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La influencia de la orden

del temple en el arte gótico

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Cindy R. Orozco Vargas http://www.wix.com/antorchareforma/profecia


Índice

Introducción---------------------------------------------------------------------------------------- 3
HISTORIA Y ORIGEN DE LA ORDEN DEL TEMPLE----------------------------------------- 4
Orígenes--------------------------------------------------------------------------------------------- 4
El papado, las Cruzadas y los Templarios---------------------------------------------------- 5
Cómo se dio la ordenación de la Orden del Temple---------------------------------------- 5
Ocaso de la Orden del Temple------------------------------------------------------------------ 6
Leyendas y hechos aparentes sobre el hallazgo de reliquias sagradas por parte de
los Templarios------------------------------------------------------------------------------------- 7
Desde hace siglos los masones se proclaman herederos del Temple------------------ 10
Origen del Gótico---------------------------------------------------------------------------------- 11
Vitrales---------------------------------------------------------------------------------------------- 14
Influencia de este estilo arquitectónico en Europa---------------------------------------- 15
CONCLUSIONES----------------------------------------------------------------------------------- 18
BIBLIOGRAFÍA------------------------------------------------------------------------------------- 19

2
Introducción
La Orden de los Templarios siempre ha llamado la atención por su historia en relación
con las Cruzadas, en especial su incursión en Jerusalén. Su trasfondo religioso se vio
envuelto en conspiraciones abiertas que pretendieron la conquista de la “Tierra Santa” para
el papado, ya que para éste siempre representó el símbolo más importante de la religiosidad
cristiana, y por ello, no podía quedar en manos de “herejes”.
Cuando la Orden llegó a Jerusalén, y se hizo tanto de la ciudad como de las ruinas del
Templo Judío, edificio del que se hicieron guardianes especiales por su gran significado
religioso, les valió el nombre de Caballeros Templarios, o la Orden del Temple. Sus
grandes campañas le valdrían un gran interés histórico, mientras que el cuidado del
destruido templo en Jerusalén, junto con el presunto hallazgo de “santas reliquias y lugares
santos”, algunos muy pocos de cuyas pruebas arqueológicas parecen ser muy fidedignas,
les dieron su fama de misticismo que por hoy ha atrapado la atención tanto de historiadores,
como de novelistas (hay una gran cantidad de libros sobre los Templarios que se escriben
cada año).
Si bien se ha estudiado y divulgado la influencia de la Orden del Temple en el arte
Gótico, un trasfondo histórico más profundo ha sido ignorado por una enorme mayoría de
historiadores y arqueólogos, el cual ayuda a comprender mucho más profundamente las
razones del arte Templario e inclusive hasta dónde se extendió su influencia, la cual se ve
aún hasta nuestros días. Tal trasfondo será tratado acá.
Un misticismo ha rodeado a la historia y prácticas de los templarios, el cual ha dejado
plasmado una corriente en lo cultural y el arte arquitectónico que no debe de ignorarse, ya
que repercute en la apreciación de corrientes de pensamiento e ideas que nos ayudan a
apreciar y/o debatir sobre el trasfondo heredado por la Orden del Temple.
Comprender el ideario y el propósito de los templarios ayuda a entender lo que quisieron
comunicar a través del arte, y por ésta razón, aquello que se considere o no como atractivo
de su arquitectura, dependerá, no en su totalidad, pero sí en ciertos aspectos, de la
perspectiva que tenían del mundo, y de lo que creían que éste debía llegar a ser.

3
HISTORIA Y ORIGEN DE LA ORDEN DEL TEMPLE:

Orígenes:
El fundador de la orden fue Hugo de Payens, y los orígenes se remontan a la época en
que ocurrió el triunfo de la Primera Cruzada. Fue en ese entonces cuando estalló la fiebre
por ir a Tierra Santa, realizar peregrinajes para visitar el Santo Sepulcro y rezar en los
lugares santos. Uno de los caballeros de la pequeña nobleza feudal de dicha época
interesado en las tierras de Oriente era Hugo Payens.
Sobre dicho fundador:
“Había nacido hacia 1080, aunque algunos autores lo presentan ya armado caballero
antes de 1090,22 lo que no parece probable. Su vida antes de 1119 está llena de
especulaciones. Fue señor de Montigny-Lagesse, un caserío cercano a Troyes, la capital
del condado, y pudo formarse en la corte del conde junto con los hijos de otros miembros
de la nobleza”.1

La historia confirma que a principios del siglo XII, era caballero en el condado de
Champaña y estaba al servicio del conde Hugo de Champaña, el cual era considerado uno
de los aristócratas más ricos y poderosos de la Europa de aquel entonces.
Su viaje a Tierra Santa y su presencia en dicho lugar no se encuentra documentado sino
hasta el año 1119, en cuya época él había optado por entregar su vida al servicio de la causa
Cruzada en Jerusalén. “«Afable, completamente entregado a su labor e impecable en lo
tocante a la fe»,27 así se ha descrito su personalidad”.2

