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GEMA EDITORES:
Yácatas 398, Col. Narvarte, 03020, México D.F.
Traductores:
Sergio V. Collins
Miguel Valdivia
Fernando Zabala
Editores:
Félix Cortés A.
Sergio V. Collins
ISBN 1-57554-416-4
Está prohibida y penada por la ley la reproducción total o parcial de esta obra (texto. diagramación). su
tratamiento informático y su transmisión, ya sea electrónica. mecánica. por fotocopia o por cualquier
otro medio. sin permiso previo y por escrito de los editores.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Capítulo 2
Una astilla en el pie ................................................................ 21
Capítulo 3
La epifanía de Antíoco ........................................................... 25
Daniel capítulos 2, 7, 8 26- Lo que Daniel ve en la visión 29
Daniel 12 32- El dilema del cuerno pequeño 34- La "Astilla" 45
Características comparadas 48- "Unas pocas y claras
referencias bíblicas" 53
Capítulo 4
De la antigüedad a la eternidad ............................................. 55
Daniel 2 56 - El cuerno pequeño de Daniel 7 59
¿No se menciona por nombre? 69 - El cuerno pequeño y el juicio 71
¿A quién se juzga? 77- Daniel 8, nuevamente 81
Capítulo 5
¿Los eslabones más débiles? .................................................. 89
Las setenta semanas 90 - Cortadas 96 - ¿ 1.150 ó 2.300? 99
Purificado 101 -¿Celestial o terrenal? 104- "Dentro del velo" 108
El año 457 a.C. y todo lo demás 120 - El principio día por año 129
Conclusión 137
Capítulo 6
El evangelio y el juicio .......................................................... 143
El juicio en la Biblia 149- El juicio previo a la segunda venida del
Hno. Dale 156- Las buenas nuevas del juicio 161
Resumen de lo tratado 174
Capítulo 7
El don de profecía ................................................................ 179
Testimonio personal 181- El Hno. Dale Ratzlaff y Elena de White 190
Elena de White y Guillermo Miller 192- La puerta cerrada 200
Elena de White y el evangelio lll- Conclusión 218
Capítulo 1
Banquillos
de tres patas
L
A EDITORIAL PACIFIC PRESS, hacia fines de la década de
1980, publicó un libro en inglés titulado 1844 Hecho Simple. Éste
1
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entoRc*S, ·en lugar
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doctrina o burlarse de las obras que la defien-
den, ¿por qué no desenmascara -punto por
punto- esta defensa de ella? Nunca he oído
·~~ffl-.~la.: . que él, u otros, ni siquiera hayan intentado
defienden, ¡por
q"" n'o desenmas~ hacerlo.
cara _;.;.punto por Debo decir que tampoco se trata únicamen-
punAQ-.ena
te del principio día por año. En vez de los acos-
c:.teter.P de. eUa7
tumbrados denuestos y coléricos resoplidos pro-
Banquillos de tres patas 9
suele sucederme, uno se empapa de tal modo con lo que está escribiendo
que no se percata de ciertos problemas (hasta el día cuando el libro ya está
impreso). O bien al darse cuenta de que su caso no estaba tan bien estruc-
turado, es posible que el Hno. Ratzlaff se sintiera acicateado por su con-
ciencia para que expresara la verdad, aunque fuera en una nota de pie de
página.
Por eso nos ocuparemos primero del asunto del juicio y de la crítica
que el Hno. Ratzlaff le hace. Después analizaremos su ataque contra Elena
de White.
Debo decir que por mucho que en este libro se mencione al Hno.
Ratzlaff, en realidad él es una víctima de errores, aunque no sean inten-
cionales, los cuales nos han hecho sufrir a los miembros de la Iglesia en
mayor o menor grado, ya sea que nos percatemos o no de ello. Si el tiem-
po dura, vendrán y se irán más críticos como Dale Ratzlaff con las mis-
mas acusaciones, y también surgirán y desaparecerán más defensores
como Clifford Goldstein. Estamos observando algo que trasciende a la
gente, o por lo menos a los individuos; se trata de verdades bíblicas las
cuales por su naturaleza existen independientemente de la actitud que la
gente manifieste hacia ellas.
Aunque usaré el libro del Hno. Ratzlaff como base para mi respuesta,
el asunto lo trasciende. Tal como lo expresé en las páginas iniciales de esta
ohra, Ataque contra el Lugar Santísimo, aunque enfocada en el ataque del
Hno. Ratzlaff, es en lo esencial mi libro 1844 Hecho Simple, que he relle-
nado y expandido en direcciones diferentes de las originales. Aunque
nadie hubiera escrito el libro CDSDA, de todos modos este material debe-
rfa haberse presentado porque trata del corazón y el alma de lo que nos
hace ser adventistas. Es una lástima que esta defensa tenga que efectuarse
dentro del contexto de la obra CDSDA, pero "a Jos que aman a Dios, todas
tus cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados" (Romanos 8:28). Es mi esperanza y oración que mediante
Ataque contra el Lugar Santf.fimo, éste sea un caso en el que se manifies-
te el principio bfblico mencionado.
20 Ataque contra el Lugar Santísimo
l. Clifford Goldstein. 1844 Hecho Simple (Miarni. Aorida: Asociación Publicadora lnteramericana,
1989).
2. Dale Ratzlaff. The Cultic Doctrine of Seventh-day Adventists (Giendale, Arizona: Life Assurance
Ministries, 1996). p. 13.
3. Tomado de www.LifeAssuranceMinistries.com (26 de enero. 2001).
4. Ibíd.
5. Elena G. de White. Review and Herald. 15 de abril. 1880, párrafo 12.
6. CDSDA, p. 20.
7. Id .• p. 49.
8. Id .. p. 43.
9. Id .• p. 52.
10. Id., p. 54 (la cursiva es de Ratzlaff).
11. Id., p. 52.
12. Id., p. 93. ver p. 28.
13. Id., p. 303.
14. Id., p. 303. 304.
15. Ibíd.
16. Jack Blanco, The Clear Wonl © 1994 de Jack J. Blanco (Hagerstown, Maryland: Review and Herald
Publishing Association), p vii.
17. Minutas de la Junta Directiva del Centro White, 30 de septiembre. 1990.
18. Minutas de la Junta Directiva del Centro White. septiembre. 1998.
Capítulo 2
Una astilla
en el pie
N SU OBRA La doctrina cúltica de los adventistas del séptimo
l. CDSDA, p. 265.
2. lhfd., p. 19.
.llhfd., p. 165.
4. lhfd., Apéndice D. pp. 377-JHJ.
:'1./bfd., p. 165, 167.
Capítulo 3
La epifanía
de Antíoco
Daniel capítulos 2, 7, 8
Daniel8 tiene mucha similitud con Daniel2 y 7. A diferencia de Daniel
y 3-6 --que se componen de narraciones que refieren eventos es-
pecíficos en un contexto local y regional (Daniel y los tres hebreos que
rechazan los alimentos del rey, la imagen de Nabucodonosor, el rey que
pierde la razón, el banquete de Belsasar, Daniel en el foso de los leones)-
Daniel 2, 7 y 8 tratan de temas mucho más amplios (y cubren un período
de tiempo mucho más extenso) que los meros traspiés y victorias de un
puñado de personas, ya fuesen cautivos o reyes, en los antiguos reinos de
Babilonia y Medopersia.
Los capítulos 2, 7 y 8, a diferencia de los capítulos narrativos, consis-
ten de dos partes básicas: un sueño (Daniel 2 y 7) o una visión (Daniel 8),
y luego una interpretación de dicho sueño o visión que señala específica-
La epifanía de Antíoco 27
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con ma-
no, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los
desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el
barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las
eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara ras-
tro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran
monte que llenó toda la tierra. Éste es el sueño (Daniel 2:34-36).
En otras palabras, lo que Daniel dice en los versículos 44-46 acerca del
Dios del cielo que establece un reino eterno que quebrantaría y consumi-
ría todo reino previo, es la interpretación de estos versículos (34-36), que
tratan de la piedra "cortada, no con mano" que desmenuza los reinos pre-
vios a tal grado que no quedó de ellos "rastro alguno" (Daniel 2:35).
Daniel 2, comenzando con el reino de Babilonia, cubre un período que
concluye en algún momento futuro que trasciende nuestros días, (cuanto
más los días de Daniel) y contempla el establecimiento de un reino eterno
por parte de Dios.
En Daniel 2:45, el profeta le dice al rey que "el gran Dios ha mostrado
al rey lo que ha de acontecer en lo por venir" (la cursiva es nuestra). La
palabra aramea acharay, "lo por venir" o "futuro", proviene de la misma
raíz traducida del hebreo en 8:19 como "el tiempo del fin". Tanto Daniel
2 como Daniel 8 tratan del achr, y Daniel 2 demuestra que el achr, el fin
(al menos en este capítulo) incluye el fin del mundo tal como lo en-
tendemos los adventistas del séptimo día -la caída de los reinos terrena-
les después del regreso de Jesús.
Paralelo a Daniel 2 se encuentra Daniel 7, otro capítulo compuesto de
una revelación sobrenatural (un sueño) y una interpretación sobrenatural.
Al igual que en Daniel 2, hay otra secuencia de la historia mundial que
describe el surgimiento y caída de cuatro grandes imperios seguidos por
el establecimiento del reino de Dios. De hecho, la interpretación comien-
La epifanía de Antíoco 29
za con estas palabras: "Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que
se levantarán en la tierra. Después recibirán el reino los santos del
Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre"
(Daniel 7:17, 18), una declaración que indudablemente coloca el fin del
capítulo en la segunda venida y aun más allá. Como en Daniel 2, habrá
cuatro grandes imperios, pero al fin, Dios establecerá un reino eterno.
Daniel12
Hay más evidencia en Daniel 12 que verifica esta conclusión de que "el
fin" en Daniel 8 se refiere al "fin" que se encuentra en el futuro aun para
nosotros. Una lectura superficial del capítulo muestra que también trata
(entre otras cosas) del fin del mundo según lo entendemos comúnmente.
"En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte
de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde
que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pue-
blo, todos los que se hallen escritos en el libro" (Daniel 12: 1).
El concepto de un "tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo
gente hasta entonces" generalmente se lo considera en el futuro, un even-
to que incluye nombres que son "hallados escritos" en el "libro" ... quizá
refiriéndose al libro de la vida (ver Filipenses 4:3; Apocalipsis 3:5; 13:8;
20:12, 15; 21:27; 22:19).
"Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán desperta-
dos, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua"
(Daniel 12:2 ). Ésta es una referencia indubitable a algo que está en el futu-
ro, incluso para nosotros.
"Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del
fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará" (Daniel
12:4). La frase "el tiempo del fin" es la misma de Daniel 8:17 (la vocali-
zación hebrea es ligeramente diferente pero debida únicamente a un cam-
bio de acentuación que no cambia el significado); y dado que "el tiempo
del fin" en Daniel 12 claramente incluye eventos futuros aun para noso-
tros, no es un atrevimiento radical el creer que "el tiempo del fin" de
Daniel 8 hace lo mismo.
También, en Daniel 12:4, se le dice al profeta, "cierra las palabras y
sella el libro hasta el tiempo del fin". En Daniel 8:26 Gabriel le dice a
Daniel, "guarda la visión, porque es para muchos días". Estos son pensa-
mientos paralelos que implican (por lo menos) otro nexo entre Daniel 8 y
Daniel 12, y este último tiene implicaciones innegables respecto del tiem-
po del fin.
La epifanía de Antíoco 33
"Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas
cosas? Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y
selladas hasta el tiempo del fin ... Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te
levantarás para recibir tu heredad al fin de los días" (Daniel 12:8, 9, 13).
En el versículo 9, Gabriel le dice a Daniel que las palabras están cerra-
das y selladas hasta "el tiempo del fin", palabras que presentan otro para-
lelo con Daniel 8. De hecho, la frase que aparece en el versículo 9, "el
tiempo del fin", es la misma que aparece en Daniel 12:4 y 8:17. En Daniel
12: 13, sin embargo, donde la palabra "fin" es utilizada dos veces (la
misma palabra traducida "fin" en Daniel 8: 17), es el contexto lo que resul-
ta más interesante.
Daniel se levantará para recibir su heredad "al fin de los días", una
referencia clara a la resurrección de los muertos al fin del mundo, y otra
l'Videncia que coloca algunos eventos en Daniel 8 en el futuro incluso res-
pecto de nosotros.
Por lo tanto, los paralelos lingüísticos, estructurales y semánticos entre
1>aniel 2, 7 y 8 (que claramente tratan acerca del fin según lo entendemos
nosotros), al igual que los nexos lingüísticos y paralelos semánticos entre
Daniel 8 y 12 (que también trata del fin), indican que Daniel 8 efectiva-
mente trata del "fin" según los adventistas entendemos el concepto.
Pronto veremos la importancia de esta conclusión.
Otro detalle antes de examinar el ataque del Hno. Ratzlaff contra nues-
tra interpretación de Daniel 8:14. Como hemos visto, Daniel 2, 7 y 8 tie-
nen sorprendentes semejanzas en su estructura y contenido: ( 1) sueño o
visión seguida por una explicación; (2) un panorama de poderes políticos,
y (3) la intervención sobrenatural de Dios.
Pero existe otro paralelismo. Daniel 2 trata de una secuencia ininte-
rrumpida de entidades que concluyen con una gigantesca escena del jui-
cio en el cielo que a su vez termina con la intervención sobrenatural de
Oios. Daniel 8 también consiste de una secuencia intacta de poderes que
concluye con la intervención sobrenatural de Dios. En otras palabras, cada
cupftulo exhibe una corriente cronológica continua, una progresión lineal
34 Ataque contra el Lugar Santísimo
truido "no por mano" (Daniel 2:34, 45) tal como el poder del cuerno
pequeño en Daniel 8 es destruido "sin manos" (Daniel 8:25).
Por lo tanto, sea cual fuere el cuarto poder de Daniel 2, surge después de
Grecia, simbolizada por el bronce en la estatua (Daniel 2:32, 34), y conti-
núa hasta que se establece el reino final de Dios (Daniel 2:39-44). Si este
poder final surgió entre las ruinas del Imperio Griego, el cual se desmoro-
nó antes de Cristo, y si continuara hasta la segunda venida, entonces esta-
mos hablando de algo con mucha longevidad, en términos de miles de años.
