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D O S I E R

Heroínas invisibles. Mujeres entre la represión


y la resistencia (1936-1950) 8
Obligadas a ser madres y esposas y nada más. Las que tuvieron más suerte fueron
impelidas a olvidarse de cualquier conato de carrera profesional y a dejar de lado
sus ideales y militancia republicana, socialista, comunista, revolucionaria o
libertaria. Las que tuvieron menos fortuna desfilaron por cárceles, tribunales
militares y sufrieron los rigores de la represión que les condujo incluso a la muerte. A
Edita: Centro de Estudios Andaluces golpe de leyes y doctrina, su única dedicación autorizada durante los duros años del
Presidente: Antonio Ávila Cano primer franquismo fue educar a sus hijos, cuidar a sus maridos y tratar de sobrevivir,
Director gerente: Demetrio Pérez Carretero
Subdirector: Eladio Garzón Serrano a duras penas, al hambre atroz y el racionamiento inclemente. De todos los castigos,
Coordinación: Alicia Almárcegui Elduayen el silencio forzoso fue sin duda el peor. Éste fue el destino de las mujeres
Consejo de Redacción: Rafael Corpas Latorre, Eva de antifranquistas —heroínas invisibles, según las denomina la coordinadora de este
Uña Ibáñez, Esther García García
dosier, Pura Sánchez—, vapuleadas por el régimen por su doble condición de
Director: Manuel Peña Díaz
Consejo Editorial: Carlos Arenas Posadas, Juan Luis mujeres y de rojas.
AH Carriazo Rubio, José Luis Chicharro Chamorro, María
José de la Pascua Sánchez, Encarnación Lemus

JULIO
López, Carlos Martínez Shaw, Teresa María Ortega Entre el silencio y la invisibilidad 10
López, Antonio Ramos Espejo, Valeriano Sánchez
2009 Ramos y José Luis Sanchidrián Torti. Carme Molinero
Colaboran en este número: José Manuel Cuenca Toribio;

4 Carlos Arenas Posadas; Carme Molinero; Pura


Sánchez Sánchez; Encarnación Barranquero Texeira;
Individuas y sujetas 16
Francisco Moreno Gómez; Lucía Prieto Borrego; Llum Pura Sánchez Sánchez
Quiñonero; Manuel García Fernández; María
Velázquez de Castro Buenestado; Gregorio García-
Baquero López; Diego Caro Cancela; José Luis Betrán Hambre, hacinamiento y doctrina 20
Moya; Luis F. Martínez Montiel; Monique Alonso; Juan
Luis Carriazo Rubio; Rocío Plaza Arellana; Manuel Encarnación Barranquero Texeira
Huertas González; Lorenzo Cara Barrionuevo; Pedro
Rueda Ramírez; Mª José de la Pascua Sánchez; Juan
Hernández Franco; Javier Solana Pujalte; Pedro Feria Guerrilleras y enlaces 26
Vázquez; Concha Langa Nuño; Jaime J. Lacueva;
Manuel Peña Díaz; José Luis Casas Sánchez; Juan Francisco Moreno Gómez
López Tabar.

Diseño y maquetación: SumaySigue Comunicación El desafío a la escasez 30


Lucía Prieto Borrego
Impresión: Escandón Impresores
Verlas y nombrarlas 36
Distribución: Distrimedios, SA y Rodríguez Santos, SL.
Llum Quiñonero Hernández
El Centro de Estudios Andaluces es una Fundación adscrita
a la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía.
Centro de Estudios Andaluces La Hermandad General de Andalucía
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Depósito legal: SE-3272-02
ISSN: 1695-1956 esta institución medieval. Manuel García Fernández

