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Se sugiere que la única posible salvación te a un flashback que lo deja en la época ac-
vendrá de la mano del lenguaje: «Hay sal en tual y se cuenta la historia de la boxeadora
las conversaciones. Sal para preservar algo Cristi Martínez. El «ángel» cohabita con la
en medio del descojonamiento del mundo» boxeadora en sus momentos de esplendor, y a
(19). Conversaciones que promuevan lo colec- medida que su carrera profesional desfallece,
tivo más allá del capitalismo de Estado, pla- esos instantes de vitalidad absoluta se van
nificando con ello una «Catedral» ocupada, haciendo más raros hasta desaparecer, el
importante concepto, por maestros y estu- «ángel» se deshace con ellos. Se instaura una
diantes como únicas clases sociales válidas en continuidad entre la muerte y el amor como
el nuevo presente por llegar. Las medidas de un mecanismo de fractales en la narración. El
resistencia política de las que hablan los per- autor lo ilustra bellamente así: «el engranaje
sonajes tienen sus inmediatos antecedentes del amor sin la mecánica de la muerte» (35).
en subversiones de nuestro pasado cercano, La segunda parte de este capítulo presen-
motivo de la aparición de una referencia al ta al Profesor O, todavía vivo, de viaje por las
comunismo polaco y a los pitufos que apare- montañas del Colorado y colocado hasta las
cen por mitosis y que posteriormente serán cejas de una panoplia de drogas, a las que el
una imagen recurrente en la narración. narrador convierte en «suplementos tecnoló-
La «Catedral» responde a la obsesión gicos» (39). Se trata de un fragmento de espe-
anarquista por el espiritualismo laico6, expe- cial intención especulativa, en el que se desa-
riencia mística que está asimismo presente rrolla una teoría del «intelectual subversivo»
en la ciencia por venir, la única que se asegu- (40) en el mundo capitalista mediante un
ra puede salvar el futuro de la humanidad. El ejercicio de construcción en positivo y decons-
porvenir queda resumido en la triada de imá- trucción en negativo. Si la intención subver-
genes: «hoyo negro», «catedral» y «agujero ne- siva del Profesor O es digna de elogio, por su
gro», una igualación de espacios que anulan abogar por un mundo más justo e igualitario,
el tiempo y permiten el surgimiento de un asimismo el narrador reconoce el provecho
misterioso «ángel» (26), este último una per- crematístico que dicho papel le aporta al suje-
sonificación del futuro distante que nos mira to que lo ocupa y cómo está integrado dentro
en la hora de la muerte. Porque la muerte es del engranaje capitalista. El personaje de Ali-
una imagen clave en esta novela, una muerte ce también se encuentra presente en la esce-
de la humanidad que posibilitará el surgi- na, dando la replica a los razonamientos del
miento de otra humanidad, de ahí que se ha- Profesor O, ofreciendo una operación peripa-
ble de fractales para transmitir la compleji- tética de reflexión sobre qué significa estar
dad de un universo que no es estático, sino vivo y estar muerto.
que se transforma continuamente y que por En la tercera parte se anuncia la aparición
tanto muere y renace sin cesar. Por eso mis- del libro colectivo titulado La dignidad, una
mo, la referencia a los muertos que caminan y obra esencial para la comprensión de la in-
al sempiterno caminar de «fantasmas peripa- tención del autor de esta novela. La dignidad
téticos» (29). es un libro apócrifo7, un texto personalizado
El «Capítulo 2 / El año 2017» está dividido para cada lector, lo que lo convierte en una
en cuatro partes: en la primera, el lector asis- obra colectiva de versiones infinitas. Los úni-
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—————————— 7 Como lo es el Manifiesto sobre el capitalismo tecnológi-
6 Que resumió ejemplarmente el antropólogo Gerard co de Thomas Munk tramado por Piglia; además, la pri-
Horta en su estudio De la mística a les barricades: Intro- mera parte de La dignidad parece tomar como antece-
ducció a l’esperitisme català del XIX dins el context ocul- dente la estructura narrativa de «La parte de los
tista europeu (2001). crímenes» de 2666 (2004) de Roberto Bolaño.
