Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
5º semestre
NIÑOS Y ADOLESCENTES
EN SITUACIONES DE RIESGO.
1
Agosto, 2004
Índice.
Programa
Bloque I
Trabajo infantil
Rodolfo Aguirre Reveles 50
Bloque II
2
Las mujeres: en familia, el trabajo y la educación Gloria
Arenas 121
BLOQUE III
3
El profesorado de educación física ante la educación en valores Víctor M.
López Pastor 262
4
NIÑOS Y ADOLESCENTES EN SITUIACIONES DE RIESGO
Introducción
Sin embargo, existen ocasiones en que tales condiciones no resultan favorables para
los niños y los adolescentes y tienen un efecto negativo que puede ocasionarles daños,
no solo físicos sino, principalmente, emocionales que interfieren o afectan su desarrollo
integral, y les predispone al fracaso escolar y en su vida personal, entre otros efectos.
El conocimiento de este tipo de situaciones y el análisis de las condiciones que las
propician, con el fin de construir posibilidades desde la escuela –de manera específica
desde la sesión de educación física, para resolverlas o contrarrestarlas- constituyen el
sentido del presente programa, cuyo estudio requiere que el normalista aproveche el
conocimiento adquirido sobre el desarrollo en los semestres procedentes y mantenga
las actitudes de apertura y comprensión de la diversidad que caracteriza a niños y
adolescentes, para contar con habilidades que le permitan identificar quienes de entre
sus alumnos presentan riesgo de fracaso escolar por diversas causas, por ejemplo:
reprobación reiterada, ausentismo, niveles consistentemente bajos de aprendizaje,
condiciones comunitarias o familiares adversas, acoso o violencia desde la escuela,
etcétera: y poder adaptar su enseñanza a las características de esos alumnos a través
del uso y aplicación de estrategias y materiales específicos que los apoyen a su
formación integral.
5
Esta perspectiva permite, al futuro profesor de educación física, decidir cuando
conviene canalizar a estos alumnos hacia instituciones especializadas y como
favorecer mediante las sesiones de educación física un ambiente escolar de confianza,
seguro, saludable y estimulante para su desarrollo, que propicie la comunicación y
mejore los aprendizajes, eleve su autoestima, fortalezca su identidad, apoye su
permanencia en la escuela les fomente expectativas elevadas de logro; siempre de
manera receptiva y respetuosa de la diversidad social y cultural que presenten.
Es importante que el estudiante comprenda que la solución ante los efectos
emocionales de factores y situaciones de riesgo no está en lograr escenarios ideales
que no impliquen amenaza alguna para las personas, sino en fortalecer sus
competencias de comunicación, socialización y reflexión en la toma de decisiones y
búsqueda de soluciones, y en el desarrollo de las características de personalidad por
las cuales se identifiquen como personas valiosas capaces de desarrollar habilidades
que le permitan sortear situaciones de riesgo y resignificar o superar los problemas que
enfrentan.
El curso está organizado en tres bloques temáticos, presentando para cada tema de
estudio bibliografía básica y sugerencias de actividades. Su secuencia establece un
proceso gradual en el anejo de los contenidos para la formación del estudiante,
partiendo de la identificación de algunas situaciones de riesgo frecuentes y del análisis
de la manera como se originan, abordando en seguida el conocimiento de algunos
elementos que predisponen en el alumno mayor vulnerabilidad situaciones de riesgo o
favorecen su capacidad para sortear, afrontar y/o resignificar el daño emocional,
proceso que se denomina resilencia o resiliencia; finalizando con algunos principios de
la educación en valores y el conocimiento de algunas propuestas de intervención desde
los diferentes niveles de educación básica, que permitan la elaboración de estrategias,
unidades didácticas, propuestas o proyectos que puedan aplicar los estudiantes durante
las sesiones de educación física para apoyar el desarrollo de capacidades y habilidades
que fortalezcan la seguridad y autoprotección de los alumnos, que a la vez les permitan
resignificar, sortear y/o enfrentar situaciones adversas.
6
En el primer bloque, “Situaciones de riesgo que puedan generar fracaso escolar en
los niños y adolescentes” los estudiante analizan la interacción de diferentes
condiciones sociales, culturales y familiares que generan situaciones de riesgo que
afectan el desarrollo integral de los niños y los adolescentes. Los estudiantes
comprenden, así mismo, que las situaciones de riesgo pueden ser a la vez factores
parar otras situaciones de mayor gravedad dentro de una dinámica compleja que
intervienen los ámbitos mencionados.
Se analiza, también, con la tendencia del ser humano a repetir en otros las situaciones
vividas durante su desarrollo realicen una cadena de acciones y efectos llamada
trasgeneracional, que mantiene vigentes, tanto en el plano individual como el social, los
efectos positivos o negativos de tales situaciones; y constituye un elemento básico a
considerar para favorecer la trasmisión de efectos que apoyen el desarrollo y minimizar
o eliminar los que le pudieran ser contrarios.
Así, con el contenido de este primer bloque los estudiantes normalistas comprenden
que cuando se habla de factores y situación es de riesgo se hace alusión a condiciones
e interacciones sociales, culturales y familiares que afectan e desarrollo moral y
emocional de los alumnos, su autoestima y confianza, limitando sus posibilidades para
desenvolverse en el medio social y obstaculizando sus oportunidades de crecimiento
personal; y no a situaciones en que pueden ocurrir accidentes físicos por la realización
de ejercicios corporales en educción física, que por otra parte, son motivo de estudio
del campo de formación específica en esta licenciatura.
En este bloque se proporcionan las bases para que los estudiantes normalistas
identifiquen, en las escuelas de educación básica donde realicen sus jornadas de
observación y práctica docente, a los alumnos que pudieran estar enfrentando algunas
situaciones de riesgo, indaguen sobre los posibles factores que las propician y los
efectos que producen en los alumnos, y adecuen su intervención docente para
apoyarlos.
7
En este bloque se aborda, también, la resilencia o resiliencia como la capacidad del ser
humano para resignificar y/o recuperarse de daños emocionales producto de las
situaciones de riesgo, y para el restablecimiento del propio control y el rumbo del
desarrollo personal.
A partir de este bloque el estudiante analiza cómo desde la escuela se pueden propiciar
condiciones que ayuden a favorecer la resiliencia en los alumnos de educación básica,
estableciendo acciones conjuntas entre escuelas y familias para propiciar un adecuado
acompañamiento a su desarrollo personal, emocional y social fundamentalmente.
En el tercer bloque, “El papel de la escuela y del docente en la prevención de
factores y situaciones de riesgo mediante las sesiones de educación física”, se
aborda de manera específica como se pueden aprovechar los principios de la
educación en valores en las sesiones de educación física para prevenir y contrarrestar
factores y situaciones de riesgo, favoreciendo, entre otras cosas, ambientes de
confianza necesarios para el aprendizaje y la convivencia social basada en valores
hábitos y actitudes para una vida sana.
8
Asimismo, se analiza que los efectos de los factores y situaciones de riesgo en el
desempeño académico de los alumnos, no son resultado de una “incapacidad
intelectual” atribuible a ellos, sino de las condiciones físicas y sociales en que se han
desarrollado, esta consideración permitirá evitar que opte por la aparente solución de
“etiquetar” a los alumnos ante las dificultades que presentan o desentenderse del apoyo
que se les puede brindar; lo que redundará, también, en la formación de su propia
identidad y ética profesional como educador físico.
Finalmente, en este bloque, el estudiante normalista indaga sobre los servicios con que
se cuenta en la comunidad y a los que puede acudir para apoyar a los escolares que se
encuentren en situaciones de riesgo cuya atención rebasa sus posibilidades y deberes
como docente, pero con las cuales puede establecer redes de interacción y
colaboración –entre las instituciones y la escuela de educación básica para desarrollar
acciones de intervención en beneficio del desarrollo de los alumnos.
9
aborda el estudio sistemático de las situaciones que afectan los procesos de desarrollo
de los niños y los adolescentes, recuperando el enfoque integral manejado en las
cuatro asignaturas anteriores pertenecientes a esta línea, así como la comprensión de
que si bien hay pautas o patrones generales que facilitan identificar los procesos o
situaciones, también existen variaciones individuales que inciden en ella.
La responsabilidad de los estudiantes en su intervención en las escuelas de educación
básica, durante las jornadas de observación y práctica docente y posteriormente en su
ejercicio profesional, requiere considerar integralmente el conocimiento adquirido sobre
las características de los niños y adolescentes para reflejarlo en la planeación,
aplicación y evaluación de actividades, que no solamente atienda las finalidades de
cada nivel en cuanto al aprendizaje que se quiere lograr en los alumnos si no que,
también, se adapten a las situaciones propias de algunos de ellos que cursan por
condiciones difíciles que pueden poner en riesgo el buen éxito en su desarrollo. Parte
importante de las funciones del profesor de educación física es establecer condiciones,
dentro y fuera de la escuela, que atiendan el logro de los propósitos educativos en
todos los alumnos a partir de tomar en cuenta sus diferencias, necesidades y
motivaciones personales, para generar en ellos la construcción de una identidad propia
vinculada a niveles adecuados de autoestima y seguridad.
En el curso se pide a los estudiantes identificar dos alumnos que debido a factores
de índole personal o familiar requieran de un apoyo particular para favorecer en
ellos características de resiliencia, para lo cual es necesario, entre otras cosas, que
el estudiante cuente con un conocimiento adecuado de las características que
permitan identificar situaciones de riesgo considerando las condiciones de los
10
entornos sociales, familiares y escolares en que se desarrollan los alumnos, que, al
mismo tiempo que dan pauta para la planeación de la sesión de educación física,
pueden utilizarse parea evaluar el avance de estos alumnos hacia mejores niveles
de autoestima, comunicación y relación con los demás y capacidad de resolución de
problemas. Estas actividades ayudan a estructurar y dar sentido a los conocimientos
que se adquieren durante los tres bloques del programa.
2. Para el estudio de los temas del curso se han propuestos textos que abordan
algunas de las situaciones de riesgo más frecuentes, a partir de las cuales los
estudiantes deben identificar factores comunes que las originan y complementar,
mediante indagación propia en trabajo de equipos, otras situaciones que otros
textos no cubren, ya que es imposible pretender abarcar la totalidad de
situaciones que puedan presentarse dado que son el resultado de dinámicas
sociales y culturales variables según cada contexto.
Poder contar con un esquema que refleje las interrelaciones entre estos elementos
es una herramienta útil para el análisis de la realidad del desarrollo de los niños y los
adolescentes en los ámbitos familiar, escolar y social, y para la propuesta de
posibles soluciones y apoyo a los alumnos.
En este sentido, puede ser conveniente que los estudiantes normalistas revisen las
condiciones en que se ha dado su propio desarrollo y lo que los motivó a elegir esta
11
profesión, para que, en caso de hallar en estos elementos situaciones de riesgo,
puedan acudir a instituciones que les ayuden a minimizar el daño y la tendencia de
repetir esas condiciones y experiencias en otros.
4. Es parte de las funciones del profesor de educación física orientar a los alumnos
en el uso del tiempo libre, aprovechar los aspectos lúdicos del deporte y
promover la formación de clubes y otros grupos y eventos que les ofrezcan
oportunidades favorables a su desarrollo integral y a elevar su calidad de vida,
dentro y fuera de las horas escolares. El profesor de este curso, debe
aprovechar lo que se imparte en las otras asignaturas de Actividad Física y Salud
II, Deporte Educativo y los Adolescentes I, y Educación para el Uso del Tiempo
Libre I, mediante el trabajo colegiados con los profesores respectivos para
optimizar conocimientos, recursos y experiencias en el arco de la formación
profesional de los estudiantes, procediendo siempre con respecto a la diversidad
y a partir de lo que cada alumno tiene como fortalezas más que carencias o
debilidades, y sin pretender que todos arriben a un único ideal de persona sana.
12
7. Se ha incluido, también, en el material de apoyo, un anexo con datos
estadísticos que le permitirán a los estudiantes familiarizarse con los temas que
suelen ser objeto de indagación sobre las dinámicas y estructuras sociales,
familiares y escolares. Es importante tener presente que esta clase de datos
tiene una vigencia relativa por la velocidad con que cambian debido a las
modificaciones que se dan en los ámbitos señalados, muchas veces originadas a
partir del conocimiento de tales datos.
Los estudiantes pueden basarse en este anexo para algunas actividades y conocer
la frecuencia con que ocurren ciertas situaciones. Pueden, también, hacer sus
propias búsquedas en otras fuentes de información a nivel internacional, nacional o
de la comunidad en que se ubican. En cualquier caso deben considerar que lo
importante no son tanto las cifras sino las situaciones que les dan origen, con la idea
de reflexionar sobre posibles soluciones desde la escuela y las sesiones de
educación física.
El profesor debe tener claros los propósitos, los contenidos a manejar y el sentido
formativo de la asignatura para poder informar a los estudiantes, desde el inicio del
curso: el número de evaluaciones parciales a realizar; los criterios, las estrategias e
instrumentos que se utilizaran, así como el procedimiento que se seguirá para valorar
los aprendizajes de cada estudiante.
Con base en lo anterior el docente de esta asignatura, podrá establecer actividades que
le permitan valorar, de manera consistente y continua durante todo el curso, avances y
dificultades de los estudiantes. Asimismo, los resultados que obtenga le ayudarán a
tomar a tomar decisiones para apoyar la formación de los estudiantes normalistas con
referencia a los rasgos expresados en el perfil de egreso de la licenciatura.
Conviene que le profesor utilice diversos recursos para evaluar los avances y
dificultades de los estudiantes, considerando, por ejemplo, la participación en clase, las
dudas que exponen, el manejo que logran de los contenidos de los textos, los productos
que elaboran, la calidad de los argumentos empleados en las discusiones y debates, la
habilidad del estudiante para vincular contenidos de las otras asignaturas en las
propuestas que elabore, así como procesos de co-evaluación y auto-evaluación.
El profesor debe tener presente que la formación del estudiante requiere ser evaluada
sobre la comprensión y apropiación de los propósitos, las funciones y los retos que
enfrentaría en su futura práctica docente en los tres niveles de la educación básica,
asumiendo la evaluación como un proceso continuo que es parte de las actividades de
aprendizaje para la formación profesional de los estudiantes. En este sentido, sus
13
esfuerzos deben dirigirse a garantizar que con las actividades que proponga se lograrán
adecuadamente los propósitos de la asignatura.
Por lo anterior, es necesario establecer entre profesor y estudiantes, desde el inicio del
curso, el acuerdo sobre las formas, procedimientos, criterios y productos en que se
basará la evaluación, a partir del sentido y propósitos de la asignatura, considerando las
orientaciones didácticas y las actividades que se sugieren en cada bloque. Asimismo,
los estudiantes normalistas requieren demostrar suficientemente la comprensión y el
manejo que logran de los contenidos del curso, integrando conceptos y saberes
variados de manera significativa en el contexto de su formación como licenciados en
educación física.
14
2. Factores sociales, culturales y familiares que contribuyen a crear situaciones de
riesgo. Efectos en el rezago, la deserción y el abandono escolar de los niños y
los adolescentes:
a) Ambientes socioculturales y de residencia agresivos y
protodelincuenciales, desempleo, pobreza, marginación, discriminación y
abuso sexual contra niños y adolescentes.
b) Composición, estructura y funcionalidad de las familias. Violencia
intrafamiliar, maltrato y abuso infantil.
Bibliografía básica
Actividades sugeridas
1. A través de una lluvia de ideas, elaborar una lista sobre los principales riesgos
que enfrenta la sociedad actual; se recomienda incluir los riesgos que han
estudiado en las distintas asignaturas de esta licenciatura. Posteriormente, tratar
de clasificar cuales de estos riesgos pertenecen al ámbito social, familiar y
escolar.
15
2. Organizar al grupo en tres equipos y analizar por ámbitos los riesgos
identificados, a partir de los siguientes aspectos:
Factores asociados a cada uno de ellos
Consecuencias que tiene cada riesgo sobre el desarrollo de niños y
adolescentes.
Mecanismos de adaptación que niños y adolescentes desarrollan ante
estos factores de riesgo.
Para finalizar esta actividad, se propone integrar la información en un cuadro que
permanezca a la vista del grupo, como el que se presenta a continuación.
Factores Ámbitos
asociados Social Familiar Escolar
Consecuencias en
el desarrollo de los
niños y/o
adolescentes
Mecanismos de
adaptación
16
¿En qué se basaron para identificar los principales riesgos en el desarrollo de la
actividad numero uno? ¿Los aspectos planteados tienen relación con e contenido
del texto de Mardones? ¿Existen otros aspectos que el texto no aborda, pero que,
se pueden identificar? ¿Cuáles?
¿Cuál tipo de riesgo puede incluirse en dos ámbitos o mas a la vez?, ¿Porqué?
¿Cuáles son los argumentos que proporciona el texto de Mardones para explicar
la posible imbricación que tienen los riesgos y que los vinculan con los distintos
ámbitos?
¿Por qué esta asignatura no aborda todas las situaciones de riesgo?
¿Qué importancia tiene para ustedes como futuros educadores físicos, el
conocimiento de las situaciones de riesgo que serán analizadas durante este
curso? ¿Qué habilidades, se pretenden desarrollen los estudiantes con esta
asignatura? ¿Cuáles tienen relación con las habilidades señaladas en el perfil de
egreso de esta licenciatura?
6. Organizar al grupo en dos equipos para que cada uno lea uno de los siguientes
textos de EDNICA, “Desde una representación de la senda callejera. Área de niño
callejero” y “Prevenir es mejor que lamentar…”. A partir de la lectura, comentar al
interior de cada equipo las siguientes cuestiones:
¿Cuáles son los motivos por lo que los niños y los adolescentes prefieren vivir en
la calle y no con sus familias?
¿Qué problemas existen al interior de las familias?, ¿qué factores influyen en
dichos problemas?
¿Qué situaciones de riesgo enfrentan los niños y los adolescentes que viven con
su familia, en comparación con los que viven en la calle?
17
Presentar al grupo sus respuestas y compararlas con las observaciones realizadas en
la actividad anterior.
7. De manera individual seleccionar una noticia que corresponda a una situación de
riesgo en el país y/o entidad, los temas serán seleccionados en el grupo de tal
forma que se aborden casos diferentes, relativos a los riesgos en la familia, la
escuela y la sociedad, (de ser posible, darles seguimiento durante todo el
semestre). Cada bimestre, el grupo se organizará en equipos para presentar de
manera sintética la información recabada en un periódico mural, integrando
tópicos sobre los aspectos estudiados en esta asignatura que sirvan para
contextualizar o proporcionar tópicos de explicación y/o intervención. Otra opción
es hacer una reproducción del mismo en las escuelas en donde realizan sus
jornadas de observación y práctica docente.
8. Organizar al grupo en equipos para visitar los centros o instituciones que se enlistan
a continuación, y realizar entrevistas o registros de observación para indagar las
situaciones de riesgo más frecuentes en la entidad y el nivel de atención que éstos
tienen. Se recomienda entrevistar a trabajadores y/o servidores públicos como
pueden ser: médicos, maestros, trabajadores sociales, vigilantes, personas que
brindan servicio de voluntariado, así como las personas que acuden a solicitar
servicios.
18
riesgos que se enfrentan durante la infancia y/o la adolescencia y algunas
propuestas de prevención que se pueden desarrollar. En términos generales, la
entrevista solicita que el entrevistado comente brevemente: los riesgos que
enfrentó (dentro y fuera del hogar), durante su infancia y/o adolescencia; los
efectos que tuvieron estas situaciones de riesgo en su vida personal, familiar y
escolar; beneficios que encuentra en la institución u organismo al que acude;
características de la relación que establecía con cada uno de los integrantes de
su familia; demandas que le hacían sus padres en esta etapa de su vida;
propuestas o sugerencias que haría para prevenir los riesgos que él enfrentó
durante su infancia o adolescencia.
*Destacar el papel de las familias para proteger o poner a los niños y/o adolescentes en
situación de riesgo.
19
¿Qué tipo de violencia se plantea en la película? ¿Cuáles son las situaciones
que originan los actos de violencia que se presentan dentro de la escuela?
¿Cuál es la población más vulnerable con relación a los actos de violencia que
se generan en la población Columbine?
¿A través de qué medios puede la sociedad incitar la violencia?, ¿Cuáles son
algunas de las acciones emprendidas para tratar de prevenir nuevos actos de
violencia?
Según se muestra en la película, ¿la violencia es una característica
predominante de la población adolescente?
20
informes del propio instituto, señalan que “apenas se atienden anualmente a un
millón 400 mil personas”.
Respecto de la atención que brinda en INI a los pueblos indios, sobresale el caso
de Tlaxcala, donde su población indígena nunca ha recibido apoyos de ese
instituto. Tampoco cuenta con programas que ayuden a esa población que emigra
en las zonas metropolitanas del Distrito Federal, Guadalajara, Tijuana y
Monterrey.
Esto significa que, en promedio, las 2.6 millones de familias Progresa reciben al
día 13 pesos con 30 centavos; estos son los habitantes de México que de
acuerdo con el Banco Mundial viven con un dólar al día. El subsidio alimentario
diario de este programa es de 4 pesos con 33 centavos al día y se incrementa a
13 pesos con 30 centavos con los apoyos educativos.
…Para recibir ese subsidio, las familias están obligadas a inscribir a sus hijos a
primaria y secundaria y asistir regularmente a las clínicas de salud; de lo contrario
pierden el subsidio.
El programa busca “transformar los subsidios” que van más allá de sólo ser un
ingreso para apoyar el consumo “hacia un programa de inversión de capital
humano”.
21
En el país existen 10 millones de indígenas, de los cuales el INI, según sus
informes y diagnósticos, atiende a 5 millones, con “por lo menos algún problema”.
Sin embargo, con el reducido presupuesto que se destina al INI, apenas se
atiende a poco más de la décima parte de indígenas. De acuerdo con informes
del propio instituto, casi 60 por ciento de sus recursos se distribuyen por medio de
los fondos regionales y de los albergues y becas.
…El diagnóstico del INI subraya que los indígenas son los más vulnerables de la
sociedad mexicana, pues sus comunidades registran los más altos índices de
marginación y desnutrición. Las regiones huichol, tarahumara y cora, en Jalisco,
Chihuahua y Nayarit, respectivamente, registran las tasas de desnutrición más
dramáticas, y aunque los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas presentan
desnutrición severa, no se compara con los citados anteriormente.
En las regiones indígenas 58.3 por ciento de los niños menores de cinco años
presentan desnutrición, lo cual requiere “atención inmediata”, apunta el INI en su
estudio Desarrollo Social y Pobreza.
22
“La salud es crítica: la tasa de mortalidad es superior al promedio nacional. La
carencia de servicios elementales, de programas preventivos y de atención a la
salud de primer nivel provocan una alta propensión de enfermedades
gastrointestinales y padecimientos infecciosos –entre ellos la sarna-, agravados
por la desnutrición”.
23
La temporalidad de sus empleos es muy variable: de cinco a seis meses. Puede
durar tres años si deciden continuar el fenómeno migratorio que empiezan en
Sinaloa, continúa en Sonora y concluye en Baja California. En esos casos se trata
de migración familiar de jornaleros que han sido enganchados desde su lugar de
origen. Otros logran cruzar la frontera de Estados Unidos como indocumentados.
Los enganchadores –contratistas que ofrecen mano de obra- van por los
indígenas y campesinos hasta sus lugares de origen en Oaxaca, Guerrero,
Veracruz y Puebla. Se les oferta empleo con alojamiento asegurado y se les
garantiza trabajo para sus hijos menores de edad. En muchas ocasiones, estas
promesas no se les cumplen y se les descuenta el costo de su traslado de su
salario.
Las reglas de operación del ramo 20 subrayan que 52 por ciento de las viviendas
en que viven los jornaleros en los campos agrícolas de exportación se encuentra
en malas condiciones; 40.5 por ciento de los niños de 6 a 14 años no saben leer
ni escribir, y 69 por ciento de los mayores de 12 años no terminaron la primaria.
Otros indicadores de la Sedeso sobre los jornaleros agrícolas: 47.1 por ciento de
las unidades de trabajo no cuentan con servicio de salud y 41.8 por ciento de los
niños de cero a seis años presenta “algún grado de desnutrición”, a veces ese
daño es muy severo.
24
¿Qué factores contribuyen a mantener vigente la violencia y el maltrato hacia
niños y adolescentes? ¿Por qué se dice que el maltrato sólo existe cuando se
vuelve un fenómeno social dentro de una comunidad?
¿Explicar por qué siguen existiendo condiciones de maltrato e injusticia hacia los
niños en muchos países?
¿Qué tipos de maltrato existen y qué implica para su detección que sea o no
visible, activo o pasivo?
¿De qué manera se combinan estos distintos tipos de maltrato y qué
consecuencias generales tienen?
¿Cómo opera el llamado ciclo transgeneracional de la violencia y las creencias
de la persona que maltrata?
Elaborar un esquema que ayude a visualizar estas relaciones.
Cada equipo expone al grupo sus respuestas y presenta sus esquemas. Se recomienda
complementar la información comentando algunos de los testimonios elaborados en la
actividad número ocho, para llegar a analizar la trascendencia que tiene la familia en la
protección o vulnerabilidad de los niños y los adolescentes ante las situaciones de
riesgo.
14. A partir de las actividades realizadas hasta este momento, elaborar preguntas para
entrevistar a los maestros de dos alumnos que hayan identificado en los grupos en
donde realizan sus prácticas de observación y práctica docente y que pudieran estar en
situación de riesgo para darles seguimiento durante todo el semestre. Destacar los
aspectos que hagan referencia al ambiente familiar, escolar y social.
25
La aceptación del alumno en el grupo escolar no afecta su desempeño
académico ni sus relaciones sociales o desarrollo integral.
La familia ejerce una fuerte influencia en los alumnos para establecer relaciones
interpersonales en el ámbito escolar.
Las actitudes, así como el comportamiento que asumen los maestros en el
entorno escolar, tienen gran trascendencia en los alumnos; por la etapa de
desarrollo en que se encuentran, y por ser un modelo de rol para ellos.
Registrar sus conclusiones por escrito.
16. Organizar al grupo en tres equipos para que cada uno lea los siguientes subtemas
seleccionados del texto de Barudy: “La negligencia y el abandono de los niños”, “La
violencia física sobre los niños”, “La carrera moral del niño golpeado”, “Los abusos
sexuales extra e intrafamiliares”, “El abuso sexual intrafamiliar” para presentar la
información de los aspectos que se proponen en el cuadro que se muestra a
continuación.
Características
que lo permiten
identificar
Consecuencias
traumáticas de la
experiencia
Mecanismos
adaptativos a la
situación
Impacto en la
carrera moral y
social de los niños
17. Organizar al grupo en tres equipos para realizar las siguientes actividades. Se
sugiere leer los textos indicados para cada equipo además de complementar la
información, con algunos de los testimonios obtenidos en la actividad número ocho para
26
analizar cómo la experiencia que se narra, se relaciona con los ámbitos: escolar,
familiar y/o social.
Textos
Equipo 1 Equipo 2 Equipo 3
Rodolfo Aguirre Graciela Morgade, Rodrigo Aguirre y
Reveles, “Trabajo “Infancia, Pedro Güell, “Capítulo
infantil”, páginas 94- adolescencia y cuatro: Las conductas
107. construcción de de riesgo”, páginas
Analizar el anexo género”, páginas 35- 44-49.
estadístico número 5. 52. María Martina Casullo,
“La familia: ¿pone en
riesgo o protege la
salud psíquica?”,
páginas 56-61.
A partir de los textos leídos y de las respuestas a los planteamientos que se indican
para cada equipo, destacar gráficamente los factores de riesgo que prevalecen en los
ámbitos social, escolar y familiar.
Equipo 1.
¿Por qué el trabajo infantil es una situación o un factor de riesgo y cuál es su
magnitud en el mundo y en América Latina?
¿Cómo se combinan los factores de necesidad económica en la familia, mala
alimentación, fracaso o repetición escolar, gasto educativo, etcétera, para
favorecer la situación del trabajo infantil?
¿Por qué la educación en México para algunas familias no representa un medio
para superar la pobreza y cómo se da el círculo pobreza-deserción escolar-
trabajo infantil?
¿Cuáles son los principales grupos vulnerados por esta situación y cómo la
dinámica social hace del trabajo infantil una necesidad que lo mantiene vigente?
¿Por qué México no ha ratificado el convenio 138 de la OIT?
¿Por qué la situación de pobreza puede constituirse en un factor de riesgo para
los niños y adolescentes?
Equipo 2.
¿Cómo influyen las expectativas de la familia hacia los hijos por su género (varón
o mujer) sobre la posibilidad de que se vean expuestos a situaciones de riesgo y
qué condiciones sociales refuerzan estas expectativas?
¿Por qué se dice que los jóvenes adolescentes constituyen “un grupo de riesgo”
frente a valores hegemónicos, y qué puede hacerse desde la educación física
con respecto a la “historia del cuerpo”?
27
¿Cómo se convierten en factores de riesgo las prácticas sociales y jurídicas
sobre la atención a denuncias de acoso sexual, abuso sexual y violación?
¿De qué forma la infraestructura urbana propicia situaciones de riesgo para las
madres solteras, en cuanto al logro de sus planes de vida y su autoestima?
¿Qué factores de riesgo están involucrados en los resultados que señalan que
de cada cuatro muertes violentas tres son de varones?
¿Cómo se combinan factores sociales de riesgo como el desempleo, con
factores personales como beber alcohol y factores familiares como las
expectativas sobre los hijos diferenciales por género?
Equipo 3.
¿Cómo se atiende la idea de ser sanos y felices o de madurez psicosocial y
cómo se relaciona con esa madurez la autonomía, la capacidad para interactuar
y comunicarse, y la responsabilidad social? ¿Qué se entiende por cada uno de
estos aspectos?
¿Qué situaciones pueden apoyar a los adolescentes para afrontar situaciones de
estrés y ansiedad?
¿Cuál es el papel de la información con respecto a involucrarse en conductas de
riesgo, y de la familia y la escuela como instituciones sociales que son fuentes de
información?
¿De qué manera se convierte la conducta masculina en factor de riesgo para la
mujer en las relaciones sexuales?
¿Cómo se combinan factores como las creencias, la falta de información o la
información errónea, drogas o alcohol y deseo sexual para generar situaciones
de riesgo?
¿Qué tipo de decisiones toma el padre, la madre, el joven, la joven con mayor
frecuencia, y cuáles son decisión de todos?
¿Sobre qué actividades se expresa con más frecuencia la autonomía de los
jóvenes y cuáles son las que tienen más prohibidas?
¿Cuál es la actitud más frecuente de los padres ante algo que haya hecho el
joven, que les moleste o consideren bueno?
¿De qué temas suelen platicar los jóvenes con sus padres y de cuáles con sus
amigos?
28
Segundo equipo:
¿A qué edad es más frecuente que se abandonen los estudios y por qué?
¿En qué actividades emplean los niños y adolescentes su tiempo libre, con qué
duración realizan esas actividades y a qué tipo de organizaciones suelen
pertenecer?
¿Cuál es la situación de confianza de los jóvenes hacia las diversas
instituciones?
Tercer equipo:
¿A qué edad suele darse el primer noviazgo, la primera relación sexual y la unión
o casamiento por primera vez?
¿A qué edad suele suceder el primer embarazo en las jóvenes?
¿Cuál es la situación –comparativamente-, entre los varones que señalan haber
embarazado a alguien y las mujeres que respondieron haber estado
embarazadas?
19. En grupo citar casos y testimonios sobre la manera como las situaciones y factores
de riesgo afectan tanto a quien comete las conductas de riesgo como a quienes le
rodean, y pueden influir en el abandono de la escuela, bajo rendimiento, vivir en la calle,
repetir con otros los actos de que fue víctima, etcétera. Retomar algunas preguntas que
les permitan indagar los aspectos discutidos con alumnos de educación primaria o
secundaria durante las jornadas de observación y práctica docente, o con adolescentes
que realicen actividades en su tiempo libre. De ser posible, incluir a los dos alumnos a
quienes dan seguimiento.
Analizar el anexo 1 para identificar los tipos de maltrato que se presentan con
mayor frecuencia.
Revisar el anexo 2 para identificar las características que comparten al menos
dos de las ciudades que presentan mayor incidencia de niños en situación de
calle. Se recomienda consultar diversas fuentes de información (incluir Internet)
para complementar la información y elaborar algunas posibles explicaciones al
incremento de niños en situación de calle en determinadas ciudades del país.
En comparación con la entidad a la que pertenecen los estudiantes de esta
licenciatura, qué factores son similares o diferentes a los analizados en la
actividad anterior. Al realizar esta revisión comparativa, ¿se puede pronosticar el
surgimiento y/o incremento de niños en situación de calle en su entidad?
29
Consultar el anexo 3 para identificar y registrar en qué cuadrante de relación
deserción-eficiencia terminal se ubica su entidad para los niveles de educación
primaria y secundaria. La información identificada, ¿puede ser un factor que
propicie y/o incremente la situación de calle en la población infantil y
adolescente?
Analizar el cuadro de flujo de matrícula del anexo 4 para identificar: ¿En qué
nivel educativo existe mayor deserción y reprobación? ¿Cuáles son los ciclos en
los que se da un mayor porcentaje de deserción y reprobación? ¿Cuál es la
eficiencia terminal entre los tres niveles educativos? Dar algunos argumentos
que ayuden a explicar por qué la deserción y reprobación pueden ser factores de
riesgo.
21. A partir de la información que recabaron durante las actividades de este bloque,
analizar las conclusiones registradas en la actividad número quince para hacer
precisiones a sus valoraciones, y elaborar un trabajo de carácter testimonial que
describa la situación de los dos alumnos que seleccionaron para observar y dar
seguimiento durante el semestre: ¿por qué consideran que se encuentran en situación
de riesgo tendiente al fracaso escolar, y cuál es la opinión de los profesores de estos
alumnos al respecto? Pedir a tres estudiantes que presenten sus trabajos al grupo para
enriquecerlos a partir del análisis y comentarios de carácter propositivo.
Temas
1. Vulnerabilidad y resiliencia de niños y adolescentes ante factores y situaciones de
riesgo.
a) Ambientes familiares que favorecen la vulnerabilidad y/o resiliencia de niños y
adolescentes ante factores y situaciones de riesgo: características de
personalidad de los hijos y acompañamiento de los padres y amigos en su
desarrollo y escolaridad.
b) Principales factores escolares que dificultan o favorecen la resiliencia en los
alumnos: ambiente de confianza o lucha de poder en el contexto escolar.
Experiencias positivas de aprendizaje.
2. Los retos actuales de la escuela y su responsabilidad ante la formación y protección
de los alumnos.
30
Bibliografía básica
Actividades sugeridas
31
1. Organizar al grupo en cuatro equipos para distribuir las lecturas de Papalia y
Kornblit, de tal forma que cada equipo elabore un cuadro, en donde se identifiquen
el impacto que tiene: La agresividad y temor; Las amistades y popularidad: La salud
mental; El comportamiento antisocial, delincuencia y altruismo, en el desarrollo de
los niños y los adolescentes, se sugiere también, retomar las propuestas que hacen
los autores para que padres y/o maestros, favorezcan su desarrollo integral. Como
se muestra en el siguiente ejemplo:
Agresividad y temor
Para concluir esta actividad, se sugiere que cada equipo presente al grupo los trabajos
realizados, así como proporcionar una fotocopia del mismo a cada estudiante del grupo
para que sean considerados estos aspectos en las guías de observación y/o entrevistas
que se proponen en las actividades de este bloque.
¿Riendo y aprendiendo?
El observar qué es lo que hace sonreír y reír a los niños muestra que, cuando
pasen de la infancia a la niñez, les divierten cada vez más la violación de las
reglas y lo que causa disgustos o desaprobación a los otros. A los dos años
exploran y explotan las posibles distorsiones de lo que es aceptado de manera
diferente con sus madres y con sus hermanos, arreglándoselas para compartir
distintas bromas con dos miembros muy diferentes de la familia. Entre los 24 y los
36 meses toman parte, con placer, en bromas acerca de las relaciones (¡No te
32
quiero, mamita!), sobre el género, sobre lo que es malo o desagradable, acerca
de la verdad y la falsedad, los errores de los otros y las incongruencias en las
rutinas familiares. A partir de estas observaciones obtenemos otra visión del
desarrollo de su comprensión social, y cierto sentido de una dimensión central de
sus relaciones que, como psicólogos, hemos ignorado durante demasiado tiempo.
¿Pero es posible que en esos intercambios de bromas la comprensión social de
los niños no sólo se revele sino que se fomente? ¿Aprenden en el transcurso de
las mismas?
33
Menos obvio, pero evolutivamente importante, es el potencial de los intercambios
de provocaciones con los padres o los hermanos para aprender cuáles son los
límites de aceptabilidad del insulto, la crítica o la expresión de disgusto dentro de
una relación emocional importante. Lo más difícil de todo –pero en términos del
sentido común quizá lo más plausible- es determinar la importancia de la
experiencia de bromas y diversión compartidas en el desarrollo de la relación
entre madre e hijo y niño y hermano. El descubrir cómo compartir un sentido del
absurdo y el placer en los incidentes cómicos de la vida es un paso importante
hacia la intimidad.
Fragmento tomado de: Judy Dunn (1988) Los comienzos de la comprensión social,
Buenos Aires, Nueva Visión.
OCIO Y DESARROLLO
1*
Payaso
34
Las parejas de payasos nos recuerdan, incluso en su vestimenta, que hay ricos
y pobres, que nos debatimos constantemente entre lo que queremos y lo que
debemos hacer. ¿Qué debemos atender primero: nuestros sueños o nuestra
realidad? ¿La obligación o la vocación? El Augusto, siempre rebelde. Su
contrario, siempre conservador. El alma del payaso representa el alma del ser
humano: los opuestos, las contradicciones, la dualidad: el idealismo y el
pragmatismo, la fuerza y la debilidad. Son como un libro abierto para
reflexionar desde la risa. Como dijo Chaplin: <<El humor activa en el ser
humano su sentido de la proporción y le revela que en un exceso de seriedad
se esconde lo absurdo>>. O siguiendo o Godoy: <<la burla es temida hasta por
aquellos que ya no tienen miedo de nada>>.
Por otro lado, la existencia de una organización como payasos sin fronteras,
cuya finalidad es intervenir en zonas especialmente conflictivas del planeta,
también supone un avance espectacular en el reconocimiento de una función
social del clown mucho más allá del anécdota de hacer reír. Supone aceptar
que no todo pasa por mejorar las condiciones materiales y económicas de vida,
sino que es necesario también un especial cuidado de la salud anímica y
35
espiritual.
De modo que podemos concluir diciendo que todo lo que representa el clown
seguirá caminando, sin duda, por la senda de la permanente alternativa al
teatro culto o comercial. Y en muchos casos con mayor impacto, con mayor
aceptación con el público. Porque de tras de cada clown hay un ser humano
que desea expresarse, comunicarse con otro y compartir con los demás…”
Tomado de: Marcelo González (2001), en ocio y desarrollo, Bilbao, Documentos de Estudio de Ocio, núm 18,
Universidad de Deusto.
3. Dividir al grupo en 2 equipos para que uno de ellos analice la situación de las
madres que trabajan y el otro la situación de las madres que no trabajan.
Posteriormente organizar un debate sobre la forma en que impactan estas
situaciones en la educación y relaciones entre madres e hijos. Elaborar por escrito
las conclusiones a que llegue el grupo.
36
LOS NIÑOS REISTENTES (CON CAPAIDAD PARA ADAPTARSE)
37
experiencias que compensan de los acontecimientos estresantes tempranos.
El temperamento es poderoso. Los niños con disposiciones especiales y de
calma que confían en ellos mismos y tienen una capacidad especial para
adaptarse al cambio y obtener respuestas positivas de otros. Aquellos que son
reactivos emocionales e irritables a menudo abusan de la paciencia de la
gente que está a su alrededor (Gribble et al. 1993; Milgram & Palti, 1993;
Smith & Prior, 1995; Wyman et al., 1992). Por ejemplo tanto John como Gary
cambiaron de casa muchas veces durante su infancia. Cada vez, John se
ponía ansioso y se enfadaba, discutiendo con sus padres, hermanos e iguales.
Por el contrario, Gary reaccionaba con tristeza al dejar su casa pero enseguida
estaba emocionado sobre la perspectiva de hacer nuevos amigos y de
explorar partes nuevas del vecindario. La capacidad intelectual es otro factor
preventivo. Incrementa las oportunidades de experiencias provechosas en la
escuela que pueden compensar el impacto de una vida llana de tensión en
casa (Dubow & Luster, 1990).
Una relación intima de apoyo con, uno de los padres, el cual proporciona
afecto y ayuda e introduce orden y organización en la vida del niño favorece la
resistencia. ¡pero nótese que este factor (al igual que el siguiente) no es
independiente de las características personales del niño! Los niños que son
relajados, que responden socialmente y que son capaces de hacer frente al
cambio son más fáciles de criar y disfrutaran probablemente más las
relaciones positivas con los padres y otras personas. Además, algunos niños
han desarrollado unas disposiciones atractivas como resultado afecto y
atención por parte de los padres (Luthar & Zigler, 1991; Smith & Prior, 1995)
38
las oportunidades de la persona joven para el desarrollo de habilidades de
imitación adecuadas.
Actualmente, los investigadores están examinando el impacto de varias
combinaciones de factores estresantes y preventivos en el desarrollo. Hasta
ahora, saben que cuando los riesgos aumentan es cada vez más difícil
superarlos (Capaldi & Patterson, 1991; Sameroff e al., 1993). Como
consecuencia, las intervenciones necesitan reducir los riesgos ambientales
tanto como incrementar las buenas relaciones en casa, en la escuela, y en la
comunidad que inoculen a los niños contra los efectos negativos de riesgo.
Esto significa atender a la persona y al ambiente-construir la capacidad tanto
como solucionar los problemas.
Equipo 1.
Identificar las características que tienen cada una de las 7 resiliencia que citan
los actores Wolin y Wolin en el texto.
Equipo 2.
Identificar las características que tienen los factores protectores que integran las
aéreas de desarrollo de resiliencia que se citan en el texto.
39
Del trabajo derivado en equipos valorar cuales de los factores protectores sería
conveniente desarrollar con los alumnos a quienes dan seguimiento. Explicar por qué y
cómo se promoverían estos factores.
9. Organizar en grupo en equipos para identificar cuáles de los siguientes
planteamientos son verdaderos y cuales son falsos. Cada equipo deberá tomar nota de
sus resultados.
La escuela debe atender únicamente los aspectos relativos al aprendizaje y no
intervenir en situaciones relativas a las relaciones interpersonales de sus
alumnos.
Centrar la atención en uno mismo, en los más allegados, en colegas y
conocidos, en los animales, en el mundo de los objetos e instrumentos creados
por el hombre y en las ideas: son ámbitos clave o centros de atención para
promover el aprendizaje de los alumnos.
Para promover el desarrollo de la afectividad de los alumnos que provienen de
zonas rurales o urbanas marginadas se debes disminuir los contenidos de los
aprendizajes escolares y reemplazarlos por el trabajo interpersonal.
Generalmente los alumnos de educación básica se sienten aislados perdidos y
desatendidos en sus escuelas porque sienten que sus maestros no favorecen el
desarrollo de habilidades, responsabilidades, y actitudes de atención y
cooperación que les permita convertirse en mejores personas y en ciudadanos
más éticos.
10. Encuestar a 3 maestros (de preferencia entrevistar a los maestros de los niños a
quienes consideran se encuentran en situación de riesgo y han venido realizando
seguimiento), de educación preescolar, primaria y secundaria, tomando en cuenta las
siguientes preguntas:
¿Cuáles son algunas de las diferencias que usted identifica en los alumnos
comparativamente con la época en que usted fue estudiante de educación
básica?
¿Cuáles son los riesgos que con mayor frecuencia propician la deserción o
reprobación escolar en sus alumnos?
¿Qué acciones se pueden emprender para dar atención a estos alumnos?
¿Qué acciones se pueden realizar para involucrar a la comunidad y los padres
de familia en la prevención de situaciones de riesgo?
Concentrar los resultados por niveles educativos para su análisis y comparación en la
tabla que se presenta a continuación.
40
Nivel escolar: ________________________________
Instituciones u
Formas de Acciones que se
Riesgos más organizaciones
protección o pueden realizar
frecuentes que pueden
resiliencia desde la escuela
brindar apoyo
¿Por qué piensan los profesores que los alumnos han cambiado mucho en los
últimos tiempos?
¿Cuáles son los argumentos para considerar que los medios tecnológicos
afectan o favorecen el trabajo educativo de las escuelas?
¿Cuáles son los argumentos que se plantean para opinar a favor o en contra de
las escuelas?
¿Cuáles son los elementos que ayudan a explicar las actuales perspectivas que
los alumnos tienen de las escuelas?
¿Cómo interviene la educación no formal en el desarrollo integral de los
alumnos?
¿Cuáles con las funciones que la escuela debe promover en la actualidad?
12. Leer el siguiente fragmento y a partir del texto, analizar las respuestas que
obtuvieron en la actividad anterior:
41
Como parte final de esta actividad, retomar los siete ámbitos que se citan en el
fragmento anterior y comentar brevemente como se relacionan estos con los propósitos
y finalidades de la educación básica (cotejar con las asignaturas Propósitos y
Contenidos de la Educación Básica I y II), y con las seis líneas de reorientación de la
educación física (cotejar con el plan de estudios de esta licenciatura).
13. Leer los apartados: “Introducción” y “Actividades” en el tiempo libre y desarrollo”, del
texto de Eccles, y elaborar un esquema conceptual en donde representen de manera
esquemática los aspectos que favorecen y/o afectan el desarrollo integral de los niños y
los adolecentes. Destacar:
Señala con círculos aquellos factores o actividades que resultan de alto riesgo para los
niños y los adolecentes, o que ocasionar su deserción o abandono escolar.
Presentar y explicar el esquema al grupo.
14. a partir de la lectura del texto de Velázquez, “Aplastando las hojas secas o de la
violencia en la escuela” y retomando algunos de los artículos o notas periodísticas,
improvisar un programa radiofónico en donde se alerte a la sociedad en general sobre
la prevención de la violencia y la deserción escolar.
42
comunicación y expectativas de logro en los alumnos; auto aceptación y
desarrollo de la identidad personal.
5. Aprovechamiento de recursos comunitarios y sociales para la prevención y
atención de niños y adolecentes en situaciones de riesgo. Instituciones y
programas sociales de apoyo.
Biografía
Bringiotti, María Inés (2001), “Abuso sexual infantil: ¿Qué podemos hacer desde la
escuela?”, en Ensayos y experiencias, año 7, núm. 38, mayo-junio, Buenos Aires,
Ediciones Novedades Educativas (Psicológicas y educación), pp. 80-93.
Eccles, Jacquelynne S. y Robert W. Roeser (1999), [“influencias de la escuela y la
comunidad en el desarrollo”] “School and communitary influences on human
development”, en Marc H. Bornstein y Michael E. Lamb (eds.), Developmental
Psychology. An Advanced Textbook, Mahwah, Nueva Jersey, Lawrence Erlbaum
Associates, Publishers (traducción de la SEP con fines académicos, no de lucro para
alumnos de las escuelas normales, pp. 7-12 y 13-25.
43
Actividades sugeridas
La vida se “saborea”. Por eso, los educadores deberían analizar de qué modo
la vida de los alumnos es una vida concreta que, en su más profundo
dinamismo vital y cognitivo, siempre se gusto a sí misma, o, al menos, lo
intento y lo vuelve a intentar; a no ser que la propia educación cometa el delito
de anular esa dinámica vital de deseos de vida, transformando a los que
aprenden en meros receptáculos de instrucción, al pensar solo en la
“transmisión de conocimientos” supuestamente ya superados.
44
¿Cuál es la importancia de crear un ambiente pedagógico y entusiasta en las clases de
educación física?
1. Organizar al grupo para analizar los siguientes subtemas: “La ecología de la escuela:
niveles de organización y procesos reguladores que la acompañan” y “creencias de los
maestros” que se presentan en el texto de Eccles (“influencias de la escuela y la
comunidad en el desarrollo humano”) pp.7-12 y 13-25, para identificar cada nivel los
aspectos que favorecen o afectan el desarrollo integral de los alumnos. Se recomienda
elaborar un cuadro como el que se muestra a continuación así como retomar el
esquema elaborado en la actividad 18 del bloque anterior.
Tareas
Grupos
Aulas-maestros
Programas académicos
Escuelas
Relaciones escuela-
hogar-comunidad
Nación, estado y
distrito escolar
¿Por qué se considera que la educación en valores, es hoy en día una necesidad que
debe ser abordada desde el ámbito de la educación física?
¿Cuál es la diferencia entre los principios, las actitudes y las normas? Definir con sus
propias palabras cada uno de estos conceptos.
