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HISTORIA DE LA PSICOFARMACOLOGÍA

A lo largo de la historia de la psicofarmacología se ha observado que muchos


de sus descubrimientos no obedecen a un desarrollo lógico, puesto que la
etiología de muchos trastornos psiquiátricos aún sigue sin conocerse: solo
cierto número de hipótesis patogénicas, somáticas o psicológicas han sido
formuladas. De tal modo, la causalidad de estos trastornos debe interpretarse
como factorial. Así, el tratamiento psicofarmacológico no constituye más que
una parte, que incluye igualmente una dimensión psicológica y social.
[ CITATION TOR17 \l 15370 ]

Aunque todavía no existe un acuerdo generalizado a la hora de determinar qué


acontecimiento marcó el inicio de la psicofarmacología moderna, existen
algunos hitos importantes que son considerados los cimientos en los que se
basa esta ciencia médica:

Joseph Moureau de Tours: En la primera mitad del siglo XIX contribuyó con
sus estudios sobre el hachís a dar unos primeros aportes psicofarmacológicos
planificados científicamente;

Emil Kraepelin: Estudiante de Wilhelm Maximilian Wundt, es también


considerado fundador de la psicofarmacología, gracias a sus experimentos
centrados en los efectos de diferentes sustancias psicoactivas y venenos sobre
procesos intelectuales elementales; y,

D.I. Match: Sus investigaciones, muy similares a las de Kraepelin, estaban


basadas en estudios científicos de las acciones conductuales de los fármacos.
No obstante, para otros autores, la psicofarmacología se inicia gracias a una
serie de observaciones clínicas y descubrimientos farmacológicos que se
sucedieron a en el siglo XX (en las décadas de los años cuarenta y cincuenta),
entre los que destacan:
Los trabajos sobre la LSD-25 (dietilamida de ácido lisérgico, LSD-25 o
simplemente LSD, molécula conocida coloquialmente como “ácido”) realizados
por Albert Hofmann y publicados en 1943; y,
El descubrimiento de los efectos antipsicóticos de la clorpromazina por Delay y
Deniker en 1952.

La posibilidad de modificar la psique mediante la administración de agentes


químicos (en el primer caso), y de controlar procesos psicopatológicos
mediante el uso de fármacos (en el segundo), abrió posibilidades
insospechadas para la investigación cerebral y la práctica clínica, muchas de
las cuales ejercen aún su influencia en la psicofarmacología actual.

Descubrimiento de los psicofármacos


Como se mencionó previamente, el descubrimiento de los efectos
antipsicóticos de la clorpromazina es considerado por algunos autores como el
hito inicial de la psicofarmacología moderna (otros investigadores añaden
también a la introducción del litio, como sustancia terapéutica en psiquiatría en
1949, como otro de los hitos de inicio de esta disciplina). No obstante, es de
destacar que la eficacia de estos fármacos se descubrió por casualidad o
partiendo de hipótesis equivocadas, fenómeno que se repitió en el desarrollo
de otros psicofármacos, introducidos con unas expectativas que poco tienen
que ver con su uso posterior (Tabla 1)
De hecho, hasta la síntesis de la fluoxetina a inicios de la década de 1970 no
hubo una teoría capaz de alumbrar un psicofármaco.

Pese a esta “endeble” base científica original, en los más de 60 años


transcurridos desde el descubrimiento de la clorpromazina se ha producido un
gran progreso científico y técnico en el que la psicofarmacología ha sido la
fuerza impulsora que ha permitido el avance de la llamada psiquiatría biológica.
El desarrollo de las teorías neurobiológicas clásicas sobre la depresión
(monoaminérgica) o la esquizofrenia (dopaminérgica) a partir de presuntos
mecanismos de acción de los fármacos eficaces en estas patologías ha
demostrado como la psicofarmacología ha modelado a la psiquiatría biológica y
a la práctica clínica asistencial. Existen un sinnúmero de hechos que han
marcado a la psicofarmacología de la segunda mitad del siglo XX, por ejemplo,
desde la publicación del primer “Tratado de Psicofarmacología” de Boor (en
1956) hasta la aprobación de la lamotrigina como estabilizante del ánimo (en
2003). Se recomienda al lector interesado en conocer más a fondo éstos y
otros hechos históricos de la ciencia psicofarmacológica que consulte el
“Tratado de Psicofarmacología” de Salazar, Peralta y Pastor (Editorial Médica
Panamericana, 2010) y el libro “Historia de la Neuropsicofarmacología” de
López-Muñoz y Álamo.