El mismo principio se aplica al último poder terrenal de Daniel 7, otro
capítulo paralelo a los capítulos 2 y 8. Como en Daniel 2, Daniel 7 trata de
una secuencia de cuatro imperios seguidos por el establecimiento del reino
de Dios. "Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán
en la tierra. Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán
el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre" (Daniel 7: 17, 18).
Repito, la identidad de los primeros tres reinos, Babilonia, Medopersia
y Grecia, generalmente no se disputa. Gracias a Daniel 2 y Daniel 8, han
sido claramente identificados. En la visión, el cuarto poder -el último
poder terrenal (igual que en Daniel 2)- surge después de Grecia y se
extiende hasta el tiempo del fin cuando Dios establece su reino eterno.
Este último reino terrenal causa la impresión de ser tan importante, que
en la interpretación se provee información adicional:
Como en Daniel 2, este reino terrenal final surge después de Grecia (el
t~rcer reino representado); es un poder que persigue con terribles resulta-
Danlel2 Danlel7
Babilonia Babilonia
Medopersia Medopersia
Greda Greda
Último reino terrenal Último reino terrenal
El reino eterno de Dios El reino eterno de Dios
es, hasta la segunda venida de Cristo y más allá. También vimos que cuan-
do Daniel 8 habla acerca del "tiempo del fin" (Daniel 8: 17), o "el fin"
(vers. 19), existen evidencias poderosas que muestran que se refiere al fin
en el mismo sentido que lo hacen Daniel 2 y Daniel 7: el fin de este mundo
presente. Por lo tanto, la potencia representada por el cuerno en Daniel 8,
sea lo que fuere, tiene que ser algo que llega hasta "el fin" o "el tiempo del
fin". De otra manera, es difícil encontrarle sentido a tales frases acerca del
"'fin" en Daniel 8, especialmente cuando se las percibe en el contexto de
otros capítulos en Daniel (2, 7, 12), que sin lugar a dudas se extienden has-
ta el fin del tiempo.
Además, si uno rechaza esta posición acerca del fin, ¿qué hace con los
paralelos entre Daniel 2, 7 y 8? Pueden resumirse así:
vidad del Imperio Medopersia, que duró, aproximadamente dese 539 a.C.
hasta 331 a. C., cerca de dos siglos. En su apogeo, Medopersia cubría más
territorio que su predecesor babilonio, o cualquier otro imperio anterior.
Desde el monte Ararat en el norte hasta Nubia en el sur, desde el Indus en
el este, hasta el Helesponto en el oeste, el Imperio Medopersa, el camero
de Daniel 8, ciertamente "se engrandeció".
Al macho cabrío que sigue se lo representa como que se "engrandeció
sohremanera" (Daniel 8:8). Aquí la raíz verbal qdl es modificada por las
palabras ad meod; ad es una preposición común que significa "tan lejos
l'omo", "hasta", "hasta allí''. Meod es una palabra hebrea que significa
"fuerza, abundancia, poder, sobremanera". Aparece, por ejemplo, en el
fumoso versículo: "Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de to-
44 Ataque contra el Lugar Santísimo
La "Astilla"
Hace varias páginas que no citamos al Hno. Ratzlaff, desde los prime-
ros dos reinos en Daniel 8, sobre los cuales él concordó con nosotros que
eran Medopersia y Grecia, respectivamente. 6 El punto clave nuevamente
tiene que ver con la identidad del "cuerno pequeño" en Daniel 8. ¿Quién
es esta entidad representada por el cuerno, la última potencia terrenal que
surge en este capítulo al igual que en el 2 y el 7?
En primer lugar hagamos un resumen, particularmente en relación con
los capítulos proféticos que preceden al texto en Daniel.
l. El cuerno pequeño, el último poder terrenal en Daniel 8, surge después
de Grecia, al igual que las potencias terrenales finales en Daniel 2 y 7.
2. Esta última potencia terrenal, al igual que las de Daniel 2 y 7, es des-
truida sobrenaturalmente en "el fin", una frase empleada de numerosas
maneras en Daniel 8 y que se ha mostrado que significa el fin del mundo
a la segunda venida y después.
3. Sea lo que fuere esta potencia terrenal final, en Daniel 2, 7 y 8, surge
después de Grecia y se extiende hasta el fin del mundo. Por lo tanto, la
potencia representada en los tres capítulos debió haber existido durante
muchos siglos. De hecho, en los tres capítulos, esta potencia existe hasta
l'l fin. lo que significa que existe incluso ahora, porque todavía nos encon-
tramos entre la caída de Grecia y la segunda venida de Cristo.
4. Esta potencia final en Daniel 8 es la misma potencia final represen-
luda en Daniel 2 y 7, un punto hecho claro por el diagrama que ya emplea-
mos, pero que vale la pena repetir.
46 Ataque contra el Lugar Santísimo
...
......i.\
'Otthno reino
en el_,ftulo
........7.·
~;'•.:··
~·
Oltbnwretno
en el Cápftulo
DMiell··
~~-
Último reino
en el capítulo.
Destrucd6n DeJtNcclón Oestrucci6n
sobrenatural al final sobrenatural al final sobrenatural al final
Según se dijo antes, los tres capítulos siguen una secuencia desde
Medopersia a Grecia y hasta el último reino representado en cada capítu-
lo antes de la intervención sobrenatural de Dios. En Daniel 2 y 7, es inne-
gable que este último reino es el último reino sobre la tierra antes del es-
tablecimiento del reino de Dios. Daniel 8, después de la secuencia de
Medopersia y Grecia, añade otro poder terrenal que resulta destruido
sobrenaturalmente por Dios. Sea lo que fuere tal poder final --que surge
después de Grecia y es destruido sobrenaturalmente en el "fin" (al igual
que los otros dos reinos finales en Daniel 2 y Daniel 7)- la evidencia
fuertemente sugiere que este cuerno pequeño en Daniel 8 es la misma enti-
dad presentada en los capítulos 2 y 7.
5. Esta potencia terrenal final en Daniel 8, al igual que las potencias
terrenales finales de los capítulos 2 y 7. es un poder perseguidor.
6. Esta potencia terrenal final, según la representa Daniel 2, 7 y 8, es
en muchas maneras más poderosa que los reinos que la precedieron -un
hecho apoyado por varios rasgos, incluyendo el hecho de que, en la mayo-
ría de los casos, se dedican más versículos y detalles a su descripción que
los que se dedican a las potencias precedentes.
Después de haber establecido estos detalles respecto del cuerno peque-
ño, veamos lo que ha escrito el Hno. Dale. ¿Quién dice él que es el cuer-
no pequeño? ¿Quién decimos nosotros que es? ¿Tenemos suficiente infor-
mación en la Biblia y en la historia para saber quién tiene la razón?
La epifanía de Antíoco 47
Características comparadas
¿Quién está en lo correcto? Todo lo que necesitamos hacer es observar
las características tanto de Roma como de Antíoco y ver cuál concuerda
mejor. Debido a que las dos entidades difieren bastante entre sí, la evi-
dencia debe resultar determinante.
Después de la muerte de Alejandro el Grande, el Imperio Griego
(representado por el bronce en Daniel 2, el leopardo en Daniel 7 y el
macho cabrío en Daniel 8) se separó en cuatro reinos que existieron en
varias etapas hasta que el Imperio Romano ascendió a la hegemonía polí-
tica y militar en el mundo antiguo. Uno de esos cuatro reinos fue el seléu-
cida, que dominó desde lo que hoy conocemos como Siria. La dinastía
seléucida duró desde 311 hasta 65 a.C.; más de veinte reyes se sentaron en
su trono a lo largo de su dominio. Entre ellos se encontró Antíoco IV
Epífanes, el tema de nuestra discusión y, según el Hno. Ratzlaff, el cuer-
no pequeño de Daniel 8. Antíoco, quien no fue uno de los reyes más des-
tacados de la dinastía, fue el octavo; doce reyes seléucidas lo siguieron.
De hecho, Antíoco no sería más que una nota al pie de los textos de his-
toria sino fuese por un período de tres años dentro de su reinado de once
años (175-164 a.C.) durante el cual profanó el Santuario en Jerusalén
cuando Palestina quedó bajo el dominio seléucida en 198 a.C. En otras
palabras, Antíoco no conquistó Palestina; simplemente se apoderó de ella
después que ya había sido subyugada. Fue la profanación del Santuario y
sus servicios de parte de Antíoco, y sólo esto, lo que ha causado que
muchos comentadores bíblicos (incluso el Hno. Dale) lo identifiquen
como la entidad en Daniel que "se engrandeció contra el príncipe de los
ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su
Santuario fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación le fue entre-
gado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la ver-
dad, e hizo cuanto quiso, y prosperó" (Daniel 8: 11, 12).
¿Qué hizo Antíoco? En confabulación con los judíos helenizantes,
Antíoco hizo que se construyera una estatua de Zeus en el atrio del templo
al lado del altar de ofrendas quemadas, en el cual comenzaron a ofrecerse
La epifanía de Antíoco 49
l. Para un estudio detallado sohre la relación entre estos capítulos ver William Shca. Svmpmium on
Daniel. Serie del Comité sobre Daniel y Apocalipsj,. l. 2. (Silver Spring. Maryland: Biblical
Re~ean:h lnstitute. 19R6). "Unidad de Daniel"". pp. 165-220.
2. CDSDA. pp. 165. 166.
3. lbíd .. p. 167.
4. lbíd .. p. 168.
5. William Shea, Se/ected Studies on Prophetic Interpreta/ion, Serie del Comité sohre Daniel y
Apocalipsis. l. 1 (Asociación General de Jos Adventista~ del Séptimo Día, 19R2). "Por qué Antíoco
no es el cuerno pequeño de Daniel s··. pp. 30. 31.
6. CDSDA. p. 167.
7./bíd.. pp.l67.168.
8. lbíd., p. 16!!.
9. lbíd.
10. Tomado de www.LifeAssuranceMinistries.com (26 de enero. 2001 ).
Capítulo 4
De la antigüedad
a la eternidad
P
ARA RECAPITULAR: Dale Ratzlaff, ex ministro adventista, escri-
be un libro de 380 páginas que denuncia el juicio anterior al adveni-
miento como "sectario", incluso cuando sólo un capítulo (unas quin-
l'c páginas) en toda su obra se ocupa específicamente de los textos bíblicos
l'orrespondientes a la doctrina del juicio en sí mismo. El resto de su trabajo,
aunque se refiere a la doctrina del juicio en diversos lugares, ataca a Elena
( i. de White, Guillermo Miller, la Iglesia Adventista del Séptimo Día y otros
lemas relacionados. Este punto no debería descartarse, puesto que dice
mucho más que lo que el Sr. Ratzlaff alguna vez se propuso.
No obstante, continuaremos (por ahora) examinando las "pocas y da-
rus referencias bíblicas" que, según el Hno. Dale, "son más que su.ficien-
lt'.\' para mostrar, más allá de toda duda, que la doctrina de la purificación
tlt-1 Santuario y el juicio investigador no tiene apoyo bíblico y es contra-
rio a la Escritura en casi cada aspecto". Ya hemos profundizado en la
1
Daniel2
Comencemos con Daniel 2. Este capítulo empieza con Babilonia y
finaliza con el reino eterno de Cristo. Daniel 2 establece la base profética
de todo el libro de Daniel. De una manera u otra, muchas de las profecías
que siguen amplían lo que se expone en este capítulo. El mismo capítulo
2 podría resumirse a grandes rasgos como sigue:
La importancia de Daniel 2 para nuestra
interpretación profética no se puede acentuar lo Babilonia
suficiente. (Estudie el capítulo mismo a medida Medopersia
que lee lo que escribo aquí.) Daniel 2 establece Grecia
el fundamento para nuestras interpretaciones, el Roma
Segunda venida de
cual es tan firme como, literalmente, la propia Jesús
historia mundial. Coloca las bases de todos los
parámetros proféticos de Daniel. Contiene el
método que revela cómo debemos interpretar estas profecías, y prueba que
ellas comienzan en la antigüedad y se prolongan en un continuo recorri-
do de la historia de este mundo, que se extiende hasta "el tiempo de/fin";
es decir, más allá de nuestros días hasta el mundo futuro del reino eterno
de Dios. Este último punto no debe desestimarse, especialmente a la luz de
diversas teorías acerca de la interpretación de las profecías de Daniel.
Daniel 2 -al presentar una clara e ininterrumpida sucesión de reinos,
que comienza con Babilonia y termina cuando el presente mundo lo
hace- revela la necesidad de la aproximación historicista para interpretar
las profecías. El capítulo muestra que estas profecías están referidas a la
historia, una progresión histórica que comenzó en la antigüedad y culmi-
nará en el futuro.
De la antigüedad a la eternidad 57
2; sólo que con más detalles. Nuevamente, recomiendo con insistencia que
continúe con el ejercicio de pensar en la Biblia misma. (Mi libro 1844
Hecho Simple también podría ayudar.)
En el capítulo 7, Daniel sueña con cuatro bestias que surgen de la
inmensidad del mar. Estas bestias se describen como grandes reinos que
surgen uno después del otro (tal como en la visión de Daniel 2), seguidos
por el establecimiento del reino de Dios (Daniel?: 1-18). ¿Una sucesión de
poderes mundiales? ¿Una progresión de la historia mundial? Nuevamente,
La profecía nos enseña por sí misma cómo interpretarla, y nos enseña a
utilizar el método historicista, nada más. A lo largo de la historia, muchos
comentadores han descrito estas bestias, y con justa razón, como
Babilonia, Medopersia, Grecia, Roma y el reino eterno de Dios, tal como
lo han hecho con Daniel 2. Esta interpretación no es exclusivamente
adventista, ni mucho menos.
Sin embargo, el capítulo 7 ofrece numerosos detalles referentes a la
cuarta bestia. Daniel procuró "saber la verdad acerca de la cuarta bestia"
(versículo 19), el poder que surge después de Grecia.
¿Qué gran imperio vino después de la debacle de Grecia? Ningún otro
fuera de la Roma pagana, el poder que realmente causó la caída de Grecia.
¿Cómo podría esta cuarta bestia simbolizar otra cosa fuera de Roma, un
colosal poder mundial, un poder perseguidor y devorador (Daniel 7:7)
que, de nuevo, surge inmediatamente después de la entidad que lo prece-
de? No hay muchos candidatos apropiados, y ciertamente no en este con-
texto. Solamente puede referirse a la Roma pagana, y así es como ha sido
identificada por los comentadores durante siglos. Para nosotros, desde
nuestra perspectiva de mirar retrospectivamente hacia el registro históri-
co, esta identificación no requiere demasiada fe. ¿Quién necesita fe para
creer que Roma pagana surgió después de la debacle de Grecia? Es como
decir: "Tengo fe en que Napoleón fue derrotado en Waterloo ".
