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La Biblioteca de la UNA

En el aniversario de la creación del edi cio de la BUNA (25 de ago 1983)22 de agosto del
2016
Deyanira Sequeira
CONTENIDO

1. La gestión de las bibliotecas deberá exibilizarse y sus actuaciones deberán integrarse más en las nalidades de las instituciones a las
que sirven, 1
2. Se incrementará la cooperación: una mayor cooperación y colaboración ampliará el papel de la Biblioteca dentro y fuera de la
Institución. Hay que avanzar hacia redes que incluyan no sólo bibliotecas sino archivos y museos, 2
3. Los recursos públicos serán escasos y las bibliotecas deberán encontrar nuevas estrategias de ahorro y de nanciación, 7
4. Los profesionales deberán tener per les exibles y cambiantes y las bibliotecas necesitarán personal con conocimientos diversos; la
formación dejará de tener un carácter unitario, 10
5. Las bibliotecas deben reforzar su función de crear comunidades, dotarlas de cohesión social y garantizar la igualdad de oportunidades
de los ciudadanos en el acceso a la información. Bibliotecas digitales de acceso abierto, 21
6. Bibliotecas ágora o bibliotecas como tercer lugar. La biblioteca es cada vez más una plaza pública, ese tercer lugar distinto de los
espacios familiar y laboral, 23
7. Los espacios de las bibliotecas aún permanecerán como tales, pero serán exibles, acogedores y sociales, 27
8. La educación, el aprendizaje y las habilidades serán la clave de la misión de las Bibliotecas, 32
9. Servicios que se adaptan a una realidad digital, 33
10. Estrategias innovadoras para gestionar fuentes y colecciones híbridas, 34

El Informe de Prospectiva 2020, elaborado por un Grupo estratégico del  Consejo de Cooperación
Bibliotecaria Español[2], creado en 2013 ha identi cado las 10 áreas principales de cambio en  el ámbito de
las bibliotecas, con el horizonte del 2020.

Me ha parecido interesante recorrer esta propuesta a la luz del proyecto de Biblioteca que impulsó la UNA a
partir del año 1974. Hará 42 años ya.

1. La gestión de las bibliotecas deberá exibilizarse y sus actuaciones deberán integrarse más en las nalidades de las instituciones a las
que sirven

¿Cuál fue el éxito de una Biblioteca que empezó con nada y recibió, en poco tiempo, el apoyo de todas las
autoridades universitarias y de la comunidad universitaria en general, para lograr nanciamiento para
construir un amante nuevo edi cio, una red de información y conocimiento que se extendió fuera de la
ciudad de Heredia, para abarcar zonas lejanas del país (Santa Cruz, Pérez Zeledón, Limón) y compartir la
nueva experiencia con bibliotecarios centroamericanos y del Caribe? La respuesta está en la forma como
nos involucramos de lleno en la construcción de un concepto nuevo de universidad, lo cual implicó gran
participación en luchas que se dieron a todo nivel: desde la redacción de un estatuto orgánico, a la elección
posterior de directores y decanos, o la búsqueda de mayores recursos, lo cual implicó realizar marchas y
organizar movimientos que crearan consciencia en los políticos de la importancia del proyecto nuevo de
universidad, comprometida con zonas de poblaciones no atendidas en el pasado. Digamos que la BUNA
cumplió desde su inicio con esa idea de integración en la institución pero, sobre todo, en las comunidades a
las que iba a servir.

La Biblioteca de la UNA
En la imagen anterior Deyanira, directora de la BUNA, lee el discurso de inauguración en la presencia del
entonces presidente de Costa Rica, don Daniel Oduber, y algunos ministros y miembros del Consejo
Universitario (Oscar Arias, Rodrigo Zeledón) junto con el Rector Benjamín Núñez. Era el inicio de una era que
fue rica en experiencias y que nos involucró en la construcción de un modelo nuevo de universidad: la
Universidad Necesaria, lo llamamos.

Don Rodrigo Zeledón, el Dr. Al o Piva, don Daniel Oduber, Padre Benjamín Núñez, don Oscar Arias y Deyanira
Sequeira, en la inauguración de la Biblioteca de la UNA, 1974.

La Biblioteca de la UNA
Con el Sr. Embajador de los EE.UU y el Padre Royo, a cargo de relaciones públicas en la UNA (1974)
Inauguración de la BUNA.

1. Se incrementará la cooperación: una mayor cooperación y colaboración ampliará el papel de la Biblioteca dentro y fuera de la
Institución. Hay que avanzar hacia redes que incluyan no sólo bibliotecas sino archivos y museos.

¿Cómo justi camos la existencia de las bibliotecas y sus servicios? ¿Qué tipo de formación les damos a los
bibliotecarios?

Hay que dar un enorme salto para pasar el currículum aprobado en Zalzburgo con la participación de 58
líderes de museos y bibliotecas de 31 países, y lo que intentamos hacer en la Universidad Nacional hace 40
años. Al recorrer el camino, sin embargo, encontramos valores permanentes que guiaron ese primer diseño
de currículo adaptado a comunidades alejadas y zonas de población deprimidas económica y socialmente.

