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Curso 2014-15
Departamento de Matemáticas
http://matematicas.uclm.es/slajara/
2
Índice general
1. Preliminares 5
1.1. Números . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.2. El concepto de límite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.3. Funciones continuas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
1.4. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
2. La derivada 31
2.1. Derivada de una función en un punto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.2. Reglas de derivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
2.3. Teorema de Rolle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.4. Teorema de Lagrange. Aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.5. Teorema de Cauchy. Regla de L'Hôpital . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
2.6. Fórmula de Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
2.7. Aplicación a la resolución aproximada de ecuaciones . . . . . . . . . . 58
2.8. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3. La integral 69
3.1. El problema del área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.2. La integral. Denición y propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
3.3. Teorema fundamental del Cálculo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
3.4. Métodos de integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
3.5. Aplicaciones de la integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
3.6. Integración numérica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
3.7. Integrales impropias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
3.8. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
3
4 ÍNDICE GENERAL
4. Series 123
4.1. Series numéricas. Denición y propiedades . . . . . . . . . . . . . . . 123
4.2. Criterios de convergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
4.3. Series de potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
4.4. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
Bibliografía 143
Capítulo 1
Preliminares
1.1. Números
1.1.1. Números reales
En esta sección hacemos un breve recorrido por las diversas ampliaciones de los
conjuntos numéricos, y recordamos algunas de las propiedades de estos conjuntos
que serán de utilidad más adelante.
Números naturales
El conjunto N de los números naturales se supone conocido de forma intuitiva,
es aquel cuyos elementos sirven para contar objetos. En N tenemos denidas dos
operaciones, la suma (+) y el producto (·), cuyas propiedades nos son familiares. El
único resultado relevante posiblemente no estudiado hasta ahora es el principio de
inducción, que usaremos en muchas demostraciones a lo largo del curso. El siguiente
ejemplo reeja la idea subyacente a este principio. Imagina que tienes las chas de
un dominó colocadas verticalmente una tras otra. Supón que puedes asegurar que
si cae una cualquiera de ellas entonces cae también la siguiente. Ahora vas y dejas
caer la primera. Conclusión: todas las chas caen. Observa que hemos partido de
dos hipótesis cruciales para llegar a esta conclusión. En primer lugar, suponemos
que las chas están dispuestas de tal modo que siempre que cae una, la que ocupa
el lugar n en la la, cae también la siguiente, la que ocupa el lugar n + 1. Por otra
parte, esto no es suciente para que caigan las chas, para ello tenemos que dejar
caer la primera.
5
6 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES
Observa que si en lugar de dejar caer la primera cha lo hacemos con la que
ocupa el lugar 7, por ejemplo, entonces no es cierto que caigan todas las chas del
dominó, pero sí podemos asegurar que caen todas a partir de la séptima.
Haciendo un poco de abstracción se llega al principio de inducción, que puede
enunciarse como sigue:
Sea P(n) una propiedad relativa a los números naturales, que puede ser cier-
ta o no (en el caso del ejemplo anterior, P(n) signica que la cha n-ésima cae).
Supongamos lo siguiente:
Ejemplos
(i) La suma de los n primeros números naturales es n(n + 1)/2.
Demostremos la armación por inducción. La propiedad P(n) signica que
n(n + 1)
1 + 2 + ··· + n =
2
Supongamos (hipótesis inductiva) que esta propiedad es cierta para un número n.
Tenemos que demostrar que la propiedad es cierta para el número n + 1, es decir,
que
(n + 1)(n + 2)
1 + 2 + · · · + n + (n + 1) = (1.1)
2
Ahora bien, gracias a la hipótesis podemos escribir
n(n + 1)
1 + 2 + · · · + n + (n + 1) = + (n + 1) (1.2)
2
1.1. NÚMEROS 7
4n+1 − 1 = 4 · 4n − 1 = (3 + 1) · 4n − 1 = 3 · 4n + (4n − 1)
Ejercicio:
Demuestra los siguiente:
(i) Para todo n ∈ R se verica
n n 2
X
2n(n + 1)(2n + 1) X 3 n(n + 1)
k = ; k = .
k=1
6 k=1
2
(iii) Si n ≥ 3 entonces
n! > 2n−1 .
8 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES
Números reales
Como sabes, los números racionales se pueden representar sobre una recta. Una
vez jados el origen O y la unidad quedan determinados todos los demás. Esta recta
será designada con el símbolo R.
Desde el punto de vista geométrico, el conjunto Q presenta una deciencia: ex-
isten puntos sobre la recta que no se corresponden con números racionales. Por
ejemplo, si sobre la recta R colocamos la hipotenusa de un triángulo rectángulo
cuyos catetos tienen ambos longitud 1, y hacemos coincidir uno de los extremos de
la hipotenusa con el punto O, el otro extremo corresponde con un número x tal que
√ √
x2 = 2, es decir, x = 2 o x = − 2. Ninguno de estos números es racional. Para
√
comprobar que 2 6∈ Q procedemos por reducción al absurdo, es decir, empezamos
√
suponiendo lo contrario para llegar a una contradicción. Si 2 fuese racional exis-
√ 2
tirían m, n ∈ Z tales que 2 = mn , es decir, mn = 2. Podemos suponer que m y
n son números positivos y que la fracción anterior es irreducible (o sea, que m y n
no tienen factores comunes). De la igualdad (m/n)2 = 2 se sigue que m2 = 2n2 , que
1.1. NÚMEROS 9
signica que el número m2 es par. Esto a su vez implica que m es par (razona esto),
es decir, que podemos escribir m = 2k para cierto número natural k . Pero entonces
m2 = 4k 2 , de suerte que 2n2 = 4k 2 , luego n2 = 2k 2 , de donde se inere que n es
par. Por tanto los números m y n tienen un factor común, el 2, lo cual contradice
√
nuestra hipótesis inicial sobre estos números. Conclusión: 2 no es racional.
√
Los números que como 2 corresponden a puntos de la recta y no son racionales
√
se llaman irracionales. Otros ejemplos de números irracionales son 3 (intenta de-
mostrarlo), el número π , etc. Racionales e irracionales, todos ellos, constituyen el
conjunto R de los números reales.
No entraremos en las propiedades de las operaciones básicas entre números reales,
pues nos son más o menos familiares. Volvamos a la identicación de números reales
con puntos de una recta. Esta representación conere a R una estructura de orden
≤ que hace posible comparar sus elementos. Este orden es compatible con la suma
y el producto, es decir, para cualesquiera x, y ∈ R tales que x ≤ y se tiene:
(a) x + z ≤ y + z para todo z ∈ R, y
[a, b] = {x ∈ R : a ≤ x ≤ b}
De forma obvia se denen los intervalos semiabiertos [a, b) y (a, b], y con ayuda del
símbolo ∞ podemos representar intervalos más generales. Así por ejemplo, [a, ∞) =
{x ∈ R, x ≥ a}, (−∞, a) = {x ∈ R : x < a}, etc. Otro concepto importante derivado
del orden es el de cota de un conjunto.
Denición 1.1. Sea A un subconjunto de R y sea α ∈ R.
(a) Se dice que α es una cota superior del conjunto A si para todo x ∈ A se cumple
x ≤ α.
10 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES
Así por ejemplo, los intervalos como (a, b), [a, b) ejemplos de conjuntos acotados
(superiormente). El intervalo (a, ∞) es acotado superiormente pero no superiormente
y lo mismo ocurre con el conjunto N. Con los intervalos del tipo (−∞, a) o (−∞, a]
ocurre justamente lo contrario.
Reexionemos un poco acerca del primer ejemplo. Hemos dicho que 2 es una
cota superior del conjunto A. También lo son el número 3/2, el 5/4, e incluso el 1.
De hecho, entre todas las cotas superiores del conjunto A, el número 1 es la más
pequeña. Por otra parte, el 0 es una cota inferior de dicho conjunto, como también
lo son los números −9, 1/4 o 1/3. Entre todas las cotas inferiores hay una que es
máxima, el número 1/2.
Estas cotas especiales tienen nombre propio.
Todos los números de este conjunto son racionales, y no es difícil ver (o intuir al
√
menos) que el supremo de A es 2, que no es un número racional.
Demostración. Las propiedades (1) y (2) son obvias. La tercera se deja como ejer-
cicio (considera por separado los casos en que x e y tienen igual o distinto signo).
Probemos (4). Gracias a la fórmula del cuadrado de la suma se tiene
y por tanto,
|x + y| ≤ |x| + |y|
12 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES
(3) |x − y| ≤ |x − z| + |y − z|.
y por tanto,
|x| − |y| ≤ |x − y|
|y| − |x| ≤ |x − y|
Así pues,
máx {|x| − |y|, |y| − |x|} ≤ |x − y|
||x| − |y|| ≤ |x − y|
|x − y| = |(x − z) + (z − y)| ≤ |x − z| + |z − y|
dene una función real cuyo dominio y recorrido son, respectivamente, los intervalos
[−1, 1] y [0, 1].
El conjunto de los pares (x, y) tales que x ∈ A y y = f (x) es la gráca de f .
Dicho conjunto es una curva en el plano, aunque como sabes existen curvas planas
√
que no son la gráca de ninguna función. La función f (x) = 1 − x2 , considerada
antes, tiene por gráca la porción de la circunferencia con centro (0, 0) y radio 1
que queda por encima del eje de abscisas. Sin embargo, dicha circunferencia no es
la gráca de f , ni de ninguna otra función ¾por qué?
Cuando la desigualdad f (x) ≤ f (y) es siempre estricta (es decir, cuando f (x) < f (y),
siendo x < y ) se dice que f es estrictamente creciente en A.
Se dice que f es decreciente en A si
√
Así por ejemplo, la función f (x) = 1 − x2 no es ni creciente ni decreciente
en su dominio. Sin embargo, dicha función es estrictamente creciente en [−1, 0] y
estrictamente decreciente en [0, 1]. La función exponencial, f (x) = ax , es estricta-
mente creciente en su dominio cuando a > 1, y estrictamente decreciente cuando
0 < a < 1, y lo mismo acontece con la función logaritmo en base a.
Extremos
Sea a ∈ A. Se dice que f presenta un máximo absoluto en a si
x ∈ A ⇒ f (x) ≤ f (a).
x ∈ A ⇒ f (x) ≥ f (a).
√
La función antes considerada, f (x) = 1 − x2 , tiene un máximo absoluto en el
punto a = 0, y presenta mínimo en los puntos a = −1 y a = 1.
Se dice que f presenta en a un máximo relativo si existe un intervalo centrado
en a, del tipo (a − δ, a + δ), tal que
De forma análoga puede denirse el concepto de mínimo relativo (hazlo como ejer-
cicio).
Los puntos donde f presenta un máximo o mínimo (absoluto o relativo) suelen
denominarse extremos de f . Obviamente, todo extremo absoluto es relativo, pero la
armación recíproca es falsa. La función f (x) = x3 − 3x presenta extremos relativos
(pero no absolutos) en los puntos a = −1 y a = 1.
Acotación
Se dice que f es una función acotada superiormente (resp. acotada inferiormente )
cuando existe un número K ∈ R tal que para todo x ∈ A se tiene f (x) ≤ K (resp.
f (x) ≥ K ). Cuando f es acotada superior e inferiormente, entonces se dice que dicha
función es acotada.
Las funciones seno y coseno son acotadas (pues para todo x ∈ R se tiene −1 ≤
sen x ≤ 1 y −1 ≤ cos x ≤ 1). La función tangente no es acotada, ni superior
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 15
tenga límite en el punto x = 0, y que dicho límite sea igual a 0. Sin embargo f (0) = 1.
Para evitar casos como éste, podemos exigir que la variable x no tome nunca el valor
a, esto es, que |x − a| > 0. Llegamos así a la siguiente denición.
16 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES
Denición 1.7. Sea f una función real denida en el intervalo I , sea a un elemento
de I o bien un extremo de dicho intervalo, y sea L un número real. Diremos que f
tiene límite L en el punto a (o que f tiende hacia L cuando x tiende hacia a) si
para cada > 0 existe un δ > 0 tal que
Observa que ni siquiera se exige que f esté denida en el punto a para que tenga
límite en dicho punto. La existencia (y en su caso el valor) del límite dependen
únicamente del comportamiento de la función en la vecindad del punto a.
Límites laterales
La noción de límite lateral también nos resulta bien conocida. La expresión
lı́mx → a− f (x) = L viene a indicar que los valores de f (x) se acercan al número
L cuando nos aproximamos al punto a por su izquierda, es decir, cuando la dife-
rencia a − x es pequeña. Haciendo un poco de abstracción y teniendo in mente la
denición anterior podemos formalizar esta noción como sigue.
Denición 1.8. Sea f una función real denida en el intervalo I , sea a un elemento
de I , o el extremo izquierdo de dicho intervalo, y sea L un número real. Diremos
que f tiende hacia L cuando x tiende hacia a por la izquierda si para cada > 0
existe un δ > 0 tal que
Límites innitos.
En esta sección nos ocupamos de dar sentido a las igualdades lı́mx → a f (x) = +∞
y lı́mx → a f (x) = −∞. Intuitivamente, la expresión lı́mx → a f (x) = +∞ nos dice que
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 17
los valores de f (x) se hacen arbitrariamente grandes cuando x está cerca del punto
a. Esto equivale a armar que para cualquier número K (por grande que sea) se
tiene que f (x) > K si el número |x − a| es sucientemente pequeño. Esta idea puede
formalizarse como sigue.