¿cómo el maestro puede trabajar cada uno de los conceptos anteriores en las sesiones
de Educación Física para favorecer los valores positivos en los alumnos?
¿Por qué se dice que la actividad física y el deporte, por si mismos no son generadores
de valores sociales y personales?
45
¿Por qué resulta contradictorio el trabajo con valores desde la Educación Física con los
valores que se promueven a través del deporte profesional, los medios de
comunicación y la presión social de distintos sectores de la población?
¿Cuál en la influencia de la familia y los amigos en la adquisición y promoción de
valores?
¿Cómo se puede favorecer la integración de todos y cada uno de los alumnos durante
la clase de Educación Física, independientemente de las características motrices de
estos, eliminando situaciones de rechazo, aislamiento y marginación?
¿En qué consisten y cuáles son las propuestas de educación en valores que se
proponen para la Educación Física en las escuelas primarias?
Seleccionar algunas de estas propuestas que sirvan para atender a niños en situación
de riesgo (de preferencia incluir a los alumnos a quien han dado seguimiento desde el
inicio de este curso). Se recomienda retomar el cuadro elaborado en la actividad 12 del
bloque II.
4. Organizar al grupo de tal forma que unos realicen la lectura de Gutiérrez, “atención a
la diversidad en la Educación Física y el Deporte: la integración de jóvenes en situación
de riesgo” y otros lean Bringiotti, “abuso sexual infantil: ¿Qué podemos hacer desde la
escuela?”. Posteriormente integrar 3 equipos de tan forma que 2 de ellos presenten los
2 modelos que describe Gutiérrez y un equipo presente el modelo de Bringiotti,
considerando los siguientes aspectos:
6. Retomar de las actividades anteriores los aspectos que son prioritarios para
favorecer la atención por la situación de riesgo que presentan los 2 alumnos a
quienes han observado y dan seguimiento desde el primer bloque, así como al grupo
escolar al que estos pertenecen (se recomienda incluir las situaciones de riesgo que
identificaron para el nivel de educación primaria en la actividad 15 del bloque II).
Sistematizar la información en un cuadro de doble entrada y generar propuestas para
trabajar durante alguna de sus próximas sesiones de Educación Física.
46
Propuestas para trabajar
Aspectos prioritarios Observaciones en las sesiones de
Educación Física.
Responsabilidad social
Responsabilidad
personal
Aprendizaje cooperativo
Clima motivacional
Transferencia de poder
…
…
¿Cuál es el comportamiento de los niños que muestran dificultad para relacionarse con
otros?
¿Qué habilidades y actitudes debe asumir el maestro en su trabajo con niños pasivos o
agresivos para lograr establecer un nivel de confianza y desarrollar actividades
productivas?
¿Cuál es el propósito de elaborar y aplicar una evaluación conductual a los niños que
considera se encuentran en situación de riesgo? Elaborar un instrumento similar
apoyándose en el texto o bien retomando elementos de las asignaturas que han
cursado en los semestres anteriores para enriquecerlo.
Equipo 2. Propuestas para intervenir.
¿Cómo se puede propiciar el uso de materiales fluidos y estructurados para el trabajo
con niños agresivos?, ¿cuáles son las limitantes que hay que considerar?
¿Cuál es la importancia de tener una sala especial de juegos para los niños en edad
preescolar?, ¿Por qué se recomienda esta sala como una opción para trabajar con
niños en riesgo?, ¿qué características debe tener la sala de juegos para favorecer el
desarrollo libre y autónomo del niño pasivo o agresivo?
Equipo 3. Actividades a realizar.
47
¿Qué actividades se propone para que el niño utilice con éxito tanto los elementos
fluidos como los elementos estructurados en una construcción controlada y expresiva?
¿Cuáles son las ventajas de utilizar la representación socio dramática con niños
agresivos?
8. A partir de la lectura de Wolfgang, cada estudiante diseñará un plan de intervención
para el trabajo con niños pasivos y/o agresivos en edad preescolar, para aplicarlo
durante las siguientes jornadas de observación y práctica docente en las escuelas de
educación básica.se recomienda recuperara la act. 12 del bloque anterior, así como los
aspectos ya trabajados en otras asignaturas como son: el uso de cuentos motores, las
actividades colaborativas; juegos modificados, etc., así como los elementos que se
aportan en el semestre en la asignatura Educación para el uso del Tiempo Libre I, para
el diseño del plan, se recomienda considerar los siguientes aspectos:
Análisis y diagnóstico del problema sobre el cual se va a intervenir.
Planificación y desarrollo del programa de intervención.
Intervención y seguimiento.
Valoración de la intervención.
9. Con base en la lectura del texto de la SEP, “la intervención preventiva”, -y, de ser
posible analizar la película “Cadena de favores”-identificar los aspectos que favorecen
y/o limitan el crear redes de colaboración al interior de las escuelas, considerando la
participación de directivos, maestros, alumnos y padres de familia.
10. considerando la actividad anterior elaborar de forma individual, un plan de
intervención para atender a adolescentes en situación de riesgo (de preferencia incluir a
los alumnos a quienes dan seguimiento). Para centrar las prioridades de intervención,
se recomienda retomar el cuadro elaborado en la act. 15 del bloque anterior.
Asimismo, se deberán explicitar en el plan las actividades a realizar durante los
siguientes momentos de intervención:
Antes
48
Identificar si algunos casos requieren del apoyo que pueden brindar otras instituciones.
Revisar el directorio elaborado en la act 11 del bloque I.
11. Organizar al grupo en tres equipos para revisar las propuestas diseñadas en las
actividades anteriores, un equipo analizará el nivel de educación preescolar, otro el
nivel de educación primaria y el último equipo educación secundaria. Se propone que a
partir de los siguientes criterios cada equipo analice las propuestas elaboradas y aporte
elementos para enriquecerlas o mejorarlas, así como favorecer su aplicación durante
las jornadas de observación y práctica docente:
49
LA CONDICIÓN DE LA NIÑEZ
MEXICANA EN LOS AÑOS DEL AJUSTE
Rodolfo Aguirre Reveles
4. Trabajo infantil
50
En esta sección se analizarán algunos de los factores económicos y sociales que
facilitan la expansión del trabajo infantil y se expondrá someramente el estado de la
situación en México. No obstante, debido a la falta de estadísticas, a la multiplicidad de
formas que adquiere, e incluso a la dificultad para definir cuando es trabajo y cuando
es ayuda familiar, estos hallazgos se asumen como generalizaciones que deberán ser
corroboradas por estudios superiores.
Existe el consenso de que las políticas de ajuste estructural han provocado un aumento
del trabajo infantil, pues introdujeron cambios significativos en el entorno económico
que han afectado directamente las estrategias de supervivencia de los hogares. Entre
estos podemos señalar:
La reducción del poder adquisitivo del salario, como premisa de las políticas de
“competitividad” y lucha contra la inflación. Basta señalar que para 1995 el
salario mínimo promedio nacional ponderando había perdido 73.17% de su
poder de compra con respecto a 1976, ultimo año de tendencia al crecimiento de
salario mínimo real.
51
precios. Según Julio Boltvinik, mientras en 1982 se necesitaban, por familia, 1.76
perceptores de un Ingreso Mínimo Legal Anual (IMA) en el D.F. para comprar la
canasta normativa de satisfactores esenciales (CNSE) para 1989 ya se había
mas que duplicado el numero a 3.80 y para mediados de 1995 el numero
necesario de perceptores había subido a 6.08.
Esto se ha agravado debido a la aplicación, durante las ultimas dos décadas, del mismo
tipo de políticas en cada crisis: caída del salario real, restricción del gasto, aumento de
precios de bienes y servicios, etc. Como muestra, la asociación mexicana para la
defensa del consumidor (Amedec), afirma que tan solo durante el sexenio de Ernesto
Zedillo la canasta básica aumento aproximadamente 321%, al pasar de un promedio de
640 pesos a 2055.
52
A pesar del factor económico, no todas las familias pobres mandan a sus hijos a
trabajar. “Si la pobreza bastase para explicar el trabajo infantil, en países de tan
extendida pobreza deberían haber más niños trabajando”. Una razón determinante es la
disyuntiva que plantea la asistencia escolar. Si bien la caída de los ingresos familiares
acentuó la aceptación tácita de que otros miembros del hogar contribuyan al gasto
familiar, también esta asociado a la valoración que se tenga de la educación con
respecto al trabajo. Es decir, de las ventajas o desventajas que los jefes de hogar
perciban a la escolarización de los hijos.
Una primera actitud relacionada con esta disyuntiva es el dicho de que aun bajo el
supuesto de una educación “gratuita”, los jefes de hogar deban incurrir en gastos
(dependiendo del caso, pueden ser útiles, transportes, uniformes, desayunos, cuotas)
que no siempre se pueden solventar, especialmente cuando se tienen mas de un hijo
en la escuela. Según las encuestas de ingreso-gasto de los hogares, estos dedican
alrededor de 10% de su gasto corriente a servicios de educación y esparcimiento,
aunque en las localidades de menos de 2500 habitantes apenas el 4%. Adicionalmente,
si el niño o la niña esta desnutrido(a) tendrá un bajo rendimiento escolar o
probablemente repruebe el curso. Esta posibilidad de repetición, con su impacto con la
autoestima del menor y sobre el gasto familiar, reduce aun mas la baja valoración hacia
la educación, pues el niño o la niña “no sirve” para la escuela, entonces, es mejor que
se ponga a trabajar.
Otro aspecto de cuantificar es la cantidad de niños y niñas que estudian y trabajan. Los
niños y niñas trabajadores tienen problemas para asistir regularmente a la escuela y
cuando lo hacen llegan tarde, cansados, con problemas de concentración y carecen del
tiempo suficiente para estudiar en casa o hacer sus tareas. Con el paso del tiempo, el
retraso en sus estudios se acentúa hasta que muchos abandonan definitivamente la
escuela. Esta comprobado que conforme avanza la edad la búsqueda de trabajo se
incrementa; a partir de los doce años o del inicio de la secundaria, aumenta
53
considerablemente la tasa de deserción de los niños, y mas pronunciadamente de las
niñas. Esto se confirma con los datos preliminares de una muestra del censo de
población y vivienda 2000: el 17.3% de niños y niñas entre 7 y 9 años que abandonaron
la escuela hicieron por falta de dinero o por que tenían que trabajar, mientras que entre
el grupo de 10 a 14 años el porcentaje fue de 27%.
Desde otro punto de vista, esta reducida confianza en la educación como medio de
movilidad social es hasta cierto punto justificada. Tanto los organismos de desarrollo
como las instituciones financieras internacionales consideran a la educación como el
principal medio para la superación de la pobreza y del trabajo infantil. Una mayor
educación – argumentan- permite empleos mejor remunerados así como la formación
de familias más pequeñas y en mejores condiciones generales de bienestar.
Adicionalmente, mencionan acciones y elementos de la política social para ser puestos
en práctica así como una aplicación más estricta de la regulación en la materia. Sin
embargo, en le caso de México esta apreciación tiene sus limites en el mismo modelo
económico. Como se desprende de la evaluación ciudadana de las políticas de ajuste,
la cual política esta basada en la atracción de inversión extranjera directa con base en
los bajos costos laborales del país. Las autoridades son las primeras en contener la
recuperación salarial, y en contraparte, facilitan la destrucción de la planta industrial
nacional para ser sustituida por un modelo de crecimiento basado en las maquiladoras.
Para instalarse, estas últimas necesitan asegurar un amplio contingente de mano de
obra dócil y como mínimos de capacitación. Sin demeritar la importancia de la
educación y las acciones de la política social, poco se podrá hacer en México para
romper el círculo de pobreza-deserción escolar-trabajo infantil sin una revisión del
modelo económico.
54
regresivo ha lanado a las empresa a loa informalidad: se calcula que actualmente el
sector informal representa alrededor de 13$ del PIB, y trabajan en le 9.3 millones sin
seguro social, créditos o sistemas de pensiones. Para este sector, el trabajo infantil
presenta algunas ventajas con respecto al de los adultos: se adaptan mejor a la
demanda fluctuante de mano de obra y pueden ser despedidos con facilidad, su
remuneración es más baja, carecen de contratos laborales y no pueden afiliarse a un
sindicato. Evidentemente, cumple con la función de abatir costos en amplios sectores
de la economía que se desenvuelven en condiciones muy precarias, como el pequeño
comercio, en los talleres familiares, en una infinidad de servicios personales o en la
construcción.
Una investigación presentada durante las jornadas sobre infancia expone que esta
migración se debe, entre otras cosas, “a la aplicación de políticas neoliberales que
propician la desregulación de los mercados, no solamente del trabajo sino también de
tierras, de capital y de bienes primarios”. De acurdo con la autora, gran parte de la
población infantil se integra a los flujos de migración estacional y aumenta la presencia
de población indígena, cuyas condiciones de desigualdad social y cultural los colocan
en una situación de vulnerabilidad aun mayor que el resto de los jornaleros. En buena
medida de alta competitividad de estas empresas en los mercados internacionales se
sustenta en dos factores: i) la alta calidad de la mano de obra migrante, en la cual los
niños y niñas se especializan en laguna labor y complementan el trabajo adulto; y ii) los
bajos salarios que pagan. Indígenas, mujeres y niños “constituyen una población ad-
hoc, digamos, en le sentido de que como ya esta socialmente desvalorizado, es mas
fácil desvalorizar el esfuerzo de su trabajo”. Pero el problema no es solo de bajos
salarios sino principalmente de las condiciones infra humanas en que viven, de las
jornadas extenuantes a las que son sometidos y del uso de agro químicos con
sustancias toxicas. Sobra decir que esto atenta contar todos los derechos de niños y
niñas.
Para dimensionar la gravedad de este problema, otro estudio estima que hay 3.6
millones de jornaleros agrícolas de los cuales, 1.2 millones (un tercio del total) tienen
entre 0 y 18 años de edad. Dentro de este último grupo hay 526,000 niños y niñas
55
trabajadores entre 14 y 17 años, 376,000 trabajadores entre 6 y 14 años y 300,000 que
no trabajan por tener entre 0 y 5 años de edad. Del grupo en edad de educación básica
(6 a 14 años), únicamente están recibiendo atención educativa 47,000 niños y niñas.
Por otra parte, y sin entrar en la discusión de la problemática salarial, es obvio que el
nivel actual del salario mínimo anual cualquier posibilidad de vivir dignamente, sea en el
campo o en la ciudad, sea en el sector formal o informal. Volvemos con ello al punto
medular del problema: la insuficiencia del ingreso familiar es la causa principal del
trabajo infantil. La investigación de Unicef titulada “Estudio de niñas, niños y
adolescentes trabajadores en 100 ciudades” muestra como incluso entre los menores
de y en la calle, 6 de 10 ganan mas de un salario mínimo, aunque esto oculta la
degradación social de su trabajo y que aun entre los pobres existen extractos mas y
menos marginados; se afirma: “Estos datos (sobre ingresos de este grupo) muestran
otra paradoja: el hecho de que las actividades menos valoradas socialmente, en este
caso la medicidad y la pepena, obtienen ingresos superiores al salario mínimo, llegando
a ser hasta 39 y 35% más, respectivamente.
56
los grandes agroindustriales del norte por las coincidencias en que trabajan los
jornaleros agrícolas, adultos y niños.
Aun cuando no existen cifras exactas, los datos anteriores dan cuenta de las
dimensiones que alcanzan el trabajo infantil en nuestro país. Algunos estudios han
estimado el total de trabajadores infantiles en 5 millones; el estudio de Unicef habla de
alrededor de 3.5 millones de trabajadores entre los 12 y los 17 años mientras que otra
investigación habla de 2.8 millones de trabajadores entre 6 y 14 años. Por su parte, la
encuesta nacional de empleo 1999 muestra que tan solo en el rango de 12-14 años hay
casi 1.3 millones de trabajadores, de los cuales el 82% vive en poblaciones de menos
de 100,000 habitantes. Además, del mismo grupo de edad que desarrollo actividades
agropecuarias en los últimos seis meses, 550,000 fueron trabajadores sin pago y otro
70,000 trabajaron como jornaleros (cuadro 17).
Cuadro 17
Población de 12 a 14 años. Ocupando por localidades más y menos urbanizas y
sujetos agropecuarios.
Sujetos agropecuarios
Total 868,84 821,47 698,507 740,01 772,69 726,289
4 1 1 8
Jornaleros 125,08 126,33 126,357 191,09 169,20 169,900
y peones.
3 2 6 6
Empleados 1,20 315 4,313 11,58 1,43 1,880
y oper.
2 4 1
Trab. Sin 732,20 681,52 564,456 542,45 598,65 552,410
paga.
7 0 6 5
57
Finalmente, aunque hay estudios detallados al respecto, no debe dejar de mencionarse
el fenómeno de los niños y niñas de y en la calle, que el Unicef calcula una cifra
aproximada de 130,000. Además, en otro estudio conjunto de Unicef y el DIF,
reseñando en la revista Proceso, se abordad una de las formas más denigrantes y
atentatorias contra la dignidad humana: la explotación sexual infantil. Presente en
prácticamente todo el territorio nacional, forzados y vendidos incluso por sus propios
padres y tratados como esclavos, se habla de alrededor de 16,000 menores victimas de
algún tipo de explotación sexual, en las principales ciudades del país (sin contar el D.F.)
como son Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Guadalajara, Tapachula y Tijuana.
Algunas de las causas de este problema son la pobreza, la violencia intrafamiliar, la
descomposición del hogar y las adicciones.
Todos estos niños trabajadores y/o explotados, tienen en común el estado de pobreza
en le que se encuentran, como señala una investigadora: “no todos los niños pobres
trabajan; pero sin duda todos los que trabajan son pobres”. De esta forma, en la medida
que la política económica siga generando pobres, el trabajo infantil no podrá
erradicarse: si asumimos como validas las cifras oficiales de tan solo 4.2 millones de
hogares en pobreza, se esta poniendo en riesgo el futuro desarrollo de alrededor de 10
millones de niños y niñas menores de 12 años, es decir, de un tercio de la población en
edad escolar.
58
CAPITUL
Las conductas de riesgo (Autor: Rodrigo Aguirre Pedro Güell)
Introducción
Las conductas son las acciones que ejecutan los adolescentes y jóvenes varones para
cumplir con los mandatos de la masculinidad tradicional en el interior de los escenarios
de transposición en que les toca vivir. Algunas de estas acciones pueden poner en
riesgo la salud sexual y reproductiva de los jóvenes, tanto para la construcción de su
identidad corporal como emocional y social. En el presente capitulo se estudiaran las
conductas desde la perspectiva de su riesgo para la salud de los adolescentes.
Los muchachos reconocen las consecuencias de tener una vida sexual activa
desprotegida.
59
Entre ellas mencionan las enfermedades de transmisión sexual como el SIDA y los
embarazos no deseados. Sin embargo, no desarrollan conductas coherentes y
sistemáticas para prevenir los riesgos de los que son plenamente conscientes a los que
temen.
Su percepción del riesgo se asocia normalmente a las secuelas visibles de las ETS:
“Echa pus”, “Animalitos en el pelo” (Nicaragua). Esta creencia es arriesgad por que
puede llevar a minimizar los efectos de enfermedades donde la sintomatología genital o
es evidente. Creen que las relaciones sexuales con prostitutas serial la principal causa
de las ETS, dado su desaseo y promiscuidad, por lo que solo en este tipo de relaciones
sexuales se usan preservativo.
Con la excepción de Brasil, en el resto de los países el SIDA casi no es abordado con
un problema cercano.
Creen en el instinto maternal y que no existen hijos no deseados después de que nacen
(Colombia). En concordancia con esta creencia, el aborta aparece como una decisión
éticamente reprobable.
Rechazo al preservativo
La causa principal de esta conducta es lo que los muchachos llaman “la oportunidad”.
En la medida en que se les ha inculcado a los muchachos a estar siempre disponibles
60
sexualmente, ellos no pueden rechazar las oportunidades de tener relaciones sexuales,
por lo que sus encuentros sexuales tienden a ser inesperados y no planificados.
Cuando inician el acto sexual consideran que es muy poco probable que piensen usar
un condón o “ir a comprarlos” a lo que se agrega la creencia en el instinto sexual
incontrolable que se caracterizaría a la masculinidad. Oportunidad y falta de control
dificultad participación y la protección y la planificación del encuentro. “La mayoría no
ocupan preservativo por que es tanta la emoción se les olvida ponérselo “hay varones
que quizá les da pena por que no saben ni como ponérselo frente de una muchacha, o
les da pena ir a comprar uno “El Salvador”.
Además esta la incomodidad que le atribuyen al condón: “con condones uno tiene que
estar pendiente de que no se vaya a romper “no” se siente la misma sensación de que
uno esta libre, desahogado (Nicaragua). “Es mejor hacerlo así sin condón por que se
satisface mas uno, que hacerlo con preservativo, es como artificial “con el preservativo
no es lo mismo, es mejor a lo natural” (El Salvador).
Se repite en los informes de un dato ya destacado por el documento perfil de SSR del
año 2000 de OPS: la iniciación sexual tiende a darse sin preservativo.
Las conductas de riesgo que proceden de la falta de información están vinculadas con
las fuentes predominantes que usan los jóvenes de aprendizaje de la sexualidad: los
medios de comunicación y el grupo de pares tienen espacial importancia, pues son
transmisores de modelos deseables de comportamiento, por el contrario, la escuela y la
familia parecen transmitir gran cantidad de información, pero restringida al fomento de
algunos modelos de conducta por ejemplo, abstinencia sexual, evitar el riesgo, etc. No
transmitirían modelos proactivos de sexual deseada, o modelos alternativos que
respetan los mandatos de los jóvenes que están viviendo.
La información que circula dentro de pares esta orientada por os mandatos de ser
sexualmente activo, arriesgado e independiente. En este marco, conversaciones sobre
la sexualidad identifican cuando y como se han tenido experiencia, pero no hablan
sobre la planificación de estas, en Costa Rica fue muy notorio el reconocimiento
retrospectivo de la transmisión de mandatos o a anunciar su cumplimiento.
61
De esta manera, el tema de las fuentes de la información constituye uno de los grandes
centros de intervención para hacer participar activamente a los varones de las
consecuencias de su comportamiento sexual. Una concepción distinta de los medios
audiovisuales –usados en general para consumir pornografía con el grupo de pares –
que reconozca y se beneficie de su potencial iconográfico podría constituirse en una
exitosa forma de intervención.
Promiscuidad
El salvador fue el único de los pises investigados donde se explicito la resistencia a los
servicios de salud como una fuente de riesgo. Los jóvenes no usan el apoyo preventivo
de esos servicios aludiendo a la vergüenza que la provoca mostrar sus cuerpos o sus
problemas frente a extraños.
La coerción sexual
62
En Costa Rica y Colombia, el tema de la coerción sexual a la mujer es una practica
habitual entre los varones, y existen entre los jóvenes un reconocimiento de que se
trata algo común en su entorno. Esto le proporciona un rasgo de “normalidad” al menos
en dos sentidos: es normal que un hombre tenga un deseo sexual que no puede
controlar ni reprimir, y es normal que un momento de intimidad termine en el acto
sexual, por lo que siempre se debe insistir aunque una mujer diga que no. La coerción
como conducta va desde los besos que se roban hasta la violación, pasando por el uso
de fuerza con amigas o compañeros de escuela. Puede ser psicológica en el caso de
que la presión a la pareja se ejerza a través de la amenaza de abandono, y se
considera especialmente legítima dentro del matrimonio: la mantención económica del
hogar da derecho al esposo sobre el cuerpo de la esposa.
Hay otros países donde la coerción en sancionada o rechazada en virtud del mismo
modelo de masculinidad (por ejemplo, se es menos hombre si no se logra convencer a
una mujer), lo cual se relaciona con las fisuras y la multiplicidad de planos en las cuales
operan los mandatos.
Alcoholismo
63
En algunos países los muchachos señalan utilizar el licor para disfrazar los intentos
fallidos de conquista. Si se declaran a una chica y esta los rechaza, y ellos lo dicen que
estaban borrachos y no sabían lo que decían, como una manera de proteger su buena
imagen.
Conducta motivada por la defensa del honor ante la infidelidad de la pareja o ante el
abuso sexual o violencia física contra una hermana. En cualquiera de los dos casos
están dispuestos a agredir a otro hombre para proteger-nuevamente-su imagen o la
honra de su familia. Es una conducta destacada en Colombia y en México. Se repite en
Costa Rica con un matiz distinto. Allí, algunos jóvenes señalan que deben correr
riesgos para llamar la atención de las mujeres, señalando como ejemplo “montar un
toro”. Pero en este país poner en riesgo la integridad física también se vincula con la
demostración de la agresividad como rasgo característico dela masculinidad, la que se
va expresando de manera distinta según pasan los años: durante la pubertad adquiere
un carácter predominantemente lúdico; durante la adolescencia se vuelve violencia
verbal.
Homofobia
Aparece de manera destacada en costa rica, como una expresión violenta ante la
homosexualidad de un par. Un joven o niño abusado es inmediatamente segregado y
se convierte en victima de la sospecha. Esta sospecha es remitida a la creencia de que
el acto sexual siempre placentero para quien es penetrado/a, por lo que hay un
consentimiento hacer de mujer en la relación sexual; en otras palabras al abusado le
gustan los hombres. Por esto, ante cualquier acción del muchacho o niño violentado
que pueda considerarse ofensiva de la propia masculinidad, aparece la reacción
violenta como expresión del propio honor. En otros países, la homofobia puede
manifestarse a partir de percibir al homosexual-potencial o declarado-como una afrenta
al grupo de pares.
Riesgo y contexto
Las conductas de riesgo tienen consecuencias que pueden ir desde un daño menor
hasta la muerte del sujeto, pasando por experiencias traumáticas o cambios en los
proyectos de vida. Ellas están conectadas a los mandatos de la masculinidad, y son
seleccionadas en relación con las características específicas de los escenarios de
transición que enfrenta el joven. Para refrendar la masculinidad son distintas las
conductas que pueden emplearse frente al grupo de amigos o frente a una muchacha.
Ellas varían el función de los referentes relacionales mas significativos del joven: la
familia, los pares, la mujer como sujeto-“otra”.
64
Principalmente, las conductas de riego se desarrollan en el espacio extra familiar y en el
espacio de relación con la “otra”. Pero entran en tención con los mandatos de la
masculinidad que predominan en el espacio familiar (proveer, ser responsable), y tienen
consecuencias sobre el espacio sobre de si mismo, tanto en términos corporales como
emocionales. La ambivalencia con la cual se aborda el embarazo no deseado (mandato
de seducción y mandato de responsabilidad, espacio de los pares, espacio intrafamiliar)
da cuenta de esta tención, como la cual generalmente se resuelve (aunque solo
aparentemente) al final de la adolescencia cuando el joven internaliza el doble estándar
como modo de relacionarse socialmente.
Los jóvenes poseen una conciencia de riesgo limitada: tiene la capacidad de asociar
conductas que practican con ciertos daños. Pero la falta de efectividad de esta
conciencia se relaciona con dos factores. Primero, esto no es el riesgo que les interesa
prevenir. El riego que les preocupa es ser puestos en cuestión como hombre. En
segundo lugar, ven el daño como algo lejano de si mismos. Como producto de este
orden de prioridades ellos carecen de una conciencia de riesgo vinculada al daño que
pueden producir a otros, como es lo que ocurre con el aborto, la transmisión de ETS y
la violencia física contra la mujer. El aborto constituye una conducta de riesgo para los
varones en términos indirectos, en la medida que constituye una consecuencia final de
una conducta de riesgo (actividad sexual sin protección/paternidad
irresponsable/aborto). Esto, sin embrago no produce daño sobre varón si no sobre su
pareja sexual. La violencia física contra la mujer presenta características similares: esta
asociada a la protección del honor y a la conservación de una imagen de hombría que
se debe proteger, no importa como.
Si utilizamos un concepto de salud más amplio que el que comprende a las conductas
de riesgo referidas al ámbito sexual y productivo, este tipo de consecuencias (doble
estándar, paternidad irresponsable y violencia contra la mujer) también debería
considerarse arriesgadas para la salud de los individuos.
Conductas de protección
A pesar los alarmantes que pueden ser los resultados de análisis, existe en los países
tendencias alternativas a las conductas de riesgo que aparecen en cada uno de los
ámbitos de riesgo destacados. Esas alternativas no alcanzan, sin embargo, a
cuestionar el carácter hegemónico de las conductas tradicionales. Por ejemplo, si en
general la tendencia es a no usar condón, hay testimonios de algunos jóvenes que lo
han incorporado. Si la tendencia es a considerar a la mujer como medio para el
cumplimiento de un mandato o predomina la creencia de que los hombres no deben
expresar sus sentimientos, hay jóvenes que conocen haber tenido parejas a las cuales
han querido, han respetado, y con las cuales han tenido sexo de manera respetuosa,
planificada y protegida. En costa rica, como por ejemplo, los varones usarían condón a
solicitud de la mujer.
Conclusión
65
Se debe abordar las conductas de riesgo de los adolescentes varones más allá del
ámbito sexual y productivo y con una mirada más amplia que la sanitaria. La definición
de riesgo que utilizan los especialistas pocas veces coincide con lo que los jóvenes
consideran arriesgado. A los adolescentes varones les importa ciertas dimensiones de
su salud física, pero más les importa hacerse hombres. Esto significa que comprender
el riesgo adolescente así como sus estrategias de prevención debe tomar en cuanta las
prioridades que imponen los mandatos y las circunstancias que definen los escenarios
de transición. Es probable que las definiciones de riesgo que no tiene sentido el
contexto de la construcción masculinidad tampoco lo tengan para los adolescentes.
Sin embargo las políticas de salud pueden ser efectivas sin adaptarse a las definiciones
tradicionales de riesgo. Esas definiciones tienen, como se ha visto, fisuras que permiten
que surjan alternativas. Esas alternativas contienen, a su ves, nuevas definiciones de
riesgo dentro de los propios procesos de construcción y e la masculinidad. Un joven
considera los afectos como algo reafirmador de su fortaleza y seguridad,
probablemente podrá percibir mejor el desamor como riesgo. A partir de ahí pueden
organizarse interesantes estrategias preventivas como, por ejemplo, estimular la
conversación en la pareja.
66
LA FAMILIA: ¿PONE EN RIESGO O PROTEGE LA SALUD PSÍQUICA?
MARIA MARTINA CASULLO.
Las relaciones de los adolescentes con los miembros de su núcleo familiar aportan una
base fundamental a partir de la cual se construye la incorporación en el mundo de los
adultos. Los vínculos familiares que brindan oportunidades balanceadas entre el apego
y las posibilidades de actuar de manera autónoma parecen ser los que posibilitan un
mejor desarrollo y crecimiento en términos de salud psíquica. Simultáneamente, las
relaciones con los grupos de pares juegan un rol central en el proceso de socialización.
(Galam-bos y Ehremberg, 1999)
¿Qué es lo que nos están diciendo con términos sanos y felices? Si profundizamos
nuestra indagación nos encontramos con respuestas del tipo “que sean responsables”,
“que tengan capacidad para llevarse bien con los demás”, “que puedan dar y recibir
amor”, “que les vaya bien en la escuela”, “que puedan conseguir un trabajo seguro”.
Podemos agrupar todas estas conceptualizaciones en el constructo madurez
psicosocial que, según Greenberg y Steinberg (1986), comprende tres dominios del
desarrollo:
67
El apoyo social y afectivo que proveen las redes de amigos, así como los miembros del
grupo familiar, sirven de colchón que amortigua los efectos negativos de las
situaciones de conflicto o estrés. Investigaciones sobre el tema indican que, de manera
especial, los vínculos con las figuras parentales contribuyen a que los hijos
adolescentes puedan afrontar fuentes diversas de estrés y ansiedad: sucesos vitales
cotidianos o etapas de transición. Los recursos interpersonales, en combinación con los
personales o subjetivos, son buenos
predictores de un afrontamiento eficaz y
de la posibilidad de adaptación. Los
Los recursos interpersonales,
recursos psicosociales de mayor
importancia en la etapa adolescente en combinación con los
están integrados por las relaciones personales o subjetivos, son
tanto con la familiar nuclear de buenos predictores de un
pertenencia como con la familia afrontamiento eficaz de la
extensa, el grupo de amigos sus posibilidad de adaptación. Los
docentes, grupos sociales secundarios recursos psicosociales de
(club, parroquia) y el contexto socio-
mayor importancia en la etapa
cultural.
adolescente están integrados
Actualmente existe mayor consenso por las relaciones, tanto con la
respecto del impacto del contexto o familiar nuclear de experiencia
medio ambiente familiar sobre las
estrategias que utilizan los estudiantes
adolescentes para resolver distintos tipos de situaciones problemáticas. Y es importante
señalar que no sólo el tipo y la calidad de los vínculos familiares afectan el desarrollo y
el crecimiento del adolescente, si no que sus problemas y conflictos personales, a la
vez, impactan en el clima de convivencia familiar.
68
la persona puede regular sus propias emociones, comportamientos y motivaciones
antes situaciones percibidas como estresantes.
Cada sistema familiar construye un “paradigma familiar” (Reis, 1981), una estructura de
interacciones, así como de percepciones y suposiciones acerca del mundo exterior al
propio sistema. No se dispone de información suficiente acerca de los mecanismos
mediante los cuales un sistema familiar favorece o impide el empleo de ciertas
estrategias de afrontamiento (acercamiento, alejamiento, no afrontamiento). Así, por
ejemplo, percibir el mundo externo como hostil y peligroso puede llevar a que los
padres inculquen en sus hijos del no comportarse de manera autónoma con amigos o
compañeros de escuela.
Se ha podido verificar que los adolescentes y los padres perciben a sus propias familias
de maneras diferentes. Más allá de la función orientadora que la familia posee, la
percepción del adolescente con respecto a su funcionamiento está relacionada con su
propio nivel subjetivo de pensar, sentir y actuar. Conocer las representaciones que
padres, hijos y hermanos tienen acerca de la estructura y dinámica de la vida familiar es
de suma importancia a la hora de planificar estrategias de intervención (Casullo, 1991).
69
Tipo 2. Familias conflictivas y fragmentadas (15%).
Los adolescentes reconocen que las interacciones son problemáticas y que cuentan
con muy poco apoyo afectivo dentro del propio contexto familiar; hay bajas expectativas
de logro respecto de los hijos. Se manifiestan como sistemas agresivos muy
controlados.
Tipo 3. Familias muy estructuradas, cohesivas, con pautas morales muy definidas
(30%)
Los adolescentes las perciben como coherentes y con ausencia de conflictos. Los
miembros suelen brindarse apoyo mutuo y expresar poco sus emociones. Existen
reglas y normas específicas con respecto al comportamiento de sus miembros, con
énfasis en la moralidad. Se fomenta poco el desarrollo autónomo de sus miembros.
En nuestro trabajo de investigación hemos podido verificar que las repuestas de los
estudiantes adolescentes con respecto a la percepción subjetiva del impacto estresante
de distintos sucesos del ciclo vital personal (life events) varían según el tipo de familia
de pertenencia.
Los problemas con ambos padres son más frecuentes en las familias muy
estructuradas (3) y en las cohesivas, expresivas e individualistas (4).
70
suelen adoptarse posiciones de disonancia u oposición. Cabe plantear que una
atmosfera familiar que solo brinda apoyo y sostén resulta insuficiente para que los hijos
se entrenen en la toma de decisiones y el análisis de conflictos.
Interesa destacar que los adolescentes necesitan contar con una de estas
posibilidades:
1) Sistemas familiares organizados y estructurados que brinden recursos minimos
(reglas y procedimientos) para ser usados ante situaciones personales o
grupales problematicas.
2) un sistema familiar que estimule los comportamientos autónomos y
responsables. La autonomía sin responsabilidad (hacerse cargo de las
consecuencias o resultados de la acción realizada) es un importante factor de
riesgo, dado que favorece la conformación de identidades muy vulnerables.
consideramos que los temas analizados son también de interés para reflexionar sobre
la organización de las actividades escolares, en tanto ellas suponen grupos de
convivencia prolongada, actividades escolares, en tanto ellas suponen grupos de
convivencia prolongada, actividades con pares, relaciones con figuras adultas que
puedan estar jugando roles asociados a los maternos y paternos. Para determinados
sectores sociales, la escuela esta vicariamente relacionada con el contexto familiar que
no existe. Muchas veces la escuela interpreta muy mal, y con altos costos académicos,
esa relación aludida.
Los trabajos realizados desde hace mas de una década en el ámbito de escuelas
públicas nos han permitido conocer tres tipos de familias:
71
1) familias de sectores sociales con altos niveles de marginalidad y una historia
educativa pobre o casi inexistente.
En general esperan que la escuela brinde a sus hijos los automatismos
pedagógicos básicos y no cuestionan su accionar. Suelen sentirse muy
incomodas si se insiste en su participación en la toma de decisiones.
2) Familias en procesos de aculturación o cambio cultural.
Son familias migrantes (internos o externos) con una integración mínima; parte
de sus miembros pueden estar aún en el lugar de residencia de origen. En estos
casos, se hace sumamente necesario el trabajo conjunto con otras instituciones
de la comunidad.
3) Familias de sectores medios urbanos.
72
DESDE UNA REPRESENTACIÓN DE LA SENDA CALLEJERA
En el área de calle trabajamos con niños y jóvenes que salieron a vivir a la calle,
por diversos factores adversos, los cuales tienen que ver una serie de
problemáticas padecidas en el plano familiar, comunitario o individual.
La vida en la calle para los chavos tiene un significado ambivalente: por un aparte,
encuentran cierta libertad y formas de resolver sus necesidades básicas, de
alimentación, vestido, afecto, recreación; por otra parte, encuentran el acceso a
drogas, experimentan situaciones de maltrato, abuso y violencia, incluso de
bandas de la misma comunidad en la que pernoctan y frecuentemente son
víctimas de abuso de autoridad, por parte de policías.
Aunado a esto, los chavos se topan con el rechazo que implica el estigma de ser
callejero.
(s/a) (s/f), “desde una representación de la senda callejera. Área de niño callejero” y “prevenir es mejor
que lamentar… Área El quede niño trabajador
un niño y/o en riesgo”,
se encuentre en EDNICA.
cada vez Educación
más arraigado a lacon el niño
calle, callejero,
implica que I.A.P.,
también entra en un proceso consultado en: físico y emocional, por la constante
de deterioro
http://www.ednica.org.mx/paginas%20electronicas/nueva_ednica/index.htm
desnutrición, la adicción a drogas, las constantes enfermedades gastrointestinales,
respiratorias y de transmisión sexual a las que se exponen, sin mencionar la falta
de opciones de vida digna.
73
Trabajamos desde distintos enfoques para cumplir con el objetivo. En un primer
momento realizamos un trabajo de acercamiento y confianza con los chavos, para
sentar las bases para una relación educativa, de respeto, confianza y cierto grado
de responsabilidad.
74
Perfil del niño y joven callejero
75
PREVENIR ES MEJOR QUE LAMENTAR…
AREA DE NIÑO TRABAJADOR Y/O EN RIESGO
76
Ante el aumento considerable de los índices de riesgo del callejerisimo infantil,
varias instituciones de carácter gubernamental o privado han diseñado e
implementado diversos programas de atención a la infancia y desarrollo comunitario
en comunidades vulnerables a tal problemática, los cuales se consideran
“programas preventivos de salida de niños a la calle”; sin embargo falta mucho por
hacer dada la dimensión del problema de la infancia callejera.
77
En algunos casos apoyan a la economía familiar con la atención de puestos
comerciales, entre otros, acompañan o permanecen al interior de los puestos
mientras los padres atienden el mismo.
En el aspecto de la salud presentan diferentes grados de desnutrición,
constantes infecciones respiratorias y gastrointestinales.
La dinámica familiar en la mayoría de los casos, no ofrecen a los niños estímulos
adecuados, que favorezcan el desarrollo de sus capacidades de manera integral.
Experimentan relaciones afectivas confusas y contradictorias, problemas de
comunicación, autoridad mal entendida y en algunos casos, situaciones de
violencia intrafamiliar.
Permanecen mucho tiempo solos o bajo el cuidado de hermanos mayores o
personas ajenas al núcleo familiar (vecinos, amigos, compadres, etc.)
Su prolongada permanencia en la calle los pone en contacto con personas
adultas de diferente estilo, quienes conforman referentes conductuales que
después ellos imitan o reproducen, se pueden convertir en agentes de riesgo.
Conforman un sector vulnerable, debido a que se encuentran expuestos a
diversos riesgos asociados a la calle, para los cuales no se encuentran
preparados.
Difícilmente acuden a espacios recreativos y culturales propios de su edad:
parques de diversiones, cines, museos, teatros y espacios interactivos.
Sus actividades se remiten a ir a la escuela, jugar o deambular por el mercado o
la calle, dormir al interior de los puestos y permanecer horas frente al televisor o
play.
78
Mardones, José María (1999), “Características y actitudes de la sociedad del riesgo”, en
Desafíos para recrear la escuela, 2da ed., España, PPC (Educar), pp. 81-88.
Toda sociedad o mundo humano está atravesando por peligros. La construcción social
de la realidad no es un edificio tan perfecto ni es tan transparente que carezca de
oscuridades ni de fallos. La sociedad ofrece zonas oscuras o puntos negros que son
trampas para el individuo que transita por ella. De hecho la Escuela tenía la función de
ofrecer esa socialización que enseña a circular por la sociedad sorteando los peligros.
Estar educado en el argot tradicional equivalía a tener la información y formación
adecuadas para (saber estar) y comportarse de la forma requerida a fin de salir idemne
de las circunstancias peligrosas. La educación era el mejor protector social con que se
había dotado el individuo para evitar los peligros. De esa manera conseguía el (bien
educado) construirse una personalidad con una orientación con sentido, situarse en un
lugar social para hacer algo y ser alguien y poder realizarse en un proyecto de vida.
Pero parece que las circunstancias sociales han cambiado drásticamente. No vivimos
ya en situaciones de peligro, sino predominantemente de riesgo. ¿Qué diferencia existe
entre el peligro y el riesgo? Un ejemplo sencillo nos aclarará lo que pretendemos
comunicar. Tomemos el caso del tráfico. La circulación de vehículos por determinados
lugares se ha hecho famosa por el peligro que representa. Se denominan (puntos
negros) a esos lugares que se cobran en forma de victimas las imprudencias,
imprevisiones o cualquier fallo humano que se traduce en tal tramo con curvas o con
deslizamiento en un juego con la muerte. Estamos hablando en este caso de peligros
mortales para la circulación. El tráfico será mucho más seguro si se evitaran esos
desgraciados (puntos negros). De hecho, las denuncias y el sentido común aconsejan
la eliminación de esos puntos negros. El problema es una cuestión de dinero. Al final,
podremos casi completamente los fatídicos puntos negros, y tener una seguridad vial
para nuestros desplazamientos con el coche los fines de semana, las vacaciones o,
simplemente, cuando necesitamos viajar.
Pero, ¿habríamos eliminado los riesgos de la circulación si hubiéramos evitado todos
los puntos negros?
Comprendemos cada vez mejor que tener una seguridad vial no reduce todos los
riesgos. No puedo asegurar que volveré sano y salvo a casa cuando salgo el fin de
semana con mi coche. Ni siquiera aunque tome todas las precauciones posibles y mi
comportamiento sea intachable. ¿Qué ha sucedido? Que no puedo controlar todos los
factores o elementos que entran en juego, ya que algunos no dependen de mi. Están
79
dentro del dinamismo del sistema. Es decir, el aumento de vehículos que circulan, el
cansancio, el nerviosismo o el despiste humano son incontrolables; como también la
rotura de una llanta o cualquier otra avería que haga perder involuntariamente el control
del vehículo. Puedo ser víctima de un choque en cadena o puedo verme envuelto en un
accidente que no podía esperar ni sospechar. El riesgo rodea hoy a la circulación
aunque evitaremos todos los llamados (puntos negros). Sencillamente, la circulación ha
llegado a ser en sí misma un riesgo.
80
sociedad no hay compañías aseguradoras. Ni el Estado de Bienestar ni la intervención
de ningún organismo internacional protege el riesgo. Nos hallamos ante un riesgo
difuso y que penetra por todos los intersticios sociales. Es un riesgo para todos, pobres
y ricos, clases elevadas y clases bajas. Todos estornudan igual y todos, quizá aun más
los ricos, corren el riesgo de contraer un cáncer de piel ante las radiaciones solares.
La tercera característica de esta sociedad del riesgo es que estamos pasando de
peligros situados en la naturaleza a los localizados en la sociedad misma. Es la
sociedad de esta modernidad tardía la que ahora es vista como una amenaza. Antes
los peligros venían del exterior en forma de catástrofes naturales, epidemias, etc,; ahora
las epidemias las puede provocar el mismo hombre y de él viene la destrucción general
en forma de guerras o deforestaciones masivas, de la creación de virus inmunes a los
fármacos conocidos, o de catástrofes ecológicas como la contaminación mediante
vertidos de petróleo en el Golfo Pérsico, en la costa de Alaska o la gallega. Las
amenazas a la vida proceden del mismo estilo de vida moderno: de ahí que las plagas
de la droga se vean ligadas al narcotráfico, el comercio de armas a los conflictos
armados que no cesan, la pobreza del Sur a las oleadas de inmigrantes, la marginación
al paro, el sinsentido y la banalidad cultural al consumismo masivo, etc.
El educador y el analista social deben tomar nota de que en esta sociedad del riesgo y
de la contingencia se dan las condiciones para que crezca la desconfianza frente a la
razón y la búsqueda de asideros se haga apelando más a lo emocional que a lo
cognitivo. La afectividad y el corazón al fallar las certezas, proporcionan la seguridad
que no pueden dar los argumentos. La razón crítica corre peligro de naufragar en medio
de la tiranía de los sentimientos. No tiene nada de extraño que un viento esotérico y
neomístico recorra la cultura despojada de certezas que apunten más allá de lo
funcional. En estos momentos, más que a la religiosidad depurada racionalmente, se
recurre a las briznas de misterio que recorren la parapsicología, la ufología, el
esoterismo o las tradiciones alejadas y desconocidas por nuestra cultura.
81
Si ya no hay grupos de adultos, niños o jóvenes en situaciones (de riesgo), si todos
estamos bajo el riesgo, ¿Dónde refugiarse, como protegerse, de que huir en la
sociedad del riesgo? Estos son los grandes interrogantes que plantea el descubrimiento
de la vulnerabilidad general de esta sociedad. Y estas preguntas se dirigen también a la
Escuela y los educadores. Los padres y los alumnos, los mismos educadores,
experimentan la perplejidad y el miedo que causa la amenaza general y no localizada.
La sociedad del riesgo inocula el miedo. Ante la amenaza que se generaliza crece por
doquier una actitud recelosa. Ante la vulnerabilidad percibida se reacciona a la
defensiva, esperando estar alerta, si no para evitar el golpe, por lo menos para recibirlo
lo más inadvertidamente posible. Crece a nuestro alrededor una sensación de
inseguridad, que hace más deseables las pequeñas o grandes ofertas de protección y
cuidado. La seguridad es la gran preocupación de esta sociedad: sin duda, la
proliferación de ofertas de seguridad, desde los agentes privados a los nuevos agentes
policiales patrullando por nuestros barrios o colegios; desde los bancos, tratando de
paliar nuestra indefensión ante el futuro amenazado de las pensiones, hasta las
llamadas de atención para el uso de profilácticos en las relaciones sexuales, nos están
indicando el riesgo y el desvalimiento de esta sociedad. No es extraño que de nuevo,
como defensa compulsiva, abunden las reacciones crispadas y violentas.
Por parte de los que se sienten o ven excluidos de esta sociedad se desarrollan
estrategias de supervivencia para no ser empujados fuera de las instituciones
protectoras: crece así la supeditación y la aceptación de condiciones vejatorias con tal
de salvar el puesto de trabajo o alcanzarlo, etc.
La sociedad del riesgo es una sociedad sin aliento profético. Vivimos lejos de la
tonalidad revolucionaria, de cambio radical de estructuras que el romanticismo
sesentayochista soñó y al que aspiró. Ahora predomina un clima cultural y social de
calma chica, de puesta entre paréntesis o de suspensión de aspiraciones. Estamos en
un momento social de tono conservador y de miedo a arriesgar.
82
Se mira más hacia lo que se puede perder que hacia lo que se puede ganar, la
exclusión y la marginalidad significan la aniquilación, no la afirmación de convicciones o
la defensa de posturas. Cuando hoy hablamos del cierre de horizontes y de
expectativas tendríamos que tener presente, junto al desfallecimiento ideológico y
utópico de nuestro tiempo, esta atmosfera social y cotidiana más miedosa y vuelta
hacia las amenazas y riesgos que hacia las esperanzas.
83
Morgade, Graciela (s/f), “Infancia, adolescencia y construcción de
género”, en aprender a ser mujer. Aprender a ser varón, Buenos
Aires, Ediciones Novedades Educativas, pp. 35-52.