Por estar asentadas las conquistas cristianas, el rey Balduino I de Jerusalén llamó a la
nobleza europea a dedicar sus esfuerzos en el establecimiento de hospitales para peregrinos,
de ahí es que años más tarde nació la Orden de los Hospitalarios. Después de la muerte del
rey, lo sucedió en el trono su primo Balduino II de Jerusalén, el cual tuvo que enfrentarse
ante un enemigo que comenzaba a reorganizarse después de la victoria tras la Primera
Cruzada. Fue entonces que el caballero Hugo de Payens se presentó ante el rey y le hizo
una propuesta extraordinaria en la que él y ocho caballeros se ofrecían para defender a los
peregrinos. Por su parte el rey entregó a Hugo de Payens y a sus compañeros la mezquita de
al-Aqsa, la cual se ubica sobre el solar del Templo de Salomón. A raíz de esto, dichos
caballeros tomaron el nombre de: Pauperes conmilitones Christi Templique Salomonis, es
decir, «Los pobres caballeros de Cristo y del Templo de Salomón», los caballeros del
Temple o los Templarios. Además de esto el rey lo nombró primer maestre de la orden o
solo maestre. La Orden como tal fue fundada entre 1118 y 1119, hecho en el que aún los
historiadores no se ponen de acuerdo. Los nombres de los nueve integrantes aún se
conservan y son:
 Hugo de Payens
 Godofredo de Saint-Omer (Adhemer)
 Godofredo Bisol
 Payén de Mont-Didier
 Archembaud de Saint Aignant
 Gondemar
 Andrés de Montbard
 Hugo de Champagne
 Jacques de Rossal

4
Todos ellos eran “caballeros desheredados de la fortuna que no tenían señoríos que
gobernar y que sólo en la milicia templaría podían encontrar el modo y el ideal de vida al
que aspiraban. Eran nobles, miembros de una aristocracia guerrera que durante siglos
había entendido que su misión en la tierra no era otra que la lucha en la guerra”.3

Estos no solo se constituyeron en caballeros sino que también llegaron a adoptar las
costumbres de los frailes del Santo Sepulcro. Se comprometieron ante el rey y ante
Gormundo de Picquigny, patriarca de Jerusalén, cumplir los votos de pobreza, castidad y
obediencia. Y añadieron uno más: someterse al poder del papa.

El papado, las Cruzadas y los Templarios


Si observamos detenidamente la historia, podremos notar que años antes de la Primera
Cruzada, el papa Gregorio VII convocó a los milites Christi (“soldados de Cristo”) para
ayudar al imperio bizantino después de su derrota en la batalla de Mantzikert. Este llamado
fue ignorado por muchos y hasta recibió oposición, pero aún así esto sienta un precedente a
lo que años más tarde ocurriría con la Primera Cruzada.
Posteriormente en 1095, el papa Urbano II convocó a la lucha contra los turcos a raíz del
Concilio realizado en Clermont, Francia. Fue así como las cruzadas hacia Jerusalén dieron
su inicio nefasto, con el fin de proporcionar un cuidado sobre ese lugar a causa de su
significado altamente histórico y espiritual, a manos del papado.

Cómo se dio la ordenación de la Orden del Temple


En el año 1128, Honorio II, pontífice de la Iglesia Romana, convocó al Concilio
Eclesiástico de Troyes en Francia, donde fue considerada y aceptada la aprobación de la
Orden del Temple, aunque ya en 1114 existía una Bula llamada Milities Temple (Soldados
del Templo) que ordenaba al clero la protección de los templarios. Con la aprobación de la
Orden, ésta debió aceptar preceptos austeros que seguían estrictamente las pautas de la
Orden monástica de los cistercienses, cuyo mayor influyente de estos últimos fue el monje
francés Bernardo de Claraval, amigo de Hugo de Payens, y quien redactó la regla para los
Templarios.4
Los Templarios ahora dependerían exclusivamente del papa, y estaban exentos de
impuestos. En una Bula posterior, se les liberó del sometimiento a cualquier ley tanto
eclesiástica como secular, todo lo cual le daría continuidad a su autosuficiencia económica,
pero ahora serían políticamente independientes, pero rindiendo cuentas solamente al Papa.
Las cruzadas serían recordadas como la mayor hazaña de los templarios, y Bernardo
Claraval sería el apasionado predicador de la segunda de estas.
Sin embargo, aun cuando los templarios tuvieron su cuartel general en Jerusalén, su
estadía allí vería su fin con la caída de la ciudad en 1189 a manos de los musulmanes,
quienes eran comandados por Saladino. Por esta razón, es que la sede de los templarios
sería localizada posterior y sucesivamente en Antioquía, Acre, Cesaréa y Chipre.5

Bernardo Claraval ejerció una notable influencia en el ámbito político y religioso de


Europa. Y sus aportes perfilaron la religiosidad cristiana (llámese católica), en el canto
gregoriano, la vida monástica y en forma también muy considerable, en la expansión de la
arquitectura gótica.
En la Edad Media, a los cistercienses se les llamó los “monjes blancos” en oposición de
los “monjes negros”, últimos identificados como los benedictinos. Y si bien los

5
cistercienses siguen la regla de la Orden de de San Benito, no son considerados en sí como
benedictinos, aunque numerosos vínculos unen a los dos grupos monásticos.
La orden católica de los benedictinos de Cluny fue en extremo poderosa, y también
defendió los intereses del papado en Jerusalén, apoyando por supuesto a los caballeros
templarios.

Ocaso de la Orden del Temple


En el año de 1307, el rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, asevera tener pruebas
suficientes de que la Orden de los Templarios era culpable de herejía y de actos de
inmoralidad: “idolatría, sodomía, herejía, magia”; acusaciones que eran totalmente falsas,
ya que temía a que la todopoderosa orden convirtiese a Francia en su feudo por excelencia,
puesto que sus máximas riquezas estaban en dicha nación.
Clemente V, pontífice de la Iglesia Católica entonces, y que tenía su sede apostólica en
Aviñón, Francia, por intereses no solamente religiosos, sino también profundamente
políticos, accedió a considerar las acusaciones del monarca francés, ya que temía su dureza,
la cual había sido demostrada a sus predecesores. Se abrió entonces la investigación contra
la Orden, y en 1311 se convocó el concilio de Vienne, que disolvió a los templarios, cuyo
último líder fue el caballero Jacques de Molay.6

Los hechos más famosos son los aludidos al viernes 13 de Octubre del año 1307, y que
quedan resumidos en la siguiente cita:

