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DECISION 591
VISTOS: Los Artículos 3, segundo literal d), 16, 17 y 128 del Acuerdo de Cartagena,
codificado mediante Decisión 563, el Artículo 6, literales f), i) y o) del Reglamento del
Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, codificado mediante Decisión
407; y,
Que los mismos se han visto acentuados por factores internos, como el deterioro
ambiental, que pueden verse agravados por la modificación global del clima; factores
que han sido abordados como un reto mundial, tanto por la Convención Marco de las
-2-
Naciones Unidas sobre Cambio Climático, como por la Cumbre Mundial del Medio
Ambiente de Johannesburgo;
Que el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha
sido significativo en el proceso de consulta y elaboración de la Estrategia en cada uno
de los Países Miembros a través de la Estrategia Regional de Reducción de Desastres.
De la misma manera otros organismos internacionales han acompañado dicho proceso,
presentando sus desarrollos sobre el tema en las reuniones del CAPRADE;
DECIDE:
Dada en la ciudad de Quito, República del Ecuador, a los diez días del mes de julio
del año dos mil cuatro.
-5-
ANEXO
Introducción
Antecedentes
4.3 Visión
-8-
4.4 Objetivo General
5. Estrategias Sectoriales
6. Ejes Temáticos
6.4 Eje Temático No. 4: Fomento de una Cultura de Prevención con Participación
Social
Programas y Subprogramas
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Introducción
1
Decisión 529 ‘ Artículo 1 del Comité Andino para la Prevención y Atención de Desastres, CAPRADE.
Crear el Comité Andino para la Prevención y Atención de Desastres, CAPRADE, que tendrá por objeto
y competencia contribuir a la reducción del riesgo y del impacto de los desastres naturales y
antrópicos que puedan producirse en el territorio de la subregión andina a través de la coordinación y
promoción de políticas, estrategias y planes, y la promoción de actividades en la prevención,
mitigación, preparación, atención de desastres, rehabilitación y reconstrucción, así como mediante la
cooperación y asistencia mutua y el intercambio de experiencias en la materia.
2
Acorde con lo expresado en el Artículo 1º Decisión 529 de mayo 2002, del Consejo Andino de
Ministros de Relaciones Exteriores.
3
Señala la Secretaría de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres Naturales de la
ONU, en la Conferencia Hemisférica, 2001: Seguirá habiendo necesidad de preparativos y servicios
especializados para responder a las emergencias cuando ocurran. Sin embargo, los gastos en socorro
para contingencias, o incluso para fomentar una capacidad especializada en defensa civil, solo se
justifican si al menos la misma cantidad de recursos se invierte en la protección de los recursos y en el
desarrollo duradero de capacidad para resistir las amenazas naturales.
- 10 -
De un lado, corresponde a los niveles subregional, regional y multilateral configurar e
impulsar programas de cooperación, promover la formulación de políticas nacionales
efectivas y el desarrollo de proyectos comunes. Es propio de los organismos y
mecanismos de alcance global el desarrollo de las estrategias y políticas mundiales, el
abordaje de problemas que superan ámbitos regionales, como ocurre actualmente con
el cambio climático y la conexión de estrategias regionales con las de los organismos
internacionales que se ocupan del tema.
Las vulnerabilidades creadas por los modelos de desarrollo en los países andinos son
la explicación primaria de la mayor parte de los riesgos. La Subregión es
extremadamente propensa a terremotos, deslizamientos, tsunamis y erupciones
volcánicas debido a que su territorio se asienta sobre tres placas tectónicas activas
(Nazca, Suramericana y Caribe), y está ubicada dentro del “Anillo de Fuego” del
Pacífico, donde tiene lugar el 80% de la actividad sísmica y volcánica de la tierra y
donde ocurre un proceso de conformación del relieve que entraña fallas y fracturas
geológicas activas.
4
Base de datos OFDA/CRED.
- 12 -
de El Niño y La Niña, que han provocado inundaciones y sequías. Igualmente, se
asume que un incremento de la temperatura de la Tierra llevaría a un aumento del nivel
del mar poniendo en riesgo las zonas costeras al hacerlas más vulnerables a
inundaciones.
Así, por ejemplo, durante la ocurrencia de El Niño en los años 1997 y 1998 las pérdidas
económicas en la Subregión se estima que ascendieron a 7.500 millones de dólares y,
en los últimos cinco años ha ocurrido, por lo menos, un desastre severo en cada uno de
los cinco países andinos5.
5
Según la ONU como consecuencia de un desastre severo las pérdidas pueden alcanzar o exceder el
10% del PIB de un país y reducir el crecimiento de uno a tres años.