84
Infancia, adolescencia y construcción de género.
Resulta casi imposible pensar a un sujeto sin incorporar su condición de ser “mujer” o
“varón”. Y si existe un espacio social imposible de omitir en el análisis de la
construcción de las subjetividades, ese espacio es la familia. Aun antes de la existencia
material de las personas.
Sin duda, una de las preguntas centrales que se formulan las embarazadas y quienes
las rodean, se refiere al sexo de la persona que viene. Lo notable es que las
expectativas hacia una chica son diferentes a aquéllas dirigidas hacia un chico. A veces
positivas, a veces negativas; pero siempre diferentes. Con alegría, se escucha: “las
nenas son más compañeras”, “a las nenas se les pueden poner lindos vestidos, hacer
lindos peinados”. Cuando las preferencias se vuelcan hacía los varones, las
expresiones son del tipo “va a ser más fácil cuidarlo”, “va a mantener el apellido”.
Aunque sea difícil creerlo, la condición de “seres sociales” de las personas hace que ya
desde la forma en que son imaginadas antes de nacer se esta construyendo la “forma
de ser” un sujeto humano. Y la atribución de las expectativas de género relacionada con
el sexo visible es uno de sus componentes principales.
Más allá de los tradicionales “rosa” y “celeste” que pueblan las maternidades, florerías y
casas de ropa de bebé, frente a un/a recién nacido/a se desencadena en el mundo
adulto circundante una importante serie de comportamientos, gestos y procesos
relacionados con su sexo. Algunas investigaciones han demostrado que existen
diferencias en el modo y la frecuencia en que se habla a niños y niñas, en las formas y
características de contacto físico que se establece e inclusive en la manifestación de
emociones frente a unas y otros; entre ellas sobresalen los trabajos pioneros de Safilios
Rothchild (1987) y Browne y France (1988). Revisemos algunos de sus resultados.
En los sectores medios, por ejemplo, las investigaciones han encontrado que las niñas
reciben por parte de la pareja madre-padre un tratamiento más caluroso y más
estrecho, desde el punto de vista físico, que los varones. También reciben menos
castigos, sobre todo corporales. Por otra parte, se ha detectado una tendencia a exigir
más a los varones en cuanto al aprendizaje intelectual y a la construcción de la
independencia. También se ha observado que ambos progenitores alientan más a los
varones a asumir responsabilidades y riesgos, mientras que se tiende a tratar a las
niñas con mayor indulgencia en tanto se comporten con características “femeninas”:
gentileza, orden, limpieza, tranquilidad, docilidad. Los padres esperan más agresividad
y un comportamiento más competitivo en su hijo que en su hija (Safilios Rothchild,
1987)
85
Los juegos de los varones parecen fuertemente ligados a la violencia, sobre todo desde
el punto de vista físico. La “lucha” con el padre y “patear la pelota” son las formas más
corrientes. Es más, se ha encontrado que existe un cierto temor frente al varón sin
energía: muchas veces familiares o docentes argumentan que “tiene que descargar” y
se registra preocupación frente a un chico demasiado tranquilo. Esa idea de que el
varón tiene que “descargar” –que más adelante se transformará en el prejuicio de que
los varones tienen más necesidad de tener actividad sexual que las mujeres-
fundamentan los juegos que se estimulan en unos y otras, y los que se censuran
(Browne y France, 1988).
También los juguetes distan mucho de ser instrumentos neutros desde el punto de vista
social en general y del género en particular. Es evidente que los juguetes representan al
sistema social que divide al mundo en modelos de hombres y mujeres, figuras buenas y
malas, exitosas y fracasadas, ricas y pobres, valientes y cobardes, lindas y feas, etc.;
que tienden a exaltar el afán de dominio y poder en los varones y el deseo de seducir
en las niñas. Si bien podemos dudar de que estos estímulos incidan en forma directa
sobre el psiquismo de chicos y chicas, tampoco se puede ignorar esta fuente
permanente de información para la constitución de las relaciones de género.
La recreación, los gestos, el uso del espacio y el cuerpo son diferenciales para chicas y
chicos. Los varones hacen y dicen “groserías”, las chicas mucho menos, o son
censuradas más severamente cuando lo hacen. Los varones juegan al fútbol, las chicas
práctica expresión corporal. En los sectores acomodados, sobre todo, si bien la moda
dicta sus normas para todos y todas, las chicas siguen más presionadas para conservar
las formas en su aspecto físico y vestimenta. Y si bien los problemas de seguridad
afectan a todas/os, ellas están más tiempo dentro de la casa y comienzan más tarde a
viajar solas, etcétera.
86
y su crítica demostró que constituye, en realidad, una suerte de “neutro masculino”. El
reemplazo por las categorías “infancia” o “niñez” aparenta incluir lo femenino. Esta
operación lingüística inspirada por buenas intenciones, ¿revela la existencia de “las
niñas” como sujeto social?; ¿qué subyace a los discursos y las prácticas que definen a
“las niñas” en la sociedad y que hemos analizado en párrafos anteriores?
Los aportes de la historia social y de las mentalidades han enseñado, entre otros, que
el proceso de particularización (y, de alguna manera, de “subjetivación”) de la infancia
en el mundo occidental es un acontecimiento plenamente “moderno”, íntimamente
relacionado con la construcción social de la familia burguesa y la sociedad industrial.
Abundante investigación sobre discursos lingüísticos e iconográficos ha demostrado
que, si bien niños y niñas han existido siempre, no ha existido sino hasta una época
muy reciente la infancia como campo social de significaciones específicas. Las
investigaciones de Aries, por ejemplo, subrayan la transformación en la vestimenta, las
actitudes y las actividades en la que aparecen niños y niñas, a partir del siglo XIV, que
dan cuenta de que la niñez comienza a ser considerada una etapa en sí misma, con
posibilidades y necesidades diferentes a las de los adultos. Estos mismos trabajos
históricos permiten esbozar otro planteo: según Philippe Aries (1960), por ejemplo, si
hasta el siglo XIV niños y niñas aparecen vestidos/as como adultos y adultas, el cambio
hacia una moda particularizada sólo beneficia a los varones, (por supuesto, burgueses
y nobles), mientras que las niñas persistirán mucho más tiempo en el modo de vida
tradicional que las confundía con las mujeres.
Podríamos sostener, como hipótesis de trabajo, que, a más de dos siglos de iniciación
de la modernidad, las niñas aún no constituyen un “sujeto” de pleno derecho en la
educación y que su identidad aún se encuentra, no solo marcada por las significaciones
estereotipadas de género (Fernández, 1995), sino que estas corresponden sobre todo a
la mujer en tanto adulta. O, para decirlo de otro modo, que la infancia es para las niñas
sobre todo un largo “vestíbulo” hacia la adultez, ya que el nudo de significación que
predomina en este sesgo de género es el ideal maternal en el cual se encuentra
incluido el mandato de agradar. El contenido más importante en la infancia de las
chicas es la perspectiva de prepararse física, emocional e intelectualmente para la
maternidad, lo cual implica, en nuestra cultura, casamiento heterosexual, que sólo será
plenamente realizado o no, en el mundo adulto.
Es obvio que no estamos hablando de las niñas reales y concretas que luchan,
negocian y resisten estos discursos. Nos referimos al imaginario social según el cual si
la infancia, como dice Tonucci, sigue siendo para todos un “todavía no”, estaríamos en
condiciones de argumentar que lo es más para las chicas. La construcción de una
sociedad no sexista no implica solamente trabajar por la igualdad social de varones y
87
mujeres en el mundo adulto sino, y tal vez fundamentalmente, aportar a la construcción
del sujeto nia y a la desalineación del sujeto niño.
Sin duda alguna, la educación familiar infantil marca con fuerza la subjetividad de las
personas, convirtiéndolas en “hombrecitos” o “mujercitas”. Pero seríamos incoherentes
con nuestro énfasis en el reconocimiento de la diferencia si sostuviésemos que existe
una sola infancia. Probablemente, muchos de los ejemplos que aparecen en estas
páginas remitan al/a lector/a a experiencias personales, vividas en diferentes relaciones
familiares (como hijas/os, como madres o padres, como abuelas/os o tías/os). Pero
también pueden resultar ajenas porque sólo hemos estado revisando, de alguna
manera, la infancia que transcurre entre la escuela y la casa, con juegos, juguetes y
contención familiar.
También hay una infancia que transcurre en las calles, o en e hambre y enfermedades
absolutamente evitables. “El hambre ya no es un problema económico; es un problema
político”, afirma UNICEF. Esa infancia pobre también está surcada por relaciones de
género, porque aunque no tenga “Barbies” o “Segas”, cuando se dispones de muñecas
y pelotas, se les distribuyen a las niñas y a los niños, respectivamente. Porque allí está
presente la imagen del “supermacho” para los varones (a veces con mayor intensidad
que en las clases medias, por el grado de violencia que representa la presencia, desde
muy chicos, en la calle). Y la imagen de la “madrecita” en las chicas, que desde muy
temprana edad ayudan a la madre en la atención de los/as hermanitos/as menores. O
cargan con hijos propios, a veces como resultado de violaciones –generalmente
perpetradas por conocidos de la familia o familiares-, o de la falta de conocimientos y
recursos para no quedar embarazadas o interrumpir el embarazo, o del deseo de
poseer algo “propio”. Volveremos sobre esta cuestión en el acápite sobre la
adolescencia.
Estas diferentes infancias están en contacto con instituciones educativas y/o atención
social. Los chicos, las chicas y las familias aportan su bagaje de experiencias a la vida
de la escuela. Como veremos en el próximo capítulo, la escuela “hace algo” con ellas.
Adelantándonos un poco, podemos anticipar que la mayoría de los procesos que
estamos revisando también ocurren todos los días en el ámbito escolar. Los jardines
maternales y de infantes y las escuelas primarias representan un espacio en el que los
diferentes modelos de crianza se combinan con tradiciones escolares que no han sido
inmunes a esos modelos, o a algunos de ello al menos. El fuerte sesgo de la cultura de
la clase “media” o pequeña burguesía (Boltanski, 1987), que es el sector de la sociedad
que más ha aportado en la configuración predominante de las relaciones de género, ha
marcado también con fuerza lo que “debe” ser y hacer una niña o un niño en los
primeros años de vida.
88
Sexo, identidad de género y elección del objeto social.
La conciencia del “soy mujer” o “soy varón” se produce en una etapa relativamente
temprana de la vida: hacia los dos años,, chicas y chicos conocen sus genitales
externos y son capaces de identificar las diferencias. Sin embargo, si bien esta
estrechamente vinculadas, la autoadscripción a un sexo o a otro es diferente de a
construcción de la identidad de género. Esto se ha comprobado en casos en los que la
atribución de género ha sido errónea, en sujetos que, generalmente en virtud de
89
alteraciones cromosómicas, aparentan pertenecer a un sexo, pero internamente tienen
glándulas, hormonas e inclusive órganos del otro. Y estos casos (raros y muy poco
frecuentes, por cierto) se explican porque, a pesar de que parece sencillo y que no se
presta a confusiones, también el “sexo” tiene expresiones múltiples que no siempre
coinciden totalmente.
Estos casos, denominados “hermafroditismo”, al estilo de las plantas que cuentan con
los dos polos de la procreación, han sido profusamente estudiados por otro
psicoanalista que ha revolucionado el modo de entender la influencia recíproca entre la
biología y la cultura. Al cabo del estudio de ochenta y tres hermafroditas, travestis y
homosexuales, Francis Stoller establece una interesante serie de conclusiones:
“1. (…) Los aspectos de la sexualidad que caen bajo el dominio del género son
esencialmente determinados por la cultura. Este proceso de inscripción psíquica
comienza desde el nacimiento y formaría parte de al estructuración del Yo. La madre es
el agente cultural, y a través de su discurso el sistema de significaciones será
transmitido; más tarde, padre, familia y grupos sociales contribuirán a este proceso.
“2. El rol de las fuerzas biológicas sería el de reforzar o perturbar la identidad de género
estructurada por el intercambio humano.
90
“4. El núcleo de la identidad de género se establece en la etapa fálica (…).
“5. La identidad de género se inicia con el nacimiento, pero en el curso del desarrollo se
complejiza, de suerte que un sujeto varón puede no sólo experienciarse hombre, sino
masculino, u hombre afeminado, u hombre que se imagina mujer” (en Dio Bleichmar,
1991)
Ahora bien, en este punto resulta importante también discriminar un tercer componente
también poco conocido y con frecuencia asimilado a los anteriores: la elección de
compañero/a sexual, diferente del “sexo” y también de la “identidad de género”. O sea,
el “objeto sexual” desde la perspectiva del psicoanálisis.
91
Estas distinciones conceptuales un tanto enmarañadas permiten despejar cuánto de
prejuicio hay en la educación familiar y qué lejos estamos de “crear un homosexual” al
estimular juegos o conductas de todo tipo en hijos e hijas en la educación temprana.
Esa educación infantil que, con la fuerza de los vínculos, deviene uno de los contextos
cruciales en la reproducción de las relaciones desiguales de género.
Sin embargo, los mensajes diferenciados sobre “lo femenino” y “lo masculino” se
prolongan también, con otros contenidos, en la adolescencia.
Después de la relativa “primavera” que parece caracterizar el período entre los ocho y
los once o doce años (chicos y chicas están en sus juegos, tienen su vida más o menos
organizada, hay “paz” familiar), la entrada en la pubertad implica un reflorecimiento de
los conflictos y nuevamente en las familias recrudecen los mensajes diferenciales para
mujeres y varones.
Los horarios de regreso a la casa, los “¿con quién salís hoy?”, las “cuotas” semanales o
mensuales para los gastos cotidianos, el uso de tiempo “libre”, son motivo de diferente
preocupación por parte del mundo adulto según se trate de una joven o de un joven.
También se prolongan las relaciones de género en la vida cotidiana: ayudar en las
tareas de la casa suele ser una cuestión de las “hermanas”.
92
Es evidente que los fuertes cambios físicos y emocionales por los que transitan las
jóvenes las hacen más vulnerables a las presiones sobre la imagen corporal, que
también se encuentra en pleno cambio. Las preguntas sobre “quién soy” o “quién
quiero ser” encuentran indicios de respuestas en la imágenes de lo medios, en los
cometarios de madres, padres u otros familiares (“estás gordita, ¿eh?”) y,
fundamentalmente, en la aceptación de pares del mismo sexo. Y del otro. Salirse de los
patrones hegemónicos suele producir dolor, desciende la autoestima y la confianza en
sí mismo/a.
Según Catherine Steiner-Adait (1990), los y las jóvenes tienen que enfrentar situaciones
diferenciales en el proceso de “cambio” que implica la adolescencia: “en el caso de los
varones hay una correlación entre los cambios corporales –desarrollo muscular, mayor
altura, voz más grave, etc. –y las características que deben demostrar a medida que se
transforman en adultos, esto es, todo lo relacionado con el poder y la autoridad. En el
caso de las mujeres, las exigencias a las que se ven sometidas como ‘nueva mujer’ –
independencia, autocontrol, mayor seguridad –chocan necesariamente con las
disposiciones biológicas, es decir, con el aumento de grasa que requiere la
menstruación”. El aumento de peso se combina entonces con la sensación de falta de
control y seguridad, lo cual deriva en sensación de frustración si no persigue el ideal
deseado.
Las jóvenes adolescentes constituyen, por lo tanto, un “grupo de riesgo” frente a los
valores de género hegemónicos. En este sentido, construir una posición más autónoma
con respecto a la “historia del cuerpo” es una tarea que debe ser acompañada por
los/as adultos/as cercanos/as. Porque se trata de comprender que del cuerpo
redondeado que se asociaba a las funciones sociales tradicionales de cuidado y
nutrición –perfecta expresión y símbolo de la fertilidad-, cuerpo con sobrepeso que
tampoco –según se ha demostrado- era sinónimo de “salud” total, al ideal de la
delgadez actual que no se compadece con las transformaciones propias de la
adolescencia, hay una enorme distancia cultural.
Después del corset del siglo XIX, la “nueva mujer” del siglo XX, portadora de una
sexualidad no reproductora, dispone de su cuerpo libremente, sin limitaciones. Sin
embargo, las restricciones, el disciplinamiento, continúan de otras maneras y perdura
la necesidad (humana, por supuesto) de ser aceptada/o por loa demás y frente así
misma/o. En este sentido, las mujeres anoréxicas o bulímicas no son “irracionales”: su
fobia a las grasas puede entenderse como una conjunción entre los modelos legítimos
de belleza y los nuevos papees que la sociedad va perfilando para ellas. ¡O sea, a
veces la trampa está en la manera en que se da sentido a los nuevos mandatos de “ser
moderna” y explorar todas las potencialidades!
93
Ahora bien, otras dimensiones –tal vez más relevantes aún en esta etapa complicada –
son, por una parte, los modos predominantes en que la sexualidad juvenil es
tematizada y abordada en la sociedad y, por otra parte, la violencia social que afecta los
diferentes modos a unas y otros. En ambos casos, fuertemente relacionados con su
pertenencia a los diferentes grupos socioeconómicos.
Los datos disponibles, recogidos por país y región por el Fondo de Población de
Naciones Unidas (1997) señalan que los delitos sexuales, el embarazo, el aborto y la
maternidad y paternidad son temas que forman parte de la vida cotidiana en esta etapa,
sin que existan respuestas específicas y concretas para encararlas. En general, en los
sistemas jurídicos nacionales, no existen prácticamente normas que consideren a las/os
jóvenes como un sujeto de derecho especifico, y por lo mismo no es posible encontrar
en la legislación instrumentos que nos permitan encarar y resolver adecuadamente los
conflictos y demandas del grupo a través de una contención institucional apropiada. Las
secretarías “de la juventud” de ministerios, gobernaciones o municipios tienen
escasísimo presupuesto y omiten casi totalmente las cuestiones señaladas.
Otro ejemplo grave son los llamados “delitos sexuales”: acoso o abuso sexual y
violación. Cualquier niño o niña puede ser victima de estos delitos, pero –si bien es muy
complejo establecer una cifra por la dificultad de registro estadístico –es posible
establecer que existe diferencias pro sexo y clase social. Las niñas y mujeres jóvenes
sufren el abuso con mayor frecuencia. Cuanto más pequeñas más probabilidad de que
el abusador sea un familiar directo o una persona del entorno hogareño. Las empleadas
domesticas también están fuertemente expuestas a estas situaciones. No obstante,
tanto el “secreto familiar” como el sistema penal en esta materia contribuyen a su
silenciamiento. En el caso de la justicia, existe una deficiente tipificación de la prueba
de los hechos que configuran el delito y procedimientos engorrosos y difíciles para
quienes se atreven a hacer la denuncia. Una niña o joven violada generalmente es
sometida innumerables exámenes físicos y psicológicos que suelen buscar la
“provocación” de su parte, que invaden su intimidad ya lastimada, que agregan dolor a
94
la vergüenza. La atención clínica de adultas muestra que en todos los sectores sociales
se producen esos delitos, callados durante años, pero cuyas huellas en la subjetividad
tarde o temprano tienden a aparecer (Fernández, 1993).
Si bien no ocurre en todos los casos, el impacto del embarazo se traduce en la mayoría
en la deserción escolar, desempleo, mayor número de hijos no deseados y maltratados,
ingreso económico bajo, dificultades en la relación con la pareja. Según el Fondo de
Población de las Naciones Unidas nuevamente, una gran mayoría de los matrimonios
de adolescentes terminan en divorcios, que aumentan el número de mujeres solas jefas
de familia.
95
Frente a este panorama de problemas que afectan a las chicas, la adolescencia y
juventud también presentan para los varones dificultades y conflictos vinculados con
las relaciones sociales de género.
Los varones jóvenes, y en particular aquellos que pertenecen a los sectores populares,
se ven afectados fuertemente por la crisis del trabajo: la falta de empleo hace que a
diferencia de las chicas ocupadas en tareas del hogar o simplemente enclaustradas por
la costumbre dispongan de más “tiempo libre”. Pero no se trata de un tiempo
beneficioso, satisfactorio desde el punto de vista personal o social. No es lo que Mario
Margulis (1996) llama “crédito” o “moratoria social”: el tiempo que se brinda a los/as
jóvenes para que se formen y capaciten –postergando otras exigencias, como las de
autosostén económico o la formación de una familia-. Se trata más bien de una
condición compulsiva, sentida como frustración, impotencia y culpa. Y muchas veces la
posición dominante frente a las mujeres tiene que ver con esas derrotas en otros
campos.
Estudios más actuales señalan que también para las chicas el fantasma de la
desocupación se agita en los proyectos de futuro. En la investigación realizada por
Gloria Bonder (1998), uno de los resultados más conscientes se refiere justamente a la
preocupación de las chicas por el sostén económico del hogar futuro. Esta
preocupación deviene en un mecanismo de control que produce una valoración
suprema de la estabilidad y el esfuerzo (aunque con fuerte desconfianza sobre la
capacidad de la educación para brindar una salida segura) por sobre el placer, la
aventura o el desafío de lo establecido.
El costado aún más desgraciado para la vida de los varones jóvenes es que la situación
social se combina con el abuso del alcohol o drogas, y el mandato de la intrepidez y la
pseudo-valentía frente a peligros. Como resultado de esa configuración de
circunstancias, la “muerte violenta” es la primera causa de deceso entre ellos:
accidentes, asaltos nocturnos (como víctimas o como victimarios), enfrentamientos
callejeros entre patotas. O, en las clases más acomodadas y cuando tienen auto,
choques mortales. Según el Ministerio de Salud y Acción Social de la Argentina, en
1997 murieron, por “causas externas”, 14.151 hombres, mientras que las mujeres
fueron 4.864. Entre estas muertes violentas, causadas por factores ajenos a la salud
física, en “accidentes” murieron 7.315 varones frente a 2.741 mujeres. O sea, alrededor
de tres de cada cuatro muertos por estas razones son varones.
Otros datos que resultan impactantes son las cifras que brinda el Ministerio de Salud y
Acción Social de la Argentina: en las estadísticas criminales que registran juicios con
96
sentencia firme, el porcentaje de varones juzgados trepaba al91,34% en 1996,
el92,45% en 1997 y el 92,05% en 1998.
Ahora bien, a etsta altura generalmente muchas lectoras y lectores de estas páginas
están objetando: “mi sobrino es un buen pibe”, “mi hija hace todo lo que quiere”; “mis
alumnas y alumnos estudian mucho, y también la pasan bien”. Y seguramente también
es cierto, por qué dudarlo. Una mirada desde la perspéctiva de género a nuestro
alrededor también muestra muchisimow camios en las posibilidades qu ese abren parar
la mujeres y lo svarones jovenes: chicas autonomas que proyectan una vida profesional
y una vida familiar compatibles, que no se “compran” el discurso de la moda y los
cantantes como el unico anhelo de su vida, que salen y se divierten; y también chicos
sensibles, prudentes, que sueñan con ser padres, que se ríen del “supermacho”, que
comprenden y aceptan cuanto mejor es la vida en pareja cuando hay paridad de
deberers y de derechos.
Tambien hay madres solteras que educan con felicidad a su hijo/a y jovenes padres que
asumen el cuidado y sostén del/a hijo/a no buscado/a. y con frecuencia los/as
adultos/as se sorprenden .por haber juzgado prejuiciosamente esos comportamenros –
de cuánta autonomía y decisión demuestran esas/os jovenes que intentan organizar
su vida incluyendo el proyecto materno/paterno en susu planes desarrollados
profesional o economico.
Hace tiempo ya que los gastos de salida se comparten en pareja, que las chicas
“avanzan” para iniciar una conversación con un varón interesante, que arman proyectos
en los que el desarrollo profesional está en el mismo plano que la formación de una
familia –o que distribuyen los “tiempos ” para cada momento-. Efectivamente, se sabe
muy poco acerca de la cultura juvenil no conceptualizada como “problematica” o
“amenazante” para la sociedad (Bonder, 1998) y es necesario hacer más
investigaciones que tiendan a indagar acerca de “quienes son” o “que desean” las y los
jovenes.
Sin embargo, la experiencia muestr algunas cuestiones a tener en cuenta. Por una
parte, como hemos visto, hoy coexisten estereotipos junto a “nuevos aires” en las
relaciones de género. Por una pare, en este terreno, como en tantos otros, si las bases
son debiles, la fuerza “innovadora” juvenil se va adaptando a la fuerza “conservadora”
de la madurez. Por ejemplo, el “pecado juvenil” de tener una compañera exitosa
97
profesional y/o economicamente se sostiene en el tiempo con mucha dificultad y la
mayor parte de las veces, todavia, termia en una crisis matrimonial comenzada por él, o
por ellla. O la tierna comprencion expresada en el “nos vamos a morir de hambre pero
hace una carrera que le gusta”, se transforma en un sistematico reclamo: “para qué
dejas a los chicos si total no ganas nada en los años posteriores.
Desde el comienzo del libro insistimos en que hay cambios junto a las fuerzas
tradicionales. Si bien no sabemos a ciencia cierta hacia dónde vamos, una visión
optimista del futuro nos hace pensar que el conocimiento y la denuncia de la injusticia
aportaran algunos elementos para consolidar los atisbos del cambio. Sobre todo porque
iliminan las omisiones que las instituciones de la sociedad tienen que atender, tomando
como punto de partida una constatación que fue bandera originaria del feminismo :”lo
personal es poitico. Esto significa que la dinamica de la vida familiar y afectiva que
estuvimos revisando no es solamente unna cuestión de acuerdos entre personas.
Tambien la comunidad (a través de organizaciones gubernamentales o no
gubernamentales) tienen mucho, que decir acerca de esas reaciones, porque de lo
contrario, y en arars de un falso respect por las creenciasy valore sde las familias, se
abandona a los/as miembros/as más frágiles a la voluntad de los/as más poderosos/as.
El aumento y fortalecimieto instiucional de acciones de proteccion a la infancia, por
ejempo, es un ejemplo de cómo hijos e hijas no son total y absoutamente de su padre y
su madre: ir a la escuela es obligatorio, porque el derecho a la educacion está por sobre
la patria potestad (del padre y la madre); en el plano legal, la existencia de defensoria
de menores o de las instituciones para la denuncia de violencia familiar, etc., marcan
que existe límites que no pueden superarse ni siquiera en el ámbito doméstico.
Tampoco las relaciones de género son cuestiones “privadas” que deben quedar
libradas solamente a la voluntad individual de las personas, porque, com hemos visto,
la cultura penetra en todos los vínculos humanos y aun más “autentico” que hacemos
tiene una carga importante de la historia social.
Esta dimesión social de las relaciones humanas penetra entonces en todos los ámbitos
por los cuales transitan las/os niñas/os y las/os jóvenes. La educación formal, aun
gozando de una autonomía relativa que también nos ocuparemos de mostrar, es uno de
los dispositivos centrales en la reproduccion o la transformción de las relaciones de
género. Lo analizaremos en el próximo capítulo.
98
Niños y adolecentes en situaciones de riesgo
Licenciatura en Educación Física
5º semestre
ANEXOS ESTADÌSTICOS
99
Porcentaje de menores atendidos por tipo de maltrato, 2004
Abandono 7.7
Negligencia 8.3
Emocional 21.1
Físico 23.7
100
Población de 15 a 19 años por causa de abandono escolar, según tamaño de
la localidad
Causa de Menos de 2500 a 14 15 000 a 99 100 000 y
abandono 2500 999 999 más
escolar habitantes habitantes habitantes habitantes
Personal 34.9 41.3 41.1 36.7
Económica 38.8 34.4 33.1 33.0
Escolar 5.0 0.8 0.8 0.9
Familiar 3.9 2.5 1.9 1.6
Matrimonio y 4.1 5.3 6.7 7.1
unión
Termino sus 4.6 4.7 5.0 6.6
estudios
Otra causa 1.4 2.2 3.2 5.0
No 7.7 8.8 8.2 9.1
especificado
101
Hogares, pobreza y condición de ocupación
El perfil socio demográfico que se observa en diversas regiones del territorio nacional y en
el país en general, es también causa de los cambios acontecidos por más de medio siglo
en la economía y la sociedad mexicana. En particular, la pobreza, como expresión de
condiciones estructurales ancladas al propio desarrollo económico y social, se ve reflejada
y alimentada en múltiples aspectos a escala macro y micro social. Para algunos hogares en
México, como en muchos otros países de América Latina y de los propios países
desarrollados, frecuentemente los hogares han experimentado y experimentan situaciones
Socioeconómicas y demográficas adversas (pobreza, marginación o vulnerabilidad social).
En especial, en esta parte del trabajo se continúa el análisis de los hogares por tipo y sexo
del jefe del hogar en relación con la pobreza. Con el objetivo de observar cambios en el
tiempo, se utiliza la medición tradicional de la pobreza del Comité Técnico para la Medición
de la Pobreza (CTMP).7
A modo de preámbulo, debe recordarse que la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL),
en 2002 a través del ( CTMP), presentó la primera medición oficial de la pobreza en el país
con base en la ENIGH del año 2000, la cual se basa en un enfoque monetario y estableció
tres niveles de pobreza: 1) la alimentaría, que considera a los hogares cuyo ingreso por
persona es menor al que se considera necesario para cubrir las necesidades de
alimentación; 2) pobreza de capacidades, que clasifica como pobres a los hogares cuyo
ingreso por persona es menor al que se requiere para cubrir las necesidades de
alimentación, además del necesario para cubrir simultáneamente educación y salud; 3)
finalmente, en pobreza patrimonial se clasifica a los hogares para los cuales el ingreso de
sus integrantes no es sufí- ciente para solventar simultáneamente sus necesidades de
alimentación, salud, educación, vivienda, transporte público, vestido y calzado.
102
Cuadro 3. Pobreza multidimensional, 2008
Pobreza multidimensional
Bienestar
Con base en las tres líneas de pobreza tradicionales se observa que el porcentaje de
hogares pobres ha disminuido su intensidad en términos porcentuales y absolutos entre
2000 y 2008, independientemente de la línea de pobreza que se esté considerando. De los
poco más de 23 millones de hogares estimados en 2000, alrededor de 4.4 millones se
encontraban en pobreza alimentaria (18.5%), cifra que pasó a 3.8 millones en 2008 o al
14.3% del total de hogares en este último año (26.7 millones). El número de hogares con
pobreza de capacidades pasó de cerca de 6 millones (25.2%) a 5.4 millones (20.1%) entre
2000 y 2008. En los hogares con pobreza patrimonial se observa la menor variación
absoluta, al pasar de un total de 10.8 millones en 2000 a 10.7 millones de hogares en 2008,
lo que muestra que cuatro de cada diez hogares en el país se halla al menos en alguna
situación de pobreza.
Aunque los datos indican que la incidencia de la pobreza en los hogares ha disminuido, aún
se advierte un número significativo de hogares cuyos miembros viven en condiciones
desfavorables, que no les permite satisfacer sus necesidades básicas de alimentación,
salud, educación, vivienda, transporte público, vestido y calzado. Los resultados por sexo
103
del jefe del hogar muestran variaciones porcentuales sustantivas hacia su descenso. No
obstante, los valores absolutos muestran el incremento de su número. Las mujeres jefas de
hogar son un grupo social creciente y económicamente vulnerable, entre 2000 y 2008 los
hogares con jefatura femenina crecieron en términos absolutos en alrededor de 2.33
millones. Del total de hogares con jefatura femenina en 2008, 2.4 millones experimentan
algún nivel de pobreza; en otros términos, el número total de hogares en pobreza con
jefatura femenina es casi equivalente al incremento en la
cifra total de hogares con jefatura femenina del periodo 2000-2008. Sin embargo, como
señala González de la Rocha (1999), no podemos seguir con la visión de que “las unidades
domésticas encabezadas por mujeres contribuye a la creencia de que éstas generan
pobreza; en lugar de verlas como un resultado de ella…”.
Asimismo, en el año 2000 se contabilizaron cerca de 622 mil hogares con jefatura femenina
en pobreza alimentaria, cifra que en 2008 ascendió a 856 mil, en tanto que los hogares con
pobreza de capacidades pasaron de 923 mil a 1.2 millones y, finalmente, el número de
hogares en pobreza patrimonial en 2000 era de 1.7 millones y para 2008 ascendió a 2.4
millones. Además, puede observarse en la misma gráfica 3 que los descensos relativos son
menores en el caso de los hogares con jefatura femenina en comparación con los de
jefatura masculina.
Es posible afirmar que la pobreza en su expresión por género afecta mucho más a las
mujeres, igual que acontece en otros ámbitos socioeconómicos (los mercados de trabajo) y
de la vida cotidiana (la familia), lo cual contribuye a que para las mujeres y para quienes
dependen de ellas se presenten con mayor frecuencia situaciones de privación y pobreza.
El análisis de los datos por tipo de localidad de residencia permite distinguir algunas
particularidades en la pobreza de los hogares. La reducción del porcentaje de hogares en
pobreza alimentaria entre 2000 y 2008 fue más amplia en el ámbito rural que en las
localidades mixtas y urbanas, con diferencias porcentuales marcadas en relación con el
sexo del jefe del hogar. Se observa que en las localidades urbanas los hogares en pobreza
104
alimentaria con jefatura femenina presentan un pequeño incremento porcentual, mientras
que el porcentaje de hogares con jefatura masculina del mismo tipo se reduce.
105
femenina. No obstante, debe llamar la atención que incluso con los dos padres como
corresidentes, en el caso de los hogares nucleares biparentales, la situación de pobreza
alcanza a 5.5 millones de hogares, magnitud que se eleva a 7.2 millones si se adicionan los
hogares biparentales extensos.
Cuadro 4. Distribución porcentual de los hogares pobres1 por tipo de hogar según sexo del jefe,
2008
Tipo de hogar % de Total Sexo del jefe Total Sexo del jefe
hogares hombres mujeres Hombres mujeres
pobres
respecto
al total
de
hogares
106
Cuadro 1. Edad a la que las mujeres en edad fértil experimentan transiciones
seleccionadas, por cuartiles, 1992- 2009
Cuartil Primera relación Primera unión Primer hijo nacido Primer uso de
sexual vivo métodos
anticonceptivos
1992
1997
25 n.d. 16.8 18.0 19.7
50 n.d. 19.0 20.2 22.6
75 n.d. 21.9 23.3 26.3
2006
2009
25 16.0 17.2 18.2 17.9
50 17.8 19.6 20.5 21.7
75 20.2 22.9 23.8 27.0
_________________________________________________________________
Fuente: Estimaciones del CONAPO en base a la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 1992, 1997,
2006 y 2009.
Cuadro 2. Porcentaje de mujeres en edad fértil por grupos de edad según uso de métodos
anticonceptivos en la primera relación sexual, 2009
107
Fuente: Estimaciones del Consejo Nacional de Población con base en la ENADID2009.
Bloque II
108
La educación primaria
Retos, dilemas y propuestas
Susanna Aránega, Joan Doménech
109
Cambios en la cultura y en los modelos de comportamiento de la infancia y la
juventud
Es de una gran obviedad que lo descrito hasta ahora también a las características y el
comportamiento de los niño y niñas de estas edades. Pero ¿hasta qué punto los
alumnos de ahora son diferentes de los de los de veinte años atrás? ¿Se mueven por
otros intereses o tienen perspectivas diferentes?
A menudo, se oye opinar entre el profesor que los alumnos han cambiado mucho en los
últimos tiempos, en aspectos como la pérdida de interés por sus estudios, la existencia
de simpatías manifiestas por las cuestiones relacionadas con el mundo del ocio y los
medios audiovisuales, la falta de apoyo por parte de las familias o la defensa
corporativa de los hijos con relación a sus conductas.
Seguramente faltan estudios comparativos de estas realidades cambiantes que nos dan
más pistas sobre las variaciones en el comportamiento y las expectativas del alumnado
de las escuelas de primaria. A menudo, los tópicos que el profesorado o las familias
utilizan al hablar de situaciones pasadas no ayudan mucho a tener elementos claros
para orientarse en la actualidad.
Los alumnos utilizan cada vez más la tecnología –ordenadores, videojuegos, aparatos
electrónicos que dominan a la perfección, etc. –, tienen acceso directo a los medios de
comunicación de mesa, viven en familias diferenciadas entre sí, tienen un nivel de vida
superior, en términos generales, al que vivieron sus padres, etc.
Se observa un porcentaje de alumnos con una actitud negativa respecto a la escuela y
a su propia educación que no por minoritaria nos debe dejar de preocupar. Aunque los
datos generales tampoco nos deben alarmar.
En un estudio efectuado en los años noventa (Pérez y otros, 1993. P. 147) sobre los
valores de los niños españoles, concretamente en el apartado referido a la escuela, las
conclusiones se expresan mayoritariamente en valoraciones positivas con relación a lo
siguiente:
110
de un pequeño porcentaje de alumnos que opinan negativamente sobre los diferentes
aspectos escolares nos debe hacer reflexionar sobre las actuaciones y acciones que se
realizan en la enseñanza primaria. En la encuesta realizada hay un 14% de respuestas
negativas (en desacuerdo o muy en desacuerdo) a la pregunta “¿me gusta la
escuela?”. Al margen de una inmensa mayoría que supone el 86% restante (del que el
22% se muestra indiferente) este porcentaje sigue siendo preocupante.
A pesar de todo, y de la ausencia de estudios comparativos nos atrevemos a pensar
que la situación en nuestro país no es tan diferente de la de veinte años atrás, a pesar
de que las nuevas generaciones hayan aumentado el nivel cultural y, por lo tanto,
valoren más positivamente el estudio, sobre todo referido a la población femenina.
¿Qué elementos observamos en la actualidad que nos aportan una perspectiva
diferente del alumnado de la escuela?
Nuevos valores que tienden a homogeneizar conductas. El impacto que
tienen los nuevos valores en la población más joven: los gustos culturales,
emitidos a través de los cómics, de los dibujos animados, de las películas y
series televisivas, están introduciendo nuevos valores en los hábitos de
comportamiento del alumnado. Las nuevas formas y estilos de vida que se
comunican diariamente a través de los medios audiovisuales ayudan a crear
una cultura que, a menudo, se pone a lo que se quiere transmitir desde la
escuela. No solamente se dan estos cambios sino que la tendencia
homogeneizadora que produce los nuevos gustos convierten en irrelevantes
las diferencias de una zona a otra, sean urbanas o rurales, disminuyendo la
riqueza que puede suponer esta diversidad.
Pérdida de valor del rol de la escuela. A pesar de los datos que dábamos,
tradicionalmente existía una relación directa entre tres aspectos:
escolarización, titulación y trabajo. Era sabio que cuando se cursaba unos
determinados estudios se obtenía un título que permitía acceder, con más o
menos facilidad, a una profesión que podía durar toda la vida activa de la
persona. Esta relación ha entrado en crisis y ha producido, no solamente entre
el alumnado, sino también en la población adulta, una desvalorización del
papel y la utilidad de la escuela. No de forma definitiva y mayoritaria pero si
como una tendencia observable.
Nuevos lenguajes y respuesta pobre por parte dela escuela. El mundo actual
está dominado por nuevos lenguajes que, aunque en su gran mayoría tienen
grandes referencias en el lenguaje escrito, cada vez más se manifiestan con
nuevas expresiones plásticas, visuales, iconográficas, multimedia, etc.
Mientras tanto la, la cultura escrita aún es la dominante en la escuela. Tampoco es
nuestra intención convertir las clases a partir de ahora en videoclips. Pero hay que
preguntarse hasta qué punto el analfabetismo funcional actual se debe más a la
incapacidad de comprender los nuevos lenguajes presentes en la sociedad que a los
déficit en el aprendizaje de la lectura y la expresión y comprensión escrita.
111
Observamos también de forma generaliza:
Una tendencia general a sobreproteger a los niños y niñas. Quizás como
consecuencia de la desatención de las familias en relación con su educación,
aparece una tendencia que pone nuevamente sobre la mesa la necesidad de
que familia y escuela lleguen a acuerdos ante a esta nueva situación.
Un exceso de estímulos relacionados con el consumo que condiciona a
menudo las referencias del conjunto del alumno.
Una autonomía de funcionamiento cada vez mayor del mundo infantil con
respecto al adulto.
En un contexto en el que la institución escolar es el punto de mira de muchas críticas, el
rechazo de sectores de alumnos que no aceptan las reglas del juego o el mismo
sistema, junto a grupos minoritarios de familias –e incluso de profesionales– que
comienzan a oponerse a esta obligatoriedad, parece que ponga en peligro y en crisis el
modelo escolar. En esta situación, es imprescindible dar respuestas a un conjunto de
aspectos como son:
La implicación del alumno en un espacio en el cual está más obligado que
motivado, en el contexto en el cual la escuela debe compartir con otros medios
más poderosos desde el punto de vista mediático, cultura y visual.
Una relación diferente a la que existía hace unos años y en la que el
autoritarismo ha caducado y todavía no ha sido sustituido de forma
generalizada por una relación jerárquica pero positiva entre el adulto y el niño.
Este se da también en el ámbito familiar y tiene consecuencias en todos los
niveles educativos.
La credibilidad autorizada socialmente que significa “lo ha dicho el maestro”
para ser sustituida por “ha salido en la televisión” y sectores importantes de
padres y madres defienden más las posturas y opiniones de sus hijos o hijas
que los de la institución escolar. Hay una cierta desvalorización del
conocimiento académico y por lo tanto una necesidad de revalidarlo.
La necesidad de recomponer la oferta que la escuela hace a los jóvenes, que
tienen un mundo de incertidumbres ante sí, con dificultades en las
perspectivas laborales, educativas, sociales, etc.
112
conquistas sociales, y también de las necesidades del sistema productivo. En España
se ha efectuado con retraso respecto al resto de países de nuestro entorno más
inmediato, pero con una relación muy estrecha entre las sucesivas etapas
democratizadoras del Estado y el desarrollo de nuevos pasos para hacer posible este
derecho a la escolarización. Véase como ejemplo la coincidencia en el tiempo de la
democratización de los ayuntamientos (1979) y la escolarización plena de los niños de
cuatro y cinco años en la red pública, o la entrada del partido socialista en el gobierno
con la promulgación de la LODE3 y la LOGSE, dos leyes que intentan modernizar y
actualizar el sistema educativo.
La atención a la diversidad se convierte en el aspecto clave del trabajo que hay que
llevar acabo. Es evidente que los cambios en la composición del alumnado no han sido
tan grandes como en la ESO y las antiguas enseñanzas medias. Antes ya existía una
gran diversidad de alumnos en la primaria, dado que se había escolarizado al 100% del
alumnado de estas edades (6-14 años). Sin embargo, la necesidad de asegurar que
todos los alumnos adquieran unas capacidades y unos conocimientos básicos en el
proceso educativo que acabara a los dieciséis años ha hecho que la atención al
alumnado se convierta en un atención en todas sus dimensiones. La continua llegada a
nuestras escuelas de alumnado que proviene de otros países, culturas y religiones ha
influido enormemente en la aparición de nuevas formas de diversidad y ha agudizado la
necesidad de tenerlas en cuenta, sobre todo en una etapa como la primaria, en la que
los esfuerzos de integración suelen ser más productivos.
113
La pregunta que nos hacemos es hasta qué punto la escuela puede dar respuesta a
estas demandas de la sociedad. La escuela puede trabajar con esta diversidad
creciente de manera que sea una gran oportunidad deportiva para el conjunto del
alumnado y no se convierta en una desigualdad.
Se opte por la opinión que sea, la obligación consiste en escolarizar a todos, ante una
gran diversidad de interés, capacidades y origen de los alumnos, ofreciendo un
curriculum comprensivo, es decir, común, que asegure que al final de la etapa cada
persona obtenga los aprendizajes básicos que le permitan incorporarse plenamente a
la sociedad.
La confianza que las sociedades depositan en la escuela para que resuelva algunos
delos problemas planteados o para dar respuesta a sus necesidades se complementa
de forma contradictoria con la existencia cada vez más extendida de nuevas
instituciones, proyectos iniciativas concretas y nuevos campos de actuación con
carácter educativo que forma parte de lo que llamamos la educación no formal.
En este campo nos encontramos tanto con la educación del ocio como con aspectos
relacionados con la educación o formación permanente. Se trata de iniciativas de
carácter más puntual que ejercen un atarea de suplencia o de complemento de lo k se
hace desde la escuela. A veces, incluso pueden construir una injerencia directa en el
sistema educativo reglado.
Suponen una respuesta a las necesidades actuales del mundo del trabajo en el que hay
una gran movilidad, flexibilidad e innovación constante, y contribuye a que las personas
sigan preparadas para aquellas cosas que han de saber y puedan así mejorar su
calidad de vida.
114
Además de mantener la gente al día, estos más flexibles compensan las deficiencias del
sistema de enseñanza formal que se anquilosa al no poder adaptarse rápidamente a las
necesidades en continua evolución. (Coombs. 1973, p. 206)
Hay quien podría pensar que, con la configuración de estas nuevas instancias que
educan, la escuela pierde terreno. Además, la crisis de los servicios públicos y el hecho
de que algunos gobiernos pongan en duda las grandes inversiones educativas desde
el punto de vista de su rentabilidad provocan una nueva crisis en la institución escolar, y
se puede llegar a discutir su utilidad y necesidad en la sociedad actual.
Por lo que respeta a cada etapa, hay que buscar espacios de colaboración que ayuden
a consensuar objetivos y finalidades en vías paralelas, ya que las iniciativas se dirigen a
un mismo sector de la población. Por otro lado, es necesaria una coordinación que
suponga un reparto provisional y una potenciación mutua y efectiva de las tareas que
hay que realizar, más que una lucha en el mercado o en el planteamiento incorrecto de
unos objetos cuyos perjudicadores serían, naturalmente, los alumnos.
En este sentido vale la pena impulsar acuerdos respecto al tipo de actividades que se
potencian desde cada instancia, la forma y la no formal, respetando su autonomía;
tomando medidas para que estos nuevos espacios educativos no contribuyan a crear,
consolidar o aumentar nuevas desigualdades entre el alumnado de estas edades.
115
proyectos e iniciativas territoriales comunes. De todo ello hablaremos en el capítulo 6:
“los agentes educativos”.
Por un lado, tenemos unos sectores que esperan que la escuela resuelva total o
parcialmente muchos de los problemas que la sociedad tiene plateados. Lo hacen
desde una posición que sobredimensiona las capacidades de la escuela y que no tiene
en cuenta que no hay que asumir las responsabilidades que corresponden a otras
instancias de la sociedad. Otros confían excesivamente en su capacidad
transformadora y critica. En el polo opuesto, nos encontramos con sectores que confían
la función profesionalizadora a sus propios ámbitos de formación, fuera de los campos
más formales. Por esta razón el campo de la educación permanente ha tenido una
evolución espectacular y escapa, en estos momentos, a una regulación homologable al
sistema educativo formal.
116
recomposición, debido precisamente a los cambios profundos y rápidos de la misma
sociedad.
Pero en este contexto es evidente que el proyecto social que supone la escuela, en
general, y la escuela pública de primaria en particular, es un proyecto absolutamente
vigente. Las palabras finales del libro de Neil Postman (1999, p. 219) insisten en ello al
considerar que, a pesar de todas las crisis, está por inventar “un medio mejor para abrir
a los jóvenes el mundo del aprendizaje”.
Carlo Cipolla, en una pequeña obra, síntesis de la historia de la educación en los países
occidentales, resume muy bien que se esperaba de la escuela en los siglos XVI, XVII y
XVIII, una época en la cual a los maestros, en algunos lugares, no se les pedía ni que
supieran leer, ya que su tarea fundamental era enseñar “catequesis” y “guardar” a los
niños, en el caso de que no tuviesen edad para trabajar. A finales del siglo XVIII es
corriente una afirmación como la siguiente:
El bien de la sociedad exige que los conocimientos de la gente no vayan más
lejos de cuanto es necesario para su propia ocupación cotidiana. Todo hombre
que mire más lejos de su rutina diaria no sería capaz de continuar pacientemente
y atentamente esta rutina. Entre el pueblo bajo es necesario que sepan leer y
escribir solo los que tienen oficios que requieran esta pericia. (Cipolla, 1970, p.
79).
Pero para llegar a hacer posible esta situación fue necesario desarrollar dos principios:
117
1. Frente al determinismo bilógico, los avances en las ciencias de la educación
nos demostraron que todos pueden ser educados. Y este principio tuvo
consecuencias evidentes en el papel, la función y el trabajo de los profesionales de
la enseñanza que, lejos de seleccionar de entrada las posibilidades de los alumnos
según su punto de partida, deberían ser capaces de descubrir y potenciar todo lo
que cada uno puede dar de sí. Esta es la esencia del principio que la educación
debe legar a todo el mundo. Todos pueden ser educados, es decir, todos, a partir
de su propio bagaje cultural y social, pueden progresar adecuadamente en su
función.
Hemos de resaltar, para acabar, el valor que la sociedad actual ha dado a la educación
como instrumento que, en manos de las personas, permite convertir la información, hoy
un elemento clave de nuestra sociedad, en conocimiento.