La Universidad Nacional fue creada en 1973, en 1974 inauguramos los servicios bibliotecarios, y en 1977
iniciamos la Carrera de Bibliotecología en dicha Universidad. La BUNA inició sus funciones con un equipo de
colaboradores que eran estudiantes de primer ingreso. La tarea fundamental era capacitarlos en
Bibliotecología, y a esa tarea nos dimos, hasta lograr incluir una verdadera Carrera universitaria en la UNA.
Ahí se capacitaron todos los empleados. Ahí obtuvieron sus títulos, en una primera experiencia de “educación
dual” como llamaríamos ahora.

La Biblioteca de la UNA
Desde siempre teníamos claro cuál debía ser la misión del bibliotecario: ser un facilitador para la creación
de conocimiento en la comunidad, un conocimiento que sirviera para mejorarla. Y el trabajo que veníamos
realizando al frente de la Dirección de la Biblioteca de la UNA nos había a rmado que estábamos en el
camino correcto. La Biblioteca la construimos invitando a todos a conversar y llegar a acuerdos acerca de
casi todos los temas que nos interesaron en ese momento. Desde la selección de una colección básica para
cada área en que se desarrollaría la UNA, hasta el planeamiento de espacios físicos que alojaran un
concepto de biblioteca descentralizada y participativa.

Entendimos que el bibliotecario formaba parte de una comunidad nueva que tenía sus propias metas: la
Universidad Necesaria que puso énfasis en una formación humanística y en ciencias sociales, y que
intentaba llegar a las comunidades alejadas del centro. La Biblioteca re ejó eso, y los bibliotecarios nos
involucramos en la creación de un proyecto que asumimos como propio, en darle forma a un sueño.

Freire guió un nuevo estilo de enseñanza, su pedagogía crítica, cuyo objetivo principal era crear conciencias
críticas en los pobres y marginados de Latinoamérica. Recordamos a Francisco Gutiérrez como su
abanderado principal y a Ana Ligia Rovira, y los entusiastas equipos que los acompañaron.

Los bibliotecarios que necesitaba esa comunidad no podían tener una formación tradicional, por lo que su
formación debía ajustarse a esa nueva misión del bibliotecario. No basado en cosas, en libros, revistas,
documentos, audiovisuales y demás sino en el servicio, el conocimiento de las comunidades en las cuales
nos tocó jugar un papel clave, de innovadores, creadores de nuevas realidades. Nos tocó romper con
esquemas que se daban por inamovibles. El nuevo currículo se ajustó a esas necesidades y a la demanda
existente. Ofrecimos clases presenciales de nes de semana a quienes participaron desde Limón, Pérez
Zeledón o Santa Cruz, con un programa que podríamos asimilar hoy a los estudios a distancia, cuando el
tema todavía era tabú en la enseñanza de la bibliotecología. Nuestras profesoras se desplazaron hasta La
Cruz o Pérez Zeledón para dar lecciones los nes de semana. Los primeros estudiantes egresados de estas
comunidades lejanas sabían que su misión no era la de catalogadores de artefactos más o menos
so sticados, sino dinamizadores de sus comunidades. Queríamos empoderarlos para que asumieran el
liderazgo necesario para realizar los cambios. Freire nos guiaba. Y allá fueron esas semillas de bibliotecarios:
a Pérez Zeledón, Limón, o Guanacaste. Y luego también abarcamos la región centroamericana y el Caribe.

La Biblioteca de la UNA
Conformamos un equipo de lujo con profesoras comprometidas con la idea nueva de ser líderes y de ser
subversivas y comprometidas. Nunca pensamos que el bibliotecario debía ser neutral frente a los
acontecimientos. Todo lo contrario: con los 60 empleados que la Biblioteca tuvo al inicio participamos en
todas las actividades que concernían a la UNA. Participamos en la redacción de los estatutos, en las
elecciones de autoridades, en marchas para exigir presupuesto y mucho más. Hay que recordar que la UNA
se fundó en 1973 y la Biblioteca en 1974, años en que en el sur se daba la emigración de chilenos y
argentinos perseguidos por regímenes dictatoriales. Tras la muerte de Allende, miles de profesionales
chilenos buscaron asilo en todo el mundo y a la UNA nos llegaron varios de ellos, con los que desarrollamos
lazos de amistad que duraron el resto de nuestras vidas. Ellos participaron en el proyecto conjunto de
creación de la Universidad Necesaria. En 1976 nalmente el régimen franquista español dio paso a la
convivencia democrática, y en 1979 fue la revolución sandinista en la cual nuestro país estuvo involucrado.
Así que la UNA fue el re ejo de todas esas voces re ejadas en el desarrollo literario, artístico, musical y
cientí co. Los bibliotecarios participamos en todas estas conversaciones. Era un tiempo de extraordinaria
producción literaria (Cortázar, García Márquez, Carpentier, etc), musical (Piazzola con sus cuatro estaciones,
Mercedes Sosa, Violeta Parra, Quilapayún, Víctor Jara, o Luis Enrique Mejía) artística, con grupos de danza y
teatro formándose, y de un gran desarrollo en ciencias sociales, al cual aportaban los emigrados chilenos.
Cuba y miles de cooperantes de todas partes venían con proyectos de alfabetización y otros, para construir
una patria grande soñada. Los internacionalistas traían fresco su concepto de lucha de clases, el cual hizo
aguas cuando cayó el muro 20 años después. También fue la época de Freire, de aplicar su visión política y
losó ca a la educación, y con él tantos autores. “El mensaje de Freire no es sobre metodologías educativas,
sino contra el sistema ideológico que subyace en los sistemas educativos de la región. Nos trajo la rica
herencia de Marx, Hegel, Mao, Merleau Ponty, Gramsci, Marcuse, Arendt , Agnes Heller y muchos más[3].