DEFINICIÓN ACTUAL DE LA PSICOFARMACOLOGÍA


Como se mencionó en la introducción del presente artículo, la
psicofarmacología puede definirse como una disciplina científica centrada en el
estudio de los fármacos que modifican el comportamiento y la función mental a
través de su acción sobre el sistema neuroendocrino. Esta perspectiva destaca
el interés de la psicofarmacología en el estudio de las interacciones entre los
fármacos, el sistema nervioso, y el comportamiento normal y patológico.

Sin embargo, se pueden encontrar otras múltiples matizaciones en las


conceptualizaciones actuales de la psicofarmacología, destacando ya sea su
carácter básico o aplicado. En este sentido, se resaltan aquellas definiciones
que dan un importante y equiparable valor al estudio de los sustratos neurales
y a los mecanismos de acción de un determinado fármaco:

Stahl: Afirma que la psicofarmacología se orienta al descubrimiento de


fármacos y a la comprensión de sus acciones en el sistema nervioso central;

Bloom: Destaca como uno de los principales objetivos de la psicofarmacología


el empleo de fármacos para descubrir los mecanismos que operan en el
sistema nervioso central y las bases biológicas de procesos mentales
complejos; y, finalmente

Pinel: Enfatiza en que la psicofarmacología tiene su interés en la manipulación


neural y de la conducta a través de fármacos.

La variedad de definiciones que pueden encontrarse en torno al término


psicofarmacología no hace más que poner de manifiesto su naturaleza
multidisciplinaria y la riqueza de contenidos que aporta al campo de la
neurociencia, en el que se encuentra adscripta.

Por su parte, tres términos generales e intercambiables entre sí describen a los


fármacos utilizados en el tratamiento de los trastornos psiquiátricos:
psicotrópicos, psicofármacos y fármacos psicoterapéuticos. Tradicionalmente,
los psicofármacos se han dividido en 5 categorías: 1. Antipsicóticos o
neurolépticos, para tratar la psicosis; 2. Antidepresivos, para tratar la depresión;
3. Estabilizantes del ánimo o timorreguladores, para tratar el trastorno bipolar;
4. Ansiolíticos, para tratar la ansiedad (y que también son efectivos como
hipnóticos); y, 5. Antidemenciales, para tratar la demencia. Sin embargo, estas
distinciones categóricas resultan cada día menos válidas por las razones que
se exponen en la tabla 2
DIANAS DE LA ACCIÓN PSICOFARMACOLÓGICA
La mayoría de las sustancias psicoactivas (psicofármacos y drogas de abuso),
ejercen sus efectos sobre el sistema nervioso central al afectar los mecanismos
de neurotransmisión química y una serie de objetivos moleculares.

Alteración de mecanismos de la neurotransmisión


La neurotransmisión química puede alterarse en alguno de estos niveles: 1.
Síntesis y almacenamiento de neurotransmisores; 2. Proceso de liberación del
neurotransmisor; y, 3. En lo referente a la inactivación del neurotransmisor.

Alteración a nivel de la síntesis y almacenamiento de neurotransmisores


Se pueden dar tres tipos de alteraciones en este sentido:

Inhibiendo la síntesis de neurotransmisores: Por ejemplo, la α-metil-p-


tirosina (AMPT) es una molécula inhibidora de la enzima tirosina-hidroxilasa,
con la cual se impide el paso de tirosina a L-dopa y, consecuentemente, se
disminuye la síntesis de dopamina y noradrenalina.

Proporcionando a la neurona mayor cantidad de sustancia precursora;


por ejemplo, algunos fármacos que se utilizan en la enfermedad de Parkinson
proveen de mayores cantidades de L-dopa, con la cual las neuronas pueden
sintetizar mayores cantidades de dopamina.
Inhibiendo la recaptación de neurotransmisores en las vesículas de
almacenamiento de los terminales presinápticos, con lo que los mismos se
encuentran desprotegidos y expuestos a la degradación enzimática (por
ejemplo, a las monoamino-oxidasas). Un ejemplo es la reserpina, que
depleciona las reservas de serotonina y noradrenalina en el cerebro, médula
suprarrenal, y otros tejidos, y reduce la recaptación de catecolaminas por los
terminales nerviosos adrenérgicos.

