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CÁLCULO I

FUNCIONES DE UNA VARIABLE

Grado en Ingeniería Eléctrica

Grado en Ingeniería Mecánica

Grado en Ingeniería Electrónica Industrial y Automática

Curso 2014-15

Sebastián La jara López

Aurora Sanchis Puig

Universidad de Castilla-La Mancha

Departamento de Matemáticas

Escuela de Ingenieros Industriales, Albacete

http://matematicas.uclm.es/slajara/
2
Índice general

1. Preliminares 5
1.1. Números . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.2. El concepto de límite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.3. Funciones continuas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
1.4. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

2. La derivada 31
2.1. Derivada de una función en un punto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.2. Reglas de derivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
2.3. Teorema de Rolle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
2.4. Teorema de Lagrange. Aplicaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.5. Teorema de Cauchy. Regla de L'Hôpital . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
2.6. Fórmula de Taylor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
2.7. Aplicación a la resolución aproximada de ecuaciones . . . . . . . . . . 58
2.8. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

3. La integral 69
3.1. El problema del área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.2. La integral. Denición y propiedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
3.3. Teorema fundamental del Cálculo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
3.4. Métodos de integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
3.5. Aplicaciones de la integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
3.6. Integración numérica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
3.7. Integrales impropias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
3.8. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

3
4 ÍNDICE GENERAL

4. Series 123
4.1. Series numéricas. Denición y propiedades . . . . . . . . . . . . . . . 123
4.2. Criterios de convergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
4.3. Series de potencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
4.4. Ejercicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140

Bibliografía 143
Capítulo 1

Preliminares

1.1. Números
1.1.1. Números reales
En esta sección hacemos un breve recorrido por las diversas ampliaciones de los
conjuntos numéricos, y recordamos algunas de las propiedades de estos conjuntos
que serán de utilidad más adelante.

Números naturales
El conjunto N de los números naturales se supone conocido de forma intuitiva,
es aquel cuyos elementos sirven para contar objetos. En N tenemos denidas dos
operaciones, la suma (+) y el producto (·), cuyas propiedades nos son familiares. El
único resultado relevante posiblemente no estudiado hasta ahora es el principio de
inducción, que usaremos en muchas demostraciones a lo largo del curso. El siguiente
ejemplo reeja la idea subyacente a este principio. Imagina que tienes las chas de
un dominó colocadas verticalmente una tras otra. Supón que puedes asegurar que
si cae una cualquiera de ellas entonces cae también la siguiente. Ahora vas y dejas
caer la primera. Conclusión: todas las chas caen. Observa que hemos partido de
dos hipótesis cruciales para llegar a esta conclusión. En primer lugar, suponemos
que las chas están dispuestas de tal modo que siempre que cae una, la que ocupa
el lugar n en la la, cae también la siguiente, la que ocupa el lugar n + 1. Por otra
parte, esto no es suciente para que caigan las chas, para ello tenemos que dejar
caer la primera.

5
6 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Observa que si en lugar de dejar caer la primera cha lo hacemos con la que
ocupa el lugar 7, por ejemplo, entonces no es cierto que caigan todas las chas del
dominó, pero sí podemos asegurar que caen todas a partir de la séptima.
Haciendo un poco de abstracción se llega al principio de inducción, que puede
enunciarse como sigue:
Sea P(n) una propiedad relativa a los números naturales, que puede ser cier-
ta o no (en el caso del ejemplo anterior, P(n) signica que la cha n-ésima cae).
Supongamos lo siguiente:

(a) Si P(n) es cierta entonces P(n + 1) es cierta.

(b) P(1) es cierta.

Entonces P(n) es cierta para todo n ∈ N.


En la armación (a), al hecho de suponer que la propiedad es cierta para el
número n se le llama hipótesis inductiva. Tal y como hemos visto antes, la armación
(a) por sí sola no basta para garantizar que la propiedad es cierta para todo número
natural, es necesario que dicha propiedad se cumpla para el número 1. Ahora bien,
si el número 1 no cumple la propiedad pero ésta es cierta para otro número n0 ,
y se verica la hipótesis inductiva, entonces puede concluirse que la propiedad es
cierta para todo número natural n ≥ n0 . Los ejemplos siguientes muestran algunas
aplicaciones del principio de inducción.

Ejemplos
(i) La suma de los n primeros números naturales es n(n + 1)/2.
Demostremos la armación por inducción. La propiedad P(n) signica que
n(n + 1)
1 + 2 + ··· + n =
2
Supongamos (hipótesis inductiva) que esta propiedad es cierta para un número n.
Tenemos que demostrar que la propiedad es cierta para el número n + 1, es decir,
que
(n + 1)(n + 2)
1 + 2 + · · · + n + (n + 1) = (1.1)
2
Ahora bien, gracias a la hipótesis podemos escribir
n(n + 1)
1 + 2 + · · · + n + (n + 1) = + (n + 1) (1.2)
2
1.1. NÚMEROS 7

Por otra parte,


n(n + 1) n  (n + 1)(n + 2)
+ (n + 1) = (n + 1) · +1 =
2 2 2
y sustituyendo esta expresión en la igualdad (1.2) se obtiene (1.1), de modo que
la propiedad es cierta para el número n + 1. Falta comprobar que la propiedad se
cumple para n = 1. Por un lado, la suma de los 1 primeros números es 1. Por otro,
1 · (1 + 1)/2 = 1, luego 1 = 1·(1+1)
2
, y la propiedad se satisface para n = 1. Aplicando
el principio de inducción se sigue que la propiedad es cierta para todo n ∈ N.
(ii) Para cada número natural n, el número 4n − 1 es múltiplo de tres.
Empezamos viendo si se satisface la hipótesis (b). Para n = 1 se tiene 4n − 1 =
4 − 1 = 3 = 3 · 1, y la propiedad es cierta para n = 1. Ahora suponemos que la
propiedad es cierta para n, es decir que el número 4n − 1 es múltiplo de 3. Veamos
si esta propiedad es cierta para n + 1. Operando un poco se obtiene

4n+1 − 1 = 4 · 4n − 1 = (3 + 1) · 4n − 1 = 3 · 4n + (4n − 1)

Es claro que 3 · 4n es múltiplo de 3, y por la hipótesis inductiva se sigue que también


lo es el número 4n − 1. La suma de dos múltiplos de 3 es un múltiplo de 3. Por tanto
el número 4n+1 − 1 es múltiplo de 3, y la propiedad es cierta para el número n + 1.
Utilizando el principio de inducción se deduce que la propiedad es cierta para todo
número natural.

Ejercicio:
Demuestra los siguiente:
(i) Para todo n ∈ R se verica
n n  2
X
2n(n + 1)(2n + 1) X 3 n(n + 1)
k = ; k = .
k=1
6 k=1
2

(ii) (Suma de los n primeros términos de una progresión geométrica). Si r es un


número cualquiera entonces para cada n ∈ N,
rn+1 − 1
1 + r + r2 + · · · + rn = .
r−1

(iii) Si n ≥ 3 entonces
n! > 2n−1 .
8 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Números enteros y racionales


El conjunto N tiene algunas deciencias. Por ejemplo, la diferencia de dos números
naturales no siempre es un número natural. Por eso se introduce el conjunto de los
enteros,
Z = {. . . , −2, −1, 0, 1, 2, . . .}

Tenemos la suma y el producto, igual que antes, y las propiedades operacionales


de los naturales siguen siendo válidas para los enteros, pero además cada número
entero tiene un opuesto, es decir, para cada n ∈ Z existe un (único) m ∈ Z tal
que m + n = n + m = 0 (este número m se denota por −n). Con los enteros ya
podemos restar, pero no siempre se puede dividir, por eso se introduce el conjunto
de los números racionales,
nm o
Q= : m, n ∈ Z, n 6= 0
n
La suma y el producto están denidos como sabes. Además, Z es un subconjunto de
Q (abreviadamente Z ⊂ Q), y las propiedades operacionales de los enteros tienen
también vigencia en Q. Pero ahora, para cada q ∈ Q \ {0} existe un (único) r ∈ Q
(el número 1/q ) tal que qr = rq = 1 (es decir, existe un inverso para el producto).

Números reales
Como sabes, los números racionales se pueden representar sobre una recta. Una
vez jados el origen O y la unidad quedan determinados todos los demás. Esta recta
será designada con el símbolo R.
Desde el punto de vista geométrico, el conjunto Q presenta una deciencia: ex-
isten puntos sobre la recta que no se corresponden con números racionales. Por
ejemplo, si sobre la recta R colocamos la hipotenusa de un triángulo rectángulo
cuyos catetos tienen ambos longitud 1, y hacemos coincidir uno de los extremos de
la hipotenusa con el punto O, el otro extremo corresponde con un número x tal que
√ √
x2 = 2, es decir, x = 2 o x = − 2. Ninguno de estos números es racional. Para

comprobar que 2 6∈ Q procedemos por reducción al absurdo, es decir, empezamos

suponiendo lo contrario para llegar a una contradicción. Si 2 fuese racional exis-
√ 2
tirían m, n ∈ Z tales que 2 = mn , es decir, mn = 2. Podemos suponer que m y
n son números positivos y que la fracción anterior es irreducible (o sea, que m y n
no tienen factores comunes). De la igualdad (m/n)2 = 2 se sigue que m2 = 2n2 , que
1.1. NÚMEROS 9

signica que el número m2 es par. Esto a su vez implica que m es par (razona esto),
es decir, que podemos escribir m = 2k para cierto número natural k . Pero entonces
m2 = 4k 2 , de suerte que 2n2 = 4k 2 , luego n2 = 2k 2 , de donde se inere que n es
par. Por tanto los números m y n tienen un factor común, el 2, lo cual contradice

nuestra hipótesis inicial sobre estos números. Conclusión: 2 no es racional.

Los números que como 2 corresponden a puntos de la recta y no son racionales

se llaman irracionales. Otros ejemplos de números irracionales son 3 (intenta de-
mostrarlo), el número π , etc. Racionales e irracionales, todos ellos, constituyen el
conjunto R de los números reales.
No entraremos en las propiedades de las operaciones básicas entre números reales,
pues nos son más o menos familiares. Volvamos a la identicación de números reales
con puntos de una recta. Esta representación conere a R una estructura de orden
≤ que hace posible comparar sus elementos. Este orden es compatible con la suma
y el producto, es decir, para cualesquiera x, y ∈ R tales que x ≤ y se tiene:
(a) x + z ≤ y + z para todo z ∈ R, y

(b) xz ≤ yz para todo z ∈ R tal que z ≥ 0.


Estas propiedades, válidas también en el conjunto Q, son el fundamento teórico de
las reglas de juego con las que hemos trabajado siempre, como la regla de los signos
para la multiplicación. La estructura de orden permite denir algunos conjuntos
especiales de números reales, los intervalos. Si a, b ∈ R y a < b, se llama intervalo
abierto de extremos a y b al conjunto

(a, b) = {x ∈ R : a < x < b}

El intervalo cerrado de extremos a y b es el conjunto

[a, b] = {x ∈ R : a ≤ x ≤ b}

De forma obvia se denen los intervalos semiabiertos [a, b) y (a, b], y con ayuda del
símbolo ∞ podemos representar intervalos más generales. Así por ejemplo, [a, ∞) =
{x ∈ R, x ≥ a}, (−∞, a) = {x ∈ R : x < a}, etc. Otro concepto importante derivado
del orden es el de cota de un conjunto.
Denición 1.1. Sea A un subconjunto de R y sea α ∈ R.
(a) Se dice que α es una cota superior del conjunto A si para todo x ∈ A se cumple
x ≤ α.
10 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

(b) Se dice que α es una cota inferior de A si para todo x ∈ A se cumple x ≥ α.

Se dice que el conjunto A es acotado superiormente (resp. acotado inferiormente)


si existe alguna cota superior (resp. inferior) de dicho conjunto. Se dice que A es
acotado si lo es superior e inferiormente.

Así por ejemplo, los intervalos como (a, b), [a, b) ejemplos de conjuntos acotados
(superiormente). El intervalo (a, ∞) es acotado superiormente pero no superiormente
y lo mismo ocurre con el conjunto N. Con los intervalos del tipo (−∞, a) o (−∞, a]
ocurre justamente lo contrario.

Ejemplo 1.2. El conjunto A = n


: n ∈ N es acotado. Una cota superior es el

n+1
número 2, y una cota inferior el 0.

Ejemplo 1.3 (Propiedad arquimediana de los números reales). El conjunto


N de los números naturales no es acotado superiormente.

Reexionemos un poco acerca del primer ejemplo. Hemos dicho que 2 es una
cota superior del conjunto A. También lo son el número 3/2, el 5/4, e incluso el 1.
De hecho, entre todas las cotas superiores del conjunto A, el número 1 es la más
pequeña. Por otra parte, el 0 es una cota inferior de dicho conjunto, como también
lo son los números −9, 1/4 o 1/3. Entre todas las cotas inferiores hay una que es
máxima, el número 1/2.
Estas cotas especiales tienen nombre propio.

Denición 1.4. Sea A un conjunto de números reales.


(i) Si A es acotado superiormente y α es una cota superior de A, entonces se dice
que α es el supremo de A si no existe ninguna otra cota superior de dicho
conjunto que sea menor que A.

(ii) Si A es acotado inferiormente y α es una cota inferior de A, entonces se


dice que α es el ínmo de A si no existe ninguna otra cota inferior de dicho
conjunto que sea mayor que A.

En los comentarios previos a esta denición ha quedado patente que el conjunto


A del Ejemplo 1.2 tiene supremo e ínmo. No es casualidad. De hecho, los reales
gozan de la siguiente propiedad:
1.1. NÚMEROS 11

Axioma del supremo: todo conjunto de números reales acotado superiormente


(resp. acotado inferiormente) tiene supremo (resp. ínmo) en R.
Esta propiedad no la tiene Q. Para verlo consideramos el conjunto A formado
por los números que se obtienen al coger las primeras cifras de la representación

decimal del número 2, es decir,

A = {1, 1,4, 1,41, 1,414, 1,4142, ...}.

Todos los números de este conjunto son racionales, y no es difícil ver (o intuir al

menos) que el supremo de A es 2, que no es un número racional.

1.1.2. Valor absoluto de un número real


En esta breve sección recordamos propiedades del valor absoluto, que serán útiles
en el futuro a la hora de obtener algunas desigualdades. El valor absoluto de un
número real x es, por denición, el número
(
x si x ≥ 0
|x| =
−x si x < 0

La siguiente proposición contiene las propiedades básicas de esta noción.

Proposición 1.5. Si x, y ∈ R entonces:


(1) |x| ≥ 0, y |x| = 0 si y sólo si x = 0.

(2) |x| = máx{x, −x}.

(3) |x · y| = |x| · |y|.

(4) |x + y| ≤ |x| + |y| (desigualdad triangular).

Demostración. Las propiedades (1) y (2) son obvias. La tercera se deja como ejer-
cicio (considera por separado los casos en que x e y tienen igual o distinto signo).
Probemos (4). Gracias a la fórmula del cuadrado de la suma se tiene

|x + y|2 = (x + y)2 = x2 + y 2 + 2xy ≤ |x|2 + |y|2 + 2|x| · |y| = (|x| + |y|)2

y por tanto,
|x + y| ≤ |x| + |y|
12 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Como consecuencia de esta proposición obtenemos algunas propiedades más.

Corolario 1.6. Para cualesquiera números reales x, y, z se tiene:

(1) |x − y| ≤ |x| + |y|.

(2) |x − y| ≥ ||x| − |y||.

(3) |x − y| ≤ |x − z| + |y − z|.

(4) −|x| ≤ x ≤ |x|.

(5) Si y > 0 entonces |x| ≤ y ⇔ −y ≤ x ≤ y .

Demostración. La propiedad (1) sigue de la desigualdad triangular: |x − y| = |x +


(−y)| ≤ |x| + | − y| = |x| + |y|. Demostremos (2). Por la desigualdad triangular se
tiene
|x| = |(x − y) + y| ≤ |x − y| + |y|

y por tanto,
|x| − |y| ≤ |x − y|

Análogamente se deduce que

|y| − |x| ≤ |x − y|

Así pues,
máx {|x| − |y|, |y| − |x|} ≤ |x − y|

y teniendo en cuenta la propiedad (2) de la proposición anterior resulta

||x| − |y|| ≤ |x − y|

Para demostrar (3) aplicamos nuevamente la desigualdad triangular:

|x − y| = |(x − z) + (z − y)| ≤ |x − z| + |z − y|

La prueba de las propiedades (4) y (5) se deja como ejercicio.


1.1. NÚMEROS 13

1.1.3. Funciones reales de variable real


El objeto fundamental de este curso es el estudio de las funciones reales de
variable real. Repasemos algunas de las características más importantes de estos
objetos matemáticos.
Como sabes, una función real denida en un conjunto A ⊆ R no es más que una
ley f que asocia a cada x ∈ A un único número real, denotado por f (x).

Dominio, recorrido, gráca


Se llama dominio de una función f al conjunto de puntos donde dicha función
está denida. Dicho conjunto se designa normalmente con el símbolo dom(f ). El
conjunto {f (x) : x ∈ A} se llama imagen o recorrido de f . Así por ejemplo, la
expresión

f (x) = 1 − x2

dene una función real cuyo dominio y recorrido son, respectivamente, los intervalos
[−1, 1] y [0, 1].
El conjunto de los pares (x, y) tales que x ∈ A y y = f (x) es la gráca de f .
Dicho conjunto es una curva en el plano, aunque como sabes existen curvas planas

que no son la gráca de ninguna función. La función f (x) = 1 − x2 , considerada
antes, tiene por gráca la porción de la circunferencia con centro (0, 0) y radio 1
que queda por encima del eje de abscisas. Sin embargo, dicha circunferencia no es
la gráca de f , ni de ninguna otra función ¾por qué?

Función creciente, función decreciente.


Se dice que la función f : A −→ R es creciente en el conjunto A si

x, y ∈ A, x < y ⇒ f (x) ≤ f (y).

Cuando la desigualdad f (x) ≤ f (y) es siempre estricta (es decir, cuando f (x) < f (y),
siendo x < y ) se dice que f es estrictamente creciente en A.
Se dice que f es decreciente en A si

x, y ∈ A, x < y ⇒ f (x) ≥ f (y).

Cuando la desigualdad f (x) ≥ f (y) es siempre estricta, entonces se dice que f es


estrictamente decreciente.
14 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES


Así por ejemplo, la función f (x) = 1 − x2 no es ni creciente ni decreciente
en su dominio. Sin embargo, dicha función es estrictamente creciente en [−1, 0] y
estrictamente decreciente en [0, 1]. La función exponencial, f (x) = ax , es estricta-
mente creciente en su dominio cuando a > 1, y estrictamente decreciente cuando
0 < a < 1, y lo mismo acontece con la función logaritmo en base a.

Extremos
Sea a ∈ A. Se dice que f presenta un máximo absoluto en a si

x ∈ A ⇒ f (x) ≤ f (a).

Diremos que f presenta un mínimo absoluto en a si

x ∈ A ⇒ f (x) ≥ f (a).

La función antes considerada, f (x) = 1 − x2 , tiene un máximo absoluto en el
punto a = 0, y presenta mínimo en los puntos a = −1 y a = 1.
Se dice que f presenta en a un máximo relativo si existe un intervalo centrado
en a, del tipo (a − δ, a + δ), tal que

x ∈ (a − δ, a + δ), x ∈ A ⇒ f (x) ≤ f (a).

De forma análoga puede denirse el concepto de mínimo relativo (hazlo como ejer-
cicio).
Los puntos donde f presenta un máximo o mínimo (absoluto o relativo) suelen
denominarse extremos de f . Obviamente, todo extremo absoluto es relativo, pero la
armación recíproca es falsa. La función f (x) = x3 − 3x presenta extremos relativos
(pero no absolutos) en los puntos a = −1 y a = 1.

Acotación
Se dice que f es una función acotada superiormente (resp. acotada inferiormente )
cuando existe un número K ∈ R tal que para todo x ∈ A se tiene f (x) ≤ K (resp.
f (x) ≥ K ). Cuando f es acotada superior e inferiormente, entonces se dice que dicha
función es acotada.
Las funciones seno y coseno son acotadas (pues para todo x ∈ R se tiene −1 ≤
sen x ≤ 1 y −1 ≤ cos x ≤ 1). La función tangente no es acotada, ni superior
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 15

ni inferiormente. La función f (x) = ax , con a > 1, no es acotada superiormente,


aunque sí lo es inferiormente (el número 0, por ejemplo, es cota inferior ). Observa
que, pese a estar acotada inferiormente, dicha función no tiene mínimo.

1.2. El concepto de límite


1.2.1. Límite de una función en un punto.
Ya conoces, intuitivamente al menos, lo que se entiende por límite de una función
en un punto: la expresión lı́mx → a f (x) = L viene a signicar que f (x) se acerca al
número L tanto como queramos cuando damos a x valores sucientemente próximos
a a.
Esta denición es un tanto imprecisa, pues no cuantica la proximidad de la
variable x al punto a ni la de la variable dependiente al número L. Vamos a ver
cómo puede denirse este concepto de un modo un poco más riguroso.
Decir que f (x) está cerca de L signica que el número |f (x) − L| es pequeño, y lo
mismo puede armarse sobre la proximidad entre x y a. Así pues, nuestra denición
provisional admite la siguiente reformulación: lı́mx → a f (x) = L si el número |f (x) −
L| puede hacerse tan pequeño como queramos con tal de hacer que |x − a| sea
pequeño. Parece razonable que cuanto menor sea el número |f (x)−L|, menor tendrá
que ser |x − a|. Dicho de otra forma, la pequeñez del número |f (x) − L| dependerá
de la pequeñez del número |x − a|. Esta relación de dependencia permite dar una
versión cuantitativa de nuestra denición: lı́mx → a f (x) = L si para cada número
 > 0 (por pequeño que sea) podemos encontrar otro número δ > 0 tal que si
|x − a| < δ entonces |f (x) − L| < .
Sólo nos falta hacer una pequeña puntualización más. Para que la función f
tenga límite L en el punto a poco importa el comportamiento de f en dicho punto.
Así por ejemplo, es razonable admitir que la función
(
x si x 6= 0
f (x) =
1 si x = 0

tenga límite en el punto x = 0, y que dicho límite sea igual a 0. Sin embargo f (0) = 1.
Para evitar casos como éste, podemos exigir que la variable x no tome nunca el valor
a, esto es, que |x − a| > 0. Llegamos así a la siguiente denición.
16 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Denición 1.7. Sea f una función real denida en el intervalo I , sea a un elemento
de I o bien un extremo de dicho intervalo, y sea L un número real. Diremos que f
tiene límite L en el punto a (o que f tiende hacia L cuando x tiende hacia a) si
para cada  > 0 existe un δ > 0 tal que

0 < |x − a| < δ, x ∈ I ⇒ |f (x) − L| < 

En este caso escribimos lı́mx → a f (x) = L.

Observa que ni siquiera se exige que f esté denida en el punto a para que tenga
límite en dicho punto. La existencia (y en su caso el valor) del límite dependen
únicamente del comportamiento de la función en la vecindad del punto a.

Límites laterales
La noción de límite lateral también nos resulta bien conocida. La expresión
lı́mx → a− f (x) = L viene a indicar que los valores de f (x) se acercan al número
L cuando nos aproximamos al punto a por su izquierda, es decir, cuando la dife-
rencia a − x es pequeña. Haciendo un poco de abstracción y teniendo in mente la
denición anterior podemos formalizar esta noción como sigue.

Denición 1.8. Sea f una función real denida en el intervalo I , sea a un elemento
de I , o el extremo izquierdo de dicho intervalo, y sea L un número real. Diremos
que f tiende hacia L cuando x tiende hacia a por la izquierda si para cada  > 0
existe un δ > 0 tal que

x − a < δ, x ∈ I ⇒ |f (x) − L| < 

En este caso escribiremos lı́mx → a− f (x) = L.

La correspondiente noción de límite por la derecha es enteramente análoga (es-


críbela como ejercicio).
Observa que lı́mx → a f (x) = L si y sólo si existen y son iguales a L los dos límites
laterales de f en el punto a.

Límites innitos.
En esta sección nos ocupamos de dar sentido a las igualdades lı́mx → a f (x) = +∞
y lı́mx → a f (x) = −∞. Intuitivamente, la expresión lı́mx → a f (x) = +∞ nos dice que
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 17

los valores de f (x) se hacen arbitrariamente grandes cuando x está cerca del punto
a. Esto equivale a armar que para cualquier número K (por grande que sea) se
tiene que f (x) > K si el número |x − a| es sucientemente pequeño. Esta idea puede
formalizarse como sigue.

Denición 1.9. Sea f una función real denida en el intervalo I y sea a un elemento
de I o bien un extremo de dicho intervalo. Diremos que f tiende hacia +∞ cuando
x tiende hacia a si para cada K ∈ R existe un δ > 0 tal que

0 < |x − a| < δ, x ∈ I ⇒ f (x) > K

En este caso escribimos lı́mx → a f (x) = +∞.

Análogamente, la expresión lı́mx → a f (x) = −∞ signica que para cualquier


número K se tiene f (x) < K siempre que el número |x − a| sea sucientemente
pequeño. Te sugerimos que escribas la denición formal.
Al igual que hicimos en el caso de los límites nitos pueden denirse límites
laterales innitos. Así por ejemplo, diremos que f tiende a +∞ cuando x tiende
hacia a por la izquierda (y escribiremos lı́mx → a− f (x) = +∞) si para cualquier
número K existe un δ > 0 tal que si

a − x < δ, x ∈ I ⇒ f (x) > K

El límite por la derecha se dene de forma análoga (hazlo como ejercicio).

Cálculo de límites
Como aplicación casi inmediata de las deniciones pueden deducirse las propiedades
que siempre has utilizado para el cálculo de límites nitos: el límite de la suma (re-
sp. diferencia, resp. producto) de dos funciones es la suma (resp. diferencia, resp.
producto) de sus límites, el límite del cociente de dos funciones es el cociente de
los límites (cuando el denominador no tiene límite 0), etc. Asumimos que todas es-
tas propiedades son tan familiares para ti que no haremos ningún hincapié en las
mismas.
En relación al cálculo de límites innitos, tampoco es necesario recordar mucho.
Ya sabes, p. ej., que si lı́mx → a f (x) = lı́mx → a g(x) = ∞, entonces lı́mx → a (f (x) +
g(x)) = lı́mx → a (f (x) · g(x)) = lı́mx → a f (x)g(x) = ∞ (recuerda, ∞ + ∞ = ∞, (+∞) ·
(+∞) = +∞ y (+∞)(+∞) = +∞). Análogamente se verican, con el signicado
18 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

obvio, las identidades (−∞) + (−∞) = −∞, (−∞) · (−∞) = +∞, (−∞) · (+∞) =
−∞, etc. Los casos ∞ − ∞ y ∞ ∞
y 0 · ∞ son indeterminaciones, es decir, no puede
determinarse, a priori, si existe o no el límite en cuestión, ni su valor. En estos casos
hay que manipular la función hasta obtener una expresión cuyo límite sí se sepa
calcular.
Si lı́mx → a f (x) = L y lı́mx → a g(x) = +∞ se tienen las igualdades lı́mx → a (f (x)+
g(x)) = +∞, lı́mx → a fg(x)(x)
= 0, lı́mx → a (f (x)g(x)) = +∞ si L > 0 y lı́mx → a (f (x) ·
g(x)) = −∞ si L < 0.
Si f (x) → L ∈ R y g(x) → 0, entonces fg(x) (x)
diverge a +∞ o −∞ si L 6= 0 (el signo
depende del signo de L y del signo de la función g en las proximidades del punto a).
El caso 00 es indeterminado (aunque en realidad, esta indeterminación equivale a ∞ ∞
.
Por supuesto, todo esto vale también en el contexto de los límites laterales. Veamos
algunos ejemplos.

Ejemplos
(1) El límite  
x x+1
lı́m 2
− 2
x→1 x − 1 x − 3x + 2
es una indeterminación del tipo ∞ − ∞. Operando un poco se obtiene
x x+1 x(x − 2) − (x + 1)(x + 1) 4x + 1
− = = −
x2 − 1 x2 − 3x + 2 (x2 − 1)(x − 2) (x2 − 1)(x − 2)

Por tanto, el estudio del límite original se reduce al del límite


4x + 1
lı́m
x → 1 (x2 − 1)(x − 2)

Es claro que cuando x → 1, la expresión (x2 −1)(x+1)


4x+1
tiende a +∞ o −∞ según que
nos acerquemos a 1 por derecha o por su izquierda. Así pues, el límite propuesto no
existe propiamente hablando (ni siquiera como límite innito), aunque sí podemos
garantizar que
 
x x+1 4x + 1
lı́m+ 2
− 2 = − lı́m+ = −∞
x→1 x − 1 x − 3x + 2 x→1 (x2 − 1)(x − 2)
y que  
x x+1 4x + 1
lı́m− 2
− 2 = − lı́m− =∞
x→1 x − 1 x − 3x + 2 x→1 (x2 − 1)(x − 2)
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 19

(2) El límite √ √
x+1− 1−x
lı́m √
x → 0+ x
es una indeterminación del tipo 00 . Multiplicando y dividiendo por el conjugado del
numerador obtenemos
√ √ √
x+1− 1−x (x + 1 − 1 + x) 2 x
√ =√ √ √ =√ √ .
x x x+1+ 1−x x+1+ 1−x
Como √
x
lı́m+ √ √ =0
x→0 x+1+ 1−x
se sigue que el límite propuesto vale 0.

Nota
Aparte de las indeterminaciones que hemos mencionado anteriormente existen
otras tres: son 00 , ∞0 (éstas son realmente equivalentes) y 1∞ . Esta última será
tratada tras estudiar los límites de sucesiones, las otras dos cuando veamos la regla
de L'Hôpital, en el tema siguiente.