- 13 -
antrópicos han estado determinados por la presencia de una gran variedad de
fenómenos físicos, la frecuencia de su ocurrencia y el alto grado de vulnerabilidad de
los asentamientos humanos.
6
Federación Internacional de la Cruz Roja, 1999.
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adecuada, y de los ingresos para atender las exigencias para el manejo de terrenos
inestables, el drenaje de aguas servidas y superficiales, entre otros aspectos.
Por otra parte, el manejo inadecuado e indiscriminado de los recursos naturales ha sido
un factor determinante de las actuales condiciones de riesgo, al transformar hábitats,
que en el pasado eran seguros, en zonas con nuevas amenazas y vulnerabilidades.
Actividades como la deforestación, la agricultura y la minería incontrolada han sido
intervenciones generadoras de daño ambiental y riesgos. El 90% de hectáreas de
bosques que son deforestadas anualmente en la Subregión Andina es provocado por
prácticas de agricultura no sustentable7.
En síntesis, el patrón de desarrollo seguido por los países andinos, con altos grados de
pobreza, exclusión socioeconómica y deterioro del ambiente es un factor determinante
de la alta vulnerabilidad y en consecuencia del riesgo ante las amenazas naturales y
antrópicas.
7
Los Países Andinos poseen una superficie forestal de 230 millones de hectáreas y el 50% del territorio
amazónico del continente
- 15 -
públicas multisectoriales en el tema de riesgos y los frágiles procesos institucionales de
planificación del desarrollo.
El fenómeno El Niño de los años 1982/83 y 1997/98 puso en evidencia las intensas
vulnerabilidades de los sectores del desarrollo como se aprecia en los estudios de
impactos socioeconómicos de la CEPAL y la CAF.
A pesar de que los países de la Subregión cuentan con políticas para la prevención y
atención de desastres existen deficiencias para su implementación. En lo que respecta
al sector del conocimiento de las amenazas y vulnerabilidades la principal
responsabilidad ha estado concentrada en los organismos estatales de investigación
débilmente financiados y poco articulados con los usuarios potenciales de la
información. Por su parte, el sector académico e investigativo está poco orientado a
formar a los futuros profesionales y ciudadanos con visión y conciencia de sus
realidades ambientales, geográficas y de sus riesgos.
Los procesos de rehabilitación y reconstrucción post desastres han sido asumidos por
organizaciones creadas coyunturalmente para tal fin, con procesos de instalación y de
aprendizaje costosos y usualmente tardíos que no garantizan la preservación de
políticas y esquemas institucionales permanentes de respuesta para esta fase.
8
La información sobre los riesgos, la medición de impactos y los mecanismos para evaluar la
prevención y atención de desastres son imprecisos y por lo tanto se carece de las suficientes
herramientas que permitan la toma eficiente de decisiones y el control a la gestión pública en este
campo.
- 17 -
consistente política de preparación apoyada desde todos los ángulos y esfuerzos
interinstitucionales estatales y privados, y de la sociedad civil. Ello implica, como se
deriva del diagnóstico anterior, una actuación sobre las causas y una voluntad política
para apoyar ambas vertientes, priorizando las actuaciones para maximizar los
resultados.
Antecedentes
La EIRD fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas como la
sucesora del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales
(1990-1999), con el fin de perseguir los objetivos a escala mundial al proporcionar un
marco estratégico global para su implementación por parte de los países, las regiones,
los organismos de las Naciones Unidas y la sociedad civil.
Este contexto internacional señala la dimensión del desafío, persuade y vincula a los
países al cumplimiento de compromisos asumidos internacionalmente y ofrece un
contexto de oportunidades para el desarrollo de las responsabilidades de los estados.
Teniendo en cuenta que los países andinos han manifestado, mediante la Decisión 529
de julio de 2002 la cual da origen al CAPRADE, que se adopten los postulados de la
Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD) promulgada dentro del
marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas del Año 2000 (54/219). En ella
tiene la Subregión Andina un punto de referencia fundamental para el desarrollo de la
presente Estrategia.
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En cumplimiento de los compromisos internacionales y su articulación con las políticas
nacionales y de integración andina, corresponde a los Ministerios de Relaciones
Exteriores impulsar el seguimiento de los temas que de estas convenciones emanen,
así como de los programas y acciones que la Estrategia Andina establezca.
Como respuesta a los desastres y la evidente dinámica de los riesgos, así como por los
esfuerzos enmarcados en el Sistema de Naciones Unidas, en particular a partir del
Decenio Internacional para la Reducción de Desastres, el hemisferio ha venido
avanzando en una comprensión de la reducción del riesgo, producto, igualmente, del
desarrollo de investigaciones sociales, el intercambio de experiencias y la apertura del
tema a sectores sociales y políticos antes no involucrados.