“París, 13 de octubre de 1307. Al alba y con gran cautela, la policía de Nogaret detiene a
todos los templarios de Francia en una operación relámpago calculada con antelación. En
París se arresta a los grandes dignatarios y al gran maestre, Jacobo de Molay, en total
138 hermanos, que pasan a disposición del brazo secular en algunos lugares y en otros
quedan bajo la custodia de la Inquisición, que procede a los interrogatorios, acompañados
en muchas ocasiones de la tortura (el pergamino que contiene las transcripciones de éstos
mide veintidós metros con veinte centímetros).
En toda Francia se detiene a 546 templarios, es decir, casi todos. Sólo unos pocos
consiguen escapar (unos treinta), entre ellos el preceptor de Francia, Gerardo de Villers.
Los hermanos son conducidos a la fortaleza del Temple o a otros conventos o casas de
religiosos. La persecución se extenderá después a otros reinos, pero la orden encontrará
defensores y apoyos inesperados: en Aragón-Cataluña, en Castilla y León, en Portugal, en
Inglaterra, Flandes o Chipre, donde no son perseguidos hasta que los soberanos no
reciben el ultimátum papal, las bulas de 1308 (Pastoralis praeeminentiae y Faciens
misericordiam)”.7

La historiadora Barbara Frale encontró hace ya diez años en los Archivos del Vaticano,
un documento conocido como el Pergamino de Chinon, el cual revela que Clemente V
absolvió a Jacques de Molay y a la orden de los Templarios por los cargos que se les
levantaron, luego de hallarse en el interrogatorio que se les realizó, que ellos no eran
culpables de las acusaciones que se les levantaban, aunque Clemente se vio forzado por
Felipe IV a aceptar su fatal desenlace, el cual los llevó a la hoguera en el año de 1314.
El pergamino de Chinon se encuentra en el Vaticano y puede ser consultado también en
línea.8

6
Leyendas y hechos aparentes sobre el hallazgo de reliquias sagradas por parte de los
Templarios
Muchas leyendas sobre el descubrimiento de reliquias santas han rodeado la historia de los
Templarios, la mayoría de ellas relacionadas con la ocupación del Monte del Templo en
Jerusalén. Las más famosas son el hallazgo del Santo Grial y el Arca de la Alianza, o Arca
del Pacto de los judíos. Pero las que en realidad se conservan se encuentran en muchos
templos de Europa, como “huesos de santos”, un trozo de ropa de “algún santo” o el cráneo
de algunos de estos.
Otras afirmaciones sobre los Templarios, son la posesión de un pedazo de la cruz de
Cristo, pero que presuntamente se perdió cuando Saladino lo tomó al final de la desastrosa
batalla de Hattin, cuando el obispo de Acre la llevaba. También se decía que poseían la
cabeza de Santa Eufemia de Calcedonia.
Sin embargo, las más reconocida de las “reliquias sagradas” de los templarios custodiada
hasta el día de hoy, es el Manto de Turín, el cual presuntamente envolvió el cuerpo de
Cristo cuando murió, y dejando su imagen plasmada en éste, presuntamente por medio de la
radiación que pudo expulsarse durante su resurrección. El manto fue desplegado al público
por primera vez por la familia del nieto de Geoffroy de Charnay, el Templario que fue
quemado en la estaca con Jacques de Molay en el año de 1314.

Fuente de la imagen: http://elnuevodiario.com.ni


Barbara Frale, una experta italiana sobre los Templarios, afirma que de acuerdo a su
hallazgo en los archivos del Vaticano, en el año de 1287 un joven de buena familia de
nombre Arnaut Sabbatier quien entró a la Orden, fue llevado a un lugar privado del templo
para que venerara la “Sábana Sagrada” besándole los pies tres veces.9

Muchas investigaciones están a favor o en contra de la autenticidad del manto, por lo que
sigue siendo motivo de mucha controversia.
Aun cuando mucha importancia se le da en la actualidad al Manto de Turín como la reliquia
sagrada por excelencia en posesión de los Templarios, existe un sitio considerado por pocos
en la actualidad, que otorga pistas interesantes sobre un emplazamiento al Este de Turquía
que tiene una formación de barco, y que al parecer fue considerado por ellos como santo.

7
Es en la montaña de Durupinar, o también conocida desde muy antiguo como
“Doomsday” (La Montaña del Juicio Final), o el Monte Judi, identificado por los árabes
desde hace siglos como el lugar de descanso del Arca de Noé, o simplemente Cordu, donde
encontramos dicha formación:

Muy cerca del “Valle de los Ocho” (cuyo nombre se cree que es en honor a los ocho
sobrevivientes del diluvio), dicho lugar se encuentra en línea directa con una cantidad de
piedras talladas (presumiblemente anclas de gran tamaño), que tienen talladas cruces
bizantinas y aún templarias, que parecieran indicar que los famosos Caballeros
reconocieron como el lugar de descansa del Arca de Noé.

Fotos cortesía de Anchor


Stone Internacional.

