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EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

Magistrado Ponente

SP3360-2019
Radicación 54896
Aprobado mediante Acta No. 213

Bogotá, D.C, veintiuno (21) de agosto de dos mil


diecinueve (2019)

ASUNTO

Corresponde a la Sala pronunciarse sobre la


impugnación interpuesta por la defensa de JAIRO
ALBERTO AGUDELO HERNÁNDEZ, contra la sentencia de
segunda instancia proferida por la Sala Penal del Tribunal
Superior de Pereira el 30 de enero de 2019, mediante la
cual lo condenó por primera vez como autor del delito de
lesiones personales culposas.

HECHOS

Da cuenta la actuación que el 23 de septiembre de


2014, aproximadamente a las 16:00 horas, en la vía que de
Belén de Umbría conduce a Remolinos, vereda La Planta,
resultó herido Álvaro Andrés Reina Caro, quien se
desplazaba en la motocicleta de placa YME-04C, cuando
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

colisionó con la camioneta de placa HAI-000 conducida por


JAIRO ALBERTO AGUDELO HERNÁNDEZ, quien viró a la
izquierda para ingresar a la finca de su propiedad, la que se
ubicaba en el costado contrario al de la calzada en la que se
desplazaban.

Efectuado segundo reconocimiento médico legal, a


Álvaro Andrés Reina Caro le otorgaron incapacidad
definitiva de 80 días, como consecuencia de una deformidad
física que afecta el cuerpo de carácter permanente,
perturbación funcional de miembro superior izquierdo de
carácter permanente, perturbación funcional del órgano de
la aprehensión de carácter permanente, perturbación
funcional del miembro inferior izquierdo de carácter
permanente y perturbación funcional del órgano de
locomoción de carácter permanente. De igual forma, se le
dictaminó perturbación psíquica de carácter transitoria.

ANTECEDENTES PROCESALES RELEVANTES

1. El 6 de septiembre de 2016, ante el Juez Primero


Promiscuo Municipal con Función de Control de Garantías
de Belén de Umbría- Risaralda, la fiscalía formuló
imputación en contra de JAIRO ALBERTO AGUDELO
HERNÁNDEZ, como autor del delito de lesiones personales
culposas, de acuerdo con los artículos 111, 112 inciso 2°,
113 inciso 2°, 114 inciso 2° y 115 del Código Penal, en
concordancia con el artículo 120 ibidem. Cargos que no
fueron aceptados por el imputado.

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

2. El 5 de diciembre de 2016, la Fiscalía radicó escrito


de acusación, correspondiéndole la actuación al Juzgado
Segundo Promiscuo Municipal con Funciones de
Conocimiento de Belén de Umbría-Risaralda, quien llevó a
cabo la respectiva audiencia los días 21 de febrero y 14 de
marzo de 2017, en la que la fiscalía acusó a JAIRO
ALBERTO AGUDELO HERNÁNDEZ como autor del delito de
lesiones personales culposas, en los mismos términos de la
imputación.

3. El 4 de abril de 2017 se realizó la audiencia


preparatoria y el juicio oral el 1° de agosto de 2017,
anunciándose el sentido de fallo el 18 del mismo mes y año,
profiriéndose sentencia de carácter absolutorio en la misma
fecha.

4. Contra esa decisión el representante de víctimas


interpuso el recurso de apelación, por lo que el 30 de enero
de 2019, la Sala Penal del Tribunal Superior de Pereira
desató la alzada, profiriendo sentencia en virtud de la cual
condenó a JAIRO ALBERTO AGUDELO HERNÁNDEZ a la
pena de 9 meses y 18 días de prisión, multa de 6.9
s.m.l.m.v., privación del derecho a conducir vehículos por
16 meses e inhabilidad para el ejercicio de derechos y
funciones públicas por el mismo término de la pena de
prisión. Al procesado se le concedió el subrogado de la
suspensión condicional de la ejecución de la pena.

5. Interpuesta por parte de la defensa la impugnación


a la primera condena, el Tribunal remitió la actuación a

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

esta Sala y con auto CSJ AP1568-2019 de 30 de abril de


2019 se ordenó devolver el expediente para que se ajustara
el trámite a los parámetros establecidos en decisión CSJ
AP1263-2019.