Alteración a nivel del proceso de liberación de neurotransmisores

Dos son las alteraciones que pueden afectar este proceso:

Disminuyendo la entrada de iones Ca+2 al terminal presináptico mediante,


por ejemplo, el aumento de las concentraciones de Mg+2, que es un ion que
compite con el Ca+2 para entrar a la célula.

Agotando las fuentes de un neurotransmisor. Por ejemplo, el veneno de


arañas de género Latrodectus (viuda negra) puede provocar una liberación
masiva de acetilcolina, provocando convulsiones, parálisis muscular y
afectación de funciones fisiológicas controladas por el sistema nervioso
autónomo que pueden llevar a la muerte.

Alteración a nivel del proceso de inactivación de neurotransmisores

Dos son también las alteraciones que pueden afectar este proceso:

Algunas sustancias inhiben las enzimas que afectan la degradación de los


neurotransmisores, aumentado por ende su concentración en la hendidura
sináptica y potenciando de esa forma su efecto. A modo de ejemplo, existen
sustancias que inhiben la acetilcolinesterasa, enzima encargada de degradar la
acetilcolina. Estas sustancias pueden ser:
1. Inhibidores irreversibles: Como los fosfatos orgánicos (ésteres del
ácido fosfórico), utilizados en algunos insecticidas y plaguicidas, y muy
neurotóxicos.

2. Inhibidores reversibles: Como el donepezilo, fármaco diseñado para el


tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, que inhibe de manera
reversible a la acetilcolinesterasa y, secundariamente, a la
butirilcolinesterasa, aumentando de esa manera la concentración de la
acetilcolina en la hendidura sináptica.

Otro mecanismo es el producido por sustancias que impiden que los


neurotransmisores (dopamina, serotonina y noradrenalina) sean recaptados
adecuadamente por el terminal presináptico, aumentando así también la
concentración de los mismos en la hendidura sináptica. Esta es la base de la
acción de muchos fármacos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de
la recaptación de serotonina (citalopram, escitalopram, fluoxetina, fluvoxamina,
paroxetina, sertralina), los inhibidores de la recaptación/antagonistas de
serotonina (trazodona), inhibidores de la recaptación de dopamina-
noradrenalina (bupropión), inhibidores de la recaptación de noradrenalina
(atomoxetina, reboxetina), inhibidores de la recaptación de serotonina-
noradrenalina (duloxetina, venlafaxina) y de los inhibidores duales de la
recaptación de serotonina (vilazodona).

Clasificación de los psicofármacos


A efectos prácticos, los psicofármacos se clasifican según lo expuesto en la
tabla 7.
Selección de un fármaco
Ningún psicofármaco es siempre eficaz en todos los pacientes con el mismo
diagnóstico. La eficacia de un fármaco solo puede predecirse en parte y
depende de la farmacocinética y farmacodinámica del psicotrópico y del trípode
biopsicosocial del paciente.

Por lo tanto, la selección de un fármaco determinado se hace caso por caso,


siguiendo el juicio clínico, y en base a lo siguiente: 1. El tipo de fármaco en
cuestión; 2. La biología del paciente en particular; 3. La experiencia y el juicio
clínico del médico que prescribe el fármaco; y, 4. El contexto situacional y
ambiental del paciente.

Asimismo, constituye un verdadero reto determinar la dosis óptima del fármaco


con los mínimos efectos secundarios asociados, cuánto tiempo se debe
mantener un tratamiento que ha sido eficaz y cuándo ha de retirarse uno que
no ha sido efectivo; por ello, muchas veces, la evidencia y la experiencia van
juntas a la hora de la toma de decisiones.
ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL
Es la especialidad de la enfermería que se responsabiliza de la atención de
personas con algún de trastorno o enfermedad mental, como son la psicosis,
depresión, demencia, esquizofrenia o trastorno bipolar.

Enfermería en salud mental apoyan y asisten a personas con alteraciones


mentales. Este profesional no solo aplicará los tratamientos pertinentes, sino
que asumirá un papel educativo y de fomento de salud mental, a nivel
comunitario e individual.