Imagen de cubierta: Población refugiada en la Catedral


durante la toma de Málaga. 1936 © ICAS-SAHP, Fototeca
Del manjar al mendrugo 46
Municipal de Sevilla, Archivo Serrano (imagen recortada).
Análisis de la dicotomía de la mesa del rico y la mesa del pobre
Fe de erratas: Por un error de imprenta, la imagen de la página 22
del número 24 de la revista se publicó equivocada. En vez de la en la Andalucía Moderna. Gregorio García-Baquero López
fachada de la antigua Iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba,
como indicaba el pie de foto, apareció una fotografía del interior de
las cuevas trogloditas de Giribaile.
El arzobispo de Granada
don Pedro Guerrero 50
El prelado se encargó de la evangelización de los moriscos
en la convulsa Granada del siglo XVI. María Velázquez de
Castro Buenestado
‘Andalucía en la Historia’ no se responsabiliza de las opi-
niones emitidas por los colaboradores y participantes de La Mano Negra 54
cada número de la revista. El consejo de redacción anima
a los interesados a enviar artículos relacionados con el
ámbito de la publicación que cumplan con los requisitos Se cumplen 125 años del oscuro episodio con el que las
de rigor, veracidad y divulgación. El envío de los artículos
no supone la publicación de los mismos, ya que deberán fuerzas del orden quisieron poner fin al incipiente
pasar una evaluación previa del consejo editorial. movimiento obrero andaluz. Diego Caro Cancela
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La diversidad y abundancia de estructuras defensivas es una de las características históricas de la provincia de


Almería. Grandes alcazabas, castillos de diversa factura, dimensión y complejidad, torres que atalayan el horizon-
te o acogían a los temerosos campesinos, baluartes siempre del yihad en los que practicar la defensa de la fe, las
fortalezas constituyen un hito en el paisaje, una geografía de misterios que excita la imaginación del visitante
evocando la intensidad de las emociones del pasado.

Salvaguarda de vidas
y haciendas
Los castillos medievales de Almería: historia y patrimonio

LORENZO CARA BARRIONUEVO


AH ARQUEÓLOGO

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E
n Almería, las construcciones de- LA INSEGURIDAD Y EL La fitna (es decir, la "disensión interna
fensivas esculpen un paisaje parti- en la comunidad de creyentes") supuso el
cular. Aquí, el fraccionamiento y
TIEMPO DERROTARON LAS desgobierno político y religioso en un pe-
complejidad del relieve multiplicaron las RUINAS HASTA TROCARLAS riodo comprendido entre del 880 y el 925
estructuras militares mientras que hacían EN UN PATRIMONIO MÁS aproximadamente.
innecesarias complicadas soluciones defen- Curiosamente, la mayoría de las forta-
sivas. La inseguridad constante y el tiempo
ARQUEOLÓGICO QUE lezas almerienses que citan los textos al
consiguieron derrotar las ruinas hasta MONUMENTAL relatar este periodo turbulento reúnen
transformarlas en un patrimonio más ar- unas características comunes. De una