En las dos últimas décadas, los países de la Subregión Andina han contado con el
apoyo de un número apreciable de entidades internacionales tales como el Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Panamericana de la
Salud (OPS/OMS), la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la
Media Luna Roja (FICR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la
Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO).
Los Países Andinos han venido acumulando en los últimos años una experiencia en el
trabajo intracomunitario en la prevención y atención de desastres que sienta las bases
para adelantar con mayor confianza la Estrategia Andina.
Dos antecedentes de trabajo andino en el conocimiento de las amenazas han sido los
logrados por el Estudio Regional para el Fenómeno de El Niño desde el año 1974 en el
contexto de la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS) dedicado al desarrollo de
estudios hidrometeorológicos y oceanográficos; y el Centro Regional de Sismología
(CERESIS) focalizado en el desarrollo de estudios de vulcanología y sismología en la
Subregión.
En los años recientes, varias decisiones frente al tema de desastres han sido tomadas
en el marco del Sistema Andino de Integración que señalan una trayectoria de
delineamientos en este campo.
En julio de 2002, los Ministros de Relaciones Exteriores dan un paso importante para la
sostenibilidad de las acciones iniciadas con la creación del Comité Andino para la
Prevención y Atención de Desastres -CAPRADE- mediante Decisión 529, al reunir en
una sola institucionalidad regional las diferentes facetas de la prevención y atención de
desastres. Dicho Comité fue creado con el objeto y competencia de:
Teniendo como marco de referencia la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible fue
aprobada la Iniciativa Latinoamericana y Caribeña para el Desarrollo Sostenible y los
países de la Subregión Andina aprobaron los Lineamientos para la Gestión Ambiental y
Desarrollo Sostenible. Posteriormente, en el marco de la reunión de Países
- 22 -
Megadiversos, en el año 2002 se estableció un Plan Andino para el Seguimiento a la
Cumbre de Johannesburgo.
Características de la Estrategia:
4.3. Visión
La construcción de este ideal andino se logrará con un mayor nivel de desarrollo del
conocimiento científico, tecnológico, educativo, informativo y operativo.
- 24 -
4.4. Objetivo General
Contribuir a la reducción del riesgo y del impacto de los desastres para coadyuvar en el
desarrollo sostenible en todos los países de la Subregión Andina a través del
fortalecimiento institucional y el establecimiento de políticas, estrategias, programas y
subprogramas comunes entre los países; del intercambio de experiencias, la creación
de redes y del mejoramiento de la cooperación mutua en situaciones de desastres.
La Estrategia Andina acoge, para el desarrollo eficaz de sus programas al interior de los
países y entre ellos, los siguientes principios orientadores:
Responsabilidad Compartida:
5. Estrategias Sectoriales
La Estrategia Andina señala un conjunto de líneas estratégicas comunes para todos los
sectores del desarrollo y otras de carácter específico. Estos lineamientos estratégicos
no son limitativos y los programas y subprogramas que se deriven de ellas deben
incorporarse a los ejes temáticos.
Resulta valioso el apoyo que puedan ofrecer organismos y programas como la FAO, el
PMA, Hábitat, ORAS-CONHU, OPS/OMS, UNESCO, UNETE y PNUMA, entre otros.
Sector Agropecuario
La finalidad del abordaje sectorial es reducir los riesgos de desastres naturales que
afectan la prestación de los servicios, así como evitar que la deficiente infraestructura
sectorial sea generadora de riesgos. Se debe tener particular atención a la atracción de
población hacia zonas con amenazas/peligros, lo que requiere articular la planificación
sectorial con las políticas de ordenamiento del territorio.
El sector salud es especialmente relevante para la Estrategia Andina por su rol vital en
la prevención y atención de los desastres, por las vulnerabilidades de la infraestructura
hospitalaria y por el agravamiento de las condiciones sanitarias y epidemiológicas que
se presentan a raíz de ciertos desastres.
La finalidad del enfoque sectorial es reducir los riesgos de desastres que afectan las
redes viales, así como evitar que la infraestructura vial inconvenientemente localizada o
en condiciones antitécnicas sea generadora de riesgos.
Comunicaciones
Línea 1. Promoción de una red de telecomunicaciones para la Subregión que integre los
sistemas nacionales de prevención y atención de desastres.
Línea 2. Creación y/o fortalecimiento de los sistemas de comunicaciones nacionales
para la prevención y atención de desastres.
Medio Ambiente
Turismo y Comercio
Educación
6. Ejes Temáticos
Los países andinos requieren consolidar una institucionalidad, tanto pública como
privada, capaz de asumir responsabilidades en la prevención y atención de desastres.