8
De hecho, lo que pareciese fortalecer aún más las sospechas de que los Caballeros
Templarios reconocieron una importancia muy sagrada al lugar y objetos señalados, es el
hecho de que en medio de su antiguo territorio, conocido como Arcadia, una región de los
Pirineos en Francia, existe una montaña cuyo nombre no está en francés, y se llama
“Cordou” (“Cordu”, en Turquía), que significa “de los kurdos”. Es allí donde curiosamente
está el objeto en forma de barco.10
En la pintura “Los Pastores de Arcadia” de Nicolas Poussin, un famoso pintor de la corte
del rey, la montaña está en el fondo:

Al compararse ambas montañas desde sus espaldas, vemos una semejanza notable:

Cardou en Francia

Cardu en Turquía

A esto se suma aun un hecho sorprendente. El lugar en que la pintura “Los Pastores de
Arcadia” fue hecha por Poussin, descansa directamente en el meridiano “0”. Los franceses
utilizan su propio sistema de geo-coordenadas, y consideran a París el centro del mundo. La
montaña “Cardou” está también intersecada por el meridiano “0” de París. Lo interesante
de esto, es que la montaña del Arca en algunos recuentos antiguos es llamada “Baris”.
(Flavio Josefo, Antigüedades de los Judíos, I, III, 6).11

“Baris” y “París” como el centro del mundo, dándonos así una pista del sitio de descanso
del Arca de Noé, suena muy interesante, pero, ¿cón qué autoridad cambiar la “B” por la

9
“P”? Bien, si vamos a Biblos, en la costa de Levantina, sabemos que significa “Biblia” o
“libro”. Ahora, Biblos viene directamente a nosotros de Papiro, una palabra egipcia para
papel y de ahí libro. La “B” es intercambiable de “P”. De hecho, en las lenguas semíticas
antiguas tales como egipcia y hebrea, las letras “B” y “P” son a menudo intercambiables.12

Todavía más: un mapa topográfico de viaje de (QUILLAN Alet-le-Bains) muestra dos


sitios llamados por los Caballeros Templarios con nombres muy particulares: Pachevan, y
Serres. Lo interesante de estos nombres, es que podrían ser una forma de nombrar a las
ciudades de Naxuan y Serron, donde Noé comenzó nuevamente con su familia.13

Los templarios tuvieron un código llamado P.S., que se halló en inscripciones y


pergaminos en Rennes-le Chateau. En este código P=N para Naxuan y por eso “Pachevan”
que en Francia permanece para Nachevan (una variante deletreada para Naxuan), y la “s”
en el siguiente pueblo, “Serres”=n en la letra final, haciendo Serres=“Serron”, la segunda
ciudad de la nueva civilización después del diluvio.14

Fuente de las imagenes: http://www.noahsark-naxuan.com/5.htm

Desde hace siglos los masones se proclaman herederos del Temple15


Con el propósito de considerar en forma más amplia la extensión de la influencia de los
Templarios en el arte (considerando por el momento el arquitectónico), es preciso mirar a
las corporaciones de constructores y albañiles que sirvieron en la construcción de las
catedrales durante las Cruzadas, muchos de ellos en relación directa con los monjes
cluniacenses, y de ahí con los templarios. Posteriormente muchos de estos grupos no serían
tan dependientes del trasfondo de la Iglesia, y conformarían de manera más definida lo que
hoy conocemos como la francmasonería, la cual puede definirse apropiadamente como,
“una institución filosófica, educativa, filantrópica e iniciática”.16
La masonería es definida como una sociedad secreta, pero no lo es, ya que se reconoce su
existencia. Más bien, es una sociedad con secretos.

Sobre el desarrollo de su expresión simbólica, un masón e historiador argentino se


expresa de la siguiente manera:

“Desde tiempos lejanos, cuyo origen no ha sido jamás precisado, la masonería desarrolló
un lenguaje simbólico. La mayoría de los símbolos que conforman este lenguaje provienen
de la arquitectura sagrada. Se difundieron a lo largo de Europa durante la Edad Media
junto con la actividad de las guildas de constructores de grandes catedrales y abadías. Es
común encontrar en la iconografía medieval imágenes de Dios sosteniendo en sus manos
los instrumentos del Arte –generalmente un compás- con los que traza los planos de la
creación del mundo. La arquitectura se consideraba, por lo tanto, como una continuación
terrestre del poder divino”.17

Así, no es casual en consecuencia, que el símbolo más reconocido de la francmasonería


esté compuesto por la escuadra y el compás, identificadas con la letra G, que es reconocida
como una tipificación de Dios (God, en inglés que significa “Dios”), como el Gran
Arquitecto del Universo, quien traza la tierra en representación de su creación

10
(“Geometría”, al trazar la tierra), y aún del Santo Grial, que señala a la última cena de
Jesucristo con los apóstoles.

Eduardo R. Callaey, masón de grado 33 (el máximo grado de la masonería) e historiador,


nos agrega lo siguiente sobre el uso de la simbología del Gran Arquitecto del Universo por
los masones:

“La francmasonería adoptó tempranamente el concepto de <<Gran Arquitecto del


Universo>> para definir a la divinidad sin darle un nombre religioso específico”.18

Los orígenes católicos de la masonería son aceptados aún por algunos masones, como es
el caso de Eduardo R. Callaey, también historiador, y que ya se ha citado, y quien nos
cuenta a propósito:

“La francmasonería primitiva no sólo participa del fenómeno de la fe religiosa sino que
está en su propio centro. No es ecuménica sino católica; sus Santos Patronos son hijos de
la Santa Iglesia y su dogma trinitario rinde culto a Nuestra Señora, la madre del Verbo
encarnado –devoción de la que también hacían culto los Caballeros del Temple-. Basta
citar un fragmento de dos de los documentos liminares más famosos de la francmasonería
–el Poema <<Regio>> (1380 circa [alrededor de, cerca de]) y los Estatutos de los
Canteros Alemanes (1459 circa)- para convencernos de su carácter trinitario:

“<<…Roguemos ahora al Dios Todopoderoso, y a su Madre, la Dulce Virgen María, para


que nos ayuden a observar estos artículos y estos puntos en todas sus partes, como lo
hicieron otras veces los Cuatro Coronados, santos mártires que son la gloria de la
comunidad…>>

“<<…En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y de la Gloriosa Madre María;
y a la memoria de los Cuatro Santos Coronados, sus bienaventurados servidores, etc.>>”19

Los monjes benedictinos de la Orden de Cluny, o los cluniacenses, como también son
conocidos, fueron los primeros confesos del catolicismo romano junto a los cistercienses
también católicos, en dar gran promoción a las cruzadas hacia Jerusalén, y dando en
consecuencia un gran apoyo a la Orden de los Templarios. Es así como en el siglo XI, los
cluniacenses determinaron para sus logias de constructores de iglesias y catedrales,
reglamentos y constituciones, admitiendo laicos a quienes se les conocía como “hermanos
conversos” y que utilizaban para la mano de obra calificada.20

Todos estos detalles que enlazan a los templarios y a los primeros masones, nos ayudarán
a sentar un precedente para comprender con más detalle la influencia de los primeros, y a
través de los masones, en el arte gótico, el cual se estudiará su historia y formas a
continuación.