cos elementos estructurales fijos son la por- permitirá la comunicación fuera del tiempo y
tada, el título y la estructura de sus conteni- el espacio, una forma alternativa de vehicular
dos. Es un libro ideal que se construye a par- la existencia.
tir de la práctica del fractal, sin las En el «Capítulo 3 / Los años 2037-2040» se
limitaciones que el mercado capitalista de la da un salto al futuro respecto a los dos capítu-
edición impone a las obras, por la razón de los anteriores, saltos temporales que serán
una naturaleza libérrima que hace uso de una constante en la estructura narrativa.
una tecnología democratizadora, una tecnolo- Hay cuatro personajes principales que van a
gía que se muestra en este caso liberada, an- protagonizar la acción: la artista Chilena, el
ticapitalista y de principios anarquistas. Se profesor Lagartija, Alice y Lagartijín. La se-
presenta una suerte de reformulación liberta- cuencia narrativa nos ofrece una noche de
ria de Marshall McLuhan8: el medio, el libro, bienvenida con borrachera en casa de los La-
es el mensaje, el libro infinito9. gartija, con los que Alice, recién llegada de
En la cuarta parte, el Profesor O entrevé Bolivia, va a ponerse a vivir por un largo
un final del capitalismo, si bien lo hace bajo tiempo. Se reproduce una conversación que
los efectos de las drogas, lo que le permite versa sobre el universo, el futuro, pero tam-
abolir la percepción lineal y acelerar el ritmo bién sobre el pasado y la muerte.
de los sentidos, llevando a cabo con ello una
reflexión sobre la experiencia humana del
tiempo y las dificultades de comprensión del [...] el Profesor O entrevé
universo que causa10. Se alude a la existencia
humana como un movimiento finito que de- un final del capitalismo, si
pende de otros, que en el fondo no es sino un
quebrado de un fractal mucho mayor. Luego, bien lo hace bajo los
se nos narra desde el punto de vista de Alice
el accidente, muerte y funeral del Profesor O, efectos de las drogas, lo
al caer en un agujero oscuro el Profesor desa-
parece, pero deja a Alice su palabra11, sus no- que le permite abolir la
tas en la computadora, el mecanismo que
percepción lineal y acelerar
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8 Understanding Media: The Extensions of Man (1964)
9 Lo que enseguida nos recuerda a «La biblioteca de Ba-
el ritmo de los sentidos.
bel» (1941) de Borges; al contrario que el autor argentino,
Othoniel Rosa propone aquí conseguir una solución infi- El narrador desconocido explica, primera-
nita de libros posibles, tantos como seres humanos haya
en la historia de la humanidad. Así, el libro, La digni-
mente, cómo se ha establecido comunicación
dad, se erige en sinécdoque de la humanidad entera. con los alienígenas y cómo todo el mundo está
10 Lo que invita a establecer paralelismos con Martian
entusiasmado y nervioso por conocer las in-
Time-Slip (1964) de Philip K. Dick y especialmente con
cógnitas del universo. La conversación entre
los personajes de Manfred Steiner, niño autista que ex-
perimenta el tiempo de forma distinta a la habitual en humanos y extraterrestres parece ser la he-
los seres humanos, y el protagonista Jack Bohlen, quien rramienta necesaria para sobrellevar una
sufre de esquizofrenia y tiene problemas para distinguir época de «muerte y cansancio» (55). La con-
alucinación y realidad.
11 La imagen del personaje cayendo por un agujero ne- versación, un «catalizador imaginativo» (55),
gro y desapareciendo, la presencia de otro personaje que funciona a la manera de las drogas, las próte-
lleva el nombre de Alice y el cargado simbolismo que sis que hacen de la vida una experiencia so-
afecta buena parte de la narración, lleva al lector a pre-
guntarse sobre una posible estimación del literary non-
portable. Destaca el hecho de que los huma-
sense de Lewis Carroll por parte del autor. nos llegan a las conversaciones del universo
in media res, lo que supone un paralelismo nas como sujetos productores, necesarios para
con el ingreso del individuo en la colectividad. crear un excedente de bienes y a los cuales se
De ahí lo necesario de la conversación, puesto obliga a morir posteriormente, ya sea de en-
que el universo que describe el autor a raíz fermedad, hambruna o asesinados por un Es-
del intercambio comunicacional entre huma- tado en descomposición e híper militarizado.
