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González”
Profesorado de Música
Historia de la Música III
Trabajo de Investigación: Compositor argentino del s. XX
Coreografía:
Vuelta entera (8c).
Giro (4c).
Contragiro (4c).
Zapateo y zarandeo (8c).
Media vuelta (4c).
Zapateo y zarandeo (8c).
Giro final (4c).
Elección de la obra
“Pa´l mamao” es una de las obras inéditas de Remo Pignoni, que fue recuperada
por su esposa, luego registrada en Sadaic y posteriormente grabada en el CD
“Remo Pignoni Inédito” por la pianista Patricia Lamberti. Como se enuncia en la
Biografía, en dicho CD se incluyen en archivo “PDF” las partituras
correspondientes al material interpretado.
La titular de la cátedra de Piano, Silvia Mulé, de la carrera Profesorado de Música
en I.S.P. N°2 “Joaquín V. González”, promueve la difusión y el estudio de dicho
material trabajando con algunos de sus alumnos estas obras. Es así entonces en
calidad de estudiante, como accedo al gato cuyano “Pa’l mamao”.
Biografía: ( extraída de https://remopignonipianista.wordpress.com/biografia/)
Remo Pignoni fue un hombre feliz seguramente. De un humor fino y muy directo y
expresivo en sus manifestaciones.
Vivió para la música, y para su familia que disfrutó hasta el último día con su
esposa Dorita y sus hijos Atilio, Remo y José María. Pero también para sus
amigos del Club y algunos músicos con quienes se frecuentaban.
“Dorita: escuchá este gatito que me hice antes de que salgamos para dar una
vuelta con los chicos”. Esta es una de las tantas partidas que jugó de a dos con su
esposa, que sin saber música lo solía aprobar ante sus requerimientos.
Nació el 4 de mayo de 1915 en Rafaela (Sta. Fe). Fue alumno del maestro italiano
Luis Ricci.
Sus composiciones para canto las comparten los poetas Alfonsina Storni,
Margarita Durán, José Pedroni, Armando Tejada Gómez, Hamlet Lima Quintana,
León Benarós, Ariel Petrocelli, Guiche Aizenberg, Fortunato Nari, Mario Vecchioli,
Alberto Domenella, Quintín Porporatto.
Es autor -entre otras- de la Marcha canción “Ciudad de Rafaela” que lleva letra del
poeta Mario Vecchioli, del “Himno de las Escuelas de Adultos” con letra de
Alfonsina Storni , de la Marcha deportiva “Albiceleste” del Club Atlético de Rafaela.
El Coro del Banco Provincia de Buenos Aires graba su huella “Por el Sur” que
además da nombre a ese disco de música popular latinoamericana.
Son algunos de sus temas: “Por el sur” (huella) con Armando Tejada Gómez,
“Tomasa Coronel con tanto surco” (triunfo) con Hamlet Lima Quintana, “Vino
nuevo” (cueca) con Alberto Domenella, “Hora solitaria” (vidala) con Fortunato Nari,
“De angora” (gato), “En séptima” (chacarera), “Zamba de las nubes” (zamba), “Pa’
la Dorita” (gato), “Triunfo nochero” (triunfo), “De la quebrada” (bailecito), “Amargo
me gusta” (chamamé), “Tientos cruzados” (malambo).
Y será por eso que el piano de Remo sigue cerca del rincón del estar de su casa,
así como estuvo todo el tiempo en que ambos se tuvieron como compañeros
inseparables en la creación. El olor a tabaco sigue allí entre esa caja sonora que
se quedó en todo su egoísmo con las notas que nunca nadie podrá arrancar como
lo hubiera hecho su dueño. Como tampoco podrán hacerlo con las marcas de los
cigarrillos que olvidados se fueron consumiendo en su mesa de trabajo, y quizás
también a la vera del teclado.
Así las cosas, a Remo Pignoni solo resta escuchárselo más en las radios y difundir
su obra en los medios gráficos.
