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CIENCIAS RELIGIOSAS N 15

El Culto y Creencias de los


Antiguos Israelitas

Fernando Klein*

Resumen: Este artículo examina los diversos cultos y ritos enmarcados en las creencias de los antiguos israelitas.
Se parte de la reforma religiosa del rey de Judá, Josías (año 622 a.C.), incluyendo el impacto del
Deuteronomio como obra moderadora (e incluso "modeladora") de la religión israelita. El culto a los astros, a las
piedras, a las alturas, y a deidades como Baal, Astarté, Aserá y El, se estudiarán, sin dejar de lado la prostitución
ritual en el Templo de Jerusalén. El artículo finaliza con un examen inicial al período posterior al de la reforma
religiosa: el cautiverio en Babilonia y el retorno a Judá, con su impacto en el judaísmo.

Palabras Clave: Israel / Judá / Canaán / Israelita/Judío / Dios / Yavé

Abstract: The article reviews the different worships and rites framed into the beliefs of the ancient 1sraelites.
We begin at the time of the religious reform of the king of Judah, Josiah (in the year 622 B.C.), including the
impact of the Deuteronomy as a piece of work that moderated (and even "shaped") the Israelite religion. The
worship of the stars, stones, the heights, and deities as Baal, Astarte, Asherah and El, will be studied, and so
does the ritual prostitution in the Jerusalem Temple. The article finishes with an initial exam of the time right
after the religious reform: the imprisonment in Babylon and the return to Judah, considering its impact in the
Judaism.

Key words: Israel / Judah / Canaan / lsraelite / Jewish / God / Yahweh

* Antropólogo. Universidad del Trabajo del Uruguay. fernandoklein@adirnet.corn.uy


1. Introducción
La caída de Samaria (año 721 a.C.) seguida por la desaparición del reino de Israel del norte fue
interpretada teológicamente como respuesta de Yavé a la apostasía generalizada del reino
de Israel: la historia daba la razón a Jerusalén (años más tarde, esta lectura quedó confirmada con
la liberación de la ciudad y del Templo de Yavé del asedio de Senaquerib).

Jerusalén se convirtió en el único santuario yaveísta que permaneció indemne y vio confirmada su
calidad de "lugar sagrado" en el sentido que David y Salomón le quisieron dar. Por otra parte, la
multiplicidad de santuarios del norte debía ser erradicada. Con estas convicciones se llega, hacia la
mitad del siglo VII a.C., a la redacción del Deuteronomio y a la reforma religiosa del rey Josías
(Dubnow, 1944, p. 27).

Isaías incluía un mensaje de hostilidad absoluta hacia los demás dioses, lo cual enfrenta el
yaveísmo al paganismo (que por naturaleza era tolerante hacia cualquier nueva divinidad,
siempre y cuando los cultos antiguos no fueran amenazados). El punto cumbre de este "conflicto"
lo representaría Josías y su reforma religiosa (año 622 a.C.), enmarcada en el movimiento de "solo
Yavé" y teniendo como respaldo el Deuteronomio, "depura" el Templo, destruye la idolatría y la
presencia de otros dioses en Israel (2 Reyes 23:3-27).

Esta reforma es únicamente "la punta del iceberg" de un proceso extenso y complejo por el que la
religión de Israel, basada inicialmente en una relación descentralizada e informal con Dios, sin altares
ni casta sacerdotal "oficial", desarrollara, progresivamente, prácticas detalladas y rigurosas,
centralizadas en Jerusalén y el Templo, con una casta sacerdotal que poseía determinadas
atribuciones (ver, por ejemplo, los trabajos de Julius Wellhausen, Prologomena of Israel History, y
posteriores, al respecto). De ser una institución muy discutida (por su origen y estilo cananeos), la
monarquía y la "casa de David" renovaron su fundamentación. El proceso de reformas duró poco
pero dejó huellas profundas: la muerte prematura del rey detuvo las reformas las cuales fueron,
sin duda, resistidas (Adam, 1938, p. 51-57).

2. Josías y el Deuteronomio

En el año 622 a.C., el joven rey de Judá, Josías, asume el poder luego de años de regencias.
Al inicio de su mandato, se procede a la reconstrucción del Templo de Jerusalén. Mientras se
ejecutan las obras, el Sumo Sacerdote Helquías le hace saber que ha "encontrado en el Templo
de Yavé un ejemplar del Libro de la Ley". Se trataba de un rollo manuscrito "descubierto" por
casualidad por los obreros mientras reparaban una antigua pared y acomodaban unos estantes
en el edificio (2 Reyes 22:3:8) (Dubnow, 1944, p. 34).

