralidad y


perpetuidad del mandamiento del día de reposo.

En este punto puede suscitarse una cuestión adicional. El mandamiento del día de
reposo es un mandamiento positivo instituido en la Creación. ¿Cómo puede
alterarse una ordenanza de la Creación? La respuesta es, desde luego, que solo una
nueva creación podría alterar una ordenanza de la Creación. Cristo, sin embargo,
ha inaugurado una nueva Creación (2 Cor. 5:17; Gá 6:15). De ahí que es de
esperarse un cambio en la ordenanza de la Creación del día de reposo. Que la
observancia del último día de la semana está abolida se prueba en Colosenses
2:16-17. Si bien este texto no está hablando del concepto o principio del día de
reposo, está enseñanza que la ordenanza del séptimo día de la antigua Creación y
el Antiguo Pacto está abolida”

Noten que Sam sigue aceptando que el día de reposo fue un mandamiento positivo
(añadido) instituido en la Creación, y si es en la creación ¿cómo es que Sam niega que por
la ley escrita en el corazón humano se especifique el día de adoración? Sam ¿qué dices del
Cuarto Mandamiento escrito allí?

Notemos que Sam dice que en la Creación, la de siete días ordinarios, Dios estableció de
manera positiva el reposo del séptimo día. Y que esto es creacional, y que como él mismo
lo dijo:

“Fue instituido en la Creación (Ge 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27). Lo que fue instituido desde la
Creación tiene significado mientras continúe la Creación. Así tanto Jesús como Pablo basan

179
el deber ético de que algo fue instituido en la Creación. (Mt. 19:4-8; 1 Ti. 2:13; 1 Cor. 11:8-
9)”

Así que reconociendo el problema de que si el séptimo día fue instituido en la Creación y
que mientras dure la creación lo establecido allí de todos modos esto sigue vigente, él da
una solución plausible:

“En este punto puede suscitarse una cuestión adicional. El mandamiento del día de reposo
es un mandamiento positivo instituido en la Creación. ¿Cómo puede alterarse una
ordenanza de la Creación? La respuesta es, desde luego, que solo una nueva creación
podría alterar una ordenanza de la Creación. Cristo, sin embargo, ha inaugurado una
nueva Creación (2 Cor. 5:17; Gá 6:15). De ahí que es de esperarse un cambio en la
ordenanza de la Creación del día de reposo. Que la observancia del último día de la
semana está abolida se prueba en Colosenses 2:16-17. Si bien este texto no está hablando
del concepto o principio del día de reposo, está enseñanza que la ordenanza del séptimo
día de la antigua Creación y el Antiguo Pacto está abolida”

¿Cuál es la solución de Sam? Una grandiosa: Una nueva creación.

Primero que todo. ¿Quién necesita modificar el día de reposo? Siendo honesto, yo no
encuentro en la Escritura ninguna necesidad de cambiar el día de reposo. Dios no tuvo
problemas para ordenar en el Decálogo el día de reposo a su pueblo Israel, no tuvo
problemas en ordenar el bautismo a su pueblo, no tuvo problemas en sostener que el
adulterio y el recasamiento (no abordo el tema acá) es pecado, no cambio el matrimonio
entre hombre y mujer, y no tuvo problemas en instituir la cena del Señor. ¿Por qué Dios
necesitó cambiar el día de reposo?

Es decir, la necesidad de un cambio de día de reposo ¿fue planteada por el Señor


Jesucristo o algún apóstol? Hermanos, los únicos que necesitan que el día de reposo sea
modificado son aquellos que sostienen que tal día cambió.

Segundo. Según Sam, esta nueva creación pudo alterar el día de reposo. ¿Alteró también
el matrimonio entre hombre y mujer? ¿Cómo saben que no fue así? Ustedes contestan:
“Por la Escritura”. Bien. ¿Alteró la nueva creación el día de reposo? ¿Cómo lo saben? La
respuesta debe ser la misma: “La Escritura”

Es decir, si en realidad hay una nueva creación, ¿cómo sabemos qué cosas fueron
alteradas por ella y cuáles no? Así es. La Escritura. ¿Modificó la Escritura (Dios), el día de
reposo? Hasta donde he leído la Escritura, y a los teólogos que proponen tal cambio, la

180
conclusión es la misma: “No, Dios no ha cambiado su día de reposo ordenado en el
Decálogo”

Supongamos que en verdad hay una nueva creación. Solo supongamos. ¿Se modificó el
matrimonio? No. ¿Por qué lo saben? Por la Escritura, pues los estándares siguen siendo
los mismos: Una unión monógama y vitalicia entre un hombre y una mujer hasta la
muerte. ¿Se modificó el día de reposo? Sí. ¿Por qué lo saben? Espero la evidencia.

Así que si aun hay tal cosa como una nueva creación, por haber una nueva creación no
necesariamente se debió haber modificado el día de reposo. Sin embargo, Sam, sin
evidencia, afirma que por esta nueva creación el día de reposo se modificó ¿cómo lo
sabe? Ustedes ya conocen el sustento bíblico que él aporta para mantener dicho cambio.

Tercero. Hermanos, es sorprendente el uso que Sam hace de los textos bíblicos para
apoyar la noción de una nueva creación cósmica, de nuevos cielos y nueva tierra, y con
ellos sostener que Cristo a inaugurado una nueva creación. Personalmente veo que Sam
descontextualiza los textos y los fuerza a decir cosas que él autor no tenía en mente.

Sam dice que Cristo ha inaugurado una nueva creación, y nos da el soporte escritural,
porque él es puritano, apegado a la biblia:

2Co.5.17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”

Gál.6.15 “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una
nueva creación”

Ahora bien, Sam apela al hecho de que Cristo ha inaugurado una nueva creación. Bueno,
cosa evidente es que la primera creación fue mundial, física, cósmica, en seis días Dios
creó los cielos y la tierra:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Así que si Sam cuando dice: “Lo que fue instituido desde la Creación tiene significado
mientras continúe la Creación”, es obvio que se está refiriendo a la creación del Señor de
los cielos y la tierra, y al menos yo (no sé ustedes), veo que esa misma creación con la luz,

181
el sol, la luna, los animales, el mar, el cielo, las estrellas, las plantas y los hombres a
imagen de Dios, continúan hasta este mismo segundo. ¿No es cierto? Y lo más notable es
que continua así aun cuando Cristo ya ha resucitado. Y que yo sepa habrá cielos nuevos y
tierra nueva solo después de que haya tenido lugar “el día del Señor”:

2Pe.3.4-7 “y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día


en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de
la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la
palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua
subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la
tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego
en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”

2Pe.3.10-13 “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las
obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser
deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero
nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora
la justicia”

Así que yo espero una nueva creación, cielos nuevos y tierra nueva, cuando Dios venga y
entremos en su reino. Mientras tanto la misma creación desde la fundación del mundo
sigue y está esperando la manifestación de los hijos de Dios en la venida de Cristo:

Rom.8.18-23 “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo
ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la
creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la
sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de
corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la
creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino
que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también
gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro
cuerpo”

Entonces, con el debido respeto, pero Cristo con su muerte y resurrección no ha


inaugurado ninguna nueva creación cósmica, excepto en los hombres que le reciben por
fe, ellos sí llegan a ser nueva creación:

182
2Co.5.16-19 “De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la
carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos
dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al
mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la
palabra de la reconciliación”

Gál.6.14-16 “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,
por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. Y a todos los que
anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios”

Hermanos, seamos honestos ¿estos dos pasajes hablan de una nueva creación cósmica o
se refieren la nueva vida del pecador en Cristo?

En ambos pasajes, Pablo está apelando a una nueva creación, en contraste no con esta
creación cósmica, sino con el hombre de pecado que nos estaba gobernando, con el
hombre viejo, con el Adán. Antes estábamos sin Dios, pero ahora estamos en Cristo, y
somos nuevas criaturas, ya no regidas por el pecado, sino que vivimos según el reino de
Dios. No tiene importancia si uno es judío o gentil, lo que importa es que uno sea una
nueva creación en Cristo.

Efe.2.10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”

Así que el paralelo que hace Sam entre nosotros y la creación cósmica no es uno que sea
equiparable. La creación sigue intacta desde la fundación del mundo. Nosotros en efecto,
somos primicias de esa nueva creación que vendrá un día. Pero todavía el matrimonio
sigue siendo matrimonio, y el séptimo día sigue siendo el día de reposo.

Si Sam quiere usar la nueva creación en Cristo del pecador, debe contrastarla no con la
Creación que gime esperando nuestra redención del cuerpo, sino con la vieja creación,
con nuestro Adán, con nuestro hombre de pecado, para que así la comparación tenga
valía. Y si quiere contrastar la vieja creación (realmente actual) debe hacerlo con la nueva
creación que está por venir, cuando el Señor establezca su reino en gloria, debe
compararla con el siglo venidero.

Sam distorsiona los textos escriturales, y les da un significado descontextualizado, pues él


apela a una nueva creación cósmica, no con las profecías de cielo nuevo y tierra nueva,

183
sino con aquellos pasajes que hablan de la regeneración del pecador. Me dan ganas de
llorar.

Así que la nueva creación que tiene en mente Sam para apelar a un cambio de día de
reposo, no es una creación cósmica, sino la regeneración del pecador. Entonces en ese
orden de ideas, la solución de Sam podría plantearse en estos términos:

“En este punto puede suscitarse una cuestión adicional. El mandamiento del día de reposo
es un mandamiento positivo instituido en la Creación. ¿Cómo puede alterarse una
ordenanza de la Creación? La respuesta es, desde luego, que solo una nueva creación
podría alterar una ordenanza de la Creación. Cristo, sin embargo, ha inaugurado una
nueva Creación (2 Cor. 5:17; Gá 6:15), por medio de la regeneración de los pecadores. De
ahí que es de esperarse un cambio en la ordenanza de la Creación del día de reposo. Que la
observancia del último día de la semana está abolida se prueba en Colosenses 2:16-17. Si
bien este texto no está hablando del concepto o principio del día de reposo, está
enseñanza que la ordenanza del séptimo día de la antigua Creación y el Antiguo Pacto está
abolida”

Así que Sam apela a una necesidad (que solo él necesita) de un cambio de día de reposo,
en el hecho de que ahora Dios está regenerando a los pecadores por la fe en Cristo.

Finalmente, Sam mismo, dice que según Colosenses, la ordenanza del séptimo día, del día
de reposo de la antigua creación (el hombre de pecado, para hacer un contraste más
justo) y del Antiguo Pacto (escrito en el corazón del hombre, el Decálogo) está abolida.

Y si está abolida, como Sam lo cree, ¿tenemos que seguir guardándola? ¿Cómo puede una
ordenanza que se supone está escrita en el corazón del hombre ser abolida? Si la
Confesión aseveró que el Decálogo estaba escrito en el corazón del hombre y que este
Decálogo obligaba a todos los hombres a que se le cumpla tanto creyentes como
inconversos, ¿cómo es que ahora uno de sus mandatos está abolido? Alguna de las
premisas está fallando.

 “Otra dificultad que tiene la gente acerca de la alteración del día es que no puede
encontrar una mención en las Escrituras de este cambio del día. Si se ha de resolver
este problema, debemos comprender primero el principio por el que se señala el día
de adoración en la ordenanza de la Creación. Debe entenderse el principio de la
designación. En Génesis 2:3 dice que Dios separó el séptimo día porque descansó
en dicho día. Reconociendo que lo que Dios hizo en la redención fue tan grande que
nada menos el concepto de una nueva creación podía describirlo, debemos
entender que Dios en la nueva creación utiliza el principio de designación. El día de

184
reposo de la nueva Creación es designado según el mismo principio que el del día
de reposo de la antigua creación. Es el día de descanso de Dios. El primer día de la
semana fue el día en que acabaron las obras de Cristo para expiar los pecados de
su pueblo y Él entró en su reposo en la gloria de la resurrección. El día del Señor es
el octavo día, el día de nuevos comienzos. Al igual que el séptimo día estaba
relacionado con la antigua obra de la Creación y la conmemoraba, así el primer día
está relacionado con una nueva Creación y la conmemora”

Yo soy una de esas personas que tiene dificultad con la doctrina del cambio de día de
reposo, y es que en efecto no veo una sola insinuación de tal cambio, pero no es que solo
no vea mención del cambio, sino que en mis primeros cuatro capítulos he expuesto un
cumulo de evidencia canónica, de nuestra Santa Escritura, que apunta hacia otra dirección
y que no permite la idea que Sam y la CBFL plantea sobre un cambio de día de reposo, o
un mandamiento de reposar un día en siete. Pero bueno, Sam tiene una respuesta.

Sam dice que para poder comprender el cambio de día de reposo, en efecto, no se puede
ver en ningún texto de la Escritura (si no fuera así, él y ustedes ya lo hubieran propuesto),
sino que se debe apelar al principio de designación.

Hermanos míos, ¿leyeron bien lo que Sam reconoce? A la cuestión de que “no se puede
ver el cambio de día en la Escritura” El no contesta con diciendo: “Por supuesto que sí, teo
lo voy a mostrar”, sino que debe apelar una principio interpretativo: El principio de
designación.

Bien, ¿quién estableció el principio de designación? ¿Pablo, Pedro, Jacobo? No, su autoría
es del señor Sam Waldron. Pero que no sea designado por algún apóstol no implica que el
principio hermenéutico no sea valido, hay que revisarlo. ¿En que consiste tal principio?
Aquí está:

“Debe entenderse el principio de la designación. En Génesis 2:3 dice que Dios separó el
séptimo día porque descansó en dicho día. Reconociendo que lo que Dios hizo en la
redención fue tan grande que nada menos el concepto de una nueva creación podía
describirlo, debemos entender que Dios en la nueva creación utiliza el principio de
designación. El día de reposo de la nueva Creación es designado según el mismo principio
que el del día de reposo de la antigua creación. Es el día de descanso de Dios. El primer día
de la semana fue el día en que acabaron las obras de Cristo para expiar los pecados de su
pueblo y Él entró en su reposo en la gloria de la resurrección. El día del Señor es el octavo
día, el día de nuevos comienzos. Al igual que el séptimo día estaba relacionado con la
antigua obra de la Creación y la conmemoraba, así el primer día está relacionado con una
nueva Creación y la conmemora”

185
Notemos las palabras de Waldron: “En Génesis 2:3 dice que Dios separó el séptimo día
porque descansó en dicho día…debemos entender que Dios en la nueva creación utiliza el
principio de designación. El día de reposo de la nueva Creación es designado según el
mismo principio que el del día de reposo de la antigua creación. Es el día de descanso de
Dios”

Lo primero que quiero que notemos es que Sam afirma que nosotros, sus lectores,
cristianos, “debemos entender que Dios en la nueva creación utiliza el principio de
designación”. ¿Qué pasaría si yo no creo en el principio de designación? Una cosa es
segura: Nada. O más bien, me daré cuenta que la idea de un cambio de día de reposo es
sencillamente invención humana.

Dios no ha escrito en ninguna parte de su Palabra, que él usa un principio de designación


para cambiar el día de reposo. Eso es un método interpretativo espurio, es decir, lo que
realmente Sam propone es que nosotros “debemos leer en la Escritura que Dios en la
nueva creación utiliza el principio de designación, aun cuando allí no se mencione en
absoluto. Debemos leer cosas en el texto que allí no están escritas”.

En segundo lugar, leamos las palabras de Waldron: “En Génesis 2:3 dice que Dios separó el
séptimo día porque descansó en dicho día…debemos entender que Dios en la nueva
creación utiliza el principio de designación. El día de reposo de la nueva Creación es
designado según el mismo principio que el del día de reposo de la antigua creación. Es el
día de descanso de Dios”

Quiero que notemos que Sam muestra que hay un principio de designación del séptimo
día como día de reposo de la antigua creación ¿cómo lo sabe? De la misma manera que
ustedes: Porque hay un texto en el que Dios mismo designa un día de reposo suyo,
Génesis 2:3 “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la
obra que había hecho en la creación”

Así que Sam sabe que Dios designó un día de reposo suyo, no mediante una profunda
reflexión teológica y análisis de la Tora, sino porque Dios mismo lo hizo, y Sam tiene
evidencia explicita de ello en la Escritura.

Pero ¿cómo sabe Sam que Dios designó un nuevo día de reposo? Noten que Sam ya no
puede acudir a algún texto escritural, ni uno, y ni siquiera uno que lo insinúe.

En tercer lugar, Sam, no teniendo evidencia bíblica para saber si Dios designó un nuevo
día de reposo, apela a un hecho, no al texto: El descanso de Dios.

186
¿Cómo sabe Sam que Dios descansó en la primera creación? No por una profunda
reflexión teológica y análisis exhaustivo de la Tora y los Profetas, sino porque llanamente
así lo muestra la Escritura: “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él
reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.

¿Ahora cómo sabe Sam que Dios reposó otro día y que lo estableció como sustituto del día
séptimo? De esta manera:

“El primer día de la semana fue el día en que acabaron las obras de Cristo para expiar los
pecados de su pueblo y Él entró en su reposo en la gloria de la resurrección. El día del
Señor es el octavo día, el día de nuevos comienzos. Al igual que el séptimo día estaba
relacionado con la antigua obra de la Creación y la conmemoraba, así el primer día está
relacionado con una nueva Creación y la conmemora”

Entonces, en la primera Creación (no hay dos creaciones) quien reposó fue Dios, Elohim,
pero ahora no es Dios sino Cristo, quien reposa en la segunda creación.

En efecto, el viernes acabó la obra propiciatoria de Cristo en la cruz ¡Aleluya! Y el Señor


estuvo en el sepulcro todo un día de reposo, el sábado, y en la mañana del primer día de
la semana, él fue resucitado de entre los muertos ¡Aleluya! ¿Y él entró en su reposo en la
gloria de su resurrección?

¿Cómo sabe Sam que Cristo entró en su reposo en la gloria de su resurrección? Lo que yo
sé es que Cristo se levantó de los muertos, se apareció a sus discípulos (Lc 24), estuvo con
ellos cuarenta días enseñándoles del reino de Dios (He. 1), luego fue llevado al cielo, luego
(He. 1), enviaría el día de Pentecostés la promesa del Espíritu (He. 2), y luego siendo
instaurado en el cielo está ejerciendo gobierno sobre el mundo, principados y potestades
y sobre la iglesia misma (Mt 28), y así mismo está intercediendo por los suyos ante el
Padre como abogado (1 Jn. 2; Heb. 4), y está esperando el día de su venida para castigar
con vara de hierro a las naciones y juzgar a los hombres (2 Tes. 1), celebrar con sus santos
la Nueva Pascua (Ap. 19)y darles recompensa (Mt 25), está esperando que todo dominio
sea puesto bajo sus pies, y finalmente se sujetará al Padre mismo (1 Cor . 15)

Así que hasta donde yo veo, Cristo no entró en su reposo, él sigue trabajando hasta
establecer el reino de su Padre. Y lo que es más, no tenemos ningún registro de que Cristo
haya entrado en su reposo.

Por tanto, la frase “él (Cristo) entró en su reposo en la gloria de su resurrección” es de


autoría de Sam Waldron (aunque no es él único que la usa). Es una idea suya. Ahora bien,
si él quiere seguir diciendo que Cristo entró en su reposo en la gloria de su resurrección

187
¿quiénes somos para decirle que no lo haga? Solamente que él sepa que nosotros
sabemos que tal premisa no es apostólica. En realidad, es Sam quien designa al primer día
de la semana como día de reposo de una nueva creación (los pecadores regenerados).

 “El día del Señor (el primer día de la semana) es el octavo día, el día de nuevos
comienzos. Al igual que el séptimo día estaba relacionado con la antigua obra de la
Creación y la conmemoraba, así el primer día está relacionado con una nueva
Creación y la conmemora”

El octavo día cobra sentido en las siguientes festividades:

Lev.23.34-43 “Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será
la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. El primer día habrá santa
convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Siete días ofreceréis ofrenda encendida a
Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a
Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis. Estas son las fiestas solemnes de
Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida a Jehová,
holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo, además de los días
de reposo de Jehová, de vuestros dones, de todos vuestros votos, y de todas vuestras
ofrendas voluntarias que acostumbráis dar a Jehová. Pero a los quince días del mes
séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días;
el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de reposo. Y tomaréis el
primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles
frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por
siete días. Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por
vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis. En tabernáculos habitaréis siete días;
todo natural de Israel habitará en tabernáculos, para que sepan vuestros descendientes
que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de
Egipto. Yo Jehová vuestro Dios”

¿Por qué se menciona el “octavo día”? El octavo día sería el día que sigue al séptimo día, o
sea, el primer día de la semana. Así que piensen qué pasaría si Dios dijera en vez del
octavo día, el primer día de la semana:

“Siete días ofreceréis ofrenda encendida a Jehová; el (octavo día) primer día tendréis
santa convocación”

“haréis fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el primer día (octavo)
día será también día de reposo”

188
Por supuesto, la instrucción cambia totalmente. Ya no descansarían al terminar la fiesta,
sino al comenzarla, por eso se necesita del octavo día, para señalar que en tal día, luego
del séptimo día, se siga con un reposo, pero no se puede decir, el primer día, porque
modificaría la instrucción del todo.

En mi capítulo 3 de este libro, muestro que “el octavo día” no es el día de nuevos
comienzos. Es el día que sigue al séptimo, y se llama, el primer día de la semana.
Solamente para algunos hermanos, es que el octavo día es “el día de nuevos comienzos”,
entre ellos Sam Waldron.

Y luego Sam agrega: “Al igual que el séptimo día estaba relacionado con la antigua obra de
la Creación y la conmemoraba, así el primer día está relacionado con una nueva Creación y
la conmemora”

Sam se refiere tanto al primer día o el octavo día. ¿Lo notan? Sam tiene que echar mano a
cuanto recurso encuentre, así pase por alto los contextos de la Escritura.

Así finaliza Sam Waldron su exposición de que el primer día de la semana fue ordenado
por Dios como día de reposo de la nueva creación:

“Al igual que el séptimo día estaba relacionado con la antigua obra de la Creación y la
conmemoraba, así el primer día está relacionado con una nueva Creación y la
conmemora”

En efecto, el séptimo día está relacionado con la creación y la conmemora:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Lo que yo no sé es si en verdad (según quién) el primer día de la semana está relacionado


con la nueva creación (los pecadores regenerados, según sus textos bíblicos de apoyo) y la
conmemora. ¿Ustedes tienen idea de cómo lo podemos saber? Yo sí. Es una propuesta
extra-canónica de Sam Waldron y de otros teólogos católicos y reformados.

Así que hermanos, si ustedes quieren conmemorar la nueva creación (la regeneración del
pecador) cada primer día de la semana ¿quién se los puede impedir? Solo que yo les pido

189
amablemente que respeten la determinación de la iglesia de no hacerlo, pues ningún
apóstol me ordenó practicar tal conmemoración.

- Esta es toda la evidencia de Sam para sostener el cambio de día de reposo:

En conclusión, como lo pueden ver, Sam no tiene evidencia bíblica, exegética, sostenible,
verificable con la Escritura que apoye el cambio de día de reposo, o como él lo dice, su
designación. Sino que como ustedes mismos lo ven, la designación del día de reposo para
la nueva creación es netamente de Sam Waldron, es él, quien, sin apoyo apostólico,
textual ni teológico, y contra toda racionalidad y lógica, designa al primer día de la semana
como día de reposo que sustituyó al Shabbath.

Sam sabe que no puede apelar a la Escritura. Así que todo el argumento de Sam se
resume en esto, en la designación propia del día, en la premisa extra-canónica de que
Cristo entró en su reposó el primer día de la semana cuando resucitó. Idea netamente
suya y de otros. Esto es lo que se llamaría teología especulativa, y como de teología no
tiene nada, es sencillamente especulación.

Ahora si ustedes, a partir de los textos de la Confesión sobre el cambio de día, pueden
hacer algo mejor que lo que ha hecho Sam, ya saben mi correo. Es más yo mismo en un
punto de este tratado lo intentaré hacer. Cuando analice la confesión de Westminster.

Por ahora, antes de proseguir, pregunto: ¿Quién necesita que el día de reposo cambie? Yo
no. Dios tampoco. La iglesia no lo necesita.

6.3.10 Decima parte

Palabras de Sam:

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones.

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor.

1. La designación “el Día del Señor” alude a las frases bíblicas que describen el día de
reposo: “mi día santo”, “el día santo del Señor” (Is. 58:13); “Señor del día de reposo” (Mt.
12:8).24

6.3.10.1 Mi análisis

190
Ya sabiendo que para Sam Waldron “el día del Señor” es el primer día de la semana,
entonces puedo analizar y responder a los planteamientos que Sam hace para sostener la
existencia “del día del Señor”

Recordemos que Sam ha dicho que Dios estableció un mandato de un día en siete como
día de reposo, y como pilar de este mandamiento propone “el día del Señor”. Es decir,
Sam al sostener el “día del Señor”, lo que realmente está buscando sustentar es la
existencia de un mandato de reposar un día en siete. ¿Lo notan?

Así que sin olvidar que este “día del Señor del Nuevo Pacto” es base del mandamiento de
un día en siete como reposo, me dispongo a analizar “el día del Señor”.

- El día de reposo ¿principio o mandato?

Lo primero que quiero notar del lenguaje de Sam es que él afirma que “el día del Señor del
Nuevo Pacto encarna el principio del día de reposo instituido en la Creación”.

No entiendo a Waldron. El mismo ha dicho que el Decálogo (supuestamente escrito en el


corazón del hombre en la creación) es de cumplimiento moral para todos los seres
humanos, incluyendo el día de reposo allí ordenado, el cual evidentemente es el mismo
día que Dios reposó en la Creación: El séptimo día.

Pero ahora él dice que en realidad el día de reposo establecido en la creación, no es un


mandato sino un principio. ¿Cuál? En efecto, para su teología sería el principio de reposar
un día entre siete.

Pero ¿recuerdan que Sam había dicho que el mandato de Dios de un día en siete tenía
como fundamento que fue establecido en la creación? Pero ahora según Waldron, lo que
se estableció allí, en la creación, no fue un mandato sino un principio, el principio del día
de reposo. Lo que yo entiendo como que Dios estableció que el hombre debiera descansar
un día en la semana, así como él mismo lo hizo. Solo que Dios, (¿no lo has leído Waldron?)
no dejo el día al pensamiento del hombre, sino que ordenó el séptimo día. Pero bueno,
sigamos a Waldron.

A continuación Sam Waldron propone siete evidencias de la existencia del “día del
Señor”, y me propongo a analizarlas una a una, sin perder de vista que este “día del
Señor” es una prueba del mandato positivo, moral y perpetuo de Dios, de que el hombre
ha de reposar un día entre siete.

191
Tengamos presente que Sam ha deducido que el día del Señor es una continuación,
aunque con variaciones del día de reposo del Antiguo Pacto, del séptimo día. Y él ha visto
dos paralelos entre este día del Señor (primer día de la semana) y el día de reposo:

Apo.1:10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como
de trompeta”

“Jo hemera kuriakos”, “el día del Señor” en nuestra traducción, es la frase que Juan
escribe en su carta profética a las siete iglesias. Y Waldron dice que esta frase alude o hace
alusión a las frases de los profetas, en realidad de uno solo, del profeta Isaías, y también
de algún modo en una cita de Jesús:

Isa.58.13 “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo
llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios
caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te
deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la
heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado”

Mat.12.6-8 “Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí. Y si supieseis qué
significa: Misericordia quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; porque el
Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”

¿Realmente la frase “El día del Señor” alude al profeta Isaías y a Jesús?

En primer lugar Isaías está exhortando al pueblo de Israel, novecientos años antes de
Cristo, para que su pueblo guardara el día de reposo que Dios les había dado ¿Cuál era ese
día? Es inequívoco afirmar que era el séptimo día.

Sam ve un paralelismo entre “el día del Señor” en el que Juan vio su visión, y “mi día
santo” “mi día santo”, citado en Isaías.

Entonces, asumamos que así es. Que en efecto, Juan en Patmos hizo alusión al día santo
del Señor, a “mi día santo” que Dios refirió mediante el profeta Isaías. ¿Qué día en
particular sería entonces el día al que Juan está haciendo referencia?

Si Juan está haciendo referencia al “día santo” citado en el profeta Isaías, entonces ya
sabemos qué día de la semana estuvo Juan en el Espíritu. ¿No es cierto? Si Dios llamó “mi
día santo” al séptimo día, al día de reposo que ordenó a los Israelitas, y si Juan a este
mismo día, lo llamó casi mil años después, “el día del Señor” ¿No es claro que ya sabemos
el día de la semana en que Juan vio su visión? En efecto, era un sábado, era el séptimo día,
el “día santo” del Señor. Asunto cerrado. ¿O no?

192
En segundo lugar, si Sam niega este paralelismo entre Isaías y Juan, de que el día citado es
el séptimo día, el día de reposo ¿por qué lo hace? La respuesta quizá es que “el día del
Señor” alude a “mi día santo”, no en el sentido del día en particular, sino en el sentido de
que hay un día de reposo tanto en la ley y los profetas, como en los escritos apostólicos,
tanto en el Antiguo como en el Nuevo Pacto; y prueba de esto, es que Juan esté citando
otro “día santo del Señor”, aunque no necesariamente sea el mismo día especifico.

Entonces, si “mi día santo” y “el día del Señor” no se refieren al mismo día, sino a días de
la semana diferentes, y si ya sabemos que “mi día santo” (citado por Isaías) es el séptimo
día, entonces ¿cuál es “el día del Señor” citado por Juan?

En tercer lugar, quiero que notemos que Juan jamás dijo que “el día del Señor” era “el
primer día de la semana”:

Apo.1.9-11 “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino


y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra
de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí
detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el
primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están
en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”

¿Está Juan diciendo aquí que el día del Señor es el primer día de la semana? ¿Está Juan
diciendo aquí que el primer día de la semana remplazó el día de reposo? ¿Está Juan
diciendo aquí que él en el Espíritu estaba en el día de reposo?

Con humildad, quiero hacer notar que leer que Juan estaba un primer día de la semana en
el Espíritu, es leer algo que Juan no dice, es llegar a una conclusión sin evidencia. Es leer
allí algo qué no se dice. Es eiségesis, no exegesis. En realidad, no sé cómo, mediante una
lectura de este texto, uno puede llegar a una conclusión como esa, que no solo ignora la
Escritura sino que pasa por encima de ella en lo que respecta al día del Señor, al Yom
Yahweh.

Y finalmente, invito a Sam a replantear su paralelismo de la frase el “día del Señor”, ya


que ni Isaías en la cita que él brindó, ni Mateo que habla del “Señor del día de reposo”,
tienen la misma frase de Juan: “El día del Señor”. Miremos:

1. Jehová (Isaías): “Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día
santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová”
2. Jesús (Mateo) “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”
3. Juan: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor”

193
Sam ve en estas tres frases un conspicuo (claro, evidente) paralelismo. Bueno, profesor
Waldron y hermanos, ¿ven ustedes algún paralelismo en las siguientes frases?:

1. Amos: “¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová?
Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se encuentra con el
oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra.
¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?”

2. Isaías: “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del
Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de
hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán
dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus
rostros, rostros de llamas. He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor
de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores”

3. Sofonías: “Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está


cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados”

4. Abdías “Visión de Abdías…Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para


matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el
día de angustia. Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú
hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza”

5. Joel: “Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los
moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová. ¡Ay del día!
porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.
¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la
casa de nuestro Dios?”

6. Joel: “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los
moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de
tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el
alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después
de él lo habrá en años de muchas generaciones”

7. Joel: “porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo? Por
eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro
y lamento”

194
8. Joel: “Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová
en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su
resplandor”

10. Zacarías: “He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus
despojos”

11. Malaquías: “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb


ordenanzas y leyes para todo Israel. He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga
el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y
el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con
maldición”

12. Pedro: “Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego
y vapor de humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el
día del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo”

13. Pablo: “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como
ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos
destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.”

14. Pablo: Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión
con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de
pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra,
en el sentido de que el día del Señor está cerca.

15. Pedro: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino
que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el
cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y
la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”

16. Juan: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor”

Así que son dieciséis frases, once en los profetas, y cinco en los escritos apostólicos que
son traducidas como “el día del Señor”. Entonces si Sam ve un claro paralelismo en esto:

1. Jehová (Isaías): “mi día santo”


2. Jesús (Mateo) “el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”
3. Juan: “…en el día del Señor”

195
Entonces yo siento ganas de llorar si Sam y ustedes no ven un paralelismo en esto, así no
sea tan claro (con sarcasmo lo digo) como el anterior:

1. Amos: “¡Ay de los que desean el día de Jehová!…¿No será el día de Jehová tinieblas, y
no luz”
2. Isaías: “cerca está el día de Jehová…He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de
indignación y ardor de ira”
3. Sofonías: “porque el día de Jehová está cercano”
4. Abdías “Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones”
5. Joel: “¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová”
6. Joel: “porque viene el día de Jehová, porque está cercano”
7. Joel: “porque grande es el día de Jehová, y muy terrible”
8. Joel: “porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión”
10. Zacarías: “He aquí, el día de Jehová viene”
11. Malaquías: “…antes que venga el día de Jehová, grande y terrible”
12. Pedro: Antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto
13. Pablo: “que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”
14. Pablo: “ni os conturbéis…ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día
del Señor está cerca.
15. Pedro: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche”
16. Juan: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor”

Seamos honestos, ¿Dónde está el paralelismo? Si de paralelismos se trata, ¿“el día del
Señor” de Juan el apóstol es paralelo a “mi día santo” y “Señor del día de reposo”? ¿O más
bien “el día del Señor” es paralelo a las quince veces que la misma frase (y eso sin tomar
en cuenta las realidades que contienen) se usa en la Escritura? Ustedes tienen que tomar
una decisión. Yo ya tomé la mía.

Por tanto, el argumento que proporciona Sam sobre la alusión del “día del Señor” al día de
reposo, en mi humilde opinión, no tiene nada de paralelismo. Más bien, el método de
Sam, lo habría de llevar en otra dirección. Y esto es así ya que Sam cita tres versos que no
tienen nada en paralelo, ni siquiera el día en particular, pues dos versos hacen referencia
al séptimo día (Isaías y Mateo), y el otro, a un día, que no se sabe cómo es que él acepta y
concluye que es el primer día de la semana (Apocalipsis); y además, ninguna de las tres
frases es paralela, solo dos de ellas lo son: Isaías y Mateo, y esto porque ambas hacen
referencia conspicua a un día: El séptimo día.

196
Aquí presento, lo que ustedes deberían analizar si es o no un paralelismo, al menos un
poco más detallado que el de Sam: “El día del Señor” es Su día, Su día escatológico, en que
él vendrá a juzgar y salvar. La decisión es de ustedes.

Si Waldron cierra sus ojos al paralelismo que yo aquí planteo con dieciséis frases idénticas,
e insiste en que sus tres frases son paralelas (Isaías, Mateo y Juan) ¿quién soy yo para
decirle lo contrario? Pero hermanos, seamos honestos, ¿dónde está el paralelismo? ¿En
las tres frases (solo dos apuntan al mismo día) que Sam propone? ¿O las dieciséis que aquí
presento? Sigan la evidencia. Eso es todo.

6.3.11 Onceava Parte

Sam prosigue:

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones...

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor…

…2. Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el
día del Señor es la celebración de un día que tiene lugar semanalmente.”25

6.3.11.1 Mi análisis

“Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el día
del Señor es la celebración de un día que tiene lugar semanalmente”

Ya sabiendo que para Sam “El día del Señor” es el primer día de la semana, podemos
analizar la evidencia que él presenta sobre la celebración de este día con una periodicidad
semanal.

Notemos que en el punto anterior Sam argumentó que la frase “el día del Señor” haría
alusión inequívoca al día de reposo desde la perspectiva de Sam, no a otro día. Así que si
la frase de Juan “el día del Señor” es alusiva al día de reposo, al día santo del Señor ¿por
qué Waldron la asocia con otro día? Me explico, si el hermano Waldron, dice que “el día
del Señor” alude a la frase bíblica “mi día santo”, y “Señor del día de reposo” y esas frases
tratan acerca del día de reposo, el séptimo día ¿cómo es que ahora puede vincular la frase
a otro día?

197
¿Cómo sabe Sam que “el día del Señor” citado por Juan no se refiere al día de reposo, sino
a otro día de la semana? ¿Cómo es que Waldron, usa una frase alusiva (aparentemente) al
día de reposo pero la aplica a otro día? Aquí no veo la conexión. Es una lectura infundida.
Sam está afirmando algo que Juan no dice y ni siquiera insinúa. Es un salto exegético sin
evidencia.

Así que Sam, en mi opinión, no solo no toma en cuenta el contexto de la Escritura y la


intención de los autores bíblicos, sino que también él mismo se contradice, pues dijo que
“el día del Señor” hacía referencia al día de reposo, pero ahora dice que es otro día: El
primer día de la semana.

Más bien, Sam podría y debería mostrar evidencia verificable de que “el día del Señor”
hace referencia “al primer día de la semana”. Por supuesto, esto nunca ocurrirá, porque
tal cosa como que el primer día de la semana sea “el día del Señor”, sencillamente no es
real.

Por tanto, el punto de Sam de que “el día del Señor” es una observancia religiosa semana
no tiene ningún significado real, pues no existe tal cosa como “el día del Señor” que sea el
primer día de la semana. Observar “el día del Señor”, no es una observancia ordenada por
Dios.

6.3.12 Doceava Parte

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones...

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor

3. Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el


día del Señor presupone así la semana de siete días de la Creación. 26

6.3.12.1 Mi análisis

“3. Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el
día del Señor presupone así la semana de siete días de la Creación”

Nuestro cristianismo tiene un trasfondo en el Antiguo Testamento, y según él, los cielos y
la tierra fueron creados en seis días, y días reposó el séptimo día, y fue establecido un
ciclo de siete días, lo que llamamos también semana.

198
Lucas relató la crónica de los hechos apostólicos desde una perspectiva de semanas de
siete días, ya que en su texto mostró que existía un primer día de la semana, que por
supuesto, seguía al último día del ciclo semanal, el séptimo día, el día de reposo. Esto es
bien verificable en el relato de Lucas.

Hermanos, supongamos que nuestra iglesia ordena celebrar la muerte de Cristo cada
quinto día de cada semana ¿Cuántos días tiene la semana? En efecto, siete. La supuesta
celebración de la muerte de Cristo cada quinto día de la semana, no significa nada. Que se
celebre cada quinto día en una semana de siete días no significa nada. Sigue siendo una
celebración propuesta por la iglesia, nada más.

Así, que algunos teólogos muy antiguos hayan sugerido la celebración del “día del Señor”
cada primer día de la semana, con semanas de siete días, no muestra nada, no afirma
nada. Es una celebración inventada.

Es obvio que desde el Génesis, la semana ordinaria tiene siete días, comienza con el
primer día y termina con el Shabbath. No veo el punto de Sam.

6.3.13 Treceava Parte

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones...

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor…

4. El día del Señor es un memorial tanto de la Creación como de la redención. Así como el
día de reposo conmemoraba la primera Creación y el Éxodo de Israel de Egipto, así
también el día del Señor conmemora una nueva creación y una mayor redención.27

6.3.13.1 Mi análisis

“4. El día del Señor es un memorial tanto de la Creación como de la redención. Así como el
día de reposo conmemoraba la primera Creación y el Éxodo de Israel de Egipto, así
también el día del Señor conmemora una nueva creación y una mayor redención”

En efecto, estoy plenamente de acuerdo en que el día de reposo era en cierto sentido un
memorial de la creación:

199
Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Sin embargo, el séptimo día como tal no apuntaba a una conmemoración de la Creación,
sino al hecho de que Dios había reposado el séptimo día. Así, el cuarto mandato no era
tanto para conmemorar la creación, sino para reposar en el séptimo día, como Dios
también lo hizo. Pero esto no implica que en este día los judíos no pudieran recordar al
Creador. Sin embargo, el judío que en este día no conmemorara la primera creación no
cometía pecado alguno, pues el mandato no era conmemorar la creación, sino reposar el
séptimo día.

También el día de reposo servía como recordatorio a los Israelitas de que un día ellos
estuvieron como esclavos en la tierra:

Deu.5.13-15 “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo a
Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu
buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas,
para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo en tierra de
Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual
Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo”

Entonces en efecto, el día de reposo recordaba a los judíos que ellos eran esclavos y que
habían sido liberados con mano fuerte y brazo extendido. En esto Sam, para mí, está en lo
cierto.

Sin embargo, Sam mismo sigue diciendo: “así también el día del Señor conmemora una
nueva creación y una mayor redención”. Bien, ¿De dónde viene la idea de que el primer
día de la semana conmemora la nueva creación y una mayor redención?

El séptimo día era en un sentido un recordatorio de la creación de los cielos y la tierra, no


del hombre solamente, pues apunta a recordar que Dios trabajó seis días. Así que mi
pregunta es ¿qué creación se conmemora con el primer día? Como lo vimos en los textos
divinos, para nuestros apóstoles mismos la creación está gimiendo, y solo cuando el Señor
regrese, ésta será liberada y entonces habrá cielos nuevos y tierra nueva. Pero entre
tanto, no hay ninguna nueva creación que conmemorar.

200
Es cierto, que con la resurrección del Señor se marca la resurrección de los muertos, que
apunta a la nueva creación que un día vendrá a tomar lugar, pero notemos que es la
resurrección en sí la que apunta hacia allá, no el primer día de la semana como tal, sino el
evento en sí. Entonces no es el primer día de la semana lo que apuntaría (en vez de
conmemorar) a la nueva creación sino la resurrección del Señor.

Y como lo escribo aquí, una cosa es “conmemorar”, porque ya está hecho, otra es
“señalar”, “apuntar”, y esto porque todavía no es real en el tiempo presente. Así que la
resurrección del Señor, señala lo que esperamos: Cielos nuevos y tierra nueva, pero no lo
conmemora. El punto es que Sam no se basa en la resurrección del Señor, sino en el día
como tal (por supuesto, que podría cobrar significado por la resurrección del Señor).

Ahora bien, aun si por la resurrección del Señor se conmemorara la segunda creación
(cosa que no está señalada en nuestra fe canónica) ¿quién nos ordena a los hijos de Dios
conmemorar la nueva creación por la resurrección de Cristo?

¿Quién nos podría impedir por ejemplo cada año conmemorar la Venida del Espíritu
Santo? ¿Quién nos podría impedir conmemorar cada año la ascensión del Señor al cielo?
¿Quién nos podría impedir conmemorar cada miércoles nuestra justificación ya que el
Señor “resucitó para nuestra justificación”? Pienso que nadie. Sin embargo, esto
pertenecería al culto privado, no a una doctrina apostólica para la iglesia.

Así mismo, si mi hermano Sam desea conmemorar la segunda creación (que no ha tenido
lugar todavía) ¿quién soy yo para impedírselo? Lo único, es que comprendamos que Sam
está haciendo algo que pertenece al culto personal, y si él piensa que es una doctrina
apostólica, esperamos evidencia de ello. Por mi parte, en realidad, no veo porqué debiera
yo conmemorar una nueva creación (algo que no ha sucedido) cada primer día de la
semana.

Entonces no sé para qué apóstol el primer día de la semana conmemoraría la segunda


creación, cuando nuestros apóstoles ni lo enseñaron, ni lo insinuaron y lo que es más,
apuntaron a que la nueva creación (cielos nuevos y tierra nueva) todavía está por venir.

Así mismo, tampoco veo por qué el primer día de la semana (al cual Sam, sin evidencia,
sino contra evidencia, llama “el día del Señor”) conmemore una mayor redención.

Nuestro Señor, como sabemos se encarnó, fue bautizado por Juan, predicó el Evangelio,
comió la Pascua con sus discípulos, murió el segundo día de la Pascua de ese año (un
viernes), día en que por su cruz “todo fue consumado (el pagó por el pecado)” estuvo en
la tumba todo el día de reposo ordinario de aquella semana, aunque sabemos que estuvo

201
en el Paraíso, luego se levantó al tercer día de su muerte, es decir, el primer día de la
semana, luego siguió enseñando a sus apóstoles, subió al cielo, y envió al Espíritu Santo el
día quincuagésimo de Pentecostés, y se está esperando su regreso, en el que los muertos
en Cristo resucitarán, y la muerte, el último enemigo será destruido.

Claro que sí, la resurrección es un evento salvador para los hombres, pero no es el único
evento, también su cruz (¿la cruz se conmemora el quinto día de la semana?) y también su
ministerio intercesor son eventos que hacen parte de la redención¡ Y qué decir del Día del
Señor cuando venga!

Entonces, el primer día de la semana no conmemora la redención, sino que él mismo


Señor estableció un acto, una celebración para su iglesia que es más eficaz en hacerlo: La
Mesa del Señor, la cual ordinariamente se celebraba cada primer día de la semana, como
podríamos inferirlo:

1Co.11.26 “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”

Hec.20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”

Así que lo que conmemora la mayor redención, no es el día en sí, sino el evento que lo
recuerda: La mesa del Señor.

Por tanto, la nueva creación y la redención no es conmemorada por el día en sí, por el
primer día de la semana, sino (concediendo la nueva creación inaugurada) los eventos en
ese día: La resurrección única del Señor, histórica y hecha para siempre, y la mesa del
Señor celebrada cada primer día de la semana.

Entonces notemos que Sam en vez de acercarse a los hechos y datos escriturales, se aleja
de ellos, o no los toma en cuenta, y esto para seguir sosteniendo la idea de la celebración
de un día que conmemora la nueva creación (para él) y la redención.

¿Quién soy yo para impedirle a Sam ver en el primer día de la semana estas
conmemoraciones? Nadie. Solo que Sam, lo digo, está enseñando algo del culto privado
como si fuera una doctrina apostólica. Es decir, está enseñando como voz de Dios algo que
es suyo (que otros también lo hacen). Eso no es puritano.

El primer día de la semana es importante para la iglesia, no porque este día conmemora la
primera creación, sino porque este día la iglesia come el pan y bebe la copa, y por ello
anuncia la muerte del Señor hasta que él venga.

202
6.3.14 Catorceava Parte

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones...

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor…

5. El día del Señor es un día que pertenece especialmente al Dios. Dieciséis veces habla
Dios de “mis días de reposo”28

6.3.14.1 Mi análisis

“El día del Señor es un día que pertenece especialmente al Dios. Dieciséis veces habla Dios
de “mis días de reposo”.

Estoy completamente de acuerdo con Waldron en que Dios habla de “mis días de reposo”.
Solamente que ¿a qué días se refiere Dios? Veamos:

1. Éxo.31.13-14 “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis
mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para
que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis el día de reposo, porque
santo es a vosotros; el que lo profanare, de cierto morirá; porque cualquiera que hiciere
obra alguna en él, aquella persona será cortada de en medio de su pueblo”

2. Lev.19.3 “Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo
Jehová vuestro Dios”

3. Lev.19.30 “Mis días de reposo guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo


Jehová”

4. Lev.26.2 “Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová”

5. Isa.56.4 “Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y
escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto”

6. Eze.20.12 “Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y
ellos para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico”

7. Eze.20.13 “Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en


mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere,

203
vivirá; y mis días de reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que derramaría
sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos”

8. Eze.20.16 “porque desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y mis


días de reposo profanaron, porque tras sus ídolos iba su corazón”

9. Eze.20.19-20 “Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis
preceptos, y ponedlos por obra; y santificad mis días de reposo, y sean por señal entre mí
y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios”

10. Eze.20.21 “Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni
guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los
cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo. Dije entonces que derramaría mi ira
sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto”

11. Eze.20.23-24 “También les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría
entre las naciones, y que los dispersaría por las tierras, porque no pusieron por obra mis
decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo, y tras los
ídolos de sus padres se les fueron los ojos”

12. Eze.22.8 “Mis santuarios menospreciaste, y mis días de reposo has profanado”

13. Eze.22.26 “Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo
santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de
mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos”

14. Eze.23.38 “Aun esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y
profanaron mis días de reposo”

15. Eze.44.24 “En los casos de pleito ellos estarán para juzgar; conforme a mis juicios
juzgarán; y mis leyes y mis decretos guardarán en todas mis fiestas solemnes, y
santificarán mis días de reposo”

Por mi parte, quizá me faltó más detalle en mi búsqueda pues solamente encontré quince
veces en las que nuestra traducción en efecto hace referencia a “mis días de reposo”.
Considero que a éstos es que se refiere Sam Waldron, pues la frase es exacta.

Habiendo encontrado entonces los textos a los que Sam ha hecho referencia, puedo
preguntarle a Sam ¿A qué días se refiere Dios con “mis días de reposo”? Si ustedes leen
los textos, la conclusión inequívoca es que Dios está hablando siempre y en todo caso de

204
“el séptimo día”, que fue el día ordenado para que Israel lo guardara y fuera señal entre
Dios y ellos.

Entonces en efecto, estos días de reposo dados por Dios, son especiales para él, su día de
reposo ha de ser reverenciado y guardado, y no profanado como lo hizo Israel. Así que
“mis días de reposo” son “los séptimos días de cada semana”. ¿Me equivoco?

Habiendo aclarado este aspecto, traigo a colación la frase de Sam: “El día del Señor es un
día que pertenece especialmente al Dios. Dieciséis veces habla Dios de “mis días de
reposo”

En efecto hermanos, el día de reposo es un día que pertenece especialmente a Dios, y Sam
mismo nos ha dado dieciséis citas de ello (yo encontré quince). Esto es inequívoco. Ahora
bien, la cuestión es que Sam dice que “el día del Señor” (el primer día de la semana), es un
día que le pertenece especialmente al Señor.

Reitero, hubiera sido mucho mejor que Sam nos diera evidencia de cómo es que él sabe
que “el día del Señor” es el título apostólico del “primer día de la semana”.
Lamentablemente no lo logró en su intento y tampoco habrá quien pueda hacerlo. Estoy
seguro.

Entonces, sin evidencia de que el primer día de la semana se deba llamar “el día del
Señor” Sam temerariamente aplica a este día las frases alusivas exclusivamente al día de
reposo. ¿Es eso exegesis bíblica? Para mí no lo es. Esta es la manera de formar una
doctrina propia.

Pero lo que es más sorprendente todavía es que uno podría esperar entonces que Sam
admitiera que si Dios habla de “mis días de reposo”, y esas frase se aplican al “día del
Señor” entonces éste día sea por consiguiente el día de reposo al que Yahweh se refiere,
al séptimo día, pero esto es algo que Sam mismo no hace. Para Sam, hay otro día de
reposo.

Hermanos, Dios fue enfático diciendo: “mis días de reposo”. Pero Sam aplica esta frase a
otro día. ¿Es eso bíblico y apostólico?

Entonces Sam ahora está insinuando que hay otro día de reposo: “el día del Señor”, el
primer día de la semana. Y esto lo hace basándose en la premisa propia de que Cristo
entró en su reposo el día de su resurrección ¿Lo recuerdan? Esa es toda la evidencia que él
tiene. En otras palabras no tiene nada de evidencia. Es un invento que él sigue enseñando.
Con humildad lo digo.

205
6.3.15 Quinceava Parte

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones...

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor…

6. El día del Señor es un día santo y debe guardarse santo. El día de reposo era un día
santo. Era santificado y había que guardarlo santo. (Gen. 2:3; Ex. 20:8). El día del Señor es
también un día santo. La palabra “santo” significa apartar del uso común para Dios. Algo
que se aparta para Dios es su posesión especial. Viceversa, si es la posesión especial de
Dios, es santo. Ser santo y pertenecer especialmente a Dios son equivalentes. (Ex. 13:22;
Nm. 16:3-7). ¿Es el día del Señor posesión especial de Dios en un sentido en que no lo son
otros días? Sí. Entonces es santo y debe ser santificado. Debemos por tanto, recordarlo el
día del Señor, para guardarlo santo.”29

6.3.15.1 Mi análisis

“El día del Señor es un día santo y debe guardarse santo. El día de reposo era un día santo.
Era santificado y había que guardarlo santo. (Gen. 2:3; Ex. 20:8). El día del Señor es
también un día santo. La palabra “santo” significa apartar del uso común para Dios”

¡Amén! El día del Señor es un día santo, porque será un día para él, porque en él será
exaltado el Señor y los impíos serán abatidos. Y este día será santo porque en él, junto con
Cristo, los santos vendrán a reinar. ¡Aleluya!

Sin embargo, aunque es lícito decir que el día del Señor es santo, de todos modos, yo no
veo esa designación en los profetas, aunque nada impide que lo hagamos. El día del Señor
es santo, ¡Amén!

Ahora bien ¿se está refiriendo Sam al día del Señor, al día escatológico de Cristo en esta
porción? ¿O se está refiriendo al primer día de la semana? Por supuesto a éste último.

Entonces, primero que todo, ¿puede alguno de ustedes dar evidencia bíblica, apostólica,
exegética, verificable, canónica, histórica (escritural) de que al primer día de la semana se
le puede llamar “el día del Señor”? Hermanos, con humildad lo digo, Sam no pudo, y
ustedes tampoco podrán. Estoy seguro.

206
Así que reitero, Sam asigna o acepta el título del “día del Señor” para el primer día de la
semana sin evidencia alguna. Es la idea de la Confesión, que no tiene evidencia, y él la
acepta así, sin evidencia. El solo lo cree y lo acepta.

En segundo lugar, ya que en realidad el primer día de la semana, no es “el día del Señor”,
entonces este día no es santo por esa razón. El primer día no pertenece de manera
especial al Señor. Por supuesto, pertenece en el sentido en que pertenecen todos los días
al Señor, pues “del Señor es la tierra y su plenitud”.

Tercero, Sam, desafortunadamente, experimenta lo mismo que ha ocurrido a muchos en


la historia de la iglesia respecto a este asunto, y es que ha aceptado el título tradicional
(no apostólico) del “día del Señor” para este día, y a partir de ahí, ha hecho inferencias,
que por obvias razones están equivocadas, ya que desde el principio la premisa “el primer
día de la semana” es “el día del Señor” no es verdadera.

6.3.16 Dieciseisava Parte

“…Este mandamiento de un día en siete como día de reposo puede verse que es moral y
perpetuo por al menos tres buenas razones...

…Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del
día de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor…

…7. Al igual que el día de reposo, el día del Señor es un día de adoración colectiva y publica
(Hch. 20:7; 1 Cor. 16:1-2). Pero si es un día señalado para la adoración publica, debe ser un
día de descanso o reposo. Esto por tres razones. En primer lugar, todos los días de culto
publico y colectivo son días de reposo en la Biblia. Un día de adoración que no fuera un día
de reposo habría sido incomprensible para los discípulos judíos de Jesús. En segundo lugar,
el día del Señor es un día santo y, por tanto, debe apartarse de trabajos cotidianos y
apartarse para la adoración. Esto es lo que requiere la santificación del día. Tal día es, sin
embargo, claramente un día de descanso. En tercer lugar, nadie puede tomar parte en la
adoración publica sin, al menos durante una o dos horas, descansar de sus trabajos
seculares.

Ahora es evidente por qué el día del Señor debe considerarse como el día de reposo. La
institución del día de reposo en la Creación, la inclusión del día de reposo en el Decálogo y
la continuación del principio del día de reposo en el día del Señor lo demanda. Esta es la
razón por la que no debemos preocuparnos cuando alguien dice: “El término “día de
reposo” siempre se refiere al día de reposo judíos en el Nuevo Testamento”. Por supuesto,

207
el día de reposo en la Biblia se refería al día de reposo del séptimo día. Este se había
referido a esta ordenanza durante cuatro mil años. Sobre la base de la evidencia que
acabamos de citar, sin embargo debemos distinguir entre la ordenanza judía del día de
reposo, que está abolida, y el concepto del día de reposo, que continua en el día del Señor.
Esta distinción entre la ordenanza del día de reposo y el concepto del día de reposo viene
demandada por su institución en la Creación, su inclusión en los Diez Mandamientos y el
significado mismo de la frase “Día del Señor”. 30

6.3.16.1 Mi análisis

 “7. Al igual que el día de reposo, el día del Señor es un día de adoración colectiva y
publica (Hch. 20:7; 1 Cor. 16:1-2)”

Sam afirma que “al igual que el día de reposo, también el primer día de la semana era un
día de adoración colectiva y pública” y cita dos textos como referencia:

1Co.16.1-2 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se
recojan entonces ofrendas”

Hec.20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”

En el primer texto Pablo, en efecto, sabiendo que la iglesia se reunía cada primer día de la
semana, porque lo hacía para conmemorar la muerte del Señor por medio de la Mesa del
Señor, invita a la iglesia a ofrendar para los santos de Jerusalén en aquel día. Así que bien
es cierto que la iglesia se reunía cada primer día de la semana, y ya sabemos que su
motivación era comer el pan y beber la copa.

Sin embargo, el segundo texto que Sam cita, al leerse en el contexto, se puede ver que los
discípulos se reunieron de noche, no en la mañana, y que cenaron casi a medianoche:

Hec.20.7-12 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo
les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.
Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un joven llamado
Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto
Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado
muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis,
pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente
hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados”

208
¿Desde qué hora comenzó Pablo a predicar? ¿Desde las 9:00 de la mañana? ¿Es decir,
predicó casi por quince horas seguidas? ¿La iglesia estuvo atenta a Pablo desde qué hora?

Hermanos, la Mesa del Señor, se llama también “La cena del Señor” y es que en efecto,
era una cena, no un desayuno. Así que por lo que se lee en este contexto, la iglesia de
Troas se reunió en la noche para comer la Mesa del Señor, y Pablo aprovechó esta reunión
para predicar, y allí, por el cansancio de casi tres o cuatro horas de predicación, Eutico
cayó del aposento, donde había muchas lámparas (que alumbran en la oscuridad).
Además Pablo alargó el discurso porque sabía que tenía poco tiempo para enseñarles, y lo
hizo aun hasta la madrugada.

Por tanto, la iglesia de Troas (y seguramente las demás, o al menos, probablemente) se


reunía no en la mañana, sino en la noche de cada primer día de la semana.

Así que la frase de Sam: “al igual que el día de reposo, también el día del Señor (el primer
día de la semana) era un día de adoración colectiva y pública” necesita ser precisada, ya
que la iglesia como tal sí adoraba en este día, pero lo hacía en función de la Mesa del
Señor, no del día en sí.

 “7. Al igual que el día de reposo, el día del Señor es un día de adoración colectiva y
publica (Hch. 20:7; 1 Cor. 16:1-2)”

Ahora bien, Sam hace una delicada afirmación, y es que asevera implícitamente, como lo
pueden leer, que “el día de reposo era un día de adoración colectiva y pública”. Hermano
Sam, ¿Qué evidencia presentas?

Sam afirma que el día de reposo, el séptimo día, era un día de adoración, pero no
cualquier tipo de adoración sino una pública y colectiva. ¿Cómo lo sabemos?

¿Recuerdan cuál fue el mandato de Dios cuando ordenó o recordó a Israel sobre el
séptimo día?

Éxo.16.14-30 “Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una
cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra. Y viéndolo los hijos de
Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés
les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer. Esto es lo que Jehová ha mandado:
Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al
número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda. Y los
hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos; y lo medían por gomer,
y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno

209
recogió conforme a lo que había de comer. Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello
para mañana. Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para
otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés. Y lo recogían cada
mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.
En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos
los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés. Y él les dijo: Esto
es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a
Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo
lo que os sobrare, guardadlo para mañana. Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo
que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió. Y dijo Moisés: Comedlo hoy,
porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo. Seis días lo
recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará. Y aconteció que
algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron. Y Jehová dijo a
Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes? Mirad que
Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estése,
pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. Así el pueblo reposó el
séptimo día.

¿Había que adorar en el séptimo día? ¡Por supuesto! ¿De qué manera? Como Dios lo
ordenaba: reposando, estando cada uno en su lugar.

La orden de guardar el séptimo día era adorar como Dios lo prescribía allí:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

La orden simple, llana y completa que Dios había dado respecto a la adoración del séptimo
día era reposar.

Éxo.35.1-3 “Moisés convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas
son las cosas que Jehová ha mandado que sean hechas: Seis días se trabajará, mas el día
séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo
alguno, morirá. No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de
reposo”

210
Núm.15.32-36 “Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que
recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y
a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado
qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre;
apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación
fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés”

El israelita que se quedaba en su casa, con su familia, era un israelita fiel que adoraba en
el día de reposo. No existía en la ley una orden de Dios de que las familias se reunieran y
adorasen colectiva y públicamente el día de reposo.

Se puede decir que los israelitas “debían sacrificar a Dios en este día” y por tanto el
sacrificio era público y colectivo. Bueno, hasta donde yo sé no era un mandato que cada
israelita sacrificara al Señor en el séptimo día, sino que los levitas que estaban en el
tabernáculo y luego en el templo, serían los que en este día doblarían la ofrenda:

Núm.28.3-9 “Y les dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos
corderos sin tacha de un año, cada día, será el holocausto continuo. Un cordero ofrecerás
por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde; y la décima parte de un
efa de flor de harina, amasada con un cuarto de un hin de aceite de olivas machacadas, en
ofrenda. Es holocausto continuo, que fue ordenado en el monte Sinaí para olor grato,
ofrenda encendida a Jehová. Y su libación, la cuarta parte de un hin con cada cordero;
derramarás libación de vino superior ante Jehová en el santuario. Y ofrecerás el segundo
cordero a la caída de la tarde; conforme a la ofrenda de la mañana y conforme a su
libación ofrecerás, ofrenda encendida en olor grato a Jehová. Mas el día de reposo, dos
corderos de un año sin defecto, y dos décimas de flor de harina amasada con aceite, como
ofrenda, con su libación”

Ellos, los levitas sacrificaban y entregaban a Dios las ofrendas en nombre del pueblo, pero
no el pueblo, no cada miembro de Israel. Reitero, el pueblo adoraba quedándose en casa.

Por supuesto, al ser día de reposo, era un día con la libertad y facilidad de concentrarse en
aspectos de la adoración: La lectura de la Tora (aunque solo había una copia del libro de la
ley) y la oración. Pero aun esto se podía hacer en privado, y sin la necesidad y obligación
de reunirse con el vecino, y esto sería adoración legítima.

Pensemos, si el día de reposo era un día de adoración pública y colectiva ¿cómo es que
adoraron los discípulos de Cristo y el Señor mismo? Ir a la sinagoga era una costumbre
establecida no desde Moisés, ni David, sino solo después del exilio, y esto alrededor del
200 o 150 a.C; antes de esta fecha, no era una obligación asistir a la sinagoga, la cual ni

211
siquiera existía. Y es más, había días en los que las personas no asistían a las sinagogas,
por ejemplo, el sábado que estuvo sepultado nuestro Señor, pues, sabemos que los doce
estaban atemorizados por causa de los judíos ¿Fueron a la sinagoga a adorar ese sábado?
Ellos quedándose en casa (en esta ocasión por miedo) hacían su respectiva adoración del
séptimo día.

No me explayo en este punto, porque pienso que no es necesario, solo basta con decir
que la afirmación de Sam de que “el día de reposo” era un día de adoración pública y
colectiva no es necesariamente como él lo dice. Adorar en el día de reposo sería quedarse
en la casa, reposando, eso era todo.

 “Pero si es un día señalado para la adoración publica, debe ser un día de descanso
o reposo. Esto por tres razones. En primer lugar, todos los días de culto publico y
colectivo son días de reposo en la Biblia. Un día de adoración que no fuera un día
de reposo habría sido incomprensible para los discípulos judíos de Jesús. En
segundo lugar, el día del Señor es un día santo y, por tanto, debe apartarse de
trabajos cotidianos y apartarse para la adoración. Esto es lo que requiere la
santificación del día. Tal día es, sin embargo, claramente un día de descanso. En
tercer lugar, nadie puede tomar parte en la adoración publica sin, al menos
durante una o dos horas, descansar de sus trabajos seculares” Énfasis mío.

Es decir, Sam insiste en que debido al hecho de que la iglesia adora con la mesa del Señor
(evento que él mismo no trae a colación), por ello esto debe ser un día de reposo y da tres
razones para ello. Veamos sus argumentos.

- “En primer lugar, todos los días de culto publico y colectivo son días de reposo en la
Biblia. Un día de adoración que no fuera un día de reposo habría sido
incomprensible para los discípulos judíos de Jesús” Énfasis mío,

Hay tres cosas que quiero poner sobre la mesa referente a la afirmación de Waldron.

La primera de ella es que Sam dice que “todos los días de culto público y colectivo son
días de reposo”. Bien, ¿cuáles son los días de culto público y colectivo a los que se refiere
mi hermano?

¿Será que entre Adán y Moisés cada vez que se efectuaba una adoración colectiva se
declaraba ese día o esos días como días de reposo? Yo pienso que no. La evidencia no
apunta hacia allá.

212
La adoración ordinaria de los israelitas no consistía en congregarse cada día de reposo
alrededor del tabernáculo, tampoco consistía en recibir instrucción de los levitas, era
reposar, como ya se ha dicho. Y además todos los días los levitas adoraban sacrificando y
ofrendando al Señor, y con todo solo había un día de la semana ordenado como reposo: el
séptimo día.

Núm.28.3-9 “Y les dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehová: dos
corderos sin tacha de un año, cada día, será el holocausto continuo. Un cordero ofrecerás
por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde; y la décima parte de un
efa de flor de harina, amasada con un cuarto de un hin de aceite de olivas machacadas, en
ofrenda. Es holocausto continuo, que fue ordenado en el monte Sinaí para olor grato,
ofrenda encendida a Jehová. Y su libación, la cuarta parte de un hin con cada cordero;
derramarás libación de vino superior ante Jehová en el santuario. Y ofrecerás el segundo
cordero a la caída de la tarde; conforme a la ofrenda de la mañana y conforme a su
libación ofrecerás, ofrenda encendida en olor grato a Jehová. Mas el día de reposo, dos
corderos de un año sin defecto, y dos décimas de flor de harina amasada con aceite, como
ofrenda, con su libación”

Ya se dijo que había días de reposo en las fiestas ordenadas por el Señor: La Pascua, Las
Primicias, El día del Perdón, La fiesta de los Tabernáculos y el día de reposo ordinario del
séptimo día.

Sin embargo, notemos que la fiesta de la Pascua que duraba siete días, y eran días de
adoración y conmemoración, no tenía siete días de reposo, sino solamente el primero y
último día de la fiesta:

Lev.23.5-8 “En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de
Jehová. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a
Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis santa convocación;
ningún trabajo de siervos haréis. Y ofreceréis a Jehová siete días ofrenda encendida; el
séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de siervo haréis”

Ahora bien ¿Es la fiesta de los panes sin levadura un evento de adoración publica y
colectiva? ¿En qué consistía esta adoración? Al menos en la Ley no leo sobre instrucciones
acerca de esta semana. Sino que el primero y último día era santa convocación. ¿Qué
significaba? Que ningún trabajo de siervo se haría. Pero aun así, la fiesta duraba siete
días, y de estos días, solo el primero y último eran días de reposo.

Del mismo modo estaba bien designado cuándo sería el día de reposo en la fiesta de las
primicias:

213
Lev.23.10-23 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo
os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros
frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis
aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla,
ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. Su ofrenda será dos
décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor
gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. No comeréis pan, ni grano
tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de
vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis. Y
contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla
de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo
día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. De
vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas
de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. Y ofreceréis
con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros;
serán holocausto a Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor
grato para Jehová. Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de
un año en sacrificio de ofrenda de paz. Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida
delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a
Jehová para el sacerdote. Y convocaréis en este mismo día (día cincuenta) santa
convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que
habitéis por vuestras generaciones. Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis
hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la
dejarás. Yo Jehová vuestro Dios”

El día de reposo bien designado por Dios en la fiesta de las primicias era el día cincuenta, y
aunque el resto de días formaría parte de la fiesta como tal, al menos ningún día de estos
era día de reposo. Es decir, los otros cuarenta y nueve días restantens no eran días de
reposo. Solo el último día.

¿Era el día de Pentecostés un día de adoración? Al menos no se dice qué se debía hacer
ese día, en adoración publica, sino que el sacerdote ofrecía la primicia al Señor. Era un día
de convocación, es decir, de reposo. No se hacía trabajo de siervos.

Miremos la fiesta de los Tabernáculos:

Lev.23.34-36 “Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será
la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. El primer día habrá santa
convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Siete días ofreceréis ofrenda encendida a

214
Jehová; el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida a
Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis”

Solamente el primero y último día, el octavo día, eran días de reposo, aunque la fiesta
duraba una semana. Dios mismo designó el día para reposar en esta fiesta. Y eso que
durante la semana se ofrecían ofrendas encendidas al Señor.

Y finalicemos con los días de reposo ordinarios:

Lev. 23:36-43 “Estas son las fiestas solemnes de Jehová, a las que convocaréis santas
reuniones, para ofrecer ofrenda encendida a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y
libaciones, cada cosa en su tiempo, además de los días de reposo de Jehová, de vuestros
dones, de todos vuestros votos, y de todas vuestras ofrendas voluntarias que
acostumbráis dar a Jehová. Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis
recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de
reposo, y el octavo día será también día de reposo. Y tomaréis el primer día ramas con
fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los
arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete días. Y le haréis fiesta a
Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; en el
mes séptimo la haréis. En tabernáculos habitaréis siete días; todo natural de Israel
habitará en tabernáculos, para que sepan vuestros descendientes que en tabernáculos
hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová
vuestro Dios”

Así que, como tal los días de reposo estaban bien designados en la Ley del Señor, había
días de reposo en las fiestas y días ordinarios de reposo, es decir, el sábado del séptimo
día.

Entonces cuando mi hermano Waldron asegura que siempre que se adoraba, tales días
eran días de reposo, para cesar de laborar, no está teniendo en cuenta la información
escritural.

Veamos otros dos ejemplos, en este caso de días de adoración que no son días de reposo:

1Re.8.62-66 “Entonces el rey, y todo Israel con él, sacrificaron víctimas delante de Jehová.
Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová: veintidós mil bueyes y
ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.
Aquel mismo día santificó el rey el medio del atrio, el cual estaba delante de la casa de
Jehová; porque ofreció allí los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de
paz, por cuanto el altar de bronce que estaba delante de Jehová era pequeño, y no cabían

215
en él los holocaustos, las ofrendas y la grosura de los sacrificios de paz. En aquel tiempo
Salomón hizo fiesta, y con él todo Israel, una gran congregación, desde donde entran en
Hamat hasta el río de Egipto, delante de Jehová nuestro Dios, por siete días y aun por
otros siete días, esto es, por catorce días. Y al octavo día despidió al pueblo; y ellos,
bendiciendo al rey, se fueron a sus moradas alegres y gozosos de corazón, por todos los
beneficios que Jehová había hecho a David su siervo y a su pueblo Israel”

¿Salomón declaró que éstos eran días de reposo? Aquí el pueblo no reposaba, celebraba,
mataba y comía en el nombre del Señor, y con toda posibilidad también bebían. Y con
todo esto, no necesariamente fueron catorce días de reposo. Es más durante estos
catorce días hubo dos días de reposo ordinarios, dos sábados, y no necesariamente se
confundieron estos sábados con el resto de días, como para haber considerado que los
otros doce días también eran días de reposo.

Veamos otra fiesta:

Est.9.20-24 “Y escribió Mardoqueo estas cosas, y envió cartas a todos los judíos que
estaban en todas las provincias del rey Asuero, cercanos y distantes, ordenándoles que
celebrasen el día decimocuarto del mes de Adar, y el decimoquinto del mismo, cada año,
como días en que los judíos tuvieron paz de sus enemigos, y como el mes que de tristeza
se les cambió en alegría, y de luto en día bueno; que los hiciesen días de banquete y de
gozo, y para enviar porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres. Y los judíos
aceptaron hacer, según habían comenzado, lo que les escribió Mardoqueo. Porque Amán
hijo de Hamedata agagueo, enemigo de todos los judíos, había ideado contra los judíos un
plan para destruirlos, y había echado Pur, que quiere decir suerte, para consumirlos y
acabar con ellos”

Este día de Yom Purim los judíos celebraban que el Señor los rescató de la mano de Amán
¿era un día de reposo? Y aun si el pueblo reposaba ese día, cosa que no es lo que Ester ni
Mardoqueo ordenan ¿Se implica que se añadía otro día de reposo al pueblo judío?

Entonces la premisa de que en la Biblia todos los días de adoración son días de reposo, al
menos para mí es inverosímil.

La segunda cosa que quiero plantear es que por lo visto en la Escritura, nadie, excepto
Dios mismo, podría establecer “días de reposo” ¿Quién podría legislar al pueblo del Señor
tomando la autoridad que solo competía a Dios? ¿Quién tenía la potestad de ordenar
otros días de reposo? Una cosa era consagrar tal día al Señor en el sentido de una
concentración para él, esto sería dedicar este día a una adoración particular, pero no
necesariamente es un día de reposo.

216
Neh.8.2-15 “Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres
como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y
leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el
alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían
entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. Y el escriba
Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban
Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda,
Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. Abrió, pues, Esdras el
libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo
abrió, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y
todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron
a Jehová inclinados a tierra. Y los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai,
Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley;
y el pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y
ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura. Y Nehemías el gobernador, y el
sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el
pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el
pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed
vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a
nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Los levitas,
pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os
entristezcáis. Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar
de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado. Al día
siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a
Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley. Y hallaron escrito en la ley que
Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en
tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo; y que hiciesen saber, y pasar pregón
por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivo, de
olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos,
como está escrito”

Esdras leyó la ley desde la mañana hasta el medio día, y este día estaba bien designado
por Dios para ser un día de santa convocación, el día de tocar las trompetas:

Lev.23.24-25 “Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes
tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa
convocación. Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová”

217
Así que yo entiendo que el único que tiene potestad para ordenar días de reposo es Dios.
El pueblo judío podía celebrar otras fiestas pero no necesariamente declararlas como
“días de reposo”.