Tres propiedades útiles


A continuación enunciamos algunos resultados acerca de los límites nitos que
serán utilizados de forma muy frecuente a lo largo de este curso. Aunque de corte un
tanto teórico, no son por ello menos obvios que los que has estudiado hasta ahora. El
primero proporciona información cualitativa sobre el comportamiento global de una
función en las proximidades de un punto donde existe el límite de dicha función. Los
otros dos proporcionan técnicas para el cálculo de límites más nas que las basadas
en las propiedades aritméticas de los límites.
Proposición 1.10 (Conservación del signo). Sea f : I −→ R una función. Si
existe lı́mx → a f (x) = L y L 6= 0 entonces existe un número δ > 0 tal que, si
x ∈ (a − δ, a + δ) y x 6= a, entonces signo f (x) = signo L.
Proposición 1.11 (Propiedad de la función encajada). Sean f , g y h funciones
reales denidas en I tales que
f (x) ≤ g(x) ≤ h(x), ∀x ∈ I
Supongamos que existen los límites lı́mx → a f (x) y lı́mx → a h(x) y son iguales a L.
Entonces existe lı́mx → a g(x) y vale L.
20 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Ejemplos.
(1) Para cada a ∈ R se tiene lı́mx → a sen x = sen a.
Para comprobarlo empezamos observando que, por la denición geométrica de
la función seno se tiene

0 ≤ | sen x| ≤ |x| ≤ | tan x|, ∀x ∈ R (1.3)

Combinando esto con la conocida fórmula


   
α+β α−β
sen α − sen β = 2 cos sen
2 2
y la desigualdad | cos α| ≤ 1 obtenemos
   
x + a x − a x − a
0 ≤ | sen x − sen a| = 2 cos · sen ≤ 2
2 = |x − a|

2 2

Claramente lı́mx → a |x − a| = 0, y por la propiedad de la función encajada se deduce


que lı́mx → a | sen x − sen a| = 0, es decir,

lı́m sen x = sen a.


x→a

De forma análoga se demuestra que

lı́m cos x = cos a.


x→a

(2) El límite
sen x
lı́m
x→0 x
existe y vale 1.
En efecto, dividiendo por cos x la desigualdad (1.3) se obtiene
|x| 1
1≤ ≤ , para todo x ∈ R tal que cos x 6= 0
| sen x| | cos x|
de donde, teniendo en cuenta los posibles signos que pueden tomar las funciones
trigonométricas en el intervalo − π2 , π2 (por ejemplo) se sigue que


x 1
1≤ ≤ , para todo x ∈ (−π/2, π/2)
sen x cos x
Puesto que lı́m cos x = cos 0 = 1, aplicando la propiedad de la función encajada
x→0
deducimos que
x
lı́m =1
x → 0 sen x
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 21

y de aquí resulta
sen x x
lı́m = lı́m = 1.
x→0 x x → 0 sen x

El último resultado de esta sección es consecuencia casi inmediata de la proposi-


ción anterior.

Corolario 1.12. Sean f y g dos funciones reales denidas en I . Si lı́mx → a f (x) = 0


y la función g es acotada entonces

lı́m (f (x)g(x)) = 0
x→a

Ejemplo:
El límite
1
lı́m x cos
x→0 x
existe y es igual a 0. En efecto, la función x cos x1 es el producto de las funciones
f (x) = x y g(x) = cos x1 . La primera tiene límite 0 cuando x → 0. La segunda no
tiene límite en ese punto, pero es acotada, pues cos x1 ≤ 1 para todo x 6= 0.

1.2.2. Límites en el innito. Límites de sucesiones


En esta sección damos sentido a la expresión lı́mx → ∞ f (x) = L, donde f es
una función denida en el intervalo no acotado (a, ∞) y L es un número real. Ya
conoces, intuitivamente al menos, qué signica esto: los valores de f (x) se aproximan
al número L tanto como se quiera, con tal de tomar x sucientemente grande.
Esta denición es un tanto imprecisa, pues no cuantica la proximidad de f (x)
al número L, ni la grandeza de x.
Vamos a ver cómo puede denirse este concepto de un modo un poco más rig-
uroso. Decir que f (x) está cerca de L signica que el número |f (x) − L| es pequeño.
Así pues, podemos armar que lı́mx → a f (x) = L si el número |f (x) − L| puede
hacerse tan pequeño como queramos, con tal de tomar x sucientemente grande.
Parece razonable que cuanto menor sea el número |f (x) − L|, mayor tendrá que
ser x. Dicho de otra forma, la grandeza del número x dependerá de la pequeñez de
|f (x) − L|. Teniendo en cuenta esta observación, podemos formalizar nuestra idea
de límite del siguiente modo.
22 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Denición 1.13. Sea f una función real denida en la semirrecta (a, ∞). Se dice
que f tiene límite L cuando x tiende a ∞ si para cada  > 0 (por pequeño que sea)
podemos encontrar un número h > a (sucientemente grande) tal que

x ≥ h ⇒ |f (x) − L| < 

En este caso se escribe lı́mx → ∞ f (x) = L.

Ejemplo
Sea f la función denida para x > −1 por la expresión
x
f (x) =
x+1
Demostremos que el límite lı́mx → ∞ f (x) existe y es igual a 1. Para ello jamos un
número  > 0. Tenemos que encontrar otro número h (mayor que −1) tal que si
x ≥ h entonces |f (x) − 1| < .
Ahora bien, para cada x > −1 se tiene

x −1
|f (x) − 1| =
− 1 =
= 1
x+1 x + 1 x + 1
Por tanto,
1 1
|f (x) − 1| < 1 ⇔ <⇔x+1>
x+1 
así que la desigualdad |f (x) − 1| <  se verica para todo x > 1

− 1, y podemos
tomar h = 1 − 1.

Límites innitos
Ahora damos sentido a la igualdad lı́m f (x) = +∞. Intuitivamente, esta ex-
x→∞
presión viene a decir que los valores de f (x) pueden hacerse tan grandes como se
quiera, con tal de dar a x valores sucientemente grandes. Esto equivale a armar
que para cada K ∈ R (por grande que sea) podemos conseguir que f (x) > K , con
tal de tomar x sucientemente grande.

Denición 1.14. Sea f una función denida en la semirrecta (a, ∞). Se dice que
f tiende a +∞ cuando x tiende a ∞ si para cada K ∈ R podemos encontrar un
h > a tal que
x > h ⇒ f (x) > K
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 23

De forma análoga podemos dar un signicado riguroso a la igualdad lı́mx → ∞ f (x) =


−∞, que intuitivamente signica que los valores de f (x) se hacen tan pequeños como
se quiera, tomando x sucientemente grande.

Límite cuando x → −∞
Supongamos ahora que f es una función denida en la semirrecta (−∞, a). De
forma análoga a como hemos procedido antes podemos dar sentido a las expresiones
lı́mx → −∞ f (x) = L, lı́mx → −∞ f (x) = ∞ y lı́mx → −∞ f (x) = −∞. Así, decimos que
la función f tiene límite L cuando x tiende a −∞, y escribimos lı́mx → −∞ f (x) = L
si para cada  > 0 podemos encontrar un h < a tal que

x < h ⇒ |f (x) − L| < 

La denición de las expresiones lı́mx → −∞ f (x) = ∞ y lı́mx → −∞ f (x) = −∞ se deja


como ejercicio.
Observa que lı́mx → −∞ f (x) = L (L ∈ R o L = ±∞) si, y sólo si, lı́mx → ∞ f (−x) =
L.

Cálculo de límites
Poco hay que decir en esta subsección. Para los límites del tipo lı́mx → ∞ f (x)
son válidas todas las reglas de cálculo que hemos expuesto para el límite de una
función en un punto, y las indeterminaciones que pueden aparecer son exactamente
las mismas. Así por ejemplo, el límite

x2 + 9
lı́m
x→∞ x
conduce a una indeterminación del tipo ∞

. Puesto que para todo x > 0 es
√ r r
x2 + 9 x2 + 9 9
= = 1+
x x x2

y lı́mx → ∞ x92 = 0 se sigue que el límite propuesto existe y es igual a 1 = 1.
Para los límites del tipo lı́mx → −∞ f (x) todo funciona exactamente igual. De
hecho, tales límites pueden reducirse a los de la forma lı́mx → ∞ f (x), pues tal y
como hemos dicho antes, se tiene la igualdad

lı́m f (x) = lı́m f (−x)


x → −∞ x→∞
24 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Las propiedades útiles, y alguna más, en el nuevo contexto


Los resultados demostrados en la sección 1.2.1 son válidos si se reemplaza límite
de una función en un punto por límite de una función en el innito. Así por ejemplo,
las propiedades de conservación del signo y de la función encajada se enuncian como
siguen.

Proposición 1.15 (Conservación del signo). Si existe lı́mx → ∞ f (x) = L y L 6= 0


entonces existe un h tal

signo f (x) = signo f (L), ∀x > h

Proposición 1.16 (Propiedad de la función encajada). Sean f , g y h funciones


reales denidas en la semirrecta (a, ∞) tales que

f (x) ≤ g(x) ≤ h(x), ∀x > a

Supongamos que existen los límites lı́mx → ∞ f (x) y lı́mx → ∞ h(x) y son iguales a L.
Entonces existe lı́mx → ∞ g(x) y vale L.

Hasta ahora, tanto en la denición como en los resultados concretos, hemos hecho
énfasis, fundamentalmente, en el valor del límite de una función cuando x tiende a
∞. Sería interesante, por tanto, disponer de criterios que permitiesen decidir, a
priori, si un límite existe o no. El resultado más práctico en esta dirección es el
siguiente teorema (que también es válido en el contexto de los límites de funciones
en un punto). La demostración, aunque no la vamos a hacer, se basa en el axioma
del supremo.

Teorema 1.17. Si f : (a, ∞) −→ R es una función creciente (resp. decreciente) y


acotada superiormente (resp. inferiormente) entonces existe el límite lı́mx → ∞ f (x).

El límite sucesional
Hasta ahora hemos tratado únicamente con funciones denidas en intervalos de
la recta real. También tiene interés el estudio de funciones denidas sobre el conjunto
de los números naturales, es decir, funciones del tipo a : N −→ R. Estas funciones
reciben el nombre de sucesiones. La notación empleada para designar sucesiones es
algo distinta a la que hemos utilizado previamente. Si a es una sucesión, la imagen
del número n se representa por an , en lugar de a(n).
1.2. EL CONCEPTO DE LÍMITE 25

El estudio de los límites de sucesiones es enteramente análogo al de los límites


del tipo lı́mx → ∞ f (x). Así, diremos que la sucesión {an }n tiene límite L (o que tiene
límite L cuando n tiende a ∞), si para cada  > 0, por pequeño que sea, existe un
número N ∈ N tal que
n ≥ N ⇒ |an − L| < 

En tal caso se escribe lı́mn an = L o an → L.

Ejemplo
La sucesión
1
an =
n
tiene límite 0. Para comprobarlo jamos un número  > 0. Se trata de encontrar un
natural N tal que si n ≥ N entonces an < . Ahora bien,
1 1
an <  ⇔ <⇔n>
n 
luego basta elegir un N tal que N > 1 , por ejemplo, la parte entera el número 1 + 1.
Te dejamos que escribas, como ejercicio, las correspondientes deniciones de suce-
sión divergente a ∞ o a −∞.
En relación al cálculo del límite de una sucesión diremos únicamente que se
trata de forma exactamente análoga al de los límites del tipo lı́mx → ∞ f (x). Las
propiedades que hemos visto para estos límites son también válidas, naturalmente,
para el límite sucesional. Son particularmente útiles el resultado análogo a la Proposi-
ción 1.16 (conocido en este caso como propiedad de la sucesión encajada) y el resul-
tado hermano del Teorema 1.17, que puede enunciarse diciendo que toda sucesión
creciente y acotada superiormente tiene límite.

El número e
Puede demostrarse, aunque no lo haremos aquí, que la sucesión de término ge-
neral  n
1
an = 1+
n
es creciente y acotada superiormente. Como aplicación del resultado anterior se sigue
que dicha sucesión es convergente. Su límite es, por denición el (famoso pero no
bien conocido) número e.
26 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

Se trata de un número irracional cuyo valor aproximado es 2,718281 . . .


Con ayuda de este resultado se puede probar que si f y g son dos funciones tales
que lı́mx → a f (x) = 1 y lı́mx → a g(x) = ∞ entonces

lı́m f (x)g(x) = elı́mx → a [g(x)·(f (x)−1)]


x→a

Como ves, esta fórmula reduce cualquier indeterminación del tipo 1∞ a otra del tipo
0 · ∞.
Lo mismo es válido si el punto a se reemplaza por ±∞.

1.3. Funciones continuas


Sea f una función real denida en un intervalo I de números reales. Se dice que
f es continua en un punto a ∈ I si existe y es igual a f (a) el límite lı́mx → a f (x).
Se dice que f es continua en el intervalo I si lo es en todo punto de este inter-
valo. Las propiedades aritméticas de los límites implican que si f y g son funciones
continuas en un punto a ∈ I (o en todo el intervalo I ), entonces también lo son las
funciones f + g , f − g , f · g y fg (suponiendo en este caso que g(a) 6= 0 o que g(x) 6= 0
para todo x ∈ I , claro).
Teniendo en cuenta que la función f (x) = x es continua (obvio), como conse-
cuencia de estas propiedades se sigue que toda función polinómica es continua en
R, y que cualquier función racional Q(x) P (x)
es continua en todo punto a ∈ R tal que
Q(a) 6= 0. En uno de los ejemplos de la sección 1.2.1 se demuestra que las funciones
seno y coseno son continuas en todo R. Tampoco es difícil probar, aunque no lo
haremos aquí, que es continua la función exponencial.
La continuidad es también estable frente a la composición de funciones: si f
es continua en I y g es otra función denida y continua en un intervalo J tal que
g(J) ⊆ I entonces la función compuesta f ◦g es continua en J . Además, si f es estric-
tamente creciente (o decreciente) también lo es (en su dominio) la función inversa,
f −1 . De aquí se sigue que son continuas en sus dominios las funciones trigonométri-
cas inversas, la función logaritmo, y en general, cualquier función que se obtenga
como suma, producto, composición... de funciones polinómicas, trigonométricas, ex-
ponenciales, etc.
Cuando f no es continua en a se dice que f es discontinua en dicho punto.
1.3. FUNCIONES CONTINUAS 27

1.3.1. Propiedades de las funciones continuas en un intervalo


En esta sección recordamos los teoremas de Bolzano y Weierstrass sobre funciones
continuas. Ambos teoremas son bastante obvios: el Teorema de Bolzano viene a decir
que la gráca de una función continua que pasa de un lado al otro del eje de abscisas,
necesariamente corta a dicho eje; el de Weierstrass arma que una función continua
en un intervalo cerrado y acotado [a, b], entonces dicha función alcanza, en dicho
intervalo, su máximo y su mínimo absoluto. He aquí los enunciados formales de
ambos teoremas.

Teorema 1.18 (de Bolzano). Sea f : [a, b] −→ R una función continua. Si signo f (a) 6=
signo f (b), o equivalentemente, si f (a)f (b) < 0, entonces existe un c ∈ (a, b) tal que
f (c) = 0.

Teorema 1.19 (de Weierstrass). Si f es una función continua en un intervalo


[a, b] entonces:

(1) f es acotada en [a, b], y

(2) f tiene un máximo y un mínimo absoluto en [a, b], es decir, existen c1 , c2 ∈


[a, b] tales que
f (c1 ) ≤ f (x) ≤ f (c2 ), ∀x ∈ [a, b]

Fíjate que, en este teorema, la conclusión puede ser falsa si el intervalo donde
f está denida no es cerrado y acotado: la función f (x) = x1 , denida en (0, 1), es
continua pero no acotada; las funciones g(x) = x, x ∈ (0, 1] y h(x) = x1 , x ∈ (1, ∞)
son acotadas, pero no tienen mínimo en sus intervalos de denición.
Combinando los teoremas anteriores deducimos otra importante propiedad de
las funciones continuas.

Corolario 1.20 (Propiedad de los valores intermedios). Sea f una función


continua denida en el intervalo [a, b], y sean m y M el mínimo y el máximo abso-
luto de f en dicho intervalo. Entonces el recorrido de f es el intervalo [m, M ]. En
particular, para cada y ∈ [m, M ] existe al menos un x ∈ [a, b] tal que f (x) = y .
28 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

1.4. Ejercicios
1. Comprobar que para cada n ∈ N se verican las igualdades
n
X n(n + 1)(2n + 1)
k2 =
k=1
6

y
n  2
X
3 n(n + 1)
k = .
k=1
2

2. Demostrar que si r es un número real (o complejo) distinto de 1, entonces


n
X 1 − rn+1
rk = .
k=0
1−r

3. Probar que para cada n ≥ 4 se tiene 2n < n!. Con el símbolo n! se denota el
número n(n − 1) · . . . 2 · 1. (Por convenio se toma 0! = 1! = 1). Este número
recibe el nombre de factorial de n).

4. Teorema del binomio de Newton. Sean n, k ∈ N, con k ≤ n. Se dene el


coeciente binomial nk (n sobre k ) como el número


 
n n!
= .
k k!(n − k)!

a ) Demostrar que      
n+1 n n
= + .
k k−1 k
b ) Demostrar el Teorema del binomio: si a y b son números cualesquiera,
entonces n  
X n n−k k
(a + b)n = a b .
k=0
k

5. Se llama media aritmética y media geométrica de dos números reales x, y > 0


a los números
x+y √
ma = y mg = xy.
2
Demostrar que la media geométrica de dos números es siempre menor o igual
que su media aritmética.

6. Encontrar todos los números reales x tales que:


1.4. EJERCICIOS 29

a ) 4 − x < 3 − 2x.
b ) x2 − 4x + 3 > 0.
c) 1
x
+ 1
x−1
> 1.
d ) |x − 3| < 8.

7. Determinar el mayor conjunto de la recta real donde estén denidas las sigu-
ientes funciones:

a ) f (x) = x−1

(x+1)2 x2 +x−2
.
q
b ) f (x) = x−3
x+3
.
c ) f (x) = x
.
p
3
x2 +x+3
√ √
d ) f (x) = log2 6−x .

x−4+

8. Probar que lı́m f (x) = 0 si, y sólo si, lı́m |f (x)| = 0.


x→a x→a

9. Calcular los siguientes límites:

a) .
2
lı́m x −x−6
x → −2 x+2
√ √
b) lı́m 1+x−x 1−x .
x→0

c) lı́m x+1−2
x−3
.
x→3

d)
3 x−1
lı́m x−1 .
x→1

e)

lı́m x2 + x + 1 − x .
x→∞

f) lı́msen(3x)
2x
.
x→0

g) lı́m 1−cos x
x2
.
x→0

10. Hallar el límite de las siguientes sucesiones:



a ) an = n2 − n − n.

 √ 2 n
b ) bn = n+1+ n

n+1− n
.
1+tan( 1 )
c ) cn = log 1−tan n1 . Indicación: téngase en cuenta que la función logaritmo
(n)
es continua.
30 CAPÍTULO 1. PRELIMINARES

11. Determinar y clasicar los puntos de discontinuidad de las siguientes funciones:

a ) f (x) = [x] (parte entera de x).


b ) g(x) = x2
x2 −3x+2
.
 1 − cos x

si x 6= 0;
c ) h(x) = x2
0 si x = 0.

12. Demostrar que existe algún número real x que satisface la ecuación
91
x199 + = 55.
sen2 x

13. Probar que si p es un polinomio de grado impar entonces existe al menos un


x ∈ R tal que p(x) = 0. ¾Puede armarse lo mismo si p tiene grado par?

14. Sean f y g funciones continuas en el intervalo [a, b] tales que f (a) > g(a) y
f (b) < g(b). Demostrar que las grácas de f y g se cortan al menos en un
punto. Aplicar este resultado al caso en que g(x) = x.

15. Averiguar cuáles de las siguientes funciones están acotadas (superior e inferi-
ormente), y determinar, si procede, sus máximos y mínimos en los conjuntos
que se indican:

a ) f (x) = 1
1+x2
; en [0, 5], (0, 5) y R.
2

 si x 6= −2;
b ) g(x) = x + 2
0 si x = −2.

Capítulo 2

La derivada

2.1. Derivada de una función en un punto


Todas las funciones consideradas en este capítulo tendrán por dominio un inter-
valo abierto de números reales, acotado o no. Comenzamos deniendo la noción de
derivada de una función en un punto.

Denición 2.1. Sean f : I −→ R una función y a ∈ I . Se dice que f es derivable


en a si existe
f (a + h) − f (a)
lı́m
h→0 h
En este caso el límite se designa por f 0 (a) o por df
dx
(a), y se llama derivada de f en
a.

Observa que f es derivable en a si y sólo si, existe el límite


f (x) − f (a)
lı́m
x→a x−a
Si f es derivable en cada punto a ∈ I , entonces se dice que f es derivable en el
intervalo I . A la función que asocia a cada a ∈ I el número f 0 (a) se le llama función
derivada de f . Esta función se representa por f 0 , Df o dx
df
.
Ya conoces la interpretación geométrica de la derivada: si f es una función
derivable en el punto a, entonces f 0 (a) es la pendiente de la recta tangente a la
gráca de f en dicho punto. En términos un poco más rigurosos, el concepto de
derivada sirve de hecho para denir lo que se entiende por recta tangente a una
curva en un punto, pues salvo en algunos casos particulares, no puede darse una

31
32 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

denición precisa de dicha recta sin aludir a la noción de derivada. Así, diremos que
la recta de ecuación
y − f (a) = m(x − a)

es tangente la gráca de f en un punto a si f es derivable en a y m = f 0 (a).


Asimismo, si f representa una magnitud física que depende del tiempo, la derivada
de f en un instante t0 puede interpretarse como la velocidad de cambio instantánea
de dicha magnitud en el instante t0 .

Ejemplos
(1) Función constante.
Si k un número real entonces la función

f (x) = k

es derivable en todo a ∈ R y
f 0 (a) = 0

En particular, la derivada de una función constante es la función idénticamente nula.


Para comprobarlo simplicamos el cociente incremental y luego tomamos límites.
Para cada h 6= 0 se tiene la igualdad
f (a + h) − f (a) k−k
= =0
h h
y haciendo tender h a 0 se sigue la conclusión deseada.

(2) Función potencial de exponente natural.


Para cada n ∈ N la función
f (x) = xn

es derivable en todo punto a ∈ R, y

f 0 (a) = nan−1

En particular, f es derivable en R, siendo su derivada la función f 0 (x) = nxn−1 .


Se trata de ver que
x n − an
lı́m = nan−1
x→a x − a
2.1. DERIVADA DE UNA FUNCIÓN EN UN PUNTO 33

Es fácil comprobar (hágase como ejercicio) que para cada x ∈ R se verica la


igualdad
n
X
n n n−1 n−2 n−1
x − a = (x − a)(x + ax + ··· + a ) = (x − a) · xn−k ak−1
k=1

Por tanto, si x 6= a, se tiene


n
xn − an X n−k k−1
= x a
x−a k=1

y haciendo x → a resulta
n n
xn − an X n−k k−1 X n−1
lı́m = a a = a = nan−1
x→a x − a
k=1 k=1

(3) Función logaritmo.


La función
f (x) = log x

es derivable en todo a > 0 y


1
f 0 (a) =
a
En efecto, por las propiedades de los logaritmos se tiene
1
log a+h
 
log(a + h) − log a h h h
= = log 1 +
h h a

Utilizando la fórmula para las indeterminaciones 1∞ , estudiada en el tema anterior


se tiene
  h1
h h 1
= elı́mh → 0 (1+ a −1)· h = elı́mh → 0 ah = e1/a
h
lı́m 1+
h→0 a
y como la función logaritmo es continua resulta
  h1   h1
h h 1
lı́m log 1 + = log lı́m 1+ = log e1/a =
h→0 a h→0 a a

Así pues, existe el límite lı́mh → 0 f (a+h)−f


h
(a)
y vale a1 .
34 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

(4) Función seno.


La función
f (x) = sen x
es derivable en todo a ∈ R y
f 0 (a) = cos a
Para comprobar esto nos valemos de la igualdad
sen x
lı́m =1 (2.1)
x→0 x
que demostramos en el tema anterior. Gracias a la fórmula trigonométrica

sen(α + β) = sen(α) cos(β) + sen(β) cos(α)

se sigue que
sen(a + h) − sen a sen a cos h + sen h cos a − sen a
=
h h
cos h − 1 sen h
= sen a · + cos a ·
h h
Utilizando la igualdad (2.1) se obtiene
sen h
lı́m cos a · = cos a
h→0 h
y
cos2 h − 1 1
   
cos h − 1
lı́m sen a · = sen a · lı́m ·
h→0 h h→0 cos h + 1 h
 
− sen h sen h
= sen a · lı́m · =0
h→0 h 1 + cos h

Por tanto, el límite lı́mh → 0 f (a+h)−f


h
(a)
existe y vale cos a. Análogamente se demuestra
que la función f (x) = cos x es derivable en todo punto a ∈ R y que f 0 (a) = − sen a.

2.1.1. Derivadas laterales.


En una sección anterior veíamos que una función real de variable real tiene límite
en un punto si y sólo existen y son iguales los límites laterales en dicho punto. Por
tanto, la función f es derivable en el punto a si, y sólo si, existen y coinciden los
límites
f (a + h) − f (a)
lı́m+
h→0 h
2.1. DERIVADA DE UNA FUNCIÓN EN UN PUNTO 35

y
f (a + h) − f (a)
lı́m−
h→0 h
Estos límites se llaman derivadas laterales de f en el punto a, y suelen designarse
con los símbolos f+0 (a) y f−0 (a), respectivamente. Veamos, a título de ejemplo, si
existen las derivadas laterales de la función

f (x) = |x|

en el punto a = 0. Para cada h 6= 0 se tiene


f (0 + h) − f (0) f (h) − 0 |h|
= =
h h h
Si h > 0 entonces |h| = h, luego
f (0 + h) − f (0) h
= =1
h h
Tomando límites deducimos que existe la derivada lateral por la derecha de f en el
punto a = 0, siendo f+0 (0) = 1 Si h < 0 entonces |h| = −h y
f (0 + h) − f (0) −h
= = −1
h h
así que existe y vale −1 la derivada lateral por la izquierda de f . Al ser f+ (0) 6= f−0 (0)
se sigue que la función f no es derivable en el punto a = 0.
El siguiente teorema relaciona la existencia de derivadas laterales de una función
con la continuidad.

Teorema 2.2. Si la función f admite derivada lateral por la izquierda (resp. derecha)
en un punto a, entonces existe y es igual a f (a) el límite lı́mx → a− f (x) (resp.
lı́mx → a+ f (x)). En particular, si f es derivable en a, entonces es continua en di-
cho punto.
Demostración. En efecto,
f (x) − f (a)
lı́m− (f (x) − f (a)) = lı́m− · (x − a) = f−0 (a) · 0 = 0
x→a x→a x−a
y por tanto lı́mx → a− f (x) = f (a).

El recíproco de este teorema es (obviamente) falso. La función f (x) = |x| es


continua en todo punto. Esta función no es derivable en a = 0, al ser distintas sus
derivadas laterales en dicho punto.
36 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

2.2. Reglas de derivación


En esta sección presentamos los resultados clásicos sobre la estabilidad de la
derivada frente a las operaciones usuales con funciones.

Teorema 2.3. Sean f, g : I −→ R dos funciones derivables en un punto a ∈ I .


Entonces:

(1) La función f + g es derivable en a y

(f + g)0 (a) = f 0 (a) + g 0 (a)

(2) La función f · g es derivable en a y

(f · g)0 (a) = f 0 (a) · g(a) + f (a) · g 0 (a)

(3) Si g(a) 6= 0 entonces la función f


g
es derivable en a, y
 0
f f 0 (a) · g(a) − f (a) · g 0 (a)
(a) =
g (g(a))2

Demostración. (1) El cociente incremental para la función f + g es


f (x) + g(x) − (f (a) + g(a)) f (x) − f (a) g(x) − g(a)
= +
x−a x−a x−a

Puesto que las funciones f y g son derivables en a existen lı́mx → a f (x)−f x−a
(a)
= f 0 (a) y
lı́mx → a g(x)−g(a)
x−a
= g 0 (a), y gracias a las propiedades de los límites se sigue que existe

(f + g)(x) − (f + g)(a)
lı́m
x→a x−a
y vale f 0 (a) + g 0 (a).
(2) El cociente incremental para f · g es
f (x)g(x) − f (a)g(a) f (x)g(x) − f (x)g(a) + f (x)g(a) − f (a)g(a)
=
x−a x−a
g(x) − g(a) f (x) − f (a)
= f (x) · + g(a) ·
x−a x−a

Como f y g son derivables en a existen los límites lı́mx → a f (x)−f x−a


(a)
= f 0 (a) y
lı́mx → a g(x)−g(a)
x−a
= g 0 (a). Observemos además que lı́mx → a f (x) = f (a) (al ser la
2.2. REGLAS DE DERIVACIÓN 37

función f continua en a). Utilizando las propiedades aritméticas de los límites y


sustituyendo en la igualdad anterior deducimos que existe el límite
(f · g)(x) − (f · g)(a)
lı́m
x→a x−a
y vale f (a) · g 0 (a) + f 0 (a) · g(a).
(3) Teniendo en cuenta el apartado anterior es suciente considerar el caso en
que f = 1. Además, como g es continua y g(a) 6= 0 existe un intervalo (a − δ, a + δ)
donde g 6= 0. Sea x ∈ (a − δ, a + δ). Entonces,
1 1
g(x)
− g(a) 1 g(x) − g(a)
=− ·
x−a g(x) · g(a) x−a

Como g es derivable en a se tiene que existe lı́mx → a g(x)−g(a)


x−a
= g 0 (a), y (al ser g
continua en a) lı́mx → a g(x) = g(a). Por tanto, existe
1 1
g(x)
− g(a) g 0 (a)
lı́m =−
x→a x−a (g(a))2
como queríamos demostrar.

Corolario 2.4. Si f es derivable en un punto a y k ∈ R, entonces la función k · f


es derivable en a y (k · f )0 (a) = k · f 0 (a).

El siguiente teorema describe el comportamiento de la derivada frente a la com-


posición de funciones.

Teorema 2.5 (Regla de la cadena). Sea f una función denida en un intervalo


I y sea g otra función denida en un intervalo J tal que g(J) ⊆ I . Supongamos
que g es derivable en un punto a ∈ I y que f es derivable en b = g(a). Entonces la
función compuesta f ◦ g es derivable en a y

(f ◦ g)0 (a) = f 0 (g(a)) · g 0 (a)

Demostración. Lo que vamos a hacer es sólo una aproximación a la prueba. Se trata


de ver que el límite
f (g(a + h) − f (g(a))
h
existe y vale f 0 (g(a)) · g 0 (a). Para ello escribimos
f (g(a + h) − f (g(a)) f (g(a + h)) − f (g(a)) g(a + h) − g(a)
= ·
h g(a + h) − g(a) h
38 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

Puesto que cuando h es pequeño los cocientes del segundo miembro de esta igualdad
se aproximan, respectivamente, a los números f 0 (g(a)) y g 0 (a), se deduce que
f (g(a + h) − f (g(a))
lı́m = f 0 (g(a))g 0 (a)
h→0 h
Sin embargo, nuestro argumento tiene un punto aco, pues el primero de esos co-
cientes puede no estar denido cerca de h = 0 (de hecho, no lo está para los h tales
que g(a + h) = g(a)).
Para suplir este problema se introduce una nueva función. Para cada h ∈ R tal
que a + h ∈ J se dene
f (g(a + h)) − f (g(a))
ϕ(h) =
g(a + h) − g(a)
si g(a + h) − g(a) 6= 0 y
ϕ(h) = f 0 (g(a))
en caso contrario. Esta función es continua en h = 0, es decir,

lı́m ϕ(h) = ϕ(0) = f 0 (g(a))


h→0

No es difícil probar esto pero hacerlo bien supone entrar con los epsilons y los deltas
y preferimos evitar tal cosa.
Asumida la continuidad de la función ϕ en h = 0, no queda mucho por hacer.
Por la denición de ϕ tenemos que si h 6= 0 entonces
f (g(a + h)) − f (g(a)) g(a + h) − g(a)
= ϕ(h) ·
h h
Cuando h → 0 entonces g(a+h)−g(a)
h
→ g 0 (a) y ϕ(h) → f 0 (g(a)). Por tanto
f (g(a + h)) − f (g(a))
lı́m = f 0 (g(a)) · g 0 (a)
h→0 h
de modo que la función f ◦ g es derivable en a y (f ◦ g)0 (a) = f 0 (g(a)) · g 0 (a).