6. Cumplido con lo anterior, la Secretaría del Tribunal


corrió el término para que las demás partes e intervinientes
interpusieran el recurso de casación, sin que ninguno de
ellos lo hiciese, por lo que nuevamente se envió la carpeta a
esta Corporación.

DECISIÓN IMPUGNADA

El Tribunal revocó la decisión absolutoria de primer


grado por estimar que aun cuando víctima y acusado
infringieron el deber objetivo de cuidado, fue el aporte de
este último el que incrementó el riesgo permitido.

Precisó que a partir de las pruebas practicadas en


juicio se pudo determinar que en la vía donde ocurrió la
colisión no podía realizarse ninguna maniobra de
adelantamiento, en razón de la línea continua amarilla
demarcada en la parte central de la vía, sumado a la zona
descendente con aproximación a una curva, por lo que la
víctima faltó al deber objetivo de cuidado cuando pretendió
adelantar en esas condiciones a la camioneta conducida por
el acusado, infringiendo el artículo 73 de la Ley 769 de
2002.

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

Advirtió que «si la víctima opta por no realizar la maniobra de


adelantamiento a la camioneta conducida por el aquí acusado, el
impacto tal vez no hubiera ocurrido, como quiera que el golpe de los
dos automotores se produjo sobre el carril izquierdo, lo que indica que
de haberse desplazado el motociclista por el carril derecho a la
distancia de un metro de la acera u orilla – art. 94 Ley 769/02-, como
correspondía, el golpe en la parte trasera izquierda de la camioneta no
se hubiera presentado en las condiciones en que acaeció porque la
camioneta ya había ingresado en su totalidad al carril contrario.

De otra parte, señaló que el reproche al conductor de


la camioneta deriva del giro a la izquierda, previo a una
curva y sin tomar las previsiones necesarias, pues le
correspondía hacer un pare en la calzada derecha, hacer
uso de la direccional y solo ante la verificación de que no
existían objetos en la otra calzada, realizar la maniobra.

Contrario a ello, estimó que el acusado viró de manera


intempestiva, sin percatarse por los espejos retrovisores que
la motocicleta que se encontraba en la parte trasera ya
había empezado la maniobra de adelantamiento, además,
como lo señaló la testigo Gladys Toro, el conductor de la
camioneta sólo redujo la velocidad, sin detener el vehículo.

Así, concluyó que «fueron dos las concurrentes de orden


culposo que dieron lugar a las lesiones sufridas por el señor ÁLVARO

ANDRÉS REINA CARO» por lo que declaró penalmente


responsable a JAIRO AGUDELO HERNÁNDEZ « por la parte de
imprudencia que a él le corresponde».

5
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

Como consecuencia de lo anterior, condenó a


AGUDELO HERNÁNDEZ a la pena de 9 meses y 18 días de
prisión, privación al derecho de conducir por 16 meses e
inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones
públicas por el mismo término de la pena privativa de la
libertad y, ante el lleno de los requisitos objetivos y
subjetivos, le fue concedida la suspensión condicional de la
ejecución de la pena.

IMPUGNACIÓN ESPECIAL

Solicitó la defensa la revocatoria de la sentencia


proferida por el ad quem, señalando que el Tribunal
desconoció que en el informe de accidente de tránsito,
suscrito por Jorge Iván Vélez, se precisaron tres aspectos
que deben tenerse en cuenta, tales como: la huella de
frenado dejada por la motocicleta en el carril derecho de la
calzada, la posición final de la camioneta, indicativa del
espacio «ganado» por ésta en la acera contraria y, la zona de
impacto en la parte trasera en el bomper de la carrocería.
Aspectos que permiten concluir que el giro realizado por su
defendido no fue intempestivo y que si el motociclista
hubiese observado el deber objetivo de cuidado,
manteniendo su carril y a la velocidad permitida, no se
hubiese presentado la colisión.

Resaltó que aunque en la vía donde ocurrió la colisión


existe la demarcación de línea continua de color amarillo,
las normas de tránsito «nada dicen sobre su significado (…)
menos aún que de modo alguno prohíba hacer un giro » y en todo

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

caso, quedó demostrado en juicio que su asistido fue


diligente prendiendo las luces, previo a realizar la
maniobra.