La tercera cosa que quiero argumentar es que si en realidad para los apóstoles comer la
mesa del Señor (la adoración del primer día de la semana), implicaba que tal día era un día
de reposo (¿el día de reposo?) entonces necesitamos darnos cuenta que los judíos ahora
tenían dos días de reposo. Es decir, los apóstoles reposaban el séptimo día, como era su
costumbre, pero ahora, tan pronto empezaron a adorar (comer el pan) el primer día de la
semana, también reposaban este día, pues según Waldron, también sería declarado día de
reposo.

¿Tenía ahora la iglesia judía dos días de reposo? ¿Uno el sábado y otro el primer día de la
semana? Porque bien sabido es que la iglesia de Jerusalén continuó guardando el sábado
como día de reposo. Ya he dado evidencia de ello. ¿Aceptaron los miles de judíos
convertidos al Señor que ahora el primer día de la semana también era día de reposo?
¿Quién ordenó tal cosa? ¿El apóstol Pedro? ¿Los Ancianos? Recordemos que la iglesia de
Jerusalén estaba compuesta por judíos celosos de la ley, y eso incluso hacia el año 60 d.C,
cuando Pablo vino a celebrar Pentecostés, cuando fue prendido:

Hec.21.18-20 “Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban
reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por
una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo
oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay
que han creído; y todos son celosos por la ley”

Es muy poco probable que la iglesia de Jerusalén hubiera aceptado otro día de reposo,
ahora uno que seguía al séptimo día. ¿Se imaginan dos días ordinarios de reposo para la
iglesia judía? Esa es la implicación del razonamiento de Waldron.

La otra posibilidad es que la iglesia de Jerusalén haya cambiado el día de reposo, y ahora
reposaba el primer día de la semana y no el sábado, pero esta teoría no la quiero tratar
por ser de primera mano algo imposible. ¿O ustedes están prestos para sostenerla? Ya
conocen mi correo.

Así que aseverar que todo día de adoración, y en este caso, el día de comer la Mesa del
Señor, era un día necesariamente de reposo, tiene serias implicaciones pragmáticas,
además de carecer, primero de evidencia apostólica directa, y segundo histórica, pues se
sabe por el registro lucano que la Cena se tomaba el primer día, pero la iglesia judía seguía
reposando el séptimo día.

218
La evidencia muestra que el día de comer la mesa del Señor no se convirtió en un día de
reposo. Y nuevamente, si se argumenta que el día fue cambiado del séptimo al primero
¿Qué evidencia presenta el hermano Waldron al respecto de este cambio?

Ahora bien, si como dice Waldron: “un día de adoración que no fuera día de reposo sería
incomprensible para los apóstoles”, entonces, necesariamente la iglesia judía, liderada por
ellos, ahora reposaría dos días seguidos, el séptimo, el día ordenado en la ley, y el primero
de la semana. ¿Tiene sentido? ¿Tiene apoyo histórico esta práctica? Y si no fuera así,
entonces se debería a que los apóstoles reposarían el domingo y no el séptimo día. Bueno
¿qué evidencia muestra Sam de este cambio?

En cuarto lugar, nótese que es una premisa preconcebida la que propone mi hermano
Sam de que los apóstoles no hubieran podido comer la mesa del Señor sin hacer de ese
día, un día de reposo. Y esto lo digo porque en realidad no existe una filosofía apostólica
que mencione que esa era la concepción de ellos. Ni siquiera Salomón, ni Ester ordenaron
que se celebrase un diferente día de reposo, aparte del que había sido designado por Dios
en la Ley.

Además, comer la Mesa del Señor, partir el pan, no requiere que sea un día de reposo,
pues recordemos al Señor partiendo el pan con sus discípulos el mismo día de su
resurrección:

Luc.24.29-31 “Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque
se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que
estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.
Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista”

¿Necesariamente para partir el pan se requiere que tal día sea un día de reposo? La
evidencia bíblica no lo sostiene. El Señor visitó a sus discípulos y comió con ellos, un día
después del día de reposo, y no, no se dice que el Señor insinuó que ahora tendrían dos
días de reposo seguidos, o que el primer día de la semana remplazaría al sábado como día
de reposo.

Y finalmente, aun si en realidad el domingo es un día de reposo, por cuanto los apóstoles
ordenaron que así fuera, o lo entendieron, entonces ¿sucedió el domingo al sábado?
¿Entendieron los apóstoles que el séptimo día fue sustituido por el primero? Si la
respuesta es afirmativa ¿cuál es la evidencia?

Entonces nótese que Waldron, hace proposiciones que no son en realidad bíblicas,
coherentes, armónicas, exegéticas e históricamente sostenibles. Ese es el punto de mi

219
hermano. Él solamente propone, pero no da evidencia. Y en realidad, se precisa de
evidencia para poder crecer en la verdad.

Mi propuesta ante la proposición que hace Sam Waldron es que los apóstoles y las iglesias
fundadas por ellos, comían la mesa del Señor el primer día de la semana, día que no era
un día de reposo, y menos un día que reemplazó al séptimo día.

 “En segundo lugar, el día del Señor es un día santo y, por tanto, debe apartarse de
trabajos cotidianos y apartarse para la adoración. Esto es lo que requiere la
santificación del día. Tal día es, sin embargo, claramente un día de descanso. En
tercer lugar, nadie puede tomar parte en la adoración publica sin, al menos
durante una o dos horas, descansar de sus trabajos seculares” Énfasis mío

Ante este segundo argumento de que el primer día de la semana es un día de reposo,
quiero decir algunas observaciones.

La primera es nuevamente acerca del título que Sam aplica para el primer día de la
semana. El lo llama “el día del Señor”. Pero ¿con qué derecho lo hace? ¿Bajo que
evidencia canónica, histórica (bíblica) y apostólica lo hace? Sam no ha dado ni una sola
razón por la que al primer día de la semana se le pueda llamar con justicia “el día del
Señor” ¿Alguien podrá?

La segunda, es que Sam sostiene que “el día del Señor es un día santo” Bien ¿por qué el
primer día de la semana es santo? Recuerden que Sam basa su argumento del día del
Señor como santo apelando a dos razones más: Que la frase “el día del Señor” hace
alusión a “mi día santo (día de reposo)” y a “Señor del día de reposo”; y la otra es que “el
día del Señor” como es un día que pertenece al Señor, que es suyo de manera especial,
también puede ser calificado como el día al que Dios dieciséis veces en la Escritura se
refirió a “mis días de reposo”.

Hermanos, veamos que la teoría que construye nuestro hermano Sam se sostiene sobre
premisas erráticas. La primera de ellos, respecto a las razones que acabo de mencionar es
que “el día del Señor” en vez de hacer alusión a “mi día santo (el séptimo día)” y “Señor
del día de reposo”, es análogo, sinónimo, y alusivo a las quince veces más que los
escritores bíblicos usan la expresión “el día del Señor”, y en estas ocasiones no se refieren
al día de reposo, sino al día escatológico de Cristo.

Así mismo Sam hace una peripecia exegética (eiségesis) al aplicar una frase que es
característica del día de reposo, “mis días de reposo” y “Señor del día de reposo” al “día
del Señor”, y de esta manera toma una frase que el autor nunca relacionó con el primer

220
día de la semana, y lo aplica a éste, y eso sin tener evidencia sostenible y verificable de
que “el día del Señor” sea el título apropiado para el primer día de la semana.

Por eso la teoría de Sam sobre el día del Señor es una construcción de premisas erráticas
sobre otras premisas erráticas. Retiras la base con la evidencia canónica, y toda ella, se
cae. Lo digo respetuosamente.

Así que la aplicación “por tanto, debe apartarse (el primer día de la semana) de trabajos
cotidianos y apartarse para la adoración. Esto es lo que requiere la santificación del día.
Tal día es, sin embargo, claramente un día de descanso” Es una aplicación que no es
sostenible en la teología apostólica y canónica. Es una propuesta de Sam y de muchos
antiguos cristianos. El primer día de la semana no se le llamaba “el día del Señor”; Juan no
hizo alusión con su frase a “mi día santo” y/o “Señor del día de reposo”; tampoco Dios al
referirse a “mis días de reposó” lo hizo respecto al primer día de la semana. Por tanto, la
idea de que el primer día de la semana es un día de reposo, es una idea de Sam y por
supuesto, es la consecuencia de su adhesión a la CBFL en este punto.

 “En tercer lugar, nadie puede tomar parte en la adoración publica sin, al menos
durante una o dos horas, descansar de sus trabajos seculares”

De acuerdo a la evidencia científica que tenemos, nuestra literatura canónica, la iglesia de


Troas (y con mucha probabilidad las demás) se reunió el primer día de la semana, en un
horario nocturno:

Hec.20.7-12 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo
les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.
Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un joven llamado
Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto
Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado
muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis,
pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente
hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados”

Desde esta perspectiva, los hermanos no necesitaron reposar el primer día de la semana
para poder acudir en la noche a partir el pan. No es improbable, sino más bien la cosa más
segura, que los hermanos gentiles de la ciudad de Troas y los hermanos judíos de esta
misma iglesia, trabajaron toda la jornada y en la noche, sin interrumpir alguna actividad,
se reunieron para comer la mesa del Señor.

221
Y esto mismo lo reconoce Sam, pues él no dice que para adorar el primer día de la
semana, hay que dejar de trabajar todo el día, pues la reunión cristiana no dura todo el
día, y por tanto, él mismo menciona “una o dos horas de cesar el trabajo secular”.

Ahora bien, recordemos que este es el tercer argumento por el que Sam dice que el
primer día de la semana debe ser un día de reposo: Porque una persona necesita una o
dos horas de cesación de labores para adorar a Dios en este día.

Hermanos, en nuestra iglesia se acostumbra actualmente hacer reuniones entre semana,


para estudiar la palabra, orar, de milagros, en fin, y nuestros hermanos necesitan apartar
este tiempo de su agenda laboral ¿por esto ya es un día de reposo? El argumento tercero
de Sam, en mi humilde opinión, no viene al caso.

Por tanto, habiendo analizado los tres argumentos que presentó Sam Waldron para
sostener que “el día del Señor”, o sea, el primer día de la semana es necesariamente un
día de reposo, he expuesto que tales fundamentos apelan a la eiségesis y no al trato de los
textos y las frases bíblicas en sus respectivos contextos, y no solo eso, sino que extrayendo
las frases de la Escritura para aplicarlas en otros contexto, ignora la evidencia que apunta
en otra dirección: Hay un día de reposo bien claro, el séptimo día; el primer día de la
semana era el día en que ordinariamente se reunía la iglesia a comer la mesa del Señor; el
día del Señor es el día escatológico de Cristo.

Por eso, el primer día de la semana no es un día de reposo.

 “Ahora es evidente por qué el día del Señor debe considerarse como el día de
reposo. La institución del día de reposo en la Creación, la inclusión del día de reposo
en el Decálogo y la continuación del principio del día de reposo en el día del Señor
lo demanda. Esta es la razón por la que no debemos preocuparnos cuando alguien
dice: “El término “día de reposo” siempre se refiere al día de reposo judío en el
Nuevo Testamento”. Por supuesto, el día de reposo en la Biblia se refería al día de
reposo del séptimo día. Este se había referido a esta ordenanza durante cuatro mil
años. Sobre la base de la evidencia que acabamos de citar, sin embargo debemos
distinguir entre la ordenanza judía del día de reposo, que está abolida, y el
concepto del día de reposo, que continua en el día del Señor. Esta distinción entre
la ordenanza del día de reposo y el concepto del día de reposo viene demandada
por su institución en la Creación, su inclusión en los Diez Mandamientos y el
significado mismo de la frase “Día del Señor””

222
Anteriormente Sam dio tres argumentos para sostener que el primer día de la semana era
un día de reposo para los apóstoles, y ahora procede a declarar, que el primer día de la
semana, no solo era un día de reposo, sino en realidad, es “el día de reposo”.

Sam ¿Desde cuándo se convirtió para los apóstoles del Señor el primer día de la semana
como el día de reposo? ¿Puedes abrirnos la Escritura y enseñarnos? ¿Ustedes pueden?

Sam, por supuesto, no puede apelar a los textos bíblicos, entonces apela a las premias
teológicas, y en este caso a tres: “Ahora es evidente por qué el día del Señor debe
considerarse como el día de reposo. La institución del día de reposo en la Creación, la
inclusión del día de reposo en el Decálogo y la continuación del principio del día de reposo
en el día del Señor lo demanda.

Entonces sigamos el razonamiento de Sam y sus tres fundamentos para mantener que el
día del Señor debe considerarse como el día de reposo.

La primera apelación es a “La institución del día de reposo en la Creación”. Hermanos, Dios
en la creación no bendijo un día de reposo, sino también el día específico de reposo: El
séptimo día.

La segunda apelación es a “La inclusión del día de reposo en el Decálogo” Hermanos, en el


Decálogo, Dios no ordenó reposar un día a la semana, sino que dio claramente la
instrucción del día para reposar, el mismo día que él reposo: El séptimo día.

La tercera apelación es a “La continuación del día de reposo en el día del Señor”.
Hermanos, ¿cuál es la evidencia que ha dado Sam de que “el día del Señor”, el primer día
de la semana, es el día que sustituyó al séptimo día? ¿La recuerdan? Leámosla de nuevo:
“Que Cristo resucitó el primer día de la semana, y que en este día entró en la gloria de su
reposo” ¿Recuerdan la evidencia escritural, canónica, apostólica, teológica de tal
asunción? No la hay. Es una propuesta especulativa de Sam. Al final, no hay evidencia
apostólica de que el primer día de la semana Cristo entró en su reposo, y por tanto, no hay
en realidad, ninguna evidencia de que el primer día de la semana haya sustituido al
séptimo día. Más bien la Escritura siempre fija el día de reposo en el séptimo día, pues esa
era la concepción de los autores bíblicos.

Por tanto, no existe lo que Sam llama “la continuación del día de reposo en el día del
Señor”.

Ahora bien, notemos como la teoría de Sam de que el primer día de la semana es el día de
reposo, en realidad descansa sobre un principio: “la continuación del día del Señor” pues
ni su primera apelación, ni su segunda apoyan su idea de un cambio de día, sino solo su
223
tercera apelación. Y hermanos, lo que quiero que notemos es entonces que la lógica de
Sam respecto al porqué el día del Señor debe ser considerado el día de reposo, es “porque
hay una continuación del día del Señor”. Y como su tercera apelación ya se mostró que no
es bíblica, exegética, apostólica, entonces, Sam no tiene en verdad evidencia para probar
que “el día del Señor “deba considerarse como el día de reposo.

 “Esta es la razón por la que no debemos preocuparnos cuando alguien dice: “El
término “día de reposo” siempre se refiere al día de reposo judío en el Nuevo
Testamento”. Por supuesto, el día de reposo en la Biblia se refería al día de reposo
del séptimo día. Este se había referido a esta ordenanza durante cuatro mil años.
Sobre la base de la evidencia que acabamos de citar, sin embargo debemos
distinguir entre la ordenanza judía del día de reposo, que está abolida, y el
concepto del día de reposo, que continua en el día del Señor. Esta distinción entre
la ordenanza del día de reposo y el concepto del día de reposo viene demandada
por su institución en la Creación, su inclusión en los Diez Mandamientos y el
significado mismo de la frase “Día del Señor””

Notemos hermanos, que el profesor Sam admite que “el día de reposo en la Biblia se
refería al día de reposo del séptimo día”. Sin embargo, él también prosigue haciendo una
aclaración: “Este se había referido a esta ordenanza durante cuatro mil años” Para Sam
Waldron, el término día de reposo había sido el término para referirse al séptimo día
desde la creación hasta Cristo, pues supongo que este es el periodo que él sostiene es de
cuatro mil años. Y continua con otra aclaración: “Sobre la base de la evidencia que
acabamos de citar, sin embargo debemos distinguir entre la ordenanza judía del día de
reposo, que está abolida, y el concepto del día de reposo, que continua en el día del Señor”

Primero que todo ¿cuál evidencia? Ya analizamos gran parte de la evidencia que Sam
presenta para sostener que el primer día de la semana se titula “el día del Señor”, y que
este día es un día de reposo, y que este día sustituyó al séptimo día como día de reposo, y
¿cuál fue el resultado? Ustedes ya lo han visto.

En segundo lugar, notemos cómo llama Sam al mandato divino del día de reposo: “la
ordenanza judía del día de reposo” Hermanos, de acuerdo a la CBFL, la ley del Sinaí no
obliga a los judíos únicamente a que se le cumpla, sino que es de orden moral para toda la
humanidad, es decir, todos, gentiles y judíos, están obligados a guardar el Decálogo, y eso
incluye el Cuarto Mandamiento. Así que la ordenanza del día de reposo, no es una judía,
sino, según CBFL, una para toda la humanidad. Desde esta perspectiva, la ordenanza del
día de reposo del séptimo día no puede estar abolida, ya que es una ley perpetua para
toda la humanidad.

224
En tercer lugar, Sam distingue entre el concepto del día de reposo y la ordenanza judía del
día de reposo. Bien, ¿En qué consiste la ordenanza judía del día de reposo? En efecto, en
el Cuarto Mandamiento, y en este mandamiento se ordenaba reposar el séptimo día
porque en él Dios mismo reposó:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Ahora bien, aparte del reposo de Dios del séptimo día y su mandamiento dado en el Sinaí
de reposar en el séptimo día ¿Qué otro concepto del día de reposo hay en la revelación
divina? Sam Waldron mismo lo explica: “y el concepto del día de reposo, que continua en
el día del Señor”

Entonces la respuesta de Sam a la cuestión de que en la Escritura y para sus autores el día
de reposo siempre había sido el séptimo se resume en que “el reposo del séptimo día fue
abolido” (lo cual contraría la CBFL, en la que el Decálogo es ley perpetua) y que ahora se
halla el concepto “del día del Señor” que también es un día de reposo, o mejor dicho el
nuevo día de reposo. Pero una vez más, ya vimos que el concepto del día de reposo en “el
día del Señor” es una idea que Sam mismo construye a partir de la descontextualización
de algunos textos bíblicos, lo cual conduce a una conclusión: No existe el principio del día
de reposo, “del día del Señor”. Lo que sí existe es un día de reposo en el que Dios
descansó: El Séptimo día; un día de reposo que Dios ordenó en el Sinaí; un primer día de la
semana en que Cristo resucitó (no que entró en su reposo) y en el que la iglesia se reunía
a comer la mesa del Señor; y un “día del Señor” que es el día en que él juzgará a vivos y
muertos. Eso es lo que nuestro canon revela.

6.4 Síntesis de la Doctrina del día del Señor según Sam Waldron

Espero ser lo más fiel posible al tratar de sintetizar la doctrina expuesta por Sam Waldron
respecto a este asunto: De acuerdo a Sam, en la creación Dios designó un día de reposo, el
séptimo día, pero cuando Cristo resucitó, éste inauguró una nueva creación y también
estableció un nuevo día de reposo ya que en él Cristo entró en su reposo, “su día de
resurrección”, este día se conoce (sin demostrar cómo y por qué) como “el día del Señor”,
y que era un día que en la mente de los apóstoles, habiendo sido abolido el día de reposo,
encarnaría el reposo establecido en la creación, pero ahora en el nuevo día dado en la

225
nueva creación: El primer día de la semana. Por tanto, este “día del Señor” es ahora el día
de reposo. Y así como el reposo del séptimo era algo moral, así lo es “el día del Señor”.

6.5 Síntesis de mi análisis

Mi análisis y postura ante la proposición teológica de Sam la puedo resumir así: Los datos
y los hechos canónicos permiten determinar cuál es el día de reposo, cuál era la realidad
acerca del primer día de la semana, cuál es “el día del Señor”, y a partir de ellos no es
posible admitir la doctrina de Sam Waldron. Nuestro canon no muestra que Cristo
inauguró una nueva creación, tampoco que él entró en su reposo en el día de su
resurrección, tampoco que los apóstoles hayan reposado el primer día de la semana,
tampoco que el día de reposo haya sido modificado, y tampoco que el primer día de la
semana haya sido denominado “el día del Señor”. “El día del Señor” que propone Sam
Waldron (La CBFL) no existe.

6.6 Implicaciones teológicas de la proposición de Sam Waldron

En primer lugar, vimos como Sam tuvo que negar lo que la CBFL sostiene respecto a la
moralidad y perpetuidad del ley escrita en el corazón de los hombres, pues él mismo negó
que en la ley dada al hombre por naturaleza se hubiera designado el día de reposo, lo cual
es sencillamente contradictorio a la CBFL, que enseña que la ley escrita en el corazón del
hombre es el Decálogo, y éste sí incluye y específica el día de reposo: El séptimo día
ordenado por el cuarto mandamiento.

En segundo lugar, vimos que Sam tuvo que apelar a un mandamiento dado por Dios que
era positivo, moral y perpetuo que consistía en “adorar y/o reposar un día en siete”, el
cual en realidad no existe, pues Dios nunca dio tal mandamiento. Y esto es preocupante
porque Sam (y otros que piensan idéntico a él) tuvo que poner en la boca de Dios un
mandamiento de “un día en siete como reposo y adoración”, lo cual no existe en la
Escritura, y sería, como dice el profeta: “Añadir a la palabra del Señor tu Dios”. Esto es
grave.

En tercer lugar, vimos los procesos exegéticos de Sam Waldron al aplicar frases que
correspondían a un tema (al día de reposo) a otro (el primer día de la semana)
descontextualizando el mensaje de los escritores bíblicos.

En cuarto lugar, vimos como al fin y al cabo mi hermano no tiene prueba alguna de que
Dios haya establecido un nuevo día de reposo, pues apela a una historia imaginaria de que
Cristo entró en su reposo en el día de su resurrección y que en este mismo día determinó
un nuevo día de reposo por haber inaugurado una nueva creación. Pero viendo que

226
ninguno de estos tres hechos es canónico, apostólico y bíblico, que Cristo el día de su
resurrección inauguró una nueva creación, que en este día él haya entrado en su reposo y
que haya establecido este día de su resurrección como día de reposo, la base del “día del
Señor” es un mito. Es en realidad, el mito del “día del Señor”. Además, que la evidencia de
la Escritura apunta en otra dirección, como se expresó en los cuatro primeros capítulos.

6.6.1 La implicación más seria de la Doctrina de la CBFL expuesta por Sam Waldron

Ahora bien, una de las implicaciones más profundas de todo este asunto, que en realidad,
considero la más profunda es la que tiene que ver la teología reformada acerca de la ley.
Permítanme enunciar la teología de la ley en la CBFL en premisas:

1. El Decálogo (al menos éste) fue escrito constitucionalmente en el corazón de todos los
hombres. CBFL, capítulo 19, artículos 1 y 2.

2. La ley moral (el Decálogo) obliga a todos los hombres a que se le cumpla. CBFL, capítulo
19, artículo 5.

Desde esta perspectiva ¿cuál es el día que debería reposar el ser humano? En efecto, el
séptimo día.

Entonces ¿qué pasa si el hombre no guarda el Cuarto Mandamiento? Infringe la ley y


comete pecado. Un serio pecado contra Dios como se ha testificado. Esta es la implicación
lógica y racional.

Ahora bien, permítanme enunciar la doctrina del día de reposo cristiano de la CBFL en las
siguientes premisas:

1. La ley natural (que es también el Decálogo) ordena reposar y adorar una proporción de
tiempo. CBFL, capítulo 22: 7

2. Dios designa ese tiempo por medio de un mandamiento positivo (añadido a la ley de la
naturaleza, porque en ella no es descrito), moral y perpetuo. CBFL, capítulo 22: 7

3. El mandamiento por el que Dios designa el día de adoración y reposo es el mandato de


“un día cada siete” CBFL, capítulo 22:7

4. El reposo ordenado en el cuarto mandamiento fue cambiado por el primer día de la


semana. CBFL, capítulo 22:7

Ahora bien, si en realidad existiera un cambio en el día de reposo (del séptimo al primero)
¿cómo podría modificarse la ley escrita constitucionalmente en el corazón del hombre que

227
le señala adorar específicamente el séptimo día? ¿No genera esto un conflicto entre lo
que hay en el corazón del hombre y lo que Dios designaría por un cambio al primer día? La
solución a este conflicto por Sam Waldron es magistral: Una nueva creación.

Si en verdad la ley dada en el Sinaí, Los Diez Mandamientos, fueron dados en el corazón
del hombre de manera constitucional, y así mismo esta ley obliga a todos los hombres a
que se le cumpla, entonces ¿por qué no reposamos el Shabbath? Si la respuesta es “el día
del Señor”, ya vimos que tal doctrina no solo no es bíblica sino que contradice la misma
Escritura, por lo que tal doctrina en realidad no existe, no hay tal “día del Señor” como
primer día de la semana.

Así que sostener la CBFL en este punto nos deja con tres opciones por tomar:

La primera es seguir los pasos de Sam Waldron: Proponer la doctrina del día del Señor que
descansa en una historia especulativa, y que niega (con la intención que nadie lo note) la
misma CBFL en cuanto a la moralidad y perpetuidad de la ley y de que ésta fue escrita en
el corazón del hombre. Ustedes vieron que eso fue lo que hizo Sam Waldron. Lo cual
implica erigir una doctrina sin sustento canónico y tener que negar la Confesión en su
cuanto a su declaración de la ley.

Intentar sostener la moralidad y perpetuidad del Decálogo a la par con el cambio de día de
reposo, genera un conflicto que lleva implícitamente a negar alguna de las dos premisas,
ya sea la moralidad y perpetuidad del Decálogo, ya sea el cambio de día de reposo. En
este conflicto cayó nuestro hermano Sam.

La segunda es seguir sosteniendo la perpetuidad, moralidad y escritura de la ley en el


corazón de los hombres, y que por tanto, y según la evidencia el día de reposo no ha sido
modificado. Esta posición hace justicia al capítulo 19 de la Confesión, es decir, tener
escrito el Decálogo en el corazón y cumplirlo como ley moral (pero no al 22, sostener el
cambio de día de reposo). Pero su implicación es tan pesada y seria, que abruma a la
cristiandad: “Hemos pecado infringiendo el reposo del séptimo día ¡Dios se apiade de
nosotros!”

Pero hay una tercera también, y es que, aceptando que no hay “día del Señor”, es decir,
no hay cambio de día de reposo, no obstante los seres humanos (a excepción de Israel)
sean inocentes respecto al Cuarto Mandamiento, es decir, que éstos no están obligados a
guardar Los Diez Mandamientos, y si no lo están, entonces tampoco son culpables ante la
ley del Sinaí.

228
El punto es que se debe replantear, mediante investigación científica, es decir en este
contexto “escritural” cuál sea la teología canónica y apostólica respecto a la ley y el ser
humano, incluyendo los creyentes.

¿Qué vía tomará ustedes?

229
7. COMENTARIO A LA PROPOSICIÓN DEL DOMINGO COMO DÍA REPOSO Y DÍA DEL
SEÑOR EXPUESTA POR EL PASTOR JOHN PIPER

7.1 Mis elogios a John Piper

Antes de entrar propiamente a mi comentario de una de las enseñanzas de este querido


pastor, deseo manifestar mi sincera admiración por el ministerio, la pasión y la dedicación
que este hermano tiene para con el Señor Jesucristo. Realmente, me siento indigno a su
lado, y mi pasión por Cristo junto a la suya, es como una profanación.

Así que me gozo en la vida y carácter de John, de quien he aprendido muchísimo, y de


seguro seguiré aprendiendo.

Gracias a Dios tenemos un maestro como John Piper en la iglesia, uno que se esfuerza por
trazar bien la palabra de Dios, y quien debido a este notable interés goza de un respeto y
consideración dentro del pueblo de Dios, aunque no en todos por supuesto. Pero al
menos en mí sí.

He querido comentar a John porque él es un hombre muy sabio y muy influyente en la


iglesia cristiana (esa es mi opinión), así que si puedo analizar la exegesis de mi hermano, y
logro, con la ayuda del Espíritu, mostrar debilidades en su proceso exegético en cuanto al
tema del “Día del Señor”, podría contribuir a la claridad de este asunto y por ende del
Evangelio de Cristo. Mi interés no es desprestigiar a John, sino echar leña al fuego, para
convocar a toda la iglesia cristiana a una reevaluación de algunas de nuestras teologías, en
realidad, de nuestro Evangelio.

Así que mi esperanza es que ojalá el mismo John pueda leerme (aunque está la barrera del
idioma), para poder debatir mucho más este importante asunto.

Por lo demás, reitero mi aprecio, admiración y mi oración por mi hermano John ¡Qué el
Señor siga dándole mucha sabiduría!

7.2 Comentario a Jhon Piper sobre “el día del Señor”

7.2.1 Primera Parte

“Romanos 14:1–9

“1Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones 2Uno tiene fe en que
puede comer de todo, pero el que es débil sólo come legumbres. 3El que come no
menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha
aceptado. 4 ¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o

230
cae, y en pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie. 5 Uno
juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté
plenamente convencido según su propio sentir. 6 El que guarda cierto día, para el Señor lo
guarda; y el que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para
el Señor se abstiene, y da gracias a Dios. 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo,
y ninguno muere para sí mismo; 8 pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos,
para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 9
Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los
vivos”

El versículo 5 plantea la pregunta más grande de la interpretación bíblica referente al Día


del Señor. Pablo dice: “Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los
días. Cada cual esté plenamente convencido en su propio sentir” ¿Quiere decir con estas
palabras, que los cristianos más firmes no consideran un día a la semana como separado
por Dios para la adoración colectiva, y para actos que consagran ese día como el Día del
Señor? ¿Sólo los cristianos débiles se sienten obligados a consagrar un día como especial
para el Señor? ¿Está Pablo diciendo que no importa si separamos un día o no, mientras
nuestra decisión esté motivada por la gloria de Dios?

Para responder a estas preguntas, quiero que a partir del texto de hoy, hagamos un
retroceso en las Escrituras y observemos la extensa representación bíblica del día del
Señor. Lo haremos de una manera breve y concisa, en forma de bosquejo, que podría
abarcar todo un libro.

LA SEMANA DE LA CREACIÓN

Comencemos con esta observación: Las semanas existen. Debemos considerarlas. Los días
existen porque son el tiempo que demora la rotación de la tierra. Los meses existen
porque son el tiempo que demora la luna en crecer y menguar. Los años existen porque
son el tiempo que demora la tierra en girar alrededor del sol. ¿Pero por qué existen las
semanas? Ellas no corresponden a ningún fenómeno de la naturaleza. La respuesta es que
las semanas existen por Génesis 2:2: “Y el séptimo día completó Dios la obra que había
hecho, y reposó el día séptimo de toda la obra que había hecho”. La Enciclopedia Británica
(artículo sobre “La semana”, 1911) dice: “Aquellos que rehúsan la lectura Mosaica no
sabrán, cómo… atribuirla [refiriéndose a la semana] a un origen que tiene mucha
apariencia de probabilidad”. En otras palabras, no son convincentes otros intentos de
explicar por qué reconocemos el tiempo en semanas. La semana nos remite a la historia
de la creación en la Biblia. Dios trabajó seis días y en el séptimo descansó. Aquí está
determinado el patrón de la semana.

231
LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Luego, en los Diez Mandamientos se hace referencia al sábado como el día de reposo.
Éxodo 20: 8-11:

“8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
10
más el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él obra alguna,
*…+ 11 Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos
hay, y reposó en séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó”

LA ENSEÑANZA DE JESÚS EN EL DÍA DE REPOSO

Cuando Jesús vino al mundo como el Mesías, el hijo de Dios, y como el cumplimiento de
todo lo que la ley y los profetas enseñaron, entró en conflicto con los fariseos sobre el día
de reposo. Este tema es abordado ampliamente en los cuatro evangelios. Juan 5:18 dice:
“Por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo violaba el día de
reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios”. Este
tema es muy extenso y está relacionado totalmente con las reclamaciones divinas de
Jesús, quién hizo ciertas declaraciones radicales que determinan la manera en que
debemos pensar sobre nuestra celebración del día del Señor.

Leamos Mateo 12:1-14: “1 Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los sembrados en el día
de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. 2Y
cuando lo vieron los fariseos le dijeron: “Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito
hacer en el día de reposo”. 3Pero él les dijo: “¿No habéis leído lo que hizo David cuando él
y sus compañeros tuvieron hambre, 4cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes
consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él sino solo a los
sacerdotes? *En relación con este tema, la misma historia Marcos 2:27 recoge: “Y él les
decía: El día de reposo se hizo para el hombre y no el hombre para el día de reposo”.+ 5 ¿O
no habéis leído en la ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el
día de reposo y están sin culpa? 6 Pues os digo que algo mayor que el templo está aquí. 7
Pero si hubierais sabido lo que esto significa: “Misericordia quiero y no sacrificio”, no
hubierais condenado a los inocentes. 8 Porque el hijo del Hombre es Señor del día de
reposo. 9 Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí un hombre que tenía
una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron diciendo: ¿Es lícito sanar en el día
de reposo? 11Y el les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si
esta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le hecha mano y la saca? 12Pues, ¡cuánto
más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer el bien en el día de reposo. 13
Entonces dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana

232
como la otra. 14 Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon contra él, para ver
cómo podrían destruirle”

Consideremos tres observaciones y luego, cinco declaraciones que Jesús hizo:

TRES OBSERVACIONES

Observación # 1: Cuando los fariseos acusaron a los discípulos de Jesús de violar la ley (en
el versículo 2) porque recogían espigas y las comían en el día de reposo, Jesús ni siquiera
intentó argumentar que recoger espigas y comerlas en ese día, no era una violación del
día de reposo. De hecho, la manera hipotética en que les respondió asumía que era una
violación de la ley.

Observación # 2: En los versículos 3 y 4 Jesús se refiere al rey David y a sus hombres


tomando el pan de la casa de Dios que no les era lícito comer, y en el versículo 5 se refiere
a los sacerdotes que trabajaban en el día de reposo y lo profanaban. En otras palabras, las
necesidades de los hombres de David y las necesidades del servicio del templo tuvieron
prioridad sobre el pan ceremonial y las reglas del día de reposo.

Observación # 3: Jesús sanó a un hombre con una mano seca en el día de reposo,
sabiendo que sus enemigos estaban tratando de atraparle. Intencionalmente provocó la
controversia.

CINCO DECLARACIONES

Jesús hace cinco declaraciones para explicar lo que está haciendo.

Declaración # 1: Versículo 6: “Algo mayor que el templo está aquí”. Y por deducción: «Uno
mayor que David está aquí. Si David y sus hombres, y los sacerdotes que servían en el
templo eran inocentes, cuanto más mis discípulos. Soy mayor que David y que el templo».

Declaración # 2: Versículo 8: “El hijo del hombre es Señor del día de reposo”. En otras
palabras: «No solo soy un rey más grande que David. Soy el creador, el dueño, y el dador
de las reglas del día de reposo. Ese día es mío».

Declaración # 3: Versículo 7: “Misericordia quiero y no sacrificio”. Esta cita de Oseas 6:6


nos dice que el amor tiene prioridad sobre las leyes ceremoniales. «Por tanto, vayan a
aprender cómo el Antiguo Testamento brinda directrices de cómo usar la ley
amorosamente».

Declaración # 4: Marcos 2:27: “El Día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre
para el día de reposo”. Esta declaración nos dice, de otra manera, que hacer el bien a las

233
personas, no atenta contra el día de reposo, aunque sacar un hombre de un pozo cueste
el sudor de nuestra frente. Lo cual está luego explícito en la próxima declaración.

Declaración #5. Versículo 12: “Por tanto, es lícito hacer el bien en el día de reposo”.

El resultado de todo lo anterior indica que indudablemente existe un día especial para los
seguidores de Cristo, pero que ciertamente, hay un nuevo tipo de libertad y un nuevo
criterio para lo que es permisible (como vimos en Oseas 6:6). Jesús no trató de esclarecer
si la conducta de sus discípulos se ajustaba o no, al modelo de la ley. El llevó el asunto a
una nueva dimensión: El día de reposo fue establecido para expresar el gobierno y la
autoridad de Jesús, no la de Moisés (creado para adorar a Cristo). El día de reposo fue
hecho para aliviar al hombre no para cargarlo. El día de reposo fue hecho para mostrar
misericordia y para hacer el bien”1

7.2.1.1 Mi análisis:

“El resultado de todo lo anterior indica que indudablemente existe un día especial para los
seguidores de Cristo”

Queridos hermanos, yo mismo estoy de acuerdo y leo idéntico a John Piper, de que Dios
creó las semanas, estableció un día de reposo, el cual fue hecho a causa del Hombre y no
viceversa, un día del cual Jesús es Señor, y un día en el que es lícito hacer bien ¿Cuál es ese
día? ¡Exacto! Nuestro hermano Jhon nos ha dado evidencia inequívoca sobre la identidad
de este día: El día de reposo, el séptimo día.

Así que si John con base en los textos que ha citado (Génesis 2, Ex. 20 y Mt 12) concluye
que “indudablemente existe un día especial para los seguidores de Cristo” ¿Cuál día es el
que apuntan los textos que él mismo está citando? ¡Así es! El séptimo día, el día de
reposo, el sábado. Entonces la implicación de John es que el día de reposo, el séptimo día
es un día especial para los seguidores de Cristo ¿No es lo que él está diciendo?

En este tratado no hago un análisis exhaustivo sobre el día de reposo, porque es algo que
debo abordar en otro texto, pero por ahora quiero decir que me siento cómodo con las
conclusiones que John hace sobre lo que es el día de reposo: “El día de reposo fue
establecido para expresar el gobierno y la autoridad de Jesús, no la de Moisés (creado para
adorar a Cristo). El día de reposo fue hecho para aliviar al hombre no para cargarlo. El día
de reposo fue hecho para mostrar misericordia y para hacer el bien”

234
7.2.2 Segunda Parte

“JUAN 5:16-17

Ahora considere a Juan 5:16-17. Jesús sanó un hombre en el día de reposo y le dijo en
Juan 5:8: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Esta orden puso al hombre en problemas
por el hecho de cargar su camilla en el día de reposo. En Juan 5:16 Juan escribe: “A causa
de esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en el día de reposo”. A lo
que dice (en el versículo 17): “Pero él les respondió: Hasta ahora mi padre trabaja y yo
también trabajo”.

¿Qué significa esta respuesta? Creo que tiene este significado: Cuando Adán pecó, Dios se
levantó de su descanso en el día de reposo, después de la creación, y comenzó a trabajar
nuevamente, (esta vez no en la creación, sino en la redención) con vistas a una nueva
creación, a una nueva humanidad. “Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo”.
«Ustedes no entienden lo que estoy haciendo. Mi padre y yo estamos creando un mundo
nuevo, una humanidad nueva, y cuando la terminemos, celebraremos con un nuevo día
de reposo».

Y este trabajo de redención y de nueva creación estuvo terminado definitivamente en la


cruz. Y tres días después Jesús resucitó de entre los muertos para celebrar la victoria que
había ganado, y la nueva creación que finalmente había obtenido e inaugurado. Ahora
podía sentarse con su Padre en el trono del universo y entrar en su Día de reposo”2

7.2.2.1 Mi análisis:

 “Esta orden puso al hombre en problemas por el hecho de cargar su camilla en el


día de reposo”

El hermano John reconoce que el día aquí en cuestión es el día de reposo, el séptimo día
para los judíos.

 “Pero él les respondió: Hasta ahora mi padre trabaja y yo también trabajo. ¿Qué
significa esta respuesta? Creo que tiene este significado: Cuando Adán pecó, Dios
se levantó de su descanso en el día de reposo, después de la creación, y comenzó a
trabajar nuevamente, (esta vez no en la creación, sino en la redención) con vistas a
una nueva creación, a una nueva humanidad”

“¿Dios se levantó de su descanso en el día de reposo?” Lo que está diciendo John es que
debido al pecado de Adán, Dios, quien había cesado el séptimo día de trabajar en la
creación, retomó labores, pero ahora en otra dimensión: La redención. Bien, ¿está
implicando John que después del sexto día, el séptimo día era un día permanente para

235
Dios? O sea que aunque ¿Adán aun en estado de gracia trabajara seis días a la semana,
Dios ya no seguía trabajando más después de la creación? Entonces lo que John está
implicando es que Dios entró en un reposo permanente después de su creación. Así que
Dios no reposaba cada siete días, sino que estaba en cesación de actividades
permanentes, a diferencia del hombre quien sí reposaba cada siete días. Interesante la
propuesta de John, solo que no hay evidencia bíblica que la sustente ¿o sí?

Yo estoy de acuerdo con lo que John dice, de que el Señor está trabajando hacía una
nueva humanidad, hacia una nueva creación, y lo hizo por medio de la encarnación de
Cristo, de su muerte sustituta, de su resurrección, del ministerio sacerdotal de Cristo en el
cielo, del llamado y obra de santificación del Espíritu, por medio de la venida de Cristo, del
juicio eterno y del establecimiento de la Nueva Jerusalén al fin de los días. Sí, Dios está
trabajando por una nueva humanidad.

 “Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo”. «Ustedes no entienden lo


que estoy haciendo. Mi padre y yo estamos creando un mundo nuevo, una
humanidad nueva, y cuando la terminemos, celebraremos con un nuevo día de
reposo».

En efecto, el Padre y el Hijo ahora están trabajando en la salvación de los hombres, una
nueva humanidad, una nueva creación. Esto es algo que se lee en el plan profético de
Dios:

Efe.1.9-10 “dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual


se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del
cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la
tierra”

Ahora bien, ¿Quién dijo que cuando esto termine, es decir, cuando el Hijo se sujete al
Padre en el fin, se celebrará con un nuevo día de reposo? ¿Esta idea de celebrar con un
nuevo día de reposo es profética, apostólica, bíblica, exegética, canónica? ¿Dijo esto
alguno de los profetas? ¿Mencionó esta idea el mismo Señor Jesús? ¿Insinuó está idea
alguno de nuestros apóstoles? Hermanos, la idea que plantea John no tiene fundamentos
proféticos, bíblicos, apostólicos exegéticos, ni canónicos. ¿Lo notan? Esta es su idea, no la
de Dios, Jesús, o algún escritor canónico.

Lo que John está enseñando es que Dios ha determinado establecer otro día de reposo,
uno que ya no sea a causa de la primera creación, sino de una segunda, de la nueva
creación, a causa de haber culminado su obra redentiva. Hermanos, nótese que nuestro
exegeta John está leyendo algo que el texto joanino no dice, sino que como él mismo lo

236
reconoce, es su explicación: “¿Qué significa esta respuesta? Creo que tiene este
significado”

Hermanos, John tiene el deber de tratar de dar un significado a la respuesta de Jesús, esa
es la labor pastoral y de predicación, solo que John, por lo que veo, aquí no hace uso del
primer recurso para encontrar una respuesta: El contexto inmediato del pasaje, luego el
libro, luego la literatura de Juan, luego el resto de literatura apostólica, y así entonces de
toda la Escritura.

Ahora bien, si John ya hizo ese largo proceso exegético ¿dónde está? ¿Por qué
deberíamos aceptar su interpretación cuando no ha dado evidencia de ello? Así que pido
humildemente a Jhon Piper brindar a la iglesia el proceso por el que él concluyó que la
respuesta de Jesús: “Mi Padre trabaja y yo también trabajo” apuntaba a la obra de
salvación y al establecimiento de un nuevo día de reposo. ¿No es correcto que lo haga?

Por tanto, la idea de John que él aquí plantea es especulativa y él no ha dado evidencia de
cómo y porqué es que eso puede ser verdad, que Dios haya querido establecer un nuevo
día de reposo.

En efecto, es lo que John cree que es el significado, pero su respuesta no la sustenta con la
Escritura ni con ideas apostólicas, porque en realidad, ningún apóstol ni algún profeta dijo
lo que John está enseñando.

 “Y este trabajo de redención y de nueva creación estuvo terminado definitivamente


en la cruz1. Y tres días después Jesús resucitó de entre los muertos 2 para celebrar la
victoria que había ganado,3 y la nueva creación4 que finalmente había obtenido e
inaugurado. Ahora podía sentarse con su Padre en el trono del universo 5 y entrar
en su Día de reposo6” Numerales añadidos por mí.

Revisemos los hechos que John plantea:

El primero es “la obra de la cruz”: “Consumado es” dijo Cristo, y así quedo registrado en
el Evangelio de Juan. Creo que ningún creyente hasta ahora podría negar este hecho de
que el pagó de nuestro pecado fue consumado en la cruz ¡Glorioso!

El segundo hecho es “que Jesús resucitó de entre los muertos”, y esto es innegable. Pues
sobre la resurrección de Cristo descansa nuestra fe, pues si Cristo no resucitó ¿qué sentido
tiene bautizarse por un muerto? Pero gracias a Dios, la verdad es que nuestro Señor está
vivo. ¡Aleluya!

El tercer hecho que John plantea es que “Jesús fue resucitado para celebrar la victoria
que había ganado”. ¿Qué victoria? La escritura señala que “Cristo triunfó sobre los

237
principados y potestades en la cruz” (Colosenses 2:14); también se dice que “el príncipe
de este mundo fue juzgado” (Juan 16) Sin duda el pago del pecado fue aceptado (Hebreos
10), así mismo “por medio de la muerte destruyó al que tenía el imperio de la muerte, al
diablo” (Hebreos 2) Fue declarado Sacerdote según el orden de Melquisedec (Hebreos 5).

Ahora bien, bien cierto es entonces que nuestro Señor venció en la cruz, eso es cierto,
pero no necesariamente la Escritura enseña que él se levantó para celebrar su victoria. Lo
que yo veo, es que él se levantó de los muertos para entrar en su gloria (que puede
implicar una victoria), la gloria eterna que le estaba prometida, para recibir su reino
prometido:

Luc.24.26. ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su
gloria?

Entrar en su gloria, en efecto puede ser parte de una celebración, no obstante, Jesús no se
levantó para celebrar, sino para seguir trabajando: Ahora enviará el Espíritu, y está
esperando que sus enemigos sean puesto bajo sus pies:

Heb.10.12-13 “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por
los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que
sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies”

Y el último enemigo será la muerte:

1Co.15.25-26 “Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos
debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”

Entonces, en efecto, puede ser que Jesús se levantó victorioso al tercer día, pero no
necesariamente su victoria está consumada, sino que los hechos bíblicos y proféticos
muestran que el Señor todavía tiene un mundo por conquistar y enemigos a los cuales
destruir, la victoria todavía no está completada.

El cuarto hecho que John plantea es “que Jesús se levantó para celebrar, aparte de la
victoria que había ganado (la cual es segura pero todavía no está completa), la nueva
creación que finalmente había obtenido e inaugurado”.

Querido John ¿qué creación obtuvo e inauguró Jesús con su resurrección? Por supuesto
no puede ser la creación del cielo y la tierra, porque el profeta afirma que la actual
creación todavía sigue gimiendo:

Rom.8.20-22 “Porque la creación (del griego ktisis) fue sujetada a vanidad, no por su
propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la

238
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los
hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores
de parto hasta ahora”

Entonces ¿cuál es la nueva creación que Jesús “obtuvo e inauguró”? Con el debido
respeto, pero en el Evangelio yo solamente leo de una nueva creación aparte de la que
nos espera cuando venga el Señor: La nueva creación que vienen a ser los creyentes en
Cristo:

2Co.5.17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura (kainos ktsis) es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”

Gál.6.15 “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una
nueva creación (kainos ktisis)”

Así que lo que Jesús obtuvo, en cuanto a nueva creación, es que los pecadores ahora
puedan ser nuevas criaturas, y esto es algo que se efectúa en virtud de la resurrección de
Cristo:

Col.2.12 “sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él,
mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos”

Así que en efecto, Jesús con su resurrección sí inauguró una nueva creación, o más bien,
con su resurrección se estableció el poder por el que se daría vida nueva a los pecadores:

Rom.6.4 “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin
de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva”

Pero una cosa es segura, Cristo resucitó hace dos mil años, pero nosotros no somos
hechos nuevas criaturas sino hasta que recibimos al Señor y somos bautizados. Ninguno
de nosotros fue hecho nueva criatura el mismo día que Jesús resucitó, sino que está
operación se efectúa en nosotros cuando creemos en el Señor:

Efe.2.4-8 “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas
de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”

239
Aunque en efecto, debo conceder que Jesús es las primicias de esta nueva humanidad
para Dios:

1Co.15.20-23 “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un
hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también
en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias;
luego los que son de Cristo, en su venida”

Así que en efecto, la resurrección de Jesús marca el comienzo del fin, el inicio del fin del
plan redentor de Dios.

Entonces cuando John afirma que Jesús se levantó de los muertos para celebrar la nueva
creación que había obtenido e inaugurado, tiene razón, porque la resurrección de Jesús da
luz a los seres humanos:

Hec.26.23 “Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los


muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles”

Pero si John se está refiriendo a una creación física, a una creación cósmica ¿tenemos que
creer sin evidencia y aun cuando los datos bíblicos dicen otra cosa al respecto? Porque
cierto es que todavía no hay nueva creación, sino que nosotros en el siglo XXI, seguimos
haciendo lo que nuestros hermanos del primer siglo hicieron:

2Pe.3.13 “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en
los cuales mora la justicia”

En realidad, hasta el día de hoy no hay nueva creación (aparte de la regeneración del
pecador), sino que todas las cosas permanecen como desde antaño:

2Pe.3.5-7 “Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la
palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua
subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la
tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego
en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos”

Jesús, no ha inaugurado ninguna nueva creación cósmica, ni la ha obtenido, sino que


todavía está aguardando el día cuando esta profecía se cumpla a cabalidad.

El quinto hecho que John menciona es que “Ahora podía sentarse con su Padre en el
trono del universo”

Esto no tiene debate teológico, me parece a mí:

240
Heb.1.3 “el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y
quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la
Majestad en las alturas”

Heb.10.12-13 “pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por
los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que
sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies”

Entonces el sexto y último hecho que afirma John sobre Cristo es que Jesús “Ahora podía
sentarse con su Padre en el trono del universo y entrar en su Día de reposo”

Hermanos, respecto a la obra de la cruz y de su resurrección, de su establecimiento a la


diestra de Dios (primer, segundo y quinto hechos declarados por John) hay evidencia
inequívoca de tales realidades. Con respecto a la celebración de Cristo en su día de
resurrección (tercer hecho), aunque no hay evidencia de tal cosa, de todos modos se
puede ver que su resurrección sí es una victoria. Con respecto a la idea de que Cristo
obtuvo e inauguró una nueva creación (cuarto hecho), bastante dificultades hay, al punto
que al menos yo, no acepto su idea de una nueva creación cósmica inaugurada el día de la
resurrección de Cristo y obtenida por él en su obra redentora.

Ahora bien, en los cinco hecho anteriores al menos hay textos bíblicos que los mencionan
(así no estén contextualizados), pero veamos ahora el último hecho que John plantea
sobre Cristo y su resurrección: “Ahora podía sentarse con su Padre en el trono del universo
y entrar en su Día de reposo”

Querido John, ¿nos puedes ayudar con algo de evidencia escritural sobre esta propuesta
tuya? ¿Nos ayudas con evidencia escritural, por favor?

Yo creo que Cristo entró en su gloria:

Luc.24.26. ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su
gloria?

1Pe.1.11 “escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que
estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que
vendrían tras ellos”

Pero ¿en qué consiste esta gloria? Yo puedo leer de muchas bendiciones que tiene Cristo
ahora:

- Toda potestad le ha sido dada en el cielo y la tierra (Mt. 28)

241
- A él están sujetos ángeles y potestades (1 Pe. 3)
- Es intercesor y abogado de los suyos (Ro. 8)
- Tiene un nombre sobre todo nombre (Fi. 2)
- Se ha sentado en el trono de su Padre (Ap. 3)
- Se ha sentado como Sumo Sacerdote implicando la culminación de su expiación
por el pueblo ¿Será este su día de reposo? (He. 10)

Pero lo que yo no encuentro en mi Escritura, es que Jesús haya entrado en “su día de
reposo” ¿Ustedes tienen algún indicio bíblico de tal cosa? Por favor permítanmelo saber.

Entonces, yo no solo no puedo aceptar el hecho que John propone de Cristo entrando en
su día de reposo porque no hay asidero bíblico para ello, ni siquiera teológico, pues no
sabemos cómo es que él llegó a descubrir esa gloria de Cristo, sino que afirmo que John
está enseñando algo extra-canónico, está enseñando una doctrina que no está en
nuestros textos apostólicos. Si la Escritura no da evidencia ni sustento de que Cristo al
sentarse en el trono haya entrado así en su día de reposo ¿De dónde saca John esta idea?
Es suya, y la misma especulación sostiene mi profesor Sam Waldron. ¿Lo recuerdan?

Es más, John afirma que al sentarse Jesús en el trono entró en su día de reposo ¿Qué día?
¿El día en que fue ascendido al cielo? ¿El día en que resucitó? ¿O un día simbólico de
reposo de su obra redentora? John no está enseñando el consejo de Dios, sino que está
exponiendo una idea suya, especulativa, sin asidero escritural.

Y finalmente, con el debido respeto, nuestro Señor no está en reposo, él está trabajando
actualmente en la salvación de su iglesia, gobernando en el cielo y la tierra y aguardando
el día cuando suprima todo poder y dominio y le entregue el reino al Padre.
Teológicamente hablando, Cristo no está en su reposo, sino que está obrando, “hasta
ahora el Padre y él trabajan”.

7.2.3 Tercera Parte

“LA IGLESIA PRIMITIVA Y EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA

Por esa razón la iglesia primitiva tomó el primer día de la semana como su día de
adoración y volvió la espalda al séptimo día. El séptimo día marcó la victoria de la primera
creación. El primer día marcó la victoria de la nueva creación con la resurrección de
Cristo”3

7.2.3.1 Mi análisis:

 “Por esa razón la iglesia primitiva tomó el primer día de la semana como su día de
adoración y volvió la espalda al séptimo día. El séptimo día marcó la victoria de la

242
primera creación. El primer día marcó la victoria de la nueva creación con la
resurrección de Cristo”

John, humildemente pregunto ¿acaso había una lucha en la primera creación como para
que el séptimo día fuera uno de victoria? ¿Venció Dios en el séptimo día? ¿A quién? Hasta
donde nosotros leemos nadie ha dicho que el séptimo día marcó la victoria de la primera
creación, sino que fue un día en que Dios reposó y bendijo tal día:

Gén.2.3 “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra
que había hecho en la creación”

Ahora bien, una vez más ¿a qué creación de refiere John con “nueva creación”? Si él se
refiere a la creación física, paralela a la creada en seis días, entonces John está diciendo
que con la resurrección de Cristo ya no solo se inauguró una nueva creación (lo cual podría
ser una idea aceptable) sino que incluso se marcó su victoria, cosa que a la luz de los
escritos proféticos no es verdad, sino que el evento que marcará la victoria de la Nueva
Creación es paradójicamente el día del Señor, es decir, cuando Cristo regrese y juzgue al
mundo y salve a su pueblo, cuando resucitemos con cuerpos gloriosos semejantes al suyo.

Y lo que es más, ¿cómo sabe John que los apóstoles vieron al séptimo día como la victoria
de la primera creación y al primer día, el día en que Cristo resucitó, como la victoria de la
nueva creación? Yo no encuentro evidencia en mi biblia sobre esa postura ¿la tienen
ustedes? Si muchos cristianos desean ver en el día de la resurrección de Cristo la victoria
de la nueva creación ¿quién soy yo para impedírselo? Yo solo digo que tal cosa pertenece
al culto personal y privado, y no constituye una doctrina para la iglesia. Al menos yo no
veo una celebración de la nueva creación en el día de la resurrección de Cristo. ¿Y
ustedes?

 “Por esa razón la iglesia primitiva tomó el primer día de la semana como su día de
adoración y volvió la espalda al séptimo día. El séptimo día marcó la victoria de la
primera creación. El primer día marcó la victoria de la nueva creación con la
resurrección de Cristo”

Jhon Piper, dice resueltamente: “Por esa razón la iglesia primitiva tomó el primer día de la
semana como su día de adoración y volvió su espalda al séptimo día” ¿A qué razón se
refiere John Piper? Necesariamente debe ser a la idea precedente:

“Y este trabajo de redención y de nueva creación estuvo terminado definitivamente en la


cruz. Y tres días después Jesús resucitó de entre los muertos para celebrar la victoria que
había ganado, y la nueva creación que finalmente había obtenido e inaugurado. Ahora
podía sentarse con su Padre en el trono del universo y entrar en su Día de reposo”
243
John entonces está implicando que los seis hechos descritos anteriormente suscitaron en
la iglesia primitiva el cambio de día de adoración. Déjenme decir algunas cosas al
respecto.

La primera, es que como vimos, la premisa de que Cristo entró en su día de reposo en la
resurrección sencillamente no es profética, bíblica, canónica, exegética y por tanto
tampoco es apostólica ni evangélica (del evangelio), sino que es una idea especulativa de
John, e idea que contradice los hechos que se pueden inferir del Evangelio: Que Cristo no
está en reposo, sino que todavía está trabajando por la salvación de los suyos, por
ejemplo, mediante su ministerio sacerdotal.

La segunda, es que no existe evidencia escritural de que la iglesia primitiva haya


considerado que Cristo entró en su reposo o que con su resurrección inauguró una nueva
creación (excepto el don de la regeneración - nuevo nacimiento - para los creyentes).

La tercera, es que si la premisa de que Cristo entró en su reposo no es cierta, entonces


tampoco la iglesia primitiva pudo haber considerado tal premisa para adoptar el primer
día de la semana como su día de adoración. La iglesia no pudo haber hecho lo que John
plantea (tomar el día de su adoración y dar la espalda al día de reposo), por el sencillo
hecho de que la iglesia no conoció la premisa que se plantea del “reposo de Cristo”.

La cuarta, es que de los seis hechos presentados por John Piper, solo uno de ellos
establece el fundamento para un cambio de día de adoración (según su teología). Porque
Cristo murió, resucitó, se sentó a la diestra del Padre, su resurrección fue una victoria suya
sobre la muerte y pudo ser vista como una victoria y hasta podríamos aceptar la idea de
una nueva creación inaugurada y obtenida por él (solo admitiéndola, no aceptando que es
verdad), pero ninguno de estos cinco hechos conllevan la necesidad moral y doxológica de
adoptar el primer día como día de adoración y darle la espalda al día de reposo. Me
explico: Uno podría seguir reposando el séptimo día, y aun así aceptar los cinco hechos
que he descrito anteriormente. Para sostener la necesidad del cambio de día de adoración
(realmente de reposo), el hecho fundamental es la especulativa “entrada de Cristo en su
reposo”.

La quinta cosa, es que aun si en realidad “Cristo entró en su reposo” (obviamente esto es
especulación), por esto no se obliga a que la iglesia judía dejara de reposar el séptimo día.
No hubo, ni hay indicación alguna de cambiar el día de reposo, aun si fuera cierto que
Cristo entró en su día de reposo. El Cuarto Mandamiento, observado por la iglesia judía,
prescribía todavía reposar el séptimo día.

244
La sexta, es que la proposición de John es especulativa, pues como se puede ver, él
obviamente no tiene evidencia escritural, apostólica, bíblica para sostener “por esta razón
(incluyendo que Cristo entró en su reposo) la iglesia primitiva tomó el primer día de la
semana como su día de adoración y volvió la espalda al séptimo día”. El no lo sabe
realmente, es solo su propuesta.

La séptima cosa que quiero anotar, es que John al afirmar que “por esta razón la iglesia
primitiva tomó el primer día de la semana como su día de adoración y volvió la espalda al
séptimo día”, implica que los apóstoles fueron los que tomaron esta decisión, ya que la
iglesia primitiva, fundada sobre la doctrina de los apóstoles, tuvo que tomar esta decisión
no porque algún obispo la haya enseñado sino porque los mismos apóstoles del Señor así
lo ordenaron y comunicaron. Entonces, hermanos, leyendo mi Escritura yo no encuentro
ni un solo indicio de que la razón por la que los apóstoles “adoptaron el primer día como
día de adoración y dieron la espalda al sábado” fuera la razón que John plantea.

Todo lo que yo veo en la Escritura son tres hechos bien claros: que el día de reposo era el
sábado; que nuestro Señor resucitó al tercer día de su muerte, un primer día de la
semana; y que la iglesia comía la mesa del Señor cada primer día de la semana. Ahora
bien, si con esos hechos ustedes, hermanos míos, concluyen que el día de reposo cambió,
está bien, ¿quién soy yo para impedírselo? Solamente que reconozcamos que no es una
enseñanza de los apóstoles, sino que es una idea de los creyentes, pero que
desafortunadamente no existe de ella sustento bíblico (no me refiero a versos, sino a una
teología armónica) y además niega e ignora lo que la Escritura sí dice al respecto. Ya he
mostrado la enseñanza de ella en cuanto a este asunto.

Así que yo no entiendo cuál es el proceso exegético por el que John puede conocer cosas
que los apóstoles no dijeron, no enseñaron, sino que incluso la Escritura no permite
inferir, como el cambio de día de reposo o de adoración.

 “Por esa razón la iglesia primitiva tomó el primer día de la semana como su día de
adoración y volvió la espalda al séptimo día. El séptimo día marcó la victoria de la
primera creación. El primer día marcó la victoria de la nueva creación con la
resurrección de Cristo”

Ahora bien, John también, en mi parecer, es demasiado rápido al emplear la palabra


“adoración”. Por supuesto, la iglesia adoraba el primer día de la semana, ella seguramente
oraba, leía la Escritura, profetizaban, y practicaban el amor, pero también hacían un
evento en particular: Comían la mesa del Señor.

245
Nuestra Escritura nos da un texto donde dice cuál era el propósito de la reunión del
primer día de la semana:

Hec.20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”

Entonces, como ha sido expuesto, la iglesia primigenia se reunía para adorar, sí, pero con
un evento en mente claro: La mesa del Señor.

La segunda cosa es que como tal el día de reposo no era un día de adoración, sino como
su mismo nombre lo específica era de reposo. Los judíos adoraban a Dios en el día de
reposo precisamente reposando de sus labores, eso era su adoración. La oración, la
lectura de la Tora y otras actividades de adoración, no eran normativas para que este día
fuera aceptado ante Dios, pues la cosa ordenada por el Señor era una: Reposar.

Además, los apóstoles no dieron la espalda al día de reposo, pues sabemos que ellos,
seguían guardando la ley, y no fue sino hasta que el Espíritu Santo reveló la inclusión de
los gentiles, que su estilo de vida se fue liberando y transformando en uno que ya no era
según la ley. ¿Me equivoco?

Así que en el mejor de los casos, John necesita explicar mucho más su sermón. Y si esto es
toda la evidencia que él tiene al respecto (yo no he encontrado más), entonces John está
usando los textos bíblicos para apoyar una idea que no es bíblica. Ese es el punto.

7.2.4 Cuarta Parte

“LA IGLESIA PRIMITIVA Y EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA

Por esa razón la iglesia primitiva tomó el primer día de la semana como su día de
adoración y volvió la espalda al séptimo día. El séptimo día marcó la victoria de la primera
creación. El primer día marcó la victoria de la nueva creación con la resurrección de Cristo.

Aquí tenemos algunas de las definiciones respecto al primer día de la semana:

En los cuatro evangelios se emplea una manera muy usual de expresar el primer día de la
semana, para describir el día de la resurrección de Jesús. Usualmente es traducido “En el
primer día de la semana” (Juan 20:1, Lucas 24:1, Marcos 16:2: Te de mia ton sabbaton, o
Mateo 28:1: eis mian sabbaton). Literalmente se leería: “el día número uno después del
sábado; o sea, el primer día en la secuencia de días determinados por el sábado” (Jewett,
The Lord’s Day, p. 75). Las palabras usadas para “primer” aparecen 150 veces en el Nuevo
Testamento. Y solamente en referencia al día de la resurrección tenemos este uso
peculiar.

246
¿Por qué es tan significativo este uso? Es significativo porque hay solo dos textos fuera de
los evangelios donde los escritores se refieren al primer día de la semana como especial
para la iglesia, y en esos dos textos se manifiesta ese uso peculiar. Hechos 20:7: “En el
primer día de la semana [en de te mia tonsabaton], cuando estábamos reunidos para
partir el pan, Pablo les hablaba, pensando partir al día siguiente”. 1ra a los Corintios 16:2:
“El primer día de la semana *kata mian sabattou], cada uno de vosotros aparte y guarde
según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas”.

Este uso es simplemente sorprendente desde un punto de vista estadístico. Hay más de
150 usos de la palabras “primer” (aún “primer día”) que no se refieren al primer día de la
semana (Por ejemplo: Mateo 26:17; Marcos 14:12; Hechos 20:18; Filipenses 1:5) y solo en
referencia al primer día de la semana, como día de congregación cristiana, está la forma
idéntica y extraordinaria, empleada para describir el día que Jesús resucitó de entre los
muertos.

La cuestión es que la iglesia cristiana cambió el séptimo por el primer día con vistas a la
adoración porque ese fue el día en que el Señor Jesús resucitó de entre los muertos (el día
que vindicó la obra redentora de su Padre). La nueva creación, la nueva humanidad,
fueron compradas y establecidas (pero no consumadas)”4

7.2.4.1 Mi análisis:

 “Aquí tenemos algunas de las definiciones respecto al primer día de la semana: En


los cuatro evangelios se emplea una manera muy usual de expresar el primer día
de la semana, para describir el día de la resurrección de Jesús. Usualmente es
traducido “En el primer día de la semana” (Juan 20:1, Lucas 24:1, Marcos 16:2: Te
de mia ton sabbaton, o Mateo 28:1: eis mian sabbaton). Literalmente se leería: “el
día número uno después del sábado; o sea, el primer día en la secuencia de días
determinados por el sábado” (Jewett, The Lord’s Day, p. 75). Las palabras usadas
para “primer” aparecen 150 veces en el Nuevo Testamento. Y solamente en
referencia al día de la resurrección tenemos este uso peculiar”

En efecto, estoy plenamente de acuerdo con que eis mian sabbaton o te de mia ton
sabbaton, es la forma de llamar en la literatura canónica al día después del sábado. Sin
embargo, la traducción literal que propone Jewett no necesariamente es la preferible ¿Por
qué lo digo?

La traducción usual al español es: “El primer día de la semana”

Y Jewett propone: “El primer día en la secuencia de días determinados por el sábado”

247
Ahora bien, ¿son la misma cosa ambas traducción? Miremos este verso:

Luc.18.10-12 “Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias
porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este
publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano”

En el versículo doce se dice específicamente esto: “ayuno dos veces a la semana


(sabbaton), doy diezmos de todo lo que gano”

Ahora bien, en griego encontramos esto: “nesteuo dis jo sabbaton apodekatoo pas hosos
ktaomai”

En esta frase Lucas, escritor del Evangelio y de los Hechos apostólicos empleó una palabra
particular: sabbaton. Palabra que él mismo usa en dos contextos más:

Luc.24.1 “El primer día de la semana (sabbaton), muy de mañana, vinieron al sepulcro,
trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con
ellas”

Hec.20.7 “El primer día de la semana (sabbaton), reunidos los discípulos para partir el pan,
Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la
medianoche”

¿Será que Lucas usó esta palabra en Lucas 24 y Hechos 20 con el significado de semana,
pero en Lucas 18, con otro significado o viceversa? Juzguen ustedes.

Así que nuestra traducción clásica da al punto: “El primer día de la semana”

Y en efecto, es que la semana tiene siete días (aunque no en todas las culturas ni en todas
los días tienen los mismos nombres, esto lo ampliaré luego), comienza con el primer día y
termina con el séptimo, y luego del séptimo, no viene el octavo, sino que si estamos
hablando de semanas, entonces el ciclo comienza de nuevo con “el primer día de la
semana”, en la que el sábado es el día que la determina.

Entonces: El primer día de la semana, es en efecto, el primer día de una semana que tiene
siete días, y es el día que sigue después del séptimo, el que se llama reposo, o en griego
sabbaton.

 “Las palabras usadas para “primer” aparecen 150 veces en el Nuevo Testamento. Y
solamente en referencia al día de la resurrección tenemos este uso peculiar.
¿Por qué es tan significativo este uso? Es significativo porque hay solo dos textos
fuera de los evangelios donde los escritores se refieren al primer día de la semana

248
como especial para la iglesia, y en esos dos textos se manifiesta ese uso peculiar.
Hechos 20:7: “En el primer día de la semana [en de te mia ton sabaton], cuando
estábamos reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba, pensando partir al día
siguiente”. 1ra a los Corintios 16:2: “El primer día de la semana *kata mian
sabatton], cada uno de vosotros aparte y guarde según haya prosperado, para que
cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas””.

En efecto, entonces Lucas, Mateo y Marcos, y también Juan, llaman al día en que resucitó
Jesús: de mia ton sabbaton.

Y también Pablo, usa una construcción tan similar, que se traduce como el primer día de la
semana: “kata mia sabbatton”

Entonces, los hechos muestran que en los autores bíblicos y seguramente en los lectores
de las cartas y textos apostólicos, o sea en la iglesia de la era apostólica, se sabía que Jesús
había resucitado el primer día de la semana, y también que el primer día de la semana la
iglesia se reunía a comer el pan.

¿Hay algo más que concluir? Para Jewett y John sí:

 “Este uso es simplemente sorprendente desde un punto de vista estadístico. Hay


más de 150 usos de la palabras “primer” (aún “primer día”) que no se refieren al
primer día de la semana (Por ejemplo: Mateo 26:17; Marcos 14:12; Hechos 20:18;
Filipenses 1:5) y solo en referencia al primer día de la semana, como día de
congregación cristiana, está la forma idéntica y extraordinaria, empleada para
describir el día que Jesús resucitó de entre los muertos”

¡Maravilloso! ¿No es verdad? Claro que sí. Déjenme hacer solo un aporte.

Los cuatro textos que brinda John de “primer día” son los siguientes:

Mat.26.17 “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a
Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua?”

Mar.14.12 “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el
cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar
para que comas la pascua?”

Hec.20.18 “Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre
vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia”

Fil.1.5 “por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora”

249
Si hay más ejemplos de “primer día” los espero con gusto. Aunque supongo que son
similares, y ya veremos el porqué digo esto.

Según el primer texto, que es el mismo contexto que el de Marcos 14:12, en Mateo 26:17,
se le pregunta al Señor sobre la comida de la pascua:

Mat.26.17-21 “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a
Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id
a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa
celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y
prepararon la pascua. Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras
comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar”

Bien, hermanos, la pregunta de un millón de dólares ¿qué día de la semana era “el primer
día de la fiesta de los panes sin levadura”? ¿Era un sábado? Obvio que no. ¿Era un primer
día de la semana (un domingo)? Obvio que no. ¿Entonces cuál era? Si no estoy mal, y pido
corrección, nuestro Señor fue entregado un jueves en la noche (quinto día de la semana),
luego el viernes (sexto día) fue sepultado, el sábado (séptimo día de la semana)
permaneció en la tumba y se levantó el domingo (el primer día de la semana).

Lo describiré de la siguiente manera para comprenderlo, ya que la cultura judía tiene una
manera diferente de la nuestra de contar los días:

De tarde del miércoles a tarde del jueves: El quinto día


De tarde del jueves a tarde del viernes: El sexto día
De tarde del viernes a tarde del sábado: Séptimo día
De tarde del sábado a tarde del domingo: Primer día de la semana

Entonces Jesús resucitó “el primer día de la semana” que es diferente al primer día de la
fiesta de los panes sin levadura, que podía llegar a celebrarse cualquier día, según
coincidiera ese año:

Lev.23.5-6 “En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de
Jehová. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a
Jehová; siete días comeréis panes sin levadura”

Es decir, que el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, la cual duraba siete días,
podía ser iniciada el primero, el segundo o incluso el séptimo día de la semana. Lo
importante era que se hiciera a los catorce y quince días del mes primero.

250
Yo les pido a ustedes que el tercer día de Mayo celebren por una semana mis cumpleaños.
Bien, el tercero de Mayo puede ser un año un Lunes, el siguiente año será el Martes, si es
bisiesto, entonces el Jueves, y así sucesivamente.

Entonces “el primer día de la fiesta de los panes sin levadura” no es el nombre del día de
la semana, sino que es el nombre de un periodo diferente: El primer día de una fiesta que
dura siete días.

Veamos el otro texto:

Hec.20.18 “Cuando vinieron a él, les dijo: Vosotros sabéis cómo me he comportado entre
vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia”

Bien ¿qué día de la semana Pablo entró en Asia? ¿El primero, el segundo, el tercero?
¿Cuál? ¿Lo saben? Por supuesto que no. Pablo pudo entrar un lunes, un martes, un
viernes, o incluso un día de reposo a Asia.

Si Pablo hubiera querido decir que él entro en Asia un primer día de la semana, pues
entonces Pablo hubiera señalado tal día con su título: El primer día de la semana.

Así que “primer día” en este contexto es una manera de hablar pero no señala cuál día es
en particular.

Fil.1.5 “por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora”

Este ejemplo es idéntico al anterior. ¿Desde cuándo los filipenses entraron en comunión
con Dios y por ello con Pablo? ¿Qué día recibieron ellos el Evangelio? ¿El primer día de la
semana? ¿El tercero? ¿El séptimo?