queológico que monumental, de gran im- parte, se emplazan fuera de las zonas de
portancia histórica, de desigual envergadu- cultivos irrigados, en las áreas montaño-
ra arquitectónica y singular valor paisajísti- los recursos propiedad del castillo), en la sas próximas. De otra, carecen de un ela-
co cuando no medioambiental. frontera corrió a cargo directamente del sul- borado sistema de defensa, reducido a un
Los castillos forman parte de un conjun- tán o de las alquerías de la retaguardia, si- lienzo de muralla con torres rectangula-
to o sistema defensivo, más o menos com- tuadas, a veces, a decenas de kilómetros. res, no muy numerosas, todo realizado en
plejo y articulado, con el que las poblaciones tapial.
y los estados, que decían defenderlas, pre- DESGOBIERNO Y FORTIFICACIONES. Pa- Estos grandes encintados engloban al-
tendían salvaguardar vidas y haciendas. ra asegurar la defensa de un territorio era rededor de dos hectáreas y media de exten-
Las fortalezas andalusíes, que prolifera- necesario que los soldados recibieran su sión (El Castellón de Vélez Rubio, Tabernas
ron por la provincia hasta llegar a rondar la sueldo de forma puntual y generosa. En un y Marchena, y probablemente Vélez Blan-
centena, presentan gran diversidad formal primer momento se empleó el sistema de co y Fiñana cuyo perímetro exacto desco-
y cronológica, consecuencia de las particu- concesiones territoriales dadas a una fami- nocemos). Dos poblados se alejan de la
laridades históricas. Con todo, la función de lia o grupo, encargado de su defensa en media: el cerro del Espíritu Santo de Vera,
los castillos medievales no puede reducirse nombre del poder central al que debían re- con poco más de una hectárea, y Villavieja
a una historia política de enfrentamiento mitir parte de los ingresos obtenidos en (Berja), que alcanza las siete hectáreas.
militar pues también ejercieron funciones muestra de obediencia. Con el tiempo, muchas familias volvie-
impositivas sobre las comunidades campe- La debilidad general del ejército en al- ron a poblar las antiguas alquerías de la
sinas, máxime cuando había que aplicar Andalus hay que buscarla en la profunda llanura, pero cierta parte de la población
tributos especiales. desconfianza que una gran fuerza inactiva quedó en estas pequeñas ciudades, donde
Estas complejas relaciones se reflejan, provocaba tanto en las poblaciones como también residieron el alcaide y el cadí de
también, en su mantenimiento. Mientras en el gobierno. Una vez rotos los lazos tri- cada zona o comarca. Otras alquerías, sin
que en el interior del reino correspondía a bales, fueron los mercenarios, ajenos a la embargo, no se integraron en estas fortifi-
las comunidades locales (bien directamen- comunidad, los que sostuvieron al emirato caciones pues quedaron fuera de la comu-
te, bien mediante el aprovechamiento de granadino. nidad tribal de aprovechamientos. Algu-
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El Castellón de Vélez Rubio es un gran encintado que ocupa una extensión de 2,3 hectáreas sobre un cerro amesetado.

