Actividad integradora 2.

Derechos Humanos

Grupo: M8C4G18-BB-039

Nombre de estudiante: Sergio Enrique López Prieto

Nombre de facilitador:
GABINO LÓPEZ ZÁRATE

Fecha de entrega: 26/02/2020.

 

Link :
https://drive.google.com/file/d/1FW4ww0tz67i_tINnw6pcjO8a_qLf
1E23/view?usp=sharing
Propuesta: Igualdad de genero

• Espacios de difusión

: en juntas kínder, primarias, secundarias, preparatorias y universidades , ayudantías

municipales, eventos culturales y masivos.

• Público al que va dirigido

: a todo público

• Recursos materiales y tecnológicos

: trípticos a través de redes sociales, radio, televisión a su vez usando un proyector en

escuelas, colocando infografías en diversos lugares como en transporte publico.

• Tiempo de difusión (fecha de inicio, periodo, fecha de cierre de difusión)

: depende de la organización de la junta y disponibilidad de las escuelas, podría ser un

proyecto que se ejecute semanalmente en distintas juntas.

• Recursos humanos (familiares, amigos, autoridades)

: autoridades locales del municipio, de la sociedad de padres familia y expertos en

derechos humanos locales y estatales, organizaciones no gubernamentales que puedan
aportar ingresos para la propagación de información y materiales.
• Recursos económicos (costos): depende del apoyo que brinden los organismos locales, y
la disposición de los padres familia como de las escuelas.

Conclusión
Que vivimos en un sistema patriarcal es algo obvio e indiscutible. Pero lo que algunas
personas todavía no acaban de entender es que es necesario legislar y hacer política
desde el punto de vista de la discriminación positiva. Y es que no es lo mismo la igualdad
que la equidad.

De hecho, existen leyes, políticas, ayudas sociales, etc. igualitarias que, sin embargo, no
son equitativas. Porque la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en ocasiones,
sigue dejándolas a ellas en desventaja o situación de riesgo. ¡Y es algo que nos afecta al
conjunto de la sociedad, sin excepciones!

Según la Declaración Universal de Derechos Humanos, todas las personas tienen los
mismos derechos y libertades, sin hacer distinción por raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición. 

Que nuestra sociedad haya alcanzado a nivel legislativo la igualdad de derechos entre
hombres y mujeres es un enorme logro, pero no es suficiente. Así que no podemos
quedarnos aquí, es hora de ir más allá. Debemos seguir avanzando para conseguir una
sociedad en la que todos y todas tengamos en la práctica, y no solo sobre el papel, las
mismas oportunidades, la misma libertad y los mismos privilegios.

Pero para que esto se pueda llevar a cabo, no es suficiente con dictar leyes y normas
igualitarias. Sino que, al redactarlas, es necesario tener en cuenta la desigualdad
económica, social, cultural y biológica existente entre hombres y mujeres para poder
superarla y no seguir perpetuando un estado que relega a la mujer a un segundo plano. 

En nuestro país no existe la discriminación directa por razón de género a nivel

legislativo. Sin embargo, sigue existiendo a nivel cultural y social, en el mercado laboral y
en el ámbito familiar, entre otros. Y se produce cuando hay una clara diferencia en el trato
que recibe una mujer con respecto al que recibe un hombre en las mismas circunstancias.

Por lo tanto, el principio de igualdad de derechos entre hombres y mujeres es deficitario y

no garantiza una verdadera equidad. Es necesario, vital e, incluso, urgente que la Justicia y
la clase política tengan esto en cuenta durante el ejercicio de sus responsabilidades. Por
otro lado, es igual de importante que las personas adquiramos conciencia de ello a la hora
de tomar decisiones y de comportarnos en el trabajo, en nuestro círculo social y familiar y
en cualquier otro ámbito de nuestra vida.

Alcanzar una verdadera igualdad entre hombres y mujeres es responsabilidad de todos y

todas.