El "Libro de la Ley" sería el Deuteronomio: un código legal, quinto libro del Pentateuco, que
presenta una larga lista de leyes que habrían sido dadas por Moisés y que explicaban cómo
debían vivir los israelitas, qué conducta habrían de observar, qué fiestas celebrar y cómo
rendirle culto a Dios. Al final del libro, se amenazaba con terribles maldiciones para quienes no
cumplieran estas leyes.

El rey Josías, junto al pueblo, se comprometió a cumplir todos los preceptos establecidos en
el libro encontrado, ordenando que se celebrara una fiesta de Pascua (2 Reyes 23:1-3).

La estructura del Deuteronomio está inspirada en los tratados de vasallaje, similar a los
tratados hititas y asirios, entre un rey y sus súbditos (con bendiciones y maldiciones,
obligaciones, etc.) (Lemche, 1999, p. 63):

Mira, hoy he puesto ante ti la vida y la felicidad, pero también la muerte y la desgracia. Si
escuchas los mandamientos de Yavé tu Dios... entonces vivirás y tendrás muchos hijos, y el
Señor tu Dios te bendecirá... Pero si no haces caso a todo esto... te advierto que morirás sin
remedio (Deuteronomio 30:15-20).

3. La Reforma Religiosa de Josías

Con base en el manuscrito recién encontrado, el rey dará inicio a profundas reformas
religiosas tanto en Judá al sur como en los territorios recuperados de Israel del norte. A partir
de ese entonces la religión tendría lugar en torno a un monoteísmo estricto, un yaveísmo riguroso
que prohibía todo tipo de culto hasta ese entonces común como el de los "altos lugares", el de
la "Aserá", etc.: en definitiva, quedaba prohibida cualquier forma de idolatría, de religiosidad
rural y de sincretismo religioso. Los ritos se centralizarían en Jerusalén, en el Templo; una
clase sacerdotal (los levitas) emergería en forma definitiva como la única a cargo del culto (2
Reyes 23:1-24). Con el respaldo de dicha reforma religiosa, Josías, al decaer el poder asirio,
avanza sobre los territorios de Israel del Norte (612 a.C.). En el año 608 a.C., se enfrenta al
Faraón Necao II, muriendo en batalla.

A continuación, se expondrán las diversas creencias y divinidades a que rendían culto los antiguos
israelitas antes de esta reforma religiosa:

a. Culto a los Ídolos


El culto a los ídolos de diverso tipo fue característico del pueblo cananeo y luego del pueblo de
Israel. Jeremías (2:28) se lamentaba, poco antes de la caída de Judá, de la idolatría hebrea: "De
acuerdo al número de tus ciudades, es el número de tus dioses, oh Judá". Posteriormente, el culto a
los ídolos se vio con gran desdén, siendo denominados los "no-dioses", "mentiras", etc.
(Deuteronomio 32:17- 21; Jeremías 2:11; Levítico 19:4).

Los ídolos estaban usualmente hechos de oro, plata, madera o piedra; se trataba de imágenes
talladas que se ubicaban en pedestales unidos a ellos con cadenas de plata o clavos de hierro para
que no cayeran al suelo o para ser trasladados (Isaías 40:19, 41:7; Jeremías 10:14; Sabiduría
13:15). A menudo eran vestidos con prendas coloridas (Jeremías 10:9; Ezequiel 16:18;
Sabiduría 15:4).

A los ídolos se les dirigían plegarias (Éxodo 20:5, 23:24), las manos los abrazaban (Salmos
44:21), y eran invocados por su nombre (1 Reyes 18:19), especialmente cuando se ofrecían
juramentos, promesas y sacrificios al momento de presentarles libaciones (Jeremías 7:18; Éxodo
34:15). A veces, inclusive, se llegaba a lanzarles besos (Job 31:13). Entre las ofrendas que les
presentaban, podría incluirse hasta cabello humano (Levítico 19:18, 27). La idolatría estaba tan
profundamente arraigada que algunos nombres de personas tenían origen en los nombres de los
ídolos.

b. Culto a los Animales

Usual en las culturas del Medio Oriente, en el caso de los israelitas refiere a la veneración de
ciertos animales que se creía estaban investidos por determinados poderes. La denominación
genérica hebrea era, al parecer, "shedim", una palabra usada por lo babilonios para animales
demoníacos muy variados. De esta raza serían los "seririm" o criaturas con cabello de los
hebreos. Otras criaturas demoníacas son mencionadas en Isaías 13:21 y 34:14, la mayoría en
referencia a tipos de demonios del exilio o post exilio. Muchos animales eran considerados en vínculo a
clanes o tribus a manera de "tótem", es decir, como una comunión entre hombre y animales. Poco antes
del exilio a Babilonia, la imagen de criaturas nociosas era portadas o esculpidas en las paredes
interiores del Templo (Ezequiel 8:10).