Origen del Gótico:


El arte Gótico se originó alrededor del año 1140, en la Ile-de-Francia, pero inicialmente
confinada a las catedrales y las más importantes abadías de ésta región. Es así como sus

11
comienzos se hallan en el período al románico (este salió del carolingio que estuvo
enriquecido con aportaciones orientales y árabes) y su transición.
Del arte románico el autor nos dice:

“El arte románico es un arte de piedra, caracterizado por la amplitud de la bóveda de


mampostería y el desarrollo de la decoración externa, ilustrada por una escultura
simbólica adherida al muro, formando cuerpo con él o unida a los capiteles de las
columnas. De este estilo existen tantas variantes cuantos dialectos e idiomas hay en la
Europa occidental”.21

A esto se le consideró en dicha época un primer arte gótico. Luego se le agregó el


descubrimiento del arco ojival, que se diferenció del arco de medio punto.

Arco ojival Arco de medio punto

Durante muchos años se creyó que el arte gótico tenía su origen en las cruzadas, pero
para el marqués de Lozoya, el arte ojival es: “el término de la evolución del sistema
románico, llevado a sus últimas consecuencias por una sociedad que se sentía capaz de
grandes empresas y ardía en anhelos de perfección”.22
Se cree que el nombre del arte que consideramos (“Gótico”), tiene un origen peyorativo,
es decir, que era utilizado en un contexto de desprecio hacia todo lo que era medieval, por
lo que éste término luego fue cambiado por Caumont por el de arte ojival, lo cual trae
problemas, ya que éste solo podría ser aplicado a la arquitectura y no a la pintura, escultura
y otras.

Las grandes muchedumbres se encontraban necesitadas de un elemento que les


comunicase mayor fuerza y significado de tal forma que revelase una identidad que les
definiese marcadamente. Tal perspectiva estuvo basada en un impulso religioso que
estuviese centrado en grandes castillos como aquellos de los señores feudales y el
crecimiento de las comunidades urbanas que, todo lo cual, dio origen a las catedrales
góticas. Las ciudades pugnaban entre sí por mayor excelsitud o magnificencia, buscando
mayor originalidad en soluciones complejas. Es así, como los artesanos de esa época
contribuyeron enormemente a privar a los monumentos de la representación religiosa tan
característica de la época, y dedicar con la misma entereza a embellecer los edificios
dedicados a sus actividades y que estaban privados de toda espiritualidad, a saber, las casas
de contratación mercantil y otros edificios semejantes entre sí. La Orden del Cister fue
preponderante para éste naciente arte, como lo fue la orden de Cluny para el romántico.
Los monjes cistercienses llenaron a Occidente de monumentos, lo que traería la llegada
del nuevo estilo del arte arquitectónico, el cual partiría de la isla de Francia y extendiéndose

12
medio siglo después a Inglaterra a principios del siglo XIII, y penetrando a Alemania y en
la península Ibérica, pero en Italia se colocó sólo en sus regiones septentrionales con mayor
contacto con Europa continental, y limitado a lo ornamental.

La construcción de las grandes catedrales no fue obra de poderosos reyes o prelados, fue
una labor del pueblo, fue algo colectivo que parecía evocar ansias de redención, pues al no
haber podido apropiarse finalmente de Tierra Santa, construían lo suyo en tierra propia. No
solo se debió a lo anterior, sino que también estuvo relacionado con un desafío de las ricas
urbes frente a un feudalismo que decaía. Es por esto que al observar alguna de estas
catedrales podemos notar que cada proyecto se realizó de inmensas proporciones como si
fuera algo competitivo excediendo los límites humanos. Algunos ejemplos de estas
catedrales las encontramos en Francia, entre las cuales están: Notre Dame de París, iniciada
en el reinado de Felipe Augusto; la catedral de Lyon, perteneciente al mismo período; la de
Amiens (1218) y la de Reims (1211-1250).
Los principales artífices fueron, hablando específicamente: los masones, quienes eran:
“obreros que extraían y tallaban la piedra destinada a la construcción de los templos” 23,
luego estaban los maestros de obras quienes eran profesionales que realizaban los planos; y
como último, estaban los pintores de retablos, escultores, vidrieros, herreros, y muchos
otros. Si bien la obra del pueblo está enraizada en estos grandes proyectos, los
patrocinadores de estas monumentales obras fueron tanto obispos, reyes, aristócratas, y los
mismos fieles. Este tipo de arquitectura se extendió a Alemania, Flandes, los Países Bajos e
Inglaterra.
En Inglaterra, predominó el: “"gótico perpendicular", por sus prolongadas proporciones
y el lanceolado de sus ventanales; luego se aficionaron a las bóvedas reticuladas y a un
estilo propio —el arco Tudor— que señalaba el punto final de su arte gótico” 24

El gótico también influenció a la península Ibérica, explícitamente en lo que es la


catedral de León, la cual cuenta con arcos ojivales, pero a raíz de la influencia islámica,
ésta ha cambiado para caracterizarse por un mudejarismo, consecuencia de los individuos
musulmanes que vivieron en España durante esta época.