Ahora, de esta cuarta bestia, la Roma pagana, surge un terrible cuerno
pequeño que tiene muchas cualidades similares al cuerno pequeño de
Daniel 8. Aquí está el punto crucial que vale la pena volver a repetir: Este
De la antigüedad a la eternidad 61
vándonos mucho más cerca del "tiempo del fin", igual que las demás pro-
fecías (Daniel 2, 7 y 8). Quizá por esta razón, junto con las otras, durante
siglos los expositores de la Biblia, incluso antes de la existencia de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, utilizaron el principio día por año para
Daniel 7:25. No es una interpretación adventista exclusiva, aunque este-
mos casi solos al adherirnos a ella.
Así, con respecto al cuerno pequeño, tenemos un poder religioso, un
¡Joder romano, un poder perseguidor, un poder que surge directamente de
la Roma pagana, un poder que se extiende a lo largo de un período que
cubre al menos 1.260 años. ¿Cuál podría ser? ¿Antíoco Epífanes? ¡Por
favor, no haga bromas! ¿El Islam? Un buen intento pero, en primer lugar,
l'l Islam no surge directamente de la Roma pagana, y segundo, difícil-
mente sea un poder romano.
¿Cuál otro más podría ser fuera de la Roma papal? Se adecua perfecta-
mente. Aunque a medida que envejezco me pongo menos dogmático con
l'l'specto a casi todo, la identidad del cuerno pequeño como la Roma papal
t•s algo en que uno puede darse el lujo de ser insoportablemente dogmático.
Así, si uno comienza los 1.260 años en el siglo VI, a principios de la
lll'gemonía papal, entonces los 1.260 años terminan en algún momento a
fines del siglo XVIII o a comienzos del siglo XIX. Por más aplicable que
pul'da ser la fecha del 538-1798 d.C., y sea cual fuere la evidencia que jus-
tifique esas fechas, no las necesitamos. En lugar de ello, con dos puntos
l'nsi irrefutables (a saber, el cuerno pequeño como la Roma papal y la apli-
l'Ución del principio día por año a "tiempo, y tiempos, y medio tiempo" de
Ounicl 7:25), podemos establecer que la escena del juicio en el cielo, que
Ul'Urre después del período de 1.260 años, es un evento que sucede en
nllotún momento a fines del siglo XVIII o a comienzos del siglo XIX, y
11n1cs de la segunda venida. De hecho, el texto muestra irrefutablemente
que este juicio conduce a la segunda venida.
Aquí tenemos a Daniel 7 nuevamente, esta vez considerándolo como la
l'rirncra profecía apocalíptica de tiempo de Daniel colocada dentro de la
11ecucncia. Lo que tambi~n hemos agregado son las fechas aproximadas de
68 Ataque contra el Lugar Santísimo
···(T~6de·~-;~~~~
·· . .· . · . · · . . . ··:~~;; .;
(Desde·comlenzos·~·~:def~~í···~~·<cm~•
~.W·~N~.) , , . .
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(Oésde éo111Jent:o~·ha5talt.i~ del stglo IV~·..;
t\asta me<,fl~ufos del s1$Jio 11 a.(:.l
: ·~"~··. · : .v~vto.C.)
(Desde. mediados del. si9fo n ~c. hl:lsta .et sigfq , ..
..
.·. .·..· . .,....,.,..<; .
(Persecud6n desde el :siglO VI dlC. hasta ~ stg~Q XVlll·XIX
q •· . • ••
cerca de un siglo y medio antes de Cristo (sería como alguien que, un siglo
11ntcs de Lutero, predijera el surgimiento y la caída del Imperio Soviético).
70 Ataque contra el Lugar Santísimo
dronar a todo el mundo. Daniel 7:23 dice que la cuarta bestia "a toda la
tierra devorará", y --de acuerdo con el texto de Lucas- fue César quien
extendió el decreto. ¿Quién, o qué, podría ser un símbolo más apto de
Roma? (Vea también Juan 11 :48; Mateo 22: 17; Lucas 3: 1; Hechos 25:21 ).
También Jesús, al hablar acerca de la futura destrucción de Jerusalén,
dijo: "Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed enton-
ces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan
a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los
rampos, no entren en ella" (Lucas 21 :20, 21 ). En el pasaje paralelo, en
Mateo, Jesús dijo: "Por tanto, cuando veáis en el Lugar Santo la abomi-
nación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
entonces los que estén en Judea, huyan a los montes" (Mateo 24:15, 16).
Así, en el contexto de la destrucción de Jerusalén, por los romanos (uno
tendría graves problemas al tratar de encontrar un serio erudito que no
nee que Jesús se está refiriendo a la destrucción romana de Jerusalén en
l'l 70 d.C.), Jesús unió el Imperio Romano al libro de Daniel. Jesús, por Jo
tanto, no sólo señaló a Roma, sino que la sitúa dentro mismo de Daniel,
donde se encuentra tres veces la frase "abominación desoladora" expresa-
da por Jesús. Se encuentra en Daniel 9:27; Daniel 11 :31 y Daniel 12: 11.
1k particular interés es su uso en Daniel 9:24-27, una profecía que
nn1chos eruditos creen que señala, entre otras cosas, a la destrucción de
.Jerusalén por Roma, una profecía que (como veremos) está unida directa-
mente tanto a Daniel 7 como a Daniel 8.
Lo que aquí interesa es: Daniel no nombra directamente a Roma por-
que el Nuevo Testamento lo hace para nosotros. Así, siguiendo la fórmu-
ln protestante de que la Biblia es su propio intérprete, encontramos nom-
hrados en la Biblia los cuatro imperios representados en Daniel.
segunda venida, que le pone punto final a cada poder terrenal (Daniel
2:35, 44), incluyendo el cuerno pequeño. El punto crucial es que el juicio
abarca más que sólo el juicio contra el cuerno pequeño.
En la primera mención del juicio en el cielo (versículos 8-14 ), Daniel
describe lo que vio en su sueño. "Estuve mirando", dice (versículo 9), des-
cribiendo lo que se le mostró. En los versículos 15 y 16, Daniel después
habla acerca de cómo se sintió después de ver el sueño, y presenta al ser
l:clestial, que le "hizo conocer la interpretación de las cosas" (versículo
16 ). En el versículo 17, el intérprete celestial comienza diciéndole a
Daniel de qué se trata el sueño. En los versículos 17-20, Daniel relata lo
que el intérprete le dijo: que habría cuatro reinos, y que del cuarto surgi-
ría un terrible cuerno pequeño, que "hablaba grandes cosas", etc.
Después, comenzando en el versículo 21, viene un cambio en lo que el
intérprete le estaba diciendo a Daniel, y ahora se dirige la atención hacia lo
t¡ue Daniel vio en el sueño. Se mueve de la interpretación angélica hacia su
propia descripción. "Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los san-
11 1s, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los
'antos del Altísimo: y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino" (ver-
'Íl'ulos 21, 22). En lugar de escribir acerca de lo que se le estaba diciendo,
1>•miel escribe acerca de lo que vio, acerca de lo que se le apareció. "Y veía"
ull:uerno pequeño hacer esas cosas, afirma, hasta que el juicio tomó lugar.
Finalmente, en el versículo 23, el capítulo gira nuevamente hacia la
Interpretación, con la explicación que el ángel le da a Daniel acerca del
l'li~nificado de lo que había visto en el sueño: "Dijo [el ángel intérprete]
us(: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra ... "
Así. Daniel 7:17-20 y 23-27, es la interpretación que se le da a Daniel
u~:cn.:a del significado de la visión; sin embargo, los versículos 21 y 22,
lJUChablan acerca de la relación entre el cuerno pequeño y el juicio, no es
Interpretación, sino meramente la descripción de Daniel de cómo se le
!\'Veló en el sueño.
Esta distinción es importante. Todo el capítulo 7 de Daniel tiene sólo
vdnlim:ho versículos, y en esos versículos se cubre el sueño y la interpreta-
76 Ataque contra el Lugar Santísimo
ción del sueño, como también algunas aflicciones de Daniel por lo que se le
mostró. En otras palabras, Daniel 7 recorre la historia del mundo desde
Babilonia hasta la segunda venida. Más de 2.600 años de historia se reco-
rren en menos de treinta versículos, de los que una buena parte son sólo una
interpretación de otros versículos. En una situación así, claramente, las
cosas se amontonan demasiado; no hay mucho lugar para que el autor se
mueva lo necesario. Si "tiempo, y tiempos, y medio tiempo" terminan a
fines del siglo XVIII o a comienzos del siglo XIX, seguido por un juicio que
comienza, digamos que luego de cincuenta años o algo así, entonces no es
difícil ver por qué, en el sueño mismo, tal como se le apareció, Daniel dice
que la actividad del cuerno pequeño se extiende hasta el juicio. Desde fines
del siglo XVIII o desde comienzos del siglo XIX hasta, digamos 1844, no
hay una gran cantidad de tiempo, no en una profecía que recorre más de
2.600 años en unas pocas docenas de versículos, que a menudo repiten los
mismos aspectos de la profecía. El uso de "hasta" simplemente está mos-
trando cómo se le apareció a Daniel; no fue una interpretación en sí misma.
Este punto queda aclarado con la interpretación de lo que Daniel vio,
que viene a continuación:
¿A quién se juzga?
Sin embargo, si el juicio es realmente acerca de los santos, el Santuario
celestial y los que han profesado su fe en Cristo, como enseñamos los
udventistas. ¿por qué este juicio se representa en el contexto del cuerno
lll'lJUCño?
Buena pregunta, y la respuesta, muy resumidamente, puede encon-
trurse en el concepto hebreo de justicia y de juicio, que abarca no sólo la
vindicación del inocente, sino también el castigo del culpable, elementos
78 Ataque contra el Lugar Santísimo
Daniel 8, nuevamente
Así, hemos visto en Daniel 7 que hay una portentosa escena del juicio
en el cielo algún tiempo después de los 1.260 años de dominio papal, un
juicio que conduce a la segunda venida de Cristo.
Ahora regresemos a Daniel 8, que ya consideramos en el capítulo ante-
rior. Primero repasaremos ese capítulo, ya que es de enorme importancia
para todo lo que creemos.
Daniel tiene una visión de un carnero. un macho cabrío, un cuerno
pequeño, y luego se le dice que el Santuario
será purificado (Daniel 8: 1-14).
Aquí está la esencia de Daniel 8. Estudie
la secuencia hasta grabarla en su cerebro;
l'onviértala en su segunda naturaleza; no se
urrcpentirá.
82 Ataque contra el Lugar Santísimo
allí registrada. Suena la gran trompeta; se escucha una voz suave; los
ángeles se estremecen, diciendo: Éste es el día de juicio".5 ¡Suena como la
escena del juicio de Daniel 7!
El Dr. Jacques Doukhan, un profesor judío del seminario teológico de
la Universidad Andrews, al escribir acerca de Daniel 7 y 8, y la purifica-
ción del Santuario de Daniel 8:14, declara:
el Señor quiere que los estudiemos a la luz que cada uno arroja sobre el
otro, y juntos presentan lo que entendemos como el juicio anterior al adve-
nimiento, un evento que tiene, literalmente, consecuencias mundiales.
Además, Daniel 8 consta de cuatro elementos: Medopersia, Grecia,
Roma pagana y papal, y la purificación del Santuario. Exactamente cuatro.
Ahora, el primer elemento, Medopersia, ciertamente desempeña un
importante papel en la historia del mundo y en la historia del pueblo de
Dios. Medopersia liberó a los judíos de la cautividad babilónica y prepa-
ró el camino para el reestablecimiento de la nación hebrea. Grecia también
afectó al mundo y a la Iglesia de una gran manera. De hecho, el pensa-
miento griego permanece como una influencia poderosa para el mundo
incluso en la actualidad. El tercer elemento, Roma, por supuesto desem-
peñó un papel preponderante en el mundo, y en relación con el pueblo de
Dios desempeña un papel que continuará hasta la segunda venida.
Ahora (y aquí está un punto crucial), si sólo cuatro elementos existen
en el capítulo, y los primeros son lo suficientemente significativos como
para tener, literalmente, un impacto mundial, ¿qué dice esto automática-
mente acerca del cuarto elemento, la purificación del Santuario?
Por supuesto, ¡debe tener una gran importancia también!
¿Por qué uniría el Señor estos tres colosos a uno que no tiene por sí
mismo una importancia enorme? No lo hizo. La purificación del Santuario
-que lleva casi al clímax de la visión de Daniel 8- es, obviamente, algo
llc importancia monumental, a la par de los elementos que lo preceden en
la visión, ¡o incluso los sobrepasa! ¿Y cuál podría ser?
Por supuesto, se trata del gran juicio que conduce a la segunda venida
y al establecimiento del reino eterno de Dios, tan claramente mostrado en
Daniel 7. Por esto es que la purificación del Santuario aparece en la lista
con los tres grandes imperios que la preceden, ya que los 2.300 años
hablan acerca del evento que, en última instancia, conducirá al último y
definitivo reino: el reino de Dios, el más grande de todos los que lo pre-
l"cllieron.
Así, incluso si alguien quiere argumentar contra la interpretación
86 Ataque contra el Lugar Santísimo
adventista de Daniel 8: 14, el contexto sólo exige que, sea cual fuere la
interpretación que se elija, debe ser visto como un evento que tiene gran-
des consecuencias para el mundo y para el pueblo de Dios, como todos los
otros elementos de la profecía. Hasta donde sé, los adventistas son el
único pueblo en el mundo que da importancia a Daniel 8:14. Para muchos
del mundo cristiano es visto sólo como una descripción de Antíoco
Epífanes.
Y, finalmente, como vimos anteriormente, Babilonia llegó a su fin a
mediados del siglo VI a.C. Después de Babilonia llegó Medopersia, cuya
hegemonía duró hasta comienzos o mediados del siglo IV a.C. Después de
Medopersia surgió Grecia, que floreció desde comienzos o mediados del
siglo IV a.C. y duró hasta mediados del siglo 11 a.C. Y luego Roma.
Primero, la fase pagana, que llegó a la cumbre de su poder a mediados del
siglo 11 a.C., hasta finalmente colapsar alrededor del siglo V ó VI d.C.
