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Porqué Soy Cristiano

Por Jesús Briseño Sanchez

Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y


enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les
llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
(Hechos 11.26)
INTRODUCCION

Después de observar algunos libros y escritos con un titulo parecido,


tales como: “Una Vez Fui Católico”, “Porque Soy Bautista”, “Porque
No Convertirme En Testigo De Jehová” etc.

Me pareció bien escribir algunas de las muchas razones de por qué yo


soy cristiano.

Sirve al mismo tiempo al propósito de considerar algunas de las


características bíblicas de la fe, la salvación y la iglesia de Cristo.

EL NOMBRE DE LA IGLESIA Y LOS CREYENTES

Soy cristiano, porque encuentro en las Sagradas Escrituras que así


fueron llamados los primeros creyentes:

Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a


mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera
vez en Antioquía. (Hechos 11.26)

Soy cristiano, porque los apóstoles persuadían a las personas a


hacerse cristianas:

Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser


cristiano. (Hechos 26.28)

Soy cristiano, porque los discípulos del primer siglo aceptaron sobre
ellos ese nombre y no se avergonzaban de padecer por ello:

Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino


glorifique a Dios por ello. (1Pedro 4.16)

Soy cristiano, porque no cargo con apodos religiosos inventados por el


hombre siglos después del Nuevo Testamento, tales como católico,
protestante, bautista, luterano, testigo de Jehová, adventista,
evangélico, pentecostés, menonita, mormón, presbiteriano,
metodista, y un largo etc, que no son otra cosa sino identificaciones
con una doctrina o un grupo religioso.
Soy cristiano, porque he sido añadido por Dios mismo a Su Cuerpo
espiritual, al cual la Biblia se refiere sencillamente como iglesia de
Dios, reino de Dios, o iglesia de Cristo:

Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las
iglesias de Cristo. (Romanos 16.16)

Soy cristiano, porque no pertenezco a ningún grupo religioso


denominado: “Iglesia Católica Apostólica Romana”, “Iglesia Adventista
del Séptimo Día”, “Iglesia Evangélica Pentecostal”, “Iglesia Bautista”,
“Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, “Iglesia
Apostólica”, “Iglesia del Nazareno”, y otro largo etc. de nombres
inventados por el hombre y puestos a sus organizaciones humanas,
que nada tienen que ver con los cristianos del primer siglo.

EL PLAN DE SALVACIÓN

Soy cristiano, porque he obedecido de corazón aquella forma de


doctrina predicada por los apóstoles, enviados por Jesucristo e
inspirados por el Espíritu Santo.

He oído la Palabra de Dios:

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. (Romanos


10.17)

He creído que Cristo Jesús es el Hijo de Dios:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo


unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. (Juan 3.16)

Que Dios le levantó de los muertos:

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en


tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
(Romanos 10.9)

Y que su sacrificio nos limpia de todo pecado:


En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
(Colosenses 1.14)

He confesado mi fe con mis labios:

Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se


confiesa para salvación. (Romanos 10.10)

He sido bautizado para perdón de pecados:

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el


nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el
don del Espíritu Santo. (Hechos 2.38)

Y para ser salvo:

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere,


será condenado. (Marcos 16.16)

El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando


las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena
conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo, (1Pedro
3.21)

En la Biblia veo que las personas que escuchaban el evangelio


solicitaban ser bautizadas y que a los creyentes bautizados era a
quienes Dios añadía a su iglesia (Hechos 2.41, 47).

Soy cristiano porque no fui bautizado para pertenecer a una


denominación ni para dar testimonio de mi fe, lo cual la Escritura de
Dios no enseña.

Soy cristiano, porque fui buscado por Cristo Jesús, me fue predicado y
he creído y obedecido su evangelio.

Soy cristiano, porque la verdad me ha hecho libre de doctrinas


inventadas por el hombre, tales como imágenes religiosas,
mandamientos de hombres y supuestas “oraciones de fe para
salvación”, todo lo cual la Biblia no enseña.
LA ADORACIÓN

Soy cristiano, porque adoro a Dios conforme al patrón bíblico de la


iglesia del Nuevo Testamento.
La iglesia del Señor se reúne cada primer día de la semana:

El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el


pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y
alargó el discurso hasta la medianoche. (Hechos 20.7)

Adora a Dios recordando el sacrificio de Cristo con la frecuencia


signada en la Biblia y no cada año o cada que la iglesia decida.