En el ya citado informe Delors (p. 76) se mencionan los cuatro aspectos fundamentales
en relación con la escuela: Aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la
compresión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a
vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas;
y por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres
anteriores.
Gimeno Sacristán (2000, p. 19), por su parte, resume en cinco puntos este proyecto
social que ha significado la escuela obligatoria para nuestras sociedades. A
continuación anunciamos y comentamos cada uno de ellos.
118
Estas aspiraciones democráticas se han a poyado en la idea que todo el mundo tiene el
derecho a disponer de la educación como medio para una integración plena y un
ejercicio del resto de derechos políticos, sociales y humanos. Si todos no pueden
acceder a cualquier lugar de la sociedad debido a sus diferencias educativas, la
desigualdad entre las personas continuara siendo un déficit que habrá que resolver. De
ahí la importancia del ejercicio a escala educativa de los principios de la democracia,
como recurso y objetivo de la escuela elemental. La participación y la implicación se
aprende también en la escuela yes seguramente este el lugar idóneo para realizar
dicho aprendizaje y que se haga de forma igualitaria entre todo el alumnado.
Precisamente la concepción global del papel y las funciones de la escuela enlaza con
la tarea que hay que realizar de trabajar las diversas inteligencias que cada alumno
puede llegar a desarrollar. La preocupación académica de algunos legisladores,
administradores y profesionales de la enseñanza a de dar paso a una visión mucho
más general de lo k se puede desarrollar en cada uno de nuestros alumnos.
119
los contenidos que se trabajan en la enseñanza obligatoria. Y en el contexto educativo
general, esta formación básica que ha de garantizar las primeras etapas de la
formación del alumno tiene una especial importancia, aunque no exista una relación
directa entre aquello que se aprende hasta los dieciséis años y la incorporación al
mundo laboral.
120
Los efectos del aumento de oportunidades en las vidas de las mujeres no han sido
uniformes, no solo han tenido diferencias en sus responsabilidades como madres en la
educación, en la casa en la escuela, también las han experimentado como mujeres en
los puestos de trabajo y en las familias, asi como en su propia educación. Aunque el
argumento original para la educación de las mujeres era que ellas, debidamente
educadas, formarían <<ciudadanos aptos para el estado>> últimamente este ha sido
revisado.
121
necesitan ayudas, necesitan política educativa adecuadas para subsanar estas
dificultades, políticas de igualdad, recursos suficientes para poder sobrevivir, para poder
implicarse tanto en su propia educación como en la de las pequeñas.
¿Son consientes los profesionales de la educación de que tiene este alumnado? ¿Son
conscientes de que todas las mujeres, por hecho de ser mujeres, son susceptibles de
malos tratos y que muchas trabajan como maestras? Ser consciente que esto es un
hecho real me hace reconceptualizar el pensamiento sobre la participación e
implicación de las mujeres en la educación no solamente porque tengan que vivir con la
amenaza constante, sino por la falta de opciones sociales y económicas para poder
salir de esas situaciones. En ocasiones cotidianas no es necesario que el marido ejerza
la dominación, es la propia mujer, por los efectos de la educación recibida e
interiorizada, la que rechaza cualquier preparación o conocimiento, censurándose ella
misma y sometiéndose voluntariamente.
Un dato importante a tener en cuenta es la cantidad de mujeres que una vez separadas
o divorciadas se acercan a la educación buscando la preparación necesaria para
mejorar su nivel de vida.
Hay pocos estudios que demuestren que la influencia de la educación de las mujeres
es la causante de los divorcios y separaciones, pero si los hay que demuestran que la
alta preparación de las mujeres modifican o cambia el modelo familiar.
122
Hoy entre las mujeres con una alta preparación se dan parejas con una media de dos
hijos, la mujer alterna el trabajo domestico (cuidado de la familia, adquisición de bienes
y servicios, planificación de la vida domestica, limpieza…) con un trabajo remunerado, y
trata de implicar al compañero, tanto en la educación real de los hijos como en las
tareas domesticas. Se da también frecuentemente, la familia monomarental, la mujer
que decide tener sus hijos y responsabilizarse sola, tanto del mantenimiento como de
la educación, pero teniendo claro que el fin de su vida no es solamente la familia. Por el
contrario, otros grupos de mujeres con menor preparación normalmente, mantienen un
concepto tradicional de la familia, de su papel en el matrimonio y su función maternal,
aunque muchas de ellas tengan la necesidad o el deseo de trabajar fuera.
Esta nueva situación afecta a la vida de las familias y a la implicación de las madres en
la educación de sus hijos e hijas. Por otro lado participan como alumnas en los centros
donde estudian, por otro lado, al adquirir mayor formación, se responsabilizan más
conscientemente en las de sus hijas e hijos.
Sin embargo, lo más importante del caso es que ninguna madre tuvo problemas con los
hijos e hijas veían muy bien que sus madres estudiaran, pensaban que la mejor
123
formación de sus madres era beneficiosa para ellos y para sus madres. Ellos se
beneficiarían tanto del mejor ambiente de estudio de su casa, como de la posible ayuda
que les podrían prestar tanto en la escuela como en casa, así como las mejorasen el
mercado laboral que redundarían en un mejor nivel económico para la familia. Pero la
mayor dificultad estaba, a corto plazo, en cómo organizar la vida familiar para poder
hacer frente a tantas responsabilidades. Unas mejoras futuras equivalían a un sacrificio
presente David, Edwars, Hughes, Ribbens (1993).
Las expectativas abiertas por la educación en las vidas de las mujeres, niñas y jóvenes,
les ha hecho cambiar su concepción familiar; por lo que se da un gran número de
mujeres que conviven en parejas sin casarse, y posponiéndolo a la maternidad.
Piensan que son más libres manteniendo su independencia económica, sienten
rechazo a la institución tradicional de la familia, que les ha hecho tener actitudes muy
negativas hacia la dominación de los hombres, incluso haciendo frente a las posibles
discriminaciones. Por el contrario, a estos, el matrimonio les da seguridad y una vez
casados sienten que la mujer es un objeto de su propiedad con el que pueden hacer lo
que quieran: lo mismo las visten de pieles que les queman la piel. Sin embargo, la
educación transmitida a las mujeres es interiorizada por estas y puestas de manifiesto
en todas las estructuras sociales, hace que muchas se consideren vacías sin un
hombre y prefieren someterse y considerarse ellas mismas como objeto. También es
cierto que debido a la estructura social y económica, mujeres que han tratado de vivir
su vida independiente, cuando se quedan embarazadas, se plantean el matrimonio
como la única forma de regular su situación, o en último extremo el aborto.
A pesar de los cambios producidos en las tres últimas décadas, respecto a la igualdad
de oportunidades en la educación de la mujeres/madres, hay que analizar el alto
porcentaje de jóvenes que a los 16 años dejan la educación. Algunas pasan a formar
parte de la población desempleada a efectos del mercado de trabajo, pero sin embargo
no se mantienen ociosas si no que pasan a realizar los trabajos tradiciones asignados
por el androcentrismo a las mujeres: el mantenimiento de la vida familiar, el cuidado de
niños y niñas, de los ancianos, los enfermos, el servicio domestico, el cuidado de los
124
hogares de otras personas, la economía sumergida, etc. Sin embargo, para recuperar a
estas chicas/chicos, se han potenciado planes alternativos, en todos los países
industrializados, para mantenerlos en diferentes sistemas educativos como por ejemplo
proyectos específicos para enseñarles oficios según sus habilidades, para que puedan
acceder al mercado de trabajo y puedan permanecer en él.
125
“Influencias de la escuela
y la comunidad en el desarrollo humano”
Jaquelynne S. Eccles
Universidad de Michigan
Robert W. Roeser
Universidad de Stanford
Introducción
En 1979, Bronfenbrenner publicó el primero de una serie de documentos en los que
manifestaba la necesidad de que la psicología del desarrollo abordara el estudio del
desarrollo humano desde un punto de vista contextual más amplio. En dichas
publicaciones recalcó que los humanos se desarrollan dentro de un conjunto de
contextos fijos de gran influencia, que comienzan con su propia composición biológica y
terminan con los contextos político-históricos en los cuales nacen y se crían. También
insistió en que no podemos comprender el desarrollo infantil sin entender las fuerzas
que operan en cada contexto. Aunque es cierto que los niños reciben una influencia
más directa de la interacción inmediata, frente a frente con otros seres humanos,
particularmente con sus padres, compañeros y maestros, dichas interacciones están
conformadas y moldeadas por fuerzas dentro de un contexto social más amplio. Por
ejemplo, las experiencias que tienen en el centro de trabajo afectan la salud mental y
los recursos económicos de los padres, lo que, a su vez, incide en sus conductas como
padres. De manera similar, los barrios conforman los tipos de oportunidades y riesgos a
los que los niños están expuestos cuando salen de casa e influyen en las prácticas de
los padres cuando éstos adaptan sus conductas de acuerdo con el entorno que existe
fuera del hogar. Finalmente, las escuelas son instituciones complejas, con múltiples
elementos que influyen de diversas maneras en el desarrollo de los niños, y que van
desde incidir sobre los patrones de interacción maestro-alumno hasta las maneras en
que involucran o no a los padres.
A partir de 1979 ha habido un interés creciente en las influencias que los ambientes
extrafamiliares tienen sobre el desarrollo humano. Los investigadores han empezado a
observar diversos contextos, incluyendo el barrio, la comunidad y la escuela, así como
las fuerzas culturales, históricas, políticas y sociales más amplias. En este capítulo nos
enfocamos en dos de esos contextos: las escuelas y las comunidades. Los niños y los
adolescentes pasan gran parte de sus horas de vigilia en la escuela o en los entornos
ligados a la comunidad (iglesias, campos de juego y calles del barrio), y esto aumenta a
medida que crecen. Aunque tales entornos extrafamiliares proporcionan oportunidades
y riesgos para el desarrollo, asombrosamente reciben poca atención en las
investigaciones de psicólogos especializados en desarrollo. La mayor parte del trabajo
existente lo han realizado psicólogos y sociólogos educativos. En esta propuesta
revisamos los resultados obtenidos por todas esas disciplinas, con la esperanza de
estimular a la nueva generación de psicólogos del desarrollo para que investiguen más
sobre dichas influencias.
126
Las escuelas ocupan un lugar central en la agenda sobre desarrollo infantil de casi
todas las naciones, y son el mayor contexto extrafamiliar organizado y continuo para
niños y adolescentes: desde el momento en que entran por primera vez a la escuela
hasta que completan su educación formal, pasan más tiempo en las escuelas que en
ningún otro lugar fuera de sus casas. En consecuencia, las instituciones educativas
desempeñan un rol central promoviendo la adquisición de conocimientos y dando forma
a las maneras en que los niños aprenden a regular sus emociones, su atención y su
conducta. Explorar todas las formas posibles en que las instituciones educativas
influyen en el desarrollo va más allá de la esfera de este breve trabajo, aquí nos
enfocamos a los diversos modos en que las escuelas promueven el desarrollo
adecuado o refuerzan las dificultades del desarrollo. Primero, describimos la escuela
como un contexto de múltiples niveles que influye en el desarrollo socioemocional y
conductual de los niños a través de procesos organizacionales, de enseñanza y
sociales que operan también en distintos niveles. Dichos niveles abarcan desde la
relación inmediata, próxima, entre los alumnos y las tareas que se les pide realizar,
hasta el rol del director y la junta escolar al establecer políticas a nivel de la escuela
que, a su vez, influyen en la organización social de la comunidad escolar entera.
Después analizamos con más profundidad dos ejemplos de cómo esas influencias de
niveles múltiples trabajan conjuntamente para estimular el desarrollo a través de su
efecto sobre las experiencias diarias de los niños y adolescentes a medida que entran y
pasan por el sistema escolar. El primer ejemplo se enfoca en la transición a la escuela
primaria, el segundo, en la transición de la escuela primaria a la secundaria.
El interés de la psicología del desarrollo en las influencias del barrio y la comunidad es
aún más reciente que su interés en las escuelas. Hace 10 años era difícil encontrar un
artículo acerca de las influencias del barrio en cualquiera de las principales revistas de
psicología del desarrollo. Aunque tales artículos todavía son poco usuales, se ha dado
un aumento dramático en la frecuencia de su aparición durante los últimos años. Gran
parte de este aumento refleja una creciente preocupación respecto a los niños que
crecen en la pobreza. En 1987, el sociólogo William Julius Wilson publicó un libro que
podía influir mucho: The Truly Disadvantaged [Los que verdaderamente están en
desventaja], que ponía de relieve el rol potencial de los efectos del barrio en el
desarrollo humano. A partir de entonces, varios equipos interdisciplinarios de
investigadores (véase, v. g., los trabajos resumidos por Brooks-Gunn, Duncan y Aber,
1977a, 1977b) iniciaron proyectos a gran escala para estudiar el impacto de las fuerzas
del barrio y la comunidad en el desarrollo humano. Más adelante resumimos los
resultados iníciales de este nuevo trabajo.
Terminamos analizando cómo afectan la comunidad y la escuela el desarrollo a través
de su influencia en los grupos de compañeros y en las oportunidades de participación
en actividades organizadas. Las escuelas y las comunidades tienen amplia influencia
en la naturaleza de los compañeros con los cuales pasan la mayor parte del tiempo los
individuos, y también estructuran la naturaleza de esas interacciones por medio de
prácticas de agrupación y enseñanza. Iniciamos trabajando sobre estas influencias;
después sintetizamos la influencia indirecta que ejercen las escuelas y comunidades en
127
la participación de niños y adolescentes en actividades relacionadas con la comunidad
y en actividades extracurriculares después de las horas de clase. Niños y adolescentes
pasan mucho tiempo fuera de la escuela y a medida que crecen, gran parte de ese
tiempo lo pasan fuera de la casa, ¿es importante lo que hacen durante ese tiempo?
¿Influye en el desarrollo socioemocional la participación en actividades organizadas,
como los deportes en equipo, el trabajo voluntario o las actividades relacionadas con la
fe? Al final del trabajo, resumimos la investigación relacionada con estas preguntas.
Las escuelas y el desarrollo humano
A pesar del reconocimiento creciente del rol crítico que las escuelas desempeñan en el
desarrollo social y cognitivo, nuestra comprensión del impacto del contexto, ya sea del
aula o de la escuela como un todo, es mínima. Recientemente, los investigadores
interesados en las escuelas han observado más allá del campo intelectual para
examinar cómo las experiencias en las aulas y las escuelas influyen en los
sentimientos, las creencias acerca de la identidad y las elecciones conductuales de los
niños (Rutter, 1983). En su mayoría, los investigadores del desarrollo se enfocan a la
familia y a los grupos de compañeros más que en las escuelas; en contraste, los
investigadores de la educación se enfocan al impacto de las escuelas en los resultados
intelectuales más que en los socioemocionales (Eccles, Lord y Roeser, 1996). Aunque
hay excepciones importantes en esta caracterización, la constante falta de colaboración
interdisciplinaria entre los investigadores interesados en los efectos de la escuela sobre
los niños ha sido señalada por varios estudiosos (Eccles et al., 1997; Finn, 1989;
Speece y Keogh, 1996). En vez de ello, los investigadores educativos, y los dedicados
a la psicología, la psiquiatría y la sociología han trabajado de manera independiente y
usado enfoques diversos para estudiar cómo influyen las escuelas en el desarrollo (v.
g., Erickson, 1959; véase Brophy y Good, 1974; Eccles, Wigfield y Sáciemele, 1997;
Lee, Bryce y Smith, 1993; Rutter, 1983). Tal diversidad ha dificultado poder comparar
los descubrimientos y estructurar de forma integral los conocimientos obtenidos acerca
de los efectos de la escuela. En la siguiente sección repasamos brevemente las cinco
corrientes principales de esos esfuerzos de investigación y después presentamos una
perspectiva más integrada de los efectos de la escuela, entendiéndola como
organización compleja con múltiples niveles que interactúan y constituyen posibles
influencias en el desarrollo infantil.
Las cinco principales corrientes de investigación sobre la influencia de la escuela
Recursos y estructura a nivel escuela. Los primeros estudios de las escuelas se
enfocaron principalmente en características objetivas: su tamaño, las proporciones
maestro-alumnos, el número de libros en la biblioteca y los gastos por alumno (Barker y
Gunn, 1964). El tamaño surgió como una de las más importantes de estas
características estructurales: los niños y sus maestros obtuvieron mejores puntuaciones
en una amplia variedad de indicadores del desarrollo exitoso si estaban en escuelas
pequeñas, en comparación de los que iban a escuelas grandes. Por lo demás, se
128
dieron pocas relaciones constantes entre las características estructurales de la escuela
y el rendimiento de los alumnos (Rutter, Maguan, Mortiño y Houston, 1979).
Recientemente este trabajo fue criticado en varios terrenos: su naturaleza a teórica; la
poca correspondencia entre las variables en los resultados con los contenidos que se
enseñaron en realidad; el enfoque relativamente exclusivo en las variables
demográficas y económicas, y la exclusión de los factores asociados con la vida y la
cultura internas de la escuela (Rutter et al., 1979). Así como Bronfenbrenner (1997)
recalcó la necesidad de ir más allá de los factores sociales de las familias (v. g., raza,
estatus socioeconómico) para examinar cómo los diferentes procesos familiares
impactan el desarrollo, del mismo modo los que realizan investigación sobre las
escuelas recalcan la necesidad de ir más allá de las características económicas y
demográficas de las mismas, para examinar los procesos sociales, de organización y
enseñanza que se dan dentro de las escuelas y pueden tener impacto en el desarrollo.
Las escuelas como organizaciones sociales. Un segundo grupo de investigadores se
enfocó en la vida interna de la escuela como organización social: sus valores, normas,
actividades y rutinas diarias. Más que examinar la relación entre los factores
demográficos y económicos con los resultados del rendimiento, examinaron los
procesos mediadores organizacionales y sociales adoptados por los maestros, los
directores y el personal de la escuela. Con frecuencia, las escuelas estudiadas eran las
que tenían la reputación de ser muy buenas o en extremo malas. Alternativamente,
hicieron estudios intensivos de los cambios a nivel escuela realizados para cambiar el
ambiente de la institución (v. g., Brookover, Brady, Flor, Schweitzer y Wisenbaker,
1979). Usando esas estrategias demostraron las ventajas de los siguientes tipos de
procesos relacionados con el ambiente escolar: características organizacionales de la
escuela: liderazgo fuerte, oportunidad para todos los niños de participar en actividades
escolares y normas estrictas y claras relacionadas con el orden y la disciplina;
características socioculturales: sentido de comunidad entre los maestros, alumnos y el
personal, además de expectativas positivas de los maestros; características de
instrucción tales como una presión en el rendimiento y un énfasis en metas claras
(véase Eccles et al., 1997; Lee et al., 1933, para artículos).
Prácticas de en el nivel de aula relacionadas con los resultados académicos. Un tercer
grupo de investigadores estudió las prácticas del aula que ponen de relieve los
resultados académicos, particularmente para los niños que tienen diferencias los
niveles de habilidad o en los orígenes socioeconómicos y étnicos. De acuerdo con
Brophy (1988), está línea de investigación demostró que “el rendimiento se maximiza
cuando los maestros: (1) enfatizan la instrucción como básica para su rol, (2) esperan
que los alumnos dominen currículum y (3) asignan la mayor parte del tiempo disponible
de las actividades académicas”. (p. 240). Está línea de investigación también
documentó la importancia de que los maestros hagan reglas claras y coherentes y se
las expliquen a los alumnos al principio del año; la estructuración de lecciones
académicas para enfatizar las ideas principales que son consecutivas; las
disposiciones de instrucción para el repaso y la reflexión, y la supervisión activa del
129
progreso de los alumnos. Las creencias de los maestros acerca de la naturaleza del
aprendizaje, la definición del éxito académico, la esfera de su propio rol como maestro,
y sus creencias acerca de las materias también sugirieron como precursores
importantes de las decisiones de los maestros respecto a la pedagogía de la instrucción
y la prácticas del aula (Calderhead, 1996) .
Nivel escolar e influencias psicológicas en la motivación. Recientemente, los
investigadores han estudiado las influencias en la motivación para el rendimiento de los
niños. Haciendo un paralelo entre los avances para enfoques ecológicos en el
desarrollo humano en general, varias teorías ecológico-evolutivas de la motivación para
el rendimiento surgieron a principios de los 70 (véase Eccles et al., para una reseña
completa). Estos investigadores se enfocaron tanto en las fuerzas psicológicas como en
las de situación.
En el nivel psicológico, estos investigadores se enfocaron a tres conjuntos de
creencias: las creencias relacionas con las expectativas o la eficacia, las creencias
relacionadas con el valor de la tarea y las metas personales. Documentaron, por
ejemplo, la poderosa influencia que tienen las creencias de los niños acerca de la
eficacia y competencia en el dominio exitoso del trabajo académico sobre su
participación en las tareas de aprendizaje y en su rendimiento académico real
(Bandura, 1994; Eccles, 1983). De manera similar, documentaron el hecho de que los
niños salen mejor en aquellas tareas escolares de las que obtienen placer al hacerlas y
que consideran importantes. Finalmente documentaron la influencia de las metas, tanto
de corto como a largo plazo en la participación y el desempeño de los niños en la
escuela. La mayor parte del trabajo sobre las metas de corto plazo se enfocó en las
metas que tienen los alumnos al desempeñar las tareas relacionadas con la escuela.
Por ejemplo, ¿la meta principal del niño al hacer una tarea en particular es demostrar
que es más inteligente o mejor que otros alumnos de la clase o se preocupa más por
aprender lo más que pueda de la terea? En otras palabras, ¿se preocupa más los
alumnos por demostrar su habilidad (o evitar demostrar su falta de habilidad, con
frecuencia etiquetada de meta de habilidad) o por dominar el material (con frecuencia
etiquetada como enfoque de dominio de la terea; v.g., Ames, 1992; Dweck y Eliot,
1983)? Estos tipos de estudios demostraron que los niños que tienen un enfoque de
dominio de la tarea aprenden más de ella y tienden más a persistir después de una
dificultad o fracaso, que los niños que tienen un enfoque de meta de habilidad.
En el nivel de situación/contexto, los investigadores estudiaron el impacto de prácticas
educativas específicas en las creencias y el desempeño de los niños. Formularon
hipótesis en cuanto a que las prácticas educativas en el nivel de aula influyen
indirectamente en el rendimiento por medio de su impacto en las cogniciones y las
creencias relacionadas con el rendimiento. Por ejemplo se encontró que las prácticas
en el aula y en la escuela en general que enfatizan la información relacionada con la
habilidades (v. g., expectativas diferenciales, grupos de habilidades dentro del aula,
evaluación pública, cuadros de honor) exacerbaban las diferencias de las
autopercepciones sobre la competencia entre los alumnos de alto y bajo rendimiento, lo
130
que conducía a autoimágenes peores entre los de bajo rendimiento (ver S. J.
Rosenholtz y Simpson, 1984; Stipek, 1996). Además se encontró que dentro del aula y
en la escuela las prácticas que apoyaban la autonomía de los niños y un sentido de
significación y apoyo social influían en el rendimiento académico por medio de su
influencia positiva en los valores, metas e intereses relacionados con la escuela (Ames,
1992; Eccles, 1983; Connell y Wellborn, 1991; Deci y Ryan, 1985; Moos, 1979). En
contraste, la falta de elección en el aula, las tareas aburridas y el bajo apoyo de los
maestros animaban la motivación y la conducta en la escuela, lo que conducía al
desinterés y deserción (Roeser y Eccles, 1998; Skinner y Belmont, 1993).
Ajuste persona-ambiente. Una quinta línea de investigación se enfocó en el ajuste
entre las oportunidades permitidas en varios contextos sociales y las necesidades y
competencias cambiantes del niño en desarrollo. Los investigadores que hacían ese
trabajo adaptaron las teorías clásicas de ajustes persona-ambiente de funcionamiento
a una perspectiva dinámica sensible al desarrollo de las interacciones del contexto por
persona. Por ejemplo, Hunt (1975) argumentó que mantener una perspectiva de
desarrollo se vuelve muy importante al implementar la correspondencia persona-
ambiente porque un maestro no sólo debe tomar en cuenta las necesidades
contemporáneas de un alumno que requiera en la actualidad sino también ver su
necesidad actual en una estructura en continuo de desarrollo a lo largo del cual el
crecimiento hacia la independencia y a la menor necesidad de la estructura es el
objetivo de largo plazo (p. 221).
Hunt sugirió por lo tanto que los maestros necesitan crear y recrear ambientes de
aprendizaje lo suficientemente desafiantes para encaminar a los niños a lo largo de un
trayecto de desarrollo hacia niveles más altos de madurez cognitiva.
Hay buenas razones para creer que lo apropiado para el desarrollo del medio escolar
cambiante impactará igualmente en el desarrollo socioemocional. Así como Vygotsky
recalcó la necesidad de un andamiaje dentro de la zona de desarrollo cognitivo y
emocional durante los primeros años de la vida (ver Lutz y Sternberg, capítulo 7 de este
volumen), varios investigadores motivacionales han sugerido que un buen ajuste del
contexto escolar a las necesidades y competencias de desarrollo de los alumnos es
necesario para el desarrollo socioemocional y cognitivo óptimo. Eccles y sus colegas
(1993) etiquetaron este tipo de ajuste estadio-ambiente para expresar la idea que hay
una relación entre la convivencia en cuanto al desarrollo de las características de
cualquier contexto social específico y la naturaleza de los resultados del desarrollo
obtenidos en ese contexto. Eccles y sus colegas usaron este enfoque para estudiar los
cambios negativos en la motivación y la conducta en tornos escolares frecuentemente
asociados con la transición al inicio de la preparatoria. Este trabajo se discute más
adelante.
131
importantes, los procesos organizacionales, sociales y de instrucción que tienen lugar
en ella son más importantes para comprender el impacto de las escuelas en el
desarrollo. Segundo: los efectos de la escuela operan en diferentes niveles: el nivel de
la escuela como un todo, en el aula y en el nivel interpersonal. Tercero: las
percepciones que tienen los niños del ambiente escolar predicen con mayor fuerza el
ajuste y la adaptación a sus experiencias escolares, que los indicadores más objetivos
del ambiente tales como las clasificaciones de los observadores (ver Maehr, 1991;
Ryan y Grolnick, 1986; weinstein, 1986). Finalmente, los efectos de la escuela en la
conducta se medían a través de varios procesos psicológicos en el nivel individual.
Estos procesos mediadores incluyen las creencias de los niños relacionadas con el
rendimiento y con sus percepciones del contexto escolar. En la siguiente sección,
entretejemos esos principios.
Lo que falta en esos diferentes estudios es un intento sistemático de tener una
perspectiva holística de las influencias escolares. En general, la investigación descrita
en esta sección se condujo a pedacitos, puesto que cada investigador se enfocó en sus
propios intereses particulares. Las escuelas, sin embargo, son organizaciones
complejas. Las características o decisiones en cualquier nivel específico probablemente
influyan en las características y las prácticas en todos los demás niveles. Por ejemplo,
la decisión de la junta escolar de adoptar estándares de rendimiento más estrictos para
la promoción afectará las prácticas docentes y las interacciones alumno-maestro en
toda la escuela. Si queremos comprender cabalmente el impacto de la escuela en el
desarrollo de los niños y los adultos dentro de ella, necesitamos analizar esos efectos
desde una perspectiva de mayor organización e interacción. Tal perspectiva se resume
en la siguiente sección.
La ecología de la escuela: niveles de organización y procesos reguladores que la
acompañan
La figura 12.1 representa el ambiente escolar como un conjunto de niveles de
organización, jerárquicos e interdependientes. En este modelo, suponemos que (a) las
escuelas son sistemas caracterizados por múltiples niveles de procesos reguladores
Nación, Estado y Distrito Escolar Estructura de Gobernabilidad y Recursos
(organizacionales, sociales y de instrucción en su naturaleza); (b) esos procesos están
interrelacionados a /través
Relaciones Escuela / Hogar de los niveles
Comunidad deComunicación
Relaciones, análisis;y (c) tales procesos se desarrollen o
Participación
cambian a medida que los niños transitan por diferentes niveles escolares (primaria,
Escuelas Ethos Organizacional Estructura y Recursos
secundaria y preparatoria); (e) son esos diferentes procesos los que regulan el
desarrollo
Programascognitivo,
Académicos socioemocionalRedes y conductual de losde niños.
de Pares y disposiciones Aprendizaje
de los Maestros
Sociales
132
Procesos
Organizacio
nales de
Instrucción
Niveles de e
Org. Interperson
ales
Individuo
Tiempo
133
de los alumnos y en su conducta. Los diferentes niveles de organización en el ambiente
escolar están ordenados jerárquicamente partiendo del niño e incluyen la naturaleza y
el diseño de las tareas y la instrucción, la naturaleza y la estructura de las actividades
del aula y grupales, la estructura del aula y el ethos, las relaciones entre escuelas y
otras instituciones en la comunidad local (hogar, organizaciones basadas en la
comunidad), y la localización de la escuela dentro de los sistemas de gobernabilidad
distritales, estatales y nacional.
Supuesto #2. Suponemos también que, en cualquier entorno escolar dado, los procesos
de niveles múltiples descritos en la figura 12.1 están entretejidos entre sí. Las
relaciones entre los diferentes niveles de organización en la escuela pueden ser
complementarios o contradictorios, y pueden influir en los niños directa o
indirectamente. Por ejemplo, un director puede decidir ordenar ciertas técnicas tales
como la enseñanza en cooperación (nivel escolar), que se supone que los maestros
tienen que implementar en el nivel de clase. Si se hace bien, los niños dentro de las
aulas específicas en esa escuela trabajarían en grupos (nivel grupal) en los problemas
conceptuales relativamente complejos para que los que se diseñaron las técnicas
cooperativas (nivel tarea). Una política escolar como esta, bien implementada, podría
conducir indirectamente a incrementos de la autoestima, las relaciones interétnicas y el
rendimiento entre los niños, especialmente de aquellos que tienen debilidad o estatus
bajos (Slavin, 1990). En contraste, si se hace mal, podría resultar en un caos, lo que
conduciría a resultados mucho menos positivos en los niveles de los alumnos.
Supuesto #3. Los procesos asociados con los diferentes niveles escolares que
interactúan dinámicamente entre sí los que influyen en los niños más que los recursos
estáticos o las características del curriculum, los maestros o la escuela. Adicionalmente,
134
la propia concepción del significado y la interpretación escolar con los acontecimientos
que caen los niños dentro del ambiente escolar son los mediadores críticos entre sus
sentimientos, creencias y conducta y las características de la escuela.
Supuesto #4. Finalmente, suponemos que los diferentes procesos relacionados con la
escuela cambian durante el curso del curso del desarrollo de los niños a medida que
éstos progresan en la escuela primaria, la secundaria y la preparatoria. Es decir, no
sólo los niños están desarrollándose, sino que también los está toda la naturaleza de
las escuelas a las cuales asisten. La inclusión de una dimensión temporal a lo largo de
la parte inferior de la figura 12.1 enfatiza este punto. Por ejemplo, Eccles y sus colegas
encontraron que los procesos organizacionales, sociales y de instrucción en las
escuelas cambian a medida que los niños pasan de la primaria a la secundaria (Eccles
et al., 1993). Esos cambios están asociados con disminuciones en las creencias
motivacionales y en la conducta de muchos niños. La comprensión de la interacción de
las diferentes características de la escuela en los niños en diferentes edades del
desarrollo es un componente crítico de la comprensión del rol de la educación en el
desarrollo de los niños (Eccles y Midgley, 1989).
135
experiencias históricas de los grupos tradicionalmente no representados es
particularmente importante. La desconexión de los de la curricula tradicionales de las
experiencias de esos grupos puede explicar la alienación de algunos de los miembros
del grupo respecto del proceso educativo, que a veces resulta en la deserción escolar
(M. Fine, 1991).
Desde una perspectiva de desarrollo, hay evidencias de que la naturaleza del trabajo
académico no cambia en modos que sean concurrentes con la creciente sofisticación
cognitiva, las diversas experiencias de vida y las necesidades de identidad de los niños
y adolescentes a medida que transitan de los años de la primaria a los de secundaria
(Carnegie Council, 1989). Como una indicación de ello, los niños de secundaria
reportan los más altos índices de aburrimiento al hacer las tareas, especialmente el
trabajo pasivo (v. g., escuchar pláticas) y en particular las clases como ciencias
sociales, matemáticas y ciencias (Larson y Richards, 1989). El trabajo académico se
hace menos en vez de más complejo en términos de las demandas cognitivas a medida
que los niños pasan de la escuela primaria a la secundaria (Rounds y Osaki, 1982).
Puede ser que las disminuciones en la motivación de los niños durante la transición a
la secundaria reflejen en parte un trabajo académico que no ofrece desafíos y
significado a las necesidades cognitivas y emocionales de los niños (Eccles y Midgley,
1989).
También hay evidencias de que el contenido del curriculum que se enseña en las
escuelas no se amplía para incorporar temas importantes de salud o sociales que se
vuelven cada vez más destacados a medida que los niños pasan por la pubertad y
tienen que manejar las exploraciones de la identidad asociadas con la adolescencia
(Carnegie Council, 1989). Por ejemplo, en las reflexiones sobre el fracaso de las
escuelas urbanas en Watts, California, parar satisfacer las necesidades de los jóvenes
afroamericanos que con el tiempo se daban de baja, Glasgow (1980) Escribió:
136
Lo que realmente hizo enojar a estos hombres fueron los cortes explícitos e
implícitos de las cosas que eran centrales en su vida. Por ejemplo, el baile, la
música y los modos de comunicación de los negros se veían negativamente y se
caracterizaban como impropios… El mensaje de inferioridad cultural se transmitía
de innumerables maneras, desde corregir el habla abiertamente hasta la omisión
cotidiana de referentes negros y la ausencia de la historia de los negros en el
curriculum… Las escuelas dominadas por los blancos enfatizaban un curriculum de
orientación inglesa y dejaban de lado o más frecuentemente “cortaban” las
contribuciones de los grupos étnicos (pp. 58 y 62).
Aunque las investigaciones en esta área todavía están relativamente dispersas, las
evidencias sugieren que a medida que los niños se desarrollan cognitivamente y tienen
mayor interés en comprender el mundo, y su identidad dentro de ese mundo, las
escuelas con frecuencia dan tareas repetitivas, de bajo nivel, que no son imaginativas
en su contenido y estructura. Tales cambios tienen posibilidades de minar la motivación
en todos los niños así como exacerbar las dificultades motivacionales y conductuales
en los niños que tenía problemas con el trabajo académico en las etapas anteriores de
su desarrollo.
El uso de la instrucción a todo el grupo o por grupos por habilidades dentro del aula
puede resaltar diferencias de habilidades y conducir a una creciente comparación social
y al trato diferencial de los maestros hacia los alumnos de alto y bajo rendimiento en el
aula (Eccles y Adler, 1984). Cuando esto sucede, esas estructuras promueven
137
jerarquías de estatus, creencias diferenciadas entre los alumnos de alto y bajo
rendimiento sobre su competencia, y patrones de selección de amistades basados
principalmente en las semejanzas en las habilidades académicas. Consecutivamente,
los niños de bajas habilidades llegan a sentirse cada vez más incompetentes, con
menos evidencia (Covington, S.J. Rosenholtz y Simpson, 1984). Esos niños de bajas
habilidades también llegan a ser percibidos por sus pares como amigos menos
deseables que sus compañeros de alto rendimiento, lo que, a su vez, puede
incrementar su aislamiento social.
4
De los niveles que se presentan en el documento original (Nivel 1. Tereas académicas e instrucción;
Nivel 2. Estructuras y grupos de actividades; Nivel 3A. Creencias de los maestros; Nivel 4. Segmentos
académicos/diferenciación curricular; Nivel 5. Escuelas como organizaciones; Nivel 6. Enlaces
138
El siguiente nivel de los procesos contextuales de la escuela más cercanamente
asociado con el maestro. Discutimos tres ejemplos de procesos en este nivel: las
creencias de los maestros, las prácticas de instrucción y las relaciones maestro-alumno.
Aunque estas tres característicamente contextuales se estudian típicamente de manera
independiente y por diferentes conjuntos de investigadores, es importante recordar que
siempre operan de manera interdependiente en el aula y, por lo tanto, es probable que
tengan efectos interactivos en los niños (v. g., Ames, 1992; Eccles y Midgley, 1989;
Marshall y Weinstein, 1984; Midgley, 1993; S.J Rosenholtz y Simpson, 1984).
Creencias generales de los maestros acerca de su rol. Las creencias generales acerca
del rol del maestro tienen implicaciones importantes en la actuación de los niños,
porque esas creencias influyen en la naturaleza de las interacciones entre los niños
entre los niños y los maestros. Una dicotomía importante de la definición del rol es la
distinción entre el rol del instructor académico (orientado el material académico, lo que
promueve al “buen estudiante”) contra el rol del socializador (orientando hacia las
necesidades y problemas socioemocionales y conductuales de los niños, lo que
promueve al “buen ciudadano”). En un estudio de 98 maestros de primaria, Brophy
(1985) encontró que los maestros que se veían a sí mismos principalmente como
instructores respondían mucho más negativamente a los alumnos de bajo rendimiento,
sin motivación académica o que alteraban la clase durante las actividades de
enseñanza, que negativamente a los alumnos hostiles, agresivos y desafiantes o a los
niños que frustraban los esfuerzos del maestro para formar relaciones personales
cercanas.
Una dicotomía relacionada con las creencias del rol de los maestros ha surgido del
trabajo sobre diferencias de género en la matrícula de los recursos de matemáticas
(Eccles, 1984). Algunos maestros piensan en sí mismos como responsables de
escardar de entre los alumnos a los que son menos capaces; otros maestros piensan
en sí mismos como cultivadores de todos los alumnos. Al primer tipo de maestro se le
etiqueta como escardador, al segundo, como cultivador. Esta distinción está
relacionada con una variedad de creencias y prácticas distintas tales como: (a) teorías
que conciben a la inteligencia como una entidad que no puede incrementarse con la
práctica, contra las que la consideran como una característica que se desarrolla y que
puede aumentarse con la práctica (Dweck y Elliot, 1983), (b) metas de dominio contra
metas de desempeño, y (c) estrategias de enseñanza y motivacionales competitivas
contra colaboradores. Los escardadores avalan la perspectiva de la inteligencia como
una característica innata, y tienen mayores probabilidades de usar estrategias
motivacionales competitivas. Vemos aquí un conjunto de creencias arraigadas
escuela/casa/comunidad), en la siguiente sección se describe únicamente el nivel tres por su relevancia
para el estudio de los temas que integran esta asignatura.
139
culturalmente acerca de la naturaleza de la inteligencia y del rol de los maestros en la
satisfacción de las necesidades futuras de la sociedad. Tales creencias influyen en las
prácticas de los maestros facilitando el desempeño de todos los niños o aumentando la
disparidad entre los alumnos en cuanto al desempeño y la motivación.
140
que completen sus tereas y obedezcan las reglas. Cuanto más tratamiento diferencial
se percibe en el aula, mayor es el impacto en las expectativas de los maestros sobre el
rendimiento y sobre las autopercepciones de los niños acerca de su competencia
(Weinstein, 1989). Los estudios que observan la conducta de los maestros
proporcionan una validación para estas percepciones: los maestros sí tratan a los
alumnos de alto y bajo rendimiento diferencialmente del modo descrito (Brophy, 1988).
Gran parte del trabajo sobre los efectos de las expectativas de los maestros de ha
enfocado en el tratamiento diferencial relacionado con el género, el grupo étnico/racial y
la clase social. La mayor parte de este trabajo ha investigado los posibles efectos
perjudiciales de las bajas expectativas de los maestros respecto a las niñas (en
matemáticas y ciencias), los niños provenientes de minorías (en todas las áreas) y los
niños de antecedentes sociales de clases bajas (nuevamente en todas las áreas); ver
Brophy y Good, 1974; Eccles y Wigfield, 1985; Jussim, Eccles y Madon, 1996. Más
recientemente, investigadores como Steele (1992) relacionaron esa forma de
tratamiento diferencial, particularmente con respecto a los alumnos afroamericanos, con
el desinterés y el rechazo a la identificación con la escuela (la separación de la propia
autoestima de todas las formas de retroalimentación relacionadas con la escuela).
Steele argumentó que los alumnos afroamericanos son conscientes del hecho de que
los maestros y otros adultos tienen estereotipos negativos de las habilidades
académicas de los niños afroamericanos. Esta conciencia aumenta sus ansiedades, lo
que, a su vez, los lleva a rechazar el identificarse con el contexto escolar para proteger
su autoestima.
El trabajo reciente, sin embargo, sugiere que los efectos de las expectativas de los
maestros puede no ser tan negativo como alguna vez se creyó. Para que el efecto sea
de gran interés, uno necesita demostrar que tiene un efecto sesgado negativo (v. g.,
que las expectativas de los maestros llevan a cambios de motivación y el desempeño
con el tiempo más allá de lo que se esperaría dado el conocimiento de las
141
características de los alumnos específicos; Jussim y Eccles, 1992; Jussim et al., 1996).
La evidencia de tales efectos sesgados negativos es mínima. Mucha de la asociación
entre las expectativas de los maestros respecto a cada uno de los alumnos y la
motivación y el desempeño subsiguientes de los alumnos, refleja la asociación precisa
entre las expectativas de los maestros y las características de los alumnos como los
niveles de rendimiento y los patrones conceptuales previos (ver Jussim et al., 1996).
Adicionalmente, no todos los maestros responden a sus expectativas con conductas
que minan la motivación y el desempeño de los alumnos de bajas expectativas.
Algunos maestros responden a las bajas expectativas con crecientes esfuerzos de
instrucción y motivacionales para alumnos en particular y tienen éxito en aumentar su
motivación y su aprendizaje (Goldberg, 1992). No obstante, los efectos de las
expectativas de los maestros, pequeños pero consistentes, pueden tener un gran efecto
acumulativo en la motivación y el rendimiento (Jussim et al., 1996), particularmente si
eso efectos comienzan en el jardín de niños y el primer grado (Entwistle y Alexander,
1993). Finalmente, Jussim et al., (1996) encontraron que las niñas, los alumnos de bajo
estatus socioeconómico y los alumnos provenientes de minorías son más susceptibles
a estos que los niños blancos de clase media.
142
con los alumnos de alto rendimiento solamente para proteger los egos de los alumnos
de bajo rendimiento), los altos índices de crítica se asocian con una confianza mayor
que la pronosticada en las habilidades propias.
143
en las aulas que enfatizan la habilidad relativa. Sabemos que en las aulas orientadas
hacia las habilidades, los niños tienden más a causar estrategias de bajo nivel para
aprender, experimentan más ansiedad y afecto negativo, y dedican recursos de
atención a hacer parecer que son más listos o a evitar parecer más tontos que los otros
alumnos en vez de dedicarlos al aprendizaje del material final (Ames, 1992; Covington,
1992). Los niños que no tienen confianza en su competencia académica son
particularmente vulnerables a esos ambientes. Las respuestas de indefensión
aprendida ante el fracaso académico, el evitar participar en el trabajo y la experiencia
emocional negativa, tienden a rodear a los alumnos de bajas habilidades en ambientes
enfocados en las habilidades (Dweck y Elliot, 1983; Nicholls, 1984; Strobel y Roeser,
1981).5
144
enfoca más en áreas de contenido particular que en el desarrollo de los niños.
Segundo, los aspectos del trabajo de los maestros en las escuelas secundarias tales
como la departamentalización por disciplina académica y el gran número de los
alumnos también promueven un enfoque en temas del contenido académico más que
en las preocupaciones individuales por la salud mental.
145
tienen lugar durante un tiempo en el que los estudiantes son particularmente
vulnerables a la comparación social con sus pares. Están empezando a diferenciar la
habilidad más como una capacidad fija que como una destreza que se incrementa
(Nicholls, 1978; J. E. Parsons y Ruble, 1977). Es muy probable que no estar a la altura
de los pares en términos de la habilidad académica en los entornos escolares que
enfatizan cada vez las diferencias en las habilidades, mine la autoestima y la motivación
de muchos adolescentes (ver Eccles y Midgley, 1989; Maehr y Anderman, 1993).
146
maestros (como la flaqueza) aumentarían, por medio de su impacto en el clima general
de aula, la satisfacción, la persistencia, la curiosidad para resolver problemas que
tienen los alumnos. De manera similar, con base al supuesto de que una relación cálida
con un maestro incrementa su influencia porque incrementa el deseo de los niños de
hacer lo que dice el maestro (ya sea debido a la identificación o al poder creciente de
las propiedades de refuerzo social de los maestros), muchos investigadores han
estudiado la asociación entre la calidez y el apoyo de los maestros y la motivación y el
desempeño de los alumnos. Este enfoque suponía que el apoyo emocional alto de los
maestros incrementaría el valor que los niños atribuirían a trabajar duro en el aula. Sin
embargo, puesto que gran parte de los primeros trabajos tenían problemas
conceptuales y metodológicos (Ducan y Biddle, 1974), los resultados no son claros.
Los exámenes más recientes sobre el efecto del clima del aula han deslindado factores
como la personalidad y la calidez de la instrucción que dan los maestros y el estilo con
que manejan su clase. Esta investigación ha mostrado que los efectos del clima
depende de su asociación con otros aspectos de las creencias y las prácticas de los
maestros. Por ejemplo, Moos et al, mostraron que la satisfacción, el crecimiento
personal y el rendimiento de los alumnos se maximizan solo cuando el apoyo del
maestro va acompañado de una organización eficiente, la insistencia en lo académico y
la impartición de lecciones enfocadas en la orientación hacia las metas (Frase y Fisher,
1982; Moos, 1979; Trickett y Moos, 1974). Además estas prácticas son más comunes
en los maestros que creen que pueden influir en el desempeño y el potencial de
rendimiento futuro de los alumnos (Brookover et al. 1979; Rutter et al. 1979). De
manera similar, haciendo una analogía de la conclusiones de Baumrind (1971) respecto
a la mayor efectividad de la actuación de los padres –permisiva contra autoritativa-, la
calidez y el apoyo de los maestros debería afectar el esfuerzo y el desempeño de los
alumnos solo si hubiera directrices claras sobre qué debe hacerse (i. e. si el maestro
también lleva una clase bien manejada).
Manejo de la clase. Al igual que el trabajo sobre el manejo familiar, el trabajo
relacionado con el manejo de la clase se ha enfocado en dos temas generales:
disciplina/predictibilidad y control/autonomía. Resulta interesante que los hallazgos a
partir de los estudios sobre el manejo de los maestros vayan en paralelo con los
estudios sobre el ambiente familiar.
147
orientación académica del aula tiene beneficios significativos aunque pequeños para las
percepciones de los niños sobre la importancia de adherirse a las normas del trabajo en
la clase. En condiciones en que los niños son responsables del trabajo, estos se
esfuerzan más, valoran más el éxito y, en consecuencia, les va mejor. Como resultado,
los niños se ven a sí mismos como más hábiles.
Control/autonomía. Las prácticas del aula relacionadas con la estructura de la autoridad
son importantes para que los niños desarrollen la regulación de su conducta, de su
rendimiento y para aspectos de su adaptación emocional (Deci y Ryan, 1985).
Investigadores como Boggiano (Boggiano et al., 1992) y Deci y Ryan (Deci y Ryan,
1985) argumentaron que la motivación intrínseca es buena para el aprendizaje y que
los ambientes de clase que son demasiado controladores y no proporcionan una
cantidad adecuada de autonomía minan la motivación intrínseca, la orientación hacia el
dominio, los autoconceptos y expectativas sobre la habilidad, y la autodirección, e
inducen en su lugar una respuesta de indefensión aprendida ante las tareas difíciles. El
soporte para esta hipótesis se ha encontrado tanto en estudios de laboratorio como en
estudios de campo (v.g., Boggiano et al., 1992; Deci, Schwartz, Sheinman y Ryan,
1981; Flink, Boggiano y Barrett, 1990; Grolnick y Ryan, 1987; Ryan y Grolnick, 1986):
en entornos de aulas en las que se da la oportunidad de elección a los niños, de seguir
sus intereses y contribuir a las discusiones y decisiones del aula, se inculca un sentido
de conducta autónoma, autodeterminada, en relación con el trabajo escolar. Ese
sentido de autonomía está relacionado con la valoración intrínseca que los niños hacen
de la escuela, la calidad de la participación cognitiva y afectiva en el aprendizaje, el
desempeño y los sentimientos de estima y control personal (Deci y Ryan, 1985).