Sea ahora f : I −→ R una función estrictamente monótona y derivable en un


punto a ∈ I . Es natural preguntarse si existe la derivada de la función inversa
f −1 en el punto f (a), y en tal caso calcular su valor. Habida cuenta de la relación
id = f ◦ f −1 , gracias a la regla de la cadena se inere que, de existir f −1 (f (a)),
0

necesariamente es f −1 (f (a)) = f 01(a) . Éste es precisamente el contenido del siguiente


0

teorema, aunque no daremos una prueba rigurosa del mismo.


2.2. REGLAS DE DERIVACIÓN 39

Teorema 2.6 (Derivada de la función inversa ). Sea f : I −→ R una función


continua e inyectiva. Si f es derivable en un punto a ∈ I y f 0 (a) 6= 0, entonces la
función inversa f −1 es derivable en el punto b = f (a) y
0 1
f −1 (b) =
f 0 (a)

Ejemplos:
(i) Derivada de la función exponencial
Sea g(u) = eu . Entonces g es derivable en todo b ∈ R y
g 0 (a) = eb

En efecto, sea f (x) = log x. Sabemos que f es inyectiva y derivable en todo


a ∈ R+ , con f 0 (a) = a1 , y que g = f −1 . Sea a = eb . En virtud del teorema precedente
se deduce que g es derivable en b y que
1 1
g 0 (b) = = 1 = a = eb
f 0 (a) a

(ii) Derivada de las trigonométricas inversas


Las funciones arcsin y arc cos son derivables en todos los puntos del intervalo
(−1, 1), siendo sus derivadas las funciones √1−x1
2 y
√ −1 , respectivamente.
1−x2
En efecto, sea g(x) = sen x. Sabemos que g es estrictamente creciente en el
intervalo −π , π y que g = f −1 . Si b ∈ (−1, 1) entonces existe un único a ∈ −π ,π
 
2 2 2 2
tal que g(a) = b. Como g es derivable en a se sigue que g es derivable en b y que
1 1 1 1 1
g 0 (b) = = = = √ = √
f 0 (a) cos a cos arcsin b 1 − sen2 arcsin b 1 − b2
Demuestra que la función x 7→ arctan x es derivable en todo a ∈ R y que su
función derivada es x 7→ 1+x
1
2.

Como consecuencia inmediata de la regla de la cadena y las reglas de derivación


para las funciones logaritmo y exponencial se demuestra el siguiente resultado, que
tiene numerosas aplicaciones.
Proposición 2.7 (Regla de derivación logarítmica ). Sea f : I −→ R una fun-
ción tal que f (x) 6= 0, para todo x ∈ I , y sea h(x) = log |f (x)|. Si h es derivable en
un punto a, entonces f es derivable en dicho punto y
f 0 (a) = f (a) · h0 (a)
40 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

Ejemplo: Derivada de la función potencial con exponente no natural


Sea la función f (x) = xr , siendo r un número real distinto de cero. Entonces f
es derivable en todo punto a de su dominio (y a 6= 0) y
f 0 (a) = rar−1

En efecto, sea h(x) = log |f (x)| = log |xr |. Obviamente,


h(x) = log |xr | = log |x|r = r log |x|

de donde se sigue que


r
h0 (a) =
a
Utilizando el corolario anterior se sigue que f es derivable en a y
r
f 0 (a) = f (a) · h0 (a) = ar · = rar−1
a
Fíjate que este ejemplo contiene como casos particulares las funciones radicales.

En particular, la función derivada de f (x) = x es
1
f 0 (x) = √
2 x

Ejercicio
Halla la función derivada de las funciones f (x) = xx y g(x) = xx (denidas para
x

x > 0), utilizando la regla de derivación logarítmica.

2.2.1. Derivadas de orden superior


Supongamos que f : I −→ R es una función derivable en todo su dominio. Dire-
mos que f es dos veces derivable en un punto a ∈ I si la función f 0 es derivable en
dicho punto. A este número se le llama derivada segunda de f en a, y se representa
por los símbolos f 00 (a), ddxf2 (a) o D2 f (a). Si f es dos veces derivable en todo punto
2

a ∈ I , podemos denir la función derivada segunda de f como la función que asocia


a cada a ∈ I la derivada segunda de f en dicho punto a ∈ I . Tal función será desig-
nada por f 00 , ddxf2 o D2 f . De forma análoga se denen las derivadas sucesivas de f ,
2

y se designan por los símbolos f 000 , f iv , . . ., por ddxf3 , dx 4 , . . ., o por D f , D f . . . Si


3
d4 3 4

f es n veces derivable en el intervalo I y la función f (n) es continua (en I), se dice


que f es una función de la clase C n (I). Se dice que f es de clase C ∞ (I) si existen
todas las derivadas sucesivas de dicha función.
2.3. TEOREMA DE ROLLE 41

Ejemplo
La derivada n-ésima de la función

f (x) = log(1 + x)

es la función
(n) (−1)n−1 (n − 1)!
f (x) =
(1 + x)n
En efecto, las primeras derivadas de f son f 0 (x) = 1+x
1
, f 00 (x) = (1+x)
−1
2 , f (x) =
000

2
(1+x)3
, f iv (x) = (1+x)
−6
4 , f (x) = (1+x)5 , . . .
v 24

A la vista de estas igualdades parece natural conjeturar que para cada n ∈ N se


tiene
(−1)n−1 (n − 1)!
f (n) (x) =
(1 + x)n
Probémoslo por inducción sobre n. La fórmula es claramente cierta para n = 1.
Supongamos ahora que es cierta para un número n. Como f (n+1) es la derivada de
f (n) se sigue que

−1 (−1)n n!
f (n+1) (x) = (−1)n−1 (n − 1)! n(1 + x)n−1
=
(1 + x)2n (1 + x)n+1

de modo que la fórmula sigue siendo cierta para el número n + 1, como queríamos
demostrar.

2.3. Teorema de Rolle


El siguiente resultado rena, en cierto sentido, el Teorema de Weierstrass sobre
la existencia de extremos para funciones continuas en intervalos cerrados y acotados.

Teorema 2.8 (de Rolle ). Sea f una función continua en [a, b] y derivable en (a, b).
Si f (a) = f (b), entonces existe c ∈ (a, b) tal que f 0 (c) = 0.

Una de las piezas clave en la demostración de este teorema es la conocida condi-


ción necesaria para la determinación de los extremos locales de una función.

Lema 2.9. Sea f una función derivable en un intervalo abierto I . Si c es un punto


de I donde f alcanza un extremo relativo entonces f 0 (c) = 0.
42 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

Demostración. Supongamos por ejemplo que f 0 (c) > 0. Entonces


f (x) − f (c)
lı́m >0
x→c x−c
y por la propiedad de conservación del signo del límite funcional encontramos un
número δ > 0 tal que
f (x) − f (c)
x ∈ (c − δ, c + δ) ⇒ >0 (2.2)
x−c
Sea x un elemento del intervalo (c − δ, c + δ). Si x está a la derecha de c entonces
x−c > 0, y teniendo en cuenta la desigualdad precedente se sigue que f (x)−f (c) > 0,
es decir, f (x) > f (c). Esto implica que f no tiene máximo relativo en el punto c.
Si x está a la izquierda de c entonces x − c < 0, y recurriendo nuevamente a la
desigualdad (2.2) deducimos que f (x) < f (c), de modo que f no tiene mínimo local
en c. Así pues, la condición f 0 (c) > 0 implica que f no tiene extremo relativo en c.
La misma conclusión se obtiene si suponemos que f 0 (c) < 0. La única posibilidad
que queda es la anulación de la derivada en el punto c.

Demostración del Teorema 2.8. Por el Teorema de Weierstrass la función f tiene un


mínimo absoluto m y un máximo absoluto M . Si M = m entonces f es constante,
de suerte que f 0 (c) = 0 para todo c ∈ (a, b). Si m < M , entonces existe un c ∈ (a, b)
tal que f (c) = m o f (c) = M por ser f (a) = f (b). En particular, f presenta un
extremo local en c, y gracias al lema precedente se sigue que f 0 (c) = 0.

La interpretación geométrica del Teorema de Rolle es clara. Si dos puntos del


gráco de f están a la misma altura, forzosamente existe un punto de dicho gráco
donde la recta tangente es horizontal. La hipótesis de derivabilidad de f en el inter-
valo (a, b) y continuidad en [a, b] puede resultar un poco extraña. Al n y al cabo,
de haber supuesto que f es derivable en [a, b] podríamos haber evitado cualquier
alusión a la continuidad. No obstante existen funciones como

f (x) = 1 − x2 , x ∈ [−1, 1]

que verican la hipótesis del Teorema de Rolle y no son derivables en los extremos
del intervalo de denición. La no exclusión de funciones como ésta es lo que obliga
a hilar un poco más no.
2.4. TEOREMA DE LAGRANGE. APLICACIONES 43

Aplicación a la separación de las raíces de una ecuación.


Sea f : I −→ R una función derivable. Si la función derivada f 0 se anula n veces
en I , entonces f se anula a lo sumo n + 1 veces en dicho intervalo. En efecto, sean
x1 < x2 < . . . < xm raíces de f en I . Para cada i = 1, 2 . . . , m − 1 existe por el
Teorema de Rolle [xi , xi+1 ] un ξi ∈ (xi , xi+1 ) tal que f 0 (ξi ) = 0. Por tanto si f 0 se
anula n veces, forzosamente m ≤ n + 1.
Observa que, en particular, f tiene a lo sumo una raíz en el intervalo I si f 0 (x) 6= 0
para todo x ∈ I . Esta observación, combinada con el Teorema de Bolzano, resulta
de gran utilidad práctica cuando se pretende localizar las raíces de una ecuación.

Ejemplo
La ecuación e−x = x tiene una única solución real.
En efecto, sea f la función denida por la expresión
f (x) = e−x − x

Claramente, f es derivable y
f 0 (x) = − e−x + 1


Es obvio que e−x + 1 > 1 para todo x ∈ R (pues la función exponencial es siempre
positiva). En particular
f 0 (x) 6= 0, ∀x ∈ R
Por tanto, de acuerdo con la observación anterior f tiene a lo sumo una raíz.
Por otra parte, f (0) = 1 − 0 = 1 > 0 y f (1) = 1e − 1 < 0, así que f tiene una
raíz en [0, 1] por el Teorema de Bolzano. Podemos concluir, pues, armando que la
ecuación e−x = x tiene una única solución (localizada además en el intervalo [0, 1]).

2.4. Teorema de Lagrange. Aplicaciones


Como consecuencia sencilla del Teorema de Rolle se deduce el siguiente teorema,
que constituye uno de los resultados más importantes del Cálculo.
Teorema 2.10 (del valor medio de Lagrange ). Si f es continua en [a, b] y
derivable en (a, b) entonces existe un punto c ∈ (a, b) tal que
f (b) − f (a)
= f 0 (c)
b−a
44 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

Demostración. Sea F la función1 denida en [a, b] por medio de la expresión


f (b) − f (a)
F (x) = f (x) − f (a) − · (x − a)
b−a
denida Veamos que F satisface las condiciones del Teorema de Rolle. Claramente
F es continua en [a, b] (al tratarse de la suma de dos funciones continuas en di-
cho intervalo) derivable en (a, b) (por ser suma de dos funciones derivables en este
intervalo), y
f (b) − f (a)
F 0 (x) = f 0 (x) −
b−a
Además,
f (b) − f (a)
F (a) = f (a) − f (a) − (a − a) = 0 − 0 = 0
b−a
y
f (b) − f (a)
F (b) = f (b) − f (a) − · (b − a) = f (b) − f (a) − (f (b) − f (a)) = 0
b−a

Así pues, por el Teorema de Rolle existe c ∈ (a, b) tal que F 0 (c) = 0, y por tanto,
f (b) − f (a)
f 0 (c) − =0
b−a
es decir,
f (b) − f (a)
f 0 (c) =
b−a

Los dos siguientes parágrafos contienen numerosas aplicaciones de este teorema.


Las primeras son de índole práctica, las segundas más teóricas.

Estudio local de una función


El Teorema de Lagrange es la clave para la demostración de los criterios que
siempre has utilizado para determinar los intervalos de crecimiento y decrecimiento,
convexidad y concavidad de una función. El siguiente teorema constituye la principal
aplicación en esta dirección.
1 Observa que ésta es la función que se obtiene al restar, en cada punto, la ordenada de la curva,
f (x), menos la ordenada de la recta secante a dicha curva que pasa por los puntos (a, f (a)) y
(b, f (b)).
2.4. TEOREMA DE LAGRANGE. APLICACIONES 45

Teorema 2.11 (Función monótona ). Sea f una función continua en [a, b] y


derivable en (a, b).

(1) Si f 0 (x) > 0 para todo x ∈ (a, b), entonces f es estrictamente creciente en
[a, b].

(2) Si f 0 (x) < 0 para todo x ∈ (a, b) entonces f es estrictamente decreciente en


[a, b].

Demostración. (1) Sean x1 , x2 ∈ [a, b] tales que x1 < x2 . El Teorema del valor
medio de Lagrange (aplicado en el intervalo [x1 , x2 ]) garantiza la existencia de un
c ∈ (x1 , x2 ) tal que
f (x2 ) − f (x1 )
= f 0 (c)
x2 − x1
No sabemos quién es este c, pero lo que sí sabemos es que, por la hipótesis, f 0 (c) > 0,
así que
f (x2 ) − f (x1 )
>0
x2 − x1
y por tanto, f (x2 ) > f (x1 ).
(2) Este caso se trata de forma enteramente análoga al anterior.

Observa que si en el resultado anterior suponemos que f 0 (x) ≥ 0 (resp. f 0 (x) ≤ 0)


para todo x ∈ (a, b) se obtiene que f es creciente (resp. decreciente) en el intervalo
[a, b].
El Lema 2.9 establece una condición necesaria de extremo relativo. Con ayuda
del Teorema 2.11 podemos obtener la conocida condición suciente basada en el
estudio de la segunda derivada.

Corolario 2.12 (Condición suciente de extremo ). Sea f : (a, b) −→ R una


función dos veces derivable, y sea c ∈ (a, b) tal que f 0 (c) = 0. Entonces:

(1) Si f 00 (c) > 0, la función f presenta un mínimo local (estricto) en c.

(2) Si f 00 (c) < 0, la función f presenta un máximo local (estricto) en c.

Demostración. Probamos sólo (1), la otra armación se obtiene de forma análoga.


La derivada segunda de f en el punto x0 es, por denición, el número
f 0 (x) − f 0 (c)
f 00 (c) = lı́m
x→c x−c
46 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

La hipótesis del enunciado nos dice que f 0 (c) = 0 y que f 00 (c) > 0. Por tanto,
f 0 (x)
lı́m >0
x→c x − c

Por la propiedad de la conservación del signo de los límites funcionales deducimos


la existencia de un número δ > 0 tal que
f 0 (x)
x ∈ [c − δ, c + δ] ⇒ >0
x−c
Si x ∈ (c − δ, c + δ) y x − c > 0 (es decir, x > c), gracias a la desigualdad precedente
tenemos que f 0 (x) > 0. Utilizando el corolario anterior se sigue que la función f
es (estrictamente) creciente en el intervalo [c, c + δ]. Procediendo de forma análoga
se deduce que f es (estrictamente) decreciente en [c − δ, c]. Así pues, el valor de la
función f en c es menor que el valor que dicha función toma en cualquier otro punto
del intervalo [c − δ, c + δ].

Para terminar, explicaremos brevemente cómo pueden utilizarse los resultados


precedentes para determinar los intervalos de convexidad y concavidad de una fun-
ción. Recordemos que una función f denida en un intervalo I es convexa (en I ) si
para cualesquiera números distintos a, b ∈ I , la recta que une los puntos (a, f (a))
y (b, f (b)) queda por encima de la gráca de f , es decir, si para cada x ∈ (a, b) se
tiene
f (b) − f (a)
f (x) ≤ f (a) + · (x − a)
b−a
o equivalentemente, si
f (x) − f (a) f (b) − f (a)

x−a b−a
Análogamente, se dice que f es cóncava en I si para cualesquiera números distintos
a, b ∈ I , la recta que une los puntos (a, f (a)) y (b, f (b)) queda por debajo de la
gráca de f , o lo que es lo mismo, si para cada x ∈ (a, b) se tiene
f (x) − f (a) f (b) − f (a)

x−a b−a
Si f es derivable en un punto c ∈ I y la recta tangente a f atraviesa su gráca en
ese punto (es decir, si la gráca queda a un lado por encima de la recta tangente, y
a otro lado por debajo de esta recta), se dice que c es un punto de inexión. Puede
demostrarse, aunque no lo haremos aquí, que si f es derivable en el intervalo I ,
entonces f es convexa (resp. cóncava) si, y sólo si, la función f 0 es creciente (resp.
2.4. TEOREMA DE LAGRANGE. APLICACIONES 47

decreciente) en dicho intervalo, y que si c es un punto de inexión para f , entonces


f 0 presenta un extremo local en dicho punto. En particular, como consecuencia
inmediata del Teorema 2.11 y el Lema 2.9 se obtiene el siguiente resultado conocido.

Corolario 2.13. Sea f una función dos veces derivable en un intervalo I . Entonces
f es convexa (resp. cóncava) en dicho intervalo si f 00 (x) > 0 (resp. f 00 (x) < 0) para
todo x ∈ I . Si c ∈ I y f presenta un punto de inexión en c entonces f 00 (c) = 0.

Funciones con derivada idénticamente nula


Sabemos que la derivada de una función constante es la función 0. El siguiente
teorema garantiza que el recíproco también es cierto.

Teorema 2.14 (Función constante ). Sea f una función continua en [a, b], deriv-
able en (a, b) y tal que f 0 (x) = 0 para todo x ∈ (a, b). Entonces f es constante.

Demostración. Se trata de ver que f (x) = f (a) para todo x ∈ (a, b]. Fijemos un x
en este intervalo. Aplicando el Teorema de Lagrange a la función f en el intervalo
[a, x] encontramos un c ∈ (a, x) (dependiente de x) tal que

f (x) − f (a) = f 0 (c)(x − a)

No sabemos quién es c, ni falta que nos hace. Como f 0 es siempre igual a 0 podemos
asegurar que f 0 (c) = 0, y por tanto

f (x) − f (a) = 0

es decir
f (x) = f (a)
como queríamos demostrar.

Este teorema juega un papel teórico muy importante pues tal y como veremos en
el tema siguiente, es uno de los dos principales ejes de conexión entre la derivada y
la integral. Para ilustrar el punto esencial de su aplicación proponemos el siguiente
ejemplo.
Imagina que te piden hallar una función F : R −→ R cuya derivada es la función
f (x) = 2x. Tu respuesta inmediata será F (x) = x2 .
Si ahora te piden calcular todas las funciones cuya derivada es f , la cosa cambia.
Es claro que si C es una constante cualquiera, entonces también la función G(x) =
48 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

x2 + C tiene por derivada la función f , y la intuición te dirá, seguramente, que toda


función cuya derivada es f puede expresarse como la suma de la función x2 y una
constante.
Ahora bien, ¾quién nos garantiza que en algún lugar remoto, no habrá alguien
que encuentre una función G que no sea de esta forma? La respuesta a esta pregunta
es: Lagrange. En efecto, si F (x) = x2 y G es una función cuya derivada es f entonces
la derivada de G − F es G0 − F 0 = f − f = 0, y por el teorema precedente se sigue
que G − F es constante, es decir, que existe un número C ∈ R tal que G − F = C ,
o lo que es lo mismo, G = F + C , esto es, G(x) = x2 + C , para todo x ∈ R.

2.5. Teorema de Cauchy. Regla de L'Hôpital


En esta sección aplicamos el Teorema de Rolle a la obtención de un teorema del
valor medio que generaliza al Teorema de Lagrange.

Teorema 2.15 (del valor medio de Cauchy ). Sean f y g dos funciones continuas
en [a, b] y derivables en (a, b). Supongamos que g(a) 6= g(b) y que las derivadas de
f y g no se anulan simultáneamente en punto alguno. Entonces existe c ∈ (a, b) tal
que
f (b) − f (a) f 0 (c)
= 0
g(b) − g(a) g (c)

Demostración. Consideremos la función

F (x) = (f (b) − f (a)) · g(x) − (g(b) − g(a)) · f (x)

denida para x ∈ [a, b]. Obviamente, F es continua en [a, b], derivable en (a, b) y

F 0 (x) = (f (b) − f (a)) · g 0 (x) − (g(b) − g(a)) · f 0 (x)

Es claro además que

F (a) = F (b) = f (b)g(a) − f (a)g(b)

Por tanto, de acuerdo con el Teorema de Rolle existirá un c ∈ (a, b) tal que F 0 (c) = 0,
es decir,
(f (b) − f (a)) g 0 (c) = (g(b) − g(a)) f 0 (c)
2.5. TEOREMA DE CAUCHY. REGLA DE L'HÔPITAL 49

Por hipótesis se tiene que g(b)−g(a) 6= 0. Por tanto g 0 (c) 6= 0 (si fuese g 0 (c) = 0 tam-
bién tendría que ser f 0 (c) = 0, y las derivadas de f y g se anularían simultáneamente
en el punto c, contra la hipótesis). Podemos pues dividir, y
f (b) − f (a) f 0 (c)
= 0
g(b) − g(a) g (c)
como queríamos demostrar
Observa que el Teorema del valor medio de Lagrange se reduce al de Cauchy sin
más que considerar g(x) = x. Hemos preferido, no obstante, dar una prueba directa
del Teorema de Lagrange con el objeto de no hacer sombra a las aplicaciones antes
obtenidas. Una de las consecuencias más importantes del Teorema de Cauchy es la
conocida (aunque impropiamente llamada) Regla de L'Hôpital2 , de extrema utilidad
a la hora de calcular límites.
Teorema 2.16 (Regla de L'Hôpital-Bernouilli ). Sean f y g dos funciones
derivables en (a, b) siendo −∞ ≤ a < b ≤ +∞. Supongamos que
(1) g 0 (x) 6= 0 para todo x ∈ (a, b),
f 0 (x)
(2) lı́mx → a+ g 0 (x)
= L, donde L ∈ R o L = ±∞, y

(3) lı́mx → a+ f (x) = lı́mx → a+ g(x) = 0, o bien lı́mx → a+ f (x) = lı́mx → a+ g(x) = ∞.
Entonces
f (x)
lı́m =L
x → a g(x)

Un enunciado análogo es válido cuando x → b− .


Demostración. Esto es más complicado. Nos limitaremos a dar una idea de la prueba
0 (x)
cuando a ∈ R y lı́mx → a+ fg0 (x) = L ∈ R. Observa que f y g no están denidas en
a. Como lı́mx → a+ f (x) = lı́mx → a+ g(x) = 0, podemos denir f y g en el punto
a haciendo f (a) = g(a) = 0, de suerte que ambas funciones son continuas en a.
Sea x ∈ (a, b]. Aplicando el Teorema del valor medio de Cauchy encontramos un
cx ∈ (a, x) tal que
f (x) f (x) − f (a) f 0 (cx )
= = 0
g(x) g(x) − g(a) g (cx )
2 Este resultado ha sido históricamente atribuido al Marqués de L'Hôpital, un bohemio francés
del s. XVII que dedicó su vida a las matemáticas y escribió la obra L'Analyse des innitement
petits, primer texto consagrado al naciente Cálculo Innitesimal. No obstante, parece de justicia
atribuir el resultado a J. Bernouilli, instructor particular del Marqués de L'Hôpital.
50 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

Puesto que a < cx < x tenemos que cx → a cuando x → a+ . Por tanto,


f 0 (cx ) f (x)
lı́m+ 0
= lı́m+ =L
x→a g (cx ) x → a g(x)
luego
f (x)
lı́m+ =L
x→a g(x)
como queríamos demostrar.

Ejemplo:
Calculemos el límite
lı́m xx
x → 0+

Se trata de una indeterminación del tipo 00 . Tomando logaritmos en la función prop-


uesta el problema queda reducido al estudio del límite
log x
lı́m+ x · log x = lı́m+ 1
x→0 x→0
x

Las dos funciones implicadas en esta fracción tienen límite ∞ cuando x → 0+ y el


denominador es siempre distinto de 0. Además, para el cociente de las derivadas se
tiene 1
x
lı́m+ = lı́m+ (−x) = 0
x→0 − x12 x→0

Podemos aplicar entonces la Regla de L'Hôpital, deduciendo que existe el límite


propuesto y vale e0 = 1.

2.6. Fórmula de Taylor


El hecho de que una función sea derivable en un punto a signica que f se
comporta, en las proximidades de a, como un polinomio de primer grado (el poli-
nomio cuya gráca es la recta tangente a f en dicho punto). En efecto, de la propia
denición se desprende que

f (x) = f (a) + f 0 (a) · (x − a) + r(x)

siendo r una función tal que lı́mx → a x−a


r(x)
= 0. Consecuentemente,

f (x) − (f (a) + f 0 (a)(x − a))


lı́m =0
x→a x−a
2.6. FÓRMULA DE TAYLOR 51

Así pues, la diferencia f (x) − (f (a) + f 0 (a)(x − a)) no sólo se hace pequeña en las
proximidades del punto a, sino que es incluso pequeña comparada con el número
x − a. En esta sección anaremos este resultado demostrando que si f es n veces
derivable en a entonces existe un polinomio pn de grado menor o igual que n tal que
f (x) − pn (x)
lı́m =0
x→a (x − a)n
Esta relación nos dice que al menos en las vecindades del punto a, la función f puede
aproximarse por el polinomio pn , y que la aproximación será tanto mejor cuanto
mayor sea el grado de ese polinomio. A la postre resulta que, en muchos casos, este
polinomio aproxima a la función f no sólo en los puntos cercanos al punto a, sino en
todo el dominio de f (o al menos en un subconjunto bastante grande de éste). Este
hecho proporciona una importante información acerca del comportamiento global
de la función.
Para hacernos una idea de cuál puede ser el polinomio en cuestión, es conveniente
comenzar investigando si existe alguna relación entre los coecientes de un polinomio
y sus derivadas sucesivas en un punto. Sea pues f una función polinómica, es decir,
n
X
f (x) = ak x k = a0 + a1 x + a2 x 2 + · · · + an x n
k=0

y calculemos sus derivadas sucesivas. Tenemos

f 0 (x) = a1 + 2a2 x + 3a3 x2 + · · · + nan xn−1

f 00 (x) = 2a2 + 6a3 x + · · · + n(n − 1)an xn−2


f 000 (x) = 6a3 + 24a4 x + · · · + n(n − 1)(n − 2)xn−3
..
.
f (n) (x) = n(n − 1) · . . . · 2 · 1 · an
Haciendo x = 0 en estas identidades resulta f (0) = a0 , f 0 (0) = a1 , f 00 (0) = 2a2 ,
f 000 (0) = 6a3 , . . .. Así pues, los coecientes del polinomio p están relacionados con
sus derivadas sucesivas en el punto 0 a través de la relación
f (k) (0)
ak = , para todo k = 0, 1, 2, . . . , n
k!
Si el polinomio se escribe en términos de x − a, es decir, si
X
f (x) = ak (x − a)k
k=0
52 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

entonces se obtiene, análogamente, la relación,

f (k) (a)
ak = , para todo k = 0, 1, 2, . . . , n
k!
de suerte que
n
X f (k) (a)
f (x) = (x − a)k
k=0
k!

Bien, sea ahora f una función n veces derivable en un intervalo I , y sea a ∈ I .


Llamamos polinomio de Taylor de orden n para f en el punto a al polinomio
n
X f (k) (a)
pn,a (x) = (x − a)k
k=0
k!

El hecho de que los coecientes de este polinomio dependan de las derivadas sucesivas
de f induce a pensar que, en la práctica, la expresión de pn,a (x) puede llegar a ser
complicada, sobre todo cuando n es grande. Sin embargo, el polinomio de Taylor
adopta expresiones especialmente sencillas en el caso de las funciones trascendentes
más usuales. He aquí algunas pruebas de esta armación.

Ejemplos
(a) Polinomios de Taylor de la función exponencial. Sea

f (x) = ex

Como f (k) (x) = ex , resulta f (k) (0) = e0 = 1, para todo k ∈ N. Por tanto, el
polinomio de Taylor de orden n para f en a = 0 es
n
X f (n) (0) x2 x3 xn
pn,0 (x) = xn = 1 + x + + +
k=0
n! 2! 3! n!

El polinomio de Taylor de orden n para la función f en otro punto cualquiera a ∈ R


es a 2 a n
e (x − a) e (x − a)
pn,a (x) = ea + ea (x − a) + + ··· +
2! n!
(b) Polinomios de Taylor de la función logaritmo. La función logaritmo no está
denida en 0, pero podemos considerar la función trasladada

f (x) = log(1 + x)
2.6. FÓRMULA DE TAYLOR 53

denida para x > −1. La derivada k -ésima de f viene dada por la expresión
(k − 1)!
f (k) (x) = (−1)k+1 · ,k ≥ 1
(1 + x)k

Haciendo x = 0 resulta
f (k) (0) = (−1)k+1 · k!

Por tanto, el polinomio de Taylor de orden n para f en a = 0 es


n
X f (n) (0) x2 x3 xn
pn,0 (x) = xn = x − + + · · · + (−1)n+1 ·
k=0
n! 2 3 n

Calcula, como ejercicio, el polinomio de Taylor de orden n para la función log x en


el punto a = 1.
(c) Polinomios de Taylor de las funciones seno y coseno. Sea

f (x) = sen x

Las derivadas sucesivas de esta función son f 0 (x) = cos x, f 00 (x) = − sen x, f 000 (x) =
− cos x, f (iv) (x) = sen x, f (v) (x) = cos x, ... Al evaluar en a = 0 se obtiene f (0) = 0,
f 0 (0) = 1, f 00 (0) = 0, f 000 (0) = −1, f (iv) (0) = 0,... (en el punto 0, las derivadas de or-
den par son nulas, y las de orden impar toman los valores 1 y −1, alternativamente).
Así pues, el polinomio de Taylor de orden 2n para f en a = 0 es
x3 x5 x2n−1
p2n,0 (x) = x − + − · · · + (−1)n+1
3! 5! (2n − 1)!

El polinomio de Taylor de orden 2n − 1 de la función coseno en a = 0 es (hazlo como


ejercicio)
x2 x4 x2n
p2n−1,0 (x) = 1 − + − · · · + (−1)n
2! 4! (2n)!
Es hora de empezar a explorar las relaciones existentes entre una función y
sus polinomios de Taylor en un punto. El siguiente resultado establece que estos
polinomios constituyen buenas aproximaciones de la función en las vecindades del
punto.

Teorema 2.17. Sea f : I −→ R una función n veces derivable en I y sea a ∈ I .