En los siglos XV y XVI, el gótico comienza a decaer. A esta época se le ha llamado el


gótico florido, el cual se caracterizó por:

13
“Las bóvedas de crucería se complican y las nervaduras forman redes, los arcos
canopiales, escarzanos y rebajados son frecuentes, y suelen emplearse los fustes
retorcidos. Predomina el lujo sobre la austeridad primitiva. Todo ello responde a un nuevo
clima social, el del siglo XV, en que la burguesía enriquecida y preponderante da la pauta.
El arte deja de ser religioso en exclusiva para hacerse patrimonio de los príncipes,
burgueses enriquecidos o poderosos clérigos mundanos. Es la época que puede muy bien
llamarse del «gótico civil». Un tiempo en que la base social se ha ampliado y, como
observa Hartmann, «los interiores de los edificios públicos, concejos y lonjas, con sus
soberbias torres, sus grandes escalinatas y sus magníficas salas de sesiones y de fiestas,
rivalizaban en grandeza y esplendor con los palacios y castillos de los príncipes, siendo
aún hoy elocuente testimonio de la solidaridad, poder y riqueza de la libre burguesía
medieval...».”25

Así, en cada lugar que se vio influenciado por el gótico se dieron algunos cambios, por
ejemplo: en Francia se adornaron los arcos con follaje de piedra y la tracería de las ventanas
se complicó, lo cual, llegando a la época del Renacimiento cambió en una decoración
fastuosa que terminó ahogando las líneas arquitectónicas. En Inglaterra, se comenzó a optar
por soluciones sistemáticas ya que se dio un gusto por la curva geométrica. En Alemania,
se comenzó a dar un gusto por los calados en las tracerías. En Venecia, un gusto por
elementos orientalizantes. En España, no solo se agregaron detalles del gótico florido a las
construcciones religiosas, sino que también se manifestó en los castillos y palacios, por
ejemplo, crearon columnas retorcidas como simulando un bosque de palmeras.

Vitrales
Los vitrales son un aspecto importantísimo de las catedrales, ya que le dieron una belleza y
significado por los contenidos representados en estos, que comunicaban mensajes
particulares sobre la cristiandad, y a la cristiandad. Su desarrollo en las catedrales es
condensado en los siguientes párrafos:

“Hasta casi la mitad del siglo 12, las iglesias aun poseían ventanas relativamente
pequeñas, por lo que tuvieron un cuarto solo para vitrales retratando solo unas pocas
escenas o una sola figura. Después de aproximadamente el 1150, sin embargo, hubo una
tendencia sostenida hacia abrir los muros de arriba con ventanas aun más largas.
Superficies de muros lisas fueron finalmente tan reducidas que la arquitectura llegó a
consistir virtualmente de un armazón para ventanas. Las catedrales donde el vidriado
comenzó al final del siglo 12 –Soissons, Bourges, y Chartres en Francia y Canterbury en
Inglaterra-constituyen el primer punto alto en éste desarrollo. Sus ventanas grandes e
influyentes fueron hechas con hojas de vidrio coloreadas mostrando ciclos narrativos en
los que numerosas escenas fueron ajustadas en un conjunto de armazón geométrico”.26
La parábola del hijo pródigo, representaciones de Jesucristo y María, y algunas escenas
del Antiguo Testamento, constituyen algunos ejemplos de representaciones en vitrales
durante las épocas aludidas, y posteriormente, donde lo religioso predominaba.27

En cuanto al período central de la pintura Gótica, éste se extiende entre los años 1250 y
1450, con una profunda perspectiva religiosa,28 la cual se vio muy reforzada por la
influencia de la ya creciente cultura de los templarios, que se vio enraizada mayormente por
las cruzadas llevadas a cabo en Jerusalén, las cuales integraron la mayor parte de ese aire de

14
misticismo impregnado de motivos cristianos, y que inspiraron en buena medida al arte de
la época.

Partes que conforman una catedral gótica:

Su forma era como la de una cruz latina.

Influencia de este estilo arquitectónico en Europa:

Imágenes tomadas de, Dossier. El Esplendor del Gótico Religioso. La Europa de las
Catedrales. Arte Gotico, La Europa de las Catedrales, pp. 49, 56, 57, respectivamente.
Influencia de los templarios en el arte gótico a través de los benedictinos y de los
primeros masones

15
Sobre los inicios de la arquitectura templaria, leemos:

“En el siglo XIII, la capilla de la encomienda (construida en rotonda a imagen del Santo
Sepulcro de Jerusalén y abovedada en forma de «umbela») se había convertido en una
iglesia muy importante gracias a los anexos y ampliaciones sucesivas. Apenas se distinguía
la primitiva rotonda que, por así decirlo, quedaba perdida en el conjunto. Como también el
Temple de Londres tenía una capilla en forma de rotonda, se ha creído durante mucho
tiempo que éste era el estilo propio de los templarios y se han formulado teorías tan
frágiles como brillantes sobre su arquitectura. En realidad, los arquitectos que no
pertenecían al Temple ni trabajaban para él, también imitaban el Santo Sepulcro por casi
toda Europa. Quienes hayan visitado las encomiendas de varias regiones se habrán dado
cuenta de que, muy al contrario, los templarios no tenían ningún estilo propio. Buscaban la
simplicidad por espíritu de economía y la solidez por gusto. Por lo demás, seguían la moda
de las provincias en que se encontraban emplazadas sus casas y la de la época a la que
pertenecían. De esta forma se construyeron capillas en estilo románico genuino y otras en
estilo gótico. Por tanto tuvieron capillas típicamente charentesas, meridionales y
champañonas”.29

Obsérvese con atención que si bien los templarios comenzaron su arquitectura sin un
estilo propio, su influencia sobre lo románico y lo gótico, fue de mucha importancia, sea
directa o indirectamente. Tales precedentes nos ayudarán a entender la evolución de la
influencia de los templarios en el arte no sólo arquitectónico, sino también en los vitrales y
en las pinturas, como se verá en su momento.