Denición 1.9. Sea f una función real denida en el intervalo I y sea a un elemento
de I o bien un extremo de dicho intervalo. Diremos que f tiende hacia +∞ cuando
x tiende hacia a si para cada K ∈ R existe un δ > 0 tal que
Cálculo de límites
Como aplicación casi inmediata de las deniciones pueden deducirse las propiedades
que siempre has utilizado para el cálculo de límites nitos: el límite de la suma (re-
sp. diferencia, resp. producto) de dos funciones es la suma (resp. diferencia, resp.
producto) de sus límites, el límite del cociente de dos funciones es el cociente de
los límites (cuando el denominador no tiene límite 0), etc. Asumimos que todas es-
tas propiedades son tan familiares para ti que no haremos ningún hincapié en las
mismas.
En relación al cálculo de límites innitos, tampoco es necesario recordar mucho.
Ya sabes, p. ej., que si lı́mx → a f (x) = lı́mx → a g(x) = ∞, entonces lı́mx → a (f (x) +
g(x)) = lı́mx → a (f (x) · g(x)) = lı́mx → a f (x)g(x) = ∞ (recuerda, ∞ + ∞ = ∞, (+∞) ·
(+∞) = +∞ y (+∞)(+∞) = +∞). Análogamente se verican, con el signicado
18 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES
obvio, las identidades (−∞) + (−∞) = −∞, (−∞) · (−∞) = +∞, (−∞) · (+∞) =
−∞, etc. Los casos ∞ − ∞ y ∞ ∞
y 0 · ∞ son indeterminaciones, es decir, no puede
determinarse, a priori, si existe o no el límite en cuestión, ni su valor. En estos casos
hay que manipular la función hasta obtener una expresión cuyo límite sí se sepa
calcular.
Si lı́mx → a f (x) = L y lı́mx → a g(x) = +∞ se tienen las igualdades lı́mx → a (f (x)+
g(x)) = +∞, lı́mx → a fg(x)(x)
= 0, lı́mx → a (f (x)g(x)) = +∞ si L > 0 y lı́mx → a (f (x) ·
g(x)) = −∞ si L < 0.
Si f (x) → L ∈ R y g(x) → 0, entonces fg(x) (x)
diverge a +∞ o −∞ si L 6= 0 (el signo
depende del signo de L y del signo de la función g en las proximidades del punto a).
El caso 00 es indeterminado (aunque en realidad, esta indeterminación equivale a ∞ ∞
.
Por supuesto, todo esto vale también en el contexto de los límites laterales. Veamos
algunos ejemplos.
Ejemplos
(1) El límite
x x+1
lı́m 2
− 2
x→1 x − 1 x − 3x + 2
es una indeterminación del tipo ∞ − ∞. Operando un poco se obtiene
x x+1 x(x − 2) − (x + 1)(x + 1) 4x + 1
− = = −
x2 − 1 x2 − 3x + 2 (x2 − 1)(x − 2) (x2 − 1)(x − 2)
(2) El límite √ √
x+1− 1−x
lı́m √
x → 0+ x
es una indeterminación del tipo 00 . Multiplicando y dividiendo por el conjugado del
numerador obtenemos
√ √ √
x+1− 1−x (x + 1 − 1 + x) 2 x
√ =√ √ √ =√ √ .
x x x+1+ 1−x x+1+ 1−x
Como √
x
lı́m+ √ √ =0
x→0 x+1+ 1−x
se sigue que el límite propuesto vale 0.
Nota
Aparte de las indeterminaciones que hemos mencionado anteriormente existen
otras tres: son 00 , ∞0 (éstas son realmente equivalentes) y 1∞ . Esta última será
tratada tras estudiar los límites de sucesiones, las otras dos cuando veamos la regla
de L'Hôpital, en el tema siguiente.
Ejemplos.
(1) Para cada a ∈ R se tiene lı́mx → a sen x = sen a.
Para comprobarlo empezamos observando que, por la denición geométrica de
la función seno se tiene
(2) El límite
sen x
lı́m
x→0 x
existe y vale 1.
En efecto, dividiendo por cos x la desigualdad (1.3) se obtiene
|x| 1
1≤ ≤ , para todo x ∈ R tal que cos x 6= 0
| sen x| | cos x|
de donde, teniendo en cuenta los posibles signos que pueden tomar las funciones
trigonométricas en el intervalo − π2 , π2 (por ejemplo) se sigue que
x 1
1≤ ≤ , para todo x ∈ (−π/2, π/2)
sen x cos x
Puesto que lı́m cos x = cos 0 = 1, aplicando la propiedad de la función encajada
x→0
deducimos que
x
lı́m =1
x → 0 sen x
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 21
y de aquí resulta
sen x x
lı́m = lı́m = 1.
x→0 x x → 0 sen x
lı́m (f (x)g(x)) = 0
x→a
Ejemplo:
El límite
1
lı́m x cos
x→0 x
existe y es igual a 0. En efecto, la función x cos x1 es el producto de las funciones
f (x) = x y g(x) = cos x1 . La primera tiene límite 0 cuando x → 0. La segunda no
tiene límite en ese punto, pero es acotada, pues cos x1 ≤ 1 para todo x 6= 0.
Denición 1.13. Sea f una función real denida en la semirrecta (a, ∞). Se dice
que f tiene límite L cuando x tiende a ∞ si para cada > 0 (por pequeño que sea)
podemos encontrar un número h > a (sucientemente grande) tal que
x ≥ h ⇒ |f (x) − L| <
Ejemplo
Sea f la función denida para x > −1 por la expresión
x
f (x) =
x+1
Demostremos que el límite lı́mx → ∞ f (x) existe y es igual a 1. Para ello jamos un
número > 0. Tenemos que encontrar otro número h (mayor que −1) tal que si
x ≥ h entonces |f (x) − 1| < .
Ahora bien, para cada x > −1 se tiene
x −1
|f (x) − 1| =
− 1 =
= 1
x+1 x + 1 x + 1
Por tanto,
1 1
|f (x) − 1| < 1 ⇔ <⇔x+1>
x+1
así que la desigualdad |f (x) − 1| < se verica para todo x > 1
− 1, y podemos
tomar h = 1 − 1.
Límites innitos
Ahora damos sentido a la igualdad lı́m f (x) = +∞. Intuitivamente, esta ex-
x→∞
presión viene a decir que los valores de f (x) pueden hacerse tan grandes como se
quiera, con tal de dar a x valores sucientemente grandes. Esto equivale a armar
que para cada K ∈ R (por grande que sea) podemos conseguir que f (x) > K , con
tal de tomar x sucientemente grande.
Denición 1.14. Sea f una función denida en la semirrecta (a, ∞). Se dice que
f tiende a +∞ cuando x tiende a ∞ si para cada K ∈ R podemos encontrar un
h > a tal que
x > h ⇒ f (x) > K
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 23
Límite cuando x → −∞
Supongamos ahora que f es una función denida en la semirrecta (−∞, a). De
forma análoga a como hemos procedido antes podemos dar sentido a las expresiones
lı́mx → −∞ f (x) = L, lı́mx → −∞ f (x) = ∞ y lı́mx → −∞ f (x) = −∞. Así, decimos que
la función f tiene límite L cuando x tiende a −∞, y escribimos lı́mx → −∞ f (x) = L
si para cada > 0 podemos encontrar un h < a tal que
Cálculo de límites
Poco hay que decir en esta subsección. Para los límites del tipo lı́mx → ∞ f (x)
son válidas todas las reglas de cálculo que hemos expuesto para el límite de una
función en un punto, y las indeterminaciones que pueden aparecer son exactamente
las mismas. Así por ejemplo, el límite
√
x2 + 9
lı́m
x→∞ x
conduce a una indeterminación del tipo ∞
∞
. Puesto que para todo x > 0 es
√ r r
x2 + 9 x2 + 9 9
= = 1+
x x x2
√
y lı́mx → ∞ x92 = 0 se sigue que el límite propuesto existe y es igual a 1 = 1.
Para los límites del tipo lı́mx → −∞ f (x) todo funciona exactamente igual. De
hecho, tales límites pueden reducirse a los de la forma lı́mx → ∞ f (x), pues tal y
como hemos dicho antes, se tiene la igualdad
Supongamos que existen los límites lı́mx → ∞ f (x) y lı́mx → ∞ h(x) y son iguales a L.
Entonces existe lı́mx → ∞ g(x) y vale L.
Hasta ahora, tanto en la denición como en los resultados concretos, hemos hecho
énfasis, fundamentalmente, en el valor del límite de una función cuando x tiende a
∞. Sería interesante, por tanto, disponer de criterios que permitiesen decidir, a
priori, si un límite existe o no. El resultado más práctico en esta dirección es el
siguiente teorema (que también es válido en el contexto de los límites de funciones
en un punto). La demostración, aunque no la vamos a hacer, se basa en el axioma
del supremo.
El límite sucesional
Hasta ahora hemos tratado únicamente con funciones denidas en intervalos de
la recta real. También tiene interés el estudio de funciones denidas sobre el conjunto
de los números naturales, es decir, funciones del tipo a : N −→ R. Estas funciones
reciben el nombre de sucesiones. La notación empleada para designar sucesiones es
algo distinta a la que hemos utilizado previamente. Si a es una sucesión, la imagen
del número n se representa por an , en lugar de a(n).
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 25
Ejemplo
La sucesión
1
an =
n
tiene límite 0. Para comprobarlo jamos un número > 0. Se trata de encontrar un
natural N tal que si n ≥ N entonces an < . Ahora bien,
1 1
an < ⇔ <⇔n>
n
luego basta elegir un N tal que N > 1 , por ejemplo, la parte entera el número 1 + 1.
Te dejamos que escribas, como ejercicio, las correspondientes deniciones de suce-
sión divergente a ∞ o a −∞.
En relación al cálculo del límite de una sucesión diremos únicamente que se
trata de forma exactamente análoga al de los límites del tipo lı́mx → ∞ f (x). Las
propiedades que hemos visto para estos límites son también válidas, naturalmente,
para el límite sucesional. Son particularmente útiles el resultado análogo a la Proposi-
ción 1.16 (conocido en este caso como propiedad de la sucesión encajada) y el resul-
tado hermano del Teorema 1.17, que puede enunciarse diciendo que toda sucesión
creciente y acotada superiormente tiene límite.
El número e
Puede demostrarse, aunque no lo haremos aquí, que la sucesión de término ge-
neral n
1
an = 1+
n
es creciente y acotada superiormente. Como aplicación del resultado anterior se sigue
que dicha sucesión es convergente. Su límite es, por denición el (famoso pero no
bien conocido) número e.
26 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES
Como ves, esta fórmula reduce cualquier indeterminación del tipo 1∞ a otra del tipo
0 · ∞.
Lo mismo es válido si el punto a se reemplaza por ±∞.
Teorema 1.18 (de Bolzano). Sea f : [a, b] −→ R una función continua. Si signo f (a) 6=
signo f (b), o equivalentemente, si f (a)f (b) < 0, entonces existe un c ∈ (a, b) tal que
f (c) = 0.
Fíjate que, en este teorema, la conclusión puede ser falsa si el intervalo donde
f está denida no es cerrado y acotado: la función f (x) = x1 , denida en (0, 1), es
continua pero no acotada; las funciones g(x) = x, x ∈ (0, 1] y h(x) = x1 , x ∈ (1, ∞)
son acotadas, pero no tienen mínimo en sus intervalos de denición.
Combinando los teoremas anteriores deducimos otra importante propiedad de
las funciones continuas.
1.4. Ejercicios
1. Comprobar que para cada n ∈ N se verican las igualdades
n
X n(n + 1)(2n + 1)
k2 =
k=1
6
y
n 2
X
3 n(n + 1)
k = .
k=1
2
3. Probar que para cada n ≥ 4 se tiene 2n < n!. Con el símbolo n! se denota el
número n(n − 1) · . . . 2 · 1. (Por convenio se toma 0! = 1! = 1). Este número
recibe el nombre de factorial de n).
n n!
= .
k k!(n − k)!
a ) Demostrar que
n+1 n n
= + .
k k−1 k
b ) Demostrar el Teorema del binomio: si a y b son números cualesquiera,
entonces n
X n n−k k
(a + b)n = a b .
k=0
k
a ) 4 − x < 3 − 2x.
b ) x2 − 4x + 3 > 0.
c) 1
x
+ 1
x−1
> 1.
d ) |x − 3| < 8.
7. Determinar el mayor conjunto de la recta real donde estén denidas las sigu-
ientes funciones:
a ) f (x) = x−1
√
(x+1)2 x2 +x−2
.
q
b ) f (x) = x−3
x+3
.
c ) f (x) = x
.
p
3
x2 +x+3
√ √
d ) f (x) = log2 6−x .
x−4+
a) .