nas se refugiaron en cuevas artificiales, nistración califal, fundaron el reino de Al- La acción militar de Al-Mu’tamid (el rey
excavadas en los acantilados (un sistema, mería pretendiendo reponer la legitimidad sevillano famoso también por sus veleida-
por cierto, habitual en el Norte de África, omeya. des literarias) fue constante y obtuvo impor-
donde son mucho más escasos los casti- Antes de mediar la centuria, el reino tantes resultados. Dominadas ya algunas
llos). quedó constreñido a lo que, más o menos, fortalezas de la sierra de Filabres, en 1089
En el siglo X, el enfrentamiento entre fue luego la provincia. Así pasó a manos de atacaba Sorbas y hubiera terminado por
omeyas de al-Andalus y fatimíes del actual los Ibn Sumadih y, a su rey más famoso, Al- conquistar toda Almería de no haber inter-
Túnez por el control del Magreb afectó a la Mu’tasim que abrió un largo periodo de lu- venido los almorávides que acabaron por re-
zona. En el verano del 955, la escuadra fati- chas con sus vecinos. ducirlos a todos y acabaron así con las renci-
mí dio un audaz golpe de mano contra Al- Según el monarca granadino Abd Alá, llas internas que asolaron al-Andalus en ese
mería, la sede de la escuadra califal. Las las disputas se centraron en las tierras de siglo aciago.
obras defensivas no acabaron con el amura- Gor, Baza y parte de la alta Alpujarra cen- Los castillos, por tanto, fueron numero-
llamiento de la nueva ciudad. De hecho, se tral, que pasa a poder almeriense. Poco sos pero también pequeños. Adoptaban
emprendió la fortificación general de la cos- después (en el 1060-61), el almeriense ata- planta rectangular cuando era posible, aun-
ta (955-970), inspeccionada personalmente có inútilmente una fortaleza de la antigua que debían adaptarse a la configuración del
por Al-Hakam II. La torre del castillo de Hue- cora de Tudmir, aunque es probable que no terreno. Cada tramo disponían de torres
bro y El Castellón de Alías (Sorbas) formaron pasara de la provincia actual cuya zona macizas, rectangulares, todo levantado de
parte de este nuevo sistema defensivo que norte englobaba. La conquista de Murcia tapial. Al-Udri menciona la existencia de
conocemos mal pues debió de quedar muy por los sevillanos (hacia el 1079) supuso un castillo para cada uno de los distritos
alterado por obras posteriores. una nueva amenaza que sumar a la presión agrícolas (llamados yuz, "parte", "trozo") o
que las huestes cristianas ejercían desde comarcas (iklim, “clima”). Pero la función
LA RIVALIDAD TAIFA (1012-1091). Tras la plazas estratégicas (como Belillos, en Gra- de estas fortalezas era algo más que defensi-
muerte de Abú Amir Muhammad (conocido nada, o Aledo, en Murcia), concretada en va. El mismo Abd Alá, el rey de Granada,
como Almanzor, el Victorioso, 940-1002), se productivas correrías en demanda de pa- vincula en sus Memorias defensa del territo-
abre un largo periodo de inseguridad (1009- rias, llegando hasta las mismas puertas de rio, asentamiento militar en régimen de
1031) del que surgen los reinos taifas. Jayran Almería hacia el 1085 y sometiéndola a ase- concesión territorial y exigencia de impues-
y Zuhayr, dos altos funcionarios de la admi- dio en 1088. tos, a menudo ilegales, con los que hacer
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CON LA RIVALIDAD TAIFA