Notemos hermanos, que la diferencia entre “el primer día de la semana” y “el primer día
de otro periodo” es de título: Una cosa es decir “el primer día que comencé a escribir mi
tratado” y otra “el primer día de la semana comencé a escribir mi tratado”

Así, Jesús no resucitó cualquier “primer día” sino “el primer día de la semana” y también la
iglesia primitiva no se reunía el primer día de cada mes, o el primer día de invierno, sino el
primer día de la semana. Ese es mi aporte.

Por eso, John y Jewett están en lo cierto cuando afirman que hay muchos “primer” y aun
“primer día” y que solo “primer día de la semana” hace referencia al día en que Cristo
resucitó y al día en que la iglesia comía la mesa de Cristo, porque “primer día de la
semana” en nuestra literatura canónica es el nombre ordinario del día que seguía al
sábado, el cual en nuestra cultura latinoamericana llamamos Domingo.

251
Así que lo que está diciendo John no prueba nada. Solo nos ayuda a aclarar que una cosa
es “primer día”, y otro concepto es “el primer día de la semana”. Cierro con este ejemplo:
“Desde el primer día en que comencé a escribir este tratado me sentido emocionado
haciéndolo” ¿Qué día de la semana comencé a escribir? Obviamente, no se sabe.

“El primer día de la semana comencé con el capítulo tercero y lo concluí en cuatro días”
¿Qué día comencé el capítulo tercer? Por supuesto, el primero de la semana, que en
nuestra cultura latinoamericana, podría ser bien un Domingo o un Lunes.

Así que hemos recordado algo que es obvio en la Escritura: Jesús resucitó el primer día de
la semana, y la iglesia se reunía cada primer día de la semana.

7.2.5 Quinta Parte

“CRISTO ES NUESTRO DÍA DE REPOSO FINAL

Así que ha comenzado el día de reposo final, eterno y comprado por sangre. Entramos en
él cuando cesamos nuestras obras y confiamos en Cristo y su obra culminante en la cruz
por nosotros. Aquí está el significado final y grandioso del día de reposo. Cristo se ha
convertido en nuestro descanso, en nuestro día de reposo. Hebreos 4:9-10 lo confirma
cuando dice: “Queda por tanto un reposo sagrado para el pueblo de Dios. Pues el que ha
entrado en su reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las
suyas”. En este texto hay una referencia al tiempo pasado: hemos entrado. Pero luego el
escritor añade en el versículo 11: “Por tanto esforcémonos por entrar en ese reposo”. En
otras palabras, hemos entrado en ese reposo, y todavía debemos hacerlo. La redención
está cumplida. Ahora, debe ser aplicada y consumada. Nuestro día de reposo eterno
comenzó pero no está completamente presente.

Probablemente por esa razón, la iglesia primitiva no abandonó la celebración de un día,


entre siete, como día especial del Señor. En Apocalipsis 1:10 se le llama, “el día del Señor”.
“Estaba yo en el Espíritu en el día de Señor”. Ellos sabían que el descanso eterno aún era
futuro. Todavía se necesitaba un día para testificar a un mundo auto dependiente y
autosuficiente de que nuestras obras no nos salvan o nos definen, Cristo es quien lo hace.

¿Qué es lo que Pablo quiere decir entonces, cuando escribe a los colosenses (en
Colosenses 2:16-17): “Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a
comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; 17 cosas que
solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo”? Pienso que
Pablo quiere decir que Cristo mismo es nuestro día de reposo final. “Venid a mí, todos los
que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Cristo ha venido y

252
ha comprado nuestro descanso, y se ha convertido en nuestro lugar de descanso. Nos ha
sido quitada la carga de salvarnos a nosotros mismos. Hay descanso para nuestras almas.

Pero la sombra permanece porque Cristo no ha regresado todavía. Un día no habrá más
semanas porque no habrá más noches, meses o años. El sol y la Luna no se necesitarán,
porque “el Señor Dios los iluminará” (Apocalipsis 22:5). Solo habrá día de reposo y no otro
día.

Pero todavía no probaremos el reposo final, sino solo en parte, a medida que confiemos
en Cristo. Por tanto, el principio del día de reposo no fue abandonado por la iglesia
primitiva. Cristo aún ofrece su sombra frente a este mundo cargado, es decir, el primer día
de la semana (el día del Señor). Y el significado de ese día es que Jesucristo ha resucitado,
Jesús es Señor, Jesús es creador, Jesús es redentor y en Jesús está el único descanso para
nuestras almas. El primer día es para adorar a Jesús. Es un día para expresar, mediante
nuestras acciones, que Jesús (no nuestras obras, ni el dinero que ganamos por nuestras
obras), es nuestro tesoro y nuestra razón de ser. Es un día especial para darle la honra y la
gloria al Señor. Es un día para la misericordia. Es un día especial para el hombre” 5

7.2.5.1 Mi análisis:

 “Así que ha comenzado el día de reposo final, eterno y comprado por sangre.
Entramos en él cuando cesamos nuestras obras y confiamos en Cristo y su obra
culminante en la cruz por nosotros. Aquí está el significado final y grandioso del día
de reposo. Cristo se ha convertido en nuestro descanso, en nuestro día de reposo.
Hebreos 4: 9-10 lo confirma cuando dice: “Queda por tanto un reposo sagrado para
el pueblo de Dios. Pues el que ha entrado en su reposo, él mismo ha reposado de
sus obras, como Dios reposó de las suyas”. En este texto hay una referencia al
tiempo pasado: hemos entrado. Pero luego el escritor añade en el versículo 11:
“Por tanto esforcémonos por entrar en ese reposo”. En otras palabras, hemos
entrado en ese reposo, y todavía debemos hacerlo. La redención está cumplida.
Ahora, debe ser aplicada y consumada. Nuestro día de reposo eterno comenzó pero
no está completamente presente”

Nuevamente hermanos míos, yo no veo que Jesús o los apóstoles hayan denominado un
nuevo día de reposo para el pueblo de Dios. No es que no quiera aceptarlo, es que no me
han dado evidencia bíblica, escritural o exegética, sino que solo me han ofrecido unas
ideas leídas en los textos escriturales que los mismo no dicen, y que son apoyadas con
versos bíblicos fuera de contexto.

Por ejemplo, he aquí uno de ellos:

253
John dice que Cristo es nuestro reposo, y en parte entiendo su punto, pues al hacernos
discípulos de Jesús, él quita ese yugo pesado del pecado de nuestros hombros, y nos
enseña a llevar el suyo:

Mat.11.28-30 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré


descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga”

Y John cita Hebreos 4:9:10 para confirmar su premisa de que Cristo es nuestro reposo:

Heb.4.9-10 “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado
en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas”

Respecto a lo cual John amplia su pensamiento:

“Aquí está el significado final y grandioso del día de reposo. Cristo se ha convertido en
nuestro descanso, en nuestro día de reposo. Hebreos 4:9-10 lo confirma cuando dice:
“Queda por tanto un reposo sagrado para el pueblo de Dios. Pues el que ha entrado en su
reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las suyas”. En este texto
hay una referencia al tiempo pasado: hemos entrado. Pero luego el escritor añade en el
versículo 11: “Por tanto esforcémonos por entrar en ese reposo”. En otras palabras, hemos
entrado en ese reposo, y todavía debemos hacerlo. La redención está cumplida. Ahora,
debe ser aplicada y consumada. Nuestro día de reposo eterno comenzó pero no está
completamente presente.

Probablemente por esa razón, la iglesia primitiva no abandonó la celebración de un día,


entre siete, como día especial del Señor. En Apocalipsis 1:10 se le llama, “el día del Señor”.
“Estaba yo en el Espíritu en el día de Señor”. Ellos sabían que el descanso eterno aún era
futuro. Todavía se necesitaba un día para testificar a un mundo auto dependiente y
autosuficiente de que nuestras obras no nos salvan o nos definen, Cristo es quien lo hace”

Hermanos míos, leamos por favor, el contexto del texto que cita mi hermano John Piper:

Heb.4.2-11 “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos;
pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: “Por tanto, juré en mi
ira, No entrarán en mi reposo”; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la
fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: “Y reposó Dios de
todas sus obras en el séptimo día”. Y otra vez aquí: “No entrarán en mi reposo”. Por lo
tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les

254
anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, otra vez determina un
día: “Hoy”, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: “Si
oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones”. Porque si Josué les hubiera dado
el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de
Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como
Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en
semejante ejemplo de desobediencia”

En primer lugar, el autor de Hebreos no es explicito (no lo dice) al decir que Cristo es
nuestro reposo. El dice que “queda un reposo para el pueblo de Dios” y lo hace en
conexión con la tierra prometida a la que Josué hizo entrar a Israel y al séptimo día. ¿Lo
notan? No hay mención alguna de que por la resurrección de Cristo, el primer día de la
semana se haya convertido en el día de reposo.

En segundo lugar, quiero que notemos el día indiscutible que el autor de Hebreos,
conecta con el reposo: El séptimo día. ¿Lo notaron?

En tercer lugar, notemos que el autor de Hebreos, menciona que “todavía queda un
reposo para el pueblo de Dios”, y el mismo autor menciona que Dios ha determinado un
día: “Hoy”, que ya no es el séptimo. Así que, según el autor de Hebreos si queda un reposo
para el pueblo de Dios no es el primer día de la semana, y ni siquiera el séptimo, sino que
es un futuro, cuando habiendo reposado de nuestras obras entremos en aquel reposo. Por
lo visto, todavía trabajamos, pero llegará el día en que reposemos de nuestras obras. Ese
es el punto que yo veo, todavía debemos seguir en la fe hasta el fin para entrar en el
reposo.

John dice que probablemente por ello, porque todavía queda un reposo es que “la iglesia
no abandonó la celebración de un día entre siete como día especial del Señor” Pero si la
iglesia primitiva habría de reposar un día por que “todavía que un reposo”, toda la
evidencia apunta a que el día de reposo ordinario fuera el séptimo día, no otro día.

 “Probablemente por esa razón, la iglesia primitiva no abandonó la celebración de


un día, entre siete, como día especial del Señor. En Apocalipsis 1:10 se le llama, “el
día del Señor”. “Estaba yo en el Espíritu en el día de Señor”. Ellos sabían que el
descanso eterno aún era futuro. Todavía se necesitaba un día para testificar a un
mundo auto dependiente y autosuficiente de que nuestras obras no nos salvan o
nos definen, Cristo es quien lo hace”

Queridos hermanos ¿desde cuándo Dios estableció un patrón de celebración de un día


entre siete como día especial del Señor? La respuesta más acertada sería, ya sea desde la
creación, o bien, desde el descenso del Mana en el desierto y ratificado en el Decálogo.

255
Entonces, si hay tal cosa como un día entre siete para celebrar (más bien para reposar)
¿cuál es ese día según nuestro Canon? Yo no veo otra respuesta que sea diferente al
Shabbath, al séptimo día. ¿Ustedes sí?

Ahora bien, cuidadosamente noten que John si prueba alguna, sin proceso exegético,
bíblico, analítico, sencillamente introduce la noción de que en “Apocalipsis 1:10 a este día
especial del Señor de celebración se le llama “el día del Señor””.

Bien, ¿cómo sabe John Piper que “el día del Señor” al que Juan se refiere en Apocalipsis
1:10 es “el primer día de la semana”?

Hermanos, John mismo está menoscabando su propio discurso, pues recordemos que
John Piper, citando a Jewett ha dicho que “extraordinariamente al único día que se le
llama “el primer día de la semana” (de mia ton sabbaton) es al día en que resucitó el Señor
Jesucristo y el día en que la iglesia se reunía a adorar”, entonces ¿desde cuándo la iglesia
de los apóstoles comenzó a llamar a este día, el primer día de la semana, también “el día
del Señor”? Hasta la fecha no hay evidencia alguna.

Si Juan se estaba refiriendo aquí con “el día del Señor” como “el primer día de la semana”,
es porque ya las iglesias de Asia denominaban así a tal día, y porque tal título para este día
era uno aprobado o usado por los apóstoles ¿Dónde está la evidencia de que así era? Por
nuestra Escritura no hay ninguna.

Más bien, como ya lo he expuesto con la Escritura, el día del Señor, el día que le pertenece
a él, el día en que Juan estaba (llegó a estar) en el Espíritu, es el día escatológico del Señor
Jesucristo.

 “Probablemente por esa razón, la iglesia primitiva no abandonó la celebración de


un día, entre siete, como día especial del Señor. En Apocalipsis 1:10 se le llama, “el
día del Señor”. “Estaba yo en el Espíritu en el día de Señor”. Ellos sabían que el
descanso eterno aún era futuro. Todavía se necesitaba un día para testificar a un
mundo auto dependiente y autosuficiente de que nuestras obras no nos salvan o
nos definen, Cristo es quien lo hace”

John dice que los creyentes del primer siglo sabían que “su reposo todavía era futuro”,
que “todavía se necesitaba un día para testificar a un mundo autodependiente”

Primero, ¿De dónde saca Jhon la idea de que “todavía se necesita un día para testificar a
un mundo auto dependiente y autosuficiente de que nuestras obras no nos salvan o nos
definen, Cristo es quien lo hace”? Yo sé que la predicación de la cruz de Cristo nos testifica
de que las obras de la ley no son aquellas por las que el hombre es justificado ante Dios, y

256
también sé que Dios es soberano en llamarnos a él para vida eterna, y también sé que
nuestras buenas obras dan testimonio a los hombres para que glorifiquen a Dios, pero lo
que no sabía es “que la iglesia todavía necesitaba un día para testificar de la gracia de
Dios”. No lo sabía, hasta ahora me entero y con el debido respeto ¿tienen evidencia
bíblica de ello? Seguro que no.

Hasta donde yo leo la Escritura, Dios no estableció un día a la semana “para testificar a un
mundo auto dependiente y autosuficiente de que nuestras obras no nos salvan o nos
definen, Cristo es quien lo hace” Lo que yo leo es que Dios comisionó a los apóstoles y
predicadores para anunciar el mensaje del Evangelio, que no incluye la orden de un día
para testimonio de la gracia de Dios a los hombres.

En segundo lugar, ¿por qué el primer día de la semana sería el día que la iglesia escogió
para adorar? John, como muchos podría contestar: “Porque Cristo resucitó en este día,
celebró su victoria, y la iglesia se reunía a adorar en este día” Y estos son dos hechos muy
ciertos, pero lo que yo no puedo admitir es que este día haya sustituido al día de reposo, y
no lo acepto por mala gana, sino por falta de evidencia bíblica, exegética y teológica, y que
incluso proponer un cambio de día de reposo contradice los hechos y datos claros de la
Escritura. Nada indica e insinúa que el día en que Cristo resucitó operó un cambio en el día
de reposo establecido en la creación y he expuesto que la teoría del reposo de la nueva
creación carece de sostén escritural e incluso es negada por la misma Escritura.

Tercero, si la iglesia tiene un día para testificar de que Cristo nos salva y no las obras de la
ley, en efecto, este el primer día de la semana, que en laEscritura no se llama “el día del
Señor”, sino “el primer día de la semana”. Y en este día la iglesia testifica de la gracia de
Cristo, no por el día en sí, sino por el evento que en tal se celebra:

1Co.11.23-26 “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor
Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de
mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del
Señor anunciáis hasta que él venga”

7.2.6 Sexta Parte

“¿Qué es lo que Pablo quiere decir entonces, cuando escribe a los colosenses (en
Colosenses 2:16-17): “Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a
comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; 17 cosas que
solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo”? Pienso que

257
Pablo quiere decir que Cristo mismo es nuestro día de reposo final. “Venid a mí, todos los
que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Cristo ha venido y
ha comprado nuestro descanso, y se ha convertido en nuestro lugar de descanso. Nos ha
sido quitada la carga de salvarnos a nosotros mismos. Hay descanso para nuestras almas.

Pero la sombra permanece porque Cristo no ha regresado todavía. Un día no habrá más
semanas porque no habrá más noches, meses o años. El sol y la Luna no se necesitarán,
porque “el Señor Dios los iluminará” (Apocalipsis 22:5). Solo habrá día de reposo y no otro
día.

Pero todavía no probaremos el reposo final, sino solo en parte, a medida que confiemos
en Cristo. Por tanto, el principio del día de reposo no fue abandonado por la iglesia
primitiva. Cristo aún ofrece su sombra frente a este mundo cargado, es decir, el primer día
de la semana “el día del Señor”. Y el significado de ese día es que Jesucristo ha resucitado,
Jesús es Señor, Jesús es creador, Jesús es redentor y en Jesús está el único descanso para
nuestras almas. El primer día es para adorar a Jesús. Es un día para expresar, mediante
nuestras acciones, que Jesús (no nuestras obras, ni el dinero que ganamos por nuestras
obras), es nuestro tesoro y nuestra razón de ser. Es un día especial para darle la honra y la
gloria al Señor. Es un día para la misericordia. Es un día especial para el hombre”6

7.2.6.1 Mi análisis:

 “¿Qué es lo que Pablo quiere decir entonces, cuando escribe a los colosenses (en
Colosenses 2:16-17): “Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con
respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de
reposo; 17 cosas que solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo
pertenece a Cristo”? Pienso que Pablo quiere decir que Cristo mismo es nuestro día
de reposo final. “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré
descansar” (Mateo 11:28). Cristo ha venido y ha comprado nuestro descanso, y se
ha convertido en nuestro lugar de descanso. Nos ha sido quitada la carga de
salvarnos a nosotros mismos. Hay descanso para nuestras almas.

Pero la sombra permanece porque Cristo no ha regresado todavía. Un día no habrá


más semanas porque no habrá más noches, meses o años. El sol y la Luna no se
necesitarán, porque “el Señor Dios los iluminará” (Apocalipsis 22:5). Solo habrá día
de reposo y no otro día”

Primero, miremos el contexto del verso que cita John:

Col.2.8-23; 3:1 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,
según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según

258
Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis
completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis
circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo
pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el
cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó
de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de
vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los
exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en
comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual
es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Nadie os prive de vuestro
premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto,
vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud
de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece
con el crecimiento que da Dios. Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los
rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos
tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y
doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la
verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del
cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Si, pues, habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de
Dios”

Personalmente en este pasaje no veo que Pablo haya insinuado la idea de que Cristo sea
nuestro reposo, ¿Ustedes la ven en él? Más bien, el argumento de Pablo es que los
bautizados han muerto con Cristo y han sido resucitados con él, han sido circuncidados
espiritualmente, y por ello, no necesitan someterse a preceptos como “no toques, no
manejes, no gustes”.

Y mucho menos Pablo acá implica lo que John enseña: “Cristo ha venido y ha comprado
nuestro descanso, y se ha convertido en nuestro lugar de descanso. Nos ha sido quitada la
carga de salvarnos a nosotros mismos. Hay descanso para nuestras almas”

Lo que Pablo dice es que Cristo es nuestra cabeza, que en él estamos completos, que en él
hemos muerto y resucitado, que en él hemos sido perdonados, pero no dice que “él es
nuestro reposo”.

Ahora bien, John dice que “la sombra todavía permanece” y que por eso es que todavía se
debe guardar un día hasta que Cristo regrese. La cuestión con esta interpretación es que

259
Pablo se refiere no solo a “días de reposo” sino a “comida o bebida y luna nueva”,
entonces si la sombra del día de reposo permanece ¿también lo hace la de la fiesta de
luna nueva y de comidas y bebidas?

No es justo exegéticamente entresacar la cuestión del día de reposo y argumentar que de


éste sí permanece su sombra, pero que en cuanto a los otros aspectos (comida y bebida,
días de fiesta y luna nueva) no. Así que si todavía permanece la sombra del día de reposo,
entonces también lo hace la sombra de la fiesta de luna nueva y de comidas y bebidas.

Así que la implicación de John es que la iglesia no solo necesitaría reposar un día, sino
también guardar las comidas y bebidas y también celebrar la luna nueva, aunque con
algunos cambios, por supuesto, porque son sombras.

Y finalmente, aun si Pablo en este pasaje está diciendo (cosa que no hace) que todavía
permanece la sombra de Cristo en el día de reposo, bien ¿cuál era ese día de reposo
establecido para la iglesia? ¿El primer día de la semana? ¿O el séptimo día?

 “Pero todavía no probaremos el reposo final, sino solo en parte, a medida que
confiemos en Cristo. Por tanto, el principio del día de reposo no fue abandonado
por la iglesia primitiva. Cristo aún ofrece su sombra frente a este mundo cargado,
es decir, el primer día de la semana “el día del Señor”. Y el significado de ese día es
que Jesucristo ha resucitado, Jesús es Señor, Jesús es creador, Jesús es redentor y
en Jesús está el único descanso para nuestras almas. El primer día es para adorar a
Jesús. Es un día para expresar, mediante nuestras acciones, que Jesús (no nuestras
obras, ni el dinero que ganamos por nuestras obras), es nuestro tesoro y nuestra
razón de ser. Es un día especial para darle la honra y la gloria al Señor. Es un día
para la misericordia. Es un día especial para el hombre”

John afirma: “Pero todavía no probaremos el reposo final, sino solo en parte, a medida que
confiemos en Cristo. Por tanto, el principio del día de reposo no fue abandonado por la
iglesia primitiva.”

Bien, ¿Mandato o principio? ¿El Cuarto Mandamiento ordenado en la ley de Dios de


reposar el séptimo día constituía un mandato o un principio? Por mandato me refiero a
algo que era normativo para Israel, era un deber sagrado y su desobediencia constituía
pecado categórico. Por principio me refiero a una práctica que es buena, justa, santa, y
agradable a Dios, pero que puede ser no puesta en práctica o que incluso puedes ser
contextualizada, y que por lo general no tiene el mismo peso moral de un mandato. ¿El
día de reposo es según Dios un principio o un mandato? Juzguen ustedes.

260
Ahora bien, puede que John no se esté refiriendo al Cuarto Mandamiento, sino al día que
bendijo Dios cuando terminó la creación:

Gén.2.2-3 “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de
toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de
toda la obra que había hecho en la creación”

Ahora bien, Dios al bendecir el séptimo día, no necesariamente estableció que este día
fuera normativo para Adán y la humanidad, o al menos no se nos dice explícitamente.
Pero si Adán y sus descendientes debían guardar el día de reposo, así fuera el principio del
día de reposo, no obstante estaba claro cuál día debían tomar para reposar.

¿Cómo sabe Jhon que existe “un principio del día de reposo”? ¿Será que con leer Génesis
él logra reconocer que la humanidad debería reposar un día en la semana? ¿O será que lo
logra reconocer por el Cuarto Mandamiento? Ojalá él lo pudiera explicar.

Entonces, el día de reposo, si es un principio, de todos modos, es claro en que consiste: En


reposar, no un día en siete, sino el séptimo día, que fue el día que Dios reposó al terminar
la creación.

Ahora, John no habla del mandato del día de reposo, sino del “principio del día de
reposo”. Hermanos, ¿si una congregación cristiana no guarda el principio del día de
reposo se le acusará de pecado ante Dios? Si su respuesta es positiva entonces ya no es
tanto un principio sino un mandato de orden moral. Pero si su respuesta es negativa
entonces, ¿quién propuso el principio del día de reposo? ¿En qué consiste?

Recordemos que Sam Waldron también hace uso “del principio del día de reposo”, y que
por supuesto no es “el Cuarto Mandamiento” sino que como John Piper también lo
sugiere, es un día entre siete: “Probablemente por esa razón, la iglesia primitiva no
abandonó la celebración de un día, entre siete, como día especial del Señor”.

Entonces, humildemente digo que conozco El Cuarto Mandamiento, que ordena reposar
el séptimo día, pero no conozco el sustento escritural y apostólico del principio del día de
reposo.

Yo encuentro que el principio de un día de adoración entre siete es deducido por los
obispos de nuestra iglesia de la siguiente manera:

- Premisa uno: En el Antiguo Pacto había un día entre siete de reposo: El séptimo
día.
- Premisa dos: En el Nuevo Pacto había un día entre siete de adoración: El primer día
de la semana.

261
- Conclusión: Existe un principio de adorar y reposar un día entre siete.

Ya he argumentado lo incoherente de este razonamiento y sus dificultades teológicas a la


luz de la Escritura, y solo permítanme recordar que la misma Escritura nunca
explícitamente habla de un principio de “un día en siete”, sino que éste principio fue
adoptado y propuesto por nuestra iglesia desde hace cientos de años, pero sin sostén
escritural y más bien contra toda la evidencia bíblica que lo revela como falso (Con
humildad lo afirmo).

Entonces, supongamos que en efecto la resurrección de Jesús marcó un día de adoración


para su pueblo ¿por qué ese esfuerzo de hacer pensar que éste día sustituyó al séptimo
día? ¿Por qué no sostener entonces dos días de adoración, el día de reposo y el día de
resurrección? ¿Por qué contra toda la evidencia de la Escritura forzar la misma Escritura
para que el primer día de la semana parezca como el día que remplazó al sábado?

John Piper presenta en su sermón las siguientes premisas:

- Premisa uno: Existe un día de reposo: El séptimo día


- Premisa dos: Jesús inauguró una nueva creación con su resurrección, en ese día
entró en su reposo, y estableció un nuevo día de reposo.
- Premisa tres: El día de resurrección sustituyó al séptimo día.

Hay evidencia bíblica de su primera premisa. Eso es inobjetable. Pero la segunda y tercera
premisa que él propone no son reales, pues la Escritura no solo no da evidencia de ellas,
sino que las contradice con sus claros hechos y datos.

Así hasta ahora, John no ha dado evidencia bíblica, armónica y teológica de su


razonamiento principal, sino que como lo vimos, propone ideas suyas sin ningún sustento
escritural e incluso contrario al que hay en la biblia. Es muy triste.

 “Pero todavía no probaremos el reposo final, sino solo en parte, a medida que
confiemos en Cristo. Por tanto, el principio del día de reposo no fue abandonado
por la iglesia primitiva. Cristo aún ofrece su sombra frente a este mundo cargado,
es decir, el primer día de la semana “el día del Señor”. Y el significado de ese día es
que Jesucristo ha resucitado, Jesús es Señor, Jesús es creador, Jesús es redentor y
en Jesús está el único descanso para nuestras almas. El primer día es para adorar a
Jesús. Es un día para expresar, mediante nuestras acciones, que Jesús (no nuestras
obras, ni el dinero que ganamos por nuestras obras), es nuestro tesoro y nuestra
razón de ser. Es un día especial para darle la honra y la gloria al Señor. Es un día
para la misericordia. Es un día especial para el hombre.

262
John dice que Jesús “aún ofrece su sombra frente (la del día de reposo) a este mundo
cargado, es decir, el primer día de la semana “el día del Señor”” ¿Cómo sabe John que
Jesús hace esta oferta? Por favor, hágannos saber en que parte de la Escritura Cristo hizo
esta oferta. Por lo pronto, yo digo con humildad que Jesús no le ofreció un día a este
mundo cargado, sino que se ofreció él mismo como Maestro y Señor:

Mateo 11:28 “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré
descansar”

Jesús y sus apóstoles en ninguna momento ofrecieron un día para este mundo cargado, lo
que Cristo ofreció fue su cuerpo por la salvación de muchos:

1Co.11.24 “y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo
que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí”

La premisa que propone John no es evangélica, no es un mensaje del Evangelio.

También John dice que el primer día “es para adorar a Jesús. Es un día para expresar,
mediante nuestras acciones, que Jesús (no nuestras obras, ni el dinero que ganamos por
nuestras obras), es nuestro tesoro y nuestra razón de ser. Es un día especial para darle la
honra y la gloria al Señor. Es un día para la misericordia. Es un día especial para el
hombre”

Yo estoy de acuerdo con John, porque según nuestro Canon, en este día la iglesia al
conmemorar la muerte del Señor se recuerda así misa que Cristo es nuestro Señor y
Salvador. Pero no es el día en sí el que la iglesia celebra, sino que es la Mesa del Señor.

7.2.7 Séptima Parte

“¿SE REFIERE ROMANOS 14:5 AL DÍA DEL SEÑOR?

Ahora bien, cuando Romanos 14:5 dice: “Uno juzga un día superior a otro, otro juzga
iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido en su propio sentir”, ¿se
refiere al día del Señor? Respondo junto a Paul Jewett: “No resulta convincente… tomar la
declaración de Pablo en Romanos 14:5 tan absolutamente como hemos considerado a
Juan (el apóstol) un judaizante, por haber llamado un día de la semana “el día del Señor”
(Apocalipsis 1:10), dándole así la preeminencia”. (The Lord’s Day, p. 78). Jewett acepta la
convicción de Juan, pues tiene autoridad apostólica y asume que él no está entre los
“débiles” de Romanos 14:2. O sea, Juan no llama un día de la semana “el día de Señor”
como una opción entre muchos. Lo llama “el día del Señor” porque él y la iglesia primitiva
lo trataban como un día especial entre los demás días.

263
No puedo dejar de mencionar que me parece una evidencia muy convincente el hecho de
que el día del Señor permanezca hasta que Jesús venga y que esté separado para la gloria
de Cristo y el bien de las almas. Que el Señor nos dé sabiduría, libertad y gozo mientras
mostramos Su obra y Su valor en Su día”7

Queridos hermanos, primero ¿cómo saben Jewett y John y ustedes que “el día del Señor”
se refería al primer día de la semana? Ya vimos que para John estadísticamente es
maravilloso que al día de la resurrección y al día de partir el pan se le llame “el primer día
de la semana” ¿Y cómo es que ahora sencillamente consiente en que Juan en otro de sus
libros (no el Evangelio), llama a este día “el día del Señor”?

Si se trata de estadísticas al primer día de la semana nunca se le llama “el día del Señor”.
Si se trata de estadísticas según nuestra Escritura “el día del Señor” es el temible y
glorioso periodo en que Dios por medio de Jesucristo juzgará a los hombres y dará a cada
quien según su obra.

Para mí sería más coherente que Juan llamara al primer día de la semana “el día del
Señor” en su Evangelio y viceversa:

Jua.20.1 “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún
oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”

Apo.1.10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como
de trompeta”

Juan, en su Evangelio llama al día de resurrección “el primer día de la semana” pero en
Apocalipsis Juan se refiere a “el día del Señor” ¿Cómo sabe Jewett y John que es idéntico
el día? Como lo he dicho, hasta el día de hoy ningún papa, pastor, concilio, presbiterio,
profeta, maestro o predicador cristiano puede o podrá algún día dar evidencia de ello.
Sencillamente, se asume sin evidencia que Juan está hablando del primer día de la
semana, y esto se hace ignorando la exegesis bíblica por la cual sabemos que hay un día
del Señor, su gran día, el día de Cristo.

En segundo lugar, la carta a los romanos fue escrita hacia el 57 d.C, y entonces si en esta
carta cuando Pablo dice que todos los días son iguales para algunos, se exceptúa “al día
del Señor”, sería así solo porque para esta fecha, ya la iglesia cristiana reconocía la
existencia y especialidad de tal día, del primer día de la semana como “el día del Señor”
¿Seguro que es así?

Queridos pastores del cuerpo de Cristo, hágannos llegar a nuestros correos electrónicos la
evidencia apostólica, escritural, bíblica y teológica de que los apóstoles para el año 57 d.C,

264
en plena difusión del Evangelio entre los gentiles y también entre los judíos, ya guardaban
“el día del Señor”. Quedo en espera, y a continuación algunas de las preguntas que la
iglesia tiene al respecto:

Primero ¿Cómo llamaban al primer día de la semana para esta época, para los años 50
d.C? ¿“El día del Señor” o “el primer día de la semana”?

Pablo, escribiría corintios (según algunos eruditos, la mayoría) antes de Romanos, en el 55


probablemente8, así que dos años antes, Pablo en su carta a los corintios no llamó al
primer día de la semana, “el día del Señor” sino que lo llamó “El (cada) primer día de la
semana”:

1Co.16.2 “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según
haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces
ofrendas”

Entonces, ¿por qué Pablo no lo llamó “el día del Señor”? Recordemos que para Pablo el
día del Señor era uno: el día en que vendría y destruiría con el espíritu de su boca al
inicuo. (2 Tes. 2, escrita en el año 52).

Así que en nuestro canon no existe evidencia de que Juan se haya referido al primer día de
la semana como “el día del Señor” en el relato de su visión de la gloria de Cristo y de las
cosas que están por venir.

Segundo, si para el año 57 d.C, como lo dice John y Jewett “(Juan) lo llama “el día del
Señor” porque él y la iglesia primitiva lo trataban como un día especial entre los demás
días” y si este día, según John debido a la resurrección de Cristo, la inauguración de una
nueva creación y la entrada de Cristo en su reposo, “la iglesia primitiva tomó el primer día
de la semana como su día de adoración y volvió la espalda al séptimo día” y si este día era
ahora el nuevo día de reposo, porque “el principio del día de reposo no fue abandonado
por la iglesia primitiva. Cristo aún ofrece su sombra frente a este mundo cargado, es decir,
el primer día de la semana “el día del Señor”, entonces, hermanos, para el año 57 d.C
¿Qué día reposaba la iglesia cristiana? ¿El Shabbath o el primer día de la semana?

Hermanos, leamos este texto, que relata la visita de Pablo hacia el 63 d.C, cuando fuera
apresado en Jerusalén:

Hec.21.18-25 “Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban
reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por
una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo
oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay

265
que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que
enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles
que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se
reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre
nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo,
purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos
comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también
andas ordenadamente, guardando la ley. Pero en cuanto a los gentiles que han creído,
nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se
abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. Entonces
Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con
ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación,
cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos”

¿Qué día reposaban los judíos creyentes, celosos de la ley? ¿El séptimo día o el primer día
de la semana “el día del Señor”? ¿Había dos días de reposo? ¿Reposaban los gentiles un
día y otro los judíos? Imposible desde el razonamiento de John Piper, pues él mismo
declara: “O sea, Juan no llama un día de la semana “el día de Señor” como una opción
entre muchos. Lo llama “el día del Señor” porque él y la iglesia primitiva lo trataban como
un día especial entre los demás días”

Juan era un apóstol, y recordemos que John ha dicho que la iglesia primitiva “tomó el
primer día de la semana como su día de adoración y volvió la espalda al séptimo día”. Así
que, según John, Juan y la iglesia primitiva (incluyendo a los apóstoles) ya no reposaban el
séptimo día, sino el primero, y que a tal día lo llamaban “el día del Señor”.

Pero la evidencia apunta en otra dirección: No fue sino hasta el Concilio de Jerusalén que
fue establecido que en efecto, la ley no era de obligatorio cumplimento para los gentiles, y
que los judíos, ellos, podían si querían, seguir guardando la ley, tanto así que para el 63
d.C, Jacobo informa a Pablo de los millares de judíos que han creído que son celosos de la
ley y que reposarían según la ley ¿qué día?

También Pablo había escrito a los corintios de su forma de ganar a judíos y gentiles:

1Co.9.20-21 “Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están
sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los
que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando
yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley”

Cuando Pablo estaba con los de la ley y quería vivir como sujeto a la ley ¿qué día reposaba
con ellos?

266
Entonces la implicación de John de que para Juan el apóstol, y para la iglesia primitiva “el
día del Señor” (el primer día de la semana) era un día especial entre los demás, es cierta,
porque en efecto, en este día, la iglesia comía la mesa del Señor (cosa que John no dice),
pero lo que no tiene coherencia con los datos de nuestra Escritura, es que para los
apóstoles el día de reposo hubiera sido remplazado por otro día, por el primer día de la
semana, y tampoco que para los apóstoles este día era llamado “el día del Señor”. Las
implicaciones teológicas de John, entonces, no son bíblicas.

Tercero ¿Se refiere Pablo al día del Señor en Romanos 14? La cuestión es que por la
evidencia que tenemos, los apóstoles y los escritores canónicos nunca llamaron al primer
día de la semana “el día del Señor”. Así que Pablo no puede estar debatiendo en Romanos
14 sobre supuesto “día del Señor”.

También sabemos que el día de reposo no era el primer día de la semana, sino el séptimo
día, y por ello Pablo tampoco está abordando si hay que reposar el primer día de la
semana o no.

Entonces ¿estaba diciendo Pablo que el día de reposo era opcional para la iglesia cristiana
de Roma? Esto lo abordo en mi segundo de tratado.

7.3 Resumen de la exposición de John Piper

Desde mi perspectiva, todo el sermón de John se sustenta en su segundo punto:

“Ahora considere a Juan 5:16-17. Jesús sanó un hombre en el día de reposo y le dijo en
Juan 5:8: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Esta orden puso al hombre en problemas
por el hecho de cargar su camilla en el día de reposo. En Juan 5:16 Juan escribe: “A causa
de esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en el día de reposo”. A lo
que dice (en el versículo 17): “Pero él les respondió: Hasta ahora mi padre trabaja y yo
también trabajo”.

¿Qué significa esta respuesta? Creo que tiene este significado: Cuando Adán pecó, Dios se
levantó de su descanso en el día de reposo, después de la creación, y comenzó a trabajar
nuevamente, (esta vez no en la creación, sino en la redención) con vistas a una nueva
creación, a una nueva humanidad. “Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo”.
«Ustedes no entienden lo que estoy haciendo. Mi padre y yo estamos creando un mundo
nuevo, una humanidad nueva, y cuando la terminemos, celebraremos con un nuevo día de
reposo».

Y este trabajo de redención y de nueva creación estuvo terminado definitivamente en la


cruz. Y tres días después Jesús resucitó de entre los muertos para celebrar la victoria que

267
había ganado, y la nueva creación que finalmente había obtenido e inaugurado. Ahora
podía sentarse con su Padre en el trono del universo y entrar en su Día de reposo”9

John ha asumido sin evidencia (y contra la que apunta en otra dirección) que “el día del
Señor” fue referido por Juan como el primer día de la semana. Así mismo, ha dicho que la
iglesia primitiva (que incluye a los apóstoles) dio la espalda al día de reposo y adoptó el
nuevo día de adoración, debido a los hechos que él plantea, que en realidad, es uno en
particular: que Cristo entró en su día de reposo.

John se ha esforzado para persuadir a nuestros hermanos de que el día de resurrección


por varios eventos allí acontecidos marcó un nuevo día de reposo para la iglesia cristiana.
Y estos eventos fueron: La celebración de Jesús en su resurrección, la nueva creación que
inauguró y entrar en su Día de Reposo.

Sin embargo, estos eventos no tienen asidero escritural, y en particular uno de ellos: “Que
Cristo entró en su Día de reposo”

Nada se nos habla en los apóstoles de la celebración del Señor en su día de resurrección,
sino que en este día comisionó a los discípulos para continuar la obra que él había venido
a hacer (Lucas 24) Sí, Cristo sí venció en la cruz y con la resurrección, pero no se nos habla
de un Señor triunfante en términos definitivos, sino que está esperando a que sus
enemigos sea puestos bajo sus pies.

Con respecto a la teoría de que Cristo inauguró una nueva creación, la Escritura apunta
hacia otro lugar: Hacia el retorno del Señor a la tierra, cuando ésta sea liberada de la
esclavitud del pecado, y el Señor con su poder “cree cielos nuevos y tierra nueva” como lo
testificó Juan en su Revelación. Es una promesa por cumplir. Por ahora, estos cielos y esta
tierra están guardados para el juicio.

Y finalmente, lo más desafortunado para John, es que nada en la Escritura insinúa que
Cristo entró en su reposó, y si lo hizo, lo hizo como Sacerdote, habiendo cumplido su
misión de dar su sangre para expiación continua de su pueblo, para hacerlo perfecto ante
Dios, ante quien también intercede por ellos. Pero nada en la Escritura insinúa siquiera la
idea de un día de reposo en el que Cristo entró.

Por tanto, la teoría bíblica de un nuevo día de reposo, no solo carece de fundamentación
apostólica, sino que contradice los textos mismos de la Escritura.

7.4 Síntesis de mi análisis

Mi punto es que John está enseñando a la iglesia cosas que no son verdad, porque no son
apostólicas, porque no son bíblicas. La propuesta de John sobre un cambio de día de

268
adoración y de reposo, se basa en última instancia (al igual que lo hace Sam Waldron) en
una idea propia extra-canónica, extra-bíblica y extra- apostólica, y con humildad, lo digo,
no solo “extra” sino “anti”, ya que contradice los hechos de la Escritura y nuestra fe, que
está registrada en los libros canónicos.

7.5 Implicaciones teológicas de la teoría del hermano John Piper

7.5.1 Asumiendo que es verdad que el primer día de la semana sustituyó al


séptimo día

Hermanos, si es cierto como dice John, que la iglesia ya no reposa el séptimo día, sino el
primer día de la semana, y que este día ha sustituido al séptimo día, entonces John está
implicando que los cristianos no guardamos el Decálogo dado el Sinaí, al que él mismo
acude en el principio de su sermón, ya que en Los Diez Mandamientos se ordenó:
“Santificar el séptimo día mediante el reposo en este día”.

Y si nosotros no guardamos el séptimo día, entonces, o bien a partir de la resurrección de


Cristo hubo un cambio constitucional en la ley de la escritura en el corazón del hombre (si
es que en verdad la ley está escrita en su corazón), o bien, el Decálogo no constituye la
norma permanente de adoración a Dios, ya que si así fuera, debiéramos reposar el
séptimo día. Exploremos ambas posibilidades desde la especulación e hipótesis.

La primera posibilidad es entonces que en cierto momento, debido al establecimiento del


nuevo día de reposo, en el ser humano se operara un cambio constitucional en su ser, y
que ya no fuera responsable de guardar el reposo del séptimo día, sino el del primer día
de la semana, el reposo de Cristo. Así, a partir de algún momento, todos los seres
humanos fueron hechos responsables ante Dios por la ley escrita en su corazón que ahora
demandaba reposar el primer día de la semana. Esto significa un cambio constitucional.
Esta reescritura de la ley en el corazón del hombre, afirmando nueve mandatos del
Decálogo y modificando uno de ellos, sostendría la integralidad de “una ley escrita en el
corazón de todos los hombres y que los obliga a que se le cumpla”.

Ahora bien, aunque esta conjetura sostiene la premisa de una ley escrita en el corazón del
hombre (Un Decálogo), tiene de todos modos serias implicaciones:

La primera es que entonces el Decálogo, tal y como fue dado en el Sinaí no es de carácter
obligatorio para todos los seres humanos, ya que no es el mismo que sigue siendo
normativo para la humanidad una vez fue establecido el nuevo día de reposo: El primer
día de la semana. Los seres humanos a partir de la resurrección (y la entrada hipotética de
Cristo en su reposo) ya no son obligados por el Decálogo del Sinaí, sino por otro Decálogo,
uno que ha sufrido modificación en la conciencia del Hombre.

269
Entonces, si los hombres a partir del nuevo día de reposo, ya no están obligados por el
Cuarto Mandamiento del Decálogo del Sinaí, entonces ya no están obligados por tal
Decálogo y entonces ¿cómo saber que los otros nueve mandamientos siguen vigentes y
no han sido modificados como sucedió con el día de reposo? Seguramente se apelaría a la
evidencia del Nuevo Testamento, si éste sostiene que la idolatría, la codicia, el falso
testimonio, la deshonra a los padres, el adulterio, el tomar el nombre de Dios en vano, el
robo, el tener otro dios, el asesinato, siguen siendo pecado, entonces se infiere que esos
nueve mandatos seguirían vigentes, pero dado que el Decálogo ha sido modificado,
¿cómo saber que ahora no tenemos más bien Los Doce Mandamientos? ¿O Los Nueve
Mandatos? ¿Por qué seguir pensando en Diez Mandamientos si finalmente ya la
humanidad no está bajo el Decálogo del Sinaí?

O también, si usamos el Nuevo Testamento para afirmar que Los Nueve Mandatos siguen
vigentes ¿Por qué no aceptar la realidad de que según el mismo Nuevo Testamente el día
de reposo es el séptimo?

Y si se apela que el Decálogo fue escrito en el corazón de Adán, sabiendo que el tal fue
modificado siglos después, y que ya la humanidad no está bajo el Decálogo del Sinaí
¿Cómo sostener que fue tal Decálogo escrito en el corazón de Adán? Y si aquí se apela a
las palabras del Apóstol Pablo: “los gentiles…mostrando la obra de la ley escrita en sus
corazones” entonces ¿en qué ley esta pensando Pablo? ¿En la modificada con la
resurrección de Cristo o la dada en el Sinaí? Mucho de la iglesia ve en Romanos 2 al
Decálogo, pero si éste ha sido modificado en el corazón del hombre, ya no es el Decálogo
del Sinaí.

Así que en conclusión, si fuera posible la hipótesis de un cambio de ley en el corazón del
hombre, la implicación es que la humanidad ya no está obligada a la ley del Sinaí, y lo que
es más ¿Cómo saber que sigue siendo un Decálogo? Ya que lo que era constitucional y
natural sufrió modificaciones ¿Por qué no pensar en Los Cinco Mandamientos escritos en
el corazón del hombre? ¿O Los Doce Mandamientos? ¿Por qué tienen que seguir siendo
Diez? La respuesta sería: “Porque fueron Diez los mandatos que Dios escribió en el
corazón del Hombre”. Así es, pero Pablo al escribir sobre la ley escrita en el corazón del
hombre ¿Está pensando en la ley modificada (que modificó el día de reposo) o en el
Decálogo del Sinaí? Si se responde, en “La ley del Sinaí” entonces ¿por qué no reposar el
Shabbath?

La especulación puede seguir, pero una cosa es firme: Según la predicación de John Piper,
se implica que la humanidad ya no está bajo el Decálogo dado en el Sinaí (si es que alguna
vez estuvo bajo él), y si ya no estamos bajo la ley del Sinaí, no se puede afirmar que
estamos bajo un Decálogo del todo, pues se abre la posibilidad de estar bajo un

270
Heptálogo, o Pentálogo, en fin. Muchos obispos quieren seguir sosteniendo Diez
Mandamientos, pero muy pocos Los Diez Mandamientos.

Ahora bien, la segunda posibilidad es que el Decálogo no haya sido ni sea la norma divina
de adoración para todos los hombres de todas las épocas. En otras palabras, esto implica
que la ley no está escrita en el corazón de todos los hombres, y por tanto, no todos son
culpables por no reposar el sábado, sino solo aquellos que recibieron dicho mandato: Los
judíos.

En mi segundo tratado, si Dios me da vida, ampliaré esta posibilidad, o más bien, realidad.

271
8. ANÁLISIS Y COMENTARIO AL CAPÍTULO 21 DE LA CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER:
De la Adoración Religiosa y del Día de Reposo, artículo 7.

8.1 Observaciones preliminares de la Confesión de fe de Westminster (CFW)

8.1.1 Infalibilidad de la CFW

Hermanos, gracias a Dios por el principio de la Reforma, que en realidad es más bien, el
principio apostólico, y que consiste en el hecho de que nuestra fe no ha de estar
determinada por nada ni nadie como ultima autoridad sino por la doctrina de nuestros
apóstoles, que está registrada en las Sagradas Escrituras. En otras palabras, el principio
fundamental de la Reforma, no es sola gratia, ni sola fide, ni solo glori Deo, ni solo
Christos, sino sola Scriptura, porque ¿Qué es gracia? ¿Qué es fe? ¿Qué es la gloria de
Dios? ¿Quién es el Salvador? La respuesta a estas preguntas descansa en la Escritura.

Por eso, la iglesia cristiana, en particular los pastores y obispos de ella, han de esforzarse
para determinar según la teología apostólica, cuál es el Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo, y ese mismo Evangelio predicarlo en sus congregaciones.

Ahora bien, esto implica que la Escritura, los textos canónicos, son la ultima y principal
fuente de autoridad de la iglesia, y los textos proféticos y apostólicos constituyen el
documento oficial y certificado desde el cual la iglesia conoce a Dios, sirve al Señor e
instruye al pueblo. En otras palabras, La Escritura es el texto desde el cual la iglesia
cristiana ha de desarrollar toda teología, pues ella es la fuente de información de lo que es
Dios, de su voluntad, y de su gracia para los hombres. Ella es la fuente de la verdad.

Por ende, todo planteamiento teológico ha de estar enraizado en nuestro canon


apostólico, y éste mismo es el que nos permite no solo desarrollar y formular el
conocimiento de Dios, sino también evaluar todo aquella enseñanza que se suministra a la
iglesia.

Esto significa que es completamente lícito y necesario que la Escritura, y no otro


documento sea la Autoridad última de fe y adoración para los cristianos, y esto incluye la
premisa de que los Catecismos de la Iglesia también están sujetos a la Escritura. Ellos son
verdad en lo que la doctrina apostólica sostiene como verdad, pero ellos están errados en
lo que la teología apostólica y canónica expone que están errados.

Ahora bien, el punto entonces es de exegesis, ya que los Catecismos, como el de


Westminster es un documento construido a partir de procesos exegéticos (o eso se
espera), y por tanto al momento de ser analizados, prima no las declaraciones del
Catecismo, sino la evidencia exegética, hermenéutica, literaria, histórica (bíblica) de cada

272
una de ellas. Es decir, se espera que cada declaración de nuestros Catecismos, en realidad
no esté respaldada por textos escriturales, sino más bien, que sus confesiones hayan sido
el producto del análisis hermenéutico concienzudo de la teología apostólica registrada en
nuestro canon.

En otras palabras, una Confesión que está respaldada por textos bíblicos no
necesariamente es bíblica, sino que es únicamente bíblico aquello que sea armónicamente
correspondiente con la evidencia teológica de nuestra doctrina registrada en la Escritura,
aquello que representa mejor el pensamiento de nuestros fundadores de la Fe: Jesús y sus
apóstoles; y podemos saber qué es mejor en cuanto a doctrina, a la luz de la evidencia
exegética que se exponga como fuente de las enseñanzas.

En ese orden de ideas, nuestros Catecismos, no constituyen la última palabra en cuanto a


doctrina y fe, pues ese rol solo compete a nuestro Canon Escritural. Y tampoco las
teologías propuestas por nuestros Catecismos, como el de Westminster, constituyen la
voz infalible en cuanto al conocimiento de Dios, sino que lo es el pensamiento apostólico
que puede ser trazado, expuesto y verificado en nuestra Escritura cuando es interpretada
como un documento que representaba la teología de nuestros apóstoles y cuando se han
examinado los contextos (literarios e históricos) de sus escritos.

Así por tanto, si nuestro Catecismo representa suficientemente bien la doctrina apostólica
de la Tri-unidad de Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y muestra que esta premisa y este
concepto son realmente apostólicos, entonces nuestro Catecismo proclama verdad. Pero
si nuestro Catecismo no representa suficientemente bien (de manera verificable) la
doctrina apostólica del día de reposo, y muestra que este concepto y esta realidad son
realmente apostólicos, por medio de la articulación de los textos canónicos, entonces es
posible que nuestro Catecismo pueda estar errado. Y si en un momento dado, se
suministra evidencia canónica, verificable, armónica, que representa mejor el
pensamiento apostólico registrado en la Escritura que nuestro Catecismo, entonces no es
ilícito ni pecaminoso ni contrario a la fe adoptar aquella doctrina que para la mente y
conciencia de los cristianos muestra ser más afín al pensamiento de nuestros fundadores:
Jesús y los apóstoles.

Finalmente, reconozcamos que nuestros Catecismos son los pensamientos teológicos de


sus autores, plasmados a manera de confesiones. Así que al analizar un catecismo
estaríamos analizando la teología de los autores, el conocimiento de Dios en cuanto a
ciertos asuntos, que ellos consideran, a partir de sus procesos hermenéuticos, sea el
verdadero.

273
Por tanto, humildemente, quiero recordar que nuestros Catecismos no son infalibles, y lo
que es más, pueden estar equivocados. Es lícito y necesario que se siga reflexionando
sobre la doctrina apostólica aun cuando ya se han escrito declaraciones al respecto.

8.2 La CFW en cuanto a la Ley y el Creyentes

Los teólogos de Westminster formularon una teología en cuanto al “día del Señor” en su
capítulo XXI, artículos 7 y 8, pero también formularon una teología respecto a la relación
de la Ley con la humanidad y con el creyente en su capítulo XIX. Así que a continuación
expondré brevemente mi análisis en cuanto al capítulo sobre la ley y posteriormente
aquel sobre “el día de reposo”.

8.2.1 Primera Parte

“Capítulo 19, Articulo 1: “Dios dio a Adán una ley como un pacto de obras, por la cual le
obligó, a él y a toda su posteridad, a una obediencia personal, completa, exacta y
perpetua; le prometió la vida por el cumplimiento de esa ley, y le amenazó con la muerte
si la infringía; dándole además el poder y la capacidad para guardarla1.
1
. Gn. 1:26, 27; 2:17; Ro. 2:14, 15; 10:5; 5:12, 19; Gá. 3:10; Ec. 7:29; Job. 28:28.

Capítulo 19, Artículo 2: Esta ley, después de la caída de Adán, continuaba siendo una regla
perfecta de rectitud; y como tal fue dada por Dios en el monte Sinaí, en diez
mandamientos, y escrita en dos tablas1; los cuatro primeros mandamientos contienen
nuestros deberes para con Dios, y los otros seis, nuestros deberes para con los hombres2.
1
. Stg. 1:25; 2:8, 10-12; Ro. 13:8, 9; Dt. 5:32 y 10:4; Ex. 34:1. 2. Mt. 22:37-40

Capítulo 19, Artículo 3: Además de esta ley, comúnmente llamada ley moral, agradó a Dios
dar al pueblo de Israel, como iglesia menor de edad, leyes ceremoniales que contenían
varias ordenanzas típicas; en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus gracias,
acciones, sufrimientos y beneficios1; y en parte expresando diversas instrucciones sobre
los deberes morales2. Todas aquellas leyes ceremoniales están abrogadas ahora bajo el
Nuevo Testamento3.
1
. He. 10:1; Gá. 4:1-3, Col. 2:17, He. 9. 2. 1 Co. 5:7; 2 Co. 6:17; Jud. 23. 3. Col. 2:14, 16, 17;
Ef. 2:15, 16; Dn. 9:27.

Capítulo 19, Artículo 4: A los Israelitas, en cuanto cuerpo político, también les dio leyes
judiciales, que expiraron juntamente con el estado político de aquel pueblo, por lo que
ahora no obligan a los otros pueblos, sino en lo que la justicia general de ellas lo requiera 1.

274
1. Ex. 21 y 22:1-29; Gn. 49:10; comparado con 1 P. 2:13, 14; Mt. 5:17 con 38, 39; 1 Co. 9:8-
10”1

8.2.1.1 Mi análisis

Entonces según CFW hay una identidad entre la ley como un pacto de obras y los Diez
Mandamientos dados en el Sinaí. Ahora bien, según CFW, la vida de Adán y su posteridad,
o sea, toda su descendencia dependería de la obediencia a esta ley, entiéndase a los Diez
Mandamientos, los cuales deben ser guardados de manera personal, completa, exacta y
perpetua. Esta ley tiene Diez Mandamientos, cuatro señalando los deberes para con Dios y
seis para con el hombre.

Hasta ahora, entonces la CFW ha implicado que todos los seres humanos deben guardar
Los Diez Mandamientos de manera personal, completa y exacta, y esto es la obediencia
que lleva a la vida. ¿O me equivoco?

Ahora bien, siguiendo el pensamiento en el artículo 3, nos damos cuenta que CFW llama a
la ley dada a Adán y a su posteridad, la ley moral, y esta ley es entonces idéntica a Los Diez
Mandamientos, los cuales, según la cita del artículo primero de Romanos 2:14, se implica
que también está escrita en el corazón de los hombres.

Rom.2.14 “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es
de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos”

8.2.2 Segunda Parte

“Capítulo 19, Artículo 5: La ley moral obliga por siempre a todos, tanto a los justificados,
como a los que no lo están, a que se le obedezca 1; y esto no sólo en consideración a la
naturaleza de ella, sino también con respecto a la autoridad de Dios, el Creador, quien la
dio2. Cristo, en el evangelio, en ninguna manera abroga esta ley, sino que refuerza nuestra
obligación de cumplirla
1 2
Ro. 13:8-10; Ef. 6:2; 1 Jn. 2:3, 4, 7, 8 Stg. 2:10, 11. 3 Mt. 5:17, 19; Stg. 2:8; Ro. 3:31”2

8.2.2.1 Mi análisis

Ahora bien, los teólogos de CFW proponen y enseñan que la ley moral, Los Diez
Mandamientos, obliga a todos los seres humanos a que se le obedezca, es decir, a que se
le ponga en práctica, y se expone que la razón de esta obediencia es que Dios el Creador la
dio, y que Cristo en vez de anular tal cumplimiento de la ley, refuerza que ella debe ser
guardada. En otras palabras, toda la humanidad debe guardar El Decálogo.

275
8.2.3 Tercera Parte

Capítulo 19, Artículo 6: “Aunque los verdaderos creyentes no están bajo la ley en cuanto
pacto de obras para ser justificados o condenados 1, sin embargo, ésta es de gran utilidad
tanto para ellos como para otros, ya que como regla de vida les informa de la voluntad de
Dios y de sus deberes, les dirige y obliga a andar en conformidad con ella2, les descubre
también la pecaminosa contaminación de su naturaleza, corazón y vida 3; de tal manera,
que cuando ellos se examinan ante ella, pueden llegar a una convicción más profunda de
su pecado, a sentir humillación por él y aborrecimiento de él4; junto con una visión más
clara de la necesidad que tienen de Cristo, y de la perfección de su obediencia5. También
la ley moral es útil para los regenerados a fin de restringir su corrupción, puesto que
prohíbe el pecado6, y sus amenazas sirven para mostrar lo que merecen aún sus pecados,
y las aflicciones que pueden esperar por ellos en esta vida, aun cuando estén libres de la
maldición con que amenaza la ley7. Sus promesas, de un modo semejante, manifiestan a
los regenerados que Dios aprueba la obediencia, y cuáles son las bendiciones que deben
esperar por el cumplimiento de la misma8; aunque no como si la ley se lo debiera, a modo
de un pacto de obras9; de manera que si alguien hace lo bueno y deja de hacer lo malo
porque la ley le manda lo uno y le prohíbe lo otro, no por ellos se demuestra que esté bajo
la ley y no bajo la gracia10.
1
Ro. 6:14 y 8:1; Gá. 2:16; 3:13; 4:4, 5; Hch. 13:39. 2 Ro. 7:12, 22, 25; Sal. 119: 4-6; 1 Co.
7:19; Gá. 5:14, 16, 18-23. 3 Ro. 7:7 y 3:20. 4 Ro. 7:9, 14, 24; Stg. 1:23-25. 5 Ro. 7:9, 14, 24;
Stg. 1:23-25 Gá. 3:24; Ro. 8:3, 4 y 7:24. 6 Stg. 2:11; Sal. 119:101, 104, 128. 7 Esd. 9:13, 14,
Sal. 89:30-34. 8 Sal. 37:11 y 19:11; Lv. 26: 1-14; con 2 Co. 6:16, Ef. 6:2, 3; Mt. 5:5. 9 Gá.
2:16, Lc. 17:10. 10 Ro. 6:12 14; He. 12:28, 29; 1 P. 3:8-12; Sal. 34:12-16”3

8.2.3.1 Mi análisis

Es decir, ¿los creyentes podrían asesinar sistemáticamente (infringir el Sexto


Mandamiento) y no ser condenados? ¿Pueden los creyentes adulterar (infringir el séptimo
mandamiento) continuamente y no ser por ello condenados? ¿Pueden los creyentes
transgredir el día de reposo (Cuarto Mandamiento) y no ser por ello condenados?

Luego la CFW declara que la ley “les obliga a andar en conformidad de ella”. Bien ¿qué
pasa si el cristiano no lo hace? ¿Qué pasa con su eternidad si el creyente quebranta la ley
sistemáticamente e impenitentemente?

Bien, la CFW declara que la ley también cumple una función en los regenerados, en los
creyentes: “También la ley moral es útil para los regenerados a fin de restringir su
corrupción, puesto que prohíbe el pecado, y sus amenazas sirven para mostrar lo que

276
merecen aún sus pecados, y las aflicciones que pueden esperar por ellos en esta vida, aun
cuando estén libres de la maldición con que amenaza la ley” La ley todavía muestra al
creyente lo que sus pecados le merecen ¿Y qué merecen los pecados según la ley? En
efecto, la muerte.

Así que la declaración de los Teólogos de Westminster precisa de un examen mucho más
cuidadoso, (abordaré esto en posteriores tratados) pero por ahora, nótese que la
implicación de su proposición es muy seria: Una persona que ha creído en Cristo podría
bien pecar contra Los Diez Mandamientos sistemática e impenitentemente y
posiblemente (la confesión necesita aclararlo) no ser condenado por ello. Un creyente
puede matar, robar, adulterar, codiciar, dar falso testimonio, idolatrar, no reposar el
séptimo día, y aun así no necesariamente por ello es condenado.

Por supuesto, la CFW no dice esto de ser condenados o justificados por la ley, en cuanto a
todos los creyentes, sino en cuanto a “los verdaderos creyentes”, pero aun con esa
observación solo se añade fuego a su declaración, pues apela a que los verdaderos
creyentes no serán condenados si ellos pecan cometiendo actos prohibidos por la ley de
Dios.

Ahora bien, en otro de sus artículos la CFW expresa las consecuencias del pecado de los
justificados:

Capítulo 11, artículo 5: “Dios continúa perdonando los pecados de aquellos que son
justificados1; y aunque ellos nunca pueden caer del estado de justificación2, sin embargo
pueden, por sus pecados, caer en el desagrado paternal de Dios y no tener la luz de Su
rostro restaurada sobre ellos hasta que se humillen, confiesen sus pecados, pidan perdón
y renueven su fe y su arrepentimiento 3.
1
Mt. 6:12; 1 Jn. 1:7, 9 y 2:1, 2. 2 Lc. 22:32; Jn. 10:28; He. 10:14. 3 Sal. 89: 31.33; 51:7-12 y
32:5; Mt. 26:75; 1 co. 11.30, 32; Lc. 1:20”4

Entonces la CFW declara que los justificados nunca pueden caer del estado de su
justificación, aun cuando pecan, pero con todo desagradan a Dios y no tienen luz, sino
hasta que se arrepientan. ¿Qué pasa si nunca se arrepienten? La CFW considera que las
personas impenitentes para con Dios, en realidad, no fueron regenerados ni justificados,
ni salvados, ya que de haber sido verdaderos creyentes, hubieran perseverado hasta el
final:

Capítulo 17, artículo 1 “Aquellos a quienes Dios ha aceptado en su Amado, y han sido
llamados eficazmente y santificados por su Espíritu, no pueden caer ni total ni

277
definitivamente del estado de gracia, sino que ciertamente han de perseverar en Él hasta
el fin, y serán salvados eternamente1
1
Fil. 1:6; 2 P. 1:10; Jn. 10:28, 29; 1 Jn. 3:9; 1 P. 1:5, 9”5

Capítulo 18, artículo 1 “Aunque los hipócritas y otros hombres no regenerados pueden
vanamente engañarse a sí mismos con esperanzas falsas y presunciones carnales de estar
en el favor de Dios y en estado de salvación1, esa esperanza perecerá2; pero los que creen
verdaderamente en el Señor Jesús y le aman con sinceridad, esforzándose por andar con
toda buena conciencia delante de Él, pueden en esta vida estar absolutamente seguros de
que están en el estado de gracia4, y pueden regocijarse en la esperanza de la gloria de
Dios; y tal esperanza nunca les hará avergonzarse 4
1
Job. 8:13, 14; Mi. 3:11; Dt. 29:19; Jn. 8:41. 2 Mt. 7:22, 23. 3 1 jn. 2:3, 5:13 y 3:14, 18, 19,
21, 24. 4 Ro. 5:2,5”6

Así pues, en conclusión, la obediencia a la ley moral sí es determinante en la practica para


la vida eterna, no para justificación según CFW, pero sí como muestra de que uno está
verdaderamente llamado por Dios (si uno es justificado) y que uno no es un hipócrita, que
presume de estar en gracia con él, pues solo aquellos que se esfuercen “por andar con
toda buena conciencia delante de él, pueden estar absolutamente seguros de que están en
estado de gracia”. Así que, pecar sistemática e impenitentemente contra Dios,
violentando su ley, si no es que condena, al menos es evidencia de que uno no está en
favor de Dios, y que podría ser un hipócrita, pues los verdaderos creyentes, perseveraran
en la gracia de Dios hasta el fin, ¿y será qué se puede decir de un creyente que asesina,
adultera, no reposa el séptimo día, que está perseverando en la fe? Si la respuesta es
positiva, en realidad, CFW está enseñando “perseveremos en el pecado para que la gracia
abunde”.

Por tanto, si uno no guarda la ley moral que obliga a los creyentes a cumplirla, en realidad,
esto es una muestra de que tal persona no es un verdadero creyente, uno regenerado y
llamado eficazmente por Dios. Pero, en cuanto a los que guardan la ley moral, de ellos se
puede decir que están perseverando en la santificación ya que “el Espíritu de Cristo
subyuga y capacita la voluntad del hombre para que haga alegre y voluntariamente lo que
requiere la voluntad de Dios, revelada en la ley”.7

Así que de acuerdo a CFW, los creyentes sí deben guardar la ley moral, Los Diez
Mandamientos. Y según ella misma:

278
Capítulo 19, artículo 7 “Los usos de la ley ya mencionados no son contrarios a la gracia del
evangelio, sino que concuerdan armoniosamente con él1; pues el Espíritu de Cristo
subyuga y capacita la voluntad del hombre para que haga alegre y voluntariamente lo que
requiere la voluntad de Dios, revelada en la ley2.
1
Gá. 3:21. 2 Ez. 36:27; He. 8:10, Jer. 31:33”8

Por tanto, el creyente, si ha de querer una conciencia de ser un verdadero creyente, y no


exponerse a ser hallado como un hipócrita, y por ende ser condenado, debe
necesariamente guardar la ley moral de Dios, que según la misma CFW, son Los Diez
Mandamientos dados en el Sinaí.

Entonces, desde esta teología ¿es pecado matar? Lo es. ¿Es pecado robar? Lo es. ¿Es
pecado no reposar el séptimo día?

Si es verdad que todos los verdaderos creyentes han de cumplir la ley, entonces es de
esperarse que los verdaderos creyentes cumplan el Decálogo, y se esfuercen
sinceramente por vivir en él, y esto implica necesariamente reposar el séptimo día.

De ahí, que quienes no reposan según el Cuarto Mandamiento, están dando testimonio a
su conciencia y a otros cristianos, que ellos son hipócritas y por tanto están expuestos al
castigo eterno. Esta es la implicación lógica y espiritual de la CFW en cuanto a su doctrina
sobre el creyente y la ley.

8.3 La CFW en cuanto al día de reposo

8.3.1 Primera Parte

Capítulo 21, artículo 7: “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una
proporción debida de tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su
Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres
en todos los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él 1; y desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección de
Cristo fue cambiado al primer día de la semana 2 , que en las escrituras recibe el nombre
de “día del Señor”3 y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo como el día de reposo
cristiano.4
1
Ex. 20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6, 7. 2 Gn. 2:2, 3; 1 Co. 16:1, 2; Hch. 20:7 3 Ap. 1:10. 7:4 4. Ex.
20:8, 10; Mt. 5:17, 18”9

279
8.3.1.1 Mi análisis

 “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una proporción debida de
tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su Palabra, por un
mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos
los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él” Textos de referencia: Ex. 20:8, 10, 11; Is.
56:2, 4, 6, 7.

Ahora bien, notemos que este artículo, Westminster no incluye versos de referencia
acerca de la identidad de la ley de la naturaleza, es decir, no da sustento escritural de cuál
sea la ley de la naturaleza. A no ser que la cita de Ex. 20:8 haya sido dada para señalara la
identidad de tal ley.

¿Cuál es entonces según CFW “La ley de la naturaleza”? Es lamentable que CFW no sea
específica en este aspecto, ya que apela a ella para afirmar que por esa ley es necesario
que se dé a Dios una proporción debida de adoración, pero ¿cuál es esa ley? Entonces hay
dos posibilidades.

La primera es que quede siempre en incógnita, en misterio, y nunca sepamos qué querían
decir los teólogos de Westminster con “la ley de la naturaleza”. Ahora bien, si esto es así,
entonces la implicación lógica es que la afirmación de que por ella “una proporción debida
de tiempo se dedique a la adoración de Dios” sencillamente carece de validez apostólica,
ya que tal premisa está fundamentada en una realidad desconocida para los creyentes. En
otras palabras, la ley de la naturaleza es un invento de los teólogos de Westminster, y así
mismo es un invento que por ella se daba a adorar a Dios en una proporción debida de
tiempo.

Aquí, algunos podría objetar: “¿Pero no es una buena y piadosa idea?” La cuestión es
¿cómo ustedes saben que algo es bueno y/o piadoso ante Dios? ¿Cómo sabemos que esta
invención no constituye más bien una carga innecesaria para Dios y que no es un
mandamiento de hombre meramente, o peor aun que es pecaminoso?

Por eso digo que es desafortunada para la misma Confesión que ella haya utilizado un
lenguaje ambiguo, y que dé pie para catalogar tal ley como especulativa, ya que nadie
sabe en qué consiste tal ley.

La segunda posibilidad es que entonces esta “ley de la naturaleza” sea un nombre


asignado a “la luz de la naturaleza” que incluye el testimonio de Dios en la creación y la ley
escrita en el corazón del hombre:

280
Capítulo 1, artículo 1: “Aunque la luz de la naturaleza y las obras de creación y
providencia manifiestan la bondad, sabiduría y poder de Dios, de tal manera que los
hombres quedan sin excusa1, no son, sin embargo suficientes para dar aquel conocimiento
de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación 2, por lo que agradó a Dios, en
distintas épocas y de diversas maneras, revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su
iglesia3, y a demás, para conservar y propagar mejor la verdad, y para el mayor consuelo y
fortalecimiento de la iglesia contra la corrupción de la carne, y malicia de Satanás y del
mundo, le agradó dejar esta revelación por escrito4. Por todo lo cual, las Santas Escrituras
son muy necesarias5, y tanto más cuanto que han cesado ya los modos anteriores por los
cuales Dios reveló su voluntad a su iglesia6.
1
Ro. 2:14, 15; Ro. 1:19, 20; Sal. 19: 1-3; Ro. 1:32 y 2:1 2 1 Co. 1:21 y 2:13, 14 3 He. 1:1 4 Lc.
1:3, 4; Ro. 15:4; Mt. 4:4, 7, 10; Is. 8:19, 20; Pr. 22:14-21 5 2 Ti. 3:15; 2 P. 1:19 6 He. 1:1, 2”10

Notemos la fraseología “la luz de la naturaleza” y los textos bíblicos de soporte:

Rom.2.14-15 “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que
es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la
ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o
defendiéndoles sus razonamientos”

Rom.1.19-20 “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo


manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las
cosas hechas, de modo que no tienen excusa”

Sal.19.1-3 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus
manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No
hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz”

Rom.1.32-2:1 “quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales
cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los
que las practican. Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que
juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo
mismo”

Así que si esta luz de la naturaleza es otro término de la realidad también llamada la ley de
la naturaleza, entonces podemos aseverar que esta ley de la naturaleza implica la ley
escrita en el corazón de los hombres, que como vimos, es la misma ley que fue dada a
Adán de manera constitucional (CFW Capítulo 19, Artículo 1 y 2, con sus respectivos textos
de soporte).

281
Entonces si CFW cuando menciona la ley de la naturaleza hace referencia también a la ley
escrita en el corazón del hombre, sabemos con certeza que según esa ley Dios ha señalado
un día específico de reposo y/o adoración: El séptimo día.

¿A qué se refiere con certeza CFW en cuanto a la ley de la naturaleza?

 “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una proporción debida de
tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su Palabra, por un
mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos
los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él”

Hermanos, notemos que los teólogos de Westminster mencionan que Dios “también por
su Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los
hombres en todos los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete,
para que sea guardado como un reposo santo para Él”

Entonces según CFW en la Palabra de Dios hay “un mandamiento positivo, moral y
perpetuo que obliga a todos los hombres en todos los tiempos”, por el cual, “Dios ha
señalado particularmente un día de cada siete para que sea guardado como un reposo
santo para Él”

Bien, ¿cuál es ese mandamiento positivo, moral y perpetuo por el que Dios ha señalado
particularmente un día de cada siete para que sea guardado como un reposo santo para
él? Notemos los textos de referencia de CFW en esta declaración:

“Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una proporción debida de tiempo se
dedique a la adoración de Dios, así también en su Palabra, por un mandamiento positivo,
moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos los tiempos, Dios ha señalado
particularmente un día de cada siete, para que sea guardado como un reposo santo para
Él” Textos de referencia: Ex. 20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6, 7.

Éxo.20.8,10,11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo… mas el séptimo día es
reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en
seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y
reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”

Isa.56:2,4,6,7 “Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo


abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer

282
todo mal. Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan
lo que yo quiero, y abracen mi pacto,… Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová
para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que
guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo
monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán
aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los
pueblos”

Entonces si los textos escriturales están puestos allí para sustentar la tesis de “un
mandamiento positivo moral y perpetuo por el que Dios ha señalado un día en particular
cada siete día para que sea guardado como reposo para él”, la evidencia bíblica
inequívocamente y de manera segura, clara y exacta apunta a que tal día es el día de
reposo, el séptimo día.

Y lo que es más, es que CFW afirma que este mandamiento vincula a todos los hombres
de todas las edades que sea guardado: “por un mandamiento positivo, moral y perpetuo
que obliga a todos los hombres en todos los tiempos”

Así pues, hasta ahora CFW ha mostrado que tanto en la ley de la naturaleza, como por un
mandamiento positivo, moral y perpetuo, Dios ha señalado un día de cada siete como
reposo para él, el cual según al evidencia escritural que CFW suministra es de manera
categórica el reposo del séptimo día.