Motivan a sus pacientes a aceptar y convivir con su enfermedad, e identifican


cuando se encuentran en situación de riesgo, donde podrían causarse daño a
sí mismos o a otras personas.

El trabajo con estos pacientes suele ser complejo, pero un éxito logrado, por
pequeño que sea, es muy confortante, lo que se debe asumir como una labor
asistencial, y social a la vez.

Este enfermero forma parte de todo un equipo multidisciplinario donde se


encuentran trabajadores sociales, psiquiatras, psicólogos y terapeutas
ocupacionales; orientados a asistir, educar y rehabilitar a los enfermos
mentales.
Enfermería en salud mental trabajan con una amplia gama de casos
psiquiátricos. Por cuanto abarca personas con demencia, con problemas
de conducta alimentaria, pacientes con trastorno de la personalidad, depresión,
ansiedad, abuso y dependencia del alcohol y las drogas, con trastornos
psicóticos, neuróticos, etc.

Por ello, estos enfermeros especialistas en salud mental han de estar


preparados para atender a un paciente con esquizofrenia, pero de igual forma a
un anciano con Alzheimer, a un niño que sufre acoso escolar a una
adolescente con anorexia.
En este sentido, su trabajo puede desarrollarse en unidades hospitalarias,
centros de atención primaria, pequeñas clínicas, residencias psiquiátricas,
desde el hogar, e incluso en colegios donde se realizan labores de prevención
y educación para la salud.

Por supuesto, para atender estas patologías, el enfermero especialista debe


estar calificado para valorar y diagnosticar a los pacientes; administrar y
controlar tratamientos; instruir al paciente en una técnica de
autoadministración; ser un soporte terapéutico para el enfermo y sus
familiares; abordar y dominar todo tipo de crisis; tomar parte en el desarrollo
personal del paciente, así como orientarle en su rehabilitación. [ CITATION
ENF19 \l 15370 ]

PRINCIPIOS DE ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL


Son normas generales que rigen la conducta de la enfermera(o) hacia el
paciente, para alcanzar un resultado inmejorable con respecto a la salud
mental del individuo. Estos principios básicos son:
 Aceptación de los pacientes tal como son
 Contacto con la realidad
 Colaboración personal del profesional de Enfermería
 Estabilidad y seguridad del paciente
 Modificación de la conducta del paciente a través de la experiencia
emocional
 Autocomprensión como instrumento terapéutico
 Aprobación por parte del paciente

HISTORIA DE LA ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL Y


PSIQUIÁTRICA

En la prehistoria, las medidas que se aplicaban para tratar a personas con


problemas mentales, eran ritos tribales.
En el transcurso de las eras griegas y romanas a los enfermos se les atendía
en templos donde los tratamientos eran extremos: desde cuidados
humanitarios hasta azotamientos, purgas y sangraduras.

Para la Edad Media se pensaba que los enfermos mentales eran seres
poseídos por los demonios y que debían exorcizarse a través de flagelos, y
dejarlos sin alimentación.

Cuando la Iglesia desistió de atender a los insanos durante el siglo XVI se les
internó en hospicios (combinación entre cárcel y asilo).

 En el siglo XVIII el asilo Bicetre, ubicado en las afueras de París,


introdujo un nuevo régimen terapéutico llamado “terapia moral”.

 Esta terapia moral exigía que los ayudantes brindaran a los pacientes un
tratamiento amable y mantuvieran su participación en el programa
terapéutico.
 Los seguidores de la terapia moral estaban convencidos que la
enfermedad mental se correspondía con una educación insuficiente y
con obscenidades, y que un ámbito terapéutico podía superar esas
debilidades.

 El trato cruel a los enfermos se sustituyó por mantenerlos ocupados con


labores, música u otras actividades o diversiones.

La puesta en práctica de la terapia moral y su dependencia en los


colaboradores establecieron los inicios de la asistencia que brindan
actualmente las enfermeras a pacientes psiquiátricos.

Dorothea Lynde Dix, profesora estadounidense que acudió como voluntaria


para cuidar a individuos de cárceles y casas de beneficencia, se aterrorizó por
las condiciones que tenían estos alojamientos, en su país natal y en Canadá.
Fue defensora de los enfermos mentales, persuadió a las legislaturas estatales
de que se necesitaban hospitales apropiados, no cárceles, para las personas
que padecían enfermedades mentales.