LOS CASTILLOS FUERON
NUMEROSOS PERO TAMBIÉN
PEQUEÑOS Y ADOPTARON
PLANTA RECTANGULAR
CUANDO FUE POSIBLE

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ciales. Para un Estado basado en el difícil


equilibrio entre linajes principales y sus
clientelas, la frontera es el territorio en el
que las elites periféricas controlan los recur-
sos materiales e ideológicos para enfrentar-
se a las centrales, en una permanente suce-
Torre mayor de la Alcazaba de Fiñana, convertida ahora en mirador. sión de conflictos internos y de escaramuzas
militares.
La línea fronteriza que separaba los rei-
frente a los desorbitados gastos militares. tarse en castillos de itinerario, como El Cas- nos en la Edad Media solía ser imprecisa.
Las medidas de fortificación emprendi- tellón y San Gregorio, en Jergal. Era resultado dinámico del enfrentamiento
das por los almorávides en la ciudad no fue- Con los almohades, el esfuerzo de refor- o sumisión bajo condiciones de presión
ron suficientes. Tras diversos tanteos en tificación o refuerzo de antiguos castillos se constante pues todos los protagonistas se
1144 y 1146, el ataque conjunto de la flotas de concreta al añadirle un recinto más bajo a acogían al derecho de ampliar su territorio a
Pisa y Génova y las tropas catalanas, nava- partir de un torreón y disponer una entrada costa del vecino. No obstante, algunas fuen-
rras y castellanas, capitaneadas por Alfonso en cañón (Iniza, entre Bayárcal y Paterna). tes mencionan una curiosa manera de seña-
VII, logró conquistar y mantener la ciudad La misma preocupación se observa en dotar lizar el límite: en las laderas montañosas
de Almería por diez años (1147-1157). Ello de- de estructuras defensivas adicionales a los que separaban la zona de Los Vélez de Huér-
bió provocar un importante refuerzo de las antiguos grandes encintados (corachas de cal-Overa con Murcia, un acuerdo había es-
fortalezas próximas como Mondújar, Mar- Villavieja y Tabernas). tablecido disponer cadenas sobre palos pro-
chena y Tabernas, con la probable adición vistas de sonajas que movía el viento.
de elementos externos, como torres albarra- LA REALIDAD DE LA FRONTERA. La fron- Incluso en épocas de paz, la hostilidad
nas y antemuros, tradicionalmente asigna- tera, como confín de un Estado, muestra el era continua, pero a menudo no pasaba del
das al periodo almohade. contraste de formas sociales, económicas y puro bandolerismo sin control oficial. Al
Tanto los almorávides como, sobre todo, políticas, obligadas a un continuo contacto, contrario, en periodos de enfrentamiento
los almohades favorecieron la venida de tri- y cuyo desarrollo agrava la contradicción so- directo se podían establecer acuerdos parti-
bus árabes (como los Hilal) y, sobre todo, be- cial en la inestabilidad del conflicto. culares.
réberes (Zanata, Masmuda, Gazula, etc.), La frontera nazarí se construye a partir Como pasará después en Antequera, en
dedicadas a la defensa y algunas todavía se- del tagr, es decir un conjunto jerarquizado 1436 se produjo una breve conquista de gran
mi-nómadas, cuya relación con el entorno de atalayas, torres de alquería y castillos de- parte de la frontera oriental. El conflicto se
fue a veces conflictiva aumentando la inse- pendientes de una ciudad, donde reside el inició en el verano de 1433. Fuerzas lorqui-
guridad, especialmente cuando fueron li- jefe militar (caid), con funciones políticas nas conquistan la fortaleza de Xiquena y
cenciados. Algunas tribus pudieron asen- (delegado del sultán) y parcialmente judi- destruyen la de Tirieza, ambas dominando
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PARA SEÑALIZAR LA
FRONTERA UN ACUERDO
ESTABLECIÓ DISPONER
CADENAS SOBRE PALOS
PROVISTAS DE SONAJAS QUE
MOVÍA EL VIENTO