En ese contexto nos encontrábamos en la década de los 70s: la cooperación y la colaboración a lo ancho y
largo de nuestro país, de Centroamérica, y del continente. La información no se da en un vacío ideológico,
político o social, siempre es dentro de un contexto. En el siguiente video se muestra lo que sucedía en los 80
´s en el resto del mundo occidental:

http://www.dw.com/es/documentales-peace-n-pop-1979-2015-2016-08-14/e-19419199-9797[4]

3. Los recursos públicos serán escasos y las bibliotecas deberán encontrar nuevas estrategias de ahorro y
de nanciación

Las marchas par solicitar fondos continúan en las universidades públicas. Pero otras formas de nanciación
se abren paso: crowdfunding, la biblioteca como publicadora de eBooks, y la construcción de makerspaces.
La corriente de acceso abierto ofrece posibilidades para ahorro de recursos. Recordemos algunos datos:

En enero de 1974 se inicia la Biblioteca de la UNA, en unas instalaciones precarias. Pero 9 años después se
inaugura el nuevo edi cio (25 de agosto de 1983), y dos años después se le da el nombre del distinguido
benemérito de la patria y escritor nacional Joaquín García Monge.

La Biblioteca de la UNA
Jorge Luis González, Marco Tulio García Cambronero, Sonia Solano y Elizabeth Delgado Delgado han sido
los pilares para la impecable actual gestión de la licenciada Margarita García Segura, la cual ha sido testigo
y protagonista del desarrollo de la Biblioteca, tanto en infraestructura física, tecnológica así como en el área
de talento humano.

Actualmente la biblioteca cuenta con una colección de aproximadamente 32000 títulos para un total de
165800 ejemplares, 6986 tesis, 140 títulos de revistas impresas y una sala de libros antiguos y colecciones
especiales. Complementariamente a estas colecciones se han inscrito más de 120 bases de datos en línea
referenciales y texto completo, todo esto contenido y administrado por un moderno sistema integrado para
bibliotecas llamado Aleph.

La biblioteca digital se avisora en el futuro no lejano, así como ahorros provenientes de la cesación de
suscriciones caras y búsqueda de otros recursos como Sci-Hub

“Sci-Hub, es una polémica web que permite a cualquier persona buscar, acceder y compartir gratuitamente
cualquier artículo de investigación, incluso aquellos que están bajo suscripción en las principales
plataformas de los grandes de la edición cientí ca.  Sobre SciHub, y su legalidad, ilegalidad   se ha vertido
mucha tinta  durante  los últimos meses, incluso la cruzada contra el sitio de Elsevier, alegando infracciones
de derechos de autor por parte de Sci-Hub, que no ha hecho otra cosa que dar más publicidad a la
misma.  El nombre de dominio original del proyecto, Sci-Hub.org, fue suspendido en noviembre de 2015
debido a un requerimiento judicial, pero el proyecto volvió a resurgir ese mismo mes, esta vez bajo un
dominio .io. (Wikipedia)

Se calcula que en la actualidad la base de datos contiene  más de 47,000,000 artículos


académicos.  Además, diariamente se suben nuevos papers mediante un servidor proxy del dominio .edu.”
(http://sci-hub.cc/)

4. Los profesionales deberán tener per les exibles y cambiantes y las bibliotecas necesitarán personal con
conocimientos diversos; la formación dejará de tener un carácter unitario.

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Para el diseño del nuevo edi cio realizamos una investigación que duró un año, junto con el equipo de
arquitectos encabezado por Carlos Jankilevich[5], y que luego fue concluido por la O cina Ejecutora con los
fondos del BID. Un edi cio es solo la expresión de un concepto de biblioteca que el equipo de profesoras se
encargó de de nir: Elia Ma. van Patten, Zaida Sequeira, Alice Miranda, Roxana Castro, Marlene Harper, Hilda
Chacón, Ana Pacheco…Roxana Castro, Marlene Harper, Hilda Chacón y luego Lucía Chacón, Aracelly, Rocío y
muchas muchas más. Ellas pusieron la semilla de plantas que crecieron y fueron cuidadas por muchos otros
colegas.    Todas ellas y ellos asumieron el nuevo concepto de información y conocimiento al servicio del
desarrollo. Todas ellas entendieron que la e ciencia se basa en la excelencia, en el conocimiento de las
normas internacionales y su aplicación en un contexto de recursos limitados que solo podía acercarse al
gran banquete informativo mediante el aprovechamiento de esfuerzos y recursos abiertos ofrecidos por las
grandes bibliotecas y repositorios del mundo. Comprendimos que el acceso al conocimiento se realiza
mediante redes de colaboración desinteresada que van más allá de las restricciones de derechos de autor,
arti cialmente impuestas por organismos comerciales.