Después aparece la Roma papal, que de acuerdo con la primera profecía de
tiempo profético de Daniel, tuvo su hegemonía durante 1.260 años, que
siguieron al colapso de la Roma pagana, lo que significa que la fase papal
de Roma, tal como se la representa en Daniel 7, se extiende desde el siglo
VI d.C. hasta fines del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX d.C. Por lo
tanto, es después de esta profecía de tiempo profético, después de esta fase
específica de la Roma papal, que la escena del juicio en el cielo tiene lugar.
Así, queda por demás claro de Daniel 7 que la escena del juicio en el
cielo, un juicio que conduce al establecimiento del reino de Dios, ocurre
algún tiempo después de los 1.260 años de persecución papal, algún tiem-
po después de fines del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX.
Ahora, si la purificación del Santuario de Daniel 8 es lo mismo que la
escena del juicio en el cielo, como lo muestra Daniel 8 (y verdaderamen-
te es así), y si la escena del juicio en el cielo comenzó algún tiempo des-
pués de fines del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX (algo que en ver-
dad es así), entonces la purificación del Santuario de Daniel 8 también se
inició después de fines del siglo XVIII o principios del siglo XIX, ya que
son una misma cosa.
De la antigüedad a la eternidad 87
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ti a.C.) · ·· · ' . ··. · ./ .:·.:..•.. ·r ·' ., . :..•. • .·
¿Los eslabones
más débiles?
MAGINE EL LECTOR que alguien en este siglo veintiuno se dedica-
destruir ese vínculo. El Hno. Dale por su parte (posiblemente porque ignora
la respuesta), se ha limitado a reiterar los esfuerzos fallidos de Ford.
He tratado de modo general lo relativo al vínculo existente entre ambos
capítulos en mi libro 1844 Hecho Simple. Para quien desee un tratamien-
to más profundo y erudito, recomiendo el tomo 2 de la Serie del Instituto
de Investigación Bíblica sobre Daniel y Apocalipsis: Symposium on
Daniel, en el cual, en un capítulo titulado "The 'Little Horn', the Heavenly
Sanctuary, and the Time of the End: A Study of Daniel 8: 9-14" 1 [El cuer-
no pequeño, el Santuario Celestial y el tiempo del fin: estudio de Daniel
X:9-14 ], el Dr. Gerhard Hase!, ahora fallecido, analiza vínculos existentes
entre Daniel 8 y 9 (especialmente las páginas 436-444 de la obra en
inglés). También en el mismo volumen, el Dr. William Shea (Unity of
J>aniel [La unidad de Daniel]), no sólo se limita a escribir que "las visio-
nes de los capítulos 8 y 9 están estrechamente vinculadas, y constituyen,
para todo propósito práctico, una sola visión", 4 sino además aporta prue-
bas mediante las cuales demuestra esa vinculación. El Hno. Dale, por su
parte, incluye las dos obras mencionadas en su bibliografía, pero ignora
los argumentos implícitos en ellas.
En vista de lo que antecede, ¿podemos justificar nuestro aserto de que
las setenta semanas de Daniel 9:24-27 están vinculadas con los 2.300 días
de Daniel 8: 14?
Diremos en primer lugar que Daniel 7, Daniel 8 y Daniel 9 son capítu-
los constituidos por sueños y visiones o únicamente por visiones, segui-
dos por una interpretación de cada sueño o visión en particular, aunque la
interpretación dada en Daniel 8 está incompleta. En contraste, Daniel 9, se
diferencia de los capítulos mencionados en que carece de sueños y visio-
nes; consiste, después de la oración de Daniel, únicamente en una inter-
pretación: la profecía de las setenta semanas que el ángel Gabriel dio a
l>uniel.
A continuación aparece la descripción que Daniel efectúa de la llegada
de Gabriel:
¿Los eslabones más débiles? 93
Lo primero que hace es referir esta parte a Daniel 8:14. Dicho de otro
modo, los judíos, quienes, sabido es que no tienen la misma "agenda" que
los adventistas, pero de todos modos establecen idéntica relación entre
l>anid 8:14 y la profecía de las setenta semanas de Daniel 9:24-27.
¿Los eslabones más débiles? 97
¿1.150 ó 2.300?
Ocuparme de este próximo argumento me hace sentir como si estuvie-
ra tratando con la aseveración de que Jesús cambió el sábado por el
domingo. Es una de esas cosas que necesitan el testimonio de un testigo
presencial. Sin embargo, no importa cuántas veces hayamos estado allí y
hecho eso (me referí a esto en mi libro /844 Hecho Simple), es importan-
le refutar estos cargos, aunque la única razón fuera para exponer los débi-
les argumentos que aparecen en el único capítulo del libro del Hno.
l{atzlaff que trata específicamente de lo que él considera la evidencia
híhlica contra el juicio anterior al advenimiento, argumentos cuya debili-
dad resume la totalidad del libro.
El Hno. Dale afirma que las 2.300 tardes y mañanas de Daniel8: 14 son
llnicamente 1.150 días. ¿Cuál es la razón? Porque la frase "tardes y maña-
nas" se refiere (la afirmación) al sacrificio diario, y porque se realizaban
dos sacrificios diarios, por lo tanto 2.300 sacrificios son sólo l.l50 días.
¡,Hay algo que pueda validar este cambio?
Durante años he estado usando una concordancia bíblica en CD-rom de
l'Upacidad incalculable, denominada Bible Works for Windows lAyuda
hfhlica para Windowsj. No hubiera podido vivir sin ella. En ninguna de las
doce traducciones en inglés de Daniel 8:14 que figuran en la concordan-
l'iu electrónica mcncionudu. se hace referencia a los 1.150 días. Además,
¿Los eslabones más débiles? 101
Purificado
Otro argumento usado por el Hno. Dale -sin importarle con cuánta
frl'cuencia ha sido rebatido- sostiene que es incorrecto traducir Daniel
IU4 como "purificado" ("Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas;
htL'go el Santuario será purificado"). Éste es otro argumento basado en las
crl'cncias del Dr. Ford, el cual constituye un intento de negación del víncu-
lo L'Xistente entre Daniel R: 14 y el Día de Expiación de Levítico cuando el
¿Los eslabones más débiles? 103
En cada uno de estos casos, la frase "del velo adentro" no está aislada,
sin relación con el texto. En cada ejemplo va acompañada de otras pala-
hras, ya sea de inmediato o en otro lugar del texto, lo cual muestra espe-
dficamente a qué parte del Santuario terrenal se alude, en estos casos, el
1.ugar Santísimo.
Compare estos textos con este otro, en el que la frase "dentro del velo"
SL' emplea sin aplicación específica (como también es el caso en Hebreos
(l: Jl) ):
Versículo 5 Versíallo 7
Altar ;:: Altar
Altar = Altar
Santuario = "Del velo adentro"
ro, podemos ver que el autor de Hebreos aquí emplea la frase "tras el
segundo velo" para referirse al Lugar Santísimo, como opuesto a la frase
"dentro del velo". Si él se proponía declarar dogmáticamente en Hebreos
6: 19 que Jesús estaba en el segundo departamento, ¿por qué no se empleó
la misma frase "tras el segundo velo", como lo hizo en 9:3, la cual ine-
quívocamente apunta directamente al Lugar Santísimo? ¿O bien por qué
no usó el lenguaje empleado anteriormente en 6: 19 ("dentro del velo") en
9:3, si es que esa frase se refiere al Lugar Santísimo, en lugar de llamarlo
aquello que estaba "tras el segundo velo"?
¿Es posible argüir que éstas son tan sólo dos expresiones diferentes
para denotar una misma cosa?
Es posible. Pero la respuesta más acertada, la que calza en el contexto
total de Hebreos, es que en Hebreos 6: 19 el autor se refería a la totalidad
del Santuario donde Jesús entró en nuestro beneficio, mientras que en 9:3
el autor señalaba únicamente el Lugar Santísimo.
¿Por qué es éste el argumento mejor?
El vocablo griego ta hagia y sus variantes ocurren diez veces en el
libro de Hebreos. El significado básico de la palabra es "los santos". Es
también la palabra que se emplea para mostrar dónde está Jesús ahora
como nuestro Sumo Sacerdote en el cielo; es, además, otra clave que inva-
lida la suposición d_e que Hebreos ubica a Jesús en el Lugar Santísimo del
Santuario celestial. Sin embargo, para poder responder a la aseveración
dogmática según la cual Hebreos ubica a Cristo en el Lugar Santísimo jus-
tamente después de la cruz, veamos lo que dice el texto griego concer-
niente al lugar donde se encuentra Cristo.
Lea nuevamente Hebreos 9: 1-3. El contexto es claro. El autor está des-
cribiendo el Santuario terrenal con sus dos departamentos:
En suma, la aseveración del Hno. Dale según la cual la frase "dentro del
velo" invalida nuestra teología del Santuario, es ella misma inválida. Aunque
el asunto primario en Hebreos no es en cuál departamento entró Cristo, si
alguien insiste en imponer dogmáticamente uno de los dos departamentos, en
ese caso la evidencia es decididamente contra el Lugar Santísimo.
tida para las setenta semanas. Desde la promulgación de la orden para res-
taurar y reconstruir a Jerusalén (538 a.C.) hasta el cumplimiento de todos
los eventos existentes en la profecía (la primera venida de Jesús, su muer-
te, la confirmación del pacto, etc.) debían transcurrir 490 años. Si usamos
el año 538 a.C. como punto de partida, los 490 años llegan hasta el año 48
a.C. Ahora bien, dado lo que conocemos históricamente acerca de Jesús y
los eventos históricos que rodearon su vida y ministerio, ¿podría alguien
creer que el año 48 a.C. satisface los parámetros del marco de referencia
temporal del ministerio terrenal de Cristo? Ciertamente no.
Sucede lo mismo con el año 520 a.C. Si usamos esta fecha, las setenta
semanas concluyen en el año 30 a.C., lo cual de ninguna manera coincide
con el tiempo cuando Jesús vivió y murió.
Sin embargo. si aceptamos el año 457 a.C., el séptimo año del reinado
de Artajerjes (ver Esdras 7:8-26), el resultado llega justamente hasta el
tiempo de Cristo, los años 27 a 34 d.C. Y aunque no podemos ser dema-
siado dogmáticos en lo que concierne a proveer esas fechas exactas toma-
das de fuentes históricas, sí podemos ser dogmáticos acerca del año 457
a.C.. en contraste con las demás fechas examinadas hasta ahora, al consi-
derarla el único punto de partida que podría conducirnos hasta "el Mesías
Príncipe". También, por el valor que tiene, mientras leía la famosa bio-
grafía que A. Rupert Hall escribió acerca de Isaac Newton, encontré esta
declaración: "A nadie le interesa que si Newton estaba en lo correcto al
mantener que la profecía de las setenta semanas del libro de Daniel se
refería al intervalo de 490 años después que Esdras condujo a los judíos
desde Babilonia de regreso a Jerusalén (457 a.C.), hasta la Crucifixión
ocurrida en el año 33/34". 1 ~ Aunque esto difícilmente pueda probar que
nuestra posición es correcta, sí es una comprobación de que no somos los
1ínicos que sostenemos esa posición.
Este decreto del año 457 a.C. fue promulgado por Artajerjes 1, y está
daro que no solamente los judíos. sino también sus enemigos, compren-
diL·ron que fuera de cualquier otro contenido del decreto, definidamente
onll·naba la reconstrUl'l'i!)n de la ciudad. En Esdras 4:7-13 (los eventos
126 Ataque contra el Lugar Santísimo
principio de día por año, tumhién cada semana equivale a siete años. En
1 32 Ataque contra e~ Lugar Santísimo
uno toma este marco de tiempo como tres años y medio literales
(incluso cuando aparece en medio de todos estos símbolos),
entonces una de las dos opciones que siguen es posible.
"Según la primera opción, la persecución es postergada por al
menos 1.500 años; recuerde, el cuerno pequeño surge después de
la caída de la Roma pagana, que sucede entre el siglo V ó VI d.C.
Mientras tanto, el juicio que sigue a los 1.260 días de persecución
termina en la segunda venida de Cristo, que al menos no ocurre
hasta el siglo veintiuno. Por lo tanto, debe existir un gran salto
entre el tiempo en que surge el cuerno pequeño (siglo VI d.C.) y
los 1.260 días de persecución que vienen justo antes del juicio
final, que termina en la segunda venida. Bajo este escenario, un
poder perseguidor surge de la Roma pagana, ¿pero no comienza su
persecución hasta al menos 1.500 años después? Recuerde que ya
estamos en el siglo XXI, el reino de Dios aún no está aquí, y éste
surge después de los 1.260 días literales de persecución. Esta posi-
ción es posible, pero no razonable. Además, nada en el texto indi-
ca que esta persecución es postergada hasta el fin; todas las carac-
terísticas del cuerno pequeño parecen aplicársele en su totalidad.
"La otra opción afirma que, a causa de que estas característi-
cas parecen aplicarse al cuerno pequeño en su totalidad, sin nin-
guna indicación de demora, los tres años y medio de persecución
deberían haber comenzado temprano en la carrera del cuerno
pequeño. Esto significa que deben haber terminado cerca de
1.500 años atrás, alrededor del quinto o sexto siglo después de
Cristo, 1.260 días después de que comenzaron. Si así fuera,
entonces el juicio que sigue ha estado sesionando durante casi un
milenio y medio. Esta posición también es posible, pero más bien
insostenible, especialmente para los que se mofan de la visión
adventista acerca del juicio de 1844, diciendo que es ridículo que
un juicio dure tanto tiempo; es decir, desde 1844.
En resumen, una interpretación literal de Daniel 7:25, que
¿Los eslabones más débiles? 135
hace que la persecución del cuerno pequeño dure sólo tres años y
medio literales, es improbable hasta el punto del sinsentido".
rás la maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te
lo he dado" (Ezequiel 4:5, 6. La cursiva no está en el original).
En composiciones poéticas hebreas de la Biblia, también días se
emplean paralelamente con años, con lo que se demuestra un vínculo
semántico entre ambos períodos temporales:
¿Son tus días como los días del hombre, o tus años como los
tiempos humanos ... ? (Jobl0:5. La cursiva no está en el original).
Conclusión
A continuación resumiremos algunos de los conceptos desarrollados en
capítulos anteriores y explicaremos cómo llegamos a la fecha de 1g44
l·omo punto final de la profecía de los 2.300 años de Daniel 8: 14.
l. Repase los gráficos que muestran paralelismos entre Daniel 2, 7 y 8.