En contraste, en las aulas donde se conceden pocas disposiciones para la conducta
autodeterminada y donde se usan frecuentemente las recompensas, la alabanza y los
castigos externos para inducir una conducta de rendimiento, los niños tienden más a
sentir que su conducta está siendo controlada por factores fuera de ellos. Este
sentimiento está asociado con la motivación extrínseca de los niños, el punto externo
de control y la participación superficial en las actividades de aprendizaje (Deci y Ryan,
1985; Eccles et al., 1993; Pintrich De Groot, 1990). En esos ambientes, los niños
trabajan con frecuencia hacia alguna meta extrínseca al aprendizaje; si es así,
usualmente ponen un mínimo de esfuerzo para alcanzar alguna recompensa, en vez de
considerar el aprendizaje por sus cualidades intrínsecas de construcción del
conocimiento y placer.
Las prácticas muy controladas en el aula hacia niños con problemas son especialmente
difíciles, ya que conducen a una escalada de los problemas conductuales y son un
lastre para la motivación (P. Cooper y Upton, 1990).Los maestros responden
frecuentemente a los niños que tiene historiales de bajo rendimiento o conductas no
reguladas, como la falta de atención, la impulsividad y la agresión, los métodos
controladores (sanciones, señalamientos públicos) para hacer que se comporten.
Aunque cierta cantidad de estructura y control es indispensable para devolver a esos
alumnos a las tareas de aprendizaje, el uso excesivo de recompensas extrínsecas y
148
sanciones conductuales que requieren obediencia minan la motivación intrínseca de
esos niños (Skinner y Belmont, 1993) y conducen a una escalada de conductas
negativas y sentimientos de desafío en los niños con problemas emocionales
(P.Cooper y Upton, 1990).
Finalmente, la estructura de autoridad en el aula también tiene efectos importantes en
las relaciones sociales de los niños entre sí. Por ejemplo, en las aulas de secundaria,
las oportunidades para que los alumnos participen en decisiones académicas están
asociadas con menos aislamiento social, una variedad más amplia de conocimientos y
menos redes de amistades basadas en el estatus (v. g., Epstein, 1983).
Dadas estas consecuencias negativas del control excesivo, es interesante que los
adultos en nuestra cultura tengan preferencias tan marcadas por el control. Por
ejemplo, Boggiano y sus colegas tomaron videos de maestros enseñando a grupos
pequeños de niños un conjunto de tareas, algunos aplicaron una estrategia de control y
otros una estrategia menos controladora (Flink et al., 1990). Los observadores de las
cintas clasificaron a los maestros más controlados como mejore maestros a pesar del
hecho de los niños en realidad habían aprendido más con los maestros menos
controladores. Deci y Ryan (1985) han reportado resultados similares, aunque estos
investigadores no estudiaron específicamente los orígenes de este sesgo, sugirieron
dos posibles razones: (a) esos estilos parecen más activos, directivos y mejor
organizados, y (b) son coherentes con los tipos de enseñanza y prácticas de los padres
recomendadas por el condicionamiento operarte y los especialistas en la economía de
fichas (v.g., Kazden, 1982; ver Boggiano, Main y Katz, 1987).
Cambiamos del desarrollo en las estrategias de control. Contrario a lo que podía
esperarse que sucediera dada la madurez evolutiva de los niños, los maestros de
secundaria, comparados con los de primaria, usan más estrategias orientadas hacia el
control, imponen una disciplina más estricta y dan menos oportunidades para la
autonomía de los alumnos y la toma de decisiones en el aula (Midgley y Feldlaufer,
1987; Midgley, Feldlaufer y Eccles, 1988; Willower y Lawrence, 1979). Aparentemente,
a medida que los niños pasan de la primaria a los ambientes de secundaria, sus
maestros creen que son menos dignos de confianza y necesitan que se les controlen
más. Para explicar este patrón, Willower y Lawrence (1979) sugirieron que a medida
que los niños tiene más edad, son más grandes y maduros, y a medida que las
subculturas de los pares se fortalecen durante la adolescencia, los maestros ven a los
alumnos como una amenaza a su autoridad y en consecuencia responden con mayor
control y disciplina. Los estereotipos de los adolescentes como indisciplinados y fuera
de control también tienden a reforzar tales creencias y estrategias. Finalmente, las
demandas de los ambientes de secundaria, en los cuales los maestros tienen que tratar
con muchos alumnos, pueden predisponerlos a usar más estrategias de control como
una manera de enfrentarse a tantos alumnos.
Las prácticas que dan menos apoyo a la autonomía suelen ser especialmente
problemáticas en la adolescencia temprana, cuando los niños manifiestan un deseo
149
creciente de oportunidades de elección y de hacer que sus voces estén expresadas en
el aula (Eccles et al., 1993). Esto puede ser especialmente cierto en el caso de los
alumnos que, porque son pobres o tienen un historial de problemas académicos o
conductuales, están colocados en los segmentos y las aulas de bajas habilidades
donde las estrategias de control son especialmente predominantes (Ver Oakes,
Gamoran Page, 1992). Discutiremos esto más adelante.
Enfoques más integrados a las prácticas y creencias generales
El trabajo revisado hasta aquí está basado en estudios enfocados en solo uno o dos
sistemas de creencias y/o características contextuales a la vez.
Recientemente ha habido un cambio hacia una perspectiva más global e integrada del
impacto de los contextos del aprendizaje en la motivación.
Prácticas de enseñanza generales relacionadas con la autoevaluación y la motivación.
Entre los primeros esfuerzos de este tipo, S.J. Rosenholtz y Simpson (1984) sugirieron
un grupo de prácticas de enseñanza (v.g., instrucción individualizada contra instrucción
a todo el grupo; prácticas de agrupamiento por habilidades y señalamientos públicos
que deberían afectar la motivación, porque dichas prácticas hacen las diferencias de
habilidades en el aula especialmente notables para los alumnos (ver Mac Iver, 1988).
Supusieron que esas prácticas afectaban la motivación de todos los alumnos al
incrementar los rasgos sobresalientes de los motivadores extrínsecos y las metas de
aprendizaje enfocadas en el ego, lo que conduce a una mayor incidencia de conductas
de comparación social y percepciones crecientes de la habilidad como un estado
inamovible más que como una condición que puede incrementarse. Todos estos
cambios deberían reducir la calidad de las motivaciones y el aprendizaje de los niños.
La magnitud de las consecuencias negativas de esos cambios, sin embargo, debería
ser mayor para los niños de bajo desempeño: a medida que esos niños son más
conscientes de su baja reputación, tienden a adoptar una variedad de estrategias
protectoras del ego que, desafortunadamente, minan el aprendizaje y el dominio
(Covington 1992; S.R. Rosenholtz, 1981).
Las niñas y las matemáticas (aulas ambles para las niñas). El trabajo sobre la
comprensión de las diferencias en el grupo en cuanto al rendimiento y las elecciones
sobre el rendimiento es otro ejemplo de rendimiento de identificar un conjunto amplio de
características del aula relacionadas con la motivación. El trabajo acerca de las niñas y
las matemáticas es un ejemplo de este enfoque. Hay diferencias de sexo en las
referencias de los niños por diferentes tipos de contextos de aprendizaje, que
probablemente interactúan con un área para producir diferencias de sexo del interés por
diferentes áreas (Casserley, 1980; Eccles, 1989; Hoffman y Haeussler, 1995). Las niñas
parecen responder más positivamente a la instrucción en matemáticas y ciencias si se
enseñan de una manera cooperativa o individualizada más que de una manera
150
competitiva; si se enseñan desde una perspectiva teórica abstracta; si se enseñan
usando un enfoque de actividades prácticas, y si el maestro evita el sexismo en sus
múltiples formas sutiles. La razón que se da para esos efectos es el ajuste entre el
estilo de enseñanza, el enfoque instruccional y los valores, metas, orientaciones
motivacionales y estilos de aprendizaje de las niñas. Los pocos estudios relevantes
apoyan esta hipótesis (ver Eccles, 1994; Eccles y Harold, 1992; Hoffmann y Haeussler,
1995). Si tales prácticas en el aula son más predominantes en un área (v.g., ciencias o
matemáticas) que en otra (v.g., biología o ciencias sociales), entonces uno esperaría
diferencias de género en la motivación para estudiar áreas. Adicionalmente, sin
embargo, las matemáticas y las ciencias no tienen que enseñarse de estas maneras;
pueden usarse enfoques más amables para las niñas. Y cuando se hace, las niñas, al
igual que los niños, tenderán más a seguir tomando cursos en esos campos y a
considerar trabajar en esos campos cuando sean adultas.
La conclusión del aula amable para las niñas es un buen ejemplo del ajuste persona-
ambiente. Muchos investigadores han sugerido que los niños se motivaran al máximo
para aprender en situaciones que se adecuen bien a sus intereses, al nivel de
destrezas general y a las necesidades psicología, de modo que el material sea
desafiante, interesante y significativo (v. g., Csikszentimihalyi y Rahtunde, 1993; Eccles,
Midgley et al., 1993; Krapp, Heidi y Rominger, 1992). Las variaciones sobre esta meta
incluye la aptitud, por medios de interacciones y teorías de tratamiento que recalcan la
importancia de que haya o no una correspondencia cultural como una explicación para
las diferencias de grupo en cuanto al rendimiento escolar y la elección de las
actividades (v.g., Fordham y Ogbu, 1986).
Niveles 3C. Relaciones maestro-alumno
El último aspecto de la vida del aula que se discute en esta sección concierne a las
relaciones que establecen maestros y alumnos entre sí. La investigación ha demostrado
que las relaciones maestro-alumno de calidad proporcionan los apuntalamientos
efectos de motivación y el éxito académicos (Moos, 1979). Los maestros que confían,
que son solícitos y respetuosos de los alumnos, dan el apoyo socioemocional que
necesitan los niños y los adolescentes para acercarse, participar y persistir en las
tareas de aprendizaje academias y para desarrollar autopercepciones y valores
relacionados con el rendimiento positivos (Goodenow, 1993; Midgley, Feldlaufer y
Eccles, 1989b). Los estudios correlacionados con los adolescentes muestran también
que las percepciones de los alumnos acerca de los maestros solícitos aumentan sus
sentimientos de autoestima, pertenencia a la escuela y afecto positivo por la misma
(Roeser y Eccles, 1998; Roeser et al., 1996).
Además de aumentar la motivación, varios autores han señalado que, en una
sociedad altamente compleja, los maestros representan para los adolescentes una
fuente estable de modelos de rol no relacionados con los padres. Los maestros no solo
enseñan, sino que pueden proporcionar guía y asistencia cuando surgen los problemas
socioemocionales y académicos, y pueden ser particularmente importantes para
151
promover la competencia evolutiva cuando las condiciones en la familia y el vecindario
no lo hacen (Eccles, Lord y Roeser, 1996; Simmons y Blyth, 1987).
Nivel 3. Resumen
En resumen, estos estudios de la influencia que ejerce el nivel del aula sugieren que el
desarrollo se optimiza cuando a los alumnos se les dan tareas desafiantes en un
ambiente orientado hacia el dominio, que proporciona buen apoyo emocional y
cognitivo, material significativo para aprender y dominar, y suficiente a poya para su
autonomía e iniciativa propia. Surgieron características similares como las influencias
de las relaciones importantes en la ontogénesis de la motivación, lo que sugiere que
uno puede usar el mismo marco teórico para estudiar los efectos contextuales en
ambas arenas. Connel y Wellborn (1991) sugirieron que los humanos tienen tres
necesidades básicas: sentirse competentes, sentirse socialmente aceptados y tener
control autónomo de la vida propia. Además, formularon la hipótesis de que los
individuos se desarrollan mejor en contextos que proporcionen oportunidades para que
se cumpla cada una de estas necesidades. Evidentemente, las características de los
tipos de aulas que surgen como importantes tanto para el desarrollo emocional como
para el intelectual, proporcionarían tales oportunidades.
[…]
152
los adolescentes tienen porque a) el hacer cosas buenas con el tiempo propio quita
tiempo de las oportunidades para involucrarse en actividades de riesgo; b) uno puede
aprender cosas buenas(como competencias, valores prosociales y actitudes
específicos) mientras está comprometido en actividades constructivas; y c) el
involucrarse en entornos con actividades organizadas aumenta la posibilidad de
establecer apoyos y redes sociales positivos. A la fecha, ha habido relativamente poca
investigación longitudinal, orientada al desarrollo, que se enfoque a los beneficios o a
los costos de cómo los niños y los adolescentes pasan su tiempo discrecional. La
mayor parte de la investigación relevante se ha hecho en estudios de sociología o del
tiempo libre; y generalmente se ha enfocado en los adolescentes.
La mayor parte de la investigación sociológica y psicológica sobre la participación en
actividades se ha enfocado en actividades escolares extracurriculares. Esta
investigación ha documentado una relación entre las actividades extracurriculares de
los adolescentes y el logro educacional, la ocupación y el ingreso de los adultos, una
vez controladas las cuestiones de clase social y de habilidad (Eccles y Barber, en
prensa; Landers y Landers, 1978; Otto y Alwin, 1977). Este trabajo también documento
en la participación en actividades extracurriculares un valor de protección, al reducir la
participación en comportamientos de riesgo como la delincuencia y otros (v.g., Eccles y
Barber, en prensa, Landers y Landers, 1978).
La investigación en cuanto a los estudios del tiempo libre ha tomado un camino
ligeramente diferente – enfocándose en las diferencias entre las actividades de tiempo
libre informal y las actividades constructivas, organizadas-: el tiempo libre informal se
caracteriza por disfrutable, pero no demandante (ver la televisión). Por el contrario, las
actividades de tiempo libre constructivas, organizadas (como deportes de equipos, las
bellas artes o actividades organizadas de trabajo voluntario) requieren del esfuerzo y
del compromiso y proveen de un foro en donde expresar la identidad o la pasión de uno
(Agnew y Petersen, 1989; Csikszentmihalyi Kleiber, 1991; Larson y Kleiber, 1993).
Estas actividades, se presume, tienen más resultados beneficios en el desarrollo de las
actividades de tiempo libre informales, no estructuradas, porque dan la oportunidad de:
a) adquirir y practicar destrezas sociales, físicas e intelectuales que pueden ser útiles
en una gran variedad de entornos; b) construir el bienestar de la comunidad de uno y
desarrollar un sentido de organización, como miembro de su propia comunidad; c)
pertenecer a un grupo valorado y socialmente reconocido; d) establecer redes sociales
de apoyo de los pares así como adultos que pueden ayudar a uno en el presente y en
el futuro; y e) experimentar y confrontar los desafíos.
La investigación reciente sustenta esta suposición acerca de los efectos positivos de la
participación en actividades organizadas (v.g., Simmmons y Blyth, 1987). Por ejemplo,
Mahoney y Cairns (1997) y McNeal (1995) encontraron que la participación en
actividades extracurriculares se relaciona con menores tasas de deserción de la
escuela, particularmente para los jóvenes en alto riesgo. Mahoney también mostro una
conexión con las tasas reducidas de ofensa criminal (Mahoney, 1997). Además, los
adolescentes involucrados en una gama extensa de actividades promovidas por adultos
153
reportan tasas más bajas de uso de sustancias [nocivas para la salud] que sus pares no
i9nvolucrados en dichas actividades (Youniss, Yates y Su, 1997). Los deportes, en
particular, han sido relacionados con menos deserción de la escuela y mayores tasas
de asistencia a la universidad (Deeter, 1990; Eccles y Barber, en prensa; McNeal,
1995), especialmente entre los atletas masculinos de bajo rendimiento y entre
miembros de la clase trabajadora (Holland y Andre, 1987).
La participación en actividades extracurriculares escolares también se ha relacionado
con aumentos en dichos resultados positivos del desarrollo como el GPA (Grade Point
Average: Promedio de Puntos del Grado) de las escuelas preparatorias, el fuerte
compromiso escolar y las elevadas aspiraciones educacionales (Eccles y Barber, en
prensa; Lamborn, Brown, Mounts y Steinberg, 1993; Newman, Wehlage y Lamborn,
1992). De igual manera, la participación en actividades extracurriculares en la escuela
preparatoria y en actividades en trabajo voluntario fuera de la escuela predice que al
llegar a la edad adulta se tendrán altos niveles de participación en el proceso político y
en otros tipos de actividades de trabajo voluntario, el compromiso continuo en el
deporte y una mejor salud física y mental (Glancy, Wwillits y Farrell, 1986; Youniss,
McLellan y Yates, 1997; Youniss, Yates y Su, 1997).
En contraste con estas asociaciones positivas, también se ha relacionado al deporte
con el aumento de desviaciones de la escuela y con el uso de drogas y alcohol (v.g.,
Eccles y Barber, en prensa; Lambron, Brown, Mounts y Steinberg, 1993). Estos
resultados sugieren que la participación en actividades organizadas puede tener efectos
tanto positivos como negativos.
¿Por qué?
Varios investigadores han ofrecido explicaciones para los resultados positivos
asociados con la participación: Rehberg (1969) sugirió la importancia de la asociación
con pares orientados a lo académico, la exposición a los valores académicos, el
aumento de la autoestima, la generalización de un elevado sentido de las eficacia
personal y la orientación vocacional superior y el apoyo. Coleman (1961) enfatizo los
valores y las normas asociadas con las diferentes agrupaciones de pares
comprometidos en varios tipos de actividades extracurriculares. Otto y Alwin (1977)
agregaron la adquisición de destrezas y actitudes (tanto personales como
interpersonales) y una membrecía creciente en redes sociales importantes.
154
pares de uno) influencian las elecciones subsecuentes de actividades –creando un
sistema sinergistico que marca un camino claro hacia un tipo de adolescencia
particular. De igual manera, Eckert (1989) exploro la relación entre el grupo de pares, la
formación de identidad y la participación en actividades. Conforme se mueven hacia y a
través de la adolescencia, los individuos se identifican con grupos particulares de
amigos o conjuntos de gente (ver también Brown, 1990). El ser miembro de uno de
estos conjuntos de gente ayuda a estructurar tanto lo que uno hace con su tiempo como
los tipos de valores y normas a la que uno se expone. Con el tiempo, la fusión de la
identidad personal de uno con su grupo de pares de uno y con los tipos de actividades
en las que uno participa como consecuencia de la identidad y del grupo de amistades,
puede dar forma a la naturaleza del camino del desarrollo de uno hacia la etapa adulta.
Esta fuerte relación entre la participación en actividades y el ser miembro de un grupo
de pares también proporciona una explicación de las influencias negativas de la
participación de los deportes en el uso de drogas y alcohol. Saber lo que un
adolescente está haciendo con frecuencia nos dice mucho acerca de con quien esta
ese adolescente: Es muy probable que la participación en entornos de actividades
organizadas afecte directamente a los grupos de pares adolescentes precisamente
porque en tales estructuras de participación se da una interacción sustancial en el
grupo de pares. Los coparticipantes de uno se vuelven su propio conjunto de pares. Y
tales conjuntos de pares frecuentemente desarrollan una cultura basada en las
actividades, dándoles a los adolescentes la oportunidad de identificarse con un grupo
con el que ya comparte un sentido de estilo. La participación en la organización de la
escuela o en los deportes relaciona a un adolescente con una serie de pares similares,
le proporciona experiencias y metas compartidas y puede reforzar las amistades entre
pares (ver también Larson, 1994).
En la mayoría de los casos, dichas oportunidades tienen resultados positivos para el
desarrollo. Sin embargo, si este grupo de pares se involucra en comportamientos de
riesgo como deber o usar drogas, entonces probablemente la participación es ese
escenario de actividades conducirá a incrementar también dichos comportamientos.
Que la adquisición de estos tipos de comportamiento de riesgo tenga consecuencias
negativas serias para el desarrollo o no, dependerá tanto de la seria más extensa de
valores refrendada por el grupo de pares como de las características psicológicas y los
valores del individuo.
CONCLUSION
En este capítulo hemos resumido las maneras varias en que las escuelas y las
comunidades pueden influir en el desarrollo. Empezamos por señalar como los niveles
múltiples de organización de la escuela interactúan para dar forma a las experiencias
de cada día de los niños y los maestros. Enfatizamos que uno debe pensar en las
escuelas cómo organizaciones complejas para entender cómo las decisiones y los
procesos reguladores en cada nivel tienen un impacto en las escuelas cómo un
155
contexto para el desarrollo. También enfatizamos la interface entre las escuelas como
instituciones complejas cambiantes y las trayectorias de desarrollo, uno tiene que
entender el cambio tanto a nivel individual como a nivel institucional. La teoría del ajuste
estadio ambiente es un excelente ejemplo de la relación de estas dos trayectorias de
desarrollo. Imaginemos dos trayectorias: una en el nivel escolar y una al nivel individual.
Las escuelas cambian de muchas maneras según los niveles de grado. La naturaleza
de estos cambios puede ser apropiada o inapropiada para el desarrollo, en términos del
punto al que llegan a fomentar el desarrollo continuo a la transición hacia la etapa
adulta y la madurez (los cambios también pueden ser irrelevantes en cuanto al
desarrollo pero no discutimos estos tipos de cambios). Los niños se mueven a través de
este contexto cambiante mientras cambian de grado a grado y de escuela a escuela.
De igual manera, los niños se desarrollan y cambian mientras crecen. También tienen
suposiciones acerca de su creciente madures y de los privilegios que esta les aporta. El
desarrollo optimo ocurre cuando estas dos trayectorias de cambio están en sincronía
una con la otra –esto es, cuando los cambios en el contexto concuerdan bien con, y
quizás preceden ligeramente a, los patrones de cambio que ocurren a nivel individual.
Más aun, resumimos la evidencia de que el riesgo de resultados negativos del
desarrollo aumenta cuando estas dos trayectorias no están en sincronía –
particularmente cuando el contexto cambia en un patrón regresivo del desarrollo.
También discutimos la relación de las características escolares con otros contextos del
desarrollo, particularmente la comunidad y el grupo de pares. Después discutimos como
las características del vecindario pueden influir en el desarrollo, independientemente de
su asociación con las escuelas. Finalmente, resumimos como el impacto tanto de las
influencias escolares como las del vecindario son mediadas por las interacciones entre
pares y la participación en actividades. A lo largo de este resumen enfatizamos la
necesidad de considerar la interacción entre esta variedad de influencias contextuales.
Muy frecuentemente sucede que los investigadores no toman en cuenta las
interacciones a través de los contextos del desarrollo; en cambio, en cambio, tienden a
especializarse en un contexto – por ejemplo, la familia o el grupo de pares. Pero la
gente vive en múltiples contextos. Dar sentido y coordinar las demandas de estos
contextos múltiples son unas de las tareas más desafiantes en lo que al desarrollo se
refiere. Sabemos muy poco acerca de como los individuos manejan estas tareas y
acerca de cómo la habilidad de manejar estas tareas se desarrolla. También sabemos
relativamente poco acerca de cómo las características de un contexto influencian las
características de otros contextos. Resumimos algunas de las maneras en que las
características de la escuela y del barrio influencian la naturaleza de los grupos de
pares de los niños y las interacciones entre pares. Es necesario hacer más trabajo y
más teorías al respecto.
Otra manera de pensar acerca de los múltiples contextos es en términos de su relativa
habilidad para hacer frente a las necesidades humanas. Como lo hicimos notar antes,
Connell y Wellborn (1991) sugirieron que los individuos se desarrollan mejor en
contextos que les brindan oportunidades para sentirse competentes, para sentirse
socialmente conectados y valorados, y oportunidades para ejercitar el control sobre el
156
propio destino. Si esto es verdad, entonces a los individuos se les debería dirigir hacia
los contextos que brindan estas oportunidades en una dosis apropiada para el
desarrollo. Las variaciones a lo largo de contextos con estas características podrían
explicar por qué los individuos llegan a preferir un contexto sobre todo –por ejemplo, los
adolescentes que no van bien en la escuela podrían dirigirse a su grupo para encontrar
un sentido de competencia y de autoestima positiva
157
“LA FAMILIA Y CONSUMO DE DROGAS”
AUTOR: Ana LiaKornbit
BIBLIOGRAFIA
Aries, Ph. El niño y la vida familiar en el antiguo régimen. Taurus, Madrid, 1990
Bourdieu, P. le sens pratique. Ed. du Minuit, Paris 1980.
Cohen, Ph. “Subcultural conflict and working class community”. Working Papers in
Cultural Studies. University of Burmingham, 2; 1972, pp.5-51.
Delor, F. Seropositifs. Trajectoires identitaires et rencontres de risque. L’Harmattan,
Paris, 1997.
De Singly, F. Sociologie de la famille contemporaine. Nathan, Paris, 1993.
Donzelot, J. La police des familles. Ed. de Minuit, Paris, 1977.
Durkheim, E. Introduction a la sociologie de la famille. Annales. Faculte des Lettre,
Bordeaux, 1888.
Fexia, C. De jóvenes, bandas y tribus. Ariel, Barcelona, 1999.
Halls, S. y Jefferson, T. (edits.) Resistance through Rituals. Youth Subcultures in Post-
war Britain. Hutchinson, Londres, 1983.
Hareven, T. “The history of the family and the complexity of social change”. The
American Historical Review, 96 (1): 1991, pp. 95-124.
Kornblit, A.L. (comp.) Sida: entre el cuidado y el riesgo. Alianza, Buenos Aires, 2000.
Langellier, K. y Peterson, E. “Las historias de la familia como estrategia de control
social”. En D. Mumby (comp.) Narrativa y control social. Amorrortu, Buenos Aires, 1997.
Moscovici S. Psicologia de las minorías activas. Morata, Madrid, 1996.
Lara Molina, Elena et al. (2000), “Resiliencia: la esencia humana de la transformación frente a la
advertencia”, Chile, consultado en http://www2.udec.ci/-ivalfaro/apsique/deli/resiliencia.htm
Dedicado a Mauricio Salvo, por la elección de la vida y al personal del CAD “La Esmeralda”, por la
oportunidad que nos dieron para difundir un tema tan sencillo, pero a la vez tan grande…
INTRODUCCIÓN
“Un hombre de la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuela
contó que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana y dijo:
somos un mar de fueguitos un montos de gente, un mar de fueguitos. Cada persona
brilla como luz propia ante las demás. No hay dos fuegos iguales, hay fuegos grandes,
fuegos chicos, fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se
entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos,
fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden con tantas ganas que no se
pueden mirarlos ni parpadear, y quien se acerca se enciende”.
Eduardo Galeano
Desde el punto de vista de las ciencias sociales corresponde a “la capacidad universal,
que permite a una persona, grupo o comunidad, minimizar o sobre ponerse a los
efectos nocivos de la adversidad, la resiliencia puede transformar o fortalecer la vida de
las personas” (Kotliareno, Cáceres, Álvarez, 1996).
Por lo tanto básicamente sería una capacidad esencialmente humana y universal que
involucra al ser humano por completo; es decir su espiritualidad, sus sentimientos, sus
experiencias y cogniciones, siendo determinante en el desarrollo de las personas y
pudiendo ser promovida desde etapas tempranas.
Finalmente, acabo de introducir este trabajo –cuya finalidad es descubrir el aporte que
brinda al área psicosocial- mencionaremos que existen un aserie de publicaciones que
señalan la variabilidad de respuestas, en su desarrollo psicosocial de niños expuestos a
experiencias adversas de diversa índole, tanto individuales, familiares o de su
comunidad; mostrando que habría un grupo de niños y adolescentes que logran
sobreponerse a estas situaciones adversas, sin sufrir secuelas psicosociales graves.
MARCO TEÓRICO
Por otro lado, para las ciencias sociales, la resiliencia correspondería a la capacidad
humana de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas
fortalecida o, incluso, transformado (Grotberg, 1996; en Bertrán, Noemí, Romero, 1998).
Esta capacidad es sometida a prueba, o más bien dicho se activa frente a situaciones
de estrés severo y prolongado, lo que genera a su vez, una serie de condiciones que
provocan mayor resistencia o vulnerabilidad.
Esta capacidad seria dinámica, por lo que se puede estar más que ser resiliente.
Obedece a un impulso vital innato del ser humano, que lo lleva a negarse a renunciar y,
por otro lado a unir su energía para Salir adelante. Existe, por lo tanto, un espíritu
porfiado de superación que emerge al enfrentar situaciones que parecen insuperables;
lo cual, se grafica en el mito de Sísifo:
“Un hombre que empuja una pesada roca cuesta arriba de una montaña, y poco antes
del legar a la cima –a pesar de usar todo su fuerza- se le escurre y cae al valle. Sin
embargo, Sísifo, vuelve siempre a no escatimar esfuerzo por vencer al límite y, a duras
penas tolera la fatiga y se sobrepone”.
Entre los recursos sociales de los que dispone el niño (a) tenemos: ambiente cálido,
madres (sustitutas) apoyadoras, comunicación abierta al interior de la familia, estructura
sin disfuncionalidad importante y buena relaciones con los pares (Bertrán, Noemí,
Romero; 1998).
Autoestima y autoconcepto
Niños (a) que tiene un alto grado de resiliencia la cual se vincula a una elevada
autoestima y buen autoconcepto presentan características particulares, tales como:
Motivación de logro.
Mayor actitudes de acercamiento a situaciones y personas nuevas.
Autosuficiencia
Actitud dirigida a la resolución de problemas.
Menor evitación de los problemas.
Menor fatalismo frente a situaciones diferentes.
En cuanto a temperamento, muestran humos básicos positivos.
Coeficiente intelectual (CI) verbal y matemático normal.
Un niño (a) que posee una autoestima positiva se siente querido, valioso, capaz, se
acepta así mismo, es confiado y gusta de proximidad afectiva, entre otras cosas. Por
otro lado, puede adquirí e ir utilizando habilidades y estrategias para enfrentar
situaciones difíciles.
La ayuda que viene del adulto no debe menospreciar las acciones ejercidas por el niño
(a) ya que es una próxima situación éste aprenderá a quedarse pasivo y no pedirá
ayuda. Es el caso de niño (a) que frente a una adversidad constante reaccionan con de
manera desafiante y agresiva sumada a la inseguridad y animo depresivo. Esta es la
razón por la cual se requiere de un adulto con el cual logre una relación interaccional
significativa, con el que establezca un vínculo sólido y confiable, que lo acompañe.
Vínculo afectivo
El niño que vive en la pobreza se encuentra más propenso al impacto negativo por una
dinámica familiar inadecuada. En muchas oportunidades asumen roles de adultos sin
establecer un vínculo seguro con laguna persona adulta; o bien; o su padre es un ente
periférico que actúa violentamente con su familia, incluido el niño. Así mismo, el hecho
de que los padres no puedan proveer de lo necesario a sus hijos, genera en ellos un
sentimiento de culpa (Gissi, 19986; en Bertrán, Noemí, Romero, 1998). De esta
manera, el autoestima de los padres también puede verse alternada por lo que es
importante no solo reforzar conductas resilientes en niños, sino intervenir a nivel familiar
ya que un vínculo afectivo profundo se basa en un autoestima positiva, humor,
creatividad, sentido de pertenencia, redes sociales y en sentido de trascendencia de la
propia vida.
Creatividad y humor
“crear implica un proceso dinámico que leva en si su origen y meta que se análogo al
proceso que sigue a la solución de problemas” (Landau, 1987; en Bertrán, Noemí,
Romero, 1998, p.16).este proceso se da en fases.
El niño es creativo por sí mismo. Sin embargo, las experiencias familiares y educativas
de enseñanza pueden limitar esta capacidad. De esta forma, si un niño posee un
autoestima baja y un yo frágil, con dificulta podrá tolerar y dominar las contradicciones,
generándose tensión e inseguridad. Por otro lado, para el niño que cuenta con lazos
afectivos cálidos y confiables es más fácil no asustarse ni reprimir emociones y
sentimientos que pueden aparecer en el proceso creativo o en situaciones de conflictos,
dolor y sufrimiento. Así, los padres son la primera fuente estimuladora de creatividad,
que se refleja en el comportamiento hacia los niños, por ejemplo mediante juegos.
El juego, según Bettelheim (1989; en Bertrán, Noemí, Romero, 1998) cumple un papel
muy importante en el año, ya que le permite a este probar experiencias una y otra vez,
aprendiendo a dominarlas por exhaustivas que estas sean. En el fondo, le permite
ensayar posibles soluciones frente a diversas situaciones.
Por otro lado, el humor es un recurso que permite disminuir niveles de ansiedad,
angustia y temor. A través de la ironía, de la ridiculización y el absurdo, las personas
pueden suavizar las esperanzas, el dolor que provocan los conflictos de una sociedad
aceptable.
U adulto que es desprovisto de humor con mucha dificultad puede sumarse al humor
del niño. Generalmente, poseen una baja autoestima no tolera el humor como
ampliación de las habilidades del ser humano, han tenido experiencias en las cuales
han empleado el humor como un desvalorizador de sus capacidades, poseen un humor
básico negativo.
Frente a la adversidad, el humor baja la tensión y permite resistir situaciones que de
otra forma no se podría alcanzar.
La red social se puede definir como un grupo de personas, miembros, vecinos, amigos
y otras personas que aportan ayuda y apoyo reales a duradero tanto a la familia como
al individuo.
La psicología y la educación, así como otras disciplinas sociales, deben tener como
objetivos el anclar personas a su propio territorio, fomentando sus costumbres y
tradiciones, entre otros, sin que por esto se tenga que negar la modernidad y el
progreso.
Trascender a las circunstancias y darle sentido al dolor y a sufrimiento son factores que
hacen resilientes tanto a niños como adultos que se encuentran frente a una situación
de perdida significativas u otros conflictos tales como guerra, pobreza, dictaduras,
divorcio.
Este sentido puede encontrase unido a una ideología, o escala de valores, o bien, a un
amor profundo hacia una persona significativa.
Los niños muestran esta capacidad de darle sentido a las cosas de forma natural. El
niño pequeño asimila experiencias de cohesión familiar por medio de un ambiente
cálido que le dé seguridad, enriquecimiento de ese momento y de esas personas que lo
acompañan
Aun en una familia de extrema pobreza, se puede hacer un día especial, se requiere
más que de vienen materiales, de un ambiente cargado de afectividad y de sentido,
como por ejemplo, la celebración de un día de cumpleaños se puede comenzar con un
gran abrazo y a acompañarse de pan hecho junto a la mamá.
FUENTES DE RESILIENCIA
Para lograr que un niño sea resiliente es necesario que cuentes con algunas
características que surgen de distintas fuentes. Como fuentes de la resiliencia se
entenderán “el (los) lugar (es)” donde radican las características de los niños que son
resilientes. Conocer estas fuentes es muy importante, ya que indican donde hay que
trabajar para lograr que surja esta característica en las personas.
Las cuatro fuentes de resiliencia se proponen en relación al niño; es decir, con lo que el
niño tiene (yo tengo) o factores de soporte externo; con lo que el niño es (yo soy) o
fuerzas internas personales; con lo que puede hacer (yo puedo) o habilidades sociales
y finalmente con lo que el niño está dispuesto a hacer (yo estoy).
Niños de 0 a 3 años
4. Entregar elogios por algunos progresos como el uso del baño, hablar o hacer
algo.
8. Hablar con frases que estimulen la resiliencia como por ejemplo “se que puedes
hacerlo”.
Niños de 4 a 7 años
5. Entregar elogios por acciones como leer un libro, hacer las tareas, complementar
un puzzle, obtener buenas calificaciones.
6. Elogiar conductas deseables, como por ejemplo, ordenar sus juguetes, comerse
la comida, expresar rabia sin hacer pataleta.
Niños de 8 a 11 años
Grotberg y cols. (s/f; en Kotliareno, Cáceres, Álvarez, 1996), opinan que existen
características que favorecen el desarrollo de la resiliencia, las cuales se mencionan a
continuación.
Una persona puede ser resiliente, puede tener la fortaleza intrapsíquica suficiente y las
habilidades sociales necesarias, pero si carece de oportunidades para educarse o
trabajar, sus recursos se verán limitados.
Así mismo, Wolin y Wolin (s/f, en Kotliarenco, Cáceres, Álvarez; 1996) proponen una
explicación para el fenómeno de la resiliencia en niños y adolescentes, para lo cual
desarrollan un esquema basado en las etapas del ciclo vital. El primer círculo de la
resiliencia se centra en la infancia o niñez; el segundo, en la adolescencia y el tercero,
en la adultez.
En los niños, se expresa como una facilidad para conocerse, ser querido y
dorado.
En los niños esto se manifiesta en que son capaces de haber juicios morales
desde muy temprana edad, de discriminar entre lo bueno y lo malo.
5) Actitud esperanzada.
Falta de oportunidades y
Falta de redes de apoyo, más allá de su vínculo cercano.
CONCLUSIÓN
La resiliencia es una capacidad que se puede fomentar en los niños en las diferentes
etapas del desarrollo por medio de la estimulación en las áreas: afectiva, cognitiva y
conductual; atendiendo a la edad y nivel de comprensión de las situaciones. Dentro del
desarrollo humano, el momento oportuno para actuar y desarrollar este potencial
humano que permite hacer frente a la adversidad, corresponde al período que abarca
desde el nacimiento hasta la adolescencia. Junto a lo anterior, se puede encontrar
características que permitan identificar a individuos resilientes en las distintas etapas de
su vida; es decir, en la infancia, la adolescencia y la adultez.
REFERENCAS BIBLIOGRÁFICAS
http://www.prodemuch.gob.pe/setai/kusisqawawa/castellano/kw_11_resiliencia.h
tm
Manejo de Altruismo, Agresividad y Temor
Tres temas específicos de especial interés para padres, personal encargado de los
niños y profesores de preescolar son como promover el altruismo, controlar la
agresividad y manejar los miedos que normalmente surgen a esta edad.
¿Por qué algunos niños se acercan a confortar a un amigo que llora o se detiene para
ayudar a alguien que se ha caído a cruzar la calle? ¿Qué hace que manifiesten
empatía, generosidad compasión y sean sensibles a las necesidades de las demás
personas? Siguiendo el modelo ecológico de Bronfenbrenner, se pueden observar
varios factores que contribuyen a formar un comportamiento solícito en el niño y que
recibe la influencia del contexto social.
Los padres de los niños con un comportamiento prosocial también suelen ser altruistas.
Ellos siguen modelos de comportamiento de esta clase y animan a los niños con
historias y programas de televisión como Mister Rogers´Neighborhood que resaltan la
cooperación, la participación y la empatía, y estimulan la simpatía, la generosidad y la
ayuda (Mussen y Einsberg-Berg, 1977; National Institute of Mental Heralth [NIMH],
1982; D. R. Zuckerman y Zuckerman, 1985).
Los profesores, como los padres, pueden ser modelos. Maestros cálidos y con empatía
fortalecen el comportamiento de ayuda y cuidado. (N. Eisenberg, 1992). En muchos
países, la educación moral es parte de los currículos. En china, los maestros narran
historias acerca de héroes altruistas y estimulan a sus alumnos a imitarlos. En un
programa en un suburbio de San Francisco, los niños escuchan historias acerca de
valores altruistas, leen libros y ven películas que exaltan este comportamiento. A los
pequeños se les anima a ayudar a otros estudiantes y a realizar servicios comunitarios,
asi como labores domesticas. Después de cinco años en el programa, se encontró que
los chicos eran mas colaboradores, ayudaban y se interesaban por las personas, en
comparación con un grupo que no participo en el programa (Battistich, Watson,
Solomon, Schaps y Solomon, 1991).
La cultura también tiene parte en este proceso. ¿Por qué los niños de algunas culturas
tienen comportamientos más altruistas que los de otras? Esto puede ser porque
experimentan más amor y menos rechazo. Entre los indios papago de Arizona, los
padres son afectuosos, respaldan a sus hijos y los cuidan; los padres de la tribu alorese
en Java, por el contrario, son sonalidad pacifica y de cooperación típica de los niños
papago, en comparación con el comportamiento hostil, desconfiado y agresivo de los
niños alorense (N. Eisberg, 1992).
Agresión
Un niño que trata de arrebatar con violencia el juguete de otro chiquillo, usualmente
solo esta interesado en conseguir el juguete, no en lastimar o dominar al otro niño. Esta
es una agresión instrumental o la agresión utilizada como instrumento para alcanzar
una meta y es el tipo de agresión mas común en la niñez temprana, entre la edad de 2
½ y 5 años, los niños acostumbran a pelearse por los juguetes y el control del espacio.
La agresión surge en mayor medida durante el juego social; los niños que pelean más
también tienden a ser más sociables y competentes. De hecho, la capacidad de
demostrar algo de agresión instrumental puede ser un paso necesario en el desarrollo
social.
A medida que los niños se pueden expresar mejor verbalmente, por lo común pasan de
la demostración agresiva con acciones a las palabras (E. Maccoby, 1980). Sin
embargo, las diferencias individuales tienden a ser mas estables, especialmente entre
los niños; es mas probable que quienes a la edad de los dos años golpeaban o agarran
por la fuerza los juguetes de otros niños, sean mas agresivos a la edad de cinco años
(E. M.Cummings, Iannotti y Zahn-Waxler, 1989). Después de los seis o siete años, la
mayoría de los niños se vuelven menos agresivos, más colaboradores, menos
egocéntricos y manifiestan más empatía. En esta época pueden ponerse en el lugar de
otra persona, pueden entender por que esa persona puede actuar de cierta manera y
pueden desarrollar medios más positivos para tratarla. También pueden comunicarse
mejor.
Uno a uno, cada chico del primer grupo experimental fue a un cuarto de juegos. Un
adulto como modelo jugaba tranquilamente en una esquina con juguetes. El modelo
para el segundo grupo experimental comenzó a ensamblar unos muñecos pero dedico
el resto de los diez minutos de la sesión a golpear, lanzar y patear la muñeca inflada de
tamaño real. Los niños en el grupo de control no vieron ningún modelo.
Después de las sesiones, todos los niños se sintieron medianamente frustrados al ver
los juguetes con los que no pudieron jugar. Luego, ingresaron en otro cuarto de juego.
Los niños que habían visto el modelo agresivo actuaron con mucha más agresividad
que los de los otros grupos, imitando muchas de las cosas que habían visto decir y
hacer al modelo. El modelo masculino agresivo influyo más que en el femenino en niños
y niñas. Los chicos que habían estado con el modelo pasivo fueron menos agresivos
que quienes no vieron ningún modelo, sugiriendo que un adulto como modelo positivo
puede moderar los efectos de la frustración.
Los efectos de una paternidad inadecuada se extienden más allá del hogar. Con
frecuencia, los padres de niños agresivos no se involucran positivamente en la vida de
sus hijos, quienes tienden a presentar un rendimiento escolar deficiente, a ser
rechazados por sus compañeros y a tener una baja autoestima. Mas adelante, ellos
pueden buscar y seguir el modelo de otros niños conflictivos que tengan un
comportamiento antisocial.
Este relato fue narrado e interpretado por un niño de cuatro años que vivía en una casa
en un vecindario de bajos ingresos del centro de Los Ángeles, durante las revueltas de
abril de 1992 que siguieron la absolución de cuatro policías blancos de cargos por
propinar una paliza descomunal a un motociclista negro, Rodney King. Los niños de
preescolar que estuvieron expuestos directamente a los disturbios tuvieron mucha mas
probabilidad que los de otras comunidades de realizar escenas violentas similares a las
que habían visto o escuchado. Este no es si no uno de muchos estudios en donde se
encontró que la exposición a la violencia en la vida real y los sucesos estresantes
influyen en los pensamientos, los sentimientos y el comportamiento de los niños.
Los niños que no ven modelos agresivos en la vida real suelen verlos en la televisión.
En realidad, la investigación realizada sugiere que los niños reciben más influencia de
los modelos de violencia que aparecen en las películas que en su propia vida. En edad
preescolar, los chicos ven un promedio de tres horas diarias de televisión. Un estudio
canadiense encontró que entre el 28% y el 40% de los pequeños entre tres y diez años
de edad ven programas de televisión con escenas de violencia.
¿Cómo puede la violencia que se ve en la televisión hacer que los niños se comporten
más agresivamente? Existen 2 hipótesis que involucran mecanismos de procesamiento
cognoscitivo. Uno de ellos es la situación familiar del comportamiento, que convierte las
imágenes de televisión en guías de comportamiento. El otro mecanismo es otra
disposición cognoscitiva. Ver escenas de violencia en televisión, puede estimular las
asociaciones con ideas y emociones agresivas; estas asociaciones vuelven a la
memoria cuando un niño se siente frustrado, atacado, dolido o se haya en una situación
de estrés y disponen, o preparan, al niño para responder agresivamente.
Otra explicación es que cuando los niños ven violencia en la televisión pueden asimilar
los valores que se presentan y llegar a considerar la agresión y la violación de la ley
como un comportamiento aceptable. Los niños que ven a héroes y villanos en televisión
consiguiendo lo que quieren por medio de actos violentos pueden volverse menos
sensibles al dolor que resulta de la agresión en la vida real. Por ejemplo, pueden dejar
de proteger a la victima de un tiroteo; también es más probable que quebranten las
normas y sean menos cooperadores para resolver las diferencias.
En 1993, la American Psychological Association convoco a la realización de un mayor
esfuerzo para reducir la violencia en televisión, incluyendo el establecimiento de límites
a la violencia en los programas que se emiten de 6 am y 10 pm, y presentando notas de
advertencia en las cintas con material violento. En 1996, el congreso de los Estados
Unidos aprobó una ley en donde se exige que todos los televisores nuevos estén
equipados con un dispositivo electrónico para bloquear la señal, de tal manera que los
padres puedan evitar que sus hijos vean programas reprobables. La ley también exige a
las redes de televisión establecer un sistema de clasificación para las escenas de
violencia.
Estos resultados son consistentes con los valores de crianza de las dos culturas. En la
japonesa, la ira y la agresividad se consideran contrarias al énfasis en las relaciones
armoniosas. Existe mayor probabilidad de que las madres japoneses disciplinen a sus
hijos con razonamientos e induciendo un sentido de culpabilidad al señalar como el
comportamiento agresivo puede lastimar a los demás; ellas también mostraron con
claridad su desagrado cuando los niños no cumplían con sus patrones de
comportamiento. Sin embargo, la diferencia intercultural en la ira y la agresividad de los
niños fue significativa, inclusive sin considerar si las mujeres estimulaban o no la
expresión emocional, sugiriendo que las diferencias de temperamento innatas pueden
tener relación con el comportamiento.
Temor
Los temores pasajeros son comunes en la niñez temprana. Muchos niños entre dos y
cuatro años temen a los animales, en especial a los perros. Hacia los seis años, es más
probable que sientan miedo a la obscuridad. Otras causas comunes de temor son las
tormentas y los médicos. La mayoría de esos miedos desaparecen a medida que los
niños crecen y pierden su sentido de indefensión. Los temores de los niños pequeños
surgen de su intensa vida de fantasía y su tendencia a confundir apariencia con
realidad. En ocasiones, su imaginación se desborda haciendo que sientan miedo a ser
atacados por un león, a un lugar o a ser abandonados. Los pequeños tienen más
posibilidad de amedrentarse ante algo que parece intimidante, como el monstruo de
una tira cómica, que por algo capaz de causar un gran daño, como una explosión
nuclear. En la mayor parte de las situaciones, los temores de los niños de más edad
tienden a ser más realistas.
La experiencia puede hallarse en la base de estos temores iniciales. Un niño de
preescolar cuya madre esta enferma en cama puede alterarse ante una historia en
donde la madre muere, inclusive si se trata de un animal. Con frecuencia, el miedo
surge de posibilidades de peligro, como que un perro lo muerda, o puede activarse ante
situaciones como la de un niño a quien atropello a auto y siente miedo de volver a
cruzar la calle. Los pequeños que han vivido la experiencia de un terremoto, un
secuestro, o alguna otra situación intimidante pueden temer que esta se vuelva a
presentar.
Los padres pueden ayudar a prevenir los temores de sus hijos transmitiéndoles un
sentido de confianza y precaución normal sin ser demasiado sobreprotectores y
superando sus propios temores irreales. Pueden ayudar al niño que ya siente miedo, a
recuperar su confianza y animándolo a expresar abiertamente sus sentimientos.
Actitudes de ridiculizar (“¡no eres un bebe!”) coerción (“acaricia al lindo perrito; no te
lastimara”) y de persuasión lógica (“el oso mas cercano esta a 20 millas, ¡encerrado en
un zoológico!”), no sirven de ayuda. No es si no hasta la escuela primaria que los niños
pueden decirse a mi mismos que las causas de su miedo no son reales.
A los chicos se les puede ayudar a superar sus temores a través de la desensibilisación
sistemática o exposición gradual ante un objeto o una situación intimidantes. En un
estudio, alumnos entre el primer y tercer grado superaron su temor a las serpientes a
través de un contacto cercano y frecuente. Después de un promedio de dos sesiones
de 15 minutos, 39 de los 45 niños sostuvieron serpientes en su regazo durante 15
segundos, en comparación con solo 5 de 22 niños en un grupo de control que no
recibieron el tratamiento.