La serpiente sería uno de los demonios más preeminentes; entre sus atributos, se destaca su capacidad para
aparecer y desaparecer repentinamente, su flexibilidad, sus rápidos cambios de postura y su forma que le
permite entrar a lugares inaccesibles y oscuros así como la posibilidad de moverse por tierra y agua.
Otro animal de importancia como fuente de culto es el becerro en Israel del norte: Yavé era muchas
veces confundido con el dios Baal cananeo que se representaba como un toro. Para un pueblo agricultor, la
elección de estos animales como deidades principales era prácticamente inevitable: son imagen de
poder, fuerza, fertilidad y reproducción, y son todos animales al servicio de la humanidad (1 Reyes
12:28-29).

Al parecer habría existido, previamente, una imagen similar en plata representando a Yavé en el
templo de Miqueas (Jueces 17:4-5). Imágenes similares probablemente se encontraban en el templo de
Guilgal (Amos 5:4; Oseas 4:15, 9:15, 12:11) y en Samaria (Oseas 8:5). No existe, sin embargo,
evidencia concreta del culto al toro en el reino sureño de Judá pero se deben considerar los doce toros
sobre los cuales descansaba la concha de bronce conocido como Mar, en el Templo de Salomón (1 Reyes
7:25; 2 Reyes 16:17; Jeremías 52:20), lo cual estaría indicando que habría un carácter sagrado
asociado al toro. Cabe señalar que los animales que los egipcios adoraban resultaban particularmente
abominables para los israelitas ya que eran los mismos que ellos ofrecían en sacrificio a Yavé, como el
toro, la vaca y el carnero. En el caso de ciertos animales, como el águila, que en Babilonia era símbolo
de la divinidad, era clasificado por los israelitas como un pájaro inmundo (Levítico 11:13; Deuteronomio
14:12). Sin embargo, uno de los portadores del trono de Yavé en las visiones de Ezequiel era un águila
(Ezequiel 1:10, 10:14).

c. Culto a las Piedras

Se origina en la idea de que las piedras estaban habitadas por deidades. Las piedras sagradas son
mencionadas con gran frecuencia en el Antiguo Testamento: fueron erigidas por Jacob en Bet-El
(Génesis 28:18), en Siquem (Génesis 33:20), en Galed (Génesis 31:52), sobre la tumba de Raquel
(31:13), etc. Las piedras eran de tamaño y forma diversa, a veces suficientemente grandes para que
sobre ellas se pudiera extender la sangre de los sacrificios u óleos consagrados.

El Deuteronomio rechaza las piedras sagradas reconociendo que originariamente no pertenecían al


culto a Yavé sino que fueron adoptadas de los cananeos (Deuteronomio 12:3, 16:22). El historiador
deuteronómico considera que la caída de Judá e Israel se debió en parte al culto a estas piedras (1
Reyes 14:23; 2 Reyes 17:10); asimismo, un rey era considerado justo si las destruía (2 Reyes 3:2,
10:26, 18:4, 23:14).

d. Culto a los Ancestros


Refiere a la adoración de familiares fallecidos e incluso a ancestros remotos, similar al culto prestado
a las deidades. Se puede observar que las ceremonias de duelo son similares al culto de un ser
Divino: romper el saco (el abrigo), colocar cenizas sobre la cabeza (2 Samuel 1:11; Josué 7:6), utilizar
sacos (2 Samuel 3:31, 14:2), hacer ayuno (Isaías 48:5), etc. Cortarse o afeitarse el cabello es una
marca de duelo (Jeremías 16:6) y un signo solemne del fin del voto del Nazarita (Números 6:18).
Caminar descalzo (Miqueas 1:8) es una serial de duelo pero también del reconocimiento de la
presencia divina (Éxodo 3:5), también lo es ayunar (2 Samuel 1:12, 3:35). Por tanto, muchas de las
costumbres del culto a los ancestros luego fueron trasladas al culto a la deidad.
Las tumbas de los ancestros de las tribus, como por ejemplo la de Abraham en Hebrón y la de José
en Siquem, están en vínculo, probablemente, al culto de los ancestros. Hay algunas indicaciones de
que a los patriarcas se les dio culto, como a Jacob en Bet- El o a Isaac en Beerseba. Resulta interesante
cómo la Biblia es muy precisa con respecto a la ubicación de las tumbas de los principales héroes y
patriarcas de Israel: Abraham, Sara, Raquel, José, Miriam, Josué, Sansón, etc. Sin embargo, no se
conoce el paradero exacto de la tumba del supuesto fundador del yaveísmo (monoteísmo riguroso),
Moisés.