Entonces,
f (x) − pn,a (x)
lı́m =0
x→a (x − a)n
54 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

Demostración. Aplicando reiteradamente la Regla de L'Hôpital (n − 1 veces)3 se


sigue que
Pn f (k) (a)
f (x) − pn,a (x) f (x) − k=0 k!
(x − a)k
lı́m n
= lı́m n
x→a (x − a) x→a (x − a)
Pn f (k) (a)
f 0 (x) − k=1 (k−1)! (x − a)k−1
= lı́m
x→a n(x − a)n−1
Pn f (k) (a)
f 00 (x) − k=2 (k−2)! (x − a)k−2
= lı́m
x→a n(n − 1)(x − a)n−2
..
.

f (n−1) (x) − f (n−1) (a) + f (n) (a)(x − a)
= lı́m
x→a n!(x − a)
(n−1)
1 f (x) − f (n−1) (a)
= · lı́m − f (n) (a)
n! x → a x−a
Fíjate que la última igualdad se ha obtenido sin usar la Regla de L'Hôpital. Como
por hipótesis existe f (a) se tiene
f (n−1) (x) − f (n−1) (a)
lı́m = f (n) (a)
x→a x−a
de modo que
f (x) − pn,a (x)
lı́m =0
x→a (x − a)n
como queríamos demostrar.
Como consecuencia de este teorema se obtiene la siguiente mejora del Corolario
2.12, y proporciona asimismo una condición suciente para la localización de puntos
de inexión. La idea de la demostración es muy parecida y la dejamos como ejercicio.
Corolario 2.18. Sea f una función de clase C ∞ en un intervalo abierto I y sean
a ∈ I y n un número natural tales que

f 0 (a) = f 00 (a) = . . . = f (n) (a) = 0

y
f (n+1) (a) 6= 0
Si n es par entonces f presenta un punto de inexión en el punto a. Si n es impar
entonces:
3 Observa
que las funciones f (x) − pn,a (x) y (x − a)n satisfacen, efectivamente, las hipótesis de
la Regla de L'Hôpital.
2.6. FÓRMULA DE TAYLOR 55

(1) f presenta un máximo local en a cuando f (n+1) (a) < 0.

(2) f presenta un mínimo local en a cuando f (n+1) (a) > 0.

Tal y como anunciábamos al principio, en muchas ocasiones los polinomios de


Taylor aproximan bien a la función f no sólo en las vecindades del punto a, sino en
un punto x cualquiera del dominio. Nuestro cometido ahora es averiguar bajo qué
condiciones se verica esta propiedad de aproximación global. Para ello denimos el
resto de Taylor. Sea f : I −→ R una función n veces derivable en I , y sea a ∈ I . Se
llama resto de Taylor de orden n para f en a a la función

Rn,a (x) = f (x) − pn,a (x)

El siguiente teorema proporciona una estimación para el resto.

Teorema 2.19 (de Taylor ). Sea f : I −→ R una función n + 1 veces derivable.


Entonces, para cualesquiera a, x ∈ I existe un punto c en el intervalo determinado
por a y x tal que
f (n+1) (c)
Rn,a (x) = (x − a)n+1
(n + 1)!
Demostración. Fijemos x ∈ I . Sea F la función denida I por las expresión
f 0 (t) f 00 (t) 2 f (n) (t)
F (t) = f (x) − f (t) − (x − t) − (x − t) − · · · − (x − t)n
1! 2! n!
Observemos que F es derivable en I y que4

0 f (n+1) (t)
F (t) = − (x − t)n
n!
Es claro además que F (x) = 0. Consideremos ahora la función

G(t) = (x − t)n+1

denida en el intervalo de extremos a y x. Claramente G es derivable y

G0 (t) = −(n + 1)(x − t)n

Notemos que G(x) = 0 y que G0 no se anula en ningún punto del intervalo abierto
determinado por a y x.
4 Comprueba esto como ejercicio.
56 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

El Teorema del valor medio de Cauchy aplicado a las funciones F y G garantiza


la existencia de un número c, comprendido entre a y x, tal que
F (a) − F (x) F 0 (c)
= 0
G(a) − G(x) G (c)

Ahora bien, habida cuenta de las fórmulas para las derivadas de F y G, y las igual-
dades F (x) = G(x) = 0 se sigue que
(n+1)
F (a) − f n! (c) (x − c)n f (n+1) (c)
= =
G(a) −(n + 1)(x − c)n (n + 1)!

Observemos que F (a) = Rn,a (x) y G(a) = (x − a)n+1 . Por tanto,

f (n+1) (c)
Rn,a (x) = (x − a)n+1
(n + 1)!

como queríamos demostrar.

La fórmula expresada por el teorema precedente suele llamarse forma del resto
de Lagrange. Fíjate que, cuando n = 1, el Teorema de Taylor es, de hecho, el
Teorema del valor medio de Lagrange. Existen otras formas del resto, más o menos
sosticadas, como la forma de Cauchy, que se obtienen con pequeñas variantes en
la demostración del Teorema de Taylor. A priori es imposible conocer el valor de
f n+1 (c), pues no se sabe cuál es el número c. No obstante, si se dispone de una cota de
la función |f n+1 | se dispone una estimación del resto, y por tanto, de la proximidad
entre la función y su polinomio de Taylor pn,a (½en todo el intervalo determinado
por a y x!). Los dos ejemplos siguientes muestran cómo puede aplicarse la fórmula
de Taylor para el cálculo aproximado del valor de una función o la obtención de
desigualdades en las que se vean involucradas funciones trascendentes.

Ejemplo
Calculemos una aproximación del número e con un error menor que 10−4 . Para
ello aplicamos el Teorema de Taylor a la función exponencial f (x) = ex . El polinomio
de Taylor de orden n para f en el punto a = 0 es

x x2 xn
e =1+x+ + ··· + + Rn,0 (x)
2! n!
2.6. FÓRMULA DE TAYLOR 57

y haciendo x = 1 resulta
1 1
e=1+1+ + ··· + + Rn,0 (1)
2! n!
Así pues, será suciente encontrar un n ∈ N tal que |Rn,0 (1)| < 10−4 . En virtud del
Teorema de Taylor (aplicado a f con a = 0 y x = 1) existe un c ∈ (0, 1) tal que
f (n+1) (c) ec
Rn,0 (1) = (1 − 0)n =
(n + 1)! (n + 1)!
Ahora debemos acotar la expresión ec /(n + 1)!. Sabemos que e < 3, luego ec < 3c .
Ahora bien, como c < 1 se tiene 3c < 31 = 3, y en particular, ec < 3. Consecuente-
mente,
3
Rn,0 (1) <
(n + 1)!
Así pues, si queremos que el error sea menor que 10−4 hemos de hallar un natural n
tal que (n+1)!
3
< 10−4 . Ensayando un poco vemos que es suciente tomar n = 7. Por
tanto,
1 1 1 1 1 1
e'1+1+ + + + + + = 2,7182
2! 3! 4! 5! 6! 7!

Ejemplo
Probemos que para todo x > 0 se tiene la desigualdad
x2
x− < log(1 + x) < x
2
Para demostrar la segunda desigualdad hallamos el polinomio y el resto de Taylor
de orden 1 para la función f (x) = log(1 + x) en a = 0, obteniendo

p1,0 (x) = x

y
(2 − 1)! 1
R1,0 (x) = (−1)2+1 2
= , para algún c ∈ (0, x)
(1 + c) (1 + c)2
Claramente Rn,0 (x) < 0 (notemos que (1 + c)2 es positivo, ½independientemente de
c!). Por tanto,
log(1 + x) = p1,0 (x) + R1,0 (x) < p1,0 (x) = x
Probemos ahora la primera desigualdad. Nos valemos para ello del polinomio y el
resto de Taylor de orden 2 para f en a = 0. Se tiene
x2
p2,0 (x) = x −
2
58 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

y
(3 − 1)! 2
R2,0 (x) = (−1)3+1 · 3
= , para algún c ∈ (0, x)
(1 + c) (1 + c)3
Como (1 + c)3 > 0 (pues c > 0) se sigue que R2,0 (x) > 0, de suerte que

x2
log(1 + x) = p2,0 (x) + R2,0 (x) > p2,0 (x) = x − .
2

2.7. Aplicación a la resolución aproximada de ecua-


ciones
Sea f : I −→ R una función cualquiera. Nos planteamos el problema de resolver
la ecuación
f (x) = 0,

es decir, calcular las raíces de f de forma aproximada. Sabemos hacer esto (de forma
exacta) cuando la ecuación es cuadrática, o sea, si f es una función polinómica de
grado 2, y existen fórmulas (un poco más sosticadas) que permiten obtener de
forma exacta todas las soluciones (reales o no) de las ecuaciones cúbicas y cuárticas.
Estas fórmulas, obtenidas por los matemáticos del Renacimiento italiano (Tartaglia,
Cardano...) tienen, no obstante, poca utilidad práctica, pues su aplicación es tediosa.
Además, las ecuaciones algebraicas de grado ≥ 5, son en general imposibles de
resolver (de forma exacta) por medio de fórmulas (N. Abel, s. XIX), y lo mismo
ocurre con ecuaciones trascendentes, es decir, ecuaciones como ex − 3x = 0, en las
que no sólo aparecen polinomios o fracciones polinómicas. Esto no supone ningún
problema desde el punto de vista práctico, pues existen algoritmos que permiten
aproximar las soluciones de una ecuación con el grado de precisión que se desee.
En general, todos estos algoritmos constan de tres etapas: localización, separación
y aproximación de las raíces.

2.7.1. Localización de raíces.


Esta etapa consiste en probar la existencia de raíces para la ecuación, y encontrar
subintervalos de I que las contengan. El Teorema de Bolzano nos resulta de gran
utilidad: Si f es continua y a y b son dos puntos de I tales que f (a)f (b) < 0, entonces
f tiene una raíz entre a y b.
2.7. APLICACIÓN A LA RESOLUCIÓN APROXIMADA DE ECUACIONES 59

2.7.2. Separación de raíces.


Si x0 ∈ I es solución de la ecuación, se trata encontrar un subintervalo [a, b] ⊂ I
tal que x0 ∈ [a, b] y de modo que f no tenga ninguna otra raíz en [a, b]. El Teorema
de Rolle juega ahora su papel: Si f es derivable y f 0 (x) 6= 0 para todo x ∈ (a, b),
x0 es la única raíz de f en [a, b]. Un procedimiento alternativo consiste en ver que
f es estrictamente creciente (o decreciente) en (a, b), pues en este caso f no puede
anularse más de una vez en dicho subintervalo. A veces es más conveniente estudiar
en primer lugar el comportamiento de las derivadas para calcular el número máximo
de raíces que puede tener la ecuación, y luego proceder a su localización (por ejemplo,
si f : R −→ R es una función cuya primera derivada no se anula en ningún punto,
la ecuación f (x) = 0 tiene como mucho una raíz. Si ocurre esto, podemos intentar
ver entonces si efectivamente tiene una raíz dando distintos valores a la variable
independiente). En general, la representación gráca de f puede ser de gran ayuda
en esta primera etapa.

2.7.3. Aproximación de raíces.


Supongamos que ya hemos localizado y aislado las raíces de f . Sean α una tal
raíz y [a, b] un subintervalo de I tal que α ∈ [a, b] y f no tiene ninguna otra raíz en
dicho subintervalo. Ahora se trata de aproximar el número α. Uno de los algoritmos
más utilizados en esta etapa es el método de Newton, basado en la interpretación
geométrica de la derivada. Supongamos que f tiene una única raíz α en [a, b], y sea
x0 un punto cualquiera de [a, b]. Si f 0 (x0 ) 6= 0, la recta tangente a la gráca de f en
x0 no es horizontal, o sea, que corta al eje OX . El punto de corte de ambas rectas
es
f (x0 )
x1 = x0 −
f 0 (x0 )
Comprueba esto como ejercicio. Ahora, suponiendo que x1 ∈ [a, b] procedemos con
x1 igual que con x0 , es decir, calculamos la recta tangente a la gráca de f en x1 y a
continuación hallamos el punto de corte de esta recta con el eje de abscisas (supuesto
que tal recta no sea horizontal). Obtenemos así el número
f (x1 )
x2 = x1 −
f 0 (x1 )
Continuando el proceso (supuesto que se pueda, es decir, que x2 ∈ [a, b] y f 0 (x2 ) 6= 0,
etc...) obtenemos una sucesión de números (xn )n ⊂ [a, b], denidos recurrentemente
60 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

por la expresión
f (xn )
xn+1 = xn − .
f 0 (xn )
Lo ideal es que la sucesión así obtenida sea convergente (razona que si (xn )n converge,
su límite es forzosamente α). El siguiente teorema (que se basa en el Teorema de
Lagrange y el Teorema de Taylor de orden 2) muestra condiciones que garantizan
que dicha sucesión siempre puede construirse y converge a α. No lo demostraremos,
aunque un simple dibujo puede convencerte de que las hipótesis impuestas son muy
naturales.

Teorema 2.20 (Newton). Sea f : [a, b] −→ R una función de clase C 2 [a, b] tal
que:

1. f (a)f (b) < 0.

2. f 0 (x) 6= 0, para todo x ∈ [a, b].

3. O bien f 00 (x) ≥ 0 para todo x ∈ (a, b), o bien f 00 (x) ≤ 0 para todo x ∈ [a, b].

Entonces f tiene una única raíz α en (a, b), y si elegimos x0 ∈ [a, b] de modo que
f (x0 )f 00 (x0 ) > 0, la sucesión recurrente obtenida por el método de Newton a partir
de x0 converge a α. Sean M, m > 0 dos números tales que |f 0 (x)| ≥ m y |f 00 (x)| ≤ M
para todo x ∈ [a, b]. Entonces, para todo n ≥ 1 se tiene
M
|xn − α| ≤ (xn − xn−1 )2 .
2m
Observa que verican las hipótesis de este teorema las funciones estrictamente
crecientes (o decrecientes) y convexas (o cóncavas) en [a, b] que presentan un cambio
de signo en los extremos de dicho intervalo. En la práctica, para encontrar una
aproximación a α con error menor que , hay que hacer lo siguiente:
(1) Obviamente, comprobar en primer lugar si se cumplen las hipótesis del teo-
rema, y recomendablemente estimar M y m: para esto último es suciente calcular
el máximo y mínimo absolutos de |f 00 | y |f 0 | en [a, b], respectivamente. Si en el inter-
valo [a, b] no se cumple alguna de las hipótesis (por ejemplo si f 0 (x) = 0 para cierto
x ∈ (a, b) o f presenta un punto de inexión en dicho intervalo), se debe intentar
encontrar un subintervalo [c, d] ⊂ [a, b] que siga conteniendo a la raíz α donde se
veriquen las hipótesis.
2.7. APLICACIÓN A LA RESOLUCIÓN APROXIMADA DE ECUACIONES 61

(2) Supongamos que f satisface las hipótesis del teorema en el intervalo [a, b].
La siguiente tarea a realizar es elegir un x0 ∈ [a, b] con la restricción indicada en el
teorema (signo f (x0 ) = signo f 00 (x0 )), y se calcula

f (x0 )
x1 = x0 − .
f 0 (x0 )

Si 2m
M
|x1 − x0 |2 <  ya hemos terminado: x1 es la aproximación que buscamos,
con error menor que . En caso contrario, calculamos x2 utilizando la fórmula de
Newton, y aplicamos a este número el mismo test del error (o sea, hemos de ver
si 2m
M
|x2 − x1 |2 < ). Si lo pasa ya hemos terminado, y si no calculamos x3 , etc...
Seguimos así hasta encontrar un n ∈ N tal que |xn − α| < : xn es la aproximación
que buscamos. El proceso acaba alguna vez, pues lı́mn xn = α. El método de Newton
es muy eciente, y el responsable de esto es el cuadrado que aparece en la fórmula del
error: fíjate que si un número es muy próximo a 0 su cuadrado es mucho más próximo
a 0. El único precio a pagar es que las hipótesis son algo restrictivas y además el
número de iteraciones a calcular para aproximar la raíz no puede conocerse a priori 5 .

Ejemplo:
Encuentra una aproximación a las soluciones de la ecuación

x = cos x

con error menor que 10−5 .


Las posibles soluciones de la ecuación son exactamente las raíces de la función
f (x) = x − cos x, denida para todo x ∈ R. La derivada de f es f 0 (x) = 1 + sen x.
Como sen x ≥ −1 tenemos que f 0 (x) ≥ 0 para todo x ∈ R. Por tanto, f es creciente,
y la ecuación tiene a lo más una solución en todo R (en este caso, el Teorema de
Rolle resulta obsoleto para nuestros propósitos: observa que la derivada se anula en
una cantidad innita de puntos, mientras que f se anula, como mucho una vez). Por
otra parte, dando a x los valores 0 y π/4 vemos que f (0)f (π/4) = (−1)·0,07829 < 0,
5 Existen algoritmos de resolución numérica de ecuaciones mucho más rápidos que el de Newton,
y otros menos efectivos pero que permiten aproximar raíces de funciones que no son siquiera de
clase C 1 (ejemplos de éstos son los métodos de iteración del punto jo y de la regula falsi). Por
otra parte, la generalización natural de estas técnicas al caso de funciones de varias variables
proporciona herramientas para la resolución numérica de sistemas de ecuaciones no lineales.
62 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

luego por el Teorema de Bolzano f tiene una raíz α en el intervalo [0, π/4]. Por lo
dicho antes, α es la única solución real de la ecuación.
Pasemos ahora a su aproximación. Puesto que el seno es positivo en [0, π/4]
resulta que
f 0 (x) ≥ 1
y en particular f 0 (x) 6= 0, para todo x ∈ [0, π/4]. La segunda derivada de f es
f 00 (x) = cos x, y como el coseno es también positivo en el primer cuadrante se tiene

f 00 (x) > 0

para todo x ∈ [0, π/4]. Así pues, se verican las hipótesis del teorema. Al ser
f (π/4)f 00 (π/4) > 0, la sucesión (xn )n construida por el método de Newton con
x0 = π/4 converge a α.
Calculemos ahora las cotas M y m requeridas para la fórmula del error. Por ser
f 0 y f 00 positivas en [0, π/4] resulta que |f 0 (x)| = f 0 (x) y |f 00 (x)| = f 00 (x) para todo x
en dicho intervalo. Por otra parte, f 0 es creciente y f 00 decreciente en [0, π/4], luego
el mínimo de f 0 y el máximo de f 00 en este intervalo se alcanzan en 0, y podemos
tomar m = f 0 (0) = 1 y M = f 00 (0) = 1. Pasemos a calcular las primeras iteradas. A
partir de x0 = π4 obtenemos
π/4 − cos π/4
x1 = π/4 − = 0,73954.
1 + sen π/4
Utilizando la fórmula del error resulta
1
|x1 − α| ≤ |x1 − x0 |2 ≈ 0,00105.
2
Como este número no es menor que 10−5 , debemos calcular la iterada siguiente,
resultando
0,73954 − cos 0,73954
x2 = 0,73954 − ≈ 0,73909.
1 + sen 0,73954
Aplicando nuevamente la fórmula del error vemos que
1
|x3 − α| ≤ |x3 − x2 |2 ≈ 0,0000001.
2
Como este número es menor que 10−5 ,

x3 = 0,73954

es la aproximación buscada.
2.8. EJERCICIOS 63

2.8. Ejercicios
1. Demostrar (utilizando la denición de derivada de una función) que la función

f (x) = x, x ≥ 0

es derivable en todo punto x > 0 y calcular la derivada en dicho punto. Hallar


la ecuación de la recta tangente a la curva y = f (x) en el punto de abscisa
x = 2.

2. Sea f una función derivable en R y sea a ∈ R. Hallar la relación entre los


números f 0 (a) y f 0 (−a) en los siguientes casos:

(i) f es una función par.


(ii) f es una función impar.

Deducir que si f es par, entonces las rectas tangentes a la curva y = f (x) en


los puntos de abscisas x = a y x = −a se cortan en un punto del eje y , y que
si f es impar, dichas rectas son paralelas.

3. Estudiar la continuidad y la existencia de derivadas laterales en el punto a = 0


para las funciones f y g denidas por las expresiones

 x sen 1 si x 6= 0;
x
f (x) =
 0 si x = 0
y

 x
1+e1/x
si x 6= 0;
g(x) =
 0 si x = 0.

4. Hallar las funciones derivadas de las funciones denidas por las expresiones
siguientes:
q
√ √
sen x2 ; sen2 x ; x+ x+ x ; x2 + 1;
p p
3 4
x−

; ; log tan x2 ; ;
2 −1 2
log xx2 +1 1
 
ecos log x
arctan2 x


arc sen √1x ; ; xsen x ; xx .
1+cos2 x x
21/
64 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

5. Hallar la ecuación de la recta tangente a la elipse

x2 y 2
+ 2 =1
a2 b
y a la hipérbola
x2 y 2
− 2 =1
a2 b
en un punto genérico (x0 , y0 ) de dichas curvas.

6. Hallar las expresión para la derivada n-ésima de las funciones denidas por las
siguientes expresiones:

e−2x ; log(1 − x); log(1 − x2 ); log 1 − x2 ; cos x.

7. Sean f, g y h funciones continuas en un intervalo [a, b], y derivables en (a, b),


y sea F : [a, b] −→ R la función denida por la expresión

f(a) g(a) h(a)




F (x) = f(b) g(b) h(b) .

f(x) g(x) h(x)

(i) Demostrar que F es continua en [a, b] y derivable en (a, b). Comprobar


que
f(a) g(a) h(a)


F (x) = f(b) g(b) h(b) .
0
f'(x) g'(x) h'(x)

(ii) Utilizar el Teorema de Rolle para demostrar que existe un número c ∈


(a, b) tal que F 0 (c) = 0.

(iii) Deducir de los apartados anteriores el Teorema de Cauchy. Indicación:


aplicar el apartado (ii) cuando h(x) = 1.

8. Demostrar que la función f (x) = x5 + x + 1 es estrictamente creciente en R.


Calcular
(f −1 )0 (0).

9. Calcular los siguientes límites:


2.8. EJERCICIOS 65

; lı́m 1+sen x−e2 ; ;


log√x x ax −bx
lı́m lı́m
x → 1 x− x x → 0 (arctan x) x→0 x
 
lı́m log x log(1 − x); lı́m+ log1 x − x−1 x
; lı́m xx ;
x → 1− x→1 x → 0+

lı́m (cos x)1/x ; lı́mπ (sen x)tan x ; lı́m (1 − e−x )x .


x → 0+ x→ 2
x→∞

10. Se desea colocar un foco de luz sobre el centro de una estancia circular de 30
metros de radio, a una altura tal que el borde reciba la máxima iluminación.
La intensidad luminosa en un punto cualquiera del borde viene dada por la
expresión
cos θ
I =k· ,
d2
donde θ es el ángulo de incidencia (ángulo entre el rayo de luz y la vertical), d
es la distancia de la lámpara a dicho punto, y k una constante. Hallar la altura
adecuada de la lámpara.

11. Dos fuentes de calor, están situadas en puntos A y B , separados por una
distancia de 10 metros. La intensidad de calor en un punto P de la recta que
une A y B está dada por la fórmula
a b
I= 2
+
x (10 − x)2
donde x es la distancia entre A y P , y a y b son constantes. Determina el punto
entre A y B donde la temperatura es mínima.

12. Una estatua de altura H está situada sobre un pedestal de altura h. Determinar
a qué distancia del pie del pedestal debe situarse un observador para ver la
estatua con un ángulo de visión máxima.

13. Estudiar y representar grácamente las funciones denidas por las expresiones
siguientes:
1 x2 log x
; ; .
1 + x2 x+1 x
14. Funciones hiperbólicas. Se consideran las funciones denidas (para todo x ∈ R)
por las expresiones
ex − e−x ex + e−x ex − e−x
senh x = , cosh x = y tanh x = .
2 2 ex + e−x
Estas funciones reciben los nombres de seno hiperbólico, coseno hiperbólico y
tangente hiperbólica, respectivamente.
66 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA

(i) Demostrar que para todo x ∈ R se tienen las relaciones


1
cosh2 x − senh2 x = 1 y 1 − tanh2 x = .
cosh2 x

(ii) Estudiar y representar grácamente las funciones hiperbólicas.


(iii) Comprobar que las funciones inversas de las funciones hiperbólicas (de-
notadas respectivamente por arg senh, arg cosh y arg tanh) vienen dadas
por las fórmulas
 √ 
arg senh x = log x + x2 + 1 , x ∈ R
 √ 
arg cosh x = log x + x2 −1 , x≥1

y
1 1+x
arg tanh x = log , x2 < 1.
2 1−x
(iv) Representar las funciones hiperbólicas inversas.

15. Hallar el polinomio de Maclaurin de orden 3 de la función tangente.

16. Hallar el polinomio de Taylor de orden 3 en el punto a = π


2
para las funciones
f (x) = cos2 x y f (x) = x2 sen x.

17. Aproximar el número sen 1 con error menor que 10−3 .

18. Hallar la expresión del polinomio de Maclaurin de orden n de la función


arg tanh. Utiliza el desarrollo obtenido para aproximar el número log 12 con
un error menor que 10−3 .

19. Demostrar que para todo x > 0 se verican las desigualdades

x x2
e ≥1+x+
2
y
x2 √ x
1+x− ≤ 1+x≤1+ .
8 2
20. Expresar el polinomio x3 −2x2 +5x−7 en potencias de base (x−1), calculando
el desarrollo de Taylor de la función f (x) = x3 − 2x2 + 5x − 7 en torno al punto
a = 1.
2.8. EJERCICIOS 67

21. Probar que la ecuación


x3 − 2x2 + 3x − 5 = 0

tiene una única solución real, y hallar una aproximación a la misma con error
menor que 10−4 .

22. Hallar una aproximación al número 2 con error menor que 10−4 , teniendo en
cuenta que dicho número es raíz de la ecuación x2 − 2 = 0.

23. Determinar el número de raíces de la ecuación

x = e−x ,

y hallar una aproximación a las mismas con error menor que 10−3 .

24. Hallar el número de raíces de la ecuación

x2 = sen x,

y hallar una aproximación a las mismas con error menor que 10−3 .
68 CAPÍTULO 2. LA DERIVADA
Capítulo 3

La integral

3.1. El problema del área


La noción de integral aparece vinculada al cálculo de áreas de regiones planas.
Sus orígenes se remontan a los matemáticos de la Grecia Antigua, especialmente a
Arquímedes y Eudoxo, que fueron capaces de idear técnicas para la determinación
de áreas de multitud de guras no poligonales.
Veamos, a modo de ejemplo, el método utilizado por Arquímedes para el cálculo
del área de la región R encerrada por una parábola y una recta. Este ejemplo facilita
mucho la comprensión del concepto de integral. Para simplicar supondremos que R
es la región limitada por la función f (x) = x2 , los ejes coordenados y la recta vertical
x = 1. La idea básica del método consiste en aproximar R por colecciones nitas de
rectángulos adyacentes cuyas bases están apoyadas sobre el eje de abscisas. Sea n un
número natural, y dividamos el intervalo [0, 1] en los n subintervalos [0, n1 ], [ n1 , n2 ], . . .,
[ n−1
n
, 1]. Estos subintervalos determinan una colección de rectángulos contenidos en
R y otra de rectángulos continentes. Para cada k = 1, 2, . . . , n, las longitudes de los
2
lados del k -ésimo rectángulo contenido son n1 y mı́n{f (x) : x ∈ [ k−1
n
, nk ]} = k−1 n
,y
2
las del correspondiente rectángulo continente, n1 y máx{f (x) : x ∈ [ k−1 , nk ]} = nk .

n
Por tanto, la suma de las áreas de los rectángulos contenidos es
n  2
X 1 k−1
sn = ·
k=1
n n

y la de los continentes,
n  2
X 1 k
Sn = ·
k=1
n n

69
70 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Es claro que los números sn y Sn constituyen, respectivamente, aproximaciones por


defecto y por exceso al área de R, es decir,

sn ≤ area(R) ≤ Sn

y parece evidente que cuanto mayor sea el número n, más nas serán estas aproxi-
maciones. Este hecho quedará patente si probamos que las sucesiones {sn }n y {Sn }n
convergen ambas a un mismo límite. Veamos que éste es efectivamente el caso.
Fijemos n ∈ N. Simplicando un poco las expresiones para Sn y sn resultan las
identidades n n
1 1 X 2 1 X 2
Sn = · 2 k = 3· k
n n k=1 n k=1
y
n n
1 1 X 2 1 X
sn = · 2 (k − 1) = 3 (k − 1)2
n n k=1 n k=1
de forma que Sn (resp. sn ) es la suma de los cuadrados de los n (resp. n−1) primeros
números naturales dividida entre n3 . En el tema 1 hemos demostrado que
n
X n(n + 1)(2n + 1)
k2 =
k=1
6

Por tanto,
n(n + 1)(2n + 1) (n + 1)(2n + 1)
Sn = 3
=
6n 6n2
y tomando límites deducimos que {Sn }n es convergente y que
1
lı́m Sn =
n 3
Lo mismo sucede con la sucesión {sn }n . En efecto, procediendo como antes se tiene
(n − 1)(2n − 1)
sn =
6n2
y tomando límites resulta
1
lı́m sn =
n 3
Puesto que las sucesiones {sn }n y {Sn }n convergen ambas a 1/3 y para cada n se
tiene la desigualdad
sn ≤ area(R) ≤ Sn
en virtud de la propiedad de la sucesión encajada podemos concluir que

area(R) = 1/3.
3.2. LA INTEGRAL. DEFINICIÓN Y PROPIEDADES 71

3.2. La integral. Denición y propiedades


Sea [a, b] un intervalo cerrado y acotado de números reales. Nuestro objetivo
es denir una clase de funciones con dominio el conjunto [a, b], que contenga a las
funciones continuas en este intervalo, y asignar a cada función de esta clase un
número de tal modo que si f es una función continua y positiva en [a, b], entonces
dicho número coincide con el área de la región limitada por la gráca de f , el eje x
y las rectas de ecuaciones x = a y x = b.
Las nociones esenciales que vamos a introducir vienen motivadas por el ejemplo
estudiado en la sección anterior. Las consideraciones que hemos hecho acerca de la
subdivisión del dominio de la función en subintervalos más pequeños conducen a las
nociones de partición de un intervalo y diámetro de una partición.
Denición 3.1. Una partición de [a, b] es un conjunto de puntos
P = {a = x0 < x1 < · · · < xn−1 < xn = b}.

El diámetro o neza de P es el número


kPk = máx {xk − xk−1 : k = 1, 2, . . . , n} .

Así, en el ejemplo del principio, la subdivisión del intervalo [0, 1] en n intervalos


inducía la partición Pn = {0 < n1 < n2 < · · · < n−1
n
< 1} cuyo diámetro es k P k =
1/n. Notemos que, en ese ejemplo, la distancia entre dos puntos consecutivos es
siempre la misma. Esta exigencia (aunque útil en ese caso) no es esencial, tal y
como se verá más adelante.
La consideración de las sumas Sn y sn asociadas a cada subdivisión de intervalos
motivan los siguientes conceptos.
Denición 3.2. Sea f una función real, acotada, denida en un intervalo [a, b]. Sea
P = {a = x0 < x1 < · · · < xn−1 < xn = b} una partición de [a, b], y sean, para cada
k = 1, . . . , n,
mk = inf {f (x) : x ∈ [xk−1 , xk ]}
y
Mk = sup {f (x) : x ∈ [xk−1 , xk ]} .
La suma inferior de Darboux de f asociada a P es el número
n
X
s(f, P) = mk (xk − xk−1 ).
k=1
72 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

La suma superior de Darboux de f asociada a P es


n
X
S(f, P) = Mk (xk − xk−1 ).
k=1

Es claro que si P es una partición cualquiera de [a, b] entonces

s(f, P) ≤ S(f, P).