RELACIONES CON LOS DEMÁS
Aunque las personas más importantes en el mundo de los niños pequeños son los
adultos que los cuidan. Las relaciones con hermanos y compañeros de juego se
vuelven más importantes en la niñez temprana. Casi todas las actividades
características y el tema de la personalidad a esta edad. Como el juego, la identidad de
género y el comportamiento prosocial o agresivo, involucran a otros niños
Hermanos a su ausencia
Los nexos entre hermanos y hermanas suelen ser el inicio de la etapa para relaciones
posteriores. A continuación se estudiaran las relaciones entre hermanos y luego a los
niños que cresen sin ellos.
Hermanos y hermanas
.-“Es mío”
.-”No es mío”
.-“Bueno yo juego primero con el”
Las riñas mas frecuentes e intensas entre hermanos se representan por los derechos
de propiedad -quien es el dueño de un juguete o quien tiene el derecho de jugar con el -
y algunas de esas disputas se vuelven tan preocupantes que los padres o las personas
encargadas de los niños deben intervenir para detenerlas. Aunque los adultos
exasperados no siempre pueden verlo de esta manera, las riñas entre hermanos y su
dominio pueda considerarse como oportunidades de socialización, en donde los niños
aprenden a establecer sus principios morales, aunque esos principios pueden no llegar
a ser los mismos que rigen a los adultos
Entre 40 parejas de hermanos entre dos y cuatro años, las peleas por la
propiedad de algo surgieron, en un promedio, cada 15 minutos durante un periodo de
observación de nueve horas. Inclusive, niños de 2 ½ años discutieron con base a
principios claros. El derecho de que el propietario de un juguete debe tener prioridad
sobre quien lo este usando en un momento dado, pero cuando la propiedad era común
(como fue la situación en casi la mitad de las disputas) quien lo poseía debía tener
derechos exclusivos. De otro lado, los padres no manifestaron abiertamente
La diferencia de edad entre los hermanos tuvo un efecto en parejas muy cercanas,
los hermanos mayores iniciaron más el comportamiento prosocial. Los hermanos del
mismo sexo fueron un poco más cercanos y jugaron juntos más pacíficamente que la
pareja de niño niña. Los hermanos se llevaron mejor cuando la madre no estaba con
ellos (Pelear puede ser una forma de llamar la atención paternal). En general estos
investigadores encontraron que los comportamientos prosociales y orientados hacia el
juego eran mas comunes que la rivalidad ,la hostilidad y la competencia (Abramovitch et
al..1996).
El hijo único con frecuencia, la gente piensa que el hijo único es malcriado, egoísta,
solitario o desadaptado, pero investigaciones realizadas no respaldan este criterio.de
acuerdo con un análisis de 115 estudios de niños con diferentes edades y
antecedentes, los únicos que actuaron comparativamente bien (falbo & polit,1986;polit
y falbo 1987.en logros ocupacionales y educativos e inteligencia sobre pasaron a los
niños con hermanos, especialmente cuando estos eran muchos o mayores. los hijos
únicos también tienden a ser mas maduros, a estar motivados para avanzar y tener un
auto estima mas alta. Sin embargo, no difieren en su ajuste en general o en su
sociabilidad ;quizá estos niños trabajan mejor por que sus padres les dedican mas
tiempo y centran su atención en ellos, les hablan mas, realizan mas actividades juntos y
esperan mas de ellos. La investigación en china en donde la ley, permite únicamente
familias con un solo hijo, también produjo resultados alentadores acerca del hijo único.
Un grupo de niños chinos en el jardín de infantes están aprendiendo como doblar papel
para hacer juguetes. Cuando los juguetes no quedan bien, algunos de los niños lo
intentan de nuevo por su cuenta u observan a sus compañeros e imitan lo que ellos
hacen. Otros se vuelven aburridos e impacientes y le piden a alguien que los haga por
ellos , o se retiran rompiendo en lagrimas. En algunas investigaciones (jio,ji
&Jing,1987), los niños de la segunda categoría tendieron a ser hijos únicos , un
resultado preocupante para la republica popular china, que en 1979 estableció una
política oficial de limitar las familias de tener solo un hijo.
En realidad, ahora los hijos únicos parecen tener una ventaja distinta en china. Cuando
a 731 niños y adolecentes citadinos se les entregaron los cuestionarios, los niños con
hermanos tuvieron niveles mas altos de miedo, ansiedad y depresión que los hijos
únicos, sin consideración de sexo o edad. Resulto evidente que los niños con hermanos
estaban menos adaptados a una sociedad que favorece y premia al hijo único (yang et
al., 1995)
Los hijos únicos parecen desempeñarse mejor a nivel cognositivo.un estudio aleatorio
realizado en escuelas de Beijing(Jiao,ji & jing,1996)encontró que los hijos únicos
superaron a sus compañeros de primer grado en memoria ,lenguaje y destrezas
matemáticas. Este resultado puede reflejar mayor atención, estimulo, esperanzas y
expectativas pero los padres demuestran a un bebe que saben que será el primero y el
ultimo. en quinto grado, los hijos únicos nacieron antes de que la política de restricción
fuera de obligatorio el cumplimiento-y cuyos padres pueden haber planeado
originalmente tener una familia mas grande –no demostraron una ventaja cognoscitiva
avanzada .
Los dos últimos estudios utilizaron muestras urbanas. Otras investigaciones pueden
revelar si los resultados se mantienen en áreas rurales y pueblos pequeños, en donde
los niños con hermanos son más numerosos, y los hijos únicos mantienen su
superioridad cognoscitiva cuando ingresan ala escuela.
La política poblacional china tiene implicaciones más amplias. Si tiene éxito, la mayoría
de los chinos eventualmente carecerán de tias, tios, sobrinos, sobrinas y primos, así
como de hermanos. Resulta incalculable la manera como todo esto afectara a
individuos, familias y estructuras social.
Una pregunta mas inquietante es ¿Qué paso con las niñas? Un censo de 1990 sugiere
que el 15% de todas las niñas que nacen en china (casi medio millón de infantes nacen
vivos cada año) andesaparecido.se sospecha que muchos padres, al permitírseles
tener un solo hijo, matan o dejan morir por descuido alas niñas para poder tener la
oportunidad de tener y educar a 8n hijo varón que es mas valioso. una explicación mas
benigna es que se oculta a estas niñas y se las educa en secreto para evadir la orden
del hijo único (Kristof,1991,1993).en cualquier caso esta política parece tener
ramificaciones que sus creadores pudieron no haber considerado, y la preocupación ha
cerca de estos efectos no previstos pueden ser un factor en el actual descenso en la
obligatoriedad para cumplir la norma.
A lo cuatro años, Anna prefería mucho mas jugar con otras niñas que con los
muchachos. Constantemente clasificaba juguetes, juegos y actividades, como cosas
“niñas”, o cosas “niños”;n cuando no estaba segura de cómo clasificar un objeto,
preguntaba sobre el. Su amigo STEPHEN también estaba mas interesado en jugar con
niños de su mismo sexo.
Una tendencia hacia le segregación sexual en el juego parece ser universal a través de
las culturas. Dicha tendencia resulta común entre los chicos de preescolar de tres años,
quienes tienden a aceptar con beneplácito a compañeros del mismo sexo para jugar.
Inclusive, se vuelve mas común en la niñez temprana cuando los muchachos
acostumbran a jugar en las calles y en otros lugares públicos, mientras que las niñas se
reúnen en sus casas o en el prado (E.E Maccoby 1988, 1990,1994; Ramsey &
Lasquade, 1996; J.Snyder, West Stockemer, Gibson & Alquim-Parks, 1996).
Varones y niñas suelen jugar de distinta manera y a ninguno de los sexos parece
agradarle el estilo del otro ( serbin, moller,gulko powlishta & Colburne, 1994). La
mayoría de los muchachos juegan a la lucha, en grupos grandes mientras que las niñas
se inclinan `por jugar con mas tranquilidad con una compañera (benenson, 1993). La
diferencia no solo se basa en relacionar distintas clases de actividades; aun cuando
niños y niñas jueguen con los mismos juguetes, interactúan de modo diferente. A los
cuatro años, cuando el juego se basa en el grupo escolar grande, los chicos se
organizan por parejas con mas frecuencia pero por un tiempo mas corto que las niñas,
y al llegar a los 6 años, los muchachos realizan mas actividades de grupo
coordinados(benenson, Apostoleris & parnass,1997). Los varones son mas impetuosos
para jugar, mientras que la niñas tienden a establecer reglas como fijar turnos para
evitar choques (E. Maccoby.1980) no sorprende, entonces, que los amigos del
preescolar sean del mismo sexo.
ELEGIR A LOS OMPAÑEROS DE JUEGO Y A LOS AMIGOS.
No todos los niños que carecen de compañeros de juego tienen un deficiente ajuste
social. En realidad entre 567 niños del jardín casi 2 de cada 3 niños retraídos fueron
calificados ( por medio de observación directa cuestionarios resueltos por el profesor y
entrevistas con os compañeros de clase) como social y cognoscitivamente
competentes; ellos simplemente preferían jugar solos( Harris, Zain, Beates, Dodge &
Pettit, 1997).
BENEFICIOS DE LA AMISTAD
A través de las amistades así como de las interacciones con compañeros de juego mas
casuales, los niños pequeños aprenden a relacionarse con los demás. Aprenden que
ser un amigo es la manera de tener un amigo aprenden como resolver los problemas
en las relaciones, al ponerse en el lugar de la otra persona y ven modelos de diferentes
tipos de comportamiento. Aprenden valore morales y normas sobre el papel de genero
y practican papeles de adulto.los niños que tienen amigos tienden a hablar mas que los
demás y a asimilar los turnos de dirigir y obedecer (J. Roopnarine & Field, 19984) sin
embargo existe; diferencias individuales en las relaciones con los amigos que se
pueden afectar con el desarrollo cognitivo. A los tres años los niños que pueden leer la
forma como se podría sentir otra persona o interpretar una situación, tienden mas a
participar en diálogos con sus amigos y a coordinar el juego( Slomkowski & Dunn
1996).
Los niños con amigos disfrutan mas la escuela (Ladd & hart, 1992) . Entre 125 niños
del jardín de infantes, quienes tenían amigos en su clase iniciaron sus estudios y se
sintieron mejor dos meses después quienes conservaron esas amistades siguieron
disfrutando de su escuela al finalizar el año escolar. Además, aquellos que hicieron
nuevos amigos tuvieron calificaciones mas altas en las pruebas de logro, mientras los
niños rechazados por sus compañeros comenzaron a sentir desagrado por la escuela,
faltaron mas a clases y solo llegaron a la mitad de los resultados de los pruebas
académicas(Ladd, 1990).
Las amistades pueden ayudar a preparar a los niños para la llegada de otro hermano.
en un estudio longitudinal de treinta primogénitos entre tres y cinco años de edad ,que
comenzó entre el ultimo trimestre del segundo embarazo de la madre, los niños tuvieron
un mejor amigo, que juega juegos fingidos mutuos y pudieron relaciones mas estables
con el nuevo bebe cuando este tenia seis y catorce meses de edad, respectivamente.
Aprender a llevarse bien con un amigo y manejar los conflictos puede ser un buen
ensayo para llevarse bien con su hermano, y el juego de fantasía permite a los niños
prepararse para las preocupaciones por el cambio que implica en sus vidas la llegada
del nuevo hernano.obiamente los mismos rasgos de la personalidad y las destrezas
sociales también pueden contribuir a las relaciones positivas entre hermanos (Kramer &
Gottman,1992)
PATERNIDAD Y POPULARIDAD
La relación propia de los padres puede ser un factor de influencias. Los niños cuyos
padres no se llevan bien, en ocasiones responden a la tensión resultante tratando de
evitar conflictos con otros niños. En consecuencia, no participan a fondo en las
actividades lúdicas y no aprenden como relacionarse con los demás (Gotman & katz,
1989).
Los adultos pueden ayudar a los niños en sus relaciones con sus compañeros
prometiéndoles estar junto con otros compañeros, supervisando su juego y sugiriendo
estrategias para acercarse a otros niños.
Los chicos cuyos padres organizan reuniones de juego para ellos , tienen mas
compañeros, los ven con mas frecuencia e inician reuniones pro su cuenta ( Ladd
&Colter,1988, Ladd & Hartt, 1992).al organizar y supervisar reuniones los padres
promueven el comportamiento prosocial a pensar en la necesidades y deseos de sus
invitados. Como los niños que tienen un comportamiento altruista tienden a ser mas
populares, esta orientación puede tener consecuencias de larga duración(Ladd & hart,
1992). Otra estrategias útiles pro parte de los adultos incluyen 1)hacer el esfuerzo
especial por encontrar un grupo de amigos 2) animar al “solitario” a jugar con otro
solitario y con un grupo de dos o tres pequeños, 3)estimular los signos de empatía y
respuesta. 4) enseñar indirectamente destrezas de amistad utilizando tires,
representando por personajes, y libros acerca de animales y niños que aprenden a
hacer amigos (Ramsey & Lascade,1996;J.Roopnarine & honing, 1985 ).
Los padres que supervisan los juegos de sus hijos en edad preescolar permaneciendo
cerca, suelen lograr que estos sean socialmente competentes. Los chicos cuyos
padres participan activamente en el juego no se ajustan igual de bien en el salón de
clase .los estilos iniciales que utilizan los padres para controlar a los pequeños
pueden influir en la manera como estos jugaran con los demás (Ladd & colter, 1988).
Practica como manejar los problemas con lo compañeros puede ser benéfico (mize
&Pettit, 1997). Un estudio australiano encontró una fuerte relación entre las destrezas
sociales de los niños en el jardín de infantes y sus madres (russeill & finnie, 1990).a las
madres se les pidió que ayudaran a sus hijos a unirse a otros dos niños a quienes el
niño objetivo no conocía. Las madres de los chicos eran populares tendieron mas
ofrecer sugerencias objetivas y orientadas hacia el grupo, que dirigían la atención de su
propio hijo a lo que los otros dos pequeños estaba haciendo. Hicieron comentarios
positivos acerca del juego y les dieron ideas para unirse a la pareja. Las madres de los
niños que resultaban desagradables o a quienes por lo general, no tenían en cuenta los
demás compañeros de clase mostraron una falla de sensibilidad hacia la pareja de
niños que estaban jugando; ellas interrumpían el juego para hacer lo q los demás
hacían y asi permitir al suyo, o dieron poca o ninguna ayuda eficaz a este ultimo.
Como los niños de preescolar responden a sus compañeros con base a la experiencia
pasada, es importante ayudarles a aprender estrategias efectivas antes de que
enfrenten al mundo exterior(Ramsey & lasquade, 1996). Si es o ya ha sucedido, un
cambio en el comportamiento del niño puede no servir como ayuda a menos que se aga
algo para modificar las percepciones de los demás chicos tienen de ese niño, o para
encontrar un nuevo grupo de compañeros con el fin de que el pequeño sea uno de ellos
(J.Snyder et el., 1996)
RESUMEN
GENERO
* La identidad de género, la conciencia del género de la misma persona y su
significado, es un aspecto importante en el desarrollo del auto concepto.
* Las diferencias sexuales son diferencias físicas entre hombres y mujeres ,
las diferencias de genero son distinciones psicológicas o de comportamiento.
Existen pocas diferencias de genero en la niñez temprana y por lo general son
pequeñas.
*Todas las sociedades tienen comportamientos y actitudes apropiadas para los
dos sexos.los niños aprenden estos papeles de genero atraves de la tipificación
de genero .los estereotipos del genero pueden restringir el desarrollo de ambos
sexos.
* En la teoría freudiana, un niño desarrolla la identidad de género a través de la
identificación con el padre del mismo sexo después de superar el deseo de
poseer otro padre.
*la teoría del desarrollo cognoscitivo sostiene que la identidad se desarrolla a
partir de la reflexión sobre la experiencia.
* La teoría del esquema del genero sostiene que los niños ajustan su propio
auntoconcepto a la teoría del genero de su cultura, es un patrón de
comportamientos socialmente organizado para hombre y mujeres.
*de acuerdo con el modelo de confirmación-despliegue del esquema, el esquema
de genero sirve como una situación familiar para asimilar y aplicar información
acerca de los roles de genero.
* un niño criado con un esquema de género sin estereotipos puede desarrollar
una personalidad andrógina.
* Algunas investigaciones sugieren que factores biológicos y de ambiente, como
la influencia de los padres y los medios de comunicación, afectan la tipificación
de género.
TERMINOS CLAVE
Autodefinición (415)
Representación sencilla(415)
Yo real(415)
Yo ideal(415)
Autoestima (419)
Genero (420)
Identidad de genero(421)
Diferencias sexuales(421)
Identificación (423)
Andrógina (426)
Disciplina (434)
Autoritario (436)
Permisivo (437)
Democrático (437)
1.-Mirando hacia atrás, ¿puede pensar usted en formas que sus padres u otros adultos
emplearon para ayudarle a desarrollar su autoestima?
2.-”los hombres son por naturaleza mas agresivos y las mujeres mas maternales.
Aunque estos rasgos pueden alterarse han alguna medida, las tendencias básicas se
mantendrán”
3.- ¿en donde ubicara usted sus puntos de vista con el continuo en los siguientes
extremos? Explique su respuesta.
* La familia A piensa que las niñas solo deben vestir trajes con fruncidos y que los
muchachos nunca deben lavar platos y llorar
* La familia Z amenaza a sus hijos exactamente del mismo modo, sin hacer diferencias
por el sexo de los niños.
4.- como padre ¿que formas de disciplina favorecería usted en estas situaciones? De
ejemplos específicos y explíquelos
5.- ¿hasta que punto le agradaría que sus hijos adoptaran sus valores y sus patrones?
6.-en una sociedad en donde “los buenos samaritanos “ en ocasiones se les censura
pro “inmiscuirse en los asuntos de los demás” y a veces reciben los ataques de las
mismas personas a quienes trataron de ayudar, ¿ resulta apropiado animar a los niños
a ofrecer su ayuda a los extraños?
8.-como los niños pequeños suelen ver noticias mas escalofriantes que los programas
reales ¿deben tratar de evitar los padres que vean estos programas o deben tratar de
asegurar a los niños que los sucesos atemorizantes no les ocurrirán a ellos?
9.- una manera que tienen los pequeños de enfrentar sus miedos haciendo actividades
potencialmente atemorizantes como disfrazarse para halloween, ir a parques con temas
de terror y escuchar historias de fantasmas.¿ aprueba usted estos juegos? ¿Por qué?
Salud mental
La salud mental de los niños estadounidenses parece haber empeorado desde
mediados de la década de 1970. Cuando padres y maestros calificaron a 2466 niños
con edades entre los 7 y los 16 años, que no estaban en tratamiento psicológico en
1989, en comparación con las calificaciones de muestras similares tomadas en 1976 y
1981, apareció que los problemas emocionales y de comportamiento se habían
incrementado durante esos años (Achenbach & Howell, 1993). En 1976, únicamente el
10% de los niños fueron calificados con problemas que podían necesitar de tratamiento
clínico; en 1989, la cifra comparable fue más del 18%. Además, casi tres veces la
proporción de niños en 1976 quedó excluida de la muestra de 1989 porque habían
requerido servicios de salud mental durante el año anterior.
Aunque los niños pobres tienen más problemas, el descenso en la salud mental se
presenta en todos los niveles económicos. Cuando el ingreso se tuvo en cuenta, los
niños negros y blancos se vieron afectados por igual. Las condiciones que demuestran
un aumento significativo, de acuerdo con padres y maestro, incluyeron retraimiento o
problemas sociales (querer estar solo o jugar con niños más pequeños o ser
reservados, malhumorados, demasiado dependientes o apáticos); problemas de
atención o pensamiento (impulsividad, hiperactividad o dificultad para concentrarse y
hacer el trabajo escolar); agresión o delincuencia (ser conflictivos, obstinados,
irascibles, desobedientes, destructivos o antisociales); y ansiedad o depresión
(sentimientos de tristeza, desamor, nerviosismo, miedo o soledad).
El aumento de las perturbaciones emocionales puede reflejar el incremento del estrés
en la vida moderna. La tendencia no es mejor en otros países, incluyendo Francia,
Australia, Tailandia y Puerto Rico (Achenbach & Howell, 1993). Sin embargo, diferentes
problemas salen a floto entre las distintas culturas. Por ejemplo, los niños de la tribu
embu de Kenia, cuyos padres hacían énfasis en la obediencia, tienden a verse en
problemas ocasionados por miedos, sentimientos de culpa y dolores en el cuerpo sin
que existan causas médicas conocidas. Los niños estadounidenses, cuyos padres
valoran la independencia, tienden más a discutir en exceso o a ser crueles o
desobedientes (Weisz, Sigman, Weiss & Mosk, 1993). Algunos problemas parecen
estar asociados con una fase en particular de la vida de un niño y estarán por fuera de
su control, pero otros necesitan ser tratados para prevenir la aparición de problemas
hacia el futuro.
Perturbaciones emocionales comunes
Las perturbaciones emocionales pueden afectar todos los aspectos del desarrollo. De
acuerdo con un estudio de 776 niños entre 9 y 18 años, las niñas que presentaron
desórdenes por ansiedad crecieron, en promedio, una a dos pulgadas menos que las
demás mujeres, aparentemente porque esos desórdenes afectaron la liberación en el
cerebro de las hormonas del crecimiento (Pine, Cohen & Brook, 1996).
A continuación se estudia un tipo de desorden de ansiedad común que involucra la
separación de los padres. También se describirán otros dos desórdenes que se ven a
menudo entre los escolares de los Estados Unidos: el comportamiento teatral y la
depresión en la niñez.
Comportamiento teatral
Cuando los niños pelean, mienten, roban o destruyen la propiedad ajena
continuamente, pueden estar exhibiendo un comportamiento teatral: un
comportamiento errado que es una expresión externa de perturbaciones emocionales.
Casi todos los niños mienten en algunas ocasiones, pero cuando superan la edad de
seis a siete años y siguen inventando historias, esto suele ser una señal de inseguridad.
Pueden estar tratando de llamar la atención y la estimación de los demás o mostrando
hostilidad hacia sus padres. Del mismo modo, el robo ocasional menor, cuando requiere
de manejo, no necesariamente es un signo de problemas serios; sin embargo, los niños
que roban con frecuencia, a menudo están demostrando hostilidad. A veces, los
artículos robados parecen simbolizar el amor, el poder o la autoridad de los padres, de
los cuales el niño se siente privado (A. H. Chapman,. 1974).
Depresión en la niñez
“No le gusto a nadie” es una queja común entre los niños en edad escolar, que tienden
a ser consientes de la popularidad, pero una prolongada sensación de falta de
amistades puede ser un signo de depresión en la niñez, un desorden afectivo o
desorden del estado de ánimo, que va más allá de la tristeza moral temporal. Otros
síntomas pueden incluir la incapacidad de divertirse o de concentrarse, fatiga, actividad
o apatía extremas, llanto, problemas de sueño, sentimientos de falta de valor, cambio
en el peso, dolencias físicas y pensamientos frecuentes acerca de la muerte y el
suicidio. Si cinco de estos síntomas perduran por más de dos semanas, pueden indicar
depresión (APA, 1994). Si los síntomas persisten, el niño debe recibir ayuda
psicológica. El tratamiento es importante, no sólo para dar alivio inmediato, sino
también porque la depresión en la niñez puede llevar a intentos de suicidio y, con
frecuencia, señala el comienzo de un problema que puede persistir hasta la edad
adulta.
Técnicas de tratamiento
Estrés y adaptabilidad
Los recursos estresantes son parte de la niñez, y la mayoría de los niños aprenden a
afrontarlos. Sin embargo, el estrés que se vuelve inmanejable puede conducir a
problemas psicológicos. Una enfermedad, el nacimiento de un hermano, la frustración
diaria y la ausencia temporal de los padres son fuentes comunes de estrés para casi
todos los niños. El divorcio o la muerte de los padres, la hospitalización y los obstáculos
cotidianos de la pobreza afectan a muchos niños. Algunos chicos deben vivir el trauma
de la guerra, los terremotos o el secuestro; estos factores de estrés severo pueden
tener efectos a largo plazo en el bienestar físico y psicológico (Garmezy, 1983; Pynoos
et al., 1987). Aunque algunos niños muestran gran adaptabilidad o resistencia para
sobrevivir a tales avatares.
Niñez inmediata
Aunque los niños en edad escolar pasan menos tiempo con sus padres que
con sus compañeros, las relaciones con los primeros sigue siendo las más
importantes. La cultura influye en las relaciones y en los roles de la familia,
incluyendo la importancia de la familia extendida.
La estructura de la familia y la atmósfera de ésta son dos componentes
importantes del ambiente familiar. En sí misma, la estructura de la familia
tiene menos influencia que la atmósfera del hogar, la cual incluye el nivel
emocional y el bienestar económico.
La corregulación es una etapa intermedia en la transferencia del control de
los padres al hijo.
El impacto y personalidad del niño; si la madre trabaja tiempo completo o
parcial; cómo se siente con respecto a su trabajo; si tiene un compañero
que la apoye, y el estatus socioeconómico de la familia y la clase de
cuidado que el niño recibe. Los roles de familia del padre parecen ser tan
importantes para él como los roles del trabajo; la incomodidad de los
conflictos del rol familia-trabajo puede afectar a sus hijos.
Los padres que viven en condiciones de pobreza persistente pueden ser
menos capaces de ofrecer a sus hijos una disciplina efectiva y de brindarles
supervisión y apoyo emocional.
En la actualidad, muchos niños en los Estados Unidos crecen en
estructuras de familias no tradicionales: con uno de los padres, familias
mixtas, de homosexuales y lesbianas y familias encabezadas por los
abuelos u otros parientes.
Las reacciones de los niños ante el divorcio dependen de varios factores,
que incluyen edad, género y adaptabilidad; la manera como los padres
manejen la situación, el contacto con el padre que no tiene la custodia del
hijo y las circunstancias que rodean el nuevo matrimonio de un padre.
Algunos niños presentan efectos negativos a largo plazo por el divorcio de
sus padres.
Los hijos que viven solamente con uno de los padres o en familias mixtas
están en riesgo de tener un progreso escolar más bajo y otros problemas.
En las familias con un solo padre, estos efectos parecen estar bastante
relacionados con bajos ingresos.
A pesar de la preocupación publica con los niños que viven con padres
homosexuales, los estudios no han encontrado efectos nocivos.
El divorcio puede debilitar los vínculos afectivos con los abuelos (por lo
general, los paternos) y los nietos.
Los hermanos ejercen una poderosa influencia entre sí, bien sea
directamente (a través de su interacción) o indirectamente (a través de su
impacto en la relación de cada uno de ellos con los padres).
Los roles y la responsabilidad de los hermanos en las sociedades no
industrializadas son más significativos y estructurados a través de la vida,
que en la sociedades industrializadas.
El niño en el grupo de los compañeros
Los grupos de compañeros por lo general están integrados por niños
similares en edad, sexo, etnia y estatus socioeconómico, y que viven cerca.
El grupo de compañeros tiene varias funciones positivas en el desarrollo:
ayuda a los niños a desarrollar destrezas sociales, les permite poner a
prueba y adoptar valores independientes de los padres, les da un sentido
de pertenencia y fortalece el autoconcepto. Un efecto negativo en el
estímulo del conformismo; otro es la segregación racial o étnica, que puede
reforzar los prejuicios.
La popularidad influye en la autoestima. Los comportamientos que afectan
la popularidad pueden derivarse de las relaciones de la familia y pueden
definirse a nivel cultural. Los niños que son rechazados por sus
compañeros corren el riesgo de padecer problemas emocionales y de
comportamiento.
La amistad implica el compromiso mutuo y la actitud de toma y dame. Por lo
general, los amigos son de la misma edad, sexo y etnia, y tienen intereses
comunes.la intimidad y estabilidad de las relaciones aumenta durante la
niñez intermedia.
Los niños altamente agresivos tienden a causar desagrado. Los muchachos
son agresivos más directamente, pero es más probable que las niñas
manifiesten una agresión relacional.
La niñez intermedia es un periodo en el que aparece el abuso. Por lo
general los abusadores son varones; las víctimas pueden ser niños o niñas.
Tanto los abusadores como las víctimas son impopulares. Las víctimas
tienden a tener destrezas atléticas deficientes y baja autoestima.
Salud mental
TÉRMINOS CLAVE
Tanto las investigaciones como el trabajo clínico con adolescentes tempranos, han
permitido caracterizar los factores que propician el riesgo existente en ciertos
estilos de vida. Esta información permitirá que los adultos que rodean al
adolescente puedan trasmitir a estos la convicción de que participar activa y
honestamente para procurar ambientes saludables incrementa las propias
habilidades, así como la sensación de bienestar.
ÁREA PSICOCORPORAL
TIEMPO LIBRE
CREATIVIDAD
Al reflexionar acerca de los factores del cuadro anterior, hay que recordar el hecho
de que aunque se presente alguno de ellos ya sea de riesgo o de protección, no
es suficiente para indicar que hay problemas o que se ha encontrado un remedio
para librarse de estos. Lo importante es considerar el clima general en que se dan
y comprender los aspectos que configuran al estilo de vida. Así, deben
considerarse únicamente los factores aislados.
Educar
REVISTA DE EDUCACIÓN
Secretaria de Educación
Gobierno del estado de Jalisco
APLASTANDO LAS HOJAS SECAS O DE LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA
Introducción
Para Jackson (1968) la escuela puede ser paraíso o infierno, o ambas cosas al
mismo tiempo. Para muchos estudiantes ser víctima de acoso y agresiones es una
de las caras que adquiere el infierno escolar. Diversos investigadores se preocupan
por el incremento de comportamientos violentos en el ámbito escolar, sin embargo,
aunque se trata de un tema de moda, llevado a un plano en el mundo de las noticias,
tenemos que reconocer que es grande nuestro desconocimiento del mismo.
Galtung (1995:26) señala que la violencia está presente cuando los seres humanos
se ven influidos de tal manera que sus realizaciones afectivas, somáticas y
mentales, están por debajo de sus realizaciones. Este autor elabora una taxonomía
de la violencia: 1 )violencia física o psicológica; 2) violencia positiva o negativa; 3)
violencia estructural o indirecta; 4) violencia deliberada o no deliberada, y 6)
violencia manifiesta o latente. En todos los casos encontramos que la violencia
obstaculiza la autorrealización humana. Al respecto, benjamín (1998) dice que la
violencia implica la destrucción de la capacidad de obrar que un individuo tiene por
parte de otro sujeto. De igual manera, para Romans (2000) la violencia supone
hacer uso de la fuerza como recurso para producir intimidaciones o coacción moral o
física a fin de obligar a otras personas a adoptar un comportamiento que de otra
manera no se hubiese producido.
Preguntarse, como lo hace Arendt (1998), ¿Cómo es posible vivir en el mundo, amar
al prójimo- o incluso a tu mismo- si no te aceptan como eres?
El acoso entre compañeros es una vieja historia. Los motivos o pretextos para
acosar son múltiples y variados. Se te acosa por tu acento provinciano, por tu cara
linda, pero también por ser feo, por vestir conservadora o por transgresoramente,
por ser inteligente o por ser “burro”, por ser consentido de la maestra o por no
llamar la atención, por presentar un defecto físico o psicológico(como la timidez), por
hablar mucho o por hablar poco. En fin, para el acosador los motivos sobran.
En un total de 274 narrativas estudiantiles entré 199 relatos en las que los alumnos
narraron haber sido acosados en algún momento de su vida estudiantil.
Coincido con Savater (1997) en su apreciación de que los humanos nos parecemos
más a los cuentos que a las cuentas, por eso acompañamos de voz a las
estadísticas presentadas. Los siguientes relatos tienen la intención de mostrar cómo
dijeron haberse sentido los alumnos que se narraron como víctimas de acoso por
parte de sus compañeros.
Lo que une estos alumnos es el sentimiento de desamparo e indefensión desde el
cual se narra.
En la primaria recuerdo que era mal visto por los compañeros que fueras un buen
niño y te ganaras el aprecio de la profesora, ya que si así lo hacías los demás niños
se ponían celosos y te molestaban y hacían todo lo posible para que la pasaras mal.
Los chicos actuaban por celos, no porque lo disfrutaran, por lo menos pensaban que
estaban defendiendo sus intereses. En la secundaria aprendí que tratan mal a las
buenas personas que no son agresivas, y lo peor de todo es que disfrutan de
hacerlo. No lo hacen por celos, no lo hacen porque les caigas mal, sino porque les
gusta aplastar al débil, como cuando vas caminando por la calle en otoño y aplastas
las hojas secas que están tiradas en el piso. Sólo el placer de escucharlas tronar y
tan sólo porque ellas no pueden hacer nada para defenderse, piensas que están
bien.
Pero se siente muy mal ser molestado por los demás. Te baja la autoestima,
piensas que eres menos que los demás, sólo por no poder pertenecer a su grupo,
pero también sabes que no puedes pertenecer a su grupo porque no te gustaría
tener que molestar a los débiles sólo para que te acepte un grupo de moléstanos.
Contamos historias porque, según Ricoeur al fin y al cabo “las vidas humanas
necesitan y merecen contarse. Esta observación adquiere toda su fuerza cuando
evocamos la necesidad de salvar la historia de los vencidos y perdedores. Toda la
historia del sufrimiento clama venganza y pide narración” 82000:145). El sufrimiento
humano, según Galeano, al ser escrito deja de ser inútil.
En la tabla también apreciarse que las alumnas narran más frecuentemente ser
víctimas de acoso. Una preparatoriana de 18 años cuenta su experiencia al
respecto:
“Con respecto a mis compañeros, yo sentía que me llevaba bien con la mayoría de
ellos. Sólo había dos niñas con las que peleaba constantemente, eran de segundo.
Pero siempre me molestaban, pero todo era parte de la escuela… llevaba esa idea
de que el promedio era lo más importante, pero entre mejor era mi promedio más
era el rechazo de mis compañeras…había una compañera en especial que siempre
me estaba molestando y más porque tenía beca por mi aprovechamiento escolar.
Siempre insultaba mi forma de ser y hablaba mal de mi familia. Ella era una
muchacha muy decidida, tanto que a veces convencía a todas mis compañeras de
que me dejaran de hablar. Eso a mí no me dolía mucho. Pensé que la razón por la
que ella se portaba así era mi promedio, y pensé que si lo disminuía un poco ella me
hablaría bien. Pero no fue así, le caía mal y eso era todo… cuando entre a tercero
comencé a sentir algo así como que rechazaba a mi escuela, o sea, con ese serán
tres años paliando sin que yo tuviera algún motivo o sin que yo conociera la razón.
Tan decepcionada estaba que quería salirme de la escuela, tal vez asistir a otra para
que ella no me molestara… como fui muchas veces rechazada por mis compañeros,
me propuse que si ingresaba a la prepa no sería una de las mejores, solo intentaría
no reprobar manteniendo un promedio medio, esta actitud perjudicó grandemente mi
vida estudiantil de prepa”.
Toda pregunta, hacia Herdegger (1927), abre caminos, y los hallazgos presentados
nos abren innumerables preguntas: ¿se trata de un tendencia nacional el acoso por
igual a los alumnos que alumnas? Obtener buenas calificaciones pare ser el
principal motivo para convertirse en víctima de acoso entre compañeros. ¿Cuáles
son las cifras reales de acoso entre compañeros? ¿En qué nivel se presenta más los
comportamientos de acoso? Es necesario no perder de vista que los testimonios
aquí presentados son extraídos de narrativas estudiantiles sobre su experiencia de
ser estudiante. A los preparatorianos no se les interrogo directamente sobre acoso y,
sin embargo el número de estudiantes que reportaron ser haber sido víctima es
alarmante alto. Otro punto que llama la atención es que el recuerdo es importante y
significativo. En algunos casos han pasado muchos años y siguen contando la
historia de cómo fueron acosados, es porque esta experiencia ocupa un lugar en su
vida de estudiante en particular, y de su vida en general. Por lo tanto, estamos frente
a verdaderas víctimas. El sentimiento de ser injusta e impunemente maltratado ha
dejado huella. No se trata de un sentimiento pasajero, si no por el contrario de un
sentimiento profundamente incomodo, donde se mezclan la importancia, el rencor y
la amargura, entre otras cosas. En muchos casos el molestar contra la escuela
proviene de haber participado en alguna de las tres posiciones posibles del acoso
entre compañeros: agresor, víctima o testigo.
Bastián había dejado de correr. Ahora andaba despacio y, al final de la calle vio el
edificio del colegio. Sin darse cuenta había tomado su camino habitual. La calle le
pareció vacía aunque había personas aquí y allá. Pero , a quien llega tarde al
colegio, el mundo que lo rodea le parece siempre muerto. De todas formas, le daba
miedo el colegio, escenario de sus fracasos diarios; le daban miedo los profesores,
que le reñían amablemente o descargaban sobre él sus iras; miedo los otros niños
que se reían de él y no perdían oportunidad para demostrarle lo torpe y lo débil que
era. El colegio le había parecido siempre como una pena de presión larguísima, que
duraría hasta que creciese y que él tenía que cumplir con muda resignación… tenía
que irse, y lo mejor era hacerlo ya.”
Arendt (1998) advierte: “no hay ningún tipo de consideración con la víctima2, lo
que da a esta, es una baja autoestima, una inmensa sensación de fracaso. La
depresión estará presente y empezarán por faltar de vez en cuando pero pronto
hará más frecuente la ausencia de la escuela. Reprobarán uno, dos, tres y hasta
nueve exámenes y finalmente tomara la decisión de abandonar la sacro santa, pero
violenta escuela.
Bringiotti, María Inés (200), “Abuso Sexual Infantil: ¿Qué Podemos Hacer
Desde La Escuela?”, En Ensayos Y Experiencias, Año 7, Núm. 38, Mayo-
Junio, Buenos Aires, Ediciones Novedades Educativas (Psicología y
educación), pp. 80-93.
Los diferentes servicios de abordaje del maestro infantil llevan estadísticas sobre los
casos atendidos, y algo similar ocurre con los casos judicializados, pero falta una
articulación de los datos y un análisis global de esta información.
Este bajo registro de los casos de abuso sexual en el ámbito escolar frente a otro
tipo de malos tratos- por ejemplo, hablar libremente de aquellos casos en los cuales
el niño participaba o colaboraba con sus padres y/o familia en acciones de tipo
delictivas-, nos llevo a realizar un par de talleres en algunas escuelas con docentes y
autoridades, trabajados sobre los diferentes tipos de maltrato y abandono
específicamente el problema del abuso sexual.
Ellos nos deberían de llevar a una serie de reflexiones sobre lo que ocurre respecto
de la baja de tensión del problema. El trabajo con el docente nos ha mostrado que
es necesario abordar una serie de acciones:
* Directora del programa de Investigación en Infancia Maltratada. Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
mbringio@filo.uba.ar
** Este artículo replantea algunas cuestiones básicas surgidas a posteriori del desarrollo del
Programa de Tratamiento y recuperación de padres maltratadores y presentadas parcialmente en
Revista de Victimología, N° 13, Córdoba, Centro de Asistencia a la Víctima, 1998.
Ante este panorama, el profesor Hellison hace años que está poniendo la aplicación
de un modelo para enseñar responsabilidad a través de la actividad física,
caracterizado por un determinado número de puntos clave. La ética fundamental del
programa de Hellison “La enseñanza de la responsabilidad social y personal a través
de la educación física y el deporte” puede sintetizarse en la siguiente expresión:
ayudar a los alumnos a adquirir responsabilidad social y personal no significa
meternos en la cabeza de los niños, sino meterlos a ellos en nuestras cabezas.
Hellison parte del claro convencimiento de que sus alumnos necesitan aprender a
asumir una mayor responsabilidad en relación en relación con su bienestar y sus
relaciones con los demás, por lo que está muy interesado en proporcionarles
diversas vías de actuación mediante las cuales adquirir una serie de valores sociales
y personales, entre los que destaca la responsabilidad, porque de ella se derivan
otras muchas conductas socialmente deseables. Lo que Hellison pretende es que
sus alumnos aprendan los valores como cualidades para experimentar y poner en
práctica, para que finalmente sean capaces de adoptar, modificar o rechazar
determinados valores relacionados con el bienestar personal (esfuerzo y
autodirección), y dos relacionados con el bienestar social (respeto a los derechos de
los otros, y sentimientos de preocupación por los demás), que se encuentran
envueltos en la filosofía de la responsabilidad social y personal.
Decía Hellison (1995) que este proceso lo obliga a excluir muchos otros valores,
como la autoestima, la cooperación y la honestidad, pero considera que si quiere
que sus alumnos recuerden los valores y los asuman, estos deben estar claramente
especificados, deben ser concisos y de número reducido (al menos hasta llegar a las
últimas etapas del proceso que más adelante expondremos). Donald Hellison
propone un programa de intervención que él ha aplicado con éxito en diferentes
contextos físico- deportivos a lo largo de casi treinta años, y que consta de cinco
niveles, los cuales pretenden explicar a los alumnos que es la responsabilidad y
cuáles son las vías para conseguirla. Los niveles, denominados así por la secuencia
lógica en su consecución, son los siguientes:
Nivel 0: irresponsabilidad. Los alumnos que operan al nivel 0, ponen excusas y
culpan a otros de sus conductas y niegan su responsabilidad en cuanto hacen o
dejan de hacer. Es un estado similar a la desesperanza, aprendida en términos de
total ausencia de autocontrol y disciplina.
Nivel I: Respeto. Respeto por los derechos y sentimientos de los otros, autocontrol,
capacidad de resolver específicamente los conflictos, el derecho de ser incluido en el
grupo. Los alumnos que se encuentran en este nivel no participan en las actividades
diarias de forma sistemática ni muestran demasiado grado de maestría, pero son
capaces de controlar su conducta lo suficiente como para no interferir en el derecho
de los demás alumnos a aprender, o de los profesores a enseñar. Son capaces de
seguir este principio sin la constante supervisión del profesor. Adoptan razones
externas y las integran en sus conductas.
Nivel II: Participación. Y esfuerzo, intento de hacer nuevas cosas y definición
personal del éxito. Los alumnos que se encuentran en el nivel II, no solo son
capaces de mostrar respeto por los demás, sino también de jugar de buen grado,
aceptar desafíos, practicar habilidades motrices y entrenar bajo la supervisión del
profesor. Este nivel incluye razones intrínsecas e identificadas para implicarse en
una actividad y comportarse adecuadamente.
Nivel IV: Preocupación por los demás. Apoyo y ayuda a los demás, un prerrequisito
indispensable para el desarrollo de habilidades interpersonales, para poder actuar
sin necesidad de recompensas, como contribución personal al sentido de
comunidad. Los alumnos que se encuentran en este nivel, además de respetar a los
otros, participar en las tareas y ser capaces de autodirigirse, están motivados a
extender su sentido de responsabilidad más allá de sí mismos, llegando a cooperar,
dando apoyo, mostrando interés y ayudando a los demás miembros del grupo.
Nivel V: Transferencia.Aunque no dejaría de ser importante, el programa se vería
limitado si los alumnos únicamente fuesen capaces de comportarse adecuadamente
en el gimnasio. Por ello, el último nivel propuesto por Hellison es que todo lo
adquirido dentro del contexto físico-deportivo sea transferido a otros ambientes,
como el patio de recreo, la escuela, el hogar o la calle. Hellison considera que estos
programas pueden aplicarse en las clases de educación física y también a través de
actividades extraescolares, como él propuso en lo que denomino “el club de
entrenamiento ” (Hellison, 1993), desarrollado con deportes como el baloncesto y las
artes marciales, aunque también pueden utilizarse otras actividades deportivas,
como en el programa de Hastie y Buchanan (2000), dependiendo de las
circunstancias que acompañen al contexto en el que la intervención quiera ponerse
en marcha. Cada lección o sesión de este club de entrenamiento debe comprender
la siguiente secuencia: 1) autoentrenamiento, 2) Charla de concienciación, 3)
selección del equipo y práctica, 4) juego, 5) reunión de grupo, y 6) tiempo de
reflexión. Debido a que en una sesión típica de estos programas algunos alumnos
llegan pronto y otros cuando ya ha comenzado la clase, para que nadie tenga que
esperar a los demás se les proporciona suficientes materiales (balones, por ejemplo)
para que cada uno pueda comenzar a jugar individualmente tarea que además sirve
de calentamiento. Después de unos minutos, comienza la fase de
autoentrenamiento siguiendo el plan de mejora personal (que ha sido comunicado
verbalmente o elegido entre una lista de tareas propuestas). Seguidamente, el
profesor-entrenador, concentra a los alumnos en un círculo y les explica que es el
club de entrenamiento y cuáles son los objetivos fijados para esa sesión (aspectos
que mejorar o valores por desarrollar).
Una vez hecho esto, se procede a formar equipos para practicar determinadas
tareas (según el deporte en cuestión) y se eligen unos entrenadores que serán
quienes orientan la práctica. Después de esto, de nuevo se reúnen los alumnos para
reflexionar sobre cómo han salido las cosas, tanto en cuanto a las habilidades
motrices puestas en práctica como en relación con las habilidades sociales y el
comportamiento de unos con respecto a otros, resaltando lo bueno y lo malo de
cuanto allá ocurrido, y valorando tanto a los aspectos de cada alumno como los del
profesor. Este último momento, denominado tiempo de reflexión, suele ser muy
fructífero por que en el cada miembro toma conciencia de su actuación y propone
alternativas o formas de mejora para el futuro. Por otro lado, le aporta al profesor
una rica información sobre los más recónditos entresijos del funcionamiento de cada
miembro individualmente y de todos ellos como grupo.
Una creencia común es que los niños quieren y disfrutan con los juegos
competitivos y se aburren con estructuras de meta cooperativas; sin embargo, se ha
demostrado que tal creencia es errónea. Los alumnos manifestaron que habían
disfrutado mucho con las actividades cooperativas, especialmente cuando suponía
un desafío cumplir el objetivo. Por otro lado, no se sintieron ansiosos tal y como
solían mostrarse con las actividades. Señalaron, asimismo, que se sentían bien por
haber realizado contribuciones positivas para el cumplimiento de los objetivos del
grupo y disfrutaba viendo cómo sus compañeros también tenían éxito.
Construcción de una comunidad moral. Es importante desarrollar las capacidades de
razonamiento de los niños con objeto de maximizar se habilidad para actuar
normalmente. La investigación ha mostrado que el razonamiento inmaduro es uno
de los factores que contribuyen a la delincuencia. Los delincuentes juveniles son
más propensos a razonar a un nivel preconvencional, mientras que los que no lo son
razonan mostrando unos niveles de mayor aprobación social convencional.
Esta decisión de centrar la atención en la atmósfera moral del grupo coincide con
la seguida anteriormente por Kohlberg y colaboradores. Sus esfuerzos por
desarrollar un << comunidad justa>> o las llamadas escuelas democráticas reflejan
su convicción de que solo el cambio de la atmósfera total del grupo proporciona el
apoyo necesario para el desarrollo socioemocional global. En concreto, los
ambientes caracterizados por la toma de decisiones en grupo, la participación
responsable, la confianza mutua, el respeto y preocupación por los demás podrían
impactar de manera significativa tanto en el desarrollo individual como en la
conducta colectiva.
Una manera de comprobar los beneficios de promocionar una comunidad moral es
mediante la observación de la forma en que la obligación moral es aceptada en tal
comunidad. Cualquier persona, simplemente porque es persona, podría abstenerse
de hacer trampas, robar, mentir y otras formas de violación moral, pero en una
comunidad moral, la motivación para evitar tales faltas es aumentada por los
miembros del grupo. << No hago trampas porque esto no es lo que debo hacer en
esta comunidad.>> Es cierto sentido, cada miembro del grupo ésta doblemente
obligado a aceptar las normas morales: están obligados por la naturaleza universal
de la norma en sí misma, y también por su pertenencia a un grupo particular en el
que la moralidad forma parte de su identidad.
En las clases de educación física, construir una comunidad moral puede hacerse
a través de actividades como la resolución de problemas en grupo, mediante la
discusión de temas morales de la vida cotidiana y con la ayuda de estrategias
diseñadas para promover la cohesión de grupo, raíz de la identidad moral colectiva.
Para construir la comunidad moral, el grupo tiene que llegar a conocer y comprender
las necesidades e intereses de cada uno de sus miembros, y los profesores
necesitan proveer de amplias oportunidades para discutir y debatir los asuntos
morales que afectan a todos. En las discusiones, el profesor debe ayudar a los
alumnos a identificar y reflejar los temas morales clave, los valores y las conductas,
pero únicamente a través de la interacción entre iguales los estudiantes podrán ir
construyendo una identidad moral de grupo.
Algunas de las cuestiones frecuentemente en grupo fueron: ¿qué clase de grupos
somos?, ¿qué podemos esperar de los demás?, ¿cómo compaginamos la libertad
individual con la responsabilidad hacia el grupo? Por supuesto, la respuesta a estas
preguntas varía según las normas y metas de cada grupo. Con frecuencia, la moral
convencional es relativamente poco común en estos grupos de edad, incluso bajo
las mejores circunstancias. No obstante, se consiguieron significativos progresos
hacia la promoción de la comunidad moral, considerando una vez más su
importancia en la educación sociomoral. De todas maneras, se podría haber
conseguido un mayor progreso si la escuela al completo hubiese respirado el
espíritu de la comunidad moral, pero hasta hoy eso no se ha conseguido.