e. Culto a los Astros

Esta es, quizás, la forma más antigua de idolatría practicada por los israelitas: de acuerdo al
libro de la Sabiduría (13:2) la observación de las estrellas en el Oriente llevó a los pueblos a
considerar a los planetas y astros como dioses. El deuteronomista, con la reforma religiosa de
Josías en el año 622 a.C., coloca en boca de Moisés una advertencia específica para los israelitas
en contra de la adoración del sol, la luna, las estrellas, etc. (Deuteronomio 4:19, 17:3). Al
parecer, la prohibición de no hacer ninguna imagen de Dios con respecto a los cielos se
refiere a las estrellas o cualquier cuerpo celeste (Éxodo 20:4; Deuteronomio 5:8). En la época de
Amos, los israelitas tenían imágenes de "Sicut" y "Queván" (al parecer el planeta Saturno), "las
estrellas de los dioses" (Amos 5:26). Entre las causas que se esgrimen para la caída del reino de
Israel del norte, se incluye la adoración a las estrellas (2 Reyes 17:16).

El rey Manasés de Judá construyó altares dedicados al culto de las estrellas en el Templo (2
Reyes 21:4), y al parecer era costumbre de cada rey indicar a los sacerdotes la realización de
sacrificios al sol, la luna, los planetas y demás astros. Los altares eran construidos sobre los
techos de las casas, pero también se describe la adoración al sol en la corte del Templo
(Ezequiel 8:16). El culto a los astros finalizó con la reforma religiosa de Josías, aunque
únicamente en forma pública: en la esfera de lo privado, se continuaron el culto y las
libaciones (Jeremías 8:2, 19:13, 7:18).

f. Amuletos
Son objetos empleados por el hombre para protegerse a sí mismo o a sus posesiones de
"influencias malvadas", de individuos (brujas, demonios, etc.), enfermedades o daños de
cualquier tipo. Todos los ornamentos utilizados por las personas podrían haber sido originaria-
mente amuletos. Se puede observar su uso en diversos pasajes de la Biblia: Jacob entierra a
todos los "dioses extraños" y a los pendientes que tenían en sus oídos (Génesis 35:4), Aarón
pide los pendientes y aros a las esposas de los israelitas para hacer el becerro de oro (Éxodo 32:2),
etc. El libro de los Proverbios hace referencia a los amuletos cuando habla de la sabiduría:
"habrá un ornamento de gracia en tu cabeza y cadenas en torno a tu cuello" (1:9). En algunos
casos, las palabras pueden ser consideradas como amuletos: "ellas —mis palabras— son vida
para aquellos que la encuentren, son un remedio para el cuerpo" (Proverbios 4:22).

Algunas veces los amuletos son usados en forma oculta, para no exponerlos a la influencia de
otros amuletos y de esta manera ser incluso más poderosos: es así que fueron encontrados
amuletos escondidos debajo de la ropa de los guerreros judíos muertos en el levantamiento de
los Macabeos que venían del templo pagano de Jammia (2 Macabeos 12:40). Se pueden
considerar como amuletos, inclusive, los "Tefillim" ("filacteria") y "Mezuzot", inscripciones
colocadas en los postigos de la puerta de entrada de una casa (Deuteronomio 6:6-9).
g. Urim y Tumim
Serían objetos vinculados al peto o pectoral del supremo sacerdote, usados como forma de
oráculo divino; las palabras significarían "revelación y verdad" o "luces y perfección"
(Deuteronomio 33:8). Diversas tabletas asirio — babilónicas muestran a videntes de Babilonia
utilizando diversos oráculos para consultar a los dioses, las respuestas posibles eran "sí" o "no".

En Éxodo 28:30 se describen las prendas de los sacerdotes indicándose que los Urim y
Tumim se ubicarán en el llamado "Pectoral de las Sentencias". Se relata en Levítico 8:7-8
que Moisés cumple con el Mandamiento de Éxodo 29:1-37, consagrando a Aarón y sus hijos
como sacerdotes colocándoles una coraza y sobre ella los Urim y Tumim. También se
mencionan en Deuteronomio 33:8 y en 1 Samuel 14:41 donde Saúl consulta a Dios.

En la época de Nehemías (hacia el 490 a.C.), al parecer, ya no se conocía con claridad la


naturaleza de los Urim y Tumim (Esdras 2:63; Nehemías 7:65; 1 Macabeos 4:46, 14:41). El
Israel post exílico carecía del pectoral sagrado y de los Urim y Tumim.