De hecho, se cumple que la suma inferior asociada a una partición cualquiera del
intervalo [a, b] es menor o igual que la suma superior asociada a cualquier otra
partición de ese intervalo. Esto implica, en particular, que el conjunto de todas las
sumas inferiores de la función f está acotado superiormente (por cualquier suma
superior) y que el de las sumas superiores es acotado inferiormente (por cualquier
suma inferior). Este hecho motiva la siguiente denición, que viene a generalizar
el paso al límite en las sucesiones de sumas superiores e inferiores asociadas a la
función considerada en la primera sección.
Denición 3.3. Sea f una función acotada denida en el intervalo [a, b]. Se llama
integral superior de f al ínmo de las sumas superiores, esto es,
Z b
f = inf {S(f, P) : P es una partición del intervalo [a, b]} .
a

Se llama integral inferior de f al supremo de las sumas inferiores, es decir,


Z b
f = sup {s(f, P) : P es una partición del intervalo [a, b]} .
a

Notemos que cualquier función acotada posee integrales inferior y superior de


Darboux, y puesto que cualquier suma inferior es menor o igual que cualquier suma
superior se sigue que
Z b Z b
f≤ f.
a a

Denición 3.4. Se dice que f es integrable (o integrable Riemann) en el intervalo


[a, b] si
Z b Z b
f= f.
a a

Este valor común se llama integral de f , y se designa habitualmente con el símbolo


Z b Z b
f, o bien f (x)dx.
a a
3.2. LA INTEGRAL. DEFINICIÓN Y PROPIEDADES 73

Nota:
No es difícil ver que cuando f es integrable, f es el único número que satisface
Rb
a
la desigualdad Z b
s(f, P) ≤ f ≤ S(f, P)
a
para cualquier partición P .

Ejemplo:
Si c es un número real, entonces la función constante f (x) = c es integrable en
cualquier intervalo [a, b] de números reales, siendo
Z b
f (x)dx = c(b − a).
a

En efecto, si P = {a = x0 < x1 < . . . < xn = b} es una partición cualquiera de [a, b]


entonces para cada k = 1, 2, . . . , n se tiene mk = Mk = c. Por tanto,
n
X n
X
s(f, P) = mk (xk − xk−1 ) = c(xk − xk−1 ) = c(b − a)
k=1 k=1

y
n
X n
X
S(f, P) = Mk (xk − xk−1 ) = c(xk − xk−1 ) = c(b − a).
k=1 k=1

En particular, el conjunto de las sumas inferiores (resp. superiores) de f se reduce


al número c(b − a), de modo que
Z b Z b
f= f = c(b − a).
a a

El siguiente ejemplo pone de maniesto que no toda función acotada es integrable


Riemann.

Ejemplo:
Se llama función de Dirichlet a la función f : R −→ R denida por la expresión
(
1 si x ∈ Q;
f (x) =
0 si x 6∈ Q.

La función f no es integrable en ningún intervalo [a, b] ⊂ R. En efecto, si P =


{a = x0 < x1 < . . . < xn = b} es una partición cualquiera de [a, b] entonces,
74 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

por las propiedades de densidad de los números racionales e irracionales, para cada
k = 1, 2, . . . , n se tiene mk = 0 y Mk = 1, luego

s(f, P) = 0 y S(f, P) = b − a.

En particular, el conjunto de las sumas inferiores de f en [a, b] consta únicamente


del número 0, y el de las sumas superiores del número b − a. Consecuentemente,
Z b Z b
f (x)dx = 0 mientras que f (x)dx = b − a.
a a

El siguiente teorema es uno de los resultados fundamentales de este tema. Garan-


tiza la integrabilidad de una clase amplia de funciones (las continuas) y proporciona
un método para el cálculo de la integral correspondiente.

Teorema 3.5. Si f es una función continua en [a, b] entonces:


(i) f es integrable en [a, b], y

(ii) si {P n }n es una sucesión cualquiera de particiones de [a, b] tal que lı́m k P n k =


n
0, Z b
lı́m S(f, P) = lı́m s(f, P n ) = f.
n n a

Este teorema admite una versión más fuerte. Más concretamente puede de-
mostrarse que es válida la misma conclusión, si la función f es continua en todo
punto de [a, b], salvo en una cantidad nita de ellos.

Ejemplos:
(i) Para cada a > 0 se tiene
a
a2
Z
xdx = .
0 2

En efecto, sea para cada n ∈ N el conjunto P n = {0, na , 2a


n
, . . . , (n−1)a
n
, a}. Es claro
que P n es una partición del intervalo [0, a] y que xk − xk−1 = n . En particular,
a

k P n k = na , y lı́m k P n k = 0. Por otra parte, para cada k = 1, 2, . . . , n se tiene


n
Mk = ka
n
, luego
n n n
X a X ka a2 X
S(f, P n ) = Mk (xk − xk−1 ) = · = 2 k.
k=1
n k=1 n n k=1
3.2. LA INTEGRAL. DEFINICIÓN Y PROPIEDADES 75

Como la suma de los n primeros números naturales es n(n+1)


2
se sigue que
a2 (n + 1)
S(f, P n ) = .
2n
Y en virtud del teorema anterior resulta
a
a2 (n + 1) a2
Z
xdx = lı́m = .
0 n 2n 2
(ii) Para cada a > 0 se tiene
Z a
ex dx = ea − 1.
0

Al igual que antes consideramos, para cada n ∈ N, la partición P n = {0, na , 2a


n
, . . . , (n−1)a
n
, a}
(k−1)a
de diámetro n . Para cada k = 1, 2, . . . , n se tiene mk = e n , de modo que
a

n n n
X X 1 (k−1)a 1 X a k−1
s(f, P n ) = mk (xk − xk−1 ) = ·e n = en .
k=1 k=1
n n k=1

Los términos de esta suma constituyen una progresión geométrica de razón e n .


a

Echando mano de la fórmula que proporciona la suma de los n primeros términos


de estas progresiones obtenemos
a ea − 1
s(f, P n ) = · a .
n en − 1
Teniendo en cuenta la igualdad lı́m x
x
= 1 resulta
x → 0 e −1

a
a
lı́m a  = lı́m a n = 1,
n n en − 1 n en − 1

y por tanto
lı́m s(f, P n ) = ea − 1.
n

Puesto que lı́m k P n k = 0, haciendo uso del teorema anterior se obtiene la igualdad
n
deseada.

Sumas de Riemann.
La denición de integral así como los resultados obtenidos se basan, como hemos
visto, en el estudio de las sumas superiores e inferiores de Darboux. Sin embargo, en
la práctica, el uso de estas sumas puede resultar algo tedioso, pues no siempre es fácil
76 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

determinar el ínmo y el supremo de una función acotada en un intervalo, ni siquiera


cuando ésta es continua. Este inconveniente puede soslayarse si se rebaja un poco el
nivel de exigencias respecto a las sumas consideradas. Con este n, introducimos la
siguiente denición.
Denición 3.6. Sea f una función acotada en el intervalo [a, b]. Sea P = {a =
x0 < x1 < . . . < xn = b} una partición de [a, b]. Elijamos, para cada k = 1, . . . , n
un punto tk en el intervalo [xk−1 , xk ] y sea T = {t1 , t2 , . . . , tn }. En este caso se dice
que T es un conjunto de puntos intermedios correspondiente a la partición P . Se
llama suma de Riemann de f asociada a la partición P y el conjunto de puntos
intermedios T al número
n
X
σ(f, P, T ) = f (tk )(xk − xk−1 ).
k=1

Notemos que, al ser mk ≤ f (tk ) ≤ Mk para cada k = 1, 2, . . . , n, se tiene la


desigualdad
s(f, P) ≤ σ(f, P, T ) ≤ S(f, P).
Así pues, la integral de la función f , cuando existe, se puede aproximar tanto co-
mo se quiera por sumas de la forma σ(f, P, T ). De hecho, el concepto de integral,
así como sus propiedades, pueden establecerse prescindiendo de las integrales de
Darboux, como hemos hecho aquí, y utilizando únicamente sumas de Riemann. Así
por ejemplo, la segunda parte del Teorema 3.5 admite la siguiente formulación en
términos de sumas de Riemann.
Teorema 3.7. Sea f una función continua en [a, b]. Sean, para cada n ∈ N,
una partición P n de [a, b] y una colección de puntos intermedios Tn para P n . Si
lı́mn k P n k = 0, entonces
Z b
f = lı́m σ(f, P n , Tn ).
a n

Terminaremos esta sección enunciando algunas propiedades generales de la in-


tegral. Todas ellas son bastante obvias si se entiende bien el concepto de integral,
pero las demostraciones son algo técnicas y no entraremos en ellas.
Proposición 3.8 (Linealidad). Si f y g son funciones integrables en [a, b] y α, β ∈
R entonces la función αf + βg es integrable y
Z b Z b Z b
(αf + βg) = α f +β g
a a a
3.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DEL CÁLCULO 77

Proposición 3.9 (Propiedad de orden). Si f y g son funciones integrables en


[a, b] y para todo x ∈ [a, b] se tiene f (x) ≤ g(x) entonces
Z b Z b
f≤ g
a a

Proposición 3.10 (Desigualdad triangular para integrales). Si f es una fun-


ción integrable en [a, b], entonces también lo es la función |f | y
Z b Z b

f ≤ |f |

a a

Proposición 3.11 (Aditividad del intervalo). Si f es integrable en los intervalos


[a, c] y [c, b] entonces también lo es en el intervalo [a, b] y
Z b Z c Z b
f= f+ f
a a c

3.3. Teorema fundamental del Cálculo


En la sección anterior hemos mencionado que las funciones continuas son ejemp-
los de funciones integrables. Pero el cálculo efectivo de la integral de una tal función
como límite de sumas de Riemann puede resultar una auténtica quimera. Fíjate que
cuando en la primera sección hemos calculado la integral
Z 1
x2 dx
0

hemos utilizado una propiedad muy particular de la función f (x) = x2 : la suma de


Riemann
f (1/n) + f (2/n) + · · · + f (n/n)
n
vale
(n + 1)(2n + 1)
6n
y en particular,
f (1/n) + · · · + f (n/n) 1

n 3

Si en lugar de considerar esta función consideramos f (x) = x2 + 1, por ejemplo, la
cosa cambia bastante, aunque la idea subyacente al método es naturalmente válida.
En esta sección demostraremos que cuando la función f es continua, el cálculo de
78 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

la integral ab f puede reducirse a hallar una función F : [a, b] −→ R tal que F 0 = f .


R

Este resultado, conocido como Regla de Barrow es de una enorme importancia, pues
aparte de su gran relevancia práctica, conecta dos problemas que durante muchos
siglos habían seguido derroteros muy distintos: el de la determinación de la recta tan-
gente a una curva y el del cálculo del área de una región plana. Para la demostración
de la Regla de Barrow resultado necesitamos algunas propiedades especiales acerca
de la integración de funciones continuas.

Teorema 3.12 (Propiedad del valor medio). Sea f : [a, b] −→ R una función
continua. Entonces existe un número c ∈ [a, b] tal que
Z b
f = f (c) · (b − a)
a

Demostración. Por ser continua en el intervalo [a, b], la función f alcanza un valor
máximo M y un valor mínimo m en dicho intervalo, de modo que

m ≤ f (x) ≤ M, ∀x ∈ [a, b]

Como m = m(b − a) y M = M (b − a), en virtud de la Proposición 3.9 se sigue


Rb Rb
a a
que Z b
m(b − a) ≤ f ≤ M (b − a)
a
Dividiendo por b − a en esta desigualdad obtenemos
Rb
f a
m≤ ≤M
b−a
y por la propiedad del valor intermedio para las funciones continuas deducimos la
existencia de un número c ∈ [a, b] tal que
Rb
a
f
f (c) =
b−a
es decir, Z b
f = (b − a)f (c)
a

Es interesante que analices la interpretación geométrica de este teorema. Viene a


decir que el área encerrada por una función continua y positiva f coincide con el área
3.3. TEOREMA FUNDAMENTAL DEL CÁLCULO 79

de un rectángulo de base b − a y altura comprendida entre el máximo y el mínimo


de la función f (este número se llama a veces valor medio de la función f en el
intervalo [a, b]). Con ayuda del resultado precedente podemos demostrar el siguiente
teorema, que contiene ya la relación entre derivada e integral (de ahí el nombre del
teorema), y constituye la clave para la demostración de la Regla de Barrow.

Teorema 3.13 (fundamental del Cálculo). Si f es una función continua en el


intervalo [a, b], entonces la función F : [a, b] −→ R denida por la expresión
Z x
F (x) = f
a

es derivable en dicho intervalo y F 0 = f .

Demostración. Fijemos x ∈ [a, b]. Tenemos que probar que el límite lı́mh → 0 F (x+h)−F
h
(x)

existe y vale f (x). Supongamos en primer lugar que x ∈ [a, b). Para cada h > 0 se
tiene R x+h Rx R x+h Ra R x+h
F (x + h) − F (x) f− a f f+ xf f
= a = a = x
h h h h
Como la función f es continua, el Teorema 3.12 (aplicado en el intervalo [x, x + h])
garantiza la existencia de un número ch ∈ [x, x + h] tal que
Z x+h
f = f (ch ) · h
x

Por tanto, R x+h


F (x + h) − F (x) f f (ch ) · h
= x = = f (ch ) (3.1)
h h h
Como ch ∈ [x, x + h], es claro que ch → x cuando h → 0+ . Y al ser f continua resulta
lı́mh → 0+ f (ch ) = lı́mh → 0+ f (x + h) = f (x). Tomando ahora límites en la igualdad
(3.1) se obtiene nalmente
F (x + h) − F (x)
lı́m+ = lı́m+ f (ch ) = f (x)
h→0 h h→0

Así pues, existe la derivada lateral por la derecha de F en el punto x, siendo F+0 (x) =
f (x). De forma análoga se demuestra que para todo x ∈ (a, b] existe y vale f (x) la
derivada lateral de F por la izquierda. Por tanto, F es derivable en todo punto
x ∈ [a, b] y F 0 (x) = f (x).

Antes de enunciar la Regla de Barrow es conveniente introducir el concepto de


función primitiva, que esbozábamos más arriba.
80 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Denición 3.14. Sea f : [a, b] −→ R una función. Se dice que la función F :


[a, b] −→ R es una primitiva o una integral indenida de f (en [a, b]) si para x ∈ [a, b]
se tiene F 0 (x) = f (x). En tal caso suele escribirse
Z
F (x) = f (x)dx

Observa que el teorema precedente nos dice que si la función f es continua


entonces la expresión Z x
F (x) = f
a

dene una primitiva de f en [a, b] (en particular, toda función continua tiene prim-
itiva). Por otra parte, en virtud del Corolario 2.14 se sigue que si F y G son dos
funciones primitivas de f entonces existe una constante C tal que

G(x) = F (x) + C, para todo x ∈ [a, b].

Corolario 3.15 (Regla de Barrow). Sea f una función continua en [a, b]. Si G
es una primitiva de f en [a, b] entonces
Z b
f = G(b) − G(a).
a

Demostración. Ya hemos comentado que la función F (x) = ax f es una primitiva


R

de f en [a, b]. Como G también es una primitiva de f existe un número C ∈ R tal


que
F (x) − G(x) = C, para todo x ∈ [a, b].

En particular, para x = a se tiene C = F (a) − G(a). Pero F (a) = f = 0, luego


Ra
a
C = 0 − G(a) = −G(a). Por tanto, F (b) − G(b) = −G(a), es decir,

F (b) = G(b) − G(a),

y al ser F (b) = f resulta


Rb
a

Z b
f = G(b) − G(a)
a

como queríamos demostrar.

Normalmente designaremos el número G(b) − G(a) por el símbolo [G(x)]ba .


3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 81

Ejemplo

Para cada n ∈ N se tiene

Z 1
1
xn dx =
0 n+1

En efecto, la función G(x) = xn+1 es una primitiva de la función f (x) = xn


n+1

(compruébalo), y utilizando la Regla de Barrow se tiene

Z 1
1 0 1
xn dx = G(1) − G(0) = − =
0 n+1 n+1 n+1

3.4. Métodos de integración

La Regla de Barrow es un resultado muy importante, pues como ya hemos dicho


antes, relaciona los dos conceptos fundamentales del cálculo, la derivada y la integral.
El problema de calcular la integral ab f se reduce, en efecto, al de hallar una función
R

F derivable en [a, b] tal que F 0 = f (es decir, una primitiva f ). Desgraciadamente,


no hay un método general para el cálculo de primitivas. De hecho, existen multi-
tud de funciones, extraordinariamente sencillas, para las que no puede hallarse una
primitiva expresable en términos de funciones elementales (es decir, como resultado
de componer, sumar o multiplicar funciones potenciales, racionales, trigonométricas,
logarítmicas...). Es el caso de funciones como senx x , log1 x , e−x o cos x2 . Por mucho que
2

lo intentes, nunca encontrarás una fórmula para las primitivas de estas funciones.
Pese a estas limitaciones, es conveniente disponer de algunas técnicas de integración.
Leyendo al revés las fórmulas usuales de derivación podemos obtener los primeros
ejemplos de integrales indenidas. Son las integrales inmediatas, que recogemos en
82 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

la siguiente lista:
Z
kdx = kx + C
xn+1
Z
xn dx = + C, n 6= −1
n+1
Z
dx
= log x
x
ax
Z
ax dx = +C
log a
Z
cos xdx = sen x + C
Z
sen xdx = − cos x + C
Z
dx
= tan x + C
cos2 x
Z
dx
√ = arcsin x + C
1 − x 2
Z
dx
= arctan x + C
1 + x2
La linealidad de la derivada implica automáticamente la fórmula
Z Z Z
(αf (x) + βg(x))dx = α f (x)dx + β g(x)dx

que permitirá calcular primitivas de funciones que puedan expresarse como combi-
naciones lineales de funciones cuyas primitivas sepamos calcular. Utilizando la regla
de la cadena podemos deducir versiones generalizadas de las integrales inmediatas,
como
af (x)
Z
f 0 (x)af (x) dx =
log a
o
f 0 (x)
Z
dx = arctan f (x)
1 + (f (x))2
Te sugerimos que escribas una tabla análoga a la anterior, con las correspondientes
generalizaciones. Muchas de las integrales que irán apareciendo son o pueden re-
ducirse a integrales de estos tipos.

Ejemplos
(a) En la integral √3+x
x
2 dx apreciamos el producto de la función f (x) = 3 + x
R 2

elevada a −1/2 por otra función que es casi la derivada de f . Multiplicando y


3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 83

dividiendo por 2 resulta


Z Z
x 1
√ dx = 2x(3 + x2 )−1/2 dx = (3 + x2 )1/2 + C
3 + x2 2

(b) La integral cos 7xdx sería inmediata si el integrando estuviese multiplicado por
R

7. Como no es así lo ponemos nosotros, obteniendo


Z Z
1 sen x
cos 7xdx = 7 cos 7xdx = +C
7 7

(c) La integral x2
es un arco tangente. En efecto,
R
1+x6
dx

x2 3x2
Z Z
1 1
6
dx = 3 2
dx = arctan x3 + C
1+x 3 1 + (x ) 3

La regla de derivación para el producto de funciones tiene otra consecuencia


interesante, la fórmula de integración por partes : si u y v son funciones con derivada
continua, entonces
Z Z
0
u(x)v (x)dx = u(x)v(x) − v(x)u0 (x)dx

En efecto, la derivada de la función uv es

(uv)0 (x) = u0 (x)v(x) + u(x)v 0 (x)

Integrando esta igualdad resulta


Z Z
0
u(x)v(x) = u (x)v(x)dx + v 0 (x)u(x)dx

y despejando se obtiene
Z Z
0
u(x)v (x)dx = u(x)v(x) − u0 (x)v(x)

Ejemplos
(a) Si en la integral xex dx hacemos u = x y v 0 = ex tenemos que u0 = 1 y
R

v = ex , y aplicando la fórmula precedente se obtiene


Z Z
x x
xe = xe − ex dx = xex − ex
84 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

(b) Para calcular la integral I = e−x sen 2xdx hacemos u = e−x y v 0 = cos 2x.
Entonces u0 = −e−x y v = sen22x , y por tanto
Z Z
1 1
I = uv − vu = e−x sen 2x +
0
e−x sen 2xdx (3.2)
2 2

Para el cálculo de e−x sen 2xdx integramos nuevamente por partes. Haciendo u =
R

e−x y v 0 = sen 2x resulta u0 = −e−x y v = − cos22x , luego


Z Z
−x 1 1 1 I
e sen 2xdx = − e−x cos 2x − e−x cos 2xdx = − e−x cos 2x −
2 2 2 2
Sustituyendo en (3.2) se obtiene
e−x
   
1 1 1 1 1 I
I = e−x sen 2x + − e−x cos 2x − I = sen 2x − cos 2x −
2 2 2 2 2 2 4

Consecuentemente,
e−x
 
I 1
I+ = sen 2x − cos 2x
4 2 2
es decir,
e−x
 
5I 1
= sen 2x − cos 2x
4 2 2
y por tanto,  
2 −x 1
I= e sen 2x − cos 2x + C
5 2
El último de los métodos generales de integración es el conocido método de susti-
tución o del cambio de variable, basado en la regla de la cadena. Pretendemos hallar
una primitiva de la función f (x). Si encontramos una función derivable e inyectiva
ϕ(t) tal que la integral Z
F (t) := f (ϕ(t))ϕ0 (t)dt

es fácilmente calculable entonces


Z
f (x)dx = F (ϕ−1 (t)) + C

En la práctica se hace el cambio de variable1 . x = ϕ(t) y a continuación se calcula


f (ϕ(t))ϕ0 (t)dt. Como la integral depende de la variable t hay que deshacer el
R

cambio, es decir, tenemos que expresar t en función de x. El resultado obtenido es


una primitiva de f
1 En realidad, esta idea ha sido ya utilizada previamente de forma implícita, ¾cuándo?.
3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 85

Ejemplo
R√
Para hallar la integral 1 − x2 dx podemos hacer el cambio x = sen t (es decir,
ϕ(t) = sen t) con lo cual x0 = cos t. Por tanto2
Z √ Z √ Z
1− x2 dx = 1− sen2 t cos tdt = − cos2 tdt

El cálculo de cos2 tdt puede efectuarse utilizando el método de integración por


R

partes (con u = cos t y v 0 = cos t) o bien teniendo en cuenta la relación trigonométri-


ca cos2 t = 1+cos
2
2t
. En cualquier caso se obtiene
Z
t sen 2t t 2 sen t cos t t + sen t cos t
cos2 tdt = + = + =
2 4 2 4 2
Es claro que t = arcsin x, luego
Z √ √
1 − x2
Z
arcsin x + x
1 − x2 dx = cos2 t = +C
2
Observa que hemos realizado una pequeña trampa. Hemos aplicado el método alegre-
mente, sin preocuparnos por la inyectividad del cambio de variable (la función seno
no es, de hecho, inyectiva cuando la consideramos denida en todo R). El resultado
obtenido en este ejemplo es el deseado. Y el caso es que esto ocurre frecuentemente,
pero es conveniente tener cuidado y, una vez terminado el proceso, comprobar si la
función hallada es efectivamente la primitiva que andábamos buscando.
La técnica del cambio de variable admite la siguiente versión para el cálculo de
integrales denidas. Si f : [a, b] −→ R es una función continua y ϕ : [c, d] −→ R es
una función de clase C 1 e inyectiva cuya imagen es el intervalo [a, b] entonces
Z b Z d
f (x)dx = f (ϕ(t))ϕ0 (t)dt
a c

En este caso sí que hay que comprobar la inyectividad de ϕ en el intervalo [c, d],
pero como puedes ver no es necesario deshacer el cambio de variable.

Ejemplo
Pretendemos hallar el valor de la integral
Z 1 √
1 − x2 dx
0
2 Fíjateque este cambio de variable elimina la raíz del integrando. La sustitución x = cos t
produce el mismo efecto.
86 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Efectuamos el cambio del ejemplo anterior. La función ϕ(t) = sen t es estrictamente


creciente (y en particular inyectiva) en el intervalo [0, π/2], siendo además ϕ(0) = 0
y ϕ(π/2) = 1 (de modo que ϕ transforma el intervalo [0, π2 ] en el intervalo [0, 1]
donde queremos calcular la integral). Utilizando la fórmula anterior resulta
π
Z 1 √ Z
2 √ Z π/2
1− x2 dx = 1− sen2 t cos tdt = cos2 tdt
0 0 0

Acabamos de ver que Z


t + sen t cos t
cos2 tdt =
2
En virtud de la Regla de Barrow se tiene
Z π/2  π/2
2 t + sen t cos t π
cos tdt = =
0 2 0 4

Por tanto Z 1 √ π
1 − x2 dx =
0 4

3.4.1. Primitivas de funciones racionales


En esta sección tratamos con integrales del tipo
Z
P (x)
dx
Q(x)

donde P y Q son funciones polinómicas. Si grado(P ) ≥ grado(Q) entonces existen


dos únicos polinomios D y R tales que grado(R) ≤ grado(Q) y P (x) = D(x)Q(x) +
R(x). Por tanto, Q(x)
P (x) R(x)
= D(x) + Q(x) ,y
Z Z Z
P (x) R(x)
dx = D(x)dx + dx.
Q(x) Q(x)

Así, podemos limitarnos al caso en que grado(P ) < grado(Q). Toda fracción de este
tipo puede descomponerse como suma de fracciones más simples.
Sean a1 , . . . , an las raíces reales de Q y x2 +α1 x+β1 , . . . , x2 +αm x+βm los factores
cuadráticos irreducibles a los que dan lugar cada una de las raíces imaginarias de Q
y su conjugada (si u+iv es una raíz imaginaria de Q, el factor cuadrático irreducible
correspondiente es el polinomio (x − (u + iv))(x − (u − iv)) = x2 − 2ux + u2 + v 2 ).
3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 87

Denotemos por pi la multiplicidad de ai como raíz de Q y por qi la multiplicidad del


factor cuadrático irreducible x2 + αi x + βi . Entonces se tiene la descomposición
n  
P (x) X Ai,1 Ai,2 Ai,n
= + 2
+ ··· +
Q(x) i=1
x − ai (x − ai ) (x − ai )pi
m  
X Bi,1 x + Ci,1 Bi,m x + Ci,m
+ + ··· + 2 ,
i=1
x2 + αi x + bi (x + αi x + βi )qi

donde Ai,1 , . . . , Ai,pi , Bi,1 , Ci,1 , . . . , Bi,qi , . . . , Ci,qi son ciertas constantes reales. En
otras palabras, si a es una raíz de Q con multiplicidad p, entonces a genera una
descomposición del tipo
A1 A2 Ap
+ 2
+ ··· + .
x − a (x − a) (x − a)p
Y si en la descomposición de Q aparece el factor cuadrático irreducible x2 + αx + β
con multiplicidad q , entonces dicho factor da lugar a una suma de la forma
B1 x + C1 B2 x + C2 Bq x + Cq
+ 2 + ··· + 2 .
x2 + αx + β (x + αx + β) 2 (x + αx + β)q
Las constantes que aparecen en los denominadores de la descomposición pueden
hallarse utilizando, por ejemplo, el método de los coecientes indeterminados.
Así pues, nuestro problema se reduce al cálculo de integrales de los siguientes
tipos:

(I) Integrales de la forma Z


dx
.
x−a
(II) Integrales de la forma
Z
dx
, siendo k un número natural mayor que 1.
(x − a)k

(III) Integrales de la forma


Z
Bx + C
dx, donde α2 − 4β < 0.
x2 + αx + β

(IV) Integrales de la forma


Z
Bx + C
dx, donde k ≥ 2 y α2 − 4β < 0.
(x2 + αx + β)k
88 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Las de los tipos (I) y (II) son inmediatas. Si k = 1 entonces


Z
dx
= log |x − a|.
x−a
Para k ≥ 2 se tiene
(x − a)1−k
Z Z
dx
= (x − a)−k dx = .
(x − a)k 1−k
Consideremos ahora las integrales del tipo (III). Supongamos que B = 0. Como es
sabido, el denominador puede ponerse en la forma x2 + αx + β = (x − u)2 + v 2 , de
modo que
Z Z Z
Cdx dx C dx
=C = 2 ,
2
x + αx + β 2
(x − u) + v 2 v x−u 2

v
+1
y haciendo el cambio de variable t = x−u
v
resulta
 
x−u
Z Z
Cdx C v C
2
= 2 2
dt = arctan .
x + αx + β v 1+t v v
Supongamos ahora que B 6= 0. El numerador puede manipularse un poco hasta
obtener la derivada del denominador más otro término.
C
x+ B 2x + 2C
Z Z Z
Bx + C B B
dx = B dx = dx
x2 + αx + β x2 + αx + β 2 x2 + αx + β
!
2C
− α
Z Z
B 2x + α B
= dx + dx
2 x2 + αx + β x2 + αx + β
  Z
2 2C dx
= log(x + αx + β) + −α · .
B x2 + αx + β
La última integral es de las que hemos visto justo antes (las del caso en que el
numerador es una constante). Nuestra integral queda expresada, por tanto, como la
suma de un logaritmo y un arco tangente.
Consideremos ahora las las integrales del tipo (IV). Tal y como hemos dicho antes,
el polinomio x2 + αx + β puede expresarse en la forma x2 + αx + β = (x − u)2 + v 2 .
Haciendo en la integral el cambio de variable t = x−u v
resulta
Z Z
Bx + C 1 B(tv + u) + C
2 k
dx = 2k · dt. (3.3)
(x + αx + β) v (t2 + 1)k
Así pues, el cálculo de la integral queda reducido al de integrales de los tipos
Z Z
t dt
dt y .
(t + 1)k
2 (t2 + 1)k
3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 89

La primera es inmediata. Multiplicando y dividiendo por 2 se obtiene


(1 + t2 )1−k
Z Z Z
t 1 2t 1
dt = dt = 2t(1 + t2 )−k dt = .
(t2 + 1)k 2 (t2 + 1)k 2 2(1 − k)
El cálculo de la segunda puede reducirse al de la integral
Z
dt
Ik−1 = .
(t2 + 1)k−1
En efecto, aplicando a esta última el método de integración por partes, con u =
1
(t2 +1)k−1
y v 0 = 1 resulta
−2(k − 1)t2 t2 dt
Z Z
t t
Ik−1 = 2 − dt = 2 + 2(k − 1) .
(t + 1)k−1 2
(t + 1) k (t + 1)k−1 (t2 + 1)k
Ahora bien,
t2 dt t2 + 1 − 1
Z Z Z
dt
= = Ik−1 − .
(t2 + 1)k (t2 + 1)k (t2 + 1)k
Por tanto,
Z
t dt
Ik−1 = 2 + 2(k − 1)Ik−1 − 2(k − 1) ,
(t + 1)k−1 (t2 + 1)k
y despejando resulta
Z  
dt 1 t
= (2k − 3)Ik−1 + 2 .
(t2 + 1)k 2(k − 1) (t + 1)k−1
La fórmula obtenida reduce el cálculo de la integral (t2 +1)k al de (t2 +1) k−1 . Apli-
R dt dt
R

cando reiteradamente esta fórmula (cambiando k por k − 1, luego k − 1 por k − 2,


etc.) llegamos a la integral t2dt+1 , que como sabemos es igual a arctan t. Llevando
R

el resultado obtenido a la igualdad (3.3), y deshaciendo el cambio de variable que


hemos realizado, se obtiene la primitiva que vamos buscando.