Creación de un clima motivacional orientado a la maestría (a la tarea). De acuerdo
con Nicholls (1984), todo el mundo está motivado a demostrar competencia. Una
orientación motivacional relacionada con la tarea se produce cuando una persona
desea demostrar competencia a través de progreso personal. Ésta es la orientación
motivacional más temprana, puesto que no se necesita diferenciar esfuerzo de
habilidad. La orientación motivacional más tardía, la orientación hacia el ego, se da
cuando una persona está motivada para demostrar competencia mediante la
comparación social favorable. La orientación hacia el ego no tiene por qué
desplazar, necesariamente, a la orientación hacia el ego, los factores de
socialización desempeñan un papel importante determinando qué orientación
motivacional es más relevante para una persona.
Una mayoría de trabajos sobre este tema apoyan la idea de que los climas de
maestría generan conductas más adaptivas. Tanto en el dominio físico como en el
académico, los climas orientados hacia la maestría guardan una estrecha relación
con la motivación intrínseca, el aprendizaje, las atribuciones causales más internas y
estables, así como un descenso de la ansiedad ante la ejecución. Por el contrario,
los climas orientados a la ejecución y el rendimiento, en los que se pone el énfasis
en el triunfo como valor supremo, han fomentado actitudes favorables a la agresión y
a hacer trampas. Buchanan (1996) y Hastie y Buchanan (2000) descubrieron que los
jóvenes participantes en un campo de instrucción deportiva se mostraron
colaboradores y formaron comunidad en sus grupos hasta que fueron situados en
contextos competitivos.
En el programa de intervención que nos ocupa, se eliminó todo énfasis en la
competición y se resaltó el progreso individual, el aprendizaje y el disfrute. Al
principio, a pesar de los esfuerzos puestos en la filosofía, los alumnos tendían a
comparar sus puntuaciones con las de sus compañeros para conocer su nivel de
perfección en la ejecución de la tarea. Posteriormente, se fue reconduciendo el tema
para que se prestase mayor atención al progreso individual, sin importar la ejecución
de los demás. Lo que se valora principalmente era si uno había mejorado o no con
respecto a su nivel anterior. Se centró la atención en la preocupación por los demás,
la injusticia y la participación democrática para ayudar a promover tanto el desarrollo
del carácter moral individual como el sentimiento de una comunidad moral del grupo.
Transferencia de poder de los profesores a los alumnos. Como se ha podido
observar en apartados anteriores. Hellison (1995) ha desarrollado un acercamiento
hacia la educación física diseñado para promover el sentimiento de responsabilidad
social y personal de los participantes.
El programa de intervención, una de las características más importantes de los
niveles secuenciales es que cada uno de ellos concede poder adicional a los
alumnos. Inicialmente, los alumnos sólo son responsables de mantener el
autocontrol; después, una vez que han adoptado este nivel de responsabilidad,
adquieren mayor poder para tomar decisiones autónomos sobre su participación
activa en el currículum. En el siguiente nivel, la autodirección tiene un objetivo
concreto; la nueva adquisición de poder permite a los alumnos asumir planes y
metas personales. Con las ganancias obtenidas mediante la autodirección los
alumnos alcanzan mayor poder para configurar la comunidad. Finalmente, los
alumnos son invitados a ejercer el uso responsable del poder en contextos ajenos a
la educación física.
En su programa experimental, Miller y otros (1997) fueron incorporando los niveles
de estrategias de autorresponsabilidad destacados por Hellison (1985) en su
currículum diario. Estos niveles, además de medir el grado de responsabilidad que
iban alcanzando los alumnos, también sirvieron como método de comunicación entre
profesorado y alumnado, puesto que los niveles citados proporcionaban a los
profesores un excelente marco en el que iniciar discusiones acerca de las conductas
apropiadas e inapropiadas, y ofrecer a los alumnos un lenguaje común y
conveniente para comunicar las metas de autorresponsabilidad.
Para unos pocos alumnos constituyó un auténtico reto autocontrolarse en las
actividades de grupo. Otros, superaron con más fácilmente los primeros niveles,
agradecieron la oportunidad de colaborar en la configuración de un ambiente
favorecedor para el grupo. Para la mayoría, el programa supuso la primera ocasión
en que fueron capaces de manifestar su opinión acerca de de los cambios de que
habían abordar para mejorar su comunidad. Combinando en énfasis puesto en la
autorresponsabilidad con la idea de la comunidad moral, se ofrecieron a los alumnos
extraordinarias oportunidades para contribuir en el proyecto.
Según Miller y otros (1997), los esfuerzos invertidos en la puesta en marcha del
programa de educación sociomoral para jóvenes en situación de riesgo se vieron
gratamente recompensados y quedaron bastante satisfechos con los resultados. En
las entrevistas realizadas a los alumnos al finalizar el año, de ellos manifestaron que
el programa había enriquecido sus vidas.
No obstante, los autores manifiestan que puede ocurrir que los resultados obtenidos
en este programa, aplicado a este contexto concreto, no se den en otros contextos,
como el recreo o el ambiente familiar, por lo que consideran que, para que un
programa de educación sociomoral aporte los resultados deseados, sobre todo si se
aplica a niños en situación de riesgo, debe hacerse combinando estrategias dirigidas
a la escuela y la familia. Según su punto de vista, la mejor manera de desarrollar
competencias sociomorales en otros dominios ajenos a la escuela es aplicando
programas que aborden simultáneamente el contexto escolar y el familiar. Por tanto,
el programa que ellos proponen facilita un acercamiento para estimular el desarrollo
sociomoral que podría aplicarse por parte de los profesores y padres con la
intervención de enriquecer diferentes dominios de la vida de los alumnos.
Finalmente, los autores resaltan que este programa no sólo es apropiado para
jóvenes en situaciones de riesgo, sino para cualquier grupo de niños, aunque no se
encuentren en esa situación.
López Pastor, Víctor M., Roberto Monjas Aguado y Darío Pérez Brunicardi
(2003), “EL PROFESORADO DE EDUCACIÓN FÍSICA ANTE LA EDUCACIÓN EN
VALORES”, buscando alternativas a la forma de entender y practicar la
educación física escolar, Barcelona, INDE (Educación física), pp. 145-178.
Presentación
Cuando a veces alguien nos pregunta por qué somos maestros (así es como nos
gusta que nos consideren), o que es lo que más nos gusta de nuestro, podríamos
intentar, con el paso de los años, ir dando una respuesta más elaborada a través de
la experiencia. Sin embargo, siempre se termina por decir aquello que aprendimos
en nuestro primer año de trabajo en la Escuela: lo que nos ha llevado a ser maestros
en la posibilidad, la inmensa suerte de trabajar con personas, con las dificultades
que a veces eso conlleva, pero también con las alegrías y buenos momentos que
pasamos. Se trata de un reto inacabable, el cual te ofrece todos los días, todos los
años, una visión diferente, una nueva meta a conseguir, con cada grupo, con cada
persona. Retos que se basan, fundamentalmente en intentar que la vida de las
personas, incluyendo la nuestra propia, sea lo más feliz, lo más enriquecedora
posible, buscando lo que algunos calificarían como utopía: mejorar nuestro mundo,
aunque sea el más inmediato y cercano.
En ese difícil “Arte de educar”, como diría Fernando Savater, sin dudad, uno de los
compromisos a los que debemos hacer frente es trabajar y luchar para que nuestra
labor incida positivamente en la Educación en Valores, Actitudes, Normas de nuestro
alumnado, en busca de ese “mundo mejor”.
Es muy probable que estos planteamientos fuesen habituales entre los maestros de
nuestros padres y de nuestros abuelos, incluso entre nuestros propios maestros, y
por qué no, entre algunas y algunos “inadaptados” al sistema actual. Aquellos
maestros de escuela, a los que hoy denominan “generalistas”, que se dedicaban a
educar personas, en todas sus facetas humanas, sin fragmentaciones, sin áreas
curriculares.
Así concebimos nosotros también nuestra labor, sin parcelas de conocimientos, sin
cotos de aprendizaje, a pesar de pertenecer al Área de Educación Física, un área
que por otro lado se presta a la interdisciplinariedad.
No está de más decir que con esta perspectiva, aprovechamos el enorme potencial
humanizador y socializador de la Educación Física, sin perder la finalidad principal
de la Educación, evitando caer en la ambiciosa inercia actual de nuestro colectivo,
que busca el prestigio de una materia alejándose de ese potencial, encaminados
hacia la clasificación y selección de las personas, de forma que la riqueza individual
se sacrifica en pos de ideales ajenos a la voluntad de estas mismas personas.
Evitemos convertir la Educación Física en rígidas sesiones de ejercicio, en exigentes
competiciones o sesudas exposiciones magistrales de pupitre y estrado.
Extraigamos su verdadero valor humano, impregnando todas nuestras prácticas de
valores y actitudes positivos para alcanzar la felicidad.
Desde esta sencilla reflexión en torno a porqué queremos ser maestros emana la
creación de un modelo para Educar en Valores, Actitudes y Normas, idea que
constituye el núcleo central del texto. Con esto no queremos decir que un modelo de
Educación en Valores sea imprescindible para trabajar con un enfoque humanizador
desde la Educación Física, o desde otra área cualquiera. Lo que de verdad creemos
es que hacemos conscientes de nuestro cometido y clarificar las ideas en ese
sentido, puede ser un importante paso adelante para mejorar nuestra labor
educativa, de ahí el título de esta segunda parte: el profesorado de Educación Física
ante la Educación en Valores.
Este es el reto que queremos proponeros a aquellos que os aventuréis en su lectura
y contribuir a su consecución con este texto. Esperamos que os guste y os sirva
verdaderamente. Aceptarlo como algo abierto y asumid que tras la lectura viene una
labor personal de concienciación y actuación en la realidad educativa.
Igualmente, nos gustaría que vuestra lectura nos enriqueciese a nosotros también,
intentando crecer y mejorar en nuestra práctica docente, por lo que estaríamos muy
agradecidos de cualquier observación, crítica, consulta o impresión sobre el texto.
Introducción
Despertad del letargo:
…no podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de
los sueños si no creéis en ellos; no podéis prepararlos para la vida si no ceceéis en
ella, no podríais mostrar el camino si os habéis sentado cansados y desalentados en
la encrucijada de los caminos… (P. Freire)
EDUCACIÓN EN VALORES
La educación en valore constituye uno de los más grandes retos del sistema
educativo, aunque no por ello algo novedoso. En realidad, no podemos concebir la
Educación sin Valores. Es una preocupación constante que se refleja en sus
diferentes niveles de concreción. Con este trabajo pretendemos ofrecer una guía a
todas aquellas personas relacionadas con el mundo de la educación que se plantean
como trabajar estas cuestiones en su práctica docente diaria. Nuestra intención no
es, sin embargo, ofrecer recetas, sino dar ideas que ayuden a la reflexión personal
de cada uno y, especialmente, motivar y ofrecer nuestra ayuda en esta difícil tarea.
El contexto de aplicación de las ideas que vamos a exponer en este texto es la
formación inicial del profesorado de Educación Física (en la E.U. de magisterio de
Segovia, perteneciente a la Universidad de Valladolid). Este es un detalle muy
importante a tener en su lectura. Para mejorar la labor que desde el área de
Educación Física podemos realizar con relación en la Educación en Valores, debe
partirse de una buena formación específica y ese es uno de nuestros fines. Pero eso
no significa que el modelo que vamos a exponer, o las ideas que puedan surgir del
mismo, tengan relevancia únicamente en dicho contexto. Formación inicial y
permanente son dos ámbitos íntimamente unidos y la práctica docente diaria debe
verse reforzada por una actitud crítica y reflexiva hacia sí misma, abierta y ávida de
mejorar profesional y personalmente, pues nuestra profesión no puede desligarse de
una profunda implicación personal. Nosotros nos lo planteamos de este modo en
nuestra Formación Inicial, procurando romper las barreras que nos convierten a los
educadores en seres aislados, afrontando y asumiendo nuestras limitaciones y
posibilidades, exactamente como queremos que lo haga nuestro alumnado.
Del mismo modo, esperamos que sea así cuando nuestro alumnado, futuros
educadores y educadoras, ejerzan su labor docente, y con la misma idea esperamos
que sea leído este texto, con espíritu crítico, actitud reflexiva y motivación por un
cambio en nuestra profesión que nos haga a todos, alumnado y profesorado, sea
cual fuere el ámbito educativo en el que nos encontremos, mejores personas, más
libres y más felices.
Conviene comenzar aclarando que, en muchas ocasiones, los trabajos sobre
Educación en Valores desarrollados en el ámbito de la Educación Física suelen
estar unidos al deporte, es decir, vamos a encontrar a menudo referencias conjuntas
a los valores propios de la Educación Física y el deporte (Gutiérrez, 1995, 1996 y
2003) o valores relacionados con la práctica deportiva (Cruz y cols...1991, Trepat,
1995). Para nosotros el deporte es un medio de la Educación Física, si bien,
lógicamente la posibilidad de educar en Valores a través de la práctica deportiva es
uno de los hechos en los que debemos basarnos si incluimos la iniciación deportiva
en nuestro programa.
Para nuestro trabajo, tomaremos como punto de partida esta cita de Bredemeier
(1994:21):
La Actividad Física y el Deporte, por si mismos, no son generadores de valores
sociales y personales; son excelentes terrenos de promoción y desarrollo de tales
valores, pero dependerá del uso, acertado o no, que de la Actividad Física se haga,
la promoción de valores loables para la persona y su colectividad o por el contrario
detestables para sí misma y su contexto social. Hay que comprometerse,
empeñarse en el hecho de educar y promocionar los valores sociales y personales
cuando se practican Actividades Físicas y Deportivas.
Nos mostramos de acuerdo con esta afirmación y pretendemos poner el acento en
un modelo de Educación Física concreto, que tratará de promover la Educación en
Valores como uno de los objetivos clave, comprometidos como dice Bredemeier en
ese intento de utilizar la actividad física y deportiva como precursora de valores
positivos para nuestro alumnado.
Sin embargo, el principio nos resulta extraño, o al menos curioso, constatar cómo
hablar de Educación en Valores se convierte habitualmente en un tema delicado. En
muchas ocasiones surge entre los educadores la duda acerca de la de la utilidad de
educar positivos en nuestra sociedad contemporánea, sobre todo si cuando
echamos un vistazo a la realidad cotidiana no se ve reflejo de esos valores, sino más
bien al contrario: competitividad, agresividad, egoísmo…. predominan de forma
habitual en la sociedad capitalista y de consumo que vivimos. De aquí que a veces
nos encontremos cuestiones como las siguientes:
¿Hasta que punto tienen hoy la escuela y las organizaciones deportivas juveniles
capacidad para enfrentarse, de una forma práctica y real, a la influencia de la
presión social, del deporte profesional y de los medios de comunicación como
frecuentes portadores de valores que entran en contradicción con los que se
propugnan en la acción educativa?
Si la escuela o el club deportivo educan y fomentan unos valores de solidaridad,
generosidad y de igualdad, ¿No estarán en el fondo creando, en sus alumnos y
deportistas, unas profundas contradicciones frente a las propuestas de
competitividad, de consumo irracional y de egoísmo en las que, con frecuencia,
están viviendo fuera de tales organizaciones escolares y deportistas?
¿Merece la pena educar hoy en valores? ¿Se puede esperar de estos esfuerzos
unos resultados positivos?
(González Lucini, 1993:34)
Vivimos en un estado paternalista que ha generado un ciudadano “criticón” (que no
crítico), pasivo, apático y mediocre; alejado de todo pensamiento de libre iniciativa,
responsabilidad o empresa creadora. Un ciudadano que no se siente protagonista
de su vida política, ni tampoco de su vida moral, cuando lo que exige un verdadero
estado de justicia es que los ciudadanos se sepan artífices de su propia vida
personal y social.
(Cortina, 1995:23)
Frente a ese planteamiento pesimista, preferimos quedarnos con las palabras de la
Madre Teresa de Calcuta, quién refiriéndose a su labor con los enfermos terminales
manifestaba:
Sé que nuestra labor constituye una gota de agua en medio del océano, pero si un
día esa gota falta, el océano la echara de menos.
Nuestro compromiso como educadores debe situarse en esa línea, aunque a veces
suponga trabajar en contra de la tendencia social predominante. Es decir, debemos
considerar al educador como una persona implicada en la sociedad, que intenta
contribuir al cambio de situaciones sociales injustas mediante la educación…
aunque seamos gotas de agua en medio del océano. Debemos luchar por
concienciar a nuestro alumnado de que la educación es el punto de partida para
cambiar la sociedad (Freire, 1990: Giroux, 1990).
A pesar de ello, como argumenta concienzudamente Trilla (1992), la Educación no
puede ser siempre beligerante, ni siempre neutral, sino que depende. Y en realidad
depende, porque no todos los valores son universales. La educación gira sobre
multitud de valores controvertidos.
Teniendo esto en cuenta, la estructura de nuestro texto va a ser la siguiente:
1. Comenzaremos por dar una visión global de la Educación en Valores: ¿Qué
es eso de los valores?; ¿Cuál es su conexión con la educación?; ¿Qué papel
representa la Educación Física en este sentido? Sera un primer capítulo que
denominamos genéricamente Aclarando Términos, porque sin duda una
conceptualización clara del tema a tratar no podríamos no podríamos
desarrollarlo con coherencia. Así, definiremos que son loa Valores, la
necesidad y la obligación de Educar en Valores y veremos diversas teorías
que explican cómo desarrollar dicha Educación en Valores.
2. Quedarnos ahí no haría sino aumentar el espectro de “predicadores” que
postularon interesantes teorías pero nunca las llevaron a la práctica,
ratificando la desconexión teoría-practica (Fernández Nares, 1993; Romero y
Arráez. 1994; Fraile, 1998) característica y problema frecuente de la
formación inicial. Así, en un nuevo capítulo, especifico de nuestra área,
trataremos los siguientes puntos bajo el titulo Desde la teoría a la práctica:
- Modelos de desarrollo de valores desde la actividad física y el deporte:
Modelo de Thomas Wandzilack.
Modelo ecológico de Melchor Gutiérrez.
- Propuestas de Educación en Valores y Educación Física.
- Nuestra propuesta: modelo de desarrollo de valores desde la Educación
Física para la E.U. de Magisterio de Segovia.
3. Finalmente, amigo lector, esperamos que todo lo ofrecido en los capítulos
anteriores pueda haber servido para generar o aumentar tu motivación para el
tratamiento activo y reflexivo de la Educación en Valores en tu propia
actividad docente desde al área de Educación Física, independientemente del
contexto en el que te encuentres. Para tratar de colaborar conmigo, en este
último capítulo vamos a lanzarte diversas propuestas e ideas a modo de
“pistas” que te ayuden a encontrar tu propio “tesoro”, sin pretender ofrecer
recetas o pautas de actuación muy concretas, sino buscando principalmente
proporcionar una chispa que encienda la vela, o quién sabe si un chorro de
combustible que avive el fuego que, sin duda, ya llevas dentro.
Por eso este capítulo lo hemos llamado Ahora te toca a ti.
Una última aclaración antes de empezar con la lectura del texto. Nuestra
intención por hacer su lectura más amena nos ha llevado a intercalar en el
mismo citas, historias, anécdotas…. Que “ilustran” el texto. Muchas veces
este tipo de recursos sirve para transmitir de forma indirecta un mensaje que,
sin embargo puede ser comprendido mejor de esta forma. Esperamos que
realmente sea así.
Aclarando términos
1. Los valores: concepto. Valores y educación.
2. Educar en valores.
En definitiva, podemos ver como todos los conceptos desarrollados tienen una
aplicación en la vida real, pues en definitiva la conducta humana se guía a partir de
la escala de valores que cada uno haya desarrollado. Enlazando con este concepto.
Teniendo en cuenta que los valores no son los mismos en función de la cultura, la
época, la clase social…. determinar unos valores que constituyan un sistema de
referencia desde el punto de vista educativo más que una necesidad podemos
considerarlo una obligación:
La educación tiene un papel fundamental: capacitar al sujeto para que, en la
interpretación de la realidad, sea capaz de asumir unos valores y los jerarquice.
(Peñafiel, 1998: 31)
Así pues, Educación y Valores están íntimamente unidos. Queremos concluir el
presente punto, desde el que pasaremos a considerar la relación entre Educación y
Valores y nuestro planteamiento desde el ámbito de la Educación Física, con este
párrafo, que como educadores debe hacernos reflexionar.
Sino es a partir de los valores no hay posibilidad alguna de llevar a cabo un proceso
educativo. No existe el hombre biológico, desnudo de cultura, de valores, desde los
cuales exige ser interpretado. Acercarse al hombre, conocerlo, entenderlo, significa
interpretar el mundo de significados o valores a través de los cuales todo hombre se
expresa, siente y vive… significa contemplar al hombre en su historia, en su propio
hábitat fuera del cual sería del todo irreconocible. Por ello los valores son
contenidos, explícitos o implícitos, inevitables en educación.
2. EDUCAR EN VALORES
Para resolver con éxito los problemas globales necesitamos crear nuevos métodos
de pensamiento, elaborar una nueva moral y una nueva escala de valores, y, sin
duda alguna, nuevas formas de comportamiento.
La humanidad está en el umbral de una nueva etapa de desarrollo. No solo se debe
promover la expansión de su base material, científica y técnica, sino, lo que es
todavía más importante, formar nuevos valores y aspiraciones humanísticas, ya que
la sabiduría y el humanismo son las verdades eternas que constituyen el
fundamento de la humanidad. Nos hacen falta nuevos conceptos sociales, morales,
científicos y ecológicos que deberían determinar las nuevas condiciones de vida del
hombre actualmente y en el futuro.
(I.T. Frolov)
En una sociedad en permanente cambio y que atraviesa una evidente crisis de
identidad, como refleja Frotlov (en González Lucini, 1993:10) se hace mucho más
importante la educación de la persona, de sus valores últimos, como respuesta que
permita mejorar la realidad social. Por eso, aunque el texto también pueda dar una
solución problemática respecto a la necesidad de cambiar la sociedad, nos
mostramos muy esperanzados en poder hacer ciertas las frases de la canción de
Silvio Rodríguez: yo te convido a creerme cuando digo futuro, y hablar del futuro es
hablar de Educación, y como expresábamos en puntos anteriores, al tratar el
concepto de Educación, el Educador tiene que ser optimista, pero también
comprometido con el ámbito de la Educación en Valores y eso implica extraer lo más
crudo de la realidad, apoyándonos en lo más dulce y tierno.
En definitiva, desde la Educación debemos ser capaces de desarrollar en el sujeto la
capacidad para elegir de forma libre, pero consistente, los valores que van a guiar su
actuación. No olvidemos que los valores que el sujeto asuma determinan “modelos
de hombre”. Nuestra intención es contribuir a que esos modelos (configurados a
partir de una triple evolución del hombre, la cultura y los propios valores) sean
valiosos, porque estos modelos o patrones, como explica Peñafiel (1998:33):
Orientan la vida humana en general y dinamizan las actividades concretas de la
misma.
Son el fundamento y justificación para que en un determinado momento se haga
algo o se deje de hacer.
Se muestran idealizados, capaces de satisfacer las necesidades humanas.
Mediatizan la percepción que nos formamos de los demás y de nosotros mismos.
Por esta razón en este apartado vamos a tratar estas cuestiones:
- La educación en valores: necesidad y obligación.
- El desarrollo de los valores: ¿Cómo Educar en Valores?
Alguien podría objetar que no es esa la función de una Escuela de Formación Inicial,
donde fundamentalmente debe prepararse al alumno con los conocimientos necesarios
para su futura labor docente. Pero, ¿Qué pasa con la transmisión de valores?
¿No puede el profesor universitario intentar trabajar los mismos de reforma directa
desde su propio ámbito de actuación?91.
Este aspecto (una formación que contemple el desarrollo personal y creativo de los
futuros docentes, integrado en el contexto de una formación intelectual sólida) es
puesto de manifiesto en diferentes investigaciones que abogan por la inclusión de esta
formación de objetivos de ámbitos personal (Abraham, 1986 y Esteve, 1987; en Padrón,
1999; 10), integrando la educación de los sentimientos y los afectos conjuntamente con
las materias instrumentales del curriculum.
(Moreno, 1998, en Padrón, 1999: 10)
Queremos dejar como conclusión para este punto la valoración que realizan sobre la
necesidad de Educar en Valores Díez y Gonzáles (1996: 5-7):
Parte de considerar que la sociedad tiene una gran influencia en como son
adquiridos los valores. Las normas se establecerían por imitación de los modelos ya
existentes, en especial a través de la influencia de las personas o grupos sociales
que constituyen dichos modelos.
Se trata de una teoría de pocas experiencias que la avalen desde un punto de vista
curricular, de modo que sus posibilidades de aplicación reales son desconocidas, ya
que se considera que la enseñanza no tiene lugar de esa forma, al menos
exclusivamente.
Teoría del desarrollo estructural (Piaget, 1965: Kohlberg, 1969 y Haan, 19991
en Gutiérrez, 1995 y Bredemeier, 1994).
Par intentar paliar los problemas de la teoría anterior surge, a partir de los trabajos
de Piaget, Haan6 y Kohlberg. Esta teoría, que ha sido aplicada posteriormente al
mundo del deporte, y de la que podemos deducir aplicaciones de cara a nuestro
trabajo en Educación Física. Kohlberg considera que el individuo progresa en su
razonamiento moral, en su internalización de valores, a través de 6 etapas, que la
6
Haan (19911, en Bredemeier 1994) utiliza un esquema diferente al que se verá a continuación de Kohlberg
para caracterizar cada fase del razonamiento moral. Considera que existen 5 niveles: 2 niveles de asimilación
(los intereses y necesidades de los demás no reciben la misma consideración que los de uno mismo). Los dos
siguientes niveles de acomodación (se subordina lo personal a lo de los demás) y un último nivel de equilibrio
(se intenta acomodar a los intereses y necesidades de todos) el desarrollo de estos niveles tiene lugar a través
del dialogo moral: comunicación que se orienta a la negación de los acuerdos o equilibrios que son aceptables
para las partes implicadas, que puede tomar diferentes formas: negociación formal: dialogo informal,
comunicación no verbal…
El “dialogo moral” apropiado será aquel en el que todas las partes dan igual consideración a las necesidades
propias y de lo más (se corresponderá con el 5ª nivel de desarrollo).
llevan desde la aceptación impositiva de principios o normas hasta el compromiso
social y moral de respetar un principio universalmente aceptado 7.
Conseguir que los individuos sean formados dentro de la sociedad de tal manera
que adquiera ese útil nivel, es decir, reconoce la existencia de unos valores
universales que deben regir nuestras acciones significaría la solución a muchos
conflictos y desigualdades sociales. De ahí nuestra intención de Educar en Valores,
con sus dificultades, sea una apuesta que merece la pena.
Una vez vistas las dos teorías conviene conocer que, aunque inicialmente se prestó
mayor atención a la teoría del aprendizaje social, la teoría sobre el desarrollo
estructural ofrece mayores posibilidades (Bredemeier. 1994).
7
Estas etapas son:
- Seguimiento de unas normas o principios para evitar ser sancionados si se incumplen.
- Seguimiento de unas normas o principios solo si es ventajoso.
- Seguimiento de unas normas o principios conforme al apoyo de los “otros significativos” (entorno
cercano al alumno que influye en sus ideas, podemos hablar de la familia, los amigos y los medios de
comunicación, sobre todo).
- Seguimiento de unas normas o principios porque es esencial para la existencia de la sociedad.
- Seguimiento de unas normas o principios porque hay una obligación social, pero al mismo tiempo
reconociendo que puede haber conflictos de tipo legal y moral que deben ser tratados.
- Seguimiento de unas normas o principios reconociendo la existencia de unos principios morales
universales que contribuyen la ley de mayor rango y deben ser respetados.
8
Nucci (en Wandizilack, 1965: 178) habla de dos conceptos diferentes: razonamiento moral y convención
social. De acuerdo en esto, los juicios que se emiten sobre aspectos de dominio de la moralidad se basan en sus
características intrínsecas (p, ej. justicia, perjuicio…..) y sin embargo, los juicios emitidos respecto a cuestiones
relacionadas con convención estarán en función de si son relativos normas sociales o a valores morales
personales.
respeto de las normas de juego para que este pueda desarrollarse y en la mayoría
de los casos se acuerda socialmente la existencia de un ámbito que juzgue la
actuación de los deportistas. Esto no hace sino remarcar aún más el cuestionable
desarrollo de valores desde la actividad físico deportiva y en concreto desde sus
manifestaciones deportivas más significativas socialmente. En el fondo, el análisis
de todo esto os descubre que las manifestaciones más habituales de las actividades
físico-deportivas no utilizan conceptos de razonamiento moral que puedan llevarnos
a la Educación en Valores que pretendemos, sino que se basa en aplicar normas
sociales asumidas por convención (ponemos otro ejemplo si nos damos cuenta de
que en principio nadie se cuestiona que un deporte puede tener unas reglas
diferente de las que oficialmente se establecen). Esto significa que si no buscamos
alternativas, el desarrollo moral quedaría en un nivel muy bajo (en una de las
primeras fases según la teoría de Kohlberg).
Reforzando esta idea, en una investigación reciente, Frailer et al. (2002) Pudieron
comprobar como los participantes en actividades de deporte escolar (entre 12 y 16
años) asumían en líneas generales (preferentemente los chicos) que la transgresión
de reglas para obtener ventaja (por ejemplo, simular una falta inexistente) es algo
propio del juego y no tiene ninguna influencia en valores como el respeto o la
honestidad, es decir, llegaban a justificar que es posible hacer trampas en el juego
en el fin de ganar.
Los hallazgos de estos autores indican que con esta intervención podemos lograr
Educar en Valores a nuestro alumnado. Es decir, para lograr nuestro objetivo
debemos ponernos firmemente a ello: será necesario desarrollar estrategias
concretas con relación a la actividad físico-deportiva, trabajar intencionadamente la
educación en Valores y no olvidarnos que su aplicación a escolares en los primeros
niveles se corresponderían con un momento especialmente apropiado.
Una opinión interesante, siguiendo con las ideas desarrolladas por Fraile et al.
(2002), es la aplicación de dilemas morales que pongan a nuestro alumnado en
situaciones lo más reales posibles, de modo que tengan que tomar una decisión y
ser capaces de justificarla.
Desde la teoría a la práctica
En la línea antes expuesta creemos que la Educación física, especial al tratar de sus
contenidos, constituye un instrumento privilegiado para la Educación en Valores.
Coincidimos con Navarro y Royo (1995: 387) cuando afirman:
Reflexionar sobre cuáles son los valores implícitos que inciden en cada una de las
variables, quien se beneficia en la transmisión de estos valores, o en definitiva, que
repercusión social tiene lo que hago y como lo hago.
9
En la misma línea se manifiestan García Correa et al. (1993) quienes consideran que el contacto personal a
través de la actividad física permitirá conocer, mejor que en otras situaciones del contexto escolar, las
singularidades de los otros, las características de los distintos tipos de relaciones, los elementos específicos del
grupo, el conocimiento del funcionamiento de normas y reglas, cuestiones relativas al desarrollo de valores
étnicos y estáticos, etc.
A partir de las teorías sobre el desarrollo de valores ya expuestas encontramos dos
modelos de la educación en Valores en el ámbito de la actividad física y el deporte:
- Modelo de Wandzilack.
- Modelo “ecológico” de Gutiérrez
Una de las mayores tareas a que se enfrentan los educadores físicos es ayudar a sus
alumnos/as a formar un sistema de valores que les servirá como guía a la hora de tomar
decisiones de índole moral.
Para que le desarrollo moral tengo lugar en el contexto deportivo, deben incluirse
estrategias de razonamiento moral, más allá de la conversación social de dicho
contexto.
Los estudios realizados en este sentido 12 corroboran que se contribuye
positivamente a la Educación en Valores cuando hay una intervención intencionada
en este sentido.
10
Para un conocimiento más exhaustivo de dichos modelos consultar Wandzilack (1985) y Gutiérrez (1995)
respectivamente. Como ya señalábamos, en algunos casos el tratamiento de la educación en valores engloba
conjuntamente E.F. y deporte.
11
Idea muy extendida que puede recogerse en diferentes autores (Gutiérrez, 1995 y 1996; Pomer et al… 1998
Padrón. 1998) que consideran que en muchos casos la tendencia social educativa en dirección contraria o,
simplemente, se desentiende.
12
Wandzilack (1985) cita los trabajos de Weis. Bredemeier, Shields y Shewchk (1984) y Thomas Romance
(1984).
de Kohlberg, de modo que se enfatiza el uso de estrategias que promuevan el
desarrollo moral. El modelo se caracteriza por:
- son necesarios dos requisitos previos para su desarrollo:
- el educador debe ser comprometido con el desarrollo de valores
- el compromiso de constituirse en modelo educativo.
Gutiérrez (1995) al analizar estos dos requisitos considera que son resultados por la
falta de implicación habitual (desgraciadamente) del profesorado, actitud que se
apoya en el equivocado principio de que lo valores deben ser aprendidos e
interiorizados de forma autónoma por el educando. Es decir, el profesorado sería un
elemento neutro del proceso, sin tener en cuenta que esa supuesta “neutralidad”
también constituye un modo de educación, y no precisamente el más acercado.
(Cortina, 1993)
Consideramos que este análisis debe ser abordado a través de una perspectiva
ecológica, en las que se encuentre contempladas todos las esferas sociales en sus mas
diversas representaciones, desde la influencia más inmediata al niño/a como puede ser
su ambiente familiar y grupo de iguales, pasando por la política educativa de los centro
escolares y los niveles estructurales de la organización y estructuración del deporte,
hasta llegar a contemplar otras influencias sociales como el mundo del consumo, la
opinión pública y los medios de comunicación social. (Ibíd., 18).
Cada una de estas fases deberá a su vez ser desarrollada en estos ámbitos de
intervención:
Inútil será el esfuerzo de profesores, padres y entrenadores por enseñar a los jóvenes
que la práctica deportiva debe llegar a asumirse como u estilo de vida saludable, si
después el responsable de la política educativa y organizadores del deporte no
proporcionan los medios necesarios, traducidos en instalaciones y programas para que
todos puedan llevar acabo un desarrollo físico-deportivo independientemente del nivel
de ejecución que alcancen. Pero, a la inversa, de nada servirá que las autoridades
educativas y organizaciones deportivas ofrezcan medios económicos, instalaciones y
materiales, si no hay unos motores impulsores que animen y movilicen a la gente, tanto
los más jóvenes como los mayores, o sacarle s rentabilidad a esos medios que se han
puesto a su alcance.
Este grupo trabaja aspectos con los temas transversales, especialmente con la
Educación para la Paz, Educación para la Igualdad de oportunidades y Educación
Ambiental.
13
Grupo constituido en 1993 por varios maestros y maestras de Educación Física con la colaboración del C.E.P.
II de Valladolid y que en la actualidad se ha desdoblado y continúan trabajando también a través del colegio
“La Peonza”
14
Su planteamiento cobra mayor valor a partir del conocimiento de la realidad contextual de algunos de los
componentes del grupo. Hemos pedido comprobar cómo, en algunos casos, el trabajo es desarrollado en zonas
con población marginal consiguiendo resultado, sin ignorar las dificultades muy satisfactorias.
2.2 Encuentros de juegos y deportes alternativos por la igualdad (grupo de
Coeducación Física de Getafe15)
Ellas piensan que “el deportes cosa de chicos” y ellos desprecian otros juegos “porque
son niñas”, ellas consideran que en los deportes que conocen “los chicos son mejores”
y ellos asienten encantados y les dan la razón, ellas prefieren no intentar participar en
dar patadas a un balón a encestarlo “porque ellos no nos dejan jugar” y ellos no les dan
vía libre. Junto a todo ello ya se sabe que los chicos no chillas y las chicas acarician sus
muñecas.
… han querido ser (referido a los encuentros) una maestra lúdico deportiva, basada en
la solidaridad, cooperación e igualdad, aportando nuevas ideas para que chicas y
chicos incorporen a su vida en igualdad de condiciones, la actividad deportiva con su
sentido lúdico, que les sirva para conservar y mejorar su salud, para sentirse mejor y
para integrarse y hacerse aceptar dentro del grupo, (Ibíd.137).
Aceptar el reto que supone competir con otros/as, sin que ello suponga actividades
de rivalidad, entendiendo la oposición como una estrategia de juego y no como un
actividad frente a los/as demás.
15
Este grupo trabaja conjuntamente con la asociación del Profesorado ADAL, de dicha localidad madrileña.
Por otra parte consideran que su labor debe seguir una doble vía de concienciación,
con un mayor conocimiento de la realidad, reflexionando sobre la misma y aportando
pequeños pasitos en busca del camino correcto, y por otra parte, son rotundos
cuando afirman:
Este seminario ha realizado diversos trabajos sobre los problemas que inciden en el
área de E.F. (Actividad Física y salud en Primaria, Expresión Corporal en
Secundaria) y se apoyan en una consideración básica:
Resulta obvio, que los profesores de E.F. como el resto de los docentes, al desarrollar
los contenidos académicos reflejamos unos valores que reproducen nuestras ideas y
creencias. Las hacemos patentes tanto implícita como explícitamente a través de unas
determinadas relaciones de autoridad y poder con los alumnos, de unas rutinas
docentes… siendo necesario revisar y cuestionar de forma crítica nuestra actuación,
reflexionar sobre lo que pensamos, decimos y hacemos.
Desde esta consideración analizan el papel que al profesor de E.F. tiene como
agente transmisor de actitudes y valores en sus clases, utilizando como metodología
la investigación-acción, no solo para conocer mejor la realidad del aula, también
para diseñar estrategias de acción en relación con la Reforma Educativa, estrategias
que serán puestas en práctica y evaluadas con la participación activa del alumno.
A finales de los años noventa, surge en Valladolid una iniciativa bastante interesante
que después de se transfiere también en Segovia. Es el proyecto “actividad Física
16
Resulta sumamente curioso comprobar como los problemas coeducativos se reproducen incluso en el
contexto de la Formación Inicial, lo que refuerza el pensamiento manifestado en este punto. Son sumamente
interesantes los problemas de marginación detectados por algunos autores (Hernández et al. 1993, 1994 y
1994: Sparkes, 1993). Nosotros mismos, en nuestra experiencia docente en la E.U. de Magisterio de Segovia
hemos detectado problemas en este sentido.
17
Nuestro conocimiento de trabajo de este grupo tiene lugar en la IV jornada se Intercambió de Experiencias de
Educación Física en Primaria y Secundaria, celebradas en 1998 en Mérida del campo. El Seminario tenía estos
componentes A. Fraile, M. Fernández, I. Pérez, M. Muños. P. Aguado. M. de Frutos y M.C. Ramos.
Jugada”, que buscaba primordialmente dar un enfoque distinto al deporte escolar en
las edades que corresponden con la Educación Primaria. Con esta idea, se
trabajaba extraescolarmente con un programa que ofrecía nuevas posibilidades a los
escolares. Los contenidos que se trabajaban eran juegos tradicionales, iniciación
deportiva, expresión corporal y actividades en el medio natural, pero lo más
interesante, sin duda era el objetivo que se buscaba a través de los mismos:
contribuir a la formación de estos escolares, intentando que independientemente del
contenido trabajado valores como la cooperación, la paz, la igualdad de
oportunidades, la tolerancia o el respeto (por poner algunos ejemplos) estuviesen
presentes por encima de lograr resultados. Así, cuando se juntaban los niños de
diferentes centros escolares era muy distinto al de las tradiciones competiciones de
deporte escolar. Se trataba de juagar “con” y no “contra”.
En conclusión la experiencia fue muy positiva y se pudo comprobar que hay una
importante demanda de actividades con este enfoque por parte de muchos
escolares.
Partiendo de este pensamiento, consideran que la escuela debe dar respuesta a las
necesidades educativas de su alumnado con un plan de acción conjunta de todo el
profesorado, desde el Proyecto Educativo de los centros y desde los Diseños
Curriculares de las diferentes áreas mediante los temas trasversales.
Pero además cada profesor puede diseñar su cambio de actitud personal o pedir de
dos propuestas de actuación:
Tener en cuenta aspectos relativos a la organización (p. ej. Equilibrio en los grupos,
distribución equitativa del espacio…), metodología (procurar el uso de metodologías
no directivas), evaluación (a través de la observación, diario del profesor y del
alumno, autoevaluación….) y tratamiento adecuado de los diferentes contenidos de
nuestra materia, con especial atención al tratamiento de la iniciación deportiva y las
desigualdades de habilidad en la práctica.
Aunque estas ideas tendrían aplicabilidad para cualquier área, definen para la
nuestra, la Educación Física, unas pautas concretas de actuación a partir de la
identificación de actitudes negativas que conforman el curriculum oculto 18 en las
prácticas de Educación Física tradicionales (sexismos, autoridad y dependencia, la
“la ideología dela victoria” o de las experiencias negativas del alumnado menos
capacitado).
La conclusión a su planteamiento la exponen en esta frase:
18
Los autores citados se basan en la noción de curriculum oculto de Tinning (1992) que explica como nuestras
actitudes en clase son las que realmente percibe el alumno. Si dichas actitudes no coinciden con las del
curriculum oficial, en caso de persistir, cobran más fuerza que esta.
Construye tu vida sin adicciones
Modelo de prevención
La prevención afecta los estilos de vida de tal manera que evita los riesgos y protege
a los individuos en las actividades de la vida, para que estos no vean alterados su
desarrollo pleno. En concreto, la prevención promueve la autogestión de las
comunidades y centra la función del promotor en brindar asesorías a la comunidad
(que vive y sufre la problemática) y poner a su disposición la tecnología que permita
conocer instrumentos preventivos que amplíen la conciencia de los adolescentes, de
modo que disminuyan las conductas de riesgo.
Asimismo, debe quedar claro que los pasos del plan de acción se ilustran con los
resultados obtenidos en una comunidad escolar, pero también, que solo se
mencionan a manera de ejemplo. Esto quiere decir que los diagnósticos de los
estilos de vida serán distintos entre una y otra comunidad. De modo que si se
aplican los métodos y procedimientos se obtendrán resultados diferentes. De
cualquier manera, al utilizar las técnicas propuestas, el facilitador podrá sistematizar
su intervención y compararla con la experiencia de otros colegas que también la
hayan empleado.
Un plan de acción cuyo objeto sea propiciar que el adolescente temprano y las
personas que lo rodean apliquen su conciencia –sobre los factores de protección en
los estilos de vida–, exige lograr una amplia visión de la realidad. Además, obliga a
entender que se puede hacer, como organizarlo y promover su relación. Este es un
proceso de interrelación humana en el que destaca una serie de características de la
función del conductor, que le ayudan a lograr sus propósitos. A continuación, se
señalan los más importantes:
h) Unificar los propósitos. El facilitador del grupo deberá estar atento para
detectar cualquier signo de confortamiento. De hecho, debe conducir al grupo
a comprender que, detrás de la diversidad de opiniones y puntos de vista
aparentemente contradictorios que surgen en el proceso, hay un solo
propósito, el cual permitirá superar cualquier divergencia circunstancial.
i) Integrar los esfuerzos. Esta es la función clave del facilitador. No se puede
explicar con facilidad, ya que la integración de los esfuerzos adquieren
múltiples significados sobre la marcha del proceso. A veces se manifiesta por
medio de una resistencia pero, en otras ocasiones, hace resaltar la situación
que experimenta el grupo. En algún momento quizá consista en detectar la
tarea de alguno o algunos integrantes del grupo; poro en otro, tal vez, en
hacer ver al grupo la riqueza de recursos que nace de su propia integración,
debido a que participan adultos y adolescentes. Todo lo que conduzca a la
unidad de propósitos y a la conjunción de voluntades cabe en este concepto,
incluyendo el aprecio y el agradecimiento por el esfuerzo de todos los
participantes, lo que le ganara una buena opinión por parte de los jóvenes.
Llevar a cabo una intervención preventiva requiere de un plan que oriente y guie las
acciones. El papel del facilitador consiste en coordinar todas ellas, para lo cual se
sugiere algunos pasos, además de ciertos instrumentos metodológicos y ejemplos
de actividades.
Los pasos a seguir en un plan de acción preventiva con preadolescentes y
adolescentes tempranos son: a) formación de una red de intercambios, b)
diagnóstico de los estilos de vida, c) diseño de acciones, d) desarrollo del plan, y e)
seguimiento y evaluación.
Hay que recordar, primero, que el facilitador que se encuentra diseñando una
intervención para adolescentes tempranos y preadolescentes deberá incluir en la red
de intercambios, en el caso de las escuelas, tanto a los jóvenes como a los
maestros, esto es básico por que como ya se mencionó, los maestros ejercen gran
influencia sobre los estudiantes de esta edad.
Por lo anterior, el facilitador debe incluir en la red a los adolescentes mayores, como
grupo de colaboración prioritario. En las comunidades que esto se ha logrado, el
éxito ha sido mayor, mientras que en aquellas redes en las que el grupo juvenil es
muy pequeño, los programas se han burocratizado y han resultado poco dinámicos.
Por ejemplo: en una escuela los alumnos de preparatoria sugirieron a la red que
organizara pláticas y vistas a los alones de sexto de primaria y primero de
secundaria para compartir testimonios de diferentes estilos de vida, a fin de
promover los factores de protección. Esta actividad tuvo mucho éxito, debido que
agradó a los jóvenes y maestros que la vivieron, y por qué sustituyo la de
testimonios de adictos, aunque interesa a los adolescentes, no es útil desde el punto
de vista preventivo, como lo demostró una investigación. En ellas se explica que con
dichos testimonios, los jóvenes disfrutan el intercambio pero incrementan su
resistencia al expresar pensamientos como los siguientes: “¡Uy! qué bueno que
nosotros no estamos así”, “¡chale nosotros usamos droga pero leve!”. En estos
comentarios observamos que los jóvenes no se dan cuenta de que el uso reducido
de drogas puede convertirse en una adicción, la cual ya no dependen de su voluntad
o deseo. La droga por si misma, al convertirse en un contacto periódico, sea
semanal o mensual, a la larga efectúa su propia tarea: exige regularidad en el
consumo y produce fenómenos de tolerancia y dependencia que se salen del control
del individuo.
Por lo tanto, disponer de una red de intercambio que cuente con un número
significativo de adolescentes plenos de la comunidad es el punto de arranque para
cualquier plan de acción preventiva.
Para ello habrá que convocar a los interesados por medio de folletos o carteles,
aunque es más recomendable invitarlos a partir de una relación interpersonal en al
que se les motive a participar. Estos se consiguen, frecuentemente, cuando se invita
a los posibles colaboradores a un taller de reflexión sobre el tema de la prevención.
Los apartados anteriores de este manual pueden emplearse para delinear
contenidos o temas para presentar en estos talleres. En ellos es factible crear un
ambiente de intercambio y discusión que despierte el interés y logre sumar las
voluntades en un mismo camino que, en primera instancia, es la constitución del
grupo de trabajo. Una vez que se ha conversado sobre el tema, el taller concluye
con la apertura del espacio para el trabajo del grupo, es decir, se fija la hora y el
lugar para la siguiente reunión. (Véase: “desarrollo de los talleres de sensibilización”,
pp. 43-45.)
Un ejemplo práctico ilustrará mejor lo dicho hasta aquí. En una comunidad escolar
se inició este proceso de sensibilización convocando a maestros, asesores,
orientadores a un curso de prevención de riesgos psicosociales en la adolescencia,
con el fin de proporcionar material didáctico, conceptos y técnicas para el trabajo
preventivo; al mismo tiempo se impartieron platicas de sensibilización a los
alumnos; simultáneamente, pero en forma independiente, se estimuló la
participación de los padres de familia para cubrir sus necesidades de orientación
sobre los problemas juveniles: manejo de la sexualidad, abuso de drogar y actos
antisociales.
Las primeras dos o tres sesiones de la red de intercambios se utilizan para conocer
los estilos de vida de la comunidad y su disposición al cambio.