En la casa de Lucía y Félix, 40 años después. Con Soraya, Noemi, José Fabio, el aco, y muchos más
compañeros de este viaje portentoso que fue la BUNA

Diseño del edi cio

En 1974 todavía el concepto de biblioteca era el de un espacio silencioso dedicado al estudio y la


investigación. Hoy ese concepto ha dado paso a otro: espacios comunitarios vivos donde se construye el
conocimiento.

Cuando, a la distancia de estos 38 años, imaginamos los espacios arquitectónicos que imaginamos, y los
comparamos, digamos, con la mejor biblioteca pública del mundo hoy, la de Dinamarca[6], con salas de
reunión, instalaciones artísticas, salas de clase, makerSpaces, además de libros impresos y digitales.
Guardando las distancias, hacemos un recorrido sobre los criterios aplicados a la arquitectura de bibliotecas
hoy, y entonces:

1. Interacción con el medio, y la cultura local


2. Aspectos arquitectónicos, luz, sonidos, espacios
3. Flexibilidad: combinación de los espacios, salas, bibliolabs…
4. Sostenibilidad: uso de energía renovable, materiales de construcción locales…
5. Espacios de aprendizaje y construcción del conocimiento
6. Digitalización: uso de tecnologías digitales y móviles

La Biblioteca de la UNA
La Biblioteca de la UNA
Feldsien-Sudhaus, I. (). [e-Book]  Building on experience – Learning from the past to plan for the
future.  Göttingen, Universitätsverlag Göttingen, 2008

Nos gusta pensar que ese diseño incluyó lo fundamental para el lugar y la época: ofrecer espacios donde se
pudiera construir conocimiento a una comunidad que sólo tenía ese recurso.

Y pensamos que el edi cio se sostenía en un personal idóneo, capacitado para lo que venía: los grandes
espacios digitales en la red.

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Participantes en el Primer Congreso sobre WWW, Lucía Chacón, Ana Cecilia Torres, Alice Elieth Miranda, Ma.
Teresa Astroza, y colegas de OCLC

¿Cómo era ese bibliotecario que imaginábamos al principio? Empezamos por dar un programa básico de
dos años para formación de Auxiliares, que luego fueron Diplomados. No planeamos al inicio la ampliación
hasta un Bachillerato o Maestría como ahora. Cada una de esas etapas correspondió a luchas de las
excelentes colegas que me siguieron. Pero los valores básicos de compromiso con las comunidades, de
apertura, transparencia, aceptación libre del otro sin importar nacionalidad, religión o género, el
convencimiento de que trabajábamos por una sociedad mejor, esos valores permearon el currículo inicial y
los que siguieron. Hubo numerosos ejemplos en donde se plasmaron esos valores, uno fue el proyecto de
formación de bibliotecarios escolares en Nicaragua, cuando apenas salían de la revolución. Con la
colaboración de otro equipo líder en bibliotecas escolares, del MEP, iniciamos un proyecto auspiciado por
OEA, en donde formamos 60 bibliotecarios nicaragüenses y dimos talleres en todo el Caribe Anglófono.
Nuestras bibliotecarias pioneras llevaron una misión hasta los rincones más alejados de Nicaragua o del
Caribe, a veces viajando en panga por los caudalosos ríos para llegar a comunidades que estaban siendo
alfabetizadas pero que creaban el conocimiento que las haría más autónomas y democráticas. Esa fue la
demostración de los valores que apoyaban una misión y que nos acompañaron durante las décadas
siguientes: Colaboración, compromiso, servicio, empatía y respeto.

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Elia Ma. Van Patten, Deyanira y Zaida Sequeira

La idea de un bibliotecario que facilita la creación de conocimiento para mejorar las comunidades, había
calado, y nuestros egresados se empoderaron y sintieron que podían competir con egresados de otras
universidades más tradicionales. La seguridad que teníamos en nuestra propuesta, hizo camino y consiguió
aceptación y respeto en toda la comunidad profesional. Nuestras egresadas fueron las líderes que tomaron
luego a su cargo, no solo la Escuela de Bibliotecología, sino el decanato de Filosofía y otras instancias
universitarias. Poco a poco se consiguió la apertura y colaboración que buscábamos con otras universidades,
y la idea de priorizar tecnologías más al alcance de nuestra comunidad (software libre y repositorios de
acceso libre) prendió en todos los niveles de la academia.