Recordó que la causalidad por sí sola no basta para la


imputación jurídica del resultado y que como los hechos
tuvieron su ocurrencia en razón al ejercicio de una
actividad de peligro, era necesario determinar cuál de los
dos conductores creó un riesgo jurídicamente desaprobado
y, en todo caso, de acreditarse «concurrencia de causas»,
sin que se establezca cuál tuvo mayor repercusión en el
resultado dañoso «sería desproporcionado atribuir sanción»
sólo a JAIRO ALBERTO AGUDELO, más cuando en este
evento, fue el motociclista quien actuó imprudente y
antirreglamentariamente.

CONSIDERACIONES DE LA CORTE

1. De la competencia

La Sala es competente para conocer de la impugnación


especial promovida por la defensa en contra de la sentencia
proferida por la Sala Penal del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Pereira, de conformidad con lo previsto
en el numeral 7° del artículo 235, de la Constitución
Política, modificado por el Acto Legislativo 01 de 2018.

2. De la impugnación especial.

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

A partir del Acto Legislativo 01 de 2018, se adoptó en


Colombia el derecho a impugnar la primera sentencia
condenatoria, para garantizar con ello la doble conformidad,
de suerte que en el artículo 3° ibídem que modificó el
artículo 235-7 de la Constitución Política se estableció:
Artículo 235. Son atribuciones de la Corte Suprema de
Justicia:

(…)

7. Resolver, a través de una Sala integrada por tres


Magistrados de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema
de Justicia y que no hayan participado en la decisión, conforme
lo determine la ley, la solicitud de doble conformidad judicial de
la primera condena de la sentencia proferida por los restantes
Magistrados de dicha Sala en los asuntos a que se refieren los
numerales 1, 3, 4, 5 y 6 del presente artículo, o de los fallos que
en esas condiciones profieran los Tribunales Superiores o
Militares.

Con miras a desarrollar los fines integradores de la


jurisprudencia y con el propósito de cumplir con el
mandato constitucional, esta Sala mediante decisión CSJ
AP1263-2019 de 3 de abril de 2019 adoptó medidas
provisionales para garantizar el derecho a impugnar la
primera condena emitida en segunda instancia por los
Tribunales Superior de Distrito Judicial.

Para el caso en estudio se advierte que se cumplieron


dichos lineamientos, pues proferida la decisión de condena
por parte del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Pereira, la Secretaría de dicha Corporación corrió los

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

traslados de «apelación» y casación respectivamente, acorde


con los parámetros fijados en esta Sala, razón por la cual
entra la Sala a pronunciarse sobre los motivos de la
impugnación, atendiendo el principio de limitación.

3. Caso concreto.

La cesura se contrae a deprecar la revocatoria del fallo


de condena proferido por el Tribunal Superior de Pereira,
por considerar que el actuar de JAIRO ALBERTO AGUDELO
HERNÁNDEZ fue diligente y respetuoso de las normas de
tránsito, diferente al asumido por Álvaro Andrés Reina
Caro, conductor de la motocicleta.

En ese orden de ideas, valga resaltar que no existe


controversia sobre la colisión ocurrida el 23 de septiembre
de 2014, a las 15:55 horas, en la vía que conduce de Belén
de Umbría- Risaralda hacia el sector de Remolinos, a la
altura de la vereda La Planta, entre la camioneta de placa
HAI-000 conducida por JAIRO HUMBERTO AGUDELO
HERNÁNDEZ y la motocicleta de placa YME-04C en la que
se movilizaba Álvaro Andrés Reina Caro, ni las lesiones
físicas y psíquicas sufridas por éste último como
consecuencia de este evento.

Tampoco es polémica la velocidad de desplazamiento


de la camioneta conducida por AGUDELO HERNÁNDEZ a
29 km/h y, la motocicleta en la que se movilizaba Reina

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

Caro entre 32 a 39 km/h, pues ello fue objeto de


estipulación por las partes1.

Además no existen cuestionamientos sobre el estado


de la vía, ni las señales de tránsito presentes en el lugar de
la colisión, correspondientes a un área rural, de
características recta y pendiente, en doble sentido, en buen
estado y condiciones secas2, con demarcación de una línea
central continua de color amarillo3.