Así que si CFW está en lo cierto, y mis hermanos van a aplicar este artículo en sus vidas,
por ahora lo que él dice es que ellos deben reposar el séptimo día. De eso no hay duda.

8.3.2 Segunda Parte

Capítulo 21, artículo 7: “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una
proporción debida de tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su
Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres
en todos los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él 1; y desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección de
Cristo fue cambiado al primer día de la semana 2 , que en las escrituras recibe el nombre
de “día del Señor”3 y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo como el día de reposo
cristiano.4
1
Ex. 20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6, 7. 2 Gn. 2:2, 3; 1 Co. 16:1, 2; Hch. 20:7 3 Ap. 1:10. 7:4 4. Ex.
20:8, 10; Mt. 5:17, 18”9

283
8.3.2.1 Mi análisis

 “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una proporción debida de
tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su Palabra, por un
mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos
los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él1; y desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección
de Cristo fue cambiado al primer día de la semana 2” Textos de referencia: 1 Ex.
20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6, 7. 2 Gn. 2:2, 3; 1 Co. 16:1, 2; Hch. 20:7.

En la primera parte CFW afirma, incluso proporcionando textos escriturales, que el día que
Dios ha señalado por un mandamiento es el séptimo día, y si la ley de la naturaleza,
incluye el Decálogo escrito en el corazón del hombre, entonces por ahora no hay
incoherencia alguna, pues lo que fue escrito en la conciencia humana es lo mismo que fue
ordenado en la Palabra de Dios: Reposar el séptimo día.

Ahora CFW procede a declarar que ese día particular que Dios señaló por un
mandamiento positivo moral y perpetuo, fue el día séptimo desde la creación hasta la
resurrección de Cristo y que desde la resurrección de Jesús fue cambiado (por Dios, por un
mandamiento positivo moral y perpetuo) al primer día de la semana.

Entonces hay un mandamiento positivo, moral y perpetuo que vincula a todos los seres
humanos a reposar y adorar un día en siete ¿Cuál es? En efecto, El Cuarto Mandamiento
de la Ley. No hay más mandatos sobre reposar o adorar otro día cada siete en la Escritura.
Si ustedes encuentran otro día ordenado por Dios, con gusto espero su evidencia.

Y notemos cuál es la evidencia escritural por la que los teólogos de Westminster


reconocieron que hay un cambio de día de reposo, o al menos, cuales son los textos
escriturales con los que ellos sostienen su cambio de día:

Gén.2.2 “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda
la obra que hizo”

1Co.16.1-2 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se
recojan entonces ofrendas”

Hec.20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”

284
Hermanos, honestamente, leyendo estos textos ¿ustedes concluyen y se dan cuenta que
Dios cambió con un mandamiento positivo, moral y perpetuo el día de reposo? Lo digo
porque si CFW afirma que el día que Dios ha señalado lo ha hecho por un mandamiento
positivo, moral y perpetuo, esperaría que haya un mandato que muestre y evidencia tal
cambio. Pero hasta la fecha, no hay ni una insinuación de tal cosa en nuestro Canon.

¿Recuerdan la solución de Sam Waldron? “El mandamiento positivo, moral y perpetuo no


es el Cuarto Mandamiento”, sino “el mandamiento de Dios de reposar un día en siete”.
Solución que proviene de su apego a la Confesión más que a la Escritura, porque cosa
evidente es que tal mandamiento no existe en la Palabra de Dios. Dios no ha promulgado
tal mandamiento.

Así que aquí la CFW en este punto se cae, va al piso, no se sostiene sobre la evidencia
escritural, pues no existe ningún mandamiento positivo, moral y perpetuo por el que Dios
señale que el día de adoración haya cambiado del séptimo día al primer día de la semana.

Los tres textos que CFW propone como sostén de su teoría no son un mandato, sino son
descripciones de la vida de la iglesia, pero no son prescriptivos, como sí lo es El Cuarto
Mandamiento. Esa es una diferencia importante.

Miremos los textos:

Gén.2.2 “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda
la obra que hizo”

¿Qué dice este texto sobre el reposo? Primero no dice que el hombre deba reposar. ¿O sí?
Lo que el texto muestra es que Dios reposó el séptimo día de la obra que hizo los seis días
anteriores. Eso es todo lo que el texto dice.

Ahora bien, si se quiere implicar teológicamente que aunque el texto no lo diga, “el
hombre también debe reposar un día” Bien, el texto eso no lo dice, pero si aun así, sin que
el texto no lo diga ¿a la luz de la evidencia escritural qué día debiera el hombre reposar? Si
nos apegamos a Génesis 2:2, la respuesta es obvia.

Otra pista sobre el día en que el hombre debería reposar se haya en el Cuarto
Mandamiento, pues allí Dios ordena a los israelitas reposar así como el reposó:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo . Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y

285
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

Entonces, ¿Qué pistas o evidencias hay según CFW sobre el día en que uno debe reposar?
Sigamos leyendo la evidencia teológica que los hermanos de Westminster proporcionan:

1Co.16.1-2 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se
recojan entonces ofrendas”

Hec.20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”

Notemos queridos hermanos, primero que así como Génesis 2:2, estos no son textos
prescriptivos, sino descriptivos, no ordenan nada al hombre, sino que solo describen
situaciones, y eso ya es un aspecto a considerar. Por ejemplo, Lucas describe a Jesús en el
desierto sin comer ni beber por cuarenta días ¿es eso un mandato de Dios para su iglesia?
Si Cristo lo hizo, ¿Deberíamos todos hacer lo mismo? Vemos a Pablo expulsando demonios
en Asia ¿Debemos hacer lo mismo en nuestro tiempo? Notemos la insensatez de tomar lo
descriptivo como prescriptivo.

Segundo, ¿qué dicen los dos textos sobre el día de reposo? En efecto, nada. Ni Lucas ni
Pablo están diciendo que el día de reposo cambió. Así que asumir que Lucas y Pablo se
están refiriendo al día de reposo con el primer día de la semana es una suposición y
especulación. Es leer allí algo que no está escrito.

Tercero, ninguno de los dos textos muestra que ha habido cambio de día de reposo.

Pablo lo que ordena no es reposar el primer día de la semana, sino recoger la ofrenda para
los pobres de Jerusalén el primer día de la semana ¿Era ese el nuevo día de reposo?
¡Evidencia por favor!

El segundo texto describe a los creyentes de Troas reuniéndose en la noche para comer el
pan, para cenar la Mesa del Señor ¿Era ese el nuevo día de reposo? ¡Evidencia teólogos de
Westminster!

Cuarto, nótese la debilidad exegética de los teólogos de Westminster de asumir un


cambio de día de reposo sin evidencia, sin que la Escritura lo mencione, tomando textos
escriturales que son forzados (eiségesis) para ser sustento de premisas que no son bíblicas
en absoluto. A la luz de toda la Escritura, uno es el día de reposo: El Séptimo día.

286
Por tanto, no existe “un mandamiento positivo, moral y perpetuo por el que Dios señale
que el reposo después de la resurrección de Cristo es el primer día de la semana”, y si los
teólogos de Westminster no reposaban el séptimo día, entonces ellos estaban
desobedeciendo el único mandamiento positivo, moral y perpetuo que señalaba un día de
reposo cada siete: El Cuarto Mandamiento.

En conclusión los teólogos de Westminster hacen un salto exegético grotesco al proponer


sin evidencia que el día de reposo ha cambiado, sino apelando a textos descriptivos,
ignorando el resto de la Escritura, y usando los textos mencionados para apoyar una idea
que no solo no es bíblica sino incluso anti-bíblica, como lo es afirmar que el día de reposo
ha cambiado.

Hermanos, por favor, con los siguientes versos construyan una teología verificable y
armónica:

Gén.2.2 “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda
la obra que hizo”

1Co.16.1-2 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se
recojan entonces ofrendas”

Hec.20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les
enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche”

¿Pueden hacerlo? Sí, sí pueden, y cualquier teología puede salir como resultado de ello.
Por ejemplo, decir, que los cristianos no reposaban el mismo día que Dios, o incluso que
eran desobedientes al reposo. Así también es lícito afirmar, que los cristianos trabajaban
el primer día de la semana, como se muestra, y que descansaban el séptimo día. En fin, se
pueden plantear muchas ideas especulativas con estos tres versos. ¿Cuál es la suya?

8.3.3 Tercera Parte

Capítulo 21, artículo 7: “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una
proporción debida de tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su
Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres
en todos los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él 1; y desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección de
Cristo fue cambiado al primer día de la semana2 , que en las escrituras recibe el nombre

287
de “día del Señor”3 y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo como el día de reposo
cristiano.4
1
Ex. 20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6, 7. 2 Gn. 2:2, 3; 1 Co. 16:1, 2; Hch. 20:7 3 Ap. 1:10. 7:4 4 Ex.
20:8, 10; Mt. 5:17, 18”

8.3.3.1 Mi análisis

 “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una proporción debida de
tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su Palabra, por un
mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos
los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él1; y desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección
de Cristo fue cambiado al primer día de la semana 2, que en las escrituras recibe el
nombre de “día del Señor”3…” Textos de referencia: 1 Ex. 20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6,
7. 2 Gn. 2:2, 3; 1 Co. 16:1, 2; Hch. 20:7. 4 Ap. 1:10. 7:4

Entonces CFW admite que hay un mandamiento de Dios por el que él ha señalado el día
de adoración y reposo: El Cuarto Mandamiento y las descripciones de la iglesia reunida el
primer día de la semana (descontextualizando los textos sobre la iglesia reunida el primer
día de la semana, claro está), y ahora afirma que el primer día de la semana se llama el día
del Señor en las Escrituras:

“y desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo, este día fue el último de la
semana; y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la semana2, que en
las escrituras recibe el nombre de “día del Señor””

¿Cuál es la base escritural para ello?

Apo.1.10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como
de trompeta”

Apo.7.4 “Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las
tribus de los hijos de Israel”

Noten la profundidad exegética de los teólogos de Westminster, quienes sin que el texto
lo diga, saben de algún modo (desconocido hasta hoy) que Juan se estaba refiriendo al
primer día de la semana, y que en la Escritura, al primer día de la semana, se le llamaba “el
día del Señor”.

288
Desafortunadamente, en realidad, no hay ninguna vez en la Escritura, en la que al primer
día de la semana se le llame, “el día del Señor” ¿O sí? Si ustedes pueden mostrar que Juan
se estaba refiriendo al primer día de la semana, este es mi correo:
juanpablotique1@gmail.com.

Los teólogos de Westminster pasaron por alto que en la Escritura, el primer día de la semana se
llama “el primer día de la semana”, y que “el día del Señor”, es el día de juicio para las naciones y
de triunfo definitivo de Dios sobre los malvados, cosa que es relata en la profecía de Juan el
Apóstol, a quien se le mostró en la Isla de Patmos.

8.3.4 Cuarta Parte

Capítulo 21, artículo 7: “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una
proporción debida de tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su
Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres
en todos los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él 1; y desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección de
Cristo fue cambiado al primer día de la semana 2 , que en las escrituras recibe el nombre
de “día del Señor”3 y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo como el día de reposo
cristiano.4
1
Ex. 20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6, 7. 2 Gn. 2:2, 3; 1 Co. 16:1, 2; Hch. 20:7 3 Ap. 1:10. 7:4 4 Ex.
20:8, 10; Mt. 5:17, 18”

8.3.4.1 Mi análisis

 “Así como por la ley de la naturaleza que, en general, una proporción debida de
tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su Palabra, por un
mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos
los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea
guardado como un reposo santo para Él1; y desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección
de Cristo fue cambiado al primer día de la semana 2, que en las escrituras recibe el
nombre de “día del Señor”3 y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo como el
día de reposo cristiano” Textos de referencia: 1 Ex. 20:8, 10, 11; Is. 56:2, 4, 6, 7. 2
Gn. 2:2, 3; 1 Co. 16:1, 2; Hch. 20:7. 3 Ap. 1:10. 7:4 4 Ex. 20:8, 10; Mt. 5:17, 18.

Veamos los hechos bíblicos constatados con la Escritura y las premisas que no tienen
fundamento en nuestro Canon:

289
Es un hecho que Dios reposo el séptimo día, se testifica en Génesis 2:2.

Así mismo es un hecho que Dios ordenó en el Decálogo que se reposara el séptimo día,
porque él reposo en ese mismo tiempo, esto se evidencia en Éxodo 20:8-11.

Se puede ver en la Escritura que la iglesia primigenia se reunía el primer día de la semana
para comer la Santa Cena, y eso en horas de la noche. Se describe en Hechos 20:7

Se sabe que Juan estaba en el Espíritu en el día del Señor. Esto en Apocalipsis 1:10.

Ahora bien, lo que no es cierto es lo que CFW declara:

“Que Dios dio un mandamiento positivo, moral y perpetuo por el que señaló un día de
reposo cada siete”.

Tampoco es cierto que “el día señalado como adoración es desde la fundación del mundo
hasta la resurrección de Cristo el séptimo día”, ya que la evidencia escritural muestra que
el día de reposo siempre fue considerado ser el séptimo día y que tampoco Dios cambió el
día de reposo.

Tampoco es verdad que “el día del Señor” es el nombre que en las Escrituras se da al
primer día de la semana.

Y por tanto, tampoco es cierto que la iglesia deba reposar el primer día de la semana.

El artículo 7 del capítulo 21 de la CFW es un artículo especulativo, resultado no de la


exegesis, del análisis de la evidencia bíblica, sino de la eiségesis, de poner en el texto la
idea previa con que se llega a él, pasando por alto que la Escritura impide las premisas que
se quieren sostener, en este caso, que el día de reposo cambió y que la iglesia debe
reposar el séptimo día.

8.4 Síntesis del Capítulo 19: 7 de la CFW

La CFW ha declarado mediante la mención de textos escriturales que el día de reposo ha


cambiado, y que ahora siendo el primer día de la semana, el día del Señor, la iglesia debe
guardarlo, ya que es un mandamiento positivo, moral y perpetuo, y además incluido en la
ley de la naturaleza.

Sin embargo no existe hasta el día de hoy evidencia del proceso exegético que los
teólogos de Westminster hicieron respecto a los textos con que ellos apoyaron para
formular su artículo sobre este asunto.

290
8.5 Síntesis de mi análisis

Humildemente muestro que nuestros hermanos de Westminster no hicieron un proceso


exegético de tomar los textos en sus contextos literarios e históricos, ni tampoco una
reflexión teológica sobre el séptimo día, el primer día de la semana, ni el día del Señor,
sino que plasmaron en el artículo una idea que para ellos ya era una doctrina de la iglesia
y apelaron a los textos que en la historia de la iglesia habían sido usados para mantener tal
doctrina. Esto lo mostraré en el siguiente análisis.

También veo y he expuesto las inconsistencias lógicas de los teólogos de la CFW, pues si
ellos tuvieran la posibilidad de profundizar en sus propios enunciados respecto a este
tema, se encontrarían ellos mismos con las contradicciones que tiene, o al menos eso
esperaría de los teólogos actuales que la sostienen.

Así mismo he mostrado que mis hermanos cometen un serio error hermenéutico al
asumir que un texto descriptivo es un texto prescriptivo, como es el caso de 1 Corintios
16:1-2, y Hechos 20:7, pues de ser ese un principio normativo para la iglesia, el de tomar
toda descripción como prescripción (mandamiento), entonces la iglesia del siglo XXI está
cometiendo muchos pecados contra Dios al no ajustarse a las descripciones de la iglesia
primigenia, por ejemplo, el horario de comer la Mesa del Señor. Es grave para la iglesia
interpretar con este principio.

Así que sin duda y con humildad, confieso que este artículo en cuanto al día de reposo
cristiano es especulativo, y no proviene de una reflexión teológica de cada uno de los
asuntos allí entrelazados: El día de reposo, el primer día de la semana, y el día del Señor.
Para una exposición de estos asuntos (aunque no tan profunda como me gustaría) pueden
leerse mis capítulos 2,3 y 4 de este tratado.

8.6 Implicaciones teológicas del día de reposo cristiano según CFW

Hermanos, si en realidad los hombres están obligados a guardar Los Diez Mandamientos,
como la CFW lo menciona ¿Por qué nuestra iglesia no lo hace? ¿Por qué ignora y
transgrede el reposo del séptimo día? Si la respuesta es que “lo hace reposando el día del
Señor” entonces, ¿no es evidente, lógico y claro, que nosotros no guardamos Los Diez
Mandamientos? Pues si fuéramos a guardar el Decálogo, no tendríamos necesidad de
apelar a un cambio de día, sino que haríamos lo que es evidente en la Escritura: reposar el
séptimo día.

291
Ahora bien, sabiendo (al menos yo lo sé) que el día de reposo no ha cambiado, sino que
sigue siendo el séptimo día ¿No es nuestra iglesia culpable ante Dios por violentar el
Cuarto Mandamiento?

Si la iglesia que sostiene “el día del Señor” hace un cambio doctrinal para reposar el
séptimo día, implica que durante casi dos mil años, nuestros hermanos han pecado
seriamente contra Dios e incluso se han expuesto al infierno. Pero esto sería verdad, si la
iglesia estuviera obligada a cumplir la ley. Así que no hay escapatoria. O bien, la iglesia ha
pecado durante casi dos mil años, o bien, la teología de la ley tal y como está expuesta en
el Catecismo de Westminster amerita una evaluación. ¿Qué tal que la iglesia no estuviera
obligada a guardar la ley? ¿Podría entonces matar, robar, mentir, adulterar? ¿No es esta
una posibilidad? ¿No es una posibilidad que la iglesia sirva a Dios pero no necesariamente
guardando el código del Sinaí? Puede ser una posibilidad:

Rom.6.15-23; 7:1-6 “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la
gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para
obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea
de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado,
habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y
libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por
vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros
para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros
miembros para servir a la justicia. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres
acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os
avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del
pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la
vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro. ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la
ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? Porque la mujer
casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella
queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será
llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se
uniere a otro marido, no será adúltera. Así también vosotros, hermanos míos, habéis
muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de
los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. Porque mientras estábamos en la
carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros
llevando fruto para muerte. Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para
aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del
Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra”

292
8.7 Un paso más atrás

Hermanos míos, cuando tuvo lugar la reforma en el siglo XVI, nuestros teólogos
reformadores no vivían en un mundo teológico vacío. Ellos no tenían un vacío teológico,
sino que ya tenían una teología respecto a muchas cosas: La justificación, Dios, Cristo, el
Espíritu, La iglesia, La ley y el evangelio; y muchas de sus teologías fueron modificadas en
aquel tiempo; pero otras no lo fueron, por ejemplo, la doctrina de la Trinidad, para
algunos del Bautismo Infantil, de la necesidad de la Santa Cena. Y una de esas doctrinas
que no sufrió modificación, fue la relación del cristiano y la ley, o la ley y el Evangelio.

Así que, hermanos, los reformadores no fueron los creadores del artículo siete que he
tratado aquí. En realidad, en este artículo ellos plasmaron lo que la iglesia venía creyendo
por caso mil doscientos años antes, desde el siglo IV.

No, no fueron los teólogos de Westminster quienes formularon la doctrina del día de
reposo cristiano conocido como “el día del Señor”.

Así que, dejando a CFW, me dispongo a analizar una de las doctrinas más antiguas de la
cristiandad: El Catecismo Católico respecto a este “día del Señor”.

293
9. COMENTARIO AL CATECISMO CATÓLICO SOBRE EL DOMINGO COMO DÍA DEL
SEÑOR

Como lo acabo de decir la Confesión Reformada no es ni la única y tampoco la primera fe


que sostiene la idea del domingo como el día del Señor y como reposo cristiano, sino que
en realidad esta doctrina es mucho más antigua que la Reforma misma.

La iglesia cristiana practicaba esta doctrina desde hace varios siglos antes de la Reforma.
Entonces lo que me propongo hacer es tratar de rastrear el origen de esta doctrina como
tal. Para este fin me serviré del Catecismo Católico Romano, que también inserta esta
doctrina en su enseñanza a la iglesia de Cristo.

A diferencia de la CFW y CFBL, la Iglesia Católica Romana (ICR) también usa como
fundamento de esta doctrina del “día del Señor” La Tradición, es decir, las enseñanzas de
los antiguos obispos, y que incluso afirma proviene de los mismos apóstoles, ya que los
Catecismos Reformados no apelan a la tradición sino netamente a los textos bíblicos,
aunque ya vimos en que termina en ese intento.

Entonces a continuación podrán ustedes leer mi revisión, replica y argumentación a las


ideas que propone el Catecismo Romano al respecto.

9.1 Primera Parte

1166 "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama
con razón “día del Señor” o domingo" (SC 106). El día de la Resurrección de Cristo es a la
vez el "primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y el "octavo día"
en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el
"día que no conoce ocaso" (Liturgia bizantina). El "banquete del Señor" es su centro,
porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que
los invita a su banquete (Cf. Jn 21,12; Lc 24,30):

El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es
llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al
Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha
amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la
salvación (S. Jerónimo, pasch).1

294
 "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se
llama con razón “día del Señor” o domingo"

No sabemos a ciencia cierta desde que momento comenzó la iglesia judía y/o gentil a
celebrar la Mesa del Señor, que la ICR denomina el misterio pascual, pero lo que sí es
cierto es que ya en la época apostólica, nuestra iglesia conmemoraba la muerte del Señor
cada ocho días, el primer día de la semana. En esto estoy de acuerdo con la declaración de
la ICR.

No obstante, aunque es cierto que nuestra iglesia llama oficialmente al primer día del
Señor “el día del Señor” desde casi el siglo III, y Dominicus (día del Señor) desde el siglo IV,
no necesariamente es verdad que a este primer día de la semana se le llamaba “el día del
Señor” en la iglesia apostólica, y por supuesto esto es algo que tampoco afirma la ICR, es
decir, que en los días de los apóstoles al primer día de la semana se le llamara “el día del
Señor”.

Como lo he venido mostrando, hasta el día de hoy, ninguno de nuestros teólogos puede
mostrar que “el día del Señor” se refiere al primer día de la semana, cuando se lee
Apocalipsis 1:10 (si es que la ICR apela en algún momento a este texto).

 “El día de la Resurrección de Cristo es a la vez el "primer día de la semana",


memorial del primer día de la creación, y el "octavo día" en que Cristo, tras su
"reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el "día que no
conoce ocaso" (Liturgia bizantina)”

En efecto es día de la resurrección de Cristo es a la vez el primer día de la semana, si con


esto se quiere decir que Cristo resucitó en este día, el que sigue al séptimo, el que
comienza la semana. Ya vimos que los evangelistas retratan al Señor resucitando el primer
día de la semana.

Pero lo que no es apostólico es que la ICR afirme que el día de la resurrección de Cristo es
a la vez el primer día de la semana, memorial del primer día de la creación. Nada en
nuestro texto canónico muestra que fue la intención divina expresar tal memorial en día
de la resurrección de Cristo. Tampoco tenemos información apostólica de que la iglesia
primigenia hubiera entendido tal significado para este día.

Por supuesto, el primer día Dios hizo la luz, pero nada muestra que Dios con la
resurrección de Cristo quiso asignar un significado espiritual a este día. ¿Por qué no
pensar que Dios asignó un significado espiritual al quinto día, en el que murió nuestro

295
Señor Jesucristo? Así que aceptar un significado espiritual el día que resucitó el Señor es
un asunto netamente personal. Si ustedes desean verlo ¿quién se lo puede impedir?
¿Quién puede impedir que algún hermano celebre cada quinto día la muerte del Señor? Es
una cuestión personal.

Por lo demás, por la evidencia que tenemos, no podemos decir que nuestros apóstoles
vieron en el primer día de la semana un memorial del primer día de la creación. ¿O sí?

En realidad, como lo veremos más adelante, esta idea del primer día de la semana como
memorial del primer día de la creación no es de Pablo, Pedro, o algún escritor canónico,
sino que alguien más fue su proponente y Justino Martir la menciona, si no fue él mismo
quien la propuso.

Ahora bien ¿No es posible que esta idea del primer día de la semana como memorial del
primer día de la creación fuera una premisa apostólica? ¡Claro que sí! Solo que se necesita
evidencia para que deje de ser una probabilidad y pase a ser una verdad. ¿Será que el
apóstol Pablo vio en el quinto día, el día en que murió nuestro Señor, un memorial del
quinto día de la creación? ¿Quién puede negarlo? ¿Lo notan? Aquí el punto no es
encontrar evidencia que niegue la premisa sino que la apoye, y como tal no existe
información bíblica que soporte la idea del memorial del día de la creación. Es una idea
especulativa hablando bíblicamente.

 “El día de la Resurrección de Cristo es a la vez el "primer día de la semana",


memorial del primer día de la creación, y el "octavo día" en que Cristo, tras su
"reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el "día que no
conoce ocaso" (Liturgia bizantina)”

Así mismo el Catecismo denomina al día de la resurrección de Cristo “el octavo día” en
cual Cristo, luego de su reposo, el gran Sabbat, inaugura el Día “que hace el Señor”, el “día
que no conoce ocaso”

Ante tal premisa me permito comentar que es una propuesta sin fundamento escritural,
teológico, canónico y bíblico, ya que en primer lugar, ¿cómo sabe la ICR que el día que
permaneció Cristo en la tumba se denomina el gran Sabbat? En realidad, Jesús no reposó,
Jesús murió, estuvo muerto durante tres días, no solo el día de reposo estuvo en la tumba,
sino también dos días más, aunque por supuesto, solo un día de reposo estuvo en la
tumba, pero ¿estaba el Señor reposando? Nuestros textos no muestran al Señor
reposando, sino permaneciendo en la tumba. Ahora bien, Pablo afirma que la ley se
enseñorea del hombre mientras este vive, pero una vez muerto la ley ya no se enseñorea
más de él:

296
Rom.7.1 “¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se
enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?”

Así que el Señor no estaba reposando el séptimo día mientras yacía en la tumba, él ya no
estaba en obligación de cumplir la ley, él ahora estaba con su Padre, pero resucitó, y
volvió a encontrarse con sus discípulos, luego subió una vez más, y desde allí vendrá a
salvar a los que le esperan. La idea de que el Señor experimentó un gran reposo, no tiene
asidero escritural, es especulativa. Es decir más de lo que la Escritura permite afirmar.

Así mismo el Catecismo menciona que este día de resurrección es “el octavo día”, pero
como lo he mostrado, “el octavo día” solo tiene sentido ceremonial y de adoración
cuando tiene lugar en una fiesta del Señor que dura siete días, y esto para marcar el final
de la fiesta, en este caso en la Fiesta de los Tabernáculos. Esto se puede leer en el capítulo
Tres de este tratado. Así que llamar al día de resurrección “el octavo día” es
descontextualizar el mismo término y usarlo donde no tiene sentido hacerlo. Recuérdese
que en los Evangelios al día de resurrección no se le llama el octavo día, sino que fue el
primer día de la semana, tres días después de la crucifixión y sepultamiento del Señor.

Ahora bien la ICR también afirma que este día en que Cristo resucitó, el Señor inaugura “El
día que hizo el Señor”, que en la Escritura es una frase que se encuentra en el salmo 118:

Sal.118.15-29 “Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; La diestra de
Jehová hace proezas. La diestra de Jehová es sublime; La diestra de Jehová hace valentías.
No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras de JAH. Me castigó gravemente JAH, Mas
no me entregó a la muerte. Abridme las puertas de la justicia; Entraré por ellas, alabaré a
JAH. Esta es puerta de Jehová; Por ella entrarán los justos. Te alabaré porque me has oído,
Y me fuiste por salvación. La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser
cabeza del ángulo. De parte de Jehová es esto, Y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Este
es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos y alegraremos en él. Oh Jehová, sálvanos ahora,
te ruego; Te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito el que viene en el
nombre de Jehová; Desde la casa de Jehová os bendecimos. Jehová es Dios, y nos ha dado
luz; Atad víctimas con cuerdas a los cuernos del altar. Mi Dios eres tú, y te alabaré; Dios
mío, te exaltaré. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su
misericordia”

Es posible que este salmo fuera escrito antes del exilio y la división del reino, y en éste se
hace mención de un día que hizo el Señor ¿Cuál es ese día? Podría ser el día de la cruz, el
día de la resurrección, el día de reposo, el día de una liberación gloriosa del Señor. ¿Cuál
es ese día?

297
Por el contexto del verso poético, es del todo posible, que este día es “La obra del Señor
Jesucristo por nosotros” Pues el salmista dice: “La piedra que desecharon los edificadores
Ha venido a ser cabeza del ángulo. De parte de Jehová es esto, Y es cosa maravillosa a
nuestros ojos. Este es el día que hizo el Señor.” Así que la referencia anterior podría ser
por supuesto una alusión profética a la obra de salvación del Señor, que no sería creída
por algunos de su pueblo. Es cosa maravillosa ante sus ojos. Y en efecto, esto podría ser la
resurrección de Cristo, aunque mucho más su cruz ¿quién imaginaría al Mesías muriendo
colgado en un madero?

Ahora bien, si aquí el salmista se está refiriendo al día de resurrección, es posible, pero
también es bien posible que se refiera a toda la obra de salvación en general, pues como
lo hemos visto, no siempre que se habla de “un día” se refiere a un lapso de una salida y
puesta de sol, sino a un periodo de tiempo en el que algo está establecido para cumplirse.

Así que si “el día que hizo el Señor” aquí se quiere ver como el día de la resurrección de
Cristo, esto es posible. Pero también puede referirse al día de reposo, al día de su regreso,
o al día en que el Señor obrara una liberación y bendición para su pueblo, pues el salmista
también exclama enseguida: “Te ruego Señor que nos prosperes y nos salves ahora” ¿por
qué no esto ultimo?

En ultima instancia, si uno lee este salmo en su contexto histórico, no hay posibilidad de
que esta frase “este es el día que hizo el Señor” se pueda referir al día de la resurrección
de Cristo, pues en su época de escritura tal evento ni siquiera estaba en la mente de su
escritor; y si se lee el texto con una perspectiva profética ¿Cuál fue el día que el hizo el
Señor? ¿Cuál es la evidencia de que sea el día de la resurrección de nuestro Señor?

Por tanto, aseverar que “el día que hizo el Señor” es el día de su resurrección es una
interpretación arbitraria, sin evidencia, y haciendo que el texto diga algo que ni él ni otras
escrituras infieren. No, “el día que hizo el Señor” no es cada primer día de la semana, y
tampoco fue el día en que resucitó nuestro Señor. Y reitero, “día” se puede referir a toda
la acción salvadora que expone el salmista en este Salmo.

 El "banquete del Señor" es su centro, porque es aquí donde toda la comunidad de


los fieles encuentra al Señor resucitado que los invita a su banquete (Cf. Jn 21,12; Lc
24,30)”

Al decir la ICR “Su centro”, se está refiriendo por el contexto, al centro del día del Señor,
“del primer día de la semana”, así que la afirmación en contexto es que “el banquete del
Señor” es el centro del día del Señor, del primer día de la semana.

298
Ahora bien, dado que el primer día de la semana no es el día del Señor, ni constituye un
día que la iglesia debe guardar u observar, la frase no es cierta en ese sentido, porque el
banquete del Señor no es el centro del “día del Señor”.

Pero lo que sí es cierto, es que “el banquete del Señor” es una actividad central de la
iglesia, porque en ella la comunidad de los fieles se reúne para participar del banquete al
que fueron invitados por el Señor mismo, la Mesa del Señor. Pero por celebrarse la Santa
Cena este día no implica que el día en sí sea de alguna manera santificado. La atención del
creyente no está puesta en la santidad del día, sino en la gloria de la Comunión, de la
Mesa del Señor.

 “El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día.
Por eso es llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió
victorioso junto al Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos
con gusto; porque hoy ha amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de
justicia cuyos rayos traen la salvación (S. Jerónimo, pasch.)”

¿Por qué el día de resurrección es “el día del Señor” y es el día de los cristianos? Jerónimo,
dice que es así porque en este día “el Señor subió victorioso junto al Padre”. La frase de
Jerónimo puede ser muy inspiradora, pero no necesariamente es verdadera. Primero no
sabemos el día en que el Señor subió junto al Padre. No sabemos si fue un primero,
segundo, tercer o cuarto día de la semana, no lo sabemos. Segundo, la iglesia no está
ordenada a celebrar el día que el Señor subió al Padre. Y tercero, si se refiere Jerónimo al
día de resurrección, entonces no es el día en que el Señor subió al Padre.

Para el siglo V, cuando Jerónimo vivía ¿cómo llamaban los paganos al primer día de la
semana? Así es, el día del sol. Y esto no era así, como parte de una conspiración contra los
cristianos, sino que ese era el nombre pagano que ya desde siglos se venía dando a este
día que coincidía con el día que la iglesia llamaba el primer día de la semana.

Ante este nombre “el día del sol” Jerónimo afirma que ellos, los cristianos, también lo
pueden llamar así, y lo hacen, porque en ese día “ha amanecido la luz del mundo, hoy ha
aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación”

Nuevamente, la frase de Jerónimo es inspiradora, pero aun así no necesariamente es


apostólica. Para los profetas la salvación del Señor llegó exclusivamente con su
resurrección, ni con su muerte, sino que toda la vida del Señor, desde su encarnación fue
la aparición del Sol de Justicia:

299
Mat.4.12-16 “Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea; y dejando a
Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de
Neftalí, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Tierra de
Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles;
El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de
muerte, Luz les resplandeció”

Y también la frase Sol de Justicia es usada por el profeta Malaquías refiriéndose, no a la


resurrección del Señor, sino a su segunda venida:

Mal.4.1-3 “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y
todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi
nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como
becerros de la manada. Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de
vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos”

Así que la frase de Jerónimo es inspiradora para la fe cristiana, y no necesariamente es


falsa, pues con la resurrección se anunció luz al pueblo:

Hec.26.23 “Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los


muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles”

Pero nótese que usar estos eventos proféticos para asignar o conceder el nombre al
primer día de la semana como “el día del sol” no es una indicación apostólica, es la
propuesta de Jerónimo. ¿Quería Dios que al primer día de la semana, al día en que
resucitó su Hijo se le llamara “el día del Sol”? Como lo vemos, no fue la iglesia la que
asignó ese nombre, sino que concedió llamarlo así en una cultura pagana.

Ahora bien, notemos que Jerónimo, concediendo que al primer día de la semana se le
llame el día del sol, llama a este día “el día del Señor” sin dar razón del porqué lo hace, y
esto lo hizo para el siglo V.

9.2 Segunda Parte

“II EL DÍA DEL SEÑOR

¡Este es el día que ha hecho el Señor, exultemos y gocémonos en él! (Sal 118, 24).

El día de la Resurrección: la nueva creación

300
2174 Jesús resucitó de entre los muertos “el primer día de la semana” (Mt 28, 1; Mc 16, 2;
Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto es el “primer día”, el día de la Resurrección de Cristo
recuerda la primera creación. En cuanto es el “octavo día”, que sigue al sábado (Cf. Mc 16,
1); Mt 28, 1), significa la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los
cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del
Señor (“Hè kyriakè hèmera”, “dies dominica”), el “domingo”:

Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día (después del sábado judío, pero
también el primer día), en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese
mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos (S. Justino, Apol.
1,67)”2

 “Jesús resucitó de entre los muertos “el primer día de la semana” (Mt 28, 1; Mc 16,
2; Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto es el “primer día”, el día de la Resurrección de Cristo
recuerda la primera creación”

Entiendo por supuesto que nuestro Dios comenzó su obra creadora en el primer día, digo
la comenzó, porque la terminó en el sexto día, pero en la historia solo hay un primer día
de la creación, aquel día cuando fue hecha la luz, ese fue el primer día de la creación. No
sé cómo, porqué y según quién, la resurrección de Cristo recuerda el primer día de la
creación. No veo en la Escritura conexión alguna. Pues también es cierto que el Señor el
segundo día separó las aguas de las aguas ¿por qué no conmemoramos cada lunes este
evento?

Personalmente, yo no recuerdo cada primer día de la semana, cada domingo, el primer día
de la creación ¿ustedes lo hacen?

Y además, en la revelación divina, el día propiamente que recordaba la creación no era el


primer día de cada semana, sino el séptimo día:

Éxo.20.8-11 “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que
está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el
día de reposo y lo santificó”

En nuestra revelación canónica no hay otro día que haya sido establecido para
conmemorar la creación.

301
Y más bien, la resurrección de Cristo no recuerda la primera creación de Cristo, sino que
apunta a una nueva creación, que tendrá lugar en el futuro, y que hace parte de la
esperanza cristiana. ¡Aleluya!

 “En cuanto es el “octavo día”, que sigue al sábado (Cf. Mc 16, 1); Mt 28, 1),
significa la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo”

Literalmente el día de la resurrección de Cristo, es y fue el primer día de la semana (un


primer día de la semana), pero no se puede llamar el octavo día, porque Cristo no resucitó
en una fiesta que finalizaba en el octavo día y que coincidía con su resurrección. Él
resucitó un día ordinario. No era fiesta, no era “un octavo día”.

Mar.16.1 “Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y
Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle”

Mat.28.1 “Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron
María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro”

Ahora bien, en efecto, la muerte de Cristo es el evento que da inicio a la esperanza de una
vida nueva, de una creación nueva:

1Co.15.20-22 “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un
hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también
en Cristo todos serán vivificados”

Pero, esta nueva creación no tendrá lugar sino hasta la resurrección de los muertos,
cuando el Señor juzgue al mundo, y haga cielos nuevos y tierra nueva.

Ya he discutido antes el argumento de John Piper y Sam Waldron, sobre la inauguración


de la nueva creación, así que acá no diré más que es evidente que todavía permanecen el
cielo y la tierra que el Señor creó desde el comienzo del mundo, con la resurrección del
Señor no se produjo cambio alguno, solo cuando el regrese, habrá cielo nuevo y tierra
nueva.

 “Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las
fiestas, el día del Señor (“Hè kyriakè hèmera”, “dies dominica”), el “domingo”:

Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día (después del sábado judío,
pero también el primer día), en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó
al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos
(S. Justino, Apol. 1,67)”

302
Primero que todo, no necesariamente para los cristianos el primer día de la semana vino a
ser el primero de todos los días, pues como ya lo he expuesto antes, los judíos llamaba a
los días con su nombre cardinal, así después del séptimo día, seguía el primer día de la
semana. No, los cristianos no son los primeros en llamar al día después del séptimo, el
primer día de la semana.

Ahora bien, la ICR afirma que este día es una fiesta para los creyentes, el día del Señor, el
domingo, y pues hasta donde yo leo en mi Escritura, no se nos instituyó fiesta alguna en la
fe del Señor, aunque sí puede llamarse en cierto sentido fiesta a la conmemoración de la
muerte del Señor, a la participación de la Santa Cena:

1Co.5.4-11 “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu,


con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción
de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. No es buena vuestra
jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la
vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua,
que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja
levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de
sinceridad y de verdad. Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no
absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o
con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí
que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o
idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”

Pablo está diciendo que los cristianos no deberían comer con uno que llamándose
hermano fuera fornicario, por ejemplo, y hace esta aclaración después de haber indicado
que al incestuoso de Corintio se le expulsara por su pecado, y luego de llamarlos a
celebrar la fiesta, no con los panes de levadura, sino con panes de sinceridad y verdad.

Esto puede ser un llamado espiritualizado a la santidad, para que ya no vivan en


hipocresía y maldad, sino en verdad y santidad, pero dado que Pablo más adelante
menciona “el comer” y también indica que “celebremos la fiesta”, bien puede ser un
llamado a santificarse para comer la mesa del Señor, sin permitir que a ella acudan
personas impenitentes. Puede ser.

Por tanto, que la comunión es una fiesta cristiana, lo puede ser, yo mismo la veo así, pero
no que el día en sí sea la fiesta. Yo me casé un decimo día, y cada mes recuerdo este día
con mi esposa, pero la esencia de nuestra celebración no es el decimo día, sino el evento
que ocurrió ese día en particular: Nuestro matrimonio.

303
Así la iglesia festeja cada primer día de la semana, pero no festeja el día en sí, sino el
evento que la congrega: El Banquete Pascual.

 “Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día (después del sábado
judío, pero también el primer día), en que Dios, sacando la materia de las tinieblas,
creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los
muertos (S. Justino, Apol. 1,67)”

¿Por qué la iglesia se reúne el día del sol (llamado así por los paganos)? La respuesta de
Justino Martir en el siglo III puede ser considerada acá: “porque es el primer día en que
Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro
Salvador resucitó de entre los muertos”

Así es, Dios el primer día de la semana (todavía en ese momento no existían las semanas,
pues hasta ahora todo estaba comenzando) creó la luz, pero no al mundo, como Justino lo
aseveró. Y el sol fue creado el tercer día de esa primera semana de la humanidad. Ahora
bien, muchos siglos después, también un primer día de la semana, el Señor resucitó de
entre los muertos.

Ahora ¿por eso la iglesia apostólica se reunía? Sí, un primer día de la semana, el primero
en toda la historia, Dios creó la luz y comenzó su obra creadora, y sí, un primer día de la
semana, Dios resucitó a Jesús nuestro Salvador, pero no veo la razón teológica por la que
la concomitancia de estos días determine la reunión ordinaria de la iglesia para comer la
mesa del Señor. Si a la pregunta ¿por qué nos reunimos el primer día de la semana? La
respuesta es: “Porque un primer día Dios creó la luz (no el mundo)” Yo no veo la
respuesta. Es más, hasta el día de hoy, nadie sabe con certeza porque los apóstoles
escogieron el primer día de la semana para comer la Cena del Señor. Propuestas ha
habido muchas, como la de Justino, pero certidumbre apostólica no la hay, y no tenemos
evidencia de tal razón en nuestro Canon.

Nótese ahora, que para esta época, Justino reconoce que ellos, los cristianos, se reunían
un día después del “sábado judío”. ¿Por qué no simplemente dijo “después del sábado”?
Al agregar “judío”, Justino hizo hincapié no en “el día de Saturno” (en inglés “Saturday”),
sino en el séptimo día de la semana, el día sábado judío, no “el día de Saturno”, sino “el
día del Sabbat” o “día de reposo”. Así que al mencionar Justino “el sábado judío” él
todavía veía la particularidad de este día: Que era un día de reposo, que guardaban los
judíos. Los judíos nunca cambiaron “el día de reposo”, y ni siquiera los judíos cristianos los
hicieron. Pues miremos los registros apostólicos de nuestra biblia y allí veremos cuál era el
día de reposo para los judíos creyentes. No el primer día de la semana, sino el séptimo.

304
Además, la respuesta de Justino obedece a una defensa de la fe en su época, en la que la
iglesia guardando la tradición de los apóstoles de comer la mesa del Señor el primer día de
la semana, defendía su conmemoración a la luz de que era hecha “el día del sol” llamado
así por los paganos en función de su idolatría, como al séptimo día, llamaban “día de
Saturno”. Por eso, la respuesta de Justino, muestra que los cristianos se reunían “el día del
sol” pero no en función de la idolatría, sino en virtud de su propia fe cristiana, apelando a
que en tal día (un primer día de la semana) “Dios sacando la materia de las tinieblas, creó
al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos”

Así que Justino asigna dos razones por las que la iglesia se congregaba el día del sol (el
primer día de la semana): Porque un primer día Dios creó el mundo, y porque Jesucristo
resucitó de entre los muertos. Y eso significa que los cristianos de aquel tiempo, según
Justino, no adoran al sol, no se reúnen en honor al sol, sino a su Dios, a Jesucristo.

Si hoy, siglo XXI, se nos pregunta ¿por qué nos reunimos el domingo? Mi respuesta sería:
Porque nuestra iglesia desde días apostólicos se reúne por tradición este día para
conmemorar la muerte de nuestro Señor, para partir el pan. ¿Por qué el primer Domingo?
Teológicamente hablando, no lo sé.

¿Deberíamos aceptar la respuesta de Justino como la verdad? Pues al menos yo no lo


hago, porque Justino no da prueba bíblica, y ni siquiera puede apelar a apóstol alguno
para su proposición. Pero si ustedes quieren hacerlo ¿quién soy yo para impedírselo? Solo
que están aceptando la respuesta de Justino, no de Pablo, Pedro o cualquier escritor
canónico, están asumiendo que Justino conoce la verdad, aun cuando como lo he
expuesto, no veo razón teológica entre el día de la creación del sol y la resurrección de
Cristo para que los apóstoles hayan determinado tal día para comer la Mesa del Señor.

9.3 Tercera Parte

“El domingo, plenitud del sábado

2175 El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente


cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza
plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el
descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de
Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (Cf. 1 o
10,11):

305
Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no
observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por Él y
por su muerte. (S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9, 1)”3

 “El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede


cronológicamente cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los
cristianos. Realiza plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del
sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios”

El Catecismo en este artículo asegura que el domingo reemplaza para los cristianos el
sábado. Es decir, que establece que ahora tal es el día de reposo. Esta es la primera parte
de esta frase.

¿Qué evidencia exegética, apostólica, bíblica nos brinda la ICR para pronunciar esta
premisa? Quiero que notemos hermanos, que la ICR no suministra información ni muestra
quién, cómo y en qué lugar la Escritura santa reemplaza al sábado por el domingo

Aquí vemos que los obispos sencillamente pronunciaron la doctrina, pero no dieron
evidencia del porqué y cómo de su doctrina. Es decir, ésta llegó a ser verdad, porque ellos
así lo decían, y más aún, porque así lo asumió la iglesia. Otros obispos no rebatieron tal
premisa, sino que para todos es verdad, aun cuando no hay evidencia escritural, y aun
cuando más bien la Escritura niega implícitamente por sí misma la premisa sostenida por
los obispos antiguos.

Como lo expuse anteriormente, ningún ser humano, ni el Señor Jesucristo, reemplazó el


sábado por el domingo. Nosotros igualmente podríamos decir más bien, que el viernes
remplazó al sábado ¿por qué? Porque en este día el gran sacrificio de Cristo fue realizado.
¿Y con qué evidencia bíblica afirmamos tal cosa? En efecto, sin ninguna, pero nada impide
no sea verdad. Por tanto, notemos hermanos, que la cosa más importante para
determinar, definir, creer, y enseñar una doctrina cristiana, es la armonía teológica y la
exegesis escritural. Sin esto cualquiera puede postular una doctrina con el título de
apostólica.

 (El domingo)...Realiza plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del


sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios”

La ICR asegura que el domingo, “en la Mesa del Señor, se realiza plenamente la verdad
espiritual del sábado judío”. Bien ¿cuál es la verdad espiritual del sábado judío? La ICR no
lo explica, pero ella misma prosigue: “y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios”

306
¿Será esta la verdad espiritual del sábado judío? Puede que sí, la ICR no lo explica
detalladamente.

Primero que todo, ¿Por qué se le llama aquí sábado judío? Usualmente se llama así,
porque fue establecido para que los judíos lo guardaran, implicándose entonces que los
gentiles no lo deberían hacer, por eso es que usualmente se le califica sábado judío.

Pero si la Iglesia Cristiana ya no guarda el sábado judío, entonces ya no guarda el Cuarto


Mandamiento, y si no guarda el Cuarto Mandamiento ¿Con qué fin insistir en un cambio
de día? ¿Para qué un cambio de día si ya no hay que guardar el sábado judío?

En segundo lugar, ¿Cuál es la verdad espiritual del día de reposo? Tal parece que la ICR lo
conoce como “el descanso” y así expone que “el día del Señor” “anuncia el descanso
eterno del hombre con Dios”. No obstante, nada en nuestro canon muestra que el día de
reposo fue cambiado al primer día de la semana, así que el primer día de la semana no
“anuncia el eterno descanso con el Señor” y ni siquiera el sábado judío lo hacía, pues este
no señalaba el descanso eterno con el Señor, sino que conmemoraba el reposo de Dios en
el séptimo día de la creación. Y finalmente, el domingo, la iglesia anuncia, no el eterno
descanso con Dios, sino la muerte del Señor Jesús:

1Co.5.6-8 “No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda
la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura
como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que
celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad,
sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad”

Así que la realidad no es que el domingo “realiza plenamente, en la pascua de Cristo, la


verdad del sábado judío y anuncia el descanso eterno” más bien, “realiza plenamente, en
la pascua de Cristo, la verdad espiritual de la Pascua y anuncia la muerte del Señor Jesús
hasta que el venga”. Pero notemos hermanos, que esto no lo hace el día como tal, sino el
evento de ese día: La Mesa del Señor.

 “Porque el culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo que se practicaba en


ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (Cf. 1 o 10,11)”

Completamente cierto es que el culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, sus ritos,
sus mandatos, sus ceremonias eran símbolo de lo que había de venir, pero el día de
reposo fue establecido no en la ley, sino en la creación, y hasta el día de hoy no hubo
cambio sobre el día de reposo que Dios santificó. No hay argumento alguno que lo pueda

307
implicar. Mas bien la evidencia bíblica apunta a que el sábado fue, es y será el día de
reposo.

Y si el día de reposo era un figurativo de Cristo, entonces recuérdese que éste día no fue
instituido en la Ley sino en la misma Creación, y eso incluso antes de la caída del hombre;
pero si aun así, Cristo cumple la verdad figurada del séptimo día ¿cómo lo hace?
¿Ordenando reposar el domingo, el día de su resurrección? Bueno, él mismo nos dio la
orden de celebrar la pascua que él cumplió proféticamente y nos enseñó cómo hacerlo,
pero nuestro Señor no nos enseñó cómo celebrar su cumplimiento profético del séptimo
día.

 “Porque el culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo que se practicaba en


ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (Cf. 1 o 10,11):

“Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza,
no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es
bendecida por Él y por su muerte” (S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9, 1)

Notemos hermanos la base doctrinal y teórica sobre la cual la ICR fundamenta su creencia
y praxis de que el domingo es el día del Señor: El maestro Ignacio de Antioquía.

En el siguiente capítulo analizaré con detenimiento la enseñanza de Ignacio en cuanto “al


día del Señor”. Así que por ahora quiero señalar que la ICR cita, no a Pablo, a Pedro, sino a
Ignacio de Antioquía.

9.4 Cuarta Parte

“2176 La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del
hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su
bondad universal hacia los hombres” (S. Tomás de A., s. th. 2-2, 122, 4). El culto dominical
realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando
cada semana al Creador y Redentor de su pueblo” 4

 2176 “La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el


corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo
el signo de su bondad universal hacia los hombres” (S. Tomás de A., s. th. 2-2, 122,
4)”

La ICR declara que el domingo, el primer día de la semana, el Domingo, “cumple la


prescripción moral, inscrita en el corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior,

308
visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres” citando a
Aquino.

Así que más que analizar las palabras del Catecismo, hay que hacerlo aquí a las de Tomas
de Aquino.

¿Qué dice Tomas de Aquino? Primero, El dice que hay “una prescripción moral, inscrita en
el corazón del hombre”. Segundo, Tomas, expone en que consiste esa prescripción moral:
“dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal
hacia los hombres”

Ahora bien, ¿Cómo sabe Tomas que hay una prescripción de este tipo en el corazón del
hombre? Mientras no haya sustento teológico, bíblico, exegético de la proposición de
Tomas, la premisa es de Tomas, es suya, no de los apóstoles.

Sin embargo, cabe la posibilidad, y es lo más probable, que Tomas este apelando a una
doctrina antigua de la ICR:

“1951 La ley es una regla de conducta proclamada por la autoridad competente para el
bien común. La ley moral supone el orden racional establecido entre las criaturas, para su
bien y con miras a su fin, por el poder, la sabiduría y la bondad del Creador. Toda ley tiene
en la ley eterna su verdad primera y última. La ley es declarada y establecida por la razón
como una participación en la providencia del Dios vivo, Creador y Redentor de todos.
“Esta ordenación de la razón es lo que se llama “la ley” (León XIII, enc. "Libertas
praestantissimum"; citando a S. Tomás de Aquino, s. th. 1-2, 90, 1):

El hombre es el único entre todos los seres animados que puede gloriarse de haber sido
digno de recibir de Dios una ley: animal dotado de razón, capaz de comprender y de
discernir, regular su conducta disponiendo de su libertad y de su razón, en la sumisión al
que le ha entregado todo. (Tertuliano, Marc. 2, 4).

1952 Las expresiones de la ley moral son diversas, y todas están coordinadas entre sí: la
ley eterna, fuente en Dios de todas las leyes; la ley natural; la ley revelada, que
comprende la Ley antigua y la Ley nueva o evangélica; finalmente, las leyes civiles y
eclesiásticas”

1954. El hombre participa de la sabiduría y la bondad del Creador que le confiere el


dominio de sus actos y la capacidad de gobernarse con miras a la verdad y al bien. La ley
natural expresa el sentido moral original que permite al hombre discernir mediante la
razón lo que son el bien y el mal, la verdad y la mentira:

309
La ley natural está inscrita y grabada en el alma de todos y cada uno de los hombres
porque es la razón humana que ordena hacer el bien y prohíbe pecar... Pero esta
prescripción de la razón humana no podría tener fuerza de ley si no fuese la voz y el
intérprete de una razón más alta a la que nuestro espíritu y nuestra libertad deben estar
sometidos. (León XIII, enc. "Libertas praestantissimum").

1955 La ley “divina y natural” (GS 89) muestra al hombre el camino que debe seguir para
practicar el bien y alcanzar su fin. La ley natural contiene los preceptos primeros y
esenciales que rigen la vida moral. Tiene por raíz la aspiración y la sumisión a Dios, fuente
y juez de todo bien, así como el sentido del prójimo en cuanto igual a sí mismo. Está
expuesta, en sus principales preceptos, en el Decálogo. Esta ley se llama natural no por
referencia a la naturaleza de los seres irracionales, sino porque la razón que la proclama
pertenece propiamente a la naturaleza humana:

¿Dónde, pues, están inscritas estas normas sino en el libro de esa luz que se llama la
Verdad? Allí está escrita toda ley justa, de allí pasa al corazón del hombre que cumple la
justicia; no que ella emigre a él, sino que en él pone su impronta a la manera de un sello
que de un anillo pasa a la cera, pero sin dejar el anillo. (S. Agustín, Trin. 14, 15, 21).

La ley natural no es otra cosa que la luz de la inteligencia puesta en nosotros por Dios; por
ella conocemos lo que es preciso hacer y lo que es preciso evitar. Esta luz o esta ley, Dios la
ha dado a la creación. (S. Tomás de A., de. praec. 1).

1956 La ley natural, presente en el corazón de todo hombre y establecida por la razón, es
universal en sus preceptos, y su autoridad se extiende a todos los hombres. Expresa la
dignidad de la persona y determina la base de sus derechos y sus deberes fundamentales:

Existe ciertamente una verdadera ley: la recta razón. Es conforme a la naturaleza,


extendida a todos los hombres; es inmutable y eterna; sus órdenes imponen deber; sus
prohibiciones apartan de la falta... Es un sacrilegio sustituirla por una ley contraria; está
prohibido dejar de aplicar una sola de sus disposiciones; en cuanto a abrogarla
enteramente, nadie tiene la posibilidad de ello. (Cicerón, rep. 3, 22, 33).

1957 La aplicación de la ley natural varía mucho; puede exigir una reflexión adaptada a la
multiplicidad de las condiciones de vida según los lugares, las épocas y las circunstancias.
Sin embargo, en la diversidad de culturas, la ley natural permanece como una norma que
une entre sí a los hombres y les impone, por encima de las diferencias inevitables,
principios comunes.

310
1958 La ley natural es inmutable (Cf. GS 10) y permanente a través de las variaciones de la
historia; subsiste bajo el flujo de ideas y costumbres y sostiene su progreso. Las normas
que la expresan permanecen substancialmente valederas. Incluso cuando se llega a
renegar de sus principios, no se la puede destruir ni arrancar del corazón del hombre.
Resurge siempre en la vida de individuos y sociedades:

El robo está ciertamente sancionado por tu ley, Señor, y por la ley que está escrita en el
corazón del hombre, y que la misma iniquidad no puede borrar. (S. Agustín, conf. 4, 4, 9”5
Subrayados míos.

Así que si estoy leyendo como debo hacerlo, según la ICR existe una ley natural, que en el
artículo 1955 llama “La ley divina y natural”, y según este mismo artículo, sus principales
mandamientos están en el Decálogo. Y según los artículos 1954 y 1956 esta ley está
inscrita y grabada en el alma de cada ser humana, y está presente en sus corazones, y
según el mismo Tomas de Aquino “Esta luz o esta ley, la ha dado Dios en la creación”.

Sin entrar a profundizar el tema, quiero poner en relieve mis hermanos, que la teoría de la
ley natural o la luz natural, no fue formulada en nuestra Reforma, sino que es una doctrina
más antigua que ella; se cita por ejemplo a San Agustín como fuente de uno de sus
expositores, escritor cristiano del siglo IV y V.

Ahora bien, entonces, para Tomas de Aquino, hay una ley dada en la creación por Dios,
pero ¿cuál es esa ley?

Si esta ley a la que apela Tomas no es la ley natural que cita el Catecismo Católico, cuyos
principales preceptos están ordenados en el Decálogo, entonces ¿cómo sabe Aquino que
hay que “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad
universal hacia los hombres”?

Así que si no es la ley moral que la iglesia ha enseñado desde tiempos de antaño, entonces
primero, no sabemos de donde obtiene Aquino su información del deber de dar a Dios
culto publico y regular; y segundo, ya que no lo sabemos, no necesitamos, y no nos
conviene aceptar que el Catecismo hace: “La celebración del domingo cumple la
prescripción moral, inscrita en el corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior,
visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres”. Puesto
que no sabemos si tal premisa es o no escritural, entonces ¿por qué habríamos de
recibirla como apostólica? La premisa de Aquino carece de significado teológico para la
iglesia, pues no sabemos de dónde la obtiene, y del mismo modo, el artículo del
Catecismo cita.

311
Ahora bien, si la ley a la que apela Tomas para afirmar que hay un deber de “dar a Dios un
culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los
hombres” es aquella ley natural escrita en el corazón de los hombres y cuyos principales
preceptos se hallan en el Decálogo, entonces podemos hacer otra reflexión.

¿Cómo supo Tomas de Aquino que en la ley natural había un mandato de “dar a Dios un
culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los
hombres”? Pienso que hasta el día de hoy no hay evidencia de tal conocimiento, de tal
precepto natural en los hombres, excepto si se apela a la escritura del Decálogo en el
corazón de los hombres, siendo el Decálogo ley principal escrita en el corazón humano.
Porque sabemos que el Decálogo establece un día de adoración (en realidad de reposo), y
si este precepto es la fuente de información de que hay que “dar a Dios un culto exterior,
visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres” entonces
en realidad, en vez de ser una solución, se plantea un nuevo problema y dilema teológico.

Lo anterior lo digo, porque si es por medio del Decálogo, que se asume está escrito en el
corazón del hombre, que Tomas sabe que hay que dar a Dios culto exterior, visible, público
y regular entonces Tomas no solo sabe que hay que dar esta adoración a Dios, sino incluso
está ordenado a darla en el tiempo especificado: El Séptimo día.

Por tanto, la premisa teológica la ICR: “La celebración del domingo cumple la prescripción
moral, inscrita en el corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y
regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres” es una premisa que niega
la misma ley natural que ella propone, cuyos preceptos principales están descritos en el
Decálogo, ya que en esta ley natural no solo se ordena adorar (en realidad, reposar) sino
que se especifica la regularidad con la que debe hacerse: Cada ocho días, el séptimo día.

Por tanto, si la prescripción moral, inscrita en el corazón del hombres, de “dar a Dios un
culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los
hombres” se conoce por medio del Decálogo, específicamente por medio del Cuarto
Mandamiento, la ICR yerra al proponer que sea el domingo el día y tiempo que cumple
con tal prescripción, pues el mismo Decálogo ha determinado el día de adoración (de
Reposo): El séptimo día.

Y si el mandato moral de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el
signo de su bondad universal hacia los hombres” no es el Cuarto Mandamiento del
Decálogo, escrito en el corazón humano en la creación, ¿De dónde y cómo sabe Tomas y la
ICR que existe tal prescripción en el corazón del hombre de manera natural? Sería mera
especulación.

312
Este es el problema que surge cuando la Iglesia quiere sostener las siguientes premisas
como verdaderas, todas y cada una de ellas:

1. La ley moral es el Decálogo, o principalmente el Decálogo.


2. Esta ley moral está escrita constitucionalmente (por creación) en el corazón de cada ser
humano.
3. Esta ley es de carácter moral, obligatorio y perpetuo para todos los seres humanos.
4. En esta ley se demanda dar adoración a Dios en un periodo de tiempo regular.
5. Ese tiempo de adoración regular, fue el séptimo día hasta que resucitó Jesús.
6. Luego de la resurrección de Cristo, ese tiempo regular de adoración es el primer día de
la semana.

¿Cómo sabe la iglesia que esta que “demanda dar adoración a Dios en un periodo de
tiempo regular”? ¿No es acaso por el Cuarto Mandamiento? Y si es el cuarto
mandamiento ¿no debería adorar el hombre de todas las épocas en este día designado
divinamente? Si hubo cambio de día de adoración ¿no muestra eso que la ley escrita en el
corazón del hombre en realidad no es perpetua? Y si no es el Cuarto Mandamiento lo que
la humanidad ahora debe observar ¿no es ello evidencia de que el Decálogo realmente no
está escrito en el corazón del hombre? Si hubo cambio de día ¿con que mandamiento? Si
hubo cambio de día de adoración ¿cómo sabemos que otros preceptos no cambiaron?

Hermanos, es lógica, teológica y racionalmente imposible sostener la teología de la ICR en


cuanto a la ley, sosteniendo al mismo tiempo el cambio de día de adoración (de reposo).

¿Recuerdan a Sam Waldron, profesor no católico, sino reformado, haciendo toda clase de
malabares exegéticos (eiségesis y descontextualización) para tratar de sostener tanto la
teología clásica católica de la ley como el cambio de día de adoración? Hermanos, hay algo
que no ha estado funcionando bien en nuestra teología cristiana, desde hace casi quince
siglos. ¿Hay alguna otra opción? ¿Una más bíblica, evidente, escritural, apostólica? Sí, sí la
hay.

Para finalizar mi análisis aquí digo entonces que si es verdad lo que la ICR sostiene en
cuanto a que “La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el
corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo
de su bondad universal hacia los hombres”, lógicamente, deduzco que el creyente no
guarda el Cuarto Mandamiento del Decálogo, y si no lo guarda, entonces su prescripción
moral y natural no es de carácter perpetuo, y si el Cuarto Mandamiento no es perpetuo
¿cómo saber si los otros nueve mandatos lo son? Así que o bien la ley moral, el Decálogo,
no es perpetua en cuanto a su moralidad y obligatoriedad, entonces ésta fue valida
únicamente hasta la resurrección de Cristo, y ahora el hombre se rige por otra ley, y si hay

313
otra ley, (sea cual sea) entonces, el Decálogo en realidad no esta escrito en el corazón de
los seres humanos, pues ¿cómo que puede ser modificado habría de ser constitucional?, y
respecto a este implicación lógica, hay evidencia escritural que lo sustenta: No, el
Decálogo no está escrito en el corazón de los hombres. En mi segundo tratado ampliaré
este asunto.

¿Cuál es la realidad de todo esto? Que no puede ser verdad que el Decálogo esté escrito
en el corazón del hombre y que el día de adoración (reposo) haya cambiado.

Si la ICR desea cumplir la prescripción moral, apelando a una ley escrita en el corazón del
hombre, entonces su cumplimiento no ha de ser el Domingo, sino el Sábado. El asunto es
serio.

9.5 Quinta Parte

“2176 La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del
hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su
bondad universal hacia los hombres” (S. Tomás de A., s. th. 2-2, 122, 4). El culto dominical
realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando
cada semana al Creador y Redentor de su pueblo” 6

Observemos el comentario que el Catecismo hace junto a la proposición de Aquino: “El


culto dominical realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu
recoge celebrando cada semana al Creador y Redentor de su pueblo”

El Catecismo aquí no se está refiriendo al Cuarto Mandamiento en sí, porque de ser así la
iglesia no debería adorar (reposar) el domingo, sino el sábado como está ordenado en el
Decálogo. Notemos el lenguaje usado: “el precepto moral de la Antigua Alianza”.

La Confesión no dice que el culto dominical cumplía el precepto del Cuarto Mandamiento,
sino que en la ley hay un aspecto moral que debía ser guardado independientemente del
día como tal. Me explico. Para algunos teólogos, el Decálogo no solo contiene preceptos
específicos de aplicación, sino que ella misma en esencia es una ley moral y por tanto rige
la santidad y vida del pueblo de Dios de manera perpetua. Y aunque por alguna razón la
iglesia ya no guarde el día de reposo como tal, o sea el séptimo día, no obstante, el
principio moral debe seguir rigiendo, así sea otro día el apartado para ello, porque el
principio moral es “dar a Dios culto exterior, visible, público y regular”.

Pero ¿Cómo puede la iglesia afirmar que celebrando el domingo cumple el aspecto moral
del Decálogo? Si una persona israelita pensando en que lo importante y transcendental de
la ley no era su especificidad sino su esencia moral, y por ello, cambiaba para sí y su

314
familia el día de reposo con la justificación de que todavía estaba guardando la moralidad
de la ley ¿qué hubiera sido de él? ¿Habría sido alabado por el Señor? ¡Jamás!

La evidencia escritural muestra que no reposar el séptimo día era infringir el Pacto de los
Diez Mandamientos. Lo que Dios exigía no era reposar un día en siete, sino el séptimo día,
este era su “día santo”. Así que quien no lo cumplía, violaba la ley de Dios, y por ello era
contado como transgresor.

Pero nuestra iglesia, acudiendo a una peripecia exegética (eiségesis), argumenta que
aunque no reposa el sábado, no obstante cumple la ley antigua, el Decálogo. En verdad,
confuso ¿No les parece?

Así que esta es la teoría de nuestra iglesia y una de las maneras en que trata de evadir el
conflicto de proponer el Decálogo como norma de vida, pero cambiando el día de reposo,
haciendo algo que él mismo Yahweh había prohibido:

Deu.4.1-2 “Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que
los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros padres os
da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis
los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene.”

Así que reitero que no es posible sostener tres premisas a la vez:

“1. Que en el corazón del hombre está escrito el Decálogo


2. Que esta ley moral, este Decálogo obliga a todos los hombres a que se le cumpla. Es
perpetuo.
3. Que el día de reposo después de la resurrección de Cristo ya no es el séptimo sino el
primero”

Intentar sostener la aplicabilidad de estas premisas requiere que los predicadores,


obispos, reverendos, pastores, papas, concilios y catecismos se alejen de los datos de las
Escrituras y formulen para ellos y la iglesia teorías que son especulativas y aun
contradictorias entre sí, como aquí ha quedado expuesto.

9.6 Sexta Parte

“La Eucaristía dominical

2177 La celebración dominical del día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel
principalísimo en la vida de la Iglesia. “El domingo, en el que se celebra el misterio pascual,
por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de
precepto” (? CIC can. 1246, 1).

315
"Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo
y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San
José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos" (? CIC can. 1246, 1)

2178 Esta práctica de la asamblea cristiana se remonta a los comienzos de la edad


apostólica (Cf. Hch 2, 42-46; 1 Co 11, 17). La carta a los Hebreos dice: “No abandonéis
vuestra asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien, animaos mutuamente”
(Hb 10, 25).

La tradición conserva el recuerdo de una exhortación siempre actual: “Venir temprano a la


iglesia, acercarse al Señor y confesar sus pecados, arrepentirse en la oración... Asistir a la
sagrada y divina liturgia, acabar su oración y no marcharse antes de la despedida... Lo
hemos dicho con frecuencia: este día os es dado para la oración y el descanso. Es el día que
ha hecho el Señor. En él exultamos y nos gozamos. (Autor anónimo, serm. dom.)”7

 2177 La celebración dominical del día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel
principalísimo en la vida de la Iglesia. “El domingo, en el que se celebra el misterio
pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta
primordial de precepto” (? CIC can. 1246, 1).
"Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo
Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y
Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos"
(? CIC can. 1246, 1)

En efecto, por tradición apostólica la iglesia celebraba la mesa del Señor el misterio
pascual. No obstante, esto no hace del día de la cena del Señor, “el día del Señor”; y si la
cena del Señor hizo que se llamara “el día del Señor” (aunque mostré que esto es muy
remotamente probable, o mejor dicho, plenamente improbable), esto no convierte al “día
del Señor” en el día de reposo. Llegar a la conclusión de que el domingo es el día de
reposo, es un “corto circuito” en la teología del Evangelio.

Y si no ha de sostenerse que el domingo sea el día santo, el día de reposo, ¿con qué razón
ha de ordenarse que se observen ciertos días determinados por la iglesia? En realidad,
solo se puede ordenar tal cosa sobre la base de la tradición, y de la autoridad eclesial,
pero no por la Escritura.

Y si no es necesario que guardemos el domingo como día de reposo, entonces es menos


necesario que observemos otros días. Puede que lo hagamos de acuerdo común, por
consentimiento, pero no en virtud de que sean precepto para nosotros los creyentes. La
autoridad apostólica es antes que la autoridad eclesial.

316
 2178 Esta práctica de la asamblea cristiana se remonta a los comienzos de la edad
apostólica (Cf. Hch 2, 42-46; 1 Co 11, 17). La carta a los Hebreos dice: “No
abandonéis vuestra asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien,
animaos mutuamente” (Hb 10, 25).

En efecto, el autor de Hebreos insta a sus lectores a no dejar de reunirse, sin embargo, al
menos aquí no se expone que las personas que dejan de congregarse comenten un
pecado en sí, aunque por lo que el mismo autor dice, dejar de congregarse sí puede llevar
a las personas al pecado, al endurecerse sus corazones:

Heb.10.24-26 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas


obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Porque si pecáremos
voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda
más sacrificio por los pecados”

Entonces sí es vital e importante para la fe del creyente que éste se congregue


regularmente con sui iglesia para que sea estimulado a la santidad y al amor.

 La tradición conserva el recuerdo de una exhortación siempre actual: “Venir


temprano a la iglesia, acercarse al Señor y confesar sus pecados, arrepentirse en la
oración... Asistir a la sagrada y divina liturgia, acabar su oración y no marcharse
antes de la despedida... Lo hemos dicho con frecuencia: este día os es dado para la
oración y el descanso. Es el día que ha hecho el Señor. En él exultamos y nos
gozamos. (Autor anónimo, serm. dom.)”

Ahora bien, aunque el Catecismo dice que era una tradición “venir temprano a la iglesia”,
tal no parece haber sido la regla en la iglesia apostólica, sino que como se ha visto en el
relato de Pablo en Troas, esta iglesia se reunión de noche para comer la Mesa del Señor.
Es que en verdad era más consecuente con el mismo evento de la mesa de Dios reunirse a
comerla de noche que en la mañana temprano, pues de ser así, ya no estarían cenando
sino desayunando.

9.7 Séptima Parte

“2179 “La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable
en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del obispo diocesano, se
encomienda a un párroco, como su pastor propio” (? CIC can. 515, 1). Es el lugar donde
todos los fieles pueden reunirse para la celebración dominical de la Eucaristía. La
parroquia inicia al pueblo cristiano en la expresión ordinaria de la vida litúrgica, le

317
congrega en esta celebración; le enseña la doctrina salvífica de Cristo. Practica la caridad
del Señor en obras buenas y fraternas:

“No puedes orar en casa como en la iglesia, donde son muchos los reunidos, donde el grito
de todos se eleva a Dios como desde un solo corazón. Hay en ella algo más: la unión de los
espíritus, la armonía de las almas, el vínculo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes”
(S. Juan Crisóstomo, incomprehens. 3, 6)”8

La Cena del Señor es la reunión de la iglesia, es el motivo que congrega a los discípulos, y
en efecto, es imposible hacer tal cosa a solas en la casa. Así que realmente se necesita
estar en comunidad para celebrar la mesa del Señor.

Y en efecto, es de vital importancia y trascendencia para la fe cristiana que los hijos de


Dios se congreguen. Aquí no es lugar ni momento para discutir sobre el gobierno de la
iglesia.

9.8 Octava Parte

“La obligación del domingo

2180 El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: “El domingo y las
demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la misa” (? CIC can.
1247). “Cumple el precepto de participar en la misa quien asiste a ella, dondequiera que
se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde” (?
CIC can. 1248, 1)”9

Notemos queridos hermanos, que la iglesia católica es franca en cuanto a su mandato de


participar el domingo en la mesa del Señor, y es que ella apela a su propia autoridad para
ordenarlo a la iglesia: “El mandamiento de la iglesia determina y precisa la ley del Señor”
¿Por qué? Creo yo, porque en el Evangelio, en el Nuevo Testamento, no existe un
mandato explicito que ordene a la iglesia a participar cada domingo en la Cena del Señor.
No existe tal mandato. Así que la iglesia aquí apela a sí misma para ordenar a los creyentes
al respecto.

En las aplicaciones de la verdad sobre este asunto, ampliaré el tema de la participación de


la Mesa del Señor.

Cierto es que Israel estaba obligado a guardar el día de reposo, y no hacerlo constituía un
pecado, pero el primer día de la semana no sustituyó al día de reposo, y por tanto, el
primer día de la semana no es un día de reposo obligatorio, y en nuestro Canon no hay un
mandato moral de participar de la mesa del Señor cada primer día de la semana, aunque

318
por su ausencia no se implica que no sea justo, bueno y santo que los creyentes cada ocho
días, cada primer día de la semana coman la Cena del Señor.

9.9 Novena Parte

“2181 La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso
los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que
estén excusados por una razón seria [por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños
pequeños] o dispensados por su pastor propio (Cf.? CIC can. 1245). Los que
deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.