Nuevas tareas para el bibliotecario Los bibliotecarios han sido pioneros en la búsqueda de accesos
universales y libres a las publicaciones, y han dado luchas importantes por proteger a sus usuarios de las
restricciones impuestas por los derechos de propiedad del conocimiento, concebido como un bien
comercial más, y no como un patrimonio cultural. En su largo camino idearon herramientas de acceso a todo
tipo de artefactos, hoy deben participar en la creación de herramientas que monitoreen las conversaciones,
y ser partícipes de las mismas, creando comunidades dinámicas que estimulen la innovación. Todo el
entorno bibliotecario gira, desde las adquisiciones, que ahora se ocuparán más de producir y publicar, que
de comprar, a la convocatoria de expertos en cada comunidad para que lideren los proyectos, a construir
espacios de reunión en las bibliotecas y planeación de encuentros, espacios físicos con acceso a
tecnologías, electrónicos que permitan videoconferencias, e híbridos en donde todos los medios participan.
Per les exibles y cambiantes nos piden los expertos, eso pensamos en los 70´s, en los 80s, 90s y hoy.

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Preparando el Primer Congreso sobre WWW en 1996.

5. Las bibliotecas deben reforzar su función de crear comunidades, dotarlas de cohesión social y garantizar
la igualdad de oportunidades de los ciudadanos en el acceso a la información. Bibliotecas digitales de
acceso abierto.

Cuando iniciamos la BUNA no había internet aún. Iniciamos las Biblioteca en 1974 e internet nos llegó casi 20
años después. Unos años después de mi salida de la UNA, ya como profesora ad-honorem, organizamos la
Primera Conferencia Regional sobre WWW (San José, Costa Rica, 15-18 de julio de 1996). Conferencia en la
que participaron la UNA, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el de Industria y Comercio, entre otros.
Estábamos presentando la www a la región. Un largo y fructífero recorrido desde entonces. Ayer (4 de julio
del 2016) el Sr. Presidente anunciaba la red “Cadena de hogares conectados en redes sociales” (
https://youtu.be/7KfNnqRBBNA).

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Es importante recordar que la www se inicia con Tim Berners-Lee El 6 de agosto de 1991, pero el punto de
giro es el inicio de Mosaic en 1993, y la creación del Gopher ese mismo año. Así que en 1994 estábamos a 20
años de la creación de la BUNA, e iniciando un laboratorio en donde dábamos cursos de HTML.

Desde aquellos primeros cursos sobre HTML que impartíamos en el laboratorio de la Escuela, y en la UNED,
al presente se ha recorrido un camino fructífero: cada biblioteca escolar tiene ahora su página web, cada
biblioteca pública crea su espacio comunitario, que permitirá en el futuro aportar decisiones para el
desarrollo de nuestras comunidades. El uso de software libre, como Microisis, que impulsamos en los 80´s,
empoderó a los bibliotecarios que hoy crean bibliotecas digitales de acceso abierto. Las mismas que han de
acompañar el futuro de la educación en línea, de los MOOC, de la Academia, los hospitales y los barrios.

6. Bibliotecas ágora o bibliotecas como tercer lugar. La biblioteca es cada vez más una plaza pública, ese
tercer lugar distinto de los espacios familiar y laboral.

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Una de las tareas importantes del bibliotecario es dar instrucción. Antes era sólo sobre el uso del catálogo y
de las obras de referencia. Hoy enseña a los miembros de la comunidad a ser autónomos en sus búsquedas,
y se integra a los equipos en cada organización: en las escuelas, formando parte del profesorado y
colaborando en la de nición del currículo, en los hospitales y clínicas, acompañando a los equipos de
médicos y estudiantes en sus rondas, anotando las enfermedades de los pacientes y los tratamientos, para
mostrar luego los materiales disponibles a los especialistas y, también, dar instrucción en las formas más
e cientes de acceder a Medline, MedPlus, y los cientos de redes que existen en cada especialidad médica.
Antes la instrucción la ofrecían los referencistas, hoy debe integrarse todo el personal de la biblioteca. Se
habla del bibliotecario “incrustado”, el que forma parte del equipo que de ne el currículo escolar, el que
acompaña a los médicos en sus rondas, el que acompaña a las comunidades en su búsqueda y
construcción de proyectos… Lankes sugiere seis habilidades básicas que deben tener estos bibliotecarios:
de nir la tarea, buscar la información, su ubicación y acceso, usar la información, realizar síntesis, y hacer
evaluaciones. En nuestras publicaciones recientes cada vez nos inclinamos más por de nir al bibliotecario
como un curador de informaciones y conocimiento. Ahora, con Lankes, vemos que no es su ciente. Hay que
comunicar en forma efectiva, convertir las soluciones en presentaciones efectivas, materiales en línea y
manuales técnicos. Mucho de esto está siendo implementado en la región. No vemos mucha integración en
el país de un trabajo conjunto realizado por museos, archivos y bibliotecas, como sí sucede con instituciones
hitos como el Smithsonian.

La Rectora Sonia Marta Mora en un homenaje que me rindió la Biblioteca.