Lo que sí constituye objeto del debate es el


acatamiento por parte de JAIRO ALBERTO AGUDELO
HERNÁNDEZ y de Álvaro Andrés Reina Caro de las normas
de tránsito que les era imperativo cumplir como usuarios de
la vía, así como el incremento del riesgo jurídicamente
permitido al desarrollar cada uno la labor de conducción,
pues como lo precisaron las instancias, los dos desacataron
las normas de tránsito.

La infracción al deber objetivo de cuidado reprochada


al acusado se fundamentó en que al desplazarse sobre el
carril derecho, en una vía en doble sentido, con
demarcación de la línea amarilla continua, efectuara un
giro a la izquierda sin tomar las precauciones debidas, esto
es, deteniendo la marcha previamente y haciendo uso de las
señales luminosas.

1
Fl. 60 a 67 C.1 Informe Pericial de Física Forense
2
Informe de accidente N°00416 de 23 de septiembre de 2014. Fls. 91 y 92 C.1
3
Informe de investigador de campo de 2 de junio de 2015. Fls 93 a 106 C.1

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

En efecto, de acuerdo con el croquis contenido en el


informe de tránsito N°00416 de 23 de septiembre de 2014
suscrito por Jorge Iván Vélez Tabares 4, las fotografías
aportadas por Gladys del Socorro Toro Herrera y el informe
de investigador de campo de 2 de junio de 2015, se advierte
la demarcación de la referida marca en el pavimento, la que
impide a los conductores «atravesarla ni circular sobre ella», y
por separar dos sentidos viales, prohíbe «circular por la
izquierda de ella»5, además «no pueden ser traspasadas para

efectuar maniobras de adelantamiento o giros hacia la izquierda »6.

Señal que fue desatendida por los dos conductores,


pues JAIRO ALBERTO AGUDELO HERNÁNDEZ no debía
virar a la izquierda para ingresar a la finca de su propiedad,
e igualmente se le reprocha a Álvaro Andrés Reina Caro,
efectuar maniobras de adelantamiento.

Desatendida la referida señal de tránsito por los dos


conductores, debe resaltarse que como el mismo acusado lo
referenció, en zona rural, donde no es accesible un punto
de retorno cercano, por costumbre, los conductores
desarrollan tal maniobra, sin embargo, como lo prevé el
parágrafo 2° del artículo 60 del Código Nacional de Tránsito,
y lo resaltó el Tribunal, para realizar tal acción el conductor
«debe anunciar su intención por medio de las luces direccionales y
señales ópticas o audibles y efectuar la maniobra de forma que no
entorpezca el tránsito, ni ponga en peligro a los demás vehículos o

peatones».

4
Fl. 91-92 C.1
5
Manual de señalización vial, aprobado mediante Resolución 1885 de 2015.
6
Ibidem

11
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

De acuerdo con lo manifestado por el acusado,


cumplió con estos requerimientos, pues cuando iba a
ingresar a la finca de su propiedad, ubicada a la izquierda
de la carretera, colocó la direccional, y viró « despacio»7, relato
que fue confirmado por su esposa Gladys del Socorro Toro
Herrera, quien destacó que como era costumbre de su
esposo, aquel día, él se « orilló, pone la direccional y atraviesa »8
indicando que «mermó la velocidad»9.

Situación que fue controvertida por Álvaro Andrés


Reina Caro, quien señaló que el acusado al realizar dicha
maniobra no empleó las señales luminosas ni detuvo
completamente la camioneta antes de efectuar el giro a la
izquierda, lo que en su entender generó la colisión.

Empero, asumiendo en gracia de discusión que el


acusado no detuvo completamente la camioneta antes de
realizar la maniobra y no utilizó las señales luminosas, lo
que demuestra el acopio probatorio, es que éste no fue el
causante de la colisión que determinó las lesiones
personales sufridas por Reina Caro, por el contrario, fue la
infracción al deber objetivo de cuidado del conductor de la
motocicleta el que desencadenó el resultado.