2182 La participación en la celebración común de la Eucaristía dominical es un testimonio


de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión
en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la
salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo.

2183 “Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación
en la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles participen en la
liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado
conforme a lo prescrito por el obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un
tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en grupos de familias” (? CIC can.
1248, 2)”10

 2181 La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana.


Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto,
a no ser que estén excusados por una razón seria [por ejemplo, enfermedad, el
cuidado de niños pequeños] o dispensados por su pastor propio (Cf.? CIC can.
1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.

Yo mismos creo y sostengo la importancia, necesidad y deber santo de conmemorar la


Mesa del Señor con la iglesia, pero esta santa celebración no está determinada por “los
días de precepto” sino por la celebración misma. Es decir, lo que ha de motivar a los
creyentes a comer el domingo la mesa del Señor, no es que ese día sea “el día del Señor”,
un día de precepto, sino es la misma comida santa la que ha de mover al creyente a tomar
parte de ella.

Si nuestra exposición y enseñanza sobre la importancia, necesidad y relevancia de la Mesa


del Señor no es motivación para algún creyente congregarse este día ¿por qué apelar a
una doctrina que no existe en la Escritura? ¿Por qué forzar que las personas de todas
maneras vengan por el hecho de ser “un día de precepto”? Si las personas tienen en poco

319
comer la mesa del Señor, es un pecado por el que darán cuenta a Dios, pero no por ello,
debemos diseñar una teología que camufle el desdeño de los creyentes por la Mesa del
Señor, o inventar una doctrina extra-bíblica (y a veces antibíblica) para que los creyentes
coman la Mesa del Señor.

Además, si la iglesia no se siente motivada para comer la Mesa del Señor, la pregunta es si
los pastores están enseñando lo suficientemente bien de ella, como para que cada
cristiano quiera venir este día a comer la mesa de Dios.

 2182 La participación en la celebración común de la Eucaristía dominical es un


testimonio de pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman
así su comunión en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su
esperanza de la salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu
Santo.”

Yo estoy completamente de acuerdo con todo lo que aquí el Catecismo sostiene, y sería
bueno y saludable para nuestra iglesia que ésta enseñara a la congregación de Cristo
sobre la importancia y necesidad de conmemorar la mesa del Señor.

 2183 “Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la
participación en la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles
participen en la liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en
otro lugar sagrado conforme a lo prescrito por el obispo diocesano, o permanezcan
en oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en
grupos de familias” (? CIC can. 1248, 2)”

Este ya es un párrafo que trata sobre la mesa del Señor, y no tanto sobre el día del Señor.
Por ahora sostengo que la mesa del Señor puede ser celebrada por una iglesia, aun si en
ella no hay pastor, pero esto constituyen casos excepcionales, y no la regla en la iglesia del
Señor. Pero este no es el tema a discutir en este tratado.

9.10 Decima Parte

“Día de gracia y de descanso

2184 Así como Dios “cesó el día séptimo de toda la tarea que había hecho” (Gn 2, 2), así
también la vida humana sigue un ritmo de trabajo y descanso. La institución del día del
Señor contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz suficiente que les
permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa (Cf. GS 67, 3)”11

320
¿Quién no agradece a Dios la oportunidad de tener un día a la semana para descansar de
sus labores, recrearse y dar tiempo a los suyos? Personalmente estoy muy feliz de
disfrutar del domingo, un día que en mi cultura es un día de receso, aunque el sistema de
consumo cada vez parece tener el deseo de eliminar este día.

Una cosa es que sea bueno, justo y necesario tener descanso del trabajo, y otra es que ese
día de descanso sea “el día del Señor” o “el sustituto del séptimo día”. Es decir, yo creo
que el principio de vida de descansar en la semana, es bueno, justo y necesario, pero esto
no implica que tal práctica venga a validar una doctrina que no es evangélica, apostólica o
bíblica.

Yo no sostengo que el día domingo sea el día de reposo, y que este día este ordenado para
la iglesia. Sin embargo, sí considero que es bueno, saludable y apropiado que la
humanidad, al igual que el Señor, cese de sus trabajos cotidianos. Esto lo ampliaré en las
aplicaciones de la doctrina apostólica, más adelante.

9.11 Onceava Parte

“2185 Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de
entregarse a trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia
del día del Señor, la práctica de las obras de misericordia, el descanso necesario del
espíritu y del cuerpo. Las necesidades familiares o una gran utilidad social constituyen
excusas legítimas respecto al precepto del descanso dominical. Los fieles deben cuidar de
que legítimas excusas no introduzcan hábitos perjudiciales a la religión, a la vida de familia
y a la salud.

El amor de la verdad busca el santo ocio, la necesidad del amor cultiva el justo trabajo. [S.
Agustín, civ. 19, 19)”12

Cuando llegue el momento de proponer las aplicaciones de la doctrina del Evangelio,


ampliaré este punto, pero por ahora sostengo que aquellos cristianos que deben trabajar
por necesidad, porque el sistema se los impone, en ningún momento cometen pecado
alguno, pues este día domingo no es un día de reposo ordenado por el Señor.

Y aun si un hermano quiere trabajar el primer día de la semana, llamado Domingo,


tampoco comete pecado, pues en nuestra fe, el primer día de la semana no era un día de
reposo obligatorio, sino el día ordinario para comer la mesa del Señor. Así que quien
participar de la Mesa del Señor con gozo y amor, ya ha adorado a Dios en este día, o mejor
dicho, ha adorado a Dios comiendo del pan y bebiendo de la copa.

321
Ahora bien, el asunto de si es saludable, justo y santo que los hombres trabajen y hagan
trabajar a todas las personas todos los días de la semana, es una discusión diferente, y
tiene que ver en efecto con la santidad de los creyentes. Por ahora, repito “que el mucho
estudio es fatiga de la carne”, y “el mucho trabajo aflicción de espíritu”. Así que por el
hecho de que yo niegue que el domingo es el día de reposo, no implica que propongo una
semana continua de trabajar sin descansar, en muchas ocasiones, esto no sería ser
productivo para gloria de Dios, sino más bien avaricia y desconfianza en el Señor.

9.12 Doceava Parte

“2186 Los cristianos que disponen de tiempo de descanso deben acordarse de sus
hermanos que tienen las mismas necesidades y los mismos derechos y no pueden
descansar a causa de la pobreza y la miseria. El domingo está tradicionalmente
consagrado por la piedad cristiana a obras buenas y a servicios humildes para con los
enfermos, débiles y ancianos.

Los cristianos deben santificar también el domingo dedicando a su familia el tiempo y los
cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. El domingo es un tiempo de
reflexión, de silencio, de cultura y de meditación, que favorecen el crecimiento de la vida
interior y cristiana.

2187 Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada cristiano
debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor.
Cuando las costumbres [deportes, restaurantes, etc.] y los compromisos sociales (servicios
públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la
responsabilidad de dedicar un tiempo suficiente al descanso. Los fieles cuidarán con
moderación y caridad evitar los excesos y las violencias engendrados a veces por
espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los poderes públicos
deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al descanso y al culto divino. Los
patronos tienen una obligación análoga con respecto a sus empleados”13

 2186 Los cristianos que disponen de tiempo de descanso deben acordarse de sus
hermanos que tienen las mismas necesidades y los mismos derechos y no pueden
descansar a causa de la pobreza y la miseria. El domingo está tradicionalmente
consagrado por la piedad cristiana a obras buenas y a servicios humildes para con
los enfermos, débiles y ancianos.

Los cristianos deben santificar también el domingo dedicando a su familia el


tiempo y los cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. El domingo es

322
un tiempo de reflexión, de silencio, de cultura y de meditación, que favorecen el
crecimiento de la vida interior y cristiana.

En lo personal estoy de acuerdo con las instrucciones que el catecismo hace aquí, solo que
no lo hago desde la perspectiva del domingo como “día del Señor”, sino como una
aplicación del principio de descanso que puedo ver en el día de reposo de Dios, día que
fue creado a causa del hombre. Reitero que por el hecho de negar la sustitución del día de
reposo, no implica que niegue o deje de ver como benéfico el descanso justo y necesario
que nuestra mente y cuerpo necesitan ¡Ojalá todas las culturas tuvieran al menos un día
de descanso!

 2187 Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada
cristiano debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día
del Señor. Cuando las costumbres [deportes, restaurantes, etc.] y los compromisos
sociales (servicios públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada
uno tiene la responsabilidad de dedicar un tiempo suficiente al descanso. Los fieles
cuidarán con moderación y caridad evitar los excesos y las violencias engendrados
a veces por espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los
poderes públicos deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al descanso
y al culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga con respecto a sus
empleados.

Hay algo que me preocupa y es la explotación humana de nuestro sistema de consumo,


que en algunos casos deja a la gente sin posibilidad de descansar. Esto bien podría ser una
forma de esclavitud, de enseñoreamiento del hombre por parte de otros hombres, y el
principio del descanso es algo que debe seguir promoviéndose y enseñándose porque en
realidad hacerlo sería “amar al prójimo”.

9.13 Treceava Parte

“2188 En el respeto de la libertad religiosa y del bien común de todos, los cristianos deben
esforzarse por obtener el reconocimiento de los domingos y días de fiesta de la Iglesia
como días festivos legales. Deben dar a todos un ejemplo público de oración, de respeto y
de alegría, y defender sus tradiciones como una contribución preciosa a la vida espiritual
de la sociedad humana. Si la legislación del país u otras razones obligan a trabajar el
domingo, este día debe ser al menos vivido como el día de nuestra liberación que nos hace
participar en esta “reunión de fiesta”, en esta “asamblea de los primogénitos inscritos en
los cielos” (Hb 12, 22-23)”14

323
Estoy plenamente de acuerdo con lo que expone aquí el Catecismo católico, con la
salvedad de que no es apostólico el domingo como “día del Señor”.

9.14 Resumen de la Doctrina Católica

“RESUMEN

2189 “Guardarás el día del sábado para santificarlo” (Dt 5, 12). “El día séptimo será día de
descanso completo, consagrado al Señor” (Ex 31, 15).

2190 El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el


domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo.

2191 La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado con
toda razón día del Señor, o domingo.

2192 “El domingo ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto”
(? CIC can. 1246, 1). “El domingo y las demás fiestas de precepto, los fieles tienen
obligación de participar en la misa”(? CIC can. 1247).

2193 “El domingo y las demás fiestas de precepto... los fieles se abstendrán de aquellos
trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del
Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo” (? CIC can. 1247).

2194 La institución del domingo contribuye a que todos disfruten de un “reposo y ocio
suficientes para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa” (GS 67, 3).

2195 Todo cristiano debe evitar imponer, sin necesidad, otros impedimentos para guardar
el día del Señor”15

9.15 Mi conclusión del Comentario al catecismo

El argumento que presento ante la iglesia católica para enseñar y demostrar que la
realidad sobre el domingo, el día del Señor, y el día de reposo es otra, es como sigue:

El día de reposo fue establecido por el Señor siendo el séptimo día. Así en la ley, el
Decálogo, está también ordenado que se guarde el día en que el Señor reposó de su
creación. Y también los escritos apostólicos siguen la misma línea de pensamiento
respecto a este asunto, y es que el día de reposo es el séptimo.

Hay dos clases de textos hallados en el Nuevo Testamento en los que se hace mención
“del primer día de la semana”. La primera son aquellos textos que relatan el día de la

324
resurrección del Señor, quien como lo dijeron los profetas, resucitaría al tercer día,
llamado en los evangelios, “el primer día de la semana”. Y la segunda clase, la constituyen
aquellos textos, es decir, dos, en los que se infiere que los creyentes se reunían para
comer la cena del Señor.

No hay ninguna mención apostólica sobre el cambió del día de reposo hacia el primero de
la semana. La iglesia no necesitaba reposar el primer día de la semana, porque en ningún
momento tal día fue ordenado, y además la Cena del Señor, era eso, una cena, que
lógicamente se comía en las noches.

Tampoco hay insinuación alguna de que el primer día de la semana sustituyó al sábado en
cuanto a ser día de reposo. Ni Dios, ni Cristo, ni Pablo, ni Pedro, ni Juan, ni Jacobo, ni
ningún escritor bíblico insinuó tal premisa.

Si la iglesia del Señor ha de guardar el día de reposo ordenado en la creación (si allí fue
ordenado) y en la ley, entonces la iglesia ha de observar el sábado, no el domingo.

Los textos que se citan para sostener la premisa de un cambio de día de reposo, al ser
estudiados, nada en realidad sostienen de tal propuesta. Tomados en sus contextos
literarios, no soportan la doctrina del cambio de día.

Finalmente, la evidencia explicita impide creer o llegar a considerar que el apóstol Juan
estuviera refiriéndose al primer día de la semana como “el día del Señor”.

A la luz del Catecismo, la iglesia católica es más explicita que la iglesia reformada, en
cuanto que sostiene la doctrina del reposo cristiano no a partir de la autoridad de la
Escritura, sino de la autoridad obispal de los padres de la iglesia. Por supuesto, la iglesia
reformada no quiere fundamentar su doctrina en la tradición de los padres, sino en la
Escritura, pero como se ha notado en todo este libro, no hay base escritural que sostenga
al domingo como día de reposo.

Por consiguiente, el domingo, no es el día de reposo para la iglesia, y ni siquiera para la


humanidad, pues el día de reposo fue hecho por causa del hombre, y este día es el
séptimo día.

El descanso y cese de actividades laborales es bueno y piadoso, pero no ha de ser


sostenido sobre una premisa que no es bíblica ni evangélica. Hay buenas motivaciones
que promueven un día de descanso para la iglesia y la humanidad, pero no ha de ser
hecho a expensas de la verdad.

325
10. Comentario a la proposición del día del Señor expuesta por el pastor Ignacio de
Antioquía

10.1 ¿Quién fue Ignacio de Antioquía?

En breve, acepto que Ignacio fue un predicador y pastor de nuestra iglesia en el siglo II, de
quien se dice fuera discípulo inmediato del apóstol Juan, y quien escribió varios textos
pastorales a las Iglesias de aquel entonces, entre los cuales está su carta a los Magnesios.

De acuerdo al evangelio de Cristo, considero que Ignacio fue un hombre piadoso que está
ahora mismo con el Señor, por cuanto tuvo fe en él hasta el fin. De esto no hay duda. Así
que no pongo en tela de juicio la santidad y fraternidad de nuestro querido obispo Ignacio,
sino que lo considero como mi hermano, y pido al Señor que yo pueda seguir sus pasos.
Pero esto no implica que deba aceptar todo lo que Ignacio enseñó como si fuera una
doctrina infalible, pues mi convicción es que ni siquiera los apóstoles eran infalibles en
todo momento en que hablaron, sino que solo en aquello en que fueron profetas del
Señor fueron inspirados por Dios, es decir, solo su doctrina fue infalible, pues recordemos
que aun el mismo Pedro debió ser reprendido por Pablo. Así que la infabilidad solo se
puede hallar en un lugar: La Escritura.

Por tanto, me tomaré el atrevimiento de reflexionar, revisar y poner en relieve la


enseñanza de Ignacio respecto a esta doctrina en cuestión.

10.2 La importancia de Ignacio de Antioquía en este asunto

Si preguntara a la iglesia contemporánea quién fue el autor o el primer predicador que


comunicó a la iglesia o insinuó “el día del Señor” aparte del día escatológico de Cristo, no
creo que los pastores actuales citen a Pablo, a Pedro, a Juan, sino que la mayoría citaría a
Ignacio de Antioquía, pues aparentemente fue él quien comunicaría a la iglesia esta
doctrina apostólica en lo que al “día del Señor” se refiere.

Se suele citar a Ignacio como un predicador antiguo, el primero en orden cronológico, que
haría mención de un “día del Señor” diferente al Yom Yahweh descrito en los apóstoles y
profetas.

Por supuesto, decir que el apóstol Juan fue el predicador que hizo mención de un “día del
Señor” diferente al día escatológico, no solo es una afirmación sin evidencia, sino una que
contraría la que apunta en la dirección genérica del Evangelio, a saber, que el día del
Señor es uno: Su gran día escatológico. Juan no dijo, ni escribió ni insinuó que él estaba en
el Espíritu el primer día de la semana que para esa época se llamaría el día del Señor, por
los apóstoles y la iglesia. Ese es un hecho hasta ahora irrefutable.

326
Por tanto, habiendo aclarado la exégesis del texto de Apocalipsis 1:10, el siguiente recuso
antiguo que queda a la mano es la cita de Ignacio acerca de un “día del Señor” aparte del
día del Señor predicado por los apóstoles.

Así que por esa razón me parece que examinar las palabras de Ignacio son demasiado
importantes en este asunto.

10.2.1 Las dos traducciones de las palabras de Ignacio

En mi ejercicio de investigación, reflexión teológica y predicación de este tema, he


encontrado dos traducciones de las palabras de Ignacio en las que él hace mención de “un
día del Señor”.

Así que, me veo en la necesidad de hacer una reflexión hermenéutica de ambas


traducciones.

10.3 Primera Traducción de la enseñanza de Ignacio en su carta a los Magnesios

Ignacio escribiría una carta a la iglesia de los Magnesios, la cual fue escrita hacia principios
del siglo segundo, probablemente hacia el 110 d.C.1

“VIII. No os dejéis seducir por doctrinas extrañas ni por fabulas anticuadas que son sin
provecho. Porque si incluso en el día de hoy vivimos según la manera del Judaísmo,
confesamos que no hemos recibido la gracia; porque los profetas divinos vivían según
Cristo Jesús. Por esta causa también fueron perseguidos, siendo inspirados por su gracia a
fin de que los que son desobedientes puedan ser plenamente persuadidos de que hay un
solo Dios que se manifestó a través de Jesucristo su Hijo, que es su Verbo que procede del
silencio, el cual en todas las cosas agradó a Aquel que le había enviado.

IX. Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva
esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor,
en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan —un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos con
paciencia, para que podamos ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo maestro-,
si es así, ¿cómo podremos vivir a parte de él, siendo así que incluso los profetas, siendo
sus discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del Espíritu? Y por esta
causa Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos.

X. Por tanto, no seamos invencibles a su bondad. Porque si Él nos imitara según nuestros
hechos, estaríamos perdidos. Por esta causa, siendo así que hemos pasado a ser sus
discípulos, aprendamos a vivir como conviene al Cristianismo. Porque todo el que es
llamado según un nombre diferente de éste, no es de Dios. Por tanto, poned a un lado la

327
levadura vil que se había corrompido y agriado y echad mano de la nueva levadura, que es
Jesucristo. Sed salados en Él, que ninguno entre vosotros se pudra, puesto que seréis
probados por vuestro sabor. Y es absurdo hablar de Jesucristo y al mismo tiempo practicar
el Judaísmo. Porque el cristianismo no creyó (se unió) en el Judaísmo, sino el Judaísmo en
el Cristianismo, en el cual toda lengua que creyó fue reunida a Dios” Carta a los
Magnesios, artículo 8-10.2

10.3.1 Primera Parte

¿Cuál es el punto en la amonestación de Ignacio a los Magnesios en estos tres artículos?


Mediante exhortaciones, ilustraciones y enseñanzas, Ignacio quiere que los Magnesios
sigan practicando la fe en el Señor Jesucristo sin mezcla con el Judaísmo, al cual él llama
“la levadura vil que se había corrompido y agriado” y es tan contundente su advertencia
que Ignacio declara “Porque si incluso en el día de hoy vivimos según la manera del
Judaísmo, confesamos que no hemos recibido la gracia”.

Así que los Magnesios son advertidos por Ignacio para que vivan un cristianismo sin
Judaísmo, y en ese contexto hace una aplicación particular sobre uno de los rasgos del
judaísmo: La observancia del Sábado. Cosa que es ordenada por Dios mismo en el
Decálogo.

10.3.2 Segunda Parte

“VIII. No os dejéis seducir por doctrinas extrañas ni por fabulas anticuadas que son sin
provecho. Porque si incluso en el día de hoy vivimos según la manera del Judaísmo,
confesamos que no hemos recibido la gracia; porque los profetas divinos vivían según
Cristo Jesús. Por esta causa también fueron perseguidos, siendo inspirados por su gracia, a
fin de que los que son desobedientes puedan ser plenamente persuadidos de que hay un
solo Dios que se manifestó a través de Jesucristo su Hijo, que es su Verbo que procede del
silencio, el cual en todas las cosas agradó a Aquel que le había enviado.”

¿Quiénes son los profetas divinos que vivían según Cristo Jesús? Puede ser una referencia
a los maestros y apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, ya que ellos vivían según Cristo
Jesús, y también podían haber sido llamados apóstoles:

Efe.2.19-20 “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los


santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles
y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”

Sin embargo, también es posible que se esté refiriendo a los profetas antes de la venida
del Señor Jesús. ¿Quiénes son entonces los profetas divinos?

328
¿Qué evidencia puedo presentar de que Ignacio se está refiriendo a los apóstoles como
“los profetas divinos”? Bueno, porque Ignacio menciona que ellos vivieron según Cristo
Jesús, pero también que fueron perseguidos. Solo que también se puede y debe tener en
cuenta el artículo siguiente:

“IX. Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva
esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor,
en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan —un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos con
paciencia, para que podamos ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo maestro-,
si es así, ¿cómo podremos vivir a parte de él, siendo así que incluso los profetas, siendo sus
discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del Espíritu? Y por esta causa
Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos”

Así que Ignacio al decir “los que habían andado en prácticas antiguas” serían una
referencia a los apóstoles de nuestro Señor, por supuesto refiriéndose a ellos, antes de
haber creído en Cristo. De estos mismos se dice que “alcanzaron una esperanza nueva sin
observar ya los sábado, sino moldeando sus vidas según el día del Señor”. Así que si esto
es una referencia a los apóstoles de Cristo, entonces Ignacio está diciendo que ellos ya no
guardaban el sábado sino que vivían según “el día del Señor” y que así alcanzaron una
nueva esperanza. ¿Qué esperanza? Bien puede referirse a la entrada al Paraíso, o bien al
hecho mismo de ser hijos de Dios.

Nuevamente Ignacio introduce a los apóstoles llamándolos profetas: “si es así, ¿cómo
podremos vivir a parte de él, siendo así que incluso los profetas (suponiendo que sean los
apóstoles), siendo sus discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del
Espíritu?” ¿Estaban los apóstoles, siendo sus discípulos, esperando a Jesús como su
Maestro por medio del Espíritu?

También respecto a los mismos apóstoles a quienes llama profetas declara: “Y por esta
causa Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos”
¿Cuando vino Cristo levantó de los muertos a sus apóstoles?

Por eso, hermanos, considero que por “profetas divinos”, Ignacio no se estaba refiriendo a
los apóstoles de nuestro Señor, sino a los antiguo profetas, los que hablaron por el Espíritu
desde Moisés hasta nuestro Señor.

Entonces, reflexionemos si es coherente o aun más coherente leer a “los profetas divinos”
como los antiguos profetas.

329
“VIII. No os dejéis seducir por doctrinas extrañas ni por fabulas anticuadas que son sin
provecho. Porque si incluso en el día de hoy vivimos según la manera del Judaísmo,
confesamos que no hemos recibido la gracia; porque los profetas divinos vivían según
Cristo Jesús. Por esta causa también fueron perseguidos, siendo inspirados por su gracia, a
fin de que los que son desobedientes puedan ser plenamente persuadidos de que hay un
solo Dios que se manifestó a través de Jesucristo su Hijo, que es su Verbo que procede del
silencio, el cual en todas las cosas agradó a Aquel que le había enviado.

IX. Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva
esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor,
en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan —un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos con
paciencia, para que podamos ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo maestro-,
si es así, ¿cómo podremos vivir a parte de él, siendo así que incluso los profetas, siendo sus
discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del Espíritu? Y por esta causa
Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos”

Ignacio menciona que los profetas vivieron según Cristo Jesús, y que por ello fueron
también perseguidos, siendo inspirados por su gracia. Y esto bien puede ser una forma de
interpretar el rol de los profetas que anunciaron la venida del Señor, su primera venida, a
quien justamente estaban esperando.

De estos profetas antiguos, Ignacio menciona que ellos andaban en “practicas antiguas” y
bien puede referirse a estos profetas como siendo judíos, teniendo las antiguas practicas,
las de la ley.

Y dice, así mismo, Ignacio, que los tales profetas: “alcanzaron una nueva esperanza, sin
observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor” dando a
entender, o así yo lo entiendo, que los tales profetas ya no vivían guardando el Sábado,
sino que moldeaban su vida según el día del Señor.

Primero, su declaración no parece coincidir con el testimonio escritural, pues los profetas
sí guardaban el sábado. Pero también Ignacio menciona que los tales antiguos profetas,
moldeaban sus vidas según el día del Señor ¿A qué día se estará refiriendo Ignacio?

“Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva
esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor,
en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan - un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos con
paciencia, para que podamos ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo maestro-”

330
La expresión “en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte
que algunos niegan” ¿Se refiere al día o al Señor mismo? El pronombre “el cual” ¿se
refiere al Señor Jesucristo o al “día del Señor”? Bien pueden ser ambas, pero lo que se
sabe es que si se refiere “al día del Señor” entonces en este día sus vidas han brotado por
medio de Cristo y por medio de su muerte, lo que implica que este brote de vida también
dependió de la muerte de Cristo, muerte que Ignacio llama “un misterio”, o bien,
“misterio” puede ser “el brote de la vida por medio de Cristo y de su muerte en el día del
Señor”.

Entonces ¿cuál es el día del Señor al que hace referencia Ignacio? Notemos lo que según
Ignacio aconteció a los antiguos profetas:

“si es así, ¿cómo podremos vivir a parte de él, siendo así que incluso los profetas, siendo
sus discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del Espíritu? Y por esta
causa Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos”

Ignacio afirma que los antiguos profetas estaban esperando al Señor Jesucristo, y que
cuando éste vino, a ellos, a los que estaban esperándole, los levantó de los muertos.
¿Resucitó el Señor a los antiguos profetas cuando vino a este mundo? Que yo sepa no.

10.3.3 Tercer Parte

IX. Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva
esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor,
en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan —un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos con
paciencia, para que podamos ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo maestro-,
si es así, ¿cómo podremos vivir a parte de él, siendo así que incluso los profetas, siendo sus
discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del Espíritu? Y por esta causa
Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos”

 ¿Qué esperanza alcanzaron los antiguos profetas?

Por todo el contexto, parece que la esperanza nueva que alcanzaron los antiguos que ya
no observaban los sábados sino que moldeaban sus vidas según el día del Señor, fue su
resurrección de los muertos, y esta esperanza la alcanzaron porque esperaban por el
Espíritu al Señor como su maestro. Esto sería así según la teología de Ignacio, la cual yo no
comparto.

 ¿Resucitaron los profetas cuando vino Cristo?

331
Puede que Ignacio esté apelando al texto del Evangelio en que se relata la resurrección de
varios santos:

Mat.27.51-53 “Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra
tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos
que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la
resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos”

Así que, Ignacio pudo haber visto en este pasaje, de un Evangelio ya conocido para aquella
época, la resurrección de los profetas, que según él, no sabatizaban sino moldeaban sus
vidas según el día del Señor.

 ¿Qué esperanza tienen los creyentes?

Según Ignacio, los creyentes “resisten con paciencia para ser hallados discípulos de Jesús,
su maestro”. Pero tal parece que el propósito de esta resistencia es que ellos, así como los
profetas, por esperarle, puedan alcanzar una esperanza, una resurrección de los muertos,
y esto es también una idea de Ignacio en su carta, en el artículo 5: “Si bien a menos, que
aceptemos libremente morir en su pasión por medio de El, su vida no está en nosotros”.

Así que para Ignacio, la fidelidad y la resistencia, llevarán a la vida eterna en Dios y en
Cristo.

 ¿Los profetas no sabatizaban?

Según Ignacio, los antiguos profetas que resucitaron cuando vino Cristo no guardaban ya
los sábados, pero esta declaración para mí no tiene asidero escritural y es confusa, ya que
se refiere a los antiguos profetas. En realidad no entiendo porqué Ignacio hace esta
afirmación.

 ¿Cuál es el día del Señor según el cual los profetas modelaban sus vidas?

“Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva
esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor,
en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan —un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos con
paciencia, para que podamos ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo maestro-,
si es así, ¿cómo podremos vivir a parte de él, siendo así que incluso los profetas, siendo sus
discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del Espíritu? Y por esta causa
Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos”

332
Primero que todo, no puede ser cada primer día de la semana, ya que para la época de los
profetas, que estaban esperando al Señor, la teoría de que el día del Señor era cada
primer día de la semana ni siquiera podía tener lugar en aquella época.

Así que leer e interpretar la frase de Ignacio de “moldear las vidas según el día del Señor”
como queriendo decir, haciendo lo propio cada “día del Señor”, cada ocho días, está fuera
de lugar, y es un tremendo ejemplo de descontextualización histórica y gramática del
texto de Ignacio.

En segundo lugar, según nuestra Escritura, el día del Señor que esperaban y anhelaban y
para el cual se preparaban los profetas, no era el primer día de cada semana, sino el día
escatológico del Señor:

Amos: “¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová?
Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se encuentra con el
oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra.
¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?”

Isaías: “Aullad, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del
Todopoderoso. Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de
hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán
dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus
rostros, rostros de llamas. He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y
ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores”

Sofonías: “Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano;
porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados”

Abdías “Visión de Abdías…Tampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para


matar a los que de ellos escapasen; ni debiste haber entregado a los que quedaban en el
día de angustia. Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú
hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza”

Joel: “Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los
moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová. ¡Ay del día!
porque cercano está el día de Jehová, y vendrá como destrucción por el Todopoderoso.
¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la
casa de nuestro Dios?”

Joel: “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los
moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de

333
tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el
alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después
de él lo habrá en años de muchas generaciones”

Joel: “porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo? Por eso
pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y
lamento”

Joel: “Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en
el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su
resplandor”

Zacarías: “He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos”

Malaquías: “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas


y leyes para todo Israel. He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de
Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el
corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”

Así que si para la época de los profetas había un día del Señor, este sería el día
escatológico de Cristo, no había otro día del Señor.

En tercer lugar, quiero observar que para Ignacio (no para nuestros apóstoles) el día del
Señor puede ser reconocido como aquel día “en el cual nuestra vida ha brotado por medio
de Él y por medio de su muerte que algunos niegan”, así que Ignacio no estaría
refiriéndose aquí al mismo concepto del día del Señor que tendrían los profetas antiguos,
a saber, el Yom Yahweh.

Así que para Ignacio el día del Señor sería un día histórico, pasado, en cual ocurrió un
evento: “nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan” Ahora bien, ¿existe según nuestro Canon un día del Señor así? Si ustedes tienen
evidencia de tal cosa, por favor envíenla a mi correo. Por lo pronto, yo digo que no es así,
sino que el día del Señor en los profetas es el gran día escatológico del Señor, uno que
según nuestros apóstoles, todavía está por venir. Así que Ignacio estaría aquí proponiendo
otro “día del Señor”, uno diferente al día profético de Dios registrado en nuestra Escritura.

 ¿Cuál es el día del Señor para Ignacio?

Ya sabiendo que el día del Señor para Ignacio no es únicamente el día registrado en
nuestras profecías, el día escatológico de Cristo, podemos preguntarnos ¿a qué se refiere
Ignacio con “el día del Señor”?

334
Si aceptamos que el día del Señor es el día “en el cual nuestra vida ha brotado por medio
de Él y por medio de su muerte que algunos niegan” entonces deberíamos preguntarnos
¿qué quiere decir, o a qué específicamente se refería Ignacio con el día “en el cual nuestra
vida ha brotado por medio de Él”?

En primer lugar, la frase en sí es ambigua y por su ambigüedad es confusa. Ignacio mismo


no da más detalles de este suceso. Así que no habiendo información para conocer su
concepto del día del Señor, pienso que debemos recurrir a la especulación y las
propuestas teológicas.

La primera de ellas, es que dado que Ignacio dice que “en el día del Señor” “nuestra vida
ha brotado por medio de él y por su muerte que algunos niegan” entonces Ignacio se
pueda a estar refiriendo al momento, al día de la conversión de cada pecador para con
Cristo, ya que es en tal día, el día en que el pecador cree, que nuestros textos canónicos
nos permiten inferir que los hombres reciben vida espiritual. Así que “el día del Señor”
sería idéntico al día en que cada pecador cree en Cristo y recibe entonces vida, sería el día
de la conversión, y así cada creyente ha experimentado su propio día del Señor.

¿Será que Ignacio se refería a esta realidad cuando dijo “(el día) en el cual nuestra vida ha
brotado por medio de él y por su muerte que algunos niegan”? Puede que sí o puede que
no.

La segunda propuesta, y que quizá la más acogidas en la teología cristiana es que por “el
día del Señor” “en el cual nuestra vida ha brotado por medio de él y por su muerte que
algunos niegan” Ignacio esté haciendo referencia al día de la resurrección de Cristo. Sin
embargo, esta propuesta tiene también sus problemas, ya que si es así, entonces para
Ignacio este día del Señor es único y no uno que se celebra cada ocho días.

¿Será que Ignacio se refiere al día de la resurrección de Cristo cuando explicó el evento
que, según él, aconteció a los creyentes en la resurrección de Jesús? Puede que sí, pero
puede que no.

La tercera propuesta, es que Ignacio se esté refiriendo al primer día de la semana, que fue
uno en el que “nuestra vida ha brotado por medio de él” (el evento pasado), pero también
“por su muerte que algunos niegan” haciendo referencia al misterio pascual, a la mesa del
Señor, que es comida cada ocho días. Sin embargo, no sabemos por qué Ignacio llamaría a
tal día, “el día del Señor” y lo ligaría a un evento del brote de vida en Cristo, y diría que los
profetas antiguos moldearon su vida según “el día del Señor”. No hay coherencia en su
doctrina con la Escritura.

335
¿Será que Ignacio se refiere al primer día de cada semana cuando explicó el evento que,
según él, aconteció a los creyentes por medio de Cristo y de su muerte? Puede que sí,
pero puede que no.

En segundo lugar, habiendo propuesta las tres anteriores posibles interpretaciones de lo


que para Ignacio puede haber sido “el día del Señor”, la cosa más importante que hay que
hacer, no es tanto saber cuál de los tres conceptos anteriores es “el día del Señor para
Ignacio”, sino verificar si su enseñanza a los Magnesios califica como apostólica y
escritural, como canónica para la iglesia de Cristo, incluyendo a los Magnesios. Y esto a
continuación lo amplio.

10.3.4 Distorsiones teológicas de Ignacio sobre el Evangelio

 Ignacio distorsiona la realidad profética del día del Señor

Primero, notemos que para Ignacio “día del Señor” no es el mismo “día del Señor” que
tenían en mente los profetas de Israel, los judíos, los apóstoles y las iglesias cristianas de
la era apostólica, por ejemplo, la de Tesalónica. Para Ignacio, el día del Señor no era el día,
el tiempo en que Cristo vendrá a juzgar, a salvar a su pueblo, el día en que creará nuevos
cielos y tierra nueva, el día en que resuciten los muertos; sino que Ignacio distorsiona el
concepto profético del día del Señor, argumentando que en este día (si se acepta tal
interpretación) es el día “en el cual nuestra vida ha brotado por medio de él y por su
muerte que algunos niegan”.

Ahora bien, la realidad del día del Señor es un aspecto importante para la fe cristiana, ya
que tal concepto comprende muchas realidades proféticas que sustentan la esperanza y la
santidad del creyentes quien está esperando el día del Señor, y por tanto, es una doctrina
clave de la vida cristiana, y es esta doctrina la que Ignacio distorsiona al proponer que el
día del Señor, sin negar que pueda ser también un título para el día escatológico, es el día
“en el cual nuestra vida ha brotado por medio de él y por su muerte que algunos niegan”.

Por tanto, nuestro hermano Ignacio, no haciendo exegesis, y no basándose en la teología


apostólica, confunde inicialmente a los Magnesios sobre el día del Señor, y por su escrito,
también es confundida la iglesia de los años venideros.

Hermanos, según nuestro Canon, tanto de los Profetas como de los Apóstoles, el día del
Señor no es lo que Ignacio describió a los Magnesios, y por ende, podemos confirmar con
evidencia, humilde confianza y seguridad, que Ignacio distorsionó el Evangelio en ese
aspecto, confundió a los Magnesios, y enseñó una premisa que no es verdadera respecto
a la doctrina cristiana. Nuestro hermano Ignacio, hombre falible, erró. ¿Cómo lo sabemos?
Por nuestro infalible Canon.

336
Así que, aquellas personas que sostengan y afirmen de manera similar a Ignacio que el día
del Señor es a aquel “en el cual nuestra vida ha brotado por medio de él y por su muerte
que algunos niegan” está haciendo una afirmación extra-bíblica e incluso distorsiva del
mismo concepto bíblico del día del Señor. Es una teoría de ellos, pero no de nuestros
apóstoles.

 Ignacio propone otro “día del Señor”

Puede que para Ignacio la realidad de un día del Señor, como tiempo escatológico en el
que se cumplirán muchas profecías y eventos evangélicos, como el juicio final, la
resurrección, los cielos y tierra nueva, no haya desaparecido, ni haya sido sustituido por su
nuevo concepto del “día del Señor” “en el cual nuestra vida ha brotado por medio de él y
por su muerte que algunos niegan”, pero esto implica que para Ignacio, habría ahora “dos
días del Señor”. Uno que se refiere al día escatológico de Cristo, y otro al día en que según
él, “nuestra vida ha brotado por medio de él y por su muerte que algunos niegan”.

Y lo anterior implica que Ignacio propone sin fundamento apostólico, teológico, textual,
otro “día del Señor”, uno diferente al profético, y por supuesto, es una propuesta suya,
pero no de nuestro Dios. Por tanto, no es cierto que haya dos días del Señor, sino solo
uno, aquel que está claramente testificado en el Canon Cristiano.

¿Tiene algo de malo sostener “dos días del Señor”? Lo justo, lo saludable, lo propio para la
iglesia no es sostener dos días del Señor, el propuesto por Ignacio y el profetizado en la
Escritura, sino que debe sostener aquel de quien los apóstoles predicaron. De nada
aprovecha que se enseñe en la iglesia el concepto del día del Señor tal y como lo propone
Ignacio, ya que es meramente especulación y ha devenido en el tiempo a terminar en
confusiones para la iglesia, por ejemplo ¿recuerdan lo confundido que está nuestro
hermano Sam Waldron?

Así que, el punto no es tratar de entender cuál es en sí el día del Señor para Ignacio (hice
tres propuestas especulativas) sino verificar si sus ideas escritas reflejan y son
correspondientes a nuestra teología apostólica. Ese ese el punto. Y por ello, puedo ver (y
espero que ustedes también) que la enseñanza de Ignacio es meramente especulativa,
pues ¿qué texto canónico muestra que el día del Señor es lo que Ignacio describe? ¿Qué
escrito sostiene que los profetas no sabatizaron? ¿Qué texto apostólico enseña que los
profetas resucitaron cuando vino Cristo? Así que Ignacio no está enseñando el Evangelio
de manera fidedigna en los artículos que aquí he citado de su carta a los Magnesios (y
tampoco en otros).

337
Una vez más hermanos, les recuerdo que nuestra fe y doctrina ha de estar basada en la
información que tenemos no tanto de los escritos antiguos de la iglesia, sino en nuestro
Canon.

10.4 Segunda Traducción de Ignacio, la citada por la Iglesia Católica en su


Catecismo

“Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no
observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por Él y
por su muerte” 3

En mi investigación no he encontrado una carta con este párrafo, uno que en vez de usar
el verbo brotar y/o surgir, emplee bendecir. No la encontré.

No obstante, esto no es un impedimento para analizar las palabras de Ignacio como son
citadas en el Catecismo Católico, ya que aun tenemos información por la cual podemos
determinar la fidelidad apostólica de la declaración de Ignacio, e incluso el sentido de sus
palabras en su carta a los Magnesios.

10.4.1 Primera Parte

Recordemos que el contexto es el mismo, y es que Ignacio afirma que los antiguos
profetas, “los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva
esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es
bendecida por Él y por su muerte” y esto hace que la traducción de las palabras de Ignacio
citadas por el Catecismo Católico representen un serio problema de teología, pues los
profetas sí observaban el sábado (según nuestro canon) y era imposible que observaran
“el día del Señor”, si Ignacio hacía referencia a otro día del Señor, como por ejemplo, cada
primer día de la semana, pues los antiguos, ni siquiera habían nacido, y la teoría de que
había un día del Señor cada semana, ni siquiera estaba en mente de los profetas. Los
maestros católicos estarían haciendo dos afirmaciones que son incorrectas y falsas, y lo
mismo hizo Ignacio, si es que así se traduce mejor su escrito.

Así que, si en este párrafo “día del Señor”, se refiere al primer día de cada semana,
llamado también Deis Dominicus oficialmente en el mundo occidental desde el Siglo IV
¿Cómo pudieron los profetas de Israel observar tal día?

La ICR, y también los reformados, que sostienen tal párrafo, están diciendo algo que es
meramente imaginación, es una idea sin sentido en el mundo real.

10.4.2 Segunda Parte

338
Ignacio dijo, según esta traducción que “en el día del Señor nuestra vida es bendecida por
él y por su muerte”

Nuevamente hay que decir que Ignacio no es explicito en cuanto a cuál es el día del Señor,
él no dice que es el primer día de cada semana, ni el día de la resurrección del Señor, él
dice en esta traducción que es el día en que “nuestra vida es bendecida por él y por su
muerte”

Este día puede ser el primero de la semana, puede ser el segundo, puede ser el tercero,
¿cuál día?

Si Ignacio se refiere al día histórico de la resurrección de Cristo, a ese primer día de la


semana en que él resucitó, entonces sus mismas palabras comprenden un problema de
comunicación, ya que él afirma que ese día la vida de los creyentes “es bendecida por él y
por su muerte”, así que por cuestiones lingüísticas Ignacio no puede estar refiriéndose al
día de la resurrección de Cristo, de ser así, al menos sus palabras hubieran sido: “en el cual
nuestra vida fue bendecida y por su muerte”, tiempo pasado, y no presente, como lo cita
la ICR en su Catecismo.

Así que, Ignacio estaría refiriéndose a un día en el que es dispensada bendición para la
iglesia ¿cuál es ese día al que Ignacio llama el día del Señor? No sabemos a ciencia cierta,
solo que es un día en el que la iglesia “es bendecida por él y por su muerte”.

Usualmente se propone que este día es el primer día de cada semana, cuando la iglesia es
bendecida por el Señor a través de la Comunión, que conmemora su muerte, por ejemplo,
esto es lo que sostiene la ICR:

“2175 El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente


cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza
plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el
descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de
Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (Cf. 1 o
10,11):

Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no
observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por Él y
por su muerte. (S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9, 1)”4

¿Son los cristianos bendecidos por el Señor y por su muerte cada primer día de la semana?
Quiero decir dos cosas al respecto.

339
La primera es que sí hay bendición alguna el primer día de la semana para los creyentes,
¿Con base en qué es bendecido el creyente tal día? ¿En que consiste la bendición en este
día? Por supuesto no es por el día en sí, como si por el hecho de llegar este día, el Señor
enviara alguna bendición sobre su pueblo, sino que la bendición que recibe el pueblo en
este día se debe a que la iglesia se congrega para comer del pan y beber de la copa. Así
que sí, sí hay bendición en este día, pero la hay, no en función del día en sí, sino en
función de la participación de la Cena del Señor.

Y la segunda es que si Ignacio aplicó “el día del Señor” al día en se come la mesa del
Señor, fue una acción arbitraria y netamente suya, si es que él se estaba refiriendo a tal
día.

 ¿Por qué Ignacio se refirió al día de comer la mesa como “el día del Señor”?

Asumiendo y concediendo (porque en realidad no sabemos con certeza el día que tenía en
mente este hermano) que Ignacio se está refiriendo al día del Señor como el día en que la
iglesia come el pan y bebe la copa, o sea, el primer día de la semana, quiero preguntar
¿por qué Ignacio llama a este día “el día del Señor”? Hay varias posibilidades, las cuales
me dispongo a explorar.

La primera posibilidad es que Ignacio fuera el primer obispo en aventurarse a llamar al


“primer día de la semana” como “el día del Señor”, y que él lo hizo procurando como
pastor y maestro explicar la Escritura, o los textos que se tenían en aquella época, o
sencillamente, haciendo una exhortación apelando al lenguaje de la Escritura, pero no
previó las implicaciones tan serias de lo que estaba haciendo en aquella época.

Ahora bien, la cuestión de si esto fue así, es si entonces la exegesis de Ignacio es correcta,
es decir, si Ignacio estudió tan bien el texto divino que concluyó que tal día, el día en que
se tomaba la comunión, podía ser llamado con pleno derecho “el día del Señor”.

Aunque quiero explorar las posibilidades exegéticas de Ignacio, desafortunadamente él no


dejo por escrito el proceso exegético que realizó para llegar a esa conclusión. No dejo por
escrito cuáles fueron los datos que él cotejo y la manera en que los relacionó para
comprender que el primer día de la semana se podía llamar también “el día del Señor”.

Ahora bien, si Ignacio sin evidencia exegética, sin dar muestra de la justificación que tuvo
para llamar al primer día de la semana como “el día del Señor”, de todos modos hizo esta
designación, está bien, solo que yo difiero de esa interpretación y no veo la necesidad
moral, espiritual y lógica de seguir el razonamiento de Ignacio, a menos que Ignacio haya
sido infalible en su carta a los Magnesios; pero hasta el día de hoy, esto no es considerado

340
así. Ignacio fue un obispo santo, pero falible en su predicación. Todavía su enseñanza
estaba y está sujeta al cuerpo doctrinal apostólico.

Pero si un hermano cree que Ignacio hizo un uso correcto del lenguaje bíblico, ¿quién soy
yo para impedírselo? Pero lo que sí podemos hacer y debemos hacer es sujetarnos a la
Escritura antes que a la interpretación personal de cada uno de nuestros obispos, pues
adherirnos a cierto hombre aun cuando no hay evidencia de su exegesis y proposición
doctrinal, no es saludable para la fe y nos expone a seguir al hombre antes que al Dios
revelado en las Escrituras.

Por tanto, notemos hermanos que si Ignacio infirió de algún modo (desconocido hasta el
día de hoy) que el primer día de la semana podía llamarse “el día del Señor” lo hizo sin la
exegesis escritural, ya que por casi mil años antes, los profetas habían hablado “del día del
Señor” como “Su gran Día”; y así mismo por el apóstol Pedro (por sus escritos) sabemos
que él llamó al día del Señor, no al primer día de la semana, sino “al gran día de Dios”.

Así que Ignacio ignoró y paso por alto todos los textos bíblicos y la tradición apostólica que
había recibido, y además no tuvo presente el tema mismo del escrito profético de Juan el
apóstol, (si es que tuvo en cuenta este texto) que era sobre la venida del Señor y su
glorioso triunfo sobre el mal; y habiendo pasado por alto y no tomando en cuenta esta
información, simplemente concluyó: “El primer día de la semana puede llamarse “el día
del Señor””. En realidad, la exegesis de Ignacio no es confiable al respecto. O lo que es
más claro, él no hizo exegesis, sino que propuso su propia teología, que a la luz de la
Escritura es confusa y no le estaría permitido aplicar el título “el día del Señor” para otro
día que no fuera el gran día de Cristo.

La segunda posibilidad es que Ignacio llamara este día así porque la iglesia denominó al
día de comer el pan “el día del Señor”, es decir, que la iglesia ya llamaba para los tiempos
de Ignacio al día de comer el pan “el día del Señor”. Entonces ¿sobre qué base hizo esto la
iglesia? Si la iglesia de aquel tiempo sin ninguna evidencia nombró al primer día de la
semana cuando dijo “el día del Señor”, entonces nuestra iglesia lo hizo sin dejar evidencia
alguna, y sin seguir la tradición apostólica en la cual “el día del Señor”, era la venida de
Cristo mismo. Notemos hermanos entonces que esta posibilidad es mera especulación, y
menoscaba la evidencia escritural que hallamos en nuestra literatura canónica.

La tercera posibilidad es que no la iglesia, sino los apóstoles mismos llamaron al primer
día de la semana como “el día del Señor”. Pero esta posibilidad no solo no tiene evidencia,
sino que la información bíblica que tenemos nos lleva a concluir que al día ordinario en
que la iglesia comía el pan se llamaba “el primer día de la semana”, además que en los

341
días apostólicos el término “día del Señor” era especialmente la connotación del “día de
Cristo, su día de regreso y juicio al mundo”.

Así que la realidad objetiva (la verdad) es que no sabemos por qué Ignacio llamó al día de
comer el pan, la mesa del Señor, “el día del Señor”, si es que ese era el día que tenía en
mente, lo cual, leyendo su escrito, no parece ser así.

 Ignacio no apela a los apóstoles, no apela a la Escritura

Queda claro que Ignacio no da una prueba exegética de su enunciado, tampoco apela a los
apóstoles, y menos a la Escritura. Así que no es injusto afirmar que la exhortación de
Ignacio es suya, y solo suya.

 Otros obispos siguieron a Ignacio

Si la doctrina de Ignacio no es apostólica ¿por qué otros obispos la enseñaron y


aceptaron? Bueno, puede ser que sea por la misma razón que hasta el día de hoy millones
de creyentes creen que el domingo es el nuevo día de reposo. No se han tomado tal vez el
tiempo de analizar el postulado que a primera vista podría parecer muy convincente.

Así que hay muchas razones por las que los obispos siguieron esta doctrina, así como
también creyeron en aquella época que “el agua era santificada”, o que “los obispos
estaban en lugar de Cristo”. Nuestros amados hermanos por alguna razón no analizaron a
fondo la exhortación y las palabras de Ignacio, más bien las aceptaron como verdad, y así
ha sido por muchos, tanto que hasta el día de hoy, algunos hermanos no han revisado si lo
que ellos creen respecto “al día del Señor” es realmente apostólico. Espero hacer una
contribución.

10.5 Síntesis de la exhortación de Ignacio

El punto de Ignacio es que los cristianos gentiles ya no debería judaizar para ser salvos,
pues la gracia de Dios por medio de Cristo es suficiente, y esto sin necesidad del judaísmo.
Para apoyar su tesis, Ignacio hace diferentes ilustraciones, siendo una de ellas el hecho de
que los profetas antiguos, alcanzaron la resurrección de los muertos, sin observar el
sábado, sino el día del Señor, del que no sabemos a ciencia cierta cuál podría ser ese día.

10.6 Síntesis de mis análisis

Estoy plenamente convencido de que Ignacio está en lo correcto al enseñar a la iglesia que
los creyentes ya no necesitan el judaísmo para alcanzar la esperanza puesta delante de
nosotros. Esto es bíblico y apostólico, y de lo cual hay suficiente evidencia en nuestro
canon escritural.

342
Lo que no puedo aceptar son las bases teológicas que emplea Ignacio para sostener esta
exhortación, y es que los profetas alcanzaron la resurrección de los muertos cuando vino
Cristo, que ellos no observaban el sábado, que ellos guardaban el día del Señor, y que este
día del Señor era el día “en el cual nuestra vida ha brotado por medio de él y por su
muerte”, y esto no lo puedo aceptar porque no solo no tiene evidencia bíblica sino que
incluso niega los datos de nuestra Escritura. Así que esta teoría no es apostólica. Ignacio se
equivocó en su proposición.

Y si Ignacio estaba equivocado, así mismo lo están los que sostienen su teoría del día del
Señor como el día “en el cual nuestra vida ha brotado por medio de él y por su muerte”.

Así que, reitero que el día del Señor es su gran día escatológico del Señor, que el primer
día de la semana es el día en que ordinariamente la iglesia comía la mesa del Señor, y que
el día de reposo, fue, es y será, el séptimo día.

10.7 La imprecisa traducción de la frase de Ignacio “El día del Señor”.

Hay evidencia irrefutable que confirma que el texto griego que ha sido traducido a
nuestros lenguajes no menciona en sí la frase “el día del Señor”, sino únicamente “Del
Señor”.

¿Por qué no comencé diciendo esto? Sencillo, porque quiero mostrar que aun con una
traducción que inserta la idea del “día del Señor” en el texto de Ignacio
(desafortunadamente se ha hecho decir a Ignacio algo que él no dijo), de cualquier modo,
tal pensamiento, no solo distorsiona el mismo mensaje de Ignacio, sino que tampoco así,
distorsionado, concuerda con el testimonio escritural.

En otras palabras, ni siquiera una traducción que inserta una doctrina en la carta de
Ignacio, sirve como evidencia o argumento bíblico de tal enseñanza.

Para más información sobre este debate de la traducción de las palabras de Ignacio véase
(disponible solo en Inglés): https://www.andrews.edu/library/car/cardigital/Periodicals/
AUSS/1968-1 /1968-1-04.pdf.

343
11. ANÁLISIS A LA DIDACHE SOBRE “EL DÍA DEL SEÑOR”

11.1 ¿Qué es la Didache?

Hacia mediados del siglo XIX, fue encontrado un manuscrito cuya fecha de escritura no ha
sido plenamente establecida. Algunos eruditos la fechan para mediado del siglo segundo,
150 d.C aproximadamente, otros lo hacen hacia el 70 d.C. Hasta el día de hoy no hay pleno
consenso. En el Anexo E, puede encontrarse el instructivo completo.1

Ahora bien, dado que no existe un consenso acerca de la fecha de la Escritura de la


Didache, me veo en la necesidad de hacer una proceso hermenéutico sobre su enseñanza
acerca del “día del Señor” en ambas fechas de redacción. Es decir, analizaré la enseñanza
de la Didache sobre “el día del Señor” como si hubiera sido escrita hacia el 70 d.C, y haré
lo propio como si hubiera sido escrita en una fecha más tardía, el 150 d.C, por ejemplo.

11.2 La Didache escrita en la edad temprana: El 70 d.C.

11.2.1 ¿Quiénes fueron los autores de este escrito?

Respecto a este escrito de la Enseñanza de los Apóstoles, varias cosas debemos analizar, y
una de ellas es la cuestión de su autoría ¿Fueron los apóstoles quienes redactaron este
documento? ¿Dieron su sanción apostólica a este documento?

La primera posibilidad de autoría es que este Instructivo haya sido redactado por los
mismos apóstoles, excepto por uno: Jacobo. Y esto porque él había sido asesinado por
mano de Herodes, como Lucas lo informa en Hechos 12.

Sin embargo también parece que si Pablo participó en la redacción de este escrito, no
tuvo mucha influencia su teología, porque al leerse La Didache uno esperaría que
tratándose de una doctrina para las naciones (los gentiles), se encontrase un carácter más
paulino, pero no es así, sino que uno ve un escrito más afín al Evangelio judío de Mateo.
Aunque esto no implica que esté del todo ausente el apóstol Pablo en tal escrito.

Si esto es así, si este es un escrito redactado por los mismos Apóstoles, entonces este
escrito es único en su especie, puesto que es el único que fue escrito con la participación
de todos los apóstoles, y solo sería equiparable con el Concilio de Jerusalén, donde
disposiciones para los gentiles fueron determinadas.

La segunda posibilidad es que este fuera un Instructivo que aunque no fuera redactado
por un concilio apostólico, no obstante, tenía la sanción apostólica, es decir, que pudo
haber sido escrito por discípulos contemporáneos a los apóstoles y llevado ante su

344
conocimiento, y éstos dieron entonces su consentimiento, y por eso el nombre: “La
Enseñanza de los Apóstoles”

Una tercera posibilidad es que discípulos redactaron esta carta titulándola como “La
Enseñanza de los Apóstoles a las Naciones” no como si fuera un escrito proveniente ya sea
por redacción o sanción de los apóstoles, sino porque pensaban que representaba la
doctrina apostólica para los gentiles. Eran discípulos que en vista de la necesidad de
educación y teniendo conocimiento de la doctrina apostólica, se dispusieron a escribir
este Instructivo para la iglesia o iglesias.

Ahora, habiendo mencionado las posibilidades de la autoría de esta carta, me dispongo a


analizar cuál pudiera ser la más probable dada las circunstancias de su escritura.

 Un escrito redactado por un concilio apostólico

No tenemos información alguna de que los Doce se hayan reunido para redactar en
conjunto un instructivo de los Apóstoles, sino que sabemos que Pablo fue el encargado
principal de llevar la palabra a los gentiles:

Gál.2.7-9 “Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el
evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión (pues el que actuó en
Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), y
reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran
considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de
compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”

Esto por supuesto no implicó que los apóstoles de los judíos, los Doce, no pudieran tener
influencia sobre las iglesias gentiles, pues tenemos escritos de Juan y Pedro para iglesias
gentiles, pero lo que sí implica es la primacía de la doctrina paulina para las naciones.

Además si este escrito fuera redactado por un concilio apostólico, y por tanto ha de ser
aceptado como de la mano misma de los apóstoles, es necesario aclarar que contiene
prescripciones que no siguen el espíritu encontrado en otros escritos, en nuestros escritos
canónicos:

Didache 4:1 “Hijo mío, día y noche recuerda a quien te habla de la palabra de Dios, y
respétalo como al Señor; porque donde habla la autoridad del Señor, allí está el Señor
mismo”

345
Heb.13.17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no
quejándose, porque esto no os es provechoso”

1Pe.5.1-5 “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y
testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será
revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por
fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no
como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la
grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona
incorruptible de gloria. Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos
unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los
humildes”

Cierto es que los Gálatas recibieron a Pablo cuando éste estuvo enfermo como a Cristo
mismo, pero ningún apóstol, ni siquiera ningún profeta de Israel, instó a que sus oyentes
respetaran al predicador, profeta o maestro como al Señor mismo, sino que siempre se
presentaron como siervos de Dios:

1Co.4.1 “Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de
los misterios de Dios”

Este es otro ejemplo de que este escrito no parece haber sido redactado por los apóstoles
mismos, pues se aparta del espíritu que encontramos en los escritos canónicos:

Didache 7:4 “Antes del bautismo, el que bautiza y que ha de ser bautizado, ayunen, y
asimismo otros que puedan hacerlo. Mandas ayunar al bautizado uno o dos días antes”

Este mandato no parece ser en absoluto apostólico. En los relatos de Lucas no tenemos
una insinuación de que tanto el evangelista como el evangelizado procedieran a ayunar
uno o dos días antes del bautismo. Sabemos que los bautismos eran efectuados en el acto
de la conversión de las personas gentiles al Señor, o lo que es más exacto, el bautismo era
el acto ordinario propio de su conversión al Señor.

Por tanto, con el respeto de los eruditos bíblicos y maestros de la iglesia que ven en este
escrito “doctrina apostólica”, yo mismo tomo la palabra para mostrar que hay evidencia
suficiente, (y esto son solo dos ejemplos) de que este escrito no contiene el espíritu
apostólico. No, este escrito no fue redactado por un concilio de Apóstoles.

Y lo que es más, es que si algún hermano quiere sostener que la Didache fue escrita por
los apóstoles, entonces él mismo ha de ponerse bajo ella, es decir, ha de obedecerla como

346
se siguen las instrucciones de las demás cartas bíblicas, y por qué no, incluso, debería
considerársele parte del Canon Apostólico.

 La Enseñanza fue redactada por discípulos y luego aprobada por los Apóstoles

La segunda posibilidad que mencioné es que ciertos discípulos escribieran este Instructivo
que tenía como fin enseñar a los gentiles, y siendo presentado a los Apóstoles, éstos
dieron su aprobación.

Esto es igualmente improbable, por no decir, que completamente descartable, ya que un


escrito sancionado, respaldado y soportado por los apóstoles, así ellos mismos no lo
hubieran escrito, sería equiparable a que ellos lleguen a ser sus autores. Además, para ser
sancionados por los apóstoles, se debió haber hecho con el respaldo no solo de los que
estaban en Jerusalén, sino del más prominente maestro a los gentiles: El Apóstol Pablo.
Aunque esto último no debió haber sido una condición sin excepción.

Así que si éste fuera un escrito a los gentiles sin la aprobación de Pablo, sería una
resolución de los apóstoles que contradeciría lo que ellos mismos habían determinado,
que Pablo fuera el maestro de los gentiles. Pero lo que tiene más peso para no aceptar
esta posibilidad es que muchas de las instrucciones dadas en la Didache no siguen la línea
de pensamiento de los demás escritores canónicos.

Por tanto, por el contenido mismo de la Didache, al menos yo mismo, descarto que éste
fuera un escrito con sanción divina.

 Fue un escrito sin sanción apostólica redactado por discípulos considerando que
estaban enseñando la doctrina apostólica a las naciones

Es decir que ciertos discípulos en vista de la necesidad que tuviera una o varias iglesias, se
dispusieron a redactar un Instructivo para ayudar a esas iglesias en su fe considerando que
estaban transmitiendo fielmente la doctrina que los apóstoles predicaban en las naciones,
a los gentiles y de ahí su título: “La doctrina de los Apóstoles a las Naciones”

Así que la intención es valida, pues todos nosotros tenemos siempre la intención de
mostrar a la iglesia cuál ha de ser el camino a seguir, y a veces somos muy fieles en
exponer la doctrina de los apóstoles, pero también a veces no somos tan fieles, sino que
junto a la doctrina apostólica ponemos nuestras doctrinas propias. Un ejemplo de ello es
la Didache.

Por tanto, este Instructivo puede ser recibido y visto como un escrito que buscaba la
edificación de la iglesia, que buscaba su fortalecimiento en la fe del Señor, pero que no

347
necesariamente fue en todo fiel y exacto a la doctrina del Señor, considérese por ejemplo
el asunto del ayuno:

Didache 8:1 “Vuestros ayunos, sin embargo, no sean con los hipócritas: los que ayunan el
segundo y el quinto día después del sábado. Vosotros, en cambio, ayunad el cuarto día y el
viernes”

¿Es la anterior una doctrina de nuestro Señor? ¿O de algún apóstol? No lo creo.

Por tanto, este escrito aunque diga “De los Apóstoles”, no por ello significa que lo sea en
el pleno sentido de la palabra. Una ilustración muy conveniente viene al caso. La iglesia
Católica también lleva el título de “Apostólica”, pero ¿es apostólica en su doctrina, espíritu
y praxis? En efecto, no todo lo que hace o enseña la ICR es apostólico. Así tampoco todo lo
que dice la Didache es apostólico, no en todo lo que la Didache enseña representa el
pensamiento apostólico.

Así que los autores en definitiva, según este análisis, no fueron los apóstoles, y tal escrito
tampoco recibió la sanción apostólica, sino que fueron ciertos discípulos que quisieron
enseñar doctrina a las naciones, considerando que estaban siendo fieles a los apóstoles,
aunque no en todo lo fueron.

Es como si yo hoy escribiera un libro llamado “El Matrimonio según los Apóstoles”. Esto no
implica que los apóstoles lo hayan escrito, o que hayan dado su sanción a mi libro, sino
que yo estoy tratando o asegurando que mi doctrina representa fielmente el pensamiento
apostólico; y tal cosa habrá que verse mediante la evidencia que presento.

Y por ello, es que aunque este Instructivo se llame “La Enseñanza de los Apóstoles para las
naciones” no necesariamente es en verdad apostólico, ni por sanción de ellos, ni por
fidelidad en su contenido. La Didache es un libro falible.

11.2.2 ¿Cómo determinar lo que es apostólico y no lo es en la Didache?

Ahora bien, si la Didache no es un libro apostólico, es decir, que todo su contenido puede
ser aceptado como doctrina inspirada, sino que su contenido puede representar ideas
apostólicas, pero también incluir ideas no bíblicas, ¿Cómo determinar qué es apostólico y
que no lo es en su contenido?

Pienso que la clave no es complicada. Este tratado sobre el día de reposo, el primer día de
la semana y el día del Señor, puede y debe ser analizado por ustedes para ver si mis
pensamientos aquí plasmados representan la doctrina apostólica, ¿y cómo pueden
ustedes conocer si mi enseñanza es fiel a Cristo y los apóstoles? ¡Exacto! Revisando la

348
Escritura, la cual es base y autoridad de toda nuestra doctrina y practica. En otras
palabras, por medio del Canon, ustedes sabrán si lo que yo enseño es bíblico o no, y es
que el Canon es la regla por la cual se mide toda enseñanza, porque solo él es nuestra
Autoridad. ¿O estoy equivocado?

Por tanto, el método para determinar las ideas apostólicas y las que no lo son, que están
contenidas en la Didache, es mediante nuestro Canon, es sujetar la enseñanza de la
Didache a la Doctrina de la Escritura. La Didache está sujeta y evaluada a la Escritura, y no
al contrario. La Escritura es la norma de la Verdad, y no la Didache. El creyente conoce su
Evangelio por medio de la Escritura y no de la Didache.

Así pues, las ideas de la Didache están todas sujetas a la Escritura, y donde la Didache
sostiene y señala la doctrina apostólica, la iglesia puede decir “Amén”, porque se habla la
verdad. Pero cuando la Didache dice algo que no es escritural la iglesia no necesita decir
“Amén”, y cuando la Didache enseña cosas antibíblicas, la iglesia no solo no debe decir
“Amen, sino que debe señalar el error y rechazarlo.

Por consiguiente, sabiendo que la Escritura, nuestro Canon, es el estándar por el cual
evaluamos a nuestros maestros y teólogos, a Lutero, Agustín, Bernardo, R.C Sproul, Piper,
entonces, del mismo modo podemos y debemos hacerlo con la Didache.

Por ultimo, nuevamente digo que no sería necesario hacer una análisis de la doctrina de la
Didache si está es aceptada en la mente y corazón como Escritura, como libro inspirado
por el Señor. Pero que yo sepa, La Didache nunca fue aceptada como tal, y tampoco yo lo
hago.

11.2.3 ¿Quiénes fueron sus destinatarios?

La misma Enseñanza tiene un encabezado en el que aclara y define sus destinatarios: “Las
Naciones”. Cabe recordar que por el término “naciones” se entendía no como hoy por hoy
lo comprenderíamos nosotros, como “países”, sino que el término “naciones” desde el
contexto profético de las Escrituras y el Evangelio implicaba “gentiles”, aquello que por
descendencia no eran miembros del pacto de Abraham, aquellos que eran incircuncisos.

Así que, en este encabezado, los autores o el autor de la Didache especifica quiénes
quieren que sean sus lectores: Los creyentes de Cristo entre los gentiles, iglesias
conformadas por gentiles, aunque esto no implica que no hubiera en tales iglesias judíos,
y esto en especial si es mediados del siglo I, ya que en varias iglesias gentiles sabemos que
había también presencia de judíos convertidos al Señor.

349
Por tanto, este es un Instructivo redactado para los gentiles. De ahí que uno esperara un
escrito más afín a la teología Paulina o incluso Petrina que leemos en la Escritura, pero
hallamos una teología más bien cercana a los planteamientos del Evangelio de Mateo, un
escrito para judíos cristianos.

11.2.4 “El día del Señor” en la Enseñanza de los Apóstoles para las Naciones

Didache 14:1 “El día del Señor reúnanse para partición del pan y la acción de gracias,
después de haber confesado sus pecados, para que sea puro su sacrificio”

11.2.4.1 ¿Por qué la Didache hace alusión al “día del Señor”? Cuatro posibilidades.

Hay una serie de posibilidades por las cuales el Instructivo hace alusión al día del Señor, he
aquí algunas de ellas:

 Para los días de la escritura de la Didache, año 70 d.C, ya la frase y concepto “el
día del Señor” estaba en uso

La primera razón por la cual la Didache podría citar “el día del Señor” es que para la fecha
en que la Didache fuera escrita y para la comunidad a quien fue dirigida, es decir, iglesias
gentiles, la expresión “el día del Señor” ya estaba en uso, es decir hacia el año 70 d.C. En
caso de ser esto así, se implica que las iglesias de aquel tiempo, muy cercanas a la edad
apostólica, ya usarían tal fraseología y concepto. ¿Por qué la iglesia (escritores y
destinatarios) ya usaría para ese entonces la frase “el día del Señor”? Hay cinco
posibilidades.

- Primera: Los apóstoles habían designado al primer día de la semana como “el día
del Señor”

La primera de ellas es que esta fuera una designación dada por los mismos apóstoles del
Señor, quienes guiados por el Espíritu Santo denominaron a este día como “el día del
Señor” “jo hemera kuriakos” o “jo hemera kurios”. Pero esta posibilidad no solo carece de
evidencia histórica apostólica, sino que más bien la evidencia escritural señala
explícitamente que entre el año 28 d.C y el año 68 d.C, el término “hemera kurios” era
utilizado como referencia al día escatológico del Señor Jesucristo:

Hec.2.20-21 “El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día
del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo” Sermón de Pedro en Pentecostés, año 28 d.C

350
2Pe.3.10 “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las
obras que en ella hay serán quemadas” Carta a las iglesias cristianas del Ponto, Asia y
Bitinia, año 65 – 68 d.C

Así que, hasta donde tenemos información canónica y explicita, en los días de los
Apóstoles, mientras que Pablo y Pedro estaban con vida en la iglesia, el término “el día del
Señor” no era utilizado para referirse al primer día de la semana. En la literatura canónica
no hay una sola vez que eso ocurra.

Por tanto, no parece plausible ni conveniente seguir el pensamiento de que los apóstoles
del Señor titularon al primer día de la semana “el día del Señor”.

Argumentar sin evidencia que los apóstoles designaron al primer día de la semana u otro
día como “el día del Señor” aparte del día descrito en los profetas, es proponer para la
iglesia una idea especulativa. Hacemos bien en aferrarnos a la evidencia bíblica.

- Segunda: Maestros cristianos, sin sanción apostólica, denominaron al día de


comer la mesa del Señor como “el día del Señor”

La segunda posibilidad para que la Didache, dirigida a iglesias cristianas gentiles, ya usara
el título al primer día de la semana, como “el día del Señor”, es que esta designación se
había hecho popular en algunas iglesias (muchas o pocas), entre las cuales estarían los
destinatarios de la Didache, cuyos autores también sostenían este título.

¿Cómo se pudo haber hecho aceptable y conocido el termino “el día del Señor” en las
iglesias del año 70 d.C?

Una primera posibilidad es “Porque los apóstoles así lo predicaron” ¿Hay alguna evidencia
de esto? Por supuesto que no, más bien, la evidencia canónica e histórica de la doctrina
apostólica muestra que los maestros fundadores de la fe cristiana, los apóstoles, llamaban
“día del Señor” no al primer día de la semana, sino al día escatológico de Cristo. En los
textos que tenemos del Canon al primer día de la semana, se le llama el primer día de la
semana.

Una segunda posibilidad es que hubo maestros de aquel tiempo, alrededor del año 70
d.C, que designaron llamar al primer día de la semana “el día del Señor” entre las iglesias
cristianas, las que ya existían y las que hasta ahora se estarían fundando. ¿Es apostólica
esta enseñanza de estos maestros cristianos y hermanos en la fe? Por lo que hemos visto
en este tratado, y por la evidencia aquí presente, se puede inferir que si hubo tales
maestros (porque en realidad no lo sabemos, es solo una hipótesis) entonces éstos

351
erraron en esta designación, e incluso se expusieron a ser reprendidos por los apóstoles,
por los que de ellos quedaban vivos para esta época, ya que el día del Señor, según la
divina Escritura y los Profetas es uno: El gran día del Señor.

Además, si hubo iglesias que aceptaron tal título para el primer día de la semana, lo
hicieron pasando por alto sus escritos apostólicos, o sin el conocimiento de ellos, pues en
los tales, el día del Señor, es un día que está por venir, y no es el primer día de la semana.

Además, para esta época, algunos de los maestros cercanos a los apóstoles estarían
todavía vivos, (por ejemplo Timoteo y Tito) ¿por qué y con base en qué aceptarían o
propondrían ellos que al primer día de la semana se le llamara “el día del Señor”?

Si hubo maestros cristianos que enseñaron que al primer día de la semana, el día de
comer la mesa del Señor, se le llamase “el día del Señor”, si hubo tales maestros, entonces
erraron con esta doctrina, y no se sujetaron a los apóstoles.

Además, a las iglesias de aquella época se les había escrito que el día del Señor, sería su
gran día escatológico, no el primer día de la semana. Por tanto, si las iglesias del año 70
d.C, habían aceptado la doctrina extra – apostólica de que el día del Señor era el primer
día de la semana, cosa que sus apóstoles no enseñaron, definitivamente la iglesia aceptó
una confusión en su seno desde sus primeros años de existencia.

La evidencia explicita que tenemos es que las iglesias, hacia el año 70 d.C, no conocían al
día del Señor como el primer día de la semana, sino que les había sido enseñado que el día
del Señor estaba por venir:

2Pe.3.10 “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las
obras que en ella hay serán quemadas” Carta a las iglesias cristianas del Ponto, Asia y
Bitinia, año 65 – 68 d.C

Y recuérdese, que en realidad no sabemos quiénes fueron los destinatarios de la Didache,


tampoco quienes fueron exactamente sus autores, y tampoco la fecha de redacción real
de la Didache.

Por tanto, la proposición de que tal vez hubo maestros cristianos que para esta época
enseñaron la doctrina del primer día de la semana como “el día del Señor”, es una
posibilidad sin evidencia, y eso significa solo una especulación. La realidad es que la iglesia
alrededor del 70 d.C, llamaba al primer día de la semana, el primer día de la semana, y al
día del Señor se le conocía como el día escatológico del Señor, el día que está por venir.

352
Ahora bien, una cosa es que las iglesias hubieran podido recibir aquella Doctrina y otra es
que la hubieran creído y aceptado. ¿Aceptaron las iglesias del año 70 d.C que al primer día
de la semana se le llamara “el día del Señor”? No lo sabemos. Por algo, este escrito de la
Didache no está en nuestro Canon.