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el valle del río Vélez. En una rivalidad típica-


mente feudal, el sobrino del adelantado de
Murcia, Alfonso Yañez Fajardo, asaltó el
castillo de Albox en octubre de 1436 pidiendo
socorros y vituallas a la ciudad de Murcia pa-
ra mantener la plaza. En abril de 1437 una
nueva campaña logra el sometimiento de la Torre de alquería de Alhabia, en Alcudia.

mayor parte de las poblaciones del Alman-


zora: Oria se entrega sin lucha, sin embargo
Cantoria ofrece resistencia y es saqueada. punto fuerte de los recursos militares de un plena comarca (hacia 1430-40) justifica le-
La tregua de 1439-1442 delimitaba la nue- Estado. De aquí la importancia de la remo- vantar otras de base maciza, una puerta-ven-
va frontera, marcada por las fortalezas y vi- delación de las defensas fronterizas. tana superior de acceso y comunicación con
llas de Alicún de Ortega, Benzalema, Bena- El Castellón (Vélez Rubio) es la mayor for- la terraza desde la sala abovedada (El Char-
maurel, Cúllar, Castilléjar, Galera, Orce y taleza de Los Vélez. Ocupa una extensión de che, Fuente Alegre, Alancín). Torres seme-
Huéscar, en Granada, y Los Vélez, Xiquena, 2,3 hectáreas, sobre un cerro amesetado. Co- jantes jalonan el Almanzora (Alcontar, Tardi-
Overa, Arboleas, Zurgena, Albox, Partaloa, mo es habitual, esta alquería fortificada se guera, en Albox, y Ballabona, en Antas).
Cantoria, Albánchez, Bédar y Cuevas en Al- divide en dos partes o recintos. La muralla En Vera la Vieja (cerro del Espíritu Santo)
mería. Pero sin las plazas fuertes de Baza, exterior es un largo encintado que ocupa un quedan cuatro magníficas cisternas adosa-
Purchena y Vera estos castillos aislados que- perímetro aproximado de 650 m., aprove- das a las murallas (y una más pequeña in-
daban a expensas del contraataque. chando el desnivel natural de la roca para re- tramuros a media ladera) con una capaci-
La recuperación se inicia en 1445 y prosi- forzar la defensa. La puerta de acceso parece dad máxima de 650.000 litros de agua. La
gue con el ataque y saqueo a las poblaciones situada al Este, protegida por un torreón. El muralla es de tapial con numerosos refuer-
murcianas (1448 y 1449). recinto interior se sitúa en la zona más alta y zos, empleando, a veces, el sistema de cre-
comprende un castillo diferenciado a modo mallera y el de antemuro. Un potente casti-
LOS CASTILLOS FRONTEROS. Como aca- de pequeña alcazaba, de planta rectangular llo superior presentaba una imponente to-
bamos de ver, la guerra fue un hecho cons- (45 por 20 m.), con entrada junto a un peque- rre. Todo quedó derruido y abandonado en
tante en al-Andalus. Pero es evidente que ño torreón. Una gran torre de mampostería el terremoto de 1522. Desde 2001 dispone de
esta inseguridad era producto de la política domina el conjunto. un sendero de acceso y una mínima puesta
de desgaste, practicada mediante algaras, Las atalayas de Los Vélez son cilíndricas. en valor.
más que en arriesgadas campañas y sus cos- Las más antiguas (siglos XIII-XIV) son las de La llamada “alcazaba” de Purchena pre-
tosos asedios. De aquí el importante núme- El Gabar y Cerro Gordo, levantadas en mam- senta planta rectangular topográfica sobre
ro de fortalezas inventariadas. De todas ma- postería. La incidencia de la conquista de Xi- un cerro amesetado que domina la pobla-
neras, la defensa estática del territorio era el quena y del avance temporal de la frontera en ción y el río. La primitiva fortaleza debió al-
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La diversidad de las estructuras defensivas


■ La tipología de las fortificaciones fue tan estratégica de un territorio o de un camino. ◗ Torre de alquería
desigual como las funciones defensivas Perfectamente adaptados a la topografía Como la inseguridad fue en aumento,
que debieron cubrir. del lugar, fueron reocupados en diversas algunas poblaciones debieron
ocasiones. La mayor parte de las fortalezas levantar torres cuadradas, de varias
◗ Ciudad o alquería amurallada siguen este patrón, como El Castillejo de plantas, a las que normalmente se
Disponer de un buen amurallamiento fue Beires, Gádor, Chercos o Bacares. accedía por la primera altura. Alhabia
imprescindible para asegurar el futuro de en Alcudia de Monteagud y la de
una ciudad. Las murallas fueron ◗ Fortaleza de itinerario Santa Fe de Mondújar son los mejores
evolucionando. Añadieron nuevos Es un castillo o alcazaba donde residía el ejemplos.
elementos defensivos, reforzando la alcaide con su tropa, rodeado de una
entrada, el punto más débil para la muralla en la que vivía la población. ◗ Atalaya
defensa. El mejor ejemplo es el de la Dispuestos a lo largo de las principales vías Son torres aisladas, de planta circular,
ciudad de Almería, pero hubo otras, de comunicación, sus grandes provistas de dos o tres plantas, desde
mucho más pequeñas, enriscadas en los proporciones y los elementos puestos en su las que se oteaba el paisaje marítimo o
montes próximos a las zonas de cultivo, defensa le permitían resistir asedios terrestre. Las había también
AH donde se habían refugiado las alquerías
para defenderse en tiempos de desorden e
prolongados. Fiñana y, sobre todo,
Tabernas son los ejemplos más destacados.
cuadradas y de mayores proporciones,
con un aljibe subterráneo dentro de la
JULIO incertidumbre (Villavieja, Berja; misma torre. Ahumadas de noche y
2009 Marchena, Huécija-Terque), hasta que ◗ Calahorra espejos de día las ponían en