Habrá variantes de acuerdo al grupo. No será igual una comunidad escolar que la
población que asiste a un centro de la salud o de orientación familiar. Por ejemplo,
en una comunidad abierta se partió del análisis de ésta, estudiando sus espacios
físicos, señalando un perímetro a la zona de trabajo y considerando a los diversos
componentes sociales dentro de ella: comerciantes, vecinos, personas del centro de
salud y promotores comunitarios de los clubs deportivos. Un aspecto importante es
que sin importar la clasificación de los componentes o participantes se les considera
informantes calificados y representantes del sector al que pertenecen. Es decir, la
participación exploratoria se dirige a que señalen la manera de pensar del grupo que
representan, y no el suyo propio. El conductor grupal señalara, a quienes no
entiendan esta indicación, que no personalicen su respuesta, sino que expresen lo
que sucede, en general, en su sector. De esta manera se reconocerán los riesgos
presentes en los estilos de vida y las soluciones que se ofrecen como factores de
protección. En el ejemplo de la comunidad escolar que se mencionó antes, la red se
integró con representantes de los alumnos, de los maestros y de los padres de
familia. En las reuniones se llegó al diagnóstico que se presenta a continuación:
Cuadro 419
ALUMNOS (ESTUDIANTES)
Existen varios subgrupos con muy distintos Algo que consideramos importante son
estilos de vida: los reventados , los fresas, las bases, la familia y la postura que tiene
los intelectuales, los gruby-banda. Cada sub- sobre las indicaciones.
grupo tiene valores diferentes, el que no los Algunas familias de confianza, facilita
acata puede sentirse desplazado, sin embar- para hablar de todo, además de ofrecer
go, estos subgrupos presentan comporta- ayuda a los chavos.
mientos con los que no todos se identifican. Muchos chavos están conscientes de los
riegos de las adicciones.
En algunos de estos subgrupos usar drogas Sobre la sexualidad los jóvenes saben que
en un valor: “una fiesta libre sin drogas es el mal uso afecta la salud física y psicoló-
muy difícil, casi imposible ” gica y que el abuso puede perjudicarlos.
MAESTROS Y DIRECTIVOS
No existe una línea común, consistente, Muchos pueden ser flexibles y, a la vez,
en el trato con los alumnos. Además, en poner los limites necesarios.
ocasiones, hacen un manejo inadecuado
de la formación.
A veces, actúan con falta de ética La mayoría tiene una preocupación por
Personal. Formal al alumno de manera integral.
Hay falta de compromiso y comunicación, Muestran una preocupación por el alumno
no saben cómo enseñar a manejar con lo respetan y pueden expresar lo que
libertad. Son demasiado consentidores. sienten frente a él.
Están actualizándose constantemente
Los directivos apoyan a los maestros
Padre de familia
Aparte del conocimiento de los estilos de vida de los adolescentes tempranos, que
servirá para guiar el diseño de las acciones, es conveniente explorar la fase de
cambio de la comunidad para profundizar la observación de la situación. Este se
refiere al hecho de que en una comunidad no todos los participantes están
igualmente consientes y dispuestos a trabajar. Es decir, algunos tendrán una
conciencia nítida de los procesos que se están dando y otros los negaran. Para
distinguirlos, puede utilizarse el mismo procedimiento de informantes calificados a
través de los miembros de la red, en la forma antes descrita. También se supone
usar otros cuestionarios, entre ellos el instrumento diagnóstico de la etapa de
cambio.
En esta etapa el conductor ayuda al grupo a reflexionar sobre los resultados del
diagnóstico de los estilos de vida de los adolescentes y a organizar acciones
concretas a partir de las conclusiones. Esencialmente se trata de formar el
establecimiento de elementos o factores protectores frente a los riegos detectados.
En términos proactivos, el objetivo es propiciar el desarrollo humano de los jóvenes
en las distintas áreas de la vida cotidiana, como se señaló al describir el modelo
ecológico.
Para ejemplificar como puede utilizarse el diagnóstico para el diseño de las acciones
de un plan se remota el ejemplo de los resultados obtenidos de la red del plantel
escolar referido antes. En él se observan las propuestas de alumnos, maestros y
padres de familia (véase cuadro cinco).
La puesta de marcha del plan de acción es la etapa más delicada del proceso y es el
momento en que suelen presentarse las mayores resistencias. Cuando se ha
superado la etapa de preparación debe iniciarse un estrecho seguimiento de la
realización de cada propuesta.
PROPUESTAS
QUE NECESITAN
Brindarles una educación significativa que los lleve a tomar conciencia de los riesgos.
Desarrollo de habilidades
4. Grupo de autoayuda.
299
Padres de familia
300
CAPITUL
O2
PRINCIPIOS Y OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN. Autor (Wolfgang,
Ch.1999)
Según esta descripción, maestra hallara en estos niños dos conductas externas
con respecto a su mutua relación. En el nivel más básico de comunicación
corporal (por ejemplo, el abrazo), algunos de los niños que no juegan no
pueden tolerar el contacto físico con la maestra. Si ella intentara posar
ligeramente sus manos sobre los hombros de uno de los pequeños, descubrirá
una extrema rigidez muscular, si se trata de sentarlo en su falda, parecería
sobre cogido por el “pánico”, y rechazaría cualquier otro avance. (47) puede ser
difícil para la maestra aceptar que estos niños necesitan esencialmente su
contacto, cuando lo que manifiestan hacia ella es un franco y total rechazo. Por
otro lado, están los que se apegan a ella y procuran constantemente su
contacto físico: al acogerlos a su falda parecen fundirse con su cuerpo; dan la
impresión de estar desesperadamente necesitados de afecto, si bien no lo
brindan a otros.
301
desarrollado confianza en si mismos ni en su mundo en el nivel corporal
mínimo. Nuestro primer objetivo , entonces, consiste en establecer o
restablecer esta confianza, tentando esta confianza, tentando al niño a que
admita el contacto afectivo con el cuerpo de la maestra por medio de dos pasos
1) que acepte las manos de ésta y 2) que pueda “acorrucarse” en su regazo. El
cuerpo de la maestra constituye un instrumento esencial con el trabajo con
niños pequeños. Consideraremos que una mecedora es una pieza invalorable
en un aula preescolar, especialmente para el grupo de 3 y 4 años. Mas
adelante, con su creciente sentido de adaptabilidad, el niño podrá descartar
esta forma extrema de apego y procurar el acercamiento físico en momentos
apropiados, tales como una sincera expresión de afecto o la búsqueda de
consuelo tras un accidente (una caída etc.) en el aula. Los niños productivos
pueden gobernar su mundo durante periodos prolongados, pero también se
realimentan emocionalmente con el abrazo físico o la orientación de su
maestra. (47, 48, 49)
PRINCIPIOS DE LA INTERVENCIÓN
302
dificultad que los niños encuentran al usarlos. El continúo parte de lo fluido
hacia lo estructurado. En el extremo fluido podemos colocar elementos tales
como el juego con agua, la dactilopintura, el juego con arena y la pintura con
caballete, todos los cuales carecen de estructura. A medida que el continuo se
hace menos fluido, da cabida al empleo de plastilina, arcilla, crayones, lápices,
marcadores, etc. Cuando el continuo se acerca a su extremo estructurado,
aparecen elementos como los pequeños ladrillos plásticos y los bloques. En el
plano estructurado propiamente dicho, se incluyen materiales tales como
rompecabezas y la mayoría de los elementos de Montessori (por ejemplo,
armazones para acordonar y abotonar, tableros para encajar formas
geométricas y bloques cilíndricas graduados (véase figura 1)). Cabria
formularnos la siguiente pregunta: ¿Qué sucede si ponemos en manos de
niños agresivos materiales dinámicos y fluidos como dactilopintura y agua?
¡Simplemente los atacarán! El uso que harían de esos materiales comenzaría
por aumentar el tempo a punto tal que estos niños violentos se evadirían de los
limites restrictivos del papel o la cubeta de agua, y arrojarían pintura sobre la
mesa, las paredes y sobre si mismos, o sucumbirían al impulso de chapotear
alocadamente en el agua. Los fluidos son en extremo difíciles
FLUIDOS
--------------------------------------------------------------------ESTRUCTURADOS
Bloques unitarias
303
mundo interior y exterior. El instrumento se ha apoderado de el, produciendo
una total perdida de control sobre su mundo y sobre si mismo.
(Véase el filme, de L.J. Stone, This is Robert, primera parte citado en las
referencias bibliográficas.)
Por otra parte, como lo demostró Piaget, advertimos que ese fluido dinámico
puede construir un desafío intelectual para el preescolar en la etapa pre-
operacional. Piaget describió el pensamiento del niño pequeño como centrado
e irreversible, y señalo que es incapaz de completar el movimiento entre
etapas. (63, 64, 67)
Podemos darnos cuenta ahora que el uso de materiales fluidos (por ejemplo, la
dactilopintura) presenta un importante desafío intelectual para cualquier
preescolar. Para un niño, el simple hecho de verter el agua contenida en un
304
recipiente grande en otro mas pequeño presentaría un ejemplo clásico de
transformación (cambio de estados).
Los objetos o elementos que hemos colocado en el extremo fluido del continuo
de materiales lúdicos se transforman constantemente y proponen exigencias
cognitivas y emocionales que requieren del niño la aplicación de un control. Por
esta razón desplazaríamos al niño agresivo hacia los materiales más
estructurados compuestos por objetos más manejables y predecibles. Al
proveerle a un mundo estructurado, amenguamos la cantidad de estímulos
externos a los que debe enfrentarse y entonces, en este mundo externo
predecible, podrá lograr un mayor control y llegar a estructurarse interiormente.
Este proceso quedo bien demostrado en los excelentes insights de María
Montessori. (54) Con la responsabilidad de enseñar a muchos pilluelos
vagabundos que carecerían de un mundo predecible y estructurado, creó un
aula donde cada objeto debía utilizarse de manera estructurada.
305
esponja social que, con una organización adecuada, absorberá más y más
niños con un incremento potencial para utilizar de manera creativa. (42)
Directivo-----------------------------------------------------------------------------------No
directivo
Demostración verbales
(3) Preguntas
(5) Intervención
visual
306
“mirar” para “cubrir” literalmente el espacio recreativo con su presencia. Así,
mediante movimientos coordinados, todos los sectores del ambiente caerán
bajo la “seguridad y control” de por lo menos una de las maestras. Contando
con esa presencia catalizadora, los preescolares desarrollarán la suficiente
confianza como para producir elevados niveles de juego creativo.
ADVERTENCIA
Habrá muchos niños que responderán con extrema rapidez a nuestra técnica
inicial de intervención y que, en consecuencia, podrán muy pronto alcanzar el
nivel necesario para el juego simbólico. Otros pueden necesitar meses o años
para abrirse camino hacia las actividades productivas. Los pasos señalados
solo han de considerarse como signos orientadores hacia el tipo de conducta
evolutiva que llamamos crecimiento. El punto más esencial que debe
recordarse es que la docente cuenta con dos instrumentos para ayudar a los
niños que no juegan: los objetos y su propia conducta. Por medio de estas dos
variables interviene para apoyar a los niños con necesidades especiales en el
aula. En consecuencia, debe sentirse en todo momento libre para
“experimentar” con esta estructura, utilizando su propia creatividad para
obtener mejores resultados en su trabajo con un determinado preescolar con
problemas.
307
de pasividad y de agresión física y verbal, tal como sucede con la conducta
habitual de la mayoría de los adultos.
Evaluación conductual
308
Nunca A menudo A veces No
pertinente
309
Sección 1
Relaciones sociales con
adultos
Se relaciona físicamente
en momentos de afecto
positivo
Acepta consuelo físico en
momentos de afecto
negativo
Se vale del lenguaje para
expresar necesidades
Interviene en
conversaciones
Interviene en
conversaciones
Sección 2
Control del impulso
Se retrae pasivamente en
casos de intrusión
Se defiende mediante la
agresión física (muerde,
patea, golpea, etc.)
Se defiende con un
lenguaje agresivo
(maldiciendo, diciendo
obscenidades o echando
la culpa a otro)
Resuelve sus conflictos
con pares apelando al
lenguaje o a medios
sociales
Sección 3 – Capacidad
lúdica
Juego sensoriomotor
Se dedica a la actividad
sensoriomotriz utilizando
la mayoría de los grandes
310
elementos del equipo para
escalar
Juego de construcciones
Se distrae con confianza
empleando diversos
medios (fluidos
estructurados)
Se dedica a la actividad
sensoriomotriz controlada
utilizando los medios sin
producto alguno
Dibuja o pinta líneas y
círculos
Nombra sus productos
pintados o dibujados
Produce 5 o más símbolos
reconocibles en sus
dibujos o pinturas
Crea productos con sus
pares
Juego simbólico
Juega simbólicamente
(micro cósmico), solo
Realiza un juego simbólico
paralelo (micro o macro
cósmico)
(socio dramático)
1. Representación
imitativa de roles
2. realiza juegos de ficción
con objetos
3. persiste en el juego
socio dramático durante 5
o más minutos
4. interactúa con sus pares
5. utiliza el lenguaje para
mantener el juego
Sección 4 – Momentos
críticos
Pueden separarse de los
padres y dedicarse al
juego
Disfruta de la mayoría de
las comidas
Parece relajado durante la
merienda
Acepta que se lo anime a
311
descansar
Por los general es capaz
de relajarse
Es capaz de integrar como
miembro un grupo
pequeño durante 5 o más
minutos
Vuelve a sus padres bien
dispuesto
CAPITULO 3
312
INTERVENCIÓN CON PREESCOLARES PASIVOS
CH. H WOLFGANG
313
Caballete con
papel y pintura
Dactilopintura
Mesa
sillas
Espejo grande
maestra
un ambiente hogareño
Espejo grande
Arcilla sobre
Bloques de
tablero papel y
plastilina
niño crayones
Juguetes estructurados
materiales fluidos
314
Una vez que este ambiente está listo, la maestra puede llevar al niño. Se
recomienda específicamente que el adulto que conduzca el juego sea la misma
a cuyo cargo se encuentra la clase durante el resto del día escolar. Es probable
que otras personas sean eficientes para esta tarea, más es importante tener en
cuenta que, al fin de poder desarrollar una empatía lo bastante estrecha con el
niño, la maestra deberá constituirse en la organizadora significativa de la sala
especial de juego y continuar con las técnicas de intervención en el aula. Una
persona extraña puede significar la perdida de esta oportunidad.
Inicialmente puede haber cierta dificultad para llevar al niño desde el aula a un
área de juego aislada de la clase. Por consiguiente, es mejor preparar al
pequeño anticipándole que irá con su maestra para “jugar con juguetes”
dispuestos especialmente para él. Ya sea al ingresar el niño por la mañana o
bien pocos minutos antes de retirarlo de la clase, se le podrá decir: “Este es tu
día para que juguetes con los juguetes especiales.” El anuncio anticipado
permite que el niño para su retiro del aula y se prepare para la experiencia.
Una vez que el niño y la maestra se hallen en la sala especial de juego con la
puerta cerrada o aislados con el biombo, habrá una silenciosa atmósfera de
intimidad que creara sus tenciones propias. También la maestra se verá
315
afectada por el silencio, en especial porque habrá abandonado un aula activa y
quizás tienda a hablar para quebrarla, pero ha de vencer esa tendencia. Es
necesario que se muestre tranquila y que actúe con naturalidad. Solo a de
explicar al niño que él vendrá periódicamente a la sala de juego y jugará con
los objetos que allí fueron puestos especialmente para él, y entonces le pide
que los examinen. Al principio, la maestra debe simplemente “mirar” sonriendo
las actividades del pequeño o dar respuestas no verbales que equivalen a
“darle su permiso para jugar”. Si el niño sigue inactivo después de haber
pasado un rato, ella puede insistir en su permiso diciendo: “parase que tienes
problemas para empezar” o “examina los juguetes escoge uno y comienza a
jugar”.
316
dactilopintura libremente pero con control y se desempeña bien con los
bloques, lo mejor es regresarlo al aula; ese legar adecuado para participar en
juego socio dramático. Si, por que el contrario, los resultados son negativos, es
necesario seguir con el proceso de intervención.
Primer paso: aprender a iniciar acciones con los demás y ayudar a establecer
una creciente conciencia de sí mismo. Como afirmamos antes, el niño pasivo y
el que no juega vive dentro de un cascarón protector y carece de la conciencia
individualizada de que puede ser un agente activo para controlar su mundo.
(47, 48) La intervención inicial consiste en ayudarlo a desarrollar su
autoconciencia y a advertir que sus acciones “pueden ser la causa de muchas
situaciones”.
Cada una de las sesiones iniciales debe comenzar frente al espejo para ayudar
a que el niño entre en actividad. Pero el control es necesario. Cuando esta
juego alcanza el punto de máximo regosijo, es indispensable sustraer
rápidamente al pequeño y ponerlo frente al mundo real (más específicamente,
llevarlo a emplear la dactilopintura).
El nenito
317
Este nenito
(El niño forma el puño y extiende el
se va a la cama. Pulgar)
Pone su cabeza (tapa el puño con la otra mano)
Sobre la almohada.
Se envuelve en las cobijas
La segunda mano se cierra alrededor
Del puño, dejando el pulgar
Muy abrigadito, expuesto)
Y así pasa la noche
Este nenito.
El chanchito
318
Así son los anteojos de la abuelita
Forma con los dedos dos círculos
Sobre los ojos)
Y este es su sombrero. (los dos dedo índice simulan
Un sombrero puntiagudo)
Así como cruzan las manos (cruzan las manos y las colocan
Sobre la falda)
Y las ponen sobre su falda.
Abuelito perdió sus anteojos (forma con los dedos dos círculos
Sobre los ojos)
Antes de irse a dormir.
¿y donde los encontró la abuela?
Justo en la cabeza del abuelo. (mueve los anteojos hasta la
Parte superior de la cabeza)
319
Arriba)
Por allí pasaba el nieto (da pasos con la mano izquierda)
Y don sapo ¡se cayó! (las dos manos palmotean las
rodillas)
El petirrojo
Cinco zapallitos
320
No bien oye algún (eleva con rapidez Cinco conejitos (muestra cinco
ruido los dedos de la Están ocultos en dedos)
Levanta las orejas primera mano) un cerro. (cubre con la
y se mete en el (simula introducir Uno dice: “¡oigo otra mano)
hoyo del suelo. el “conejito” en el un perro!” (muestra un
“agujero”) dedo, la mano
bomberos Otro dice: “¡veo a detrás de la
Diez pequeños (dispone los diez un hombre!” oreja)
bomberos dedos sobre las Otro dice: “corre (señala
duermen en fila. rodillas o sobre el lo más que indicando el ojo)
Din-don hace la piso) puedas” (hace que los
campana y todos (simula hacer Otro dice: “bah, dedos corran)
bajan por el poste. sonar la campana) no tengo miedo” (coloca los
Suben a la (simula el pulgares bajo las
autobomba y descenso por el Otro dice: “sh… axilas)
uuuuuu poste) no se hagan
Llegan apara (imita el sonido de notar” (pone un dedo
apagar el fuego. la sirena) De modo que sobre los labios)
Regresan (simula utilizando todos se quedan
lentamente al una manguera) quietos (cinco dedos
cuartel, y otra vez (de nuevo dispone Ocultos por el debajo de la
a la cama todos los diez dedos) cerro, mano)
en fila. Hasta que pasa el
hombre y
después el perro.
CH. H. WOLFGANG
321
CH. H. WOLFGANG INTERVENCIÓN CON
PREESCOLARES PASIVOS
322
Ábrelas, ciérralas
Pulgarcito
323
Yo muy bien, gracias. Actividades: un collage corporal.
Ya me voy. Materiales: revistas viejas, pasta
El meñique, el de pegar, papel y tijeras.
meñique, ¿Dónde Procedimiento: indique a los
está? niños que busquen figuras
Aquí estoy humanas en las revistas.
¿Cómo amaneciste? Sepárese con las tijeras ciertas
Yo muy bien, gracias. partes corporales que puedan
Ya me voy. pegarse entre sí para formar
Todos juntos, todos nuevas formas e imágenes
juntos, ¿Dónde físicas.
están?
Aquí estoy Actividad: sombras.
¿Cómo Materiales: una lámpara de
amanecieron? escritorio, una linterna, un cuarto
Muy bien, gracias. oscuro y una pared vacía
Ya nos vamos. Procedimiento: léase mi sombra,
de Robert Louis Stevenson.
Diríjase la luz de la lámpara o la
de la linterna sobre la pared y
haga que los niños experimenten
con sus sombras. En un día
soleado, continúese esta
actividad en el exterior
.
Procedimiento: la maestra se
sienta en una silla pequeña, con
el niño sobre su falda, frente a
los potes de dactilopintura
previamente preparados. Ella
debe animarlo a experimentar
ha-
324
aconsejable que tanto la maestra recreación, de manera que la maestra
como el niño se pongan delantales habrá de tomar la iniciativa y proceder a
para proteger sus ropas. Los niños una inducción gradual. Tanto con la
se inquietan muchísimo si se dáctilopintura como con la pintura de
ensucian, razón por la cual el uso de caballete, deseamos eventualmente
un delantal los hace sentir más libres que el niño pasivo desarrolle la libertad
para entregarse a esta actividad. La de disfrutar de la actividad sin
docente ha de experimentar con sobresaltos y que sea capaz de cubrir
varios colores, comenzando con toda la superficie con pintura. Solo
amarillos, rojos y verdes claros, y muchos más adelante comenzaran a
moviéndose paulatinamente hacia crear representaciones simbólicas; en
los matices más oscuros (marrón, esta etapa procuramos desarrollar la
negro etc.) en el curso de muchas conciencia de que puede “ser el factor
sesiones. Debe tomar nota causal que opere sobre los objetos”. Es
mentalmente de aquellos colores que indispensable señalar que, a fin de
más perturban al niño y hacer un preservar el orden temático, nos
esfuerzo especial para introducirlos valemos de una presentación
gradualmente. secuencial y paulatina que comienza
con el niño más pasivo y limitado,
De ordinario, los niños más pasivos y progresa hacia el agresivo y culmina
limitados se sentirán a aterrorizados con el más productivo. La rapidez con
ante el primer pedido de la maestra que el sujeto se mueva a través de los
de que introduzcan las manos en la diversos pasos de intervención varía
pintura. Aquí también ella ha de drásticamente según cada individuo.
manifestar una conducta Por ejemplo, algunos niños no hacen
estructurada para facilitar la más que operar con el espejo en las
introducción de un elemento fluido. primeras tres o cuatro sesiones.
Así mientras retiene al niño sobre su Entonces, como la práctica contribuye a
falda, expresara el gozo de manchar abreviar el juego imitativo, se agrega la
sus propias manos y acompañara la dactilopintura. Quizás el niño necesite
acción con el balanceo rítmico del todavía nuestras sesiones antes de
cuerpo y una suave canción o un avanzar hacia la pintura con caballete.
tranquilo comentario. A continuación, Si bien la velocidad de progreso ha de
puede pedir al niño que coloque sus variar, recomendamos muy
manos sobre el dorso de la suyas a especialmente que la maestra
tiempo que repite las acciones experimente e invente. De todos
descriptas. Después lo inicia en el modos, insistimos en que inicie cada
procedimiento lo inicia en el sesión con por lo menos cinco minutos
procedimiento haciendo que de juego frente al espejo.
introduzca un lápiz (o un palillo) en la
pintura, luego un dedo y poco a poco Tercer paso: adquirir la capacidad que
toda la mano. Varía mucho la simboliza en la microesfera.
velocidad con que el niño pueda
progresar en esta actividad inducida; Objetivo: hacer que el niño represente
la instructora tiene que ser sensible a simbólicamente temas dramáticos
la creciente ansiedad del pequeño. breves con juguetes en miniatura.
Pasadas algunas sesiones, debe
aumentar sus exigencias sin Procedimiento: el punto de
325
presionar demasiado. Finalmente, se desplazamiento desde los fluidos al
alcanza un punto en el cual el niño juego simbólico corresponde al de
logra la desenvoltura necesaria para máxima excitación del niño pasivo.
utilizar el material y comienza a Cuando este, por su expresión y su
sentir el placer de la actividad. Los dinámica, demuestra que disfruta
fluidos –en particular la realmente de su capacidad para
dactilopintura- responden pronto manipular objetos (fluidos en este
incluso a una acción mínima del niño caso), la maestra puede llevarlo a
y realimentan inmediatamente su sentarse sobre el piso, en el centro del
capacidad para manipular objetos. semicírculo de materiales lúdicos y
(También debe estimularse en estos frente a los juguetes microesfericos.
niños el juego con fluidos durante la (23) una vez allí, la maestra se ubica
actividad normal del aula.) fuera del semicírculo (aproximadamente
Una vez que el pequeño ha tenido a unos dos metros y frente al niño,
éxito en el manejo de la ambos separados por los juguetes).
dactilopintura, lo cual se concreta Entonces le pide: “haz que los juguetes
tras varias sesiones, se la puede nos cuenten un cuento”. En ese punto
remplazar por la pintura con debe demostrar por medio no ver
caballete. Esta actividad pone al niño
frente a una experiencia muy
exigente en razón de que la pintura
tiende a correrse y a evadirse del
papel por atracción gravitacional.
Muchos niños no se mostraran
dispuestos a
326
CH. H. WOLFGANG INTERVENCIÓN CON
PREESCOLARES PASIVOS
Bales, y dando la idea de que es una
simple espectadora, que el pequeño Cuando comienza a perder sus
está autorizado a jugar y que ella no inhibiciones al hacerse conscientes de
ha de interponerse. que son factores causales de
situaciones, algunos niños van aún más
La conducta del niño varía desde el lejos y se entregan a un monólogo
juego altamente productivo, sumamente egocéntrico. (65. 68)
dramático y simbólico hasta la empieza a “contar el cuento” con
actividad no productiva y casual que palabras más que con el concurso de
crece de elaboración simbólica. los juguetes. Por lo general, esta
Cuando tiene frente a si a un niño verbalización adquiere demasiada
del primer tipo, la maestra ha de fluidez y descontrol y, por consiguiente
permanecer inactiva y permitirle que es aconsejable dirigir al niño otra vez
desarrolle su juego. Pero si el hacia los objetos y solicitarle: “haz que
pequeño no responde a lo que los juguetes narren el cuento”. Mediante
requiere la actividad, tendrá que la perdida de sus inhibiciones, el niño
adoptar una conducta más pasivo es capaz de convertirse en un
estructurada. participante verbal dentro de su mundo.
Así como el primer monologo asume un
Por ejemplo la maestra coloca frente carácter desbordante lo mismo ocurre
a si el conjunto de juguetes en con todas las acciones infantiles. Al
miniatura que es un duplicado del encontrarse con su mundo, el niño
que tiene el niño. comienza a desnegar mucha energía
incontrolable con escasa dirección.
Entonces le advierte: “mira como Podemos considerar que esta
hago que mis juguetes cuenten un “liberación” del niño pasivo evidencia el
cuento” usando bloques o ladrillos desarrollo hacia una positiva fase
plásticos comienza a construir agresiva de la personalidad. Luego,
paredes para los cuartos o lugares cuando alcanza la etapa agresiva,
para los muebles a fin de crear un podemos intervenir para ayudarlo a
típico ambiente hogareño. Luego canalizar esta conducta de modo
hace ”caminar” a las figuras en productivo.
miniatura alrededor de la “casa” y
dentro de ella, hace que “se
despierten, tomen el desayuno y
vean la televisión”, entre otros temas
que sin duda han de ser familiares
del niño. Así mismo describe sus
acciones señalando con exactitud lo
que ocurre con su cuento.
327
minutos) y desarrollar un tema que
tenga principio y fin. A continuación,
pide al niño que, utilizando sus
propios juguetes imite esa misma
narración. Procede a repetirla y
después de cada movimiento espera
hasta que el niño lo haya repetido o
imitado con sus propios juguetes.
Tras haber representado la
secuencia por segunda vez, la
maestra pide al niño “cuente el
cuento” con sus juguetes y solo
acompaña sus acciones verbalmente
lo que ocurre. A partir de ahí de
nuevo le pide “inventa tu propio
cuento y haz que los juguetes lo
cuenten”. La maestra puede dar o no
una explicación verbal continua de lo
que el niño hace.
328
INTERVENCION CON PREESCOLARES AGRESIVOS
Nuestra línea de intervención con el niño agresivo sigue por lo general el
mismo procedimiento descripto para el pasivo. Comenzamos en la sala
especial de juego con las actividades de imitación corporal frente al espejo.
Expusimos ya la reacción de los niños que no juegan ante el contacto físico
como una actitud que variaba desde el rechazo total hasta el apego exagerado.
En cuanto concierne al niño agresivo, lo habitual es una conducta de rechazo:
se mantiene defensivamente en un estado de hipersensibilidad. (47) Se siente
la rigidez de su cuerpo y tiende al pánico en caso de acercamientos físicos.
Para trabajar con cualquier niño, es fundamental establecer una vinculación de
contactos físicos entre él y otras personas, y esto es particularmente importante
en la relación maestro-niño.
Objetivo: capacitar al niño para imitar con control y desarrollar la conciencia del
propio cuerpo.
329
Si estas acciones no provocan la respuesta deseada, entonces debe intervenir
físicamente e inhibir la actividad al tiempo que describe que hace el niño y
como ella concurre a ayudarlo. Este procedimiento podría dar por resultado un
enfrentamiento, en cuyo caso la maestra no debería demostrar que se siente
amenazada por la conducta impulsiva y agresiva del niño ni perturbada por su
rechazo físico. En ciertos casos, puede producirse una agresión verbal a pleno
grito: “Usted es una maestra mala. ¡No la quiero! La señorita Juana me gusta
más”. La reacción ante estos ataques –sean verbales o físicos- jamás debe
implicar represalias o inducir al sentimiento de culpa; por el contrario, ha de
decirle: “tienes toda la razón para estar enojado. Sé que a veces es difícil hacer
lo que quieren los adultos.” La maestra también debe afirmar: “no te voy a
hacer daño y tampoco voy a dejar que me lastimes. Te cuidare.” Estos
enfrentamientos constituyen valiosos encuentros; permiten que el niño ponga a
prueba los límites de su mundo y, por medio de la identificación, acepte las
reglas de la sociedad y comience a manifestar una conducta aceptable.
Segundo paso: Aprender a ejercer una influencia controlada sobre los objetos.
330
y, acto seguido, apaciguarlo poniendo su mano sobre el hombro del niño o, por
último, suavemente ambas manos sobre sus antebrazos.
331
Tercer paso: adquirir la capacidad de simbolizar en la micro esfera.
Habrá momentos en los que la actividad del juego simbólico se vuelva agresiva
(por ejemplo, “Los animales o los monstruos destruyen la casa” o “se comen a
la gente”). Tales temas son típicos de los primeros ensayos e indican una
evolución positiva. La maestra ha de permitir tanta agresión como sea posible
dentro de este tipo de juego, pero en cuanto prevea el descontrol, como
cuando el niño arroja un bloque con toda violencia, debe intervenir y prohibirlo.
En otros momentos el juego se desarrollara según el tempo elevado; el niño,
sin razón alguna que lo justifique, se detendrá, dejara los juguetes y pedirá
retirarse. Muchos de estos requerimientos se pueden caracterizar como
interrupción del juego y son el resultado de la ansiedad infantil. (23) según las
circunstancias, la maestra puede deducir que el niño ha jugado bastante para
una sesión o, por el contrario, indicarle que todavía dispone de tiempo y que
debe continuar. Si el niño halla dificultad en reanudar el juego, ella pueda
asimismo conducirlo otra ves ante el espejo, repetir secuencias de imitación
corporal y volver con rapidez a los juguetes representativos.
Es probable que el niño se incline por elaborar su cuento con los bloques o
ladrillos plásticos, el dibujo o la plantilla. En este caso, debe respetarse esta
decisión sin intervenir en absoluto. Por supuesto, aquí tampoco se consiente
que el niño pierda el control y destruya el producto de su juego. Una vez que
haya adquirido control y pueda dedicarse al juego dramático, desplazaremos
332
nuestra intervención hacia la siguiente fase, llevando al niño hacia el juego
sociodramático.
Objetivo: hacer que el niño juegue con otros a fin de producir una recreación
sociodramática.
La maestra debe limitar con tabiques el área de juego a fin de que los niños se
encuentren bien próximos uno del otro; luego toma asiento en la periferia del
grupo para prestar su apoyo visual. Al principio hay un periodo preparatorio
durante el cual los pequeños distribuyen los roles, aprontan la utilería y de
ordinario se disponen a representar. En ese momento la maestra puede
formular preguntas respecto de la descripción de los personajes para asegurar
asi la participación del principiante. En la mayoría de los casos, las ideas
pertenecen a los niños y es común que durante los ensayos iniciales el nuevo
“actor” desempeñe un papel subordinado (por ejemplo, de “bebe” o de
“victima”). Con la mayor sutileza y pasividad, la maestra debe ayudarlo a
aceptar su rol alcanzándole algún material o improvisando parlamentos, pues
es probable que se olvide de su parte o no pueda pensar en algo no adecuado.
La maestra continua con los mismos niños en el curso de varias sesiones y,
con el tiempo, añade nueva utilería, provee otras experiencias comunes para
333
ser representadas y promueve una práctica más consumada del principiante
con compañeros destacados.
La instructora ha de pedir entonces que los tres niños compongan una nueva
historia; cuando ésta se representa con creciente participación y rendimiento
del principiante, la maestra retira simultáneamente su intervención. Si un niño
continúa demostrando escasa acción y respuesta, ella puede iniciar cada una
de estas sesiones conjuntas realizando con él un breve periodo de imitación
frente al espejo; esto servirá para que el principiante se sienta estimulado y se
le renueve el sentimiento de que puede ser factor causal de muchas
situaciones.
En la medida en que la maestra halle más tiempo dentro del aula para ayudar a
que el principiante obtenga éxito en la recreación sociodramatica, las sesiones
pronto requerirán menor frecuencia. El niño se habrá convertido en un miembro
bien integrado de la clase y en actor productivo en la maxima expresión de su
capacidad.
334
Actividades simbólicas
335
Maestra-niño
336
Alsinet Carles, Rosa Ma. Pérez y Ma. Jesús Agulló (2003) “Adolescentes y
percepción del riego. Quién no percibe, no construye, no crece”, en Jóvenes.
Revista de estudios sobre la juventud, año 7, núm. 18, enero-junio, México,
Causa Joven, pp. 90-101.
Adolescentes y
percepciones del riesgo
QUIÉN NO PERCIBE, NO CONSTRUYE, NO
CRECE
Resumen
Miembros del Departamento de Pedagogía y Psicología de la Universidad de Lleida, España.
337
E
l estudio de la adolescencia, sus necesidades personales y sociales;
sus preocupaciones y aspiraciones, se ha venido desarrollando
desde diferentes perspectivas y aspectos. La posición de los
técnicos, investigadores y profesionales de la educación; la
intervención social y psicosocial, influyen de manera decisiva en la forma de
entender y actuar con este sector de la población.
20
F. Casas, Infancia: perspectivas psicosociales, Piados, Barcelona, 1998.
338
por los modelos sociales, y a las características de predisposición de cada
sujeto. Preguntas y afirmaciones acerca de quién soy (self) y la necesidad de
identificarse como modelos sociales configuran la estructura de su
personalidad y el desarrollo de los principales criterios morales.
339
Estos dos aspectos plantean la necesidad de desarrollar nuevas políticas e
investigaciones en la intervención con esta categoría social, cambios o
diferencias en los planteamientos, que creemos que se han de plantear sobre
la base de las siguientes características: El adolescente como agente de su
propio cambio, las actuaciones deben dirigirse hacia la necesidad de entender
al adolescente como sujeto activo y ciudadano de pleno derecho. Debemos
pasar del concepto de que al adolescente se le dará al epígrafe el adolescente
tiene derecho.
Por su parte Choquet22 presenta un estudio sobre los posibles riesgos de los
adolescentes. Esta investigación, realizada a partir de diferentes encuestas
epidemiológicas, presenta un primer análisis de diversos comportamientos que
se entendían como problemáticos, y que se clasifican en tres grupos. En primer
lugar las conductas problemáticas: consumo de sustancias tóxicas, conductas
delictivas, robos, comportamientos violentos y absentismo escolar. En el
segundo grupo sintomatologías corporales entendidas como las dificultades
funcionales que provocan alteraciones en el normal desarrollo somático –
problemas de sueño, depresiones– el abuso en el consumo de medicamentos
psicotrópicos y las disfunciones en las conductas alimentarias –anorexia y
bulimia– y por último uno de los síntomas estudiados son los intentos de
suicidio.
340
sociodemográficas, las relaciones sociales –ya sean familiares o bien con el
grupo de iguales– y por último las variables de disposición o personalidad.
341
diferentes procesos políticos o movimientos sociales e históricos que se están
viviendo.
26
J. Funes, (coord.), Intervención psicopedagógica en situación de inadaptación social, UOC, Barcelona,
1999.
342
Factores de compensación, son los que impiden la aparición de las
conductas de riesgo, y pueden ser: de carácter personal (coeficiente
intelectual elevado, óptimas habilidades y competencias sociales) del
entorno familiar (buena relación familiar, óptima situación económica,
etc.); de ámbito comunitario (redes de apoyo social, experiencias
sociales positivas, etc.) y de sistema societal (aceptación social de las
adolescentes como sujeto de derecho).
Factores precipitantes, son los que facilitan o provocan la parición de las
conductas de riesgo. Al igual que n el punto anterior, pueden ser: de
carácter personal (interpretaciones que se hacen de los diferentes
acontecimientos de la vida, estrés que provocan las situaciones vividas,
etc.); de ámbito familiar (sucesos estresantes en la familia: separaciones
y divorcios; trastornos patológicos de los padres o en el entorno familiar,
etc.); en la comunidad (ausencia de poyo social, cambios de domicilio,
inicio de los procesos de exclusión social, medios de comunicación
social, etc.) y en la sociedad (ausencia de la promoción del sentido de
responsabilidad compartida en la atención a lo adolescentes, aumento
de las desigualdades sociales y ausencias de políticas de buenas
prácticas en la atención a las personas).
Para finalizar quisiéramos mencionar unos de los factores que permiten
entender a los sucesos personales de los adolescentes, estos son los factores
de resiliencia, entendidos como aquellos elementos que facilitan a las personas
la resistencia hacia situaciones adversas o que pueden desarrollar acciones de
dificultad social.
III. ESTUDIOS DE PERCEPCIÓN DE RIESGO EN L ADOLESCENCIA: UNA
EXPERIENCIA PILOTO
A continuación presentamos un estudio preliminar que se desarrolló en la
ciudad de Lleida (España), relativa a una encuesta sobre la percepción de
riesgos en l adolescencia.
Luego de un proceso de búsqueda bibliográfica y diversas sesiones de
trabajo, con profesionales de la educación formal y no formal y con un grupo de
adolescentes, se estructuro la investigación basándose en 13 dimensiones o
percepciones de riesgo éstas fueron: robos; conducción temeraria; desempleo;
medio ambiente; consumo de drogas ilegales; agresiones sexuales; maltrato y
violencia domestica; sectas y violencia juvenil; enfermedades de transmisión
sexual y sida; política; xenofobia; embarazos adolescentes y consumo de
alcohol y tabaco.
Con objeto de evaluar cada una de las posibles precauciones de riesgo,
se estudiaron sobre dos criterios:
343
A partir de estos dos aspectos se desarrollaron una serie de preguntas, con
objeto de evaluar cada una de las diferentes dimensiones. Con la finalidad de
procesar la información obtenida y su posterior análisis, cada uno de los ítems
se podía responder sobre la base de una escala de intervalos (nada de
acuerdo, poco de acuerdo, bastante de acuerdo, de acuerdo, y muy de
acuerdo).
1. Objetivos de la investigación y características de la muestra
Los principales objetivos de la investigación que presentamos en este articulo
se centran en 3 aspectos.
1. Analizar cual es la percepción de lo riesgos de amenazas y temores,
relacionados con su seguridad personal.
2. Conocer cuales son la preocupaciones sociales del adolescente, en
relación con la seguridad ciudadana.
3. Estudiar y correlacionar diferentes variables independientes que nos
permitan desarrollar programas de intervención en el ámbito
comunitario, y desde una perspectiva entre la relación de los
adolescentes y la percepción de seguridad.
Para poder desarrollar y corroborar estos objetivos de observo a un grupo de
262 hombres y mujeres de entre 15 y 17 años de edad.
2. Resultados preliminares y primeras conclusiones
Entre los primeros resultados y análisis de carácter descriptivos que se han
observado en el estudio quisiéramos destacar los siguientes:
Los ítems en que los adolecentes de nuestro estudio presentan
puntuaciones mas elevadas son: me preocupa acabar de estudiar y no
encontrar trabajo (4.39%); estoy convencido que mis padres no me maltrataran
nunca (4.71%) y toando las medidas adecuadas se reduce el peligro de
contagiarse de sida (4.64%).
Las reas donde los adolescentes presentan puntuaciones mas elevadas
son: el desempleo (3.75%); los malos tratos y la violencia domestica (3.59%);
los embarazos de adolescentes (3.57%) y las infecciones de transmisión sexual
y el sida (3.51%).
En relación con los resultados obtenidos en la agrupación de los ítems
que conformaron la escala de autopercepción de riesgos y de heteropercepción
de riesgos los resultados has sido iguales (296%).
A partir de este primer análisis podemos destacar algunas primeras
referencias: los jóvenes de nuestra muestra, que puntuaciones más elevadas
están relacionados con situaciones de carácter cotidiano, donde los
adolescentes manifiestan estar bien informados y protegidos.
Hay que hacer mención que, entre otras, se han observado diferencias
significativas en el análisis de la variable genero en los ítems que conforman la
dimensión accidentes de trafico, donde los chicos de nuestra muestra perciben
que son otros grupos e población –categorías sociales- los causantes de estas
situaciones problemáticas, o bien en la dimensión alcohol y tabaco, donde se
presenta la misma tendencia en las respuestas. Por otra parte, las mujeres
344
presentan diferencias significativas, comparativamente con los hombres, en las
dimensiones relativas a la vida familiar –maltrato y violencia domestica- o en
aumento de las infecciones de transmisión sexual, incluido el sida.
A tenor de los resultados, se constata que en nuestra muestra se
reproducen los patrones basados en las condiciones de genero, así los
hombres manifiestan conductas de carácter mas impulsivo, mientras que las
mujeres están mas interesadas en actividades y acciones relacionadas con sus
perspectivas de futuro y en acontecimientos de sus vidas familiares y cotidiana.
Con relación a la variable edad los más jóvenes se preocupan, en mayor
medida, por acciones y conductas propias de los comportamientos juveniles a
los que aun no has tenido acceso y manifiestan inquietudes de carácter más
social y comunitario.
3. Propuestas de intervención
Las reflexiones y resultados que nos hemos planteado a lo largo de este
artículo llevan a realizar una seria de meditaciones y respuestas a las
interrogantes que han surgido .
Las propuestas de intervención que plantearemos, párrafos adelante, se
desarrollaran sobre a base de diferentes premisas que a continuación se
presentan:
La consideración de la adolescencia como una estrategia social, por ser
un sujeto activo, y en consecuencia un elemento de su propio cambio. El
desarrollo social y emocional de este grupo de edad se de construye sobre la
base de sus experiencias y sus capacidades de reflexión y participación.
Estas capacidades de reflexión y participación se aprenden, por
donde se educan desde una perspectiva preventiva. Participar no es solo estar
sino tener espacios para poder codecidir y en su caso, tener aciertos o
equivocaciones.
Las propuesta de intervención sugieren tras considerar dos aspectos,
uno centrado en elementos relacionados con la investigación (hemos de
recordar que los resultados que aquí se presentan son de carácter piloto) y
otros de intervención psicosocial y educativa.
Con relación al primer aspecto, aunque se ha valorado de manera muy
positiva el cuestionario desarrollado, creemos importante la necesidad de
proponer algunas modificaciones. Se debieran de añadir dimensiones
relacionadas con hábitos alimentarios, las nuevas adicciones y los deportes de
riesgo.
Para los programas de intervención psicosocial, podrían formarse dos
grupos, con la posibilidad de ser independientes y, a la vez, complementarios
entre ellos. Así, en el ámbito de la educación formal, se deberían de desarrollar
actividades de acción tutorial relacionados con las capacidades de acceso
laboral, en el desarrollo de programas de búsqueda de empleo y de nuevas
formas de autoocupación. También, seria necesario facilitar un espacio donde
el profesor desarrolle acciones preventivas delante de situaciones de riesgos.
En el ámbito de la educación no formal se deberían desarrollar
actividades a través de los servicios sociales comunitarios, desde una
perspectiva de la prevención primaria y secundaria, renovando las
345
competencias sociales de los adolescentes.
Todos los programas de intervención deben de aplicarse con el fin de
incrementar el bienestar de cada uno de los adolescentes, en cada una de las
diferentes dimensiones que se pueden plantear en la estructura del bienestar,
ya sea en los componentes cognitivos-satisfacción con la vida- como los
componentes afectivos-afecto positivo y afecto negativo- o bien las
dimensiones donde se estructura este componente: el celf, la familia, la
escuela, los vecinos y el grupo de iguales.
Mendoza Laiz, Nuria (2000), “planteamiento práctico, desde las clases de educación física,
ante la problemática del alcohol”, en lecturas: educación física y deportes, revista digital,
buenos aires, año 5, núm. 21, mayo, http://www.efdeportes.com/efd21a/alchool.htm.
346
Planteamiento práctico, desde las clases de Educación
Física, ante las problemática del alcohol.
(Nuria Mendoza Laiz)
Introducción.
Las características y repercusiones del problema de las drogodependencias,
como fenómeno biológico, psicosocial y social, han motivado que las
sociedades contemporáneas consideran estas como uno de los principales
problemas de la Salud Pública, generándose la necesidad de desarrollar un
tipo de atención específica, sanitaria y psicosocial.
347
Se parte de las bases criteriales de la cual LOGSE, que ofrece un amplio
campo de actuación, considerando de gran importancia la información integral
de los alumnos, y ofreciendo la oportunidad de impregnar todo el curriculum
con temas trasversales y asignaturas optativas donde el alumno podrá elegir.
El objetivo del estudio fue verificar la siguiente hipótesis: los alumnos con in
alto nivel socioeconómico consumen menos porcentaje de alcohol que
aquellos alumnos que presentan un nivel socioeconómico bajo.
348
La encuesta que se utilizo fue la siguiente:
CURSO:
EDAD:
SEXO:
TABLA N° 1
PREGUNTA A B TOTAL.
REALIZADA
Consumo de alcohol 94% 95% 94,50%
alguna vez en la vida.
Bebe alcohol 92% 93% 92,50%
semanalmente.
Frecuencia diaria,
85% fines de 89% fines de 88% fines de semana.
semanal de alcohol. semana. semana.
Tipo o clase de 78% cerveza y 88% cerveza 85% cerveza 78%
alcohol que ingiere.whisky 20% 75%whisky whisky 20% ron, otros.
licores y ron. 18%licores.
Cantidad de alcohol 72% 7-10 copas 2- 78% 6-10 copas 1- 75% 7-9 copas 2,5 litros
por fin de semana. 3 litros de cerveza. 4 litros de cerveza. de cerveza.
349
TABLA N° 2.
PREGUNTA A B TOTAL.
REALIZADA.
Edad de probar el 94% 12-14 años. 92% 11-14 años. 93% 11-13 años.
alcohol.
Edad de beber 92% 13-15 años. 91% 12-13 años. 92,5% 12-14 años.
regularmente.
TABLA N° 3.
PREGUNTA A B TOTAL.
REALIZADA.
Por qué se bebe. 84% por gusto. 88% por gusto. 85% por gusto.
Te gusta realmente el 75% si 24,8% no 78% sí 22% no. 77% sí 23% no.
alcohol.
Cuántos amigos 93% todos. 88% todos. 90% todos.
beben.
Lo saben tus padres. 95% poco dinero. 90% poco dinero. 91% poco dinero.
TABLA N° 4.
PREGUNTAS A B TOTAL.
REALIZADAS.
Cuánto dinero te 92% 800-1200 94% 850-1100 95% 850-1100
dan pta. pta. pta.
semanalmente.
Es mucho o poco 92% poco dinero. 90% poco dinero. 91% poco dinero.
dinero.
350
Beben porque les gusta y porque sus amigos lo hacen, ya que beben
casi todos y sus padres no lo saben en la mayoría de los casos.
Casi todos se quejen del poco dinero que reciben de sus padres y
piensan que deberían aumentarles la asignación semanal.
351
Fuerza resistencia abdominal 49,9 ± 22,8 34± 20,2
(repeticiones)
Flexibilidad (cm) 31 ± 8 33 ± 8,4
Fuerza explosiva del tren superior 48,4 ± 7,1 32, 9 ± 5,5
(cm)
Consumo máximo de oxigeno (ml 44,45 ± 5,86 32,28 ± 3,77
02/kg/min.)
4.5
3.5
2.5 MUJER
Columna1
2
1.5
0.5
0
FB E FA F S CO2
1-2: Muy Bajo; 2-3: Bajo; 3-4: Medio; 4-5: Alto: 5-: Muy Alto. FB: Fuerza Bimanual; E: Equilibrio;
FA: Fuerza Abdominal; F: Flexibilidad; S: Salto; CO2: Consumo de Oxígeno
352
Como conclusión al estudio manifestaron que os objetivos de la actividad física
en esta etapa deberían dirigirse a facilitar la reinserción social, potenciando los
factores de socialización,
353