2
lı́m x −x−6
x → −2 x+2
√ √
b) lı́m 1+x−x 1−x .
x→0
√
c) lı́m x+1−2
x−3
.
x→3
√
d)
3 x−1
lı́m x−1 .
x→1
√
e)
lı́m x2 + x + 1 − x .
x→∞
f) lı́msen(3x)
2x
.
x→0
g) lı́m 1−cos x
x2
.
x→0
12. Demostrar que existe algún número real x que satisface la ecuación
91
x199 + = 55.
sen2 x
14. Sean f y g funciones continuas en el intervalo [a, b] tales que f (a) > g(a) y
f (b) < g(b). Demostrar que las grácas de f y g se cortan al menos en un
punto. Aplicar este resultado al caso en que g(x) = x.
15. Averiguar cuáles de las siguientes funciones están acotadas (superior e inferi-
ormente), y determinar, si procede, sus máximos y mínimos en los conjuntos
que se indican:
a ) f (x) = 1
1+x2
; en [0, 5], (0, 5) y R.
2
si x 6= −2;
b ) g(x) = x + 2
0 si x = −2.
Capítulo 2
La derivada
31
32 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
denición precisa de dicha recta sin aludir a la noción de derivada. Así, diremos que
la recta de ecuación
y − f (a) = m(x − a)
Ejemplos
(1) Función constante.
Si k un número real entonces la función
f (x) = k
es derivable en todo a ∈ R y
f 0 (a) = 0
f 0 (a) = nan−1
y haciendo x → a resulta
n n
xn − an X n−k k−1 X n−1
lı́m = a a = a = nan−1
x→a x − a
k=1 k=1
se sigue que
sen(a + h) − sen a sen a cos h + sen h cos a − sen a
=
h h
cos h − 1 sen h
= sen a · + cos a ·
h h
Utilizando la igualdad (2.1) se obtiene
sen h
lı́m cos a · = cos a
h→0 h
y
cos2 h − 1 1
cos h − 1
lı́m sen a · = sen a · lı́m ·
h→0 h h→0 cos h + 1 h
− sen h sen h
= sen a · lı́m · =0
h→0 h 1 + cos h
y
f (a + h) − f (a)
lı́m−
h→0 h
Estos límites se llaman derivadas laterales de f en el punto a, y suelen designarse
con los símbolos f+0 (a) y f−0 (a), respectivamente. Veamos, a título de ejemplo, si
existen las derivadas laterales de la función
f (x) = |x|
Teorema 2.2. Si la función f admite derivada lateral por la izquierda (resp. derecha)
en un punto a, entonces existe y es igual a f (a) el límite lı́mx → a− f (x) (resp.
lı́mx → a+ f (x)). En particular, si f es derivable en a, entonces es continua en di-
cho punto.
Demostración. En efecto,
f (x) − f (a)
lı́m− (f (x) − f (a)) = lı́m− · (x − a) = f−0 (a) · 0 = 0
x→a x→a x−a
y por tanto lı́mx → a− f (x) = f (a).
Puesto que las funciones f y g son derivables en a existen lı́mx → a f (x)−f x−a
(a)
= f 0 (a) y
lı́mx → a g(x)−g(a)
x−a
= g 0 (a), y gracias a las propiedades de los límites se sigue que existe
(f + g)(x) − (f + g)(a)
lı́m
x→a x−a
y vale f 0 (a) + g 0 (a).
(2) El cociente incremental para f · g es
f (x)g(x) − f (a)g(a) f (x)g(x) − f (x)g(a) + f (x)g(a) − f (a)g(a)
=
x−a x−a
g(x) − g(a) f (x) − f (a)
= f (x) · + g(a) ·
x−a x−a
Puesto que cuando h es pequeño los cocientes del segundo miembro de esta igualdad
se aproximan, respectivamente, a los números f 0 (g(a)) y g 0 (a), se deduce que
f (g(a + h) − f (g(a))
lı́m = f 0 (g(a))g 0 (a)
h→0 h
Sin embargo, nuestro argumento tiene un punto aco, pues el primero de esos co-
cientes puede no estar denido cerca de h = 0 (de hecho, no lo está para los h tales
que g(a + h) = g(a)).
Para suplir este problema se introduce una nueva función. Para cada h ∈ R tal
que a + h ∈ J se dene
f (g(a + h)) − f (g(a))
ϕ(h) =
g(a + h) − g(a)
si g(a + h) − g(a) 6= 0 y
ϕ(h) = f 0 (g(a))
en caso contrario. Esta función es continua en h = 0, es decir,
No es difícil probar esto pero hacerlo bien supone entrar con los epsilons y los deltas
y preferimos evitar tal cosa.
Asumida la continuidad de la función ϕ en h = 0, no queda mucho por hacer.
Por la denición de ϕ tenemos que si h 6= 0 entonces
f (g(a + h)) − f (g(a)) g(a + h) − g(a)
= ϕ(h) ·
h h
Cuando h → 0 entonces g(a+h)−g(a)
h
→ g 0 (a) y ϕ(h) → f 0 (g(a)). Por tanto
f (g(a + h)) − f (g(a))
lı́m = f 0 (g(a)) · g 0 (a)
h→0 h
de modo que la función f ◦ g es derivable en a y (f ◦ g)0 (a) = f 0 (g(a)) · g 0 (a).
Ejemplos:
(i) Derivada de la función exponencial
Sea g(u) = eu . Entonces g es derivable en todo b ∈ R y
g 0 (a) = eb
Ejercicio
Halla la función derivada de las funciones f (x) = xx y g(x) = xx (denidas para
x
Ejemplo
La derivada n-ésima de la función
f (x) = log(1 + x)
es la función
(n) (−1)n−1 (n − 1)!
f (x) =
(1 + x)n
En efecto, las primeras derivadas de f son f 0 (x) = 1+x
1
, f 00 (x) = (1+x)
−1
2 , f (x) =
000
2
(1+x)3
, f iv (x) = (1+x)
−6
4 , f (x) = (1+x)5 , . . .
v 24
−1 (−1)n n!
f (n+1) (x) = (−1)n−1 (n − 1)! n(1 + x)n−1
=
(1 + x)2n (1 + x)n+1
de modo que la fórmula sigue siendo cierta para el número n + 1, como queríamos
demostrar.
Teorema 2.8 (de Rolle ). Sea f una función continua en [a, b] y derivable en (a, b).
Si f (a) = f (b), entonces existe c ∈ (a, b) tal que f 0 (c) = 0.
que verican la hipótesis del Teorema de Rolle y no son derivables en los extremos
del intervalo de denición. La no exclusión de funciones como ésta es lo que obliga
a hilar un poco más no.
2.4. TEOREMA DE LAGRANGE. APLICACIONES 43
Ejemplo
La ecuación e−x = x tiene una única solución real.
En efecto, sea f la función denida por la expresión
f (x) = e−x − x
Claramente, f es derivable y
f 0 (x) = − e−x + 1
Es obvio que e−x + 1 > 1 para todo x ∈ R (pues la función exponencial es siempre
positiva). En particular
f 0 (x) 6= 0, ∀x ∈ R
Por tanto, de acuerdo con la observación anterior f tiene a lo sumo una raíz.
Por otra parte, f (0) = 1 − 0 = 1 > 0 y f (1) = 1e − 1 < 0, así que f tiene una
raíz en [0, 1] por el Teorema de Bolzano. Podemos concluir, pues, armando que la
ecuación e−x = x tiene una única solución (localizada además en el intervalo [0, 1]).
Así pues, por el Teorema de Rolle existe c ∈ (a, b) tal que F 0 (c) = 0, y por tanto,
f (b) − f (a)
f 0 (c) − =0
b−a
es decir,
f (b) − f (a)
f 0 (c) =
b−a
(1) Si f 0 (x) > 0 para todo x ∈ (a, b), entonces f es estrictamente creciente en
[a, b].
Demostración. (1) Sean x1 , x2 ∈ [a, b] tales que x1 < x2 . El Teorema del valor
medio de Lagrange (aplicado en el intervalo [x1 , x2 ]) garantiza la existencia de un
c ∈ (x1 , x2 ) tal que
f (x2 ) − f (x1 )
= f 0 (c)
x2 − x1
No sabemos quién es este c, pero lo que sí sabemos es que, por la hipótesis, f 0 (c) > 0,
así que
f (x2 ) − f (x1 )
>0
x2 − x1
y por tanto, f (x2 ) > f (x1 ).
(2) Este caso se trata de forma enteramente análoga al anterior.
La hipótesis del enunciado nos dice que f 0 (c) = 0 y que f 00 (c) > 0. Por tanto,
f 0 (x)
lı́m >0
x→c x − c
Corolario 2.13. Sea f una función dos veces derivable en un intervalo I . Entonces
f es convexa (resp. cóncava) en dicho intervalo si f 00 (x) > 0 (resp. f 00 (x) < 0) para
todo x ∈ I . Si c ∈ I y f presenta un punto de inexión en c entonces f 00 (c) = 0.
Teorema 2.14 (Función constante ). Sea f una función continua en [a, b], deriv-
able en (a, b) y tal que f 0 (x) = 0 para todo x ∈ (a, b). Entonces f es constante.
Demostración. Se trata de ver que f (x) = f (a) para todo x ∈ (a, b]. Fijemos un x
en este intervalo. Aplicando el Teorema de Lagrange a la función f en el intervalo
[a, x] encontramos un c ∈ (a, x) (dependiente de x) tal que
No sabemos quién es c, ni falta que nos hace. Como f 0 es siempre igual a 0 podemos
asegurar que f 0 (c) = 0, y por tanto
f (x) − f (a) = 0
es decir
f (x) = f (a)
como queríamos demostrar.
Este teorema juega un papel teórico muy importante pues tal y como veremos en
el tema siguiente, es uno de los dos principales ejes de conexión entre la derivada y
la integral. Para ilustrar el punto esencial de su aplicación proponemos el siguiente
ejemplo.
Imagina que te piden hallar una función F : R −→ R cuya derivada es la función
f (x) = 2x. Tu respuesta inmediata será F (x) = x2 .
Si ahora te piden calcular todas las funciones cuya derivada es f , la cosa cambia.
Es claro que si C es una constante cualquiera, entonces también la función G(x) =
48 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
Teorema 2.15 (del valor medio de Cauchy ). Sean f y g dos funciones continuas
en [a, b] y derivables en (a, b). Supongamos que g(a) 6= g(b) y que las derivadas de
f y g no se anulan simultáneamente en punto alguno. Entonces existe c ∈ (a, b) tal
que
f (b) − f (a) f 0 (c)
= 0
g(b) − g(a) g (c)
denida para x ∈ [a, b]. Obviamente, F es continua en [a, b], derivable en (a, b) y
Por tanto, de acuerdo con el Teorema de Rolle existirá un c ∈ (a, b) tal que F 0 (c) = 0,
es decir,
(f (b) − f (a)) g 0 (c) = (g(b) − g(a)) f 0 (c)
2.5. TEOREMA DE CAUCHY. REGLA DE L'HÔPITAL 49
Por hipótesis se tiene que g(b)−g(a) 6= 0. Por tanto g 0 (c) 6= 0 (si fuese g 0 (c) = 0 tam-
bién tendría que ser f 0 (c) = 0, y las derivadas de f y g se anularían simultáneamente
en el punto c, contra la hipótesis). Podemos pues dividir, y
f (b) − f (a) f 0 (c)
= 0
g(b) − g(a) g (c)
como queríamos demostrar
Observa que el Teorema del valor medio de Lagrange se reduce al de Cauchy sin
más que considerar g(x) = x. Hemos preferido, no obstante, dar una prueba directa
del Teorema de Lagrange con el objeto de no hacer sombra a las aplicaciones antes
obtenidas. Una de las consecuencias más importantes del Teorema de Cauchy es la
conocida (aunque impropiamente llamada) Regla de L'Hôpital2 , de extrema utilidad
a la hora de calcular límites.
Teorema 2.16 (Regla de L'Hôpital-Bernouilli ). Sean f y g dos funciones
derivables en (a, b) siendo −∞ ≤ a < b ≤ +∞. Supongamos que
(1) g 0 (x) 6= 0 para todo x ∈ (a, b),
f 0 (x)
(2) lı́mx → a+ g 0 (x)
= L, donde L ∈ R o L = ±∞, y
(3) lı́mx → a+ f (x) = lı́mx → a+ g(x) = 0, o bien lı́mx → a+ f (x) = lı́mx → a+ g(x) = ∞.
Entonces
f (x)
lı́m =L
x → a g(x)
Ejemplo:
Calculemos el límite
lı́m xx
x → 0+
Así pues, la diferencia f (x) − (f (a) + f 0 (a)(x − a)) no sólo se hace pequeña en las
proximidades del punto a, sino que es incluso pequeña comparada con el número
x − a. En esta sección anaremos este resultado demostrando que si f es n veces
derivable en a entonces existe un polinomio pn de grado menor o igual que n tal que
f (x) − pn (x)
lı́m =0
x→a (x − a)n
Esta relación nos dice que al menos en las vecindades del punto a, la función f puede
aproximarse por el polinomio pn , y que la aproximación será tanto mejor cuanto
mayor sea el grado de ese polinomio. A la postre resulta que, en muchos casos, este
polinomio aproxima a la función f no sólo en los puntos cercanos al punto a, sino en
todo el dominio de f (o al menos en un subconjunto bastante grande de éste). Este
hecho proporciona una importante información acerca del comportamiento global
de la función.