La respuesta que daban los Urim y Tumim era un "sí" o un "no" (excepto en 1 Samuel 10:22 y
en 2 Samuel 5:23, lo cual para muchos especialistas significarían cambios posteriores en estos
escritos), en vínculo con la función de los supremos sacerdotes como mediadores entre Yavé y el
pueblo. Después de la muerte de David, no se menciona ninguna consulta a Dios por medio de los
Urim y Tumim, probablemente debido a la creciente influencia de los profetas.

El desarrollo del monoteísmo estricto llevó a la desaparición de los Urim y Tumim: no hay
descripciones de ellos en el Antiguo Testamento pero son mencionados como algo familiar para
Moisés y el pueblo, herencia recibida de los tiempos de sus ancestros.

h. Culto a los "Altos Lugares"


Un espacio sagrado erigido sobre una elevación ("bamá") dedicado al culto o sacrificios a una deidad.
En varios libros del Antiguo Testamento, se presenta como sinónimo de montaña (2 Samuel 1:19;
Josué 26:18, Ezequiel 36:2), mientras que en Amos (17:9) el "alto lugar" es un sinónimo para
"santuario". Desde estos "altos lugares" la imagen del dios podía ser vista (2 Reyes 17:29). En
vínculo con estos altares había una clase sacerdotal, "Koanim" (2 Reyes 17:32) llamados también
"Kemarim" (2 Reyes 23:5).

En ellos se celebraban diversos festivales con libaciones y sacrificios (Oseas 2:13, 9:4, 2:5-7, 3:1). El
origen del culto estaría en vínculo con santuarios primitivamente dedicados a los sepulcros y
conectados al culto de los ancestros, pues era en las montañas donde preferentemente se realizaban los
enterramientos (Aarón en el Monte Horeb, Números 20:20; Miriam en Cades-Barnea, Números 20:1;
José en Siquem, Josué 24:32, Moisés en el Nebo, Deuteronomio 34). El redactor de los libros de Reyes
conceden legitimidad a los "altos lugares" antes de la construcción del Templo de Salomón (1 Reyes
3:2), en donde Samuel incluso ofrecía sacrificios (1 Samuel 7:9). Tanto los reyes "buenos" como los
"malos" toleraron los "altos lugares", a veces, incluso, interviniendo en el culto: Salomón, Roboam,
Jeroboam, Asá, Jeoz, Azarías, Amazías, Jotam, Ajaz, etc. (1 Reyes 3:3-4, 14:23, 12:31, 15:14, etc.).

La destrucción del reino de Israel del norte fue atribuida, en parte, a la existencia de estos santuarios;
en Judá del sur se inició el rechazo de "los altos lugares" durante el reinado de Ezequías, proseguido
por una labor intensa de los profetas. Hay una "contrarreforma" por parte de su sucesor Manasés y
Amón. El culto habría cesado, finalmente, con la reforma religiosa de Josías (año 622 a.C.), lo cual
se reflejaría en el Deuteronomio (12:2-31) donde se ordena su destrucción.
Es importante remarcar que, para los cananeos, los Baal moraban en determinadas montañas: los
moabitas adoraban a Baal Fogor en las montañas del mismo nombre (Números 23:28), Baal-hermon (el
del monte Hermón, 1 Crónicas 5:23). El monte Carmelo fue el lugar de Baal por excelencia (o el de
Yavé, 1 Reyes 18). Pueblos cercanos a los israelitas creían que el dios de éstos era el dios de una
montaña o un cerro (1 Reyes 20:23-28).

4. Dioses de Canaán y el Dios de Israel


La cultura cananea se originó al mismo tiempo que la cultura de Babilonia luego del caos
originado en las invasiones de los semitas amoritas hacia el año 2200 a.C. Una fuente muy
importante para el conocimiento de los dioses de Canaán la constituye las llamadas tabletas de la
ciudad Ugarit (en la costa del Líbano). Ugarit fue destruida por los pueblos del mar hacia la época
en que los israelitas emergían a la historia.

a. Anat o Anatot
Diosa guerrera y de la fertilidad amorita adoptada por los cananeos. Se menciona su culto en la
ciudad de Mari durante el reinado de Zimrilim (año 1780 a 1758 a.C.). Es descrita como una
virgen, como una mujer deseable para el matrimonio.

• Jeremías 11:21: "Por tanto, así dijo Yavé [acerca] de los varones de Anatot, que buscan tu alma,
diciendo: 'No profetices en nombre de Yavé, y no morirás a nuestras manos—.

b. Aserá
La madre de todos los dioses cananeos, dadora de la vida y del mar original; fue la principal deidad
de las ciudades costeras de Sidón y Tiro. Sería la consorte del dios creador EL. Aserá era
comúnmente representada como un poste o un mástil de madera que se erguía en los lugares de
culto cananeos próximo al altar de Baal (Éxodo 34:13; Jueces 6:25-28); en su origen,
probablemente, era el tronco de un árbol cuyas ramas habían sido cortadas y que marcaban los
límites de los precintos sagrados. Su tamaño debía de ser considerable ya que en ella se podía
sacrificar un toro (Jueces 6:25).