Gran parte de la influencia en el arte arquitectónico y aún en los vitrales y las pinturas, se
debió en gran medida a lo que las ruinas del Templo de Salomón significaron para los
templarios y el catolicismo en general, en forma especial para sus monjes cluniacenses,
algo heredado a la francmasonería:

“Podemos encontrar referencias a la construcción del Templo de Jerusalén en muchos de


los grados y ritos de la francmasonería.
Esta tradición parece tener su origen en las antiguas logias benedictinas organizadas
por los monjes cluniacenses a partir de interpretaciones alegóricas que hicieron los
antiguos Padres de la Iglesia en torno al Templo de Salomón […]”.30

Todos estos antecedentes históricos, sientan un precedente que une en un mismo


propósito (al menos al principio), al catolicismo romano, a los templarios, y a los primeros
masones. Por ello, al ser considerados como herederos del Temple, los masones han
sostenido un desarrollo en el arte gótico extendido y muy reconocido aún hasta el siglo
XVIII y parte del XIX, y que es al mismo tiempo una influencia de los templarios.
A continuación se justificará en forma más detallada con la historia, la relación de la
francmasonería con los templarios, con el fin de sentar mayores bases sólidas de su
influencia con los primeros, combinándolo con información de su influencia en lo gótico.

Mientras los cruzados estaban ocupados en oriente levantando su reino “cristiano”, en


Occidente, las logias de constructores libres se esparcían.

16
La sociedad medieval experimentó el surgimiento de las ciudades, señaladamente en el
siglo XII, lo más representativo en ésta época es la catedral, y es así como se considera a la
logia <<fábrica de la catedral>>, y por ello “La imagen del francmasón ha quedado
definitivamente vinculada al fenómeno catedralicio”.31 Por ello, y como continúa Callaey –
“En medio de esta transformación, las corporaciones de albañiles y canteros –que habían
surgido como consecuencia de las grandes construcciones de abaciales del arte románico,
acompañando a los contingentes de monjes cluniacenses en las rutas de peregrinación-
desarrollaron una estructura que los agrupaba y a la que denominaron <<logia>>”.32
Las logias custodiaron un conocimiento de carácter misterioso, que aplicaron en la
construcción de las catedrales, utilizando posiciones astronómicas, combinando las luces y
colores en las vidrieras, dando mayor representatividad a los vitrales, fijando imágenes en
los relieves y estableciendo los símbolos que marcarían un nuevo florecimiento en la
piedra. Tales figuras serían en décadas posteriores de mucha mayor importancia en la
formación y crecimiento del francmasón.

Callaey nos señala que esos maestros de la piedra, la madera y el metal, se formaron en
agrupaciones muy hábiles en construir moles de piedra impresionantes; y durante la era de
las catedrales y la construcción de todo edificio significativo, se vio también el desarrollo
de la logia, que “en algunos casos era precaria y transitoria”, pero que en otros fue tan
permanente que se extiende aún hasta nuestros tiempos. Y de hecho, todavía en la
actualidad, puede apreciarse la logia de los masones de Estrasburgo, construida al lado de la
catedral alrededor del año 1240.33

La perspectiva de los primeros masones en la construcción de catedrales, puede


resumirse en las siguientes palabras del citado historiador:
“En el transcurso de los siglos, desde sus orígenes benedictinos, hasta el creciente
intercambio técnico con los constructores de Medio Oriente y Bizancio, las logias fueron
adquiriendo un profundo conocimiento técnico, no exento de un nexo creciente con
corrientes espirituales de carácter esotérico. Sin embargo, la catedral gótica no fue sólo la
aplicación de un conocimiento técnico y organizativo altamente desarrollado. Fue la
expresión de la teología y la cosmología medieval reflejada en la piedra”.34

Ya vimos en su momento que la Orden del Temple fue suprimida en el siglo XIV,
exactamente el viernes 13 de Octubre del año 1307, pero no cabe duda de que su influencia
en el arte, aun cuando tuvo sus nuevos matices en épocas posteriores a través de los
masones y demás constructores, albañiles y demás artistas, se mantuvo por su fuerte
perspectiva religiosa y simbólica.

17
CONCLUSIONES:
Vivimos en una época en la que los conceptos de libertad de conciencia, de expresión de
creencias, y todas las demás libertades, han avanzado considerablemente, aunque existen
todavía grandes vestigios de opresión de las libertades individuales de cada persona en
algunas partes del mundo, y a veces en el nuestro.
Durante la Edad Media, la unión de la Iglesia con el Estado trajo consigo consecuencias
nefastas, ya que se defendieron los ideales de una religión triunfante en sus propósitos, y
cuyo mayor deseo fue el implantar sus dogmas en la humanidad, aun si eso debiese hacerse
forzando las conciencias de cada uno. La extirpación de lo que se consideraba herejía aún a
costa del derramamiento de sangre, en el caso de las Cruzadas hacia Jerusalén simple y
llanamente porque se quería conservar un símbolo de la religiosidad cristiana, no tiene
ningún fundamento moral para su realización, y por esa razón, cada mensaje que fue
comunicado a través del arte, que estuvo envuelto en motivos cristianos que deseaban
imponerse incluso por la fuerza, trae consigo un aire de negatividad que es de despreciarse
por sus intenciones; aunque, si apartamos dichos ideales, no por ello el arte deja de ser
atractivo, y puede ser usado para comunicar algo positivo que esté desprovisto de lo que la
Iglesia y el Estado quisieron comunicar de acuerdo a sus dogmas.