nos y «los azules» (59) solo se puede dar me- Alice padece del síndrome del supervivien-
diante «ondas informativas» (58), por lo tanto te, lo que la lleva a culparse de la muerte de
es a prueba de capitalismo y de guerras. sus semejantes, al negarse a poner en riesgo
los contactos secretos que le permitieron a
ella y Alfred salvar la vida al llegar secreta-
Lagartijín transmite el mente a una de las «Catedrales». Se trata de
un detalle del personaje que da verosimilitud
mensaje moral que a la narración, pero que también conlleva una
reflexión sobre la naturaleza del supervivien-
vertebra el libro: «tenemos te y de la responsabilidad individual ante una
situación de catástrofe general. De la confe-
que copular universos». sión de Alice se traduce una concepción del
ser humano un tanto pesimista por parte del
Después refiere las circunstancias de la autor, heredera, tal vez, del pensamiento de
muerte de Trilcinea. Este personaje alcanza Thomas Hobbes.
la dimensión de mártir laica, una imagen que Se acaba por concluir el destino de los per-
el autor tiende a ceder a sus principales pro- sonajes, voluntariosos seres que se enfrentan
tagonistas con frecuencia. Trilcinea fallece, a los estertores catastróficos del capitalismo.
pero lo hace habiendo materializado el pro- Empieza detallando las emociones que expe-
yecto de la «Catedral» en el interior de una rimenta Lagartijín, el más joven del grupo,
cárcel modélica de Bolivia. Trilcinea, a pala- personificación de las generaciones del futu-
bras de Alice, adquiere un aura de santa, una ro, ante las necesidades vampíricas de los vie-
virgen futurista de esa nueva religión llama- jos: «Ellos necesitan regenerarse con sus fic-
da «muerte feliz» (63), una santa que adminis- ciones, y eso le produce dosis proporcionales
tra los sacramentos en los morideros, espa- de tristeza y soledad» (68). Lagartijín trans-
cios a la manera de templos donde las drogas mite el mensaje moral que vertebra el libro:
y la resignación al propio fenecimiento propi- «tenemos que copular universos» (68), ya que
cian la comunión absoluta y colectiva del in- el conversar crearía espacios de esperanza,
dividuo con la comunidad. neutralizaría la atmósfera apocalíptica y pro-
Luego Alice relata la crónica profética de la duciría la conexión que uniría a la humani-
«Gran Hambruna» (64) ocurrida en Puerto Ri- dad con los «aliens azules» (69). Lagartijín,
co12 años atrás y de la que nadie sabe en Nue- como antes El Jefe y Trilcinea, seguirá el ca-
va York, donde tiene lugar la conversación. El mino del mártir al morir por sus ideales anti-
escenario distópico se completa con el dibujo depredadores que la guerra, consecuencia na-
de una estructura económica que acusa una tural del capitalismo, impone sobre los
escasez de petróleo a nivel mundial y un racio- supervivientes de ese mundo agotado. Sin
cinio neoliberal que lleva a tratar a las perso- embargo su sacrificio no será en vano, ya que
si bien no lo llegará a saber, gracias a él se
—————————— habrá iniciado «una conversación que se ex-
12 Es necesario destacar que esta novela fue publicada
antes de que se produjese la catástrofe del huracán Ma-
tendería por los siglos» (69). Lagartijín perso-
ría. nifica otra de las imágenes frecuentes en la
narrativa de Othoniel Rosa, la del fundador «pitufos» resulta haber sido anticipada por La
de sociedades futuras. dignidad, haciéndolo no solo un libro de com-
El capítulo concluye con la aparición de bate, sino también una lectura profética. Se
una suerte de madres de la Plaza de Mayo: aúnan con ello acción social con previsión fu-
«son las madres de los muchachos del primer tura, como si el autor nos quisiera dar a en-
contacto las que se tiran a la calle» (69), las tender que los movimientos sociales y sus
madres de los muchachos muertos en la últi- manifestaciones para derrocar el capitalismo
ma guerra por la electricidad, ya agotado el son al mismo tiempo, uno utopía pero tam-
petróleo, ultimísimo engendro de un capita- bién una profecía de la humanidad que está
lismo moribundo. Y la misma Chilena, la ma- por venir. Un género humano del futuro que
dre de Lagartijín, ya fallecido por entonces, vive interconectado, como viven las plantas
en su condición de artista, lleva a cabo su úl- con su internet de micorriza, bajo un mundo
tima obra. Se subraya así el esencial valor de cavernas y cúpulas que permiten la vida
que tendrá el arte en la época poscapitalista: creando una sistema ininterrumpido de «Ca-
impone simbólicamente el silencio sepulcral tedrales» en las cuales la vida es posible gra-
de toda Nueva York y el apagón eléctrico ab- cias a un ejército de paneles solares.
