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La Mano y su anatomía tenebrosa…

Así como los ojos, los oídos y la nariz, son los órganos del cuerpo humano que permiten al
mundo manifestado entrar en el interior del ser; la mano va a ser, el órgano del cuerpo que
permite el contacto con las formas de la manifestación. Por ello, me parece que la mano es
un elemento interesante en el hombre, pues presenta una de las características que nos
hace hombres y nos diferencia del resto de los animales. El retraso del pulgar, nos da la
habilidad de la prensión fina y por ende, la capacidad de síntesis de las cosas, para
comprenderlas, conociendo sus detalles más pequeños. La mano reconoce cada cosa,
como suma de pequeños detalles y es a través de ella y su gran capacidad de síntesis, por
efecto del retraso del pulgar que podemos llegar a realizar clasificaciones detalladas de las
formas de la manifestación. Las proporciones de nuestra mano y las pequeñas falanges,
han permitido al hombre acercarse a los detalles del mundo que lo rodea. Tan poderoso es
este hecho, que toda la manera de percibir y pensar el mundo, cambia desde la
perspectiva de esta capacidad, tan particular en el hombre, que junto al lenguaje
articulado, la vertebra número 33,  la bóveda palatal y su particular forma, han permitido
diferenciarlo biológicamente con claridad del resto de los integrantes del reino animal.

Todos vemos como un evento natural, el desarrollo de manos en el hombre, basados en


las necesidades de supervivencia y la búsqueda de un nicho seguro entre las especies,
pues buscábamos ser competitivos, ante el resto de los seres en el planeta, observándolo
desde la perspectiva evolucionista de Darwin. Pero esta es una idea muy moderna, que
establece una forma de ver el mundo muy alejado y diferente de cómo, estos hechos, eran
percibidos en tiempos anteriores de la historia de la humanidad. La pregunta que salta de
manera natural a nuestra mente, por demás lógica, es ¿Cómo entendía el hombre estas
pequeñas diferencias antes de las teorías evolucionistas y la particular forma de síntesis
que tiene la ciencia de percibir el mundo que nos rodea? Y la respuesta es casi trivial.

Cuando el hombre se vio abrumado por lo que le rodeaba, necesariamente pensó que una
entidad superior era autora de estas extrañas cosas. No podía el hombre pensar que un
ente de carácter animal, como él, fuera capaz de crear todo lo presente en las aguas, en la
tierra y en el cielo; decidiendo así que esa entidad superior tenía que ser una deidad, por
lo que le asignó a ella la explicación de todo fenómeno que no era capaz de explicar con
sus limitadas capacidades. Así se desenvuelve el mundo por miles de años, aun con
diferencias entre los criterios locales, de cómo entender a la deidad, todos coincidían en
que una deidad, o grupo de estas, fue o fueron autoras de todo lo creado. Lo cual es, en
esencia una contradicción evidente y directa con toda la teoría evolucionista moderna.

En particular, no era extraño que el hombre pensara que la mano era una característica
asignada al hombre por Dios, para brindarle mayores oportunidades de supervivencia e
incluso de supremacía sobre el resto de las cosas que lo rodean; por lo que el hombre
entiende que la mano es una importante pieza del ajedrez de la vida. Tan poderosa es la
mano, en el hombre, que quizá sea la herramienta más potente que este posee; al punto
de que, hemos llegado a usar palabras como “invalido” para aquel que no posee manos, o
cuando menos términos como “minusválido”, cuando falta una de ellas o alguno de los
dedos de esta. Le ha asignado nombres por demás sugerentes, cuando decimos “diestro”
para designar aquel que utiliza la mano derecha con mas habilidad, que de hecho se llama
también “derecha”, en clara alusión a lo recto y justo. No olvidemos que la otra mano, es
llamada “siniestra”, quizá porque esta, a los que son diestros, no le obedece tan fielmente
como la otra, por lo que es muy posible que se pensara, que tenía un pseudo gobierno
propio y desobediente. De allí que esta característica produjera la lógica pregunta ¿Por
qué no obedece igual? Algo hay en ella que la hace diferente, pero que no podía el
hombre del momento descifrar, por lo que a la siniestra se le asigno todo el simbolismo
oscuro o que el hombre no era capaz de responder por la vía de la razón.

Después de lo expuesto, desarrollemos ahora otros aspectos que interesan de la mano.