104 constituyeron la única forma de resistir el


acoso fronterizo (El Castellón, Vélez Rubio,
Esta fortaleza desarrollada en época nazarí
se caracteriza por la presencia de una gran
comunicación entre sí y con una
fortaleza principal de la dependía su
y, sobre todo, Vera la Vieja). torre cuadrada, a la que rodea una muralla aprovisionamiento. En la frontera
de planta rectangular, con torreones en terrestre, destacan las atalayas de los
◗ Castillo roquero lados y ángulos. Huércal la Vieja y las cerros Gordo y Pelado, Charche, etc.;
Es un pequeño castillo, con reducida torres de Huércal y de Overa siguen el en la marítima, la desaparecida de
guarnición, apropiado para la vigilancia modelo. Torrequebrada (Roquetas).

canzar cierto protagonismo en los tardíos LOS FILABRES Y TABERNAS. Los castillos vincia es el de Tabernas, en realidad una al-
conflictos fronterizos taifa aunque induda- de la sierra de Filabres quedaron muy re- cazaba, casi urbana.
blemente obtuvo mayor importancia con la modelados en época almohade, gracias a Con una posición estratégica inmejora-
oposición de Ibn Mardanis de Murcia contra la labor de Abú Isac Ibrahim ibn al-Hayy ble, cierra el acceso a la capital desde la prin-
los almohades (entre el 1160 y el 1171). al-Balafiquí (1158-1219), cadí de la zona. cipal vía de comunicación con el levante. Su
Con el reino nazarí la fortaleza sufrió El castillo de Velefique corresponde, en planta es poligonal, alargada, de casi 3.000
una completa remodelación. La primitiva realidad, a una población amurallada con m2, y ha llegado a la actualidad dividida en
obra de tapial fue intensamente reparada un recinto total de unos 9.700 m2. La mura- dos recintos por un muro con torre artillera
en mampostería y en la ampliación pun- lla es de mampostería con argamasa, de de inicios del siglo XVI. La entrada es directa
tual de su trazado que llegó a ampliarse más de metro y medio de grosor y cuenta y está franqueada por dos torreones, muy
por algunos puntos. Hoy muestra torreo- con, al menos, 17 torres, la mayoría maci- rehechos en una desgraciada restauración
nes rectangulares en los ángulos salien- zas, rectangulares y de pequeñas dimensio- moderna. El interior muestra un patio, re-
tes, de muy diferente tamaño. Son en to- nes (alrededor de 4 metros, y escaso salien- formado en época cristiana, y pequeñas ha-
tal trece cubos en los que se añadieron te, casi contrafuertes). La puerta oriental da bitaciones rectangulares, adosadas a la mu-
otros alargados (como en la muralla de Ve- acceso al recinto superior: es una entrada ralla exterior, de cronología imprecisa.
ra) y los pentagonales en su frente orien- recta y queda protegida por dos torreones de Obra del siglo XI son los, al menos, trece
tal, donde se situó la entrada principal y la tapial cuadrados. torreones de tapial, rectangulares y salien-
llamada "Torre del Agua", una probable Sin duda el edificio más complejo y uno tes, equidistantes unos diez metros y la ma-
coracha de mampostería y sillarejo. de los castillos más interesantes de la pro- yoría huecos en altura, que jalonan la mu-
El sistema de control visual debió de ser ralla. Se observan los vestigios de una posi-
más complejo y probablemente quedó re- ble albarrana (quizá incluso una coracha)
definido con la efímera conquista de 1436. que protege el área habitada inmediata al
A lo largo del valle se fue levantando un SIN DUDA, EL EDIFICIO avanzar ladera abajo del extremo occiden-
conjunto de torres-atalayas, en su mayor tal, acabando en un gran torreón de casi 13
parte muy destruidas. Casi todas son ci-
MÁS COMPLEJO Y UNO metros de frente. Esta importante modifi-
líndricas (Perdiguera, Albox; La Torreta, DE LOS CASTILLOS MÁS cación de la segunda mitad del siglo XII par-
Cantoria, la más grande pues contó con te de una gran torre desfigurada por la inter-
INTERESANTES DE LA
cuatro pisos) pero también las hubo cua- vención de 1984.
dradas (Aljambra, Albox; con un aljibe PROVINCIA DE ALMERÍA El área poblada abarca dos hectáreas. Es-
próximo). ES EL DE TABERNAS tuvo protegida por una muralla de tapial,
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JULIO
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La Alcazaba de Tabernas, reconstruida con poca fortuna en los años 80, es una de las fortificaciones más destacadas de Almería.