soluto: «y se calla la Tierra para honrar a los La tercera parte describe un mundo habi-
muertos» (70). La Chilena termina por desa- tado por «ángeles» de muerte que ocupan las
parecer después de su obra maestra, Alice y catedrales del pasado, asaltadas de repente
Lagartija con el tiempo se suicidan: «se qui- por los «pitufos boxeadores», que viven en una
tan la vida juntos, siguiendo al pie de la letra temporalidad distinta a la de los humanos del
las instrucciones de Trilcinea y Alfred sobre futuro. La relación entre los «ángeles» y los
la muerte feliz» (71). El narrador, bíblicamen- «pitufos» es descrita en términos de simbiosis,
te, concluye por sentenciar que «solo la letra en la que los primeros adoptan un papel de
sobrevive al desastre» (71). juglares de difuntos, cantores de obituarios
El «Capítulo 4 / El año 2701» está estruc- que convierten a los «pitufos» en piedra, en
turado en seis escenas cronológicas de un fu- parte de las catedrales abandonadas. Los «pi-
turo lejanísimo, que brotan en la narración tufos boxeadores» encarnarían a los muertos
como fractales narrativos y que tienen al por el capitalismo: los estudiantes, los profe-
mismo personaje como protagonista. En un sores, los héroes rotos, los pobres del mundo;
primer momento, se describe una nueva fase todos aquellos presos por la cárcel del capita-
humana más allá de la digitalización, en la lismo, reformulado como una catedral parali-
que la evolución cerebral ha permitido a los zante.
seres humanos comprender la razón última En la cuarta parte se destaca irónicamen-
de su existencia: «Y nos entendimos final- te cómo el ser humano se interesa por aquello
mente como genes que transportan la infor- que no puede entender. El narrador reconoce
mación necesaria para la reproducción» (72). el límite de la episteme científica, y resalta
Pero al mismo tiempo, con la llegada de los que es precisamente lo que está más allá, la
misteriosos «pitufos boxeadores» se comienza épica de lo desconocido, lo que obsesiona a la
a desvelar un surrealismo de calidad lunáti- humanidad, que también es lo que compone
ca. la empresa heroica.
En la segunda parte del capítulo, el perso- En la quinta parte se descubre que los
naje de Alicia de una futura región de Trilce humanos del futuro también necesitan de las
remarca el elemento surrealista mediante re- drogas, creando con ello cárceles privadas,
petición y continuidad simbólica de los perso- que son igualmente catedrales privadas, a las
najes. De igual manera, la petrificación de los que se las clasifica de «masturbación» (76) por
moridero para la consecución del dogma mo- bajo tierra, se acabe revelando como un sis-
derno de la «muerte feliz», lo que lo convierte tema de cuevas, más ciudad subterránea que
en el fundador de una suerte de secta estoica. catacumbas, refuerza la interpretación profé-
También es cronista oral de la historia tico-religiosa.