Álvaro Andrés Reina Caro como conductor de la


motocicleta, debía respetar las obligaciones específicas para
los conductores de este tipo de vehículos, las que se
encuentran contenidas en el artículo 94 del Código Nacional

7
Rec. 19.18 Audiencia de juicio oral, sesión 2
8
Re. 4.39 Audiencia de juicio oral, sesión 2
9
Rec. 14.41 Audiencia de juicio oral, sesión 2

12
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

de Tránsito, entre las que se impone «transitar por la derecha


de las vías a distancia no mayor de un (1) metro de la acera u orilla

(…)», además de lo consagrado en los artículos 60 y 68

ibídem, a partir de los cuales le correspondía transitar por


su carril. Y de acuerdo con lo consignado en el informe de
accidente N°00416 de 23 de septiembre de 2014 suscrito
por Jorge Iván Vélez Tabares10, el informe de investigador de
campo de 2 de junio de 2015 elaborado por Humberto
Arenas Domínguez y la misma declaración rendida por
Álvaro Andrés Reina Caro, desacató dichas normas.

De una parte, se consignó en el croquis del informe de


accidente que la motocicleta transitaba al momento de la
colisión a 3.10 mts. de la orilla del inicio de la calzada
derecha, cuando el carril tenía una medida de 3.45 mts., lo
que es indicativo que el velocípedo se ubicaba a pocos
centímetros de la línea media de separación de los carriles,
esto es, que desconoció su obligación de transitar a 1 mt. de
distancia de la orilla y, de otro lado revela que estaba
próximo a la realización de una maniobra de
adelantamiento, la que le estaba vedada por la existencia de
la línea amarilla continua.

Igualmente, Jorge Iván Vélez Tabares, Secretario de


Gobierno, que cumplía funciones como autoridad de
tránsito y realizó el croquis, advirtió que la huella de
frenado dejada por la moto « inicia en el carril derecho bajando
(…) muy cerca de la línea amarilla (…) cruzaba la línea amarilla, se

pasaba al lado izquierdo»11

10
Fl. 91-92 C.1
11
Rec. 1.52.06 Audiencia de juicio oral

13
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

Conclusión que tiene respaldo en la misma declaración


otorgada por Reina Caro en el juicio oral, pues al ser
indagado sobre las circunstancias que rodearon la colisión,
explicó que se dirigía a Viterbo-Caldas en su motocicleta y
que luego de hacer una parada en Belén de Umbría, advirtió
que la camioneta conducida por el acusado se movilizaba
delante suyo y en «ocasiones intenté adelantarlo, pero como la
carretera es de doble sentido y no da tanto para adelantar »12,

precisando que instantes previos al choque « cuando yo lo vi a


él atravesado en la carretera, yo viré, a pasarme por el lado de acá,
por la parte de atrás de la camioneta, no me dio para maniobrar, yo
frené la moto, lo que hizo fue impactar contra el vehículo (…) cuando

fui a coger la curva, yo intenté maniobrar la moto»13.

Y si bien, el mismo Reina Caro advirtió que no logró


finalizar con éxito la maniobra de adelantamiento, lo cierto
es que desatendió las normas de tránsito atrás señaladas y
en especial las previsiones del artículo 73 del Código
Nacional de Tránsito que de manera clara prohíbe a los
conductores adelantar a otros vehículos «en los tramos de la
vía en donde exista línea separadora central continua » y «en curvas o

pendientes» o «cuando la visibilidad sea desfavorable», condiciones

que éste mismo refirió, pues aclaró que en la marcha no


perdió de vista el vehículo conducido por el acusado hasta
cuando llegaron al sitio denominado La Palma « donde hay
una lomita, la camioneta me ganó subiendo (…) ya cuando hay una
bajadita y una curva a mano derecha (…) como estaba enrrastrojado a

un lado, casi no había visibilidad en la curva»14.

12
Rec. 31.04 Audiencia de Juicio Oral 1
13
Rec. 31.42
14
Rec. 26.32 Audiencia de juicio oral 1

14
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

De suerte que Andrés Reina Caro como conductor de


la motocicleta infringió el deber objetivo de cuidado en la
actividad de conducción, siendo esa la causa del resultado
lesivo contra su integridad personal, pues aun asumiendo
que AGUDELO HERNÁNDEZ no avisó previamente su giro a
la izquierda, lo cierto es que cuando colisionaron los
vehículos éste ya estaba culminando con la maniobra,
razón por la cual ninguna incidencia en la colisión
representaba el hecho que el acusado hubiese alertado o no
en los términos requeridos por el Código Nacional de
Tránsito.