Ejemplo:
Calculemos la integral
2x5 − 8x4 + 18x3 − 23x2 + 20x − 8
Z
I= dx.
x2 (x2 − 2x + 2)2
El denominador tiene por raíces el número 0 (con multiplicidad 2), y los números
complejos 1 + i y 1 − i (también con multiplicidad 2). De acuerdo con lo que hemos
dicho más arriba, el integrando puede expresarse en la forma
2x5 − 8x4 + 18x3 − 23x2 + 20x − 8 A B Cx + D Ex + F
2 2 2
= + 2+ 2 + 2 .
x (x − 2x + 2) x x x − 2x + 2 (x − 2x + 2)2
90 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Tras reducir a común denominador, el segundo miembro de esta igualdad se trans-


forma en la fracción cuyo numerador es

Ax(x2 − 2x + 2)2 + B(x2 − 2x + 2)2 + (Cx + D)x2 (x2 − 2x + 2) + (Ex + F )x2

Al desarrollar este polinomio e identicar los coecientes de los monomios del mismo
grado se obtiene el sistema de ecuaciones lineales



 A+C =2

− 4A + B − 2C + D = −8






 8A − 4B + 2C − 2D + E = 18



 − 8A + 8B + 2D + F = −23


4A − 8B = 20






4B = −8

cuya solución es A = 1, B = −2, C = 1, D = 0, E = 0, F = 1. Por tanto,


2x5 − 8x4 + 18x3 − 23x2 + 20x − 8 1 2 x 1
= − + + .
x2 (x2 + x + 1)2 x x2 x2 − 2x + 2 (x2 − 2x + 2)2

Hallemos las primitivas de las cuatro fracciones que aparecen el segundo miembro.
Para la primera se tiene Z
1
dx = log |x|,
x
y para la segunda
−2
Z
2
2
dx = .
x x
Para calcular la tercera integral manipulamos el numerador hasta obtener la suma
de un logaritmo más un arco tangente. Operando un poco se tiene
Z Z
x 1 2x
2
dx = 2
dx
x − 2x + 2 2 x − 2x + 2
2x − 2
Z Z
1 1 2dx
= 2
dx + 2
2 x − 2x + 2 2 x − 2x + 2
Z
dx
= log(x2 − 2x + 2) + .
x2 − 2x + 2

Completando cuadrados se sigue que x2 − 2x + 2 = (x − 1)2 + 1, luego


Z Z
dx dx
2
= = arctan(x − 1),
x − 2x + 1 (x − 1)2 + 1
3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 91

y por tanto,
Z
x 1
dx = log(x2 − 2x + 2) + arctan(x − 1).
x2 − 2x + 2 2
Falta por calcular la integral
Z
dx
.
(x2 − 2x + 2)2
Puesto que x2 − 2x + 2 = (x − 1)2 + 1, haciendo el cambio de variable t = x − 1 se
tiene Z Z
dx dt
= .
(x2 − 2x + 2)2 (t2 + 1)2
Para hallar esta última integral podemos echar mano de la fórmula de recurrencia
deducida en la página 89 con k = 2, o bien utilizar el argumento que allí hemos
empleado, obteniendo
Z  Z 
dt 1 t dt t
2 2
= 2
2 + (4 − 3) 2
= 2
+ arctan t.
(t + 1) 2 t +1 1+t 2(t + 1)
Deshaciendo ahora el cambio de variable resulta
x−1
Z
dx
= + arctan(x − 1).
(x2 − 2x + 2)2 2(x2 − 2x + 2)
Sumando las cuatro integrales se obtiene, nalmente,
2 3 1 x−1
I = log |x| + + arctan(x − 1) + log(x2 − 2x + 2) + 2
.
x 2 2 2(x − 2x + 2)

3.4.2. Integración de expresiones racionales de sen x y cos x


Se trata de calcular primitivas de la forma R(cos x, sen x)dx, donde R es una
R

función racional de dos variables. Pertenecen a este tipo integrales como


1 − tan x
Z Z Z
dx
dx, cos xdx o
3
dx
1 + cos x + sen x 1 + tan x
El cambio de variable
x
t = tan
2
o equivalentemente,
x = 2 arctan t
transforma la primitiva Z
R(cos x, sen x)dx
92 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

en la de una función racional. En efecto, por conocidas fórmulas de Trigonometría


tenemos
x
1 − tan2 1 − t2 2 tan x2 2t
cos x = 2
x = y sen x = x =
1 + tan2 2
1 + t2 1 + tan2 2
1 + t2
Además,
2
x0 =
1 + t2
Por tanto,
1 − t2 2t
Z Z  
2
R(cos x, sen x)dx = R , · dt
1 + t2 1 + t2 1 + t2
de modo que el cálculo de la integral original se reduce al de una función racional
en la variable t. Calculemos por ejemplo la primitiva 1+cosdx dx. Con el cambio
R
x+sen x
de variable que hemos mencionado se obtiene
Z Z 2 Z
dx 1+t2 dt
dx = 1−t2 2t
dt = = log |1 + t|
1 + cos x + sen x 1+ 1+t2
+ 1+t 2
1+t

y tras deshacer el cambio resulta


Z
dx x
dx = log 1 + tan + C

1 + cos x + sen x 2
La sustitución t = tan x2 siempre funciona, pero en ocasiones conduce a primitivas
cuyo cálculo puede resultar muy pesado (tal cosa ocurre, por ejemplo, con la inofen-
siva integral cos3 xdx). En ciertas situaciones, el uso de otros cambios de variable
R

puede resultar mucho más conveniente. Veamos algunos casos:

La función R(cos x, sen x) es impar en cos x


Esto es, al sustituir cos x por − cos x, cambia el signo de la expresión. Entonces
el cambio de variable
t = sen x
o equivalentemente,
x = arcsin t
transforma la primitiva R(cos x, sen x)dx en una integral racional en la variable t.
R

Calculemos la primitiva cos3 xdx. Al hacer t = sen x tenemos


R

cos3 x = (1 − sen2 x)3/2 = (1 − t2 )3/2


3.4. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN 93

y
1
x0 =
(1 − t2 )1/2
de modo que

(1 − t2 )3/2 t3
Z Z Z
3
cos xdx = dt = (1 − t2 )dt = t −
(1 − t2 )1/2 3
y por tanto,
sen3 x
Z
cos3 xdx = sen x − +C
3

La función R(cos x, sen x) es impar en sen x


El cambio de variable
t = cos x

transforma la integral R(cos x, sen x)dx en la de una función racional.


R

La función R(cos x, sen x) es par en cos x y sen x


Es decir, no se altera al cambiar simultáneamente cos x por − cos x y sen x por
− sen x. La sustitución
x = tan t

o bien
t = arctan x

reduce el cálculo de la integral al de una racional. Las expresiones de cos x y sen x en


función de t pueden deducirse utilizando las fórmulas 1 + tan2 x = cos12 x y sen2 x =
1 − cos2 x. Así por ejemplo, la aplicación de este cambio en la integral

1 − tan x
Z
dx
1 + tan x
conduce a
1−t
Z
dt
(1 + t)(1 + t2 )

3.4.3. Integración de funciones irracionales


La variedad de funciones irracionales es tan grande que nos contentaremos con
ver sólo métodos de integración para los casos más usuales. Son los siguientes:
94 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Funciones racionales de x, ax+b q1 ax+b qr


, donde q1 , . . . , qr ∈ Q.
 
cx+d
,..., cx+d

Sean q1 = m1 /n1 , . . . , qr = mr /nr . Haciendo


n = m.c.m.(n1 , n2 , . . . , nr )

y
ax + b
tn =
cx + d
la integral correspondiente se reduce a la de una función racional en la variable t.
Una integral de este tipo es Z √
x

3
dx.
1+ x2
Los exponentes son 1/2 y 2/3, luego el mínimo común múltiplo de sus denominadores
es 6. Haciendo
t6 = x
√ √
resulta x0 = 6t5 , 3
x2 = t4 y x = t3 . Por tanto,

6t9
Z Z
x
√ dx = dt.
3
1 + x2 1 + t3

Integrales de funciones racionales de x y Ax2 + Bx + C

Completando cuadrados en el radicando, la raíz Ax2 + Bx + C puede trans-
formarse en una expresión de los tres tipos siguientes:
(i)a2 − (bx + c)2 .
p

(ii) a2 + (bx + c)2 .


p

(iii) (bx + c)2 − a2 .


p

En el primer caso haremos la sustitución3


bx + c = a sen t

En el caso (ii),
bx + c = a tan t
y en el tercero,
bx + c = a sec t
En cada caso la integral resultante es la de una función trigonométrica en cos t y
sen t, que sabemos resolver.
3 Estos cambios de variable no son, desde luego, los únicos que funcionan.
3.5. APLICACIONES DE LA INTEGRAL 95

Ejemplo
Sea la integral Z √
x2 + 4x + 6dx

Completando cuadrados en el radicando obtenemos x2 + 4x + 6 = (x + 2)2 + 2, y


haciendo

x+2= 2 tan t
resulta √
0 2
x =
cos2 t
Por tanto
Z √ Z √ √
2 √
2 tan2 t + 2
Z Z
cos t dt
x2 + 4x + 6dx = dt = 2dt =2
cos2 t cos2 t cos3 t
y la integral se reduce a la de una función trigonométrica racional. Observa que en

este caso, el cambio de variable x + 2 = 2 senh t conduce a una integral todavía
más fácil.

3.5. Aplicaciones de la integral


Al principio de este tema veíamos que la noción de integral aparece estrechamente
ligada al cálculo de áreas planas. En realidad, la integral puede utilizarse para en-
tender el signicado de muchos otros conceptos de naturaleza geométrica o física,
como la longitud de una curva, el volumen de sólido de revolución o la masa de
una cuerda de densidad variable. Estos temas pueden tratarse de forma más general
con la integración de funciones de varias variables y las integrales de campo, y así
lo haremos en la asignatura de Ampliación de Matemáticas. Veamos, no obstante,
algunos ejemplos.

3.5.1. Volumen de un sólido de revolución


Sea f una función continua y positiva denida en el intervalo [a, b] y sea Ω el
cuerpo que resulta al hacer girar la gráca de f alrededor del eje horizontal. Entonces
el volumen de Ω viene dado por la igualdad
Z b
V (Ω) = π f 2 (t)dt
a
96 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Justiquemos esta fórmula. Sea P = {a = x0 < x1 < . . . < xn = b} una partición del
intervalo [a, b]. La suma de Riemann de la función πf 2 correspondiente la partición
P y un conjunto de puntos intermedios C = {c1 , . . . , cn } es
n
X
2
σ(πf , P, C) = πf 2 (ci )(xi − xi−1 )
i=1

Notemos que para i = 1, . . . , n, el número πf 2 (ci )(xi −xi−1 ) es el volumen de un cilin-


dro cuya altura y radio de la base son, respectivamente, los números xi −xi−1 y f (ci ).
Este cilindro aproxima el trozo del cuerpo Ω que corresponde al intervalo [xi−1 , xi ].
Por tanto, la suma de Riemann σ(πf 2 , P, C) es una aproximación al volumen de
Ω. A medida que disminuye el diámetro de la partición, el número σ(πf 2 , P, C) se
aproxima, por un lado, al número π ab f 2 (t)dt, y por otro, al volumen del cuerpo Ω.
R

Ejemplo
El volumen de una bola (o esfera) de radio R es
4
V = πR3
3
En efecto, la bola de radio R puede verse como el cuerpo generado por la rotación
alrededor del eje Ox de la gráca de la función

f (x) = R 2 − x2

denida para x ∈ [−R, R]. El volumen es, por tanto,


R R R
x3
Z Z 
2 2 2 2 4
V =π f (x)dx = (R − x )dx = π R x − = πR3
−R −R 3 −R 3

Volumen de un cuerpo con secciones de área conocida


En el caso de un sólido de revolución existe siempre una recta (el eje de giro)
tal que las secciones secciones del cuerpo producidas por planos perpendiculares son
círculos. Si el cuerpo resulta del giro alrededor del eje Ox de una función positiva f
denida en [a, b], entonces la sección producida por el plano perpendicular a dicho eje
en un punto x ∈ [a, b] es el círculo de radio f (x), y su área A(x) es el número πf (x)2 .
Y la fórmula que hemos visto antes para su volumen puede entonces escribirse como
A(x)dx. Este hecho puede generalizarse al caso en que el cuerpo no se obtiene por
Rb
a
3.5. APLICACIONES DE LA INTEGRAL 97

revolución alrededor del eje como ocurre, por ejemplo, con una pirámide cuya base
es un polígono regular. Supongamos que Ω es un sólido cuyas secciones producidas
por planos perpendiculares a una recta ja r tienen área conocida. Mediante un
movimiento adecuado podemos conseguir que la recta r sea el eje Ox, y el cuerpo
(que se supone acotado) estará delimitado por los planos perpendiculares a r que
pasan por dos puntos a y b (o más precisamente (a, 0, 0) y (b, 0, 0)). Con una pequeña
variante del argumento utilizado previamente se demuestra que si el área de la sección
producida por un plano perpendicular a r en un punto genérico x ∈ [a, b] es A(x),
entonces Z b
V (Ω) = A(x)dx
a

Ejemplos
El volumen de una pirámide recta de altura h cuya base es un cuadrado de lado
a es
1
V = a2 h
3
Para comprobarlo ubicamos el eje de nuestra pirámide sobre el eje Ox, con el vértice
situado sobre el origen de coordenadas. La base de la pirámide estaría situada a una
distancia h. La sección producida por un plano perpendicular al eje a distancia
x ∈ [0, h] es un cuadrado que, cuyo lado (utilizando algo de trigonometría) vemos
que tiene lado xa/h. Por tanto, el área de dicha sección es A(x) = ahx2 . Utilizando
2 2

la fórmula anterior deducimos que el volumen de la pirámide es


h h h
a2 x 2 a2 a2 h3 a2 h
Z Z Z
V = A(x)dx = dx = x2 dx = · =
0 0 h2 h2 0 h2 3 3

Obtén la fórmula del volumen para una pirámide recta de altura h que tiene por
base un polígono regular de área A.

3.5.2. Longitud de un arco de curva


Sea f una función derivable y con derivada continua en un intervalo [a, b]. Nos
proponemos calcular la longitud de la gráca de f . Sea P = {a = x0 < x1 <
. . . < xn = b} una partición del intervalo [a, b] y sea, para cada i = 0, . . . , n,
Pi = (xi , f (xi )). La longitud de la línea poligonal determinada por los puntos
98 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

P0 , P1 , . . . , Pn es
n−1 q
X
l(P) = (xi − xi−1 )2 + (f (xi ) − f (xi−1 ))2
i=1

Fijemos i ∈ {1, . . . , n}. Aplicando el Teorema del valor medio de Lagrange a la


función f en el intervalo [xi−1 , xi ] encontramos un número ci tal que

f (xi ) − f (xi−1 ) = f 0 (ci ) · (xi − xi−1 )

Así,
p p
(xi − xi−1 )2 + (f 0 (ci ))2 (xi − xi−1 )2 = 1 + (f 0 (ci ))2 (xi − xi−1 )

y por tanto,
n−1
X p
l(P) = 1 + (f 0 (ci ))2 (xi − xi−1 )
i=1

Cuando la neza de la partición P disminuye, la suma l(P) se aproxima por un lado,


a la integral ab 1 + (f 0 (x))2 dx, y por otro, a lo que intuitivamente entendemos por
R p

longitud de la gráca de f . Por tanto,


Z bp
L= 1 + (f 0 (x))2 dx
a

Ejemplo
La longitud de la catenaria
y = cosh x

entre los puntos de abscisas x = 0 y x = a es senh a.


En efecto, como y 0 (x) = senh x y 1 + senh2 x = cosh x se tiene
Z a p Z a p Z a
2
L= 1+ (y 0 (x))2 dx = 1 + senh xdx = cosh x = senh a
0 0 0

3.5.3. Área de una supercie de revolución


Sea ahora f una función derivable con derivada derivada continua y positiva
denida en intervalo [a, b] y sea Ω el sólido que resulta del giro de la gráca de
f alrededor del eje de abscisas. Nuestro problema es hallar una expresión integral
para el área lateral de la supercie de Ω. Sea P = {x0 = a < x1 < . . . < xn = b}
una partición del intervalo [a, b] y sea, para cada i = 0, 1, . . . , n, Pi = (xi , f (xi )).
3.5. APLICACIONES DE LA INTEGRAL 99

El giro de los segmentos P0 P1 , P1 P2 ,...,Pn−1 Pn alrededor del eje Ox genera unos


troncos de cono. Para cada i = 1, 2, . . . , n, la generatriz del tronco i-ésimo tiene por
longitud (xi − xi−1 )2 + (f (xi ) − f (xi−1 ))2 . Los radios de las bases de este tronco
p

son f (xi−1 ) y f (xi ). La Geometría Elemental nos enseña que el área del tronco de
cono con generatriz de longitud s y cuyos bases tienen radios R y r es

π(R + r)s

así que el área lateral de nuestro i-ésimo tronco es


p
Ai = π (f (xi ) + f (xi−1 )) · (xi − xi−1 )2 + (f (xi ) − f (xi−1 ))2

Utilizando el Teorema del valor medio de Lagrange deducimos la existencia de un


número ci tal que
f (xi ) − f( xi−1 ) = f 0 (ci )(xi − xi−1 )
de suerte que
p
Ai = π (f (xi ) + f (xi−1 )) · 1 + f 0 (ci )2 · (xi − xi−1 )

Por tanto, la suma de las áreas laterales de los n troncos correspondientes a la


partición P es
n
X p
A(P) = π (f (xi ) + f (xi−1 )) · 1 + f 0 (ci )2 · (xi − xi−1 )
i=1

Cuando el diámetro de la partición P disminuye, el número A(P) se aproxima,


por un lado, al área de la supercie lateral del cuerpo Ω y por otro, al número
2π a f (x) 1 + f 0 (x)2 dx. Por tanto,
Rb p

Z b p
A(Ω) = 2π f (x) 1 + f 0 (x)2 dx
a

Ejemplo
El área de una esfera de radio R es

A = 4πR2

Ya hemos dicho que la esfera resulta del giro alrededor del eje de abscisas de la

gráca de f (x) = R2 − x2 . Como f 0 (x) = √R−x
2 −x2 se tiene

r
p x2 R
1+ f 0 (x)2 = 1+ 2
= 2
R−x R − x2
100 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

luego
p
f (x) 1 + f 0 (x)2 = R

Por tanto,
Z R p Z R
A = 2π f (x) 1 + f 0 (x)2 = 2π Rdx = 4πR2 .
−R −R

3.6. Integración numérica


Ya hemos comentado que en general no puede determinarse el valor de una
integral haciendo uso exclusivo de la Regla de Barrow, pues esto implica el cálculo de
una primitiva, que como sabemos no siempre es posible. Éste es el caso de la función
f (x) = e−x , que desempeña un papel muy importante en Cálculo de Probabilidades.
2

Por otra parte, aun cuando el cálculo de la primitiva es posible, éste puede resultar
sumamente engorroso, como ocurre, por ejemplo, con la integral
Z 1
dt
.
0 t3 +t+1

Desde el punto de vista práctico, esto no supone el menor inconveniente, pues ex-
isten procedimientos que permiten calcular el valor de una integral con el grado de
aproximación que se desee. En esta sección estudiamos dos de los métodos más el-
ementales de integración numérica. La losofía de estos métodos consiste en dividir
el intervalo de integración en una cantidad sucientemente grande de subintervalos
y determinar, en cada uno de ellos, una función que aproxime más o menos bien a
la función dada y cuya integral sea fácil de hallar: la suma de las integrales fáciles
correspondientes a estos subintervalos será una estimación de la integral que quer-
emos calcular. Esta idea no es muy novedosa en realidad, pues es la que subyace
esencialmente en el concepto de integral.

3.6.1. Método de los trapecios


Sea f una función continua denida en [a, b]. Dividimos el intervalo [a, b] en n
subintervalos de igual longitud h = (b − a)/n. Queda determinada así una partición
del intervalo [a, b] cuyos puntos son xk = a + kh, k = 0, 1, . . . , n. Sea, para cada
k = 1, 2, . . . , n, pk el polinomio de grado menor o igual que 1 que coincide con f en
los puntos xk−1 y xk (es decir, pk es la función cuya gráca es la recta que conecta los
3.6. INTEGRACIÓN NUMÉRICA 101

puntos (xk−1 , f (xk−1 )) y (xk , f (xk ))). La idea del método de los trapecios consiste
en aproximar el valor de la integral ab f por medio de la suma
R

n Z
X xk
pk (x)dx.
k=1 xk−1

La región delimitada por la gráca de pk , el eje de abscisas y las rectas verticales


x = xk−1 y x = xk es un trapecio que tiene por bases f (xk−1 ) y f (xk ), y por altura
altura xk − xk−1 . Así que
Z xk
f (xk−1 + f (xk ))
pk (x)dx = h,
xk−1 2

y la aproximación que vamos buscando para la integral f será la suma


Rb
a

n
" n−1
#
hX f (a) X f (b)
In = (f (xk−1 + f (xk )) = h · + f (xk ) + .
2 k=1 2 k=1
2

El siguiente teorema proporciona una cota del error que se comete al utilizar esta
suma para calcular la integral ab f .
R

Teorema 3.16. Supongamos que f tiene derivada segunda continua en [a, b], y sea
M ≥ máx{|f 00 (x)| : x ∈ [a, b]}. El error cometido al aproximar la integral f por
Rb
a
el método de los trapecios al dividir [a, b] en n subintervalos es menor o igual que
M (b − a)3
.
12n2
Demostración. Se trata de estimar la diferencia
Z b n n Z xk
hX X
In − f= (f (a + (k − 1)h + f (a + kh)) − f
a 2 k=1 k=1 x k−1

n
" Z xk #
X h
= (f (a + (k − 1)h + f (a + kh)) − f .
k=1
2 x k−1

Sea, para cada k = 1, 2, . . . , n la función Fk : [0, h] −→ R denida por la expresión


Z xk−1 +t
t
Fk (t) = (f (xk−1 + f (xk−1 + t)) − f.
2 xk−1

Notemos que esta función es la que asocia, a cada t ∈ [0, h], la diferencia entre la
integral de f en el intervalo [xk−1 , xk−1 +t] y la integral de la función afín que conecta
102 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

los puntos (xk−1 , f (xk−1 ) y (xk−1 + t, f (xk−1 + t). Nuestro cometido, claro está, es
estimar el valor de Fk para t = h.
Utilizando las reglas usuales de derivación y el Teorema fundamental del Cálculo
se obtiene
1 tf 0 (xk−1 + t)
Fk0 (t) = (f (xk−1 ) + f (xk−1 + t)) + − f (xk−1 + t).
2 2

Volviendo a derivar resulta


tf 00 (xk−1 + t)
Fk00 (t) = .
2

Sea t ∈ [0, h]. En virtud de la Regla de Barrow se tiene


Z t
Fk00 (x)dx = Fk0 (t) − Fk0 (0).
0

Ahora bien, Fk0 (0) = 0, luego


Z t
Fk0 (t) = Fk00 (x)dx.
0

Y habida cuenta de la estimación máx |f 00 | ≤ M resulta


t t t
M t2
Z Z Z
1 M
|Fk0 (t)| ≤ |Fk00 (x)| dx = 00
|xf (xk−1 + x)| dx ≤ xdx = .
0 2 0 2 0 4

Echando mano de nuevo la Regla de Barrow y teniendo en cuenta que Fk (0) = 0


obtenemos
Z h
Fk (h) = Fk0 (t)dt,
0

de modo que
h h
M t2 M h3
Z Z
|Fk (h)| ≤ |Fk0 (t)|dt ≤ = .
0 0 4 12
Consecuentemente,
Z b X n
nM h3 nM (b − a)3 M (b − a)3


In − f ≤ |Fk (h)| ≤ = = .
12 n 3 n 2
a k=1
3.6. INTEGRACIÓN NUMÉRICA 103

Ejemplo:
Hallemos una aproximación a la integral
Z 1
2
e−x dx
0

con un error menor que 10−2 .


En primer lugar determinamos el número n de subdivisiones que tenemos que
hacer en el intervalo [0, 1] para obtener un error menor que el indicado. La segunda
derivada de f es
2
f 00 (x) = 2(2x2 − 1)e−x .
Teniendo en cuenta que |e−x | ≤ 1 se sigue que
2

|f 00 (x)| ≤ 2|2x2 − 1|.

Por otra parte, |2x2 − 1| ≤ 1 para todo x ∈ [0, 1] (razónese por qué), luego

|f 00 (x)| ≤ 2 para todo x ∈ [0, 1].

Según la fórmula del error se tiene


2 50
2
< 10−2 , o equivalentemente, n2 > .
12n 3
Ensayando un poco vemos que es suciente tomar n = 5, y aplicando la fórmula del
trapecio se obtiene
1
e0 e−1
Z  
−x2 1 2 2 2 2
e dx ≈ · + e−0,2 + e−0,4 + e−0,6 + e−0,8 + = 0,744.
0 5 2 2

3.6.2. Método de Simpson


Sea f una función continua en [a, b]. Dividimos el intervalo [a, b] en un número
par n de subintervalos de longitud h = b−a n
. Los extremos de estos subintervalos son
x0 = a, x1 = a + h, . . . , xn = a + nh = b. Para cada k = 1, . . . , n2 consideramos el
polinomio pk de grado menor o igual que 2 que interpola a la función f en los puntos
x2k−2 , x2k−1 y x2k (es decir, pk es el polinomio que coincide con f en los extremos
del intervalo k -ésimo y el punto medio de dicho intervalo). La idea del método de
Simpson consiste en aproximar la integral ab f por medio de la suma
R

n Z
X x2k
pk (x)dx.
k=1 x2k−1
104 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Hallemos una expresión explícita de las integrales involucradas en el segundo miem-


bro. Seleccionemos un k ∈ {1, . . . , n2 }. Para simplicar la notación escribimos α =
x2k−2 , β = x2k y γ = x2k−1 . Observemos que α = γ − h y β = γ + h. El polinomio
que interpola a f en estos puntos será de la forma

p(x) = Ax2 + Bx + C,

donde A, B y C son constantes que dependen, naturalmente, de los valores de f en α,


β y γ . Estas contantes pueden determinarse utilizando, por ejemplo, el método de los
coecientes indeterminados, pero nuestro objetivo es calcular la integral αβ p(x)dx
R

y para ello no será necesario. Haciendo el cambio de variable x = t + γ resulta


Z β Z h Z h
A(t + γ)2 + B(t + γ) + C =

p(x)dx = p(t + γ)dt =
α −h −h
Z h
At2 + (2Aγ + B)t + Aγ 2 + Bγ + C dt =

=
−h
2Ah3 2Ah3
= + 2h(Aγ 2 + Bγ + C) = + p(γ).
3 3
Como p(γ) = f (γ) resulta
β
2Ah3
Z
p(x)dx = + f (γ). (3.4)
α 3
Falta determinar el valor de A. Puesto que f (α) = p(α) = p(γ − h) tenemos

f (α) = A(γ − h)2 + B(γ − h) + C = Ah2 − 2Aγh − Bh + Aγ 2 + Bγ + C =


= Ah2 − 2Aγh − Bh + f (γ).

Y por tanto,
f (α) − f (γ) = Ah2 − 2Aγh − Bh. (3.5)
Análogamente, de la igualdad f (β) = p(β) = p(γ + h) deducimos que

f (β) − f (γ) = Ah2 + 2Bγh + Bh. (3.6)

Sumando (3.5) y (3.6) resulta

2Ah2 = f (α) + (β) − 2f (γ),

y llevando esta igualdad a (3.4), después de operar un poco obtenemos


Z β
h
p(x)dx = [f (α) + 4f (γ) + f (β)] .
α 3
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 105

Así pues, la aproximación que veníamos buscando para la integral f es la suma


Rb
a

n/2
X h
In = [f (x2k−2 ) + 4f (x2k−1 ) + f (x2k )] .
k=1
3

El siguiente teorema proporciona una cota para el error cometido en la aproximación.

Teorema 3.17. Supongamos que f tiene derivada segunda continua en [a, b], y
sea M ≥ máx{|f (iv) (x)| : x ∈ [a, b]}. El error cometido al aproximar la integral
f por el método de Simpson al dividir el intervalo [a, b] en un número par n de
Rb
a
subintervalos es menor que
M (b − a)5
.
180n4

3.7. Integrales impropias


Hasta ahora hemos tratado únicamente con funciones acotadas denidas en inter-
valos cerrados y acotados de R. En este capítulo extendemos la noción de integral
a funciones no acotadas o denidas en intervalos no acotados. Las integrales de
este tipo reciben el nombre de integrales impropias. Las ideas utilizadas en nuestra
denición de la integral ordinaria no pueden adaptarse de forma natural en estos
contextos, pues la convergencia de las sumas de Riemann, allí consideradas, depende
tanto de la acotación de la función como de la nitud de su intervalo de denición.
Aunque no es estrictamente necesario, con el objeto de simplicar la exposición las
funciones a las que hagamos referencia serán siempre continuas.

3.7.1. Integrales de funciones denidas en intervalos no aco-


tados
Empezaremos dando sentido a expresiones del tipo
Z ∞
f
a

Supongamos por un momento que la función f es continua y positiva. Entonces el


área de la región (innita) delimitada por la gráca de f , el eje Ox y la recta x = a,
es mayor o igual que la integral ax f , cualquiera que sea el número x ≥ a. Y parece
R

razonable armar que el área de la región en cuestión es el límite lı́mx → ∞ ax f ,


R

supuesto que dicho límite exista. Esta idea sugiere la siguiente denición.
106 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Denición 3.18. Sea f una función continua denida en [a, ∞). Se dice que la
integral impropia a∞ f es convergente si existe y es nito el límite lı́mx → ∞ f (t)dt.
R Rx
a
En tal caso escribimos
Z ∞ Z x
f (t)dt = lı́m f (t)dt
a x → +∞ a

Cuando lı́mx → ∞ ax f (t)dt = +∞ (resp. lı́mx → ∞ ax f (t)dt = −∞) se dice que


R R

la integral a∞ f diverge a +∞ (resp. −∞) y se escribe a∞ f (t)dt = +∞ (resp.


R R

f (t)dt = −∞). Si el límite en cuestión no existe se dice que la integral impropia


R∞
a
es oscilante.
Para funciones denidas en intervalos no acotados inferiormente la noción de
integral impropia puede formularse de forma análoga. Sea f una función continua
denida en (−∞, a]. Se dice que la integral impropia ∞a f es convergente si existe y
R

es nito el límite lı́mx → −∞ xa f (t)dt. En tal caso, escribimos


R

Z a Z a
f (t)dt = lı́m f (t)dt
−∞ x → −∞ x

Las correspondientes deniciones para integrales divergentes y oscilantes se dejan


como ejercicio.