En un pensamiento básico, que no por ello, falso o menos importante, que el complicado
pensamiento actualmente influido por la ciencia; podemos decir que, el cuerpo se proyecta
a su entorno mediante sus extremidades. En particular, las manos hacen reconocimiento
de lo que rodea al hombre, circunstancia esta, que lógicamente lo lleva a pensar que, en
las manos hay relaciones directas que establecen conexiones con el macrocosmos, por lo
que en ellas, el hombre de la antigüedad, coloco un mapa del cosmos; por otro lado, los
pies establecen relaciones directas que conectan al microcosmos (anatomía) con la tierra,
poniendo en estos un mapa del interior de su propio organismo. Ya seguramente el lector
intuye que esta puede ser, sin duda, una explicación para la postura que
característicamente se usa para conectarse con la deidad, en la que vemos al hombre de
tal forma que levanta sus manos al cielo y apoya sus pies desnudos en la tierra, como
mostrando al cielo sus herramientas y el mapa del cosmos que este posee, mientras al
mismo tiempo, contacta la planta de sus pies con la tierra, mostrándole así a esta el mapa
de su propio interior. No puedo dejar de pensar aquí, que esa postura más que una súplica
a la deidad, parece una petición insistente, a los cielos, de ser reconocido; mostrándole el
mapa del cosmos que este posee en sus manos y a la tierra, su configuración anatómica o
interior, reconociendo así, que su cuerpo físico deviene de esta. Así el hombre, se ubica en
una postura de conductor, haciendo un puente por el que puede fluir la energía celeste y la
terrestre, siendo así un atanor alquímico de las fuerzas del universo, haciéndose expresión
de ellas y tomando provecho de estas.

El hombre entendió que no era solo un


asunto de biología, al ver como las caricias amorosas, los apretones de mano, los saludos
mostrando la palma de la mano en la distancia y en general, su uso para compartir
percepciones y sentimientos con sus semejantes, además de usarlas también como
órganos de prensión y tacto, producen reacciones en nuestro mundo interior e ideico y van
construyendo relaciones con nuestros semejantes, que van más allá de la producción de
sustancias químicas y reacciones, basadas en estas. Por otro lado, el hombre es capaz de
crear cosas que están en su interior y hacerlas manifiestas, justamente con sus manos,
por lo que las manos, pareciera que tienen en el pensamiento antiguo, las capacidades de
los dioses, al ser creadoras. Es así la mano una entrada hacia nuestro interior, en cuanto
nos ayuda a entender el mundo que nos rodea, pero también es una salida desde nuestro
mundo interior, al ser capaz de hacer manifiestas aquellas cosas que nuestra mente tiene
solo como ideas.

No es el objeto de este artículo, hacer un despliegue de conocimientos, que por cierto no


poseo, sobre la mano humana, pues para ello hay verdaderos tratados especializados,
tanto en términos de biología y anatomía como en términos esotéricos, a través de la
quiromancia y la reflexoterapia. Sin embargo, me daré por satisfecho, si el lector es
perceptivo a los pequeños indicios que despierten en él, la curiosidad necesaria para
continuar indagando a cerca de las cosas que aquí se plantean y ello le facilita una mejor
comprensión de puntos de vista que quizá estaban velados para él hasta el momento.

La mano en el hombre, tiene 5 dedos que se alargan desde la palma de esta y son
literalmente, verdaderas extensiones llenas de órganos sensibles a diferentes factores del
entorno, que de esta manera, le permiten ser un órgano perceptor. En la antigüedad, a
cada dedo, falange, línea y contorno de la mano se le asignaban distintos planetas, signos
zodiacales y aspectos vitales, en la base filosófica de que el hombre es un microcosmos,
reflejo del macrocosmos y viceversa; siendo este, un intento de poner en la mano un
reflejo de la caracterización propia del individuo y con ellas las características propias del
cosmos que le rodea. De esta manera, el hombre, disponía en la mano de un verdadero
mapa de su existencia cosmogónica en el ámbito donde se desenvolvía. Así la
Quiromancia, mas allá de la simple adivinación, era capaz de explicar, las diversas
relaciones entre el ser humano y el cosmos en el que estaba inmerso.