La Biblioteca de la UNA
La profesión bibliotecaria ha creado, en el pasado, herramientas para facilitar el acceso a materiales
informativos, instrumentos de catalogación, metadatos, acceso a la información, herramientas y estrategias
de búsqueda. La llamada de atención de Lankes es para que dejemos de poner énfasis en facilitar el acceso
a los materiales y pensemos en trabajar con miembros de la comunidad. Esa idea la llevamos en el año
2009 al grupo de colegas del ICE, para que se empoderaran y tomaran la conducción del sistema en sus
manos, para que asumieran el liderazgo que otros con menos capacidades tomaron luego. Las funciones
bibliotecarias cambian: en vez de adquirir cualquier cosa, enfocarse en producir materiales en y desde la
comunidad, en vez de mostrarles blogs producidos por otros, acompañarlos en la tarea de construir el
propio, con criterios que partan de sus necesidades. Los múltiples talleres que impartimos en el ICE sobre
construcción de blogs, wikis, y otros tenían ese objetivo. La administración de los espacios incluirían los sitios
en donde se reúne la comunidad a sostener sus conversaciones, llegar a acuerdos y producir materiales
informativos. Estos espacios híbridos incluyen pizarras electrónicas y equipos para videoconferencias. Igual
sucede con los sitios web que están construyendo nuestras bibliotecas escolares y públicas. Que no sean
más espacios para ofrecer información, sino sitios de encuentro de las comunidades que están creando
conocimiento, y que necesitan que el sitio que les ofrece la biblioteca los acepte como son, sin rechazos
basados en credo religioso, orientación sexual o país de origen. No es un informático el que necesitamos al
frente de esta nueva biblioteca. La alfabetización social de que habla Lankes tiene que ver con abrirnos a
otras gentes, la trans-disciplinariedad, pero también la aceptación del otro, de sus juicios y conversaciones.
Hacer que se sientan seguros de participar, que sientan que sus opiniones cuentan, que van a ser
escuchados. Freire de nuevo. También que sientan que su trabajo intelectual está seguro con nosotros. Los
nuevos estilos de enseñar y evaluar, también hacen uso de esta nueva forma de educar, incorporando el
trabajo en grupo y los juegos. Nuestro proyecto más reciente es un MOOC sobre aplicaciones móviles para
ser usadas por maestros y bibliotecarios.

7. Los espacios de las bibliotecas aún permanecerán como tales, pero serán exibles, acogedores y sociales.

Desde aquella modesta biblioteca que inició en un galerón, con una o cina de audiovisuales que dejaba
pasar el agua de lluvia, a este otro concepto de espacios multidisciplinarios, colaborativos, con iPads y
bibliotecas digitalizadas. Con laboratorios donde se llega a construir los proyectos.

La Biblioteca de la UNA
José Andrés Masís, Al o Piva, el Embajador de EUA, Zoraida Ugarte y Deyanira Sequeira, en las viejas
instalaciones de la Biblioteca, 1974

Como decimos, el énfasis de la BUNA en el 74 estuvo en considerar la información como un bien público y
democratizador de nuestra sociedad. Pero también debimos decidir el tratamiento que daríamos al
entrenamiento técnico. Una sociedad con recursos escasos no puede entregarlos a grandes compañías
productoras de software, por lo que decidimos, desde el inicio, entrenar a nuestros estudiantes en el empleo
del software de fuente abierta. Con la cooperación de Unesco adoptamos el “microisis” y nunca más lo
dejamos. Treinta años después vinieron DSpace, Koha y muchos otros a darnos la razón. Con este software
empoderamos a nuestros primeros estudiantes, y lo llevamos a lo largo y ancho de la región
centroamericana, al Caribe y fuimos a dar con él hasta Armenia, luego de la caída del muro. Pero esa es otra
historia.

La Biblioteca de la UNA
Cuando llegó la web en 1992, fuimos los primeros en enseñar el lenguaje HTML a nuestros estudiantes, y los
primeros en convocar un congreso regional sobre lo que se iniciaba, el advenimiento de la WWW. Cuando
las bibliotecas empezaron a ser bombardeadas por empresas que ofrecían “sistemas integrados”, insistimos
una vez y otra en la conveniencia de recurrir a Koha, Greenstone u otros software de código abierto.
Recientemente las escuelas de Bibliotecología han empezado a entrenar en estos tipos de software, por la
presión ejercida por las mismas universidades para independizarse de la dependencia del software
propietario.

Pensamos que la única manera de que la tecnología sea participativa, es convirtiéndonos “de invitados en
an triones” (Lankes). En aquel inicio estaba lejana la biblioteca 2.0 y las redes sociales, pero el software libre
que impulsamos hizo bibliotecarios autónomos e independientes, y les enseñó que eso de servicios
bibliotecarios “integrados” es más publicidad que otra cosa. Si trabajamos con módulos igualmente
podemos ir enlazando funciones y servicios, que es la tendencia más reciente. El bibliotecario que se egresó
de la UNA probó ser un apoyo indispensable en bibliotecas consideradas como centros de recursos, y como
promotoras de los valores democráticos en el país. Falta que recorrer camino todavía, para que las
bibliotecas no sean vistas como simples servicios informativos o colecciones de artefactos, sino como
plataformas innovadoras en las comunidades. Espacios de encuentro comunitario en donde se promueven
las conversaciones y la construcción del conocimiento. Esta idea está excelentemente plasmada en el
trabajo que realiza el CIEM[7], en donde la colega Eida Martínez (egresada de nuestra escuela) y su equipo
han formado una red con centros similares en Centroamérica. Su sitio web, con una base de datos de 2.000
documentos en línea, es el resultado de múltiples conversaciones y acuerdos, difíciles de realizar en una
región que todo el tiempo sufre el estrés político y social. El requisito de su base de datos era que no tuviera
“nada de bibliotecología” nada de reglas incomprensibles para las mujeres campesinas e indígenas que
tendrían acceso a la red, en el mejor estilo freiriano.