No puede perderse de vista que en el croquis y en las


fotografías tomadas por Gladys del Socorro Toro Herrera, se
aprecia la ubicación final de la camioneta, esto es, sobre el
carril izquierdo a una distancia de 9 mts. desde la llanta
delantera de la camioneta hasta la orilla del carril derecho y
a voces del Secretario de Gobierno Jorge Iván Vélez Tabares
«la camioneta se encontraba entrando a una vía carreteable que es
como un ramal, que tiene acceso a una finca (…)ya había ingresado,

iba más de la mitad de la vía, entrando a la carretera »15, indicando

que cuando fue a realizar el croquis, no fue advertido por


ninguna persona sobre la alteración en la ubicación final de
los vehículos colisionados 16.

Incluso aunque Reina Caro manifestó que el acusado


movió la camioneta después del choque, lo cierto es que él
mismo entró en contradicción sobre este aspecto, pues

15
Rec. 1.35.50 Audiencia de juicio oral
16
Rec. 1.44.47 Audiencia de juicio oral

15
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

también fue claro en resaltar que cuando pasó la lomita y


encontró la camioneta le pitó « porque estaba atravesada en la
carretera»17.

Sumado a ello, son indicativos del lugar en el que se


presentó la colisión, los daños registrados en la camioneta,
correspondientes a «La base de la carrocería del lado izquierdo
reventada, direccional torcida en la base, ángulo de la carrocería
levantado y reventado, la punta de la biga de la carrocería está
reventada (biga en madera), la camioneta presenta además un tallón

en el repuesto trasero»18; pues de haberse generado el choque

cuando la camioneta iniciaba la maniobra de giro a la


izquierda, el punto de impacto se hubiese presentado en la
parte delantera o media de vehículo conducido por el
acusado y no en la parte trasera de la carrocería.

En ese sentido, si Álvaro Andrés Reina Caro se hubiese


abstenido de efectuar una maniobra de adelantamiento,
conservando el carril derecho, a la distancia establecida
para los motociclistas, la colisión no se hubiese perpetrado,
más si se tiene en cuenta que éste tuvo la posibilidad de
evitarlo, pues como él mismo lo manifestó, cuando vio la
camioneta atravesada en toda la carretera, sólo optó por
pitar y realizar una acción peligrosa consistente en « seguir
por la vía mía a ver si podía hacer alguna maniobra para pasar la
camioneta, por el lado de él, del desagüe porque la camioneta estaba

ocupando casi toda la carretera»19 y sólo cuando estuvo cerca de

la camioneta optó por detener su tránsito, tal como lo revela


la huella de frenado consignada en el croquis, de 9.25 mts.

17
Rec. 1.05.17 Audiencia de juicio oral
18
Fl. 111 C. 1 Informe peritaje suscrito por Rogelio de Jesús Posada Serna
19
Rec. 1.05.58 Audiencia de juicio oral.

16
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

Es decir, a pesar de advertir el riesgo de colisión el


conductor de la motocicleta, faltando al deber objetivo de
cuidado decidió continuar su marcha, quebrantando las
normas de tránsito, generando así el resultado lesivo.

Ahora, no puede reprochársele al acusado el hecho de


no haber advertido a través de los retrovisores la presencia
de la motocicleta antes de girar a la izquierda, pues como lo
relató Reina Caro, cuando los dos vehículos se desplazaron
por «la lomita», tomaron distancia, por ello a éste le
sorprendió encontrar la camioneta «atravesada» en toda la
calzada y por tanto, tampoco era visible para su antecesor
en la vía su presencia; tan es así que en el informe de
investigador de campo de 2 de junio de 2015, que contiene
el álbum fotográfico de la reconstrucción de la escena, se
aprecia en las fotografías 27, 28, 30, 31, 32 y 33 que no
había obstáculos en la vía, ni otros usuarios que le
impidiera realizar el giro.

Siendo ello así, resulta evidente que para la


producción del resultado que afectó la integridad personal
de Álvaro Andrés Reina Caro, resultó esencial el
incumplimiento de varias normas de tránsito de parte del
lesionado, con lo que faltó al deber objetivo de cuidado y fue
el causante del accidente que determinó los daños en su
cuerpo y salud.