De los hechos trascendentes en la enfermería en salud mental durante los


siglos XVIII al XX podemos señalar:

 Durante la década de 1870 se consideraba a los asilos instituciones con


una decadente imagen pública.

 En la búsqueda de mejores condiciones se incorporaron terapias


eficientes con base científica, y la atención de enfermeras graduadas en
vez de ayudantes o colaboradores.

 Sin embargo, en vista de que los asilos no podían contratar suficientes


enfermeras para mejorar la atención al enfermo, se constituyeron
escuelas de enfermería en los propios asilos. La primera estas escuelas
de se fundó en 1882, en el asilo McLean en Massachusetts.

 El tratamiento para el siglo XX aún se circunscribía a regímenes


dietéticos, aislamiento, baños de agua fría, inmovilizaciones, y en
ocasiones, administración temprana de medicamentos sedantes y
tratamiento de choque.

 La enfermería psiquiátricatuvo un salto muy significativo cuando se


publicó “interpersonal relations in nursing” o “relaciones interpersonales
en enfermería” de Hildegard Peplau en 1952, donde se describe la
importancia de la relación entre paciente y enfermera, como modalidad
de tratamiento.

 Peplau es considerada “La Madre de la Enfermería Moderna en


Psiquiatría”
 Los especialistas graduados en enfermería clínica en atención
psiquiátrica, tomaron con rapidez puestos de liderazgo en enfermería
organizada, y motivaron el reconocimiento de su trabajo como
dispensadoras autónomas de atención de la salud mental,
específicamente en psicoterapia.

 En 1953 la Nation Leage for Nursing (Liga Nacional de Enfermería),


requirió que se incorporara la práctica en todos los programas de estudio
básico, y que estas áreas fueran impartidas por docentes que fueran
enfermeras.

 A finales de 1950 se revolucionó la atención a personas con enfermedad


mental, cuando se propagó por primera vez el uso del
medicamento clorpromazina (sedante, antipsicótico, antiemético y
tranquilizante).

A inicios del siglo XX es cuando comienza a desarrollarse plenamente la


enfermería mental. En 1903 se inaugura en España el Instituto de Reformas
Sociales, que se ocupará de diagnosticar los principales problemas de salud
mental y mortalidad infantil.

En 1923 se crea la Escuela Nacional de Puericultura (1923) y la Escuela


Nacional de Sanidad (1924), ambas instituciones españolas, buscan una
solución a la dificultad del cuidado de los enfermos mentales.

Pero no es sino hasta 1926 cuando se crea una Escuela de Psiquiatría, como
una respuesta apropiada a la atención este tipo de enfermos. Esta Escuela se
ocupó de realizar numerosas investigaciones en torno al enfermo mental, su
tratamiento y curación.

Para 1931 surge el Consejo Superior Psiquiátrico, dependiente de la Dirección


General de Sanidad. Este equipo investigaba con frecuencia los problemas
mentales de la sociedad, y propició que se creara la sección de psiquiatría y
enfermedades mentales.
La enfermería de salud mental tuvo un gran avance en 1932. Se promulgó la
ley de ordenación y regulación del personal sanitario en instituciones
psiquiátricos. Ya en 1963 se dio un vuelco a la manera de suministrar atención
a la salud mental al hacer énfasis en la prevención y la terapia descentralizada.
Sin embargo, después de la Guerra Civil Española la enfermería psiquiátrica
sufrió un retroceso, pues no fue sino hasta 1987, cuando se crea el título de
«Enfermería de Salud Mental», pero la respectiva carrera comienza a
impartirse a partir de 1998 en universidades españolas.

ROL DEL ENFERMER0(A) EN SALUD MENTAL  Y


PSIQUIÁTRICA
El papel Enfermería en salud mental ha ido evolucionando a través del
tiempo; y es de suma importancia en la evolución del paciente psiquiátrico. La
enfermera de atención primaria, en estos casos, ocasiona un gran impacto
positivo y brinda atención integral tanto al individuo, como a la familia y su
entorno.

En la actualidad el número de individuos que padece alguna patología mental


se está incrementando en todo el mundo, de igual forma se propaga una
atención en salud mental cada día más cultivada.

