Vania Shakti Cifuentes Arrivillaga

Carné 1177919

Gestión de Negocios
En el Derecho Civil, la gestión de negocios consiste en la intervención por parte de
una persona con capacidad, denominada gestor, en los asuntos o intereses de
otra, entiéndase el propietario, con el fin de producirle un beneficio o evitar un
daño en su propiedad cuando este no pueda ocuparse personalmente de dichos
asuntos, siempre que no sean de carácter personalísimo. La gestión de negocios
se lleva a cabo de manera voluntaria, sin que haya previo acuerdo o alguna
obligación previa que comprometa al gestor a tomar esta actitud, constituyendo
una obligación que nace de hechos lícitos sin convenio.

La gestión de negocios se da de manera espontánea, sin encargo del propietario y

sin que medie ningún interés económico por parte del gestor. Sin embargo, el
gestor debe notificar la gestión tan pronto le sea posible, para que el propietario la
acepte o prohíba. Si no es rechazada, continuará administrando los asuntos a su
cargo y posteriormente justificará la forma en la que estos fueron manejados.

Una vez iniciada la gestión, el gestor adquiere ciertas obligaciones propias de su

puesto, así como continuar con el manejo de los intereses del propietario hasta
que este o algún representante se encuentre en condiciones de hacerlo y
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responder de toda culpa en el ejercicio de su gestión. Al aceptar la gestión, el
propietario también adquiere ciertas obligaciones, como costear los gastos que
tenga el gestor o los daños que haya sufrido en su ejercicio, así como responder
por las obligaciones que este haya adquirido para administrar sus asuntos.

Si bien puede llegar a tener aspectos similares, tales como su objeto, que es la
administración de asuntos o intereses ajenos, así como el actuar y ciertas
obligaciones de las partes, esta figura no debe llegar a confundirse con el
mandato, el cual consiste en un contrato por el cual una parte le concede a otra, la
cual acepta expresamente, la facultad para representarla, con el fin de llevar a

1
Gestión de negocios ajenos, Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Argentina, Editorial
Heliasta, 1987, p. 335.
cabo negocios jurídicos en su nombre.2 Su principal diferencia con la gestión de
negocios es que el mandato es una obligación que nace de un contrato,
significando un convenio previo, en donde una parte, siendo esta el mandante,
solicita a otra que sea su representante y la otra parte acepta serlo, por lo que no
podría ejecutarse de manera espontánea o por la voluntad de una parte, en este
caso el mandatario, resaltando que la gestión de negocios es unilateral, mientras
que el mandato es bilateral. Además, para que su existencia sea válida, este debe
constar en escritura pública generalmente, o en documentos privados cuando
corresponda.

Otra diferencia consiste en que el mandato generalmente es remunerado, al

menos que conste que el mandatario acepte que sea gratuito, por lo que es
sumamente probable que haya un interés económico por parte de este. En
cambio, la gestión de negocios no tiene dicho interés económico y solo es
remunerada cuando así es pactado por las partes. Además, en el mandato, el
mandante sí puede ser una persona jurídica.

En lo referente a su terminación, el mandato puede terminar cuando el plazo

durante el cual ha sido establecido llega a su fin, al renunciar el mandatario, por
perdida del patrimonio del mandante, significando su quiebra o por disolución de la
persona jurídica si es el caso, contrario a la terminación de la gestión de negocios,
la cual se da en el momento en que el propietario se presente. Las diferencias
expuestas anteriormente derivan de dos hechos fundamentales, también
expuestos con anterioridad, que son el contrato y el interés económico, la gestión
de negocios carece de ellas, mientras que el mandato no, lo cual hace que su
constitución, la forma en la que son manejadas ambas figuras y su terminación
sean diferentes.

2
Mandato, ibíd, p.446.
 Referencias

Bibliográficas

Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Argentina, Editorial

Heliasta, 1987

Normativas

Código Civil, decreto 106