En vista de todas las consideraciones históricas realizadas en éste trabajo de


investigación, no cabe la menor duda de que la Orden de los Templarios afectó muy
notablemente al arte en lo arquitectónico, los vitrales y la pintura, en forma especial en el
Gótico, tanto en su época como posterior; lo cual funcionó en forma tan notable a causa de
la poderosa unión de la Iglesia y el Estado, lo cual permitió constituir a través de dichas
instituciones, y a través de las guildas de constructores y albañiles que constituirían las
logias masónicas, un trasfondo cristiano-católico en combinación con elementos místicos,
tan histórico y legendario, por su amplia simbología en el arte Gótico, que pretendió en su
momento establecer un medio de comunicar el “reino de Dios” a través de la magnificencia
en lo artístico: un Imperio Cristiano, como lo llama Callaey de acuerdo al título sugerente
de su libro.
Los pequeños y grandes detalles suministrados al Gótico, dieron un significado
trascendental que repercutiría a través de los siglos, tanto entre los grupos de constructores
y albañiles enlazados a la Iglesia, como a aquellas agrupaciones de logias masónicas que
harían perdurar la influencia del Temple en el arte Gótico, transformando varios de sus
detalles, y comunicando lo que deseaban.
El análisis de imágenes nos ha demostrado que el Gótico y el Temple tuvieron una
conexión histórico-religiosa muy fuerte. Es por esto y todo lo anterior que ambos vivieron y
nacieron de la mano de un mismo camino, seguir los parámetros que la religión,
específicamente lo que el Papado impusiera, aún cuando naciesen las logias masónicas
anticlericales.

18
BIBLIOGRAFIA:
1. José Luis Corral, Breve Historia De La Orden Del Temple (Ensayo Edhasa, Avda.
Diagonal, 519-521 08029 Barcelona, España. Primera Edición, 2006), p. 18.
2. Ibíd.
3. Ibíd., p. 20.
4. Georges Bordonove, La vida cotidiana de los templarios en el siglo XIII (Ediciones
Temas de Hoy, S. A. (T. H.) Paseo de la Castellana, 93. 28046 Madrid, segunda edición,
1989), pp. 17, 18.
5. Antonio Fuentes Flores, Analista social y político internacional, San Pedro Garza García
Nuevo León, México 7 de enero de 2008.
6. Fernando Diez Celaya, Los Templarios (Acento Editorial, Joaquín Turina, 39 – 28044
Madrid, 1996, Segunda Edición), pp. 50, 51.
7. Ibíd., p. 51.
8. http: //asv.vatican.va/es/doc/1308.htm.
9 ROMA, 07 Abr. 09 / (ACI [aciprensa. Lo que todo católico necesita saber]).
10. Noah’s Ark Naxuan: http://www.noahsark-naxuan.com/5.htm
11. Ibíd.
12. Ibíd.
13. Ibíd.
14. Ibíd.
15. Eduardo R. Callaey, El Otro Imperio Cristiano. De la Orden del Temple a la
Francmasonería (Editorial Lectorum, S. A. de C.V., 2006. Centeno 79-A, Col. Granjas
Esmeralda CP 09810, México, D.F. (Ediciones Nowtilus, S.L. Doña Juana I de Castilla, 44,
3.º C, 28027-Madrid)), p. 5.
16. Ibíd., p. 1.
17. Ibíd., p. 2.
18. Eduardo R. Callaey, El Otro Imperio Cristiano. De la Orden del Temple a la
Francmasonería (Editorial Lectorum, S. A. de C.V., 2006. Centeno 79-A, Col. Granjas
Esmeralda CP 09810, México, D.F. (Ediciones Nowtilus, S.L. Doña Juana I de Castilla, 44,
3.º C, 28027-Madrid)), pp. 44, 45.
19. Ibíd., pp. 96, 97.
20. Ibíd., p. 6.
21. Ibíd., p. 35.
22. Ibíd., p. 36.
23. Dossier. El Esplendor del Gótico Religioso. La Europa de las Catedrales. Arte Gotico,
La Europa de las Catedrales, p. 31.
24. Carl Grimberg, Historia Universal. Los Siglos del Gótico (1985, Círculo de Lectores,
S.A./ Travessera.De Gràcia, 47-49, 08021 Barcelona), Tomo 5, p.37.
25. Ibíd., p. 38.
26. Gothic. Architecture. Sculpture. Painting. (Editado por Rolf Toman, KONEMANN,
2004, edición en inglés), p. 469.
27. Ibíd., pp. 469, 472.
28. Ibíd., p. 386.

19
29. Georges Bordonove, La vida cotidiana de los templarios en el siglo XIII (Ediciones
Temas de Hoy, S. A. (T. H.) Paseo de la Castellana, 93. 28046 Madrid, segunda edición,
1989), pp. 82, 83.
30. Eduardo R. Callaey, El Otro Imperio Cristiano. De la Orden del Temple a la
Francmasonería (Editorial Lectorum, S. A. de C.V., 2006. Centeno 79-A, Col. Granjas
Esmeralda CP 09810, México, D.F. (Ediciones Nowtilus, S.L. Doña Juana I de Castilla, 44,
3.º C, 28027-Madrid)), p. 6.
31. Eduardo R. Callaey, El Otro Imperio Cristiano. De la Orden del Temple a la
Francmasonería (Editorial Lectorum, S. A. de C.V., 2006. Centeno 79-A, Col. Granjas
Esmeralda CP 09810, México, D.F. (Ediciones Nowtilus, S.L. Doña Juana I de Castilla, 44,
3.º C, 28027-Madrid)), p. 87.
32. Ibíd.
33. Ibíd., p. 89
34. Ibíd.

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