- 32 -
En el ámbito subregional, el fortalecimiento institucional y la creación de capacidades se
construirán a partir de la conformación y puesta en marcha del Sistema Andino para la
Prevención y Atención de Desastres.
Una tarea central del Sistema es abrir y mantener un diálogo permanente con la
cooperación internacional y relaciones con las entidades homólogas como el
CEPREDENAC, CDERA, con asociaciones como la Asociación Iberoamericana de
Organismos Gubernamentales de Defensa y Protección Civil, países y organismos
cooperantes, estrategias como la EIRD-ONU, Organismos del Sistema de Naciones
Unidas como PNUD, UN-OCHA, OMM, organizaciones como la Federación
Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y Media Luna Roja, el CERESIS, el
CIIFEN, el ERFEN y la banca multilateral, entre otras.
Este Programa tiene como finalidad apoyar la creación y actualización de los Sistemas
Nacionales para la Prevención y Atención de Desastres, el fortalecimiento de las
instituciones nacionales tutelares o coordinadoras del tema, así como de los
organismos técnico científicos generadores de información sobre amenazas/peligros y
vulnerabilidades y de las entidades operativas de manejo de emergencias y desastres.
Los países andinos tienen un enorme potencial en los grupos de población que en
forma desinteresada conforman los cuerpos de voluntariado de los organismos de
socorro, pero que necesitan para su desarrollo mejorar los esquemas de organización.
Este Programa promoverá que los países andinos produzcan e intercambien el conjunto
de herramientas y modelos más relevantes para su desarrollo, en particular las normas
jurídicas y técnicas, metodologías para evaluación de amenazas, análisis de
vulnerabilidades, riesgos e impactos socioeconómicos y metodologías de planificación
territorial, urbana y sectorial, que armonicen a nivel Subregional, entre otras: las normas
técnicas de construcción de viviendas para certificación de sismoresistencia, las normas
técnicas del diseño de vías terrestres y la provisión de herramientas metodológicas para
la localización, evaluación de impactos y un sistema de indicadores para su medición.
El trabajo conjunto de los países andinos puede tener una destacada eficacia en el
desarrollo de estudios que beneficien a dos o más países de la Subregión. Algunas de
las áreas de mayor interés de estudio están en la ampliación y mejoramiento del
conocimiento sobre cambio climático, fenómeno El Niño y retroceso glaciar, y el estudio
que relacione el medio ambiente y desastres.
Estos sistemas son relevantes, tanto por su papel en el manejo de la preparación frente
a situaciones inminentes de desastres, como por la información histórica que derivan de
su manejo como base para el desarrollo del conocimiento sobre el comportamiento de
los fenómenos naturales y de los riesgos asociados a los mismos.
Los múltiples desastres que pueden ocurrir en la región Andina hacen necesaria la
realización de planes de emergencias y contingencias como elementos centrales de la
preparación frente a los desastres, para lo cual es necesario desarrollar metodologías
para la elaboración y evaluación de planes de emergencia y contingencias nacionales y
locales. Se recomienda desarrollar conjuntamente una serie de metodologías de uso
común para la realización de planes de emergencia y contingencia a escala
subnacional, nacional y subregional.
Un punto central de este Eje Temático es promover e incentivar que los actores sociales
involucrados con los sistemas de ciencia, tecnología y educación superior de cada país
asuman un papel proactivo en la producción de conocimiento sobre amenazas/peligros,
vulnerabilidades y riesgos y la transferencia de información y capacidades a sus
comunidades educativas y científicas, a los sectores público y privado y a los procesos
de planificación y toma de decisiones así como a la población en general.
Un punto central de este Programa es promover que los actores involucrados con los
sistemas de ciencia, tecnología y educación superior de cada país asuman un papel
proactivo en la producción de conocimiento sobre riesgos y en la transferencia de
información y capacidades a sus comunidades educativas y científicas, al sector privado
y a los procesos de planificación y toma de decisiones.
Este Programa promueve que, en forma integrada, los países definan criterios para el
manejo de la información en situaciones de emergencias y desastres y acerca de la
responsabilidad social de los medios de comunicación masiva.
Cada país podrá desarrollar programas de información pública alusivos a temas vitales,
tales como las normas y recomendaciones sobre la prevención y atención de desastres,
la diversidad de las amenazas y las vulnerabilidades.
Por otro lado, para hacer que la ayuda prestada sea realmente coordinada, efectiva y
acorde con los requerimientos del país afectado, se plantea la normalización
subregional de procedimientos, estándares operativos, protocolos y la correspondiente
adaptación nacional para enfrentar las situaciones de emergencias y desastres.
Estos instrumentos y herramientas serán específicos para los casos de frontera donde
la cercanía permite el rápido desplazamiento y la asistencia oportuna requerida por el
país vecino.
Programas y Subprogramas
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