El hecho de que casi treinta años después, Ignacio mencionara un “día del Señor” aparte
del día escatológico de Cristo (cosa que sabemos que nunca ocurrió), no prueba que toda
la iglesia habría aceptado tal doctrina, sino que es solo muestra de que Ignacio propuso
que había otro día del Señor, cosa que ya vimos fue equivocada.

- Tercera: Porque este escrito es el primero que utiliza la frase “el día del Señor”

Una tercera posibilidad es que este fuera el primer escrito en referirse al “día del Señor”
como el día ordinario de partir el pan.

Esto implica que los autores de la Didache, si ésta fue escrita hacia el año 70 d.C, como
algunos lo proponen, serían los primero en llamar así al día de la sagrada cena.

Si los destinatarios de aquel tiempo, lo aceptaron, no lo sabemos. Si la iglesia que recibió


el Instructivo rechazo tal doctrina, tampoco lo sabemos. Lo que sí sabemos, es que si los
autores de la Didache fueron los primeros en llamar al día de comer la mesa del Señor
como “el día del Señor”, entonces, éstos se equivocaron y confundieron a la iglesia, pues
ahora había dos días del Señor: Uno el gran día escatológico, y otro, el primer día de cada
semana cuando se comía el pan.

- Cuarta: Porque la Didache data de una época en que ya “el día del Señor” era
reconocido como el primer día de la semana, una época posterior a la apostólica
del primer siglo

Esto también es probable, puesto que es posible que para mediados del segundo siglo ya
la iglesia cristiana por influencia de escritores no canónicos hubiera adoptado el nombre
para el primer día de la semana como “el día del Señor”. Y en este contexto, un escrito
que menciona “el día del Señor” representaría la doctrina de aquella época.

Es decir, que es posible, por esta frase, que en vez de ser una prueba de que “el día del
Señor” era una frase de la era apostólica refiriéndose al primer día de la semana, más bien
sea una prueba de que este escrito date de una fecha posterior a cuando nuestro canon
fue terminado de escribir, hacia finales del siglo primero.

Si la Didache fue escrita después del 70 d.C, por ejemplo hacia el 80, todavía no habría
modo de sostener que “el día del Señor” ya se usaba para referirse al primer día de la

353
semana. Si la Didache fue escrita por ejemplo hacia el 100 d.C, tampoco encontraríamos
evidencia aparte de la Didache para argumentar el uso de esta terminología.

Ignacio de Antioquía, hizo mención del “día del Señor” (supuestamente), refiriéndose al
día en que resucitó Cristo, un primer día de la semana, y esto fue hacia el 110 -115 d.C, en
su carta a los Magnesios.

¿Cuál fue escrita primero? ¿La Didache o la Carta a los Magnesios? A diferencia de la
Didache, Ignacio explica cuál es ese día, aparentemente haciendo alusión al día de la
resurrección de Cristo:

Magnesios 9:1 “Así pues, si los que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una
nueva esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del
Señor, en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que
algunos niegan…”

En cambio la Didache ya asume que sus destinarios saben cuál es el día del Señor. La
solución no es nada fácil. Pero hay una probabilidad que no se puede descartar, y es que
la Didache fuera escrita tiempo después de la carta a los Magnesios, en una época en que
ya la iglesia llamaba al primer día de la semana, “el día del Señor”.

Así que es posible que la Didache fuera escrita en una época en que ya la iglesia usara esta
fraseología del “día del Señor” para referirse al primer día de la semana, el día en que se
come la Mesa del Señor.

Esta es una posibilidad que exploraré más adelante, admitiendo que sea posible que la
Didache haya sido escrita hacia mediados del siglo II.

11.2.5 Una cosa es segura: Nuestros apóstoles no llamaron al primer día de la


semana “el día del Señor”

Para los apóstoles, instruidos en la Ley y los Profetas, inequívocamente el día del Señor
era el día final de esta era, no el primer día de la semana. Dos “días del Señor” como
acontece en la iglesia desde hace siglos, hubiera sido confuso, ya que “día del Señor”
había solo uno: “Su grande y espantoso día”.

11.3 Análisis de la Didache si fue escrita hacia el 150 d.C

11.3.1 Autores y destinatarios

354
Si la Didache fue un libro escrito hacia el 150 d.C, como algunos lo proponen, de todos
modos no sabemos quiénes fueron sus destinatarios y tampoco quién o quiénes fueron
sus autores.

Por el encabezado lo que sabemos es sus autores afirman que este es un instructivo que
afirma contener la enseñanza apostólica para las naciones, respecto de lo cual sabemos
que no es cierto en el pleno sentido de la palabra, ya que el escrito contiene tanto
elementos apostólicos como extra – apostólicos.

11.3.2 ¿Por qué cita La Didache “el día del Señor”?

La primera posibilidad que planteo por la cual la Didache cita “el día del Señor” es porque
tanto sus autores como sus destinatarios ya estaban familiarizados con esta terminología
para llamar al primer día de la semana, al día en que se comía la comunión, acto al cual
también se le llama sacrificio:

Didache 14:1 “Los días del Señor reuníos para la partición del pan y la acción de gracias,
después de haber confesado vuestros pecados, para que sea puro vuestro sacrificio”

Y si este escrito data de mediados del siglo II, entonces es uno que está relatado en un
lenguaje que sería conocido ya para aquella época. Una terminología de llamar al primer
día de la semana “el día del Señor” y de llamar al acto de la comunión “sacrificio”.

La segunda posibilidad, y que bien podría ser cierta (si la Didache fue escrita en a
mediados del Siglo II) es que La Didache fuera el primer escrito en llamar al día de comer
el sacrificio, la cena del Señor “el día del Señor”. Y esto es posible ya que sabemos con
certeza que ni siquiera Ignacio empleó tal fraseología.

Y si esto es cierto, si La Didache es el primer libro de literatura cristiana extra-canónico en


llamar al día de la comunión “el día del Señor”, entonces ¿con qué derecho apostólico hizo
tal cosa? En realidad, su uso sería de carácter extra-apostólico, y hasta inconveniente por
cuanto traería confusión a la iglesia, como en realidad ha ocurrido.

11.4 ¿Qué enseña la Didache respecto al “día del Señor”?

Didache 14:1 “El día del Señor (kata kuriaken de kuriou) reúnanse para partición del pan y
la acción de gracias, después de haber confesado sus pecados, para que sea puro su
sacrificio”

Leyendo la Didache se pueden saber y deducir dos hechos bien marcados:

355
El primero es que, según La Didache, existe una relación entre “el día del Señor” y comer
la Mesa del Señor. Notemos que históricamente este ha sido el evento relacionado con el
primer día de la semana, al cual muchos obispos, sin evidencia canónica denominan “el
día del Señor”.

Es decir, que incluso los autores de La Didache relacionan (por motivos desconocidos) “al
día del Señor” con la Mesa del Señor.

El segundo hecho supremamente claro, es que La Didache no enseña que los cristianos
guardan el Cuarto Mandamiento, cosa que sí hace el Catecismo Católico y Reformado. En
esto La Didache es más bíblica que los anteriores Catecismos.

11.5 La Didache no es un texto que sustente o pruebe la doctrina del primer día de
la semana como “día del Señor”

Hay dos razones obvias por las que La Didache no sirve como texto para probar o apoyar
la asunción del primer día de la semana como “el día del Señor”. Léanlas bien.

La primera es que La Didache nunca usa la frase “el día del Señor”. Compárese los
diferentes textos griegos:

2Pe.3.10 “Pero el día del Señor (jo hemera kurios) vendrá como ladrón en la noche; en el
cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y
la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” Carta a las iglesias cristianas del
Ponto, Asia y Bitinia, año 65 – 68 d.C

Apo.1.9-11 “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino


y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra
de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (jo
hemera kuriakos), y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el
Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete
iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”

Didache 14:1 “El día del Señor (kata kuriaken de kuriou) reúnanse para partición del pan y
la acción de gracias, después de haber confesado sus pecados, para que sea puro su
sacrificio”

Desafortunadamente todo el empeño que hacen algunos de mis hermanos en usar La


Didache para mostrar que “el día del Señor” como primer día de la semana, es una
doctrina bíblica, es en vano, ya ni siquiera La Didache hace mención de dicha frase.

356
En el Anexo D, se halla subrayada el capítulo 14:1 la frase griega, tanto en el texto griego,
como en el texto traducido, y allí se notará, que la frase literal de La Didache, es decir, su
traducción apropiada sería más o menos así: “De acuerdo al Señor del Señor” o en Inglés
“According to the Lord’s of Lord”.

Para uno de los muchos análisis de este asunto, puede verse (no disponible en español):
http://www.historicism.org/ Documents/Didache.pdf (copiar link y pegarlo en el
buscador).

Por tanto, de nada sirve traer La Didache a este debate.

La segunda razón, es que aun si La Didache hubiera hecho mención “del día del Señor”, de
todos modos, nada hubiera impactado este hecho la fe cristiana, ya que La Didache no es
un libro Canónico. No tiene autoridad alguna en sus enseñanzas para la iglesia, y su
contenido está supeditado al contenido del Canon, es decir, es la Escritura Canónica la que
nos permite conocer qué elementos de la Didache son correctos y cuáles no.

Y por esto mismo, porque nuestro Canon no enseña, no prescribe, no sostiene que el
primer día de la semana se llamaba “el día del Señor”, y más bien, tal proposición es
negada por nuestro Canon, es que la mención “del día del Señor” en la Didache en nada
cambia la doctrina apostólica canónica.

El matrimonio que Dios instituyó, aprobó y en el que se glorifica es el que está


conformado por un hombre y una mujer. Eso es lo que enseña nuestro Canon. Así que a la
larga no importa lo que diga Ignacio, el Papa, Agustín, La iglesia reformada o cualquier
otra iglesia, lo que cuenta es nuestro Canon.

Si las posturas de la ICR, de la Iglesia Reformada, de la Iglesia Pentecostal representa


nuestro Evangelio ¡Bendito sea Dios por esto! Pero la Verdad es verdad porque Dios así lo
ha dicho y sus apóstoles y profetas lo han testificado, no porque la Iglesia lo diga. La iglesia
no es la fuente de la verdad, es la comunicadora, pero la fuente es Dios en su Escritura.

Y si las posturas teológicas de alguna iglesia no reflejan y no corresponden a lo que el


Evangelio enseña y sostiene ¡Ojalá la iglesia cambie al respecto! Pero la verdad se
mantiene intacta. La iglesia no crea la verdad, su deber es comunicarla.

En conclusión, a la luz de nuestro Canon, del Nuevo Testamento, de la literatura


apostólica, aun si La Didache hiciera mención del “día del Señor” (cosa que es sólo
hipotética), no implica en absoluto que tal tradición o práctica sea apostólica.

357
¿Qué enseña nuestra Escritura? Tres cosas bien documentadas: Que el día de reposo es el
séptimo día; que el primer día de la semana era el día en que la iglesia ordinariamente
comía la mesa del Señor; y que el día del Señor, es el día que la iglesia está esperando: El
retorno de Cristo, nuestra esperanza bendita. Amén.

358
12. LA CUESTIÓN DEL LENGUAJE GRIEGO

12.1 “Hemera kuriakos” no es “ jo eis jo sabbaton”

Otra apelación que han hecho algunos de nuestros teólogos y maestros del Evangelio para
sostener que “el día del Señor” es el día ordinario de la semana que le pertenece a él, y en
este caso, el primer día de la semana, es el uso del lenguaje griego que emplea Juan en su
revelación para designar a este día: “hemera Kuriakos”

Usualmente el razonamiento es que en el Nuevo Testamento al día escatológico del Señor


se le llamaba en griego como “Hemera Kurios”, en cambio, Juan en su Revelación, dice
que él estaba en el Espíritu en el “hemera Kuriakos”, y por esto mismo se ven que son dos
términos diferentes y por ende se infiere que son dos días diferentes.

Además, también se apela a que el único uso de “kuriakos” en otro texto de la Escritura,
se encuentra en la primera carta a los corintios, en la que Pablo recuerda a los corintios
que el pan que comían y la copa que bebía era la mesa del Señor:

1Co.11.20 “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor (Deipnon
Kuriakos)”

Así que se argumenta, que así como existe una cena ordinaria del Señor, que es de él,
consagrada a él, así también, existe un día ordinario del Señor, consagrado a él, y este día
es el primer día de la semana, traducido del griego jo eis jo sabbaton.

Este es el argumento entonces que apela al uso de los términos para demostrar y afirmar
que en efecto, el primer día de la semana es el día del Señor.

12.2 El nombre ordinario de los días de la semana en el calendario romano, griego


y judío

Quiero comenzar mi análisis de este argumento con la siguiente tabla de los días y sus
nombres, como fueran conocidos en la época del Imperio Romano, incluso cuando
nuestro Señor resucitó: 1, 2

359
Nombre Pronunciación Traducción
Latin – Traducción Español
Griego Hebreo Hebrea – Hebreo-
Romano al Español actual
Español Español

Hemera Dies Solis Día del Sol Día del Sol3 ‫הראשון‬ Yom rishón Día
Helios ‫היום‬ primero

Hemera Dies Día de la Lunes ‫ביום השני‬ Yom shení Día


Selene Lunae luna segundo

Hemera Dies Día de Martes ‫יום שלישי‬ Yom shlishí Día tercero
Areos Martis Marte

Hemera Dies Día de Miércoles ‫הרביעי‬ Yom revi’í Día cuarto


Hermou Mercurii Mercurio ‫ביום‬

Hemera Dies Jovis Día de Jueves ‫החמישי‬ Yom jamishí Día quinto
Dios Jupiter ‫היום‬

Hemera Dies Día de Viernes ‫השישי‬ Yom shishí Día sexto


Afrodites Veneris Venus ‫יום‬

Hemera Dies Día de Sábado ‫שבת‬ Yom shabat Día de


Kronou Saturni Saturno (Saturday - Shabat
Inglés) ‫יום‬

Nótese que los días de la semana en el Imperio eran dedicados a las deidades paganas:
Saturno, Venus, el Sol, entre otras. Pero los días de la semana en la cultura judía no lo
eran, sino que se llamaban según el número cardinal que había sido enseñado y
establecido en el Génesis: Día primero, día segundo, día tercero, y así, hasta llegar al
séptimo día, cuyo nombre era propiamente Shabath, es decir, reposo.

Ahora bien, ¿qué día resucitó nuestro Señor Jesucristo? En efecto, lo hizo en el hermera
helios, o su equivalente en latín: deis solis, tal como Justino Martir, cristiano del siglo II lo
reconoce en uno de sus libros:

“Y nos reunimos todos el día del sol, primero porque en este día, que es el primero de la
creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia; y también porque
es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos. Le
crucificaron, en efecto, la víspera del día de Saturno, y al día siguiente del de Saturno, o
sea el día del sol, se dejó ver de sus apóstoles y discípulos y les enseñó todo lo que hemos
expuesto a vuestra consideración” (S. Justino, Apol. 1,67)”4

360
Entonces hermanos, si nuestro Señor Jesucristo resucitó el deis solis o el hemera helios
¿por qué los autores apostólicos dicen que resucitó jo eis jo sabbaton (el primer día de la
semana)?

Hermanos, notemos que los autores escriturales del Nuevo Testamento, en vez de
emplear el nombre latino de los días de la semana (nombre paganos), usaron el nombre
judío de los días de la semana, con su respectiva traducción al griego, lenguaje en que fue
escrito el Nuevo Testamento.

Así pues, en ves de usar “hemera helios”, los apóstoles usaron el nombre judío de dicho
día, es decir “jo eis jo sabbaton”, el primer día de la semana.

¿Por qué los apóstoles usaron estos nombre judíos de los días en vez de los nombres
griegos? Yo creo que sucedió por cuatro razones:

La primera es que recordemos que el Evangelio fue predicado en primer lugar a los judíos,
y por tanto, era necesario y obvio usar el nombre judío de los días de la semana. Así a los
judíos, no se les podía haber dicho que el Mesías había resucitado en el hemera helios, es
decir, en el día del dios sol ¡Hubiera sido abominable para los judíos tal predicación!

La segunda razón es que los primeros predicadores del Evangelio eran judíos, para
quienes solo había un Dios: Yawheh, Elohim, Theos. No había tales dioses, como el dios
sol, la diosa luna, el dios mercurio, el dios jupiter, el dios saturno. ¡Era abominable pensar
tal cosa! Y por ende, los días no podían ser llamados con sus nombres paganos.

La tercera razón es que como los primeros predicadores del Evangelio eran judíos, ellos
tenían establecidos los títulos o nombres de los días: Comenzaba la semana con el primer
día, y finalizaba con “el reposo” o “Sabbaton” en lenguaje griego. Y esto seguramente era
así, recordándose y apelándose al relato del Génesis entregado por Dios a Moisés. Dios
mismo determinó el calendario de los judíos cuando él los sacó de Egipto y eso incluía el
nombre de los días:

Éxo.12.1-3 “Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os
será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año.
Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno
un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia”

Y la cuarta razón podría ser que al extenderse el Evangelio en el imperio romano, los
apóstoles y predicadores del Evangelio, usaron el lenguaje del Génesis no tanto para
establecer este calendario o manera de llamar los días, sino para ayudar a los gentiles a
limpiarse de la idolatría por la idea de que cada día estaba ligado a un dios particular. Con
361
el nuevo nombre, los gentiles podrían reconocer que ningún día estaba consagrado a dios
alguno, y que tales dioses serían falsos. Y con esto se evitó una distorsión del Evangelio, de
que Cristo haya resucitado en el día del dios sol, cosa que en un imperio adorador de
dioses, se hubiese podido confundir a Jesús como un dios más que formaba parte de la
religión sincretista de los romanos. Esta última razón es una conjetura mía.

Así, pues los apóstoles al predicar el Evangelio a los gentiles no enseñaron que el Mesías
resucitó el hemera helios, el día del (dios) sol, sino el primer día de la semana, que su
nombre en griego sería “jo eis jo sabbaton”.

Entonces, nuestros escritores evangélicos usaron, no el lenguaje griego de los días, sino el
lenguaje judío, con su respectiva traducción al griego.

Así pues, en efecto nuestro Señor resucitó jo eis jo sabbaton, y la iglesia se reunía
ordinariamente también kata eis sabbaton (cada primer día de la semana). Estos son dos
hechos irrefutables en el Evangelio.

12.3 Hemera Kurios y hemera Kuriakos

Es muy cierto que los escritores del Nuevo Testamento cuando se referían al día
escatológico del Señor, su gran día, lo hicieron comunicándose con hemera kurios:

Pedro: “El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del
Señor (hemera kurios), Grande y manifiesto”

Pablo: “que el día del Señor (hemera kurios) vendrá así como ladrón en la noche”

Pablo: “ni os conturbéis…ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del
Señor (hemera kurios) está cerca.

Pedro: “Pero el día del Señor (hemera kurios) vendrá como ladrón en la noche”

Y también, clarísimo e inobjetable hasta el día de hoy es que este día del Señor, se refiere
al día escatológico de Cristo, el día de su regreso y victoria sobre el mal de manera
definitiva.

12.3.1 ¿Jo hemera kuriakos es jo eis jo sabbaton?

Ahora bien, ¿será que entonces cuando Juan empleo la fraseología “hemera kuriakos” (el
día del Señor) se estaba refiriendo al primer día de la semana (jo eis jo sabbaton)?

362
La respuesta positiva a esta pregunta argumenta que kuriakos es la forma de un adjetivo,
con lo que se quiere remarcar que es algo que le pertenece al Señor, que es suyo propio y
de nadie más, que es su día especial, de él y para él, no es como los demás días. Y en esto
estoy de acuerdo.

Solo que, amablemente pido se me informe cómo saben nuestros obispos y pastores que
“este día” que le pertenece al Señor, que es suyo, que es de él, y que no es como los
demás días, es cada primer día de la semana te mia ton sabbaton.

 Preguntas a los postulantes de que jo hemera kuriakos es jo eis jo sabbaton

Hermanos que sostienen que “ jo hemera kuriakos” es “jo eis jo sabbaton”, permítanme
plantearles unas preguntas:

¿Cómo saben que Juan se estaba refiriendo con jo hemera kuriakos a jo eis jo sabbaton?

Si en la Escritura al día de la resurrección de Cristo se le llamaba jo eis jo sabbaton


¿Cuándo comenzó a usarse en su lugar jo hemera kuriakos?

Si la iglesia se reunía kata eis sabbaton (cada primer día de la semana) ¿desde cuándo se
le llamó a ese día jo hemera kuriakos (día del Señor)?

¿Con base en qué realidades y verdades los apóstoles llamaron a jo eis jo sabbaton como
jo hemera kurios?

Sabemos que Juan en su Evangelio, (escrito antes de su Revelación) empleó jo eis jo


sabbaton para referirse al día de la resurrección de Cristo ¿Cómo sabemos que ahora, con
hemera kuriakos se refiere al mismo día, a cada primer día de la semana?

Jua.20.1 “El primer día de la semana, (te jo eis jo sabbaton) María Magdalena fue de
mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”

Apo.1.10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (jo hemera kuriakos), y oí detrás de
mí una gran voz como de trompeta”

12.3.2 Hemera kurios se refiere al día escatológico de Cristo

Permítanme dar evidencia de que Juan con “hemera kuriakos” no estaba pensando ni
refiriéndose al jo eis jo sabbaton, sino al hemera kurios.

En primer lugar Juan usa una terminología clara para referirse al día después del día de
reposo, al primer día de la semana: jo eis jo sabbaton:

363
Jua.20.1 “El primer día de la semana (jo eis jo sabbaton), María Magdalena fue de
mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”

Y si es verdad que son idénticos días, entonces Juan estaría empleando otro término para
referirse al mismo día de la semana en su escrito posterior: Hemera kuriakos. La dificultad
con esta hipótesis es que Juan uso un término bien conocido en aquel entonces (cuatro
autores bíblicos más lo emplean: Lucas, Marcos, Mateo y Pablo) para llamar al día después
del reposo: jo eis jo sabbaton. Entonces, ¿por qué emplear en Apocalipsis otro término si
Juan quería referirse al mismo día ya conocido?

En segundo lugar, es obvio que Juan no dijo que hemera kuriakos era jo eis jo sabbaton:

Apo. 1:10 “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor (hemera kuriakos)”

Nosotros podríamos asegurar que Juan está refiriéndose a te jo eis jo sabbaton si el texto
griego dijera algo así:

“ginomai en pneuma en hemera kuriakos toutesti te mia ton sabbaton” Su traducción


sería:

“Llegué a estar en el Espíritu en el día del Señor, es decir, el primer día de la semana”.

Pero Juan ni siquiera insinuó tal idea. Por alguna razón, nuestros maestros leen en el texto
algo que allí nunca ha sido escrito. Eiségesis.

En tercer lugar, si Juan por hemera kuriakos quiso referirse a “jo eis jo sabbaton” implica
que ya la iglesia, sus lectores habían adoptado tal nominación del día, cosa que por lo que
he expuesto no solo era poco probable sino incluso por la evidencia canónica imposible de
sostener. La iglesia cristiana del primer siglo no llamaba al jo eis jo sabbaton como hemera
kuriakos.

En cuarto lugar, como principio de interpretación se debe considerar el contexto


inmediato en que fue escrito el término, antes de asociarlo incluso con otro autor de la
Escritura (Pablo), pues son contextos diferentes y el significado del término está
determinado por su contexto literario inmediato. Por ejemplo, en algunas cartas “fe” se
puede entender como aquella “fe” inicial que tuvieron los gentiles para acceder a la gracia
de Dios, pero en otro lugares por “fe” se tiene otros significados como “servicio”
“fidelidad” “profesión de una religión”, depende del contexto.

364
Así, antes de asociar “kuriakos” con la misma palabra que Pablo usa en su carta a los
corintios, es exegéticamente correcto, tratar de entender el término en su contexto
literario inmediato, es decir, en el mismo libro de Revelación.

Habiendo dicho esto, ¿según el contexto literario de Revelación a qué día se refiere Juan
con hemera Kuriakos? ¿Se refiere al primer día de la semana? ¿O se refiere al hemera
kurios, el día escatológico del Señor, en que él vendrá a juzgar, a salvar, a castigar y a
establecer su gobierno sempiterno? De acuerdo al contexto literario ¿cuál es preferible?
Mi decisión, basada en la evidencia, es que hemera kuriakos, se refiere al día escatológico
del Señor. Al mismo hemera kurios.

En quinto lugar, tomando la frase Deipnon Kuriakos, y poniéndola en su contexto literario


inmediato, podemos entender el propósito y significado de su empleo por parte de Pablo:

1Co.11.17-21 “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis


para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo
que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es preciso que entre
vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son
aprobados. Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor (deipnon
kuriakos). Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena (idios deipnon); y
uno tiene hambre, y otro se embriaga”

En el anexo F, adjunto uno de mis sermones en el que explico con más detalle acerca del
problema de los corintios al comer indignamente la mesa del Señor. Allí hay más
información.

Lo que ahora me interesa señalar es el uso y significado de kuriakos en esta carta a los
corintios: Ellos estaban comiendo la mesa del Señor indignamente, y Pablo remarca que
los corintios en vez de comer la mesa del Señor estaban comiendo la suya propia:

1 Cor. 11:20-21 “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor
(deipnon kuriakos). Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena (idios
deipnon); y uno tiene hambre, y otro se embriaga”

Pablo quiere enfatizar que la cena que ellos, los corintios comían, no era una comida de
ellos, sino una que era del Señor, una que pertenecía a él, no era una cena ordinaria y
común, sino del Señor.

Kuriakos significa del Señor, perteneciente al Señor, es un adjetivo. E idios, significa


perteneciente a uno mismo, que es de uno.

365
Así que Pablo, como yo lo leo, emplea el término adjetivo kuriakos para que los corintios
recordaran que no era una cena de ellos (idios) sino una del Señor.

Así que la cena de Cristo, no es la cena de la iglesia, o de los hombres, sino es la cena del
Señor. Se enfatiza su pertenencia a él. Como en el inglés, cuando se podría decir the
Supper of the Lord, también se puede emplear The Lord’s supper, y aunque son términos
similares, el segundo es el genitivo sajón que implica pertenencia, propiedad.

Por tanto, cuando Juan emplea, casi cuarenta años después del escrito de Pablo, el
adjetivo kuriakos, para señalar un día (hemera kuriakos), en efecto, lo que está haciendo
es remarcar que él estaba en el día que le pertenece al Señor, que es de él. ¿Cuál es ese
día?

Si mis hermanos, quieren seguir pensando y enseñando que es el primer día de la semana
¿quién soy yo para impedírselo? Solamente que tal proposición es solo una idea de los
hombres, pero no una doctrina apostólica, como aquí lo he expuesto.

El día del Señor, jo hemera kuriakos, no es otro sino el mismo hemera kurios, el gran día
del Cordero:

Apo.6.12-17 “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol
se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del
cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por
un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo
monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos,
los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y
entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y
escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”

12.4 El argumento de que hemera kuriakos es jo eis jo sabbaton no es apostólico ni


canónico

Por consiguiente, humildemente afirmo que no es verdad que Juan se haya referido al
primer día de la semana cuando empleó hemera kuriakos, pues al evaluar tal proposición,
se ve que se violentan los principios hermenéuticos y se hace un ejercicio de eiségesis, y
además, la misma Escritura, interpretada en su contexto histórico-gramático impide y
deslegitima tal premisa.

Así que podemos decir con confianza que Juan llegó a estar en el Espíritu en el día del
Señor, con el significado correcto de esta frase.

366
13. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA DOCTRINA “DEL DÍA DEL SEÑOR” EN NUESTRA
IGLESIA

En este punto me dispongo a relacionar el desarrollo histórico de la doctrina extra-


apostólica por la que se denominó al primer día de la semana, al hemera helios (día del sol
en griego) como “el día del Señor” y posteriormente también como el día de reposo del
Nuevo Pacto. Esta es una construcción breve de esta historia.

La metodología que utilizaré será recorrer cronológicamente algo de la literatura canónica


y extra canónica en la cual podremos ver el rastro de cómo esta doctrina fue
estableciéndose en la iglesia hasta nuestros días, siglo XXI.

13.1 Desde la Creación hasta Moisés

- El día de reposo de Dios

Gén.1.31; 2:1-3 “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Fueron, pues, acabados los cielos y la
tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y
reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo
santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”

Hermanos míos, Dios reposó el séptimo día. Así que si estuviéramos en la creación antes
de la Caída y nos preguntásemos cuál es el día de reposo de Dios, la respuesta sería
inequívoca.

¿Debía reposar Adán y su posteridad? Si la respuesta es positiva, entonces el reposo de la


humanidad debe hacerse inequívocamente el séptimo día. ¿O me equivoco?

13.2 La entrega de la Ley – 1400 a.C

Ya he dado evidencia literaria completamente convincente y abrumadora de que en el


monte Sinaí, en los Diez Mandamientos, fue establecido el día de reposo para Israel, el
séptimo día.

Así que los israelitas conocían con plena claridad cuál es el día en que debían reposar: El
séptimo día.

13.3 Los Profetas de Israel – 1000 a.C – 400 a.C

367
En la literatura profética y en las crónicas de los reyes de Israel y Judá, es evidente que
uno es el día de reposo: El séptimo día. Y así mismo que uno es el día del Señor: El gran día
de Dios, cuando vendrá a juzgar a los malos pero también a salvar a los buenos.

Entonces durante esta época, para Israel cuál era el día de reposo, y cuál era el día del
Señor, eran conceptos plenamente claros.

13.4 Del 400 a.C hasta la resurrección del Señor – 28 d.C

Por la literatura canónica que tenemos sabemos bien que el día de reposo era el séptimo
día y que el día del Señor, era idéntico al día anunciado por los profetas, el gran día futuro
del Señor:

Hec.2.16-21 “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre
mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y
daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de
humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del
Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”

Los israelitas esperaban el día del Señor, el cual sabrían que vendría, y ese día no era otro
sino el día espantoso del Señor.

13.5 Desde la Resurrección del Señor hasta Juan el Apóstol

Es evidente que nuestro Señor resucitó un primer día de la semana, el día después del
séptimo día, después de pasado el sábado, el reposo. Pero ni el Señor Jesucristo, ni
ninguno de sus apóstoles insinuaron que ese fuese el día del Señor por el evento de la
resurrección de Cristo, ni que éste día había sido establecido como el nuevo día de reposo.

Para el Señor y los apóstoles, el día de reposo era el séptimo día, y el día del Señor, era su
día futuro de gloria y regreso, no el día de su resurrección. Y esto lo podemos ver en sus
escritos.

13.5.1 La Carta de Pablo a los Corintios – Año 55 Aprox.

Hacia el año 55 d.C, el apóstol Pablo escribió una carta en la que se dirigía a la iglesia de
Corinto, exhortándola a que cada primer día de la semana hicieran una recolecta para los
santos, para el donativo de los hermanos de Jerusalén:

368
1Co.16.1-2 “En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se
recojan entonces ofrendas”

En esta carta el apóstol Pablo no menciona al primer día de la semana como “el día del
Señor” y tampoco como el día que sucedió al día de reposo.

Por esta sola carta, solamente podríamos decir que la iglesia de Corinto tendría la
costumbre de reunirse en ese día, y que tal reunión serviría como plataforma para
recolectar los fondos para los pobres en Jerusalén.

Así que desde la Carta a los corintios es imposible sostener la doctrina del primer día de la
semana como “día del Señor”, y como sustituto del día de reposo.

El hecho de que la iglesia corintia se congregara el primer día de la semana no implica que
ese día hubiera sustituido al santo día de reposo, al séptimo día. Argumentar que por el
hecho de la iglesia congregarse dicho y no el sábado implica necesariamente que el día de
reposo cambió es una inferencia que no tiene evidencia ni sustento lógico y teológico.

13.5.2 El Evangelio de Marcos – 60-70 d.C

Marcos probablemente sería el primero en relatar un texto sobre la vida de Jesús, y esto
dirigiéndolo a una comunidad gentil, como su mismo contenido lo permite inferir, a
diferencia de Mateo, que por ejemplo, se sabe y se nota que fue escrito para judíos.

En este texto se relata que Jesús resucitó el primer día de la semana. Pero nada se infiere,
ni se insinúa de un cambio de día de reposo, ni siquiera de que tal día se llamaría el día del
Señor.

Así que si para mediados del siglo I en los relatos de la resurrección de Cristo no se
implica tal doctrina.

Al menos entonces por ahora, para la fecha en que Marcos escribió su evangelio tal
lenguaje del primer día de la semana como “el día del Señor” y día que sería ahora el
reposo, no estaba en la boca de los discípulos, y no porque no se hubiera popularizado,
sino porque tales ideas no eran ni siquiera de los apóstoles.

13.5.3 El Evangelio de Mateo – 60-70 d.C

369
No se sabe a ciencia cierta la fecha en que se hubiera podido escribir el Evangelio de
Mateo, sin embargo yo he decidido asignarle una fecha probable entre el 60 y 70 d.C.

En este Evangelio claramente se afirman tres hechos importantes: El primero es que el


Señor no vino a abrogar la ley, sino a cumplirla. El segundo es que el día de reposo es
definido en términos del séptimo día todavía. Y el tercer hecho bien claro es que el Señor
resucitó el primer día de la semana, pasado el séptimo día.

Entonces en el Evangelio de Mateo no encontramos fundamento ni insinuación de la


doctrina del “día del Señor” como primer día de la semana, ni éste como nuevo día de
reposo.

13.5.4 El Evangelio de Lucas – 60- 70 d.C

Tanto el Evangelio de Lucas como su relato sobre la expansión del Evangelio en el imperio
romano pudo haber sido escrito antes de la destrucción de Jerusalén, como también pudo
serlo luego de este evento. No obstante yo me he inclinado por fecharlo entre el 60 y 70
d.C. Aunque no veo problema en fecharlo, por ejemplo, posterior a la destrucción de
Jerusalén.

¿Qué aprendemos de la doctrina en cuestión según Lucas? En efecto dos cosas bien
fundamentadas y claras:

La primera es que Lucas afirma que el día de reposo era el séptimo día, y en lo que a esto
respecta él no introduce ni insinúa cambio alguno. Antes bien, su lector Teófilo, fue
informado sobre el mandamiento del día de reposo:

Luc.23.55-56 “Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y
vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo. Y vueltas, prepararon especias
aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento”

La segunda cosa bien clara que es descrita en este Evangelio es que nuestro Señor,
nuestro Salvador, fue resucitado el día después del reposo, el primer día de la semana,
igual que los demás evangelios lo relatan.

Aquí todavía no había insinuación de que tal día se llamara “el día del Señor” o que el
primer día de la semana se constituyera como el nuevo día de reposo. Es más, esta última
premisa es negada de manera implícita por la información que Lucas suministra a Teófilo.

13.5.5 El relato de los hechos de los apóstoles - 70 d.C

370
En este relato Lucas informa a Teófilo acerca de la expansión del Evangelio por Asia por
medio de Pablo, quien incluso llegó a Roma a predicar. De esta información podemos ver
con certeza y claridad algunos hechos importantes relativos a la doctrina que aquí
estamos estudiando.

El primero de ellos es que el día de reposo seguía siendo el séptimo día, tanto para judíos
como para gentiles, es decir, que universalmente el día de reposo era el séptimo día. Digo
para los gentiles también, porque algunos de éstos conocían la religión judía, la adoración
a Yahweh, y sabían que los judíos, los circuncidados, reposaban el séptimo día.

El segundo hecho que podemos extraer del relato de Lucas es que la iglesia gentil de
Troas, se reunió un primer día de la semana para partir el pan, es decir, para celebrar la
Mesa del Señor. Y esto Lucas lo informa sin insinuar siquiera que éste era el nuevo día de
reposo, ni que tal día se llamaba el día del Señor.

En el relato de Lucas el día de reposo es descrito como el séptimo día, esa es la


información explicita. Y así mismo el día del Señor es el mismo día descrito por el profeta
Joel, el día terrible y espantoso del Señor.

Hec.2.19-21 “Y daré prodigios arriba en el cielo, Y señales abajo en la tierra, Sangre y


fuego y vapor de humo; El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que
venga el día del Señor, Grande y manifiesto; Y todo aquel que invocare el nombre del
Señor, será salvo”

Así que si se le preguntara a Teófilo, con base en sus lectura del relato Lucano, cuál era el
día del Señor, él no hubiera contestado: “El primer día de la semana”, sino “el gran día de
Dios, terrible y espantoso”, a menos que hubiera otra fuente de información que enseñara
que aparte de este día, había otro que también se llamara “el día del Señor”.

Y así mismo, si se preguntase a Teófilo cuál era el día de reposo ¿No contestaría “El
séptimo día”?

13.5.6 El libro a los Hebreos – 70 d.C

Hay varias posibles fechas de escritura de esta carta. Si fue escrita por el apóstol Pablo
como algunos lo sostienen, entonces este escrito fue seguramente escrito entre el 60 y 67
d.C; no me inclino por una fecha más temprana de escritura si fue Pablo, porque el mismo
contenido de la carta muestra una iglesia hebrea que se había vuelto perezosa y que
necesitaba animo y amonestación. No creo que con los apóstoles y Jacobo en Jerusalén
éste fuera el estado de la iglesia. Aunque es posible que sí pudiera ser así. Pero el autor de

371
Hebreos no parece dirigirse a los apóstoles, sino a la iglesia para que se sujete “a sus
pastores”.

Pero también es posible una fecha más tardía de escritura de esta carta, por ejemplo
después de la destrucción de Jerusalén, y es que el autor de Hebreos insta a sus lectores a
confiar ya no en el viejo pacto, en el culto antiguo, sino en el Nuevo Pacto; aunque en la
misma misiva el autor parece estar hablando de un santuario terrenal que todavía está en
pie:

Heb.9.25 “y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar
Santísimo cada año con sangre ajena”

Sea cual sea el caso, una lectura de esta interesante y edificante carta nos deja ver algunos
hechos bien claros.

El primero de ellos es que esta comunidad hebrea y este escritor consideraban y ligaban el
reposo del pueblo de Dios a un día, aunque también a un estado venidero:

Heb.4.3-6 “Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por
tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas
desde la fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó
Dios de todas sus obras en el séptimo día. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. Por
lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les
anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia”

Así que para la época en que fuera escrita esta carta el día de reposo era sin duda alguna
el séptimo día, pero también un estado futuro.

El segundo hecho que se evidencia es que se menciona “un día”, y este día, aunque no se
llama aquí el día del Señor, es sin duda una referencia al día de la venida de Cristo, al Yom
Yahweh:

Heb.10.24-25 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas


obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”

Y el tercer hecho es que la iglesia es instada a reunirse no en virtud de que tal día sea el
día de reposo o día del Señor, sino como un acto que contribuye a la estimulación a las
buenas obras y el amor, tal como se lee en el anterior verso.

Así que para la comunidad hebrea una propuesta de un cambio de día de reposo, y un
título del primer día de la semana como “el día del Señor”, hubiera requerido buena

372
información teológica para ser aceptado, pues al menos sus apóstoles y pastores no
habían enseñado tal cosa para esta fecha.

13.5.7 El Evangelio de Juan – 90 d.C

No sabemos con exactitud hacia qué fecha pudo haber sido escrito este evangelio, pero
personalmente me inclino por la tradición de asignarle una fecha tardía, es decir, incluso
después de la destrucción del Templo, entre lo 70 d.C y los 90 d.C.

En su evangelio, un escrito reconocido por la iglesia como canónico, en lo referente a la


doctrina que aquí estoy exponiendo, considero que podemos encontrar varios hechos
claros.

El primero de ellos es el hecho de que el día de reposo no sufrió ningún cambio, sino que
los lectores de Juan comprendieron bien, cuál era el día de reposo, a saber el séptimo día:

Jua.5.10 “Entonces los judíos dijeron a aquel que había sido sanado: Es día de reposo; no
te es lícito llevar tu lecho”

Jua.19.31 “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los
cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran
solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí”

Así que, interesantemente para nuestro conocimiento, Juan no solo no describe el cambio
de día de reposo del séptimo al primer día de la semana, sino que además, escribe a sus
lectores describiendo cuál era el día de reposo en los días de Jesús, y que por la literatura
canónica hasta la fecha de escritura de este evangelio no hay muestra de un cambio de
día.

El segundo es que se describe el nombre del día en que resucitó nuestro Señor con el
nombre judío del día: El primer día de la semana.

Jua.20.1 “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún
oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”

Sería adecuado aceptar que el primer día de la semana se llamara por los apóstoles o la
iglesia como “el día del Señor”, si algún escrito canónico dijera algo como esto: “El primer
día de la semana, el día del Señor, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al
sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro”. Pero el punto es que hasta el día de hoy tal
cosa no puede leerse, implicarse, insinuarse a partir de nuestro Canon Bíblico.

373
Para la fecha de escritura de este Evangelio, Juan no dijo ni insinuó en manera alguna que
el día en que resucitó Cristo, se llamara “el día del Señor”, y eso que este evangelio fue
escrito posteriormente a la destrucción de Jerusalén, la fecha que yo me inclino por usar.

 ¿Los discípulos se reunían cada primer día de la semana a partir de la


resurrección del Señor?

Jua.20.19 “Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando
las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los
judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros”

Jua.20.24-26 “Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando
Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no
viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y
metiere mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban otra vez sus
discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso
en medio y les dijo: Paz a vosotros”

¿Por qué el Señor no apareció a ellos otro día de la semana? ¿Por qué apareció
nuevamente “un primer día de la semana”? Pudo haber varios posibles escenarios. He
aquí dos de ellos:

El primero es que los discípulos, los Doce, se reunieron cualquier otro día de la semana,
incluyendo a Tomas, por ejemplo, el cuarto día de la semana, pero el Señor determinó
aparecer a ellos, el primer día de la semana, a los ocho días de la resurrección, cuando los
Doce estaban otra vez reunidos. Ese es un escenario.

El segundo, es que los Doce, incluyendo a Tomas, no se reunieron sino hasta el segundo
primer día de la semana después de la resurrección, es decir, a los ocho días del Señor
haber resucitado, y solo en esta ocasión, estaría juntos los discípulos, y por tanto el Señor
apareció este día a todos, incluyendo ahora a Tomas, quien no había creído en la
resurrección del Señor.

Lo que es seguro entonces es que los Doce estaban reunidos, ocho días después de la
resurrección, un primer día de la semana ¿Por qué?

La primera conjetura es que los apóstoles después de la resurrección escogieron “el


primer día de la semana” para reunirse ordinariamente para adorar al Señor resucitado.
Esto tiene sentido, solo que no sabemos la base sobre la cuál los apóstoles decidieron
reunirse el primer día de la semana y no otro. Además que al conocer la historia de la
iglesia, vemos que en este día se comía la mesa del Señor, por lo que si los apóstoles a

374
penas después de la resurrección determinaron reunirse cada primer día de la semana, lo
harían para celebrar la mesa del Señor, para comer el pan, pero aquí en este evangelio tal
cosa Juan no vio necesaria aclararla o insinuarla. Es decir, por medio del Evangelio de Juan
no sabríamos la razón por la que los apóstoles decidieron reunirse el primer día de la
semana, si es que en realidad fue una determinación apostólica.

La segunda posibilidad, es que el Señor mismo les hubiera señalado el día en que
aparecería. Pero esto tampoco lo dice nuestro texto. Además que la tercera aparición de
Jesús no se sabe qué día fue, y a Juan no parece importarle tal cosa.

La tercera posibilidad es casual, es decir, sin la intención de establecer una norma para la
iglesia de parte del Señor ni de los apóstoles, él apareció tal día a sus Doce que estaban
reunidos nuevamente.

Esto ultimo lo digo porque algunos de mis hermanos, ven en la este evento de que el
Señor se haya manifestado dos primeros días de la semana consecutivos, y no otro día,
una evidencia de que este primer día de la semana, sería un día especial para el Señor y
para la iglesia, ya que fue el día en que Jesús determinó manifestarse, y por eso la iglesia
apostólica, debería congregarse y comer el pan no otro día, sino este, el día en que Jesús
se manifestó.

Dos comentarios al respecto de esta propuesta teológica: El primero es que es una


propuesta basada en una teoría especulativa, pues los datos tal como están escritos, no
establecen ninguna norma, ningún estándar para la iglesia. Por supuesto, en la literatura
canónica vemos que la iglesia se reunía ordinariamente el primer día de la semana, pero
en ella, no hay evidencia de la razón por la que tal día fue escogido.

El segundo, es que si se insiste en que este patrón de manifestación del Señor implica un
establecimiento de reunión para la iglesia ordenado por el mismo Señor de manera
implícita con sus apariciones ¿será que el Señor se apareció a sus discípulos por tercera
vez otro primer día de la semana?:

Jua.21.1-4 “Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de
Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el
Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo.
Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba
amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús”

Notemos que para esta tercera ocasión Juan ya no dice qué día o a los cuantos días
después de su resurrección apareció. ¿Era este día un primer día de la semana? Por

375
supuesto que pudo ser un primer día de la semana. Lo que implicaría que Pedro y los otros
fueron a pescar bien de noche, solo cuando el día de reposo había pasado ya, porque de
haber salido de día a pescar estarían violando el día de reposo, el séptimo día. ¿Lo notan?

Ahora bien, si el Señor apareció un primer día de la semana en esta tercera ocasión,
sabemos entonces que no era un día de reposo, pues los discípulos trabajaron en él,
pescando, como en cualquier día ordinario de trabajo:

Jua.21.4-6 “Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos
no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él
les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la
podían sacar, por la gran cantidad de peces”

Yo noto que el énfasis de Juan en este relato no está en los días como tal, sino en las
señales que él hizo manifestándose a sus discípulos, el hecho de que su primera y segunda
aparición hubiera sido “un primer día de la semana”, pero no necesariamente su tercera
aparición, para mí, es muestra de que el interés no es mostrar un día especial, sino
remarcar el hecho de que él se apareció a sus discípulos.

Jua.20.26-31; 21:1 “Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos
Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a
vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y
métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le
dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste;
bienaventurados los que no vieron, y creyeron. Hizo además Jesús muchas otras señales
en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se
han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre. Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos
junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera…”

Usualmente se lee la parte subrayada como si Juan estuviera refiriéndose a todo el libro
que él ha escrito, pero también puede decirse lo mismo de los eventos después de su
resurrección, señales de que él había resucitado, y dice que en su libro no puede
escribirlas, pero que “éstas” han sido escrita para que “sepamos que el primer día de la
semana es el día del Señor y día de reposo” ¿Verdad que no es así? El interés de Juan es
este: “para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan
vida en su nombre” ¿Lo notan?

Además que en otra literatura canónica se nos dice que el Señor estuvo con ellos cuarenta
días después de su resurrección:

376
Hec.1.1-3 “En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús
comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber
dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes
también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables,
apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”

¿Notan nuevamente el énfasis de “pruebas indubitables” y “apareciéndoles”? El énfasis


no está en la regularidad de sus apariciones sino en que él se apareció, y Juan cuenta que
hubo dos apariciones que sucedieron un primer día de la semana: El mismo día de su
resurrección y a los ocho días, cuando los Doce estaba reunidos para amonestar a Tomas.

Así que, en lo que a mí respecta, no es que quiera ser renuente a aceptar que el Señor
está estableciendo con su regularidad de apariciones “el día del Señor”, sino que no veo
evidencia de ello. Asumir que por el hecho del Señor haberse aparecido dos primer día de
la semana, para mí, a la luz de toda la Escritura no muestra nada sino que “el Señor se
apareció y resucitó” ¡Aleluya!

Ahora bien, si un hermano quiere ver en estos dos primeros días de la semana seguidos
una evidencia de que este día fue establecido como “el día del Señor” ¿Quién soy yo para
impedírselo? Solo que su lectura no puede ser tomada como apostólica, autoritaria y
doctrinal para la iglesia. Es su lectura, pero no es sostenible en la Escritura.

 El Evangelio de Juan no registra en la historia la doctrina del día de resurrección


como “el día del Señor”.

Así que una lectura llana, clara, sin acomodación de los textos del Evangelio, no da
evidencia alguna de que en la mente de Juan ya el primer día de la semana fuera “el día
del Señor”, y mucho menos que tal día hubiera sucedido al séptimo día como reposo.

13.5.8 La profecía de Juan 90 – 95 d.C

La mayoría de eruditos fecha el Apocalipsis de Juan hacia finales del primer siglo, lo que lo
convertiría en el último libro canónico en ser escrito. Este libro trata de la revelación de
Jesucristo, que involucra a la persona de Cristo, pero también los eventos que han de
aparecer pronto, donde Cristo es su principal protagonista. Este libro es una muestra clara
de la obra de Dios en la historia de la humanidad, en la que él es Salvador por medio de
Cristo, pero también Juez igualmente por medio de su Hijo.

Apo.1.1-10 “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las
cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su
siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y

377
de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de
esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Juan, a las
siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de
venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el testigo fiel,
el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y
nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su
Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con las
nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán
lamentación por él. Sí, amén. Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el
que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. Yo Juan, vuestro hermano, y
copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en
la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo
estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves,
y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis,
Filadelfia y Laodicea”

 ¿A qué “día del Señor” se estaba refiriendo Juan en su escrito?

Este punto ya lo he tratado ampliamente, y he mostrado que por la evidencia contextual,


histórica, teológica y literaria, la respuesta inequívoca es “el día escatológico del Señor”, el
Yom Yahweh profetizado por los profetas de Israel. Ese es el punto de partida.

- ¿Se refiere Juan al primer día de la semana?

Sin embargo, nuestra iglesia, por muchos siglos ha interpretado esta referencia como “al
primer día de la semana” en que la iglesia se reunía a comer el pan.

Pero esta manera de lectura solo es posible si para la época en que Juan escribió su carta,
ya las iglesias de Asia y él mismo, usaban “el día del Señor” como título del primer día de
la semana.

Y ya se mostró con evidencia canónica que el día del Señor tanto para los apóstoles, como
para las iglesias de la era apostólica, “el día del Señor”, era el día que los creyentes
esperaban para heredar el reino de Dios, era el gran día escatológico de Cristo, y no el
primer día de la semana.

Se mostró con evidencia, que los apóstoles y las iglesias de Asia llamaban al primer día de
la semana, al hemera helios griego, no como “el día del Señor”, sino como “el primer día
de la semana”, su nombre judío.

378
Así que por el contexto literario e histórico de aquella época, es imposible demostrar que
Juan estaba refiriéndose al primer día de la semana. Y más bien, es posible mostrar cómo
el día del Señor es en realidad el día de Cristo, su gran día en que regresará.

Y lo que es más importante todavía es que Juan no hace ninguna relación al primer día de
la semana, pues él explícitamente no dice que “él estaba (o llegó a estar) en el Espíritu en
el día del Señor, o sea, el primer día de la semana”.

Leer que Juan estaba refiriéndose a el primer día de la semana supone que Juan y la iglesia
ya tenía tal título para el primer día de la semana. ¿Qué evidencia hay? No la ha habido en
dos mil años, y con la confianza humilde, puedo decir que no la habrá.

 El Apocalipsis no registra la doctrina del primer día de la semana como “día del
Señor” y menos como “día de reposo”.

Así que Juan, en ninguno de sus escritos, canónicos para nosotros, enseña o insinúa la
doctrina “del día del Señor” como primer día de la semana, y menos éste último como día
de reposo.

Ahora bien, si alguno de ustedes aun así, desea leer “el día del Señor” como si Juan se
estuviera refiriendo “al primer día de la semana” ¿Quién soy yo para impedir su deseo? Lo
único es que se comprenda que tal lectura no es exegética, sino eiségesis, y debe
mostrarse que “el día del Señor” ya era para aquella época “el primer día de la semana”, y
creo, por lo que he escrito acá, que tal cosa es imposible.

13.5.9 “El día del Señor” como el primer día de cada semana y como día de reposo
no es una doctrina predicada por los apóstoles de Cristo.

Hermanos míos, en este tratado estoy esforzándome por seguir la evidencia bíblica,
apostólica e histórica (canónica) de la doctrina de que el primer día de cada semana se
pueda titular con derecho propio como “el día del Señor” y que tal día sea el día de reposo
para la humanidad a partir de la resurrección del Señor, y hasta ahora no he encontrado
una articulación exegética y teológica de tal doctrina por parte de la iglesia.

Más bien, la Escritura con sus datos claros, verificables e inequívocos, me permite afirmar
con humildad y confianza en que estoy hablando la verdad, que el día de reposo es el
séptimo día, que el primer día de la semana era el día en que ordinariamente la iglesia de
la edad apostólica comía la mesa del Señor, y que el día del Señor era el evento futuro que
tendrá lugar cuando Cristo venga en gloria.

379
Por tanto, la doctrina del primer día de la semana como día de reposo, y como “día del
Señor” no es verdadera en cuanto al Evangelio se refiere. Nuestro Canon ha hablado. El
Espíritu ha dado testimonio.

13.6 La Didache de los Apóstoles – 70 d.C – 150 d.C

Hago mención aquí de la Didache, dado que hay hermanos santos que afirman que ésta
fue escrita hacia el 70 d.C, y que en ella se menciona la idea del primer día de la semana
como “el día del Señor”:

Didache 14:1 “El día del Señor reúnanse para partición del pan y la acción de gracias,
después de haber confesado sus pecados, para que sea puro su sacrificio”

Al respecto, permítanme decir únicamente dos cosas:

La primera es que este texto no es canónico, y por tanto carece de autoridad espiritual,
apostólica, y por ende, divina para señalar a la iglesia cuál ha de ser su fe y su doctrina.
¿Aceptan ustedes a La Didache como un texto canónico? ¿La Didache juzga el Canon? ¿O
el Canon juzga la enseñanza de la Didache? Yo ya tomé mi decisión. Ustedes han de tomar
la suya.

Y la segunda cosa, es que ya sabemos que evidentemente los autores de La Didache,


quienes quieran que hayan sido, o quien quiera que haya sido, jamás mencionó la frase el
día del Señor:

Didache 14:1 “Κατὰ κυριακὴν δὲ κυρίου ζπλαρζέληεο θιάζαηε ἄξηνλ θαὶ


εὐραξηζηήζαηε” 1

Por tanto, no podemos afirmar que la Didache, así haya sido escrita en el 70 d.C,
mencionó alguna vez la frase “el día del Señor”, “jo hemera kuriakos” o “jo hemera
kurios”.

13.7 La Carta a los Magnesios – 110 d.C

A diferencia de la Didache, la carta de Ignacio, aunque no es un escrito canónico sí se


puede fechar con buena certeza hacia el 110 d.C. Se dice que la ocasión de escritura de
esta carta fue de camino a Roma, donde Ignacio sería martirizado por su fe en Cristo. En
esta y otras cartas Ignacio deja ver cuál era su teología en varios aspectos, como puede
por ejemplo leerse en el Apéndice D.

Respecto a este escrito, diré algo similar a lo que observé sobre la Didache:

380
Ignacio, aunque es un hermano en Cristo, no obstante, no fue infalible en cada uno de sus
escritos ¿O sí? Así que, así como yo mismo estoy sujeto al Canon, del mismo modo,
Ignacio ha de ser analizado como maestro con base en las Santas Escrituras.

Y en segundo lugar, ya sabemos que Ignacio jamás mencionó la frase “el día del Señor”, y
que aun si la hubiera mencionado, este acto hubiera devenido en una distorsión de la
teología evangélica. Obviamente, no fue así. Más bien, los traductores son los
responsables de insertar una idea en el escrito de Ignacio que él no dijo ni insinuó. Fue un
error, aunque quizá la intención haya sido la mejor.

13.8 Justino Mártir - 150 d.C

“A nadie es lícito participar de la Eucaristía si no cree que son verdad las cosas que
enseñamos, y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la
regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó.

Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria
sino que, así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne por la Palabra de Dios y tuvo
carne y sangre a causa de nuestra salvación, de la misma manera hemos aprendido que el
alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias que contiene las palabras de Jesús,
y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la
carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarno.

Los apóstoles, en efecto, en sus tratados, llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue
mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias, dijo: Haced esto en
conmemoración mía. Esto es mi cuerpo; y luego, tomando del mismo modo en sus manos
el cáliz, dio gracias, y dijo: Esta es mi sangre, dándoselo a ellos solos. Desde entonces
seguimos recordándonos siempre unos a otros estas cosas; y los que tenemos bienes
acudimos en ayuda de los que no los tienen, y permanecemos unidos. Y siempre que
presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo
Jesucristo y del Espíritu Santo.

El día llamado del sol se reúnen todos en un lugar, lo mismo los que habitan en la ciudad
que los que viven en el campo, y, según conviene, se leen los tratados de los apóstoles y
los escritos de los profetas, según el tiempo lo permita.

Luego, cuando el lector termina, el que preside se encarga de amonestar, con palabras de
exhortación, a la imitación de cosas tan admirables.

Después nos levantamos todos a la vez y recitamos preces; y a continuación, como ya


dijimos, una vez que concluyen las plegarias, se trae pan, vino y agua: y el que preside
381
pronuncia con todas sus fuerzas preces y acciones de gracias, y el pueblo responde
«Amén»; tras de lo cual se distribuyen los dones sobre los que se ha pronunciado la acción
de gracias, comulgan todos, y los diáconos se encargan de llevárselo a los ausentes.

Los que poseen bienes de fortuna y quieren, cada uno da, a su arbitrio, lo que bien le
parece, y lo que se recoge se deposita ante el que preside, que es quien se ocupa de
repartirlo entre los huérfanos y las viudas, los que por enfermedad u otra causa cualquiera
pasan necesidad, así como a los presos y a los que se hallan de paso como huéspedes; en
una palabra, él es quien se encarga de todos los necesitados.

Y nos reunimos todos el día del sol, primero porque en este día, que es el primero de la
creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia; y también porque
es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos. Le
crucificaron, en efecto, la víspera del día de Saturno, y al día siguiente del de Saturno, o
sea el día del sol, se dejó ver de sus apóstoles y discípulos y les enseñó todo lo que hemos
expuesto a vuestra consideración”2 Apología de Justino, Capítulo 66 - 67. Énfasis mío.

Hermanos míos, difícilmente se puede señalar que la denominación del primer día de la
semana, el día del sol (según el calendario romano) se haya denominado “el día del Señor”
desde los padres de la iglesia.

Según Justino, (no los escritos canónicos) la iglesia se reunía para celebrar su asamblea el
primer día de la semana por dos razones básicas: Porque Dios hizo el mundo un primer día
de la semana; y porque dicho día el Señor resucitó.

La teoría de Justino es interesante, lo que no sé es si alguno de ustedes la cataloga como


bíblica ¿De verdad la iglesia apostólica celebraba su reunión el primer día de la semana
porque un dicho día como ese el Señor resucitó? Al menos no sabemos porqué los
apóstoles optaron por comer la mesa del Señor dicho día, además que sabemos que
nuestros apóstoles siguieron guardando la ley al menos hasta que se fue esclareciendo el
evangelio de Dios, en que uno era justificado por la fe sin las obras de la ley. Por lo que el
comer la mesa del Señor los primeros días de la semana, no necesariamente
correspondería con una celebración apostólica inmediatamente adoptada cuando nuestro
Señor resucitó.

Y aun si fuera así, si fuera que la iglesia apostólica determinó comer la mesa del Señor el
primer día de la semana porque un día como ese resucitó el Señor, aun así, Justino no
llama en su defensa de la fe a tal día “el día del Señor”.

13.9 La controversia sobre la Celebración de la Pascua

382
El punto en la controversia de la Iglesia del siglo II, era que asumiendo que el Señor había
ordenado, no solo que se celebrase la Mesa de Señor, sino la Pascua en su honor,
entonces la Iglesia debía perpetuar tal práctica.

Sin embargo, una de las controversias que hubo en nuestra iglesia sobre este asunto, era
si se celebraría de acuerdo al calendario judío, o si se haría mediante otro calculo de días,
de tal manera que la celebración anual del día de resurrección se celebrara precisamente,
“un día del Señor”, es decir, el día de resurrección del Señor.

A esta controversia se le llamó la Controversia Quincuagesimal, y el punto que nos


concierne acá es que al día de resurrección del Señor, celebrado cada año, se le llamaba
por alguna razón desconocida el día del Señor, o bien, fue en esta controversia que la
celebración anual del día de resurrección de Cristo, se llamó “El día del Señor”, al punto en
que cada primer día de la semana, se le fue anotando ese mismo nombre, con el propósito
de no perder de vista que tal día es el día del Señor.

Para una mejor comprensión de esta controversia, es menester el acceso a la literatura de


los padres eclesiales de la antigüedad, cosa que al menos para mí, por ahora es muy difícil.

Sin embargo, si alguno de ustedes cuenta con la literatura ante - nicena, y puede
facilitármela de alguna manera para poder investigar más a fondo desde cuándo se llama
a tal día de resurrección, y en base a qué doctrina apostólica, con gusto la recibo.

A continuación, adjunto un texto no disponible en español, que da luz acerca de esta


situación: (no disponible en español)

https://books.google.com.co/books?id=XTXGpXLtnSsC&pg=PA149&lpg=PA149&dq=not
+be+lawful+to+celebrate+the+Lord%27s+mystery+of+the+Passover+at+any+other+time
+but+on+the+Lord%27s+day&source=bl&ots=LYmp_NuUkT&sig=4c6Vr_5HTOIWQAjCk3
sWg8Wales&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwj2m7Xh7qLXAhWBSSYKHbbCCz8Q6AEIJDAA#v=
snippet&q=lord's%20day&f=false

13.10 El Concilio de Elvira - 303 – 314 D.C

“XXI De his qui tardius ad ecclesiam accedunt. Si quis in ciuitate positus tres Dominicas ad
ecclesiam non accesserit, pauco tempore abstineatur, ut correptus esse uideatur”

21. Sobre los que raramente acuden a la iglesia Si alguien, que vive en ciudad, no acude a
la iglesia durante tres domingos, se abstenga [de la comunión] por un poco de tiempo,
para que se vea que ha sido corregido”3

383
Sin embargo, es de notarse que el texto aquí usado no se representa el original, sino uno
que fuera redactado ya a finales del Siglo IV.4

Entonces, es posible que aun esta traducción denomine al día de congregarse para comer
la mesa del Señor como Dominicas, no porque así su texto original lo dijera sino porque,
como ha sucedido con otros manuscritos, los traductores han hecho “la aclaración” de
cual fuera tal día.

13.11 El decreto de Constantino – 321 d.C

En el año 312 d.C, no necesariamente en su fe religiosa como cristiano, sino ejerciendo


potestad como gobernante del imperio romano, Constantino el grande decretó que el día
del sol (no el día del Señor), en su imperio hubiera cesación de algunas actividades:

“En el venerable día del Sol, que los magistrados y las gentes residentes en las ciudades
descansen, y que todos los talleres estén cerrados. En el campo, sin embargo, que las
personas ocupadas en la agricultura puedan libremente y legalmente continuar sus
quehaceres, porque suele acontecer que otro día no sea apto para la plantación o de viñas
o de semillas; no sea que por descuidar el momento propicio para tales operaciones la
liberalidad del cielo se pierda. Dado el séptimo día de marzo, Crispo y Constantino siendo
cónsules cada uno de ellos por segunda vez” Codex Justinianus, lib. 3, tit. 12, 3; Philip
Schaff, History of the Christian Church, Vol. 3 (1902), p. 380, note. (en inglés)</ref> 5
Énfasis mío.

Nótese que Constantino llama al día del Sol (el primer día de la semana), “el venerable día
del Sol”, lo cual deja ver que para este momento el Imperio todavía reconocía a tal día por
su nombre pagano: El día del Sol (Dies Solis).

Notemos que en realidad este decreto no tiene como fundamento razón evangélica
alguna, sino meramente gubernamental.

13.12 La Constitución de los Apóstoles – 380 d.C

En una obra cristiana del siglo IV, que constituiría una supuesta tradición de los apóstoles
se hace ya mención del día del Señor (aunque no en todas sus copias). 6, 7

Constitución de los Apóstoles, Libro II, artículo 59:

“When thou instructest the people, Bishop, command and exhort them to come
constantly to church, morning and evening, every day, and by no means to forsake it on
any account, but to assemble together continually; nor to diminish the church by

384
withdrawing themselves, and causing the body of Christ to be without its members. For it
is spoken not only concerning the priests, but let every one of the laity hearken to it, as
concerning himself; considering that it is said by the Lord, He that is not with me is against
me, and he that gathereth not with me scattereth abroad. Do not ye, therefore, scatter
yourselves abroad, who are the members of Christ, by not assembling together; since,
according to his promise, ye have Christ, your Head, present, and communicating to you.
Be not careless of yourselves, nor deprive your Saviour of his own members, nor divide his
body, nor disperse his members, nor prefer the occasions of this life to the Word of God;
but assemble yourselves together every day, morning and evening, singing psalms, and
praying in the Lord's house, in the morning saying the sixty-second psalm, and in the
evening the hundred and fortieth; but principally on the Sabbath-day, and on the day of
our Lord's resurrection, which is the Lord's day, meet more diligently, sending up praise to
God that made the universe by Jesus, and sent him to us, and condescended to let him
suffer, and raised him from the dead. Otherwise what apology to God will he make, who
doth not assemble on that day to hear the saving word concerning the resurrection? On
which day we pray thrice, standing, in memory of him who arose in three days; and on
which are the reading of the prophets, the preaching of the gospel, the oblation of the
sacrifice, and the gift of the holy food”8

Como este documento está redactado principalmente para una audiencia


latinoamericana, me veo en la necesidad de hacer una traducción del texto que citado
arriba:

Cuando instruyas al pueblo, Obispo, mándales y exhórtales a venir constantemente a la


iglesia, en la mañana y en la tarde, cada día, y por ningún motivo abandonarla, sino
reunirse continuamente; no descuides a la iglesia por el retiro de sus miembros, y
causando que el cuerpo de Cristo esté sin sus miembros. Porque es dicho no solo respecto
a los sacerdotes, sino que cada uno de los laicos lo escuche como para sí mismo;
considerando que es dicho por el Señor: “El que no está conmigo, está contra mí, y quien
no recoge conmigo, desparrama”. Por tanto, no desparramen ustedes a los que son
miembros de Cristo, por no reunirlos juntos; por tanto, de acuerdo a su promesa, ustedes
tienen a Cristo, su cabeza, presente, y comunicándose a ustedes. No sean descuidados de
ustedes mismos, ni priven a su Salvador de sus miembros, ni dividan su cuerpo, ni
dispersen sus miembros, ni prefieran las ocasiones de esta vida para la palabra de Dios;
sino reúnanse juntos cada día, mañana y tarde, cantando salmos, y orando en la casa del
Señor, en la mañana el salmo sesenta y dos, y en la tarde el ciento cuarenta; pero
principalmente en el día de Sabbath (reposo), y en el día de la resurrección de nuestro
Señor, el cual es el día del Señor, reúnanse diligentemente, levantando alabanzas a Dios
que hizo el universo por Jesús, y lo envió a nosotros, y le permitió sufrir, y lo levantó de los

385
muertos. De otro modo, ¿Qué defensa él hará delante de Dios, de quien no se reúne en
ese día para escuchar la palabra salvadora concerniente a la resurrección? En el día
nosotros oramos tres veces, de pie, en memoria de aquellos tres días; y en el cual son
leídos los profetas, la predicación del evangelio, y la oblación del sacrificio, y el don de la
comida santa” Traducción propia.

Suponiendo que este libro fuera escrito previamente a su fecha adoptada (siglo IV), como
es sostenido por algunos cristianos, entonces el libro mismo ordenaría que los cristianos
se congregaran cada sábado, además del día del Señor, el día de la resurrección de Cristo.
¿Lo notan?

Ahora bien, si entrar a revisar la legitimidad de la traducción de este texto, y suponiendo


que hace mención “del día del Señor”, en este mismo, el autor recalca cuál sería ese día: El
día de la resurrección del Señor.

Ahora bien ¿Con que derecho canónico pudo este escritor hacer semejante declaración?
Sucede como hasta el día de hoy: Sin ninguno. Es una designación propia. Ya sea de un
autor de mediados del siglo II, ya sea de un autor del siglo IV.

El punto sigue siendo el mismo: No se trata de cuán antigua es esta doctrina, sino de si en
verdad puede ser llamada con derecho bíblico “apostólica” o “evangélica”. Ese es el punto
de este tratado.

13.13 Las epístolas decretales de los papas

Se requiere más investigación, pero algunos historiadores, muestras que la observacia del
Domingo (día del Señor) fue reforzada mediante actas decretales de los Papas, por
ejemplo Gregorio II:

“Decretamos que todos los Domingos sean celebrados desde la víspera hasta la víspera y
que se abstengan de todo trabajo ilegal”9

13.14 Carlo Magno y el día del Señor como cumplimiento del Cuarto Mandamiento

Una cosa, por la evidencia, puede deducirse, y es que al menos hasta entrada la Edad
Media, “el día del Señor” basado en la Ley del Antiguo Testamento, no era una apelación
de la iglesia.

Sin embargo, con Carlo Magno, devoto emperador cristiano, pero falible en su teología,
un cambio comenzó a darse.

386
En 788 d.C, Carlo Magno prohibió toda labor ordinaria por considerarse una violación
contra el Cuarto Mandamiento.

Así que, desde aquel momento, en la Edad Media, se fue reforzando la idea de guardar el
día domingo, en consonancia de la observancia del Cuarto Mandamiento. 10

13.15 Los reformadores

Como lo he expuesto hasta ahora, nuestros reformadores no crecieron en un vacío


teológico, sino que para su época ya mucha doctrina cristiana estaba erigida y establecida,
y una de tales doctrinas era aquella que tenía que ver con “el día del Señor”.

Por supuesto, dado que el interés de los Reformadores era sostener la doctrina de la
Iglesia, no en la tradición, sino en la exegesis bíblica, los reformadores no apelaron a los
padres apostólicos ni a los concilio, y meno al papa, para sostener la legitimidad del día
del Señor, sino que lo hicieron apelando a los textos bíblicos.

Y con esa contribución es que hoy día, podemos ver que tal doctrina en efecto no era ni
cristiana ni apostólica.

13.16 EL Domingo en el siglo XXI

A la fecha, hay creyentes que siguen sosteniendo que el primer día de la semana, es el día
de reposo instituido por Dios para el pueblo de su Nuevo Pacto, día que en la Escritura se
llama el día de reposo, y día que se observa también por la obligación de guardar el Cuarto
Mandamiento, por ejemplo, Sam Waldron y John Piper.

13.17 Un recuento histórico confirma lo distorsiva que es esta doctrina

Así que este breve recuento nos deja ver que este mito del Domingo como día de reposo
cristiano ha venido erigiéndose siglo tras siglo en la iglesia cristiana (aunque no siempre
aceptado por todos).

Ahora bien, la aclaración de esta doctrina “del día del Señor” implica que hay varias
doctrinas que deben entonces reevaluarse, puesto que esta doctrina funciona como una
“nube” que permite que otras doctrinas sean enseñadas como si fueran verdad, cuando
en realidad no lo son ¿Recuerdan a Sam Waldron y su confusión?

Por tanto, a continuación, hago las respectivas implicaciones del hecho de saber y tener
certeza de que el primer día de la semana no es un día de reposo y tampoco puede
legítimamente llamarse “el día del Señor”.

387
14. CONCLUSIONES EVANGÉLICAS DE LA CLARIDAD APOSTÓLICA DE LA DOCTRINA EN
CUESTIÓN

Hermanos míos, habiendo expuesto en este tratado la evidencia canónica, histórica-


apostólica de la doctrina del Señor en lo que respecta a esta enseñanza antigua de
nuestra amada iglesia, he podido llegar a una serie de conclusiones definitivas que quiero
poner de manifiesto, esperando que traigan claridad, crecimiento y salud a la iglesia
cristiana católica, reformada y ortodoxa, y a todos aquellos que hasta el día de hoy siguen
pensando y comunicando que el primer día de la semana o Domingo es “el día del Señor”,
y que es un día de reposo, o incluso, el día de reposo ordenador por el Señor para su
pueblo del Nuevo Pacto. He aquí las conclusiones:

14.1 El día de reposo fue, es y será en tanto dure esta creación el séptimo día

Esta es la gran primera y gran evidente conclusión y hecho que uno puede con humildad
confiar con base en la literatura canónica que es verdadera, y es que en efecto, el día de
reposo que Dios bendijo en la creación, que ordenó en el Decálogo, es sin lugar a dudas el
séptimo día, también conocido en nuestra cultura como sábado.

Y este día de reposo, este sábado no ha sido modificado por el Padre de la gloria, tampoco
por nuestro Señor Jesucristo, ni por el Santo Espíritu. Tampoco los apóstoles insinuaron un
cambio o sustitución del día de reposo, y ningún escrito de nuestro canon bíblico si quiera
contempla la idea.

Por eso, podemos decir con confianza que hay un día de reposo ordenado en la Ley, y este
día es el séptimo día, y hasta ahora el Santo Dios no lo ha cambiado ni modificado.

14.2 Nuestro Señor Jesucristo resucitó “el primer día de la semana”

Es inequívoca la evidencia canónica de que nuestro Señor fue sepultado antes de


comenzar el día de reposo, y que nuestro Señor estuvo en la tumba todo el sábado de esa
semana en la que se estaba celebrando la fiesta de los panes sin levadura, y también es
inequívoco afirmar que un día después del día de reposo, el día inmediatamente siguiente,
conocido y denominado en la cultura judía como “el primer día de la semana”, nuestro
Señor Jesucristo fue levantado por su Padre celestial de entre los muertos. ¡Aleluya!