<'ompruebe en qué forma lu escena Jel juicio de Daniel 7, la escena del
juil·io que conJuce a la segunda venida Je Cristo y el fin Jcl munJo actual,
1 38 Ataque contra el Lugar Santísimo
Setenta semanas
2.300 días
Setenta semanas
457 a.C. 34d.C.
¿Los eslabones más débiles? 1 39
6. Entonces, con las setenta semanas que empiezan en 457 a.C., y que
fueron cortadas del comienzo de los 2.300 días (busque en alguna fuente
de información por qué fueron cortadas del comienzo y no del final de los
2.300 días), llegamos al año 1844 d.C.
2.300 días
457 a.C. _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 1844 d.C.
Haga los cálculos. Sume 2.300 al 457 a.C. y obtendrá 1843. Añada un
año para compensar por el año de diferencia entre una línea numérica
regular y un calendario, y obtendrá 1844. Y, sorpresa de sorpresas, la fecha
aparece poco después del periodo de 1.260 años descrito en Daniel 7.
Eso es todo lo que se necesita. El resultado es tan sólido como la his-
toria del mundo, tan sólido como Cristo, tan sólido como las matemáticas
mismas.
Lleguemos ahora a la conclusión de este asunto.
En los tres últimos capítulos examinamos un sólo aspecto ("Una eva-
luación bíblica") del ataque efectuado por el Hno. Dale contra el juicio
investigador, en el que presenta "unas pocas y claras referencias bíblicas"
lJUC pretenden probar hasta "más allá de una sombra de duda", no sólo que
el juicio preadvenimiento está equivocado, sino además que es contrario a
la Escritura "prácticamente en todos sus puntos".
Además, en el libro de 380 páginas del Hno. Dale contra el juicio
investigador, sólo quince páginas son lo que él denomina "una evaluación
híhlica", y ya realizamos un cuidadoso examen de esa evaluación. Estoy
1.:onvencido que la evidencia habla por sí misma.
Como mencioné anteriormente con énfasis, si no podemos probar con
lu Bihlia la exactitud del comienzo del juicio preadvenimiento, tampoco
l'S necesario preocuparse de defender a Elena de White y su don proféti-
l'O. Si es erróneo, también lo es su ministerio.
Pero si el juicio es erróneo, el Hno. Dale necesita mejor evdencia que
tus quince páginas de "evaluación híhlica", la cual no es nada más que una
140 Ataque contra el Lugar Santísimo
l. lksmond f-ord. IX44. 711e Dan o{ Atonement. and the lnvestif~alil•e Judxmt'llt IEI Día de
Expiación y el juicio investigador!. (Castlebury. Florida: Evangelion Press. 19H0).
2. ClJSL>A. p. 175.
J. Svmposium On Daniel. Frank Holbrook. editor (Silver Spring. Maryland: Biblical Research
lnstitute. 1986). pp. J7K-426.
4. lhid .. p. 221.
5. Despu6 de la publicación de IX44 Hecho Simple recibí algunas cartas y llamadas telefónicas de
gente que había usado la concordancia bíblica de Strong y que había encontrado que la palabra
hebrea para "visión" al final de Daniel 9:23 era hazon y no mareh. Investigué y descubrí que ellos
estaban en lo cierto. pero la con<.:ordancia estaba equivo<.:ada. La palabra es mareh y no ha:on. Una
concordancia. después de todo. es sólo una concordancia. Difícilmente podría ser infalible.
6. Daniel. Art Semi/ Ttmach Series (Brooklyn. Nueva York: Mesorah Publications.l9XH). p. 25X.
7. Cl>SDA. p.l75.
X. lhid.
<J. lhid .. 16H.
10. Symposiwn 011 Da11iel. p. 43 l.
11. Ángel Rodrigue;:. "The Sanctuarv and its C/eallsinR"IEl Santuario y su purificación!. Suplemento
de la Atil·enti.lt Re1·iew (Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. 9 de enero
de 1994). p. 9.
12. CLJSDA. p. 177.
1J. Craig R. Koester. The Anchor Bih/e Scries (Nueva York. Nueva York: Doubleday. 2001 ). p. 427.
14. David A. DeSilva. Perseverance in Gmtitude !Perseverancia en la Gratitud! (Cirand Rapid,,
Míchigan: William R. Eerdmans Publishing Company. 2000). pp. J 12. J 1J.
15. cmDA. p. 112.
16. La fra'e "el primer tabernáculo" aparece tanto en Hebreos 9:6 como 9:8. en una forma que ha cau-
sado cierta <.:omprensible <.:onfusión. En 9:6 es una rcferen<.:ia evidente al Lugar Santo. el primer
departamento del Santuario terrenal. En 9:X. sin embargo. el signifi<:ado debe <.:ambiar. y ahora sig-
nifica la totalidad del Santuario. el terrenal. De otro modo el texto pierde su importancia. En el ver-
si<:ulo 6 la frase se emplea en un contexto espacial y denota el lugar donde el sacerdote ministra-
ba. En el versi<:ulo H. se refiere al elemento temporal y describe un contraste entre una dispensa-
ción y otra. También los eruditos que no son adventbtas han notado este cambio de significado de
la frase. Leerla de otro modo. especialmente como lo ha<.:en quienes insisten que el texto <.:olo<.:a a
Cristo en el Lugar Santísimo del Santuario celestial. seria leerla de este modo: "El E,piritu Santo
significando esto. que el camino hacia el Lugar Santísimo !del Santuario celestial!. todavía no se
había hecho manifiesto mientra' el Lugar Santo !del Santuario terrenal! se enwntraba aún en pie".
lo l'Ual es evidente que carece de sentido.
17. Carl Coesart "Un estudio de Ta haRill en la Septuaginta. p,eudoepigrafía. f-ilón y Josefo. y su
implicaci¡ín en Hebreos". Tesi' de maestría en el Seminario Teológico Nazareno. 2000.
1K. Consulte. por ejemplo. 70 Weeks. l..niticus. Nature o{ Pmphen·. r:rank Holbrnok. cd.
"Commcncement Date for the Seventy- Week Prophecy". Arthur J. Ferch (Wáshington. Distrito de
Columbia: Instituto de Investigación B1blica. 1986). pp. 64-74.
1'J. A. Rupert Hall. Isaac Newttm. Adventures in Thought 1 Isaac Newton. aventuras en el pensamien-
to! !Cambridge. Inglaterra: Cambridge University Press. 1992). p. 372.
20. Otto Ei"felt. Tht' 0/d 7i's/amelll: An lntmdul'lion !Introducción al Antiguo Testamento] (:-.lueva
Yor~. Nueva York: llarp<:r and Row. 1965 ). p. ~UJ.
21. Norman Cutward. Socio-/.itaarv lmroduction !Introducción socio-literaria! (Filadelfia.
Penn,ylvania: l·ortre" Pre". 11JK5 ). p. 4J5.
" S. Salmon. /·.':m tllld Nt·lwmiah 1 hdr;l\ y Nd~t·mí;"III>H Sup. p ..~20.
21. c;oml Nt'll'.\ lllllilllllt'd llllll'IIU\ llll<'Vil\ \llllflllitl''' (Novil'lllhrl' [IJI)()). p. 6.
142 Ataque contra el lugar Santísimo
24. Para un libro completo acerca del tema. consulte Siegfried Horn, Lynn Wood. The Chronologv of
Ezra 7 [Cronología de Esdras 7) (Wáshington. Distrito de Columbia: Review and Herald
Publishing Association, 1953).
25. Good News Unlimited [Buenas nuevas ~in límites J. p. 6.
26. William Shea. Selected Studies on Prophetic Interpreta/ion [Estudios escogidos sobre interpreta-
ción profética! (Wáshington. Distrito de Columbia: Asociación General de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día. 1982).
27. Desmond Ford, Daniel (Nashville. Tennessce: Southem Publishing Association. 1978). Apéndice
r.
2~.lhíd.• p. 76.
29. http//www.jesusinstituteforum.org/AssetürLiabi ity.html
30. lhíd.
Capítulo 6
El evangelio
y el juicio
M
I ESPOSA, criada en la Iglesia Adventista, me describió en
cierta ocasión cómo le habían enseñado en su niñez la doctri-
na del juicio investigador.
"Pues, mira --dijo, con voz que destilaba sarcasmo--; nos decían que
el juicio está llevándose a cabo en el cielo ahora mismo, y que en cual-
quier momento tu nombre puede ser llamado. Y cuando eso suceda, si no
l'res perfecto (por estar en el cine, o algo parecido), entonces borran tu
nombre del Libro de la Vida, y te pierdes para siempre. El único proble-
ma es que no sabes si tu nombre ha sido borrado, de modo que sigues tra-
tando de ser perfecto. Pero es demasiado tarde; se ha cerrado tu tiempo de
~rucia, de manera que al fin de todo te espera la muerte segunda".
Huenasnueva~¿eh?
Ante una idea del juicio como ésta, no es de extrañarse que algunas
personas hayan abandonado completamente, ya sea la doctrina, o la
l~lcsia Adventista que la enseña. En este punto puedo sentir alguna sim-
putía por el Hno. Dale. A través de todo su libro expresa lo que ha sido (y
Hi~uc siendo) un problema para muchos adventistas: cómo hacer que el
Juil'io y el evangelio concuerden en forma armoniosa. Este tema aparece
143
144 Ataque contra el Lugar Santísimo
de principio a fin en el libro CDSDA, y arroja luz, entre otras cosas, sobre
la psicología de la separación del Hno. Dale.
Por ejemplo, en una sección titulada "Acerca del autor", el libro dice
que el Hno. Dale "se convenció de que esta doctrina [la del juicio anterior
a la segunda venida] no podía apoyarse en la Sagrada Escritura, era con-
traria a las claras enseñanzas bíblicas, y socavaba el evangelio de la gra-
cia que contiene el nuevo pacto". 1
En el prefacio del libro, el escritor no adventista Kenneth Samples, fun-
dador y presidente del AuRustine Fellowship Study Center ]Centro de
Estudios de la Sociedad Agustina], dice:
los resultados del juicio? Dejemos que los textos hablen por sí
mismos.
El juicio en la Biblia
Olvidemos por un momento el año 1844, "el juicio investigador", de
Elena de White, y de Hiram Edson en el maizal. En cambio, leamos los
siguientes textos (los he citado completos a propósito, porque mi inten-
ción es que el lector los lea). No nos preocupemos de si son o no textos
del "juicio investigador"; en cambio, concentrémonos en lo siguiente:
¿Describen estos textos algún tipo de juicio o juicios realizados en tomo
al tiempo del fin? ¿Cuándo se desarrolla este juicio, o juicios? ¿Quién es
juzgado? ¿Qué criterio se usa para juzgar? ¿Qué papel desempeñan las
obras en el juicio? ¿Con cuánta atención se procede al escrutinio de obras
y vidas? ¿Cuáles son los resultados del juicio? Dejemos que los textos
hablen por sí mismos, en forma independiente de cualquier teología pre-
concebida con respecto al juicio.
Corintios 3: 13 ).
"Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo,
para que cada uno reciba según lo que haya hecho cuando estuvo
en el cuerpo, sea bueno o malo" (2 Corintios 5: 10).
"Sabemos quién dijo: 'Mía es la venganza, yo retribuiré'. Y
agrega: 'El Señor juzgará a su pueblo'" (Hebreos 10:30).
"Yo Soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. El quita
todo pámpano que en mí no lleva fruto; y poda al que lleva fruto,
para que dé más fruto" (Juan 15:1, 2).
"Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre,
con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras"
(Mateo 16:27).
"Y vi también a Jos muertos, grandes y pequeños, de pie ante
el trono. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el
Libro de la Vida. Y los muertos fueron juzgados, según sus obras,
por las cosas que estaban escritas en los libros" (Apocalipsis
20:12).
"Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para dar a cada
uno según su obra" (Apocalipsis 22: 12).
"Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados" (Mateo
7:2).
"Si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas
juzga a cada uno según su obra, conducíos con reverencia todo el
tiempo de vuestra peregrinación" ( 1 Pedro 1: 17).
"Pensé en mi corazón: 'Dios juzgará al justo y al impío.
Porque hay tiempo para todo Jo que se quiere y se hace"'
(Eclesiastés 3: 17).
"Es tiempo de que el juicio empiece por la casa de Dios. Y si
empieza primero por nosotros, ¿cuál será el fin de los que no obe-
decen al evangelio de Dios'?" ( 1 Pedro 4: 17).
"Os digo que en el día del juicio, los hombres darán cuenta de
toda palabra ociosa que hablen. Porque por tus palabras scnís jus-
El evangelio y el juicio 153
cuentas (o más de uno) cerca del fin del tiempo. A este juicio (o jui-
cios) se lo asocia a menudo con la segunda venida de Cristo.
• Segundo, entre los que son juzgados se cuentan los profesos segui-
dores de Cristo. Tanto Jesús como Pablo dejan en claro que los que
profesan seguir al Señor serán juzgados.
• Tercero, nuestras obras constituyen un elemento crucial en este ajus-
te de cuentas final. Esta idea es el centro de muchos de estos textos.
• Cuarto, se presentan sólo dos tinales: los que heredan el reino de
Dios "desde la fundación del mundo", o los que van al "castigo eter-
no".
• Quinto, algunos textos muestran claramente un juicio anterior a la
ejecución de la sentencia, lo cual tiene sentido. Después de todo, aun
en las cortes humanas, ¿quién ha oído que se ejecute una sentencia
antes del juicio? En algunos textos, como en la parábola del vestido
de bodas, este punto es explícito: hay un juicio, la inspección de las
vestiduras de los invitados, y posteriormente viene la condenación.
Apocalipsis 22: 12, pasaje en el cual el Señor dice que cuando vuel-
va, traerá consigo su "galardón" o recompensa, también implica un
juicio previo. (¿Cómo podría tener ya consigo la recompensa si no
hubiera algún medio anterior de determinar a quiénes les correspon-
de recibirla? También el texto de 2 Corintios 5: 1O enseña claramen-
te un ajuste de cuentas anterior a cualquier recompensa o castigo
final. Esta idea también se halla en Daniel 12: 1 donde se describe la
liberación de los fieles, cuyos nombres se hallan escritos en el Libro
de la Vida. Cualquier clase de juicio basado en las obras implica una
evaluación de dichas obras antes de la ejecución de la recompensa o
castigo basados en ellas, no importa si este jucio se lleva a cabo cien
años o cien segundos antes que se ejecute el castigo o la vindicación.