Para hacernos una idea de cuál puede ser el polinomio en cuestión, es conveniente
comenzar investigando si existe alguna relación entre los coecientes de un polinomio
y sus derivadas sucesivas en un punto. Sea pues f una función polinómica, es decir,
n
X
f (x) = ak x k = a0 + a1 x + a2 x 2 + · · · + an x n
k=0
f (k) (a)
ak = , para todo k = 0, 1, 2, . . . , n
k!
de suerte que
n
X f (k) (a)
f (x) = (x − a)k
k=0
k!
El hecho de que los coecientes de este polinomio dependan de las derivadas sucesivas
de f induce a pensar que, en la práctica, la expresión de pn,a (x) puede llegar a ser
complicada, sobre todo cuando n es grande. Sin embargo, el polinomio de Taylor
adopta expresiones especialmente sencillas en el caso de las funciones trascendentes
más usuales. He aquí algunas pruebas de esta armación.
Ejemplos
(a) Polinomios de Taylor de la función exponencial. Sea
f (x) = ex
Como f (k) (x) = ex , resulta f (k) (0) = e0 = 1, para todo k ∈ N. Por tanto, el
polinomio de Taylor de orden n para f en a = 0 es
n
X f (n) (0) x2 x3 xn
pn,0 (x) = xn = 1 + x + + +
k=0
n! 2! 3! n!
f (x) = log(1 + x)
2.6. FÓRMULA DE TAYLOR 53
denida para x > −1. La derivada k -ésima de f viene dada por la expresión
(k − 1)!
f (k) (x) = (−1)k+1 · ,k ≥ 1
(1 + x)k
Haciendo x = 0 resulta
f (k) (0) = (−1)k+1 · k!
f (x) = sen x
Las derivadas sucesivas de esta función son f 0 (x) = cos x, f 00 (x) = − sen x, f 000 (x) =
− cos x, f (iv) (x) = sen x, f (v) (x) = cos x, ... Al evaluar en a = 0 se obtiene f (0) = 0,
f 0 (0) = 1, f 00 (0) = 0, f 000 (0) = −1, f (iv) (0) = 0,... (en el punto 0, las derivadas de or-
den par son nulas, y las de orden impar toman los valores 1 y −1, alternativamente).
Así pues, el polinomio de Taylor de orden 2n para f en a = 0 es
x3 x5 x2n−1
p2n,0 (x) = x − + − · · · + (−1)n+1
3! 5! (2n − 1)!
y
f (n+1) (a) 6= 0
Si n es par entonces f presenta un punto de inexión en el punto a. Si n es impar
entonces:
3 Observa
que las funciones f (x) − pn,a (x) y (x − a)n satisfacen, efectivamente, las hipótesis de
la Regla de L'Hôpital.
2.6. FÓRMULA DE TAYLOR 55
0 f (n+1) (t)
F (t) = − (x − t)n
n!
Es claro además que F (x) = 0. Consideremos ahora la función
G(t) = (x − t)n+1
Notemos que G(x) = 0 y que G0 no se anula en ningún punto del intervalo abierto
determinado por a y x.
4 Comprueba esto como ejercicio.
56 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
Ahora bien, habida cuenta de las fórmulas para las derivadas de F y G, y las igual-
dades F (x) = G(x) = 0 se sigue que
(n+1)
F (a) − f n! (c) (x − c)n f (n+1) (c)
= =
G(a) −(n + 1)(x − c)n (n + 1)!
f (n+1) (c)
Rn,a (x) = (x − a)n+1
(n + 1)!
La fórmula expresada por el teorema precedente suele llamarse forma del resto
de Lagrange. Fíjate que, cuando n = 1, el Teorema de Taylor es, de hecho, el
Teorema del valor medio de Lagrange. Existen otras formas del resto, más o menos
sosticadas, como la forma de Cauchy, que se obtienen con pequeñas variantes en
la demostración del Teorema de Taylor. A priori es imposible conocer el valor de
f n+1 (c), pues no se sabe cuál es el número c. No obstante, si se dispone de una cota de
la función |f n+1 | se dispone una estimación del resto, y por tanto, de la proximidad
entre la función y su polinomio de Taylor pn,a (½en todo el intervalo determinado
por a y x!). Los dos ejemplos siguientes muestran cómo puede aplicarse la fórmula
de Taylor para el cálculo aproximado del valor de una función o la obtención de
desigualdades en las que se vean involucradas funciones trascendentes.
Ejemplo
Calculemos una aproximación del número e con un error menor que 10−4 . Para
ello aplicamos el Teorema de Taylor a la función exponencial f (x) = ex . El polinomio
de Taylor de orden n para f en el punto a = 0 es
x x2 xn
e =1+x+ + ··· + + Rn,0 (x)
2! n!
2.6. FÓRMULA DE TAYLOR 57
y haciendo x = 1 resulta
1 1
e=1+1+ + ··· + + Rn,0 (1)
2! n!
Así pues, será suciente encontrar un n ∈ N tal que |Rn,0 (1)| < 10−4 . En virtud del
Teorema de Taylor (aplicado a f con a = 0 y x = 1) existe un c ∈ (0, 1) tal que
f (n+1) (c) ec
Rn,0 (1) = (1 − 0)n =
(n + 1)! (n + 1)!
Ahora debemos acotar la expresión ec /(n + 1)!. Sabemos que e < 3, luego ec < 3c .
Ahora bien, como c < 1 se tiene 3c < 31 = 3, y en particular, ec < 3. Consecuente-
mente,
3
Rn,0 (1) <
(n + 1)!
Así pues, si queremos que el error sea menor que 10−4 hemos de hallar un natural n
tal que (n+1)!
3
< 10−4 . Ensayando un poco vemos que es suciente tomar n = 7. Por
tanto,
1 1 1 1 1 1
e'1+1+ + + + + + = 2,7182
2! 3! 4! 5! 6! 7!
Ejemplo
Probemos que para todo x > 0 se tiene la desigualdad
x2
x− < log(1 + x) < x
2
Para demostrar la segunda desigualdad hallamos el polinomio y el resto de Taylor
de orden 1 para la función f (x) = log(1 + x) en a = 0, obteniendo
p1,0 (x) = x
y
(2 − 1)! 1
R1,0 (x) = (−1)2+1 2
= , para algún c ∈ (0, x)
(1 + c) (1 + c)2
Claramente Rn,0 (x) < 0 (notemos que (1 + c)2 es positivo, ½independientemente de
c!). Por tanto,
log(1 + x) = p1,0 (x) + R1,0 (x) < p1,0 (x) = x
Probemos ahora la primera desigualdad. Nos valemos para ello del polinomio y el
resto de Taylor de orden 2 para f en a = 0. Se tiene
x2
p2,0 (x) = x −
2
58 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
y
(3 − 1)! 2
R2,0 (x) = (−1)3+1 · 3
= , para algún c ∈ (0, x)
(1 + c) (1 + c)3
Como (1 + c)3 > 0 (pues c > 0) se sigue que R2,0 (x) > 0, de suerte que
x2
log(1 + x) = p2,0 (x) + R2,0 (x) > p2,0 (x) = x − .
2
es decir, calcular las raíces de f de forma aproximada. Sabemos hacer esto (de forma
exacta) cuando la ecuación es cuadrática, o sea, si f es una función polinómica de
grado 2, y existen fórmulas (un poco más sosticadas) que permiten obtener de
forma exacta todas las soluciones (reales o no) de las ecuaciones cúbicas y cuárticas.
Estas fórmulas, obtenidas por los matemáticos del Renacimiento italiano (Tartaglia,
Cardano...) tienen, no obstante, poca utilidad práctica, pues su aplicación es tediosa.
Además, las ecuaciones algebraicas de grado ≥ 5, son en general imposibles de
resolver (de forma exacta) por medio de fórmulas (N. Abel, s. XIX), y lo mismo
ocurre con ecuaciones trascendentes, es decir, ecuaciones como ex − 3x = 0, en las
que no sólo aparecen polinomios o fracciones polinómicas. Esto no supone ningún
problema desde el punto de vista práctico, pues existen algoritmos que permiten
aproximar las soluciones de una ecuación con el grado de precisión que se desee.
En general, todos estos algoritmos constan de tres etapas: localización, separación
y aproximación de las raíces.
por la expresión
f (xn )
xn+1 = xn − .
f 0 (xn )
Lo ideal es que la sucesión así obtenida sea convergente (razona que si (xn )n converge,
su límite es forzosamente α). El siguiente teorema (que se basa en el Teorema de
Lagrange y el Teorema de Taylor de orden 2) muestra condiciones que garantizan
que dicha sucesión siempre puede construirse y converge a α. No lo demostraremos,
aunque un simple dibujo puede convencerte de que las hipótesis impuestas son muy
naturales.
Teorema 2.20 (Newton). Sea f : [a, b] −→ R una función de clase C 2 [a, b] tal
que:
3. O bien f 00 (x) ≥ 0 para todo x ∈ (a, b), o bien f 00 (x) ≤ 0 para todo x ∈ [a, b].
Entonces f tiene una única raíz α en (a, b), y si elegimos x0 ∈ [a, b] de modo que
f (x0 )f 00 (x0 ) > 0, la sucesión recurrente obtenida por el método de Newton a partir
de x0 converge a α. Sean M, m > 0 dos números tales que |f 0 (x)| ≥ m y |f 00 (x)| ≤ M
para todo x ∈ [a, b]. Entonces, para todo n ≥ 1 se tiene
M
|xn − α| ≤ (xn − xn−1 )2 .
2m
Observa que verican las hipótesis de este teorema las funciones estrictamente
crecientes (o decrecientes) y convexas (o cóncavas) en [a, b] que presentan un cambio
de signo en los extremos de dicho intervalo. En la práctica, para encontrar una
aproximación a α con error menor que , hay que hacer lo siguiente:
(1) Obviamente, comprobar en primer lugar si se cumplen las hipótesis del teo-
rema, y recomendablemente estimar M y m: para esto último es suciente calcular
el máximo y mínimo absolutos de |f 00 | y |f 0 | en [a, b], respectivamente. Si en el inter-
valo [a, b] no se cumple alguna de las hipótesis (por ejemplo si f 0 (x) = 0 para cierto
x ∈ (a, b) o f presenta un punto de inexión en dicho intervalo), se debe intentar
encontrar un subintervalo [c, d] ⊂ [a, b] que siga conteniendo a la raíz α donde se
veriquen las hipótesis.
2.7. APLICACIÓN A LA RESOLUCIÓN APROXIMADA DE ECUACIONES 61
(2) Supongamos que f satisface las hipótesis del teorema en el intervalo [a, b].
La siguiente tarea a realizar es elegir un x0 ∈ [a, b] con la restricción indicada en el
teorema (signo f (x0 ) = signo f 00 (x0 )), y se calcula
f (x0 )
x1 = x0 − .
f 0 (x0 )
Si 2m
M
|x1 − x0 |2 < ya hemos terminado: x1 es la aproximación que buscamos,
con error menor que . En caso contrario, calculamos x2 utilizando la fórmula de
Newton, y aplicamos a este número el mismo test del error (o sea, hemos de ver
si 2m
M
|x2 − x1 |2 < ). Si lo pasa ya hemos terminado, y si no calculamos x3 , etc...
Seguimos así hasta encontrar un n ∈ N tal que |xn − α| < : xn es la aproximación
que buscamos. El proceso acaba alguna vez, pues lı́mn xn = α. El método de Newton
es muy eciente, y el responsable de esto es el cuadrado que aparece en la fórmula del
error: fíjate que si un número es muy próximo a 0 su cuadrado es mucho más próximo
a 0. El único precio a pagar es que las hipótesis son algo restrictivas y además el
número de iteraciones a calcular para aproximar la raíz no puede conocerse a priori 5 .
Ejemplo:
Encuentra una aproximación a las soluciones de la ecuación
x = cos x
luego por el Teorema de Bolzano f tiene una raíz α en el intervalo [0, π/4]. Por lo
dicho antes, α es la única solución real de la ecuación.
Pasemos ahora a su aproximación. Puesto que el seno es positivo en [0, π/4]
resulta que
f 0 (x) ≥ 1
y en particular f 0 (x) 6= 0, para todo x ∈ [0, π/4]. La segunda derivada de f es
f 00 (x) = cos x, y como el coseno es también positivo en el primer cuadrante se tiene
f 00 (x) > 0
para todo x ∈ [0, π/4]. Así pues, se verican las hipótesis del teorema. Al ser
f (π/4)f 00 (π/4) > 0, la sucesión (xn )n construida por el método de Newton con
x0 = π/4 converge a α.
Calculemos ahora las cotas M y m requeridas para la fórmula del error. Por ser
f 0 y f 00 positivas en [0, π/4] resulta que |f 0 (x)| = f 0 (x) y |f 00 (x)| = f 00 (x) para todo x
en dicho intervalo. Por otra parte, f 0 es creciente y f 00 decreciente en [0, π/4], luego
el mínimo de f 0 y el máximo de f 00 en este intervalo se alcanzan en 0, y podemos
tomar m = f 0 (0) = 1 y M = f 00 (0) = 1. Pasemos a calcular las primeras iteradas. A
partir de x0 = π4 obtenemos
π/4 − cos π/4
x1 = π/4 − = 0,73954.
1 + sen π/4
Utilizando la fórmula del error resulta
1
|x1 − α| ≤ |x1 − x0 |2 ≈ 0,00105.