fractalista y de las teorías del eterno retorno Acaba por hacer aparición el personaje de
que surgen en su seno como consecuencia del Tiago, niño rescatado por El Jefe y líder de la
enfrentamiento entre bandos hermenéuticos. «Catedral», pese a tener trece años. El hecho
Se provoca con ello una ironía que hace del de que sean niños y viejos quienes gobiernan
coronel Carlos un personaje borgiano. Lo cier- el sistema de catedrales, pues como si fueran
to es que la polémica de los grupos fractalis- fractales hay infinidad de ellas, produce una
tas que cuenta el personaje recupera el en- incomprensión variable: si Trilci parece en-
frentamiento dialéctico entre aristotélicos y cantada con el niño, Alice desconfía, compar-
platónicos. Y despierta la sospecha de si el tiendo parte de la paranoia de Alfred, aunque
mecanismo fractalista que rige el universo, la de este alcanza niveles enfermizos19. Inclu-
que lo contiene todo como si «cada cosa está so al «gato» le gusta Tiago20. Éste les explica
adentro y afuera de cada otra» (84), además el tipo de sociedad que están desarrollando,
de ser un «mantra» del coronel Carlos, no es una humanidad del futuro. Es una «economía
sino un reflejo del funcionamiento de la lite- basada en los recursos y no en el dinero» (92),
ratura oral, auténtica forma de conversación una suerte de mezcla entre anarquismo, eco-
entre tiempos y espacios. El coronel Carlos nomía planificada y uso masivo de software
adquiere una dimensión de profeta bíblico de matemático. Les confiesa que su práctica de
la que beberán las santificaciones de Alice y la «muerte feliz» satisface la filosofía de la
Trilcinea, siendo él gourmet de múltiples «Catedral» y que le gustaría que siguieran
formas de drogadicción. con sus actividades por todo el mundo, ya
Alice consigue convencer al coronel Carlos que, en el periodo de transición que están vi-
de que les explique cómo abandonar el mori- viendo, muchos van a morir y los morideros
dero, que es visto con animosidad por el resto serán necesarios para realizar la «transición».
de comunas17, se proyecta una imagen de En realidad, el autor, especialmente en es-
huida de los tres amigos coincidente con la te capítulo, aboga por una suerte de religión
descripción de un culto en sus orígenes, si- laica que tenga como centro de sus prácticas
guiendo la pauta de los antiguos cristianos llevar dignidad21 a los cuidados paliativos, a
gnósticos o de la hégira musulmana. De igual ——————————
modo, la descripción de la última noche que rón, y más específicamente a la aparición del personaje
los amigos pasan en el moridero tiene un cla- de Marichka.
19 La paranoia es uno de los recursos que utiliza el autor
ro paralelismo con la última cena de Jesucris- para emparejar narradores y personajes: la paranoia de
to, escena de moribundos drogados hasta las Alfred, de Alice y del Profesor O. Paranoia que puede de-
cachas y a la espera de su fallecimiento pró- berse tanto a la ingesta de drogas como al caos del mun-
do que los envuelve y que es irónicamente el motivo prin-
ximo. El hecho de que la «Catedral»18, utopía
cipal por el que toman drogas.
—————————— 20 Es revelador que el gato llame «pitufo» a Tiago (Ot-
17 El miedo ante la muerte es un continuo antropológico honiel Rosa, 2017: 91), debido a las connotaciones con las
bien estudiado por Ernest Becker en The Denial of Death que está cargada la palabra a estas alturas de la narra-
(1973); la actitud de los tres amigos frente a la muerte ción. Así, el narrador establece taimadamente una conti-
omnipresente y la dignidad con la que atienden a los mo- nuidad entre Tiago y los alienígenas futuros.
ribundos, pese a la incomprensión social, empareja an- 21 Tampoco es accidental que el libro La dignidad del
tropológicamente esta novela con la película Departures capítulo 2 tenga ese título ni tenga como finalidad poner
(2008), de Yōjirō Takita. nombre y apellidos a las víctimas anónimas del capita-
18 La entrada en la catedral escoltada por la vieja ru- lismo y erradicar la alienación que produce la razón mer-
mana remite a Children of Men (2006), de Alfonso Cua- cantil.
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22 Así se apunta en la «nota de los editores», dando pista
de la pronta muerte de Alfred.
23 El pequeño fragmento en el que se describe muy bre-
vemente la muerte de Alfred posee un tinte cómico fruto
del exagerado narcisismo del finado, que lo hace franca-
mente difícil de soportar como compañía a largo plazo,
incluso para el lector.