No puede desconocerse que la doctrina tradicional


definió la culpa como la infracción al deber objetivo de
cuidado necesario para la vida de relación social, sin

17
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

embargo, como lo destacó el recurrente, en la teoría de la


imputación objetiva se ha propuesto la sustitución del
elemento infracción del deber objetivo de cuidado por el
concepto de creación de un riesgo jurídicamente
desaprobado, para con ello desligar la atribución de
responsabilidad a la simple relación causal con la acción (u
omisión), de allí que el juicio de valor se concreta tanto en
la creación de un riesgo jurídicamente desaprobado por el
ordenamiento jurídico como con la realización de dicho
riesgo en el resultado.

En casos como el que ahora es objeto de análisis, ha


entendido la Corte que las fuentes de determinación del
carácter prohibido del riesgo en el tráfico terrestre, devienen
de las normas establecidas por la autoridad de tránsito y su
acatamiento debe seguirse bajo unos parámetros
socialmente establecidos y que pueden condensarse así:

1. El autor debe realizar la conducta como lo haría una


persona razonable y prudente puesta en el lugar del agente, de
manera que si no obra con arreglo a esas exigencias infringirá el
deber objetivo de cuidado. Elemento con el que se aspira a que
con la observancia de las exigencias de cuidado disminuya al
máximo los riesgos para los bienes jurídicos con el ejercicio de
las actividades peligrosas, que es conocido como el riesgo
permitido.

2. [Acatar] las normas de orden legal o reglamentaria


atinentes al tráfico terrestre, marítimo, aéreo y fluvial, y a los
reglamentos del trabajo, dirigidas a disciplinar la buena marcha
de las fuentes de riesgos.

18
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

3. El principio de confianza, que surge como consecuencia


de la anterior normatividad, y consiste en que quien se
comporta en el tráfico de acuerdo con las normas puede y
debe confiar en que todos los participantes en el mismo tráfico
también lo hagan, a no ser que de manera fundada se pueda
suponer lo contrario.
Apotegma que se extiende a los ámbitos del trabajo en
donde opera la división de funciones, y a las esferas de la vida
cotidiana, en las que el actuar de los sujetos depende del
comportamiento asumido por los demás.

4. El criterio del hombre medio, en razón del cual el


funcionario judicial puede valorar la conducta comparándola
con la que hubiese observado un hombre prudente y diligente
situado en la posición del autor. Si el proceder del sujeto
agente permanece dentro de esos parámetros no habrá
violación al deber de cuidado, pero si los rebasa procederá la
imprudencia siempre que converjan los demás presupuestos
típicos20. (Negrita fuera de texto original).

Conforme con estos derroteros, advierte la Sala que el


acusado en el desarrollo de una actividad peligrosa, como lo
es el de la conducción de vehículos, si bien realizó una
maniobra riesgosa, lo cierto es que actuó como una persona
razonable y prudente, pues redujo el nivel de velocidad, de
acuerdo con el informe de física aportado a la actuación y,
previo a girar a la izquierda se percató de la no existencia
de obstáculos para su desarrollo, con miras precisamente a
evitar una colisión, situación diferente es que Álvaro Andrés
Reina Caro, se aventurara a quebrantar las normas de
tránsito, especialmente las que le imponían circular por su
carril y a 1 mt. de distancia de la orilla, siendo esta última

20
CSJ. SP., 24 oct. 2007, rad. 27325.

19
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

actuación la que creó un riesgo jurídicamente desaprobado,


de tal forma que la consecuencia desencadenada no le es
imputable, por culpa, al acusado JAIRO ALBERTO
AGUDELO HERNÁNDEZ.

Como consecuencia de lo expuesto, la Corte revocará la


decisión de segundo grado y, en su lugar, otorgará plena
vigencia al fallo de absolución impartido por el juez a quo en
favor del procesado JAIRO ALBERTO AGUDELO
HERNÁNDEZ.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal de


la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO. Revocar la sentencia proferida el 30 de


enero de 2019 por el Tribunal Superior de Pereira, para en
su lugar absolver a JAIRO ALBERTO AGUDELO
HERNÁNDEZ del delito de lesiones personales culposas, por
las razones expuestas en la parte considerativa.

SEGUNDO. Contra esa decisión no procede recurso


alguno.

TERCERO. Devuélvase al Tribunal de origen para que se


le imparta el trámite pertinente.

Notifíquese y cúmplase.

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Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

EYDER PATIÑO CABRERA

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

JAIME HUMBERTO MORENO ACERO

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO

21
Impugnación Especial 54896
Jairo Alberto Agudelo Hernández

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

22

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