• 2 Reyes 17:16 "Se hicieron Aserá y se arrodillaron ante todos los astros del cielo, y rindieron culto a
Baal".
• 2 Reyes 21:7 "Incluso colocó el tronco sagrado de la diosa Aserá en la casa de Yavé, a pesar de que
Yavé habla a David y a Salomón su hijo: [Yo] pondré mi nombre perpetuamente en esta Casa, y en
Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de Israel...".
• 2 Reyes 23:6 "El tronco sagrado que estaba en la Casa de Yavé fue sacado de Jerusalén y llevado al
torrente del Cedrón, donde fue quemado y sus cenizas echadas en la fosa común".

Algunos especialistas coinciden en afirmar que los pilares Yaquín y Boaz del templo de
Jerusalén se asociaban al sol y la luna, y que detrás de ellos se erguía la Aserá.

c. Astarté
Aparece como Astoret en las traducciones bíblicas producto de la inserción en este término de la
palabra hebrea "boset", que significa "vergüenza". Astarté sería la hermana de Baal equivalente
al acadio Ishtar y deriva su nombre de la diosa sumeria Inana. Era la diosa del amor sexual, de
la maternidad, de la fertilidad, de la guerra, de las tormentas y de la estrella naciente. Era
llamada la "Reina del Cielo". Su culto se hallaba vinculado a la prostitución sagrada.
Salomón construyó para ella un altar en un "alto lugar" próximo a Jerusalén (hacia el 960
a.C.), que fue removido recién con la reforma religiosa de Josías (hacia el 622 a.C.).

• 1 Reyes 11:5 "Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, abominación
de los amonitas".
• 2 Reyes 23:13 "Asimismo profanó el rey los [lugares] altos que [estaban] delante de Jerusalén,
a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de Israel había edificado
a Astarot, abominación de los sidonios, y a Quemos abominación de Moab, y a Milcom
abominación de los hijos de Amón".

Ezequiel describe a las mujeres sentadas en la entrada norte del Templo "llorando por Tammuz"
(Ezequiel (8:14), lo cual sería, probablemente, una lamentación ritual en el culto del dios de la
fertilidad en vínculo a la sequía. Jeremías (44:15-19 y 7:18) señala que las mujeres israelitas
quemaban incienso a la "Reina del Cielo" (Astarot o Astarté), le daban libaciones y le hacían tortas
expresando así su satisfacción.

• Jeremías 7:17-18 "¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las plazas de
Jerusalén? Los hijos cogen la leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la
masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para
provocarme a ira."

Jeremías 44:16-17 "La palabra que nos has hablado en nombre de Yavé, no oímos de ti; antes
pondremos ciertamente por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer
sahumerios a la reina del cielo, y derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y
nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de
Jerusalén, y fuimos llenos de pan, y estuvimos alegres, y nunca vimos mal."

d. Moloc
Se menciona por primera vez en Levítico 18:21 y en 20:2-5, donde se le prohíbe a los
israelitas sacrificar sus hijos a este dios. En 1 Reyes 11:7 se señala que Salomón construyó un
"alto lugar" dedicado a Moloc en la montaña "frente a Jerusalén". Su práctica fue rechaza por
la reforma del rey Josías; al parecer, el culto se hacía con mayor frecuencia en un altar o en una
pira (llamada "tofet") ubicada en el valle del Hinón (Jeremías 35:35). El rito exigía el
sacrificio de los hijos que son niños que, al parecer, se hacían pasar por dos líneas de fuego
como una especie de consagración. En los últimos días del reino, hubo, al parecer,
sacrificios humanos dedicados a Yavé pues Jeremías y Ezequiel amonestan a los israelitas
diciéndoles que Yavé no los exige (Jeremías 7:31; Ezequiel 20:25-26). En realidad, el
nombre de dios viene de Melek fusionado con la palabra hebrea "boset" (vergüenza).

• Jeremías 7:30-32 "Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dijo Yavé; pusieron
sus abominaciones en la Casa sobre la cual mi nombre fue llamado, contaminándola. Y
edificaron los altos de Tofet, que [es] en el valle de Ben Hinón, para quemar en fuego sus hijos
y sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón. Por tanto, he aquí que
vendrán días, dijo Yavé, que no se diga más, Tofet, ni valle de Ben-Hinón, sino Valle de la
Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar".
• Ezequiel 20:25-26 "Por eso [yo] también les di ordenanzas no buenas, y derechos por los
cuales no viviesen; y los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar [por el fuego] todo
primogénito, para que los desolase, a fin de que supiesen que yo [soy] el Señor".

e. Baal
Dios de las tormentas, dador de vida y de las lluvias. Su nombre significa "Señor" en el
sentido del que controla o domina una cosa; es un eufemismo del dios cananeo Hadad. Era
hijo de Dagón, residía en una montaña llamada Zafón.