La mano teórica, proyecta a


cada uno de sus dedos uno de los planetas antiguos, en el orden siguiente, contando
desde el pulgar hacia el meñique, Venus para el pulgar, Júpiter para el índice, Saturno
para el dedo medio, el Sol para el dedo anular y finalmente Mercurio para el meñique,
quedando Marte formando una línea que va de un lado al otro de la mano, separando así
el pulgar del resto de los dedos y la Luna en la bola de la mano opuesta al lado del pulgar.
Cada dedo presenta tres falanges, a excepción del pulgar que solo muestra dos falanges y
a cada falange se le asigna un signo zodiacal, en el caso del pulgar se asigna solo uno,
como se describe en la grafica correspondiente de este artículo. Para el pulgar se le
asigna Aries para la ultima falange, la que sostiene la uña del dedo, la siguiente falange de
este dedo no posee asignación de signo zodiacal alguno, para el índice o dedo de Júpiter,
por falanges, comenzando desde la última, la de la uña, hacia la base del dedo, se le
asignan Aries, Tauro y Géminis; para el dedo de Saturno, el dedo medio, de la misma
manera, se le asignan, Capricornio, Acuario y Piscis.; para el dedo anular, el que
corresponde al Sol, vemos Cáncer, Leo y Virgo; el meñique queda dividido entre Libra,
Escorpión y Sagitario. Así distribuidos los signos, diremos que el dedo índice corresponde
a la cabeza, la garganta, los hombros y los pulmones, según la correspondencia
anatómica de los signos; el dedo anular se ubica anatómicamente, entre el Timo, el
corazón y los intestinos; el meñique se ubica en la anatomía, en los riñones, el sexo y los
muslos y por último el dedo medio que se ubica entre la rodilla, los gemelos y los pies.

El contorno de la palma de la mano define un circulo donde encontramos los montes,


asignados a cada uno de los planetas antiguos, que de forma particular, en el caso de los
que están en la base de los dedos, le dan nombre a cada uno de ellos, así pues; El monte
de Júpiter, en la base del dedo índice o dedo de Júpiter; el monte de Saturno, en la base
del dedo medio o dedo de Saturno; el monte de Apolo o monte del Sol, en la base del dedo
anular o dedo del Sol; el monte de Mercurio en la base del dedo meñique o dedo de
Mercurio. Quedan así, la base del dedo pulgar, o monte de Venus y por debajo del monte
de Júpiter en el dedo índice y debajo del monte de mercurio, están los montes de Marte, el
primero positivo o activo y el segundo negativo o pasivo; finalmente y en oposición al
monte de Venus, del lado de la bola de la mano, el monte de la luna. Formándose así,
ocho montes, que en realidad corresponden a siete planetas, por efecto de la dualidad del
monte de Marte.
Para las líneas, que se observan en la palma de la mano, son cuatro descritas así; una por
encima de los montes de Marte llamada línea del corazón y otra por debajo de estos
montes llamada línea de la cabeza; dos líneas que se cruzan en dirección con las
anteriores, que son, la línea del destino o de la fatalidad que va desde la muñeca por
debajo del monte de Venus, hasta el dedo anular y la línea de la Vida que va desde la
parte inferior del monte de Marte positivo o activo, debajo del dedo índice, bordeando el
monte de Venus a todo lo largo de su base hasta la muñeca. Finalmente, en la muñeca se
observan líneas que se llaman brazaletes que según los autores más antiguos del arte de
la quiromancia, se supone que determinan las vidas anteriores.

En la mano también encontramos en la tradición de la kabalah una distribución para las


letras que corresponde con las falanges de los dedos de la mano, como se señala en la
tabla a continuación, donde se han identificado los dedos según la astrología en la parte
de abajo para facilitar al lector la comprensión de las tablas.
Así pues, amigo lector, de ahora en mas podrás ver, que haces tú con los dedos, cuando
apuntas, cuando los juntas, cuando los aprietas y cuando los apartas, literalmente lanzas o
absorbes hacia el mundo exterior y desde tu mundo interno, muchas cosas que no ves. Se
cuidadoso pues, cuando uses tus manos y no olvides jamás que son instrumentos capaces
de hacer el trabajo de Dios, cuando con habilidad crean lo que primero era idea.

José Nicolás Quiles Pérez


M:.M:.P:.M:.
Ex V:.M:. (2012-2013)
G:.T:.I:. (2012-2013)
H:.R:. A:.C:.L:. (2012-2014)
Or:.Fis:. (Adjunto) A:.C:.L:. (2012-2014)
  

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