2
Como este número no es menor que 10−5 , debemos calcular la iterada siguiente,
resultando
0,73954 − cos 0,73954
x2 = 0,73954 − ≈ 0,73909.
1 + sen 0,73954
Aplicando nuevamente la fórmula del error vemos que
1
|x3 − α| ≤ |x3 − x2 |2 ≈ 0,0000001.
2
Como este número es menor que 10−5 ,
x3 = 0,73954
es la aproximación buscada.
2.8. EJERCICIOS 63
2.8. Ejercicios
1. Demostrar (utilizando la denición de derivada de una función) que la función
√
f (x) = x, x ≥ 0
4. Hallar las funciones derivadas de las funciones denidas por las expresiones
siguientes:
q
√ √
sen x2 ; sen2 x ; x+ x+ x ; x2 + 1;
p p
3 4
x−
; ; log tan x2 ; ;
2 −1 2
log xx2 +1 1
ecos log x
arctan2 x
√
arc sen √1x ; ; xsen x ; xx .
1+cos2 x x
21/
64 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
x2 y 2
+ 2 =1
a2 b
y a la hipérbola
x2 y 2
− 2 =1
a2 b
en un punto genérico (x0 , y0 ) de dichas curvas.
6. Hallar las expresión para la derivada n-ésima de las funciones denidas por las
siguientes expresiones:
√
e−2x ; log(1 − x); log(1 − x2 ); log 1 − x2 ; cos x.
10. Se desea colocar un foco de luz sobre el centro de una estancia circular de 30
metros de radio, a una altura tal que el borde reciba la máxima iluminación.
La intensidad luminosa en un punto cualquiera del borde viene dada por la
expresión
cos θ
I =k· ,
d2
donde θ es el ángulo de incidencia (ángulo entre el rayo de luz y la vertical), d
es la distancia de la lámpara a dicho punto, y k una constante. Hallar la altura
adecuada de la lámpara.
11. Dos fuentes de calor, están situadas en puntos A y B , separados por una
distancia de 10 metros. La intensidad de calor en un punto P de la recta que
une A y B está dada por la fórmula
a b
I= 2
+
x (10 − x)2
donde x es la distancia entre A y P , y a y b son constantes. Determina el punto
entre A y B donde la temperatura es mínima.
12. Una estatua de altura H está situada sobre un pedestal de altura h. Determinar
a qué distancia del pie del pedestal debe situarse un observador para ver la
estatua con un ángulo de visión máxima.
13. Estudiar y representar grácamente las funciones denidas por las expresiones
siguientes:
1 x2 log x
; ; .
1 + x2 x+1 x
14. Funciones hiperbólicas. Se consideran las funciones denidas (para todo x ∈ R)
por las expresiones
ex − e−x ex + e−x ex − e−x
senh x = , cosh x = y tanh x = .
2 2 ex + e−x
Estas funciones reciben los nombres de seno hiperbólico, coseno hiperbólico y
tangente hiperbólica, respectivamente.
66 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
y
1 1+x
arg tanh x = log , x2 < 1.
2 1−x
(iv) Representar las funciones hiperbólicas inversas.
x x2
e ≥1+x+
2
y
x2 √ x
1+x− ≤ 1+x≤1+ .
8 2
20. Expresar el polinomio x3 −2x2 +5x−7 en potencias de base (x−1), calculando
el desarrollo de Taylor de la función f (x) = x3 − 2x2 + 5x − 7 en torno al punto
a = 1.
2.8. EJERCICIOS 67
tiene una única solución real, y hallar una aproximación a la misma con error
menor que 10−4 .
√
22. Hallar una aproximación al número 2 con error menor que 10−4 , teniendo en
cuenta que dicho número es raíz de la ecuación x2 − 2 = 0.
x = e−x ,
y hallar una aproximación a las mismas con error menor que 10−3 .
x2 = sen x,
y hallar una aproximación a las mismas con error menor que 10−3 .
68 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
Capítulo 3
La integral
y la de los continentes,
n 2
X 1 k
Sn = ·
k=1
n n
69
70 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
sn ≤ area(R) ≤ Sn
y parece evidente que cuanto mayor sea el número n, más nas serán estas aproxi-
maciones. Este hecho quedará patente si probamos que las sucesiones {sn }n y {Sn }n
convergen ambas a un mismo límite. Veamos que éste es efectivamente el caso.
Fijemos n ∈ N. Simplicando un poco las expresiones para Sn y sn resultan las
identidades n n
1 1 X 2 1 X 2
Sn = · 2 k = 3· k
n n k=1 n k=1
y
n n
1 1 X 2 1 X
sn = · 2 (k − 1) = 3 (k − 1)2
n n k=1 n k=1
de forma que Sn (resp. sn ) es la suma de los cuadrados de los n (resp. n−1) primeros
números naturales dividida entre n3 . En el tema 1 hemos demostrado que
n
X n(n + 1)(2n + 1)
k2 =
k=1
6
Por tanto,
n(n + 1)(2n + 1) (n + 1)(2n + 1)
Sn = 3
=
6n 6n2
y tomando límites deducimos que {Sn }n es convergente y que
1
lı́m Sn =
n 3
Lo mismo sucede con la sucesión {sn }n . En efecto, procediendo como antes se tiene
(n − 1)(2n − 1)
sn =
6n2
y tomando límites resulta
1
lı́m sn =
n 3
Puesto que las sucesiones {sn }n y {Sn }n convergen ambas a 1/3 y para cada n se
tiene la desigualdad
sn ≤ area(R) ≤ Sn
en virtud de la propiedad de la sucesión encajada podemos concluir que
area(R) = 1/3.
3.2. LA INTEGRAL. DEFINICIÓN Y PROPIEDADES 71
De hecho, se cumple que la suma inferior asociada a una partición cualquiera del
intervalo [a, b] es menor o igual que la suma superior asociada a cualquier otra
partición de ese intervalo. Esto implica, en particular, que el conjunto de todas las
sumas inferiores de la función f está acotado superiormente (por cualquier suma
superior) y que el de las sumas superiores es acotado inferiormente (por cualquier
suma inferior). Este hecho motiva la siguiente denición, que viene a generalizar
el paso al límite en las sucesiones de sumas superiores e inferiores asociadas a la
función considerada en la primera sección.
Denición 3.3. Sea f una función acotada denida en el intervalo [a, b]. Se llama
integral superior de f al ínmo de las sumas superiores, esto es,
Z b
f = inf {S(f, P) : P es una partición del intervalo [a, b]} .
a
Nota:
No es difícil ver que cuando f es integrable, f es el único número que satisface
Rb
a
la desigualdad Z b
s(f, P) ≤ f ≤ S(f, P)
a
para cualquier partición P .
Ejemplo:
Si c es un número real, entonces la función constante f (x) = c es integrable en
cualquier intervalo [a, b] de números reales, siendo
Z b
f (x)dx = c(b − a).
a
y
n
X n
X
S(f, P) = Mk (xk − xk−1 ) = c(xk − xk−1 ) = c(b − a).
k=1 k=1
Ejemplo:
Se llama función de Dirichlet a la función f : R −→ R denida por la expresión
(
1 si x ∈ Q;
f (x) =
0 si x 6∈ Q.
por las propiedades de densidad de los números racionales e irracionales, para cada
k = 1, 2, . . . , n se tiene mk = 0 y Mk = 1, luego
s(f, P) = 0 y S(f, P) = b − a.
Este teorema admite una versión más fuerte. Más concretamente puede de-
mostrarse que es válida la misma conclusión, si la función f es continua en todo
punto de [a, b], salvo en una cantidad nita de ellos.
Ejemplos:
(i) Para cada a > 0 se tiene
a
a2
Z
xdx = .
0 2
n n n
X X 1 (k−1)a 1 X a k−1
s(f, P n ) = mk (xk − xk−1 ) = ·e n = en .
k=1 k=1
n n k=1
a
a
lı́m a = lı́m a n = 1,
n n en − 1 n en − 1
y por tanto
lı́m s(f, P n ) = ea − 1.
n
Puesto que lı́m k P n k = 0, haciendo uso del teorema anterior se obtiene la igualdad
n
deseada.
Sumas de Riemann.
La denición de integral así como los resultados obtenidos se basan, como hemos
visto, en el estudio de las sumas superiores e inferiores de Darboux. Sin embargo, en
la práctica, el uso de estas sumas puede resultar algo tedioso, pues no siempre es fácil
76 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
Este resultado, conocido como Regla de Barrow es de una enorme importancia, pues
aparte de su gran relevancia práctica, conecta dos problemas que durante muchos
siglos habían seguido derroteros muy distintos: el de la determinación de la recta tan-
gente a una curva y el del cálculo del área de una región plana. Para la demostración
de la Regla de Barrow resultado necesitamos algunas propiedades especiales acerca
de la integración de funciones continuas.
Teorema 3.12 (Propiedad del valor medio). Sea f : [a, b] −→ R una función
continua. Entonces existe un número c ∈ [a, b] tal que
Z b
f = f (c) · (b − a)
a
Demostración. Por ser continua en el intervalo [a, b], la función f alcanza un valor
máximo M y un valor mínimo m en dicho intervalo, de modo que
m ≤ f (x) ≤ M, ∀x ∈ [a, b]
Demostración. Fijemos x ∈ [a, b]. Tenemos que probar que el límite lı́mh → 0 F (x+h)−F
h
(x)
existe y vale f (x). Supongamos en primer lugar que x ∈ [a, b). Para cada h > 0 se
tiene R x+h Rx R x+h Ra R x+h
F (x + h) − F (x) f− a f f+ xf f
= a = a = x
h h h h
Como la función f es continua, el Teorema 3.12 (aplicado en el intervalo [x, x + h])
garantiza la existencia de un número ch ∈ [x, x + h] tal que
Z x+h
f = f (ch ) · h
x
Así pues, existe la derivada lateral por la derecha de F en el punto x, siendo F+0 (x) =
f (x). De forma análoga se demuestra que para todo x ∈ (a, b] existe y vale f (x) la
derivada lateral de F por la izquierda. Por tanto, F es derivable en todo punto
x ∈ [a, b] y F 0 (x) = f (x).
dene una primitiva de f en [a, b] (en particular, toda función continua tiene prim-
itiva). Por otra parte, en virtud del Corolario 2.14 se sigue que si F y G son dos
funciones primitivas de f entonces existe una constante C tal que
Corolario 3.15 (Regla de Barrow). Sea f una función continua en [a, b]. Si G
es una primitiva de f en [a, b] entonces
Z b
f = G(b) − G(a).
a
Z b
f = G(b) − G(a)
a
Ejemplo
Z 1
1
xn dx =
0 n+1
Z 1
1 0 1
xn dx = G(1) − G(0) = − =
0 n+1 n+1 n+1
lo intentes, nunca encontrarás una fórmula para las primitivas de estas funciones.
Pese a estas limitaciones, es conveniente disponer de algunas técnicas de integración.
Leyendo al revés las fórmulas usuales de derivación podemos obtener los primeros
ejemplos de integrales indenidas. Son las integrales inmediatas, que recogemos en
82 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
la siguiente lista:
Z
kdx = kx + C
xn+1
Z
xn dx = + C, n 6= −1
n+1
Z
dx
= log x
x
ax
Z
ax dx = +C
log a
Z
cos xdx = sen x + C
Z
sen xdx = − cos x + C
Z
dx
= tan x + C
cos2 x
Z
dx
√ = arcsin x + C
1 − x 2
Z
dx
= arctan x + C
1 + x2
La linealidad de la derivada implica automáticamente la fórmula
Z Z Z
(αf (x) + βg(x))dx = α f (x)dx + β g(x)dx
que permitirá calcular primitivas de funciones que puedan expresarse como combi-
naciones lineales de funciones cuyas primitivas sepamos calcular. Utilizando la regla
de la cadena podemos deducir versiones generalizadas de las integrales inmediatas,
como
af (x)
Z
f 0 (x)af (x) dx =
log a
o
f 0 (x)
Z
dx = arctan f (x)
1 + (f (x))2
Te sugerimos que escribas una tabla análoga a la anterior, con las correspondientes
generalizaciones. Muchas de las integrales que irán apareciendo son o pueden re-
ducirse a integrales de estos tipos.
Ejemplos
(a) En la integral √3+x
x
2 dx apreciamos el producto de la función f (x) = 3 + x
R 2
(b) La integral cos 7xdx sería inmediata si el integrando estuviese multiplicado por
R
(c) La integral x2
es un arco tangente. En efecto,
R
1+x6
dx
x2 3x2
Z Z
1 1
6
dx = 3 2
dx = arctan x3 + C
1+x 3 1 + (x ) 3
y despejando se obtiene
Z Z
0
u(x)v (x)dx = u(x)v(x) − u0 (x)v(x)
Ejemplos
(a) Si en la integral xex dx hacemos u = x y v 0 = ex tenemos que u0 = 1 y
R
(b) Para calcular la integral I = e−x sen 2xdx hacemos u = e−x y v 0 = cos 2x.
