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EL CANTON EL GUABO
La HISTORIA DE LA TIERRA
Donde nació el general Manuel Serrano es muy larga, más que la del soberbio protagonista de la
revolución alarista, compañero del viejo líder Eloy Alfaro. El General orense le dio esplendor a
sus páginas y llevo los beneficios de la Revolución a sus campos.
El mundo que abrió con la doctrina de Alfaro dejo entrar las bondades de la modernidad y los
beneficios de la educación democrática.
Así comenzó la bonanza en EL GUABO, un sabor ya conocido por los pobladores de centurias
pasadas, que supieron aprovechar los recursos de la naturaleza en extremo generosa. EL
GUABO tiene escasas parroquias, abundantes comunidades, pero más numerosas son las
historias que vivieron los pueblos enteros o sus habitantes de forma particular.
La ocupación en tiempos anteriores a la invasión española fue extensa y es posible imaginar una
vista desde las alturas: centenares de caseríos regados por toda la cuenca del antiguo Jubones y
sus afluentes. Aguas, meandros, rocas y caseríos, conviviendo en absoluta paz, salvo cuando la
corriente del Niño convulsiona las vidas.
Cuando estas tierras fueron recuperadas por la gente del campo, ya mestizada, el cacao que
procuraba una bebida amarga se hizo mercancía cotizada en Europa y se vendió como “Pepa de
oro”. De allí vino esa generosa cornucopia, los dones y los bienes que todavía se comparten en
EL GUABO bananero de hoy. Unos intercambios simétricos y otros desiguales, pero que
mantienen suficiente la fuerza de las alianzas y convenios. Para continuar explotando esa tierra
incansable. Los trabajadores del campo y de las aguas del mar y los ríos, llevando a cuestas la
carga pesada de la producción; los patrones añadiendo el orden, el capital y corriendo los riegos
del mercado mundial. En esa relación jamás asomaron indicios de soberbia, marginalidad y
postergación, aunque los ritmos y formas de vida nunca serian iguales. Los eventuales conflictos
y la injerencia de advenedizos no han roto esa especie de pacto que hacía falta en el trabajo.
Subordinación de un lado, complacencia mutua por otro lado, solidaridad en cualquier dirección.
Son los indicadores de esta idiosincrasia guabeña si la apariencia no engaña.
La fábrica IMBORJA, ubicada en La Victoria, constituye una de las mejores del mundo en la
producción de industrializados del banano y otras frutas tropicales.
Grandes zonas cacaoteras le conceden el distintivo de LA PEPA DE ORO, forjadora de sólidas
fortunas que se invierten y funcionan allí mismos, en la jurisdicción cantonal o en el ámbito
provincial, como inequívoca convicción de amor al suelo y a la naturaleza prodigiosa.
Es un cantón en ruta ascendente al progreso, vinculado a Guayaquil por una carretera asfaltada
de 150 km; con fuentes hidrográficas que garantizan la fertilidad de un suelo apto para toda clase
de cultivos; con manufactura floreciente; sin sombras de pesimismo; y sobre todo, con una
población resuelta a triunfar.
Y unos de los balnearios más conocidos es las cascadas de Manuel y un lugar más atractivo
turístico dentro del cantan es la reserva ecológica Mollopongo, pues cuenta con una validad de
flora y fauna con peligro de extinción