“A LA LUZ DE SU OBRA”
D.P. – Primero las damas: Mercedes Sosa, que antes de oír tocar a Remo confesó
que había pensado “éste debe ser un músico de tono y dominante”, Alma
Argentina hija de Arsenio Aguirre, la cantante Rosa Rodríguez Gerling, la pianista
y compositora Hilda Herrera muy amiga de Remo, la pianista rosarina Alicia
Correa, la guitarrista radicada en Francia Silvia Larrandart, la cantante cordobesa
María Teresa Olmos. Opus 4, el grupo musical entrerriano Magma, los poetas
Armando Tejada Gómez y Hamlet Lima Quintana, Astor Piazzolla, Oscar Valles de
Los Cantores de Quilla Huasi, Eduardo Gómez de Los Trovadores, los cantores
Julio Molina Cabral, Jorge Cafrune, Daniel Toro, Moncho Mieres, Walter Heinze y
Miguel Martínez, los guitarristas Néstor Ausqui y Enrique Núñez, los pianistas y
compositores Edgar Spinassi, Carlos García y Polo Giménez. Y el orgullo y el
placer de contar con las visitas y la amistad de Omar Corrado que fue normalista y
consecuentemente alumno de Remo en esa circunstancia, y que obtuviera
después en la Universidad de París-Sorbona el doctorado en musicología.
D.P. – Todo se compartía: las posibilidades que podían tener sus composiciones,
la de conseguir determinados letristas, pero no eran temas que nos preocupasen
demasiado. Debemos recordar que la producción más copiosa fue en la década
del 60. Nuestro hijo mayor, Atilio José, nació en el 59 y los mellizos José María y
Remo 17 meses después, así que en esa época había problemas más acuciantes
que atender en la casa. Cuando ya los chicos iban a la escuela cumplían sus
tareas en la cocina y el padre tocaba el piano o escribía música en el living y el
comedor. Los comentarios más “sabrosos” eran cuando Remo volvía de Buenos
Aires, contándonos con quién había estado, a quién había conocido, qué había
logrado.
D.P. – Yo conocía la existencia de todo ese material porque Remo me había dicho
que había como para grabar cuatro discos, en aquel entonces no se conocía el
compacto. Eran partituras y más partituras que no habían sido registradas en
Sadaic. Comenzó entonces la tarea, súper tarea para mí que no sé leer ni una
sola nota musical. Fue muy complicado.
Sumado a eso registrar música de una persona fallecida agrega una traba más.
Demostrar la autenticidad de las mismas, transcribir íntegra cada obra en una
planilla para enviar a Sadaic. Trabajo que realizó con suma eficacia y compromiso
el músico rafaelino Marcelo Actis, al que nunca terminaré de agradecerle. Pero
con paciencia y muchísimo trabajo se logró registrar casi todo. Digo casi todo
porque del casi centenar, o centenar deben haber quedado 3. Algún día lo haré,
por sugerencia del doctor Omar Corrado.
LP – ¿Qué se decidió hacer con esa obra?
D.P. – Creo que en estos casos no caben dudas, hay un solo camino, un solo
deseo, un solo destino: que esa obra vea la luz. Como Remo era sumamente
exigente en cuanto a los títulos de los temas, me pareció más acertado designarla
según su tonalidad. Así lo hizo el entrerriano Carlos Aguirre. Cuando terminó la
clasificación me dijo: “Esto hay que grabarlo, todo es bueno”. “¿Y quién lo va a
grabar?” pregunto. “Yo”. Contestó el Negro. Pero por distintas razones, la
distancia, el trabajo, los viajes al extranjero de este gran pianista y compositor muy
reconocido por sus pares, no pudo concretarse.