/\demás, no parece en absoluto un atentado contra la razón el ver en
Apm:alipsis 14:7 y 8 un juicio anterior a la segunda venida. El juicio se
proclama como parte del llamado a esparcir el evangelio por todo el
mundo; es obvio entonces que este juicio, presentado como algo que ya ha
156 Ataque contra el Lugar Santísimo
previo al advenimiento" debe incluir, por definición, por lo menos dos pun-
tos: Se trata de un juicio, y es anterior a la segunda venida de Cristo, preci-
samente lo que los adventistas han estado afirmando todo el tiempo.
De hecho, al continuar el Hno. Dale explicando su "juicio previo al
advenimiento", lo define exactamente como la mayoría de los adventistas
bien informados definirían su concepto de un juicio tal: "Este juicio es el
resultado de la respuesta que el individuo le da al evangelio, cuando éste
ha sido proclamado, comprendido y recibido o rechazado. El juicio final
simplemente revela quién aceptó por fe el gratuito don divino de la vida
eterna, y quién no lo hizo" .11
¡Ningún leal adventista del séptimo día podría haberlo descrito mejor!
El Hno. Dale habla primero de la "respuesta" de un individuo al
evangelio. Si bien hay muchas clases de respuestas (Lucas 8:5-15), con-
centrémonos en los que profesan aceptarlo, porque es aquí donde ruge el
debate acerca del juicio investigador, en la idea de un juicio para los cris-
tianos profesos.
Desde luego, los que aceptan a Jesús como su Salvador debieran mani-
festar santidad en sus vidas. Esto no es otra cosa que cristianismo básico:
"Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, be-
nignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio.
Contra estas virtudes, no hay ley. Porque los que son de Cristo,
han crucificado la carne con sus pasiones y malos deseos" (Gá-
latas 5:22-26).
"Jesús respondió: 'Amarás al Señor tu Dios con todo tu cora-
zón, con toda tu alma y toda tu mente. Éste es el primero y el ma-
yor Mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo" (Mateo 22:37-39).
"Porque en esto consiste el amor a Dios, en que guardemos
sus Mandamientos" ( 1 Juan 5:3).
Jesús dijo que para ser salvos, "es necesario nacer de nuevo" (Juan
3:7). y el nuevo nacimiento implica andar "en nueva vida" (Romanos 6:4).
158 Ataque contra el Lugar Santísimo
Las palabras de Santiago acerca de pasar junto a alguien que está des-
nudo y con hambre, concuerdan con la parábola de Cristo acerca de "mis
hermanos más pequeños". De hecho, muchos de los textos incluidos en la
lista que acabamos de citar, relacionan las obras directamente con la sal-
vación y el juicio, no porque las obras salven a la gente en el juicio, sino
porque es en el juicio donde las obras revelan quién ha verdaderamente
aceptado a Cristo y su justicia. El acto de alimentar a los hambrientos,
perdonar a los que han pecado contra nosotros, hablar las palabras corree-
Las, o hacer buenas obras, todo esto simplemente revela (según escribe el
Hno. Dale) "quién aceptó por fe el gratuito don divino de la vida eterna, y
quién no lo hizo". Después de todo, ¿quién ha alimentado un número sufi-
ciente de hambrientos, vestido a una cantidad suficiente de gente desnu-
da, dicho suficientes palabras correctas, o hecho una cantidad suficiente
de buenas obras como para ganarse la salvación? El punto que destaca
Pablo en Romanos es que no podemos ganamos la salvación, porque si así
fuera, ésta ya no sería el fruto de la gracia (Romanos 4: 1-4).
"Por eso Jesús puede salvar por completo a los que por medio
de él se acercan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder
por ellos" (Hebreos 7:25).
" ... donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho
Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec"
(Hebreos 6:20).
Por otra parte, ¿cómo se lleva a cabo la expiación? ¿Por obras? ¿Por la
k·y? ¡,Por el acto de alimentar a los hambrientos, vestir al desnudo, o decir
pulabras correctas? ¿Por llevar fruto? ¿Por visitar a los encarcelados? ¿Por
desarrollar un carácter como el de Cristo? No, puesto que si las buenas
ubras hubieran bastado, Cristo no habría tenido que morir por nosotros. La
e~tpiación se efectúa únicamente mediante la sangre de Jesús, no importa
cuál sea el papel que las obras desempeñan en el juicio.
1.a mayoría de los adventistas, al enseñárseles el juicio previo al adve-
nimiento, han sido llevados al Lugar Santísimo sin sangre, lo cual sólo
cunduce a la muerte. porque en el Lugar Santísimo se halla la ley, y ésta
164 Ataque contra el Lugar Santísimo
bies, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha ni defecto" ( 1 Pedro 1: 18, 19). Y si bien es cierto que
el pecador es juzgado por sus obras, es la sangre y no las obras la que pro-
tege al pecador arrepentido en el juicio.
Quizás el ejemplo más claro de cómo la justicia de Cristo nos cubre en
d juicio provenga de una de las parábolas de juicio que Jesús contó, a
saber, el relato de la fiesta de bodas. Después que los que fueron llamados
primero hubieron rechazado la invitación, "salieron los siervos por los
caminos, y juntaron a todos los que hallaron, malos y buenos. Y la sala se
llenó de convidados. Cuando el rey entró a ver a los convidados, vio allí
a un hombre sin vestido de boda. Y le dijo: 'Amigo, ¿cómo entraste aquí
sin vestido de boda?' Pero él cerró la boca. Entonces el rey dijo a los que
servían: 'Atadlo de pies y manos, y echadlo en las tinieblas de afuera. Allí
será el llanto y el crujir de dientes"' (Mateo 22: 10-13).
¡,Qué determinó si el hombre entraba o era expulsado? La vestidura
que el rey había provisto para los invitados (una costumbre de ese tiem-
po). El individuo interpelado había respondido a la invitación, pero nunca
aceptó lo que se le ofrecía. ¿Qué es esa vestidura si no la justicia de
<'risto? "En gran manera me gozaré en el Señor, me alegraré en mi Dios;
porque me vistió de vestidos de salvación, me rodeó de un manto de jus-
til'ia. como a novio me atavió, como a novia adornada de sus joyas"
( lsaías 61: 10). El invitado, al aceptar la invitación pero no las condiciones,
I'Cl'hazó lo que el rey le ofrecía.
Notemos que la parábola dice que tanto los malos como los buenos
lll'Udieron al banquete. No dice si el hombre sin el vestido era bueno o
111alo. En cierto sentido, no importa lo que haya sido. En el juicio ante
l>ios, todos nosotros, "buenos" o "malos", somos reos de condenación si
no tenemos el vestido apropiado. Lo que el invitado necesitaba en la boda
t'H lo mismo que nosotros necesitamos en el juicio: algo que nos cubra. De
utro modo, seremos echados fuera, al lugar del llanto y el crujir de dien-
ICH. ha cubierta, simbolizada por el vestido de boda que menciona la
pnn\hula, es la justicia de Jesús, acreditada a sus seguidores por fe; y es
166 Ataque contra el Lugar Santísimo
Primeramente, ¿cómo está vestido Josué? Con ropa sucia (la palabra
traducida como "sucia" viene de una palabra hebrea que significa excre-
mento humano; véanse Deuteronomio 23: 13; Ezequiel 4: 12; Isaías 28:8),
una gráfica descripción del estado en que se hallaba la ropa del sumo
sacerdote. ¿Qué significa esa ropa manchada, si no los pecados e iniqui-
dades del pueblo de Dios? Recordemos que se trata del sumo sacerdote y
que, como tal representa al pueblo en sentido corporativo; de este modo,
el pueblo de Dios, sus escogidos, su Iglesia, están representados en un
terrible estado espiritual. El sumo sacerdote, como representante de todo
el pueblo, se destaca en forma especial (es interesante notarlo) el Día de
la Expiación, un tiempo de arrepentimiento y expiación corporativos.
La visión de Zacarías evoca muchos paralelismos con los dos primeros
capítulos de Job, en los cuales Satanás aparece ante el Señor en cierta sesión
celestial de carácter judicial o legislativo, en la cual presenta cargos y acu-
saciones contra alguien que sirve al Señor. La palabra hebrea traducida como
"acusarlo" (Zacarías 3: 1) viene de la misma raíz de la cual se deriva el tér-
mino "Satanás" (stn), y significa "ser o actuar en calidad de adversario".
El evangelio y el juicio 167
pecados. Cristo, sin embargo, está ahí para defender su caso de todos
modos, porque éste es el Día de la Expiación, y la expiación tiene que ver
con la absolución, no con la condenación.
Piense en la oportunidad. Satanás procura desanimarlos para que reci-
ban ..la marca de la bestia". Esto, entonces, se refiere a la última genera-
ción, los que vivirán al final del tiempo, cuando termina el juicio, finaliza
el tiempo de prueba y ocurre la venida de Cristo.
¿Cuál es la respuesta para las acusaciones del diablo? Una sola cosa, a
saher, los méritos de Jesús, esa justicia que trajo en su vida y que ofrece
~ratuitamente a todos los que la reclamen con fe, tanto para ahora como
para el juicio. Esas líneas que aparecen en letra cursiva en el párrafo ante-
rior son una poderosa expresión del evangelio y el juicio; muestran la
forma como la comprensión del ministerio en el segundo departamento
dd Santuario contribuye a elaborar y explicar la cruz: muestran la inexis-
ICJH.:ia de tensión o contradicción entre la cruz y el juicio; y finalmente,
muestran que el juicio es buenas nuevas porque nuestra gran esperanza en
1 72 Ataque contra el Lugar Santísimo
el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo" ( 1 Juan 3:7, 8).
O bien como dice Pablo: "Y manifiestas son las obras de la carne, que
son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías,
enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envi-
dias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; acerca de
las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practi-
can tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5:19-21 ).
O especialmente como lo expresó Jesús: "Pero yo os digo que cual-
quiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón. Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y écha-
lo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo
tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer,
córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros,
y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno" (Mateo 5:28-30).
Podemos hablar hasta cansamos de gracia, sangre, perdón, justifica-
ción y sustitución, pero quienes usan estos conceptos como una cubierta
para ocultar la iniquidad, son precisamente los únicos que necesitan temer
el juicio (Mateo 7:22, 23). En contraste, los que Elena de White describe
en su interpretación de la visión de Zacarías concerniente al juicio, lejos
de negar el evangelio, lo llevan a una gloriosa culminación en sus propias
vidas. El juicio no es un tiempo cuando Dios finaliza nuestra elección y
reconoce si lo hemos aceptado o no, elección que inevitablemente ya se
había manifestado en nuestras obras.
Resumen de lo tratado
Como hemos visto, no existe contradicción alguna entre la muerte del
animal (símbolo de la cruz) en el Día de Expiación y el ministerio del
sumo sacerdote en el Lugar Santísimo (símbolo del juicio). ¿Cómo podría
existir? Ambas son dos partes del mismo proceso, el plan de salvación de
Dios para la humanidad caída.
También ya vimos que el elemento más importante en el Día de
Expiación era la sangre, no la ley, porque únicamente la sangre hace
El evangelio y el juicio 175
l. Ratzlaff. Dale. The Cullic Doclrine of St•l•enlh-dav Advelllisls f La doclrina ctillica de los adven-
lis/as/ (Giendale. Arizona: Life Assurance Ministries). 199S, página no numerada )2).
2. lbíd.. página no numerada )9].
3. lbíd.
4. Jbíd .. p. 236.
5. lbíd.. p. 23H.
6. lbíd.. p. 353.
7. lbíd.. p. 236.
H. lhíd .. p. 260.
9. lbíd.
10. lhíd.
11./híd, pp. 260. 261.
12. Elena e White. Vur High Calling. p. 51.
13. "En aquel tiempo se levantará Miguel. el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo;
y será tiempo de angustia. cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces: pero en aquel tiem-
po será libertado tu pueblo, todos los que M! hallen escritos en el libro" (Daniel 12:1 ). "El Juez se
sentó. y los libros fueron abiertos" (Daniel 7: 10). "Y vi a los muertos. grandes y pequeño,, de pie
ante Dios: y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fue-
ron ju~:gado' los muertos por las co,as que estaban escritas en lo' libro,, según sus obras"
(Apocalipsis 20:12). "Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de
fuego" (Apocalipsb 20: 15). "Sean raídos del libro de lo' vivientes. y no sean e'critos entre los jus-
tos" (Salmo 69:28). "Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a e'te raeré yo de mi
libro" <Éxodo 32:32. 13). "Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. No entrará en ella
ninguna co'a inmunda. o que hace abominación y mentira. sino solamente los que están in,critos
en el libro de vida del Cordero" (Apocalipsis 21 :26. 27). "El que venciere será vestido de vestidu-
ras blancas: y no borraré su nombre del libro de la vida. y confesaré su nombre delante de mi Padre,
y delante de sus ángeles" (Apocalipsis 3:5).
14. Elena G. de White. Tes1imonio.1· para la lgle.lia. t. 5. p. 443.
15. lhíd. p. 444.
16. lhíd.. p. 445.
17. lb íd .. pp. 445. 446.
1g, Jhíd .. pp. 447. 44H.
19. lbíd .. p. 446.
20. lbíd.. p. 447.
21. Elena G. de White. F./ confliclo de los siglos. p. 53S.
22. Elena G. de White. Tes/imonios para /u lgle.lia. t. 5. p. 44H.
H CDSDA, p. 260.
24. lbíd .. pp. 260. 261.
25. Elena de White. Teslimonio.v para la Jglt•sitl, t. 5. p. 44t..
Capítulo 7
El don de profecía
otro autor no bíblico lo ha hecho jamás, que yo creo que fue una mensa-
jera de Dios, a todos estos puntos respondo de manera inequívoca y sin
ambages: "¡Sí! Pero ella no ha sido, ni por la gracia de Dios será, el fun-
damento de mi fe". Como adventistas, hacer ondear la bandera de la refor-
ma -el principio de sola Escritura- debe significar exactamente eso.
Testimonio personal
No llegué a esta posición por accidente, con respecto al ministerio de
Elena de White. Más bien, llegué a ella a través de un largo y a veces tor-
tuoso camino. También creo, por la gracia de Dios, que he logrado man-
tenerme en el sendero correcto, aunque tal vez me encuentre lejos del cen-
tro perfecto y es probable que siempre lo esté.