• 2 Reyes 10:22 "Entonces dijo al que tenía el cargo de las vestiduras: 'Saca vestiduras para
todos los siervos de Baal'. Y él les sacó vestimentas. Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab
en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Mirad y ved que por dicha no haya aquí entre
vosotros alguno de los siervos de Yavé, sino solo los siervos de Baal. Y cuando ellos entraron
para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera ochenta varones, y les dijo: Cualquiera que
dejare vivo alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por
la del otro".
• Oseas 2:16-17 "Y será que en aquel tiempo, dice Yavé, [me] llamarás marido mío, y nunca más
me llamarás Baal. Porque quitaré de su boca los nombres de los baal, y nunca más serán
mentados por su nombre".

Los granjeros pensaban que los Baalim —plural de Baal— o dioses de la fertilidad de varias
regiones incrementaban los cultivos, los frutos y el ganado. El culto a Baal era acompañado por
ritos lascivos (1 Reyes 14:24), por el sacrificio de niños por sus propios padres (Jeremías 19:5) y
besando su imagen (1 Reyes 19:18; Oseas 13:2). Baal era a menudo asociado a la diosa Astoret
(Jueces 2:13) y a menudo, en la proximidad de su altar, había una Aserá (Jueces 6:30; 1 Reyes
16:32-33).

El culto a Baal pasó por diversos estadios: en un comienzo existía un Baal, un agente Divino
referido a la fertilidad de la tierra en vínculo a determinados lugares: Baal-hermon, Baal-Hazor,
Baal-Meon, Baalérazim, Baal-salisa, Baal-tamar y Baal-zefón. En una segunda etapa, se le
asignó un lugar más abstracto, con funciones más amplias, es el caso de Baal-berit ("alianza con
Baal") o el dios Baalzebub ("dios de las moscas"). Finalmente, el dios Baal sintetizó todas
estas funciones y surge como antítesis de Yavé e incluso como parte en los nombres de las
personas tales como Is-baal ("hombre de Baal") o Aníbal ("favorecido por Baal").

f. Dagón
Era el padre de Baal, la Biblia señala que algunos filisteos lo adoptaron como su dios en las
ciudades de Asdod, Beth-shan y Gaza:
• Jueces 16:23 "[Entonces] los príncipes de los filisteos se juntaron para ofrecer un gran sacrificio
a Dagón su dios, y para alegrarse; y dijeron: 'Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón
nuestro enemigo'."

• 1 Samuel 5:1-31 "Y los filisteos, tomada el arca de Dios, la trajeron desde Ebenezer a Asdod. Y
tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a
Dagón."

g. EL y Elohim
El dios supremo y creador de los cananeos se llamaba "EL"; vivía con los demás dioses en el
monte Zafón, cerca de la boca del río Orontes, próximo a la frontera de las actuales Turquía y
Siria. Era el dios de la tierra y el aire, padre de todos los dioses y hombres; era representado
como un toro. Los enemigos de El eran "Yam" (el mar), "Mot" (la muerte) y el "Leviatán"
(un monstruo marino, presumiblemente, el cocodrilo).

5. La Prostitución Ritual en el Templo


La práctica de la prostitución en el antiguo Medio Oriente no tenía censura moral y era muy
común. De hecho, era una característica específica de los ritos de la región. Los templos a la diosa
de la fertilidad (Inanna, Istar, Astarté) estaban atendidos por mujeres consagradas que
representaban a la diosa, el principio femenino de la fertilidad. La existencia de la
prostitución sagrada refiere a que los adoradores recibían a partir de ella una "comunión" con
el principio divino de la vida y la renovación de las fuerzas vitales.

Algunos versículos del Deuteronomio, de hecho, presuponen la prostitución "sagrada" o


"ritual":

• Deuteronomio 23:17-18 "No habrá prostitutas de las hijas de Israel, ni habrá prostitutos
sagrados de los hijos de Israel. No traerás precio de ramera, ni precio de perro (prostituto) a la
casa de Yavé por ningún voto; porque abominación es para Yavé así lo uno como lo otro."