Esto da fe y evidencia de que nuestro Señor cumplió la profecía de que él moriría y


resucitaría al tercer día, pues así es como los evangelios lo relatan. ¡Nuestro Señor es
Salvador!

14.3 Nuestro Señor instituyó la conmemoración de su muerte hasta que él mismo


regrese

388
El día antes de que nuestro Señor en que fue crucificado, en aquella noche, nuestro Señor
celebró su última pascua con sus discípulos, y les encargo perpetuar esta comida hasta
que él volviera a comerla nuevamente cuando venga el reino de Dios. Y así debe seguir
siendo hecho por la iglesia en tanto el Señor no haya regresado.

14.3.1 La iglesia gentil apostólica (y posiblemente también la judía) celebraban cada


noche del primer día de la semana la Mesa del Señor.

Dado que el Señor estableció una comida, con pan y vino, es coherente el hecho de que
en las casas y en las iglesias se partiera el pan y se diera a beber el vino en la noche, pues
era una comida, una cena, no un alimento del día, y ni siquiera un desayuno. Era la Cena
del Señor.

Ahora bien, nuestra iglesia en los días de los apóstoles tenía un patrón de celebración y
era de hacerlo cada ocho días y el día elegido u ordenado para esta comida era el primer
día de la semana.

14.3.2 No tenemos evidencia del porqué nuestra iglesia se reunía cada noche del
primer día de la semana para comer el pan

¿Por qué la iglesia comía el pan y bebía la copa de bendición este día y no otro? Hasta
donde nosotros podemos leer nuestra literatura canónica la respuesta no la sabemos, no
se nos informa la razón de este acto. Sin embargo, si alguno de ustedes cree tener
evidencia escritural del porqué se escogió tal día, para mí sería un gusto conocer tal
proposición.

14.4 El día del Señor en nuestra literatura apostólica y canónica, normativa para la
fe cristiana, es el nombre del periodo profético en que el Señor regresará para
juzgar al mundo y salvar a su pueblo.

En nuestra Sagrada Escritura, el día del Señor, el Yom Yahweh, es aquel tiempo en que se
llevará la resurrección de los muertos y el juicio universal, eventos que estarán marcados
por la aparición gloriosa de nuestro Dios y Señor Jesucristo. ¡Es el día que viene!

14.4.1 “El primer día de la semana” no fue denominado “el día del Señor” por los
apóstoles ni por la iglesia de la era apostólica.

Como era inequívoco cuál era el día del Señor, no se puede afirmar ni insinuar que los
apóstoles denominaban al día ordinario de comer la mesa del Señor, al primer día de la
semana, como “el día del Señor”.

389
Tampoco la iglesia, al menos no la de los días de los apóstoles, llamaban al primer día de la
semana, el día en que comían la Mesa de Cristo, “el día del Señor”. De esto da fe la
Escritura.

14.4.2 No hay dos días del Señor en la fe cristiana, solo uno: “El Día del Señor”

Por tanto, así como en nuestra literatura canónica no hay dos “días del Señor”, uno “el día
escatológico”, y otro “el primer día de la semana”, entonces tampoco en nuestra fe,
nuestra vida, nuestra religión, debería haber “dos días del Señor”, sino solo uno, el que
nuestra literatura canónica revela: Yom Yahweh, Jo hemera kurios, jo hemera kuriakos, el
día del Señor, su día de juicio y salvación en la venida de nuestro Dios Jesucristo.

14.4.3 Fue y es errático y extra – apostólico denominar al primer día de la semana


como “el día del Señor”

Puesto que la evidencia demuestra que “el día del Señor”, jo hemera kurios y hemera
kuriakos, era un termino que hacía referencia al día de Cristo, al día escatológico del
Señor, entonces haber usado ese término para aplicarlo a otra realidad, en este caso a un
día ordinario de la semana, o al día en que resucitó el Señor, aun cuando haya sido con
buena intención, fue una acción errática, porque el término “el día del Señor” hace
referencia a una realidad especifica y particular: “El gran día de Dios”.

Su uso para designar otra realidad resultó en confusión para la iglesia, como es evidente
hasta el día de hoy en la iglesia de Cristo. Así que, no se ha hecho bien en usar este
término para referirse a otro día que no fuera el Yom Yahweh, el día del Señor
propiamente.

Pero no solo ha sido errático, sino que incluso puede catalogarse como distorsivo, es
decir, una enseñanza que desvía la doctrina de los apóstoles.

En los días de Pablo, hubo una enseñanza de que “el día del Señor” ya había llegado, y él
tuvo que corregirla. Así también el apóstol Pedro escribió que habría burladores de la
venida del Señor, que pondrían en duda su venida, y él tuvo que recordar que “el día del
Señor” vendrá.

2Te.2.1-2 “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión
con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de
pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra,
en el sentido de que el día del Señor está cerca”

2Pe.3.1-4 “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con
exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que

390
antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador
dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán
burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la
promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como desde el principio de la creación”

Ahora bien, ¿cómo hubieran respondido nuestros apóstoles a los maestros que ahora
llamaban al primer día de la semana “el día del Señor”? A lo menos, “confusa”.

Cuando digo extra – apostólico, lo digo en el sentido de que se desvía, se aparta de la


doctrina de los apóstoles, para quienes “el día del Señor” no era el primer día de la
semana, sino el día de Cristo. Por eso esta doctrina es extra – apostólica.

14.4.4 Denominar al primer día de la semana como “el día del Señor” no es una
herejía

Al haber denominado “el día del Señor” al primer día de la semana, al día en que se comía
la mesa del Señor o el día de la resurrección de Cristo, nuestros obispos hicieron algo extra
– apostólico y también algo distorsivo, algo que promovió hasta el día de hoy una
confusión en la iglesia.

Pero con todo esto, al menos yo mismo, no creo y no veo evidencia de que en esto
nuestros obispos hayan enseñado herejía alguna, pues este mal uso del término, no
significaba que nuestros pastores estaban negando la realidad del día del Señor, es decir,
de la futura venida de Cristo, lo cual si se negara, sí sería una herejía, una negación de un
elemento fundamental de nuestra fe cristiana.

Así que haber titulado al día de comer la mesa del Señor como “el día del Señor” no fue
una decisión acertada, sino más bien desafortunada para la fe cristiana, pero aun así, no
fue una negación del Evangelio, no fue una herejía.

14.5 El día de reposo no es el primer día de la semana

Puesto que el día de reposo bendecido por Dios cuando descansó en la creación, cuando
cesó de ella, fue inequívocamente el séptimo día; y por cuanto fue este día el que fuera
ordenado en la Ley del Sinaí; y por ser este el día de reposo por el que se reprendió a
Israel; y dado que este día no ha sido sustituido ni modificado para que otro día llegue a
ser día de reposo, o el día de reposo; entonces el día de reposo sigue siendo el séptimo
día y no otro día.

En vista de esto, el primer día de la semana llamado así por los hebreos, que los griegos
llamaban hemera helios, que en latín se llamaba deis solis (día del sol), que por el uso

391
eclesial y su influencia en la cultura llegó a llamarse popularmente Deis Dominicus (Día del
Señor), y que en nuestro castellano llamamos Domingo, no es el día de reposo.

Así que nuestro Domingo no es el día de reposo ordenado en la ley ni establecido por Dios
en la creación. El primer día de la semana no es el día de reposo. El día de reposo es el
séptimo.

14.5.1 Afirmar un cambio del día de reposo es una profanación

Por un momento pensemos qué sería de un profeta de Israel que de suyo propio, de su
pura especulación enseñaría a Israel que el día de reposo había cambiado por otro día,
cuando en realidad nunca fue así. Por lo menos, el tal profeta sería denunciado por los
enviados de Dios como un falso profeta por hacer pecar al pueblo de Dios.

Ahora bien, por la concertación del Nuevo Pacto el día de reposo no ha cambiado. Es
decir, al día de hoy, todavía es una profanación sugerir un cambio de día de reposo
cuando Dios no ha hecho tal cosa.

14.6 Si la Iglesia de Jesucristo, judía y gentil debe guardar El Decálogo, Los Diez
Mandamientos, entonces la iglesia cristiana ha de guardar el reposo del séptimo
día.

Ahora bien, si es verdad que la iglesia de Cristo, tanto judía como gentil, ha de guardar Los
Diez Mandamiento, el Decálogo, como fue entregado por el dedo de Dios mismo a
Moisés, entonces los pastores que sostienen tal doctrina, tanto católicos como
evangélicos, han de reposar el séptimo día y así deberían enseñarlo a la iglesia cristiana.

Es decir, que si es cierto que nosotros los creyentes debemos guardar el Decálogo,
llamado la ley moral de Dios (por nuestros teólogos pero no por los apóstoles), entonces
uno puede esperar lógicamente que la iglesia de Cristo repose el séptimo día y no otro, ya
que en la ley está supremamente claro no solo que se ha de reposar, sino el día en que se
ha de hacer: No el primer día de la semana, sino el séptimo día, que en nuestras culturas
se conoce como “Sábado”, o en los países anglosajones “Saturday”.

14.6.1 Si la iglesia cristiana ha de guardar Los Diez Mandamientos, entonces la


iglesia cristiana ha infringido el Cuarto Mandamiento.

Ahora bien, no necesito dar evidencia textual, pues para ninguno de ustedes es un
misterio que la gran mayoría de iglesia cristiana desde la época de los padres eclesiales
(desde los días del ministerio Paulino) no ha observado el reposo del séptimo día, por
diversas razones, siendo una de ellas, el supuesto cambio de día de reposo.

392
Pero dado que tal cambio o nuevo establecimiento de un nuevo día de reposo no existió
jamás, sino que el día de reposo siguió siendo el séptimo, entonces la iglesia cristiana, en
vista de su supuesta obligación del Decálogo, ha infringido deliberadamente el Cuarto
Mandamiento, ha violado la Ley de Dios.

14.6.2 Si la iglesia cristiana ha de guardar Los Diez Mandamientos, habiendo


quebrantado el día de reposo, se ha expuesto al castigo eterno de Dios.

Pablo es inequívoco en esto:

Rom.2.5-13 “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo
ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno
conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y
honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la
verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano
que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a
todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay
acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley
también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;
porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán
justificados”

Dios fue categóricamente severo en su castigo a los israelitas por haber quebrantado sus
días de reposo ¿Qué nos hace pensar que ahora será más indulgente con aquellos que
también deben obedecer este Decálogo?

¿Será que aquella persona que transgreda deliberadamente el Primero, Segundo, Quinto,
Séptimo, o Decimo Mandamiento será considerada inocente por el Señor? ¿Qué nos haría
pensar que no culpara al que transgreda su santo día?

Núm.15.32-36 “Estando los hijos de Israel en el desierto, hallaron a un hombre que


recogía leña en día de reposo. Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y
a Aarón, y a toda la congregación; y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado
qué se le había de hacer. Y Jehová dijo a Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre;
apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Entonces lo sacó la congregación
fuera del campamento, y lo apedrearon, y murió, como Jehová mandó a Moisés”

Eze.20.23-24 “También les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría
entre las naciones, y que los dispersaría por las tierras, porque no pusieron por obra mis

393
decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo, y tras los
ídolos de sus padres se les fueron los ojos”

Neh.13.16-18 “También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y
vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén. Y reprendí a los señores de Judá
y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo?
¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y
sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?”

14.6.3 La única razón por la que la iglesia sería inocente de no reposar el séptimo día
es que no esté en realidad en obligación espiritual de santificar el día de
reposo.

Ahora bien, estoy seguro que muchos cristianos ante la acusación de ser culpables de
infringir el Cuarto Mandamiento claman “Soy Inocente”, pero la única razón por la que tal
pretensión pueda considerarse valida en el juicio de Dios, es que en realidad, el no
santificar este día no constituya pecado alguno. Es la única alternativa que le queda al ser
humano, incluyendo al creyente.

14.6.4 Si los cristianos son inocentes de no santificar el día de reposo, de infringir el


Cuarto Mandamiento, entonces los cristianos en realidad no están obligados
a cumplir el Decálogo.

Así de sencilla es la conclusión. Si sostenemos que no debemos guardar el Séptimo día


como está estipulado en el Decálogo, entonces ¿cómo decir que tenemos que guardar Los
Diez Mandamientos? Si la iglesia debe guardar el Decálogo, entonces la iglesia debe
guardar cada uno de Los Diez Mandamientos.

14.7 Los predicadores que insisten en la necesidad de guardar Los Diez


Mandamientos, pero no el reposo del séptimo día, en realidad, no están
enseñando a obedecer el Decálogo.

Esta es la implicación lógica de la didáctica de la moralidad de la ley. Si se niega a guardar


el quinto mandamiento, uno está transgrediendo la ley. Si uno no quiere guardar el
séptimo mandamiento, uno transgrede la ley (si estamos bajo ella). Y si uno no guarda el
Cuarto Mandamiento, el del reposo del séptimo día, uno está transgrediendo el Pacto de
los Diez Mandamientos.

¿No hacen esto todos los pastores y el papa que en vez de reposar el séptimo día,
pretenden guardar el reposo el día primero?

394
Por tanto, es correcto afirmar que John Piper, Sam Wadron, los obispos católicos, y el
mismo Papa no guardan Los Diez Mandamientos, no guardan el Decálogo que Dios
entregó en el Monte Horeb. ¿O me equivoco? Pues ninguno de ellos, hasta donde ellos
mismos lo testifican, no reposan el séptimo día.

14.7.1 La Doctrina Oficial de la Iglesia Católica, Reformada y Ortodoxa, es que los


hombres deben guardar diez mandamientos, pero no Los Diez Mandamientos.

Démonos cuenta que la doctrina oficial de la Iglesia en realidad ha enseñado a guardar un


Decálogo, pero no El Decálogo. Han sostenido que la iglesia debe guardar diez
Mandamientos, pero no Los Diez Mandamientos. Históricamente hablando, la iglesia post
– apostólica tiene desde tiempos de antaño su propio decálogo.

14.7.2 Los pastores que quieran sostener que la iglesia debe guardar El Decálogo,
deben por ende enseñar el reposo del séptimo día.

Así que, si yo creo que la iglesia cristiana debe guardar el Decálogo, entonces debo
enseñar por tanto que nuestros hermanos deben reposar también el día de reposo. No
hay de otra.

14.7.3 Los predicadores que no enseñan a guardar el reposo del Séptimo día no
pueden legítimamente enseñar que la iglesia debe guardar El Decálogo.

Si yo sostengo que los cristianos no necesitan reposar el séptimo día, el sábado,


ordenamiento que fue establecido en la Ley, en el Decálogo ¿Por qué voy a enseñar que la
Iglesia debe guardar Los Diez Mandamientos? Hacerlo es una contradicción.

14.7.4 Los maestros que sostienen la moralidad de Los Diez Mandamientos pero no
el reposo del séptimo día, deben lógica, teológica, racional, y honestamente ajustar
su enseñanza.

Hermanos, ¿qué piensan que debo hacer si yo en mi primera hora de predicación me


esfuerzo por mostrar que la iglesia debe guardar Los Diez Mandamientos dados en el
Monte Sinaí, y en la segunda hora de enseñanza, sostengo que no debemos guardar uno
de sus mandatos, en este caso el Cuarto? Es obvio, estoy contradiciendo mi primer
sermón. En realidad, debí haber enseñado a guardar nueve mandamientos, pero no el
Decálogo.

Por eso, mis amados hermanos, si ustedes enseñan que los creyentes deben guardar Los
Diez Mandamientos, pero no el Cuarto Mandamiento, su misma predicación es
contradictoria, y si sostienen que guardan el Cuarto Mandamiento mediante la practica

395
“del día del Señor”, da igual, ya que en realidad no están guardando el Cuarto Mandato.
Así que, en realidad, ustedes están enseñando con su ejemplo que la iglesia no debe ni
necesita guardar el Decálogo dado en el Sinaí.

Así que, si en verdad quieren enseñar a la iglesia a cumplir Los Diez Mandamientos, lo
primero que deben hacer es comenzar a guardarlos, y eso implica reposar el séptimo día.

Ustedes necesitan tomar una decisión coherente con la Palabra de Dios y con su mismo
discurso: ¿Es el Decálogo de obligatorio cumplimiento para la Iglesia de Cristo? Si lo es
reposemos el sábado; pero si no vamos a guardar el Cuarto Mandato, entonces no
enseñemos que el Decálogo es obligatorio.

14.8 Urge a la Iglesia Católica, Ortodoxa y Reformada y a todo aquel que sostiene
esta doctrina del “día del Señor” aclarar si los cristianos debemos o no guardar el
Decálogo

Si en efecto, la iglesia de Cristo debe guardar Los Diez Mandamientos, como lo sostienen
muchos maestros desde la antigüedad, entonces, es claro que la iglesia ha pecado contra
Dios, y por tanto, se ha expuesto al castigo eterno en el día del juicio.

Pero si los creyentes son inocentes de no guardar el día de reposo, el Cuarto


Mandamiento del Decálogo, entonces, al menos una implicación es que los cristianos no
deben guardar el Decálogo.

Por tanto, es menester que los maestros, los pastores de nuestra iglesia enseñen con más
precisión y claridad, si en realidad debemos o no guardar el Decálogo. Urge a la iglesia
cristiana esclarecer la relación del cristiano con la ley, con el Decálogo.

396
15. APLICACIONES Y EXHORTACIONES PARA LA IGLESIA DE CRISTO

15.1 Necesidad moral de ser canónicos

Hermanos, si nosotros asistiéramos a un debate con otro cristiano para discutir un asunto
de fe y doctrina, pero nosotros, sin ninguna mala intención, presentamos como evidencia
de nuestra postura las palabras y enseñanzas del pastor John Piper, y por ello replicamos a
nuestros hermanos de su error, apelando a la doctrina del pastor mencionado ¿Qué les
parece esa actitud y acción?

Yo puedo decir que John Piper enseña algo, o que piensa algo al respecto, y puede que su
opinión sea considerada respetable, pero a la larga lo que él piense o enseñe acerca del
matrimonio, infierno, la sustitución de Cristo por nosotros, la homosexualidad, en realidad
no tiene validez canónica. Es decir, su enseñanza no es lo que importa para la fe cristiana,
sino lo que enseña la Sagrada Escritura sobre los temas que acabo de mencionar.

Si en mi afán e intención de validar una postura, de mostrarle a la iglesia una doctrina, yo


apelo a la autoridad de John Piper o del Papa o de otro maestro cristiano, notemos
hermanos que yo estoy introduciendo una nueva autoridad a la iglesia, en este caso al
pastor y maestro al que yo apele para sostener mi doctrina. ¿Notan lo grave y peligroso
que es esto para la fe cristiana?

Yo puedo mencionar que John Piper o Francisco piensan igual que yo en cierto asunto,
pero no puedo apelar a su doctrina como normativa para la iglesia, pues en tal caso
estaría asignando a Jhon y a Jorge Mario un rol apostólico, si considero que su doctrina es
norma para la iglesia.

Algún hermano podría esforzarse por mostrar por medio de los 66 libros canónicos una
doctrina en particular, y presentarla de tal manera que al menos parezca ser coherente
con la Escritura y cierta; pero ante tal postura, si yo apelara a los 66 libros del Canon, pero
también apelara a la doctrina de John o Francisco, es como si el debate se desarrollara de
la siguiente manera:

Debatiente uno: “La Escritura dice”


Debatiente dos: “La Escritura dice” y “John Piper dice”

Notemos que la actitud del debatiente número dos es una que ha introducido una nueva
voz de autoridad a la iglesia cristiana, y ahora sus argumentos (los de John) deberían ser
analizados como si éstos fueran norma para la iglesia.

Ahora bien, cosa similar ocurre en nuestro debate sobre “el día del Señor” y es que en
este debate, la actitud de algunos hermanos, inconscientemente es como sigue:

397
Debatiente uno: “La Escritura dice”
Debatiente dos: “La Escritura dice” y “El Catecismo dice”, “La Confesión dice”, “La Didache
dice” o “Ignacio dice”

¿Lo notan? Démonos cuenta el peligro de la actitud de algunos hermanos para la fe


cristiana, de ellos y la de los demás. Al introducir una opinión aparte de la canónica para
reforzar una doctrina que se halla en la Escritura (o peor, cuando no se halla), es asignarle
a esa opinión particular un estatus apostólico.

Por ejemplo, nosotros a partir de la Escritura creemos y afirmamos que hay un castigo
eterno. Pero supongamos que nuestra creencia la formulamos como sigue:

“La Escritura enseña que hay un castigo eterno para los impíos” y “la iglesia ortodoxa
sostiene lo mismo”

¿Qué es lo que importa al fin y al cabo? ¿Lo que la Escritura enseña o que la iglesia
ortodoxa lo enseñe también? ¿Qué pasaría si la iglesia ortodoxa no lo enseñara?

Así que en el asunto del debate sobre “el día del Señor” lo que cuenta no es lo que enseña
el Catecismo de Westminster al respecto, o la Confesión de Londres, ni el Catecismo
Católico Romano, ni Ignacio ni la Didache, o cualquier otro escrito en la historia de la
iglesia. Lo que cuenta es lo que nuestra Escritura enseña. Ella es la fuente de autoridad y
de práctica para la Iglesia.

Así que mi llamado y exhortación para los pastores reformados, obispos católicos y
ortodoxos, y para todos los maestros de nuestra iglesia es ser completa y
exhaustivamente canónicos, y no apelara a nada ni a nadie más a la hora de sostener,
definir, enseñar y proponer una doctrina para nuestra iglesia.

15.2 Enseñemos la doctrina apostólica del día del Señor

Hermanos, cuando hablemos del día del Señor, hagámoslo desde la Escritura, desde lo
que nuestros profetas y apóstoles enseñaron que era este día: El gran día para el que la
iglesia se está preparando.

15.2.1 No llamemos al Domingo “el Día del Señor”

Hermanos míos, humildemente exhorto para que cesemos de llamar al primer día de
nuestra semana “El día del Señor”. En español, esto es imposible, ya que Domingo, en
efecto proviene del latín Dominicus, haciendo eco al Deis Dominicus romano. Pero lo que
exhorto no es necesariamente un cambio de nombre del día, sino cesar por completo de

398
la idea especulativa de que este día es “el día del Señor”, aun cuando se siga llamando
tradicionalmente Domingo.

En el lenguaje inglés, mi exhortación es más sencilla de aplicar, pues consiste en no llamar


al Sunday como “The Lord’s Day”, porque simplemente no es cierto que el primer día de la
semana se pueda titular “El día del Señor”.

15.3 Enseñemos cuál es el día de reposo según nuestro Canon

Al acentuar cuál sea el día de reposo según nuestra Escritura, hermanos, sostengamos, lo
que ella enseña, a saber, que el día de reposo es uno, el séptimo día. No hay otro día de
reposo.

15.3.1 El primer día de la semana no es día de reposo y menos el día de reposo


cristiano

Por tanto, hermanos, no sigan enseñando sin evidencia canónica y por tanto meramente
especulativamente a la iglesia que el primer día de la semana (Domingo en Español,
Saturday en Inglés) es un día de reposo como está descrito en la Ley, y mucho menos que
es el día de reposo para los cristianos. Esto es una tradición humana sin valor espiritual
alguno, pero que hace mella en la confusión del cristiano y su relación con la ley.

Por tanto, los cristianos que trabajan en labores seculares el primer día de la semana, el
Domingo, son inocentes en este aspecto.

15.4 Comamos la mesa del Señor cada primer día de la semana

Exhorto a toda la iglesia cristiana a congregarse cada domingo, cada primer día de la
semana, no porque es el día del Señor, sino porque en este día, desde hace cientos de
años, y así fue establecido por nuestros apóstoles, la iglesia del Señor se reunía a comer el
pan y la copa de bendición, la Mesa del Señor. Y es que en efecto, esta comida es el
evento congregante de la iglesia cristiana.

Así que animo para que cada iglesia conmemore esta comida cada domingo, y que ningún
cristiano se vuelva negligente en participar de ella para la gloria de Dios y suya.

15.5 Definamos con más exactitud y con evidencia canónica si los creyentes deben o
no guardar el Decálogo

Hermano mío, si vas a seguir enseñando que Los Diez Mandamientos son de obligatorio
cumplimiento para la iglesia cristiano, espero que practiques lo que sostienes: Que
reposes el séptimo día.

399
Pero, si no enseñas a guardar el reposo del séptimo día ¿Con qué derecho insistirás en que
la iglesia debe guardar el Decálogo?

Pero, si no puedes enseñar el reposo del séptimo día, pero si quieres enseñar la moralidad
del Decálogo, entonces, debes definir si la iglesia de Cristo necesita hacerlo o no.
Necesitas dar un paso más profundo en tu análisis teológico del asunto.

15.6 Este autor sostiene que la iglesia de Cristo no necesita, no debe guardar Los
Diez Mandamientos

Como preámbulo de mi segundo tratado, el cual invito que sea leído y también discutido y
argumentando, puedo decir humildemente que nosotros, los creyentes, seamos judíos o
gentiles, no estamos en la obligación moral de guardar Los Diez Mandamientos. Los
creyentes no estamos bajo la ley. La evidencia la podrán hallar en mi segundo escrito. ¡El
Señor me ayude!

400
16. RESUMEN

En el presente tratado he suministrado evidencia canónica, exegética, bíblica y por ende


apostólica de que el día de reposo ordinario leído en nuestra literatura inspirada es única y
exclusivamente el séptimo día, el día en que Dios cesó de su creación y al cual también
bendijo; siendo este el mismo día que se ordenó en Los Diez Mandamientos que fuera
guardado. Hay un día de reposo según nuestra literatura inspirada: El Séptimo día.

Así mismo he presentado evidencia de que cada primer día de la semana jamás fue
considerado por nuestros apóstoles como un día de reposo, y menos como un nuevo día
de reposo sucediendo al séptimo día. Más bien, la evidencia presenta que este día fue
tomado por los apóstoles, o al menos por Pablo, para que la iglesia cristiana conmemorara
la muerte del Señor, mediante la partición del pan, es decir, la Mesa del Señor.

También en este tratado he dado a conocer que la frase “el día del Señor” leída en nuestra
literatura cristiana hace alusión exclusivamente al periodo escatológico en que Dios
juzgará a las naciones y traerá salvación para el mundo por medio de la segunda venida de
Cristo. Solo hay un día del Señor, y es el día escatológico de Cristo.

Por ende, he implicado que la doctrina enseñada por pastores y maestros de que el primer
día de la semana sea también otro día del Señor aparte del descrito en nuestra escritura
como el día futuro del Señor, y que este supuesto día del Señor es también un día de
reposo a la manera del séptimo día es falsa respecto al Evangelio de Cristo. Esta doctrina,
según nuestro canon apostólico, es meramente especulación humana e imaginación de
hombres, y jamás fue, es o será real.

Y finalmente he implicado un desafío para la doctrina sostenida por muchos pastores de la


iglesia de Cristo en cuanto a la obligatoriedad moral de guardar el Decálogo. Pues he
mostrado que no es lógica, teológica y racionalmente coherente sostener que los
cristianos debemos guardar el Decálogo, pero a la vez que no necesitamos observar su
Cuarto Mandamiento, o a la inversa, que somos inocentes de no guardar el sábado, pero
que sí debemos guardar Los Diez Mandamientos.

He exhortado a mis hermanos para que definan con mayor exactitud y coherencia racional
y lógica, y sobre todo con evidencia teológica canónica si los creyentes debemos o no
guardar el Decálogo, y así mismo, poner en práctica lo que se concluya, pues la doctrina
que se ha expuesto hasta el día de hoy por la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y
la Iglesia Reformada, en cuanto a este asunto, evidentemente carece de fundamentación
y lógica canónica. Invito a los lectores a estudiar y trabajar con mi segundo tratado: El
Evangelio II Parte: “El Evangelio y la Ley”

401
17. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

CAPÍTULO 1
1
Catecismo de la Iglesia Católica Romana. San Pablo 2000, Pág. 405
2
Catecismo de la Iglesia Católica Romana. San Pablo 2000, Pág. 716
3
Waldron, Samuel E. Exposición de la Confesión Bautista de 1689. Publicaciones Aquila,
2016, Pág. 361 – 364

CAPÍTULO 2
1
Catecismo de la Iglesia Católica Romana. San Pablo 2000, Pág. 717

CAPÍTULO 3
1
Catecismo de la Iglesia Católica Romana. San Pablo 2000, Pág. 722
2
Jamieson, Roberto; Fausset A.R., Brown David. Comentario Exegético y Explicativo de la
Biblia, Tomo II: El Nuesto Testamento. Casa Bautista de Publicaciones, 2002, Pág 266.
3
Jamieson, Roberto; Fausset A.R., Brown David. Comentario Exegético y Explicativo de la
Biblia, Tomo II: El Nuesto Testamento. Casa Bautista de Publicaciones, 2002, Pág 395.
4
Catecismo de la Iglesia Católica Romana. San Pablo 2000, Pág. 405
5
Waldron, Samuel E. Exposición de la Confesión Bautista de 1689. Publicaciones Aquila,
2016, Pág. 364

CAPÍTULO 4
1
Jamieson, Roberto; Fausset A.R., Brown David. Comentario Exegetico y Explicativo de la
Biblia, Tomo I: El Antiguo Testamento. Casa Bautista de Publicaciones, 2002, Pág 1007
2
Waldron, Samuel E. Exposición de la Confesión Bautista de 1689. Publicaciones Aquila,
2016, Pág. 364
3
Catecismo de la Iglesia Católica Romana. San Pablo 2000, Pág. 405
4
Waldron, Samuel E. Exposición de la Confesión Bautista de 1689. Publicaciones Aquila,
2016, Pág. 364

402
CAPÍTULO 6
1
Waldron, Samuel E. Exposición de la Confesión Bautista de 1689. Publicaciones Aquila,
2016. Pág 361, 364
2
Ibid, 361
3
Ibid, 373
4
Ibid, 35
5
Ibid, 333
6
Ibid, 341
7
Ibid, 325
8
Ibid, 319
9
Ibid, 324
10
Ibid, 326
11
Ibid, 374
12
Ibid, 319
13
Ibid, 319
14
Ibid, 374
15
Ibid, 374
16
Ibid, 374
17
Ibid, 374
18
Ibid, 374
19
Ibid, 375
20
Ibid, 375
21
Ibid, 374
22
Ibid, 374
23
Ibid, 342
403
24
Ibid, 375
25
Ibid, 375
26
Ibid, 375
27
Ibid, 376
28
Ibid, 376
29
Ibid, 376
30
Ibid, 376

Capítulo 7
1
Tomado de: http://es.gospeltranslations.org/wiki/%C2%BFExiste_un_%E2%80%9CD %C3%Ada
_del_Se%C3%B1or%E2%80%9D%3F
2
Ibid,
3
Ibid,
4
Ibid,
5
Ibid,
6
Ibid,
7
Ibid,
8
Kistemaker, Simon J. Comentario al Nuevo Testamento, Exposición de la primera epístola
a los corintios. Libros Desafío 1998, pág. 17
9
Tomado de: http://es.gospeltranslations.org/wiki/%C2%BFExiste_un_%E2%80%9CD %C3%Ada
_del_Se%C3%B1or%E2%80%9D%3F

Capítulo 8
1
Ibid, pág. 63
2
Ibid, pág. 64
3
Ibid, pág. 64
4
Ibid, pág. 45

404
5
Ibid, pág. 58
6
Ibid, pág. 60
7
Ibid, pág. 66
8
Ibid, pág. 66
9
Ibid, pág. 73
10
Ibid, pág. 7

Capítulo 9
1
Catecismo de la Iglesia Católica Romana. San Pablo 2000, Pág. 405
2
Ibid, Pág. 716
3
Ibid, Pág. 717
4
Ibid, Pág. 717
5
Ibid, Pág. 650
6
Ibid, Pág. 717
7
Ibid, Pág. 718
8
Ibid, Pág. 718
9
Ibid, Pág. 719
10
Ibid, Pág. 719
11
Ibid, Pág. 720
12
Ibid, Pág. 720
13
Ibid, Pág. 721
14
Ibid, Pág. 722
15
Ibid, Pág. 722

Capítulo 10
1
Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_de_Antioqu%C3%ADa#Carta_a_los_
magnesios

405
2
Tomado de: http://www.mercaba.org/FICHAS/Escrituras/carta_san_ignacio_
MAGNESIANOSa.htm
3
Catecismo Romano
4
Catecismo Romano

Capítulo 11
1
Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Didach%C3%A9

Capítulo 12

1
Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Nombres_de_los_d%C3%ADas_de_ la_semana
2
Tomado de: https://culturaisraeliparachile.wordpress.com/2013/01/03/aprende-los

-dias-de-la-semana-en-hebreo/
3
Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Sol_Invictus
4
Tomado de: http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/oficio_lectura/pascua
/3_domingo_pascua.htm

Capítulo 13

1
Tomado de: https://www.ccel.org/l/lake/fathers/didache.htm
2
Tomado de:

http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/oficio_lectura/pascua/3_domingo_pascua.ht
m
3
Tomado de: http://revistaseug.ugr.es/index.php/florentia/article/viewFile/4120/4062

Página 12
4
Tomado de: http://revistaseug.ugr.es/index.php/florentia/article/viewFile/4120/4062

Página 5
5
Tomado de:

https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_del_Se%C3%B1or
6
Tomado de:

406
http://www.conoze.com/doc.php?doc=5418
7
Tomado de:

http://www.pickle-publishing.com/papers/sunday-fraud.htm#epi
8
Tomado de:

https://ldsfocuschrist2.files.wordpress.com/2012/03/apostolic-constitutions-william-
whiston.pdf
9
Tomado de:

https://books.google.com.co/books?id=H_VLAwAAQBAJ&pg=PA259&dq=the+lords+day+i
n+roman+empire&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjD-
NmD8ZjXAhUFSiYKHYSRD5EQ6AEIJjAA#v=onepage&q=the%20lords%20day%20in%20rom
an%20empire&f=false

Página 261
10
Tomado de:

https://books.google.com.co/books?id=H_VLAwAAQBAJ&pg=PA259&dq=the+lords+day+i
n+roman+empire&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjD-
NmD8ZjXAhUFSiYKHYSRD5EQ6AEIJjAA#v=onepage&q=the%20lords%20day%20in%20rom
an%20empire&f=false

Página 261

407
18. APÉNDICES

A. EXPOSICIÓN DE SAM WALDRON SOBRE EL DÍA SEÑALADO DE ADORACIÓN SEGÚN EL


CAPÍTULO 22 DE LA CONFESIÓN DE FE DE LONDRES DE 1689

Tomado de:

Waldron, Samuel E. Exposición de la Confesión Bautista de 1689. Publicaciones Aquila,


2016, Pág. 373-379

III. Su día señalado

La idea clave del párrafo 1 de este capítulo es que Dios tiene y ejerce el derecho de
establecer cómo quiere ser adorado. El hombre no tiene derecho a entrometerse con sus
propias ideas, sus opiniones o su autoridad en la adoración divina. Es solo desde este
marco y desde esta perspectiva como podemos apreciar la enseñanza puritana y bíblica
sobre el día de reposo. De la misma manera que cualquier otro elemento de la adoración
esta establecido por Dios y no por una autoridad eclesiástica, así también el día de la
adoración publica no esta dejado a la decisión del hombre. Por un mandato positivo,
moral y perpetuo, Dios establece el día.

Ahora bien, al tratar el día señalado de la adoración, la Confesión explica: Su institución


(Parrafo 7) y su santificación (Parrafo 8). La explicación aquí tratará solo de su institución.

La Confesión menciona en primer lugar la necesidad natural de un día señalado para la


adoración. La Confesión enseña que la ley de la naturaleza requiere un día señalado para
la adoración. Hay dos cosas que son evidentes por la luz de la naturaleza. En primer lugar,
Dios debe ser adorado pública y colectivamente por parte de los hombres. En segundo
lugar, tal adoración pública y colectiva requiere una proporción de tiempo publica y
colectivamente acordada. Tal proporción de tiempo debe ser señalada por Dios, porque la
única alternativa (que los hombres la señalaran) violaría las prerrogativas de Dios en su
adoración.

A continuación se menciona la promulgación positiva del día señalado. Si bien la


revelación general (La ley de la naturaleza) deja claro que es necesario un día señalado
para la adoración, la ley de la naturaleza no especifica ni puede especificar qué día debería
ser. Descansar para la adoración en el séptimo día o en el primer día no está escrito por la
Creación en los corazones de los hombres. Puesto que la ley de la naturaleza no especifica
la proporción correcta o la parte especifica de nuestro tiempo para la adoración publica,
debe haber un mandamiento positivo de Dios para especificar ese tiempo. El término
“positivo” utilizado aquí en la Confesión significa algo añadido a la ley de la naturaleza y la

408
revelación general. El día señalado debe ser revelado mediante una revelación especial.
Algunos han preguntado: “Si el día de reposo es una ley moral ¿por qué los gentiles sin
revelación especial no son condenados en la biblia por quebrantarlo?”. La razón es
evidente. Es un mandamiento positivo revelado solo mediante una revelación especial.
Los mandamientos positivos, como deja claro la Confesión, pueden ser también morales.
De esta manera, el carácter especialmente revelado del día de reposo no significa que sea
ceremonial.

Pero no solo se llama positivo a este mandamiento por será algo añadido a la ley de la
naturaleza; también se lo llama moral y perpetuo. Este mandamiento de un día en siete
como día de reposo puede verse que es moral y perpetuo por al menos tres buenas
razones.

Fue instituido en la Creación (Ge 2:3; Ex. 20:8-11; Mr. 2:27). Lo que fue instituido desde la
Creación tiene significado mientras continúe la Creación. Así tanto Jesús como Pablo
basan el deber ético de que algo fue instituido en la Creación. (Mt. 19:4-8; 1 Ti. 2:13; 1
Cor. 11:8-9).

Fue incluido en el Decálogo (Ex. 20:8-11). Dios considero oportuno incluir la ordenanza del
día de reposo en los Diez Mandamientos. Los Diez Mandamientos tienen una importancia
que trasciende las demás leyes del Antiguo Testamento (Véase capítulo 19 de la
Confesión). Solo ello fueron hablados directamente por Dios. Solo ellos fueron escritos por
el dedo de Dios. Solo ellos fueron colocados en el Arca del Pacto. Se dice que están
escritos en los corazones de los creyentes de Nuevo Pacto (Jer. 31:33). Se lo cita
repetidamente como leyes morales fundamentales de significado perpetuo en el Nuevo
Testamento (Ro. 13:8-10; Mt. 22:18-19). La idea de que el día de reposo es una ley
ceremonial y temporal contradice abiertamente estos hechos bíblicos.
Continúa con el día del Señor. El día del Señor del Nuevo Pacto encarna el principio del día
de reposo instituido en la Creación. Esto se prueba mediante muchos paralelismos
conspicuos entre el día de reposo y el día del Señor.

1. La designación “el Día del Señor” alude a las frases bíblicas que describen el día de
reposo: “mi día santo”, “el día santo del Señor” (Is. 58:13); “Señor del día de reposo” (Mt.
12:8).

2. Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el


día del Señor es la celebración de un día que tiene lugar semanalmente.

3. Al igual que el día de reposo, y a diferencia de cualquier otra observancia religiosa, el


día del Señor presupone así la semana de siete días de la Creación.

409
4. El día del Señor es un memorial tanto de la Creación como de la redención. Así como el
día de reposo conmemoraba la primera Creación y el Éxodo de Israel de Egipto, así
también el día del Señor conmemora una nueva creación y una mayor redención.

5. El día del Señor es un día que pertenece especialmente a Dios. Dieciséis veces habla
Dios de “mis días de reposo.

6. El día del Señor es un día santo y debe guardarse santo. El día de reposo era un día
santo. Era santificado y había que guardarlo santo. (Gen. 2:3; Ex. 20:8). El día del Señor es
también un día santo. La palabra “santo” significa apartar del uso común para Dios. Algo
que se aparta para Dios es su posesión especial. Viceversa, si es la posesión especial de
Dios, es santo. Ser santo y pertenecer especialmente a Dios son equivalentes. (Ex. 13:22;
Nm. 16:3-7). ¿Es el día del Señor posesión especial de Dios en un sentido en que no lo son
otros días? Sí. Entonces es santo y debe ser santificado. Debemos por tanto, recordarlo el
día del Señor, para guardarlo santo.

7. Al igual que el día de reposo, el día del Señor es un día de adoración colectiva y publica
(Hch. 20:7; 1 Cor. 16:1-2). Pero si es un día señalado para la adoración publica, debe ser un
día de descanso o reposo. Esto por tres razones. En primer lugar, todos los días de culto
publico y colectivo son días de reposo en la Biblia. Un día de adoración que no fuera un día
de reposo habría sido incomprensible para los discípulos judíos de Jesús. En segundo
lugar, el día del Señor es un día santo y, por tanto, debe apartarse de trabajos cotidianos y
apartarse para la adoración. Esto es lo que requiere la santificación del día. Tal día es, sin
embargo, claramente un día de descanso. En tercer lugar, nadie puede tomar parte en la
adoración publica sin, al menos durante una o dos horas, descansar de sus trabajos
seculares.

Ahora es evidente por qué el día del Señor debe considerarse como el día de reposo. La
institución del día de reposo en la Creación, la inclusión del día de reposo en el Decálogo y
la continuación del principio del día de reposo en el día del Señor lo demanda. Esta es la
razón por la que no debemos preocuparnos cuando alguien dice: “El término “día de
reposo” siempre se refiere al día de reposo judíos en el Nuevo Testamento”. Por
supuesto, el día de reposo en la Biblia se refería al día de reposo del séptimo día. Este se
había referido a esta ordenanza durante cuatro mil años. Sobre la base de la evidencia que
acabamos de citar, sin embargo debemos distinguir entre la ordenanza judía del día de
reposo, que está abolida, y el concepto del día de reposo, que continua en el día del
Señor. Esta distinción entre la ordenanza del día de reposo y el concepto del día de reposo
viene demandada por su institución en la Creación, su inclusión en los Diez Mandamientos
y el significado mismo de la frase “Día del Señor”.

410
En la ultima parte del párrafo 7 (de la Confesión), se considera la trascendental alteración
del día señalado desde el séptimo día de la semana al primero. Muchos han sentido que
este es el punto débil en la Doctrina de la Confesión sobre un día de reposo cristiano. A
primera vista, su razonamiento parece plausible. Se arguye que si el mandamiento del día
de reposo es una ley moral, no podría alterarse. Pero hay dos conclusiones diferentes que
se han deducido de esta premisa. Algunos, como los Adventistas del Séptimo día, han
deducido de esta premisa que el día no ha sido cambiado y que el día señalado para la
adoración es aún el séptimo día. Otros han deducido que ya que el día ha cambiado, no es
posible que el día de reposo fuera una ley moral.

La respuesta al dilema planteado por esta premisa se halla en el peculiar carácter del
mandamiento del día de reposo implícito en el lenguaje que utiliza la Confesión para
describirlo. Se lo llama “un mandamiento positivo, moral y perpetuo”. Esta ley moral se
compone de dos elementos distintos: La ley de la naturaleza y la promulgación positiva. La
Ley de la naturaleza no puede ser ni es alterada. La promulgación positiva puede serlo y lo
es. Así la alteración del día no constituye un argumento contra la moralidad y perpetuidad
del mandamiento del día de reposo.

En este punto puede suscitarse una cuestión adicional. El mandamiento del día de reposo
es un mandamiento positivo instituido en la Creación. ¿Cómo puede alterarse una
ordenanza de la Creación? La respuesta es, desde luego, que solo una nueva creación
podría alterar una ordenanza de la Creación. Cristo, sin embargo, ha inaugurado una
nueva Creación (2 Cor. 5:17; Gá 6:15). De ahí que es de esperarse un cambio en la
ordenanza de la Creación del día de reposo. Que la observancia del último día de la
semana está abolida se prueba en Colosenses 2:16-17. Si bien este texto no está hablando
del concepto o principio del día de reposo, está enseñanza que la ordenanza del séptimo
día de la antigua Creación y el Antiguo Pacto está abolida.

Otra dificultad que tiene la gente acerca de la alteración del día es que no puede
encontrar una mención en las Escrituras de este cambio del día. Si se ha de resolver este
problema, debemos comprender primero el principio por el que se señala el día de
adoración en la ordenanza de la Creación. Debe entenderse el principio de la designación.
En Génesis 2:3 dice que Dios separó el séptimo día porque descansó en dicho día.
Reconociendo que lo que Dios hizo en la redención fue tan grande que nada menos que el
concepto de una nueva creación podía describirlo, debemos entender que Dios en la
nueva creación utiliza el principio de designación. El día de reposo de la nueva Creación es
designado según el mismo principio que el del día de reposo de la antigua creación. Es el
día de descanso de Dios. El primer día de la semana fue el día en que acabaron las obras
de Cristo para expiar los pecados de su pueblo y Él entró en su reposo en la gloria de la

411
resurrección. El día del Señor es el octavo día, el día de nuevos comienzos. Al igual que el
séptimo día estaba relacionado con la antigua obra de la Creación y la conmemoraba, así
el primer día está relacionado con una nueva Creación y la conmemora.

412
B. SERMÓN DE JOHN PIPER “¿EXISTE EN VERDAD UN DÍA DEL SEÑOR?”

Tomado de:

http://es.gospeltranslations.org/wiki/%C2%BFExiste_un_%E2%80%9CD %C3%Ada
_del_Se%C3%B1or%E2%80%9D%3F

Romanos 14:1–9

“1Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones 2Uno tiene fe en que
puede comer de todo, pero el que es débil sólo come legumbres. 3El que come no
menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha
aceptado. 4 ¿Quién eres tú para juzgar al criado de otro? Para su propio amo está en pie o
cae, y en pie se mantendrá, porque poderoso es el Señor para sostenerlo en pie. 5 Uno
juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté
plenamente convencido según su propio sentir. 6 El que guarda cierto día, para el Señor lo
guarda; y el que come, para el Señor come, pues da gracias a Dios; y el que no come, para
el Señor se abstiene, y da gracias a Dios. 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo,
y ninguno muere para sí mismo; 8 pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos,
para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 9
Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los
vivos”

El versículo 5 plantea la pregunta más grande de la interpretación bíblica referente al Día


del Señor. Pablo dice: “Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los
días. Cada cual esté plenamente convencido en su propio sentir” ¿Quiere decir con estas
palabras, que los cristianos más firmes no consideran un día a la semana como separado
por Dios para la adoración colectiva, y para actos que consagran ese día como el Día del
Señor? ¿Sólo los cristianos débiles se sienten obligados a consagrar un día como especial
para el Señor? ¿Está Pablo diciendo que no importa si separamos un día o no, mientras
nuestra decisión esté motivada por la gloria de Dios?

Para responder a estas preguntas, quiero que a partir del texto de hoy, hagamos un
retroceso en las Escrituras y observemos la extensa representación bíblica del día del
Señor. Lo haremos de una manera breve y concisa, en forma de bosquejo, que podría
abarcar todo un libro.

LA SEMANA DE LA CREACIÓN

Comencemos con esta observación: Las semanas existen. Debemos considerarlas. Los días
existen porque son el tiempo que demora la rotación de la tierra. Los meses existen
porque son el tiempo que demora la luna en crecer y menguar. Los años existen porque
413
son el tiempo que demora la tierra en girar alrededor del sol. ¿Pero por qué existen las
semanas? Ellas no corresponden a ningún fenómeno de la naturaleza. La respuesta es que
las semanas existen por Génesis 2:2: “Y el séptimo día completó Dios la obra que había
hecho, y reposó el día séptimo de toda la obra que había hecho”. La Enciclopedia Británica
(artículo sobre “La semana”, 1911) dice: “Aquellos que rehúsan la lectura Mosaica no
sabrán, cómo… atribuirla *refiriéndose a la semana+ a un origen que tiene mucha
apariencia de probabilidad”. En otras palabras, no son convincentes otros intentos de
explicar por qué reconocemos el tiempo en semanas. La semana nos remite a la historia
de la creación en la Biblia. Dios trabajó seis días y en el séptimo descansó. Aquí está
determinado el patrón de la semana.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Luego, en los Diez Mandamientos se hace referencia al sábado como el día de reposo.
Éxodo 20: 8-11:

“8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra,
10
más el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él obra alguna,
*…+ 11 Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos
hay, y reposó en séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó”

LA ENSEÑANZA DE JESÚS EN EL DÍA DE REPOSO

Cuando Jesús vino al mundo como el Mesías, el hijo de Dios, y como el cumplimiento de
todo lo que la ley y los profetas enseñaron, entró en conflicto con los fariseos sobre el día
de reposo. Este tema es abordado ampliamente en los cuatro evangelios. Juan 5:18 dice:
“Por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo violaba el día de
reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios”. Este
tema es muy extenso y está relacionado totalmente con las reclamaciones divinas de
Jesús, quién hizo ciertas declaraciones radicales que determinan la manera en que
debemos pensar sobre nuestra celebración del día del Señor.

Leamos Mateo 12:1-14: “1 Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los sembrados en el día
de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. 2Y
cuando lo vieron los fariseos le dijeron: “Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito
hacer en el día de reposo”. 3Pero él les dijo: “¿No habéis leído lo que hizo David cuando él
y sus compañeros tuvieron hambre, 4cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes
consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él sino solo a los
sacerdotes? *En relación con este tema, la misma historia Marcos 2:27 recoge: “Y él les
decía: El día de reposo se hizo para el hombre y no el hombre para el día de reposo”.+ 5 ¿O

414
no habéis leído en la ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el
día de reposo y están sin culpa? 6 Pues os digo que algo mayor que el templo está aquí. 7
Pero si hubierais sabido lo que esto significa: “Misericordia quiero y no sacrificio”, no
hubierais condenado a los inocentes. 8 Porque el hijo del Hombre es Señor del día de
reposo. 9 Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí un hombre que tenía
una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron diciendo: ¿Es lícito sanar en el día
de reposo? 11Y el les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si
esta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le hecha mano y la saca? 12Pues, ¡cuánto
más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer el bien en el día de reposo. 13
Entonces dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana
como la otra. 14 Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon contra él, para ver
cómo podrían destruirle”

Consideremos tres observaciones y luego, cinco declaraciones que Jesús hizo:

TRES OBSERVACIONES

Observación # 1: Cuando los fariseos acusaron a los discípulos de Jesús de violar la ley (en
el versículo 2) porque recogían espigas y las comían en el día de reposo, Jesús ni siquiera
intentó argumentar que recoger espigas y comerlas en ese día, no era una violación del
día de reposo. De hecho, la manera hipotética en que les respondió asumía que era una
violación de la ley.

Observación # 2: En los versículos 3 y 4 Jesús se refiere al rey David y a sus hombres


tomando el pan de la casa de Dios que no les era lícito comer, y en el versículo 5 se refiere
a los sacerdotes que trabajaban en el día de reposo y lo profanaban. En otras palabras, las
necesidades de los hombres de David y las necesidades del servicio del templo tuvieron
prioridad sobre el pan ceremonial y las reglas del día de reposo.

Observación # 3: Jesús sanó a un hombre con una mano seca en el día de reposo,
sabiendo que sus enemigos estaban tratando de atraparle. Intencionalmente provocó la
controversia.

CINCO DECLARACIONES

Jesús hace cinco declaraciones para explicar lo que está haciendo.

Declaración # 1: Versículo 6: “Algo mayor que el templo está aquí”. Y por deducción: «Uno
mayor que David está aquí. Si David y sus hombres, y los sacerdotes que servían en el
templo eran inocentes, cuanto más mis discípulos. Soy mayor que David y que el templo».

415
Declaración # 2: Versículo 8: “El hijo del hombre es Señor del día de reposo”. En otras
palabras: «No solo soy un rey más grande que David. Soy el creador, el dueño, y el dador
de las reglas del día de reposo. Ese día es mío».

Declaración # 3: Versículo 7: “Misericordia quiero y no sacrificio”. Esta cita de Oseas 6:6


nos dice que el amor tiene prioridad sobre las leyes ceremoniales. «Por tanto, vayan a
aprender cómo el Antiguo Testamento brinda directrices de cómo usar la ley
amorosamente».

Declaración # 4: Marcos 2:27: “El Día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre
para el día de reposo”. Esta declaración nos dice, de otra manera, que hacer el bien a las
personas, no atenta contra el día de reposo, aunque sacar un hombre de un pozo cueste
el sudor de nuestra frente. Lo cual está luego explícito en la próxima declaración.

Declaración #5. Versículo 12: “Por tanto, es lícito hacer el bien en el día de reposo”.

El resultado de todo lo anterior indica que indudablemente existe un día especial para los
seguidores de Cristo, pero que ciertamente, hay un nuevo tipo de libertad y un nuevo
criterio para lo que es permisible (como vimos en Oseas 6:6). Jesús no trató de esclarecer
si la conducta de sus discípulos se ajustaba o no, al modelo de la ley. El llevó el asunto a
una nueva dimensión: El día de reposo fue establecido para expresar el gobierno y la
autoridad de Jesús, no la de Moisés (creado para adorar a Cristo). El día de reposo fue
hecho para aliviar al hombre no para cargarlo. El día de reposo fue hecho para mostrar
misericordia y para hacer el bien.

JUAN 5:16-17

Ahora considere a Juan 5:16-17. Jesús sanó un hombre en el día de reposo y le dijo en
Juan 5:8: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Esta orden puso al hombre en problemas
por el hecho de cargar su camilla en el día de reposo. En Juan 5:16 Juan escribe: “A causa
de esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en el día de reposo”. A lo
que dice (en el versículo 17): “Pero él les respondió: Hasta ahora mi padre trabaja y yo
también trabajo”.

¿Qué significa esta respuesta? Creo que tiene este significado: Cuando Adán pecó, Dios se
levantó de su descanso en el día de reposo, después de la creación, y comenzó a trabajar
nuevamente, (esta vez no en la creación, sino en la redención) con vistas a una nueva
creación, a una nueva humanidad. “Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo”.
«Ustedes no entienden lo que estoy haciendo. Mi padre y yo estamos creando un mundo
nuevo, una humanidad nueva, y cuando la terminemos, celebraremos con un nuevo día
de reposo».

416
Y este trabajo de redención y de nueva creación estuvo terminado definitivamente en la
cruz. Y tres días después Jesús resucitó de entre los muertos para celebrar la victoria que
había ganado, y la nueva creación que finalmente había obtenido e inaugurado. Ahora
podía sentarse con su Padre en el trono del universo y entrar en su Día de reposo.

LA IGLESIA PRIMITIVA Y EL PRIMER DÍA DE LA SEMANA

Por esa razón la iglesia primitiva tomó el primer día de la semana como su día de
adoración y volvió la espalda al séptimo día. El séptimo día marcó la victoria de la primera
creación. El primer día marcó la victoria de la nueva creación con la resurrección de Cristo.

Aquí tenemos algunas de las definiciones respecto al primer día de la semana:

En los cuatro evangelios se emplea una manera muy usual de expresar el primer día de la
semana, para describir el día de la resurrección de Jesús. Usualmente es traducido “En el
primer día de la semana” (Juan 20:1, Lucas 24:1, Marcos 16:2: Te de mia ton sabbaton, o
Mateo 28:1: eis mian sabbaton). Literalmente se leería: “el día número uno después del
sábado; o sea, el primer día en la secuencia de días determinados por el sábado” (Jewett,
The Lord’s Day, p. 75). Las palabras usadas para “primer” aparecen 150 veces en el Nuevo
Testamento. Y solamente en referencia al día de la resurrección tenemos este uso
peculiar.

¿Por qué es tan significativo este uso? Es significativo porque hay solo dos textos fuera de
los evangelios donde los escritores se refieren al primer día de la semana como especial
para la iglesia, y en esos dos textos se manifiesta ese uso peculiar. Hechos 20:7: “En el
primer día de la semana [en de te mia tonsabaton], cuando estábamos reunidos para
partir el pan, Pablo les hablaba, pensando partir al día siguiente”. 1ra a los Corintios 16:2:
“El primer día de la semana *kata mian sabattou], cada uno de vosotros aparte y guarde
según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas”.

Este uso es simplemente sorprendente desde un punto de vista estadístico. Hay más de
150 usos de la palabras “primer” (aún “primer día”) que no se refieren al primer día de la
semana (Por ejemplo: Mateo 26:17; Marcos 14:12; Hechos 20:18; Filipenses 1:5) y solo en
referencia al primer día de la semana, como día de congregación cristiana, está la forma
idéntica y extraordinaria, empleada para describir el día que Jesús resucitó de entre los
muertos.

La cuestión es que la iglesia cristiana cambió el séptimo por el primer día con vistas a la
adoración porque ese fue el día en que el Señor Jesús resucitó de entre los muertos (el día
que vindicó la obra redentora de su Padre). La nueva creación, la nueva humanidad,
fueron compradas y establecidas (pero no consumadas).

417
CRISTO ES NUESTRO DÍA DE REPOSO FINAL

Así que ha comenzado el día de reposo final, eterno y comprado por sangre. Entramos en
él cuando cesamos nuestras obras y confiamos en Cristo y su obra culminante en la cruz
por nosotros. Aquí está el significado final y grandioso del día de reposo. Cristo se ha
convertido en nuestro descanso, en nuestro día de reposo. Hebreos 4:9-10 lo confirma
cuando dice: “Queda por tanto un reposo sagrado para el pueblo de Dios. Pues el que ha
entrado en su reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las
suyas”. En este texto hay una referencia al tiempo pasado: hemos entrado. Pero luego el
escritor añade en el versículo 11: “Por tanto esforcémonos por entrar en ese reposo”. En
otras palabras, hemos entrado en ese reposo, y todavía debemos hacerlo. La redención
está cumplida. Ahora, debe ser aplicada y consumada. Nuestro día de reposo eterno
comenzó pero no está completamente presente.

Probablemente por esa razón, la iglesia primitiva no abandonó la celebración de un día,


entre siete, como día especial del Señor. En Apocalipsis 1:10 se le llama, “el día del Señor”.
“Estaba yo en el Espíritu en el día de Señor”. Ellos sabían que el descanso eterno aún era
futuro. Todavía se necesitaba un día para testificar a un mundo auto dependiente y
autosuficiente de que nuestras obras no nos salvan o nos definen, Cristo es quien lo hace.

¿Qué es lo que Pablo quiere decir entonces, cuando escribe a los colosenses (en
Colosenses 2:16-17): “Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a
comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; 17 cosas que
solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo”? Pienso que
Pablo quiere decir que Cristo mismo es nuestro día de reposo final. “Venid a mí, todos los
que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Cristo ha venido y
ha comprado nuestro descanso, y se ha convertido en nuestro lugar de descanso. Nos ha
sido quitada la carga de salvarnos a nosotros mismos. Hay descanso para nuestras almas.

Pero la sombra permanece porque Cristo no ha regresado todavía. Un día no habrá más
semanas porque no habrá más noches, meses o años. El sol y la Luna no se necesitarán,
porque “el Señor Dios los iluminará” (Apocalipsis 22:5). Solo habrá día de reposo y no otro
día.

Pero todavía no probaremos el reposo final, sino solo en parte, a medida que confiemos
en Cristo. Por tanto, el principio del día de reposo no fue abandonado por la iglesia
primitiva. Cristo aún ofrece su sombra frente a este mundo cargado, es decir, el primer día
de la semana (el día del Señor). Y el significado de ese día es que Jesucristo ha resucitado,
Jesús es Señor, Jesús es creador, Jesús es redentor y en Jesús está el único descanso para
nuestras almas. El primer día es para adorar a Jesús. Es un día para expresar, mediante

418
nuestras acciones, que Jesús (no nuestras obras, ni el dinero que ganamos por nuestras
obras), es nuestro tesoro y nuestra razón de ser. Es un día especial para darle la honra y la
gloria al Señor. Es un día para la misericordia. Es un día especial para el hombre.

¿SE REFIERE ROMANOS 14:5 AL DÍA DEL SEÑOR?

Ahora bien, cuando Romanos 14:5 dice: “Uno juzga un día superior a otro, otro juzga
iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido en su propio sentir”, ¿se
refiere al día del Señor? Respondo junto a Paul Jewett: “No resulta convincente… tomar la
declaración de Pablo en Romanos 14:5 tan absolutamente como hemos considerado a
Juan (el apóstol) un judaizante, por haber llamado un día de la semana “el día del Señor”
(Apocalipsis 1:10), dándole así la preeminencia”. (The Lord’s Day, p. 78). Jewett acepta la
convicción de Juan, pues tiene autoridad apostólica y asume que él no está entre los
“débiles” de Romanos 14:2. O sea, Juan no llama un día de la semana “el día de Señor”
como una opción entre muchos. Lo llama “el día del Señor” porque él y la iglesia primitiva
lo trataban como un día especial entre los demás días.

No puedo dejar de mencionar que me parece una evidencia muy convincente el hecho de
que el día del Señor permanezca hasta que Jesús venga y que esté separado para la gloria
de Cristo y el bien de las almas. Que el Señor nos dé sabiduría, libertad y gozo mientras
mostramos Su obra y Su valor en Su día.

419
C. CAPITULO 21: DE LA ADORACIÓN RELIGIOSA Y DEL DÍA DE REPOSO REDACTADO EN LA
CONFESIÓN DE FE DE WESTMINSTER DE 1648

Tomado de:

http://www.iglesiareformada.com/Confesion_Westminster.html#anchor_35

I. La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios que tiene señorío y soberanía sobre
todo; es bueno y hace bien a todos; y que, por tanto, debe ser temido, amado, alabado,
invocado, creído, y servido, con toda el alma con todo el corazón y con todas las fuerza.
(1) Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por EL mismo, y está
tan limitado por su propia voluntad revelada, que no se debe adorar a Dios conforme a las
imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, bajo ninguna
representación visible o en ningún otro modo no prescrito en las Santas Escrituras. (2)

1. Romanos 1:20; Hechos 17:24; Salmos 119:68; Jeremías 10:7; Salmos 31:23; 18:3;
Romanos 10:12; Salmos 62:8; Josué 24:14; Marcos 12:33.
2. Deuteronomio 12:32; 4:15-20; Mateo 15:9; 4:9,10; Hechos 17:25; Éxodo 20:4-6;
Colosenses 2:23.

II. La adoración religiosa ha de darse a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y a El solamente;
(1) no a los ángeles, ni a los santos, ni a ninguna otra criatura; (2) y desde la caída, no sin
algún Mediador; ni por la mediación de ningún otro, sino solamente de Cristo. (3)

1. Juan 5:13; 2 Corintios 13:14; Mateo 4:10.


2. Colosenses 2:18; Apocalipsis 19:10; Romanos 1:25.
3. Juan 14:6; 1 Timoteo 2:5; Efesios 2:18; Colosenses 3:17.

III. Siendo la oración como acción de gracias una parte especial de la adoración religiosa,
(1) la exige Dios de todos los hombres, (2) y para que pueda ser aceptada debe hacerse en
el nombre del Hijo, (3) con la ayuda del Espíritu, (4) conforme a su voluntad, (5) con
entendimiento, reverencia, humildad, fervor, fe, amor y perseverancia; (6) y si se hace
oralmente, en una lengua conocida. (7)

1. Filipenses 4:6
2. Salmos 65:2
3. Juan 14:13,14; 1 Pedro 2:5
4. Romanos 8:26
5. 1 Juan 5:14
6. Salmos 47:7; Eclesiastés 5:1,2; Hebreos 12:28; Génesis 18:27; Santiago 5:16; 1:6,7;
Efesios 6:18; Marcos 11:24; Mateo 6:12,14,15; Colosenses 4:2.

420
7. 1 Corintios 14:14.

IV. La oración ha de hacerse por cosas lícitas, (1) y a favor de toda clase de hombres que
ahora viven, o que vivirán después; (2) pero no de los muertos (3) ni de aquellos de
quienes se pueda saber que hayan cometido el pecado de muerte. (4)

1. 1 Juan 5:14
2. 1 Timoteo 2:1,2; Juan 17:20; 2 Samuel 7:29; Rut 4:12
3. 2 Samuel 12:21-23; Lucas 16:25,26; Apocalipsis 14:13
4. 1 Juan 5:16

V. La lectura de las Escrituras con temor reverencial; (1) la sólida predicación, (2) y el
escuchar conscientemente la palabra, en obediencia a Dios, con entendimiento, fe y
reverencia; (3) el cantar salmos con gracia en el corazón; (4) y también la debida
administración y la recepción digna de los sacramentos instituidos por Cristo; todas estas
cosas son parte de la adoración religiosa ordinaria a Dios; (5) y además, los juramentos
religiosos, (6) los votos, (7) los ayunos solemnes, (8) y las acciones de gracias en ocasiones
especiales, (9) han de usarse, en sus tiempos respectivos, de una manera santa y religiosa.
(10)

1. Hechos 15:21; Apocalipsis 1:3.


2. 2 Timoteo 4:2.
3. Santiago 1:22; Hechos 10:33; Hebreos 4:2; Mateo 13:19; Isaías 66:2.
4. Colosenses 3:16; Efesios 5:19; Santiago 5:13.
5. Mateo 28:19; Hechos 2:42; 1 Corintios 11:23-29.
6. Deuteronomio 6:13; Nehemías 10:29.
7. Eclesiastés 5:4,5; Isaías 19:21.
8. Joel 2:12; Mateo 9:15; 1 Corintios 7:5; Ester 4:16.
9. Salmos 107; Ester 9:22.
10. Hebreos 12:28

VI. Ahora bajo el Evangelio, ni la oración ni ninguna otra parte de la adoración religiosa
están limitados a un lugar, ni son más aceptables por el lugar en que se realizan, o hacia el
cual se dirigen; (1) sino que Dios ha de ser adorado en todas partes (2) en espíritu y en
verdad; (3) tanto en lo privado en las en las familias (4) diariamente, (5) y en secreto cada
uno por sí mismo; (6) así como de una manera más solemne en las reuniones públicas, las
cuales no han de descuidarse ni abandonarse voluntariamente o por negligencia, cuando
Dios por su palabra y providencia nos llama a ellas. (7)

421
1. Juan 4:21.
2. Malaquías 1:11; 1 Timoteo 2:8.
3. Juan 4:23,24.
4. Jeremías 10:25; Deuteronomio 6:6,7; Job 1:5; 2 Samuel 6:18-20; 1 Pedro 3:7; Hechos
10:2.
5. Mateo 6:11.
6. Mateo 6:6; Efesios 6:18.
7. Isaías 56:6,7; Hebreos 10:25; Proverbios 1:20,21,24; 8:34; Hechos 13:42; Lucas 4:16;
Hechos 2:42

VII. Así como es la ley de la naturaleza que en lo general una proporción debida de tiempo
se dedique a la adoración de Dios; así en su palabra, por un mandamiento positivo, moral
y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos los tiempos, Dios ha señalado
particularmente un día de cada siete, para que sea guardado como un reposo santo para
ÉL; (1) el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo, fue el último
día de la semana; y desde la resurrección de Cristo fue cambiado el primer día de la
semana, (2) al que se le llama en las Escrituras día del Señor (3) y debe ser perpetuado
hasta el fin del mundo como el día de reposo cristiano. (4)

1. Éxodo 20:8,10,11; Isaías 56:2,4,6,7.


2. Génesis 2:2,3; 1 Corintios 16:1,2; Hechos 20:7.
3. Apocalipsis 1:10.
4. Éxodo 20:8,10; Mateo 5:17,18

VIII. Este día de reposo se guarda santo para el Señor, cuando los hombres después de la
debida preparación de su corazón y arreglados con anticipación todos sus asuntos
ordinarios, no solamente guardan un santo descanso durante todo el día de sus propias
labores, palabras y pensamientos acerca de sus empleos y diversiones mundanales; (1)
sino que también dedican todo el tiempo al ejercicio de la adoración pública y privada, y
en los deberes de caridad y de misericordia. (2)

1. Éxodo 20:8; 16:23,25,26,29,30; 31:15-17; Isaías 58:13; Nehemías 13:15,19,21,22.


2. Isaías 58:13; Mateo 12:1-13

422
D. CARTA DE IGNACIO A LOS MAGNESIOS

Tomado de:

https://sites.google.com/site/leersindescargar/padres-de-la-iglesia/carta-a-los-
magnesios-san-ignacio-de-antioquia

A LOS MAGNESIANOS

Ignacio, llamado también Teóforo, a la (iglesia) que ha sido bendecida por la gracia de Dios
el Padre en Cristo Jesús nuestro Salvador, en quien saludo a la iglesia que está en
Magnesia junto al Meandro, y le envío abundantes salutaciones en Dios el Padre y en
Jesucristo.

I. Cuando me enteré del superabundante buen orden de vuestro amor en los caminos de
Dios, me alegré y decidí comunicarme con vosotros en la fe de Jesucristo. Porque siendo
contado digno de llevan un nombre piadoso, en estas cadenas que estoy llevando, canto
la alabanza de las iglesias; y ruego que pueda haber en ellas unión de la carne y del
espíritu que es de Jesucristo, nuestra vida siempre segura: una unión de fe y de amor
preferible a todas las cosas, y —lo que es más que todas ellas— una unión con Jesús y con
el Padre; en el cual, si sufrimos con paciencia todas las asechanzas del príncipe de este
mundo y escapamos de ellas, llegaremos a Dios.

II. Por cuanto, pues, me fue permitido el veros en la persona de Damas vuestro piadoso
obispo y vuestros dignos presbíteros Bassus y Apolonio y mi consiervo el diácono Socio, en
quien de buena gana me gozo, porque está sometido al obispo como a la gracia de Dios y
al presbiterio como a la ley de Jesucristo.

III. Sí, y os corresponde a vosotros también no tomaros libertades por la juventud de


vuestro obispo, sino, según el poder de Dios el Padre, rendirle toda reverencia, tal como
he sabido que los santos presbíteros tampoco se han aprovechado de la evidente
condición de su juventud, sino que le han tenido deferencia como prudente en Dios; no ya
a él, sino al Padre de Jesucristo, a saber, el Obispo de todos. Por tanto, por el honor de
Aquel que os ha deseado, es apropiado que seáis obedientes sin hipocresía. Porque un
hombre no engaña a este obispo que es visible, sino que intenta engañar al otro que es
invisible; y en este caso debe contar no con carne sino con Dios, que conoce las cosas
escondidas.

IV. Por tanto, es apropiado que no sólo seamos llamados cristianos, sino que lo seamos;
tal como algunos tienen el nombre del obispo en sus labios, pero en todo obran aparte del

423
mismo. Estos me parece que no tienen una buena conciencia, por cuanto no se congregan
debidamente según el mandamiento.

V. Siendo así que todas las cosas tienen un final, y estas dos —vida y muerte— están
delante de nosotros, y cada uno debe ir a su propio lugar, puesto que sólo hay dos
monedas, la una de Dios y la otra del mundo, y cada una tiene su propia estampa acuñada
en ella, los no creyentes la marca del mundo, pero los fieles en amor la marca de Dios el
Padre por medio de Jesucristo, si bien a menos que aceptemos libremente morir en su
pasión por medio de El, su vida no está en nosotros.

VI. Siendo así, pues, que en las personas antes mencionadas yo os contemplé a todos
vosotros en fe y os abracé, os aconsejo que seáis celosos para hacer todas las cosas en
buena armonía, el obispo presidiendo a la semejanza de Dios y los presbíteros según la
semejanza del concilio de los apóstoles, con los diáconos también que me son muy caros,
habiéndoles sido confiado el diaconado de Jesucristo, que estaba con el Padre antes que
los mundos y apareció al fin del tiempo. Por tanto, esforzaos en alcanzar conformidad con
Dios y tened reverencia los unos hacia los otros; y que ninguno mire a su prójimo según la
carne, sino que os améis los unos a los otros siempre en Jesucristo. Que no haya nada
entre vosotros que tenga poder para dividiros, sino permaneced unidos con el obispo y
con los que presiden sobre vosotros como un ejemplo y una lección de incorruptibilidad.

VII. Por tanto, tal como el Señor no hizo nada sin el Padre, [estando unido con Él], sea por
sí mismo o por medio de los apóstoles, no hagáis nada vosotros, tampoco, sin el obispo y
los presbíteros. Y no intentéis pensar que nada sea bueno para vosotros aparte de los
demás: sino que haya una oración en común, una suplicación, una mente, una esperanza,
un amor y un gozo intachable, que es Jesucristo, pues no hay nada que sea mejor que El.
Apresuraos a congregaros, como en un solo templo, Dios; como ante un altar, Jesucristo,
que vino de un Padre y está con un Padre y ha partido a un Padre.

VIII. No os dejéis seducir por doctrinas extrañas ni por fábulas anticuadas que son sin
provecho. Porque si incluso en el día de hoy vivimos según la manera del Judaísmo,
confesamos que no hemos recibido la gracia; porque los profetas divinos vivían según
Cristo Jesús. Por esta causa también fueron perseguidos, siendo inspirados por su gracia a
fin de que los que son desobedientes puedan ser plenamente persuadidos de que hay un
solo Dios que se manifestó a través de Jesucristo su Hijo, que es su Verbo que procede del
silencio, el cual en todas las cosas agradó a Aquel que le había enviado.

IX. Así pues, silos que habían andado en prácticas antiguas alcanzaron una nueva
esperanza, sin observar ya los sábados, sino moldeando sus vidas según el día del Señor,

424
en el cual nuestra vida ha brotado por medio de Él y por medio de su muerte que algunos
niegan —un misterio por el cual nosotros obtuvimos la fe, y por esta causa resistimos con
paciencia, para que podamos ser hallados discípulos de Jesucristo, nuestro solo maestro-,
si es así, ¿cómo podremos vivir aparte de Él, siendo así que incluso los profetas, siendo sus
discípulos, estaban esperándole como su maestro por medio del Espíritu? Y por esta causa
Aquel a quien justamente esperaban, cuando vino, los levantó de los muertos.