Los especialistas de Enfermería en salud mental tienen un importante papel en


el fomento de la salud de los pacientes, y en el rescate del control de sus vidas.

Estos profesionales propician en el paciente el empoderamiento de sus vidas


concebido como independencia, autoconfianza, y el cuidado de sí mismo.
DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL
Proceso de enfermería
Diagnóstico de Enfermería
 Identificación de Resultados
 Planificación (Formulación de Un Plan de Asistencia de Enfermería)
 Ejecución de Acciones o Intervenciones de Enfermería
 Valoración de La Respuesta del Paciente a las Intervenciones.

Diagnósticos de enfermería en Salud Mental


 Confusión aguda
 Duelo anticipado
 Ansiedad
 Déficit de limpieza e higiene personal
 Conflicto de decisiones
 Actividad de diversión deficiente
 Déficit de conocimientos
 Trastornos del crecimiento y desarrollo
 Alteración de la imagen corporal
 Alteración del patrón de sueño
 Déficit de vestido y aseo personal
 Duelo disfuncional
 Miedo
 Déficit de autocuidado alimentario
 Desesperanza
 Nutrición desequilibrada: inferior a las necesidades corporales
 Adaptación alterada
 Memoria alterada
 Capacidad parental alterada
 Interacción social alterada
 Comunicación verbal alterada
 Afrontamiento ineficaz
 Mantenimiento de la salud ineficaz
 Patrones de sexualidad ineficaces
 Riesgo de violencia dirigido contra sí mismo
 Aislamiento social
 Angustia espiritual
 Déficit de autocuidado en la eliminación
INTERVENCIÓN DE ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL
Para la atención de los pacientes en enfermería en salud mental en los centros
de salud conforman dos grupos: Un primer equipo de enfermeras que
conformarán el grupo de intervención, y un segundo grupo llamado de control.

Intervenciones generales
 Formación y sensibilización
 Intervenciones en los dispositivos
 Recursos materiales necesarios
 Conexión con otras redes y recursos
 Intervenciones sanitarias sobre la salud física

Intervenciones más comunes de enfermería en salud mental


 Sugerir al médico una concentración sanguínea de los fármacos
antipsicóticos.
 Tomar signos vitales
 Decir al paciente que debe tomar la medicación o tendrá que sujetarle.
 Forme una relación profesional de enfermera-paciente asentada en la
confianza.
 Explique al paciente que usted es el profesional de enfermería y que
está allí para ayudarle.
 Solicite médico la prescripción de un sedante.
 Tranquilice al paciente.
 Comunicar al paciente que el tratamiento antipsicótico le va a ayudar a
organizar sus pensamientos. Le gustaría que lo tomara.
 Explique con cuidado la composición química del fármaco y sus posibles
efectos secundarios. Incluya el mecanismo de acción, la farmacocinética
y efectos deseados.
 Actúe de manera amable y colaboradora, desechando una actitud
amenazante.
 Agradézcale la colaboración al paciente cuando tome la medicación.
CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL
¿Cómo debe desempeñarse un profesional de enfermería en salud
mental?
Debe ser una persona que emplee todos sus conocimientos como especialista
de la mente y de las emociones, para apoyar y acompañar terapéuticamente a
los pacientes a desarrollar sus capacidades, a reconocerse a sí mismos, a
solucionar sus propias crisis en las etapas de desarrollo y a instruirles sobre
mecanismos y estrategias de adaptación, para vigilar su salud y afrontar el
estrés; además, debe actualizarse permanentemente en su área.

La labor del enfermero(a) en salud mental, depende del escenario donde se


desempeñe.

Puede trabajar desde la promoción de la salud en una comunidad de riesgo,


conformando grupos interdisciplinarios en clínicas de la especialidad, a nivel
público o privado; en atención primaria, tratamiento o rehabilitación, con
encargados de unidad de intervención en crisis o cuidados intensivos mentales,
etc.

Aunque es de amplio espectro la atención que puede brindar la enfermería en


esta área, es importante resaltar que estos profesionales en salud mental no
brindan psicoterapia, sin embargo, propician y están autorizados por la ley para
ejecutar procedimientos terapéuticos de acompañamiento, como la “relación
interpersonal de ayuda” (RIA), lo cual es un tipo de terapia breve.