Encontramos las palabras de prostituto o prostituta al servicio de un templo en Génesis 38:15-


21. El culto a Baal incluía ritos de fertilidad que tomaban cuerpo en la prostitución sagrada. El
profeta Oseas refiere a estos cultos (Oseas 4:13-14) e inclusive señala que su esposa, israelita,
habría participado de la prostitución ritual:

Oseas 2:7-10 "Y seguirá [al sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará.
Entonces dirá: Iré, y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que
ahora. Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, y el vino, y el aceite, y que les multipliqué
la plata y el oro [con que] hicieron a Baal. Por tanto [yo] tornaré, y tomaré mi trigo a su
tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su
desnudez. Y ahora descubriré [yo] su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la
librará de mi mano."

El sacerdocio no estaba dedicado únicamente a los hombres, las mujeres formaban parte del
personal de los grandes templos. Se consideraba un honor pertenecer a la orden de las
sacerdotisas al punto que algunos reyes consagraban a sus hijas al llamado sacerdotal. El código
de Hamurabi muestra algunas reglas vinculadas al comportamiento y a los derechos civiles en
vínculo con la prostitución sagrada: estas mujeres vivían en lugares específicos pero podían
moverse libremente en la sociedad. El código habla de un "matrimonio sagrado" en el cual el
sacerdote y la sacerdotisa ejecutaban rituales considerados esenciales para la fertilidad de la
tierra.
La prostitución sagrada tenía un lugar preponderante en el momento de los grandes festivales
estacionarios. Se hacían ofrendas tales como alimentos, sacrificio de animales, se marcaban
los dinteles de las puertas con la sangre de las ovejas, así como ayunos, rituales de sanado y de
purificación.

• 2 Reyes 23:7 "Asimismo, derribó las casas de los prostitutos que estaban en la Casa de Yavé, en
las cuales tejían las mujeres pabellones para la Aserá".

En la Biblia (Números 25) se muestra cómo el pueblo hebreo "comienza a tener relaciones
sexuales con las mujeres de Moab", quienes los invitan a sacrificar a sus dioses. Al parecer, esta
historia sería un ejemplo de cómo tenía lugar el rito de la prostitución sagrada:
Números 25:1-3 "Y reposó Israel en Sitim, y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de
Moab, las cuales llamaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se
inclinó a sus dioses. Y se allegó el pueblo (al acercarse Israel) a Baal-peor; y el furor del SEÑOR
se encendió contra Israel."

6. Conclusión. La Progresiva Depuración y Complejización de la Religión Judía

Con la vuelta del exilio babilónico (año 539 a.C.) se comienzan a tender las bases de un nuevo
Templo, pues el de Salomón había sido destruido por los babilonios (Esdras 6:1-4).

Tanto los persas como los yaveístas creían en un Dios supremo donde las normas morales y éticas
tenían un lugar fundamental. Con el Templo de Jerusalén coexistieron templos y sacerdotes persas;
poco tiempo pasó antes de que el Zorostraísmo (religión persa) influenciara sobre el yaveísmo: se
incorporaron jerarquías de ángeles, recompensas y castigos después de la muerte, demonios
conflictivos, Satán como una fuerza malvada y hasta cierto punto independiente, la inmortalidad
del alma y la llegada de un juicio final con la resurrección de los muertos (todas ideas que aparecen
hasta cierto punto en el libro de Job y en libros posteriores de la Biblia (Isaacs, 1992, p. 67).

Durante el Exilio, surgió una institución que luego fue fundamental para la sobrevivencia del
pueblo judío: la sinagoga. Durante el cautiverio de Babilonia, lejos del Templo de Jerusalén, los
exiliados se reunían para el culto a Dios por medio de plegarias y no de sacrificios (Dubnow, 1944, p.
86).

Luego del retorno de la cautividad, cuando la vida religiosa fue reorganizada, especialmente por
Esdras y sus sucesores, la adoración "congregacional" basada en la plegaria y en la lectura de
secciones de las Escrituras se desarrolló al mismo tiempo que revivía el culto en el Templo de
Jerusalén (Nin y Silva, 1936, p. 125).

Con el escriba Esdras se inicia otra reforma religiosa: en acto grandilocuente se reúne al pueblo ante
una tarima donde se lee con solemnidad parte de los escritos sagrados (Esdras 8:1-6). La lectura de
secciones de la Biblia y su reflexión comienza a ocupar un lugar cada vez más importante en la
religión israelita, a un mismo tiempo, revivía el culto en el Templo de Jerusalén. En esta época,
aparentemente, los cinco libros del Pentateuco fueron definitivamente ensamblados: Génesis,
Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, declarándose que habían sido escritos por Moisés,
inspirado por Dios (Stenari, 2004, p. 15-16).
Surgirá otra figura central para el futuro de la religión judía: el rabino. Eran los maestros que
demostraban autoridad y sabiduría en el conocimiento de la Ley, luego, y hasta el presente,
devinieron en los líderes espirituales de las Comunidades judías de la Diáspora.

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