“Sin lugar a dudas al ofrecer este producto podemos decir también que, en el proceso, nos hicimos más
conocedoras de la región y de la propuesta de trabajo en red, más integradas entre nosotras y más seguras
de lo que, individualmente y juntas, podemos lograr. Fue un trabajo complejo cuyo resultado es tangible y
útil para el Movimiento de Mujeres Centroamericano y también para toda nuestra sociedad. Entregar a las
organizaciones centroamericanas y a la sociedad en general una puesta en común de organizaciones
feministas y de mujeres tiene, sin equívocos, una dimensión política y social que también valoramos”[8]

¿Cuáles apoyos tuvimos para desarrollar criterios que eran novedosos y hasta subversivos en los 70s? Ya nos
referimos a Freire. También nos guiamos por estudiosos que desarrollaban programas en organismos
internacionales como Unesco, que siempre estuvo a la cabeza en el campo bibliotecario, y que nos enseñó
que los bibliotecarios somos aprendices permanentes. Unesco nos invitó a llevar cursos en She eld, cuando
se iniciaba internet y la web, y nos invitó a participar en conferencias en París, con la participación de
bibliotecarios de todo el mundo. Ahí aprendíamos y nos a rmábamos en cuál debía ser nuestra misión y
visión de mundo: el servicio y el aprendizaje permanente. La web nos trajo la posibilidad de asistir a muchas
más conversaciones, sin necesidad ya de viajar a Europa o de desplazarnos, como el caso que comentamos
del currículo de Salzburgo. Cuarenta años después esa visión se ve re ejada en casi todos los currículos
latinoamericanos. Bibliotecas digitales apoyadas en tecnologías de punta, y la construcción de espacios
exibles acogedores y sociales.

La Biblioteca de la UNA
París, Unesco, 1980

La Biblioteca de la UNA
She eld, 1978

8. La educación, el aprendizaje y las habilidades serán la clave de la misión de las Bibliotecas

Ya hemos mencionado estos aspectos que guiaron el primer currículo de la Escuela de Bibliotecología en la
UNA. Sin embargo, hay una largo camino por recorrer, como la incorporación de ALFIN a lo largo y ancho de
los programas educativos en todos los niveles, o la creación de especialistas cuando sea urgente en la
sociedad, como el caso de los bibliotecarios médicos que aún se forman en la práctica de las bibliotecas de
la CCSS.

La Biblioteca de la UNA
Biblioteca pública de Tibás. SIBDI.

9. Servicios que se adaptan a una realidad digital

La Biblioteca de la UNA
Datos enlazados en las Bibliotecas. Esta nueva forma de mirar los datos in uye en la arquitectura
informativa de las bibliotecas, que desarrollan sus catálogos, sus ontologías, su arquitectura informativa, de
una forma más dinámica que en el pasado. Los datos se enlazan con otros y contextualizan cada
información. La nueva infraestructura informativa es un sistema de publicación hiper-enlazado. Los datos
conducen a otros, se discuten o descartan. Los textos ahora se ponen en un iPad con enlaces, preguntas,
guías, videos, podcasts, y permiten a los alumnos reunirse en línea y discutir los temas entre ellos o con el
profesor o la bibliotecaria. En el pasado, el conocimiento podía dividirse por temas y se podía poner en un
libro impreso todo sobre ese tema. Una vez que un autor lo escribía, era difícil cambiar de opinión. Por eso
Dewey dividía el conocimiento y construía sus esquemas lógicos. En la red, el conocimiento está
entremezclado, los autores cambian, y enriquecen su pensamiento a menudo, es un mundo que se abre a
las opiniones de todos y que no tiene verdades absolutas. En el libro el autor expresa su opinión y nadie más
opina, ahora, incluso los libros de texto que se bajan al iPad, ofrecen la posibilidad de incluir opiniones o
realizar foros entre los alumnos de un mismo curso. Pasamos de un conocimiento basado en libros escritos
por expertos, a otro en donde el pensamiento se comparte de manera transparente y actualizada pero sin
las antiguas certezas basadas en credenciales y autoridad. El conocimiento en la red no pertenece a una
persona o institución, sino que es el resultado del intercambio de ideas y por eso las antiguas leyes de
propiedad intelectual entran en con icto con este mundo difícil de atrapar y legislar. Algunas veces las ideas
expresadas en la red contradicen nuestras creencias, nuestras certezas, como en la reciente discusión sobre
si ofrecer educación sexual o no, a estudiantes costarricenses. Todavía estamos en eso, a estas alturas del
siglo XXI. ¿Cómo manejan los bibliotecarios estos asuntos? Aconsejaríamos ofrecer perspectivas distintas y
heurísticas. Mapear las opiniones para contextualizarlas con la actualidad cientí ca, política o religiosa, y
ofrecer metodologías participativas en donde un moderador solicita que el tono de las discusiones no sea
ofensivo sino respetuoso de las posiciones de todos los demás. Otro consejo es recurrir a la red de
bibliotecarios y realizar proyectos conjuntos. No tenemos una red como Tumblr que conecta a los
bibliotecarios norteamericanos con publicadores, autores, lectores y demás (60 millones de usuarios), pero si
algunas que incluyen varias discusiones nacionales e internacionales de calidad. Si en el primer mundo los
grandes museos, bibliotecas y archivos se han puesto de acuerdo en establecer proyectos conjuntos para
compartir recursos, con mayor razón debemos hacerlo acá, dentro del país y con otras instituciones de la
región.