Ejemplo
Sea p > 0. Entonces la integral
Z p
dt
1 tp
converge si p > 1 y diverge cuando p ≤ 1.
Para comprobar esto consideramos por separado los casos p 6= 1 y p = 1. (a)
Caso p 6= 1. Para todo x ≥ 1 se tiene
x x
x1−p − 1
Z Z
dt −p
= t dt =
1 tp 1 1−p
Cuando p > 1 entonces 1 − p < 0. Por tanto lı́mx → ∞ x1−p = 0 y
x1−p − 1 −1 1
lı́m = =
x→∞ 1 − p 1−p p−1
Así pues, la integral es convergente siendo su valor
Z ∞
dt 1
p
=
1 t 1−p
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 107

Cuando p < 1 entonces 1 − p > 0. Por tanto lı́mx → ∞ x1−p = +∞ y la integral


diverge a +∞.
(b) Caso p = 1. Para todo x ≥ 1 se tiene
Z x Z x
dt dt
= = log x log 1 = log x
1 tp 1 t

Como lı́mx → +∞ se sigue que la integral diverge a +∞.


Rx dt
1 t

Ejemplo
La integral impropia Z ∞
cos tdt
0
es oscilante.
En efecto, para todo x ≥ 0 se tiene 0x cos tdt = sen x − sen 0 = sen x, y al
R

no existir el límite lı́mx → ∞ sen x se sigue que la integral es oscilante. Muchas de

las propiedades relativas a las integrales ordinarias (linealidad, propiedad de orden,


etc.) conservan su validez en el caso de las integrales impropias. Demostremos, a
modo de ejemplo, la siguiente versión de la propiedad de aditividad del intervalo de
integración.

Proposición 3.19. Sea f : [a, ∞) −→ R una función continua, y sea b ∈ [a, ∞).
Entonces la integral f es convergente si y sólo si es convergente la integral f.
R∞ R∞
a b
En tal caso, Z ∞ Z b Z ∞
f (t)dt = f (t)dt + f (t)dt
a a b

Demostración. Supongamos que la integral a∞ f es convergente. Por la propiedad


R

de aditividad del intervalo para la integral ordinaria, para cada x ≥ b tenemos que
f = a f − a f , y haciendo x → +∞ en esta igualdad se sigue que es convergente
Rx Rx Rb
b
la integral b∞ f y que a∞ f = a∞ f + ab f . El mismo argumento demuestra la
R R R R

implicación contraria.

Con un argumento parecido se demuestra que si la integral a∞ f es divergente


R

(resp. oscilante), entonces también es divergente (resp. oscilante) la integral b∞ f .


R

En otras palabras, las integrales a∞ f y b∞ tienen el mismo carácter. Resultado


R R

análogo se obtiene para las integrales de funciones denidas en intervalos del tipo
(−∞, a] (hazlo como ejercicio).
108 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Cerramos esta sección deniendo las integrales impropias de funciones denidas


en toda la recta real. Sea f : R −→ R una función continua. Se dice que la integral
R∞ R∞
impropia −∞ f es convergente si existe un número a tal que las integrales a f y
f son ambas convergentes. En tal caso se escribe
Ra

Z +∞ Z a Z ∞
f (t)dt = f (t)dt + f (t)dt
−∞ −∞ a

Esta denición parece hacer depender del número a tanto el carácter como el valor de
R∞
la integral −∞ f , pero realmente no es así. Un dibujo es suciente para convencerte
de este hecho, pero no es difícil justicarlo analíticamente. En efecto, asumamos
por ejemplo que a∞ f y −∞ f son convergentes, y sea b otro número cualquiera.
R Ra

Supongamos para jar ideas que b > a. Entonces, por la Proposición 3.19 se sigue
que la integral b∞ f , y que
R

Z ∞ Z ∞ Z b
f (t)dt = f (t)dt − f (t)dt
b a a

Por la misma razón es también convergente la integral f (t)dt y


Rb
−∞
Z b Z a Z b
f (t)dt = f (t)dt + f (t)dt
−∞ −∞ a

Sumando las dos igualdades precedentes se obtiene


Z a Z ∞ Z b Z ∞
f (t)dt + f (t)dt = f (t)dt + f (t)dt
−∞ a −∞ b
R∞
de modo que el valor que hemos asignado a la integral −∞
f (t)dt en la denición
precedente es independiente del número a.

Ejercicio 3.20. Demuestra que la integral es convergente y calcula su


R∞ dt
−∞ 1+t2
valor.

Criterios de convergencia
En general, no siempre puede determinarse el valor de una integral impropia
haciendo uso exclusivo de la denición, pues esto implica el cálculo de una primitiva,
que como sabemos no siempre es posible. Éste es el caso de la integral de Gauss
Z ∞
2
e−t dt
0
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 109

o de la integral de Fresnel Z ∞
cos t2 dt
0
que desempeñan papeles muy importantes en Cálculo de Probabilidades y en Física
Matemática. Por otra parte, aun cuando el cálculo de la primitiva es posible, éste
puede resultar sumamente engorroso, como ocurre, por ejemplo, con la integral
Z ∞
dt
0 (t2 + t + 1)10
Sin embargo, existen procedimientos sencillos que permiten deducir el carácter de
convergencia de la integral sin necesidad de efectuar el cálculo de la primitiva corre-
spondiente. Tales procedimientos se basan en propiedades cualitativas de la función
integrando. En esta sección estudiamos algunos de estos criterios. Empezamos con
las integrales del tipo a∞ f (t)dt, donde f es una función de signo constante (es decir,
R

siempre positivo o siempre negativo). Podemos limitarnos al caso en que f ≥ 0, pues


si f ≤ 0, entonces la función −f es positiva y la integral 0∞ f (t)dt es convergente
R

(resp. divergente, resp. oscilante) si, y sólo si, lo es la integral 0∞ −f (t)dt. Si la


R

función f es positiva entonces la función


Z x
F (x) = f (t)dt
a

tiene una propiedad importante: es creciente (razona por qué). Este hecho es la clave
del siguiente resultado.
Lema 3.21. Sea f : [a, +∞) −→ R una función continua y positiva. Entones la
integral impropia a∞ f (t)dt es convergente si, y sólo si, la función F (x) =
R Rx
a
f (t)dt
es acotada superiormente.
Demostración. Hemos dicho que la función F (x) = a∞ f (t)dt es creciente. Sabemos
R

que si F es además acotada superiormente entonces existe lı́mx → ∞ F (x), de modo


que la integral es convergente. Por otra parte, si la función F no es acotada superi-
ormente entonces no existe o no es nito el límite lı́mx → +∞ F (x), y esto equivale a
decir que la integral no es convergente.

Una primera consecuencia de este lema es el siguiente resultado de tipo cualita-


tivo.
Proposición 3.22. La integral impropia de una función positiva no puede ser os-
cilante (o bien converge o bien diverge a +∞).
110 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Otra aplicación interesante del lema anterior es el siguiente teorema.

Teorema 3.23 (Criterio de comparación). Sean f y g funciones continuas y


positivas denidas en el intervalo [a, ∞) tales que

f (t) ≤ g(t), ∀t ∈ [a, ∞)

Entonces:
(1) Si la integral converge también lo hace f (t)dt.
R∞ R∞
a
g(t)dt a

(2) Si la integral a∞ f (t)dt diverge también lo hace a∞ f (t)dt.


R R

Demostración. Sean F (x) = ax f y G(x) = ax g , x ∈ [a, +∞). Como f ≤ g , gracias


R R

a la Proposición 3.9 se sigue que

F (x) ≤ G(x), ∀x ≥ a

(1) Como la integral a∞ g(t)dt es convergente, la función G es acotada superi-


R

ormente por el Lema 3.21, y puesto que F ≤ G se sigue que también F es acota-
da superiormente. Aplicando nuevamente el Lema 3.21 se concluye que la integral
R∞
a
f (t)dt es convergente.
(2) Si la integral a∞ f (t)dt es divergente, la integral a∞ g(t)dt no puede ser
R R

convergente por el apartado anterior. Así pues, la integral a∞ g(t)dt diverge o es


R

oscilante. Esto último no pasa nunca cuando el integrando es positivo, luego la


integral diverge.

El uso del teorema precedente implica normalmente la demostración de algu-


na desigualdad, y esto no es del todo trivial en muchos casos. Con ayuda de las
propiedades de los límites de funciones, podemos deducir la siguiente mejora del
teorema, cuya aplicación es mucho más sencilla.

Corolario 3.24. Sean f y g funciones continuas y positivas denidas en el intervalo


[a, ∞). Entonces:

(1) Si existe el límite lı́mt → +∞ fg(t) y es distinto de 0, las integrales f y


(t) R∞ R∞
a a
g
tienen el mismo carácter.

(2) Si lı́mt → +∞ fg(t) = 0 y la integral g(t)dt converge, también converge la


(t) R∞
a
integral a f (t)dt.
R∞
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 111

(3) Si lı́mt → +∞ fg(t) = +∞ y la integral f (t)dt diverge también diverge la in-


(t) R∞
a
tegral a g(t)dt.
R∞

Demostración. Probamos sólo la armación (1), las otras dos siguen de forma análo-
ga. Sea L = lı́mt → +∞ fg(t)
(t)
. Como f y g son positivas tiene que ser L ≥ 0, y por la
hipótesis (L 6= 0) resulta que L > 0. Podemos tomar un  > 0 pequeñito de modo
que L −  siga siendo positivo. Por la denición de límite encontramos un número h
tal que si x ≥ h entonces L −  < fg(x)
(x)
< L + . Multiplicando esta desigualdad por
g(x) resulta
(L − )g(x) ≤ f (x) ≤ (L + )g(x), ∀x ≥ h

Ahora basta aplicar el Teorema 3.28.

Ejemplo
La integral Z ∞
t+1
dt
2 t4 + t2 + 2
es convergente.
En efecto,
t+1
t4 +t2 +2
lı́m 1 =1
t→∞
t3
R∞
y como 2
dt
t3
es convergente también la integral propuesta es convergente.

Ejemplo
La integral de Gauss Z ∞
2
e−t dt
0

es convergente.
Para comprobarlo utilizamos la función auxiliar t 7→ t−2 . Como
2
e−t t2
lı́m −2 = lı́m t2 = 0
t→∞ t t→∞ e

y la integral 1∞ t−2 dt es convergente se sigue que también es convergente la integral


R
R ∞ −t2
e dt. Y puesto que la función t → e−t está denida en [0, ∞), por la Proposición
2
1
3.19 tenemos que la integral de Gauss es convergente.
112 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

Ejemplo
La integral Z ∞
dt
2 log t
es divergente.
Ahora comparamos con la integral 2∞ dtt , que es divergente. Claramente
R

1
log t t
lı́m = lı́m = +∞
t→∞ 1 t → +∞ log t
t

y utilizando el corolario anterior (apartado (3)) concluimos que la integral propuesta


es divergente.
Sobre las integrales del tipo −∞ f (t)dt no hay mucho que decir. Todos los resul-
Ra

tados estudiados previamente son válidos en este contexto, con las modicaciones
oportunas en sus enunciados. Te sugerimos que enuncies las correspondientes ver-
siones del Teorema 3.28 y el Corolario 3.24.
Ejercicio 3.25. Determina el carácter de la integral .
R0 t
−∞ et4
dt

Pasemos ahora al caso de integrales impropias con integrando de signo no con-


stante. Realmente, por la Proposición 3.19 sólo es nuevo el caso en que f cambia de
signo innitas veces, como ocurre, por ejemplo, con la integral de Fresnel. El criterio
más sencillo para este tipo de integrales es el siguiente, que en muchos casos permite
deducir la convergencia de una integral a partir de la convergencia de otra integral
que tiene integrando positivo.
Teorema 3.26. Si la integral |f (t)|dt es convergente entonces también lo es la
R∞
a
integral a f (t)dt. La misma armación es cierta para integrales del tipo −∞ f (t)dt
R∞ Ra

o −∞ f (t)dt.
R∞

Demostración. Sea g(t) = |f (t)| − f (t). Es claro que


0 ≤ g(t) ≤ |f (t)| + |f (t)| = 2|f (t)|, ∀t ≥ a

Como la integral a∞ |f (t)| es convergente, y tanto g como |f | son funciones positivas


R

se sigue que la integral a∞ g(t)dt es convergente. Por otra parte,


R

f (t) = (f (t) − |f (t)|) + |f (t)| = −g(t) + |f (t)|

y puesto que las integrales a∞ |f (t)|dt y a∞ g(t)dt convergen inferimos que también
R R

es convergente la integral a∞ f (t)dt.


R
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 113

Ejemplo
La integral Z ∞
sen t
dt
1 t2
es convergente.
En efecto, como para cada t ≥ 1 es

sen t 1
t2 ≤ t2

y la integral 1∞ dt es convergente, por el criterio de comparación se sigue que también


R
t2
es convergente la integral 1∞ sen ≤ 12 , y aplicando el teorema anterior obtenemos
R t
t2 t
R ∞ sen t
la convergencia de 1 t2 dt.
En general, se dice que la integral a∞ f (t)dt (resp. −∞
R∞
f (t)dt, resp. −∞ f (t)dt)
R Ra

es absolutamente convergente si la integral a∞ |f (t)|dt (resp. −∞ |f (t)|dt, resp.


R Ra
R∞
−∞
|f (t)|dt) es convergente. Así pues, convergencia absoluta implica convergencia.
El resultado recíproco es falso, es decir, existen integrales convergentes que no son
absolutamente convergentes. A veces no es fácil determinar si una integral es absolu-
tamente convergente (éste es el caso de la integral de Fresnel). En estas situaciones,
lo más práctico suele ser manipular un poco la integral hasta obtener otra de la que
conozcamos su carácter. Probemos a título de ejemplo que la integral de Fresnel es
convergente. Por razones que se verán enseguida demostramos la convergencia de la
integral Z ∞
cos x2 dx
1

Esto implica la convergencia de la integral de Fresnel. Se trata de ver que la función


Z x
F (x) = cos t2 dt
1

tiene límite cuando t → +∞. Haciendo en la integral el cambio de variable s = t2


resulta Z x2 Z x2
cos s 1
F (x) = √ ds = s−1/2 cos sds
1 2 s 2 0

Si ahora aplicamos el método de integración por partes a la última integral, con


v 0 = cos s y u = s−1/2 obtenemos
Z x2 Z x2
−1/2 1 1 sen s
s cos sds = sen x2 − sen 1 − ds
1 x 2 0 s3/2
114 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

luego
x2
sen x2 sen 1 1
Z
sen s
F (x) = − − ds
2x 2 4 1 s3/2
R∞
La integral 1 sen s
s3/2
es absolutamente convergente (razona por qué), luego existe y
ds
R x2 sen s
es nito el límite lı́m
 x → +∞ 1 s3/2 ds. Por otra parte, es claro que lı́mx → +∞ 2x =

sen x2

0, luego lı́mx → +∞ sen2xx − sen2 1 = − sen .


2 1
2
Así pues, existe y es nito el límite lı́mx → +∞ F (x), y la integral de Fresnel
converge. Puede demostrarse, aunque no lo haremos ahora, que esta integral no es
absolutamente convergente.

3.7.2. Integrales de funciones no acotadas


En esta sección daremos sentido a las integrales de funciones que presentan prob-
lemas de acotación en alguno de los límites de integración, como
Z 2
dt

1 t−1
Fíjate que la función integrando no es acotada, pero está denida y es continua en
el intervalo semiabierto (1, 2]. Tiene entonces sentido calcular, para cada  > 0, la
integral (propia) Z 2
dt

1+ t−1
y hacer tender  a 0 en la expresión correspondiente. El límite obtenido será (cuando
exista) el valor de la integral impropia. En este caso se tiene
2  √ √
Z
dt 2
√ = 2 t − 1 1+ = 2(1 − )
1+ t−1
luego Z 2
dt
lı́m+ √ =2
→0 1+ t−1
y la integral vale 2. En el caso general, la denición puede establecerse como
R2
√dt
1 t−1
sigue.

Denición 3.27. Sea f una función continua denida en el intervalo (a, b]. Se dice
que la integral impropia f converge si existe y es nito el límite lı́m → 0+ f (t)dt.
Rb Rb
a a+
En tal caso se escribe Z b Z b
f (t)dt = lı́m+ f (t)dt
a →0 a+
3.7. INTEGRALES IMPROPIAS 115

Cuando este límite sea +∞ (resp. −∞) se dice que la integral es divergente a +∞
(resp. −∞) y se escribe a f (t)dt = +∞ (resp. a f (t)dt = −∞). Si el límite no
Rb Rb

existe, la integral se llama oscilante.

Para funciones continuas no acotadas en intervalos del tipo [a, b) la denición de


la integral es enteramente análoga. Así, si f es una tal función se dice que la integral
f es convergente si existe el límite lı́m → 0+ a f (t)dt, y en ese caso escribimos
Rb R b−
a
Z b Z b−
f (t)dt = lı́m+ f (t)dt
a →0 a

La integral considerada al principio no es más que un caso particular del siguiente


ejemplo, cuya comprobación se deja como ejercicio.

Ejemplo
Sea p > 0. Entonces la integral impropia
Z b
dt
a (t − a)p

es convergente si p < 1 y divergente si p ≥ 1.


Los resultados estudiados en la sección anterior conservan su validez en este
contexto, con las oportunas modicaciones en los enunciados. Así por ejemplo, para
funciones positivas se tienen las siguientes versiones del Teorema 3.28 y el Corolario
3.24.

Teorema 3.28 (Criterio de comparación). Sean f y g funciones continuas y


positivas denidas en el intervalo (a, b] tales que

f (t) ≤ g(t), ∀t ∈ (a, b)

(1) Si la integral g(t)dt converge también lo hace f (t)dt.


Rb Rb
a a

(2) Si la integral f (t)dt diverge también lo hace f (t)dt.


Rb Rb
a a

Enuncia los correspondientes resultados para integrales de funciones denidas en


intervalos del tipo [a, b).

Corolario 3.29. Sean f y g funciones continuas y positivas denidas en el intervalo


(a, b]. Entonces:
116 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

(1) Si existe el límite lı́mt → a+ y es distinto de 0, las integrales f y


f (t) Rb Rb
g(t) a a
g
tienen el mismo carácter.

(2) Si lı́mt → a+ = 0 y la integral g(t)dt converge, también converge la integral


f (t) Rb
g(t) a
f (t)dt.
Rb
a

(3) Si lı́mt → a+ = +∞ y la integral f (t)dt diverge también diverge la integral


f (t) Rb
g(t) a
g(t)dt.
Rb
a

Ejemplo
La integral
Z π
2 dt
dt
0 1 − cos t
es divergente.
Para comprobarlo empezamos observando que la función integrando sólo presenta
problemas de acotación en las proximidades del punto 0. Es claro que
1
1−cos t
lı́m 1 = 2 6= 0
t → 0+
t2

y como la integral 0π/2 dt diverge a +∞, también lo hace la integral propuesta.


R
t2
La noción de convergencia absoluta es completamente análoga y puede demostrarse
que también en este caso, convergencia absoluta implica convergencia ordinaria.

Ejemplo
La integral
1
cos 1t
Z
√ dt
0 t
es convergente.
En efecto, puesto que
cos 1t

√ ≤ √1 , ∀t ∈ (0, 1]
t t
y la integral es convergente, por el criterio de comparación se sigue que también
R1 dt

0 t
R 1 cos 1t
converge la integral 0 √t dt, de modo que la integral propuesta es absolutamente
convergente, y en particular convergente.
3.8. EJERCICIOS 117

Todavía nos quedan un par de casos para acabar con todos los tipos de integrales
impropias que pueden presentarse. Se trata de las integrales de funciones que pre-
sentan problemas de acotación en los dos límites de integración, como por ejemplo
Z 3
dt
p
1 (t − 1)(3 − t)

y las integrales de funciones no acotadas denidas en intervalos no acotados, como


Z ∞
dt
0 t2
La denición correspondiente puede establecerse (para ambos casos simultánea-
mente) como sigue.

Denición 3.30. Sea f una función continua denida en el intervalo abierto (a, b),
donde −∞ ≤ a < b ≤ ∞. Se dice que la integral ab f (t)dt es convergente si existe
R

un número c ∈ (a, b) tal que las integrales ac f (t)dt y cb f (t)dt son convergentes. El
R R

valor de la integral es el número


Z b Z c Z b
f (t)dt = f (t)dt + f (t)dt
a a c

No es necesario hacer un estudio pormenorizado de las mismas, pues el análisis


de su carácter de convergencia puede reducirse al de las integrales de los tipos ya
estudiados. Así, la integral del primer ejemplo converge porque para el número 2
(que está en el intervalo de integración) se tiene que las integrales 12 √ dt y
R
(t−1)(3−t)
R∞
son ambas convergentes. La integral no es convergente (de hecho
R3
2
√ dt 0
dt
t2
(t−1)(3−t)

diverge a +∞), al hacerlo .


R1 dt
0 t2

3.8. Ejercicios
1. Calcular, utilizando sumas de Riemann apropiadas, el valor de las siguientes
integrales: Z a Z a
x2 dx; x3 dx.
0 0

2. Sea f una función continua y positiva en el intervalo [a, b]. Demostrar que si
f (x)dx = 0 entonces f (x) = 0 para todo x ∈ [a, b] ¾Es cierta esta armación
Rb
a
si f no es continua?
118 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

3. Demostrar que si f es una función impar, integrable en el intervalo [−a, a],


entonces −a f = 0. ¾Qué puede decirse cuando f es par? Justifíquense las
Ra

respuestas.

4. Generalización del Teorema del valor medio. Probar que si f y g son funciones
continuas en [a, b], y g es positiva en dicho intervalo entonces existe c ∈ [a, b]
tal que Z bZ b
f (x)g(x)dx = f (c) g(x)dx.
a a
Indicación: puede utilizarse el argumento empleado en la demostración del
Teorema 3.12.

5. Sea F la función denida para x ∈ R por medio de la igualdad


Z x2
2
F (x) = e−t dt.
0

(i) Hallar las expresiones de F y F . 0 00

(ii) Determinar los extremos y puntos de inexión de F .


(iii) Calcular el límite
F (x)
lı́m .
x→0 x
6. Calcular las siguientes integrales indenidas:
x cos x2 dx; x2
; √ x ;
R R R
1+x6
dx 2+x2
dx

dx; sen x cos xdx; ;


R ex
√ dx
R R
1+e2x x 1−log2 x

log5 x
tan xdx; ; dx
.
R R R
x
dx x log x

7. Calcular las siguientes primitivas utilizando el método de integración por


partes:
x cos xdx; x2 cos xdx; log xdx;
R R R

x log xdx; arctan xdx; e−x cos xdx.


R R R

8. Calcular las siguientes primitivas de funciones racionales:


x
dx; dx
; 3x+2
;
R R R
x2 −3x+2 (x2 −1)2 x2 +4x+6
dx
x7 +x3
; dx
dx; 2x2 +3
.
R R R
x4 −1
dx x5 +2x3 +x (x2 +x+1)2
dx
3.8. EJERCICIOS 119

9. Calcular las siguientes primitivas de funciones trigonométricas racionales:


dx
; dx
;
R R
2−sen x cos x

dx
; dx
R R
cos3 x sen x+cos x
.

10. Calcular las siguientes primitivas de funciones irracionales:



3x √ R√
; 1−√3x+2
; 4 + x2 dx;
R R
√ dx dx
x+ x 1+ 3x+2
R√ R√
12x − x2 dx; 3x2 − 4dt; (4x2 − 24x + 27)−3/2 dx.
R

11. Para cada n ∈ N denimos


Z
In = senn xdx.

Comprobar que para todo n ≥ 2 se verica la relación de recurrencia


senn−1 x cos x n − 1
In = − + In−2 .
n n

12. Hallar el área del recinto limitado por la parábola y 2 = 4x y la recta y = 2x−4.

13. Hallar el área de la región limitada por la hipérbola y 2 − x2 = 9, y las rectas


tangentes a dicha curva en los puntos de abscisas x = −3 y x = 3.

14. Hallar el área de la región limitada por las circunferencias x2 + y 2 = 4 y


x2 + y 2 = 4x.

15. Hallar el área de una elipse de semiejes a y b.

16. Hallar el volumen del cuerpo que se obtiene al hacer girar alrededor del eje
horizontal la región limitada por las curvas de ecuaciones y = x2 e y = x3 .

17. Se llama toro al cuerpo que se obtiene por el giro de la circunferencia de


ecuación x2 + (y − a)2 = r2 , (a > r) alrededor del eje horizontal. Hallar el
volumen de este cuerpo.

18. Sean h y R números positivos, con h < R. La parte de la esfera x2 +y 2 +z 2 = R2


que queda por encima del plano de ecuación z = h es un cuerpo llamado
casquete esférico. Hallar el volumen de este cuerpo.
120 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

19. Hallar el volumen de un cono recto de altura h que tiene por base una elipse
de semiejes a y b. Indicación: utilizar la solución del ejercicio 15.

20. Hallar la longitud del arco de parábola y = x2 , 0 ≤ x ≤ 1.

21. Hallar la longitud de la curva de ecuación y = log x, 1 ≤ x ≤ e.

22. Ecuaciones diferenciales lineales de primer orden. Se llama ecuación diferen-


cial lineal de primer orden a toda expresión del tipo

y 0 + P (x)y = Q(x),

donde P y Q son funciones denidas en un cierto intervalo I de números reales.


Se llama solución de la ecuación a toda función y derivable en el intervalo I
que satisface la igualdad anterior.

(i) Demostrar que si P es continua e y es derivable en I entonces


R R
(e P (x)dx
y)0 = e P (x)dx
(y 0 + P (x)y).

(ii) Deducir que si y es solución de la ecuación entonces existe una constante


C tal que
R
y = e− P (x)dx
Q(x) + C.

(iii) Hallar todas las soluciones de las siguientes ecuaciones diferenciales:

y 0 − 3y = 5; y 0 − xy = x; (sen x)y 0 + (cos x)y = 1.

23. Hallar una aproximación a la integral


Z 1
2
ex dx
0

con error menor que 10−4 haciendo uso del método de los trapecios y el método
de Simpson.

24. Hallar una aproximación a la integral


Z 2
cos x2 dx
1

con error menor que 10−4 haciendo uso del método de los trapecios y el método
de Simpson.
3.8. EJERCICIOS 121

25. Hallar una aproximación al número log 2 con error menor que 10−2 teniendo
en cuenta que Z 2
dx
log 2 = .
1 x
26. Hallar una aproximación al número π con error menor que 10−2 teniendo en
cuenta que Z 1
π dx
= .
4 0 1 + x2
27. Estudiar el carácter de convergencia de las siguientes integrales impropias:
R∞ R∞ R∞
3
x
x2 −3x+2
dx; 2
x
x2 −3x+2
dx; 0
√ dx dx
1+x4
;
Rπ Rπ R∞
2
0
√ dx dx
sen x
; 0
2 dx
1−cos x
; x
−∞ cosh x
dx .

28. Función Γ de Euler.

(i) Comprobar que para cada p > 0 la integral impropia


Z +∞
e−x xp−1 dx
0
es convergente.
(ii) Sea Γ la función denida para p > −1 por medio de la expresión
Z +∞
Γ(p) = e−x xp−1 dx.
0

(Notemos que que esta función está bien denida, al ser convergente la
integral). Demostrar que para todo p > 0 se tiene
Γ(p + 1) = pΓ(p).

(iii) Calcular Γ(1).


(iv) Deducir de los dos apartados anteriores que para cada n ∈ N se satisface
la igualdad
Γ(n) = (n − 1)!.

29. Transformación de Laplace. Sea f una función denida en [0, ∞), integrable en
cada intervalo cerrado y acotado de números positivos. Se llama transformada
de Laplace de f a la función
Z +∞
F (s) = e−sx f (x)dx,
0
122 CAPÍTULO 3. LA INTEGRAL

supuesto que dicha integral impropia sea convergente. Esta función se denota
habitualmente con el símbolo L(f ). Comprobar que las siguientes funciones
tienen transformada de Laplace. Calcular dichas transformadas.

(i) f (x) = k , k constante.


(ii) f (x) = eλx , λ ∈ R.
(iii) f (x) = xn , n ∈ N.
(iv) f (x) = sen(ωx), ω ∈ R.
(v) f (x) = cos(ωx), ω ∈ R.
Capítulo 4

Series

4.1. Series numéricas. Denición y propiedades


Se llama serie numérica a todo par de sucesiones {an }n y {Sn }n relacionadas
por la igualdad
n
X
Sn = ak , n ∈ N
k=1

A la sucesión {Sn }n se le llama sucesión de sumas parciales de {an }n . La sucesión


{an }n recibe el nombre de término general de la serie. Puesto que las sumas {Sn }n
quedan completamente determinadas a partir de la sucesión {an }n , no hay riesgo
de confusión al representar la serie con el símbolo ∞ n=1 an , y así lo haremos en
P

lo sucesivo. Se dice que la serie es convergente si existe un número S ∈ R tal que


lı́mn Sn = S . En tal caso se dice que S es la suma de la serie y se escribe


X
an = S
n=1

Si la sucesión {Sn }n diverge a +∞ o a −∞ se dice que la serie es divergente, y se


escribe
∞ ∞
an = +∞ o
X X
an = −∞
n=1 n=1

Finalmente, diremos que la serie es oscilante cuando la sucesión lı́mn Sn carezca de


límite.

123
124 CAPÍTULO 4. SERIES

Ejemplo: Serie geométrica


Se llama así a la serie de término general
arn−1

donde a y r números reales dados. El número r recibe el nombre de razón de la serie.


Recordando la expresión para la suma de n primeros términos de una progresión
geométrica de razón distinta de 1 obtenemos la igualdad
n
X rn − 1
Sn = ark−1 = a ·
k=1
r−1
Para el estudio de la convergencia de la serie distinguimos dos casos.
Caso I: |r| < 1. En este caso lı́mn rn = 0. Por tanto,
−a a
lı́m Sn = =
n r−1 1−r
luego la serie converge y su suma es igual a 1−ra
.
Caso II: |r| ≥ 1. Si r > 1 entonces lı́mn rn = +∞, de modo que lı́mn Sn = ±∞
(el signo depende del signo de a) y la serie es divergente. Lo mismo ocurre cuando
r = 1, pues en ese caso, Sn = na. Si r ≤ −1 entonces no existe el límite lı́mn rn , y
la serie es oscilante.
Como consecuencia de las propiedades del límite sucesional se deducen las sigu-
ientes propiedades generales acerca del comportamiento de las series numéricas.
Teorema 4.1. Sean an y dos series de números reales.
P∞ P∞
n=1 n=1 bn

(1) Si ambas series son convergentes y α y β son números reales, entonces la serie
de término general {αan + βbn }n es también convergente y

X ∞
X ∞
X
(αan + βbn ) = α an + β bn
n=1 n=1 n=1

(2) Si an = bn para todo n mayor que cierto número m, entonces ambas series
tienen el mismo carácter. En particular, el carácter de una serie no se altera
si se modica una cantidad nita de sus términos.
Demostración. La armación (1) es consecuencia inmediata de las propiedades ar-
itméticas de los límites de sucesiones. Para probar (2) basta tener en cuenta que si
Sn y Sn0 son las sumas parciales n-ésimas de ∞ n=1 an y n=1 bn , respectivamente,
P P∞

entonces la sucesión {Sn − Sn }n tiene todos sus términos iguales (a 0) a partir del
0

m-ésimo.
4.1. SERIES NUMÉRICAS. DEFINICIÓN Y PROPIEDADES 125

Aparte de la serie geométrica de razón con módulo menor que 1 no hay muchas
series convergentes cuya suma pueda calcularse por métodos directos. Por este moti-
vo, de momento restringiremos nuestra atención al estudio de criterios que permitan
decidir sobre el carácter de convergencia o divergencia de una serie. El primer resul-
tado en esta dirección es la siguiente condición necesaria de convergencia.