En mis primeros días como nuevo creyente adventista, sostuve lo que
ahora considero una posición errónea y potencialmente peligrosa acerca
del ministerio y la inspiración de Elena de White, posición que prevalece
en la Iglesia y que ha causado la salida de muchos, tal como en el caso de
Dale Ratzlaff.
Mi primer encuentro con Elena de White lo tuve antes de ser adventis-
ta. Después de haber tenido algunas intensas experiencias relacionadas
ron el mundo sobrenatural, incursioné en el mundo del ocultismo. pcn-
'ando que allí encontraría respuestas a mis preguntas acerca del significa-
do de la vida. En ruta a la biblioteca de la universidad, donde leería acer-
ca del ocultismo, me detuve en una tienda de productos saludables.
<'uando mencioné al dueño hacia dónde me dirigía (a la biblioteca) y para
qué (para leer sobre el ocultismo), trató de advertirme acerca del demonio
(lo cual en esa etapa de mi vida era como advertirme que Santa Claus no
bajaría por la chimenea en la Navidad si me portaba mal). Aunque iba
muerto de la risa cuando salí, sin embargo acepté un libro que él me dio.
l.uego fui a la biblioteca y seleccioné del estante un libro sobre el ocul-
tismo. y comencé a leerlo. Después de leer el primer capítulo, lo regresé
ni e'tante, aunque no lo puse en el lugar debido, porque no estaba inscri-
to t•n ese colegio y no podía sacar libros prestados. Así que opté por escon-
182 Ataque contra el Lugar Santísimo
derlo para que nadie más lo sacara antes que yo pudiera regresar para ter-
minar de leerlo.
De cualquier manera, el punto central es éste: en ese ardiente verano de
Florida, en la biblioteca de la Universidad de Florida, esa tarde tenía en
una mano, por primera vez en mi vida, un libro sobre lo oculto, mientras
en la otra mano, también por primera vez en mi vida, sostenía el libro que
el dueño de la tienda me había dado. ¿Puede el lector adivinar cuál era el
título de ese libro? Por supuesto, El conflicto de los siglos.
En ese momento no tenía idea de lo que estaba ocurriendo. Aunque
apenas unos días después Cristo me alcanzó y me convertí, con lo cual ter-
minó mi incursión en el ocultismo, fue mucho tiempo después cuando me
di cuenta del significado de haber tenido en una mano un libro sobre el
ocultismo y en la otra El conJlicto de los siglos, y ¡ambos por primera vez
en mi vida!
De esta manera, desde el mismo inicio, Elena de White ha desempeña-
do un papel importante en mi vida cristiana. No obstante, cuando al prin-
cipio supe de ella, y de sus pretensiones, me resistí, y se entiende por qué
(después de todo, hay que admitir que el don profético es "pesado").
En un momento dado después de mi conversión, y pocos meses antes
de unirme a la Iglesia adventista, leí algo que ella escribió acerca de un
versículo en Timoteo que ella atribuyó a Pablo. Debido a mi poco conoci-
miento bíblico, pensé que Timoteo, no Pablo, había escrito las epístolas
que llevan su nombre. ¡Estaba emocionado! ¡Pensé que había encontrado
un error en Elena de White! Si se había equivocado, no podía ser profeti-
sa. Por lo tanto, no tenía que aceptarla, ni tampoco las cosas que ella había
escrito.
No mucho tiempo después descubrí mi error en tomo a la autoría del
libro de Timoteo; con lo cual se derrumbó mi argumento para rechazar a
Elena de White. Sin embargo el incidente resultó instructivo porque, aun-
que pronto creí en su don, lo hice dando por sentada su infalibilidad como
un atributo otorgado a una profetisa genuina (después de todo, ¿podría un
profeta que habla en nombre de un Dios perfecto no ser también perfecto?).
El don de profecía 183
saciones contra Elena de White, que culminaron en el libro The White Lie.¡
f La mentira White /. A pesar de lo amarga de su actitud y aunque rechacé
sus conclusiones, admito que Rea contribuyó a sacar a la luz el tema de la
inspiración. Aunque yo no sabía acerca de los préstamos literarios de
Elena de White, y había sido adventista sólo por unos meses, en realidad
el asunto no me impactó. Ni siquiera me sorprendí. Sí me molestó un poco
que no se me dijera nada sobre esos "préstamos" (y me preguntaba qué
más habría que yo no sabía), pero pronto me di cuenta que el asunto del
uso que Elena de White dio a otras fuentes no era nada nuevo.
Quizás la razón para que nadie me dijera se debió a que nunca pregun-
té. Nunca se me había enseñado de manera explícita que cada palabra que
Elena de White escribió venía directamente de Dios, como si él le hubie-
ra dictado; pienso que simplemente supuse que así había ocurrido.
Además, a mi alrededor había gente que usaba sus escritos como si cada
palabra verdaderamente había sido inspirada verbalmente. Pero como
"nada podemos contra la verdad, sino por la verdad" (2 Corintios 13:8), al
lanzar el asunto en el rostro de la Iglesia, el libro de Walter Rea finalmen-
te me ayudó, al igual que a otros, a entender mejor cómo funciona la ins-
piración.
Para comenzar, ahora entiendo que ninguna declaración, palabra o
expresión de Elena de White es una verdad definitiva, eterna, o la palabra
final en cualquier tópico, ya se trate de huevos, queso, o el "continuo".
Aunque nunca ha sido la posición de la Iglesia considerar que cada decla-
ración de Elena de White sea la palabra final sobre cualquier asunto, sin
embargo, muchos adventistas todavía mantienen esa posición, ya sea
abierta o veladamente. Es indudable que hoy miles no están más con noso-
tros porque, habiendo mantenido esa posición, se frustraron cuando des-
cubrieron cuán insostenible es.
Mucho de lo que Elena de White escribió, ya sea directamente de Dios,
mientras estaba en visión; o producto de un sermón general presentado en
un campestre; o una carta dirigida a un miembro alejado: todo debe ubi-
carse en su contexto. Este punto es crucial, por cuanto nos puede ayudar
El don de profecía 187
a entender por qué en uno de sus escritos advierte con fuerza acerca del
peligro de comer huevos, mientras que en otro lugar recomienda con igual
intensidad que los coman;' o por qué en otro lugar escribe que "el queso
merece aún más objeciones; es absolutamente impropio como alimento",
mientras que en otro lugar dice: "El té, el café, el tabaco, la cerveza, el
vino y todas las bebidas alcohólicas -no deben tomarse [ni moderada-
mente], sino que deben descartarse. Los narcóticos tóxicos no tienen por
qué tratarse de la misma manera que el tema de los huevos, la mantequi-
lla y el queso". 6
Si estas declaraciones específicas son verdades definitivas, órdenes
eternas de parte de Dios, entonces tenemos un problema, porque estas ver-
dades definitivas y eternas se contradicen. ¿Cuál de estas verdades defini-
tivas y eternas, es la verdad definitiva y eterna? ¿Prohibió Dios en un
momento dado el queso, y luego en otro momento cambió de parecer,
colocándolo en la misma categoría que la leche y la mantequilla?
A menos que coloquemos sus escritos en contexto para poder interpre-
tarlos, ¿qué puede hacer el lector con declaraciones como éstas y otras,
las cuales muchos consideran no solamente como inspiración verbal
directamente del Señor, sino como verdades absolutas para las cuales no
hay una fuente mayor de autoridad?
Lo que he aprendido es que la clave para leer a Elena de White es con-
siderar el cuadro completo. ¿Cuál es el asunto central que ella trata?
t: Qué principios sustentan lo que está diciendo? ¿Cuál es el contexto? Es
dt' suma importancia, entonces, tomar en cuenta todo lo que ella dice
acerca de un tema, y no simplemente entresacar una cita de aquí y otra de
allá. Si enfocamos la atención en asuntos menores, tropezaremos con
diversas "contradicciones" que requerirán de nosotros la lógica más sofis-
ticada y rebuscada para poder aclararlas. Sin embargo, por encima de
~stos aspectos "menores", existe una increíble armonía subyacente que
impregna sus escritos; las amplias e importantes verdades del plan de sal-
vución aparecen vez tras vez expresadas de una manera maravillosa. Lo
peor que podemos huccr, lo cual muchos han hecho y todavía hacen, es
1 88 Ataque contra el Lugar Santísimo
Tal como dije antes, si él puede probar que el juicio previo al adveni-
miento es falso, el ministerio de la Sra. White sería un punto discutible.
Pero, como hemos visto, su "evaluación bíblica" de la doctrina resultó ser
mediocre. Ejemplo de ello es su insistencia en que la Biblia de estudio
denominada en inglés The Study Bible [Biblia de estudio] constituye una
prueba de que los adventistas están "tratando de forzar la Palabra". Aun
cuando el juicio previo al advenimiento no tuviera base bíblica, se nece-
sitaría algo mejor que su refrito de los mismos viejos argumentos para
probar que no lo es (sin mencionar su ignorancia total de las mejores
defensas de las cuales la Iglesia dispone para rebatir argumentos como
los suyos).
Los ataques contra Elena de White son del mismo calibre que su ata-
que contra el juicio previo al advenimiento: nada más que material refri-
to, uso selectivo de los hechos, ignorando nuestras mejores defensas, etc.
Usualmente no acostumbro defender a la Sra. White; porque no hay nece-
sidad de ello. Su ministerio habla por sí mismo. Además, tal como he
dicho antes, y repito porque es crucial: no la necesito. Todo lo que nece-
sito saber para ser un cristiano adventista lo obtengo de mi Biblia. De esta
manera su ataque a Elena de White, aunque fuera válido, no prueba que
alguna de las doctrinas de la Iglesia sea errónea. (Incluso el Hno. Dale
admite que "Elena de White nunca originó una sola de las doctrinas del
adventismo".") No obstante, debido a que este libro es una respuesta al
suyo, sería negligencia de mi parte si no considerara por lo menos algunas
de sus acusaciones contra ella.
En el prefacio, Dale Ratzlaff al escribir acerca de su esposa y de él
mismo, dice: "Ambos aceptamos los escritos de Elena G. de White como
inspirados y con autoridad".~
White no puede ser una profetisa. ¡Y sin embargo, más tarde, admite que
probablemente ella no las respaldó todas! De esta manera, si "no está
claro que Elena de White apoyó todas las 15 pruebas de Miller", entonces
tampoco está claro que su "amplio apoyo" a Miller fue tan amplio como
el Hno. Dale quiere que sea para poder sustentar su caso contra ella.
De hecho, en ninguna parte en CDSDA el Hno. Dale da un ejemplo que
muestre el apoyo que Elena de White da a las otras "pruebas" de Miller
para sustentar la fecha 1843-1844 (aparte del argumento basado en Daniel
8: 14 ), ya sea de Ezequiel, de los jubileos levíticos o del Éxodo. Un solo
ejemplo habría provisto una evidencia poderosa para fortalecer su polé-
mica posición; sin embargo, no presenta nada porque no tiene nada.
Contrario al argumento sobre el cual edifica toda su posición contra Elena
de White (que ella apoyó todas estas pruebas) no provee evidencia alguna
de que ella haya aceptado ninguna de las otras evidencias de Miller, como
profecías de tiempo válidas que concluirían en 1843-1844.
Lea El conflicto de los siglos. ¡,Qué argumentos usa ella para estable-
cer la fecha de 1844? ¿Los jubileos levíticos, Ezequiel 39: 9, 1O; Éxodo 31:
13-17, o cualquiera de los otros textos de Miller? No, ella usa sólo uno:
Daniel 8: 14, el texto que el Hno. Dale trató de refutar enfáticamente, y fra-
casó.
Hasta ahora hemos establecido que cualquie,ra haya sido el "amplio
apoyo" a Miller, ciertamente no incluyó su creencia de que Cristo regre-
saría en 1843-1844 (evidentemente la parte más importante de su mensa-
je); ni tampoco, a pesar de sus pretensiones, el Hno. Dale ha producido un
solo ejemplo en respaldo a cualquiera de las otras 14 "pruebas" de Miller,
para sustentar la fecha de 1844, aparte de Daniel 8: 14.
Vayamos un poquito más adelante. El Hno. Dale cita las palabras de
Elena de White relativas a la participación de ángeles en el ministerio de
Miller, en citas tales como éstas: "Los ángeles de Dios visitaron repetida-
mente a aquel varón escogido (Miller), y guiaron su entendimiento para
que comprendiera las profecías que siempre habían estado veladas al pue-
blo de Dios". Él también menciona lo que Elena de Whitc escribió en el
1
'
El don de profecía 195
sentido de que el Señor había estado dirigiendo a Miller y que "Dios diri-
gió la mente de Guillermo Miller hacia las profecías, y le dio gran luz
sobre el Apocalipsis". 16
¿Cómo puede ser que ángeles, o incluso Dios, estén dirigiendo a Miller
si su posición contiene errores? Entonces, si Elena de White lo apoyó,
incluso con sus errores, ella tiene que ser una profetisa falsa.
El razonamiento del Hno. Dale, aunque lógico, comienza con una pre-
misa falsa, que aquellos a quienes Dios o los ángeles dirigen deben ser
teológicamente infalibles. Ha caído en la trampa mencionada antes: la
tendencia comprensible de equiparar los atributos de Dios con sus men-
sajeros.
Por ejemplo, Dios guió a Juan el Bautista. Después de todo, el mismo
Jesús dijo que no hubo un profeta mayor que Juan (Lucas 7:28). Sin embar-
go encontramos a Juan cuestionando el carácter mesiánico de Jesús (Mateo
11 :3). En verdad, teológicamente hablando, este punto no es nada insigni-
ficante. ¿Y qué en cuanto a Pedro, quien, aunque ciertamente fue dirigido
por Dios, evitaba comer con los gentiles cuando otros judíos estaban pre-
sentes (Gálatas 2)? Más aún, poco después de la cruz, después que Jesús
pidió a Pedro que alimentara sus ovejas (Juan 21: 17); incluso después del
Pentecostés, Pedro parece haber ignorado una de las verdades fundamen-
tales que Jesús enseñó y que la cruz habría de lograr (Gálatas 3:28).