con torreones promediados, todo muy mal muestra una planta sensiblemente rectan- ros. Las similitudes con ciertos castillos le-
conservado y gravemente afectado por un gular (2.000 m2). En su extremo Norte se vantinos tardíos (Aspe, Alicante) y grana-
aterrazamiento para repoblación forestal y levantó un gran baluarte o torreón de unos dinos (Los Guajares) podría datar este cas-
un reciente camino de acceso que atraviesa 11 metros de longitud por más de siete de tillo en la primera mitad del siglo XIII.
la muralla de la alcazaba. anchura. De su extremo occidental partía Finaliza nuestro apresurado repaso a
Servían de apoyo visual al castillo las un largo muro de 31 metros de longitud las fortificaciones medievales de la pro-
arruinadas torres de los Ballesteros y Espe- acabado en una pequeña torre albarrana vincia Villavieja, asiento de la antigua
liz, ambas de planta rectangular. Muchas que protegería un área habitada extramu- población romana y medieval de Berja y
de las “atalayas” mencionadas en los Libros uno de los más importantes despoblados
de Apeo y Repartimiento (1572-75) deben ser de la provincia.
rábitas, más o menos ligadas al sistema de- Se localiza sobre un cerro amesetado
fensivo general. Más información que domina toda la vega, a unos 3 km. al
Sudoeste de la población. El amuralla-
TRES CASTILLOS DE LA ALPUJARRA. La ■ Cara B., Lorenzo y miento medieval presenta cierta comple-
llamada Alcazaba de Laujar es una fortaleza Rodríguez López, Juana Mª jidad defensiva y cuenta con un reducto
de planta rectangular y unos 3.600 m2, con Introducción al estudio crono-tipológico de los fortificado. Los muros son de tapial y cu-
torres rectangulares de 8 por 4,5 metros a los castillos almerienses, en A. Malpica bren un recorrido de 1300 m. Tienen un es-
lados y más grandes en los ángulos. Propia Cuello, ed. Castillos y territorio en Al- pesor de más de dos metros por siete de al-
del siglo XI, alcanzó cierta relevancia en el Andalus. tura máxima y no parece que tuvieran
siglo XIV. En 1326, el meriní Utman se apo- Athos-Pergamos, Granada, 1998. adarve (camino superior) ni almenado.
deró de la fortaleza en apoyo de uno de los ■ Viguera Molins, Mª José Torreones macizos para reforzar el encin-
contendientes que se disputaban el trono La organización militar en al-Andalus. tado quedan dispuestos de trecho en tre-
nazarí, con lo cual aumentó el poder de esta Revista de Historia Militar XLV. 2001 cho, sin gran regularidad. A poniente, so-
dinastía magrebí en la zona occidental del ■ VV.AA. bre el camino, los torreones son mayores
reino. Castillos, fortificaciones y defensas hasta prolongarse en una torre albarrana
El Castillejo de Beires se sitúa en un ce- Colecc. Guías de Almería. Territorio, o saliente, que avanza al exterior con un
rro amesetado, inclinado al sur, con am- cultura y arte, 4. Almería. Instituto doble muro. Un gran torreón protege allí
plio dominio visual sobre las tres alquerías Estudios Almerienses. mismo la entrada al nacimiento de la
próximas. El recinto amurallado simple Fuente de la Rana. ■

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