10. Estrategias innovadoras para gestionar fuentes y colecciones híbridas

En los 80´s insistíamos hasta la saciedad en la aplicación de unos derechos de propiedad intelectual
distintos para las bibliotecas. Era la época en que Unesco estaba a cargo del copyright, antes de que la
información fuera considerada un bien comercial y pasara al dominio de la OMC. Hoy es más urgente aún
tener esta de nición aplicada no sólo a los soportes tradicionales sino a los eBooks, y al derecho de las
bibliotecas a realizar su préstamo. El uso de teléfonos móviles enfrenta a las bibliotecas a un mundo lleno
de música, películas, partituras, juegos, imágenes, que aún no sabe como manejar, prestar o conservar. Una
realidad ampliada en donde se colocan los Pokemon Go en las bibliotecas para atraer más lectores jóvenes,
un mundo que nos era muy lejano en los 80´s. Los MOOC y el OA (acceso abierto) abren mundos llenos de
posibilidades instruccionales y de acceso al conocimiento.

La Biblioteca de la UNA
“La misión de los bibliotecarios es mejorar la sociedad facilitando la creación de conocimiento en sus
comunidades” (Lankes, 2011) Nos llama la atención que en nuestro libro “La bibliotecología como ciencia”
(Sequeira 1988) publicado hace 25 años, ya partíamos de ese concepto para de nir la misión del
bibliotecario , y la acercábamos a la archivología y museología. Muchas de las discusiones que se dan en el
referido curso, ya se aceptaban hace 25 años, como la necesidad de que el bibliotecario sea parte de las
discusiones que se dan en las comunidades a las que pertenece y la imposibilidad de que permanezca
neutral ante los hechos. Estábamos in uenciados por Freire y muchos otros intelectuales progresistas de la
década de los años 70. ¿Cuál es la misión del bibliotecario, cómo ayuda a construir el conocimiento en la
comunidad, cuáles son sus tareas?

Los temas que hoy tratamos de resolver: desarrollo de bibliotecas digitales, relaciones entre la preservación
de la cultura local, los recursos digitales y su gestión, así como la presentación y diseminación de dichos
recursos a la comunidad global en redes, esos temas aún no pertenecían a los años 80´s ni a la región
centroamericana que salía de una revolución y tenía tareas urgentes de alfabetización que resolver.

Las autoras intentan enmarcar teóricamente la rica experiencia bibliotecaria de los años 80´s, en donde ellas
juegan un papel protagónico, diseñando sistemas de bibliotecas escolares, públicas y universitarias en
Centroamérica y el Caribe. Los programas de ajuste estructural a que se vieron sometidos los países en la
década siguiente, restaron impulso al desarrollo bibliotecario en la región.

Fuentes y colecciones híbridas: el 2016 nos presenta un panorama informativo diferente a las bibliotecas,
más rico y lleno de posibilidades. Recordemos que este presente fue construido con el esfuerzo de los
bibliotecarios que nos precedieron, con su entusiasmo y compromiso. No olvidarlo. No olvidar tampoco que
son las comunidades a las que servimos la fuente de donde surgen las informaciones, los datos y el
conocimiento. Lo que sucede en esta segunda década del siglo XXI impacta nuestros servicios.

https://universoabierto.com/2016/07/13/makerspaces-y-bibliotecas-monogra co/

La Biblioteca de la UNA
1. En el aniversario de la creación del edi cio de la BUNA (25 de ago 1983)22 de agosto del 2016 ↑

2. https://prospectiva2020.wordpress.com/resumen-ejecutivo/

Prospectiva 2020: Las diez áreas que más van a cambiar #bibliotecas en los próximos años http://bit.ly/29mbhF8 #Prospectiva 2020
http://bit.ly/297bqzX ↑

3. ¿Sigue vigente la pedagogía de la liberación? Conozca la respuesta en el siguiente #Artículo http://bit.ly/13jMOci 


pic.twitter.com/qaw2tHwWij ↑

4. Lo siento ya el video no está (7 set.2020) ↑

5. http://www.tubechop.com/watch/8278512 ↑

6. No teníamos fotos del edi cio de la UNA en ese momento. Habrá que agregarlas en el futuro. ↑

7. UCR/CIEM. Centro Investigación en Estudios de la mujer ↑

8. Id. http://cdmujeres.net/no-fue-soplar-y-hacer-botellas-mas?var_mode=calcul ↑

La Biblioteca de la UNA

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