Entonces u0 = −e−x y v = sen22x , y por tanto
Z Z
1 1
I = uv − vu = e−x sen 2x +
0
e−x sen 2xdx (3.2)
2 2
Para el cálculo de e−x sen 2xdx integramos nuevamente por partes. Haciendo u =
R
Consecuentemente,
e−x
I 1
I+ = sen 2x − cos 2x
4 2 2
es decir,
e−x
5I 1
= sen 2x − cos 2x
4 2 2
y por tanto,
2 −x 1
I= e sen 2x − cos 2x + C
5 2
El último de los métodos generales de integración es el conocido método de susti-
tución o del cambio de variable, basado en la regla de la cadena. Pretendemos hallar
una primitiva de la función f (x). Si encontramos una función derivable e inyectiva
ϕ(t) tal que la integral Z
F (t) := f (ϕ(t))ϕ0 (t)dt
Ejemplo
R√
Para hallar la integral 1 − x2 dx podemos hacer el cambio x = sen t (es decir,
ϕ(t) = sen t) con lo cual x0 = cos t. Por tanto2
Z √ Z √ Z
1− x2 dx = 1− sen2 t cos tdt = − cos2 tdt
En este caso sí que hay que comprobar la inyectividad de ϕ en el intervalo [c, d],
pero como puedes ver no es necesario deshacer el cambio de variable.
Ejemplo
Pretendemos hallar el valor de la integral
Z 1 √
1 − x2 dx
0
2 Fíjateque este cambio de variable elimina la raíz del integrando. La sustitución x = cos t
produce el mismo efecto.
86 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
Por tanto Z 1 √ π
1 − x2 dx =
0 4
Así, podemos limitarnos al caso en que grado(P ) < grado(Q). Toda fracción de este
tipo puede descomponerse como suma de fracciones más simples.
Sean a1 , . . . , an las raíces reales de Q y x2 +α1 x+β1 , . . . , x2 +αm x+βm los factores
cuadráticos irreducibles a los que dan lugar cada una de las raíces imaginarias de Q
y su conjugada (si u+iv es una raíz imaginaria de Q, el factor cuadrático irreducible
correspondiente es el polinomio (x − (u + iv))(x − (u − iv)) = x2 − 2ux + u2 + v 2 ).
3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 87
donde Ai,1 , . . . , Ai,pi , Bi,1 , Ci,1 , . . . , Bi,qi , . . . , Ci,qi son ciertas constantes reales. En
otras palabras, si a es una raíz de Q con multiplicidad p, entonces a genera una
descomposición del tipo
A1 A2 Ap
+ 2
+ ··· + .
x − a (x − a) (x − a)p
Y si en la descomposición de Q aparece el factor cuadrático irreducible x2 + αx + β
con multiplicidad q , entonces dicho factor da lugar a una suma de la forma
B1 x + C1 B2 x + C2 Bq x + Cq
+ 2 + ··· + 2 .
x2 + αx + β (x + αx + β) 2 (x + αx + β)q
Las constantes que aparecen en los denominadores de la descomposición pueden
hallarse utilizando, por ejemplo, el método de los coecientes indeterminados.
Así pues, nuestro problema se reduce al cálculo de integrales de los siguientes
tipos:
Ejemplo:
Calculemos la integral
2x5 − 8x4 + 18x3 − 23x2 + 20x − 8
Z
I= dx.
x2 (x2 − 2x + 2)2
El denominador tiene por raíces el número 0 (con multiplicidad 2), y los números
complejos 1 + i y 1 − i (también con multiplicidad 2). De acuerdo con lo que hemos
dicho más arriba, el integrando puede expresarse en la forma
2x5 − 8x4 + 18x3 − 23x2 + 20x − 8 A B Cx + D Ex + F
2 2 2
= + 2+ 2 + 2 .
x (x − 2x + 2) x x x − 2x + 2 (x − 2x + 2)2
90 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
Al desarrollar este polinomio e identicar los coecientes de los monomios del mismo
grado se obtiene el sistema de ecuaciones lineales
A+C =2
− 4A + B − 2C + D = −8
8A − 4B + 2C − 2D + E = 18
− 8A + 8B + 2D + F = −23
4A − 8B = 20
4B = −8
Hallemos las primitivas de las cuatro fracciones que aparecen el segundo miembro.
Para la primera se tiene Z
1
dx = log |x|,
x
y para la segunda
−2
Z
2
2
dx = .
x x
Para calcular la tercera integral manipulamos el numerador hasta obtener la suma
de un logaritmo más un arco tangente. Operando un poco se tiene
Z Z
x 1 2x
2
dx = 2
dx
x − 2x + 2 2 x − 2x + 2
2x − 2
Z Z
1 1 2dx
= 2
dx + 2
2 x − 2x + 2 2 x − 2x + 2
Z
dx
= log(x2 − 2x + 2) + .
x2 − 2x + 2
y por tanto,
Z
x 1
dx = log(x2 − 2x + 2) + arctan(x − 1).
x2 − 2x + 2 2
Falta por calcular la integral
Z
dx
.
(x2 − 2x + 2)2
Puesto que x2 − 2x + 2 = (x − 1)2 + 1, haciendo el cambio de variable t = x − 1 se
tiene Z Z
dx dt
= .
(x2 − 2x + 2)2 (t2 + 1)2
Para hallar esta última integral podemos echar mano de la fórmula de recurrencia
deducida en la página 89 con k = 2, o bien utilizar el argumento que allí hemos
empleado, obteniendo
Z Z
dt 1 t dt t
2 2
= 2
2 + (4 − 3) 2
= 2
+ arctan t.
(t + 1) 2 t +1 1+t 2(t + 1)
Deshaciendo ahora el cambio de variable resulta
x−1
Z
dx
= + arctan(x − 1).
(x2 − 2x + 2)2 2(x2 − 2x + 2)
Sumando las cuatro integrales se obtiene, nalmente,
2 3 1 x−1
I = log |x| + + arctan(x − 1) + log(x2 − 2x + 2) + 2
.
x 2 2 2(x − 2x + 2)
y
1
x0 =
(1 − t2 )1/2
de modo que
(1 − t2 )3/2 t3
Z Z Z
3
cos xdx = dt = (1 − t2 )dt = t −
(1 − t2 )1/2 3
y por tanto,
sen3 x
Z
cos3 xdx = sen x − +C
3
o bien
t = arctan x
1 − tan x
Z
dx
1 + tan x
conduce a
1−t
Z
dt
(1 + t)(1 + t2 )
y
ax + b
tn =
cx + d
la integral correspondiente se reduce a la de una función racional en la variable t.
Una integral de este tipo es Z √
x
√
3
dx.
1+ x2
Los exponentes son 1/2 y 2/3, luego el mínimo común múltiplo de sus denominadores
es 6. Haciendo
t6 = x
√ √
resulta x0 = 6t5 , 3
x2 = t4 y x = t3 . Por tanto,
√
6t9
Z Z
x
√ dx = dt.
3
1 + x2 1 + t3
√
Integrales de funciones racionales de x y Ax2 + Bx + C
√
Completando cuadrados en el radicando, la raíz Ax2 + Bx + C puede trans-
formarse en una expresión de los tres tipos siguientes:
(i)a2 − (bx + c)2 .
p
En el caso (ii),
bx + c = a tan t
y en el tercero,
bx + c = a sec t
En cada caso la integral resultante es la de una función trigonométrica en cos t y
sen t, que sabemos resolver.
3 Estos cambios de variable no son, desde luego, los únicos que funcionan.
3.5. APLICACIONES DE LA INTEGRAL 95
Ejemplo
Sea la integral Z √
x2 + 4x + 6dx
Justiquemos esta fórmula. Sea P = {a = x0 < x1 < . . . < xn = b} una partición del
intervalo [a, b]. La suma de Riemann de la función πf 2 correspondiente la partición
P y un conjunto de puntos intermedios C = {c1 , . . . , cn } es
n
X
2
σ(πf , P, C) = πf 2 (ci )(xi − xi−1 )
i=1
Ejemplo
El volumen de una bola (o esfera) de radio R es
4
V = πR3
3
En efecto, la bola de radio R puede verse como el cuerpo generado por la rotación
alrededor del eje Ox de la gráca de la función
√
f (x) = R 2 − x2
revolución alrededor del eje como ocurre, por ejemplo, con una pirámide cuya base
es un polígono regular. Supongamos que Ω es un sólido cuyas secciones producidas
por planos perpendiculares a una recta ja r tienen área conocida. Mediante un
movimiento adecuado podemos conseguir que la recta r sea el eje Ox, y el cuerpo
(que se supone acotado) estará delimitado por los planos perpendiculares a r que
pasan por dos puntos a y b (o más precisamente (a, 0, 0) y (b, 0, 0)). Con una pequeña
variante del argumento utilizado previamente se demuestra que si el área de la sección
producida por un plano perpendicular a r en un punto genérico x ∈ [a, b] es A(x),
entonces Z b
V (Ω) = A(x)dx
a
Ejemplos
El volumen de una pirámide recta de altura h cuya base es un cuadrado de lado
a es
1
V = a2 h
3
Para comprobarlo ubicamos el eje de nuestra pirámide sobre el eje Ox, con el vértice
situado sobre el origen de coordenadas. La base de la pirámide estaría situada a una
distancia h. La sección producida por un plano perpendicular al eje a distancia
x ∈ [0, h] es un cuadrado que, cuyo lado (utilizando algo de trigonometría) vemos
que tiene lado xa/h. Por tanto, el área de dicha sección es A(x) = ahx2 . Utilizando
2 2
Obtén la fórmula del volumen para una pirámide recta de altura h que tiene por
base un polígono regular de área A.
P0 , P1 , . . . , Pn es
n−1 q
X
l(P) = (xi − xi−1 )2 + (f (xi ) − f (xi−1 ))2
i=1
Así,
p p
(xi − xi−1 )2 + (f 0 (ci ))2 (xi − xi−1 )2 = 1 + (f 0 (ci ))2 (xi − xi−1 )
y por tanto,
n−1
X p
l(P) = 1 + (f 0 (ci ))2 (xi − xi−1 )
i=1
Ejemplo
La longitud de la catenaria
y = cosh x
son f (xi−1 ) y f (xi ). La Geometría Elemental nos enseña que el área del tronco de
cono con generatriz de longitud s y cuyos bases tienen radios R y r es
π(R + r)s
Z b p
A(Ω) = 2π f (x) 1 + f 0 (x)2 dx
a
Ejemplo
El área de una esfera de radio R es
A = 4πR2
Ya hemos dicho que la esfera resulta del giro alrededor del eje de abscisas de la
√
gráca de f (x) = R2 − x2 . Como f 0 (x) = √R−x
2 −x2 se tiene
r
p x2 R
1+ f 0 (x)2 = 1+ 2
= 2
R−x R − x2
100 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
luego
p
f (x) 1 + f 0 (x)2 = R
Por tanto,
Z R p Z R
A = 2π f (x) 1 + f 0 (x)2 = 2π Rdx = 4πR2 .
−R −R
Por otra parte, aun cuando el cálculo de la primitiva es posible, éste puede resultar
sumamente engorroso, como ocurre, por ejemplo, con la integral
Z 1
dt
.
0 t3 +t+1
Desde el punto de vista práctico, esto no supone el menor inconveniente, pues ex-
isten procedimientos que permiten calcular el valor de una integral con el grado de
aproximación que se desee. En esta sección estudiamos dos de los métodos más el-
ementales de integración numérica. La losofía de estos métodos consiste en dividir
el intervalo de integración en una cantidad sucientemente grande de subintervalos
y determinar, en cada uno de ellos, una función que aproxime más o menos bien a
la función dada y cuya integral sea fácil de hallar: la suma de las integrales fáciles
correspondientes a estos subintervalos será una estimación de la integral que quer-
emos calcular. Esta idea no es muy novedosa en realidad, pues es la que subyace
esencialmente en el concepto de integral.
puntos (xk−1 , f (xk−1 )) y (xk , f (xk ))). La idea del método de los trapecios consiste
en aproximar el valor de la integral ab f por medio de la suma
R
n Z
X xk
pk (x)dx.
k=1 xk−1
n
" n−1
#
hX f (a) X f (b)
In = (f (xk−1 + f (xk )) = h · + f (xk ) + .
2 k=1 2 k=1
2
El siguiente teorema proporciona una cota del error que se comete al utilizar esta
suma para calcular la integral ab f .
R
Teorema 3.16. Supongamos que f tiene derivada segunda continua en [a, b], y sea
M ≥ máx{|f 00 (x)| : x ∈ [a, b]}. El error cometido al aproximar la integral f por
Rb
a
el método de los trapecios al dividir [a, b] en n subintervalos es menor o igual que
M (b − a)3
.
12n2
Demostración. Se trata de estimar la diferencia
Z b n n Z xk
hX X
In − f= (f (a + (k − 1)h + f (a + kh)) − f
a 2 k=1 k=1 x k−1
n
" Z xk #
X h
= (f (a + (k − 1)h + f (a + kh)) − f .
k=1
2 x k−1
Notemos que esta función es la que asocia, a cada t ∈ [0, h], la diferencia entre la
integral de f en el intervalo [xk−1 , xk−1 +t] y la integral de la función afín que conecta
102 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
los puntos (xk−1 , f (xk−1 ) y (xk−1 + t, f (xk−1 + t). Nuestro cometido, claro está, es
estimar el valor de Fk para t = h.