D.P. – Para ese entonces ya se conocían “El habitante del silencio”, “De lo que
tengo” y un casete “Remo Pignoni piano” y ediciones de casi todo lo grabado. La
Municipalidad de Rafaela en conmemoración del centenario de la ciudad había
auspiciado el disco doble que nombré en segundo término, obsequiaba a los
visitantes que llegaban de otras ciudades y a veces de otros países a reunirse con
las autoridades. Cuando esa edición de agotó para que no se terminase esa
costumbre que al fin era un buen sistema de difusión obsequié una edición de un
número importante de discos. Los coros locales y algunos de Santa Fe cuando
viajaban a Europa, intercambiaban partituras o grabaciones con coreutas de otros
lugares. Además se envió material a conservatorios o escuelas de música de casi
todo el país.
LP – ¿Qué eco tuvo y tiene su obra?
D.P. – La prueba más contundente de la difusión la confirma la liquidación de los
derechos de autor, que cuando notifican su procedencia me entero que vienen de
Inglaterra, España, Canadá, Suiza, Uruguay. Como música no es un folklore
tradicional, sino de proyección folklórica, y no es comercial, consecuentemente no
es la que se escucha al sintonizar la radio. Pero se usa en las casas de altos
estudios. Siempre me sorprenden jóvenes que se acercan a mi casa en busca de
datos porque tienen que hacer un trabajo para preparar su tesis, o hacer un índice,
o “desmenuzar” la música de un compositor y eligen la de Remo.
D.P. – Creo que uno de los hechos más trascendente y llamativo fue al conocer
que un japonés que estuvo en uno de los festivales de Cosquín conocía la huella
“Por el Sur”. Casi todo me sorprende, porque se comunican directamente o
indirectamente conmigo, como un canadiense que había escuchado por una
emisora música de Remo o cuando el productor discográfico de Paraná, Luis
Erguy, viaja a Francia y encuentra un disco compacto de Magali Goimard que
ejecuta en piano 4 temas de Remo. ¡Oh! sorpresa: el Coro del Banco de la
Provincia de Buenos Aires graba “Por el Sur” tema que da título al disco. En 1982
un amigo desde Moscú nos hace saber que la Editorial Soviética “Prosveschenie”
edita en español un libro que se llama “Canta América Latina” utilizado en las
escuelas primarias como manual de canto. En el capítulo “Canciones para
adolescentes y jóvenes” está la zamba “La soledad va herida” con letra de Hamlet
Lima Quintana y música de Remo. El libro llevaba ya dos ediciones de seis mil
ejemplares cada una, y contiene la letra y la partitura musical.
D.P. – Cuando Remo egresa del conservatorio era muy joven. Tenía la misma
edad de algunos de sus alumnos de la Escuela Normal donde había ingresado y
donde trabajó durante 2 años ad honórem hasta su nombramiento. Teniendo la
seguridad de su desempeño como docente y siendo prácticamente el único sostén
de su familia integrada por su madre y una hermana 10 años menor que él, no
tenía mucha libertad para intentar otro destino. Pero a pesar de ello intentó
descubrir las posibilidades que podía ofrecerle Buenos Aires, pero el panorama
que se le ofreció no le interesó. Eran otros tiempos.
LP – ¿La difusión fue más importante cuando ya no estaba él?
D.P. – Sí, lógicamente, los años no pasan en vano. La imposición de su nombre a
la Escuela Municipal de Música y la aprobación de la ordenanza municipal que
establece el mes de mayo para recordarlo y hacer conocer su obra especialmente
en las escuelas. Recordemos que es el compositor de la Marcha canción “Ciudad
de Rafaela” con letra del poeta Mario Vecchioli, que debe cantarse en todos los
actos oficiales. Además estoy siempre dispuesta para mandar lo que me piden,
hacer fotocopias, datos biográficos, escribir cartas, armar encomiendas, cosa que
a Remo no le gustaba hacer, sobre todo escribir. María Teresa Olmos grabó 12
temas con letras y Susana Valenti 18 temas, es decir que los temas con letras
comienzan a conocerse. A ello se suma el disco que grabó en 2003 Rubén Carlini
en guitarra, dedicando todo el repertorio a temas de Remo.