En El conflicto de los siglos, Elena de White escribió acerca de Martín
Lutero que "los ángeles del cielo estaban a su lado y rayos de luz del trono
de Dios revelaban a su entendimiento los tesoros de la verdad". 17
¡,Significa eso que todo lo que Lutero escribió provenía de Dios? ¿Qué
protestante, amante del evangelio que Martín Lutero desenterró después
de "siglos de abandono y superstición", no cree que el Señor guió a
Lutero? Y sin embargo, el apoyo de Elena de White (después de todo,
tener ángeles del cielo a su lado es un apoyo muy bueno) ¿significa que
ella habría respaldado los ataques de Lutero contra aquellos que creían en
el séptimo día sáhado? ¡,Hahría ella respaldado sus ataques contra Ulrico
Zwinglio, quien urgumcntaha que el pan y el vino en la Cena del Señor
196 Ataque contra el Lugar Santísimo
zada" de Platón del ascenso de las almas. Y a pesar del intento fallido del
Hno. Dale de desacreditarlo, el juicio previo al advenimiento es el último
evento celestial (ver Daniel 7) que conduce a la segunda venida y el fin
del mundo; así pues se trata de un evento de importancia capital que sólo
los adventistas están enseñando. Todo esto, y más, comenzó con
Guillermo Miller. Con razón Elena de White lo respaldó.
Y ahora un resumen:
• Elena de White sabía que Miller estaba equivocado en cuanto al even-
to mismo, la segunda venida en 1844, porque ella escribió después
del chasco.
• El Hno. Dale se ve forzado a admitir que no está claro que ella haya
apoyado todas las pruebas de Guillermo Miller.
• El Hno. Dale no da un ejemplo que muestre que ella apoyó algunos
de los argumentos de Miller, aparte de su prueba en Daniel 8:14 (y
esto es así, porque ella no lo hizo).
• A pesar de la declaración de Elena de White en el sentido de que Dios
guió a Miller, no hay pruebas de que ella endosara todo lo que Miller
enseñó.
• Ella incluso admitió que hubo un error en alguno de los cálculos de
Miller.
• El Hno. Dale elabora uno de sus principales argumentos contra Elena
de White sobre la premisa de que ella brindó un "amplio apoyo" a
Miller y todo lo que él enseñó. La evidencia demuestra que la pre-
misa es falsa; su argumento, por lo tanto, también lo es.
La puerta cerrada
Nadie que haya atacado a Elena de White se abstiene de abrir la con-
troversia! "puerta cerrada". Este asunto empezó al comienzo de su minis-
terio y, no importa cuánta evidencia se presente para contrarrestar las con-
clusiones de los críticos, el punto se sigue mencionando a raíz de algunas
líneas que, fuera de su contexto y sin explicación, proporciona buen pasto
para el consumo de los críticos.
El don de profecía 201
Así que después de ejercer el don profético por varios años, ella dice
que a veces no entiende lo que se le mostró al principio, y que sólo des-
pués, por medio de repetidas presentaciones, ella puede entender final-
mente. Daniel, de la misma manera, afirma que no entendió la visión de
los 2.300 días (Daniel 8:27), hasta años más tarde cuando se le proporcio-
nó más información (ver Daniel 9:24-27).
De esta manera. lo que haya sido que se le mostró a Elena de White
en su primera visi<ín. simplemente pudo ocurrir que ella dedujo más que
204 Ataque contra el Lugar Santísimo
lo que allí había. ¿No es posible que esto le ocurra a un profeta?, ¿o esta-
mos de nuevo atribuyendo las cualidades de la Deidad a sus profetas?
¿Y no pudo Dios haber reacomodado las neuronas de su cerebro de
modo que ella interpretara la visión perfectamente? Por supuesto que
pudo, de la misma manera que pudo haber reacomodado las neuronas de
la cabeza de Juan el Bautista para que no dudara del carácter Mesiánico
de Jesús. ¿Por qué Dios no lo hizo en ninguno de los dos casos? Ésta es,
supongo, una pregunta que algún día podremos hacerle cara a cara.
Mientras tanto, nos quedamos con la idea de que, al dársele su primera
visión, Elena Harmon, con apenas 17 años de edad, simplemente pudo
haber usado un lenguaje que expresó creencias que ella ya poseía cuando
la visión le fue dada.
Elena de White (entonces Harmon) junto con los milleritas, creía que
cuando Cristo regresara, la puerta de la gracia se cerraría, más o menos
como lo creemos hoy. Después que Cristo no regresó, muchos de estos
milleritas todavía se aferraron a algunas de sus creencias en torno a los
hechos de 1844, incluyendo la idea de que los pecadores habían rechaza-
do su día de gracia en 1844.
Sin embargo, el propósito de esa primera visión no fue corregir este
error. Más bien, el Señor quería mostrar a Elena de White que los milleri-
tas no debían abandonar su fe en el advenimiento,' ni tampoco en el hecho
de que Dios los había guiado y que necesitaban mantenerse en el sendero
y no abandonarlo, como otros que habían rechazado la luz que Dios les
había dado. Ése fue el propósito de la visión: evitar que los milleritas se
apartaran, como otros lo habían hecho.
Luego está el asunto de la construcción gramatical de esa última cláu-
sula de la oración final, que dice: "tal como todo el mundo impío que Dios
había rechazado". La gramática es ambigua; se puede entender ya sea de
manera restrictiva o no restrictiva, con dos significados totalmente dife-
rentes.
Lea las dos oraciones que siguen:
• La casa que es roja se quemó.
El don de profecía 205
Note el lector que Elena de White está diciendo muy claramente que
antes de su primera visión creía, al igual que otros adventistas, que la puer-
ta de la misericordia se había cerrado para siempre. Ella no está diciendo
que su primera visión corrigió ese punto de vista, sólo que ella pensaba de
esa manera antes de su primera visión. Posteriormente, de manera gra-
dual, su posición cambió, ya que Dios le dio más luz después de la primera
visión. Ella recibió la primera visión con un propósito diferente, aunque
es posible que haya leído en ella más de lo que el Señor se había pro-
puesto. Su explicación continúa:
"Todavía creo en la teoría de la puerta cerrada, pero no en el sentido en
que se empleó el término al principio o en el que es empleado por mis opo-
nentes".
Hubo una puerta cerrada en los días de Noé. Entonces fue retirado el
Espíritu de Dios de la raza pecaminosa que pereció en las aguas del dilu-
vio. Dios mismo dio a Noé el mensaje de la puerta cerrada: "No conten-
derá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es
carne; mas serán sus días ciento veinte años" (Génesis 6: 3 ).
Hubo una puerta cerrada en los días de Abrahán. La misericordia dejó
de interceder por los habitantes de Sodoma, y todos~ con excepción de Lot,
su esposa y dos hijas, fueron consumidos por el fuego que descendió del
cielo.
Hubo una puerta cerrada en los días de Cristo. El Hijo de Dios declaró
a los judíos incrédulos de esa generación: "Vuestra casa os es dejada
desierta" (Mateo 23: 38).
Si nos proyectamos con el flujo del tiempo hasta los últimos días, el
mismo poder infinito proclamó mediante Juan: "Esto dice el Santo, el
Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y
cierra y ninguno abre" (Apocalipsis 3: 7).
Nótese que aquí ella usa el punto de vista restrictivo; es decir, está
diciendo que la visión no signilica que todo el mundo era impío y que por
eso se perdió (aunque ella misma lo creyó por un tiempo), sino que todos
los que en el mundo impío rechazaron la luz. fueron reprobados por Dios.
El grupo al que Dios rechaza llega a ser, entonces. no el mundo entero,
sino sólo quienes rechazaron la luz que Dios les había dado. Y si esto pare-
ce demasiado severo. lea lo que el autor de Hebreos dice en un contexto
mucho más amplio que el que Elena de White está tratando: "Porque es
imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celes-
tial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de
la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero. y recayeron.
208 Ataque contra el Lugar Santísimo
Por supuesto, este punto deja abierta la pregunta de por qué los publi-
cadores eliminaron el texto, aun cuando eso es un asunto radicalmente
diferente de la falsa acusación que el Hno. Dale hace, en el sentido de que
ellos mintieron al respecto. Pero la eliminación del texto no es gran cosa,
a menos que uno crea que todo lo que escribe un profeta es dictado ver-
balmente desde el cielo y por lo tanto no puede ser objeto de edición o
revisión. Esto no es lo que los adventistas creen acerca de la inspiración,
y ciertamente tampoco es lo que Elena de White pretende. Desde el
comienzo de su ministerio la obra de Elena de White ha sido objeto de edi-
ción, revisiones y cambios, a veces con frecuencia, tal como cualquier
adventista informado debería saber. En 1858 ella escribió Spiritual Gifts
[Dones espirituales), revisado en 1884 y publicado con el nombre Spirit of
Prophec_v [Espíritu de profecíal. vol. 4. Este libro fue expandido nueva-
mente en 1888 con el nombre El conflicto de los siglos, el que fue objeto
de otra revisión en 1911. Cada una de estas versiones involucró elimina-
ciones de texto, añadiduras y revisiones. Que los primeros adventistas, por
lo tanto, hayan tomado algo que ella escribió a los 17 ó 18 años de edad
-algo que había creado confusión, algo que podía entenderse como
expresión de una posici<ln que ya no sostenían- y lo hayan corregido en
212 Ataque contra el Lugar Santísimo
Tal como hemos visto en este libro, muchas de las declaraciones del
Hno. Dale son totalmente erróneas, y aquí está el punto importante:
muchas de ellas distorsionan, rebajan o contradicen el nuevo pacto del
evangelio de la gracia."'
hago para mostrar que ella, al igual que la Biblia, tiene algunas declara-
ciones fuertes que en forma clara enseñan la justificación sólo por la fe, a
pesar de otras declaraciones que cuando se las toma aisladas o fuera del
contexto pleno de sus escritos, pueden sonar a legalistas (al igual que la
Biblia). Sin embargo, aquí van algunas declaraciones de Elena de White
sobre el tema de la salvación y la justificación.
Así es como cada pecador puede venir a Cristo. 'No por obras
de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia
nos salvó'. Cuando Satanás nos dice que somos pecadores y que
no podemos esperar recibir la bendición de Dios, digámosle que
Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores. No tenemos
218 Ataque contra el Lugar Santísimo
Por alguna razón, estas citas y muchas otras como ellas, nunca se toma-
ron en cuenta en CDSDA. Así las acusaciones del Hno. Dale de que Elena
de White no creía en la justificación sólo por la fe es tan parecida e inco-
rrecta como su pretensión de que Antíoco es el cuerno pequeño de Daniel
8.
Conclusión
Uno podría escribir un libro que exponga la debilidad de los ataques
que el Hno. Dale Ratzlaff dirige contra Elena de White. Pero no es ésta mi
intención. Creo que las páginas anteriores han dejado en claro mi punto:
Sus críticas, tanto a ella como a sus escritos, son del mismo tenor que su
"evaluación bíblica" del juicio previo al advenimiento. Sin embargo, en
reconocimiento al Hno. Ratzlaff debemos decir que desarrolló honesta-
mente sus puntos de vista acerca de Elena de White; y de haber entendido
adecuadamente a Elena de White y su inspiración, dudo que estaría donde
está hoy.
El Hno. Dale formula otra declaración acerca de ella, la última que ana-
lizaré -aunque hay muchas otras dignas de escrutinio. Con relación al
hecho de que Elena de White cambió algunas de sus creencias en el curso
de los años, él afirma: "Para su crédito, a diferencia de muchos 'profetas'
de su tiempo, sus cambios en doctrina usualmente fueron hacia la corrien-
te principal del cristianismo:'' Incluso Kenneth Richard Samples, el eru-
dito cristiano que escribió el prefacio al libro CDSDA señala: "De hecho,
parece que Elena de White desempeñó un papel significativo al ayudar a
El don de profecía 219
ella ha hecho?
Probablemente, sin embargo, el Hno. Dale no está listo para llevar sus
conclusiones hasta sus lógicas consecuencias, porque su conclusión no
encaja en absoluto dentro de los hechos que él mismo conoce tan bien.
¿Está él listo para admitir que la mujer que escribió el Deseado de todas
las f?entes, o El camino a Cristo, fue dirigida por el demonio? Habiendo
crecido en la Iglesia, quizás él conoce lo suficiente acerca de ella y su vida
para darse cuenta de cuán absurda sería una conclusión tal.
Aunque me siento tentado a continuar (y hay mucho más que refutar),
me detendré aquí y concluiré.
El libro del Hno. Dale se basa en su intento para probar algunos pun-
tos:
l. Que Elena de White apoyó toda la teología de Miller. Fracasó. En
forma contraria a sus intenciones, está claro que ella no respaldó
todos los puntos de vista de Miller.
2. Que el juicio previo al advenimiento en 1844 no es bíblico. También
fracasó aquí. El Hno. Dale tendrá que proveer argumentos mucho
más persuasivos que un paquete de argumentos artríticos, tipo
Desmond Ford, antes de probar que 1844 no es bíblico.
3. Que el juicio previo al advenimiento contradice al evangelio.
Fracasó en esto de manera estruendosa. Uno verdaderamente puede
entender plenamente el evangelio sólo si comprende el juicio.
4. Que la teología de Elena de White era contraria a la enseñanza del
nuevo pacto de salvación sólo porfe. De nuevo fracasó. Las propias
palabras de Elena de White, citadas páginas antes, demuestran la
manera rotunda como fracasó en este punto.
No obstante, los errores del Hno. RatzlatT son también los nuestros. No
pretendo, de manera alguna, excusar sus acciones; sin embargo, como
Iglesia hemos fallado en destacar algunas enseñanzas de la manera que
necesitan ser destacadas; particularmente la centralidad del evangelio del
juicio, como también el papel y la naturaleza del ministerio de Elena de
White. Estamos ahora cosechando los resultados. El libro CDSDA es un
222 Ataque contra el Lugar Santísimo
ejemplo elocuente.
El libro del Hno. Dale ha afectado enormemente a algunos en nuestro
medio, e incluso los ha alejado de nosotros. Éste es un testimonio, no del
poder de sus argumentos, sino de lo pobremente informados que están
algunos adventistas del séptimo día. Su libro influirá en aquellos que ya
están airados, heridos o molestos con la Iglesia, y necesitan una excusa
para abandonarla. Sin embargo otros, creo, dejarán en el pasado la insig-
nificancia de los argumentos y saldrán fortalecidos en su fe en compara-
ción a como estaban cuando al principio fueron confrontados por estos
argumentos, tal como ocurrió conmigo. Estaba firmemente convencido de
la verdad de nuestra enseñanza sobre 1844 antes de comenzar a escribir
Ataque contra el Lugar Santísimo. Ahora, habiendo terminado, estoy más
convencido que nunca.
Mi esperanza y oración es que quienes terminen de leer Ataque contra
el Lugar Santísimo tendrán una experiencia similar. Si es así, mis esfuer-
zos habrán sido más que recompensados.