Utilizando las reglas usuales de derivación y el Teorema fundamental del Cálculo
se obtiene
1 tf 0 (xk−1 + t)
Fk0 (t) = (f (xk−1 ) + f (xk−1 + t)) + − f (xk−1 + t).
2 2
de modo que
h h
M t2 M h3
Z Z
|Fk (h)| ≤ |Fk0 (t)|dt ≤ = .
0 0 4 12
Consecuentemente,
Z b X n
nM h3 nM (b − a)3 M (b − a)3
In − f ≤ |Fk (h)| ≤ = = .
12 n 3 n 2
a k=1
3.6. INTEGRACIÓN NUMÉRICA 103
Ejemplo:
Hallemos una aproximación a la integral
Z 1
2
e−x dx
0
Por otra parte, |2x2 − 1| ≤ 1 para todo x ∈ [0, 1] (razónese por qué), luego
n Z
X x2k
pk (x)dx.
k=1 x2k−1
104 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
p(x) = Ax2 + Bx + C,
Y por tanto,
f (α) − f (γ) = Ah2 − 2Aγh − Bh. (3.5)
Análogamente, de la igualdad f (β) = p(β) = p(γ + h) deducimos que
n/2
X h
In = [f (x2k−2 ) + 4f (x2k−1 ) + f (x2k )] .
k=1
3
Teorema 3.17. Supongamos que f tiene derivada segunda continua en [a, b], y
sea M ≥ máx{|f (iv) (x)| : x ∈ [a, b]}. El error cometido al aproximar la integral
f por el método de Simpson al dividir el intervalo [a, b] en un número par n de
Rb
a
subintervalos es menor que
M (b − a)5
.
180n4
supuesto que dicho límite exista. Esta idea sugiere la siguiente denición.
106 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
Denición 3.18. Sea f una función continua denida en [a, ∞). Se dice que la
integral impropia a∞ f es convergente si existe y es nito el límite lı́mx → ∞ f (t)dt.
R Rx
a
En tal caso escribimos
Z ∞ Z x
f (t)dt = lı́m f (t)dt
a x → +∞ a
Z a Z a
f (t)dt = lı́m f (t)dt
−∞ x → −∞ x
Ejemplo
Sea p > 0. Entonces la integral
Z p
dt
1 tp
converge si p > 1 y diverge cuando p ≤ 1.
Para comprobar esto consideramos por separado los casos p 6= 1 y p = 1. (a)
Caso p 6= 1. Para todo x ≥ 1 se tiene
x x
x1−p − 1
Z Z
dt −p
= t dt =
1 tp 1 1−p
Cuando p > 1 entonces 1 − p < 0. Por tanto lı́mx → ∞ x1−p = 0 y
x1−p − 1 −1 1
lı́m = =
x→∞ 1 − p 1−p p−1
Así pues, la integral es convergente siendo su valor
Z ∞
dt 1
p
=
1 t 1−p
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 107
Ejemplo
La integral impropia Z ∞
cos tdt
0
es oscilante.
En efecto, para todo x ≥ 0 se tiene 0x cos tdt = sen x − sen 0 = sen x, y al
R
Proposición 3.19. Sea f : [a, ∞) −→ R una función continua, y sea b ∈ [a, ∞).
Entonces la integral f es convergente si y sólo si es convergente la integral f.
R∞ R∞
a b
En tal caso, Z ∞ Z b Z ∞
f (t)dt = f (t)dt + f (t)dt
a a b
de aditividad del intervalo para la integral ordinaria, para cada x ≥ b tenemos que
f = a f − a f , y haciendo x → +∞ en esta igualdad se sigue que es convergente
Rx Rx Rb
b
la integral b∞ f y que a∞ f = a∞ f + ab f . El mismo argumento demuestra la
R R R R
implicación contraria.
análogo se obtiene para las integrales de funciones denidas en intervalos del tipo
(−∞, a] (hazlo como ejercicio).
108 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
Esta denición parece hacer depender del número a tanto el carácter como el valor de
R∞
la integral −∞ f , pero realmente no es así. Un dibujo es suciente para convencerte
de este hecho, pero no es difícil justicarlo analíticamente. En efecto, asumamos
por ejemplo que a∞ f y −∞ f son convergentes, y sea b otro número cualquiera.
R Ra
Supongamos para jar ideas que b > a. Entonces, por la Proposición 3.19 se sigue
que la integral b∞ f , y que
R
Z ∞ Z ∞ Z b
f (t)dt = f (t)dt − f (t)dt
b a a
Criterios de convergencia
En general, no siempre puede determinarse el valor de una integral impropia
haciendo uso exclusivo de la denición, pues esto implica el cálculo de una primitiva,
que como sabemos no siempre es posible. Éste es el caso de la integral de Gauss
Z ∞
2
e−t dt
0
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 109
o de la integral de Fresnel Z ∞
cos t2 dt
0
que desempeñan papeles muy importantes en Cálculo de Probabilidades y en Física
Matemática. Por otra parte, aun cuando el cálculo de la primitiva es posible, éste
puede resultar sumamente engorroso, como ocurre, por ejemplo, con la integral
Z ∞
dt
0 (t2 + t + 1)10
Sin embargo, existen procedimientos sencillos que permiten deducir el carácter de
convergencia de la integral sin necesidad de efectuar el cálculo de la primitiva corre-
spondiente. Tales procedimientos se basan en propiedades cualitativas de la función
integrando. En esta sección estudiamos algunos de estos criterios. Empezamos con
las integrales del tipo a∞ f (t)dt, donde f es una función de signo constante (es decir,
R
tiene una propiedad importante: es creciente (razona por qué). Este hecho es la clave
del siguiente resultado.
Lema 3.21. Sea f : [a, +∞) −→ R una función continua y positiva. Entones la
integral impropia a∞ f (t)dt es convergente si, y sólo si, la función F (x) =
R Rx
a
f (t)dt
es acotada superiormente.
Demostración. Hemos dicho que la función F (x) = a∞ f (t)dt es creciente. Sabemos
R
Entonces:
(1) Si la integral converge también lo hace f (t)dt.
R∞ R∞
a
g(t)dt a
F (x) ≤ G(x), ∀x ≥ a
ormente por el Lema 3.21, y puesto que F ≤ G se sigue que también F es acota-
da superiormente. Aplicando nuevamente el Lema 3.21 se concluye que la integral
R∞
a
f (t)dt es convergente.
(2) Si la integral a∞ f (t)dt es divergente, la integral a∞ g(t)dt no puede ser
R R
Demostración. Probamos sólo la armación (1), las otras dos siguen de forma análo-
ga. Sea L = lı́mt → +∞ fg(t)
(t)
. Como f y g son positivas tiene que ser L ≥ 0, y por la
hipótesis (L 6= 0) resulta que L > 0. Podemos tomar un > 0 pequeñito de modo
que L − siga siendo positivo. Por la denición de límite encontramos un número h
tal que si x ≥ h entonces L − < fg(x)
(x)
< L + . Multiplicando esta desigualdad por
g(x) resulta
(L − )g(x) ≤ f (x) ≤ (L + )g(x), ∀x ≥ h
Ejemplo
La integral Z ∞
t+1
dt
2 t4 + t2 + 2
es convergente.
En efecto,
t+1
t4 +t2 +2
lı́m 1 =1
t→∞
t3
R∞
y como 2
dt
t3
es convergente también la integral propuesta es convergente.
Ejemplo
La integral de Gauss Z ∞
2
e−t dt
0
es convergente.
Para comprobarlo utilizamos la función auxiliar t 7→ t−2 . Como
2
e−t t2
lı́m −2 = lı́m t2 = 0
t→∞ t t→∞ e
Ejemplo
La integral Z ∞
dt
2 log t
es divergente.
Ahora comparamos con la integral 2∞ dtt , que es divergente. Claramente
R
1
log t t
lı́m = lı́m = +∞
t→∞ 1 t → +∞ log t
t
tados estudiados previamente son válidos en este contexto, con las modicaciones
oportunas en sus enunciados. Te sugerimos que enuncies las correspondientes ver-
siones del Teorema 3.28 y el Corolario 3.24.
Ejercicio 3.25. Determina el carácter de la integral .
R0 t
−∞ et4
dt
o −∞ f (t)dt.
R∞
y puesto que las integrales a∞ |f (t)|dt y a∞ g(t)dt convergen inferimos que también
R R
Ejemplo
La integral Z ∞
sen t
dt
1 t2
es convergente.
En efecto, como para cada t ≥ 1 es
sen t 1
t2 ≤ t2
luego
x2
sen x2 sen 1 1
Z
sen s
F (x) = − − ds
2x 2 4 1 s3/2
R∞
La integral 1 sen s
s3/2
es absolutamente convergente (razona por qué), luego existe y
ds
R x2 sen s
es nito el límite lı́m
x → +∞ 1 s3/2 ds. Por otra parte, es claro que lı́mx → +∞ 2x =
sen x2
Denición 3.27. Sea f una función continua denida en el intervalo (a, b]. Se dice
que la integral impropia f converge si existe y es nito el límite lı́m → 0+ f (t)dt.
Rb Rb
a a+
En tal caso se escribe Z b Z b
f (t)dt = lı́m+ f (t)dt
a →0 a+
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 115
Cuando este límite sea +∞ (resp. −∞) se dice que la integral es divergente a +∞
(resp. −∞) y se escribe a f (t)dt = +∞ (resp. a f (t)dt = −∞). Si el límite no
Rb Rb
Ejemplo
Sea p > 0. Entonces la integral impropia
Z b
dt
a (t − a)p
Ejemplo
La integral
Z π
2 dt
dt
0 1 − cos t
es divergente.
Para comprobarlo empezamos observando que la función integrando sólo presenta
problemas de acotación en las proximidades del punto 0. Es claro que
1
1−cos t
lı́m 1 = 2 6= 0
t → 0+
t2
Ejemplo
La integral
1
cos 1t
Z
√ dt
0 t
es convergente.
En efecto, puesto que
cos 1t
√ ≤ √1 , ∀t ∈ (0, 1]
t t
y la integral es convergente, por el criterio de comparación se sigue que también
R1 dt
√
0 t
R 1 cos 1t
converge la integral 0 √t dt, de modo que la integral propuesta es absolutamente
convergente, y en particular convergente.
3.8. EJERCICIOS 117
Todavía nos quedan un par de casos para acabar con todos los tipos de integrales
impropias que pueden presentarse. Se trata de las integrales de funciones que pre-
sentan problemas de acotación en los dos límites de integración, como por ejemplo
Z 3
dt
p
1 (t − 1)(3 − t)
Denición 3.30. Sea f una función continua denida en el intervalo abierto (a, b),
donde −∞ ≤ a < b ≤ ∞. Se dice que la integral ab f (t)dt es convergente si existe
R
un número c ∈ (a, b) tal que las integrales ac f (t)dt y cb f (t)dt son convergentes. El
R R
3.8. Ejercicios
1. Calcular, utilizando sumas de Riemann apropiadas, el valor de las siguientes
integrales: Z a Z a
x2 dx; x3 dx.
0 0
2. Sea f una función continua y positiva en el intervalo [a, b]. Demostrar que si
f (x)dx = 0 entonces f (x) = 0 para todo x ∈ [a, b] ¾Es cierta esta armación
Rb
a
si f no es continua?
118 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
respuestas.
4. Generalización del Teorema del valor medio. Probar que si f y g son funciones
continuas en [a, b], y g es positiva en dicho intervalo entonces existe c ∈ [a, b]
tal que Z bZ b
f (x)g(x)dx = f (c) g(x)dx.
a a
Indicación: puede utilizarse el argumento empleado en la demostración del
Teorema 3.12.
log5 x
tan xdx; ; dx
.
R R R
x
dx x log x
dx
; dx
R R
cos3 x sen x+cos x
.
12. Hallar el área del recinto limitado por la parábola y 2 = 4x y la recta y = 2x−4.
16. Hallar el volumen del cuerpo que se obtiene al hacer girar alrededor del eje
horizontal la región limitada por las curvas de ecuaciones y = x2 e y = x3 .
19. Hallar el volumen de un cono recto de altura h que tiene por base una elipse
de semiejes a y b. Indicación: utilizar la solución del ejercicio 15.
y 0 + P (x)y = Q(x),
con error menor que 10−4 haciendo uso del método de los trapecios y el método
de Simpson.
con error menor que 10−4 haciendo uso del método de los trapecios y el método
de Simpson.
3.8. EJERCICIOS 121
25. Hallar una aproximación al número log 2 con error menor que 10−2 teniendo
en cuenta que Z 2
dx
log 2 = .
1 x
26. Hallar una aproximación al número π con error menor que 10−2 teniendo en
cuenta que Z 1
π dx
= .
4 0 1 + x2
27. Estudiar el carácter de convergencia de las siguientes integrales impropias:
R∞ R∞ R∞
3
x
x2 −3x+2
dx; 2
x
x2 −3x+2
dx; 0
√ dx dx
1+x4
;
Rπ Rπ R∞
2
0
√ dx dx
sen x
; 0
2 dx
1−cos x
; x
−∞ cosh x
dx .
(Notemos que que esta función está bien denida, al ser convergente la
integral). Demostrar que para todo p > 0 se tiene
Γ(p + 1) = pΓ(p).