Asimismo, ofrenda para las necesidades de sus miembros cada primer


día de la semana conforme se prospera:

Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte


algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo
llegue no se recojan entonces ofrendas. (1Corintios 16.2)

En las Sagradas Escrituras no veo que los cristianos diezmen, ni que


ofrenden cada que se reúnen, solo cada primer día de la semana.

La iglesia además adora a Dios con oraciones, la predicación de la


Palabra y canticos espirituales:

La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos


y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia
en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos
espirituales. (Colosenses 3.16)

En todos los textos del Nuevo Testamento, vemos especificado el


mandamiento de cantar: Ef 5.19; Hch 16.25; 1Co 14.15; Stg 5.13.

Soy cristiano, porque no pertenezco a un grupo religioso que haya


introducido cambios en la adoración a Dios, ni se salga de los
mandamientos divinamente inspirados. Soy cristiano, porque
pertenezco al conjunto de salvos que hacen todo decentemente y con
orden.
LA DEIDAD

De las muchas herejías que han salido por el mundo, la más peligrosa
es aquella que niega la doctrina bíblica referente a la Deidad, que
Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Dentro del amplio menú de agrupaciones religiosas, unos creen que
Jesucristo no es Dios, solo el Padre, y que el Espíritu Santo no es una
persona, otros consideran que solamente Jesús es Dios, negando al
Padre y al Espíritu Santo. Yo soy cristiano, porque creo firmemente lo
que las Sagradas Escrituras revelan con relación a la naturaleza
divina.

Creo cuando la evidencia bíblica muestra la causa de su ejecución:

Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo
quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era
su propio Padre, haciéndose igual a Dios. (Juan 5.18)

Creo a Jesús cuando dice que no es El solo:

Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo


y el que me envió, el Padre. (Juan 8.16)

Creo cuando la Biblia dice que el Espíritu Santo es Dios:

Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu
poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los
hombres, sino a Dios. (Hechos 5.3-4)

Creo cuando Jesús afirma tener la misma autoridad de su Padre:

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me


has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;
¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? (Juan 14.9)

Creo cuando enseña que es uno con el Padre, mostrando su igualdad


y divinidad:
Yo y el Padre uno somos. (Juan 10.30)

Creo cuando aclara el sentido de esa unidad, comparándola con la de


los creyentes:

Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que
también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú
me enviaste. (Juan 17.21)

Creo que no fingió, ni nos engañó, cuando habló con su Padre:

Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he


glorificado, y lo glorificaré otra vez. (Juan 12.28)

Creo cuando las Escrituras hablan de los Tres al mismo tiempo,


demostrando diversidad de Personas:

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos


en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; (Mateo
28.19)

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del


Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. (2Corintios 13.14)

Por creer en Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo, soy cristiano.

OTRAS DIFERENCIAS

Las innumerables denominaciones que se observan hoy en día, cada


una con doctrinas muy diferentes y encontradas entre si, guardan a
pesar de ello algunas similitudes. Por ejemplo, todas reconocen a
ciertos hombres como sus fundadores; reconocen un lugar y fecha
precisos de origen; tienen líderes, presidentes o cabezas humanas;
tienen una sede o lugar de preponderancia en el mundo, se conducen
según libros escritos por sus líderes, etc.

La iglesia que vemos en el Nuevo Testamento, fue fundada por Cristo


mismo (Mateo 16.18), en el año 33 aproximadamente, en la ciudad
de Jerusalén (Hechos 2).
Solo a Jesucristo reconoce por cabeza y conductor (Efesios 1.22),
ninguna congregación es más importante que otra, no tiene sede
central en la tierra y es dirigida por el Espíritu Santo por medio
únicamente de la Biblia (2Timoteo 3.16-17; 1Pedro 4.11).

Las denominaciones asimismo tienen marcadas diferencias


doctrinales, que muestran el error, fruto de pensar mas allá de lo que
esta escrito.

Algunas guardan y se reúnen el sábado, cobran el diezmo y tocan


instrumentos musicales como si fueran judíos.

Otros no guardan el sábado ni cobran el diezmo, pero sostienen la


música instrumental, además de negar el bautismo como requisito de
salvación.

CONCLUSIÓN

Por todo lo anterior, y por muchas cosas mas, soy simple y


sencillamente cristiano.

Aunque como tal, estamos abiertos al dialogo, al examen cuidadoso y


serio de las opiniones:

Examinadlo todo; retened lo bueno. (1Tesalonicenses 5.21)

Decía el Señor: el árbol se conoce por sus frutos.

Una persona con un corazón siempre atento y amante sincero de la


Palabra de Dios, siempre resultara ser un cristiano.

Gracias por su tiempo y atención a este estudio.

Guadalajara, Jal. Septiembre de 2010

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