Teorema 4.2. Si la serie an converge, entonces lı́mn an = 0.


P∞
n=1

Demostración. Designemos por S la suma de la serie y por Sn la suma parcial n-


ésima. Entonces lı́mn Sn = S y también lı́mn Sn−1 = S . Por otra parte, para cada
n ∈ N se tiene
an = Sn − Sn−1

y tomando límites resulta

lı́m an = lı́m Sn − lı́m Sn−1 = S − S = 0


n n n

Ejemplos:
(a) La serie ∞
n=1 n+1 no es convergente, al no tener límite 0 la sucesión { n+1 }n .
n n
P

(b) La serie n=1 cos n no es convergente, pues no existe el límite de su término


P∞

general.

Nota
La condición lı́mn an = 0 no garantiza la convergencia de la serie an . Por
P∞
n=1
ejemplo, el término general de la serie

X 1

n=1
n

tiene límite 0. Sin embargo, la serie es divergente, pues

1 1 1 1 1 n √
Sn = 1 + √ + √ + · · · + √ ≥ √ + · · · + √ = √ = n → ∞
2 3 n n n n
126 CAPÍTULO 4. SERIES

4.2. Criterios de convergencia


Nuestro interés ahora es encontrar condiciones sucientes para la convergencia de
una serie. Nuestro estudio será completamente análogo al de las integrales impropias.
Empezamos estudiando criterios de convergencia para las series cuyos términos
tienen todos el mismo signo. Podemos restringirnos al caso en que dichos términos
son positivos, pues si ∞ es una serie de términos negativos, entonces
P P∞
n=1 a n n=1 −an
es una serie de términos positivos, y es claro que ambas series tienen el mismo
carácter. Observa que cuando an ≥ 0, la sucesión {Sn }n es creciente. Este hecho es
la clave del siguiente resultado.

Lema 4.3. Supongamos que an ≥ 0 para todo n ∈ N. Entonces la serie


P∞
n=1 an
converge si la sucesión de sumas parciales {Sn }n es acotada superiormente, y diverge
a ∞ en caso contrario.

Demostración. Se obtiene utilizando el argumento de la demostración del Lema


3.21.

Una primera consecuencia de este lema es el siguiente resultado de tipo cualita-


tivo.

Proposición 4.4. Si an ≥ 0 para todo n, entonces la serie an o bien converge


P∞
n=1
o bien diverge a +∞ (esto es, no puede ser oscilante).

Otra consecuencia del lema precedente es el siguiente teorema, que en muchos


casos permite reducir el estudio del carácter de una serie numérica al de una integral
impropia.

Teorema 4.5 (Criterio de la integral). Sea f : [1, ∞) −→ R una función decre-


ciente, continua y positiva y sea {an }n una sucesión tal que

f (n) = an , ∀n ∈ N

Entonces la serie an converge si, y sólo si, converge la integral impropia


P∞
n=1
f (t)dt.
R∞
1

Demostración. Puesto que f es decreciente, para cada k ∈ N y cada t ∈ [k, k + 1]


tenemos la desigualdad
f (k) ≥ f (t) ≥ f (k + 1)
4.2. CRITERIOS DE CONVERGENCIA 127

es decir,
ak ≥ f (t) ≥ ak+1
Integrando en el intervalo [k, k + 1] resulta
Z k+1
ak ≥ f (t)dt ≥ ak+1
k

Sea n ∈ N. Sumando la desigualdad precedente desde k = 1 hasta k = n se sigue


que Z n+1
a1 + a2 + · · · + an ≥ f (t)dt ≥ a2 + · · · + an + an+1
1
es decir, Z n+1
Sn ≥ f (t)dt ≥ Sn+1 − a1 (4.1)
1
Supongamos que la serie n=1 an es convergente. Entonces la sucesión {Sn }n es
P∞

convergente. Teniendo en cuenta la desigualdad anterior se sigue que la función


x 7→ 1 f (t)dt es acotada superiormente, y en virtud del Lema 3.21 inferimos que
Rx

la integral 1∞ f (t)dt es convergente. Probemos ahora la armación recíproca. Si


R

la integral es convergente entonces la función x 7→ 1x f (t)dt es acotada, y por


R

la desigualdad (4.1) se sigue que la sucesión {Sn+1 }n es acotada superiormente.


Utilizando el lema precedente deducimos que la serie ∞ n=1 an converge.
P

Ejemplo: serie armónica generalizada


Sea p > 0. Entonces la serie

X 1
n=1
np
converge si p < 1 y diverge si p ≥ 1.
Para comprobarlo, consideramos la función fp (t) = t1p denida en el intervalo
[1, ∞). Claramente, fp es continua, decreciente y positiva, y para cada n ∈ N se
tiene fp (n) = n1p . Además, la integral impropia 1∞ fp (t)dt converge si p > 1 y
R

diverge si p ≤ 1. Por tanto la serie ∞n=1 np converge para p > 1 y diverge si p ≤ 1.


1
P

El Lema 4.3 es también la clave del siguiente resultado, cuyo enunciado (y de-
mostración) son completamente análogos a los del Teorema 3.28.

Teorema 4.6 (Criterio de comparación). Sean {an }n y {bn }n dos sucesiones de


números reales tales que
0 ≤ an ≤ bn , ∀n ∈ N
128 CAPÍTULO 4. SERIES

(1) Si la serie es convergente, también lo es an .


P∞ P∞
n=1 bn n=1

(2) Si la serie n=1 an diverge, también lo hace .


P∞ P∞
n=1 bn

Utilizando propiedades del límite sucesional se deduce la siguiente mejora del


teorema precedente.

Corolario 4.7. Sean {an }n y {bn }n sucesiones de términos positivos.

(1) Si el límite lı́mn abnn existe y es distinto de 0, entonces las series an y


P∞
n=1

n=1 bn tienen el mismo carácter.


P∞

(2) Si lı́mn abnn = 0 y la serie es convergente, también lo es la serie


P∞
n=1 bn

n=1 an .
P∞

(3) Si lı́mn abnn = +∞ y la serie an diverge, también lo hace la serie .


P∞ P∞
n=1 n=1 bn

Ejemplo
La serie

X 1

n=1
n2 + 5n + 3
es divergente.
En efecto, como
√ 1
n2 +5n+3 n
lı́m 1 = lı́m √ = 1 6= 0
n
n
n n2 +n+5

y la serie ∞n=1 n es divergente, se sigue que la serie propuesta es divergente.


1
P

Comparando con series geométricas se deducen también los dos siguientes crite-
rios de convergencia, que resultarán de gran utilidad en el estudio de las series de
Taylor.

Corolario 4.8 (Criterio de la raíz, Cauchy). Sea {an }n una sucesión de térmi-
nos positivos tal que existe el límite

lı́m n
an = L
n

Entonces la serie an converge si L < 1 y diverge si L > 1.


P∞
n=1
4.2. CRITERIOS DE CONVERGENCIA 129

Demostración. Supongamos en primer lugar que L < 1. Sea M un número com-


prendido entre L y 1. Por la denición de límite sucesional encontramos un entero
positivo N tal que para todo n ≥ N es

n
an < M

es decir,
ann < M n
Así pues, todos los términos de nuestra serie, a partir del N -ésimo están mayorados
por los términos de una serie geométrica de razón M , la cual es convergente al ser
M < 1 (y M ≥ 0, naturalmente). Por el criterio de comparación se sigue que la
serie ∞ n=N an es convergente, y teniendo en cuenta que el carácter de una serie no
P

cambia si se suprime o modica una cantidad nita de sus términos deducimos que
la serie ∞ n=1 an es convergente.
P

Supongamos ahora que L > 1, y jemos un número M tal que 1 < M < L. Al
igual que antes encontramos un entero positivo N tal que si n ≥ N entonces

ann > M n > 1

Esto implica que la sucesión {an }n no converge a 0, y en virtud del Teorema 4.2 se
sigue que la serie ∞n=1 an es divergente.
P

Ejemplo
Determinemos el carácter de la serie
∞  n2
X n
n=1
n+1

En este caso se tiene


" n2 #1/n  n
√ n n
n
an = =
n+1 n+1

El límite lı́mn n an es una indeterminación del tipo 1∞ . Aplicando la conocida fór-
mula para estas indeterminaciones resulta
 n
n n −n 1
lı́m = elı́mn n( n+1 −1) = elı́mn n+1 = <1
n n+1 e
y por el Criterio de Cauchy deducimos que la serie propuesta es convergente.
130 CAPÍTULO 4. SERIES

Corolario 4.9 (Criterio del cociente, d'Alembert). Sea {an }n una sucesión de
términos positivos tal que existe el límite
an+1
lı́m =L
n an
Entonces la serie an converge si L < 1 y diverge si L > 1.
P∞
n=1

Demostración. Es parecida a la demostración del corolario anterior.

Ejemplo
Estudiemos el carácter de la serie

X n
n=1
2n

En este caso es an = n
2n
, y puesto que
n+1
an+1 2n+1 n 1
lı́m = lı́m n = lı́m = <1
n an n
2n
n 2(n + 1) 2
se sigue que la serie es convergente.

Nota
El criterio de d'Alembert no decide cuando lı́mn an+1 an
= 1. Así por ejemplo,
aplicando el test de este criterio a las series n n y n n2 vemos que en ambos
P 1 P 1

casos el límite lı́mn an+1


an
es igual a 1, aunque la primera de estas series diverge y la
otra converge. Lo mismo ocurre con el Criterio de Cauchy.
Pasamos ya al estudio de la convergencia para serie cuyos términos son de signo
no constante. Al igual que en el caso de las integrales impropias, existe una noción de
convergencia absoluta: la serie ∞ n=1 an converge absolutamente si la serie
P P∞
n=1 |an |
es convergente... Y (con la misma idea que utilizamos en la demostración del Teorema
3.26) se obtiene el resultado obvio.

Teorema 4.10. Toda serie absolutamente convergente es convergente.

Ejemplo
La serie ∞
X cos n
n=1
n2
4.2. CRITERIOS DE CONVERGENCIA 131

es convergente. En efecto, puesto que para todo n ∈ N es


cos n 1
2 ≤ 2

n n
y la serie ∞ n=1 n2 converge, en virtud del Criterio de comparación para series de
1
P

términos positivos se sigue que la serie ∞ 2 es convergente. Y habida cuenta


P cos n
n=1 n
del teorema anterior deducimos la convergencia de la serie ∞ n=1 n2 .
cos n
P

El recíproco del teorema precedente es falso, es decir, existen series que convergen
pero no lo hacen absolutamente (enseguida veremos un ejemplo). El caso más sencillo
en el que resulta fácil decidir sobre el carácter de convergencia de una serie (cuando
ésta no es absolutamente convergente) es el de las series alternadas, esto es, series
cuyos términos son alternativamente positivos y negativos. Para estas series se tiene
el siguiente resultado.
Teorema 4.11 (Leibniz). Sea {an }n una sucesión decreciente de números posi-
tivos. Si lı́mn an = 0 entonces la serie alternada

X
(−1)n+1 an
n=1

es convergente.
Demostración. Nos limitaremos a enunciar las ideas esenciales de la demostración.
Con ayuda de un pequeño dibujo puedes ver que

S2 ≤ S4 ≤ S6 ≤ S8 ≤ · · · ≤ S7 ≤ S5 ≤ S3 ≤ S1

es decir, que la sucesión de sumas parciales de índice par crece, mientras que la
sucesión de sumas parciales impares decrece, y que cualquier suma de índice par es
menor o igual que cualquier suma de índice impar. Se sigue que existen números
α y β tales que lı́mm S2m = α y lı́mm S2m−1 = β , y forzosamente se tiene que
α ≤ β . Nuestro objetivo es demostrar que realmente α = β . En la demostración de
estas propiedades hemos utilizado únicamente el hecho de que los números an son
positivos. Ahora sacamos punta a la hipótesis lı́m an = 0. Fíjate que la diferencia
entre una suma superior de índice par, S2m , y la correspondiente suma de índice
impar, S2m−1 , es
S2m − S2m−1 = (−1)2m+1 a2m = −a2m
Como lı́mn an = 0 resulta que también lı́mm a2m = 0. Por tanto,

lı́m (S2m − S2m−1 ) = − lı́m a2m = 0


m m
132 CAPÍTULO 4. SERIES

y puesto que S2m − S2m−1 → α − β se sigue que α = β . Es decir, que las sucesiones
{S2m }m y {S2m−1 }m tienen el mismo límite. Sabemos que una sucesión converge si
las subsucesiones formadas por los términos pares e impares son ambas convergentes
y tienen el mismo límite. Por tanto, la sucesión {Sn }n es convergente.

Nota
La prueba precedente contiene cierta información sobre la suma de la serie. Nos
dice que si la suma es S entonces para cada n ∈ N se tiene
n

X
S − (−1)k+1 ak < an+1


k=0

Ejemplo
La sucesión an = 1
n
es decreciente y tiene límite 0. Por tanto la serie

X (−1)n+1 1 1 1
=1− + − − ···
n=1
n 2 3 4

es convergente. Observa que esta serie no es absolutamente convergente.

4.3. Series de potencias


Denición 4.12. Se llama serie de potencias centrada en el punto a a toda serie
de funciones de la forma

X
an (x − a)n .
n=0

Lema 4.13. Supongamos que la serie numérica an αn converge, para cierto


P∞
n=0
número L. Entonces, si 0 < |x| < |α|, la serie

X
an x n
n=0

converge absolutamente.

Demostración. Como la serie an αn converge se tiene lı́m an αn = 0. En particular,


P
n n
existe M ∈ R tal que
|an αn | ≤ M para todo n ∈ N.
4.3. SERIES DE POTENCIAS 133

Por tanto, para cada x ∈ [−α, α] se tiene


 x n  a n
|an xn | = |an αn | · ≤M · .

α α
n
Puesto que αa < 1, la serie n M αa es convergente. Y utilizando el criterio de
P

comparación para series de términos positivos se sigue que la serie n |an xn | es


P

también convergente.

Denición 4.14. El radio de convergencia de la serie an xn es


P∞
n=0
( ∞
)
ρ := sup L ≥ 0 : la serie an |L|n converge .
X

n=1

Teorema 4.15. La serie de potencias an xn converge absolutamente si |x| < ρ,


P∞
n=0
y no es convergente cuando |x| > ρ. En particular, el conjunto de convergencia de
la serie es un intervalo.

Demostración. Supongamos que |x| < ρ. Entonces, por la denición del radio de
convergencia existe un número L, |x| < L < ρ, tal que la serie ∞ n=0 an L es conver-
n
P

gente, y utilizando el Lema 4.13 se inere que n=0 |an x|n es también convergente.
P∞

Supongamos ahora que la serie ∞ n=0 an x converge. Entonces, recurriendo nueva-


n
P

mente a la denición del radio de convergencia se obtiene |x| ≤ ρ. En particular, la


serie no puede ser convergente si |x| > ρ.

Corolario 4.16. Si existe el límite



an+1
` = lı́m ,
n an n

entonces el radio de convergencia de la serie de potencias an xn es ρ = 1` , (con


P∞
n=0
el convenio de tomar ρ = ∞ si ` = 0).

Demostración. Es claro que


an+1 xn+1

lı́m = |x| · ρ.
n an x n

Por el criterio de d'Alembert, la serie converge absolutamente si `|x| < 1, es decir,


si |x| < 1` .
134 CAPÍTULO 4. SERIES

Ejemplos:
(i) El conjunto de convergencia de la serie

X xn x2 x3 x4
(−1)n−1 =x− + − + ···
n=1
n 2 3 4

es el intervalo (−1, 1]. En efecto, en este caso se tiene


(−1)n (n − 1)

= lı́m n − 1 = 1,
an+1
lı́m
= lı́m

n−1
n an n (−1) n n n
así que ρ = 1, y la serie converge absolutamente en el intervalo (−1, 1). Estudiemos
la convergencia en los extremos del intervalo. Para x = 1 resulta la serie alternada
P∞ (−1)n−1
n=1 n
, la cual es convergente por el Teorema de Leibniz. Para x = −1 se
obtiene la serie ∞ n=1 n , que diverge a −∞.
−1
P

(ii) Estudiemos el conjunto de convergencia de la serie aritmético-geométrica



X
(n + 1)xn = 1 + 2x + 3x2 + · · ·
n=0

Puesto que
an+1 n + 2
lı́m = lı́m =1
n an n n + 1

tenemos que ρ = 11 = 1, así que la serie converge absolutamente en el intervalo


(−1, 1). Si x = 1, entonces la serie de potencias se transforma en la serie numérica
(n + 1), que diverge a ∞, y si x = −1, entonces se obtiene la serie oscilante
P∞
Pn=0
n=0 (n + 1)(−1) . El conjunto de convergencia es (−1, 1).
∞ n

(iii) Para la serie



X xn
n=0
n!
se tiene 1
an+1 (n+1)! 1
lı́m = lı́m 1 = lı́m = 0,
n an n
n!
n n+1
luego ρ = ∞, y el conjunto de convergencia es R.

Teorema 4.17. Sea ρ el radio de convergencia de la serie de potencias an x n ,


P∞
n=0
y sea f la función denida en (−ρ, ρ) por medio de la expresión

X
f (x) = an x n .
n=0
4.3. SERIES DE POTENCIAS 135

Entonces f es indenidamente derivable en el intervalo (−ρ, ρ), y para cada x ∈


(−ρ, ρ) se satisfacen la igualdad

X
0
f (x) = nan xn−1 = a1 + 2a2 x + 3a3 x2 + · · ·
n=1
X∞
f 00 (x) = n(n − 1)an xn−2 = 2a2 + 6a3 x + 12a4 x2 + · · ·
n=2

X
f 000 (x) = n(n − 1)(n − 2)an xn−2 = 6a3 + 24a4 x + · · ·
n=3

Notemos que, haciendo x = 0 en las expresión para la derivada n-ésima de la


función f denida por la serie ∞
n=0 an x se obtiene
n
P

f (n) (0) = n!an ,

o equivalentemente,
f (n) (0)
an = .
n!
En consecuencia, los coecientes de la serie quedan unívocamente determinados por
los valores de las derivadas de n en el punto x = 0.

Corolario 4.18. Sea ρ el radio de convergencia de la serie de potencias



X
an x n ,
n=0

y sea f la función denida por esta serie en el intervalo (−ρ, ρ). Entonces f es
integrable en cualquier intervalo [x1 , x2 ] ⊂ (−ρ, ρ), y se verica la igualdad
Z x2 ∞ Z
X x2
f (t)dt = an tn dt.
x1 n=0 x1

Demostración. La continuidad de f garantiza que dicha función es integrable en


el intervalo [x1 , x2 ]. Probemos ahora la segunda armación. Se puede demostrar
(aunque no lo hacemos aquí) que ∞ n=0 an n+1 converge para cada x ∈ (−ρ, ρ). Sea
xn+1
P

F la función denida por dicha serie, es decir,



X xn+1
F (x) = an , x ∈ (−ρ, ρ).
n=0
n+1
136 CAPÍTULO 4. SERIES

En virtud del Teorema anterior tenemos que F es derivable en el intervalo (−ρ, ρ)


y que

an xn = f (x) para todox ∈ (−ρ, ρ).
X
F 0 (x) =
n=0

Como f es continua, echando mano de la Regla de Barrow deducimos que


x2 ∞ ∞ Z x2
xn+1 xn+1
Z X   X
2
f (t)dt = F (x2 ) − F (x1 ) = an − 1 = an tn dt.
x1 n=0
n+1 n+1 n=0 x1

Ejemplos:
(i) En un ejemplo anterior hemos visto que la serie

X xn
(−1)n−1
n=1
n

converge en el intervalo (−1, 1]. Sea f la función denida por esta serie. En virtud
del Teorema 4.17 se sigue que f es derivable en cada punto x ∈ (−1, 1), siendo

X ∞
X
0 n−1 n−1
f (x) (−1) x = (−x)n−1 = 1 − x + x2 − x3 + · · · .
n=1 n=1

El segundo miembro de esta igualdad es una serie geométrica de razón −x, y habida
cuenta de la fórmula que expresa la suma de estas series obtiene
1
f 0 (x) = para todo x ∈ (−1, 1).
1+x
Integrando se sigue que

f (x) = log(1 + x) para alguna constante C.

Por otra parte, como f (0) = 0 tenemos resulta 0 = f (0) = log 1 + C = C , de modo
que
f (x) = log(1 + x).

(ii) Hallemos la suma de la serie aritmético-geométrica



X
nxn−1 .
n=1
4.3. SERIES DE POTENCIAS 137

Sabemos que esta serie converge en el intervalo (−1, 1). Sea f la función denida por
la serie en dicho intervalo. Entonces, por el corolario anterior, para todo x ∈ (−1, 1)
se tiene ∞ Z ∞
Z x X x X
f (t)dt = ntn−1 = xn = x + x2 + x3 + · · ·
0 n=1 0 n=1

La última serie es una geométrica, por tanto


Z x
x
f (t)dt = , para todo x ∈ (−1, 1),
0 1−x

y en virtud del Teorema fundamental del Cálculo resulta


1
f (x) = .
(1 − x)2

4.3.1. Desarrollo de una función en serie de potencias


Hemos visto que la función denida por una serie de potencias es de clase C ∞
en el interior de su intervalo de convergencia. Es natural, por tanto, plantearse la
siguiente cuestión: si f es una función indenidamente derivable en el intervalo I ,
y a es un punto de dicho intervalo, ¾existen números a0 , a1 , a2 , . . . tales que f (x) =
n=0 an (x − a) para todo x en un cierto intervalo centrado en el punto a?
P∞ n
(n)
Caso de existir, forzosamente se tiene an = f n!(0) para cada n = 0, 1, 2, . . . Por
tanto, si f es la suma de una serie de potencias centrada en el punto a, dicha serie
es, necesariamente

f (n) (a)
(4.2)
X
(x − a)n .
n=0
n!
En particular, el desarrollo de f como suma de una serie de potencias centrada en
el punto a (si existe) es único.
La serie (4.2) recibe el nombre de serie de Taylor de f centrada en el punto a.
Cuando a = 0, la serie de Taylor suele llamarse serie de Maclaurin.
Con esta terminología podemos formular la cuestión anterior del siguiente modo:
si f es una función indenidamente derivable en un intervalo I , y a ∈ I , ¾existe
algún intervalo conteniendo el punto a, donde f sea la suma de su serie de Taylor
centrada en dicho punto?
No es difícil encontrar una condición necesaria y suciente que garantice la repre-
sentación de una función por medio de su serie de Taylor. En efecto, la suma parcial
n-ésima de dicha serie, es justamente, el polinomio de Taylor de f de orden n en el
138 CAPÍTULO 4. SERIES

punto a, pn,a . Así pues, designando por Rn,a al resto de Taylor correspondiente se
sigue que

f (n) (0)
(x − a) si y sólo si
X
f (x) = lı́m Rn (x) = 0.
n=1
n! n

Las funcinoes expresables en serie de potencias en torno a un punto de su dominio


reciben el nombre de funciones analíticas.
A continuación examinamos algunos ejemplos notables de funciones analíticas.

Función exponencial.
Sea f (x) = ex . Puesto que f (n) (x) = ex se sigue que f (n) (0) = e0 = 1. La serie
de Maclaurin de f es

X xn
= 1 + x + x2 + · · ·
n=0
n!

Sea x ∈ R. Entonces, por el Teorema de Taylor, para cada n ∈ N existe un número


cn en el intervalo determinado por 0 y x de modo que

f (n+1) (cn n+1 ecn


Rn (x) = x = xn+1 .
(n + 1)! (n + 1)!

Demostremos que lı́m Rn (x) = 0. Puesto que |cn | ≤ |x| y la función exponencial es
n
creciente resulta
ecn cn
e|x|

= e
n+1
n+1

(n + 1)! x (n + 1)! |x| ≤ .
(n + 1)!

Como
e|x|
lı́m = 0,
n (n + 1)!
se sigue que
lı́m Rn (x) = 0.
n

Así pues, f es la suma de su serie de Maclaurin en R. Esto es, para cada x ∈ R se


tiene la igualdad
X xn
ex = .
n!
4.3. SERIES DE POTENCIAS 139

Funciones seno y coseno.


Sea f (x) = sen x. Ya hemos visto que f (n) (0) = 0 si n es par, y f (n) (0) = (−1)k−1
si n es impar, n = 2k − 1. Por tanto, la serie de Maclaurin de f es

X (−1)k−1 2k−1 x3 x5 x7
x =x− + − + ···
k=0
(2k − 1)! 3! 5! 7!
Sean x ∈ R y n ∈ N. El resto de Taylor de orden n, evaluado en x, adopta la forma
f (n+1) (cn ) n+1
Rn (x) = x ,
(n + 1)!
siendo cn un número comprendido entre 0 y x. La función |f (n+1) | está acotada por
1, por tanto
|x|n+1
|Rn (x)| ≤ ,
(n + 1)!
y lı́m Rn (x) = 0. Así pues, la serie de Maclaurin de f converge para todo x ∈ R, es
n
decir,
x3 x5 x7
sen x = x − + − + ···
3! 5! 7!
La serie de Maclaurin de la función coseno puede obtenerse derivando la serie obteni-
da arriba para la función seno. En virtud del Teorema 4.17, para cada x ∈ R se tiene

X (−1)n x2 x4 x6
cos x = x2n = 1 − + − + ···
n=0
(2n)! 2! 4! 6!

Función logaritmo.
La función log no tiene serie de Taylor centrada en el punto a = 0, pues ni siquiera
denida en dicho punto. En su lugar consideramos la función f (x) = log(1 + x),
denida para x > −1. Podemos calcular la serie de Maclaurin de f recurriendo a la
expresión de su derivada n-ésima, y determinar el conjunto donde esta serie converge
a f utilizando la condición que hemos dado para ello estudiando la sucesión de restos
de Taylor. Pero en un ejemplo anterior hemos visto que la serie de potencias

X xn
(−1)n−1
n=1
n

converge en el intervalo (−1, 1], y que la suma de la serie en este intervalo es jus-
tamente log(1 + x). Por la unicidad del desarrollo en serie inferimos que la función
f (x) = log(1 + x) es analítica en torno al punto a = 0, y que la serie anterior es la
serie de Maclaurin de esta función.
140 CAPÍTULO 4. SERIES

Función arco tangente.


Sea ahora f (x) = arctan x. Sabemos que esta función es indenidamente deriv-
able, sin embargo resulta bastante tedioso encontrar una expresión explícita para la
derivada n-ésima de f . Pese a ello, no es difícil hallar la serie de Maclaurin de f a
partir de la serie de su derivada. En efecto, como para cada t ∈ (−1, 1) se tiene la
igualdad

1 X
= (−1)n t2n = 1 − t2 + t4 − t ∗ 6 + · · ·
1 + t2 n=0

integrando término a término entre 0 y x (para cada x del intervalo (−1, 1)) resulta
x ∞ x ∞
x2n+1
Z Z
dt X X
arctan x = = (−1)n 2n
t dt = (−1)n .
0 1 + t2 n=0 0 n=0
2n + 1

Notemos que, aunque la serie de Taylor de f 0 converge en (−1, 1), la serie de Taylor
de f converge además para x = 1.

4.4. Ejercicios
1. Determina el carácter de convergencia de las siguientes series de términos
positivos:
; ; ;
P∞ n
P∞ 1
P∞ n
n=1 n+3 n=1 log(n+1) n=1 3n


; ; n2 + 1 − n) ; .
P∞ P∞ P∞
√1 n!
n=1 n n+1 n=1 ( n=1 7n

2. Demuestra que si la serie de términos positivos ∞ n=1 an es convergente, en-


P

tonces también lo es la serie n=1 an . ¾Es cierto el recíproco?


P∞ 2

3. Estudia la convergencia y convergencia absoluta de las siguientes series:

∞ ∞ ∞
X (−1)n X (−1)n log n X (−1)n+1 (n + 1)
√ ; ; .
n=1
n3 + n2 + 1 n=1
n n=1
n!

4. Probar que la serie


1 3 1 4
1 − log 2 + − log + − log + · · ·
2 2 3 3
es convergente.
4.4. EJERCICIOS 141

5. Determinar los conjuntos de convergencia de las siguientes series de potencias,


y hallar la suma de estas series:
X xn+1 X 2n xn X X xn
; ; (n + 1)2 xn ; .
n≥1
n(n + 1) n≥1 n n≥0 n≥2
10n−1 n!

6. Hallar la suma de la serie numérica



X 1
.
n=0
3n (n + 1)

7. Hallar las series de Maclaurin de las funciones senh y cosh, y determinar los
conjuntos de convergencia de las mismas.

8. Hallar la serie de Taylor centrada en el punto a = 1 de la función exponencial


y determinar su intervalo de convergencia.

9. Se considera la función
1 1+x
f (x) = log .
2 1−x
(i) Hallar la serie de Maclaurin de f .
(ii) Determinar el intervalo de convergencia de la serie anterior.
(iii) Deducir la igualdad
 
1 1 1
log 2 = 2 + + + ··· .
3 3 · 33 5 · 35

10. Hallar las series de Maclaurin de las funciones


1 1
y .
1−x 1 − 2x
Deducir de lo obtenido la serie de Maclaurin de la función
1
.
1 + x − 2x2
Indicación: descomponer esta fracción como suma de fracciones simples.

11. Una función de clase C ∞ no analítica. Se f la función denida en R por medio


de la expresión
1
(
e− x2 si x 6= 0;
f (x) =
0 si x = 0,
142 CAPÍTULO 4. SERIES

es indenidamente derivable en R y que

f (n) (0) = 0 para todo n ∈ N.

Deducir que esta función no es analítica. Este ejemplo fue descubierto por A.L.
Cauchy.

12. Sea f la función denida por la expresión


2
f (x) = e−x .

Se pide:

(i) Desarrollo en serie de Maclaurin de f . Indicación: utilizar la serie de


Maclaurin de la función exponencial.
(ii) Valor de la derivada n-ésima de f en 0.
(iii) Valor aproximado de la integral
Z 1
2
e−x dx
0

con un error menor que 10−5 .

13. Hallar una aproximación a la integral


Z 1
sen x
dx
0 x

con un error menor que 10−4 .


Bibliografía

[1] T.M. Apostol, Calculus (Vol. 1). Reverté, Barcelona, 1999.

[2] R. Courant, F. John, Introduction to Calculus and Analysis, Volume I. Classics


in Mathematics, Springer-Verlag, Berlin Heidelberg, 1999.

[3] A. García, A. López, G. Rodríguez, S. Romero, A. de la Villa, Teoría y proble-


mas de análisis matemático de una variable. Glagsa, Madrid, 2007.

[4] S.L. Salas, E. Hille, Calculus (vol. I). Reverté, Barcelona, 2002.

[5] M. Spivak, Cálculo innitesimal - Calculus. Ed. Reverté, Barcelona, 1987.

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