29. Transformación de Laplace. Sea f una función denida en [0, ∞), integrable en
cada intervalo cerrado y acotado de números positivos. Se llama transformada
de Laplace de f a la función
Z +∞
F (s) = e−sx f (x)dx,
0
122 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL
supuesto que dicha integral impropia sea convergente. Esta función se denota
habitualmente con el símbolo L(f ). Comprobar que las siguientes funciones
tienen transformada de Laplace. Calcular dichas transformadas.
Series
∞
X
an = S
n=1
123
124 CAPÍTULO 4. SERIES
(1) Si ambas series son convergentes y α y β son números reales, entonces la serie
de término general {αan + βbn }n es también convergente y
∞
X ∞
X ∞
X
(αan + βbn ) = α an + β bn
n=1 n=1 n=1
(2) Si an = bn para todo n mayor que cierto número m, entonces ambas series
tienen el mismo carácter. En particular, el carácter de una serie no se altera
si se modica una cantidad nita de sus términos.
Demostración. La armación (1) es consecuencia inmediata de las propiedades ar-
itméticas de los límites de sucesiones. Para probar (2) basta tener en cuenta que si
Sn y Sn0 son las sumas parciales n-ésimas de ∞ n=1 an y n=1 bn , respectivamente,
P P∞
entonces la sucesión {Sn − Sn }n tiene todos sus términos iguales (a 0) a partir del
0
m-ésimo.
4.1. SERIES NUMÉRICAS. DEFINICIÓN Y PROPIEDADES 125
Aparte de la serie geométrica de razón con módulo menor que 1 no hay muchas
series convergentes cuya suma pueda calcularse por métodos directos. Por este moti-
vo, de momento restringiremos nuestra atención al estudio de criterios que permitan
decidir sobre el carácter de convergencia o divergencia de una serie. El primer resul-
tado en esta dirección es la siguiente condición necesaria de convergencia.
Ejemplos:
(a) La serie ∞
n=1 n+1 no es convergente, al no tener límite 0 la sucesión { n+1 }n .
n n
P
general.
Nota
La condición lı́mn an = 0 no garantiza la convergencia de la serie an . Por
P∞
n=1
ejemplo, el término general de la serie
∞
X 1
√
n=1
n
1 1 1 1 1 n √
Sn = 1 + √ + √ + · · · + √ ≥ √ + · · · + √ = √ = n → ∞
2 3 n n n n
126 CAPÍTULO 4. SERIES
f (n) = an , ∀n ∈ N
es decir,
ak ≥ f (t) ≥ ak+1
Integrando en el intervalo [k, k + 1] resulta
Z k+1
ak ≥ f (t)dt ≥ ak+1
k
El Lema 4.3 es también la clave del siguiente resultado, cuyo enunciado (y de-
mostración) son completamente análogos a los del Teorema 3.28.
n=1 an .
P∞
Ejemplo
La serie
∞
X 1
√
n=1
n2 + 5n + 3
es divergente.
En efecto, como
√ 1
n2 +5n+3 n
lı́m 1 = lı́m √ = 1 6= 0
n
n
n n2 +n+5
Comparando con series geométricas se deducen también los dos siguientes crite-
rios de convergencia, que resultarán de gran utilidad en el estudio de las series de
Taylor.
Corolario 4.8 (Criterio de la raíz, Cauchy). Sea {an }n una sucesión de térmi-
nos positivos tal que existe el límite
√
lı́m n
an = L
n
es decir,
ann < M n
Así pues, todos los términos de nuestra serie, a partir del N -ésimo están mayorados
por los términos de una serie geométrica de razón M , la cual es convergente al ser
M < 1 (y M ≥ 0, naturalmente). Por el criterio de comparación se sigue que la
serie ∞ n=N an es convergente, y teniendo en cuenta que el carácter de una serie no
P
cambia si se suprime o modica una cantidad nita de sus términos deducimos que
la serie ∞ n=1 an es convergente.
P
Supongamos ahora que L > 1, y jemos un número M tal que 1 < M < L. Al
igual que antes encontramos un entero positivo N tal que si n ≥ N entonces
Esto implica que la sucesión {an }n no converge a 0, y en virtud del Teorema 4.2 se
sigue que la serie ∞n=1 an es divergente.
P
Ejemplo
Determinemos el carácter de la serie
∞ n2
X n
n=1
n+1
Corolario 4.9 (Criterio del cociente, d'Alembert). Sea {an }n una sucesión de
términos positivos tal que existe el límite
an+1
lı́m =L
n an
Entonces la serie an converge si L < 1 y diverge si L > 1.
P∞
n=1
Ejemplo
Estudiemos el carácter de la serie
∞
X n
n=1
2n
En este caso es an = n
2n
, y puesto que
n+1
an+1 2n+1 n 1
lı́m = lı́m n = lı́m = <1
n an n
2n
n 2(n + 1) 2
se sigue que la serie es convergente.
Nota
El criterio de d'Alembert no decide cuando lı́mn an+1 an
= 1. Así por ejemplo,
aplicando el test de este criterio a las series n n y n n2 vemos que en ambos
P 1 P 1
Ejemplo
La serie ∞
X cos n
n=1
n2
4.2. CRITERIOS DE CONVERGENCIA 131
El recíproco del teorema precedente es falso, es decir, existen series que convergen
pero no lo hacen absolutamente (enseguida veremos un ejemplo). El caso más sencillo
en el que resulta fácil decidir sobre el carácter de convergencia de una serie (cuando
ésta no es absolutamente convergente) es el de las series alternadas, esto es, series
cuyos términos son alternativamente positivos y negativos. Para estas series se tiene
el siguiente resultado.
Teorema 4.11 (Leibniz). Sea {an }n una sucesión decreciente de números posi-
tivos. Si lı́mn an = 0 entonces la serie alternada
∞
X
(−1)n+1 an
n=1
es convergente.
Demostración. Nos limitaremos a enunciar las ideas esenciales de la demostración.
Con ayuda de un pequeño dibujo puedes ver que
S2 ≤ S4 ≤ S6 ≤ S8 ≤ · · · ≤ S7 ≤ S5 ≤ S3 ≤ S1
es decir, que la sucesión de sumas parciales de índice par crece, mientras que la
sucesión de sumas parciales impares decrece, y que cualquier suma de índice par es
menor o igual que cualquier suma de índice impar. Se sigue que existen números
α y β tales que lı́mm S2m = α y lı́mm S2m−1 = β , y forzosamente se tiene que
α ≤ β . Nuestro objetivo es demostrar que realmente α = β . En la demostración de
estas propiedades hemos utilizado únicamente el hecho de que los números an son
positivos. Ahora sacamos punta a la hipótesis lı́m an = 0. Fíjate que la diferencia
entre una suma superior de índice par, S2m , y la correspondiente suma de índice
impar, S2m−1 , es
S2m − S2m−1 = (−1)2m+1 a2m = −a2m
Como lı́mn an = 0 resulta que también lı́mm a2m = 0. Por tanto,
y puesto que S2m − S2m−1 → α − β se sigue que α = β . Es decir, que las sucesiones
{S2m }m y {S2m−1 }m tienen el mismo límite. Sabemos que una sucesión converge si
las subsucesiones formadas por los términos pares e impares son ambas convergentes
y tienen el mismo límite. Por tanto, la sucesión {Sn }n es convergente.
Nota
La prueba precedente contiene cierta información sobre la suma de la serie. Nos
dice que si la suma es S entonces para cada n ∈ N se tiene
n
X
S − (−1)k+1 ak < an+1
k=0
Ejemplo
La sucesión an = 1
n
es decreciente y tiene límite 0. Por tanto la serie
∞
X (−1)n+1 1 1 1
=1− + − − ···
n=1
n 2 3 4
converge absolutamente.
también convergente.
n=1
Demostración. Supongamos que |x| < ρ. Entonces, por la denición del radio de
convergencia existe un número L, |x| < L < ρ, tal que la serie ∞ n=0 an L es conver-
n
P
gente, y utilizando el Lema 4.13 se inere que n=0 |an x|n es también convergente.
P∞
Ejemplos:
(i) El conjunto de convergencia de la serie
∞
X xn x2 x3 x4
(−1)n−1 =x− + − + ···
n=1
n 2 3 4
Puesto que
an+1 n + 2
lı́m = lı́m =1
n an n n + 1
o equivalentemente,
f (n) (0)
an = .
n!
En consecuencia, los coecientes de la serie quedan unívocamente determinados por
los valores de las derivadas de n en el punto x = 0.
y sea f la función denida por esta serie en el intervalo (−ρ, ρ). Entonces f es
integrable en cualquier intervalo [x1 , x2 ] ⊂ (−ρ, ρ), y se verica la igualdad
Z x2 ∞ Z
X x2
f (t)dt = an tn dt.
x1 n=0 x1
Ejemplos:
(i) En un ejemplo anterior hemos visto que la serie
∞
X xn
(−1)n−1
n=1
n
converge en el intervalo (−1, 1]. Sea f la función denida por esta serie. En virtud
del Teorema 4.17 se sigue que f es derivable en cada punto x ∈ (−1, 1), siendo
∞
X ∞
X
0 n−1 n−1
f (x) (−1) x = (−x)n−1 = 1 − x + x2 − x3 + · · · .
n=1 n=1
El segundo miembro de esta igualdad es una serie geométrica de razón −x, y habida
cuenta de la fórmula que expresa la suma de estas series obtiene
1
f 0 (x) = para todo x ∈ (−1, 1).
1+x
Integrando se sigue que
Por otra parte, como f (0) = 0 tenemos resulta 0 = f (0) = log 1 + C = C , de modo
que
f (x) = log(1 + x).
Sabemos que esta serie converge en el intervalo (−1, 1). Sea f la función denida por
la serie en dicho intervalo. Entonces, por el corolario anterior, para todo x ∈ (−1, 1)
se tiene ∞ Z ∞
Z x X x X
f (t)dt = ntn−1 = xn = x + x2 + x3 + · · ·
0 n=1 0 n=1
punto a, pn,a . Así pues, designando por Rn,a al resto de Taylor correspondiente se
sigue que
∞
f (n) (0)
(x − a) si y sólo si
X
f (x) = lı́m Rn (x) = 0.
n=1
n! n
Función exponencial.
Sea f (x) = ex . Puesto que f (n) (x) = ex se sigue que f (n) (0) = e0 = 1. La serie
de Maclaurin de f es
∞
X xn
= 1 + x + x2 + · · ·
n=0
n!
Demostremos que lı́m Rn (x) = 0. Puesto que |cn | ≤ |x| y la función exponencial es
n
creciente resulta
ecn cn
e|x|
= e
n+1
n+1
(n + 1)! x (n + 1)! |x| ≤ .
(n + 1)!
Como
e|x|
lı́m = 0,
n (n + 1)!
se sigue que
lı́m Rn (x) = 0.
n
Función logaritmo.
La función log no tiene serie de Taylor centrada en el punto a = 0, pues ni siquiera
denida en dicho punto. En su lugar consideramos la función f (x) = log(1 + x),
denida para x > −1. Podemos calcular la serie de Maclaurin de f recurriendo a la
expresión de su derivada n-ésima, y determinar el conjunto donde esta serie converge
a f utilizando la condición que hemos dado para ello estudiando la sucesión de restos
de Taylor. Pero en un ejemplo anterior hemos visto que la serie de potencias
∞
X xn
(−1)n−1
n=1
n
converge en el intervalo (−1, 1], y que la suma de la serie en este intervalo es jus-
tamente log(1 + x). Por la unicidad del desarrollo en serie inferimos que la función
f (x) = log(1 + x) es analítica en torno al punto a = 0, y que la serie anterior es la
serie de Maclaurin de esta función.
140 CAPÍTULO 4. SERIES
integrando término a término entre 0 y x (para cada x del intervalo (−1, 1)) resulta
x ∞ x ∞
x2n+1
Z Z
dt X X
arctan x = = (−1)n 2n
t dt = (−1)n .
0 1 + t2 n=0 0 n=0
2n + 1
Notemos que, aunque la serie de Taylor de f 0 converge en (−1, 1), la serie de Taylor
de f converge además para x = 1.
4.4. Ejercicios
1. Determina el carácter de convergencia de las siguientes series de términos
positivos:
; ; ;
P∞ n
P∞ 1
P∞ n
n=1 n+3 n=1 log(n+1) n=1 3n
√
; ; n2 + 1 − n) ; .
P∞ P∞ P∞
√1 n!
n=1 n n+1 n=1 ( n=1 7n
∞ ∞ ∞
X (−1)n X (−1)n log n X (−1)n+1 (n + 1)
√ ; ; .
n=1
n3 + n2 + 1 n=1
n n=1
n!
7. Hallar las series de Maclaurin de las funciones senh y cosh, y determinar los
conjuntos de convergencia de las mismas.
9. Se considera la función
1 1+x
f (x) = log .
2 1−x
(i) Hallar la serie de Maclaurin de f .
(ii) Determinar el intervalo de convergencia de la serie anterior.
(iii) Deducir la igualdad
1 1 1
log 2 = 2 + + + ··· .
3 3 · 33 5 · 35
Deducir que esta función no es analítica. Este ejemplo fue descubierto por A.L.
Cauchy.
Se pide:
[4] S.L. Salas, E. Hille, Calculus (vol. I). Reverté, Barcelona, 2002.
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