También estos enfermeros manipulan muy bien la intervención en crisis de 1er


y 2do orden, para lo cual cuentan con una extensa formación en técnicas de
comunicación terapéutica, además de un componente en terapia familiar y
grupal, asimismo, manejan modelos interdisciplinarios de intervención, como la
entrevista motivacional.

En este aspecto es recomendable los aportes de la medicina familiar y


comunitaria.
Ciertamente, la enfermería en salud mental no posee funciones del profesional
en psicología o psiquiatría, sin embargo, los que se dedican a esas ramas
afines tienen un bien común: la importancia de la persona y su salud mental.

En esta rama de la enfermería se guía y escucha al paciente; su labor va más


enfocada a la orientación y no a la medicación, lo que entra en contraste con
psicólogos y psiquiatras, reconociendo la encomiable labor de todos.

IMPORTANCIA DE ENFERMERÍA EN SALUD MENTAL


Con frecuencia, héroes de la cotidianidad y sus logros, no reciben ni el
reconocimiento debido, ni el despliegue comunicacional que deberían tener en
todo momento. La sociedad en general tiene una gran deuda pendiente con las
enfermeras y los enfermeros de Salud Mental.

Por estos profesionales especialistas, que, por su trabajo diario, su formación y


experiencia, que cuidan y atienden a miles de personas en todo el mundo,
muchos pacientes pueden hacer una vida digna, sin estar estigmatizados o
enclaustrados en cuatro paredes. Son, además, los que hacen el contacto más
directo e inmediato con unas personas que en esta sociedad, muchas veces
convulsionada y con una trasposición valores, no podrían hacer su vida diaria
sin el monitoreo y el conocimiento de estos profesionales de la Enfermería.

Esta labor tan importante no es reconocida debidamente. Sin su trabajo estas


personas no tendrían un asidero al que aferrarse.

Enfermería en salud mental permanecen muchas horas del día con los
pacientes ingresados en un hospital; por suerte, su labor profesional se ve
recompensada, año tras año, con el reconocimiento público de esos pacientes
que esa entrega diaria, a pesar de los recortes y de las condiciones de
laborales adversas.

También en Salud Mental son las enfermeras(os) quienes se encuentran todo


el tiempo con los pacientes, que conocen sus nombres, los que saben cuándo
y cómo han llegado; los que se comunican por teléfono si no asisten a la
consulta; los que conversan con ellos, les tranquilizan y les ayudan a
sobrellevar una patología que únicamente puede tratarse con el cuidado, la
dedicación y el profesionalismo con que la manejan ellos.

Sin la enfermería no se sostendría ningún sistema sanitario. Esta época


requiere más que nunca la presencia de estos profesionales, Especialistas en
Salud Mental, que deben laborar en las mejores condiciones, y vean
reconocida su labor, legal y socialmente.

Sin ellos muchas personas no podrían desarrollar la vida que llevan.


Contribuyen de manera decidida a mejorar nuestra sociedad, son héroes
anónimos, a los que no se debe dejar a su suerte o en limbos legales.

Son héroes anónimos, desconocidos para el grueso de las sociedades, sin


embargo, bregan arduamente, de noche y de día, por el mejoramiento mental
de muchas personas. Son la esperanza de muchas familias para el
mejoramiento y el regreso de sus familiares, de la oscuridad.

Son la mano derecha de los psiquiatras y de los psicólogos clínicos, y por


supuesto, del paciente y de sus familiares. Tanto es así que, en algunos casos,
son los mejores amigos de los pacientes, ya que se convierten en sus aliados,
en la persona en quien más confían, en los que tienen la esperanza de una
mejor calidad de vida, y de regresar de las tinieblas.
BIBLIOGRAFÍA

ENFERMERIA EN SALUD MENTAL: DEFINICIÓN, F. G. (2019). Enfermería


en salud mental: Definición, funciones, generalidades y más.
Recuperado el 15 de Julio de 2020, de Mi carrera universitaria:
https://micarrerauniversitaria.com/c-enfermeria/enfermeria-en-salud-
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TORALES, J., & Arce, A. (27 de 05 de 2017). Principios de Psicofarmacología:


Una introducción. Medicina Clínica y Social, 1(1), 54-99. Recuperado el
15 de Julio de 2020, de
https://medicinaclinicaysocial.org/index.php/MCS/article/view/6

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