X. Por tanto, no seamos insensibles a su bondad. Porque si Él nos imitara según nuestros
hechos, estaríamos perdidos. Por esta causa, siendo así que hemos pasado a ser sus
discípulos, aprendamos a vivir como conviene al Cristianismo. Porque todo el que es
llamado según un nombre diferente de éste, no es de Dios. Por tanto, poned a un lado la
levadura vil que se había corrompido y agriado y echad mano de la nueva levadura, que es
Jesucristo. Sed salados en Él, que ninguno entre vosotros se pudra, puesto que seréis
probados en vuestro sabor. Es absurdo hablar de Jesucristo y al mismo tiempo practicar el
Judaísmo. Porque el Cristianismo no creyó (se unió) en el Judaísmo, sino el Judaísmo en el
Cristianismo, en el cual toda lengua que creyó fue reunida a Dios.

XI. Ahora bien, digo estas cosas, queridos, no porque haya tenido noticias de que alguno
entre vosotros las piense, sino que, como siendo menos que cualquiera de vosotros,
quisiera que estuvierais en guardia en todo tiempo, para que no caigáis en los lazos de la
doctrina yana; sino estad plenamente persuadidos respecto al nacimiento y la pasión y la
resurrección, que tuvieron lugar en el tiempo en que Poncio Pilato era gobernador;
porque estas cosas fueron hechas verdadera y ciertamente por Jesucristo nuestra
esperanza; de cuya esperanza ninguno de vosotros se desvíe.

XII. Dejadme que me regocije a causa de vosotros en todas las cosas, si soy digno de ello.
Porque aunque me hallo en prisiones, con todo no soy comparable a ninguno de vosotros
que estáis en libertad, Sé que no sois engreídos; porque tenéis a Jesucristo en vosotros. Y,
cuando os alabo, sé que por ello sentís más modestia; como está escrito: El justo se acusa
a sí mismo.

XIII. Que vuestra diligencia sea, pues, confirmada en las ordenanzas del Señor y de los
apóstoles, para que podáis prosperar en todas las cosas que hagáis en la carne y en el
espíritu, por la fe y por el amor, en el Hijo y Padre en el Espíritu, en el comienzo y en el fin,
con vuestro reverenciado obispo y con la guirnalda espiritual bien trenzada de vuestro
presbiterio, y con los diáconos que andan según Dios. Sed obedientes al obispo y los unos
a los otros, como Jesucristo lo era al Padre [según la carne], y como los apóstoles lo eran a
Cristo y al Padre, para que pueda haber unión de la carne y el espíritu.

425
XIV. Sabiendo que estáis llenos de Dios, os he exhortado brevemente. Recordadme en
vuestras oraciones, para que yo pueda llegar a Dios; y recordad también a la iglesia que
está en Siria, de la cual no soy digno de ser llamado miembro. Porque tengo necesidad de
vuestra oración unida y vuestro amor en Dios, para que se le conceda a la iglesia que está
en Siria el ser reavivada por el rocío de vuestra ferviente suplicación.

XV. Los efesios de Esmirna os saludan, desde donde os estoy escribiendo. Están aquí
conmigo para la gloria de Dios, como también estáis vosotros; y me han confortado en
todas las cosas, junto con Policarpo, obispo de los esmirneanos. Sí, y todas las otras
iglesias os saludan en el honor de Jesucristo. Pasadlo bien en piadosa concordia, y poseed
un espíritu firme, que es Jesucristo.

426
E. LA DIDACHE: TEXTO GRIEGO Y TEXTO TRADUCIDO AL ESPAÑOL

ΔΙΔΑΧΗ ΤΩΝ ΔΩΔΕΚΑ


ΑΠΟΣΤΟΛΩΝ

Δηδαρὴ θπξίνπ δηὰ ηῶλ δώδεθα ἀπνζηόισλ ηνῖο


ἔζλεζηλ.

1. Ὁδνὶ δύν εἰζί, κία ηῆο δσῆο θαὶ κία ηνῦ ζαλάηνπ,
δηαθνξὰ δὲ πνιιὴ κεηαμὺ ηῶλ δύν ὁδῶλ.

2. Ἡ κὲλ νὖλ ηῆο δσῆο ἐζηηλ αὕηε· πξῶηνλ ἀγαπεζεηο


ηὸλ ζεὸλ ηὸλ πνηήζαληά ζε, δεύηεξνλ ηὸλ πιεζίνλ ζνπ ὡο
ζεαπηόλ· πάληα δὲ ὅζα ἐὰλ ζειήζῃο κὴ γίλεζζαί ζνη, θαὶ ζὺ
ἄιιῳ κὴ πνίεη.

3. Τνύησλ δὲ ηῶλ ιόγσλ ἡ δηδαρή ἐζηηλ αὕηε· εὐινγεῖηε


ηνὺο θαηαξσκέλνπο ὑκῖλ θαὶ πξνζεύρεζζε ὑπὲξ ηῶλ ἐρζξῶλ
ὑκῶλ, λεζηεύεηε δὲ ὑπὲξ ηῶλ δησθόησλ ὑκᾶο· πνία γὰξ
ράξηο, ἐὰλ ἀγαπᾶηε ηνὺο ἀγαπῶληαο ὑκᾶο; νὐρὶ θαὶ ηὰ ἔζλε
ηὸ αὐηὸ πνηνῦζηλ; ὑκεῖο δὲ ἀγαπᾶηε ηνὺο κηζνῦληαο ὑκᾶο,
θαὶ νὐρ ἕμεηε ἐρζξόλ.

4. ἀπέρνπ ηῶλ ζαξθηθῶλ θαὶ ζσκαηηθῶλ ἐπηζπκηῶλ· ἐὰλ ηίο


ζνη δῷ ῥάπηζκα εἰο ηὴλ δεμηὰλ ζηαγόλα, ζηέςνλ αὐηῷ θαὶ
ηὴλ ἄιιελ, θαὶ ἔζῃ ηέιεηνο· ἐὰλ ἀγγαξεύζῃ ζέ ηηο κίιηνλ ἕλ,
ὕπαγε κεη’ απηνῦ δύν· ἐὰλ ἄξῃ ηηο ηὸ ἱκάηηόλ ζνπ, δὸο αὐηῳ
θαὶ ηὸλ ρηηῶλα· ἐὰλ ιάβῃ ηηο ἀπὸ ζνῦ ηὸ ζόλ, κὴ ἀπαίηεη·
νὐδὲ γὰξ δύλαζαη.

5. παληὶ ηῷ αἰηνῦληί ζε δίδνπ θαὶ κὴ ἀπαίηελ· πᾶζη γὰξ ζέιεη


δίδνζζαη ὁ παηὴξ ἐθ ηῶλ ἰδίσλ ραξηζκάησλ. καθάξηνο ὁ
δηδνὺο θαηὰ ηὴλ ἐληνιήλ· ἀζῷνο γάξ ἐζηηλ. νὐαὶ ηῷ
ιακβάλνληη ηηο, ἀζῷνο ἔζηαη· ὁ δὲ κὴ ρξείαλ ἔρσλ ἔρσλ
δώζεη δίθελ, ἱλαηί ἔιαε θαὶ εἰο ηί· ἐλ ζπλνσῇ δὲ γελόκελνο

427
ἐμεηαζζήζεηαη πεξὶ ὧλ ἔπξαμε, θαὶ νὐθ ἐμειεύζεηαη ἐθεῖζελ,
κέρξηο νὗ ἀπνδῷ ηὸλ ἔζραηνλ θνδξάληελ.

6. ἀιιὰ θαὶ πεξὶ ηνύηνπ δὲ εἰξεηαη· Ἱδξσζάησ ἡ


ἐιεεκνζύλε ζνπ εἰο ηὰο ρεῖξαο ζνπ, κέρξηο ἂλ γλῷο ηίλη δῷο.

II

1. Δεπηέξα δὲ ἐληνιὴ ηῆο δηδαρῆο·

2. νὐ θνλεύζεηο, νὐ κνηρεύζεηο, νὐ παηδνθζνξήζεηο, νὐ


πνξλεύζεηο, νὐ θιέςεηο, νὐ καγεύζεηο, νὐ θαξκαθεύζεηο, νὐ
θνλεύζεηο ηθλνλ ἐλ θζνξ , νὐδὲ γελλεζὲλ ἀπνθηελεῖο, νὐθ
ἐπηζπκήζεηο ηὰ ηνῦ πιεζίνλ.

3. νὐθ ἐπηνξθήζεηο, νὐ ςεπδνκαξηπξήζεηο, νὐ


θαθνινγήζεηο, νὐ κλεζηθαθήζεηο.

4. νὐθ ἔζῃ δηγλώκσλ νὐδὲ δίγισζζνο· παγὶο γὰξ


ζαλάηνπ ἡ δηγισζζία.

5. νὐθ ἔζηαη ὁ ιόγνο ζνπ ςεπδήο, νὐ θελόο, ἀιιὰ


κεκεζησκέλνο πξάμεη.

6. νὐθ ἔζῃ πιενλέθηεο νὐδὲ ἅξπαμ νὐδὲ ὑπνθξηηὴο νὐδὲ


θαθνήζεο νὐδὲ ὑπεξήθαλνο. νὐ ιήςῃ βνπιὴλ πνλεξὰλ θαηὰ
ηνῦ πιεζίνλ ζνπ.

7. νὐ κηζήζεηο πάληα ἄλζξώπνλ, ἀιιὰ νὓο κὲλ ἐιέγμεηο,


πεξὶ δὲ ὧλ πξνζεύμῃ, νὓο δὲ ἀγαπήζεηο ὑπὲξ ηὴλ ςπρήλ
ζνπ.

III

1. Τέθλνλ κνπ, θεῦγε ἀπὸ παληὸο πνλεξνῦ θαὶ ἀπὸ


παληὸο ὁκνίνπ αὐηνπ.

2. κὴ γίλνπ ὀξγίινο, ὁδεγεῖ γὰξ ἡ ὀξγὴ πξὸο ηὸλ θόλνλ,


κεδὲ δεισηὴο κεδὲ ἐπηζηηθὸο κεδὲ ζπκηθόο· ἐθ γὰξ ηνύησλ
ἁπάλησλ θόλνη γελλῶληαη.

428
3. ηέθλνλ κνπ, κὴ γίλνπ ἐπηζπκεηήο, ὁδεγεῖ γὰξ ἡ
ἐπηζπκία πξὸο ηὴλ πνξλείαλ, κεδὲ αἰζςξνιόγνο κεδὲ
πςειόθζαικνο· ἐθ γὰξ ηνύησλ ἁπαλησλ κνηρεῖαη γελλῶληαη.

4. ηέθλνλ κνπ, κὴ γίλνπ νἰσλνζθόθνο, ἐπεηδὴ ὁδεγεῖ εἰο


ηὴλ εἰδσινιναηξίαλ, κεδὲ ἐπανηδὸο κεδὲ καζεκαηηθὸο κεδὲ
πεξηθαζαίξίαλ, κεδὲ ζέιε αὐηὰ βιέπεηλ· ἐθ γὰξ ηνῦησλ
ἁπάλησλ εἰδσινιαηξία γελλᾶηαη.

5. ηέθλνλ κνπ, κῃ γίλνπ ςεύζηεο, ἐπεηδὴ ὁδεγεῖ ηὸ


ςεῦζκα εἰο ηὴλ θινπήλ, κεδὲ θηιάξγπξνο κεδὲ θελόδνμνο·
ἐθ γὰξ ηνύησλ ἁπάλησλ θινπαὶ γελλῶληαη.

6. ηέθλνλ κνπ, κὴ γίλνπ γόγγπζνο, ἐπεηδὴ ὁδεγεῖ εἰο ηὴλ


βιαζθεκίαλ, κεδὲ αὐζάδεο κεδὲ πνλεξόθξσλ· ἐθ γὰξ
ηνύησλ ἁπάλησλ βιαζθεκίαη γελλῶληαη.

7. ἴζζη δὲ πξαΰο, ἐπεὶ νἱ πξαεῖο θιεξνλνκήζνπζηλ ηὴλ


γῆλ.

8. γίλνπ καθξόζπκνο θαὶ ἐιεήκσλ θαὶ ἄθαθνο θαὶ


ἡζύρηνο θαὶ ἀγαζὸο θαὶ ηξέκσλ ηνὺο ιόγνπο δηὰ παληόο, νὓο
ἤθνπζαο.

9. νὐρ ὑςώζεηο ζεαπηὸλ νὐδὲ δώζεηο ηῇ ςπρῇ ζνπ


ζξάζνο. νὐ θνιιεζήζεηαη ἡ ςπρή ζνπ κεηὰ ὑςειῶλ, ἀιιὰ
κεηὰ δηθαίσλ θαὶ ηαπεηλῶλ ἀλαζηξαθήζῃ. 10. ηὰ
ζπκβαίλνληά ζνη ἐλεξγήκαηα ὡο ἀγαζὰ πξνζδέμῃ, εἰδὼο ὅηη
ἄηεξ ζενῦ νὐδὲλ γίλεηαη.

IV

1. Τέθλνλ κνπ, ηνῦ ιαινῦληόο ζνη ηὸλ ιόγνλ ηνῦ ζενῦ


κλεζζήζῃ λπθηὸο θαὶ ἡκέξαο, ηηκήζεηο δὲ αὐηὸλ ὡο θύξηνλ·
ὅζελ γὰξ ἡ θπξηόηεο ιαιεῖηαη, ἐθεῖ θύξηόο ἐζηηλ.

2. ἐθδεηήζεηο δὲ θαζ’ ἡκέξαλ ηὰ πξόζσπα ηῶλ ἁγίσλ,


ἵλα ἐπαλαπαῇο ηνῖο ιόγνηο αὐηῶλ.

429
3. νὐ πνζήζεηο ζςίζκα, εἰξελεύζεηο δὲ καρνκέλνπο·
θξηλεῖο δηθαίσο, νὐ ιήςῃ πξόζσπνλ ἐιέγμαη ἐπὶ
παξαπηώκαζηλ.

4. νὐ δηςπρήζεηο, πόηεξνλ ἔζηαη ἢ νὔ.

5. Μὴ γίλνπ πξὸο κὲλ ηὸ ιαβεῖλ ἐθηείλσλ ηὰο ρεῖξαο,


πξὸο δὲ ηὸ δνῦλαη ζπζπῶλ.

6. ἐὰλ ἔρῃο δηὰ ηῶλ ρεηξῶλ ζνπ, δώζεηο ιύηξσζηλ


ἁκαξηηῶλ ζνπ.

7. νὐ δηζηάζεηο δνῦλαη νὐδὲ δηδνὺο γνγγύζεηο· γλώζῃ


γάξ, ηίο ἐζηηλ ὁ ηνῦ κηζζνῦ θαιὸο ἀληαπνδόηεο.

8. νὐθ ἀπνζηξαθήζῃ ηὸλ ἐλδεόκελνλ, ζπγθνηλσλήζεηο δὲ


πάληα ηῷ ἀδειθῷ ζνῦ θαὶ νὐθ ἐξεῖο ἴδηα εἶλαη· εἰ γὰξ ἐλ ηῷ
ἀζαλάηῳ θνηλσλνί ἐζηε, πόζῳ κᾶιινλ ἐλ ηνῖο ζλεηνῖο;

9. Οὐθ ἀξεῖο ηὴλ ρεῖξα ζνπ ἀπὸ ηνῦ πἱνῦ ζνπ ἢ ἀπὸ ηῆο
ζπγαηξόο ζνπ, ἀιιὰ ἀπὸ λεόηεηνο δηδάμεηο ηὸλ θόβνλ ηνῦ
ζενῦ.

10. νὐθ ἐπηηάμεηο δνύιῳ ζνπ ἢ παηδίζθῃ, ηνῖο ἐπὶ ηὸλ


αὐηὸλ ζεὸλ ἐιπίδνπζηλ, ἐλ πηθξίᾳ ζνπ, κήπνηε νὐ κὴ
θνβεζήζνληαη ηὸλ ἐπ’ ἀκθνηέξνηο ζεόλ· νὐ γὰξ ἔξρεηαη
θαηὰ πξόζσπνλ θαιέζαη, ἀιι’ ἐθ’ νὓο ηὸ πλεῦκα
ἡηνίκαζελ.

11. ὑκεῖο δὲ νἱ δνῦινη ὑπνηαγήζεζζε ηνῖο θπξίνηο ὑκῶλ


ὡο ηύπηῳ ζενῦ ἐλ αἰζρύλῃ θαὶ θόβῳ.

12. Μηζήζεηο πᾶζαλ ὑπόθξηζηλ θαὶ πᾶλ ὃ κὴ ἀξεζηὸλ ηῷ


θπξίῳ.

13. νὐ κὴ ἐγθαηαιίπῃο ἐληνιὰο θπξίνπ, θπιάμεηο δὲ ἃ


παξέιαβεο, κήηε πξνζηηζεὶο κήηε ἀθαηξῶλ.

14. ἐλ ἐθθιεζίᾳ ἐμνκνινγήζῃ ηὰ παξαπηώκαηά ζνπ, θαὶ


νὐ πξνζειεύζῃ ἐπὶ πξνζεπρήλ ζνπ ἐλ ζπλεηδήζεη πνλεξ ·
αὕηε ἐζηὶλ ἡ ὁδὸο ηῆο δσῆο.

430
V

1. Ἡ δὲ ηνῦ ζαλάηνπ ὁδόο ἐζηηλ αὕηε· πξῶηνλπάλησλ


πνλεξά ἐζηη θαὶ θαηάξαο κεζηή· θόλνη, κνηρεῖαη, ἐπηζπκίαη,
πξνλεῖαη, θινπαί, εἰδσινιαηξίαη, καγεῖαη, θαξκαθίαη,
ἁξπαγαί, ςεπδνκαξηπξηαη, ὑπνθξίζεηο, δηπινθαξδία, δόινο,
ὑπεξεθαλία, θαθία, αὐζάδεηα, πιενλεμία, αἰζρξνινγία,
δεινηππία, ζξαζύηεο, ὕςνο, ἀιαδνλεία.

2. δηῶθηαη ἀγαζῶλ, κηζνῦληεο ἀιεζεηαλ, ἀγαπῶληεο


ςεῦδνο, νὐ γηλώζθνληεο κηζζὸλ δηθαηνζύλεο, νὐ
θνιιώκελνη ἀγαζῷ νὐδὲ θξίζεη δηθαίᾳ ἀξππλνῦληεο νὐθ εἰο
ηὸ ἀγαζόλ, ἀιι’ εἰο ηὸ πνλεξόλ· ὧλ καθξὰλ πξαΰηεο θαὶ
ὑπνκνλή, κάηαηα ἀγαπῶληεο, δηώθνληε ἀληαπόδνκα, νὐθ
ἐιενῦληεο πξσρόλ, νὐ πνλνῦληεο ἐπὶ θαηαπνλνπκέλῳ, νὐ
γηλώζθνληεο ηὸλ πνηήζαληα αὐηνύο, θνλεῖο ηέθλσλ,
γηλώζθνληεο ηὸλ πνηήζαληα αὐηνύο, θνλεῖο ηέθλσλ, θζνξεῖο
πιάζκαηνο ζενῦ, ἀπνζηξεθόκελνη ηὸλ ἐλδεόκελνλ,
θαηαπνλνῦληεο ηὸλ ζιηβόκελνλ, πινπζίσλ παξάθιεηνη,
πελήησλ ἄλνκνη θξηηαί, παλζακάξηεηνη· ῥπζζείεηε, ηέθλα,
ἀπὸ ηνύησλ ἁπάλησλ.

VI

1. Ὅξα, κὴ ηίο ζε πιαλήζῃ ἀπὸ ηαύηεο ηῆο ὁδνῦ ηῆο


δηδαρῆο, ἐπεὶ παξεθηὸο ζενῦ ζε δηδάζθεη.

2. εἰ κὲλ γὰξ δύλαζαη βαζηάζαη ὅνινλ ηὸλ δπγὸλ ηνῦ


θπξίνπ, ηέιεηνο ἔζῃ· εἰ δ’ νὐ δύλαζαη, ὃ δύλῃ, ηνῦην πνίεη. 3.
πεξὶ δὲ ηῆο βξώζεσο, ὃ δύλαζαη βάζηαζνλ· ἀπὸ δὲ ηνῦ
εἰδσινζύηνπ ιίαλ πξόζερε· ιαηξεία γάξ ἐζηη ζεῶλ λεθξῶλ.

VII

1. Πεξὶ δὲ ηνῦ βαπηίζκαηνο, νὕησ βαπηίζαηε· ηαῦηα


πάληα πξεηπόληεο, βαπηίζαηε εἰο ηὸ ὄλνκα ηνῦ παηξὸο θαὶ
ηνῦ πἱνῦ θαὶ ηνῦ ἁγίνπ πλεύκαηνο ἐλ ὕδαηη δῶληη.

431
2. ἐὰλ δὲ κὴ ἔρῃο ὕδσξ δῶλ, εἰο ἄιιν ὕδσξ βάπηηζνλ· εἰ
δ’ νὐ δύλαζαη ἐλ ςπρξῷ, ἐλ ζεξκῷ.

3. ἐὰλ δὲ ἀκθόηεξα κὴ ἔρῃο, ἔθρενλ εἰο ηὴλ θεθαιὴλ ηξὶο


ὕδσξ εἰο ὄλνκα παηξὸο θαὶ πἱνῦ θαὶ ἁγίνπ πλεύκαηνο.

4. πξὸ δὲ ηνῦ βαπηίζκνο πξνλεζηεπζάησ ὁ βαπηίδσλ θαὶ


ὁ βαπηηδόκελνο θαὶ εἴ ηηλεο ἄιινη δύλαηαη· θειεύεηο δὲ
λεζηεῦζαη ηὸλ βαπηηδόκελνλ πξὸ κηᾶο ἢ δύν.

VIII

1. Αἱ δὲ λεζηεῖαη ὑκῶλ κὴ ἔζησζαλ κεηὰ ηῶλ ὑπνθξηηῶλ.


λεζηεύνπζη γὰξ δεπηέξα ζαββάησλ θαὶ πέκηῃ· ὑκεῖο δὲ
λεζηεύζαηε ηεηξάδα θαὶ παξαζθεπήλ.

2. κεδὲ πξνζεύρεζζε ὡο νἱ ὑπνθξηηαί, ἀιι’ ὡο


ἐθέιεπζελ ὁ θύξηνο ἐλ ηῷ εὐαγγειίῳ αὐηνῦ, νὕησ
πξνζεύρεζζε· Πάηεξ ἡκῶλ ὁ ἐλ ηῷ νὐξαλῷ, ἁγηαζζήησ ηὸ
ὄλνκά ζνπ, ἐιζέησ ἡ βαζηιεία ζνπ, γελεζήησ ηὸ ζέιεκά
ζνπ ὡο ἐλ νὐξαλῷ θαὶ ἐπὶ γῆο· ηὸλ ἄξηνλ ἡκῶλ ηὸ ἐπηνύζηνλ
δὸο ἡκῖλ, ὡο θαὶ ἡκεῖο ἀθίεκελ ηνῖο νθεηιέηαηο ἡκῶλ, θαὶ κὴ
εἰζελέγθῃο ἡκᾶο εἰο πεηξαζκόλ, ἀιιὰ ῥῦζαη ἡκᾶο ἀπὸ ηνῦ
πνλεξνῦ· ὅηη ζνῦ ἐζηηλ ἡ δύλακηο θαὶ ἡ δόμα εἰο ηνὺο
αἰῶλαο.

3. ηξὶο ηῆο ἡκέξαο νὕησ πξνζεύρεζζε.

IX

1. Πεξὶ δὲ ηῆο εὐραξηζηίαο, νὕησο εὐραξηζηήζαηε·

2. πξῶηνλ πεξὶ ηνῦ πνηεξίνλ· Εὐραξηζηνῦκελ ζνη, πάηεξ


ἡκῶλ, ὑπὲξ ηῆο ἁγίαο ἀκπέινλ Δαπεὶδ ηνῦ παηδόο ζνπ· ζνὶ ἡ
δόμα εἰο ηνὺο αἰῶλαο.

3. πεξὶ δὲ ηνῦ θιάζκνο· Εὐραξηζηνῦκέλ ζνη, πάηεξ ἡκῶλ,


ὑπὲξ ηῆο δσῆο θαὶ γλώζεσο, ἧο ἐγλώξηζαο ἡκῖλ δηὰ Ἰεζνῦ
ηνῦ παηδόο ζνπ. ζνὶ ἡ δόμα εἰο ηνὺο αἰῶλαο.

432
4. ὥζπεξ ἦλ ηνῦην ηὸ θιάζκα δηεζθνξπηζκέλνλ ἐπάλσ
ηῶλ ὀξέσλ θαὶ ζπλαρζὲλ ἐγέλεην ἕλ, νὕησ ζπλαρζήησ ζνπ ἡ
ἐθθιεζία ἀπὸ ηῶλ πεξάησλ ηῆο γῆο εἰο ηὴλ ζὴλ βαζηιείαλ.
ὅηη ζνῦ ἐζηηλ ἡ δόμα θαὶ ἡ δύλακηο δηὰ Ἰεζνῦ εἰο ηνὺο
αἰῶλαο.

5. κεδεὶο δὲ θαγέησ κεδὲ πηέησ ἀπὸ ηῆο εὐραξηζηίαο


ὑκῶλ, ἀιι’ νἱ βαπηηζζέληεο εἰο ὄλνκα θπξίνπ· θαὶ γὰξ πεξὶ
ηνύηνπ εἴξεθελ ὁ θύξηνο· Μὴ δῶηε ηὸ ἅγηνλ ηνῖο θπζί.

1. Μεηὰ δὲ ηὸ ἐκπιεζζῆζαη νὗησο εὐραξηζηήζαηε·

2. Εὐραξηζηνῦκέλ ζνη, πάηεξ ἅγηε, ὑπὲξ ηνῦ ἁγίνπ


ὀλόκαηνο ζνπ, νὗ θαηεζθήλσζαο ἐλ ηαῖο θαξδίαηο ἡκῶλ, θαὶ
ὑπὲξ ηῆο γλώζεσο θαὶ πίζηεσο θαὶ ἀζαλαζίαο ἡκῖλ δηὰ
Ἰεζνῦ ηνῦ παηδόο ζνπ· ζνὶ ἡ δόμα εἰο ηνὺο αἰῶλαο.

3. ζύ, δέζπνηα παληνθξάηνξ, ἔθηηζαο ηὰ πάληα ἕλεθελ


ηνῦ ὀλόκαηόο ζνπ, ηξνθήλ ηε θαὶ πνηὸλ ἔδσθαο ηνῖο
ἀλζξώπνηο εἰο ἀπόιαπζηλ, ἵλα ζνη εὐραξηζηήζσζηλ, ἡκῖλ δὲ
ἐραξίζσ πλεπκαηηθὴλ ηξνθὴλ θαὶ πνηὸλ θαὶ δσὴλ αἰώληνλ
δηὰ ηνῦ παηδόο ζνπ.

4. πξὸ πάλησλ εὐραξηζηνῦκέλ ζνη, ὅηη δπλαηὸο εἶ· ζνὶ ἡ


δόμα εἰο ηνὺο αἰῶλαο.

5. κλήζζεηη, θύξηε, ηῆο ἐθθιεζίαο ζνπ, ηνῦ ῥύζαζζαη


αὐηὴλ ἐλ ηῇ ἀγάπῃ ζνπ, θαὶ ζύλαμνλ αὐηὴλ ἀπὸ ηῶλ
ηεζζάξσλ ἀλέκσλ, ηὴλ ἁγηαζζεῖζαλ, εἰο ηὴλ ζὴλ βαζηιείαλ,
ἣλ ἡηνίκαζαο αὐηῇ· ὅηη ζνῦ ἐζηηλ ἡ δύλακηο θαὶ ἡ δόμα εἰο
ηνὺο αἰῶλαο.

6. ἐιζέησ ράξηο θαὶ παξειζέησ ὁ θόζκνο νὗηνο. Ὡζαλλὰ


ηῷ ζεῷ Δαείδ. εἴ ηηο ἅγηόο ἐζηηλ, ἐξρέζσ· εἴ ηηο νὐθ ἔζηη,
κεηαλνείησ· καξὰλ ἀζά· ἀκήλ.

7. ηνῖο δὲ πξνθήηαηο ἐπηηξέπεηε εὐραξηζηεῖλ ὅζα


ζέινπζηλ.

433
XI

1. Ὃο ἂλ νὖλ ἐιζὼλ δηδάμῃ ὑκᾶο ηαῦηα πάληα ηὰ


πξνεηξεκέλα, δέμαζζε αὐηόλ·

2. ἐὰλ δὲ αὐηὸο ὁ δηδάζθσλ ζηξαθεὶο δηδάζθῃ ἄιιελ


δηδαρὴλ εἰο ηὸ θαηαιῦζαη, κὴ αὐηνῦ ἀθνύζεηε· εἰο δὲ ηὸ
πξνζζεῖλαη δηθανζύλελ θαὶ γλῶζηλ θπξίνπ, δέμαζζε αὐηὸλ
ὡο θύξηνλ.

3. Πεξὶ δὲ ηὼλ ἀπνζηόισλ θαὶ πξνπεηῶλ, θαηὰ ηὰ δόγκα


ηνῦ εὐαγγειίνπ νὕησ πνηήζαηε.

4. πᾶο δὲ ἀπόζηνινο ἐξρόκελνο πξὸο ὑκᾶο δερζήησ ὡο


θύξηνο·

5. νὐ κελεῖ δὲ εἰ κὴ ἡκέξαλ κίαλ· ἐὰλ δὲ ᾖ ρξεία, θαὶ ηὴλ


ἄιιελ· ηξεῖο δὲ ἐὰλ κείλῃ, ςεπδνπξνθήηεο ἐζηίλ.

6. ἐξρόκελνο δὲ ὁ ἀπόζηνινο κεδὲλ ιακβαλέησ εἰ κὴ


ἄξηνλ, ἕσο νὗ αὐιηζζῇ· ἐὰλ δὲ ἀξγπξηνλ αἰηῇ,
ςεπδνπξνθήηεο ἐζηί.

7. Καὶ πάληα πξνθήηελ ιαινῦληα ἐλ πλεύκαηη νὐ


πεηξάζεηε νὐδὲ δηαθξηλεῖηε· πᾶζα γὰξ ἁκαξηία ἀθεζήζεηαη,
αὕηε δὲ ἡ ἁκαξηία νὐθ ἀθεζήζεηαη.

8. νὐ πᾶο δὲ ὁ ιαιῶλ ἐλ πλεύκαηη πξνθήηεο ἐζηίλ, ἀιι’


ἐὰλ ἔρῃ ηνὺο ηξόπνπο θπξίνπ. ἀπὸ νὖλ ηῶλ ηξόπσλ
γλσζζήζεηαη ὁ ςεπδνπξνθήηεο θαὶ ὁ πξνθήηεο.

9. θαὶ πᾶο πξνθήηεο ὁξηδσλ ηξάπεδαλ ἐλ πλεύκαηη νὐ


θάγεηαη ἀπ’ αὐηῆο, εἰ δὲ κήγε ςεπδνπξνθήηεο ἐζηί.

10. πᾶο δὲ πξνθήηεο δηδάζθσλ ηὴλ ἀιεζεηαλ, εἰ ἃ


δηδάζθεη νὐ πνηεῖ, ςεπδνπξθήηεο ἐζηί.

11. πᾶο δὲ πξνθήηεο δεδνθηκαζκέλνο, ἀιεζηλόο, πνηῶλ


εἰο κπζηήξηνλ θνζκηθὸλ ἐθθιεζίαο, κὴ δηδάζθσλ δὲ πνηεῖλ,
ὅζα αὐηὸο πνηεῖ, νὐ θξηζήζεηαη ἐθ’ ὑκῶλ· κεηὰ ζενῦ γὰξ

434
ἔρεη ηὴλ θξίζηλ· ὡζαύησο γὰξ ἐπνίεζαλ θαὶ νἱ ἀξραῖνη
πξνθῆηαη.

12. ὃο δ’ ἂλ εἴπῃ ἐλ πλεύκαηη· δόο κνη ἀξγύξηα ἢ ἕηεξά


ηηλα, νὐθ ἀθνύζεζζε αὐηνῦ· ἐὰλ δὲ πεξὶ ἄιισλ
ὑζηεξνύλησλ εἴπῃ δνῦλαη, κεδεὶο αὐηὸλ θξηλέησ.

XII

1. Πᾶο δὲ ὁ ἐξρόκελνο ἐλ ὀλόκαηη θπξίνπ δερζήησ·


ἔπεηηα δὲ δνθηκάζαληεο αὐηὸλ γλώζεζζε, ζύλεζηλ γὰξ ἕμεηε
δεμηὰλ θαὶ ἀξηζηεξάλ.

2. εἰ κὲλ παξόδηόο ἐζηηλ ὁ ἐξρόκελνο, βνεζεῖηε αὐηῷ,


ὅζνλ δύλαζζε· νὐ κελεῖ δὲ πξὸο ὑκᾶο εἰ κὴ δύν ἢ ηξεῖο
ἡκέξαο, ἐὰλ ᾖ ἀλάγθε.

3. εἰ δὲ ζέιεη πξὸο ὑκᾶο θαζῆζζαη, ηερλίηεο ὤλ,


ἐξγαδέζζσ θαὶ θαγέησ.

4. εἰ δὲ νὐθ ἔρεη ηέρλελ, θαηὰ ηὴλ ζύλεζηλ ὑκῶλ


πξνλνήζαηε, πῶο κὴ ἀξγὸο κεζ’ ὑκῶλ δήζεηαη Χξηζηηαλόο.

5. εἰ δ’ νὐ ζέιεη νὑησ πνηεῖλ, ρξηζηέκπξόο ἐζηη·


πξνζέρεηε ἀπὸ ηῶλ ηνηνύησλ.

XIII

1. Πᾶο δὲ πξνθήηεο ἀιεζηλὸο ζέισλ θαζῆζζαη πξὸο


ὑκᾶο ἄμηόο ἐζηη ηῆο ηξνθῆο αὐηνῦ.

2. ὡζαύησο δηδάζθαινο ἀιεζηλόο ἐζηηλ ἄμηνο θαὶ αὐηὸο


ὥζπεξ ὁ ἐξγάηεο ηῆο ηξνθῆο αὐηνῦ.

3. πᾶζαλ νὖλ ἀπαξρὴλ γελλεκάησλ ιελνῦ θαὶ ἅισλνο,


βνῶλ ηε θαὶ πξνβάησλ ιαβὼλ δώζεηο ηὴλ ἀπαξρὴλ ηνῖο
πξνθήηαηο· αὐηνὶ γάξ εἰζηλ νἱ ἀξρηεξεῖο ὑκῶλ.

4. ἐὰλ δὲ κὴ ἔρεηε πξνθήηελ, δόηε ηνῖο πησρνῖο.

5. ἐὰλ ζηηίαλ πνηῇο, ηὴλ ἀπαξρὴλ ιαβὼλ δὸο θαηὰ ηὴλ


ἐληνιήλ.

435
6. ὡζαύησο θεξάκηνλ νἴλνπ ἢ ἐιαίνπ ἀλνίμαο, ηὴλ
ἀπαξρὴλ ιαβὼλ δὸο ηνῖο πξνθήηαηο·

7. ἀξγπξίνπ δὲ θαὶ ἱκαηηζκνῦ θαὶ παληὸο θηήκαηνο


ιαβὼλ ηὴλ ἀπαξρήλ, ὡο ἂλ ζνη δόμῃ, δὸο θαηὰ ηὴλ ἐληνιήλ.

XIV

1. Καηὰ θπξηαθὴλ δὲ θπξίνπ ζπλαρζέληεο θιάζαηε ἄξηνλ


θαὶ εὐραξηζηήζαηε, πξνεμνκνινγεζάκελνη ηὰ παξαπηώκαηα
ὑκῶλ, ὅπσο θαζαξὰ ἡ ζπζία ὑκῶλ ᾐ.

2. πᾶο δὲ ἔρσλ ηὴλ ἀκθηβνιίαλ κεηὰ ηνῦ ἑηαίξνπ αὐηνῦ


κὴ ζπλειζέησ ὑκῖλ, ἕσο νὗ δηαιιαγῶζηλ, ἵλα κὴ θνηλσζῇ ἡ
ζπζία ὑκῶλ.

3. αὕηε γάξ ἐζηηλ ἡ ῥεζεῖζα ὑπὸ θπξίνπ· ἖λ παληὶ ηόπὼ


θαὶ ρξόλῳ πξνζθέξεηλ κνη ζπζίαλ θαζαξάλ. ὅηη βαζηιεὺο
κέγαο εἰκί, ιέγεη θύξηνο, θαὶ ηὸ ὄλνκά κνπ ζαπκαζηὸλ ἐλ
ηνῖο ἔζλεζη.

XV

1. Χεηξνηνλήζαηε νὖλ ἑαπηνῖο ἐπηζθόπνπο θαὶ δηαθόλνπο


ἀμίνπο ηνῦ θπξίνπ, ἄλδξαο πξαεῖο θαὶ ἀθηιαξγύξνπο θαὶ
ἀιεζεῖο θαὶ δεδνθηκαζκέλνπο· ὑκῖλ γὰξ ιεηηνπξγνῦζη θαὶ
αὐηνὶ ηὴλ ιεηηνπξγίαλ ηῶλ πξνθεηῶλ θαὶ δηδαζθάισλ.

2. κὴ νὖλ ὐπεξίδεηε αὐηνύο· αὐηνὶ γὰξ εἰζηλ νἱ


ηεηηκεκέλνη ὑκῶλ κεηὰ ηῶλ πξνθεηῶλ θαὶ δηδαζθάισλ.

3. ἖ιέγρεηε δὲ ἀιιήινπο κὴ ἐλ ὀξγῇ, ἀιι’ ἐλ εἰξήλῃ ὡο


ἔρεηε ἐλ ηῷ εὐαγγειίῳ· θαὶ παληὶ ἀζηνρνῦληη θαηὰ ηνῦ
ἑηέξνπ κεδεὶο ιαιείησ κεδὲ παξ’ ὑκῶλ ἀθνπέησ, ἕσο νὗ
κεηαλνήζῃ.

4. ηὰο δὲ εὐρὰο ὑκῶλ θαὶ ηὰο ἐιεεκνζύλαο θαὶ πάζαο ηὰο


πξάμεηο νὕησ πνηήζαηε, ὡο ἔρεηε ἐλ ηῷ εὐαγγειίῳ ηνῦ
θπξίνπ ἡκῶλ.

436
XVI

1. Γξεγνξεῖηε ὑπὲξ ηῆο δσῆο ὑκῶλ· νἱ ιύρλνη ὑκῶλ κὴ


ζβεζζήησζαλ, θαὶ αἱ ὀζθύεο ὑκῶλ κὴ ἐθιπέζζσζαλ, ἀιιὰ
γίλεζζε ἕηνηκνη· νὐ γὰξ νἴδαηε ηὴλ ὥξαλ, ἐλ ᾗ ὁ θύξηνο
ἡκῶλ ἔξρεηαη.

2. ππθλῶο δὲ ζπλαρζήζεζζε δεηνῦληεο ηὰ ἀλήθνληα ηαῖο


ςπραῖο ὑκῶλ· νὐ γὰξ ὠθειήζεη ὑκᾶο ὁ πᾶο ρξόλνο ηῆο
πίζηεσο ὑκῶλ, ἐὰλ κὴ ἐλ ηῷ ἐζράηῳ θαηξῷ ηειεησζῆηε.

3. ἐλ γὰξ ηαῖο ἐζράηαηο ἡκέξαηο πιεζπλζήζνληαη νἱ


ςεπδνπξνθῆηαη θαὶ νἱ θζνξεῖο, θαὶ ζηξαθήζνληαη ηὰ
πξόβαηα εἰο ιύθνπο, θαη ἡ ἀγάπε ζηξαθήζεηαη εἰο κῖζνο.

4. αὐμαλνύζεο γὰξ ηῆο ἀλνκίαο κηζήζνπζηλ ἀιιήινπο


θαὶ δηώμνπζη θαὶ παξαδώζνπζη, θαὶ ηόηε θαλήζεηαη ὁ
θνζκνπιαλὴο ὡο πἱὸζ ζενῦ, θαὶ πνηήζεη ζεκεῖα θαὶ ηέξαηα,
θαὶ ἡ γῆ παξαδνζήζεηαη εἰο ρεῖξαο αὐηνῦ, θαὶ πνηήζεη
ἀζέκηηα, ἃ νὐδέπνηε γέγνλελ ἐμ αἰῶλνο.

5. ηόηε ἥμεη ἡ θηίζηο ηῶλ ἀληξώπσλ εἰο ηὴλ πύξσζηλ ηῆο


δνθηκαζίαο, θαὶ ζθαλδαιηζζήζνληαη πνιινὶ θαὶ ἀπνινῦληαη,
νἱ δὲ ὑπνκείλαληεο ἐλ ηῇ πίζηεη αὐηῶλ ζσζήζνληαη ὑπ’
αὐηνπ ηνῦ θαηαζέκαηνο.

6. θαὶ ηόηε θαλήζεηαη ηὰ ζεκεῖα ηῆο ἀιεζείαο· πξῶηνλ


ζεκεῖνλ ἐθπεηάζεσο ἐλ νὐξαλῷ, εἶηα ζεκεῖνλ θσλῆο
ζάπηγγνο, θαὶ ηὸ ηξίηνλ ἀλάζηαζηο λεθξῶλ.

7. νὐ πάλησλ δέ, ἀιι’ ὡο ἐξξέζε· Ἥμεη ὁ θύξηνο θαὶ


πάληεο νἱ ἅγηνη κεη’ αὐηνῦ.

8. ηόηε ὄςεηαη ὁ θόζκνο ηὸλ θύξηνλ ἐξρόκελνλ ἐπάλσ


ηῶλ λεθειῶλ ηνῦ νὐξαλνῦ.

437
Doctrina de los Doce Apóstoles

La doctrina del Señor para las naciones mediante los Apóstoles.

1. Hay dos caminos: uno de la vida, y otro de la muerte; pero muy grande es
la diferencia entre los dos caminos.

2. El camino de la vida, pues, es éste: Primero, amarás a Dios que te creó; y


segundo, a tu prójimo como a ti mismo. Y todo lo que no quieras que te
suceda a ti, tú tampoco lo hagas a otro.

3. La doctrina de estos dichos es ésta: Bendecid a los que os maldicen, y rogad


por vuestros enemigos: ayunad por los que os persiguen. Porque, ¿qué gracia
hay en querer a los que os aman? ¿No hacen esto también los gentiles?
Vosotros, en cambio amad a los que os odian, y no tendréis enemigo alguno.

4. Abstente de codicias carnales y corporales. Si alguno te diere un golpe en la


mejilla derecha, ofrécele también la izquierda, y serás perfecto. Si alguno te
forzare a caminar con él una milla, acompáñale otra más. Si alguno te quitare
tu capa, dale también tu túnica. Si alguno te tomare lo que es tuyo, no se lo
reclames; porque no puedes (hacerlo).

5. Da a todos los que te pidan, y no lo reclames (después). Porque el Padre


quiere que se de a todos de sus propias dádivas. ¡Bienaventurado el que da
según el mandato, porque es inocente! ¡Ay, empero, del que tome! Porque
quien tome por necesidad, es inocente. Mas quien no tuviere necesidad,
habrá de dar cuenta de por qué tomó y para que. Le tomarán preso y le
interrogarán de lo que hizo; y no saldrá de allí hasta que haya devuelto el
céntimo.

6. De esto también fue dicho: Exudará tu limosna en tus manos hasta que
sepas a quien la das.

II

1. El segundo mandamiento de la doctrina:

438
2. No matarás. No cometerás adulterio. No corromperás a los jóvenes. No
fornicarás. No hurtarás. No harás brujerías. No prepararás venenos. No
cometerás aborto ni infanticidio. No codiciarás los bienes de tu prójimo.

3. No perjurarás. No darás testimonio falso. No hablarás mal (de tu prójimo).


No serás vengativo.

4. No serás doble ni bilingüe. Pues, trampa de la muerte es la doblez.

5. Tu palabra no será mentirosa ni vacía, mas llena de obra.

6. No serás avaro, ni rapaz, ni hipócrita, ni malicioso, ni soberbio. No tramarás


tretas contra tu prójimo.

7. No odiarás a nadie; sino que reprenderás a unos, tendrás compasión de


otros; por otros rogarás, y a otros amarás más que a tu propia alma.

III

1. Hijo mío, huye de todo malvado y de todo lo que malvado parezca.

2. No seas iracundo; porque la ira lleva al homicidio. Tampoco seas receloso ni


rijador, ni altivo; porque de todas estas cosas se originan homicidios.

3. Hijo mío, no seas concupiscente; porque la concupiscencia lleva a los


pecados de la carne; tampoco seas hablador de cosas torpes, ni soberbio de la
vista; porque de todo esto nacen adulterios.

4. Hijo mío, no seas agorero; porque esto lleva a la idolatría.

5. Hijo mío, no seas mentiroso, porque la mentira lleva al hurto; tampoco


aficionado al dinero, ni vanidoso; porque de todas estas cosas nacen los
hurtos.

6. Hijo mío, no seas murmurador; porque lleva a la maledicencia; tampoco


arrogante; ni malintencionado: porque de todo esto se originan las
maledicencias.

7. Por el contrario, has de ser manso; porque los mansos poseerán la tierra.

439
8. Sé paciente y misericordioso, sin malicia, quieto y bueno, y temeroso
siempre de las palabras que escuchaste.

9. No te ensalces a ti mismo, ni hinches con arrogancia tu alma. Tu corazón no


se adhiera a los soberbios, mas se vuelva a los justos y humildes.

10. Todo cuanto suceda has de aceptar por bueno, sabiendo que nada acaece
sin Dios.

IV

1. Hijo mío, día y noche recuerda a quien te habla de la palabra de Dios, y


respétalo como al Señor; porque donde habla la autoridad del Señor, allí está
el Señor mismo.

2. Busca cada día los semblantes de los santos para descansar en sus palabras.

3. No desees separaciones (cismas); mas pacifica a los que pelean. Juzgarás


con justicia. Tu fallo sobre deslices ha de ser sin acepción de personas.

4. No fluctúes entre el sí y el no.

5. No seas como quien extiende las manos para recibir, y las cierra para no
dar.

6. Si tuvieres algo en tus manos, lo darás para la expiación de tus faltas.

7. No tardes en dar, ni des con pesar; pues sabes quien es el que recompensa
con sueldo bueno.

8. No huyas del menesteroso, mas compartirás todos tus bienes con tu


hermano; no dirás de ninguna cosa: "Esto es mío"; porque, si compartís la
suerte inmortal, cuánto más la suerte mortal.

9. No quites tu mano de tu hijo o de tu hija; sino que desde la juventud les


enseñarás el temor de Dios.

10. No mandes en tu amargura a tu siervo o a tu sirvienta, que esperan en el


mismo Dios, para que no dejen de respetar a Dios que está por encima de
ambos. Porque (el divino Salvador) no viene a llamar según la persona, sino a
quienes el Espíritu ha preparado.

440
11. Vosotros, empero, los sirvientes, habéis de obedecer a vuestros amos,
como tipo de Dios, con modestia y temor.

12. Tendrás odio a toda hipocresía y a todo lo que no sea agradable al Señor.

13. No abandones los mandamientos del Señor; mas guarda lo que recibiste,
sin añadir ni quitar nada.

14. En la iglesia (asamblea) confiesa tus pecados: y no te acerques a tu


oración con mala conciencia. Tal es el camino de la vida.

1. El camino de la muerte, en cambio, es éste: Sobre todo es malo y lleno de


maldición: los asesinatos, adulterios, concupiscencias, fornicaciones, hurtos,
idolatrías, brujerías, preparación de venenos, rapiñas, falsos testimonios,
hipocresía, doblez de corazón, dolo, malicia, orgullo, avaricia, turpiloquio,
envidia, espíritu atrevido, altanería, ostentación.

2. Perseguidores de los buenos, enemigos de la verdad, amantes de la


mentira, desconocedores de la retribución de justicia, no aficionados a lo
bueno ni al juicio justo, no vigilantes para lo bueno sino para lo malo; alejados
de la mansedumbre y la paciencia, amadores de cosas vanas, y ansiosos de
remuneraciones, no compasivos del pobre, e indiferentes para con los
apenados, desconocedores de su Hacedor, asesinos de sus hijos, corruptores
de la criatura de Dios, los que abandonan al necesitado y oprimen al afligido;
abogados de los ricos, inicuos jueces de los pobres, versados en todos los
pecados: ¡Libraos de toda esta gente, hijos míos!

VI

1. Mira que nadie te seduzca de este camino de la Doctrina, cuando te


enseñaren cosas sin miras a Dios.

2. Porque, si puedes sobrellevar todo el yugo del Señor, perfecto serás; si,
empero, no puedes: haz lo que puedas.

441
VII

1. En cuanto al bautismo, éste es el modo de bautizar: habiendo previamente


dicho todo esto, bautizad en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo, en agua viva.

2. Si no tienes agua viva, bautiza en otra agua. Si no puedes en (agua) fría,


(bautiza) en caliente.

3. Si, empero, no tienes ni una ni otra, derrama agua sobre la cabeza tres
veces en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

4. Antes del bautismo, el que bautiza y el que ha de ser bautizado, ayunen, y


asimismo otros que puedan hacerlo. Mandas ayunar al bautizando uno o dos
días antes.

VIII

1. Vuestros ayunos, sin embargo, no sean con los hipócritas: los que ayunan
el segundo y el quinto día después del sábado. Vosotros, en cambio, ayunad
el cuarto día y el viernes.

2. Tampoco habéis de rezar como los hipócritas, mas como el Señor mandó en
su Evangelio, así habéis de rezar:

Nuestro Padre, en los cielos,


santificado sea tu nombre,
venga tu Reino,
hágase tu voluntad, como en el Cielo así también en la tierra.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy.
Y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros también perdonamos a nuestros deudores.
Y no nos lleves a la tentación; mas líbranos del mal.
Porque tuyo es el poder y la gloria en los siglos.

3. Tres veces debéis rezar de este modo cada día.

IX

1. En cuanto a la Eucaristía, así habéis de realizarla:

442
2. Primero sobre el Cáliz: Te damos gracias, nuestro Padre,por la sagrada vid
de David, tu siervo, la cual nos enseñaste por Jesús, tu Hijo y Siervo; A Ti la
gloria en los siglos.

3. Y sobre la partición (del pan): Te damos gracias, nuestro Padre, por la vida y
la ciencia que nos enseñaste por Jesús, tu Hijo y Siervo:A Ti la gloria en los
siglos.

Como este pan fue repartido sobre los montes, y, recogido, se hizo uno, así sea
recogida tu Iglesia desde los límites de la tierra en tu Reino porque tuya es la
gloria y el poder, por Jesucristo, en los siglos.

4. Pero nadie coma ni beba de vuestra Eucaristía, sino (únicamente) los que
están bautizados en el nombre del Señor. Porque también de esto el Señor ha
dicho: "¡No deis lo santo a los perros !"

1. Y después de hartaros, así dad gracias:

2. Te damos gracias, Padre Santo,por tu santo nombre, al cual hiciste habitar


en nuestros corazones; y por la ciencia y fe e inmortalidad, que nos enseñaste
por Jesús, tu Hijo y Siervo: A Ti la gloria en los siglos.

3. Tú, ¡oh Señor, Todopoderoso! lo creaste todo a causa de tu nombre; diste


comida y bebida a los hombres para su fruición, para que te diesen gracias. A
nosotros, empero, nos regalaste comida y bebida espiritual y la vida eterna,
por tu Hijo y Siervo.

4. Ante todo te damos gracias porque eres poderoso: A Ti gloria en los siglos.

5. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, para librarla de todo mal, y hacerla perfecta


en tu amor; aúnala desde los cuatro vientos a la santificada, en tu Reino que
para ella preparaste: porque tuyo es el poder y la gloria en los siglos.

6. Venga tu gracia, y pase este mundo. ¡Hosanna al Dios de David! Si uno es


santo, se acerque. Si no lo es, conviértase. Marán-athá! Amén.

A los profetas permitid hacer gracias cuantas quieran.

443
XI

1. Quien, pues, viniere a vosotros enseñándoos todo lo dicho anteriormente,


a ése acogedle.

2. Si, empero, el que enseña se pervirtió y enseñare otra doctrina para la


disolución, no le escuchéis. Mas si enseña en la manera de aumentar la
justicia y ciencia del Señor, ¡acogedle como al Señor!

3. En cuanto a los apóstoles y profetas, proceded así conforme al Evangelio.

4. Todo apóstol que llegue a vosotros, ha de ser recibido como el Señor.

5. Pero no se quedará por más de un día o dos, si hace falta; quedándose tres
días, es un falso profeta.

6. Al partir, el apóstol no aceptará nada sino pan para sustentarse hasta llegar
a otro hospedaje. Si pidiere dinero, es un falso profeta.

7. Y a todo profeta que hable en espíritu, no le tentéis ni pongáis a prueba.


Porque todo pecado se perdona; mas este pecado no será perdonado.

8. Pero no cualquiera que habla en espíritu es profeta, sino sólo cuando tenga
las costumbres del Señor. Pues, por las costumbres se conocerá al seudo
profeta y al profeta.

9. Y ningún profeta, disponiendo la mesa en espíritu, comerá de la misma; de


lo contrario, es un falso profeta.

10. Pero todo profeta que enseña la verdad, y no hace lo que enseña, es un
profeta falso.

11. Todo profeta, sin embargo, probado y auténtico, que celebra el misterio
cósmico de la Iglesia, pero no enseña a hacer lo que él hace, no ha de ser
juzgado por vosotros. Su juicio corresponde a Dios. Porque otro tanto hicieron
los antiguos profetas.

12. Mas quien dijere en espíritu: Dame dinero, u otra cosa semejante, no lo
escuchéis. Si, empero, os dice que deis para otros menesterosos, nadie lo
juzgue.

444
XII

1. Todo el que viniere en el nombre del Señor, sea acogido. Luego de haberlo
probado, lo conoceréis; pues tenéis criterio para juzgar entre la diestra y la
siniestra.

2. Si el advenedizo viene tan sólo de paso, socorredle todo lo posible. El, por
su parte, no quedará entre vosotros más que dos, o según su necesidad, tres
días.

3. Mas si quisiere radicarse entre vosotros, como artesano, trabaje y coma.

4. Si no sabe oficio alguno, proveeréis según vuestra inteligencia, para que no


viva entre vosotros un cristiano holgazán.

5. Si a eso no quiere conformarse, es un traficante de Cristo. ¡Cuidado con


ésos!

XIII

1. Todo profeta verdadero que deseare radicarse entre vosotros, es digno de


su comida.

2. Asimismo, un doctor verdadero es, como obrero, digno de su comida.


Todas las primicias del lagar y de los campos, del ganado y de las ovejas, las
tomarás y darás a los profetas; porque ellos son vuestros príncipes
sacerdotes.

3. Mas, si no tuviereis profeta, ¡dad a los pobres!

4. Cuando haces pan, tomarás la primicia y la darás conforme al mandato.

5. Asimismo, cuando abres la tinaja de vino o del aceite, tomarás la primicia y


la darás a los profetas.

6. Del dinero y de las vestimentas y de todo cuanto poseas, tomarás la


primicia, según te parezca, y la darás conforme al mandato.

445
XIV

1. Los días del Señor reuníos para la partición del pan y la acción de gracias,
después de haber confesado vuestros pecados, para que sea puro vuestro
sacrificio.

2. Cualquiera, empero, que tuviere una contienda con su hermano, no os


acompañe antes de reconciliarse, para que no sea mancillado vuestro
sacrificio.

3. Pues, éste es el dicho del Señor: "En todo lugar y tiempo me ofrecerán una
ofrenda pura. Porque soy un gran Rey, dice el Señor, y mi nombre es
admirable entre las naciones."

XV

1. Elegíos, pues, obispos y diáconos dignos del Señor, varones mansos,


indiferentes al dinero, veraces y probados. Porque también ellos administran
para vosotros el oficio (liturgia) de los profetas y doctores.

2. No los menospreciéis; porque ellos son venerables entre vosotros, junto


con los profetas y doctores.

3. Vosotros tratad de convenceros no con irá sino pacíficamente, así como lo


tenéis (preceptuado) en el Evangelio. Y si alguno hubiere ofendido á otro,
nadie le hable, nadie le escuche, hasta que se arrepintiere 4. Vuestras
oraciones, vuestras obras de caridad, y todas las obras haced de manera
como lo tenéis (ordenado) en el Evangelio de nuestro Señor.

XVI

1. ¡Velad por vuestra vida! Que vuestras linternas no estén extinguidas ni


desceñidos vuestros lomos; mas estad alerta, porque no sabéis la hora en que
el Señor va á venir.

2. Reuníos con frecuencia, solícitos de lo que aprovecha a vuestras almas.


Pues no os aprovechará todo el tiempo que vivisteis en la fe, si no estáis
perfectos en el último tiempo.

446
3. Porque en los últimos días se multiplicarán los falsos profetas y los
corruptores, y se convertirán las ovejas en lobos, y el amor se convertirá en
odio.

4. Porque, mientras que la iniquidad se acrecentará, se odiarán unos a otros,


se perseguirán y entregarán: y entonces aparecerá el impostor del mundo
como hijo de Dios, y hará señales y prodigios. Y la tierra será entregada en sus
manos. Y cometerá iniquidades como jamás se hizo en el decurso de los
siglos.

5. Entonces vendrá el Juicio de los hombres en el fuego de la prueba. Y


muchos se escandalizarán y perecerán. Pero los que perseveraren en su fe, se
salvarán de la misma condenación.

6. Y luego aparecerán las señales de la verdad: primero la señal de la


revelación en el cielo, después la señal de la voz de trompeta, y finalmente, la
resurrección de los muertos.

7. Pero no de todos, sino según fue dicho: "Vendrá el Señor, y todos los
santos con El"

8. Entonces el mundo verá al Señor, viniendo sobre las nubes del Cielo.

447
F. SERMÓN: TOMANDO LA LA MESA DEL SEÑOR INDIGNAMENTE

Tomado de:

https://docs.google.com/file/d/0B0qdVcDqDMt1aTdlTXZ5N2FDSFE/view

1. Aplicando la carta a los corintios a la ICV

Pablo había fundado esta iglesia y había estado enseñando en ella por año y medio, luego
escribió una carta para poner en orden algunas cosas, y luego los corintios le enviaron una
carta a Pablo preguntándole varias situaciones, y la respuesta a esa carta es lo que
conocemos como la Primera a los Corintios.

En esta carta, Pablo se enteró por boca de otros hermanos de algunos desordenes y
pecados que se estaban cometiendo en la iglesia, y que posiblemente la iglesia de Corinto
quería ignorar el asunto, y preguntarle a Pablo sobre otras cosas, pero el apóstol, sin el
permiso de los corintios abordó los asuntos más complejos de la iglesia:

- Divisiones: unos decía seguir a Pablo, otros a Pedro, otros a Apolos y otros a Cristo.

- Descontextualizaron la verdad de que ya no estaban en la ley: Ahora estaban


orgullosos de tener a un incestuoso en la iglesia, algunos de ellos ya habían
visitado prostitutas, y otros estarían fornicando en la misma iglesia entre ellos o
con personas externas;

- Pleitos judiciales;

- Romper matrimonios, decían que era mejor separarse de la esposa o el esposo;

- Comida sacrificada a los ídolos se participaba de comida a sacrificada a los ídolos;

- Desordenes en la asamblea: las mujeres no usaban velo en la iglesia, y algunos


estaban poniendo queja por eso, (era un uso de autoridad en ese tiempo), algunos
despreciaban a otros por no tener ciertos dones espirituales, los ignoraban, había
desorden en la reunión con los que hablaban en lenguas;

- Negar la resurrección: para rematar algunos decían que Cristo no había resucitado.

¿Todas las iglesias apostólicas eran así? ¿Tenían todas las iglesias los mismos problemas?
¿Esta carta se aplicaría sin necesidad de contextualización para la iglesia de Éfeso de
aquella época? Es más, Pablo a los corintios solteros y a las viudas les aconseja
permanecer como célibes, pero a Timoteo que está en Éfeso le dice que la viudas más
jóvenes, menores de sesenta, se casen. Notemos que cada iglesia tiene su propio contexto
particular.

448
¿Describe esta carta a la ICV? ¿Aquí en ICV tenemos estos problemas? ¿Algún apóstol nos
ha escrito una carta?

Entonces lo que tenemos que hacer es un ejercicio de contextualización, de viajar en el


tiempo, a la iglesia corintia y tratar de entender su situación y comprender las
instrucciones apostólicas para esa iglesia particular.

2. El pecado en la Mesa del Señor

1Co.11.17-34 “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis


para lo mejor, sino para lo peor. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo
que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es preciso que entre
vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son
aprobados. Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. Porque
al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se
embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia
de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os
alabo. Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la
noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad,
comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del
Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o
bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del
Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y
bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos
duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas
siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el
mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si
alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás
cosas las pondré en orden cuando yo fuere”

- Se reunían pero no para comer la Mesa del Señor

Pablo reprende a los corintios porque ellos se reunían para comer pero lo que estaban
haciendo no era comer la mesa del Señor ¿Por qué?

449
¿Por qué estaban fornicando? ¿Por qué algunos habían peleado con el papá? ¿Por qué
algunos le decían mentiras al jefe? ¿Por qué algunos estaban teniendo pensamientos
lujuriosos? ¿Qué dice el apóstol Pablo?

1Co.11.20-22 “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.
Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro
se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la
iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En
esto no os alabo”

Entonces ¿cuál era el pecado de algunos de esta iglesia?

El pecado general era que ya no comían la Mesa del Señor, sino la de cada uno. Y este
pecado se manifestaba o expresada o implicaba algunas acciones:

La primera que comían sin esperar a los demás. La reunión era a las siete de la noche, y
los más pudientes traían para cenar, no solo pan y vino, sino toda comida, como los
historiadores de la iglesia lo han sugerido, eran llamadas estas reuniones “ágapes”.

La segunda, por algunas circunstancias sobre las que no tenemos información, se


despreciaba a los pobres de la iglesia.

La tercera, se veía la cena tan común y no como sagrada, que algunos incluso se
emborrachaban en ella.

Así que la iglesia había perdido de vista que era la Mesa del Señor.

3. Pablo les recuerda qué es y para qué es la Cena del Señor

1Co.11.22-26 “¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. Porque yo recibí del Señor
lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó
pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por
vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa,
después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto
todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que
comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él
venga”

Partir el pan y beber el vino es una conmemoración de la muerte del Señor Jesús
ordenada por él mismo a sus discípulos y que ha de ser continuada hasta que él regrese.
Esto lo ampliaré en ocho días.

4. Comiendo la mesa del Señor indignamente

450
1Co.11.26-32 “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere
este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la
sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de
la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor,
juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros,
y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos
juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos
condenados con el mundo”

- La Mesa del Señor es del Señor, y es sagrada

Notemos que Pablo dice que cualquiera que come esta mesa indignamente será culpado
del cuerpo y de la sangre del Señor. Así que el pan y la copa, así como la celebración

misma, no es una cena común, es una cena sagrada, es una participación real de la gracia
del Señor Jesucristo:

1Co.10.14-22 “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Como a sensatos os hablo;
juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión
de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos
participamos de aquel mismo pan. Mirad a Israel según la carne; los que comen de los
sacrificios, ¿no son partícipes del altar? ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea
algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los
demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los
demonios. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis
participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. ¿O provocaremos a celos
al Señor? ¿Somos más fuertes que él?”

Así que la mesa del Señor no es una comida común, que era el pensamiento de algunos
corintios:

1Co.11.20-22 “Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.
Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y
otro se embriaga. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la
iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En
esto no os alabo”

Notemos el contraste que Pablo hace entre la Cena del Señor y la cena de cada uno. Esto
es relevante en la situación de la iglesia corintia, porque las personas ya no estaban

451
viendo por todo lo sucedido, a la mesa del Señor, como del Señor, sino como de cada uno.
Ese era un problema en la iglesia corintia.

Así que Pablo les recuerda que la Santa Cena, es del Señor y es sagrada, no es una comida
común, sino que es comida común con un significado espiritual, es un símbolo nada más
ni nada menos que de la obra portentosa del Dios Trino en toda la historia: La muerte de
Cristo. ¡Con razón es tan sagrada!

- ¿Qué es comer la Mesa del Señor indignamente?

1Co.11.26-32 “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere
este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la
sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de
la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor,
juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros,
y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos

juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos
condenados con el mundo”

¿Una cosa es comer la mesa del Señor indignamente y otra es comerla sin discernir el
cuerpo del Señor? ¿O son lo mismo?

Notemos que el apóstol no escribe: “El que come la mesa del Señor indignamente y sin
discernir el cuerpo del Señor”, sino que usa un verbo negativo, para complementar su
pensamiento sobre comer indignamente la mesa del Señor: “Sin discernir el cuerpo del
Señor” ¿Qué es discernir?

La palabra discernir es la traducción del vocablo griego diakrino, que tiene varios
significados: Separar completamente; “retirar”; discriminar; discernir; juzgar.

¿Qué es discernir? Distinguir una cosa de otra, según Word Reference ¿Necesitamos otro
diccionario?

Así que Pablo está diciendo que comer la mesa del Señor, o yo lo interpreto así, es comer
sin diferenciar y sin distinguir que no es una mesa común, sino que es la mesa del Señor y
para el Señor.

- La sentencia sobre los que comen sin entender la Mesa del Señor

Dos cosas acontecen al que comía sin entender que era la mesa no suya sino del Señor:
Era culpado de la muerte del Señor Jesús y comía juicio para sí. Y en la iglesia, Pablo

452
determinó que las enfermedades y muertes de algunos se debían ya a un juicio del Señor
sobre los que comían sin discernir la Mesa del Señor, y que en vez de tenerla como del
Señor, era una comida común y no partían el pan con los hermanos, no los esperaban.
Esto ultimo es importante tenerlo presente.

5. La solución apostólica

¿Cuál es la instrucción apostólica ante este pecado y este juicio divino?

1Co.11.27-34 “De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del
Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto,
pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que
come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si,
pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados,
somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así que,
hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si alguno tuviere
hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré
en orden cuando yo fuere”

Hay dos indicaciones apostólicas:

5.1 Pruébese cada uno a sí mismo, examinémonos

La palabra pruébese es la traducción de Dokimazo, en efecto aprobar; y la palabra


examinarse, es la traducción de Diakrino, cuyo significado ya vimos.

¿En qué tendrían los corintios que examinarse y darse a sí mismos como aprobados?

Según el contexto inmediato en que Pablo está hablando, me parece a mí, que es acerca
de comprender que se está participando de la mesa del Señor, y no la de cada quien.

- ¿No es examinarse sobre el pecado personal?

Entiendo que esta es la interpretación usual, pero no veo razón para incrustarla en las
instrucciones apostólicas. Pablo no dice que los corintios debían examinarse cada uno en
lo que respecta a su santidad.

Además, era casi obvio que en la iglesia corintia muchos hermanos que estaban
practicando pecados tomaban la copa del Señor y comían el pan del Señor: Los que
causaban divisiones, contiendas, los que tenían pleitos, los fornicarios, los que negaban la
resurrección, los que menospreciaban a otros en asuntos de dones espirituales; pero lo
que hizo que Pablo reprendiera a los corintios no fue su participación en la mesa mientras

453
cometían pecados, sino que comían menospreciando a los más pobres y como si fuera una
mesa común, ya no era la Cena del Señor.

Y la otra advertencia, es que no comieran de lo sacrificado a los ídolos y participaran de la


mesa, Pablo reprendió este comportamiento:

1Co.10.14-22 “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Como a sensatos os hablo;
juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión
de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos
participamos de aquel mismo pan. Mirad a Israel según la carne; los que comen de los
sacrificios, ¿no son partícipes del altar? ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea
algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los
demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los
demonios. No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis
participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. ¿O provocaremos a celos
al Señor? ¿Somos más fuertes que él?”

Pero que Pablo haya dicho a los corintios algo como esto: “Si alguno ha pecado,
examínese como está ante Dios, y si considera que no ha vivido en santidad absténgase de
tomar la santa cena” Yo no veo eso en ninguna parte de los escritos apostólicos.

Y la otra razón por la que descarto que Pablo esté pidiendo un examen de conciencia en
cuanto a la santidad es que el mismo Pablo resume su instrucción:

1Co.11.30-34 “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos
duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas
siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el
mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si
alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás
cosas las pondré en orden cuando yo fuere”.

Este punto lo amplio a continuación:

5.2 Espérense los unos a los otros

Esta es la segunda instrucción apostólica, la primera era que comprendieran que era la
Mesa del Señor, y ahora, que se esperen los unos a los otros, para que no se reúnan para
juicio.

454
Esto implica que Pablo está explicando que la razón del juicio divino, del castigo del Señor,
era que se reunían para juicio, y Pablo elimina la razón de tal situación: “Espérense los
unos a los otros”

Pablo no dice, que la solución al problema del juicio divino, era que cada hermano tratara
de vivir en santidad y se acercara a la mesa lo más puro posible. Eso no existe en esta
carta, ni en otra.

6. La acción correctiva de los corintios

¿Qué debían en concreto hacer los corintios para ser restaurados y evitar el juicio divino?

Primero, reconocer y recordar que ellos se reunían para comer la Mesa del Señor, no la de
cada uno; y en segundo lugar, esperarse los unos a los otros, esperar que los hermanos
más pobres llegaran y se compartiera con ellos la Mesa del Señor.

7. Aplicación para las iglesias de la era apostólica

¿Todas las iglesias de aquella época tenían que hacer lo mismo que Pablo ordenó en esta
carta? ¿La iglesia de Jerusalén, de Alejandría, de Libia, de India, de Galacia, de Italia, de
España, de Siria, de Babilonia?

Si la respuesta es positiva, cómo es posible que todo el imperio se enterara de esta


instrucción. ¿Los corintios hicieron copias de esta carta y se la enviaron a cada iglesia?

¿Ustedes se imaginan que hubiera pasado si la iglesia de Alejandría hubiera recibido esta
carta? Ellos no tenían este problema. No tenían por qué aplicarla. Podía y debían analizar
aquellas cosas genéricas para la iglesia de Cristo, pero no la podían aplicar para sí, porque
ellos estaban celebrando la mesa del Señor con orden.

8. Aplicación para la ICV

Así tampoco podemos aplicar esta carta para Vanguardia, a menos que aquí tengamos un
problema similar. Que yo creo que no tenemos ese problema, y doy gracias a Dios por
ello. No obstante, hay dos cosas que me parece que si podemos aprender de esta
instrucción apostólica dada a los corintios:

8.1 Recordemos que es la Mesa del Señor

Esta no es una comida común, no es mía, ni de nosotros, es del Señor y para el Señor.
Participemos así de ella.

E incluso con este principio, debemos ser cuidadosos en no extrapolarlo, porque hay
personas que no siempre entienden el significado de la Mesa del Señor, y aun así comen.
455
No comprenden cuándo, cómo y por qué fue instituido, y aun así comen ¿Piensan que
está pecando? Yo no creo, porque la orden apostólica tiene un contexto particular, era
para que ellos, los corintios volvieran en sí, pero no como para ordenar que si una persona
no comprende que es la mesa del Señor, pero participa de ello con orden y amor, no
pueda tomarla.

Piense en todas las iglesias de aquella época ¿ustedes creen que todos los cristianos que
se añadían día a día comprendía qué era la mesa del Señor? No, era a medida que se
enseñaba la doctrina que los creyentes iban tomando conciencia. Pero no por eso era
pecado. La situación corintia era particular.

Pero es bueno para nosotros hoy recordar que es la mesa del Señor

8.2 Amémonos unos a otros

La razón por la que los hermanos estaban comiendo para juicio es que no se esperaban los
unos a los otros, y había contención entre ellos, disputas y menosprecio por la iglesia, es
decir, por algunos hermanos.

Somos seres humanos, y por tanto, caídos y falibles, débiles y con errores. Tenemos que
usar de paciencia los unos a los otros, exhortarnos con amor, y agradarnos los unos a los
otros en lo que es bueno y lo que no edifica. Buscar el bien del otro y no el de uno mismo.

Debemos preocuparnos los unos por los otros, y valorarnos como miembros los unos de
los otros. Como amigos, sí, pero mucho más como hermanos en la fe.

Debemos compartir lo que tenemos con los que padecen necesidad, no es una valor
cristiana acumular para sí, sino trabajar para tener para ayudar a otros, ese es el enfoque
espiritual de los bienes, y mucho más con la iglesia del Señor.

También, debemos amarnos valorando la particularidad de cada uno. No lo amplio hoy,


pero el contexto sugiere que los hermanos deben reconocer que entre ellos hay diferente
dones y que no nos podemos despreciar los unos a los otros. Hay que valorar al que
ayuda, al que sirve, al que administra, al que enseña, porque somos un cuerpo y nos
debemos preocupar los unos por los otros.

456
19. ACERCA DEL AUTOR

Juan Pablo está casado con Nancy Martínez, y se desempeña como pastor de la Iglesia
Cristiana Vanguardia desde el año 2011 hasta la fecha. Actualmente, se encuentra
estudiando una licenciatura en Teología en La Facultad Teológica Bautista de Bogotá.

Su correo electrónico personal es juanpablotique1@gmail.com

457

Вам также может понравиться